CONCEPTO: se llama impuesto al tributo que se establece sobre los
sujetos en razón de la valorización política de una manifestación de la riqueza objetiva (sin considerar las circunstancias personales) o subjetiva (teniendo en cuenta tales circunstancias). Es un tributo exigido por ley por el Estado a quienes se hallan en las situaciones que la propia ley considera como hecho imponible, siendo estos ajenos a toda actividad estatal relativa a lo obligado. La base para los impuestos es la capacidad contributiva.
El precio de los monopolios fiscales: el precio de los bienes sujetos a
éste régimen, en la medida que excede el costo de producción más un beneficio normal, puede asimilarse a un impuesto, lo cual no significa que sea un impuesto, sigue siendo un precio.
La emisión monetaria: la inflación constituye un impuesto y afecta a los
contribuyentes “al azar”, como consecuencia de la disminución de los ingresos reales. La inflación, a diferencia de los impuestos, no tiene base en la capacidad contributiva.
Caracterización del impuesto: se caracteriza el impuesto por su
naturaleza de tributo que responde al principio de capacidad contributiva. Los impuestos pueden ser destinados tanto a la financiación de los servicios indivisibles (van a favorecer a numerosos componentes de la sociedad, pero existe la imposibilidad práctica de efectuar una particularización, como por ej.: seguridad, defensa anti- ataques, etc.), como de los divisibles (si bien son útiles a toda la sociedad, se realizan en forma tal que las actividades pueden ser determinadas y concretas en relación a los particulares a quienes atañe el servicio, como ej.: la instrucción pública, etc.). Respecto de estos últimos, el Estado puede decidir que sean gratuitos total o parcialmente para los consumidores.
CLASIFICACIÓN DE LOS IMPUESTOS.
IMPUESTOS DIRECTOS e INDIRECTOS.
Un primer criterio considera directos a aquellos que se recaudan
periódicamente de contribuyentes registrados como tales, e indirectos a los que se recaudan accidentalmente de personas no registradas.
Un segundo criterio de clasificación considera directos a los que son
soportados efectivamente por los contribuyentes designados como tales por la ley, e indirectos a los que se trasladan a sujetos distintos del contribuyente de derecho. Ventajas: este criterio parece más sólido y profundo. Desventajas: no hay impuestos que por su naturaleza se trasladen o no, la trasladabilidad depende de muchos factores (naturaleza del impuesto, cuantía del gravamen, régimen de mercado, etc.).
Un tercer criterio de clasificación considera directos a los que gravan las
manifestaciones directas de la capacidad contributiva (o sea la renta y el patrimonio) y como indirectos a los que gravan manifestaciones indirectas tales como el consumo, las transferencias de bienes, el volumen de negocios, etc. Ventajas: es claro y preciso. Desventajas: suponer que los impuestos a la renta o al patrimonio gravan manifestaciones directas de la capacidad contributiva es admitir implícitamente la no trasladabilidad.
IMPUESTOS REALES Y PERSONALES.
Un primer criterio denomina personales a los impuestos en los que el
contribuyente colabora con el fisco mediante una actividad que se expresa en declaraciones juradas o inscripción en registros, siendo los reales aquellos que prescinden de esa colaboración administrativa.
Un segundo criterio llama personales a los impuestos cuyas leyes ponen
en evidencia la persona del contribuyente al lado del aspecto objetivo del hecho imponible y reales a aquellos en los que la ley no enuncia ni define al sujeto pasivo. Ejemplo de personal es el impuesto a la renta de las personas físicas y las sociedades y de reales los derechos aduaneros e impuestos a la propiedad inmueble.
Un tercer criterio define como reales a los impuestos cuyas obligaciones
están provistas de una garantía real sobre los bienes comprendidos en el objeto de los hechos imponibles y como personales los que carecen de dicha garantía.
Un cuarto criterio clasifica como personales a aquellos que buscan
determinar la capacidad contributiva de las personas físicas, discriminando la cuantía del gravamen según las circunstancias económicas personales del contribuyente. Se clasifican como reales los que eligen como hechos imponibles manifestaciones objetivas de la riqueza.
IMPUESTOS GENERALES Y ESPECIALES.
Se denominan generales a los que gravan todas las manifestaciones de
una determinada naturaleza, sea en forma personal o real. Se consideran especiales los que gravan sólo una determinada especie de la naturaleza. Ejemplo de generales: un impuesto que se aplique a la totalidad de las ventas de bienes y servicios. Ejemplo de especiales: un impuesto aplicado a la venta de determinados bienes. IMPUESTOS PERIÓDICOS E IMPUESTOS POR UNA SOLA VEZ.
Los impuestos periódicos son aquellos que se abonan en forma anual o
por períodos menores, ya que se aplican sobre manifestaciones de riqueza que se obtienen en forma permanente. Los impuestos que se aplican por una sola vez se dan cuando el Estado elige por alguna razón (por ejemplo necesidades extraordinarias) utilizarlos. Ello no significa que pueda alcanzar manifestaciones de riqueza que se obtengan periódicamente.
POR FAVOR, ESTUDIEN SUS DIFERENCIAS. Y A QUÉ RESPONDE