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Hoy recordamos al general José Francisco de San Martín, para enriquecernos de sus

convicciones y de su conducta, destacando que, con coraje, valor, honradez e inteligencia, se


puede servir a la patria dignamente.

Sus aportes a lo largo de la historia fueron bastos, en el año 1789 Ingreso como cadete en el
Regimiento de Murcia, fue éste el origen de una brillante y vertiginosa carrera militar.
Mereciendo sucesivos ascensos por su actuación. En 1812 San Martin llega a Buenos Aires, el
Triunvirato le concede el grado de Teniente Coronel de Caballería y crea el Regimiento de
Granaderos a caballo, produciéndose en febrero de 1813 la victoria de San Lorenzo, bautismo
de fuego de los granaderos. En 1814 asume el mando del ejército del norte, frente al deterioro
de su salud se retira a la provincia de Córdoba, a recuperarse y elaborar su plan continental
liberar a Chile y de allí embarcarse hacia el Perú y terminar con el poder realista en Lima.

Su identidad americana y su ideario liberal lo determinaron a contribuir a la libertad de su


patria. Emancipo a tres naciones, por ello en nuestro país se lo reconoce como el «padre de la
Patria» y «Libertador», se le valora como el principal héroe y prócer del panteón nacional. En
Perú se lo recuerda como el «Fundador de la Libertad del Perú», el «Fundador de la
República», el «Generalísimo de las Armas» y el «Libertador» del país. El Ejército de Chile le
reconoce el grado de Capitán General. No se dedicó a la docencia de modo profesional, pero
educó con sus acciones y palabras de acuerdo al pensamiento liberal propio de su época,
incentivando la creación de establecimientos educativos públicos, gratuitos y laicos. Al arribar
a Perú para su campaña libertadora se ocupó de alfabetizar aborígenes y negros a quienes
también les brindo la posibilidad de que aprendieran un oficio, consideraba que solo con gente
ilustrada los pueblos podían progresar material y moralmente.

Expuso su pensamiento: “Serás lo que debas ser, o serás nada”. Cruzó los Andes con su ejército
para llevar a cabo su hazaña. Bartolomé Mitre citó que: “Los hombres de acción o de
pensamiento, que, como San Martín, realizan grandes cosas, son almas apasionadas que
elevan sus pasiones a la potencia del genio y las convierten en fuerzas para obrar sobre los
acontecimientos, dirigirlos o servirlos. Obran sobre su tiempo como una acción eficiente o se
lanzan en las corrientes permanentes, y de este modo su influencia se prolonga en los
venideros como hecho durable o como pensamiento trascendental.

Falleció un 17 de agosto de 1850, a los 72 años, en su casa de Francia, rodeado de sus seres
queridos. Sus restos fueron repatriados, un 28 de mayo de 1880 30 años más tarde, y,
actualmente, se encuentran en la Capilla Nuestra Señora de la Paz ubicada en la Catedral
Metropolitana de Buenos Aires.

Así como el General San Martin necesito a sus granaderos y a sus soldados, nuestra Patria
necesita de cada uno de nosotros.

Que la imagen del Padre de la Patria, sea un modelo a imitar por todos los argentinos, para
hacer de nuestra Patria un lugar mejor, recordando que Si hay victoria en vencer al enemigo la
hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo.

Muchas Gracias.

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