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“Educar para formar y aprender para servir”

CAMBIO CLIMÁTICO

El calentamiento global es el incremento de la temperatura de la Tierra provocado por el aumento de gases


efecto invernadero (GEI).

Éstos forman un manto alrededor del planeta que actúa de filtro de la luz solar que atraviesa la atmósfera. La
Tierra absorbe una cantidad del calor procedente del sol y radia el resto de nuevo a la atmósfera. Esta radiación
calorífica procedente de la Tierra, al chocar contra la capa de gases de la atmósfera (vapor de agua, CO2, vapor
metano, óxidos de nitrógeno y otros), no la puede traspasar, por lo que rebota en ellos, vuelve a la Tierra y
produce un incremento de temperatura. La Tierra es habitable gracias a este proceso, ya que de lo contrario las
oscilaciones térmicas entre día y noche serían similares a las de los planetas que carecen de atmósfera.

El CO2 y otros contaminantes que emitimos que propician el calentamiento global se unen, forman un manto
cada vez más denso en la atmósfera y hacen que la Tierra se caliente. Cuanto más dióxido de carbono, metano
y óxidos de nitrógeno emitamos, más se calentará el planeta.

Como el cuerpo humano, la temperatura de la atmósfera terrestre tiene que oscilar entre unos límites adecuados
para que la vida se desarrolle sin problemas. Un pequeño incremento en la temperatura de nuestro cuerpo
puede provocarnos sensación de enfermedad, mientras que unos cuantos grados más pueden causarnos
complicaciones, e incluso la muerte. Del mismo modo, estos pequeños cambios en la atmósfera pueden suponer
grandes, y a veces devastadoras, consecuencias para la Tierra. 

Los gases de invernadero más comunes e importantes son el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano.

Dióxido de carbono (CO2): Este gas de efecto invernadero se encuentra en concentraciones relativamente


bajas en la atmósfera, aproximadamente un 0,03%. A pesar de sus bajos niveles, se trata del mayor impulsor del
calentamiento global. Actualmente, existen cerca de 3 trillones de toneladas de CO2 en la atmósfera, un 27%
superior al nivel anterior a la Revolución Industrial. A finales del siglo XIX, los niveles de dióxido de carbono eran
de 280 partes por millón (ppm); ahora las concentraciones están alrededor de 380 ppm. Algunos científicos
advierten que si la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera supera las 450 ppm, la temperatura
de la Tierra podría dispararse de manera descontrolada. 

Las fuentes naturales del dióxido de carbono incluyen plantas en descomposición y materia animal, incendios
forestales naturales y volcanes. Las principales fuentes humanas de CO2 proceden de la quema de
combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y de la deforestación. Los científicos atribuyen la mayor parte de la
concentración de CO2 a estas fuentes procedentes de la acción humana.

Metano (CH4): El metano es un gas de invernadero muy potente. En 100 años, una tonelada de metano podría
calentar el globo 23 veces más que una tonelada de dióxido de carbono. La atmósfera tiene una concentración
de metano de 1.774 partes por billón (ppb), lo que supone un aumento del 59% de la concentración de metano
anterior a la Revolución Industrial. Sin embargo, hay 220 veces menos metano que dióxido de carbono en la
atmósfera.

El metano se crea por la descomposición de la materia orgánica que procede en gran parte de los vertederos, el
ganado bovino y el resto del sector ganadero (pollos y cerdos)..

Óxido nitroso (N2O): El óxido nitroso es el único óxido de nitrógeno (NOx) que actúa como gas de efecto
invernadero. El óxido nitroso tendrá en un siglo un efecto de calentamiento global aproximadamente 300 veces
superior al del dióxido de carbono. Sin embargo, como el metano, el óxido nitroso se encuentra en
concentraciones mucho menores que el dióxido de carbono en la atmósfera, que en la actualidad son de 319
ppb, un 18% superior al periodo anterior a la Revolución Industrial.

El óxido nitroso es emitido por las bacterias del suelo. La agricultura y el uso de fertilizantes con base de
nitrógeno, junto con el tratamiento de los residuos animales, aumentan la producción de óxidos nitrosos. Algunas
industrias, como la del nailon, y la quema de combustible es en motores de combustión interna también liberan
óxido nitroso a la atmósfera.

Partículas en suspensión (Humo Negro): Las partículas en suspensión, o humo negro, no son un verdadero


gas de efecto invernadero, ya que son sólidas y calientan la atmósfera de diferente manera que un gas. Sin
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embargo, provocan un efecto invernadero significativo.

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