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Hans Belting La historia del arte después de la modernidad 11. La narrativa del arte en el nuevo museo: | la btisqueda de un perfil EL MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO SEGUIRA SIENDO EL TERRENO PARA 1 debate sobre la historia del arte, pues ahi cualquier exposicién de jute nuevo ofrece la posibilidad de discutir nuestra idea de la historia delarte, Lo que sigue siendo cuestionable es la posibilidad de exponer Ia historia del arte frente al espejo del arte contemporéneo. Todavia queda ver silos conceptos actuales de arte comparten una idea comin de la historia del arte. Simplemente presentar obras no es suficiente para dar cuenta del curso de la historia del arte y del estado del arte. Seguimos sujetos a un significado del arte cada vez menos comprensi- ble que todavia podemos identificar con su historia anterior, por mas que esa historia pueda ser malinterpretada. El museo como institucién en la que artistas y expertos se en- cuentran, se ha convertido en la manzana de la discordia. La presién del piblico, que espera ver en un museo todo lo que los libros ya no aaplican, ha conyertido el problema del contenido en un tema que ya ‘0 €s exclusivo de los expertos. Todos los debates sobre el tema del ‘tseo también plantean la cuestién sobre lo que queda de la idea de istoria del arte. Alli donde esta idea se ha vuelto incierta, el espacio “posicion, para justificar su credibilidad, ha quedado en manos ;,, clones més contradictorias. Cuando falta consenso, cualquier Speen ae et el acceso al museo y ya que éste no puede Viejas expectativas, en una secuencia de concepciones 125 Hans Belting inimagiabls, are las putas para que cuiaiaten incompatibes,* *POicongs "or. a ists lent de og de exposicion y continua tocando la misma \ersas condiciones. Cuando el Museo de Ane abrié I exposicién High and Lowen agg peat al ideal del templo exaltado de la alta ‘modernidad tetas en conta de la“profanacon del tmplgh 2 cl vulgar modelo de la publicidad se habe tage Arthur C. Danto en esa ocasién, el cor templo, en lugar de. escuela del arte, Seguia a modernidad lo que se cor Feivindcaba vehementer de entretenimiento, ‘Tres ar intercambiar ef altar por + Man A pesar de todo, el museo de hoy no se ha cony to departamental, pero esta listo para utilizar las ‘idad para poner en escena el arte més luz posible. Una instit, mace Cuestiona si el nuevo arte pide espacio en cl fnuseo el que estéalacaza del nuevo arte, Sin el, 1o s6lo se encontraria Contempordneo, se estaria dando huevo arte. Esta forzada alianza Nameante cualquier otra opciin al museo, En os anos stenta todavia era posible hablar de una “ Mina, Gel mismo modo que se podia hablar de una “crisis Mientras tanto, sin embargo, esta erie de ‘dentidad ha dado jue los am ryeda el arte COMO: fae histor del arte despues dl nein eatsica sido el oasis de aaa a avi de la experiencia le ce Hans Beling mercado y hacen qu cualquiera puede es Obras de artistas vivos ‘tami los simbolos visibles de vig a historia del arte después del merdernismo tos con su. programacion y sus politicas meiert Fe ae coe representando el esta cultural o Ia me . He fe un modo muy particular, ito del arte, nos enfrentamos a una gran dos: peregrinaje al santuario del arte, El alee nera espaciosalternativos dentro del museo, negandl Ig sae musefstica tradicional mediante la dislocacién de mage: ny estta im; ion visual, ging rentemente la casa que albe ssa am el museo, que mostraba objetos que exstan fuera del tema) SPaCIO Vivo, ia en la que los creyenies ia de un tiempo mien Las imagenes de culto en este tipo de lugares religiosos eas iepye «ran viejas y sin embargo se encontraban presentes y visibles ebmp imagenes fisicas, imagenes que estaban en un lugar espectfiea’y qu habia que ira visitar en persona. El museo, como simbolo de ui gar del espectador mientras proponia la experiencia de un os hereds la situacién del templo o de la igle podian experimentar fisicamente la pre empo suspendido, no esta preparado para aeoger el carécterefimero de las prcticas de exposicién contemporanéas ER tuna sociedad que valora los bancos de datos sobre el atesoramieni@l de objetos raros se requiere una puesta en escena que des-espacialigs y retemporalice el museo incluso dentro del museo ¥y que sea capan de sustituir la obra con el ‘evento Esta nueva energia en las escenificaciones topa con sus limite cuando entra en juego el arte premoderno con su perfil historico me nte la invitacion a importantes “curadores visitantes” a realigat @e= ades episodicas, dandoles una libertad de la que los empleados de la casa todavia no gozan. En Rotterdam, Robert Wilson, por terGema vex consecutiva, logré convert literalmente las salas del museo 6M escenarios sobre los que ls piezas “narrativas” de la colecciones PEE manentes casi no se reconocen (fg. 26), Durante un breve tiempo; éf museo se convirtié en un teatro de espiritu barroco que reciclaba la historia del arte presente en las viejas obras hasta convertirla en Uf brillante performance’ Los tres géneros de Retrato, naturaleza muer ta y paisaje (por citar el titulo de la exposicin) oftecieron el reper torio de la puesta en escena que en ocasiones resulto excesiva, como cuando, por ejemplo, un bronce de Rodin fue mostrado dentro de un bosque otonal uminado artificialmente como ejemplo de “naturaleza Luguste Rodin, net Wilson, instalacion ubzando ne se ace Bogie Robert Wilson, instal otterdam, 1993: . ymans-van Beuningen ‘Wilson. Portrait seam Boy ey aha Scho Raber tomada de Rober van Beuningen, Museum Boymans* Sail Life, Landscape, Rotterdam: Mi 1993. Catélogo de exposiein: a3 muerta® Fue un gestoreveladorelcelorle el museg w ea hit 1 tro en el my, acl Mg io era la extrana cok an del ex disenador de decorados Mario Fortuny, a en Venecia, un gan «laueccirector de cine, con motivo ea Bienal de Vangel ag cestatuas, mascaras, porcelanas y textiles 3 cuando Robert Wilson estaba jugande, s¢0, Pete ntigwos para crear un appa {culo imaginario juno cols pinturas del propo eeu Simultaneamente, Greenaway utilz6 el mismo espacio para n ttulada Watching Water (Mirando el agua), ef tostraba utilria de sus propia peliculas, En la vieja eolee da en su momento como un ritual de la memoria, install ff ‘que, escondidas,iluminaban varios objetos de la colecci6n y dt ra alternada hacia que las imagenes emergieran 0 desaparedk la oscuridad. El espectador se sentia dentro de 1a pelicula en la otros actores le estaban esperando para compartir la escena, 1 Como el propio Greenaway explieé en el Film Bulletin de jun 1994, intentaba, a la larga, “superar la situacién cinema” y verle al piblico de cine el cuerpo en el espacio real, un euerpo hhabian perdido frente a la ilusion de la pantalla, Sus proyectos 63 sitivos, incluyendo una exposicion itinerante titulada 160 Objeets 1 Represent the World (100 objetos para representar ef mundo), aleaneae ‘on un cierto climax con la exposicion Stairs (Escaleras), que ef 1604) transtorm6 toda la ciudad de Ginebra en un escenario, Desde cients de ubicaciones que se podian alcanzar mediante el uso de escaleras) es se convertian en el eje de una situacion cinematognde fica cuando miraban a través de un marco con forma de pantalla de cine y asi experimentaban el mundo, el arte y el cine fundidos en una Mientras tanto, la transformacion escenogréfica de la exposielOH se ha dejado cada vez més en manos de historiadores del arte ren experiencia en este tipo de escenificaciones y que ex ajos viejos y nuevos formando genealogias falsas © iosas que parecen liberadas de las leyes de | en favor de un jumento inédito, Este tipo de experimentos todavia ‘stn limitados a exposiciones temporales que, por otra parte, tenden unin ena ar Fn Watching Water de Pee eer Cortesia de Peter Gree 27. Peter Greenaway Venecia, 1993, Tomada neo 623 pete naway/Peter 333 Hans Belting convertirse en modelos ‘ionen Arnheim, Valerie 5 cera y una feria, en el que la pron ante y la curiosidad, era vertiginosa ey renacio ~—el antecesor del museo— Hans Belting El nervioso debate sobre el reconocimiento del ary a istria del arte despues del es irieron sues stas obras. Una ver que adqui : jena dee tas a viempo vivo Yea ontario se oe ibre de una historia convertida en arte. sen el nov firmemente en las democracias mo- tud) de las obras a las que apliquemos esta idea, ria del arte que todavia pervive nos vincula a la cultura historica, ya que nada nos da més miedo, el arte se convierta en una noci6n del pasado, del arte contemporaneo necesita, en dltima su historia, ya que es esta historia la que le y cen esencia, inexplicable. Pero el arte disfruta de t las puras ideas nunca podran gozar: se materializa ¢ arte que puede ser adquirida por un museo y ser “arte esto es, en una obra que siempre tiene un. Incluso si se trata de una ficcién, como so que en vista de las practicas actuales del co valores del mercado los que parecen dominar. su propiedad, es todavia en el valor simbolico en. ‘nuestra fascinacién por el arte. Para aclarar este valor simb6lico, que tan bien. en el museo de arte, parece razonable revisar una ver tanto el lugar tradicional para contemplar la historia d ‘menos en la era burguesa. Si la historia cuenta para alg historia compartida en la que una sociedad busca su id que sucede con la historia en el museo de arte, en dot tradecirse con el hecho de que las obras antiguas, para entt colecciones y convertirse en arte, han tenido que pagar el p pérdida de su uso social? La historia entonces yace no s6 dencia de los trabajos individuales, sino mas bien en la eviden tuna institucion cuya coleccion se pensaba que representaba I ra. La nacion desde entonces ha tomado el lugar de la como el museo nacional de arte habia tomado el ugar de la

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