CEC 2196-2257 1. ¿Qué nos dice la Sagrada Escritura sobre este 4° mandamiento?
- Ex 20, 12: “Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus
días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar”.
- Ef 6, 1-3: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es
justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra”.
- Lc 2, 51: “Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos.”
2. ¿A qué nos exhorta este mandamiento?
- Principalmente al respeto y obediencia de los hijos por los padres.
Aunque esta obediencia se ha de dar hasta la emnacipación de los hijos, el respeto ha de perdurar para siempre, especialmente cuando les llega la ancianidad.
- No obstante, este mandato se extiende también a la honra de todos los que
tengan algún tipo de autoridad sobre nosotros: abuelo, tíos, autoridades civiles, maestros, etc.
- Estamos llamados a mirar a nuestras autoridades civiles como aquellos
que Dios ha puesto en nuestra sociedad para velar por el bien común. De ahí, el respeto y las oraciones que hemos de ofrecer en su favor.
Sin embargo, hemos de saber que si alguna autoridad mandase a realizar
algo contrario al orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio, la persona tiene obligación en conciencia de no obedecer esas prescripciones.
- Este mandamiento también presenta unas exigencias a los padres: la
educación de los hijos (derecho y deber); mirar a sus hijos como a hijos de Dios; velar por su maduración en la fe; respetar su elección de profesión y vocación: sea a la vida religiosa, sea a la vida matrimonial respetando al cónyuge que elija, sea a la sana vida soltera por motivos dignos (por jemeplo: permanecer al cuidado de sus padres).