CAPÍTULO I

1. Capital de trabajo

El capital de trabajo es un título financiero que tiene relación directa con los recursos que
una empresa tiene para llevar a cabo su financiamiento inicial y permanente del negocio.

Además por su naturaleza, el capital de trabajo es de corto plazo y representa la inversión

en los activos a corto plazo; sus componentes principales son: el efectivo, las cuentas por
cobrar y los inventarios.

De modo que el capital de trabajo se origina por la diferencia contable entre el activo
circulante y el pasivo a corto plazo, y representa el ciclo financiero de aquellos recursos
económicos con los que cuenta una empresa dentro de su haber para afrontar compromisos
de pago en el corto plazo, relacionados con su actividad económica.

Por lo cual está representado por el capital necesario para iniciar operaciones, antes de
recibir ingresos.

Es por esto que, el capital obtenido debe ser suficiente para comprar: materia prima, cubrir
gastos, pagar salarios y otorgar financiamiento a sus clientes.

Cabe mencionar que el capital del trabajo está siempre en constante transformación,
cuando la corporación compra bienes, los transforma y luego los comercializa con un
margen de ganancia.

De tal manera que el aumento del capital de trabajo representa un indicador positivo.
Aunque no siempre debe interpretarse de esta manera, ya que, el capital de trabajo
aumenta espontáneamente cuando las ventas crecen, pero, una empresa puede crecer en
tamaño pero destruir su valor.

Por lo tanto, al obtener un capital de trabajo positivo significa que la empresa cuenta con
liquidez a corto plazo, de ahí resulta que el capital de trabajo es la porción del activo
circulante que se encuentra financiada por el pasivo a corto plazo.

Por su parte, (Gitman, 1986) propone que “mientras más grande sea la cantidad de activos
circulantes existentes, mayor es la probabilidad de que alguno de ellos pueda convertirse
en efectivo para pagar la deuda vencida”
De tal manera que la relevancia del capital de trabajo reside en el hecho de que se pueden
generar los recursos suficientes para la existencia del negocio.