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(El ©ttaaalnora. f ;:'1f. I'» l i r n A i t t l I J '

•PEH-IODICSO SSMAÍTAL D 3 LITSEATUEA T A ^ T S S .


TOMO 1 P nOMIN'GO 241 DE MARZO DE 1830. NUMEIVO S'o

Índice de este ntímero.—El Albura.—Itooiance.—Ciicuto faulástlco—¡li^tom de


Málaga, coii¿muaciou.=Ilio{¡;rafiU, Abcii-bltar. <>. :.,

'I iiL' t 7 --jnjiijtl HUÍ • i>ti !iOÍ''?i^;:iij[


'j¡ •• * - ' ' ' ' 1

..•v,.rv. Wíjgj^ ÁLBUM, codiciosos de oro y de gloria, se adelantaban


)r'n.I'jr.[q..;f.!>í : al abrigo de la costa hasta mas allá del im-
perio lie Marruecos y desembarcaudo á veces
en tierras t(|uínoei;des, regresaban á su pa-
Í L Í I portentosa itioviliílad de nuestro siglo tria llenos de riijuezas despncs de una na-
trac cMi coiilinno trasiego á su ¡jeneraiúüii, vegación penosa por mares bravas y deseo-
y la süciciiad luiüe y se agita btty en el mun- uücidas. Los peligros (¡uc rodeaban á es-
do como si • todo éi fuese iiim sola eiudad. tas espedleiones por wvav y por tiiM'ra j el si-
A s i se enizan en este siglo las opnestas zo- lencio de muerte en (jue á veces se perdian,
iia-i i;ouiO c» los pasados las fi-ontcras de un y las relaciones apasionadas y poéticas q u e
r e i n o ; v el viajie i¡uc un tiempo se eonsi- liacian de ellas los pocos que las daban ven-
deraíin a\euluraiio y peligi-osü, se empren- turosa cima, debían producir tal impresión
de e¡i et dia j)ü)' mero pasalieiapo. JLa es- en aquellas generaciones que sus becbos se
piari>ín de Ku crimen ó "'>a piedad fervo- grabasen para siempre en su mente, here-
rosa, eneeiidlaii sagrada llama cu el cora- dándose por trailicioa de unas en otras. I n ú -
zón de 11» cristiano de la eiíad medía, y sm tiles crau entonces los apuntes y memoria-
tiperauza lal \iiv. de volver á sus bogares, les cuando cada imaginación era un libro
empieudia la mas arriesgada pei-í-grinaciou que se reproilucia en otras mil imaginacio-
ali;iif:iiío poi' el deseo de lavar sus cuípaiieu nes. E i peregrino que contempló los mu-
lasaguasdeíjorilaii y de pedirá Dios mise- ros de J e r u a a l e n , y ei navegante q u e creía
rieordiü sobre su santo sepuíei'O. D e p u e s . . . . lial>er llegado bas'.a lu lin del m u n d o , sen-
pasailoa umeiios a n o s , agobiado el cuerpo laiios luegw al fogón douiéstico enlrcteniaii
sobre uu báculo arraneado de los cedros del á sus familias contando las maravillas q u e
J-íbario, lii faz tostada por los ardienleri ra- liabian visto y los trabajos que habiau espe-
yos del sol de la Siria, calcinados los pies riíucutado en susdüaladosviages. Estas Iiis-
por las abracadas arenas del desierto, y la torias ó consejas, adornadas con la gala sal-
\ a g e deuna imaginación poética y ecsailada,
meóle embebiJa en sublime medíiaeion, so-
q u é huellas no del)eriau dejar en un audi-
lía >oiverá :^ii patria el peregrino, donde era
torio entusiasta y supcrsiicioso, en un tiem-
contemplado con estúpido asombro y leuído
po en ipu' el comercio de las gcutcs esta-
en upíjiion lie ?!uito...!
ba tan obstruido! '-'• ''l'^ '^.
Antes que ei iuoiortal Vaseo de Gama
arroitruse con ánímn esforzado la Icini.la em- ftlas amiando los tiempos, vinieron al
presa de rodear la tierra mas nierldional del mundo Vaseo de ( j a m a , C o l o n , Magalla-
África, y (¡iiuentiirtt cmi su ¡rrcsimcia ni (jc- nes y otros intrépidos argonautas que con
nio í/e Uf itini-cs líi-l Ofivnlo, fij IOÍUU- sus portentosos descubrimientos prepararon
per.Jij-iosas trailieioues alejabau á los nave- la revolución que ba cambiado la faz de las
gaulcs de aquellas regiüiies deseonojidas. sociedades. LascouquislasdeAlbuwjuerqne,
S i n embargo, algunos osados aventúrelos, H e r n á n (jortés y los Pizarros, abrieron una ,
(1) Iiuáeeu creada por Gamoeus, nueva carrera á la ambíeiou, y milltti'cs de
.^
leu
lionil>rcs (le tudas las naciones de E u r o p a y de, arinonia, y (ciiuipíida á lo lejos por la
cruzaran cl Atláiilíco, y (lcjaU(Ío airas d pintoresca cordillera de Salenuo!—Poseído
nuevo luunilü se lanzanma! Pacífico j ahor- de dulce lauguidez, ojea su libro lentamente.
daron las rcjj'íoncs del O r i e n t e , loiuauíio asi E l jiasai^ de sus hojas ofrece á su acalorada
el Iiombre pusesion del globo entero, e n - imaginación variados pa¡saj{es que le repic-
tonces se desarrolló ese uériiicn de niovili- s:;nlacün mas ilusión y verdad-que «n,mag-
^ lidad que turma el carácter distintivo de las nílico diorama.—Cada página un recuerdo!
sociedades modernas : las artes y las cien- ¡ E s lan dulce un r e c u e r d o . . . . ! un recuerdo
cias lo lían nndtiplicado después liasla el in- (le amor! triste y melancólico como el últi-
finito. Esta movilidad parece haber llejya- mo acento de una lira en el silencio de la
^ tiu en nuestro siglo á su apogeo con la pro- n o c h e . . . grato y consolador como la imagen
pagación de los buques y carros de Aapor. de algún ser que Idolalramos y que no ecsís-
E l espíritu de especulación y de curiosnlad te ya sobre la tierra....
han adquirido un cumpletu desarrollo con
¡Oestino consolador del albuui! rcerear
_ aquellos descubriiníeutos. Abura , todo cl
al hombre con la memoria de los placeres
^..jnundo viaja: ías naciones se visilau unas á
que allá un tiempo disfrutó..!
. otras j se copian sus modas, sus coilnudu-csj
truecan sus anligüedades ; y esle roce con- ' : - - f-:l<-,i,n ^i. I..!.;.,- ^- Ji^arez y Queun.'
, t/nuo de inuelios pueblos euqiieza á borrar
sus fisonomías, preparando asi la asociación
general. Con es[c agiladísimo trasiego de
. i;.vi in-}. fíX'i; /,
las gentes se multipücan relaciimes , se ad-
quieren conoclniieiilos, se improvisan aiuis- ROMANCE.
tades que serian eternas si la ausencia no
las apagara en su uiisuto o r i g e n , y la iina-
• ginacion del h o m b r e , no podiendo conscr- Cruran estrellado cielo
. -var recuerdos de lautas ideas, ni su corazón Con ceulciciito color
., . ríulíarroncs que oscurecQO
- abrigar siempre vivos tan rápidos afectos, •, '::. Luna que roja salió;
- necesita un libro en que poder recapitular y lejano se íipercibe
unas y otras , reservándolas para cl tienq)0 Vago y confuso rumor,
Cual el de mar inoofistante
. de la inacción y del h a s t i o . — H e aquí el ál-
Que las ondas agito;
b u m : — L i b r o Illanco de la vida en que el ^ _ ^^ \ del medroso relámpago
hombre amunloua recuerdos de placeres que unt-a
.-,^_,__ E l repentino luigor
apenas pudo gozar. Tesoro que rescr\a en
su opulcueia para euaiulo >eiiga el día de la '• Aiuincia el rayo ii';icundo
' * -, ' 'Que en el bosque deprendió.
desgracia. P o r sus hojas pueden eonlarse '•'^''"^^'Retumba el tineno Psjijintosoi
las di^ei'sas situaciones de la ^Ida , tan ^a- C! - f ' y Y el huracán bramador
. riadas y Irausilorias en eslos lienqios que á •!•--} b y La Inerte v añosa encina
. penas queda de ellas un recuerdo \ a g o y Con ímpetu desgajó. n i -i
confuso cu la meiile del que las esperimen- La lluvia á mares caia,
tára. Dcscaiisaudo ai lin eii su r e t i r o , pue- Y el granizo destructor
^ de el li.ijubrc volver á gozar en su alhuiu Pinliidos viiirios rompiera
. de la vida que pasó.—Oespliega sus hojas Do un gólico torrcüu.
y lija acaso sii mirada sobre uu rel¡e\ c <pic Cabe el iiondu precipicio
¡ c o p i ó de las ruinas de P o m p e y a . . . . — I l a U a ! Un torrcuto atroiKuior
Italia.,.! (Iiih'.e recocrdo de mi agostada ju- , . . En cabeinosíis abismos
: ventud! mi imaginación era entonces lau . Su coniciiti; srpultt').
i>t •At.-
JIurida como sus eauqios, y uii <-orazon laii - • • v ••-'
Lívida sombra iraíunula
, ai-dieiilt> cofiio su \'esub¡u-... llalla.-!— V >|. ><• ! J'or antigua tiadicinn • i*

,1a cabeza caída solue el p e c h o , ((ucda el '^'p!' Era íhnia que lanzaba • i:

i hombre SUUUJIO en deleitoso arrobamienlo .i-cbí.^üj),.! torrente triste voz,


.^ jniciiíras se dcjípEiega allá en su mcfite la ri- co-oft»J:y f^^,g clamaba venganza
sueña caiupifia di; Ñapóles radiante de Juz Cnn aCL'nto atcrrador.,„.„¿„i- . . .
Alas al pálido refÍeio-"'íí'^Vv;ía-
19 8C
^nitü P ' i ^'" i'elámpago se v i ó , , ; „ ( r , - i . I j w t M _ P e r d í mis t i m b r e s gloriosoS| o í d i n ; ; . ' t i ! ¿ I
v.'j. l ^ f s e i o anciíiuo a p o y a d o -^ ^^[,HÍ)ÍI , f í : i t ¿ . P e r d í mi bella y mi a m o r . .,,jj,j ^.-ji^
E u iicgro y- tosco pcúou,,, ^f, ^ ^ . ^ j , j ^ .ftbjBíioi - ; , , -...¿írj íi
Soljre la meLlrosa orilla J u r e vengarme; y de noche .. ^j '
Del t o r r e n t e , sin p a v o r Sus palacios incendié, _ " '•
L a n z a r siniestras mií^adas Y á tiernas m a d r e s m i r é ; - . í^í^i
Al a n t i g u o t o r r e ó n . , I m p l o r a n d o compasión- . r ,* ^- • •
- ' • í r ^ K o le arretira el l i u r a c a n , ' " ? » * " ^ - *^' Mi agudo p u ñ a l í n a d i e " ^ ^ ' ' ^ - ' ^ ^ ' ^ '*-'>::•:
-5-fi. -Ki le a t e r r a el resplaiulor^'^'^' -B* » í ^ « » -^- La vida le eoncedia, "•^í''^" . ^ " ' . ' - " P ' " ' ,
• D e l r a y o q u e en pos de s í -'*P?'í?S '"-'• Q u e s a n g r e ! s a n g r e q u e r i a ' ' I ^ Í ^:I.IÍ!»'*ÍÍ'.^?
-f»?*F Lleva m u e r t e y deatruccion. ' 'iií^*—= Kencoroso el c o r a z ó n ! • ""i^»!''"''»'i»p
Sellan su a n c h u r o s a frente : rjnit , o n
Luengos anos de dolor, j uiift-vitr^u •-'.^ D e las llamas y'''ed$oEn:5«íV"^v^t'"íf^í'^
flíft'íiíX '•" ^^ pálida mejilla • iiiijt Í I Í Í Í Í — r -i, Nadie, nadie se liJjrára, ->IJ3)!«IÍ jyJÍK'Jfi;> i a
tilia higriiua r o d ó . ., ;k ÍUIUÍIIÍ-IÍ ^ „ , : Y i m tierno «iüo e s c a p a r a
9 Í , , j , X i i eucauecida c a b e z ^ jV„ . , „ , , ^ ; j . . j , , T a n solo d e m i f u r o r .
„f. ' E n honda meditación Hay tres lustros, y esta uocho
Sol>re la rugosa diestra Ese niño y a doncel,
I»3i;, U n mooieiiti) r t c l i u ó . ^ . , l i a lie c r u z a r solo él
J\'U>s hurgo Con la/, sombría-'; ., .' E s t e sitio sin t e m o r . ,_,
Lnii/ó líel p e c h o la voz,
Y al c o m p á s del t r u e n o l i o r r í b l e *í .. '*']VÍ[aB ' l é ' h e r í r á m í p u ñ a l
' E s t a cuneioi) entonó. "' Q u e mi r e n c o r es eterno; I
A u n q u e fulmine el infierno \,
C u a n d o vi la hi?. del día '*' C o n t r a mí su m a l d i c i ó n ! '^'t^
Me tdlia^;ilj:i la í o r t u n a , • •< •'ythuü yb fc*' Q u e la venganza es mí m í m e n j
Meció mi dor.uUi c u n a •lUÍiu^í lüísdin íi' V o r la veng.tnza deliro,
Y en t o r n o á mi sonrcia: : ,i:! ..fíviltM ./ S a n g r e y veng-tiiza r e s p i r o ,
Ella leliz nie alhagiíra .I; S a n g r e q u i e r e el c o r a / o n .
E n mis años juveniles, i t ' f ' i l •j'jtJiunif
Y en ini.síloridos a b r i l e s . lihaita f .'-'• • • ,¿Íh ^(,El c h o q u e del h u r a c á n ;:'
Incoiista:^e_,me,^acÍfíi;^^ a ¿ «iima _,j¡{j¡',i;Qiie con mas fuerza b r a m ó ,
z II
-ifoil l^*-' ¡"I""-'^ liombre vengativo
¿ Q i u ' s c h i c i e r o n los castillos
« 3 'le'i Corto la triste c a n c i ó n .
D o en ina"i!Írieos salones Mas negra n u b e ocultaba
Res(nialiau las canciones, Ijn r a y o 'jut: a b r a s a d o r
¡ H I ' ••^•
Y' las za tihnis \ el ii'stin ? Descendió ¿ lierir el anciano,
Qu(' «(• liicii'ion los torneos Q u e en la roca se quejií;
J>)nde NI ¡llalla mi bella, Y aun con a m a r g a sonrisa
Corno m a l u t i n a estrella, Balbuciente uuirmuró,
Gomo, h e r m o s o séndin ? Con inteligible acento
Su p o s t r e r a maldición.
\4 Cual tro.t^ba erguida p a l m e r a
E l supío tle á b r e g o lii;ro,
Lu.il un. cciage becliiccro
Oscurecí- el ¡ujuiltm, ^11^
Ciiyi'i y tle.-íapaj-eciera
Mi poderlo j mi g l o r i e ;
J b i s ipiOii;Íra una mcnioria íiiííiaiTtí;© i^i\i7^je43i£asD.
Q u e cjiípo/oña eí corazón.
,.b;u
ii.tyiJújr;;; laiJii-iOfj»
T u v e y o ww rival cruel *U«-«'íiÍtV»t''
Q u e mis dichas envidiara^ '^-í ;».d|«l ti"
MJ
Y guen-a m e d e c l a r a r a " ^ , ^íaífTt.'riijí^f.d ; « — Q u i e n h a b r á p u e s t o cstt; m i s l c r í n s o p e r -
Goii s a n g u i n a r i o í u r o r : {>'amino?... q u i é n m e p u e d e d a r esta e l l a ? . .
P e r d i en ella mis castiÜos, la c u e v a d e l D i a b l o ! , . . . y ^\\\ ciubarfjo u »
i^erdí mis bieücs cuaüííoaos, f a l t a r e : n o (¡ulero q u e &e d i g a ( | u e Rodol".
*

20^

fo ba tciniflo ni «na soia v e z : sí i r é , . , honi- corcel. Después salió de la cueva un q u e -


brpj mugcr ó diablo, no dejaré de nsíslir á jido, agudo, prolongado y lastimoso; tal vez
lu ulta.... el totjuc de oíacioncs ha souado, el último de un m o r i b u n d o . . . . ^. .
esta CB justamente la hora.
E s t o decía un joven de g;allai'da presen-
cia, que cabal{raiido sobre un bien corlado
corcel y seg;ui(lo de un hermoso perro de — P o r aquí me parece q u e le vi segui-
Tcrranova, ncjjvo como el azabache, se en- do de su perro; pero no lo puedo ase-
catuitiaha por una senda tortuosa y estrecha gurar.
que conducía á una alta colina. — P o r el, alma de san Baltasar, mi patro-
U n viento frió y penetrante le hizo dar n o , q u e le lia de haber sucedido algún des-
algunos tiritones y cmliozarsc en su capa: aguizado á ini hueu señor.
el caballo andaba con {^rau trabajo resba- — D i o s quiera q u e asi no s e a ; . . . . sigúeme
lando y tropezando á cada p a s o : el perro y tratemos de encontrarle.
ladraba tristemente , y redoblaba sus ahu- Los q u e asi conversaban acababan de
Itidos á medida q u e adelantaban en aquel salir del ca»lillo del joven conde Rodolfo, de
lúistcrioso camino. donde fallaba éste hacia dos dias. S u anciana
U n a hora había' andado nuestro ineóg- tia doña Guioiuar, temerosa de que le hui-
DÍto cuando lIe{;;ando á la cumbre descubrió hiese sucedido alguna desgracia, liahia en-
un eslcndido valle hacia el cual se dirijió viado áj buícaríe, y rezaba á Dios y á los
con la presteza q u e le permitia el sendero. santos en este coulUcto.
Perdíase por entre ios pies de los año- L r a fama que el joven Conde , andaba
sos árboles u n arroyo q u e ccsaiaha « " olor perdido de amores por una mucltacha, ítija
sulfuroso é. incómodo; todo el valle estaba de un honrado pechero s u y o ; la joven te
cubierto de una densa neblina, al través de amaba también, tanto pur su gallardía y juií-
la cual no tardó en ver unas ruinas que da- niliceucia, como por sus títulos.
ban entrada á la terrible cueva del Diablo. Había también cu aquellas cercanías u n
A l llegar á aquel sitio, el caballo aguzó hombre terrible y liero, de un natural sal-
las orejas y relinchó: Drilkst, el perro, dio vaje, y aun le atribuían mil robos ;j asesi-
un ladrido agudo y penetrante. E l caballe- natos, amen de tener beebo pacto con el
ro echó pie á t i e r r a , ató su hridou al tron- Demonio. E s t e hombre se bahía prendado
co de n a viejo sauce, y sedispusoá entrar en ciegamente fie las gracias de Eleonora, pe-
la cueva: su perro le siguió. ro la l í m a s e borrorizaba de v e r l e , y entre-
A l poner el píe en la entrada estalló un gaba lodo su afecto al Coudesito. Celoso y
trueno horrible que hizo retenihtur toda la ultrajado trató de vengarse.
caber na y sus inmediaciones repitiendo el Una noebe conversaban los dos aman-
eco: un relámpago le había precedido, páli- tes sentados ai pie de un hermoso sicomuru,
d o , azufrado y tenebroso: el jóveu borro- que dejaba paliar por e n t r e sus grat:iosas ho-
rizado, estuvo para volverse 5 su acalorada jas los argentados rayos de la luna que da-
inuiginacioii U- preseulaba cítu los coloridos ban de Heno sobre el rostro divino de E t e o -
juas terrílicüs, lo» cuentos que le liabiau re- ñ o r a ; su amante la contemplaba cou é : t i -
ferido en tíu iutaucia, y las espantosas tra- sis, lleno de amor y cada vez mas npasio-
diciones que se conservaban aci^i-ea lic aque- nadoj \u á imprimir un ardoroso beso en
lla cueva; sin embargo , su ulma fucrle y tm frente virginal, cuando se interpone en-
genci'osa, se resentía de no tener valor pa- tre los dos una cabeza horretula y dcscar-
ra ctinip'lr lo que uiui •sez había p r o j e e - na<la; sus ojos parecían brotar fuego, su
tadu : en iín se decidió á entrar, no sin la color era entre lívido y pagizo ; su Imca
oportuna precaución de signarse y santi- arrojaba una espuma amarilla q u e caía pur
guarse como buen cristiano, y entró. su barba: esta cabeza era la de T u r Í o , el
'' A^tsde una hora pasara i>iu qtie el ca- iiecliMíCro; su diestra agitaba uu agudo p u -
ballero bubiesc salido; únicamente se oyó ñal, y su pecho daba un ronco ahuUido semc-
á poco unas deseutonailasy horrísonas carea- jaute al del iolio. s
jadas, que hicieron dar un bote al noble E l Conde saltó con una agilidad incrci-
21 M
Míasfii «ful ^ • ,

bV V avilando cí g"olpe Iiomiciilwj fiii-ró con una ruidosa algazara. T u r i o las observaba -
gues'iJailaá su cnciiiiíjo en el cosUilo. en silencio, y daba de vez en cuando una
— Y o os jiroporciouai'é una entrevista que risotada seca é infernal.
seJ-á la última (»l'jo con voz leri-iblü y i't- U n horrible trueno Jiizo estremecer á^
Yoleándose en su s a n g r e , ) Scñoi' C o n d e ! toda la eai)erna; en aquel instante apareció '
gi-aeias, gracias por la lieridi» que me ha- el conde Rodolfo. Una alegria diabólica s e '
béis üeeho.... Mas valla que os hubieseis vio pintada ei» el íostru del asesino. Í;;*/»!
dejado malar.... P e r o yo me venj/aré mas — E n t r a d conde Rodolfo, le dijo, veo q u e '
tériihllímente. Dló una earcajíula sardóni- sois buen cahaUero, y q u e no faltáis á ias
c a , se levantó y desapareció cou la vclo- citas que se os dan. E l Conde lo miró COD
crdad del rayo. indignación. E n aquel instante le vieron
Algunos'días después p s c a n d o el C o n - las viejas, y empezaron á reir y cliillar
de ensu eahalloy seguido de su íiel D i i l h s l , bailando al rededor suyo. E l joven estaba
observó la punía de un pergamino cuida- helado de t e r r o r . — A h o r a , mi buen señor,
dosamente puesto en la silla de su bridón; dijo T u r l o con calma afectada, ahora quie-
lo l o m ó , y con admiración leyó estaspala- ro cumpliros nna promesa q n c os hice al pie ^
bras: nAl tuque dti oracíotttSy en la cueva del sicómoro; os voy á proporcionar uua
diíl Diablo,"- -- • • „. , . . entrevista con vuestra amada, que os eer&
mny agradable. \ tomándole por la mano
lo arrastró delante del cadáver mutilado de
la joven. Rodolfo dio un grito de horror al
Cansado estoy ya de agnardar al señor reconocer á Eleonora y cayó desmayado. .
C u n d e ; yo le creía ntas puntual: lince ^a mus Las brujas seguían danzamfo en derredor
de media bura í[ue sonó el toque de ora- del círculo fosfórico. T u r i o se sentó j u n t o
ciones y aun no parece. P o r el omhlig'o de al jÓAcn con nna alegria mas terrible q u e
Salauás que se \a á divei'tir un ralo la saña de la hiena, y sacando sn puñal se
l i ó l a ! > lejas luahlilas , (pié demonios estáis puso ú aíilarlo en las lozas. E l joven volvió
bacientlo ahí lufiernol.... pues no se cu si, y vio á su lado la cara azufrada del
catán di>it't¡endü con mi presa. heclilccro.—Mátame, miserable! Ic dijo con
T o r i o t e levantó de un sitial de grani- acento desesperado.—Calmaos, mi Hcñor,
t o , porqué en electo él era el que asi ha- y oid nna historia que os quiero contar:
blaba , y se acercó á un estrecho eaUejon Erase una joven divina y hermosa como el
de ia cueva donde se hallaban amontonados sol, pura como los ángeles, y querida de
iiiíinidadde e-iqueielos y dos cuerpos atroz- todos: un señor de alta esfera se enamoró
ineiite niiitilatlus. P i e z ú doce viejas andra- de ella ; pues bien, ella no fue indiferente
josas y de lisonomia inlernal, rodeaban el á su pasión. Habla también un pobre liom-
cadáver de una joven herniosaj y se enlre- brc sin t í t u l o s , sin fortuna, pero que la
leuiaii en quitarle sus ve.-tidos y ebtipar su amaba con frenesí, y que no pudo alcanzar'
üuugro: una de ellas tocaLa una panderetilla sino desprecios. Este hombre presenció nías
á cuyo non danzaba un niaibu cabrio (!<' |>'ran- de un coloquio amoroso entre el joven y
de magnitud., negro como el liolliii, de re- ella; su alma se llenó de celos y quiso ven.
torcido-i cuernos y jp-ande barba. Otra de garse.» E l Conde trató de levanlarscr, pero
elia-i ilecia palabras Incoiti-jieusibles y con- T u r i o lo detuvo con su puñal, y prosiguió:
juros aterradores. T o r i o dio d¡- puñetazos á «pues cuino iba diciendo, quiso vengarse^
algimaf; de ellas, tomó el c a l á i e r d e la j o - pero él lo hirió antes de ser herido: eu-
ven, lo puso en pie contra \» p:ired, lo con- túuces el hombre ultrajado se iitti'oilujo, en
templó p<'r largo rato, dio un gemido y el silencio de la noche, eu la habitación de
>ol\ió al sitial.
L a i brujas empezaron á trazar en el sue- la joven A'edla va en su poilcr»
lo sobre una loza de marmol negro mi eir- Una eonvulsinu serdcjaiite á la tum se •
cniu que al punto se incendió con hiz aiu- esperimenta al choipie de una máquituigal-.-
l'raila y pestífera; entonces colocaron al ma- vánica, agitaba todos los nervios del jó>eu, .
cho eumedio y comenzaron á dan2ar en re- y sus huesos crugian con uu sonido falat. '
dedor, dando grandes chillidos y haciendo —AdloS; conde Rodolfo, te desprecio de-

/ ''
^92gf

jnasiailn iiiuuüSL'siuar.le; aciiéi^datíí4»iJii>^lM»i.^¡ p i o , q u e A n t i c a r i a batía moneda y q u e M e n o - j


es iilUajai-á T i i i ' i o . • -lü '••'••• •• .V-Í;i.bii^ b a e r a e l emporio de la costa, según el testi-í*
K i i ¡Hjiic-l iiionuMilo l l e g a r o n a l a c u e v a monio de. E s t r a b o n . Esos restos colosales de-
l a s vibracioiiíífí d e u n a c a m p a n a q u e liieierotí C a r l i m a , aun enniedio de t u mutilación y v e r - '
c o u i n ü v e i s c á l a s osanieiUas: T i i r í o y las gonzoso a b a n d o n o , dicen m u c h o mas a l alma''^
b r u j a s ag;arraroii el ciulávor ile E l e o n o r a , y q u e la desparecida estatua de Salónica de q i t ¿ 3
e e i j u i d o s (leí luaclio e a b r i o í l e s a p a r e e i e r o n baljlii el p a d r e La-Leña. P o r todo lo c u a l d e - ,
e » la s o m b r a . •' • * ' .• "'. ]' lili

A l c a b u (le n n a h o r a s e l e v a n t ó e l j(i- d u z c o , q u é Cista c u i d a d esclusivameute roer;:_j


-ven.... i a e u e v a eslaba desierta. cantil, poscedoia a u n d e su legislación p r o p i a
,r S a l i ó d e elía a U u d i d o y c o m o u n cadá- y c o s t u m b r e s transmitidas p o r sus f u n d a d o -
Tíir v i v i e n t e . I ' a r e c i a h a b e r s a l i d o (¡c la e s - res, seria rica y o p u l e n t a , a p l a u d i d a p o r sus
p a n t o s a riieva d e T o r t o u i o e n l í e c t e l a , p u e s , frutos, p e r o no fastuosa ni magnífica. •'
j a m a s p u d o a c o r d a i s c d e n a d a , n i i"( U'j sieiii- . j^stigis ( j E c i j a e r a una de las c u a t r o chan-i'-*
p r e a n d a b a va}¡aijido c o m o n n insensalOj y
cillerias ó convenías conocidos en la Bélica, y-*
murió dos anos después,
Á ella estaban sometidas A n t i c a r l a , Serlgilia, [
Nescanía, Angelas, Cartiina y iMalaca, iioy A u -
t e q u c r a , Y a l s e q u i l l o , { 1) Valle de Abdalagis,
'i-'"'í 3 . Urtiuivvci V Sifrmi Andujar, C á r t a m a ' y M á l a g a : Los o t r o s tres
ooMveiítús jurídicos e r a u C ó r d o b a , S a n l l p o n -
c e ( 2 ) y Cádiz,. ¿ D e donde, p u e s , el a u t o r d o . '
I!' •\: - .•.'.i:( .'>- .-i.iiJ';"ii >--'.l las Cüiiyersacioiies derivó ia cbanciUeria de
HISTCPvIi;. D3 l¿!¿LÍCr¿.V" IVÍiiiaga? De una lápida c u y a inscripción no
VI/Ó (5) mas q u e en los manuscritos de M o r e - ' j
Sensible es q u e estos márinpí¿s liayaij d e s -
ion y tomada p o r éste de los majnotrctos dé '
a p a r e c i d o , coií especialidad;el íjue coutciiia la
un vecino de esta c i u d a d ffue no se nom-
jiiseripcioii giii'^ja cnpiadií p o r Abíjete, y Ig
bra. T a l modo de e s c r i b i r la historia es agcno
mutiladu cstáhi.T íle l;i esposa de GaÜcuo, b a - .
de sn gravedad, y nn e m b a r a g o p a r a los Icc-r.,
liada eo los ciinieiítos de la A d u a n a jSueva en
lores. P o r q u e Málaga jm í'ucsc convenio juiíd
] 7 8 9 . Estas prit;Ín;is iiulcsliuetihlps de la b i s -
rídico no pu(;den desojereccr sus-timbres; téu«l'
t o r j a b a b U i i euii niiijor eloeucneia (pie la g i i i '
dría dniniiiio sobre su t('i-iniuo, s o b r e sus
tuit.i. yersioii de los hjlíírnretfes', á"*eiíés' ána'á
T¡ os, sus castillos nifintanos y sus pagos; e o u - .
ccíosos de Ins ^-lorias 'de fiU p a t r i a ' q i i e d é ' l a ,
l i l i r 1 •• ' •• ' " * t ' * ' ' * ' "^'
servaría sus f u e r o s , esa lionVosa prcrogativá''-
v e r d a d de los IH-I-IIOS, ^ ^ ;
de confederada (pi:: solo p a r t i e r o n con ella
I/U calidad dé imnijcípio tpie tuvo está c í u -
c u a t r o cindades de España ( 4 ) y (pie acaso
düd ei) !n ('ptíca t.]r. los romiinus, «cguiilas Ins-
o b t u v i e r a n p o r Mua heroica defensa: disrjuta-7¿
cripcioiii's ri'imidas p o r ' Ce.iii, y bi preroija-r;
r¡:i, en íin, de la l i b e r t a d de su c u l t o p r i m i -
ti»a de Cll^fed^^rflda.<iUK.po!o dislVutabao en ia
tivo V de la ei'k'biidatl de su comercio.
IJétlca Miila^A, Siicl y K^iora (1) yicju'u JÍCÜII-
firinar su iii¡[uirtaucia. l'or el primuí" p r i v i - Una cireunstaucia notable q u e no he v i s -
legio se regia p o r leyes p a t r i a s , y p o r el s e - to r e p r o d u c i d a pi>r ios historiadores del país,
g u n d o er;i aliada ih aipu'l pnidilo vencedor, c u - e n c u e n t r o en l l u l b A v i e n o , céiebre poeta e s -
y o p;)clo de ÍVatcrnal amihtuil i n s c r i p t o eii t a - pañol, c o n t e m p o r á n e o de Teodosio el Grande'.^^
blas dtí b v u c e se íijaba en el c^ipitolio. í i a b l a de u n a isla enfrcuíe de Málaga de la
Iguorainos, e m p e r o , los límites y j u r i s d i c -
ción de (•••ila ccpií'il f/'' /"•* m-ddrUunojí, que ••.-.\'-, H í í ^ i ^ . ' ! } ; ítWMlR*ii 'ÍIJ n«t--r«I
( I ) En IQ pi'oyincia ije Córdoba. i-, -.¡r; 'A\.
s u p o n g o n i u y reducidos c u a n d o consiiloro q u e ¡11 IMIÍCÍI. .^, , -J,,j-)J
Sucl era su rival, q u e C á r t a m a ^ W a ^ u u i c i - (3) l'^niiin 10, ílcsciiito i ? (le tas ConvttiacióoH,
(4). f.a qiiii fus 'l>í»a¿üna.,_,^;(j. í.-Epaíb^.vjl'iij
(1) lucngirola y Moiitor(iüw:i. ^¡ÍÜÜ'J ^i'AhA-
rí^ 25
MlOi

;-Perez Bayer, si es que este sabio pudo coiá-


o «iVecino á ios tartesiosy puulceos' . i*t Í; j prender bastante los caracteres primitivos^,
y . Está ei.'cííllakio tliclio •JJarbeciano:-(1) -'-^ .'.: 't Como amenidad de nuestra historia,! y á i m i -
Viene en pos Málaga con su mismo río " - iación de Plutarco, consignaré en e.\tas apuntes
' • ' Que MciíHce Ilatnú la ctliul antigua; j las ayenturas de Craso. Kste roinano-perie-
Fróiitd'rá A lá ciudad se hace una isla, r," ¡'guido^fue hijo de Publio Licinio Craso, ven-
Do tiencu su dominio los tartesios. cedor de los lusitanos y partidario de Sila, .el
En io antiguo á la luna consagrada -imisnio que fué asesinado en iloma á la en-
-•jjtiXíPiL eilA estanque y puerto resguardado» florada de Mario y Ciña. Fujilivo aquel joven
i;;desputí8 de una peregrinación de dos añus, se
• , ' El erudito don Miguel Cortds y López afia- .••difigiú á la Bética, seguido de algunos amigos
.de que crcctivamcnte hnlio í'rcnte de esta c¡u- y fieles domesticos.VivioPaeieco, opulento pro-
•datl una isla bastante espaciosa, que fue cm- prietario de estas costas, amigo suyo anterior-
íporio de comercio, y que iio ecsiste en el dia. mente, le dio acogida en sus ti<írras, ocultán-
íCoino la autoridad de este cdlebre escritor cs- dole de la persecución de los triunviros enuiía
• ' t á huidada eu 40 años de estudios y trabajos y
caverna retirada. Diariamente se presentaba
"jiárá producir'sil célebre Diccionario de la • un aldeano de la confian/.a de Paeieco á la en-
Ésp.ifiu a/Higua, 110 me atrevo á poner en trada de la cueva para dejarle íu sustento, sin
^duda la seguridad de este dato, que acaso pu- osar penetrar en el misteriuso asilo, ni procu-
I „,dlera corroborarse coa investigar prolijamen- /
/ rar conocer el objeto de tan esineíadas aleu-
, te los bancos que obstruyen la entrada dees- ? cioues- Mas adelante tuvo la compañía de dos
te puerto. Tal vez sin esta consideración, pn-
? jóvenes beimosas de la confianza de su amigo;
• diera sospechar poca veracidad en el testo de cuya aparición inesperada le Urnú de sorpre-
"E.ufbAvicno, queá imitación de otros, ennf'un-
• sa y gratitud. El recinto tic sus inquietudes j
1 de á Málaga con Vi?niiliana , juzgando por la placel i'5 (ira una cueva espaciosa, de cslupeo-
' rápida descripción que hace de nuestra costa da altura, dlviilida por la naturaleza en lun-
. niniitima, de <¡ue la isla de su reicrencia po- chüs senos v concavidades: en ella manaba una
T_drta ser la pequefia de Alboran, erroris iiisii- fuente dfi ag\ia dulce, v los rayos del sol pe-
. -/(t, que se baila entre este pueblo y Meülla ó netraban por las hendiduras de los peñascos
' 1 las islas dií UÍ:iran, que cila Pellieer, aun cuan- qu,' la cubrían. Craso y sus compañeros per-
' do nada añadan estas indicaciones á la vci'dad
? manecieron encerrados en esta prisión volun-
'hislúriea. •.t'iftUir^ 1.1 • taria por espacio de ocho meses i pero sabien-
Repetir lo que se contiene en la conver- do la muerte de Lucio Ciña, su eneuiigo capi-
sación XV del padre La-Lefia acerca de ;)/d- tal, a2>arc(!Íó lie-repente ala presencia tlel p ú -
lagasubtej-ranea no cabe cu ios límites que ..bÜeo. Sus aniigiios amigos y los quesupieron
j: me bi' propuesto en estos estudios liistórieus. El -, sus desgracias, se interesaron por (íl,y leayu-
liabrrse cueonliado un trozo de acueducto, al- ! daron á levantar un cuerpo de 2500 hombres,
gunas urnas cinerarias, varios fracuientus fs- • á pretesto de que le^s sirviiísen de escolta. La
tatuarios, tal cual ruina soterrada, y algu- ? singularidad de las aventuras de este joven pier-
nas nuinedas de einperatlores, no son ¡ULIÍCÍOS ? den todo su interiís cuando hatlamosen las his-
queden mayor ilustración á este pueblo en torias que abusando de la ijospitaÜilad que de-
la época de los romanos. Esa moii'eda fenicia, •I biera ii los habitantes de estas comarcas, v de
, "con los caracteres de Malakal/i. que tdinpoco la generosidad con que le ayudaron, saqueó d
• hu sido i'/.í/w, y <|ue no ha irieuclonadu jamas ? Miiiaga sin pretesto ni motivo antes de embar-
?
el sabio nuiíiisiiiálieo Flores, pudiiini si-r UÍJ- carse i^ura Italia.
?
* jctodeeslraordinario Interessi lográsemos con- ? Es e fue el rumano que ha dado su mara-
V templ'arla con esa ftiirada escudriñadora de uu / villa á la tuex'a del Hi'¿ueroii^ sin mas auto-
ridad que una simple congelura del autor de
24

las cowersaciones j porque Mariana uo se naturaleza eu sus tres reino?. F u e superior


aparta de Plutarco, y la fija cerca tle Gimena ? á Dioseorides y Galeno t se le ha llamado
eutre Jloucla y Gibraltar/Sin embargo por la el Plinio de los árabes, el Tournefort de
relación ilel señor Milla la cueva de los Cama-
/ su siíflo.
/ P o r la fama de su sabiduría fue el p r i -
les tan llena de sinuosos laberintos, pudiera > mer médico (le las acadcntias mas célebres.
corresponder á la del ctílebre Craso BÍ para su
Saladino I le iioiubró primer medico de
corroboración tuviésemos mejores datos. li^íí'P'o, y después de la muerte de este
Tranquila la UdEica bajo la blajida admi- príncipe, Meiee-al-Kamil, soldán de Da-
nistración del senado de la capital del imperio, ? masco le nombró director general de sus jar-
que asi lo determíiiú Augusto Cesar cuando ee dines.
reservó el mando de las regiones guerreías, B i c o con los despojos del mundo volvió
apenas se conocían guarniciones militares en á MáJajya para hacerla partícipe de sus te-
sus pueblos. Un pretor ó gobernador , con un soroi, csctílíjeiido uiiu obra con el título de
Colección lie medicamentos sintjiles, la eual
legado y un qüestor era toda BU magistratura.
se conserva mauuscrila en Ea bii)¡Íoteca del
Este illtimo recaudaba los impuestos, y aque- ? Kscürlalj y no se conoce de ella mas que
llos distribuían la justicia, convocaban loe con- ? eí piL-laciu que se halla en la biblioteca árahe-
cilios, subdiviilian las contribuciones, deter- ? biipana, na ai'tículo sobre limones, pnbli-
/ eaiiü en IMIÍU por Andrés Alpayo, en Pa-
minaban Lis fiestas piíblicas y la inauguración
de los templo*; pero luego que se crearon los rís en l ( í 0 2 , y otra obra titulada Virtudes
cuatro conventos jurídicos de que he bcebo lie ías plantas, de las piedras y metales y de
lo.i animales. S e ase¡¡ui'a ipie esla obi-a la
antes referencia, se'atajaron las demasías "í"
liabia emérito eu sus viaj¡<'S, y en eibí se cntl-
los goborniMites, v dejó de repetirse «I escán- \ tcnla por órde» allebélieu, varieilad de sim-
dalo de un Cecilio Clasico, que con estabis y ples é íunumcrables reinudi^i>,..Uc :^^,jarM^-
•oohcclios sacó do» milioues de reales para gas- i lii'ia carecemus. , j^.. .,i ,,•
tarlo^ con su mauceba. (i) S u discípulo Abi-Ssiha Ija dicho que era
tal su niemoría q¡u' rcciiaba bi.-, (cálos de
Conlinuarii,
Dio.scoridts y G i d n i o con lúa i:üiii!iri-Hde las
yerbas y plañías, r;cua!ando sus folios , siis
-n Migares o;;cnros v dudosos, y'auadiéoílolc
la íi.imcnclaha'a que él íiabia formado cu la
apilcaciou de sus remedios.
Kl liislin-ialor de su viila fue Albnpba-
üíOG' ra^fíJU), auíor íidi:;:Í|¡"no. Se(jiin míos lain'ió
cit lyy¡:;ario en la ejjíra (Mli, v scíjun oíros
eu Máiiiga el ano de l ' i i S - "
7'"-Abci;'bilar, Ki-Síeilbar ó Ybim-K} Ilol-
"tliar, {lücs qin! con ludus csLos iníiiibl'es es eo-
nu4:iiio, íiu' inj'djcu Ülósfd'ji eaCclenU' y {¡¡i'iui /
? A:
bolánií'ii, A'acíí) ou Bíeiiaua, imeblo cerca
lie M;il:j¡;a. Dcnn).-4l.i-ú Eii»ii deci'IÍda pasiun
. ^ la Iiul:iiiit'!). y <\sli)tinladt> del ansia de sú-
ber , iii> siilisíeeiiu de h-. íjb.serviieioneá su-
I Errata del luinicro sefjxmdo, '
/ E n hi pájjiaa \A columna I.'"" linca 1 4 ,
Uiv ijis 'jliiiiiatí y jci'ha.'i de niieslrus inon- ? donde lijce Vlenoha^ léase Menuhn.
!«•*, di-jó ei ciinia deiicioí;» de S!i ¡üdi'ia, y ?
viaii'i cunr'.'nla anoá porla Unropa; [¡asóá bis ?
playas íiriiieníc's y íirí'iiüsH:^ (¡el Als'ií'i», |'<*- ?
meli'ó las ¡ povíni-ias nuis reniolaá del j\si;i, i EDITOR, J . DE Mcomi.
pere¡¡rinú por la SinÜu, cstuvü en CÍ Cau-o /
/
- observaodu por dt> quiera las virtudes de la / IMI'KENXA DKL CO^UUtlCIO.

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