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Ficha de Difusión Género.

Dirección De Mujer y Equidad. Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia.


!"!

#utores$ %idal &ara %anina. Fa''ri (uciano

Entendemos por equidad de )énero a la relación de equivalencia, en el sentido de


que las personas tienen el mismo valor, independientemente de su sexo. Esto implica
considerar los comportamientos, deseos y necesidades de las mujeres y los varones
valorados y favorecidos de la misma manera.

*De que ha'lamos cuando ha'lamos de equidad de )énero+


Les proponemos a partir de dicha pregunta hacer un recorrido por las distintas
instituciones que componen nuestra sociedad para evaluar cuál es la situación actual
de las relaciones de género, para poder pensar juntos hacia donde debemos ir en la
construcción de la equidad.

Familia

La familia nuclear!,
encontramos es tipos
con otros la considerada
de familiastradicional, pero en la esferalasdeensambladas,
como las monoparentales, lo social nos
las homoparentales.
"icha familia nuclear, en los tiempos de la revolución industrial, signaba a la mujer a
su casa para que cuando el esposo volviera al hogar después de la fábrica y los ni#os
después de la escuela, estuvieran bien alimentados, arropados y controlada su salud.
En este mismo momento, surge el discurso de la naturale$a femenina!. "entro del
seno de la sociedad circulaban tres mitos seg%n la perspectiva de &na 'ar(a
)ernánde$*
+ mito de la mujermadre, que establece que para ser mujer hay que ser madre
y viceversa.
+ la pasividad sexual de las muj eres, que afirma que las mujeres son solo el
partenaire sexual del hombre ya que no existe un goce femenino del cuerpo.
+ el discurso heroico del amor romántico, que sostiene que la mujer sólo espera
el pr(ncipe
son a$ulobjetivo.
con dicho que le salve la vida y todos los movimientos que ella produce
El trabajo efica$ de dichas significaciones imaginarias sociales garanti$ó que la mujer
quedara en el claustro hogare#o y que se produjera la fragili$ación de dichas mujeres
en el ser de otro!-
En relación al primero de los mitos, Elisabeth adinter en un estudio establecido en los
a#os /0 sostiene que el instinto maternal no existe sino que es una construcción
social.

1istóricamente la familia ha sido y es la pie$a clave en la sociali$ación de las personas


y en la inculcación de roles o atributos de género. "e hecho, antes del nacimiento, las
expectativas familiares son diferentes seg%n el sexo del futuro ser. La ropa, la
habitación y los juguetes comien$an a ser distintos y, junto con esto, los papeles y
lugares que se les asignan en la dinámica y estructura familiar, que juegan un papel
fundamental en la determinación de las capacidades de ni#os y ni#as para desarrollar
sus talentos e insertarse en la vida productiva, pol(tica y cultural de la sociedad.
Esta forma de dividir los roles que deben desempe#ar mujeres y varones dentro de las
familias, mantiene la hegemon(a formal del sexo masculino sobre el femenino, dada la
1
)ernánde$, &na 'ar(a. (a mujer de la ilusión. Editorial 2aidos. -334. uenos &ires. pág.
560
distribución de oportunidades y responsabilidades en la organi$ación familiar. 7uando
hablamos de 1egemon(a, hacemos referencia una posición dominante, que no se
alcan$a sólo a través de la fuer$a y la coerción, sino fundamentalmente a través del
consenso inconsciente de los dominados.
8unto a estas creencias, las familias organi$an la reproducción social a través de la
división se,ual del tra'ajo , que asigna a las mujeres labores de reproducción y
crian$a, y a los varones, de proveedur(a económica y protección.
9i bien las identidades son dinámicas y se construyen a lo largo de todo el ciclo vital,
es a partir de la sociali$ación primaria de ni#as y ni#os que la familia reproduce los
modelos tradicionales de feminidad y masculinidad. Esto es notorio cuando
constatamos que ni#as y ni#os se identifican con sus roles de género a una edad en la
que todav(a desconocen la diferencia anatómica entre los sexos.

Estado y Escuela

El Estado también es parte del sistema patriarcal en tanto materiali$a un orden de


relaciones de género a través de sus instituciones. 2or ello es importante que la
perspectiva de género sea incorporada de forma transversal a las pol(ticas p%blicas.
En éste sentido, el Estado debe reali$ar esfuer$os por verificar que sus pol(ticas no
reprodu$can el orden de género desigual que se encuentra vigente, sino que logre
problemati$arlo para transformarlo.
:na de las igualitaria
ciudadan(a instituciones
y noestatales de mayor
discriminatoria es larelevancia
escuela. en la construcción de una
9in embargo, la historia nos muestra la diferencia entre ni#os y ni#as desde su
comien$o. Las ni#as ingresan en la escolari$ación dos siglos más tarde que los ni#os
y doce siglos más para su ingreso a la universidad, sin olvidarnos de las diferencias de
clase que hicieron que muchas ni#as ingresaran más tard(amente que sus pares de
las clases burguesas. El ingreso de los ni#os más tempranamente a la escolari$ación
los distingu(a asimismo del mundo de los adultos. La escuela era un ámbito para el
aprendi$aje acompa#ado de pares de su edad. 'ientras tanto la ni#a continuaba
me$clada entre las mujeres de la casa ayudando en tareas domésticas o trabajando.
&ctualmente, si bien la escolaridad en nuestro pa(s es obligatoria tanto para ni#as
como para ni#os, las ni#as presentan dificultades en el acceso y la permanencia en el
sistema educativo, sea porque están más expuestas a otros mandatos sociales* el
embara$o adolescente, el cuidado de sus hermanos menores y las cargas de las
tareas domésticas.
desigualdades en la"icha situación
educación dan incrementa la vulnerabilidad
como resultado de las
una desigualdad en mujeres.
el accesoLas
al
trabajo.
&simismo, las instituciones del sistema educativo son una fuente de reproducción de
las desigualdades de género, ya que la información y valores transmitidos desde la
educación preescolar hasta la universitaria, as( como los contenidos del aprendi$aje,
están impregnados de sexismo, entendido como un sistema de creencias que
fomentan la idea que un sexo es superior al otro.
Entre los resultados de una educación sexista podemos encontrar la denominada
segregación ocupacional, es decir, el fomento en las escuelas de ciertas ocupaciones
para varones! y para mujeres!, que han generado la concentración de estas %ltimas
en trabajos relacionados con el cuidado de las personas y el hogar, como la
enfermer(a, el secretariado, el trabajo doméstico, etc., mientras que a ellos se les
motiva a ocupar puestos de mayor prestigio y remuneración.

Mercado de tra'ajo
El mercado de trabajo es una de las instituciones sociales donde puede observarse
más notoriamente la desigualdad entre mujeres y varones. En el mercado de trabajo
a%n se reproducen los esquemas y modelos de masculinidad y feminidad, a través de*

a; la femini$ación de ciertas ocupaciones <enfermeras, maestras, psicólogas,


cocineras y servicios domésticos;, que refuer$an el desempe#o de las mujeres en
labores consideradas tradicionales del sexo femenino,

b; las diferencias salariales, es decir, otorgar a las mujeres un menor salario por
reali$ar el mismo trabajo que los varones=

c; los obstáculos para acceder a puestos con poder de decisión.

d; el aumento de la participación femenina en el mercado laboral sobre todo de las


mujeres provenientes de los hogares de menos ingreso.

e; la condición de jefa de hogar. &l respecto, los datos del 7enso 500- indican que en
la provincia de uenos&ires el 5/,/> de loshogares tiene una 8efa mujer.

f; informalidad y precariedad, se identifican grandes diferencias entre varones y


mujeres que trabajan por cuenta propia, ya que las mujeres ganan menos que sus
contrapartes masculinas, teniendo en cuenta su educación y horas trabajadas.
g; la doble jornada de trabajo que recae sobre las mujeres, quienes además de su
trabajo remunerado fuera del hogar, son las principales encargadas del trabajo
doméstico.

(os medios de comunicación y el len)uaje

& partir de la globali$ación se ha concentrado la propiedad de los medios de difusión


de las noticias en pocas manos, y se ha exacerbado la tendencia a representar a las
mujeres como objetos de sexo, más que como seres completas.
En &rgentina, el /? > de las noticias son reporteadas y presentadas por varones. 9ólo
en un 55 > de los casos la mujer es protagonista de la noticia. @ es v(ctima en un 4A
>, contra un -0 > cuando se trata de varones. Las cifras son parte de un monitoreo
5
de medios
Las que
mujeres se reali$a
tienen cada
un lugar enBlos
a#os, desdepor
medios, hace -B, en un
lo menos todo el mundo.
poco más que a#os atrás
<aunque todav(a estén lejos de llenar tantas páginas de diarios como los varones;.
El primer dato que se desprende del estudio global es que mientras las mujeres
representan en el mundo un B5 > de la población, constituyen solamente el 5- > de
las personas que figuran en las noticias. Cendencia en la que &rgentina no es la
excepción, ya que seg%n el 7enso de 500- las mujeres también son el B5 > de la
poblacion y en las noticias aparecen solo en un 55>.
Esto se explica, como expresan algunas perspectivas, porque ! el porcentaje de
mujeres en lugares de poder es muy bajo todav(a, y a la ve$, están menos
involucradas en delitos! que los varones, esa serDa la ra$ón por la que el periodismo
se ocupa menos de las mujeres. 9eguramente, no sucede lo mismo en las llamadas
revistas del cora$ón, donde el centimetraje destinado a noticias sobre mujeres
<particularmente abocados al romance o la pelea de las vedettes y modelos de turno;
deben superar considerablemente en extensión la cobertura de noticias sobre actores,
por ejemplo. @ ah( está el nudo de la cuestión* sobre qué se informa cuando se
informa sobre mujeres. 'ientras el poder siga en manos de los varones es dif(cil que

2
.artemisanoticias.com.ar 7omunicación y Fénero!
las mujeres sean foco de atención del periodismo considerado más GserioG. En todo
caso, en la medida en que haya un acceso más igualitario a los puestos de decisión,
ya sea ámbitos gubernamentales como de la ciencia, la tecnolog(a, podr(a empe$ar a
modificarse esta ecuación. "e todas formas, se escuchan más voces femeninas en
los diarios!4
La información y los discursos que se transmiten socialmente son una fuente
constante de reproducción de los estereotipos de género. asta con observar los
anuncios comerciales de productos de limpie$a yHo del hogar, para darnos cuenta
cómo se refuer$an los papeles reproductivos y de objeto sexual de las mujeres.
Las mujeres se muestran en tareas y roles que la sociedad patriarcal les ha asignado*
las ni#as jugando a las mu#ecas y las mujeres madres+amas de casa.
Las mujeres son invisibili$adas en los medios en lo que respecta a la participación
social, pol(tica, económica, as( como en sus necesidades e intereses.
El cuerpo de la mujer es utili$ado como mercanc(a en las publicidades de autos,
desengrasante para cocina, golosinas, bebidas alcohólicas, que poco tiene que ver
con las mujeres reales. &demás, de mostrar un estereotipo de belle$a de mujer irreal,
dicho estereotipo termina siendo nocivo para la salud.
El lenguaje, como parte de cultura y herramienta de la comunicación, juega un papel
en la persistencia de la desigualdad. & través de las palabras o del discurso, se refleja
la concepción del mundo y, al mismo tiempo, se encasillan las imágenes de las
personas y los grupos sociales. 2or ejemplo, frases como anda a lavar los platos!,
los hombres no lloran! evidencian la forma en que el lenguaje representa y refuer$a el
sexismo.
El uso no sexista del lenguaje implica la utili$ación de un lenguaje neutro en términos
de género <por ejemplo, hablar de alumnado y no de alumnos;, o bien la nominación
expl(cita de ambos sexos <alumnas y alumnos;. "e ésta forma, evitamos la supuesta
inclusión de las mujeres en los genéricos masculinos, que si bien se suponen
incluyentes, reproducen la invisibilidad de las mujeres. &sumir un uso no sexista del
lenguaje, implica asumir que lo que no se nombra, no existe!.

-radiciones culturales

La cultura es uno de los canales en que se representa la diferencia sexual y se


construye el género, a través de prácticas, creencias y s(mbolos que continuamente
naturali$an las diferencias entre mujeres y varones y justifican la desigualdad de
género.
La cultura que prevalece, refrenda la división sexual del trabajo que asigna a la mujer
los papeles de crian$a, cuidado de hijas e hijos y la reali$ación de las tareas
domésticas, y funciones de proveedor económico al varón.
9in duda, estas creencias juegan un papel trascendental en la persistencia de la
desigualdad de género, porque inhiben el cambio y censuran la diferencia y la
diversidad social. 2or ello, la perspectiva de género cuestiona este estatus quo, a fin
de generar nuevos valores y prácticas con una visión de equidad que dé cabida a
formas alternativas de ser y expresarnos como seres humanos, con independencia de
nuestro sexo

(o que no discutimos lo re/roducimos.

Las reglas y las prácticas que estas instituciones imponen son percibidas como
naturales y, se reflexiona poco sobre ellas.
Iecordemos que las creencias, las conductas y las costumbres son construidas en
grupo y transmitidas socialmente.

3
.arteminsanoticias.com.ar J<'ariana 7arabajal 2ágina-5., en los medios no hablan de ti,
ni de mi! &rtemisa Koticias;
*magen e#traída de +++.mujerespublicas.com.ar

2onclusión
& partir de lo desarrollado anteriormente esperamos haber podido trasmitir la
importancia de poder pensar nuestra vida cotidiana desde una perspectiva de género,
repasando la historia y las situaciones actuales de inequidad entre varones y mujeres,
asimismo desnaturali$ando y visuali$ando dichas situaciones.

Tener derechos es importante. Conocerlos es indispensable: Reclamarlos es


nuestro derecho.

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