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LA REALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

Fueron muchos hechos históricos los cuales ayudaron a establecer los


Derechos Humanos, los cuales conocemos en la actualidad. En ese contexto,
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, fue proclamada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en París en 1948, tras el tremendo
impacto de la Segunda Guerra Mundial. Pues, a pesar de que los Estados y la
comunidad internacional deben garantizar la protección de estos derechos
universales, en muchos lugares del mundo son vulnerados. De ello surge la
siguiente controversia, ¿Si los Derechos Humanos son inherentes a la persona,
por el simple hecho de ser Humano, por qué aún hay falencias en el Derecho a
la expresión, alimentación, vivienda, educación y aun existencia de la
esclavitud? Considero que todos somos responsables en fomentar el
cumplimiento de los Derechos Humanos, siendo conscientes que la infracción
de las normas internacionales y la falta de protección de los derechos
humanos debilitan las acciones para establecer, mantener y consolidar la paz.
A continuación, en los siguientes párrafos, se defenderá la postura con
argumentos.

Así pues, un 10 de diciembre de 1948, fue proclamada en París la Declaración


Universal de los Derechos Humanos: conteniendo un total de 1.300 palabras,
las que caben en tres páginas, y se han traducido más que cualquier otro
documento en el mundo, considerándose el acuerdo no vinculante más
importante de la comunidad internacional. ¿Pero que sucede con el
cumplimiento totalitario de estos Derechos? Siempre se busca una
universalidad en la consumación de los Derechos de cada hombre, pero más
de 100 estados y territorios en todo el mundo siguen violando la prohibición de
la tortura, negando la libertad de expresión y religión, o la igualdad de derechos
para hombres y mujeres, según la ONG defensora de los derechos humanos
Human Rights Watch (HRW). Asimismo, la universalidad de los derechos
humanos implica necesariamente la universalidad de la justicia que los ampare.
Por ello, hay un consenso generalizado en cuanto a la primera línea de
derechos, cuya agresión se considera crímenes contra la humanidad o
violaciones graves del derecho internacional: el genocidio, la esclavitud, el
racismo, el apartheid, la tortura o el asesinato. Incluso en aguas
internacionales, un barco que cometa esos delitos puede ser detenido bien por
fuerzas del Estado del pabellón, bien por las de otro Estado comunicándolo a
aquél. Sin embargo, se han cometido tales violaciones y, aun habiendo una
regulación universal, se ha carecido de órganos internacionales efectivos de
amparo y sanción.

En síntesis, desde un planteamiento más general, hay que decir que los
órganos que deberían alcanzar una mayor eficiencia a la hora de prevenir
conflictos internacionales y castigar las violaciones contra los derechos son el
Consejo de Seguridad de la ONU, la Corte Internacional de Justicia, el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Penal Internacional. La ONU
debería reformarse para otorgar más poderes al Consejo de Seguridad, pero
ningún miembro permanente va a renunciar a un derecho de veto que paraliza
su labor. Así, su capacidad para sancionar hechos ilícitos de los Estado y
conflictos internacionales se ve condicionada por el veto aplicado por Estados
interesados en el tema. Por lo tanto, todos debemos poner de nuestra parte,
para hacer cumplir los Derechos fundamentales de cada persona, recordando
que toda educación empieza por casa, entonces debemos alentar las medidas
que permitan defender los derechos humanos para que no se violen.

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