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Rosato Men LA PREVENCION COMO ESTRATRGIA DE DESARROLLO EN LAS COMUNIDADES ¥,REDUCCION DE LOS DASOS DERIVADOS DEL. CONSUMO DE DROG Roweto Mento La mrorests tesis que creo suficientemente entendible y aceptable La cuestion droga es hoy, antes que nada, un problema de pro- mocion y gestién de la seguridad y de la salud de tos ciudadanos (sean drogadictos 0 no). Resulta evidente para todos que el fendmeno de drogadiceién no es en sf eliminable totalmente-de nuestras comunidades (basta pen- sar en Ia actual diversificaci6n del mercado que se ha creado con la introduccién masiva de anfetaminas y el pasaje rapido, también en los paises productores, al consumo en masa de las diferentes dro- gas, eteétera) y que, por lo tanto, sti control se lleva a cabo con la realizacion de ties objetivos: I ntento, con base en nuestro razonar, la definicién de una hip6- 1) La prevenci6n y la reduccién de los dafios y del sufrimiento in- dividual y colectivo que produce. 2) El cambio en la construccién social, cultural y jurfdica que iden- tifica el fendmeno y, a veces, lo sostienen y lo-amplian, 3) La puesta en marcha de una estrategia de cura, rehabilitacién y prevenci6n para contener la demanda.' Las politions para re ti fale as {gas son Ia cnlea mercancia que no haa sufrido los efectos de Ia crisis ‘econémica, at de la inflaton, y la politien que piensa vencer en la ‘guerra de la droga de acuerdo con Tos paises productores ha tenido ‘como efecto el aumento de los pat ses que no sélo la producen sino ‘que, también, son comsumidores. umn, Recon wa Das ¥ Cima was acronis Con esta tiltima afirmacién queremos referirnos a las estrateggias que, con toda la instrumentacién actualmente disponible, ya sea farmacologiea 0 psicoterapéutica, reducen o anulan el sentido y el Significado subjetivo y social del abuso de sustancias psicotr6picas y producen una practica y una cultura del control del uso (la absti nencia es considerada slo como una de las tantas formas de con. {rol posibles). Para que esto suceda es necesario, por una parte, que las redes sociales que forman una comunidad sean habiles y compe, tentes en no transformar Ia situaci6n critica en una condicisn de identidad desviante (prevencién) y que las agencias de seguridad (servicios) practiquen modelos de intervencién de cura y rehabili- {acion que no desautoricen, aceptando un poder mas 0 menos total, lo que compete al deber/posibilidad de una practica de solidaridad adulta y responsable. En la segunda afirmacién nos referimos al hecho de que las pol ticas y las actitudes actuales solo han conseguido: © Un aumento de valor impropio del uso de sustancias dandoles significados de identidad, conformismo o transgresién © El persistir de una situacién de impotencia de la comunidad civil ante esta tragedia, © Deslegitimaciin de los servicios més serios a causa de magos y charlatanes que prometen curaci6n. © Un aumento de la separaci6n entre ciudadanos drogadictos y no drogadictos. © Un incremento en las constantes formas de marginacion social (Particularmente acentuadas con la aparicién del Sida). © La difusién de las muchas formas de drogadiccién en todos los niveles de la poblacién, independientemente del nivel cultural 0 social de los mismos. Es evidente, pues, que sélo un cambio radical de los paradigmas que conforman la constitucién social del fenémeno pueden permi {ir una mejoria de la situacién de dafio y sufrimiento (ver punto 1°) ue ocasiona el mismo. Los daiios derivados de las varias formas de drogad ser resumidos en cuatro categorias: 1) Los sociales y psicol6gicos res; hace uso de sustancias psicotropicas 2) Los daftos que la condicién de drogadiccién ocasiona, por ma y por las normas juridicas vigentes (situaci6n de ilegali respecto al contexto préximo en el cual ésta se manifiesta (del proselitismo a la micro-criminalidad recurrente, al malestar de las familias con un drogadicto y a las respectivas redes sociales, entre otros). 3) Bl dafio que dicha condicién produce con relacisn al contexto ampliado en el cual se manifiesta (pérdida total de la capacidad del control social, alarma social) 4) La pérdida de capacidad y aptitudes de una cultura, menos evi dente, pero, esta es la mas preocupante también, desarrolla siste- mas rituales simb6licos de control social basados en la tolerancia yen la complejidad. La cuarta () concierne a1 e6mo podemos pensar en prevenir, parcial pero significativamente, todo esto? Antes de hacer nuestras propuestas, es oportuno considerar la estrategia dominante que se usa frente a los dafios con el objetivo de climinarlos. Esta estrategia se expresa con un razonamiento b: tante simple y claro: hay que hacer dos cosas para eliminar los da- fios de la droga: disuadir el consumo y reprimirlo. teorfa es una buena idea; pero, en la practica, la realidad nos dice que no es cierto que los datios de la experiencia de drogadic- cién tengan efectos de aliciente para interrumpir la experiencia misma o para no emprenderla. La hip6tesis de que los daftos fisicos, sociales y penales que esta condicién produce es un freno para quien desee eventualmente em- prenderla o un inc a interrumpirla, es fruto de cuatro erro- 7 "y Consultar entre otros “Conference Manual; International network of cities on drug policy”. Baltimore, Maryland, 1993. Presidenza del Consiglio det Minis- {ut Labos seomunieazione edrogas vol. 1,2y 3 afios 1985, 1986, Roma; Jean Bergeret «Chi ¢tossicomane> scondizione th Prov. autinima di Trento, 1979; L Zoja snascere non basta»; R, Corti- Milano, 1985, G. Martignont cseduzioni di normalité Alice, allinzona, 1990. Consultar entre otros E. Gius “Condizione lovanilee droga” Pro- vineia Autonoma di Tanto, 19 Luigi Zoja "Nascere non basta Ratinello Cortina, Milano, 1985, G. Martignont “Sedaziont di normal 1" Alice, Belinzona, 1990, ‘reve, Reowo3tW om. DAKO ¥ Ca ea FaRAACoEEMES res macroscspicos de tipo cultural y cientifico, ampliamente de- mostrados por a literatura socio-psicolégica y criminologfa. En primer lugar, se supone que los comportamientos humanos son condicionados y condicionables de forma necesaria y suficiente Por elementos de racionalidad exclusivamente propios de la cultura dominante. Esta influencia cultural permite una serie de desventa- Jas y negaciones en funcién de la experiencia que, en este caso, es la drogadiccién; introducir estas desventajas en dosis elevadas, ten- drian como consecuencia, un cambio drastico en ambos niveles (cul- tural y vivencial). Naturalmente no existe un margen que indique el concepto de suficiente, por lo que, ante el fracaso de las politicas de pura represién, este modelo paradéjico razona segtin Ia logica de “avin no es suficiente” ? En segundo lugar, se piensa que la drogadiccién esté determina- da exclusivamente por los factores bioquimicos de las sustancias y or la ausencia de e6digos normativos de comportamiento que obli- guen al rechazo de las mismas. Sin embargo, el placer dado por las sustancias es la suma de datos bioquimioos y de elementos simbdli- cos y rituales que constituyen identidad y pertenencia (sin ninguna conexién con el sentido positivo 0 negativo que éstas pueden te- ner). EI intento de quitar el placer aumentando los elementos de estigma produce muy a menudo el efecto de reforzar la misma iden- tidad, pertenencia y placer? En tercer lugar, se supone que los individuos débiles (drogadictos ‘en potencia, no importa) son receptivos a comunicaciones donde el mensaje central es la muerte o el riesgo de morir. Es notorio que Ja muerte es, en la experiencia del drogadicto y en el imaginario de 41, en un sentido, una experiencia pasada (y seguramente borrada) Y¥, Por otro, una verdadera forma de encanto (desafiar la muerte es ‘una manera individual y cultural de celebrar la vida). La muerte es, Pues, todo menos que distasiva con las personas que intentan sen. tirse vivas.* En fin, ignoran (porque no son congruentes con sus deseos disuasivos) que la drogadiccién es también una construccién social, ‘un mito, una de las formas posibles de la dependencia (elemento esen- ial para cada vida y cultura), un idioma simbélico ¢ hist6ricamente owero Meno ‘una necesidad social, un mercado, eteétera, Por esta razén es un fe~ n6meno sumanente complejo, que como tal no puede ser «elimin: do», sino gobernado; fenémeno sobre el cual, simplificaciones, como las campatias o formas de disuasién de masa, no tienen efecto. 'No estamos diciendo que la disuasion es ineficaz lo mismo que la persuasiGn. Seria otra simplificacién, Estamos afirmando que se ne- cesita una estrategia que tenga coherencia ldgica entre elementos disuasivos y elementos persuasivos, de manera dinsmica Esto significa que proponer la reduccién del dafio, por ejemplo, no equivale a afirmar que no se puede hacer otra cosa y entonces... al revés, esto es, que se puede hacer cura y prevencién también con los sujetos y los grupos que no estn en la condicién de aceptar un proceso terapéutico rehabilitativo... Bn pocas palabras: que se pue- de y se debe hacer més, no menos. ‘estas consideraciones, los aficionados a la disuasi6n como mo- delo tinico oponen lo que ellos llaman datos de la realidlad y el senti- do comin. Bstos pueden ser resumidos en las siguientes afirmaci nes: es un hecho que el miedo a las consecuencias de una accién es tun desvalorizante de la misma... todo lo demas son teorias y palabras, ‘el permisivismo ha sido co-causa del desarrollo del abuso de drogas. Por eso, sélo una politica y una informacién muy disuasiva pueden lograr un resultado contrario. Bn fin, “para producir un cambio en un comportamiento es necesario producir una catarsis. Las condiciones de fuerte incomodidad causadas por el mismo comportamiento son el comienzo indispensable para que ésta se produz Cuestionar el primer tipo de afirmacién es bastante facil, solo hay que considerar que 1000 afios de poltticas basadas sobre el cas- tigo han producido informes de procuradores generales de la Repti- blica que declaran cada afio «el aumento de los erimenes». El miedo alas consecuencias de determinados comportamientos funciona se guramente como un mecanismo de confirmacién de que estamos eno justo, por eso es que a quien nunca abusaré de drogas le pare- ‘cen oportunas y eficaces las campaiias basadas sobre este principio. Bstas, en efecto, aumentan las diferencias entre el sf normal y el sf atribuido a las desviaciones, pero son mas de cien las investigacio- nes que demuestran que para el sf desviante, éstas tienen, muy a EE LOE * Volveremos a tratar este concepto Introducide por Lega Festinger Teoria della dissonanea cogniefes Milano Franco Angeli, 1987 Pesan, Rc ba DA y Co as Fanciers menudo, el efecto de conti cambiarla. {i segundo tipo de afirmaciéa es mas engaitosa, por lo que para entenderla es necesaria una reflexiGn més profunda, Como farce peion de tipo ético y la necesidad de recuperarla. El error estd en el hecho de pensar que, la definicion de due Ia droga es un desvalor y Ia aplicacion de un estigma sobre Ig mame, 228 Un Procedimiento que puede funcionar de cualquicn manera y sobre cualquier persona, Los impulsores de esta politica a sng wudo Proponen el ejemplo del humo del eigarrill: la aplicacieg del estigma social para los fumadores ha producido, sin dads igus na, su disminucién y, para aumentar el estig irmar su representacidn pero no ayudan g la prohibicién de, famar ha sido seguramente una politica muy eficaz (por lo mance en parte), Pero la cuestién es que, en este caso, el estigni taba) Congctado con la pertenencia a un mundo de normalidad. Cuande we Gituade sobre las sustancias psiestrdpicas no se dice evidenter mente; ‘si atin quieres pertenecer a tu mundo (en este caso incieneg ¥ desviante), déjala”, sino que se dice: “tienes que cambiar de mar do”. Es por eso que las cosas no funcionan El tercer tipo de afirmacién es atin mas complejo. No te afirmar, en efecto, que el proceso catart de un «desastres existencial Este razonamiento descuenta una premisa que no era ve Sere Gs: due la drogadiecién sea el fruto de un proceso existenciat cvolutivo completamente consciente. La realidad nos dice que coms én una enfermedad mental, en muchos casos, la drogadiceion eo una catarsis 0 algo parecido, Desde el punto de vista general, tanto Sj elisio alucinatorio como a drogadiccién, para cl individue qee la dea oe Presenta como una buena solucicn a una disonancia biolé, Sica 0 cofnitiva percibida-como no resoluble. Desde este punte de ‘ists, Ia difereneta fundamental entre formas de delitio y drogadic, cid estd en el hecho de que la primera no es un proyeeto inteneinn nab la segunda sf (en el sentido que es un autoengano’ que la pros mueve y la hace persistir) Proponer un proceso catartico que ensefta y de la solucién encontrada por el indivi suficien- ico no siempre es el fruto rdadera, amplifica los daiios luo, como sistema para pro- overt Men ducir un cambio tan grande, es un error porque confirma Ia solu- ‘cidn y secundariamente no ensefia ninguna raz6n para estimular el cambio (zpor cudl paraiso tendrfa que renunciar a esta condicién {que me permite solucionar mas problemas?). Como paradoja, esta diltima objecidn dice que reducir los datios significa quitar valor ad- junto a la solucién de la drogadiccién y tener pues buenas posibill- dades de reducirla de peso y de importancia. "Tal ver el equivoco mas grave se encuentra detras de todas las palabras que tienen fundamento o se refiere a la convicei6n de que tl dao de la experiencia es un buen incentivo para interrumpirla, és el equivoco definido por el hecho que dicha afirmacion piensa {que lo que funciona de igual medida con quien podrfa volverse dro- gadioto y con quien ya es drogadicto. Quien afirma esto demuestra 4 ignorancia del sentido comiin, Cualquier persona en efecto en- tiende que individuos diferentes perciben la misma comunicacion de manera diferente y que Io que funciona para uno no necesaria ‘mente tiene que funcionar para el otro. * LAS CONSECUENCIAS DE, ESTOS ERKORES Las estrategias hasta ahora utilizadas, basadas en la presuncién de poder eliminar con el tiempo el fenémeno, han entendido a menudo {a politica relacionada con alas drogas tinicamente como una estra- togia disuasiva, el servicio como instrumento para la cura como desintoxieaci6n, como abstinencia y remisi6n, la reintegracin como normalizaci6n. ‘Se nos olvida de esta manera que éste, como otros fendmenos, tiene sus rafces en Ia demanda erdnica de consolacién (La Sorge leer del Dasein dirfa la fenomenologfa)’ que se basa en la ausencia radical, en nuestras culturas, de procesos que produzcan sentido, cura, alivio del dolor producido por la separacién de Ia alteridad del individuo, por la negaci6n de la irreductibilidad de la misma por Ia incomodidad® a la que hemos quitado toda su dignidad y hemos transformado en culpa y vergiienza.” © Sobre este tema son fundaments Jes Tas obras de Massimo Buscema sPrevenaione « dissuasione» £0, Torino, 1986. Consultar entre otros M. Heidegger fen "essere e tempo" Torino Utet 1969 0 E. Husserl en “per Ia fenomenologia dela concienza in- tema del tempo", Milano Franco ‘Angel, 1981. Unlizamos la sigaiente definicion Sesituaciin erica: «Condiciin de ‘suirimiento que los individucsy los grupos sociales experimentan en st Mistoriaen plan de comunicacin, (én, oportunidades, imagen de fs condickn perte historia de eada uno y puede transformarse en iewacidn erftioa manifesta: es Is Komatizacion dela situackn cr tion, em algunos casos es aceptada por a sociedad (como el alcoholis- fn), en otras castigad (delinouen tia), en otros curada (enfermedad) Situacun critica persbida. condi ‘ign de siego de sintomatizacin; ‘ondicign para la cual una re tra ta de impedir que se pase a una ‘ondicign de situaet6n eritica ma: festa sieuacién ertica poteneial: cond ‘ign de aparente eno situacién exf- tea» que precede y a veces acom- prana toda la vida sin ser pereibida ‘como condi de riesgo. No te- ‘neque sorprender el hecho que una situacton extion presupongn para ser definida, un observador (inte Horo superior), Ci, Varios autores Studio dea 82, Aosta, 1987; Varios autores Reti sociale disaglo psichico; Graphic Time, torino 1989: L. Gallia Dizionario di Sociologia, Tork lover, 1978; Variot autores; osm, Masson Milano, 1990. Erikson, Brick “Infancia y socte- 7 © Froud, Anna. “Normalidad y pato- logia en los nitos". Paidés Precio, Resa na DAO Cres As Patent El mercado de la respuesta, en vez. de empezar por estas conside- raciones y buscar una mediacién, se basa en el intento de producir culpa y vergiienza, separacion y exclusién aumentando la sensacién de desesperaci6n y favoreciendo no la curaci6n sino su negacién en todas sus formas (estigma, indiferencia, conformismo, eteétera). La droga se vuelve una mercancfa que se intercambia para obtener, por Jo menos, un simulacro de respuesta a una necesidad profunda de cada individuo, la necesidad de consideracién (que significa poder compartir el plan de nuestros deseos sabiendo que éstos, como las estrellas (sidera), no caen del cielo, sino que hay que raptarlos). Pero mas que la droga, habria que considerar que la dependen- cia, forma esencial de la existencia, es la verdadera cuesti6n de fon- do: es una forma de la consolaci6n y de curacién de la que hablaba- ‘mos antes. Sus maneras de realizacién pueden ser culturalmente aceptadas 0 no, pero esto no da ninguna indicacién sobre su senti- do, el problema es eémo se gobierna y no tanto c6mo se elimina. Nosotros nacemos siendo dependientes y, si no fuese asf, no nacerfamos (el primer drama es la ruptura de una forma de depen- deneia total: el cordén umbilical la primera consolacién es la subs- titucién con un pecho: la dependencia de esto es el primer paso hacia la construccién de una verdadera identidad). Aprendemos a existir a través de la gestién de las varias formas de dependencia (a través del juego, el nifio aprende a gobernar el tiempo y el espacio Para sus necesidades dependiendo de su padres, aprendiendo a tra- vés de una red que ellos imponen para estar con los demés)."” La dependencia es una respuesta a la necesidad de consolacién. Noes casual que en la adolescencia, o sea, cuando el individuo tiene que nacer de nuevo de manera més dura y brutal porque se exper ‘menta la ruptura de los vinculos de dependencia infantil, explota, casi como una insurreceién, el tomar pimienta. Esto podria ayudar a comprender el fendmeno que intento explicar. ilies situacin ertica potencial: condi- ‘iin de aparente «no stuacién ert tea» que precede y a veoes acom- pata toda la vida sin ser pereibida ‘como condicion de riesgo. No te- neque sorprender el hecho que una situacién eritiea presuponga para ser definida, wn observador (inte For o superior) CE. Varios autores Studio Wea 82, Aosta, 1987; Varios autores Reti socialle disagio psichico, Graphic Time, torino 1989; L. Gallin Dizionario di Sociologia, Tori turer, 1978; Varios autores; va, Masson Milano, 1990, * Eriaon, Erick’ “Infancia y sooie- dad % read, Anna. “Normalidad y pato- Jogia en los nifios”. Pais Purmoy, Reet nt Dao ¥ Cams ve at Pconereerscs El mercado de la respuesta, en vez. de empezar por estas conside- raciones y buscar una mediacién, se basa en el intento de producir culpa y vergenza, separacién y exclusién aumentando la sensacion de desesperacién y favoreciendo no la curacisn sino su negacion en todas sus formas (estigma, indiferencia, conformismo, eteétera). La droga se vuelve una mercancfa que se intercambia para obtener, por o menos, un simulacro de respuesta a una necesidad profunda de cada individuo, la necesidad de consideracién (que significa poder compartir el plan de nuestros deseos sabiendo que éstos, como las estrellas (sidera), no caen del cielo, sino que hay que raptarlos). Pero mds que la droga, habria que considerar que la dependen- cia, forma esencial de la existencia, es la verdadera cuestiGn de fon- do: es una forma de la consolacién y de curacién de la que hablaba- mos antes. Sus maneras de realizacin pueden ser culturalmente aceptadas 0 no, pero esto no da ninguna indicaci6n sobre su senti= do, el problema es como se gobierna y no tanto cémo se elimina, Nosotros nacemos siendo dependientes y, si no fuese asi, no nacerfamos (el primer drama es la ruptura de una forma de depen- deneia total: el cordén umbilical la primera consolacién es la subs- fitucién con un pecho: la dependencia de esto es el primer paso hacia la construecién de una verdadera identidad). Aprendemos a existir a través de la gesti6n de las varias formas de dependencia (a través del juego, el nifio aprende a gobernar el tiempo y el espacio ara sus necesidades dependiendo de su padres, aprendiendo a tra- vés de una red que ellos imponen para estar con los dems). La dependencia es una respuesta a la necesidad de consolacion. Noes casual que en la adolescencia, o sea, cuando el individuo tiene que nacer de nuevo de manera mas dura y brutal porque se experi menta la ruptura de los vinculos de dependencia infantil, explota, casi como una insurreceién, el tomar pimienta. Bsto podria ayudar ‘4 comprender el fendmeno que intento explicar. Row Meio ALGUNAS CONSIDERAGIONES SOBRE EL LUGAR EN EL CUAL SE DA TODO ESTO Sin afan de profundizar, me parece oportuno decir que el fendmeno de la drogadiccién se da principalmente en las ciudades, y no por casualidad. Ahora se puede pensar en la ciudad como una masa organizada y parcialmente bloqueada. La organizaci6n de las ciudades se da con- forme, entre otros elementos, a la organizacion de el trabajo y a la forma de producci6n de un bien que tiene nombre: “seguridad”. Bstd claro, entonces, que cualquier programa de prevencion ¢ inter- vencidn sobre el fenémeno de la drogadiceién no puede no ponerse como objeto de accién y como sujeto con el cual interactuar, los acto- res y las instituciones que encaman el modelo de organizacién de el trabajo y de produccién del bien seguridad, que identifica la ciudad, Para poner un ejemplo, la estructura urbanistica de la ciudad tie- ne lazos evidentes con la forma en que se desarrolla el fenémeno de la drogadiccién, entre los demés. Es suficiente considerar el hecho de que la estructura urbanfstica permite més 0 menos el control social informal. que la distribuci6n del tiempo que se dedica al tra- bajo o la presencia de desempleo, son factores que determinan la capacidad de los nticleos familiares de ser actores disuasivos y per- suasivos sobre la drogadiccién, que la percepeidn de seguridad de- termina el sentido colectivo de poder o no poder hacer algo sobre el fenémeno... y asf sucesivamente, Todo esto significa que una buena estrategia de prevencién tiene propuestas claras también sobre estos factores que, dicho sea de paso, no son los inicos importantes pero que no se pueden ignorar. ASADINOS TODAVIA ALGUNOS FUNDAMENTOS TEOKICOS Las premisas que fundamentan la definicién de nuestra propuesta pueden ser resumidas en algunas afirmaciones que explican una serie de argumentos tedricos. referencia es al conocimiento de | criminologia eritica, del inta ‘ceionisimo simbdico,y de la a0. stologia de a desviactén: D. Maten, “Come si diventa devianei™ Mulino, Bologna, 1976; B. Gotiman “Espressioni di identita” Mond, dort Milano, 1969, 7. Pich “La \devianza” La Nuova Italia, Firenze 1975; Becker " Outsiders” Egan, Torino , 1988; A. Ardigé “Crist di fovernabilité © mondt vita Cappelli, Bologna, 1980, ax-vy “Complessité sociale e dented” Angel, Milano 1983; “Dei delite © elle pene” Ega, Torno, aos 1986, 1994, en particular les trabajos de M.Pavarinte M. Baratta, PPacell YE. Quangnolo “prove di dented” Angeli, Milano 1987; au. "Dro- 48 paradoxso della normalita” F. Angel, Milano, 1985 * Consulta, entre otros, E. Goffman “La vita quotidiana come rappre sentazione” Universal Paperbacks lI Mulino, Bologna, 1978 "Consular, entre otros, “Det deli e delle pene” ao 1983, 1985, op eit " Respecto al concepto de red social wr JA. Barnes “Social network” Addison Wesley Reading 1972, et- ‘Perec, Reo oe DaSo¥ mA DE as Patuncoomneacs 1) La conducta desviada como fenémeno colectivo es, principal. ‘mente, una construceisn social." 2) Bl cambio de las representaciones de la conducta desviada que fhacen los grupos sociales tiene prevalentemente una funeroc gee bélica."? 9) Las formas de control y de gobierno del fenémeno se transfor a on fancidn del mantenimiento de las posibilidades de cage bio (prevalentemente simbélico) de lo ya dicho. 4) BT lugar en el que se da la mutacién, la persistencia y los diversos Tuvcles del eventual cambio es la comunidad (sistema de vedes) de pertenencia.!* 5) Bn una comunidad los cambios slo suceden con la condieién de dad teqeaeiban como ventajosos para su persistencia y capaci, dad reproduetora. © {Ina comunidad es un sistema hipercomplejo y por lo tanto Mee tle: Una comunidad se garantiza con aquello que yao tite en el punto anterior: sobre todo a través de la onganiacion as los datos materiales e institucionales en modo autorseleroncal INCION Quisiera comenzar esta reflexién proponiendo al lector un juego, Irate de pensar emo podria prevenir una situacton que istemati tro mate Se le presente como desagradable (por ejemplo, el encuen, fa in colega de trabajo que no soporta o la visita de la sue Sra... Antes que nada, identifique los intentos hechos que, si la Poe tsion S¢ presenta, plenamente para que llegue a un buen final Por lo tanto, piense una solucién nueva ~jrealmente nucvat- yen ainé Cosas necesitaria para poder aplicarla (piense en esto sin wine tin limite, sino Gnicamente en los que contienen el wodige penal). ‘Todos operamos procedimientos de prevencidn y todos hemos aprendido. Fs claro que estamos hasta ahora utilizando una definicién de Comply ean simple: prevencicn significa, en esta acepciin, ‘cumplir con acciones 0 con un sistema de accidn (estrategias) que Romar Meno tienen como objeto evitar o impedir que un evento, definido por nosotros como inaceptable, ocurra, o por lo menos, que se puedan contener y reducir los dafios que segtin nosotros se producen con su advenimiento. Todo ello supone una capacidad de identificacién y definicién de los eventos que nos pueden suceder en nuestra vida cotidiana y por tanto una capacidad de andlisis y competencia pre- visora suficientemente desarrollada y eficiente Lo que queremos decir con todo esto es que, al proponerse hacer prevencién en un grupo o en una ciudad, no se puede prescindir del hecho de que aquellos sujetos hacen ya justamente lo que nosotros queremos hacer en su lugar 0, atin mejor, que ellos y que, si no conocemos cémo lo hacen, corremos el riesgo de realizar propues- tas abstractas que corren el riesgo de ser improductivas. Conocer eémo se realiza en un barrio la prevencién supone co- nocer lo siguiente: 1) La identificaci6n de los Iideres de opinién, de los papeles institu- cionales que eventualmente tienen, de Ia funcién social que les ¢8 reconocida y del tipo de relacién que existe entre ellos. 2) Consideraciones de tipo cuantitativo que los Iideres de opinién, los j6venes, los adultos y los representantes oficiales de la colo- nia hacen sobre la difusin de la droga, el alcoholismo, la marginacion de las mujeres, pobreza extrema, la salud y nutri- cidn de la poblacién, condiciones ambientales desde el punto de vista ecolégico, asi como sobre las condiciones de las familias. 3) Analisis, por parte de los lideres de opinién, de por lo menos tres fallas de otros proyectos efectuados en la colonia. Este andlisis debe apuntar a la identificacion del sistema prevaleciente de ela. boracién de las fallas. Se trata de un pronéstico que lo mismos lideres han hecho sobre la vacilaciones de las acciones propues- tas por los operadores del proyecto y su justificacién. 4) Historia detallada de la colonia. 5) Datos sociolégicos. 6) Opiniones que los lideres, el equipo de promotores y otros dos actores definidos por los operadores (con el criterio de identifi car aquellos que podrfan ser, con mayor probabilidad, los desti- ‘cetera, P Donati “La famigha nella soctetd relazionale” F. Angell, Mi- lano, 1986, P De Nicola “L'uomo non 6 un isola” F, Angel, Milan, 1986; R. Speck y C. Attneave “La terapia di rete” Astrolabio, Milan, 1975;Merlo Robertoe M.Croce “La rete sociale” en Animazione Sociale 1. 16, 1989, Ega, Torino ' Respesto a eta afiemacién consul tar las obrasde Maturana yF. Varcla y también E, Morin “Il pensiero oologieo" Hopefulmonster, Firen- e, 1985; E. Morin” La conoscenza ella conoscensa” Feltrinell Mis tno, 1989; B. Morin * Il metodo” Feline, Milano, 1987 aa. “Eduoare ¢ prevenire™ Fran (0 Angeli, Milano, 1987 ‘Prewae, Reoaoy on DAs ¥ Chu BE Las Fennec natarios de la intervencidn) tienen sobre cuatro temas predefinidos (familia, droga, participacién y religiosidad) y so- bre cuatro temas, por identificar, como aquellos que ~ademés de los procedimientos- son més frecuentes en las conversacio- nes con la gente de la colonia, Enlistar las frases estereotipadas recurrentes por parte de los actores sobre los segundos cuatro temas. 7) Andlisis de las formas rituales acostumbradas en Ia colonia. Iden- tificactén de las personas que tienen, en aquéllos, papeles reco- novidos y especificos, de los simbolos que persisten y de aquellos que han cambiado con el tiempo, el tipo de participacién, la ‘cosmovision que la mayorfa de los participantes reconoce en cada rito y la construccién de identidad que se da en la colonia, Parti- cipacién con que los hombres y las mujeres, j6venes y adultos, tienen respecto a los ritos identificados 8) Descripcién de cuatro contlictos tipicos entre actores de la colo- nia, el tipo de solucién adoptada con mas frecuencia y los even- tuales mediadores de los conflictos. 9) La red subjetiva de las personas mas significativas respecto al proyecto. 10) El elenco, con indicadores sociolégicos, de todas las personas con las que se ha tenido contacto, Puede parecer excesiva la masa de datos que se requiere conocer Para realizar buenas hipotesis de prevenci6n, pero si se piensa en la complejidad de las interacciones sociales que estin en juego, se entiende que los clementos mencionados son apenas suficientes para Producir una buena estrategia, Las preguntas a las cuales debemos responder con nuestra andli- sis son, entre otras, como las siguientes: ePor qué algunos j6venes al interior de Ia misma comunidad se drogan y otros no, independientemente de los factores socto- logicos, eteétera? éPor qué han tenido éxito en ciertos grupos ciertos programas y en otros no? Rovesro Met C6mo se construye en la colonia la identidad de la misma, que papel juega en este proceso la conformidad social y por qué todo parece cambiar para no cambiar. Bl pasaje sucesivo es el construir, con base en los datos obteni- dos, la estrategia de intervenci6n y el sistema de evaluacién del pro- ‘ceso que permita controlar la eficacia y la eficiencia e identificar, in itinere, los errores que inevitablemente se cometen (hacer preven- cidn es un poco como aprender a tirar con arco: no se cuenta nunca cl primer disparo, a pesar de todos los estudios tedricos que se han hecho.) LAS REGLAS DE LA PREVENCION ‘Tratemos ahora de enlistar los principios que permiten construir una buena estrategia de prevencién. 1. PREVENCION ¥ RBHABILITACION SON LAS DOS CARAS: DE LA MISMA MONEDA. ) Toda intervenci6n encamidana hacia la rehabilitactén produce efectos sobre la definicién social del problema sobre el cual se interviene y toda acci6n de prevencidn crea una situacién tal en el contexto que favorece o desfavorece las acciones de rehabilita- cién b) No existe prevencién si no se suscita cierto grado de capacidad de interés contrapuesta a la indiferencia ) En sintesis, para decirio con un slogan, cualquier proyecto de intervencién, si se quiere que sea eficaz, debe devolver capaci- dad y competencia a la gente, para capacitarla en el mejor uso posible de los recursos que ella misma tiene para modificar sus condiciones criticas. EI modo que deberd ser adoptado, por lo tanto, ya sea de la estrategia como de Ia acci6n aislada, es aquel que interviene sobre los mecanismos de vida cotidianos y ordina- rios de los contextos sociales. Las intervenciones extempordneas a Prsvaxo, Rants pm ato v Cu oss Facoterewescias ¥ extraordinarias, estén, de hecho, en contradicci6n con la nece- sidad, de frente a la gravedad de los problemas, de producir cam- bios estables y concretos en el tejido social. Todo proyecto no puede, por tanto, por su naturaleza, sino bus- car integrarse con todos aquellos proyectos de intervencién que se Ponen en marcha por parte de los diversos actores sociales. 2. LA PREVENCION ES LOCAL 0 NO ES FREVENCION El contexto en el que se pone en marcha la estrategia la determina en el sentido en que establece los vinculos. Sin vinculos no hay estrategia posible. Por consiguiente, sélo un conocimiento muy de- tallado y dinémico del contexto permite modular la estrategia en forma tal que se evite cualquier simplificacién, 3. LA PREVENCION HS SOBRE SISTEMAS ¥ SUS INTERSECCIONES a. No es correcto aislar los sistemas y después definirlos como obje- to de intervencién dando por hecho que esa operacién es reali- dad Las interacciones y los vinculos de los sistemas son el lugar de la acci6n preventiva, La manera en la que los actores y los grupos sociales se controlan, tanto superficial como profundamente, se intercambian verdades y mentiras, se connotan, se definen, etoé- tera, son los limites que se determinan por medio de la interacci6n, la forma de realizaci6n de los vinculos de existencia (violencia, objetos polémicos, entre otros), las estructuras espaciotemporales en las que uno se mueve, etoétera. Por tanto, son los /ugares en donde deben actuar las estrategias preventivas 4. LA PREVENCION BS SOBRE LA SITUAGION cRITICA, Las formas hist6ricas con las que se previenen la situacién critica se ‘manifiesta, sino que se promueve la capacidad de interactuar con ellas. En este principio hay un cambio radical en la forma de conce- Rovenro Meno Ja acci6n social. Es el trinsito de concebir en términos (aunque necesarios) de control social y nada mds, a los de las estrategias idoneas para que la gente pueda ejercer (una vez adquiridas) las capacidades y la competencias de redefinicién sobre el punto 3 5. LA PREVENCION NO TIENE GOMO FIN LA DESAPARICION DE LA SITUACION CRITICA Muchos de los proyectos de prevencién y rehabilitacién se fijan metas que, de alcanzarse efectivamente, conformarfan un mundo que, com- parado con la Ciudad del Sol de T. Campanella,” ésta quedaria muy atrés. El caréeter ut6pico de los objetivos no es s6lo un error de planteamiento del proyecto, sino también (consciente o inconscien- temente) una forma para prescribir el fracaso y, por consiguiente, un sistema 6ptimo para aparentar el cambio. Pero entonces, ade qué tipo deben ser las estrategias? Pongamos algunos ejemplos: permitir a las redes sociales volverse mas eldsticas procesar las respuestas de los individuos y de los grupos; aumentar la posibilidad de los sistemas para vivir Ia situacién critica como un componente del proceso y no como un evento desagradable. Como se ve, aun siendo ya muy ambicioso, los objetivos citados se ponen en un nivel decididamente no ut6pico. No garantizamos felicidad alguna 6. LA PREVENGION SE DA EN LO COTIDIANO ‘También esta regla define significados distintos. Bl primero se refiere a la necesidad de la continuidad implicita en el concepto de estrategia. La prevalencia (desde el punto de vi de la consecucién del objetivo) de las acciones episédicas (por més atinadas que puedan ser) es una constatacién comin, El segundo se refiere a Ia inutilidad. Es més frecuente el dano que el beneficio producido por las llamadas intervenciones extraor- dinarias. Las famosas campafas (y el término militar no es ca- sual) disuasorias, totales ¢ impacientes, han sido despojadas de toda valider, Tommas sampanella “La etta del ‘inal, Torino, 1968 "Bn el sentido popperiano. Ct Popper, Kar. La gion de lances” tigaciin cientyfica, México, Rei, 1991, pp. 32-83, 39642, Purves, Resco Dito v Cama ve as Pasncoerescns El tercer significado, que merece ahondarse atin més, se refiere a la cuesti6n de la introduccién del concepto de tiempo. Este esté estrechamente ligado a los procedimientos en los que se pretende producir un cambio; hay que modular el tiempo segtin estas especi- ficaciones. 7. Prevent ION NO ES INFORMACION Después de todo lo dicho hasta aqui, esta puntualizaeién puede pa- recer superflua, Sin embargo, esta regla tiene excepeiones no muy onocidas, ni muy tomadas en consideracion. Es obvio que saber no signifiea poder o querer. Saber qué decidir no significa también que otro lo ha entendido. El cémo se sabe, es mas importante (desde nuestro punto de vista) que lo que se sabe y tal vez pueda parecer no completamente erréneo. Lo que se quiere subrayar es que no basta con que se proporcionen informaciones tomando en cuenta al interlocutor, también hay que permitir que él pueda someterla a falscacién." En efecto, esto es todo menos que natural. Conereta- ‘mente, esto significa que la estrategias preventivas (que inevitable- mente intervendrfan también en la informacién puesto que son par te de los mecanismo de definicién y control social) deberdn hacer que el objetivo de su desenvolvimiento sea el conocer, no tanto las cosas exactas, correctas, eteétera, sino Ia forma para proveerse de conocimiento que se acerquen a esas utopfas, a sabiendas de que si esta tiltima condicién se satisface, podrd serlo también la primera y que lo contrario nunea es posible 8. La PReveNciOn rxesuront CoMpeTENCIAS Paeoicrivas y MaNiFuLativa No se puede pensar en desarrollar una estrategia de prevenci6n sin intentar producir un cambio, Por lo tanto, un cambio supone una minorfa que influya sobre la mayorfa de forma tal que la segunda no Pueda rechazar las modificaciones de las reglas del juego de la cotidianidad. No se puede hacer esto sin manipular las representa- ciones sociales de la comunidad (las imagenes y valores) que la mis- 0 Rover Meta ma utiliza para definir la realidad y no se puede hacer esto sin tener una buena hipétesis sobre edmo suceden las cosas en un cierto tiem- po, en la misma comunidad Para poner un ejemplo, si quiero que en una red social se produz- caun cambio sobre el sentido de impotencia que la misma vive acerea del fenémeno de la drogadiccién, de manera tal que recomience a llevar a cabo aciones de contraste y control, no puedo pensar en obtener esto tinicamente con palabras, sino que necesito también, entre otras, acciones que permitan a la red tener experiencias de posibilidad de éxito por un tiempo suficiente con el fin de conven- cerla de que verdaderamente es posible obtener resultados mas ven- tajosos que aquellos que se obtenfan con la postura de impotencia. 9. PREVENCION PRESUPONE UN SISTEMA ADECUADO DE. CONOCIMIENTOS ¥ DE HIFOTESIS Las cursivas puestas al término adecuado no son ninguna casuali- dad. En primera instancia, el tipo de conocimientos necesarios para producir una estrategia es el que permite mantener un rango de complejidad igual al del sistema material de Ia intervencién. Ahora bien, esto es del todo imposible en nuestro sector, puesto que operamos sobre sistemas, cuyo rango de complejidad es tal que, precisamente, no estamos a Ia altura de comprender; enton- ces, para hacer factible una estrategia, la operaci6n necesaria es la de definir (indudablemente simplificando) el campo de conocimier tos en virtud de producir, sobre todo, un sistema de evaluacién que nos permita, en el tiempo, corregir la programacién, la accion y la investigacién La pregunta: 2qué hace falta saber para actuar? debe ser fraccio- nada en una serie de cuestionamientos de esta indole (suponiendo que es lo que queremos hacer y tenemos idea de cémo aclararlo) 4Cudles son las teorfas (premisas y/o sistemas de premisas) que constituyen nuestro punto de partida? (en nuestro caso, por ejemplo, el interaccionismo simbélico, la teorfa de los mun. dos cognoscitivos, la cibernética, eteétera), Preven, Rawson wes Dao y Gi as Paco 4Cuiiles objetivos y el tipo de cambios son necesarios para al- canzarlo y, por consiguiente cuales son las areas, los actores, las creencias que deben involucrarse y qué tipo de conoci miento debemos adquirir con respecto a éstos? 2A quién confiamos la verificacién? Cuil es el método y el lugar que tenemos como parte del siste- ma en cuestion? Bn la practiea, se trata entonces de definir lo siguiente: 4Conforme a qué estrategias pueden interactuar los conocimien- tos adquiribles? 2Qué me hace falta saber? (zy a qué nivel es esto posible?) 2Cémo conjunto tod esto con las informaciones que me presen- tan la situaci6n critica sistematizada? No existe una tipologia absoluta de conocimientos, sino tipos de conocimiento que se vuelven indispensables cuando, en el proceso de exploraci6n, nos auxilian orientindonos y, en efecto, el conoci- miento no proporciona la respuesta correcta; en su lugar nos invita a plantearnos las preguntas en forma correcta 10. La Paevencs ontcannnte LUNA BSTRATEGIA EVALUABLE. Queremos definir con este término un sistema de objetivos que pue- dan identificar un sistema de acciones de las cuales es posible me- dir el nivel de eficacia, eficiencia y correcta relaci6n costo-beneficio que ya ha sido adoptada como un sistema de evaluaci6n en grado de corregir in itinere parte 0, mas atin, todo el sistema de modo que permita concentrar los objetivos en el tiempo Ya hablamos mucho de este tema. Ahora s6lo haremos hineapié en el aspecto ético de este sencillo comportamiento. Es la coneretizacién de una postura de humildad; es decir, de quien esta consciente de la extrema dificultad de la tarea y de la propia par iad, pero, ademas, es un acto de valor y, permitanme, también de n amor. Bs decir, de aquél,que no se cree el salvador sino un protago- nista. La ‘inica certeza que tiene un equipo que quiere hacer preven- cién esté en el hecho de que seguramente, si no por casualidad, en el transcurso de su desarrollo las acciones deber4n producir erro- res. El procedimiento es de tipo cientifico y sobre sistemas hiper- complejos y entonces tenemos probabilidades de encontrar éxito si sabemos aprender de nuestros errores. Por tanto, para aprender de los errores, es necesario re-conocerlos, es por ello que es importan- te un buen sistema de evaluacién de proceso, ello es el punto de partida. Les deseo un buen trabajo. Brniocraria farios autores “Citta sicura”, Regione Emilia Romagna, Bologna, anni 195 - 1999; Varios autores“Conferenee manual; International network of cities on drug policy” , Baltimora, 1993, Maryland farios autores "La riduzione del danno”, eca ;Torino, 1994; Varios autores “Reti sociali e disagio psichico”; Graphic Time, Torino 1989; Varios autores “Droga, il paradosso della normalita”” Angeli Milano 1985 Achille Ardigo’ “Crisi di governabilita e mondi vitali”, Cappelli Bologna 1980 ‘Alessandro Baratta, M. Pavarini,Criminologia Critica “Dei delitti delle Pene” , waa, TORINO, ‘Arrighi Giovanni e Passerini Luisa (a cura di) “La politica della pa- rentela”, Feltrinelli Milano 1976 Augusto Palmonari B. 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Q. “ , Sonda, Torino, 1993 —_—— “Prevenzione e dissuasione “ EGA, Torino, 1986 Gregory Bat le” Feltrinelli 1s Rosato Men LA PREVENCION COMO ESTRATRGIA DE DESARROLLO EN LAS COMUNIDADES ¥,REDUCCION DE LOS DASOS DERIVADOS DEL. CONSUMO DE DROG Roweto Mento La mrorests tesis que creo suficientemente entendible y aceptable La cuestion droga es hoy, antes que nada, un problema de pro- mocion y gestién de la seguridad y de la salud de tos ciudadanos (sean drogadictos 0 no). Resulta evidente para todos que el fendmeno de drogadiceién no es en sf eliminable totalmente-de nuestras comunidades (basta pen- sar en Ia actual diversificaci6n del mercado que se ha creado con la introduccién masiva de anfetaminas y el pasaje rapido, también en los paises productores, al consumo en masa de las diferentes dro- gas, eteétera) y que, por lo tanto, sti control se lleva a cabo con la realizacion de ties objetivos: I ntento, con base en nuestro razonar, la definicién de una hip6- 1) La prevenci6n y la reduccién de los dafios y del sufrimiento in- dividual y colectivo que produce. 2) El cambio en la construccién social, cultural y jurfdica que iden- tifica el fendmeno y, a veces, lo sostienen y lo-amplian, 3) La puesta en marcha de una estrategia de cura, rehabilitacién y prevenci6n para contener la demanda.' Las politions para re ti fale as {gas son Ia cnlea mercancia que no haa sufrido los efectos de Ia crisis ‘econémica, at de la inflaton, y la politien que piensa vencer en la ‘guerra de la droga de acuerdo con Tos paises productores ha tenido ‘como efecto el aumento de los pat ses que no sélo la producen sino ‘que, también, son comsumidores. umn, Recon wa Das ¥ Cima was acronis Con esta tiltima afirmacién queremos referirnos a las estrateggias que, con toda la instrumentacién actualmente disponible, ya sea farmacologiea 0 psicoterapéutica, reducen o anulan el sentido y el Significado subjetivo y social del abuso de sustancias psicotr6picas y producen una practica y una cultura del control del uso (la absti nencia es considerada slo como una de las tantas formas de con. {rol posibles). Para que esto suceda es necesario, por una parte, que las redes sociales que forman una comunidad sean habiles y compe, tentes en no transformar Ia situaci6n critica en una condicisn de identidad desviante (prevencién) y que las agencias de seguridad (servicios) practiquen modelos de intervencién de cura y rehabili- {acion que no desautoricen, aceptando un poder mas 0 menos total, lo que compete al deber/posibilidad de una practica de solidaridad adulta y responsable. En la segunda afirmacién nos referimos al hecho de que las pol ticas y las actitudes actuales solo han conseguido: © Un aumento de valor impropio del uso de sustancias dandoles significados de identidad, conformismo o transgresién © El persistir de una situacién de impotencia de la comunidad civil ante esta tragedia, © Deslegitimaciin de los servicios més serios a causa de magos y charlatanes que prometen curaci6n. © Un aumento de la separaci6n entre ciudadanos drogadictos y no drogadictos. © Un incremento en las constantes formas de marginacion social (Particularmente acentuadas con la aparicién del Sida). © La difusién de las muchas formas de drogadiccién en todos los niveles de la poblacién, independientemente del nivel cultural 0 social de los mismos. Es evidente, pues, que sélo un cambio radical de los paradigmas que conforman la constitucién social del fenémeno pueden permi {ir una mejoria de la situacién de dafio y sufrimiento (ver punto 1°) ue ocasiona el mismo. Los daiios derivados de las varias formas de drogad ser resumidos en cuatro categorias: 1) Los sociales y psicol6gicos res; hace uso de sustancias psicotropicas 2) Los daftos que la condicién de drogadiccién ocasiona, por ma y por las normas juridicas vigentes (situaci6n de ilegali respecto al contexto préximo en el cual ésta se manifiesta (del proselitismo a la micro-criminalidad recurrente, al malestar de las familias con un drogadicto y a las respectivas redes sociales, entre otros). 3) Bl dafio que dicha condicién produce con relacisn al contexto ampliado en el cual se manifiesta (pérdida total de la capacidad del control social, alarma social) 4) La pérdida de capacidad y aptitudes de una cultura, menos evi dente, pero, esta es la mas preocupante también, desarrolla siste- mas rituales simb6licos de control social basados en la tolerancia yen la complejidad. La cuarta () concierne a1 e6mo podemos pensar en prevenir, parcial pero significativamente, todo esto? Antes de hacer nuestras propuestas, es oportuno considerar la estrategia dominante que se usa frente a los dafios con el objetivo de climinarlos. Esta estrategia se expresa con un razonamiento b: tante simple y claro: hay que hacer dos cosas para eliminar los da- fios de la droga: disuadir el consumo y reprimirlo. teorfa es una buena idea; pero, en la practica, la realidad nos dice que no es cierto que los datios de la experiencia de drogadic- cién tengan efectos de aliciente para interrumpir la experiencia misma o para no emprenderla. La hip6tesis de que los daftos fisicos, sociales y penales que esta condicién produce es un freno para quien desee eventualmente em- prenderla o un inc a interrumpirla, es fruto de cuatro erro- 7 "y Consultar entre otros “Conference Manual; International network of cities on drug policy”. Baltimore, Maryland, 1993. Presidenza del Consiglio det Minis- {ut Labos seomunieazione edrogas vol. 1,2y 3 afios 1985, 1986, Roma; Jean Bergeret «Chi ¢tossicomane> scondizione th Prov. autinima di Trento, 1979; L Zoja snascere non basta»; R, Corti- Milano, 1985, G. Martignont cseduzioni di normalité Alice, allinzona, 1990. Consultar entre otros E. Gius “Condizione lovanilee droga” Pro- vineia Autonoma di Tanto, 19 Luigi Zoja "Nascere non basta Ratinello Cortina, Milano, 1985, G. Martignont “Sedaziont di normal 1" Alice, Belinzona, 1990, ‘reve, Reowo3tW om. DAKO ¥ Ca ea FaRAACoEEMES res macroscspicos de tipo cultural y cientifico, ampliamente de- mostrados por a literatura socio-psicolégica y criminologfa. En primer lugar, se supone que los comportamientos humanos son condicionados y condicionables de forma necesaria y suficiente Por elementos de racionalidad exclusivamente propios de la cultura dominante. Esta influencia cultural permite una serie de desventa- Jas y negaciones en funcién de la experiencia que, en este caso, es la drogadiccién; introducir estas desventajas en dosis elevadas, ten- drian como consecuencia, un cambio drastico en ambos niveles (cul- tural y vivencial). Naturalmente no existe un margen que indique el concepto de suficiente, por lo que, ante el fracaso de las politicas de pura represién, este modelo paradéjico razona segtin Ia logica de “avin no es suficiente” ? En segundo lugar, se piensa que la drogadiccién esté determina- da exclusivamente por los factores bioquimicos de las sustancias y or la ausencia de e6digos normativos de comportamiento que obli- guen al rechazo de las mismas. Sin embargo, el placer dado por las sustancias es la suma de datos bioquimioos y de elementos simbdli- cos y rituales que constituyen identidad y pertenencia (sin ninguna conexién con el sentido positivo 0 negativo que éstas pueden te- ner). EI intento de quitar el placer aumentando los elementos de estigma produce muy a menudo el efecto de reforzar la misma iden- tidad, pertenencia y placer? En tercer lugar, se supone que los individuos débiles (drogadictos ‘en potencia, no importa) son receptivos a comunicaciones donde el mensaje central es la muerte o el riesgo de morir. Es notorio que Ja muerte es, en la experiencia del drogadicto y en el imaginario de 41, en un sentido, una experiencia pasada (y seguramente borrada) Y¥, Por otro, una verdadera forma de encanto (desafiar la muerte es ‘una manera individual y cultural de celebrar la vida). La muerte es, Pues, todo menos que distasiva con las personas que intentan sen. tirse vivas.* En fin, ignoran (porque no son congruentes con sus deseos disuasivos) que la drogadiccién es también una construccién social, ‘un mito, una de las formas posibles de la dependencia (elemento esen- ial para cada vida y cultura), un idioma simbélico ¢ hist6ricamente owero Meno ‘una necesidad social, un mercado, eteétera, Por esta razén es un fe~ n6meno sumanente complejo, que como tal no puede ser «elimin: do», sino gobernado; fenémeno sobre el cual, simplificaciones, como las campatias o formas de disuasién de masa, no tienen efecto. 'No estamos diciendo que la disuasion es ineficaz lo mismo que la persuasiGn. Seria otra simplificacién, Estamos afirmando que se ne- cesita una estrategia que tenga coherencia ldgica entre elementos disuasivos y elementos persuasivos, de manera dinsmica Esto significa que proponer la reduccién del dafio, por ejemplo, no equivale a afirmar que no se puede hacer otra cosa y entonces... al revés, esto es, que se puede hacer cura y prevencién también con los sujetos y los grupos que no estn en la condicién de aceptar un proceso terapéutico rehabilitativo... Bn pocas palabras: que se pue- de y se debe hacer més, no menos. ‘estas consideraciones, los aficionados a la disuasi6n como mo- delo tinico oponen lo que ellos llaman datos de la realidlad y el senti- do comin. Bstos pueden ser resumidos en las siguientes afirmaci nes: es un hecho que el miedo a las consecuencias de una accién es tun desvalorizante de la misma... todo lo demas son teorias y palabras, ‘el permisivismo ha sido co-causa del desarrollo del abuso de drogas. Por eso, sélo una politica y una informacién muy disuasiva pueden lograr un resultado contrario. Bn fin, “para producir un cambio en un comportamiento es necesario producir una catarsis. Las condiciones de fuerte incomodidad causadas por el mismo comportamiento son el comienzo indispensable para que ésta se produz Cuestionar el primer tipo de afirmacién es bastante facil, solo hay que considerar que 1000 afios de poltticas basadas sobre el cas- tigo han producido informes de procuradores generales de la Repti- blica que declaran cada afio «el aumento de los erimenes». El miedo alas consecuencias de determinados comportamientos funciona se guramente como un mecanismo de confirmacién de que estamos eno justo, por eso es que a quien nunca abusaré de drogas le pare- ‘cen oportunas y eficaces las campaiias basadas sobre este principio. Bstas, en efecto, aumentan las diferencias entre el sf normal y el sf atribuido a las desviaciones, pero son mas de cien las investigacio- nes que demuestran que para el sf desviante, éstas tienen, muy a EE LOE * Volveremos a tratar este concepto Introducide por Lega Festinger Teoria della dissonanea cogniefes Milano Franco Angeli, 1987 Pesan, Rc ba DA y Co as Fanciers menudo, el efecto de conti cambiarla. {i segundo tipo de afirmaciéa es mas engaitosa, por lo que para entenderla es necesaria una reflexiGn més profunda, Como farce peion de tipo ético y la necesidad de recuperarla. El error estd en el hecho de pensar que, la definicion de due Ia droga es un desvalor y Ia aplicacion de un estigma sobre Ig mame, 228 Un Procedimiento que puede funcionar de cualquicn manera y sobre cualquier persona, Los impulsores de esta politica a sng wudo Proponen el ejemplo del humo del eigarrill: la aplicacieg del estigma social para los fumadores ha producido, sin dads igus na, su disminucién y, para aumentar el estig irmar su representacidn pero no ayudan g la prohibicién de, famar ha sido seguramente una politica muy eficaz (por lo mance en parte), Pero la cuestién es que, en este caso, el estigni taba) Congctado con la pertenencia a un mundo de normalidad. Cuande we Gituade sobre las sustancias psiestrdpicas no se dice evidenter mente; ‘si atin quieres pertenecer a tu mundo (en este caso incieneg ¥ desviante), déjala”, sino que se dice: “tienes que cambiar de mar do”. Es por eso que las cosas no funcionan El tercer tipo de afirmacién es atin mas complejo. No te afirmar, en efecto, que el proceso catart de un «desastres existencial Este razonamiento descuenta una premisa que no era ve Sere Gs: due la drogadiecién sea el fruto de un proceso existenciat cvolutivo completamente consciente. La realidad nos dice que coms én una enfermedad mental, en muchos casos, la drogadiceion eo una catarsis 0 algo parecido, Desde el punto de vista general, tanto Sj elisio alucinatorio como a drogadiccién, para cl individue qee la dea oe Presenta como una buena solucicn a una disonancia biolé, Sica 0 cofnitiva percibida-como no resoluble. Desde este punte de ‘ists, Ia difereneta fundamental entre formas de delitio y drogadic, cid estd en el hecho de que la primera no es un proyeeto inteneinn nab la segunda sf (en el sentido que es un autoengano’ que la pros mueve y la hace persistir) Proponer un proceso catartico que ensefta y de la solucién encontrada por el indivi suficien- ico no siempre es el fruto rdadera, amplifica los daiios luo, como sistema para pro- overt Men ducir un cambio tan grande, es un error porque confirma Ia solu- ‘cidn y secundariamente no ensefia ninguna raz6n para estimular el cambio (zpor cudl paraiso tendrfa que renunciar a esta condicién {que me permite solucionar mas problemas?). Como paradoja, esta diltima objecidn dice que reducir los datios significa quitar valor ad- junto a la solucién de la drogadiccién y tener pues buenas posibill- dades de reducirla de peso y de importancia. "Tal ver el equivoco mas grave se encuentra detras de todas las palabras que tienen fundamento o se refiere a la convicei6n de que tl dao de la experiencia es un buen incentivo para interrumpirla, és el equivoco definido por el hecho que dicha afirmacion piensa {que lo que funciona de igual medida con quien podrfa volverse dro- gadioto y con quien ya es drogadicto. Quien afirma esto demuestra 4 ignorancia del sentido comiin, Cualquier persona en efecto en- tiende que individuos diferentes perciben la misma comunicacion de manera diferente y que Io que funciona para uno no necesaria ‘mente tiene que funcionar para el otro. * LAS CONSECUENCIAS DE, ESTOS ERKORES Las estrategias hasta ahora utilizadas, basadas en la presuncién de poder eliminar con el tiempo el fenémeno, han entendido a menudo {a politica relacionada con alas drogas tinicamente como una estra- togia disuasiva, el servicio como instrumento para la cura como desintoxieaci6n, como abstinencia y remisi6n, la reintegracin como normalizaci6n. ‘Se nos olvida de esta manera que éste, como otros fendmenos, tiene sus rafces en Ia demanda erdnica de consolacién (La Sorge leer del Dasein dirfa la fenomenologfa)’ que se basa en la ausencia radical, en nuestras culturas, de procesos que produzcan sentido, cura, alivio del dolor producido por la separacién de Ia alteridad del individuo, por la negaci6n de la irreductibilidad de la misma por Ia incomodidad® a la que hemos quitado toda su dignidad y hemos transformado en culpa y vergiienza.” © Sobre este tema son fundaments Jes Tas obras de Massimo Buscema sPrevenaione « dissuasione» £0, Torino, 1986. Consultar entre otros M. Heidegger fen "essere e tempo" Torino Utet 1969 0 E. Husserl en “per Ia fenomenologia dela concienza in- tema del tempo", Milano Franco ‘Angel, 1981. Unlizamos la sigaiente definicion Sesituaciin erica: «Condiciin de ‘suirimiento que los individucsy los grupos sociales experimentan en st Mistoriaen plan de comunicacin, (én, oportunidades, imagen de fs condickn perte historia de eada uno y puede transformarse en iewacidn erftioa manifesta: es Is Komatizacion dela situackn cr tion, em algunos casos es aceptada por a sociedad (como el alcoholis- fn), en otras castigad (delinouen tia), en otros curada (enfermedad) Situacun critica persbida. condi ‘ign de siego de sintomatizacin; ‘ondicign para la cual una re tra ta de impedir que se pase a una ‘ondicign de situaet6n eritica ma: festa sieuacién ertica poteneial: cond ‘ign de aparente eno situacién exf- tea» que precede y a veces acom- prana toda la vida sin ser pereibida ‘como condi de riesgo. No te- ‘neque sorprender el hecho que una situacton extion presupongn para ser definida, un observador (inte Horo superior), Ci, Varios autores Studio dea 82, Aosta, 1987; Varios autores Reti sociale disaglo psichico; Graphic Time, torino 1989: L. Gallia Dizionario di Sociologia, Tork lover, 1978; Variot autores; osm, Masson Milano, 1990. Erikson, Brick “Infancia y socte- 7 © Froud, Anna. “Normalidad y pato- logia en los nitos". Paidés Precio, Resa na DAO Cres As Patent El mercado de la respuesta, en vez. de empezar por estas conside- raciones y buscar una mediacién, se basa en el intento de producir culpa y vergiienza, separacion y exclusién aumentando la sensacién de desesperaci6n y favoreciendo no la curaci6n sino su negacién en todas sus formas (estigma, indiferencia, conformismo, eteétera). La droga se vuelve una mercancfa que se intercambia para obtener, por Jo menos, un simulacro de respuesta a una necesidad profunda de cada individuo, la necesidad de consideracién (que significa poder compartir el plan de nuestros deseos sabiendo que éstos, como las estrellas (sidera), no caen del cielo, sino que hay que raptarlos). Pero mas que la droga, habria que considerar que la dependen- cia, forma esencial de la existencia, es la verdadera cuesti6n de fon- do: es una forma de la consolaci6n y de curacién de la que hablaba- ‘mos antes. Sus maneras de realizacién pueden ser culturalmente aceptadas 0 no, pero esto no da ninguna indicacién sobre su senti- do, el problema es eémo se gobierna y no tanto c6mo se elimina. Nosotros nacemos siendo dependientes y, si no fuese asf, no nacerfamos (el primer drama es la ruptura de una forma de depen- deneia total: el cordén umbilical la primera consolacién es la subs- titucién con un pecho: la dependencia de esto es el primer paso hacia la construccién de una verdadera identidad). Aprendemos a existir a través de la gestién de las varias formas de dependencia (a través del juego, el nifio aprende a gobernar el tiempo y el espacio Para sus necesidades dependiendo de su padres, aprendiendo a tra- vés de una red que ellos imponen para estar con los demés)."” La dependencia es una respuesta a la necesidad de consolacién. Noes casual que en la adolescencia, o sea, cuando el individuo tiene que nacer de nuevo de manera més dura y brutal porque se exper ‘menta la ruptura de los vinculos de dependencia infantil, explota, casi como una insurreceién, el tomar pimienta. Esto podria ayudar a comprender el fendmeno que intento explicar. ilies situacin ertica potencial: condi- ‘iin de aparente «no stuacién ert tea» que precede y a veoes acom- pata toda la vida sin ser pereibida ‘como condicion de riesgo. No te- neque sorprender el hecho que una situacién eritiea presuponga para ser definida, wn observador (inte For o superior) CE. Varios autores Studio Wea 82, Aosta, 1987; Varios autores Reti socialle disagio psichico, Graphic Time, torino 1989; L. Gallin Dizionario di Sociologia, Tori turer, 1978; Varios autores; va, Masson Milano, 1990, * Eriaon, Erick’ “Infancia y sooie- dad % read, Anna. “Normalidad y pato- Jogia en los nifios”. Pais Purmoy, Reet nt Dao ¥ Cams ve at Pconereerscs El mercado de la respuesta, en vez. de empezar por estas conside- raciones y buscar una mediacién, se basa en el intento de producir culpa y vergenza, separacién y exclusién aumentando la sensacion de desesperacién y favoreciendo no la curacisn sino su negacion en todas sus formas (estigma, indiferencia, conformismo, eteétera). La droga se vuelve una mercancfa que se intercambia para obtener, por o menos, un simulacro de respuesta a una necesidad profunda de cada individuo, la necesidad de consideracién (que significa poder compartir el plan de nuestros deseos sabiendo que éstos, como las estrellas (sidera), no caen del cielo, sino que hay que raptarlos). Pero mds que la droga, habria que considerar que la dependen- cia, forma esencial de la existencia, es la verdadera cuestiGn de fon- do: es una forma de la consolacién y de curacién de la que hablaba- mos antes. Sus maneras de realizacin pueden ser culturalmente aceptadas 0 no, pero esto no da ninguna indicaci6n sobre su senti= do, el problema es como se gobierna y no tanto cémo se elimina, Nosotros nacemos siendo dependientes y, si no fuese asi, no nacerfamos (el primer drama es la ruptura de una forma de depen- deneia total: el cordén umbilical la primera consolacién es la subs- fitucién con un pecho: la dependencia de esto es el primer paso hacia la construecién de una verdadera identidad). Aprendemos a existir a través de la gesti6n de las varias formas de dependencia (a través del juego, el nifio aprende a gobernar el tiempo y el espacio ara sus necesidades dependiendo de su padres, aprendiendo a tra- vés de una red que ellos imponen para estar con los dems). La dependencia es una respuesta a la necesidad de consolacion. Noes casual que en la adolescencia, o sea, cuando el individuo tiene que nacer de nuevo de manera mas dura y brutal porque se experi menta la ruptura de los vinculos de dependencia infantil, explota, casi como una insurreceién, el tomar pimienta. Bsto podria ayudar ‘4 comprender el fendmeno que intento explicar. Row Meio ALGUNAS CONSIDERAGIONES SOBRE EL LUGAR EN EL CUAL SE DA TODO ESTO Sin afan de profundizar, me parece oportuno decir que el fendmeno de la drogadiccién se da principalmente en las ciudades, y no por casualidad. Ahora se puede pensar en la ciudad como una masa organizada y parcialmente bloqueada. La organizaci6n de las ciudades se da con- forme, entre otros elementos, a la organizacion de el trabajo y a la forma de producci6n de un bien que tiene nombre: “seguridad”. Bstd claro, entonces, que cualquier programa de prevencion ¢ inter- vencidn sobre el fenémeno de la drogadiceién no puede no ponerse como objeto de accién y como sujeto con el cual interactuar, los acto- res y las instituciones que encaman el modelo de organizacién de el trabajo y de produccién del bien seguridad, que identifica la ciudad, Para poner un ejemplo, la estructura urbanistica de la ciudad tie- ne lazos evidentes con la forma en que se desarrolla el fenémeno de la drogadiccién, entre los demés. Es suficiente considerar el hecho de que la estructura urbanfstica permite més 0 menos el control social informal. que la distribuci6n del tiempo que se dedica al tra- bajo o la presencia de desempleo, son factores que determinan la capacidad de los nticleos familiares de ser actores disuasivos y per- suasivos sobre la drogadiccién, que la percepeidn de seguridad de- termina el sentido colectivo de poder o no poder hacer algo sobre el fenémeno... y asf sucesivamente, Todo esto significa que una buena estrategia de prevencién tiene propuestas claras también sobre estos factores que, dicho sea de paso, no son los inicos importantes pero que no se pueden ignorar. ASADINOS TODAVIA ALGUNOS FUNDAMENTOS TEOKICOS Las premisas que fundamentan la definicién de nuestra propuesta pueden ser resumidas en algunas afirmaciones que explican una serie de argumentos tedricos. referencia es al conocimiento de | criminologia eritica, del inta ‘ceionisimo simbdico,y de la a0. stologia de a desviactén: D. Maten, “Come si diventa devianei™ Mulino, Bologna, 1976; B. Gotiman “Espressioni di identita” Mond, dort Milano, 1969, 7. Pich “La \devianza” La Nuova Italia, Firenze 1975; Becker " Outsiders” Egan, Torino , 1988; A. Ardigé “Crist di fovernabilité © mondt vita Cappelli, Bologna, 1980, ax-vy “Complessité sociale e dented” Angel, Milano 1983; “Dei delite © elle pene” Ega, Torno, aos 1986, 1994, en particular les trabajos de M.Pavarinte M. Baratta, PPacell YE. Quangnolo “prove di dented” Angeli, Milano 1987; au. "Dro- 48 paradoxso della normalita” F. Angel, Milano, 1985 * Consulta, entre otros, E. Goffman “La vita quotidiana come rappre sentazione” Universal Paperbacks lI Mulino, Bologna, 1978 "Consular, entre otros, “Det deli e delle pene” ao 1983, 1985, op eit " Respecto al concepto de red social wr JA. Barnes “Social network” Addison Wesley Reading 1972, et- ‘Perec, Reo oe DaSo¥ mA DE as Patuncoomneacs 1) La conducta desviada como fenémeno colectivo es, principal. ‘mente, una construceisn social." 2) Bl cambio de las representaciones de la conducta desviada que fhacen los grupos sociales tiene prevalentemente una funeroc gee bélica."? 9) Las formas de control y de gobierno del fenémeno se transfor a on fancidn del mantenimiento de las posibilidades de cage bio (prevalentemente simbélico) de lo ya dicho. 4) BT lugar en el que se da la mutacién, la persistencia y los diversos Tuvcles del eventual cambio es la comunidad (sistema de vedes) de pertenencia.!* 5) Bn una comunidad los cambios slo suceden con la condieién de dad teqeaeiban como ventajosos para su persistencia y capaci, dad reproduetora. © {Ina comunidad es un sistema hipercomplejo y por lo tanto Mee tle: Una comunidad se garantiza con aquello que yao tite en el punto anterior: sobre todo a través de la onganiacion as los datos materiales e institucionales en modo autorseleroncal INCION Quisiera comenzar esta reflexién proponiendo al lector un juego, Irate de pensar emo podria prevenir una situacton que istemati tro mate Se le presente como desagradable (por ejemplo, el encuen, fa in colega de trabajo que no soporta o la visita de la sue Sra... Antes que nada, identifique los intentos hechos que, si la Poe tsion S¢ presenta, plenamente para que llegue a un buen final Por lo tanto, piense una solucién nueva ~jrealmente nucvat- yen ainé Cosas necesitaria para poder aplicarla (piense en esto sin wine tin limite, sino Gnicamente en los que contienen el wodige penal). ‘Todos operamos procedimientos de prevencidn y todos hemos aprendido. Fs claro que estamos hasta ahora utilizando una definicién de Comply ean simple: prevencicn significa, en esta acepciin, ‘cumplir con acciones 0 con un sistema de accidn (estrategias) que Romar Meno tienen como objeto evitar o impedir que un evento, definido por nosotros como inaceptable, ocurra, o por lo menos, que se puedan contener y reducir los dafios que segtin nosotros se producen con su advenimiento. Todo ello supone una capacidad de identificacién y definicién de los eventos que nos pueden suceder en nuestra vida cotidiana y por tanto una capacidad de andlisis y competencia pre- visora suficientemente desarrollada y eficiente Lo que queremos decir con todo esto es que, al proponerse hacer prevencién en un grupo o en una ciudad, no se puede prescindir del hecho de que aquellos sujetos hacen ya justamente lo que nosotros queremos hacer en su lugar 0, atin mejor, que ellos y que, si no conocemos cémo lo hacen, corremos el riesgo de realizar propues- tas abstractas que corren el riesgo de ser improductivas. Conocer eémo se realiza en un barrio la prevencién supone co- nocer lo siguiente: 1) La identificaci6n de los Iideres de opinién, de los papeles institu- cionales que eventualmente tienen, de Ia funcién social que les ¢8 reconocida y del tipo de relacién que existe entre ellos. 2) Consideraciones de tipo cuantitativo que los Iideres de opinién, los j6venes, los adultos y los representantes oficiales de la colo- nia hacen sobre la difusin de la droga, el alcoholismo, la marginacion de las mujeres, pobreza extrema, la salud y nutri- cidn de la poblacién, condiciones ambientales desde el punto de vista ecolégico, asi como sobre las condiciones de las familias. 3) Analisis, por parte de los lideres de opinién, de por lo menos tres fallas de otros proyectos efectuados en la colonia. Este andlisis debe apuntar a la identificacion del sistema prevaleciente de ela. boracién de las fallas. Se trata de un pronéstico que lo mismos lideres han hecho sobre la vacilaciones de las acciones propues- tas por los operadores del proyecto y su justificacién. 4) Historia detallada de la colonia. 5) Datos sociolégicos. 6) Opiniones que los lideres, el equipo de promotores y otros dos actores definidos por los operadores (con el criterio de identifi car aquellos que podrfan ser, con mayor probabilidad, los desti- ‘cetera, P Donati “La famigha nella soctetd relazionale” F. Angell, Mi- lano, 1986, P De Nicola “L'uomo non 6 un isola” F, Angel, Milan, 1986; R. Speck y C. Attneave “La terapia di rete” Astrolabio, Milan, 1975;Merlo Robertoe M.Croce “La rete sociale” en Animazione Sociale 1. 16, 1989, Ega, Torino ' Respesto a eta afiemacién consul tar las obrasde Maturana yF. Varcla y también E, Morin “Il pensiero oologieo" Hopefulmonster, Firen- e, 1985; E. Morin” La conoscenza ella conoscensa” Feltrinell Mis tno, 1989; B. Morin * Il metodo” Feline, Milano, 1987 aa. “Eduoare ¢ prevenire™ Fran (0 Angeli, Milano, 1987 ‘Prewae, Reoaoy on DAs ¥ Chu BE Las Fennec natarios de la intervencidn) tienen sobre cuatro temas predefinidos (familia, droga, participacién y religiosidad) y so- bre cuatro temas, por identificar, como aquellos que ~ademés de los procedimientos- son més frecuentes en las conversacio- nes con la gente de la colonia, Enlistar las frases estereotipadas recurrentes por parte de los actores sobre los segundos cuatro temas. 7) Andlisis de las formas rituales acostumbradas en Ia colonia. Iden- tificactén de las personas que tienen, en aquéllos, papeles reco- novidos y especificos, de los simbolos que persisten y de aquellos que han cambiado con el tiempo, el tipo de participacién, la ‘cosmovision que la mayorfa de los participantes reconoce en cada rito y la construccién de identidad que se da en la colonia, Parti- cipacién con que los hombres y las mujeres, j6venes y adultos, tienen respecto a los ritos identificados 8) Descripcién de cuatro contlictos tipicos entre actores de la colo- nia, el tipo de solucién adoptada con mas frecuencia y los even- tuales mediadores de los conflictos. 9) La red subjetiva de las personas mas significativas respecto al proyecto. 10) El elenco, con indicadores sociolégicos, de todas las personas con las que se ha tenido contacto, Puede parecer excesiva la masa de datos que se requiere conocer Para realizar buenas hipotesis de prevenci6n, pero si se piensa en la complejidad de las interacciones sociales que estin en juego, se entiende que los clementos mencionados son apenas suficientes para Producir una buena estrategia, Las preguntas a las cuales debemos responder con nuestra andli- sis son, entre otras, como las siguientes: ePor qué algunos j6venes al interior de Ia misma comunidad se drogan y otros no, independientemente de los factores socto- logicos, eteétera? éPor qué han tenido éxito en ciertos grupos ciertos programas y en otros no? Rovesro Met C6mo se construye en la colonia la identidad de la misma, que papel juega en este proceso la conformidad social y por qué todo parece cambiar para no cambiar. Bl pasaje sucesivo es el construir, con base en los datos obteni- dos, la estrategia de intervenci6n y el sistema de evaluacién del pro- ‘ceso que permita controlar la eficacia y la eficiencia e identificar, in itinere, los errores que inevitablemente se cometen (hacer preven- cidn es un poco como aprender a tirar con arco: no se cuenta nunca cl primer disparo, a pesar de todos los estudios tedricos que se han hecho.) LAS REGLAS DE LA PREVENCION ‘Tratemos ahora de enlistar los principios que permiten construir una buena estrategia de prevencién. 1. PREVENCION ¥ RBHABILITACION SON LAS DOS CARAS: DE LA MISMA MONEDA. ) Toda intervenci6n encamidana hacia la rehabilitactén produce efectos sobre la definicién social del problema sobre el cual se interviene y toda acci6n de prevencidn crea una situacién tal en el contexto que favorece o desfavorece las acciones de rehabilita- cién b) No existe prevencién si no se suscita cierto grado de capacidad de interés contrapuesta a la indiferencia ) En sintesis, para decirio con un slogan, cualquier proyecto de intervencién, si se quiere que sea eficaz, debe devolver capaci- dad y competencia a la gente, para capacitarla en el mejor uso posible de los recursos que ella misma tiene para modificar sus condiciones criticas. EI modo que deberd ser adoptado, por lo tanto, ya sea de la estrategia como de Ia acci6n aislada, es aquel que interviene sobre los mecanismos de vida cotidianos y ordina- rios de los contextos sociales. Las intervenciones extempordneas a Prsvaxo, Rants pm ato v Cu oss Facoterewescias ¥ extraordinarias, estén, de hecho, en contradicci6n con la nece- sidad, de frente a la gravedad de los problemas, de producir cam- bios estables y concretos en el tejido social. Todo proyecto no puede, por tanto, por su naturaleza, sino bus- car integrarse con todos aquellos proyectos de intervencién que se Ponen en marcha por parte de los diversos actores sociales. 2. LA PREVENCION ES LOCAL 0 NO ES FREVENCION El contexto en el que se pone en marcha la estrategia la determina en el sentido en que establece los vinculos. Sin vinculos no hay estrategia posible. Por consiguiente, sélo un conocimiento muy de- tallado y dinémico del contexto permite modular la estrategia en forma tal que se evite cualquier simplificacién, 3. LA PREVENCION HS SOBRE SISTEMAS ¥ SUS INTERSECCIONES a. No es correcto aislar los sistemas y después definirlos como obje- to de intervencién dando por hecho que esa operacién es reali- dad Las interacciones y los vinculos de los sistemas son el lugar de la acci6n preventiva, La manera en la que los actores y los grupos sociales se controlan, tanto superficial como profundamente, se intercambian verdades y mentiras, se connotan, se definen, etoé- tera, son los limites que se determinan por medio de la interacci6n, la forma de realizaci6n de los vinculos de existencia (violencia, objetos polémicos, entre otros), las estructuras espaciotemporales en las que uno se mueve, etoétera. Por tanto, son los /ugares en donde deben actuar las estrategias preventivas 4. LA PREVENCION BS SOBRE LA SITUAGION cRITICA, Las formas hist6ricas con las que se previenen la situacién critica se ‘manifiesta, sino que se promueve la capacidad de interactuar con ellas. En este principio hay un cambio radical en la forma de conce- Rovenro Meno Ja acci6n social. Es el trinsito de concebir en términos (aunque necesarios) de control social y nada mds, a los de las estrategias idoneas para que la gente pueda ejercer (una vez adquiridas) las capacidades y la competencias de redefinicién sobre el punto 3 5. LA PREVENCION NO TIENE GOMO FIN LA DESAPARICION DE LA SITUACION CRITICA Muchos de los proyectos de prevencién y rehabilitacién se fijan metas que, de alcanzarse efectivamente, conformarfan un mundo que, com- parado con la Ciudad del Sol de T. Campanella,” ésta quedaria muy atrés. El caréeter ut6pico de los objetivos no es s6lo un error de planteamiento del proyecto, sino también (consciente o inconscien- temente) una forma para prescribir el fracaso y, por consiguiente, un sistema 6ptimo para aparentar el cambio. Pero entonces, ade qué tipo deben ser las estrategias? Pongamos algunos ejemplos: permitir a las redes sociales volverse mas eldsticas procesar las respuestas de los individuos y de los grupos; aumentar la posibilidad de los sistemas para vivir Ia situacién critica como un componente del proceso y no como un evento desagradable. Como se ve, aun siendo ya muy ambicioso, los objetivos citados se ponen en un nivel decididamente no ut6pico. No garantizamos felicidad alguna 6. LA PREVENGION SE DA EN LO COTIDIANO ‘También esta regla define significados distintos. Bl primero se refiere a la necesidad de la continuidad implicita en el concepto de estrategia. La prevalencia (desde el punto de vi de la consecucién del objetivo) de las acciones episédicas (por més atinadas que puedan ser) es una constatacién comin, El segundo se refiere a Ia inutilidad. Es més frecuente el dano que el beneficio producido por las llamadas intervenciones extraor- dinarias. Las famosas campafas (y el término militar no es ca- sual) disuasorias, totales ¢ impacientes, han sido despojadas de toda valider, Tommas sampanella “La etta del ‘inal, Torino, 1968 "Bn el sentido popperiano. Ct Popper, Kar. La gion de lances” tigaciin cientyfica, México, Rei, 1991, pp. 32-83, 39642, Purves, Resco Dito v Cama ve as Pasncoerescns El tercer significado, que merece ahondarse atin més, se refiere a la cuesti6n de la introduccién del concepto de tiempo. Este esté estrechamente ligado a los procedimientos en los que se pretende producir un cambio; hay que modular el tiempo segtin estas especi- ficaciones. 7. Prevent ION NO ES INFORMACION Después de todo lo dicho hasta aqui, esta puntualizaeién puede pa- recer superflua, Sin embargo, esta regla tiene excepeiones no muy onocidas, ni muy tomadas en consideracion. Es obvio que saber no signifiea poder o querer. Saber qué decidir no significa también que otro lo ha entendido. El cémo se sabe, es mas importante (desde nuestro punto de vista) que lo que se sabe y tal vez pueda parecer no completamente erréneo. Lo que se quiere subrayar es que no basta con que se proporcionen informaciones tomando en cuenta al interlocutor, también hay que permitir que él pueda someterla a falscacién." En efecto, esto es todo menos que natural. Conereta- ‘mente, esto significa que la estrategias preventivas (que inevitable- mente intervendrfan también en la informacién puesto que son par te de los mecanismo de definicién y control social) deberdn hacer que el objetivo de su desenvolvimiento sea el conocer, no tanto las cosas exactas, correctas, eteétera, sino Ia forma para proveerse de conocimiento que se acerquen a esas utopfas, a sabiendas de que si esta tiltima condicién se satisface, podrd serlo también la primera y que lo contrario nunea es posible 8. La PReveNciOn rxesuront CoMpeTENCIAS Paeoicrivas y MaNiFuLativa No se puede pensar en desarrollar una estrategia de prevenci6n sin intentar producir un cambio, Por lo tanto, un cambio supone una minorfa que influya sobre la mayorfa de forma tal que la segunda no Pueda rechazar las modificaciones de las reglas del juego de la cotidianidad. No se puede hacer esto sin manipular las representa- ciones sociales de la comunidad (las imagenes y valores) que la mis- 0 Rover Meta ma utiliza para definir la realidad y no se puede hacer esto sin tener una buena hipétesis sobre edmo suceden las cosas en un cierto tiem- po, en la misma comunidad Para poner un ejemplo, si quiero que en una red social se produz- caun cambio sobre el sentido de impotencia que la misma vive acerea del fenémeno de la drogadiccién, de manera tal que recomience a llevar a cabo aciones de contraste y control, no puedo pensar en obtener esto tinicamente con palabras, sino que necesito también, entre otras, acciones que permitan a la red tener experiencias de posibilidad de éxito por un tiempo suficiente con el fin de conven- cerla de que verdaderamente es posible obtener resultados mas ven- tajosos que aquellos que se obtenfan con la postura de impotencia. 9. PREVENCION PRESUPONE UN SISTEMA ADECUADO DE. CONOCIMIENTOS ¥ DE HIFOTESIS Las cursivas puestas al término adecuado no son ninguna casuali- dad. En primera instancia, el tipo de conocimientos necesarios para producir una estrategia es el que permite mantener un rango de complejidad igual al del sistema material de Ia intervencién. Ahora bien, esto es del todo imposible en nuestro sector, puesto que operamos sobre sistemas, cuyo rango de complejidad es tal que, precisamente, no estamos a Ia altura de comprender; enton- ces, para hacer factible una estrategia, la operaci6n necesaria es la de definir (indudablemente simplificando) el campo de conocimier tos en virtud de producir, sobre todo, un sistema de evaluacién que nos permita, en el tiempo, corregir la programacién, la accion y la investigacién La pregunta: 2qué hace falta saber para actuar? debe ser fraccio- nada en una serie de cuestionamientos de esta indole (suponiendo que es lo que queremos hacer y tenemos idea de cémo aclararlo) 4Cudles son las teorfas (premisas y/o sistemas de premisas) que constituyen nuestro punto de partida? (en nuestro caso, por ejemplo, el interaccionismo simbélico, la teorfa de los mun. dos cognoscitivos, la cibernética, eteétera), Preven, Rawson wes Dao y Gi as Paco 4Cuiiles objetivos y el tipo de cambios son necesarios para al- canzarlo y, por consiguiente cuales son las areas, los actores, las creencias que deben involucrarse y qué tipo de conoci miento debemos adquirir con respecto a éstos? 2A quién confiamos la verificacién? Cuil es el método y el lugar que tenemos como parte del siste- ma en cuestion? Bn la practiea, se trata entonces de definir lo siguiente: 4Conforme a qué estrategias pueden interactuar los conocimien- tos adquiribles? 2Qué me hace falta saber? (zy a qué nivel es esto posible?) 2Cémo conjunto tod esto con las informaciones que me presen- tan la situaci6n critica sistematizada? No existe una tipologia absoluta de conocimientos, sino tipos de conocimiento que se vuelven indispensables cuando, en el proceso de exploraci6n, nos auxilian orientindonos y, en efecto, el conoci- miento no proporciona la respuesta correcta; en su lugar nos invita a plantearnos las preguntas en forma correcta 10. La Paevencs ontcannnte LUNA BSTRATEGIA EVALUABLE. Queremos definir con este término un sistema de objetivos que pue- dan identificar un sistema de acciones de las cuales es posible me- dir el nivel de eficacia, eficiencia y correcta relaci6n costo-beneficio que ya ha sido adoptada como un sistema de evaluaci6n en grado de corregir in itinere parte 0, mas atin, todo el sistema de modo que permita concentrar los objetivos en el tiempo Ya hablamos mucho de este tema. Ahora s6lo haremos hineapié en el aspecto ético de este sencillo comportamiento. Es la coneretizacién de una postura de humildad; es decir, de quien esta consciente de la extrema dificultad de la tarea y de la propia par iad, pero, ademas, es un acto de valor y, permitanme, también de n amor. Bs decir, de aquél,que no se cree el salvador sino un protago- nista. La ‘inica certeza que tiene un equipo que quiere hacer preven- cién esté en el hecho de que seguramente, si no por casualidad, en el transcurso de su desarrollo las acciones deber4n producir erro- res. El procedimiento es de tipo cientifico y sobre sistemas hiper- complejos y entonces tenemos probabilidades de encontrar éxito si sabemos aprender de nuestros errores. Por tanto, para aprender de los errores, es necesario re-conocerlos, es por ello que es importan- te un buen sistema de evaluacién de proceso, ello es el punto de partida. Les deseo un buen trabajo. Brniocraria farios autores “Citta sicura”, Regione Emilia Romagna, Bologna, anni 195 - 1999; Varios autores“Conferenee manual; International network of cities on drug policy” , Baltimora, 1993, Maryland farios autores "La riduzione del danno”, eca ;Torino, 1994; Varios autores “Reti sociali e disagio psichico”; Graphic Time, Torino 1989; Varios autores “Droga, il paradosso della normalita”” Angeli Milano 1985 Achille Ardigo’ “Crisi di governabilita e mondi vitali”, Cappelli Bologna 1980 ‘Alessandro Baratta, M. Pavarini,Criminologia Critica “Dei delitti delle Pene” , waa, TORINO, ‘Arrighi Giovanni e Passerini Luisa (a cura di) “La politica della pa- rentela”, Feltrinelli Milano 1976 Augusto Palmonari B. 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