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Había una vez un niño que su nombre era Miguel, el era un niño muy fanático de las películas

de juegos de dinosaurios.

Al acabar con sus tareas fue corriendo hacia el cyber donde podía mirar las películas que
quería, pero al llegar había dos computadoras disponibles y una de ellas estaba sin servicio.

Fue a la computadora en servicio, pero un niño le gano la computadora y Miguel en lugar de


volver a su casa empezó a mirar la computadora averiada.

No supo que toco, pero lo que vio fue un rayo de luz e inmediatamente estaba en un lugar
distinto.

Todo a su alrededor era oscuro y vio un lugar que parecía un desierto que le hizo recordar a las
películas que miraba, al empezar a caminar por ese lugar vio una caja de poderes flotantes
Miguel decidió coger esa caja de poderes y al hacerlo desapareció y escucho un sonido como el
de las películas que el miraba.

De repente miro un dinosaurio volador que quería atacarlo, pero Miguel lo ataco primero con
su caja de poderes.

Miguel miro a su lado derecho tres círculos azules que eran sus vidas y al lado izquierdo el
número de puntos que era uno.

Miro otra caja de poderes y la cogió también vio un dinosaurio y miguel lo ataco con su caja de
poderes, y obtuvo el mismo resultado un sonido como el de las películas que el miraba y a su
izquierda el número de puntos que era uno cambio a dos.

Entonces entendió que se trataba de un reto como los que el miraba en las películas.

Eso lo emociono y empezó a buscar mas cajas de poderes y atacar dinosaurios para aumentar
mas puntos. Los puntos aumentaban.

En su recorrido, encontró algo que no había visto hasta ahora: una planta en forma de
dinosaurio Miguel se acerco y la toco la planta empezó a tomar vida y Miguel en segundos
despertó casi alado de la planta, miro a la planta otra vez, pero no la toco y también noto que
a su derecha había solo dos círculos azules.

Siguió y miro mas plantas como la primera, pero las ignoró.

Luego encontró un puente colgante y Miguel intento pasar, pero se cayó y volvió a despertar
frente a el puente colgante y a su derecha solo había un círculo azul.

Respiro y paso el puente, pero esta vez si lo logro al llegar al otro extremo del puente se
encontró con unos dinosaurios voladores y Miguel tenia que esquivarlos, pero no pudo y
despertó en el suelo viendo el techo de la tienda y rodeado de gente.

Miguel había recibido una descarga eléctrica mientras miraba la computadora averiada.

Todos creían que había sido una experiencia dolorosa, pero Miguel sentía que había sido una
aventura d e su vida.

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