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AVIVA EL FUEGO DEL ESPIRITU SANTO

2 Timoteo 1:6-7

 
por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste
cuando te impuse las manos. 7 pues Dios no nos ha dado un espíritu de
timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

INTRODUCCION.Timoteo era un muchacho muy valioso para el reino de los


cielos, dile al que está a tu lado, tú también eres valioso para el reino yo también
lo soy, pero al igual que Timoteo, tenemos una responsabilidad muy grande, ya
que Dios nos ha dado dones, cuantos aquí creen que Dios nos ha dado dones.
Amen, la responsabilidad que tenemos es avivar el fuego del don que Dios nos ha
dado. ¿Cuántos aquí quieren avivamiento? Amen.

Veamos a la luz de la palabra de Dios, 3 cosas que debemos conocer para


mantener en nuestras vidas ese fuego avivado.

1 comunión con Dios: El Espíritu Santo es quien enciende la llama, el apóstol


Pedro era un hombre de fuego, y todos se asombraban por todo lo que Dios hacia
a través de el. En Hechos 4;13 dicen que ellos reconocían que el había estado con
Jesús, necesitamos tener todos los días comunión con Dios para que el Espíritu
Santo encienda siempre su llama en nosotros.

2 comunión con las Escrituras: La palabra de Dios es la que aviva el corazón de


quien la oye. Que importante es oír y guardar la palabra de Dios, en el libro de
Nehemías 8:9 dice que cuando el sacerdote Esdras comenzó a leer las palabras
de la ley, los que la oían empezaron a llorar. No podemos evitar que al leer la
palabra de Dios el fuego arda en nuestro corazón, dile al que esta a tu lado, hoy
vamos a arder en fuego. Amen.

3 La adoración: Dios nos creó para adorarlo, y busca que lo adoremos. La


palabra de Dios dice en el evangelio de Juan 4:23, mas la hora viene y ahora es,
cuando los verdaderos adoradores adoraran al padre en espíritu y verdad. Los
adoradores siempre van a mantener la llama encendida. Es tiempo de adorar
a Dios con todo nuestro ser.

CONCLUSION. Si vamos a la fuente donde se enciende la llama, vamos a


avivar siempre el fuego del don de Dios en nuestras vidas.

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