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El debate sobre el salario mínimo diferenciado por regiones en el Perú - Núm.

5, Mayo 2013 -
IUS. Revista de investigación de la facultad de derecho - Libros y Revistas - VLEX 488196542

¿Existe un modelo económico en el Perú? | CARLOS PARODI

Actualizado el 27/09/2020 07:00 a.m.


Para muchos, el problema del Perú está en el “modelo” y, por ende, hay que cambiarlo. La
opinión es respetable y cada uno puede opinar lo que crea conveniente, pero siempre basándose
en evidencia. De acuerdo con la Constitución vigente, en Perú existe una economía social de
mercado. Sin embargo, una cosa es lo que está escrito y otra la realidad.
En todo el mundo, con contadas excepciones, las economías operan con una mezcla de mercado
y Estado; y una economía social de mercado necesita de ambos. El tema, en teoría, funciona así:
a través del mercado se genera riqueza. El Estado cobra impuestos y con ellos, vía el gasto
público, se encarga de redistribuir los beneficios del crecimiento económico. Perú tiene
mercado y Estado. La cuestión de fondo es si ambos hacen lo que deberían hacer.
El mercado opera en un entorno institucional determinado, basado en la igualdad de condiciones
para cualquier ciudadano. Pienso que esto no pasa en el Perú. Un porcentaje de ciudadanos con
contactos en el Estado puede encontrar un empleo o conseguir algún beneficio para la empresa
que maneja. En Perú las conexiones determinan, en una alta proporción, quiénes logran sus
objetivos y quiénes no.
El problema es que lo anterior no se llama libre mercado, sino mercantilismo. Y eso nos indigna
a todos. Los privilegios para algunos se logran a costa de otros. Llamemos las cosas por su
nombre y no nos engañemos. El mercado funciona dentro de una infraestructura institucional,
en la que el Estado lo regula.
Muchos señalan que las empresas hacen lo que quieren. Pregunta: si usted es un emprendedor
que tiene su negocio, ¿no querrá cobrar el mayor precio posible? ¿No desea acaso que sus
ingresos mensuales sean más altos? La respuesta es sí. Ahí no está el problema.
Las dificultades aparecen cuando existen, por ejemplo, concertación de precios para ponerse de
acuerdo y cobrar más caro o cuando alguien con conexiones con las personas que deciden logra
un objetivo que bajo reglas iguales no se hubiera logrado. También cuando aparece la
corrupción, como en el caso de Odebrecht. Y ahí aparece el rol del Estado regulador, que en mi
opinión casi no funciona en Perú. Mediante ese rol, el Estado debe evitar los abusos de la
posición de dominio de algunas empresas. No todas son las grandes, como muchos señalan.
Revisen bien la evidencia.
Nuestro país tiene un sistema mercantilista, plagado de corrupción y de mafias. Los políticos no
actúan por el bien común. Si lo hicieran, ¿por qué en los últimos 50 años no se hicieron
reformas en educación y salud en beneficio de todos? Si una empresa grande se las arregla para
no pagar impuestos, ¿no creen que es culpa también del Estado por no cobrarle?
No nos dejemos llevar por comentarios interesados. Comprendo la indignación de todos. La
comparto, pero no quiero una dictadura ni tampoco convertirnos en Venezuela. La solución es
tener un modelo en el que el Estado y el mercado funcionen. Sin una visión multidisciplinaria,
que incluya aspectos políticos, institucionales e históricos, entre otros, no entenderemos cómo
salir.
Carlos Parodi | OPINION | PERU21
La bolsa valores es un lugar que reúne a solicitantes y proveedores de fondos, es decir,
empresas y administraciones que buscan financiación, por un lado, y ahorradores
(personas u organizaciones) que quieren invertir sus fondos remanentes en busca de
rendimientos, por el otro. Las transacciones entre una parte y otra son realizadas por
intermediarios autorizados en la bolsa de valores, un mercado organizado que puede ser
físico o virtual, administrado por entidades privadas y autorizado y supervisado por
entidades reguladoras.

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