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Flor 1
1 poema, 20 días
Antología de poetas en huida
Ediciones En Huda
© de los textos: los autores
© de la edición: Ediciones En uida
Maquetación: Martín Lucía (mediomartin@yahoo.es)
Coordinador editorial: Ediciones En Huida
Edición No Venal
Ediciones En Huda
Nota de los editores
Ediciones En Huida,
Enero de 2012
Índice de poetas
Crueldades Afines
XXIII
Tan desnutrida de ti,
cansada de mirar y no verme.
Si las horas me cabalgan,
¿qué hay de mí?
Un rostro deformado
en el eco
de mi memoria.
Crueldades Afines
De la altura comprendo que no
hay
más voz que la tuya
Papel
Dueños
Algo arrugado
Si la voz
si la cordura
y todo me guarda en un estanque
como si pudiera morir dos veces
como si pudiera morir dos veces
Pienso que hoy
es mi último día
de invierno y de infierno
Lo demás es un adiós
que se va con tu nombre
Ana Alvea Sánch
Alvea Sánchez A
SánchezAna Alv
Ana Alvea Sánch
Alvea
P Sánchez A
oeta por pasión, Ana Alvea Sánchez es
Licenciada en Teoría de la Literatura y Li-
teratura Comparada y en Derecho. Actual-
mente cursa el doctorado de Teoría de la
Literatura en la Universidad de Granada.
Interi
-I-
Un año más
nuevo viaje a ninguna parte
¿Acaso soñamos demasiado?
-II-
Transcurridos los años
adviertes
que ir a ninguna parte
es también un modo de vivir
sin brújulas ni mapas
abierto a la vida y su desconcierto
que allí
en el hueco o en la nada
todo nos espera.
Enseñanza
riores
Un arroyo, su murmullo.
Desde entonces,
los teléfonos tienen piernas
y nos visitan para besarnos la frente.
Ella viaja por los tejados de nuestra tristeza,
para asegurarse de que nos hacemos mayores.
A la vuelta,
nos recibe con bufandas de cariño entorpecido,
y nos damos cuenta del hogar de su rostro,
del sonido de sus silenciosos besos,
de la canción temblorosa de sus años.
Carmen Ramos
Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de Sevilla, parti-
cipa con ellos en diversas convocatorias de fomento a la
lectura.
Algunos de sus poemas han visto la luz en blogs y bitá-
coras. Un microrrelato y dos poemas se publican en la
antología Des-amor (Groenlandia, 2010). Varios poemas
de su autoría aparecen en la antología Verso Libro (Nuño
Editorial, 2011) de la cual es coordinadora junto con Fran
Nuño y Esperanza García Guerrero. Colabora además
en “Papelusar”, publicación de periodicidad francamente
impredecible y en la revista “Gibraleón es Cultura”, don-
de tiene una sección fija llamada “Lecturas no obligato-
rias”. La plaquette Mudanza Interior (Ediciones en Huida,
2010) es su primera publicación en solitario. Poliédrica
(Ediciones en Huida, 2011) su primer poemario.
Duerme la casa,
envuelta en un velo de polvo.
Las paredes aparecen desnudas,
Las casas
la cocina vacía. No hay platos.
Una última bolsa que tirar.
Todo cerrado.
dormidas
Y ahí quedan enmarañados en sus tabiques los
[buenos momentos,
las risas que colgaron de las lámparas.
Como un gorrión
un
palpitando entre mis manos.
U poema
n
Poliédrica
Poliédrica
p
o
e
m
a
Poliédrica
la
palabra
brick
Curtis
Habitación con cama en medio
Room With A Bed In The Middle
Curtis
at the table in the middle of all attentions,
like mine all on the bottle I want, the one
they won’t give me, its neck a lonely mouth
never closing, but stopped, silenced
by lips, like mine wanting a kiss, not
of the wine but the love wine gives
back in the mouth’s embrace? Big
thoughts get caught in the blur
of its round mouth. I am disgusted
by the artificial flowers. This coffee,
this hard donut I’m given disgraces me.
é
This year, when the milk cartons
bobbed and twirled on the current,
the grocer seemed a little smaller
d
and our child gave her pocket stones
back to the riverbed. Suddenly tired,
the greasy mechanic had to look away
from the weasel dipping in and out
of the oak leaves lilting and twirling
in a mid-stream pool. Like last year,
like every year, the days were still
i
short and dropped their thick dark
hard like a wool quilt over the water.
The whole town went likewise to bed.
t
o
Not one lamp burned, which could have
given us a reason to stay. For a while
our bed felt perfect—firm, warm,
occupied—until the water drew our noise
from the windows and we followed.
You went upstream. I climbed down.
n
de tampones salir del pueblo, como si fuera
una autopista y uno estuviera alli
con su pulgar al aire. O pudiera arrojar una de esas piedras
é
que apiló a tus pies de nuevo
ese chico extraño de los vecinos.
Este año, cuando los cartones de leche
d
pasaron dando vueltas y más vueltas,
el tendero parecía más pequeño y nuestro
chico había devuelto todos sus guijarros
i
al río. Cansado, de repente,
el mecánico manchado de grasa apartó la vista
de la comadreja que jugaba
a zambullirse en unas hojas de roble
t
brillando, haciendo remolinos en mitad de la corriente. Como hace un año,
como cada año, los días eran todavía
cortos y arrojaban su tupida colcha
o
de sombra sobre el agua.
El pueblo también se fue a la cama.
No se veia una sola lámpara, nada que nos hiciera
quedarnos un rato, al menos. Por un momento,
nuestra cama parecía el lugar ideal - firme, cálida,
para dos - hasta que el agua arrastró el ruido
de los balcones y a nosotros mismos.
Tú seguiste corriente arriba. Yo bajé al fondo.
Daniel
García Florindo
El ruiseñor
Ya graznan en la China de Li Po
los cuervos por la tarde dibujados
y regresan las aves de Cracovia
en una primavera que Szymborska anticipa.
1973
Hay un hilo de niebla en el solar
donde estuvo la casa de mis padres
en mil novecientos setenta y tres.
Este cielo es la esclusa de un poema.
García Florindo
Hace dos meses
partió Pablo Neruda de Isla Negra.
El corazón de Chile se prendió
cuando fue devorado por las hienas
manchadas con pavesas de sus versos.
Daniel
El recuerdo es mentira, evanescente niebla
en el poema de Auden, pero estoy de regreso,
he batido mis alas y vuelo alto
como un sueño de números que sienten
el tiempo sucedido.
García Florindo
P oeta por amor a los versos,
Fran Nuño (Bilbao, 1973), es un
conocido y reconocido librero, editor,
dinamizador cultural, dramaturgo,
poeta... de la ciudad de Sevilla.
He traído un cuaderno
por si se me ocurre escribir algo.
Hasta ahora, nada.
He traído un libro para leer.
Hasta ahora, nada.
En el baño
evito mirarme en el espejo,
quizá tema ver al verdadero inquilino
de la habitación.
Me acuesto.
Apago la luz.
Y al cabo de un rato consigo dormir.
AS DE HOTEL
Por la mañana me despierta
el trasiego de las limpiadoras.
Los semáforos
nos miran de frente
y parecen
querer entrar en conversación
con nosotros.
Ayer,
el semáforo de la esquina,
inesperadamente,
encendió, sólo para mí,
una luz azul
y con ella parpadeó
en un perfecto Morse
las letras de tu nombre.
Ayer, justamente el día
en que me dijiste que el azul
es tu color favorito.
SEMÁFORO EN AZUL
n ÚLTIMA ESPERANZA
.
Las servilletas de papel
s saben de su condena de muerte,
,
: por eso se agarran
.
n
a una última esperanza:
s
: fran que alguien
,
. nuño escriba en ellas
una dirección,
un número de teléfono,
,
, una genial idea
,
l
o siquiera
ó unos sencillos versos…
e
. Como estos que acabo de escribir
a
l
en esta única servilleta
que quedaba sobre la barra
de un bar a punto de cerrar.
I
Poeta en lucha y en constante agita-
ción, Inma de Pando (Sevilla, 1973),
es licenciada en Periodismo.
n
De mirada crítica y deseada de jus-
ticia, tras llevar su palabra poética a m
diversos proyectos, como Retazos,
re-cuerdos (Padilla, 2002), publica a
Los hilos esparcidos sobre la tierra
(Ediciones En Huida, 2011).
de
Es este un libro de íntimo desgarro,
un punto de encuentro intergenera-
cional en el que la autora pone voz P
a parte de una generación que tuvo
que habituarse al silencio y a parte a
de otra que no pudo o no ha sabido
demostrar, a justo tiempo, la grati-
n
tud adeudada para con ellos a modo
de ofrenda.
d
Una obra testimonial y necesaria,
o
tanto para la autora como para los
lectores. Pero, sobre todo, para to-
dos aquellos que dieron su vida por
la de otros que, en muchos casos, no
conocieron.
Risas compartidas en noches oscuras,
entre llamas que alumbran rostros fieros.
Risas sabedoras
de la muerte que no avisa.
El miedo se cocina a fuego lento.
Ebriedad de la vida-precipicio,
tan frágil como certera.
Caídos, arrebatados, huidos
de las calles, los besos.
Ahogadas, escondidas, condenadas
al hielo, las palabras.
Dónde quedó tu cuerpo,
que aprendía a amar
mientras moría.
Dónde, la punta de tu dedo,
que trazaba sueños
como puños.
Dónde quedó la esperanza
febril, atrevida, poderosa.
Dónde está vuestra vida.
Dónde.
Dónde
La guerra pintada
o Yo he bajado
dorada donde
despacio hasta esta piel
d los dientes y
el redondo
al agua no le llegan
hundo la lanza trazando
artificio de la sombra
í o abro el pájaro
o cito al
muerto de los libros
mediodía en mi muñeca
a como quien
que flotan en
busca todas las preguntas
un vaso de cerveza:
.
v ¿Cuántos
¿Cuánto
misterios le caben al mar?
e ¿Cuánta
horizonte soy desde otra orilla?
verdad se esconde tras las puerta
cerradas de los bares? s
r Mientras cae la tarde, las pregu
a están ardiendo dentro del poemntas
a
y el sol se agarra a los cuerpos con
saliva de oro. Sin embargo, cua una
n creemos alcanzar las respuestasndo
jesús
de áureas llegadas. En el vórtice
confluyen, apostados todos juntos.
cárdenas
Están los que atienden a la megafonía,
sin perder de vista cada salida,
que fluctúan en paneles de acero;
y quienes se perdieron en ese justo instante.
la luz
de entre
los
cipreses
En mi casa hay una llave escondida,
que se oxida y envejece
calladamente
con su murmullo de rueda molienda,
perdida, como muchas de mis notas.
Como es sabido
lo que mejor se oculta va a parar detrás de sí.
I
N
É
D
la llave
I
T
O
y el
eco
José de María
Romero Barea
José de María Romero Barea (Córdoba, 1972) es licenciado en
Filología Inglesa por la Universidad de Sevilla, ciudad donde
reside y ejerce de profesor de Enseñanza Secundaria.
X
subíais la calle Lorca
o su incendio de vuelta
a casa a garabatear folios
en octava ya a solas
5
Innoble tendencia nombrar
o ser nombrado perderle el respeto
a los nombres
Aquella
sed de otoño
el raro equilibrio
entre brillo y penumbra
que os adornaba la boca y de noche
os impelía a buscaros
sin cauce a través de los nombres
Romero Barea
Oído atento a ciertas palabras
i
ciertos lugares
comunes el estilo
supuestamente
casual
la conciencia
limpia recién doblada
alimentada sin exceso viva
n
é
subjetiva
www.lorenzoortega.com
estamosbailando@gmail.com
Encontré, buscando en la basura,
mis dos manos amputadas.
Me lo dijo un sabio anacrónico:
“Porque allí están las flores de oro”.
Y también estaban mis manos,
he tenido suerte.
La vida me juega ahora
una broma de buen gusto,
las encuentro fosilizadas.
Y puedo leer aquellas
líneas, suerte.
Porque soy arqueólogo.
Y con estas vasijas
halladas, las mías,
me río
del
carbono
14.
No encontraba el amor aquí,
entre los seres humanos.
Y cada noche salía a buscarlo,
hasta que dio con el espiritual
en cada sueño,
en cada vigilia.
Hasta que abrió una puerta.
Después la cerró
porque al mirar sus uñas
las supo largas, negras.
Al principio sentía
miedo.
Más tarde descubrió
que todo era
cuestión de higiene.
No controlo el tiempo
mientras Cronos funde mi vida,
no controlo el ánimo
mientras repto por senderos erróneos,
no controlo mi voz por barrer.
Coral sombrío
con la luz del amor,
canal intenso.
La idílica Venecia
es para enamorarse.
Donde el labio de arriba
es el cielo y el mar,
el otro labio.
Caricias ondulantes,
amor a golpe de remo
y de la media luz,
crepúsculo interior
(si imaginas que el tango
lo creó un veneciano
en la otra orilla).
El gondolero
ritmaba resplandores
divinos y salados
esquivando corales.
Pero nosotros
ya habíamos topado
con el amor,
porque Venecia
es para enamorarse de Venecia.
INESPERADAMENTE
M
G
C
C
inema Quiero recuperar
los besos de la infancia,
P
aradiso
los maternales,
los de la abuela
y estos en especial:
los que no vi,
los que nunca me dieron,
los que turbaron a generaciones
y apasionaron a tantos amantes,
los que siempre buscaron los censores
antes de que existieras.
inédito
Poeta por introspección, Mario Álvarez Porro (Sevilla,
1978), es licenciado en Filología Hispánica.
Miembro del grupo poético Lipsum, de Umbrete (Sevilla),
y editor de la revista homónima, tras colaborar en diversas
publicaciones literarias dentro del ámbito educativo, ha
publicado su primer libro de poemas, Negociando el dolor
(Ediciones En Huida, 2011) .
M ario
Álvarez
Porro
XXIV
a Reyes,
con todo mi dolor
recoge la claridad
que ha sembrado el relámpago
una luz que no da sombra
M
precipitarse a lo alto
P
a mi hija,
para cuando tenga edad
de saber sin entender
M
Á
P
Poeta por insistencia, Martín Lucía
(Sevilla, 1976), presenta en Los desper-
fectos (Ediciones En Huída, 2010) y en
la plaqette Poemario en construcción
(Ediciones en Huida, 2011) una poesía
directa que se apoya en la metáfora y
la imagen y que persigue constante-
mente la reflexión, en un momento
de agitación literaria en su ciudad al
que se suma apasionadamente con
este poemario.
Martín
Lucía
Se han ido ya los vientos.
A la espalda del aire de febrero,
marzo comienza a calentar la ciudad.
Las tardes aplacan las noches,
que son cada vez más mínimas.
Todo es más calmo.
El azahar, como cada año,
adelanta su tiempo en unos días.
Las muchachas se muestran
más bellas e inaccesibles.
Los chicos comienzan a olvidar las lagartijas
y a oler a cerveza y tabaco en huida.
Hace días que con el viento
se marchó la niñez
y sus senos siempre complacientes.
Ahora, los chicos,
entienden las razones de la vida
y creen soñar que atrapan,
mientras nadie los observa,
besos con olor a sudor y muslos.
Aclamasteis nuestros pechos
y presurosos acudisteis
con mares insensatos inundándoos
cuando el dolor fue corrala
y la vida, una cuidad en agosto.
Entonces sí…
Ahora,
justo ahora
que creéis tener luz propia,
cedéis en
vuestros abrazos rotos,
afirmáis
no saber de nuestros nombres
del mismo modo
que no sabéis del olor del cieno,
os presentáis ante los vuestros
como hombre valerosos
y, ahora, justo ahora,
nos llamáis los raros.
Te ronda el viento
y depura tus sombras.
Da en ti lucidez.
Es en mí el vértigo de tu cuerpo
cuando va en dirección al mío.
Es en mí el incendio sin llama
que en ti acontece,
cuando mi vientre en tu vientre,
ya ni siquiera el aire o la luz entre ambos.
Porque sé de tu claridad
a ti he venido.
Poeta por expresión,
Nerea Riesco, es licen-
ciada en Periodismo.
in é d i t o
Rafael de Cózar
Poeta versátil, pintor y narrador, Ra-
fael de Cózar (Tetuán, 1951), inició
su actividad como escritor fundan-
do el grupo literario "Marejada".
Con mi carne,
con la tinta que suda de mi vientre,
con mi diente
y la piel de las palmeras,
con la vela que reza la distancia,
con la seda de mi lengua
y con mi hambre
la química de tu cuerpo
quisiera traducir.
de la memoria
sobre su piel
Ojos d
Quépuedo decir de ti si ya no queda
ni un mínimo rescoldo en la penumbra
del fondo acristalado de mi copa,
o tal vez sólo un tímido recuerdo de tu piel
cuando en la cama tuerzo las esquinas
y la miel ondulante de tu pelo
me empaña las pestañas de color.
Ya no
de uva
He cambiado las plantas que te gustan
y ordenado de otra forma el salón,
torcí los cuadros por romper la simetría,
arrojo la ceniza en los rincones
y perfumo los pasillos con el humo
del tabaco canario que me fumo
con espíritu de total contradicción.
queda
Ojos d
casi fugaz y aéreo,
y tu saliente hombro
iniciando la curva de tu cuello,
recostada de perfil sobre las sábanas
como el más bello animal.
Ya no
de uva
con el pecho fusilándome la espalda,
y con la extensa superficie de mi piel
midiéndote las balas de las venas...
o esas también frías noches del invierno
que usurpabas las mantas de un tirón
y atenazabas mis piernas con las tuyas
para robarme el último calor.
queda
Poeta por necesidad, Rocío Hernández Triano
(Sevilla, 1976), es licenciada en Filología Hispáni-
ca.
Tras haber participado en distintas revistas y an-
tologías de poesía, ha publicado su primer libro
de poemas, Viento de Cuchillos (Ediciones En
Huida, 2010) .
Con esta obra introspectiva, de calmo dolor y se-
rena descripción, nos ofrece un poemario en el
que emoción y mirada convergen en un canto
amoroso que seduce y cautiva. Cada poema es un
testimonio de lo que somos, fuimos o quisimos
ser.
Un poemario en el que establece un sereno equi-
librio entre el desgarro y la ternura, con un febril
y denodado empeño en, pese a todo, no saciarse
de amor. Obra arraigada en la sinceridad de los
sentimientos y en la más íntimista confesión
como válvula de escape hacia la vida que, de nue-
vo, renace.
Si mañana amanezco
convertida en un oscuro insecto,
en rabiosa maraña,
diré que fue por ti
que deseé mi ruina,
que deseé ser ala de murciélago,
serpentina de escoria,
TÓTEM
á
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