Está en la página 1de 9
NUEVA REVISTA PERUANA TOMO I (Nos. 1 a 3 — Acosto a DiciemMpre pe 1929) TABLA DE MATERIAS Pac: Articulos, cuentos, poestas. Nueva Revista Peruana, por la Direccién..........+- 3 La Psicologia segiin Aristételes, por Honorio Delgado... 5 Marx y Pachacutec, por Jorge Basadre . . 16 La inquietud religiosa de Miguel de Unamuno, por Mariano periedaas tun sien Sita oes Cuadernio de Arte Nuevo, por Aurelio Miré Quesada $ eee El mal dela luz, por Luis France ........+++++ ease eos Armonia, por-Alejandro Manco Campos .........:..++. 71 Un castillo de cart6n, por Estuardo Niifiez 72 Las irregularidades del movimiento de rotacién de la tie- tra, por Cristobal de Losada y Puga Stet eeelad Nuestro “Ano terrible", por Luis Alberto Sanchez ...... 171 La erganizacién federal y la Constitucién de Weimar, por José Leén Barandiaran. .. 187 La Centroterapia bulbar y las curaciones por el trigémino, por Carlos Bambarén Sas Sie oS Hora, por Martin Adan ...... 203 Aspectos de la huachaferia, por Jorge Patron . 206 scensién, por E.A. vor’ Westphalen 209 federalismo territorial y federalismo sindical, por César Antonio Ugarte $0) ..o5.2.0- Tete Wiese, internacionalista, por Alberto Ulloa . . 322 8 estudiantes y don Carlos Wiesse, por Luis Alberto SAnchiee ssh sop wiv tgs xe so 956 «Sin novedad en el frente», por Fernando Rondén ....... 345 Vidal, el inquieto Vidal, por J. Gmo. Escobar 354 Oposiciones, par | Aven eure i, eee ean “210 y 405 Consideraciones actuales, por Mariano Iberico. . 402 Crénicas literarias. Jules Benda, Armando Godoy e Historia y ficcién, por MibettomUretmicce sy conben Cope sw eke 78, 213 y 359 ‘s : pe 442 NUEVA REVISTA PERUANA Pacs. Informaciones y Comentarios ae Pinillos y Zegarra . . Rol te Centenarios de J. Casimiro Ulloa y de José A. Barrenechea 118 La bibliografia peruana en Sevilla... weeIts EI gobierno de Inglaterra............... eee mS Keyserling eta +. 120 y 300 Nueva Revista Peruana .......0.....5 ee 299 La entrega de Tacna eee Gonzalo Zaldumbide 2. 300 La Iglesia y el humorista Bernard Shaw. .............. 301 El Perd, miembro del C. delaL.deN. ............... 302 Don Carlos Wiesse ...... nae perce Waldo Frank pee 5 eee 43Z Concurso Histérico . Reh ce 437 Peligros de la Arqueologfa ace sierncaes 43% eleccier® od cw tet oe 438 Documentos. La Constitucién del Kuo-Min-Tang. 143 Decreto disponiendo que en los establecimientos de edu- cacién que funcionan en el pais no podrén ensefiarse doctrinas que se opongan a la religion del Estado 148 Decreto creando y organizando la Biblioteca de la Rept- blica +. 149 y 150 Programa Politico del Partido Laborista Inglés 304 Manifiesto electoral del mismo. i 307 as INDICE ALFABETICO Addn, Martin Hora _Alzamora, Mario Arguelles, Manuel Notas ...... i To eae 410 y 419 Bambarén, Carlos La Centroterapia bulbar y las curaciones por el trigémino. 195 Barboza, Enrique Nota Basadre, Jorge. Marx y Pachacutec. Comentario de un comentario iad ste PTF ln Do ft 1g Marx y Pachacutec dores brillantes han hecho, estan haciendo. digresio- nes sobre. el socialismo peruano prehispAnico.a pro- pdsito del socialismo doctrinario de nuestra época. Pacha- cutec que segiin dicen unos cronistas aunque otros lo nieguen, reglamenté definitivamente, afianzé en sus for- mas postreras el imperio venerable y tutelar del Ta- huantisuyo, da a través del tiempo y del espacio, la mano al senor don Carlos Marx. Y lo curioso es que tal enlace sugiere, en unos, opiniones optimistas y, en otros, opiniones pesimistas; y sirve como tesis favora- ble o desfavorable, segiin los casos, al socialismo en ge- Secs: sagaces, historiadores eruditos, agita- neral. El caracter del Estado y de la sociedad que los espa- fioles encontraron en el Pert, puede diffcilmente ser ne- gado. En lo que respecta al reparto de la propiedad de las ¢osas entre la coléctividad y el individuo, ‘la. propie- dad de explotacién representada casi exclusivamente por el suelo aprovechable era colectiva en la persona de la comunidad o ayllu administrado por los incas; pero la propiedad de uso representada por los frutos de la tierra necesarios para el consumo de cada familia y los objetos de uso personal, era individual”. (Salvo el patrimonio particular de los incas, los curacas y la nobleza en general; y salvo los bienes muebles que podian ser hereditarios). i En lo que respecta a la distribucién de la riqueza, los fru- , tos que el pueblo consumia ordinariamente, apenas re- presentaban ‘“‘el equivalente de los gastos o trabajo de cul- tivo’ y el resto servia para el sostenimiento particular Mim Ror a SaivAsciu PEG. 371 7 del Inca y dela nobleza o se guardaba en los depésitos o almacenes de las ciudades o de los tambos y subvenia en aso necesario a la colectividad. En lo que respecta al elemento productor de la riqueza, el pueblo, estaba sujeto a la obligacién general del trabajo y la pereza era un cri- men severamente castigado; aparte de las tarees cam- Pestres que comprendian el laboreo de las tierras del Sol, de los anicianos, enfermos, soldados, etc. de la colectividad y-de los Incas, tenia la obligacién de hacer ciertos articu- los para cuya fabricacién el Estado suministraba les ma- terias primas y tenia asi mismo la obligacién de las obras Pablicas y otros servicios de la religién o del’ gobierno: pero los miembros de la nobleza imperial, los euracas, los sacerdetes, los soldades y los empleados estaban cxen- tos de dichas obligaciones. Ademas de todo esto, el Es- tado realizaba una labor patriarcal de tutela y de benefi- cencia, ahorrando a los siibditos las tareas excesivas, dan- doles cierto minimum de bienestar, creando un ‘status” de abundancia y de orden. La opinién hostil ante el Incario con vistas a una de- duccién general sobre el eccialismo y sus efectos, fué in- sinuada hace muchos afics por Pareto. Los hombres, como el semidios del mito griego, adquieren fuerzas siempre que estén én contacto con la tierra. Si los meji- canos resistieron a la invasién espafnola, fué, en parte, Porque tenian propiedad privada, fuente de energia y de iniciativa; si los peruanos dieron lugar a una’ victoria inaudita y vergonzosa de les conquistadores, fué porque estaban bajo el yugo de la propiedad colectiva. Idea que. més tarde, ha sido desarrollada mas extensamente por un eminente erudito peruano, el Dr. José de la Riva-Agiie~ ro, a quien tanto deben todos los que se dedican a estudiar nuestro pasado.. Aquel régimen. comunista’-y despético fué deprimente y, por ello, sus efectos resulta- ton desastrosos siendo responsable en mucha parte de los males que.todavian afligen.al Pert: y es una deagracia que la sociedad en nuestra época tienda otra vez a la so- _ cializaci6n>. La experiencia del: Per incaico ha sido con- 18 NUEVA REVISTA PERUANA cluyente. “La tutela del Estado enriquecié y enervé a las naciones que componian el Imperio del Sol. Llegé este a la misma senilidad apatica por la que con tanta facilidad han sucumbido todas las sociedades de tipo an4logo, co- mo los imperios indostano y egipcios, el chino, el persa aqueménide, el romano y el ruso. Mucho més que ellos, el del Tahuantisuyo para obtener el sosiego y el bienestar material, ignoré toda libertad, desarraigé toda iniciativa, comprimié toda espontaneidad y todo arranque: e hizo aSi, de uma de las razas mejor dotadas de la América indigena, una timida grey de esclavos taciturnos. Como siempre sucede, las virtudes viriles se refugiaron en la aristocracia politica o guerrera’’. Por eso el estudio de este proceso histérico “es tan atil y sugestivo en los dias presentes’’, La opinién optimista es, en cambio, mas reciente. “La organizacién social incaica — acaba de decir Haya de la Torre, —es la experiencia econémica y politica mas extraordinaria de todo el pasado. Elevar el comunismo primitivo sin destruirlo, del tipo tribal al de un vasto Estado, es la misma obra que realiza la naturaleza al unir las células sin matarlas para constituir tejidos y érganos’’. De otro lado, Valcarcel en sus admirables libros “Del ayllu al Imperio” y “De la vida inkaika”’ presenta el cuadro eglogico e idilico del Incario e, inevitable sugiere la nostalgia. En todo caso, ha dicho José Carlos Marié- tegui que no adopta ante esa época una actitud absor- bente pero si una actitud unciosa, la comunidad indigena dota al Perti de una base autéctona para las posibilidades futuras del socialismo. Optimistas y pesimistas tienen razén, posiblemente, y al mismo tiempo no la tienen. Esto de decir que las cosas son en parte buenas y en parte malas est desprestigiado porque en ello se basan los que no tienen ninguna opinién, los que quieren esconderla y los que quieren estar bien con Dios y con el diablo. Pero desde el punto de vista realista (y, todo realismo, es enel fondo relativismo) ofre- ce la Gnica férmula acertada en determinados casos. MARX ¥ PACHACUTEC 19 Seguramente el imperio incaico fué, al mismo tiempo, admirable y nefasto. Sorprenden y maravillan la organiza- cién administrativa, el proceso de expansién y el sentido de orden que los Incas implicaron; pero un criterio justi- ciero sin necesidad de que adolezca de los prejuicios libe- rales o burgueses, un criterio inclusive socialista — el socialismo es ]a suprema reivindicacién del derecho a la vida — tiene que mirar con desapego el hecho de que entonces. los hombres, aparte del Inca, y de los suyos. fueran apenas “‘piezas de la m&quina econémica, nameros de la estadistica gubernativa’’. ; En el llamado comunismo incaico hay que distinguir dos aspectos: el aspecto econémico y el aspecto politico y administrativo. El aspecto econémico —la comunidad de tierras — fué anterior al Incario, como por otra parte fué anterior o extrafio a él el apogeo de las artes cerémicas y textiles nuevamente comprobado con los recientes y maravillosos descubrimientos de Paracas. Ello es ya inobjetable, sobre todo después de los trabajos de Cunow, proseguidos recientemente por cl Dr. Hermann Trim- born. La economia local o regional quedé, con el adveni miento de los Incas, intacta en muchas partes del terri- torio. Los Incas aprovecharon de la comunidad de tierras y la extendieron; pero alli no esta su caracteristica, su mensaje. El funcionarismo, la estadistica, la utilizacién de cada hombre para los fines estatales, cl sentido de expan- sién sagaz: eso fué lo que trajeron de nuevo. En conjunto, resultaron creando politicamente y adaptando econémi- camente una organizacién social que tiene semejanzas con la que propugna el soclialismo moderno (propiedad co- lectiva de las fuentes de produccién, distribucién equita- tiva de los productos, obligacién general de trabajo, bie- Nestar generalizado); pero esas semejanzas son mAs bien aparentes, parciales ode nombre. El socialismo — consi- derando aqui sus principios generales tinicamente — es lucha contra la explotacién y, en una u otra forma, aun- que nose acepte la rigidez marxista, es lucha de clases: y explotacién y castas — ni siquiera clases — hubo en el 20 NUEVA REVISTA PERUANA Imperio incaico. Desconociéronse les zanganos cn el pueblo — aunque existieron en gran numero en la casta de la familia real, de los orejones, de los: curacas,’ de los sacerdotes — peroha dicho muy bien quien dijo que la pereza era castigada porque implicaba una defraudacién al Estado, es decir al Inca; no hubo hambrunas ni empo- brecimientos, pero ello era-producto de conveniencias administrativas y no de una norma genérica de justicia y la desigualdad efectiva estaba implicita en el hecho de que el incaico era un gobierno de una casta reducida, a base de diferenciaciones. infranqueables, mientras el s6- cialismo en sus mas extremas formas apenas si quiere crear un gobierno de clase aunque con el propdsito de destruir todas las diferenciaciones sociales. Los Ilacte-runas o tributarios trabajaban bajo condiciones permanente- mente fijadas por la costumbre, pareciéndose en algo a los artesanos y los siervos de la Edad Media; pero el modo de produccién en nuestra época es inestable, se challa en incesante progreso, se produce casi exclusiva- mente para el cambio y el cambio est entregado a la lla- -mada libre competencia que tantos beneficios acarrea al capitalista mas poderoso o que mas ha reducido el coste de produccién. El socialismo postula la libertad del indi- viduo para escoger su trabajo pues su ideal de igualdad, se refiere, sobre todo; a la iniciacién, al punto de partida; ~y en el Imperio incaico el individuo tenia su faena prefi- -jada. El socialismo es producto esencialmente técnico y cientifico; y los Incas ungieron su poderfo a base de una mentalidad colectiva que era tipicamente semiprimitiva, segan la acepcién que a este término da Levy-Bruhl; por ello se explican la unidad que para los indios habia entre el mundo visible y el invisible, el animismo, los brujos, las ceremonias rituales, las conopas 0 amuletos, las apa- ‘chetas: mentalidad semiprimitiva que permite la iden ficacién entre la_religién y los Incas, el conformismo obli- “gatorio ante ese cardcter divino de los jefes, la falta de diferenciaciones en el pueblo, el no hacer sino lo que hi- cieron los antepasados: mentalidad semiprimitiva que oe MARX Y 'PACHACUTEC oA} en cl Pera, como en Polinesia, hace ver en el desembarco de los blancos, la aparicién de diosés- omnipotentes. El Incaric fué una expansién pclitica y militar; el socia- lismo debe ser cenciencia, conviccién,» idea. Tales dife- rencias junto con el hecho en si de que nuestra sociedad sea ‘industrial y diferenciada:y la-incaica fuera rural, teocratica, indiferenciada, abren entre el socialismo doc- trinario actual y aquel socialismo, diferencias funda- mentales. Lo politico, lo administrativo, fué casi integramente derruido con la Conquista: pero antes, quiza la favorecié implicitamente. A esa mentalidad semiprimitiva de las masas indigenas y a las ventajas obvias que tuvieron los espafiles, débese la facilidad de la Conquista en gran par- te: y, en parte, también, al caracter absorbente del Esta- do, a pesar del cual y quiz4 a causa'de él mismo no logré crearse no ya el vinculo colectivo de adhesiér patriética pero ni siquiera la mera conciencia de la vinculaci6n racial. Si el aspecto politico y administrativo del Imperio incaico, és decir lo tipicamente incaico, fué fugaz-en con- junto, el aspecto econémico cuyas raices eran antiquisi- mas, supervivié: fué un factor de resistencia a la coloni- zaci6én, segunda etapa de la Conquista y tinica em la que dicho factor econémico pudo influir. El ayllu ha sido, asi siempre el testigo de todas las evoluciones por las que ha atravesado el Pert. Pero no en vano pasan los afos, los siglos, y con ello, los aluviones de nuevas culturas. El ayllu fué, en gran parte, suplantado y modificado con la Conquista, con el Virreinato con la Independencia y con la Repiblica. En la costa casi integramente y en sectores de la sierra, especialmente al Norte, ha desaparecido. Adn en las partes en que supervive, es necesario un laborioso esfuerzo para convertirlo en ‘‘cooperativas de produccién y de consumo”. En resumen, pues, muy poco o nada tiene que hacer el socialismo doctrinario de nuestros dias — o mejor di- cho de los dias del futuro — con el socialismo peruano pre hispanico, La comparacién, arma éficaz y clegante en 22 NUEVA REVISTA PERUANA la poesia que no es sino un salto acrobatico sobre el Universo violando a veces las leyes fisicas y légicas, es muy peligrosa en cuestiones cientificas, pues la ciencia cs, esencialmente, diferenciacién, individualizacién, preci- sién. Las caracterfsticas tipicas del Incario, sobre todo desde el punto de vista estatal, politico y administrative favorecierona la Conquista pero ello nada prueba con- tra el socialismo en general, porque la comparacién no viene al caso. Si la comunidad ha de servir al socialismo peruano, ha de ser en pequefia escala, y sufriendo trans- formaciones fundamentales. La obra spengleriana—mas aceptable en su sentido formal y parcial que en su rigida armaz6n de conjunto— puede contribuir con su tesis bre la repeticién de las culturas, a poner de moda las equi- valencias histéricas reforzando los argumentos de quienes se fijan en el socialismo moderno para hablar del im- perio incaico, Pero es preferible creer que si bien el pro- greso intelectual y moral no existe sino en el sentido de que nucleos hurarios cada vez mayores se estan uni- formando: bajo reglas genéricas, hay, en cambio, pro- greso material en la civilizacisn misma aunque el dolor y el mal sean algo fatal; y que, producto de diversas evolu- ciones ‘sin precedentes, la época individualista 0 capita- lista. (como aquel aprendiz de brujo que invocé a los de- monios y luego quedé sometido a ellos), creé un poder econémico insospechable lo organizé pero cayé bajo su masa, debiendo por eso al cabo de dilaciones y crisis que acaso sean el patrimonio de nuestra generacién, asumir algun dia este poder por vez primera en el mundo, la colectividad, el Estado para, ensanchandolo y robuste- ciéndolo, realizar una labor social. Pero atin entonces seguirén siendo extrafios, como ahora, el sefor don Car- los Marx y Pachacutec. Jorce BASADRE

También podría gustarte