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Universidad Autónoma de Tlaxcala

Bloque 1

Lectura Transicional

Ensayo Tema 1

Yannin Kristal Simón García


¿Qué importancia ocupan los cuidadores al estimular verbalmente a nuestros
niños y niñas en la primera infancia?

La lectura es: “como construir una casa, es dar a los más pequeños un refugio de
palabras ante la extrañeza del mundo, es construir en su interior un espacio propio al que
podrán acudir a lo largo de su vida”. (Reyes, 2008)

Introducción

El acto de leer en la primera infancia se comprende como una apertura de


ofrecerle a los niños y a las niñas un amplio material simbólico que va
acompañado de grafías, de ilustraciones, de ritmos, de tonadas, de canciones, de
juegos y de todo el amplio repertorio cultural que se coloca a disposición de ellos y
de ellas. La lectura es mediada por quien presta su voz para darle sentido y a
través de ella permitir el descubrir el universo simbólico que se comienza a
descifrar e interpretar, en palabras, sería la aparición posibles uniones que se
puedan dar para crear significados mediados por el lenguaje.

Tradicionalmente se considera que leer es decodificar signos que nos permiten


interpretar y descifrar lo que dicen las letras, esto es solo una parte y no todo el
sentido de la lectura, ya que esta va más allá de la de interpretación de los signos
y de las ilustraciones. El acto de lectura es más amplio, como lo expresa Duran
(2002), “hay lectura cuando se establece comunicación”, de esta manera se
comprende que “la lectura es un acto exclusivamente humano” (p. 7), por tanto,
por medio de la lectura se logra la comunicación que va enriqueciendo el lenguaje
lleno de signos y símbolos. Tomando en cuenta que el primer libro que lee un
bebe es el rostro de la madre y su voz ya está inscrita en la psiquis del bebe, con
la cual le da sentido de comunicación y de la interpretación mental de los signos
con los que se les hacen posible comunicarse, madre e hijo.
Desarrollo

Al ir analizando las lecturas de este bloque y realizando los ejercicios de la


bitácora, me hizo recordar mi infancia. Cuando era pequeña, a mi madre le
gustaba inventarme historias fantasiosas con las cuales yo me entretenía porque
mi mente imaginaba todo lo que ella me contaba. Fueran historias tradicionales
como caperucita roja o los tres cerditos, o historias de miedo, que tanto me
gustaban, mi mente se imaginaba todo lo que ella narraba y disfrutaba tanto que
mi madre lo hiciera; se quedaron guardadas en mí y aún las recuerdo con esa
emoción, como cuando estaba pequeña. Mi madre fué una protagonista muy
importante que abrió el mundo de mi imaginación y, sin duda, me transmitió
conocimiento, afecto, juego, riqueza de lenguaje y comprensión lectora. Pues
como lo señalaba Yolanda Reyes (2008):

Las estrechas conexiones entre la lectura y la construcción de sus casas


imaginarias y me ha llevado a descubrir la incesante y fluida conversación entre
lenguaje y pensamiento. Precisamente lo que nos enseñan los primeros lectores
es esa relación apasionante y de doble vía entre el lenguaje y el pensamiento: ese
movimiento de vaivén, como una especie de río y cauce, que forma la estructura
cognitiva y emocional a partir del lenguaje y de los textos de la cultura (y que,
simultáneamente, va transformando su lenguaje). (Reyes, 2008)

Actualmente, soy madre de una niña de 3 años y el estar inmersa en el ámbito


educativo, me ha ayudado a conocer y aprender sobre la importancia de leer y
cantarles a los niños y niñas en la etapa de la primera infancia. Desde que mi hija
estaba en mi vientre su padre y yo decidimos leerle un cuento todas las noches,
se llamaba Amy el niño de las estrellas, este fue su primer acercamiento a leernos
y conocernos nuestras voces; desde sus primeros días de nacida le cantaba, la
arrullaba con canciones amorosas para dormir es y siempre procuramos que mi
hija tuviera cuentos a la mano para que los observara y se los pudiéramos leer.
Todo esto le ayudó, porque desde los 6 meses empezó a balbucear, al año ya
decía papá y después mamá, y al año y medio ya hablaba; actualmente tiene 3
años y me sorprende el vocabulario tan extenso que ocupa para poder
comunicarse con el mundo que la rodea y las preguntas que fórmula, y qué como
padres le damos respuesta. A veces, me pongo a pensar en todo lo que su mente
imagina y como lo menciona Yolanda Reyes “Su casa imaginaria”.

…“Si sabemos que el contacto con el lenguaje es anterior al nacimiento y que aquellos
momentos trascendentales en los que un bebé pronuncia sus primeras palabras o en el
que un pequeño descubre que puede leer su nombre, son simplemente la parte visible de
un continuum, lo que está en juego en la primera infancia es el mito fundacional de la
lectura como proceso de interpretación.” (Reyes, 2008)

En cambio, una prima de mi hija, de 4 años de edad, es segunda hija, pero su


historia con el acercamiento al lenguaje es diferente. Desde bebe la ponían
enfrente de la tele para entretenerla y poder brindarle la mamá a su hija mayor
más atención. No le dedicaron tiempo para contarle historias, tampoco en casa
había una biblioteca a su alcance. Actualmente, la pequeña se comunica de forma
verbal pero aún no se le entiende lo que quiere expresar o se le ha hecho fácil
señalar las cosas que quiere y que los adultos se lo adivinen. Su entorno ha sido
poco estimulante.

Con ello, podemos darnos cuenta de la importancia de la lectura hacia niños y


niñas como cuidadores, desarrolla su lenguaje tanto expresivo como comprensivo,
estimula su imaginación, amplía su conocimiento ante el mundo que lo rodea,
brinda la oportunidad de compartir y reconocernos; la lectura nos brinda la
posibilidad de ser familia y crecer juntos.

Conclusión

Por ello, la lectura en la primera infancia se debe considerar como la fuente


principal para la estimulación verbal en la primera infancia, a un constante
movimiento que proporciona un sentido de vida que nace a partir de la interacción
y el diálogo con las palabras; de ahí se debe considerar la importancia y la
pertinencia que trae consigo potenciar la competencia lectora desde el mismo
nacimiento.

La familia y los agentes educativos son las personas que deben promover e
impulsar el origen y el deseo por la lectura; en el que se resalte el desarrollo de la
lectura como una forma de expresión, que permita dar a conocer los
pensamientos, sentimientos y emociones de una manera en la que el diálogo y la
reflexión se implementen como la forma más acertada para una comunicación
entre cuidador y niño o niña.

Bibliografía
Reyes, Y. (2008). Los cimientos casa imaginaria: Poética y política en la primera infancia. Bogotá:
Norma.

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