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Las áreas naturales protegidas como instrumento de gestión de los recursos

naturales

Rodolfo Torres Peraza

Universidad de Quintana Roo, Campus Cozumel

Introducción

El texto pretende hacer un recorrido por la historia de las áreas naturales


protegidas tanto a nivel nacional como a nivel internacional, analizando los hechos
históricos de el origen de su creación mediante un análisis de distintos textos en
los cuales son ordenados cronológicamente los hechos y las políticas ambientales
que fueron decretadas para hacer posible la creación de las áreas protegidas.

Además, se presentan los organismos gubernamentales que son los encargados


de gestionar, administrar y explotar las distintas áreas naturales a nivel mundial y
dentro del territorio nacional, describiendo sus funciones y la legislación que estas
deben seguir para poder llevar a cabo sus actividades. Asimismo, se describen
cada una de las de las categorías existentes de las áreas naturales protegidas,
con sus características de que las diferencian unas de otras y en el caso de
México las categorías asignadas por la Ley General de Equilibrio Ecológico y la
Protección al Medio Ambiente (LGEEPA), mencionando también las zonificaciones
que estipula dicha ley para el aprovechamiento y ordenamiento territorial que
existen dentro de las áreas naturales protegidas.

Finalmente se analiza un caso de un área natural protegida para ejemplificar toda


la teoría previamente analizada, el caso de ejemplificación será el área de
protección de flora y fauna Meseta de Cacaxtla, ubicada en el estado de Sinaloa,
se mencionarán las características, sus criterios para su creación, su
subzonificación y algunas problemáticas que ocurren dentro de esta ANP.

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Las áreas naturales protegidas en el contexto internacional

La necesidad del ser humano por conservar y manejar los ecosistemas ha estado
presente a lo largo de la evolución humana. En el continente americano, las
civilizaciones prehispánicas aplicaban restricciones para controlar la explotación
excesiva de los bosques (Simonian, 1995).

Estos movimientos de conservación sirvieron como base para el movimiento de


conservación occidental aun vigente en la actualidad, surgido a finales del siglo
XIX en los Estados Unidos de América (Errejón, 2016). Durante este periodo de
tiempo, la humanidad comienza a percibir el impacto que el crecimiento industrial
estaba teniendo sobre el medio ambiente, sumado a las consecuencias de la caza
desmedida de especies silvestres en distintas regiones de África y Norte América,
la cual estaba llevando a una acelerada disminución en la fauna de estas regiones
(Galindo, 2016).

Como resultado del aumento de la caza furtiva en su territorio, el gobierno de los


Estados Unidos, bajo el mandato del presidente Theodore Roosevelt, decretó en
1872 la primer ANP a nivel global, el Parque Nacional Yellowstone (Errejón, 2016).

Siguiendo esta tendencia, el decreto de áreas protegidas para conservar la flora y


fauna, comenzó a hacerse presente alrededor del mundo. México, siguiendo
apresuradamente este inicio en las declaratorias de parques nacionales decretó
en 1876 el Parque Nacional Desierto de los Leones. Australia hizo lo propio en
1879 con el Parque Nacional Real, en 1925 es decretado el Parque Nacional Rey
Alberto en la frontera de los países africanos de República del Congo, Uganda y
Ruanda (Galindo, 2016).

Sin embargo, con la creación de estos parques nacionales se dejaba fuera de


ellos a un actor muy importante presente dentro de estas áreas naturales
protegidas, las poblaciones locales existentes antes del decreto de estos parques.
Estas poblaciones humanas eran quienes en su mayoría los dueños de las tierras
donde se establecían por decretos gubernamentales estos parques nacionales,
además de estos territorios dependía el sustento de estos asentamientos

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humanos, pues era donde originalmente realizaban sus actividades como la
ganadería, la agricultura y la pesca.

No fue sino hasta inicios de los años 70’s cuando preocupados por esta situación,
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) mediante su programa el Hombre y la Biosfera, propone un nuevo
modelo de conservación de los recursos naturales, este nuevo modelo se llamo
Reservas de la Biosfera (Galindo, 2016). Dichas reservas tomarían en cuenta a las
comunidades, regulando las actividades que se llevarían a cabo dentro de ellas,
siempre cuidando al ecosistema existente.

La publicación de el informe Bruntland, de la Comisión Mundial sobre Medio


Ambiente y Desarrollo en 1987 trajo consigo una nueva oleada de preocupación
por el impacto en los ecosistemas mundiales derivado de las actividades
humanas. Dentro del campo del turismo se convirtió en un gran tema de
importancia global, incentivando a la mejor y creación de nuevas áreas naturales
protegidas a nivel mundial (Echamendi, 2001).

Con base en todos estos hechos ocurridos a nivel global alrededor de las áreas
naturales protegidas, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN), considerada la organización medioambiental global más grande y diversa
del mundo y quien contribuye a encontrar soluciones a los desafíos ambientales
mundiales, estableció durante su IV Congreso Mundial de Parques, celebrado en
Caracas, Venezuela en 1992 seis nuevas figuras de protección al medio ambiente
(Sanz, 2006).

Estas categorías, propuestas por la UICN en su página oficial son explicadas a


continuación:

1. Reserva natural estricta

Su principal objetivo es conservar a una escala global los ecosistemas,


especies y la geodiversidad por fuerzas no humanas y que son propensas a
degradación o destrucción como consecuencia de la actividad humana.

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2. Área natural silvestre

Su finalidad es proteger la integridad ecológica a largo plazo de áreas


naturales que no tienen presencia de actividades humanas de alto impacto y
que están libres de infraestructura modernas.

3. Parque nacional

Áreas naturales poco transformadas por la actividad humana, son espacios de


alto valor ecológico y son altamente propensas a la investigación científica.

4. Área de manejo de hábitats o especies

Áreas dedicadas principalmente a mantener y conservar la flora y fauna


mediante la implementación de políticas de gestión.

5. Monumento natural

Espacios naturales que presenta formaciones de una belleza singular y única,


los cuales son protegidos al igual que la biodiversidad y los hábitats presentes
a su alrededor.

6. Paisaje terrestre y marino protegido

Áreas que tienen como finalidad proteger y mantener paisajes y otros


atractivos presentes para la realización de actividades de recreación humana.

7. Área protegida manejada

Se tratan de áreas enfocadas a la protección de los ecosistemas para la


utilización sostenible de los recursos naturales presentes dentro del territorio
protegido.

A medida que la globalización alcanza nuevos territorios, las áreas naturales


protegidas se ven sometidas a nuevas presiones ambientales como resultado de
las actividades económicas y de recreación realizadas por la sociedad. A pesar de
la creación de estas áreas naturales con algún régimen de protección y de la
designación de objetivos para la gestión de estos territorios, es necesaria la

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intervención no solo del gobierno (en todos sus niveles) sino de la sociedad en
general para asegurar la conservación de los ecosistemas a nivel global.

Las áreas naturales en México

En México, la historia de las áreas naturales protegidas se remonta a finales del


siglo XIX, cuando Sebastián Lerdo de Tejada expropió las tierras del Desierto de
los leones dándole la categoría de reserva forestal, esto como resultado de la
presencia de distintos manantiales que ahí se originaban y que eran de vital
importancia para la Ciudad de México (De la Maza, 1999).

Sin embargo, no fue sino hasta 1917 cuando el entonces presidente Venustiano
Carranza, en miras de continuar con la preservación de una de las principales
fuentes de agua para el Valle de México, mediante decreto presidencial le dio la
categoría de parque nacional a la anterior reserva forestal Desierto de los Leones,
convirtiéndose así en el primer parque nacional dentro del territorio mexicano
(Vargas, 1997).

A pesar de todo el esfuerzo por la protección de áreas naturales protegidas no fue


hasta el periodo del presidente Lázaro Cárdenas donde se estableció de manera
oficial el primer organismo institucional encargado del manejo y gestión de las
reservas forestales y parques nacionales de la nación, el Sistema Nacional de
Reservas Forestales y Parques Nacionales de México (González et al, 2014).

Además de la creación de dicho sistema, es durante este periodo, mayormente


influenciado por el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo y Zubieta, cuando se tiene
el mayor registro de parques nacionales en el territorio nacional, con una
extensión aproximada de 800 mil hectáreas (SEMARNART-CONANP, 2007).

Si bien fue Miguel Ángel de Quevedo quien impulso el decreto de distintitas áreas
naturales protegidas en el país, estas no se establecían con claridad cuáles eran
sus límites y su ubicación exacta (Errejón, 2016). Aunque Quevedo intento que las
áreas naturales protegidas estuvieran siempre bajo el dominio y resguardo de el
estado mediante la creación de distintas instituciones gubernamentales, éste fue

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muy pocas veces escuchado, pues los gobiernos priorizaban la distribución de
recursos económicos a otras dependencias y programas.

Es por ello que, ante la poca importancia del gobierno por gestionar y administrar
los parques nacionales ya decretados, su administración (de las ANP) paso por un
largo periodo de tiempo, en el cual estuvieron de institución en institución, donde
cada una de ellas presentaba mayores limitaciones que la anterior para su gestión
(González et al, 2014). Por ejemplo, durante el periodo del presidente Lázaro
Cárdenas, el Departamento Forestal, quien era el encargado de la gestión, pasó a
ser la Oficina de Bosques Nacionales, donde su importancia en la estructura
administrativa gubernamental se redujo al mínimo.

Sin embargo, su camino no termino ahí, en 1977, durante el sexenio del


presidente López Portillo recupero su rango de Dirección General, que dependía
de la Subsecretaria de Recursos Forestales, durante la década de 1980 la gestión
de estas áreas paso a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE)
para posteriormente volver en 1992 a la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos (SARH). Finalmente, en 1995 la administración de las ANP se ubicó en
la ya extinta Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
(SEMARNAP) que dependía directamente del Instituto Nacional de Ecología (INE)
(Ibarra, 2003).

Fue hasta el año 2000, como resultado de todas las modificaciones que de dieron
a partir de 1988, a raíz de la publicación de la Ley General de Equilibrio Ecológico
y Protección Ambiental (de la cual hablaremos más adelante), impulsó la
modificación de la Ley de Administración Pública Federal, donde se originó la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) (Gil Corrales,
2009).

Definitivamente el año 2000 fue muy importante en cuanto a la creación de


organismos gubernamentales para una mejor gestión y administración de las
áreas naturales protegidas en México, pues además de la creación de la
SEMARNAT, se creó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (CONABIO), el Fondo Mexicano para la Conservación de la

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Naturaleza (FMCN) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(CONANP), quienes además de fortalecer, gestionar y administrar los espacios
protegidos en el territorio nacional, proyectaron a nivel internacional la imagen del
país en el tema de conservación ambiental, asimismo tiene una importante
participación en la creación de políticas públicas enfocadas a la protección del
pedio ambiente y de las ANP (González et al, 2014).

Organismos gubernamentales encargadas del manejo de las áreas naturales


protegidas

A nivel mundial existen distintas comisiones y organizaciones encargadas de la


administración y planificación de las áreas naturales protegidas en todas sus
categorías. Una de las más importantes es la Comisión Mundial de Áreas
Naturales Protegidas (WCPA por sus siglas en inglés) perteneciente a la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la cual es
administrada por el Programa Global de Áreas Protegidas de la UICN y que tiene
más de 2500 miembros a nivel mundial pertenecientes a 140 países (Página
oficial de la UICN).

De la mano de los gobiernos de estos países participantes, la CMAP trabaja


ayudándolos a planificar y gestionar las áreas protegidas de sus territorios para
integrarlas con todos los sectores productivos de cada uno de los países,
proporcionándoles asesoramiento a quienes son los encargados de la creación y
formulación de políticas públicas y ambientales dirigidas a las ANP, asimismo
convoca a los diversos grupos de actores interesados en las ANP para abordar
temas relacionados con los grandes desafíos a los que se encuentran expuestas
las áreas protegidas.

En su última actualización del programa de trabajo conjunto de la UICN para el


periodo 2017- 2020, modificó sus objetivos para alinearlos con los acuerdos
establecidos en el Congreso Mundial de Parques, realizado en Sídney, Australia
entre el 12 y 19 de noviembre de 2014. Además de alinearlos con las metas de
biodiversidad Aichi, que estableció la UICN como resultado del establecimiento por

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parte de la UNESCO de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (UICN,
2017).

De los objetivos considerados por la UICN dentro de este marco de trabajo, de


tomaron en cuenta solamente cinco, los cuales fueron considerados como más
relevantes para ser analizados en este trabajo. Los objetivos son los siguientes:

1. Apoyar los esfuerzos mundiales para gestionar con mayor eficacia los
sistemas de áreas protegidas para detener la acelerada perdida de la
diversidad biológica a nivel mundial.
2. Incorporar a las áreas naturales protegidas como soluciones a los desafíos
globales consecuencia del cambio climático, la degradación de la tierra y el
déficit en cuando a la seguridad alimenticia, de agua, salud pública y
bienestar.
3. Defender las inversiones que se realicen en las áreas protegidas, además
de que cuenten con un respaldo tanto de políticas como de financiamiento
económico.
4. Inspirar a todas las personas, sin importar su generación, a valorar la
belleza natural a través de las áreas naturales protegidas, promoviendo
también una mayor educación ambiental.
5. Utilizar el importante papel que tiene la UICN para ser un intermediario en
la estandarización de las prácticas y gestión dentro de las áreas protegidas,
promoviendo los distintos niveles de gobernanza presentes en las ANP.

La finalidad de la actualización de estos objetivos es evitar los llamados “parques


de papel”, que son áreas naturales protegidas que no van más allá de los planes
originales plasmados en los documentos y que no son realizados de manera
exitosa a nivel mundial.

En cuanto a México, son dos organismos gubernamentales los cuales en trabajo


conjunto se encargan de gestionar, administrar y explotar las áreas naturales
protegidas, dichos organismos son la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

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La SEMARNAT es la dependencia de gobierno que tiene como principio
fundamental constituir las políticas de estado de protección ambiental que tienen
como principal finalidad evitar el deterioro ecológico, además de sustentar las
bases para un desarrollo sustentable en el territorio nacional. Todo esto a través
de una óptica en la que los habitantes del país abracen una sincera preocupación
por conservar todos los recursos naturales con los que cuenta el territorio
nacional, enfocándose principalmente en la fragilidad del equilibrio que existe
entre los seres vivos y el entorno natural (Página oficial CONABIO).

Por otra parte, la CONANP tiene como principal objetivo conservar el patrimonio
natural de México a través de la creación de áreas naturales protegidas, asimismo
la ejecución de programas de desarrollo regionales sustentables en las regiones
prioritarias de conservación (Página oficial CONABIO). Para el cumplimiento de
sus obligaciones, la Comisión retomas las políticas ambientales planteadas
originalmente por la SEMARNAT, tomando en cuenta las relaciones que existen
entre los recursos naturales y las poblaciones presentes dentro de las áreas
protegidas.

Actualmente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas administra 182


áreas naturales de decreto federal, las cuales representan 90,830,963 hectáreas
del territorio nacional y apoya también a 368 áreas destinadas voluntariamente a
la conservación, las cuales representan 603,735.70 hectáreas del territorio
nacional bajo protección (CONANP, 2021).

Del total de estas áreas protegidas 21,372,350 hectáreas corresponden a la


superficie terrestre protegida, lo cual equivale al 10.88% de la superficie total del
país, en cuanto a la superficie marina bajo protección estas ocupan un total de
69,458,613 hectáreas, representando el 22.05% de la superficie marina total del
territorio nacional (CONANP, 2021) (Cuadro 1).

Cuadro 1. Áreas Naturales protegidas bajo jurisdicción federal (CONANP, 2021)

Número de ANP Categoría Superficie Porcentaje respecto


(Hectáreas) al territorio nacional
protegido

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44 Reservas de la 62,952,750.5 ha 69.3%
biosfera
67 Parques nacionales 16,218,588.92 ha 17.86%
2 Monumentos 16,269.11 ha 0.02%
naturales
5 Áreas de protección 4,503,345.23 ha 4.96%
de recursos naturales
10 Áreas de protección 6,989,816.17 ha 7.69%
de flora y fauna
18 Santuarios 150,193.29 ha 0.17%
182 Total 90,830,963.22 ha 100%

Como puede notarse, una considerable parte del territorio nacional se encuentra
bajo cierto nivel de protección, sin embargo, aún existe un gran camino por
recorrer para que estas áreas naturales protegidas no queden solo en el papel,
como sucede en otros sitios del mundo y que continúen con su tarea, que es
conservar y preservar la flora y la fauna de los ecosistemas mexicanos.

Categorías de las áreas naturales protegidas en México

Al igual que a nivel internacional existe una clasificación de las ANP propuesta por
la UICN, en México esta categorización de las áreas protegidas de carácter federal
es establecida por la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente (LGEEPA, 1988). Un total de seis categorías fueron establecidas por la
LGEEPA y cada una de ellas tiene características que las hace diferentes una de
otras. Estas categorías son:

1. Reservas de la biosfera
Son áreas relevantes en la cual convergen uno o más ecosistemas, los
cuales no son alterados de manera significativa por el hombre o que en su
caso requieren de ser preservados o restaurados y que en ellas habitan
especies que son representativas del país o que sen encuentran en
amenaza o peligro de extinción (CONANP, 2021).
2. Parques nacionales

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Son zonas de alta importancia por su belleza escénica, por su alto valor
histórico, pero sobre todo por sus áreas aptas para el desarrollo turístico
sustentable, así como la investigación científica (CONANP, 2021).

3. Áreas de protección de flora y fauna

Son áreas naturales protegidas que contienen un hábitat en donde su


equilibrio depende de la existencia y desarrollo de las especias de flora y
fauna ahí presentes. Las comunidades ahí establecidas pueden hacer uso
de los recursos naturales, respetando las normativas mexicanas y los usos
de suelo que se establecieron en la declaratoria del área (CONANP, 2021).

4. Áreas de protección de recursos naturales

Estas áreas naturales son destinadas principalmente a la preservación y


protección del suelo, cuencas hidráulicas y del resto de los recursos
naturales localizados dentro de los terrenos forestales y que pueden ser
propensas a la realización de actividades de distinta índole siempre y
cuando respeten los lineamientos de desarrollo sustentable establecidos
por la ley (CONANP, 2021).

5. Monumentos naturales

Son áreas protegidas con uno o varios elementos naturales que presentan
una singularidad estética y de alto valor histórico. No cuentan con la
presencia de distintos ecosistemas ni con la extensión territorial necesaria
para ser agregadas en otras categorías (CONANP, 2021).

6. Santuarios

Áreas protegidas que se caracterizan por una riqueza en flora y fauna que
solo pueden encontrarse en ese sitio. Dentro de esta categoría solo se
permiten actividades de investigación científica y de educación ambiental,

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las cuales deben adaptarse a las características que posee el lugar
(CONANP, 2021).

7. Áreas destinadas voluntariamente a la conservación

Son áreas naturales protegidas pertenecientes a alguna comunidad,


organización pública o privadas que son destinadas a la conservación, las
cuales son administradas por sus dueños, los cuales reciben una
certificación por parte de la CONANP para hacerlos candidatos a estímulos
económicos nacionales e internacionales (CONANP, 2021).

La zonificación y subzonificación de las áreas naturales protegidas

Con base en lo establecido en el artículo 3, fracción XXXIX, de la Ley General del


Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente se establece la utilización de la
zonificación como instrumento técnico para la planeación y ordenación territorial
dentro de las áreas naturales protegidas, todo esto en función del grado de
conservación que tenga el ecosistema a zonificar y la vocación natural del terreno
previo al decreto del área protegida, así como también el uso actual que se le da a
estas tierras encaminado al cumplimiento de los objetivos que fueron expuestos
en la declaratoria del área natural protegida (Programa de manejo APFF Meseta
de Cacaxtla, 2016).

Asimismo, dentro de la misma ley (LGEEPA) se estipula que se implementará una


subzonificación del territorio correspondiente al ANP, con el fin de ordenar
correctamente las zonas núcleo dentro del área, determinar las zonas de
amortiguamiento y determinar el uso de suelo que se le dará a cada subzona, con
base a las características del ecosistema y las actividades que se realizan
históricamente dentro del área decretada.

Dentro de las áreas naturales protegidas se pueden identificar nueve subzonas,


cada una de ellas presenta una característica diferente y esta a encaminada a
cubrir cada unas de las necesidades del ecosistema, así como también tomar en
cuenta a cada uno de los asentamientos humanos presentes dentro del ANP. Se
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analizarán y se describirán cada una de ellas, resaltando sus características más
importantes y las actividades permitidas para realizarse dentro de ellas.

1. Subzona de protección: consisten en superficies dentro de las áreas


naturales protegidas que han sufrido muy poca alteración, que se
componen principalmente de ecosistemas frágiles y que requieren de un
cuidado especial para poder asegurar su conservación a largo plazo.
Dentro de esta subzona solo se permiten actividades de monitoreo
ambiental e investigación científica no invasiva y que además no implique la
extracción de especies de flora y fauna. (LGEEPA, 1988).
2. Subzona de uso restringido: son aquellas zonas del área natural protegida
que se encuentran en excelente estado de conservación, en las cuales se
busca mantener dichas condiciones. Dentro de esta subzona de permite de
igual manera la investigación científica no invasiva, filmaciones y
actividades de recolección fotográfica, así como también la realización de
actividades turísticas de bajo impacto ambiental (LGEEPA, 1988).
3. Subzona de uso tradicional: son aquellas superficies en donde los recursos
naturales han sido aprovechados tradicionalmente para satisfacer las
necesidades básicas de los asentamientos humanos presentes en el área
protegida (agricultura, pesca y ganadería) y que al realizarse estas no han
provocado alteraciones en el ecosistema (LGEEPA, 1988).
4. Subzona de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales: son
aquellas porciones territoriales del ANP donde los recursos naturales
renovables y que solo pueden ser aprovechados de manera sustentable
para propiciar la conservación del sitio a largo plazo. Dichas actividades
permitidas dentro de esta zona son la agricultura, el aprovechamiento
forestal, establecimiento de Unidades de Manejo para la conservación de la
vida silvestre (UMA) y actividades turísticas de bajo impacto (LGEEPA,
1988).
5. Subzona de aprovechamiento sustentable de los ecosistemas: son aquellas
zonas del ANP donde se pueden realizar actividades con usos agrícolas,
ganaderos y pesqueros de bajo impacto que de manera obligatoria estas

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deberán orientarse al desarrollo sustentable de los recursos (LGEEPA,
1988).
6. Subzona de aprovechamiento especial: subzona del área protegida
regularmente de tamaño pequeño en las cuales los recursos naturales solo
pueden ser explotados para el desarrollo social de los asentamiento
humanos ahí presentes y además en las cuales se permite la instalación de
infraestructura en beneficio de los pobladores sin embargo estas deben
evitar a toda costa el deterioro del ecosistema y que como en el resto de las
subzonas, estas actividades deben estar orientadas al desarrollo
sustentable (LGEEPA, 1988).
7. Subzona de uso público: son aquellas superficies del área natural protegida
en las cuales se encuentran presentes atractivos naturales que fomenten el
desarrollo de actividades turísticas de bajo impacto y que además son las
únicas subzonas en las cuales se permite mantener por periodos de tiempo
la concentración de visitantes en el sitio (LGEEPA, 1988).
8. Subzona de asentamientos humanos: aquellas áreas de la ANP donde se
realizaron modificaciones parciales o permanentes al ecosistema previo a la
declaratoria de zona protegida y en la cual se encuentran ubicados los
asentamientos humanos presentes dentro del ANP, además se permiten
actividades más tecnificadas en beneficio de los pobladores (LGEEPA,
1988).
9. Subzona de recuperación: partes del territorio correspondiente al área
natural protegida en la cual los recursos naturales han sido severamente
alterados o modificados y en la cual se llevará a cabo la aplicación de
programas de recuperación y rehabilitación del medio ambiente y además
no está permitido la realización de ninguna actividad económica dentro de
sus limites territoriales y se limita la presencia de seres humanos dentro de
ella (LGEEPA, 1988).

En definitiva, la aplicación de la LGEEPA y el uso de instrumentos como la


zonificación y subzonificación para la planeación, administración y gestión de las
áreas naturales protegidas nos permite fijar los lineamientos por los cuales estas

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deben regirse y sobre todo determinar cuales actividades pueden realizarse dentro
de ellas sin que el ecosistema se pueda ver afectado para así poder contribuir con
la conservación a un largo plazo.

Finalmente, una vez descrito la teoría y las bases que deben aplicarse para el
decreto y función de un área natural protegida se redactara un caso de una de
ellas para identificar como cada uno de estos lineamientos son llevados a la
practica y como cada uno de ellos son necesarios para el correcto funcionamiento
de las áreas naturales protegidas en general.

Áreas de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla

El APFF Meseta de Cacaxtla se encuentra localizada en el noroeste de México,


dentro del territorio de el estado de Sinaloa. Esta área natural protegida es
compartida por dos municipios localizados en la zona sur del estado, el municipio
de Mazatlán y el municipio de San Ignacio. Cuenta con una extensión territorial de
50,862.31 hectáreas, las cuales en su mayoría se encuentran ubicadas dentro de
la superficie terrestre del estado, presenta alturas que van desde los 0 msnm
hasta los 360 msnm en su parte más alta, la cual colinda con la sierra madre
occidental.

Según el plan de manejo del área protegida , dentro de la Meseta de Cacaxtla


existe una población aproximada de 1,162 habitantes, distribuidos en todo el
polígono exterior del área natural protegida, concentrando mayormente su
población en la zona norte del ANP, en el poblado de Barras de Piaxtla (Programa
de Manejo APFF Meseta de Cacaxtla, 2016).

Su decreto se publicó en el diario oficial de la federación el 27 de noviembre del


2000, lo cual la convierte en un área natural protegida de reciente creación, sin
embargo, los estudios para identificar la riqueza natural del estado iniciaron
alrededor de 1996, cuando el gobierno del estado de Sinaloa elaboro el Plan
Estatal de Áreas Naturales protegidas de Sinaloa, en el cual se identificaron 59
zonas en la cual se contaba con una riqueza biológica, dentro de las cuales se
encontraba la zona comprendida por la Meseta de Cacaxtla. En el año de 1999 la

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ahora extinta SEMARNAP en conjunto con la Universidad Autónoma de Sinaloa
iniciaron la elaboración del estudio previo justificativo, el cual sirvió como sustento
para la declaratoria del área natural protegida (Programa de manejo APFF Meseta
de Cacaxtla, 2016).

Para su creación, la CONANP tomó en consideración una serie de criterios para


que dicha zona se considerara como candidata a ser un área natural protegida, la
presencia de dos sitios con certificación RAMSAR, su riqueza de flora y fauna
tanto endémica como representativa del estado, además de las presencia de
especies en peligro de extinción como el jaguar y las tortugas marinas sin dejar de
lado la existencia de restos arqueológicos dentro del área, fueron los factores
determinantes para la creación del Área de Protección de Flora y Fauna Meseta
de Cacaxtla.

Dentro del APFF se encuentran identificadas, según su plan de manejo (2016) 13


subzonificaciones para el ordenamiento territorial y enlistar las actividades
permitidas dentro del polígono del área protegida. Las subzonas dentro de la
Meseta de Cacaxtla presentes dentro de su plan de manejo se enlistan a
continuación y pueden ubicarse en el mapa 1 obtenido de la página de la
CONANP.

I. Subzona de protección Arroyo de Santa Rosa


II. Subzona de uso restringido Los Aguajes
III. Subzona de uso tradicional Los esteros
IV. Subzona de aprovechamiento de los recursos naturales La Meseta
V. Subzona de aprovechamiento sustentable de los recursos Sol Azteca
VI. Subzona de aprovechamiento sustentable de los ecosistemas Los poblados
VII. Subzona de aprovechamiento especial Rey-Reales- San Esteban
VIII. Subzona de aprovechamiento especial La Cueva del Tule
IX. Subzona de aprovechamiento especial La Costera
X. Subzona de aprovechamiento especial Vía Férrea
XI. Subzona de uso público Las Playas
XII. Subzona de asentamientos humanos Barras de Piaxtla-Ejidos Los Llanitos

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XIII. Subzona de recuperación El Jiote

Mapa 1. Subzonificación de la Meseta de Cacaxtla (CONANP, 2016)

Si bien, el plan de manejo del área natural protegida determina como esta debe
ser operada y organizada, esto no la exenta de la presencia de distintas
problemáticas que ocurren dentro de su territorio que muchas veces, a pesar de
estar descritas dentro de este plan la realidad es totalmente diferente, dentro de la
problemática del ANP podemos encontrar crecimiento turístico desordenado,
presencia de basura en las playas como consecuente de la actividad turística, la
existencia de fosas de aguas negras a las orillas de las playas, lo cual deja ver un
deficiente control de estos residuos, presencia de grupos armados dentro del ANP
así como el incremento en la extracción de especies de la zona para su comercio
en el mercado negro.

Conclusiones

No cabe duda que la utilización de áreas naturales protegidas como un


instrumento en la gestión de los recursos naturales ha tenido un sinfín de
beneficios a lo largo de su historia a nivel mundial como a nivel nacional,

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beneficios tanto económicos como sociales y ambientales para los ecosistemas y
regiones donde estas son decretadas. Sin embargo, no todo ha sido miel sobre
hojuelas, las áreas naturales protegidas han sido severamente señaladas por
distintos sectores de la sociedad por solo ser proyectos que se quedan plasmados
en un papel y muy rara vez se llegan a ejecutar de la manera en que se tenían
planeados, además de la innegable presencia de la corrupción dentro de los
organismos encargados de administrar estas áreas naturales protegidas.

A pesar de todo esto, el futuro para las ANP es prometedor, pues debido a la
importancia que se le esta dando a la conservación de los ecosistemas a nivel
mundial estas son propensas a ser actualizadas para que cumplan con los
requerimientos que la sociedad y la problemática ambiental actual necesiten.

Bibliografía

Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO)


Misión y valores de la SEMARNAT y CONANP. En :
http://www.conabio.gob.mx/uicn/SEMARNATCONANP.html

CONANP (2016) Programa de manejo del área de protección de flora y fauna


Meseta de Cacaxtla.

CONANP (2021) Las áreas naturales protegidas son las herramientas más
efectivas para conservar los ecosistemas, permitir la adaptación de la
biodiversidad y enfrentar los efectos del cambio climático. En:
https://www.gob.mx/conanp/documentos/areas-naturales-protegidas-278226

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