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Las habilidades sociales son un tema de gran interés tanto teórico como
aplicado, lo cual se evidencia tanto en la cantidad de libros e investigaciones,
como en los programas orientados al entrenamiento de éstas tanto a nivel
individual como grupal.
Se puede decir que los primeros elementos teóricos fueron desarrollados en
1949 por Salter, quien determinó cinco aspectos que permitían mejorar la
expresividad, estos son:
Expresión de las emociones tanto verbal como facial.
Utilización de la primera persona en las solicitudes o expresiones.
Estar de acuerdo al recibir cumplidos.
Expresar desacuerdos.
Actuar de manera espontánea.
Si bien han pasado más de 60 años, podemos observar que son precisamente
estas habilidades las que seguimos enseñando a las personas a las personas.
A pesar de la importancia de estos aportes, solo hasta el año de 1958 Wolpe
retomó estos conceptos, y utilizó por primera vez el término “conducta
asertiva”, tan común en nuestros días. El mayor auge del tema de las
habilidades sociales fue hacia el año de 1970, a partir del cual han tenido un
desarrollo progresivo hasta la actualidad.
Las habilidades sociales se consideran como habilidades complejas dado que
requieren el uso combinado de varias habilidades básicas. Es difícil brindar una
definición acerca de las habilidades sociales, debido a que estas varían en
función de la cultura, del contexto y de la situación particular, por lo que, a
diferencia de otros comportamientos no se determinan de acuerdo con su
topografía sino de acuerdo a su efectividad, es decir, la consecución de un
objetivo particular (solicitar la devolución de un dinero por un artículo
defectuoso).
En ese sentido, se puede afirmar que la conducta socialmente hábil tiene tres
dimensiones: a) conductual, b) personal y c) situacional, y es justamente en
este último donde radica la dificultad para definirla.
Según Alberti (1977), las principales características de las habilidades sociales
son: a) es una característica de la conducta, no de las personas; b) no es una
característica universidad, sino específica a la persona y a la situación; c)
requiere considerar el contexto cultural y variables de la situación; d) es una
característica de conductas sociales efectivas, en esa medida no son
conductas dañinas.
Como se mencionaba inicialmente, el entrenamiento en habilidades sociales ha
sido ampliamente aplicado y estudiado, tanto a nivel individual como grupal;
consiste en utilizar técnicas de terapia para mejorar la competencia de
actuación en situaciones críticas de la vida. En esa esa medida, se cuenta
actualmente con programas de entrenamiento en habilidades sociales que
tienen como característica común los siguientes pasos:
Desarrollar o tener unas creencias en las cuales se respeten tanto los
derechos propios como los derechos de otros.
La distinción entre conductas agresivas, pasivas y asertivas.
La reestructuración cognitiva frente a pensamientos o ideas relacionadas
con situaciones específicas.
EL ensayo conductual de respuestas asertivas.
En lo capítulos anteriores se ha abordado la empatía de los docentes con
las situaciones de los alumnos buscando un cambio en su marco de
referencia, así como la reestructuración cognitiva como elemento para
favorecer el desarrollo de mejores habilidades en los docentes frente a
situaciones sociales; en la sesión 5 se busca brindar información acerca de
los derechos asertivos, facilitar la identificación del estilo de comunicación
utilizado por los docentes y dar a conocer las principales técnicas asertivas
para que puedan realizar ensayos de conducta durante la sesión,
motivándolos a continuar utilizándolas en su vida cotidiana.
Por ello, y como paso inicial se presentan las principales características de
los estilos de respuesta social.
ESTILOS DE RESPUESTA SOCIAL
De acuerdo con Caballo (2005) existen tres estilos de respuesta social:
1) Pasivo
Caracterizado por la torpeza en el desarrollo y mantenimiento de las relaciones
sociales, así como la falta de energía e iniciativa a nivel social e individual. En
otras palabras, las personas pasivas abandonan sus derechos ante cualquier
conflicto al mismo tiempo que no permiten que los demás sepan lo que piensan
(De la Peña, Hernández y Rodríguez, 2003). En conclusión, el estilo pasivo se
caracteriza por la falta de expresión de los propios sentimientos con un
comportamiento sumiso falto de confianza en sí mismo (Monjas, 2004).
2) Agresivo
Las personas de respuesta social agresiva no toman en consideración los
derechos de los demás pues pretenden alcanzar de inmediato sus metas sin
considerar a largo plazo las consecuencias negativas. Es decir, el estilo
agresivo retrata a los individuos que basan todo en sus propios derechos,
logrando sus objetivos a expensas de los demás (Rodríguez y Paíno, 1994).
En los estilos de respuesta social pasivo y agresivo los individuos no resuelven
de forma eficaz sus problemas, sus repertorios conductuales constan de un
menor número de alternativas y no anticipan las consecuencias de ellas, lo que
en muchas ocasiones les lleva a escoger la alternativa que menos esfuerzo
requiere en ese momento (De la Peña, Hernández y Rodríguez, 2003). Un
factor común de los comportamientos pasivo y agresivo es la falta de
autoestima, presentan niveles más altos de ansiedad y renuncian a reivindicar
sus derechos o suelen hacer valer sus derechos y opiniones por medio de
conductas agresivas (Monjas, 2004; y Bishop, 2000).
3) Asertivo
Este estilo de respuesta implica defender los propios derechos sin violentar los
derechos de los demás (Rodríguez et al., 1999). Para esto es necesario ser
empático, ponerse en el lugar de los demás y comprender los distintos puntos
de vista, así como poseer y articular en el momento preciso las distintas
habilidades que requiera la situación (Garrido, Rodríguez y Paíno, 2002).
Tabla con características de los tres estilos de respuesta social (Caballo, 2005).
ASERTIVIDAD
Pick y Vargas (1990 citados en Gaeta y Galvanoskis, 2009) afirman que para
ser asertivo se necesita aceptarse y valorarse, respetar a los demás,
permanecer firmes en las opiniones propias, comunicar con claridad y
directamente, en el lugar y momento adecuados y de forma apropiada, lo que
se quiere o se necesita decir.
TÉCNICAS ASERTIVAS
Las técnicas asertivas son muy útiles en las interacciones sociales cotidianas.
Con la práctica, estas técnicas son automatizadas e interiorizadas, es decir su
uso se hace prácticamente inconsciente (Herrera, 2007).
- Banco de niebla
- Interrogación negativa
- Asertividad negativa
Para muchas personas no resulta fácil decir “no”, por una serie de razones
(Curran, 1985):
- El disco rayado
- Aserción básica
- Aserción empática
- Aserción de confrontación
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