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Seminario de investigación:

Problemáticas del Campo de la


enseñanza.
SEDE: Goya.
Cursante: Gabriela Nicoletti –
DNI: 36.304.351
Trabajo práctico nro. 1

FORMACION DOCENTE, INVESTIGACION Y ENSEÑANZA

En el ámbito de la formación docente no se ha desarrollado de manera propicia una mirada


profunda sobre la necesidad y conveniencia de la investigación como instancia para la
reflexión y análisis de las propias practicas de enseñanza. La investigación contribuye de
manera decisiva a adecuar las metodologías y estrategias de abordaje pedagógico-didáctico
a las constantes (e innegables) transformaciones en la sociedad y el campo educativo. Esta
investigación no puede pensarse solamente como un requisito impuesto institucionalmente,
sino que debe concebirse como un proceso de gestión autónoma por parte de los docentes
de nuevos conocimientos sobre sus prácticas y, fundamentalmente, sobre el contexto
educativo en el que las lleva adelante.

Para Edith Litwin, la investigación puede abordar un amplio campos de problemáticas


especificas, pero siempre orientando los esfuerzos de indagación a determinar las
consecuencias de ciertas prácticas de enseñanza. Dicha investigación se caracteriza por su
rigurosidad, es decir por un compromiso del docente para sistematizar aquellos aspectos de
su práctica que pueden constituirse en objeto de análisis. Esto supone, en palabras de Gloria
Edelstein, problematizar la enseñanza, agudizar la mirada crítica sobre la habitual forma de
proceder en el aula. De esta manera, es posible, por ejemplo, “desarticular” la convicción
de que la aplicación de un único método de enseñanza en el espacio complejo del aula
garantizaría iguales procesos de aprendizaje y el cumplimiento cabal de los propósitos
formativos. Quizás, en el transcurso de las investigaciones, se descubran otras formas de
abordar los desafíos de enseñanza y la urgencia de otras metodologías y estrategias
diferentes a las que comúnmente se disponen.

Como se dijo, las problemáticas dignas de ser investigadas pueden abarcar un campo vasto
de cuestiones. Lo que importa, siguiendo los aportes de Elena Achilli, es definir la forma en
que hemos de construir la investigación, esto es indicar primeramente los interrogantes que
se quieren responder en función de un problema específico. En mi caso, considero que
algunas de las problemáticas que determinan en parte la tarea docente se relacionan a
nuevas dinámicas sociales y culturales que atraviesan los modos de vida de estudiantes y de
educadores, como la injerencia de las nuevas tecnologías en nuestras formas de conocer e
interpretar la realidad, la emergencias de nuevas subjetividades, el énfasis actual en
diversas manifestaciones de la violencia, etc. No obstante, si tuviese que proponer y encarar
un proceso de investigación sobre uno de estos problemas que afectan directamente (es
decir, en lo inmediato) a las prácticas de enseñanza, pondría el énfasis en el papel de las
nuevas tecnologías en el campo educativo, centralizando en el análisis los efectos de las
mismas en la apropiación de saberes específicos por parte de los estudiantes. No se trata,
claro, de una temática libre de asperezas: las tecnologías de la información y la
comunicación tensionan con los modelos escolares de transmisión, se postulan como
ámbitos en quelas nuevas generaciones construyen sus identidades y los signos que las
constituyen y como espacio (virtual) en que ciertas violencias circulan.

La investigación destinada a esclarecer de qué manera las tecnologías determinan nuestras


posibilidades de construir saberes con otros en el salón de clases se presenta, pues, como un
problema de primer orden en tanto, como señala la propia Achilli, trasciende la esfera
individual del docente para acaparar todo un espectro socio-histórico y cultural en que las
practicas de enseñanza – y la escuela misma – se encuentran inmersas. Así lo afirma
Edelstein cuando escribe: “Como ocurre con otras prácticas sociales, la práctica docente
no es ajena a los signos que la caracterizan como altamente compleja. Complejidad que
deviene en este caso del hecho que se desarrolla en escenarios singulares, bordeados y
surcados por el contexto” (p. 470).

La investigación docente, entonces, es una herramienta formidable para pensar sobre las
prácticas de enseñanza desde perspectivas amplias que hagan posible adecuar las mismas a
la diversidad del aula y a las variaciones sociales y culturales más relevantes para la vida
colectiva. Por otro lado, la investigación docente puede propiciar una actualización de las
preguntas fundamentales que, en la mirada de Amalia Homar, constituyen los problemas
fundamentales del quehacer docente: ¿Para qué enseñar, cómo enseñar y a quiénes?.

En el ámbito de la formación docente, la promoción de un ánimo investigador sobre las


prácticas de enseñanza se torna una política educativa de envergadura y de urgencia
inusitada.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:

 Achilli, E. (2008). El sentido de la investigación en la formación docente. En


Achilli, E. Investigación y formación docente (pp. 17-52). Laborde.
 Edelstein, G. (2003). Problematizar las prácticas de enseñanza. Perspectiva, 20(2),
467-482.
 Homar, A. (2022). Formación docente como campo de problematización de la
investigación educativa. [documento de trabajo]. FHAyCS, UADER.
 Litwin, E. (2008). La investigación en torno a las prácticas de la enseñanza. En
Litwin, E. El oficio de enseñar. Condiciones y contextos (pp. 199-215). Paidós.

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