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Ensayo Calles para las Personas

Nayely Geraldinne Lozano Sanabria

Héctor Alfonso Ospina Vásquez

Diego Everardo Escobar Orjuela

Darío García Ospina

Daiana Estefany Lozano Suarez

Sebastian Benavides Peña

Universidad de Ibagué

Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales

Programa de Arquitectura

Ibagué

2022
El concepto de calle no es tan trivial como podría parecer a primera vista. No debe pensarse
simplemente como un camino para que los humanos conduzcan automóviles de una parte a otra
de un territorio, ni como una simple franja de concreto o asfalto construido para acomodar
automóviles. Las calles tienen una función muy diversa a lo largo de la vida comunitaria: conectar
los puntos del territorio, pero también definir física y formalmente el espacio físico en el que se
desarrolla la vida humana y algunas actividades. Es un espacio donde convive el papel puramente
funcional de la vía pública como espacio de circulación, que participa en la organización y
actividades del territorio, apoyando la circulación de grandes vehículos y peatones.

La historia de la calle siempre se ha desarrollado bajo el supuesto de una sucesión alternada


de significados sociales y un rol puramente funcional. Especialmente en nuestro siglo, esta
situación ha alcanzado un alto grado de conflictividad al coincidir el urbanismo con la introducción
y difusión masiva del transporte vehicular y el enorme crecimiento demográfico de la población.

Aunque ha pasado casi siglo y medio desde que el planteamiento de Ildefons Cerda, y a
pesar de que el coche y su masificación no fueron imaginados, el genial urbanista ha planteado en
su texto todo un concepto de calle, en el que busca la convivencia de la habitabilidad de la calle,
frente a su vialidad. Si bien cree que cualquier proyecto de renovación urbana debe apoyarse en la
carretera, nunca debe olvidarse su objetivo principal, que es mejorar la habitabilidad.

Cuando se observan los territorios llenos de pavimiento, las estructuras geométricas que
solo poseen 90%, la escueta polisemia de símbolos sociales y un vaivén interminable de vehículos,
es que se experimenta una carencia de la esencia humana, entonces nos encontramos con ciudades
que irónicamente no están hechas para nosotros, entonces ¿quién habita estos espacios? Cuando el
urbanismo tiene como propósito solo uno de los 3 postulados frecuentes de la sostenibilidad (la
dimensión económica, ambiental y social) es que falla todo el conjunto en lograr una buena calidad
de vida.

Además, como lo menciona el sociólogo Richard Sennett en su libro “Carne y Piedra: el


cuerpo y la ciudad en la civilización occidental”. Se revela entonces el peso ideológico que ha
tenido la urbanización en la construcción de identidades sociales y relatos colectivos, con lo cual
se evidencia el peso fundamental que tienen los entornos en los habitamos respecto al bienestar
que como especie podemos obtener. Por lo tanto estos artefactos tienen la capacidad de
enfermarnos si no les prestamos la vital importancia que merecen, no solo por el exceso de
contaminación y el aumento de accidentes viales, sino también en como repercuten en nuestra
construcción subjetiva y en las cargas mentales que nos generan; a su vez, las ciudades no están
hechas de tal manera solo por un capricho, sino que de fondo encierran muchas genealogías, como
múltiples historias que habitan todas al mismo momento en que las recorremos.

Por lo tanto, hay un peso de ingeniería social importante, no es gratuito las formas que
tienen, el recorrido de sus vías, las áreas públicas, los centros políticos, económicos y sociales, y
así más variables sobre el porqué de su ubicación y estructura. Entonces si este estado del arte no
nos beneficia y además perjudica nuestra salud, ¿por qué no cambiarlo a modelos de mayor
bienestar?

La construcción de las ciudades en muchos casos ha tenido diversos trasfondos que han
permeado la prosperidad humana, un ejemplo de esto es lo mencionado por Ryan Avent autor
económico y experiodista de The Economist, resumiendo su pensamiento, nuestras metrópolis son
artefactos que permiten construir un capital social el cual es vital para el aumento de la sinergia en
los sistemas y con ello su consecuente riqueza. El capital social es la suma de interacciones que
tienen los individuos respecto a una serie de objetivos que persiguen y es mediante ese dialogo
que se encuentran las vías sobre las cuales transformar su entorno.

Por esta razón, las ciudades permiten la entrada de diversos inversores, sujetos altamente
capacitados, espacios para su encuentro y las herramientas necesarias para su ejecución, todo esto
converge en nuestras urbes. Así que esta proxemia que es la relación psicológica entre los objetos
que hay en un espacio y el ser humano, es lo que posibilita esta creación de nuevas serendipias, de
múltiples posibilidades con lo cual vivir mejor.

Así que dejando claro el peso que tiene el urbanismo en nuestro devenir y su rol en la
construcción de quienes somos y del cómo nos entendemos con nuestra realidad, es que
necesitamos el concepto de urbanismo sostenible, uno que tengan en cuenta las cargas
medioambientales, que aproveche de manera eficiente los recursos que disponemos, además de
que aproveche las cargas climáticas y las use a su favor.

Como lo es el caso de las infraestructuras verdes, las cuales gestionan de mejor manera las
aguas pluviales, brindan espacios de oxígeno más limpio, dotan de nuevas sensibilidades a los
territorios, brindan diferentes estructuras estéticas con lo cual se renueva la ciudad, pueden ayudar
a disminuir el estrés, como en el caso de las zonas verdes, (que se ha evidenciado que aminoran la
carga de esto en ciertas personas) y además de todo esto tienen un tratamiento más lógico y
orgánico para lidiar con las cargas que el sol, la lluvia, la oxidación o las ráfagas de aire tienen en
las estructuras urbanas.

Como otro elemento, vuelve a dotar a las personas de soberanía la cual había sido
arrebatada por la entrada implacable de los vehículos, de esta manera las ciudades están en función
de sus habitantes, con lo cual cambia la cosmogonía que se experimenta en ellas, por lo tanto,
posibilita el encuentro con los otros y así mejora el tejido social, además de brindarlos de un aura
muy cálida, generando con ello ciudades más sanas respecto a lo psicológico y social.

Esta es una iniciativa que ha cobrado fuerza en las ciudades europeas en donde se piensa
que las calles deben ser pensadas para la libre circulación de las personas, limitando el uso del
vehículo particular que en muchos casos generan un riesgo para el peatón y los ciclistas, además
contribuye a la disminución de las emisiones de gases efecto invernadero al igual que la reducción
del efecto isla de calor.

Las ciudades europeas son pioneras en la transformación de las calles en lugares para la
movilización de las personas y sitios de esparcimiento, una ciudad que es ejemplo de esto y además
es estudiada por las demás ciudades europeas es Groningen en países bajos donde habitan 190.000
habitantes de los cuales el 50% de la población se moviliza en bicicleta, al igual que se liberó
completamente del centro de la ciudad de la movilidad de vehículos con el fin de devolverle el
espacio a los peatones y a las personas pensando una ciudad para las mismas y no para los carros
(Groningen, 2021).

De la misma manera Barcelona, España inicio la transformación de algunas llamadas super


manzanas que consiste en soñar con una ciudad que ofrezca una mejor calidad de vida para
visitantes y residentes, aumenten los espacios para ciclistas y peatones, se reduzca la
contaminación y se fomente la vida en la calle y en comunidad, sin la necesidad del uso del
automóvil (García, 2016), es por esto que se inició un programa piloto en donde en el centro de
una super manzana se sacara la circulación de vehículos particulares a excepción de los residentes
de la zona, policías y cuerpos de emergencia, al igual que la reducción de la velocidad para estos
vehículos a solo 10 km/h para de esta manera generar un espacio público para transeúntes,
visitantes y residentes de la zona pudieran disfrutar el mismo sin temor a sufrir algún percance,
esto gracias a la iniciativa de Salvador Rueda y de la vicealcaldesa Janet Sanz. Esta iniciativa ha
recibido gran acogida por la comunidad que ha visto un cambio significativo en cuanto al ambiente,
el aire que respiran y la tranquilidad de estar en un espacio público que los acoge y en donde
pueden compartir en familia.

Este es el nuevo panorama de las ciudades que están optando de la forma que Groninga de
países bajos aplico teniendo enormes beneficios. Entonces parece ser que esta es la nueva corriente
principal del urbanismo, urbes muy verdes, con menos carreteras, con más espacios sociales y que
permitan el reciclaje de que las cargas climáticas tienen sobre las infraestructuras. En definitiva,
espacios más pensados para nosotros que para nuestros vehículos, que al final solo generan mayor
contaminación, accidentes de tránsito y más impuestos sobre su uso.

Referencias

García, T. (22 de Septiembre de 2016). De la manzana a la supermanzana. Obtenido de


Ediciones EL PAÍS S.L.:
https://elpais.com/elpais/2016/09/22/seres_urbanos/1474524000_147452.html

Groningen. (31 de Enero de 2021). ¿La ciudad más ciclable del mundo? Obtenido de
Imbikes Blog: https://imbikes.com/blog/groningen-la-ciudad-mas-ciclable-del-mundo/

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