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ALRAGUARA INFANTIL Diminuto -Diminuto, ag oe By Coleco TEM) i npg UARA iil INFANTIL ay a 799 omen 2 ula, A ar Alga SA e: ft sin, Soke 1 cers Se niaan_ CN 9 ce aa fl Ison; 99504637554 Fico el epi gue mare I Ly 11.723 Imece en penn, Pred i renting Pres cla 2014 ‘ime vempres: ature de 2014 coor de tert nfl y eve i nono Mas is our Normee Died coke Mass Esa Sas mtd ne nmin - Ce Anno sen aes 216 san sre assrss4 le ey in Te coon sa gi oc ose chemise ‘Rape She npc, cectaops, me Saisie on rc pom peio reo deca Seanmuana Diminuto yel go de oo Liliana Cinetto insteciones de O'KIE-MG Cariruto 1 guinsea POR Ove pia Pans a0 8 OO emia V 19 2eDHAzI8S gp090808 30 B58 O89 BED 89% 28 089 Ou Diminuto y yo terminemos sempre metidos en un lio eemendo e algo pe no le excaia 2 mai, Porque siempre ae pexemosen Los remendos. Desde que lo encontré en a calle y me lo levé a casa escon- Fido en el bolsillo no paramos de meternos en tos. Empezando por el que se armé cuando mi familia (que no me dejaba tener pero) lo descubrié. O el que se armé cuando Diminuro Ie hizo pis en la blusa nueva a la cascarrabias insoportable de Carolina, mi hermana, que no queria pero porque decia que le daban alerpia y’la hacfan estornudar (aunque a ella rodo le dh alergiay la hace estornudat). © el fo con ‘mi maestra, a la que Diminuto le mordié el dedo cuando todavia no habia aprendido que los perros no van a la escuela ni tienen que morder a las maestras de cuareo grado 8 porque pueden envenenarse. Y mejor pj hablo de los otros ios, como el del canal de televisién, cuando lo levé al casting de mag. cotas. O d de las vacaciones en Polvaredas, en la casa de mi tia Dolores, cuando nos enfren. tamos con los fantasmas. O el que se armé AQ@ en al barrio, cuando aparecié el monstruo subterrineo.. Si, Diminuto y yo siempre termina- mos metidos en, lios tremendos. Es cierto, Pero, si me hubieran dicho que Diminuto y yo tbamos a meteros en problemas por el asunto del ftbol, ahi habria dudado. Es que Ja verdad, la verdad, nosotros dos no naci- ‘mos para el fitbol. A Diminuto mucho no = le interesa, Creo que es porque la pelota es demasiado grande para él. En realidad, todo ‘demasiado grande para mi perro, que mide tres centimetros de largo por dos de ancho, duerme en una cucha de caja de fésforos y usa una correa de pion, Por eso prefiere jugar con el excarbadientes que yo le tio lejos y que 4 vaa buscar (es que los palos también son demasiado grandes para él). el 0 Y aunque la pelota no es demasiad grande para mi, mi carrera como futboliga hasta ese momento habja sido més bien breve Empezé cuando pateé la pelota que me habiy regalado mi madrina y terminé dos minutos mis tarde, cuando rompi en mil pedazos el vidrio dela ventana de casa y mi papa casi me mata. Después de ese primer episodio des- afortunado, segut insistiendo con el asunto del firbol (porque soy especialista en insist) y retomé mi carrera al poco tiempo. Pero decidi abandonarla debido a algunos inci- dentes menores, insignificantes casi, como pegarle en plena cara a Carolina o volearle a ‘mi papé el balde con agua sucia sobre el auto que justamente terminaba de lavar 0 estam- par la pelota contra la torta de chocolate que estaba decorando mi mamé con crema y dulce de leche y... En fin. Como dije, Dimi- nuto y yo no nacimos para el fiitbol. En mi caso ¢s, segiin mi pap, porque en mi fami somos todos patadura, y él desde chico fue patadura y sigue siendo todavia un patadura y yo soy igual que él, un patadura. Segtin ni mamé (que ¢8 mucho més creaiva que i pap pars. dar expicacones), es porque igo ors vires Y ors habilidads que no son las deportivas, y no todos podemos her aento ara las mismas cosas en I wi, y e mundo serfa aburido sino fuéra- vos todos distintos y... qué sé yo cudntas foeas mas. Y segin mi hermana Carolina, porque soy un inGtil descerebrado, atc wie no sirvo para nada, jatchis, excepto para wolestarla a ella a cada rato, jatchil, y para fastidiar sin para, jatchis! Lo cierto es que mucho no me impor- sé abandonar mi incipiente carrera de futbo- lisa. Porque, en realidad, mi suefio nunca habia sido ser campedn de fiitbol, jugar en laSeleccién o hacer goles espectaculares. No, mi tinico suefio siempre habia sido tener perro, Desde que era chico. O. més chico. Bueno, desde que aprendi a hablar (porque antes no sabia pedir perro). Toda mi vida habia insistido ¢ insistido pidiendo perro (porque, como ya les dije, soy especialista en insistt). 12 ué querés de regalo para ty cumple? —me preguntaban cada afio. Y yo contestaba: —Un perro. {Qué querés para el Dia del Nifio? —Un perro. {Qué le pediste a Papé Noel en la cartita? —Un perro. —;Qué querés que los Reyes Magos te dejen en los zapatos? —Un perro. Y cuando trafa el boletin leno de “Excelente”, “Te felicito”, “Muy bien 10”, “Sigue ast”, “Adelante” y me decfan: “Qué querés de premio2”, también contestaba: —Un perto. Si, mi Gnico suefio siempre habja sido tener perto y, aunque me cost6 convencer 2 mi familia, finalmente conoci a Diminuto, ‘que es el mejor perro del mundo y que, ade- més, es mi amigo. Jamas nos habia hecho falta el fitbol para pasarla bien y divertir- nos. Es mas: hacia no sé cuanto tiempo que 18 al club de mi bartio, al que, a pesar frombre, Club Social y Deportivo stsxico de Multitudes, no le quedsban mis i ier socio, todos de ciento ocho afos y i, que solo iban a la tarde a jugar as pochas oa las cartas. "—jQué léstima que esté tan venido abajo —se lamentaba mi tia Dolores, que apoca vitalcia y que también tiene ciento Saho aos ¥ medio (o mds)—. ¥ pensar que, suando era chica, me pasaba los veranos en ia pilea olimpica o alentando en el estadio af equipo de fatbol, que siempre sala cam- pen intrbarsal. Y los bailes que se hacian ara los Carnavales eran tan lindos... En realidad, més que venido abajo, club era una ruina. La pileta estaba tan descascarada como mi tfa Dolores y el agua quele habia quedado en el fondo quin sabe desde cuindo se haba convertido en un pantano maloliente y putrefacto en el que no se atreverfan a nadar ni un sapo corto de vista ni un cocodrilo desesperado. La can- chita, ala que la exagerada de mi tia Dolores no iba de 0 4 Llamaba estadio, era apenas un potrero pol. voriento, en el que no crecia ni un miserable yryito, Los arcos estaban chuecosy sin red y Jas tribunas tenian los tablones tan apolillados que era mejor no sentarse a menos que uno (quisiera terminar de cabera en el suelo. Nada fancionaba bien en el antiguo vestuario, nj siquiera el inodoro, ¥ de las duchas sali un hilto de agua llena de 6xido con el que uno se congelaba en invierno y se quemaba vivo en verano. En la confiteria no quedaban més que set sills, una con las paras rots, yun tlevisor viejsimo, en el que solo podian vyerse tres canales y en blanco y negro. Y pensar que conocimos épocas de gloria... —s lamentaba don Salustiano, presidente del club, que @ falta de recursos de empleados también servia el café y le pasaba el plumero ala vitrina donde se exhi- bian las copas y los trofeos que habian gana- do en distintos torneos—. Miren sin. Y enderezaba los cuadros torcidos que colgaban de la pared, uno grande con la horrible y colorinche camiseta del club qmarcad ¥ 01705 con fot05 vi fas que mismo posaba junto a sus compa- eros de equipo. "Esra es cuando salimos campeones andl 37. Y esta cuando ganamos en el 46, {Pest después de un gol de oro... ‘A mi me daba un poco de pena don salustiano, que siempre le hacia mimos 2 Diminuto cada vex que nos lo cruzdbamos enlacalle. “Cuando quieras, veni a pelotear ‘un rato con tus amigos —me invitaba, Pero nadie iba. Los chicos que juga- tan bien, como Nico, el de 4° B, que era medio nariz para arriba, preferian Ia escuelita Semillero de Campeones que estaba al lado de las vias y que tenia una cancha de césped sintético. Pero al Club Social y Deportivo “Adético de Multitudes no iba ni el loro. ‘Menos que menos, mi perro y yo, que éra ‘mos malisimos para el ftbol, Por eso, jus- tamente, jamés imaginé que Diminuto y yo amos metemnos en un lio tremendo por dl asunto del Ritbol. El io del gol de oro. Carfruto 2 aaah U3 GURNTO GAO amIPAZS an, ‘uo 28s POTS, AUANS ToDAyA {19 SIASLO BAL, aL o8 ORI Toto cempeab en la clase de educa- cd6n fisica. Ese dia, como mi maestra estaba enferma, en el patio nos juntamos los dos cuartos, Cansados de hacer la vertical, la vuel- ta de camero para adelante y para atris y la rmedialuna, los varones le pidieron permiso al profesor para jugar un picadito, mieneras las chicas ensayaban no sé qué “coreo”. Uno de ls que insistiae insstia era Nico, el nariz parada que va ala escuelita Semillero de Cam- peones y se cree que es Messi —Dedle, profe, un rato, Mientras las chicas bailan... El profesor acepré. —Bueno, organicen los equipo ustedes. Pero nada de peleas —nos advirt Nico, por supuesto, empezd a man- donearnos a todos. 18 —Yo voy de 10. Pablo y Lucas, jue- gan para mi, de delanteros. Ustedes dos, de defensores. Mati, vos vas de arquero y... ‘A mi no me importaba demasiado porque sabia que no iban a elegirme ni para aguatero y ademas no me interesaba jugar, Pero a Pancho le dio rabia. — jh! Pard. Hagamos una pisada, Pancho es uno de mis mejores ami- gos, junto con Pablo y Mateo. Los tres viven cerca de casa y en la época en que no me dejaban tener perro, yo me confor- ‘maba jugando con los de ellos. El de Pablo cs Pelos, un pastor inglés tan peludo que hay que mirarlo con atencién para saber dénde tiene la cabeza y dénde la cola. El de Mateo es un bulldog con el hocico arru- gado y cara de malhumorado, pero muy mimoso. Se llama Sargent Pepper porque al padre de Mateo le encantan los Beatles. El de Pancho es Nelson, un salchicha muy simpatico, petiso y un poco regordete, igual que su duefio. Diminuto y ellos se habian hecho amigos enseguida y, cuando vamos 9 ‘la plaza, los cuatro juegan juntos y corren de ach para al hasta quedar con la lengua Pancho adora el fiitbol. No es tan idaso como Pablo, pero le pone cora- gn, como dice mi mamé, que es tan crea- ta. Y, aunque Nico le lleva como quince fentimetros, se animé a hacerle frente. E] otto lo miré desde arriba como si fuera un 10 aplastado y se le rio en la cara. —Una pisada? —repitié sobrador y ledio un empujén. Mi mamé siempre dice que el dislo- goes la mejor manera de resolver las dife- rencias, que la violencia no nos conduce a ninguna parte y que la gente se entiende conversando. Papa, en cambio, dice que no hay que peleas, que no es bueno pelear y que es mejor no pelear. Pero yo no podia dejar que el nariz. parada de Nico tratara asi a mi amigo. Por eso me meti. Preparé una mirada aterradora y fulminante para ver si con eso se asustaba y me paré delante de él. —Tiene razén. Hay que hacer una pisada para armar los dos equipos —le dije. 2” Mi mirada aterradora y fulminante no dio resultado, Porque Nico no solo no se oust, sino que me empujd ami también, ‘eyo no me calé como Pancho. Qué ¢No sabés qué es una pisa- da? BI que gana clige primero. ;O acaso preferis algo més sencillo como un Tate-ti ‘9 Una-do-li-tua..? —me burlé. Se oyeron algunas rsitas desde atris Y Nico se puso verde. quién habla. Si vos no sabés nada de fitbol, tronco. Escierto. El fitbol no es lo mio, pero tampoco era cuestién de que me Iamara asi. —Si soy tan tronco, no sé por qué tenés tanto miedo... —lo desafie. — Miedo? Dale, hagamos la pisada. Vos y yo. 'Fso no entraba dentro de mis planes. Yo estaba defendiéndolo a Pancho, pero no tenia ni la menor intencién de jugar. Claro que ya no me quedaba més remedio que aceptar. Acababa de meterme en un Ifo. Sus- piré resignado y empezamos: aunque a Pan... —Queso... —Pan. —Queso. —Pan... Yo no sabré jugar al fiitbol, pero soy experto en el Pan y Queso, Debe ser por todas las veces que la piso a Carolina. La cuestién es que le gané al grandulén de Nico y empecé a elegir primero a mis compafieros. —Pablo —dije. Nico se retorcié de rabia porque queria en su bando a mi amigo, que juega superbién. —Lucas —me contesté él y me hizo una sontisita torcida, porque Lucas es un erack, —Pancho —sefialé yo. —Mati —me retrucé él. Lo légico hubiera sido que yo siguie- ra eligiendo a los mejores, a los que eran compafieros de Nico en Semillero de Cam- Peones. Pero yo miré a los que esperaban 2 ansiosos, con esa cara de ACAESTOY y prefer{ cdegir en a pisada a los que siempre quedan para el fina, a los que nadie quiere, a lox froneas, como yo. Total, ibamos a perder lo mismo, Pero uno se divierte mds cuando juega ‘on los amigos. Pr e50 lo deg a Mateo, que te mis paadura que yo al Pinchu, que s€tro- pea hasta con los cordones de lo zapatos, al Colo, que usa unos anteojos gruesos... ‘Comenzé el partido y ya ensegui- da, como dice el comentarista de la tele, se noté la superioridad de los ivales, que nos hicieron tres goles en dos minutos. Al rato, perdiamos 7 2.0. Vamos bien, chicos. Ya casi los tenemos —los alenté para que el equipo no se me desmoralizara. Y parece que dio resultado, porque Pancho le robé una pelota al mismisimo Nico y le metié un pase tremendo a Pablo, que convirtié nuestro primer gol. Lo gritamos como si hubiera sido de verdad un gol de oro, ese con el que se gana cuando los dos equips siguen empatados, 8 después del tiempo suplementario. Pero no ea.un gol de oro, porque seguiamos per- diendo por goleada. Por eso no se justifics af patadén que le metié Nico a Pablo y que Io hizo caer, retorciéndose de dolor. Y ahi se armé el lio. Porque todos empetamos a pelear y el profe tuvo que seni a separarnos ayudado por las maestras de los otros grados, la portera, la sefio de misica y el hombre que atiende el kiosco. Por suptesto, terminamos en Direc- cién escuchando el setmén de la directora. —Una vergitenza.... chicos grandes... porarse como salvajes... Y no me digan que el otro tiene la culpa porque todos son responsable... Yo no escuchaba el reto completo, porque cada tanto miraba de reojo a Nico, que no me sacaba la vista de encima. Ade- mis estaba imaginando la cara de mi papa. Seguramente, cuando Hlevara la mala nota que iban a ponernos, iba a gritarme sepa- rando las palabras en silabas, que es lo que hace cada ver que se enoja. a Pero para mi sorpresa No nos pidie. cuaderno de comunicaciones ni nox oe ‘una mala nota, lo cual hubiera eto macho mjor que 10 que la directora nos pid. % —Para que esto no vuelva a ocurti, en lugar de un castigo, tendrén que apren. dera trabajar juntos. Yo casi me desmayo al escuchar eso, {Arabajar juntos? ;Con el nariz parada? Eso era peor que dormir con una boa cons. trictora de esas que te tragan enterito sin mastcarte. —Asi que, para mariana, cada uno va amar una propuesta para realizar un proyec- 19 solidario en nuestro barrio y después de votar el que més les gusta, van a organizarse yaa trabajar todos juntos para concretatlo, Sali de Direccién arrastrando los Pies. Nico pas6 al lado y me dijo bajito para que nadie pudiera escuchar —Esto no termina acé, tronco. Y no iba a terminar abi, claro. Por- que, aunque ya estaba metido en un lio ttemendo, todavia me faltaba saber lo del gol de oro, Cartruro 3 an Gt OUR NO 88 NE osURE NADA PARA GL, PROVASTO SaLgnARZe y pasPUES ORASNUTO mz ayUDA Gomse86 oe das, cuando lle- gué a casa del colegio, Diminuto vino a recibirme moviendo la cola y ladrndome con varios guaus finitos. Yo le hice mimos detrs de las orejas (que son los que mas les gustan a los perros) y me fui a mi habitacién pensar en el proyecto solidario. Enseguida, Diminuto me trajo el escarbadientes para jugar. —No puedo ahora. Tengo que hacer esta tarea —le expliqué. Siempre le explico todo a Diminuto Es que, en la época en que queria tener perro yyno me dejaban, mi madrina me regalé para conformarme una Enciclopedia Canina de diez tomos. ¥ en el tomo seis hay un articulo de psicologia que dice que hay que explicarles todo a los perros. 2 Y Diminuto entendié, porque se acos- 16 en su aucha de caja de fésforos, con las orejas caidas, esperando a que YO terminara mi tara, Pero yo tenia tanta rabia que no se me ‘ccurria nada, salvo contratar a una bruja para ‘onvertira Nico en sapo, algo que seguramen- teno baa convencer ala drectora Y, después de no sé cudnto tiempo abollando hojas que tiraba al acho de la basura, no solo no ter- ming, sino que solo habia logrado escribir el titulo “Proyecto solidatio”. Ni las milaneses con papas fritas que preparé mamé para el almuerzo lograron que me inspirara. —Listima que Leti no esti. A ella seguro que se le habria ocurtido algo bueno —me lamenté, al recordar que mi compafiera, ‘mi amiga, mi... bueh... la chica con la que hhabfamos resuelto el lio del monstruo subte~ rréneo se habia ido de viaje con los paps y no regresaba por un par de semanas, Lacuestin era que estaba solo, ;O no? —Diminuto, za vos se te ocurre algin proyecto solidario para nuestro bari 2 Diminuto alzé las orejas, me contes- a6 con vatios guaus largos y fue a tract sa corteita de piolin, como cada ver que quiere que lo saque a pasear. —Te dije que ahora no puedo —me disculpé. Pero Diminuto insistié insists (porque en eso se parece a mi, que soy insis- tidor). Me tocaba el brazo con la patita, iba hasta la puerta y volvia, seftalaba la correita con el hocico, ladraba... Y entonces entendi. Porque Diminuto seri perro, y perro chiquito ademas, pero es muy inteligente. Claro! :Cémo no pensé en eso? Sos un genio, Diminuto! —y lo abraoé fuerte, antes de salir con dla dar una vuelta por el barto, Porque eso era lo que Diminuto habia querido decieme. {Qué mejor manera de decidir qué podiamos hacer para mejorar barrio que recorrerlo? Lo primero que pensé mientras caminébamos fue arreglar la plaza. Pero descarté la idea de inmediato. Después del lio con el monstruo subrerrineo la habjan remodelado a nuevo y estaba preciosa, con hhamacas, toboganes, sube y bajas... Ni flo res le faltaban, porque los canteros se vefan impecibles. Pinar la escuela, tampoco. La intureria habia donado no sé cudntas latas yleacababan de dar dos manos el mes anterior De un color horrible, s0 si: amarillo huevo. jLimpiar los terrenos baldios de basura!, se me ocurtié, No quedaba ninguno. En todos, como decfa el cartel de la Construc- tora Nuevos Horizontes que habia en la entrada, se erigirfa una torre de cuarenta pisos, con departamentos de categoria con dependencias y amenities piscina, solé- rium con deck de madera, gimnasio, sauna, S.U.M., quincho con parrilla, lavanderia, wi-fty cocheras. Me parecié raro lo de las torres, porque ri bartio es antiguo y solo tiene casitas bajas, ‘con patios, jardines y calles empedradas. Igual, todavia no habfan empezado a construit nada, Solo habfa un pozo profundisimo, seguramente para los cimientos, como pude comprobar al espiar por las rendijas de log tabiques dela obra en los que habfa pegadas publicidades y unos papeles con letras que alguien habfa arrancado. Ctav... alcancé a jeer en uno. No le di importancia y, como no podia perder més tiempo, seguimos ando con Diminuto, Llegamos incluso hasta el rfo. Pero no se me ocurria ninguna ‘dea para el proyecto solidatio, Desalentado, ya estaba regresando a casa, cuando pasamos por la puerta del (Club Social y Deportivo Atlético de Multi- tudes. Diminuto se puso como loco. Empe- za gruiiir y a olisquear y a ladrar. Qué te pasa? le pregunt Fue entonces cuando los vi. Dos hombres: uno de ellos me daba la espalda, otro tenia cara de zapatilla vieja. O cara dde malo, Estaban en la entrada y hablaban en vor baja. Pero yo estaba acostumbrado escuchar a Carolina cuando susurtaba por teléfono con sus novios y sus amigas y tenia oido entrenado. Asi que nos escondimos detris de una columna y paré la ore 2 No va a poder pagar —decig uno. La deuda es demasiado grande, Y, fen cuanto entre a remate, nos quedamos ee ane econ oxo. El terreno es enorme. Habria que demoler el edificio, aunque igual se cae a Si, y cortar toda esa arboleda del ue re BL daicnprobletna)es el wich = Hablé de gol de oo, Sis verdad... > —No te preocupes por esa pavada, jo delira. —Mird que si llega a se cierto... —Exo del gol de oro es un cuento chino. Los dos hombres se subieron a un auto timo modelo y partiron a toda velo- cidad, sin notar nuestra presencia. Quiénes eran? Hablaban de demo- ler el club y de cortar la arboleda. ;Para qué? Me dio un ataque de curiosidad. Y~ ya se sabe que nadie resste un ataque de é 4 a curiosidad. Menos que menos yo. Por eso, ‘cn cuanto se fueron, entramos al club, Parecia que no habia nadie, porque todo ‘estaba en silencio. Ni los diez socios de tento ocho afos y medio habian ido ese dia a jugar a ls bochas 0 a las eartas. Pero en un rincén de la confiteria, sentado sobre una silla vieja estaba don Salustiano. Tenia Ja cabeza entre las manos y creo que se secaba una lagrimita con la manga, cuando se dio cuenta de que estdbamos ahi. —Hola, Fede —me saludé y acaricié a Diminuto—. {Qué alegria me da verte! Veni que te sirvo algo para tomar. Mientras abria una borella de gasco- sa, miré con nostalgia los cuadros torcidos que colgaban de las paredes y se puso otra ver triste, —;Sabés, Fede? Este club lo fundé mi abuelo. El con sus propias manos planté los érboles del parque. Tienen més de cien atios. Sofaba con darle al barrio un lugar para que la familia se reuniera a disfrutar del aire libre y del deporte. Pero ahora... % A don Salustiano se le quebré la vot. —;Ahora qué? —quise saber, —Ahora tengo demasiadas deudas, 5 no pago pronto, me van a rematar el ‘Jub. No sé qué hacer. Tengo que conseguir Ioantes posible el dinero para pagar lo que «debo. Pero ;cémo? Solo el gol de oro podria salvarme.- El gol de oro... Era lo mismo que fubian mencionado el hombre con cara de mapatlla y el otro, el tal Stafini. Yo no entendia qué tenfa que ver con todo esto un gol de oro y ya iba a preguntarle a don Salustiano, cuando, de pronto se me ocurrié algo, Era un poco loco, si, Pero. —No se preocupe, don Salustiano. Yo puedo ayudarlo. El pobre hombre me miré como si me faltara un tornillo. — Vos? :Y cémo podrias ayudarme? —Mafiana vengo y le explico —le dije mientras salfa corriendo hacia mi casa. 6 Es que tenfa que esctibir lo que iba , presentarle ala drectora porque al fin habj, encontrado una buena idea para el proyecto solidario. Capfruto 4 SRPGZAROS A Ramzan wo gsT0 BOUNDARY ITAA Gos 3 1ETO BOI UI 9 POR BL ASUETTD oat ATA Cri auc fue mis sencilla de lo que esperaba. Sobre todo cuando leyé mi propuesta, que hablaba de la “impor- tanca del deporte en la formacién integral de ser humano” y de “rescatar un ambiente tan cecano a nuestra esencia y nuesttas rales donde se reine la familia y se fomenta la sana competencia y el compaferismo” y “salvar Arboles singulares plantados por vecinos pres- tigiosos que han dado sombra a varias genera- clones y que son a la vez indispensables para al ecosistema por constituir una inapreciable fuente de oxigeno,..” y qué sé yo cudntas sas més que me dict mi mamé, que es tan eatva y tiene vocabulario especifico. Es que en cuanto llegué a casa, les conté lo del pro- ecto solidario (sin darles detalles de por qué "0s o habla pedido la directora) y mi idea de SS s reacondicionar un poco el vigjo dub y organ, rar algunas actividades para recaudar fonds, —Asi don Salustiano podria pagar lay deudas —les expliqué. —Me parece una gan idea, Fede —oping ani mami. Demoler ese club seria un ver. dadero atropello. Es una institucién, —Si, un atropello —repitid mi papi aque estaba de acuerdo con ella, pero noes tan Y es que habiamos empezado prictica diaras con una rutina estricta que inclu abdominales, tote, estiramientos, sprint salts hacia atiba y hacia los costados, cér.. ners, tros libres, disparos al arco desde dis tintos Angulo... Ademas de una dieta sani y equilibrada que habia sugerido Mateo, sin salchichas ni hamburguesas ni papes Stas y con verduras hidropénicas hasta et los canelones. —Yome oy avolvercanario comin | do eso —protestaba Pancho, Ademés teniamos charlas técnicas # ‘argo de don Salustiano, que nos explicab? ‘icticas especiales y jugadas preparadas. = 2. ll” OD 4 —Con una defense. muy cera, una jugads de pelota parada te define partido un campeonato, Hay técnicos gy prefieren dejar todo en manos de las i dualdedes y dates libertad para que hag, Jo que saben, Pero lo mejor, para mi, es 4 juego de equipo —nos decia—. Y usted, tienen espiritu de equipo. Yo anotaba todos los consejos pa no olvidarme de nada y para aprender ¢ vocabulario especifico: No pegarle de pun, tin... Patear de chanfle con la cara interns del empeine... Apuntar abajo y a los éngu. los del arco donde es més dificil de atajar... Pero nada me sala bien. Si querfa pasarle pelota a Pablo, que jugaba de wing derecho Porque era ripido y el mas habilidoso, ter ‘minaba pateindosela al Colo, que era defen- sor i2quierdo, Si querla hacer un centro, hi ‘mandaba ala tribuna. Si querfa cabecear, k Pegaba con la oreja0 con el codo o con el. —Soy un desastre, Diminuto —le Comentaba a mi perro, que me ladrabt ‘guaus fnitos para alentarme, late 55 sin embargo, a pesar de minut gbeamplea pars el ftbol, enconcé tina ign ideal para mi, Ni arquero ni central ral ni mediocampista ni enganche Bie No, yo jugaba de molestador. Ya eno existe, pero como no podia dominar Fela al menos podiafastidiar a los que lapenan. Después de todo soy especalsta te molest. Y si no, que le pregunten a Canlina. Asi que, cada vez que alguno de los choos tena la pelota, yo le saltaba ade- lane le cerabael paso, le bailaba alrededor, le mova los brazos, lo desconcentraba, le cantaba “El payaso Plin Plin...”. Y daba bastante resultado Lo cierto es que mis compafieros me habian elegido capitén porque era el alma del cquio, el encargado de levantarles la moral y laauoestima, de lenatlos de energia positiva Y ts cosas que fu aprendiendo en nuevos Gjrcos del programa “Libera tw karma’, 4ue habia empezado a mirar con mi mamé. Yasiestébamos, entrenando y remen- dando el cub de don Salustiano y, excepto are ——. ~Y 36 ve ass Eos el PEO? ea orton dl ftbo,parecta que ls I han sobre raed. Pero emer case Justo la noche cn a que emp Ballo del gol de 070 Capiruto 6 QU BFIPS3ZA FUSTANANTR 38 68 nuda BBL 30% BE 929 {Fie tna aschben gue slo ae dabamos en el cub don Salustiano, Diminuto 17" __ Alas ocho y media a mis tardaren casa porque ya se pone oscuro y no me gusta que andes por la calle y ademds quiero cenar temprano y... —no sé cudntas cosas mis me dijo mi mam4, que es creativa incluso para decirme a qué hora volv Me habfa quedado més tiempo que misamigos porque era el encargado de regar el pasto de la canchita. Lo hacia con una manguera larguisima, de la que salian ciento cincuenta y siete mil chortitos, porque esta- ba pinchada por todos lados. A Diminuto leencantaba acompafiarme mientras regaba Y se entretenfa persiguiendo los chorritos. ‘Terminaba empapado, eso si, pero yo lo 38 dejaba porque no hacia fifo ¥ porque gg tan chiquito que, después al legara casa, js secaba en un minuto antes de que mi pap rita separando las palabras en silabag de que mi mamd empezara con sus protes, tas creativas como: “No mojen el piso que sme deslomé limpiando todo el dia porque en esta familia la tnica que limpia soy yo y nadie me ayuda y..”. ‘Sin embargo, esa noche Diminuto ‘no queria perseguir chortitos. Andaba por cl pargue gruiiendo y olfateando, iba y venia nervioso, ladraba con guaus largos,.. Al principio no le presté atencién porque ‘estaba practicando un nuevo ejercicio de “Libera tu karma” que acababa de aprender en la tee y que les habia explicado a mis compaiieros ese mismo dis —,Qué es visualizar? —me habia preguntado el Pinchu, —Es como sofiar, pero despicrto le aclaré yo—, Tenemos que cerrat los ojos y ver- ‘nos jugando bien y haciendo goles y el cerebro se convence de que vaa ser as. 9 fin realidad ni yo estaba muy seguro geque dea resultado, aunque no me costa- feRida con probar Por es, mientras rega- bar me vsualizaba ganando el Campeonato Mondial de Fatbol, recibiendo una copa enorme después de haber convertido el gol deoro y no sé cudntas otras cosas (porque también soy creativo como mi mam). La cuestién es que mi perro no me djaba concentrar con sus grufidos y sus hadridos y lo reté, pensando que habria algin gato merodeando por ahi. Y como a los gatos no le gustan ni medio —No me distraigas, Diminuto. A final le presté atencién, Porque los gtutidos los ladridos eran més y mas fuer- tes. Y Diminuto serd perro, y perro chiquito ademas, pero es intuitivo. Y siempre se da cuenta cuando algo anda mal. —Qué pasa? —le pregunté. Yentonces la vi. Una sombra, Alta. Alt sima, Enorme. Bueno, no tanto, pero... Gato ‘o podia ser, eso seguro, Asi que pensé que era don Salustiano, porque habia aparecido al 0 que el hombre wsaba com, pasaba horas revolvieng, ‘Cuando la sombra salié cortieng, "fondo del cub me di cuenta dy fa ser don Salustiano, que cam despacito. Aa Bila Joco. No dejaba de ladray oe ir hacia alld. Yo no lo dejé, ey peer Podia set un ladrén. Pero jqug poianrobarse del cub? Los vasos raj, res; as cortinas viejas de mi tla Dolores, Ia tapa del inodoro, las cucarachas...? De todos modos tuve un poco de miedo, y eso que Diminuto y yo ya enfrentamos teres escalofrianes como los fantasmas,« ‘monstruo subterraneo, la maestra de cua. to, mi hermana Carolina... Fue en ese momento cuando escuché la vor de don Salustiano llamandome desde la confieria. — {stds bien, Federico? Yui paraalld. Tave que arrastratlo ai Perro, eso si. Y es que él queria ir detrds dele sombra, Porque Diminuto ser perro, y perro que no podi na siempre 6 chiguito adernds, pero es mis cabea dura que yo.Y cuando se encapricha con algo... — {Qué pas6?- —me - pregunts preocupado don Salustiano—, ;Por qué Jadraba asi Diminuto? —Vimos una sombra... saliendo del cuartito... —le conté, Don Salustiano se puso pélido, — stds seguro? —Si, al principio crei que podia ser usted, pero corrié hacia el fondo —le conté, —El gol de oro! —exclamé, *Y dale con el gol de oro”, pensé. Es que don Salustiano ya lo habia mencionado como quichicientas veces sin que yo supiera a qué se referia, Iba a pre- guntarle de qué gol de oro hablaba, pero él se fue enseguida hacia el cuartito y no me quedé més remedio que seguirlo. Cuando entramos me quedé con la boca mas abierta que no sé qué. Porque el cuartito estaba patas para arriba, como dice mi mamé, que es tan creativa, cuando va a mi habitacién y la ve un poquito desordenada. ze a 63 En realidad, el cuattito ian ¢ 4 —dijo y crei que ibaa estado acomodado. Peo ahora aise hay ail : revuclto las plas de papeles, habia Myon’ decisles que entré un los cajones del escritorio y habia rey. quel alta algo. Jas ciento cincuenta y siete mil noo It6Y TS puedo —se lamentd don catorce cosas que don Salustiano tenia ann jgno— No s¢ si falta algo. tonadas en los estantes de la biblioteca, ""* St" Yo entendia un pepino. Diminuto olisqueaba todo, grg, Pero n0 die que le robaron el gol iba hasta la puerta, regresaba y me ledna eoro? —quise saber con guaus un poco largos y un poco fairs y yo, que entiendo mucho de petros, meg cuenta de que me hacfa un reproche, Si, ya sé que tenfas razén —ny disculpé—, Perdén por no hacerte caso Don Salustiano levanté un par de carpetas. despanzurradas, unos libros de historia, unos mapas antiguos y unos cu dernos a los que les habjan arrancado ls hojas. —El gol de oro —volvié a repett. No era momento para aconsejatle que hiciera los ejercicios de relajacién 7 respiracién de “Libera tu karma”, Por esolt propuse que llaméramos a la policfa. hombre movi6 la cabeza de un lao a oon gé, Nunca tuve el gol de oro. Nisiquiera st si existe. Yo sospechaba que a don Salustiano le falaba algin tornillo. O varios, Bastaba ‘con ver como miraba a mi tia Dolores 0 ‘scuchar c6mo hablaba de ella. Una mujer tan especial. (Si, muy xpi, casi como el eslabén perdido 0 como alYei) Yan simpética... (UF Igualita que un cocodtilo con dolor de muelas). ¥ lo bien que ‘xin... (Delicioso, Pregiintenle a las cucara- cht), No sf cémo no se ha csado todav (os los novos salieton huyendo). o fein | Si, a don Salustiano le ee | tornillo, Eso era seguro. 1gu# ¥” gunté: entender ese lio. Por eso le eo eidcow — Como que nunca | Lo menciona. | —No, nunca lo Oe — , acne ” cuando yo et " cr eee Solo hay que descubritlo vali, fas Pero no sé dénde puede Se Terese revisand ls papeles yn estar ji 1a pista..+ ence gu es el gol de 070, Co Salas pombre se alz5 de hombres. —No sé. pie pas6, Me dio el ataque de curiosidad. Podria haber resistido, es cierto. Jos ataques de curio- Pero no pude, porque * sidad son irresistibles. Al menos para ml Ke f terme: Por eso, aunque sabia que podia mete en otro lio tremendo, decidi averiguar 4 cuernos era el gol de oro. don Cantruve 7 GO D0M08 sHPRARAS A 5 O08 BRA a, gan pe ee BOAR P ancho no entendia cémo ibamos a buscar el gol de oro, si no sabiamo qué era. E50 es un detalle menor —le contes- té yo, que habia reunido a todo ef equipo des- pués de la practica de fiitbol Para contarles mi plan—. Para mi que el padre de don Salustiang no hablaba de un gol, sino de ‘otra cosa valiosa ala que lamaba asf. Como una metifors —@Meta... qué’—preguntéel Pinchu, que no domina el vocabulario especific, —Eso que ensefé el otto dia la macstra. Algo que se dice de una manera, Peto que se refiere a otra —le expliqué—, El RY?) Por ejemplo, es una metéfora para hablar del sol. ¥ el gol de oro puede ser una ‘metéfora para hablar de un tesoro. Com, GUE tesoro? —repitié el Colo—. ‘Como los que enterraban los piratas? we Y no les dije que cualquier era mejor que enftentar a Nico y 2, Semillero de Campeones para no dein, * lizarlos. Es que no progresdbamos. Nj, Jos ejercicios de visualizacién de “Libera karma’. Patedbamos torcido, errébamos in penales, nos cafamos... ¥ cuando hactiry tun gol, era en contra. —Cémo que era para el otro de: —+e extrafiaba el Colo, que jugaba sis anteojos y no veia casi nada. El Ginico que se destacaba era Pablo, pero con uno solo que jugaba bien no tbe ‘mos ni para adelante ni para atrés. Y ls dias pasaban. El siguiente domingo tenix mos que enfrentar a nuestros rivales. ¥, semana, don Salustiano debia saldar por ‘menos una parte de la deuda. Por eso nus mejor opcin era encontrar lo antes posible # « tal ver podsiamos zafar se ein 3 os Nios ak ‘Campeones. O aunque 1 pre mis aan a apes Pa jor entenados. aunque segui insistiendo, porque ase sabe que soy especialista en insistir—~ Jeno nos cuesta mala investigar un poco. Fue 2 Mateo al que se le ocurrié una suena idea. Se nota que quiere ser cientifico. (que come mucha verdura hidropénica. —Si fuera un tesoro de los piratas, tendra que haber un mapa. —Sos un genio —Io felicité—. Hay que buscar so: un mapa. Me costé hacerle entender al Pinch que no era un mapa con divisién politica. Porgue no lee muchas historias de piratas. Pero al final le quedé claro. —Tiene que estar escondido en algu- % parte. Vamos a registrar el club palmo a ee —' C7 palmo —Ies dije repitiendo una frase pelicula policial que mi paps habia mi en fa tele la noche antetor para det la mente y para que no le dieran los por Y revisamos todo, No solo el ean Salustiano, que de paso le dejan 5 Moy ordenado, Como buenos detectives jn. peccionamos desde los agujeros del tech, hasta las cacerolas. Lefmos cada Pape, exploramos cada rincén, investigamos cad, telarafa.., Miramos debajo de las mes detris de las puertas, adentro del inodoro,, Incluso recurrimos a nuestros sabuesos a su sentido més desarrollado: el ofa, Pero era dificil explicarles a Pelos, Nelson, Sargent Pepper y Diminuto qué tenian que buscar porque ni nosotros Io sabi mos. Hallaron varios rastros, la mayors falsos, que nos condujeron hasta un gato pulguiento, al singuche de mortadela que tenfa Pancho en su mochila, a un hueso de caracti enterrado debajo de un limonero.. En realidad el que ponfa mas empefio ¢0 a btisqueda era Diminuto, porque Pelos tig se ningin at ace ea exacramente 8 ina o itandoJs nero Gel dees de as pains rado a mirat, nO Pal i camara, se aban los ne sino para vers Tograba aprender algo- meno sé Yo eta chico. Que el gol de sw en vaioso, que tenia que estar por acd fue co declan los libros... Y que la clave cxabaen ese dia... (Qué dia? =H] ia que hicimos ese gol —me cones don Salustiano sefalando el cua dro colgado en la pared con la foro viejisima nblanco y negro en la que se vefa al equipo fd torios so 70 del Club Social y Deportivo Atlético dg ‘Multitudes levantando una copa grandora, Volvi a mirar el cuadro y quise endg- rezatlo, porque estaba torcido, pero se me resbalé de las manos y se cayé al suelo, vidrio se quebré y la foto se salié del marco, —No te preocupes, Fede, Se habri roto el ganchito de donde se cuelga —me disculpé don Salustiano—. Después lo arre. glo. Ahora voy a hacer un trimite Levanté la foro, sacudiendo con cui- dado los vidrios y entonces vi en la parte de anrds unas ineas para la derecha, otras para la inquierda, unas flechitas, unos circulos... Seria el mapa? Llamé a los chicos. Es cierto que sis que mapa parecia un Ta-te-ti que alguien habia dibujado de puro aburrido. Pero era lo {inico que habiamos encontrado en todo el club, ademas de cucarachas y pelusas. —Piensen, chicos —los alentaba yo, mientras daba vuelta los garabatos para un lado y para otro—. Algo debe querer decir. No entendfamos un pepino y ya esté- bamos por dejar la foto, cuando Diminuto 2 se puso a olerla y tuvo un ataque de perruna: ladraba con guaus eit oe se alejaba olisqueando el piso, regress Al oir sus ladridos y sus grufidos, Pei. se desperté de la siesta numero diccr stis, Nelson dejé el hueso de caract qu, estaba mordisqueando y Sargent Pephes vino trotando del parque donde andaby persiguiendo mariposas. Los tres ladraton, como si le contestaran a Diminuto, y ig siguieron. Nosotros corrimos detrés de ellos. Los perros entraron en el cuartito y | empezaron a rascar el suelo, justo debajo | del escritorio. El piso estaba hecho de Iadrillos, como el de las casitas coloniales que nos habia mostrado la maestra en tuna Himina. Enseguida, con tanto rasca y rasca, se despeg6 el material que unfa los ladrillos y estos se movieron. En cuanto sacamos uno, la vimos. Era de madera Vieja como todo en el club. Una puerta secreta, Entre todos logramos abrirla. Al hacerlo salié un olor a podrido igual al que sale cuando mi hermana se saca les 8 mos la entrada. El descubrimca en el UlAVero. opatlts 7 na linternita © colo lo y you ames PAPO tana, Acé hay dajad —les dije pro- Nos 3 deo que es Ut $61 porque me habia sledita ea mal as eres oat tT ededico —me contest6 ein ién se habia tapado la nariz, Pil, aba hacia un costado—. Un a lminaba hacia un costado— tel alcanzibamos a ver hasta dénde tegba porue estaba muy oscuro. Pero Publ irs una piedrita y resond un eco a Tego Calelamos enconces que debia ser vt largo. ¥ antiguo. Y que debia estar Ieode bichosasquerosos como los que hay en la casa de mi tia Dolores. O como mi th Dolores. Y claro, se me ocurti la idea de evisatl. Mamé, que es tan cteativa, me habia dicho que hacerlo era sumamente aaviesgado, que en esas citcunstancias siem- pre & mejor recurrit a un adulto, que los dics no miden los peligros, que ese vinel ” podia derrumbarse... Papé me habri que no, que no y que no. Y mi hermes atch, solo un loco desquiciady. 2" meters, jatchisl, en. esa inn Me Ilena de ratasy alimatis, tchist "4a Pero mis amigos me dijeron: —Bueno. Y entramos, sin saber " nos estaba espiando. Que alguieg Cantruto 8 qrsn.sn08 8 a POTEET a 098 ST 799 BABA SIADB. PRO Fa ots 88 {hs perros de mis amigos no mos- .do interés en meters dentro | iac cage Peer luc in encrada y enseguida volvi6 a perse- wt matiposas. Pelos se acost6 junto a la re secret Y anes de que bajara cl ilti- pend nosotros por Ia escalerita ya se habia quedado dormido. ¥ Nelson dejé de seguir Sancho, cuando logrd robarle el singuche de mortadela de la mochila. A Diminuto, ‘en cambio, no habia manera de convencer- Jo de que se quedara. Por eso lo meti en mi bokillo y bajé con cuidado los primeros esca- lones. Habfamos conseguido en la caja de herramientas de don Salustiano una pala, un narillo y otra linterna més grande que ilu- minaba més que el llavero del Colo. Mateo habia insistido en que Hevéramos también i % luna soga. Pero, como soga no habia, ta manguera pinchada, que era lj ¥ que dejamos conectada a le cant encontrar el camino de regreso, Pa —Es mejor que tirar migui como hicieron Hansel y Geieleage = Me destapé Ia nariz. abajo, 7 lor era mis fuerte, como el del gis de mot ddongo de mi ta Dolores. Y con la luz delay, tera el inel se veia todavia mis tenebros, mas sucio, mds horripilante, : —Vamos pod aci —indique yo, que iba adelante mirando el dibujo de la for y volvi a taparme a nariz—. Y no nos sepademos. Pablo me seguia de cerca y ayudabaa Pinchu, que se tropezaba con todo. Detris venia Mateo, que le daba la mano al Colo porque este no veia casi nada. Y Pancho cerraba [a fila, Iba masticando un alfijor ‘que Nelson no habia logrado robarle de la mochila. —Es que los nervios me dan hambre —se disculpé. ” pasos me arrepenti de A {Jugarera una inmun- ee usjaba demi Trauco estaba hiimedo, Pee ot io. “_Y el camino iba cuesta joo ee habia que tener cuidado para iii a0 Ht sue debemos estar cerca del jo apin Pablo, ques au siempre se oft ya ln altura del lecho —confir- pbMae, que se detenia a mira piedritas Waka muestras que seguramente des- i observarfa en su microscopio. Daban ganas de dar media vuelta y ea stir cortiendo, Pero ya estabamos ahi. Asi «ue spuimos. Juntos, como buen equipo, eso si. De pronto, escuchamos un ruido detrds. —Hhay alguien ahi —susurré Pancho. —Te parece, només —Io tranquilicé, aunque sospechaba que podian ser ratas, murcilagos,raréntuls.. % De solo pensar en e5g los nervios. Ni los ejerciciog de n°, ity karma’ podian calmarme. y cf, Ut chicos les pasaba lo mismo, seo 2 lo decia nada. El inico que ada rd "ae despacito era Diminuto. Iba asomay S84 bolsilloy apuntaba hacia el freme su hocico fuera la aguja de una baja Unos metros més adelante el rel fue ensanchando hasta que se conv una especie de caverna. Enorme era, Pg la baticueva.O la guarida de un dinowune si es que los dinosaurios tenian guarida —Miren, allé al fondo se ve una hy —sefialé Pablo. Y si, se vela una clatidad a lo lejos, come si hubiera una salida o al menos una abertura. Pero el tinel se estrechaba basan teen esa parte, como un embudo. Ninguna de nosotros pasaria por ahi, Ademés, ya no nos quedaba casi manguera. Se habia pueso tensa y no queriamos tironearla, no fuer a soltarse de la canilla. Y, aunque ese lugar era perfecto para enterrar un tesoro, ahi m0 2 odrido y quizds un S ba rt buen ee do de Pos enchastrados de om ler. Yee enaaba a imaginarme me Fea ais pando Jas 008 labas de mi papd y los estort cnn Carolina, cuando TEEPE dos de el gol de oro, ni noticias. ane ee Jes propuse desilusio- hed no hay nada. sway enseguida el Pincha ren algo. Por el sonido del golpe, lca, Apuntamos hacia alia lin- a enones la vimos. Al principio no vem cuentadelo que era. Pero la punta que scbeslia solo podia ser parte de... Un ancla! —gritamos Mateo y yo al mismo tiempo. Era bastante vieja. Y estaba mas oxi dada que mi maestra 0 que mi tia Dolores. Peo era un ancla, eso si. No quedaban duds. Y si habia un ancla, lo més probable «que hubiera un barco. ;Seria un barco Pita’ Porque entonces, tal vez, lo del % tesoro podia ser verdad, Ya t d. Ya no n, pan ni el olor a podrido ni a £2 itp, icharracos que pudiera haber pe My mos entre todos a ca alli war alred ‘Mp, Para desenterrarla, aunque ne ang ud ‘Mos moverla. Pesaba una tonclace —Miren. Acé hay ot, dijo el Pinchu, que se fee oe De algo més. Primero encontramos it tun cafién. Después, la punta de roto. Y, por tiltimo, la figura de ma a, Solo sobresalia la cara, Una care —iUn mascarén de proa entusiasmado. —2Un qué? —preguns el Pinchu, Mientras Pablo, que domina el vcs bulario especifico maritimo, le expliake que era una imagen que llevaban en la pare de adelante los barcos antiguos, los demis intentamos sacar el mascaton. Usdbamos pala, el martllo, las manos y hasta un cepll de dientes que Pancho tenia en la mochila a ca Xn mg cera tal de muje, erie —Maié insiste en que me lave des | 4 pués de comer cualquier cosa —nos dijo. om | arle a don Si : pert a conten bi fa enc mugrientOS ici rabaja. : hea ‘dub —dije, pero as idespegé una costra de barro er asen€ costado del barcos roneadas. La ean vr Be zinta rl cepillo de dientes de di ora madera para impala y eer aco PL... D... (Chicos! Creo que IL. Ss vai qu. Diinuc, ve se habla bajado del bolsillo acta fh, empeds a grufir furioso y a ladrar fonueslargos y enojados. Y eso no era buena sefal y con esas Qué pasa? —le pregunté a mi perro. ‘Lo que pasa es que se van a quedar ynovan air a ningiin lado —con- la Yor que teconoci de inmediato. Era el cg de qued, Zapatill, atboleda $1 Pro de et biillaba, Un ann Be? ft man, ah A todos nj hae cram Fer nomeMo para hacer lon ne" Yt SJetcicio de “Libera tu karma Pd —Don Salustiano, ack y yallamé ala poicia, alos actores dels an serio? que es inocente, ed Ue estamgy ila —le ment imitans culas que mira mi pap, Me pregunté el Colo, Le di un codazo con disimulo. Ea de zapatilla se rio y su carcajada retumbs al la caverna y nos hizo poner la piel de galina —Nadie sabe que estin acé, ¥ nadie vva.a saberlo hasta que sea demasiado tare Su frase fue mejor que la mia, tengo que reconocerlo. Seguramente miraba oto canal de peliculas. ¥ lo peor fue que prodyjo. el efecto deseado. El de hacemos sent un miedo terrible. Sobre todo cuando arrancé de un tirén la manguera. Todos compren: dimos lo que pretendia hacer. Pero yo #9 a cocorito, desafé No puede dejarnos acs —Claro que puedo, Y Dame ka linterna, pibe —le ord mientras retrocedia : Ta luz se fue volviend cada vermis minisculo hasta que dest on y escuchamos el ruido distante. El en’ habia cerrado la puerta del oa habia encerrado, _ Beane fritos —dijo Pancho, fo no contesté. Por fuc : momen cuando me di cuenta de coe Diminuto habia desaparecido, = como dice mi tig Dolore 8.Y a eas 6 a Pablo, uattito y nos | CapiruLo 9 a ua LAS G08A8 83 YAN BRAS, MTR6AAS, MREADS... A principio nos quedamos en silencio, muertos de miedo. Pero yo reaccio- néen seguida y traté de levantarles el énimo ‘amis amigos. De algo tenfa que servir haber mnirado tantas peliculas en la tele y haber hecho los ejercicios de “Libera tu karma’. —Tianquilos. No es tan grave —les dije. Fue entonces cuando ofmos un ruido como de papel estrujado y luego unos cruncH cRUNCH espantosos. Y ahi todos gritamos como locos, inclusive yo. Podtan ser ratas, murciélagos, buitres, ciburones (bueno, tiburones, no) u otras alimafias que intentaban comernos. Pero enseguida com- prendi qué era. —Colo, encendé tu Ilavero —le pedi con tono de fastidio. = 86 En cuanto la lucecita ily tas caras aterradas, vimos a acababa de abrir una bolsa de masticaba con desesperacién, Ya les expliqué que los neryi dan hambre —sediseulps = Los demas Jo retaron, Yo, en cam. bio, empecé a preocuparme por mi perro, Dende estaba? {Por qué me habia dejade solo? ¥ es que Diminuto seré perro, y per chiquito ademés, pero es valiente y jamis huitfa ante un peligro. ==iQuién era ese? &Y por qué nos cencerr6? —pregunté el Colo. Yo les contélo que les habia escuchado decir a ly a Stafii en la puerta del club, Alo mejor don Salustiano encuen- tra la entrada y nos rescata —se ilusioné el Pinchu. > ~» Sino ka vio en tantos afios... —sus- Justo ahora que encontramos el gol de {Qué gol de. 010? —repitieron dos al mismo tiempo, HS ey, Pancho, aug Papas fritas y 87 alcostado sas letras escritas al habia en el cua. de don wai que ef padre de_dor — ata gue este barco se habia rian’ iy porackylobscbes hundido Prac dice Gold, no gol —c «Pincha, que no domina el vocabuaio seen ni sabe una pp de ing taro fue el que le explicd que go oe aos pdie bbls del ¥ del oro que se imaginaba Salustiano lo junto Jesmos ies aa Je historia que os expe Gal el ato, y del a, y don rar en él, tad que Toque busca eu gl de oro —dije yo, que no seré habilidoso para al firbo, pero como detective tengo fir. “Todos estuvieron de acuerdo con mi teorfa. ee _—Léstima que no hay ningt e Serer “qué sirve lo que descu~ : mi brimos? Estamos acd atrapados —S¢ gS} ? el Colo. er 88 — Por ali no podremos salir? —p,, ‘puso Mateo sefialando hacia el fondo, dond, se vela el punito claro como si hubiera ung abertura. —No creo, Es muy angosto. No pas, ni un dedo... —negué, aunque enseguidy tuve una idea—. A ver, Colo, iluming ef suelo, Las pisadas estaban bien matcadas cen el barro. Pisadas de cuatro patas, Pisadas ddiminutas. El corazén me lata fuerte, cuan- do lo comprendi. Mi perro no me habia abandonado. Habla ido a buscar ayuda, Estaba por decitselo a los chicos cuando escuché el primer ladrido. Un guaw bien largo que conocta perfectamente, Venia desde el lugar donde brillaba el puntito de clatidad., —iDiminuto! —grté feliz al ver que se asomaba su hocico por ahi, Enseguida se escucharon otros ladric dos, largos, cortos, finitos, gruesos,..Y otros sonidos que parecian... Pass Sj, Patas. Dieciséis patas exactamente, Patas | Q | 89 rbando. Diminuto habia traido a Pelos, e*Nelson y a Sargent Pepper, y los cuatro geaban rascando el suelo para agrandar el agujeto por el ue mi pero habia escapado, Nosotros los ayudamos desde aden- tro, cavando con la pala, el martillo, las manos y hasta el cepill de dientes. Un rato més tarde logramos salir, Estdbamos cerca del ro, en un descampado, a unas cuadras del club. % — Gracias, Diminuto! tras lo abrazaba fuerte fuerte, Pero mi perro vols i6 se eto ha ven, gran Ba on algo. Y yo le presté atencig on ntendi, “Don Salustiano”, pensé oy : dije: aires kg Mien, pc icos, hay que ir répido al club, __ Cottimos como locos, guiados ,, Pina, ue iba adelante, Empeaaba an. cer cuando llegamos. Entramos por ee en puntas de pie, ¥ de pata. Laconfieiscay a oscuras y cerrada, La tnica luz provenia del cuartito so Salustiano. Y se ofan las voces, —Firme los docum« is Wavecweea Mise ne oe Era el cara de zapatill patilla. Y no estaba sco oa Stafini, lo acompafiaba e inten- in ligar a don Salustiano a firmar unos No voy a venderles el cl negaba el pobre hombre. Ola ue —Entonces, los chicos son boleta amenazé el cara de zapatlla. ad a1 hacer algo. No habia niatamar a 1a poliia. Ys como Faves ds peliculas nosotros ie diets Les hice sefias a el factor sorpresa- He Rarles mi plan. ‘Todos i ic ‘amigos para &XP! 5 1 ens Buenos ol Pinch no, pero os demés: i a buscar las fiz lo mismo que Tos ie de fitbol que usibamos para entre nar. Nos acercamos despacito. Conté con Foe dedos ene are: Ala una... alas dos... 2 lacs... Del primer pelotazo, Pablo le vol6 dd arma al cara de zapatilla, Antes de que pudiera recuperarla, cuatro perros le cayeron fncima y lo mordieron hasta en los lugares del cuerpo que no sabia que cenfa. Stafini no cortié mejor suerte. Un pelotazo le pegd en lacara, otto en la panza, dos en las rodillas y més fuerte, el que pateé yo, le dio en los. en los,,. Bueno, entre las piernas, ahi donde alos hombres nos duele més. La policia, a la que al fin Ilamamos, Hlegé casi de inmediato. Los encontré atados como matambres. Ya le habfamos contado a don Salustiano lo del barco hundido. ‘Teniamos que = % —Por eso querfan estos desors das que es vendiera el club ahora, Eec™ como bute experando que el banco me, rematara, pro con este descubsimiency 4 terteno vaavaler mucho més. Y no podiss arvesgarse a que me enterara. Por supuesto terminamos en la com. sarf. Mi familia fue la primera en llega, antes que lade Pablo, la'de Mateo, la de Pancho, la del Pinchu y la del Colo, fra. ‘mos como teint sin contar a los pertos, aque también habian ido y que cada tanto le daban oxo tarascén a Stafni y al cara de zapatila, que results ser el duefio de l Constructora Nuevos Horizontes. Después Sp an sigue en as plans en len ni los permiss conespondientes para conser as fanass tore qu podian pro luc un impacto ambiental negtivo en el arco: demasiada basuta, demad de energla, demasiado ee 5 consumo de demasiados residuos para ls caferiag ea. més de al Rigricneyshas ins de aera el pabjeubo.A dee informe dels auoidades qu e akc 98 dausurado las obras, informe que A policia wns cuando allanaron sus oficinas = ‘me copié para llevarselo a la directo- By anor nos porotos ext ‘Cuando me tocé el turno de decla- saz, me costd explicar lo que habia pasado porque mi hermana me interrumpia con Jos estornudos, papa gritaba separando las labras en silabas y mamé decia a cada fato: “Qué barbaridad”, "jQué espanto!”, * Qué horron!”.. ¥ no sé cudntas cosas més, porque ella es creativa para las exclamacio- nes. Igual no me retaron porque, como dijo ri papi, los chicos y yo estdbamos bien y Jas cosas salieron bien y todo terminé bien. Y porque con el descubrimiento del barco hundido el Club Social y Deportivo Adlé- tico de Multitudes salié en los diarios y en la televisién y recuperd su antigua gloria. Si hasta vinieron especialistas a estudiar el descubrimiento arqueolégico més impor- tante del siglo, como decian los titulares. Y todo eso significé dinero suficiente para que don Salustiano pudiera pagar sus deudas y 4 emprender obras para remodelar eh ponerlo a nuevo. Ni hablar de la dine y ra, que no hizo més que elogiarnos frere” a todo el colegio por nuestra valengte nuestro interés por el medio ambiente y ; cultura. ¥ yo pensé que este io del pol de oro habia terminado. Pero me equivoque Porque todavia.nos filtsba lo peon | | Cariruto 10 | at, ays GUamTO @d10 TERMINA | a 8 Sa Bo OAL, BAR, A ORO ¥ es que no hubo manera de sus- gender el partido con el equipo del nariz paras de Nico sin quedar como gains Mipardes. Para colmo, con el éxito que fubiamos tenido por haber descubierto el arco, Nico estaba furioso y no perdia opor- tunidad de desafiarme. —:Qué pasa? Indiana Jones tiene miedo de jugar al fitbol?

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