Está en la página 1de 15
Victoria F. Chase (De) mitificacién en Los funerales dela Mama Grande Al margen del cuento ‘Los funerales de la Mama Grande” (1962) hay dos notas pertinentes. Una tiene que ver con la fuente anecdotica para el cuento, la otra con el propésito de Gabriel Garcia Marquez. En el primer caso, se relata una experiencia personal del autor: cuando pasaba Garcia Marquez por Sucre, vivia alli una mujer adinerada que reinaba como matriarca de ese pueblo colombiano. Al morir esta sefiora, sus familiares se complacian sobremanera pregonando que a los funerales habyan asistido el ministro X, el doctor Y, el sefor obispo y toda clase de personas importantisimas." Nos encontramos, pues, ante una historia verdadera de una (aparente) mentira, bien sea ésta de consecuencia cuestionable. De mas consecuencia son los motivos que condicionan la composicién del cuento, Indica Garcfa Marquez que con “‘Los funerales de la Mama Grande” reaccionaba contra la retérica latinoamericana: segin dice él, esta retérica, especialmente en Colombia, caracteriza al “horror de la literatu- ra” y ala prensa y sustenta las dos en miltiples falsificaciones.? En efecto, el autor declara que el cuento es ‘una burla de toda la retérica oficial de la literatura periodistica colombiana”.’ La idea de una simple burla, no obs- tante, cobra seriedad al considerar que en otra ocasion Garcia Marquez incluye a la prensa en la maquinaria propagandistica del gobierno, mediante la cual en cuestion de afios todo se olvida, todo se muda y trasmuta de acuerdo con las intenciones del que esté en el poder.* Es decir, se crea una historia distorsionada de una verdad: una historia “‘oficial’’. " Dasso Saldivar, “De donde y como nacié Cien afios de soledad”’ en Explicacion de ‘Cien afios de soledad’, Francisco E. Porrata, ed, (Sacramento: Department of Spanish and Portuguese CSUS, 1976), p. 288. 2 Angel Rama, “Un novelista de la violencia americana” en Sobre Garcia Marquez, Pedro Sim6n Martinez, ed. (Montevideo: Biblioteca de Marcha, 1971), p. 65. 3 Luis Harss, “La cuerda floja” en Sobre Garcra Marquez, p. 17. 4 German Dario Carrillo, La narrativa de Gabriel Garcia Mérquez (Madrid: Edi- ciones de Arte y Bibliofilia, 1971), p. 15. Victoria F. Chase (Estados Unidos) estudié en Vassar College y obtuvo la maestria en la Universidad de Columbia en New York, donde actualmente ensefia y termina su doctorado con una tesis sobre la narrativa de Vigilio Pifiera. 234 Victoria F. Chase Es precisamente el doble aspecto de la historia verdadera contra la historia oficial la base sobre la cual esta construido “Los funerales de la Mama Grande”. El proceso de la mitificacion de la Mama Grande nos expone los mitos que el poder logra crear, sea éste el de la Mama Grande en Macondo o el de los oficiales en la capital. Mas al lado de la historia hay otra version. Al plantear la coexistencia y contienda entre una ver- sion veridica y otra oficial de la historia de Mama Grande, el cuento presenta su mitificacion expresamente para demitificarla. Esta dupli- cidad en lo narrado deriva del discurso mismo que practica simultanea- mente su propia deconstruccién: con la intencion parddica de demiti- ficar, el discurso adopta las convenciones de la misma retorica que se propone denunciar. En dltima instancia, este cuento de Garcia Marquez prentende destruir la version oficial de los acontecimientos de modo que “Ja veridica historia de la Mama Grande” es la del rechazo de la historia oficial, Examinemos el proceso de demitificacin a partir de la teoria sobre la tradicion carnavalesca planteada por Mikhail Bakhtin y elaborada por Julia Kristeva’ . Los criticos que comentan la parodia en el cuento suelen apuntar a su semejanza con la prensa popular colombiana en cuanto al estilo envolvente y el tono altisonante.’ Verdad es que el discurso en ‘Los funerales de la Mama Grande” se demuestra como un portador apto para la distorsion y falsificacién pues, en st, la retorica decorada, envolvente y adornada ofusca y cubre. La técnica de pormenorizar, enumerar y repetir tiende a crear contornos claros, dutando de una marcada fijeza de las ideas. En cambio, el sentido de esas ideas corre el riesgo constante de perderse en la forma demasiado vivida, Asimismo, el tono monumental y solemne a menudo se desequilibra con la indole de los hechos narrados. Estos rasgos especificos nos sirven de base, pero es preciso buscar el objeto de la parodia mas alla de la simple imitacién de la prensa popular. Adoptamos una explicacién de la parodia relacionada con las ideas de Bakhtin sobre el discurso carnavalesco medieval: a este respecto, la imita- 5 Gabriel Garcia Marquez, Todos los cuentos de Gabriel Garcia Marquez (1947- 1972) (Barcelona: Plaza & Janes, 1975), p. 193. Se indicaran entre paréntesis las paginas de las citas del texto. © Nos referimos a Mikhail Bakhtin, Rabelais and His World (Cambridge, Mass.: The M.LT, Press, 1968); Julia Kristeva, ‘‘Bakhtine, Le Mot, Le Dialogue et Le Roman’, Critique, XXIII, 239 (abril 1967), pp. 438-465 y El texto de la novela (Barcelona: Editorial Lumen, 1974). 7 Jean Franco menciona al pasar la inversion carnavalesca en el cuento. Véase “La parodia, lo grotesco y lo carnavalesco. Conceptos del personaje en la novela latinoame- ricana’", Punto de Vista, aio 1, nim. 1 (marzo 1978), pp. 3-7. (De) mitificacion en los funerales de la Mama Grande 235, cion parédica llega a ser la puesta en términos explicitos de una gramatica cuya enunciacion, deformandola y mostrandola en su hipérbole, se sirve de ella al mismo tiempo que la censura; es decir que la emplea para practi- car su apoteosis y simultaneamente su irrision.* Ademas, al hablar de la parodia en “Los funerales de la Mama Grande”, se toma en cuenta que el relato retine elementos heterogéneos de varios géneros literarios, abriéndose asi a un tipo de didlogo con otros textos. El dialogo se efecttia mas bien como confusion y enfrentamiento intertextuales. De inmediato, se instala el enfrentamiento intertextual mas fundamen- tal: el texto del narrador se opone al texto por escribir de los historia- dores. El texto del narrador mismo ofrece sus propias confusiones pues leemos bajo la convencién de “‘cuento” lo que el narrador designa ‘“‘créni- ca”. De hecho, el texto del narrador evidencia convenciones de varias cronicas, la del tipo literario y la periodistica, por ejemplo. La confusion. se multiplica ya que el narrador se inserta dentro de la tradicion oral de contar. Su texto es, en efecto, oral; pero en él no sélo estan integrados el texto de los recuerdos de la tradicién oral de Macondo sino también una suerte de textos escritos, como el testamento de la Mama Grande y el bando oficial, Resulta que el texto del cuento esta construido como un mosaico de citas, como absorci6n y transformaci6n de otros textos; asume una mascara de alteridad a través de la cual los textos conjuegan, se desa- fian y se relativizan.’ La alteridad por lo tanto da lugar a varias parodias y se constituye, en particular a partir del texto oral del narrador, como una oposicion a lo inmutable y fijado. De esta manera, ‘Los funerales de la Mama Grande’”’ termina desvalorizando el texto que lo precede, desafiando una ley que no es s6lo la del género sino también la ley ideolégica del dis- curso de su época, La propuesta burla de Garcia Marquez llega a ser una denuncia de la prensa y la literatura colombianas asi como de la retorica oficial empleada por todas las fuerzas de la oligarquia que, en colusién, mandan. Para demitificar la retorica oficial, el cuento se sirve del discurso carnavalesco en que se incorpora un significado ambivalente que choca con un sentido pre-existente y univoco. Se trata de un proceso mediante el cual se desafia un significado (oficial, la ley) y el desafio genera el significante (el proceso del enunciado): el texto del cuento.'° A este res- pecto, la descripcion del enfrentamiento de textos heterogéneos es de primera consideracion. También nos ocupamos de los procedimientos especificos de la enumeraci6n, la repeticion y la voz narrativa. 5 Severo Sarduy comentando la teérica de Bakhtin en “El barroco y el neobarro- co", América Latina en su literatura, César Fernandez Moreno, ed, (México: Siglo XXI, 1972), p. 175. ° Kristeva, ‘“Bakhtine, Le Mot, Le Dialogue et Le Roman’, p, 453. 1© Kristeva, El texto de la novela, p. 234. 236 Victoria F. Chase Examinemos el texto ‘“‘crénica” a la que el narrador hace referencia (p. 207). Por una parte, su historia de la Mama Grande plantea una relacion con la cronica de tipo literario que subordina los datos a la leyenda para realzar una figura o un acontecimiento de importancia. Mas destacada es la imitacion de varias formulas de la cronica historica que parodian ciertos métodos de persuadir y de establecer la verdad: una introducci6n, “Esta es ...” (p. 193), aporta un resumen de la historia y recuerda semejantes titulos envolventes de las cronicas de las Indias;'' la intencion docente del narrador se manifiesta cuando, al introducir y concluir su historia, insiste en su afan de ensefar ‘‘esta historia, leccion y escarmiento de las genera- ciones futuras” (p. 209). El caracter veridico de esta historia lo afirma el narrador repetidamente: declara explicitamente que su historia es “la veridica”’ (p. 193); nos va persuadiendo de lo fidedigno de lo que se cuenta al indicar que hay atin mas que no se nos cuenta: “‘. . . los que se enumeran al principio de esta cronica y muchos ottos” (p. 207). También consigue fundarse la autoridad del narrador anticipando la incredulidad de los oyentes y exagerando la difusion de su historia dirigida a los “incrédulos del mundo entero”’ (p. 193). Con otra formula, se desmiente, abusivamente en este caso, otra version, la de los historiadores. El narrador los identifica con lo barrenderos y degrada su futura version oficial sugiriendo que se encuentra entre los desperdicios (p. 209). En realidad, desde la introduccién misma se descubre que el texto del narrador juega con los topicos exaltados que anuncia. Resulta que su histo- ria es veridica en la medida que relata una suerte de verdades y mentiras, en la mayoria ya referidas; es decir que el texto del narrador absorbe los informes oficiales distorsionados. Asi se explica que se desacredite a priori la version de los historiadores. Ademas, el hecho de que el narrador recuenta una historia actual ya completa y referida hace de su versién una especie de cronica periodistica en que se instala un juego metanarrativo'? entre el narrador y sus fuentes de informacion.'? Se refiere a “la noticia 1! BL titulo completo del Relato de un ndufrago ofrece otro ejemplo como indica Klaus Miiller-Bergh, ‘‘Relato de un ndufrago: Gabriel Garcia Mérquez's Tale of Shipwreck and Survival at Sea”, Books Abroad, 47 (Summer 1973), p. 462. '2 Jules Gritti, “Un relato de prensa: Los dltimos dias de un ‘gran hombre Andlisis estructural del relato (Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporaneo, 1970), p. 117. '3 Pertinente es la relacién entre lo ficticio de nuestro cuento y las verdades que acompafaban la composicién del Relato de un ndufrago, Este aparecio primero como una historia oficial, contada por los periodistas del régimen. Segtin Garcia Marquez, el relato estaba manoseado y pervertido. Al salir su version periodistica, Garcia cuenta que “la dictadura, de acuerdo con una tradicién muy propia de los gobiernos colombianos, se conformo con remendar la verdad con la retérica: desmintié con un comunicado solemne’’ varios datos de la version de Garcia Marquez. Se esclarece la insistencia en la oralidad de nuestro texto al saber que al fin la dictadura respondié al relato del néufrago con represalias que culminaron en la clausura del periédico. Véase Relato de un ndufrago (Barcelona: Tusquets Editor, 1970), pp. 8-9. (De) mitificacion en los funerales de la Mamé Grande 237 de la Mama Grande” (p. 209) y como con cierta clase de reportaje, el narrador entrega el suyo inmediatamente al terminarse los acontecimientos. Al “recostar un taburete a la puerta de la calle y empezar a contar” (p. 198) su historia, el narrador establece la oralidad del texto del cuento y una duplicidad fundamental: ademas de escritura, el cuento es también la transcripci6n de una comunicacion vocal. Este enfrentamiento lo explica Kristeva: En el papel se transcribe un significante. . . que se pretende adecuado a su significa- do ... y a su referente, que representa una realidad ya existente, pre-existente a este significante, y al que adelanta para . . . reducirlo a un significante. . . flexible y circulable'* . De este modo, el texto oral en ‘Los funerales de la Mama Grande” se opone a la forma fijada e inmutable de los textos oficiales escritos. Pero del motivo oral surge otra ambivalencia puesto que el narrador relata recuerdos deformados de la tradicién oral popular y mensajes oficiales anunciados oralmente. De conformidad con la parodia carnavalesca, el mecanismo de la alteridad produce el cuento a la vez que amenaza con destruirlo. Es preciso destacar aqui lo popular del texto oral. Este aspecto anade otra dimension a la denuncia del discurso oficial mediante una relacion con la tradicién medieval de la griterfa publica. Las persecuciones contra la griterfa sefalan hasta qué punto la actividad fue considerada subversiva para el discurso dominante de esa época.'* Lo subversivo del discurso del narrador pregonero en “Los funerales de la Mama Grande” parte de su caracter popular y no oficial, asi anti-oficial; ademas, como viene a referir el rechazo del mito de la matriarca que el discurso oficial intenta propagar, el discurso del pregonero es a la vez una confirmacion de rebelion y una incitaci6n a ella, asi subversivo por completo.'* La duplicidad generada por la intertextualidad se lleva a los rasgos par- ticulares de la enumeracién y la repeticién. Convertidas en procedimientos estructurales, tanto la enumeracién como la repeticién apuntan a un dese- quilibrio entre el significado y el significante. En los dos casos, el desequi- librio acentda el significante al suprimir el significado. Se observa que la enumeracién exhaustiva hace que los particulares elementos constitutivos pierdan su caracter individual y variado. El esfuerzo esmerado por nombrar los detalles individuales para concretar una realidad resulta en una totali- dad abstracta. Nos limitamos a los ejemplos de la enumeracién de una veintena de articulos puestos en venta en la fiesta de cumpleaiios de la ' Kristeva, El texto de la novela, p. 217 'S Ibid., p. 219. '6 Esta observacién se hace referente a los pasquines en La mala hora, Véase Wolfgang A. Luchting, “‘Lampooning Literature: La mala hora”, Books Abroad, 47 (Summer 1973), p. 477. 238 Victoria F. Chase Mama y la de unos cuarenta componentes de su patrimonio invisible. En el primer caso, confluyen cosas de una naturaleza homogénea —los productos alimenticios— hasta incluir las ‘“‘estampas y escapularios con la imagen de la Mama Grande” (p. 197). Con el patrimonio invisible, confluyen y se nivelan elementos heterogéneos —los bien concretos “riqueza del subsuelo, las aguas territoriales” con los abstractos “la pureza del !enguaje, los ejem- plos para el mundo” (p. 201). El caracter relativizante de la enumeracién efectia sin estorbo la integracién de significantes inesperados y dispares, desviando asi el significado. Por medio de la repeticién, sea de lexemas o sintagmas enteros, el significante se repite hasta generar un significado secundario, el signi- ficado retorico. Este se presenta como el significado narrativo someti- do a transformaciones en la medida que se difumina y pierde peso.'? Como ejemplo, a lo largo del cuento se repite mas de cincuenta ve- ces el nombre “la Mama Grande”. Salvo “la moribunda’’ que ocurre cuatro veces, es llamativa la supresion de otros sustantivos y del pro- nombre-sujeto ‘ella’, aun en la ausencia del nombre titular. En esta insistencia no se pierde la reverencia burlesca, pero es mas notable que la repeticién logre materializar al nivel del lenguaje a la Mama Grande; por otro lado, se obra un efecto simultaneo y opuesto al hacerla difuminar y desvanecer. Este efecto doble encuentra su paralelo en lo narrado: en Ma- condo y en la capital, fuentes espurias pero consagradas materializan la historia de una figura efectivamente evanescente. La lista de las diez reinas en procesién produce los efectos combinados de la enumeraci6n y repeticion. Entre “la reina universal’’ que inicia la lista y la ultima, “la reina de 426 kilémetros de sartales de huevos de iguana” (p. 207) no hay grados de diferencia. Como en el caso del nombre de la Mama Grande, .la repeticién del titulo “reina” constituye una reverencia falsa, hasta abusiva. El significado de la designacién se diluye no sélo por la repeticion sino por ligarse a términos burlescos. También digna de menci6n es la numeracién abundante. Los cincuenta signos que llevan cifras se proponen plantear lo fidedigno y lo formalista del relato. El subrayado es nuestro en los siguientes ejemplos: la matriarca necesita tres horas para enumerar sus veinte y cuatro folios que contienen su patrimonio de, entre otras cosas cifradas, 352 familias, 100.000 héctares y tres bates de cédulas electorales falsas. Mas la promenorizacién por cifras empieza a deshacerse y cede a una irrisibn cOmica que termina cuestionando toda numeracién. Citamos estos casos: la minuciosidad sin sentido de los tres golpes en la puerta que despiertan al sobrino; la exage- racién de “la reina de 426 Kilometros de sartales de huevos de iguana” (p. 207); la pretension de exactitud donde un cémputo preciso es imposible en la reaccion del Papa: “‘. . .por tercera vez en veinte siglos hubo una hora de desconciertos .. .” (p. 205). En cuanto a los esfuerzos por poner fecha '7 Kristeva, El texto de la novela, p, 242. (De) mitificacion en los funerales de la Mamé Grande 239 a los acontecimientos de la historia, la numeracién estorba en vez de establecer el orden cronolégico esperado. De hecho, por lo comin esta técnica constata una repeticién que revela la ilusion de cambio y progreso historicos en Macondo. El realismo escrupuloso pretendido por la enumeracion y la repeticion en “Los funerales de la Mama Grande” constituye asimismo complicidad y rechazo frente a la mitificacion de la retorica de la oligarquia. Queda ain mas clara esta duplicidad del cuento examinando varios detalles del juego con la voz narrativa. El referido juego meta-narrativo caracteristico de la cronica periodis- tica determina que el texto esté estructurado a través de una permutacion de otros enunciados. El enunciado se desdobla hacia dos vertientes que se entrelazan hasta confundirse: la narracion como palabra asumida por quien se escribe como actor-autor y la narracién oblicua, palabra atribuida a otro cuya autoridad es asumida por quien se escribe como actor-autor.'® Predomina la segunda categoria y se sirve de una variedad de fuentes: en Macondo, son la voz popular del pueblo, derivada de una memoria colecti- va, y la de la Mama Grande, confirmada principalmente a través de sus documentos. Fuera de Macondo, se emplea la citacién indirecta de los periddicos, del presidente, los procederes del Congreso y la voz popular que todos éstos generan, En el cuento se absorbe la duplicidad de voz, creando asi una especie de homologia entre el narrador y sus fuentes de informacion; la homologia lleva consigo el rechazo de la identidad del narrador y la mascara de alteridad ‘que él asume. El mecanismo de la mas- cara es el mismo que el cuento imita para generar el desafio entre el signifi- cante y el significado. Las instancias de desafio se manifiestan mas claramente a medida que parece resaltar la univocidad del narrador. En estas ocasiones, conjuegan la desenvoltura y el desenfado con que el narrador cuenta sucesos extraordi- narios y discrepancias innegables, que el personaje también acepta, por ejemplo la subida al cielo del Papa y las informaciones oficiales que consiguen convertir a una déspota local de noventa y dos aiios en una heroina nacional de veinte afos, “muerta por la patria en el campo de batalla” (p. 203). Ademas, ante tales discrepancias e] narrador asume una postura que, si no de cémplice, es por lo menos libre de un juicio inequi- vocamente identificable. Mas importante todavia es la identidad del oyente imaginario a quien el narrador dirige su historia. Este presupone la incre- dulidad del oyente a pesar de que a veces el oyente esta identificado con el Personaje que acaba de testimoniar y aceptar los sucesos relatados. Como en el carnaval, el discurso del narrador es una interjeccién en medio de la muchedumbre a la vez que proviene de la muchedumbre y se dirige a ella. Resulta que a lo largo del cuento, el lector percibe una escision subyacente en tres niveles: entre la omnisciencia del narrador y la ignorancia del per- '8 Tbid., p. 65. 240 Victoria F. Chase sonaje; entre la insistencia del narrador en entregar una _ historia ambigua y la presunta incredulidad del oyente que posiblemente conozca esa historia; entre la historia del narrador y la version que van a producir los historiadores futuros. A partir de este orden de cosas, el discurso en “Los funerales de la Mama Grande” descubre un parentesco final con el discurso parddico del carnaval. Llamado “‘la fantasia verbal y comica”’, este discurso es asumido por el personaje favorito del carnaval, el Loco, pregonero y figura ambigua de la Ley, un significado oficial, y de su transgresion'?. Il La misma doble imagen de alabanza y denuncia caracteriza a lo narrado. A este nivel también, “Los funerales de la Mama Grande” participa en el espectaculo del carnaval en que reitan lo anormal y lo excéntrico, confu- siones y profanaciones cuya accion central es una coronacion parédica, o sea, una apoteosis que esconde una irrisién.”° Se nos aportan los contornos basicos para este proceso de mitificacion y demitificacién a través de'dos sucesos de lo narrado: la fiesta de cumpleafios y los funerales de la Mama Grande. Son ocasiones de cambio y crisis durante las cuales se introducen jnversiones carnavalescas: la degradacién de lo alto y la unién de la vida con la muerte, la cual da lugar a una renovacion. Semejante al festival de jolgorio colectivo, la fiesta anual de la Mama sirve para suspender la vida cotidiana en Macondo. Cyanto mas agobiante es su miseria, tanto mas depende la celebracién de la extravagancia y la dimension enorme. Asi se explica la necesidad de “las ferias mas prolon- gadas y tumultuosas de que se tenga memoria” (p. 196). Sin embargo, la fiesta lleva una’ ironia pues se da a los habitantes la oportunidad de celebrar el propio poder que los oprime; el festival es tanto un escape como una afirmacién y ejercicio extendido del poderio de la matriarca. La fiesta popular de la plaza se mezcla en un conjunto contradictorio con la celebracién privada en casa de la Mama. Junto al regocijo, hay la solemnidad. Este elemento se nos da en la escena de arrogante pompa del baile familiar en la que se demitifican varias formalidades decorosas de la corte, representandolas como convenciones vanidosas y huecas. Entre estas formalidades figuran las de servicio que en casa de la matriarca consiste en “los selectos invitados y los miembros legitimos de la familia, generosamente servidos por la bastardia”’ (p. 197). Para las formalidades de homenaje hay la vision de la matriarca entronizada: “La Mama Grande presidia la fiesta desde el fondo del sal6n, en una poltrona con almohadas de lino .. .” (p. 197). Se representan también una versién de las formali- dades de votos en la que la Mama “casi siempre aconsejada por su propia 19 Tbid., p. 238. 20 Sarduy, América Latina en su literatura, p. 175. (De) mitificacion en los funerales de la Mama Grande 241 inspiracion, aquella noche concertaba los matrimonios del aio entrante” (p. 197). La celebracion aun tiene su propio ejemplo de exhibicién fijo que todo el mundo debiera admirar: la vision de la matriarca en su balcon haciendo el magnanimo gesto anual de arrojar monedas ala muchedumbre. Para dar lugar a la coronacién parddica los funerales se confunden con la fiesta de cumpleafios y la pasan en su grandiosidad y fausto. A los habitantes de Macondo se afaden los participantes de todas partes que acuden a presenciar el espectaculo magnifico. Persiste el elemento arcaico del ejemplo de exhibicidn fijo y esta vez es el cadaver de la matriarca; y se agrega otro elemento, los entremeses, representaciones de personajes y tableaux vivants interpretados como el cortejo fanebre de los oficiales yla procesién de las reinas de la belleza. Al fi , la confusion de la fiesta de cumpleanos con los funerales produce la vision espectral y fantastica de la vida-muerte de la matriarca, la cual a su vez adquiere la forma de la danza medieval de la muerte. Centrales a esta danza son la historia de una grandeza pasada, la amenaza del fin venidero y la idea de la igualdad social, como la entendia la Edad Media.”! Todos son conceptos que podemos aplicar no s6lo a la Mama Grande sino también a los oligarcas de su cortejo pues en la danza, la Muerte lleva de la mano a los vivos. La desaparicion de la matriarca es la culminacién de su demitificacién; nos quedan por describir los principios de este proceso,?? Se leva a cabo la demitificacién mediante una doble Pperspectiva que permite la coexistencia e interaccién de verdades y mentiras. Hay, en rea- lidad, dos mitos, uno que tiene sus origenes en Macondo y otro fabricado a partir de elementos convenientes del primero por las fuentes oficiales en la capital. Por una parte, los habitantes de Macondo ya no tienen datos actuales sobre la Mama Grande; todo su mito actual proviene de una memoria colectiva del pasado la cual se transmite oralmente de generacién en generacion. La gente de Macondo acepta este estado de cosas ya que, careciendo de su propia historia (autoconciencia de clase), la historia de la Mama Grande viene a ser suya. Por la misma razén hemos de suponer que la poblacién aceptara la historia oficial proveniente de la capital. Al llegar a las manos oficiales, el mito pasa por un proceso de deformaci6n deliberada. De la escasez de datos del presente, pero con un control absoluto sobre la historia, la maquinaria propagandistica logra producir una abundancia de informacién para un publico nacional. Lo que era una leyenda oral del pasado pasa al nivel de una verdad-futura, historica e impresa. Las bases del mito de la Mama se contraponen a datos verdaderos. La ay, Huizinga, The Waning of the Middle Ages (New York: Doubleday & Co., 1961), p. 146. ____” Se estuaia la mitificacién partiendo de la perspertiva de la voz callejera y la idea de bricolage en Robert Sims, ‘“The Creation of Myth in Garcia Marquez” “Los funerales de la Mama Grande”, Hispania, 61 (March 1978), pp. 14-23. 242 Victoria F, Chase version popular basa su poderio real sobre un concepto incierto del patri- monio de la matriarca, el cual se admite como ilimitado: Nadie conocia el origen, ni los limites ni el valor real del patrimonio, pero todo el mundo se habfa acostumbrado a creer que la Mama Grande era duefia de las aguas corrientes y estancadas, llovidas y por llover (p. 195). Vemos en esta creencia como el mito se va propagando pues proviene del pasado, se aplica por ahora y se extiende automaticamente hacia el futu- ro— “‘aguas .. .por llover”’. A pesar de que los veinticuatro folios escritos establecen con cifras y cédulas que la propiedad si tiene limites, es como si no existieran; puesto que sdlo la Mama Grande los sabe y reconoce, pueden ser tan extendidos o limitados como los quiera ella. Se puede decir lo mismo respecto al patrimonio invisible. Para los habitantes de Macon- do es tan invisible como la matriarca pero igualmente real. Por abstrac- to que sea, ella lo hace concreto por el ejercicio de su poder y lo hace una realidad indisputable por medio de su palabra que el notario con- sagra en el testamento. 4Y qué de su visibilidad, su presencia en Macondo? Ya hace tiempo que la gente no la ve; resulta que el mito es tan fuerte y arraigado que se sostiene sin la necesidad de apoyo de la Mama misma. Hace veinte afios que se interrumpié la tradicién de la fiesta de cumpleafios durante la cual la Mama Grande se aparecia ante el pueblo. Las nuevas generaciones no obstante siguen asistiendo a la fiesta aunque sélo “de oidas”’ (p. 197). En la misma clase de presencia figura la vision de la matrona en la iglesia. Se dice que las nuevas generaciones “no alcanzaron a ver a la Mama Grande en la misa” (p. 197), pero lo que sigue a esta declaracién es toda una descripcién de este suceso, repitiendo asi los detalles como las nuevas generaciones los hubieran ofdo decir. Cuando el pueblo si veia a la Mama, era la evidentemente repetida pero distanciada vision de ella en su balcon. Como suele ocurrir en Macondo, el recuerdo de esta vision llega a reempla- zar a la vision misma sin perturbar la relaciOn entre la matriarca y su gente: Cada vez mas imprecisa y remota, visible apenas en su balcdn sofocado entonces por los geranios en las tardes de calor, la Mama Grande se esfumaba en su propia leyenda (p. 198). Si falla el recuerdo colectivo y si ver es creer, la poblaci6n tiene las estampas y escapularios con la imagen de la Mama Grande que la fijan como una potencia de estatura nacional y religiosa. A través de estas imagenes impresas y la aparicién anual que se hace para recibir el pago de los arren- datarios, el pueblo puede entrever a la persona detras del mito. Se aclaran asi la curiosidad y sorpresa que demuestran los habitantes al entrever a los otros poderes invisibles que los controlan, el Papa y el presidente de la repiblica. Notamos el paralelo que se plantea entre la escena de la fiesta con la matriarca en su balc6n y la del Papa que “‘repartia caramelos italia- (De) mitificacién en los funerales de la Mamd Grande 243 nos a los nifios que se acercaban a verlo por la ventana” (p. 206). El presi- dente pasa en el cortejo finebre “frente a los ojos atonitos de las muchedumbres que lo habian investido sin conocerlo y que solo ahora podian dar un testimonio veridico de su existencia” (p. 207). La denuncia de la versién oficial de la historia esta dilucidada conclu- yentemente de un modo singular y en un momento decisivo. Nos referimos al nexo que determina el pasaje de la figura local menor a la apoteosis nacional. Sabemos que llega a la capital un telegrama que solo podemos suponer fue mandado por la familia desde Macondo. Dada la insistencia con que el narrador cita varios otros textos pertinentes, el que anuncia la muerte de la Mama Grande a la capital es conspicuo por su ausencia. Se puede inferir que el telegrama es un texto tan distorsionado en cuanto a la verdad que el narrador ya nos lo desvaloriza por completo al no incluirlo; en realidad, el lector no tiene que saber el mensaje del telegrama pues juz- gando la reaccién en la capital, el lector escribe su propio texto en ese espacio abierto. En la capital los mitos son espurios y la mentira y deformacion se hacen mentalidad. Al morir la matriarca, los oficiales se empefan en miti- ficarla al darle rasgos inmutables y perfectos, Cooperan con este efecto deseado los periédicos que publican en la primera pdgina de ediciones extraordinarias una fotografia de la Mama Grande a los veinte aiios. Que el ptiblico crea que este reportaje especial trata de “una nueva reina de la belleza” (p. 201), lo dice todo sobre la calidad de la prensa a la que esta acostumbrado. Lo que es mas significativo es que la fotografia desmiente la verdad de los noventa y dos aiios de la matrona y la devuelve a los primeros dias de su soberan‘a; la prensa asi tiene el poder de fabricar y perpetuar una deformacion que “estaba destinada a perdurar en la memo- tia de generaciones futuras” (p. 201). De hecho, el efecto es inmediato. La verdad es que antes del reportaje, el resto del pais ignoraba la existencia de la Mama Grande mientras que ahora en toda la ciudad capital ‘‘se susurrd con veneracién y respeto de la autoridad muerta” (p. 202). Los politicos rinden su homenaje. En ese campo, la verdad oficial es que “‘se conciliaron intereses disimiles y criterios contrapuestos”” (p. 202). Detras de este gesto, hay otra verdad que implica que en tltima instancia, no hay diferencias sustantivas sino situacionales. Todos sirven el interés que mas les convenga para seguir asegurdndose su propio poder. Sélo tiene que mirarse el caso ejemplar de la mujer a quien los politicos celebran. La paz que ella garantizaba fue conseguida al conciliar diferencias, o sea, al declararse por dos lados opuestos al mismo tiempo. La duplicidad de poner de punta entre si assus rivales es otra representacion de la problema- tica de la verdad visible contra la invisible: “En tiempos tormentosos, la Mama Grande contribuy6 en secreto para armar a sus partidarios, y soco- rrié en piblico a sus victimas” (p. 203). Por consiguiente, en la version oficial, el despotismo local e interesado se llama ‘“celo patridtico” y la 24 Victoria F. Chase maquinaria oficial convierte a la matriarca en “la categoria de heroina muerta por la patria en el campo de batalla” (p. 203). En la secuencia que describe las actividades del Congreso, el ataque esta dirigido contra la politica y la prensa a la vez. Se ridiculizan los esfuerzos complicados y prolongados que hacen los parlamentarios, y que consagran impresos los periddicos, por resolver un problema aparentemente simple: la formula que permitiera al presidente asistir a los funerales de la Mama Grande. Con los procedimientos del Congreso se extiende la denuncia y se redondea la semantica del cuento. “El blablabla historico” y “la atmosfera pura de la ley escrita’’ (p. 204) posibilitan que se la vea ala matrona “pura y sin edad”, olvidando la verdad de que “‘su cadaver se Henaba de burbujas” (p. 204) a cuarenta grados a la sombra. Se critica, por un lado, }a retorica altisonante y oficial que solo nubla hasta encubrir y esconder los contornos verdaderos del asunto. Por otro lado, que esta retorica se aplica a la bUsqueda, en “hermenéuticas y silogismos’”’ (p. 203), de la férmula pava el presidente, termina denunciando el pais formalista per excelencia. Esta mentalidad medieval suele basar un argumento sobre un texto para proporcionar un fundamento de credibilidad y validez. Al igual que el texto sobre el cual esta basado, el argumento mismo tiende a eristalizarse. deviniendo una verdad indisputable. En el bando de Ja decision que resulta de los procedimientos oficiales se retine nitidamente lo parédico de lo narrado y del discurso a la vez. Completamente de conformidad con la duplicidad del cuento, el bando afirma y niega la ineficacia del Congreso al decir mucho y nada simultanea- mente. Después de catorce semanas de trabajo, el bando que sale anuncia: Se declaraba turbado ¢l orden publico, tarrataplan, y'el presidente de la reptiblica, tarrataplan. disponia de las facultades extraordinarias, tarrataplan, que le per- waitin sie a los funerales de la Mama Grande, tarrataplén, rataplan, plan, plan (p. 206) Significativamente, ©] bando carece de retérica altisonante y frondosa. Mas, aparte de su funcién onomatopéyica, la transcripcién del sonido del redoblante consigue prestar altisonancia y frondosidad al enunciado total. Insertado cada vez tras enunciados decisivos, es como si el sonido “tarra- taplan” estuviera en lugar de enunciados omitidos que elaboraran el sentido del bando entero. La umisién de enunciados y la sustitucién de relleno auditivo, como el case del “blablabla historico”, sefalan un rechazo de la expresion de un sentido. Puede asociarse este recurso‘con otra clase de palabras carnavalescas, los fatras, que pretenden exponer la locura falsifi- cada (del pregonero) yl pensamiento fracasado (del discurso oficial).?? La locura es por ende una purodia de la raz6n oficial, una burla de la seriedad de la verdad oficial y se constituye como el rechazo de un autori- tarismo formalista y logico. 2° Kristeva, El texte dela niviely p. 244, (De) mitificacién en los funerales de la Mama Grande 245 El fracaso del pensamiento aparece con claridad en el razonamiento defectuoso del bando: st el orden puiblico estuviera turbado, hubiera estado turbado desde la muerte de la Mama Grande, catorce semanas anies. Por eso, la declaraciOn sugiere que uno tiene que esperar la palabra oficial para que exista la realidad a la que esa palabra se refiere. Puesto que lo turbado del orden no se ha revelado al lector, nos obligamos a concluir que esta declaracién es una formula que o responde a un estado general en que el desorden continuo se hace indistinguible del orden; 0 que todos los bandos oficiales emplean esta declaracién a pesar de las circunstancias p justificar la carga del resto del mensaje. En este caso, el nexo con lo que sigue es débil. En efecto, ya se anuncia oficialmente al dia siguiente del fallecimiento de la Mama Grande que “el orden social habra sido rozado por la muerte” (p. 202). Si en orden turbado se halla la formula, el presi- dente hubiera podido asistir inmediatamente si el Congreso no hubiera sentido la necesidad de buscar un fundamento crefble y valido. En fin, el celo de los parlamentarios esconde la incapacidad y actividad sin sentido. Y de esta mentalidad formalista surge el discurso oficial por excelencia del bando que finge decir mucho y pretende convencer al publico. Asi es que la irrisién de la Mama Grande se dirige a todo un orden socio-politico para atacar su autoridad y verdad moribundas. Sin embargo, los representantes del orden consideran su autoridad y verdad como absolutas y eternas. Por eso, la Mama Grande y los que la sostienen sou lagubremente serios y, como Bakhtin los describe, se pavonean majestuo- samente sin ver sus origenes y limites o sus propias imagenes en el espt'}@ del tiempo. La caracterizacion de Bakhtin sigue conformanéose con el grupo dominante en “Los funerales de la Mama Grande”’: They continue to talk with the majestic tone of kings and heralds, announcing eternal truths, unaware that time has turned their speeches into ridicule. And thus these personages come to the end of their role still serious although their spectators have been laughing for a long time."* De hecho, evidentemente no se contaba con “la suficiente clarividencia™ (p. 208) de algunos espectadores en los funerales, los que ven una grielit fundamental en la historia oficial. Al darse cuenta de que la Mama Grand esta en realidad muerta, se demitifica el mayor mito, el de su inmortalidad y, a su vez, todos los otros mitos que dependian de esa creencia se derrumban. Se hace por’ primera vez al menos concebible el “nacimiento de una nueva época”’ (p. 208). Esto explicita el afan del narrador de antici parse a los historiadores que negaran que existiera una grieta al cubrirla dv nuevos mitos. 28 Bakhtin, Rabelais and His World, p. 212. 246 Victoria F. Chase ul Se puede atribuir cierta falta de resoluci6n en la expresion de la esperanza de “una nueva época” al momento transicional y no predecible en que se acaba lo narrado. Blanco Aguinaga ofrece una explicacién de la cuestion de la esperanza en otras obras de Garcia Marquez.”* Afirma ese critico que la posibilidad de sacudirse la opresion vista en los textos entre 1957 y 1961 (El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora) se inspira en el modelo de la revolucion cubana. Entre 1961 y 1967 (ésta, la fecha de Cien afios de soledad), se repara una pérdida de la esperanza atribuida al evidente fracaso de varias guerrillas latinoamericanas y a la muerte de Camilo Torres. Sigue Blanco Aguinaga que la pérdida refleja una actitud antihistorica cuyo rasgo esencial es la voluntad de mistificacion, objetivada en la confusion de lo real con lo imaginario. De conformidad con estas observaciones, “Los funerales de la Mama Grande”, escrito en 1959 y publicado en 1962, se sitia como obra de transicién; al lado de una espe- ranza atenuada, hay los principios de la confluencia de elementos reales y fantasticos en lo narrado. La fuerza final de la esperanza, sin embargo no disminuye la fuerza de la denuncia. La iluminacion experimentada por algunos espectadores ilustra sobre la capacidad del recordar correcto que Garcia Marquez exige en “Los funerales de la Mama Grande”, La necesidad apremiante de rechazar el recordar incorrecto oficial se esclarece a través de un ejemplo saliente: el mito en Macondo que resulta de la dominacién sobre 352 fami- lias pasa al mito en la capital que pretende efectuar la dominaci6n sobre la poblacion actual, y si quiere, por venir de una naci6n entera. El contraste también llama la atencién sobre la nueva forma amenazante de la comuni- caciOn: la informacién difundida por los mass-media. Esta informacion se hace aparecer comprensible en si; se elimina como factor determinante nuestra experiencia y se nos cierran posibles interpretaciones pues los acontecimientos nos llegan ya acompajiados de |explicacion.° Garcia Marquez lleva la demitificacién de los mitificadores al nivel de su discurso, reconociendo que para que los poderosos puedan crear mitos que posibiliten el ejercicio continuado de su poder, es necesario que fijen el significado en el discurso oficial, portador de esos mitos. Con ‘Los funerales de la Mama Grande”, Garcia Marquez resiste esa forma de cen- sura impuesta por el grupo en el poder que demanda that the order of language be respected, that genres be well defined, that a written 25 Carlos Blanco Aguinaga, De mitélogos y novelistas (Madrid: Ediciones Turner, 1975), p. 42. PA oer Walter Benjamin, “The Storyteller” en Illuminati i a ae ae ee luminations (New York: Schocken (De) mitificacién en los funerales de la Mama Grande 247 text be decoded properly and that every user of language remain in his appointed place.’ “Los funerales de la Mama Grande” desafia el cédigo aceptado al darle una vuelta para descubrir lo que, en realidad, esconde, lo que esta al otro lado del discurso oficial. El cuento ofrece la posibilidad de una perspectiva distinta revelando que el punto de vista dominante y las verdades estable- cidas no son indisputables sino convenciones que convienen a un sistema socio-politico particular. 27 Leon S, Roudiez, ‘With and Beyond Literary Structuralism”, Books A broad, 29 (Spring 1975), p. 212.

También podría gustarte