Recuerda que lo mejor es que escribas la tuya propia.
Hola Síndrome del impostor, o mejor dicho síndrome de la impostora.
Un placer saludarte, aunque más que un saludo, esto va a ser una despedida… así que no te pongas demasiado cómodo, ¿vale?. Estoy harta de que aparezcas sin avisar. De que siempre pongas en duda mi valor. Estoy cansada de que no permitas que sea yo misma y de que me pongas trabas absurdas en el camino. Ya no puedo más. Así que voy a llevarte a un lugar del que nunca vas a salir. Un rincón muy profundo de mi ser del que no vas a volver. Gracias por los momentos que hemos pasado juntos. Aunque te diría que sin ti tampoco sería lo que soy ahora… porque al ponerte nombre, soy consciente de que te voy a hacer desaparecer.