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7 Objetivos para transformar nuestro mundo

Última actualización: 04 Abril 2017

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) son el resultado
del acuerdo alcanzado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas y se
componen de una Declaración, 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos


Mundiales, son un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la
pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y
prosperidad.

Estos 17 Objetivos se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
aunque incluyen nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica,
la innovación, el consumo sostenible y la paz y la justicia, entre otras prioridades. Los
Objetivos están interrelacionados, con frecuencia la clave del éxito de uno involucrará
las cuestiones más frecuentemente vinculadas con otro.

Los ODS conllevan un espíritu de colaboración y pragmatismo para elegir las mejores
opciones con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible, para las generaciones
futuras. Proporcionan orientaciones y metas claras para su adopción por todos los
países en conformidad con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del
mundo en general.

Los ODS son una agenda inclusiva. Abordan las causas fundamentales de la pobreza y
nos unen para lograr un cambio positivo en beneficio de las personas y el planeta.
Los Estados Miembros han convenido en tratar de alcanzarlos para 2030. La salud
ocupa un lugar fundamental en el ODS 3 “Garantizar una vida sana y promover el
bienestar para todos en todas las edades”, articulado en torno a 13 metas que cubren
un amplio abanico de la labor de la OPS/OMS.

Los 17 ODS
Los países han adoptado un nuevo programa de desarrollo sostenible y un nuevo
acuerdo mundial sobre el cambio climático. A continuación le presentamos los 17 ODS
que configuran un marco para la acción, para construir un mundo mejor, en el que
nadie se quede atrás.
 Objetivo 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
 Objetivo 2: Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la
nutrición y promover la agricultura sostenible.
 Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas
las edades.
 Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover
oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
 Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y
las niñas.
 Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el
saneamiento para todos.
 Objetivo 7: Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y
moderna para todos.
 Objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el
empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
 Objetivo 9: Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización
inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
 Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países.
 Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos,
seguros, resilientes y sostenibles.
 Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
 Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus
efectos.
 Objetivo 14: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los
recursos marinos para el desarrollo sostenible.
 Objetivo 15: Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra
la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida
de la diversidad biológica.
 Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo
sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces,
responsables e inclusivas a todos los niveles.
 Objetivo 17: Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para
el Desarrollo Sostenible.
Antecedentes
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se gestaron en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Río de Janeiro en 2012.
El propósito era crear un conjunto de objetivos mundiales relacionados con los desafíos
ambientales, políticos y económicos con que se enfrenta nuestro mundo.
Los ODS sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con los que se
emprendió en 2000 una iniciativa mundial para abordar la indignidad de la pobreza.
Los ODM eran objetivos medibles acordados universalmente para hacer frente a la
pobreza extrema y el hambre, prevenir las enfermedades mortales y ampliar la
enseñanza primaria a todos los niños, entre otras prioridades del desarrollo.

Datos clave de los ODS:


 Más de 1.000 millones de personas han salido de la pobreza extrema (desde 1990).
 La mortalidad infantil se ha reducido en más de la mitad (desde 1990).
 El número de niños que no asisten a la escuela ha disminuido en más de la mitad
(desde 1990).
 Las infecciones por el VIH/SIDA se han reducido en casi el 40% (desde 2000).
ODS 3
Todos los ODS en algunas de sus metas guardan una estrecha relación con la salud y
el logro de estas metas tendrá un impacto muy positivo en la salud y el bienestar de
las personas.  Sin embargo, el Objetivo 3: " Garantizar una vida sana y promover el
bienestar para todos en todas las edades”, apunta directamente a dar respuesta a
varios de los temas sanitarios globales más importantes.  Por lo tanto, la OPS/OMS
enfocará buena parte de sus esfuerzos y de su programa de cooperación técnica en el
logro de las metas del ODS 3.  Para una mejor ejecución la OPS/OMS ha dividido el
contenido del ODS 3 en dos secciones: 9 metas y 4 medios de ejecución, como se
observa en las siguientes imágenes

 
Género, Salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordan, entre otras preocupaciones de
carácter mundial: la salud y el bienestar para todos (objetivo 3); la igualdad de género
(objetivo 5); y la reducción de las desigualdades en y entre los países (objetivo 10). El
término 'género' se refiere a las características socialmente concebidas de la mujer y
del hombre, mientras que el término 'sexo' se centra en las diferencias puramente
biológicas. La igualdad de género a veces se interpreta de forma restrictiva como algo
que únicamente abarca las diferencias entre mujeres y hombres. Para alcanzar el
objetivo de salud y bienestar para todos, es necesaria una definición más rigurosa y
matizada del concepto de género.

Si queremos corregir las desigualdades de género, que son múltiples, debemos


entender que se trata de un proceso social y relacional: dejemos pues de limitarnos a
subrayar las diferencias entre mujeres y hombres. Una visión más amplia del tema
género y salud, basada en las interrelaciones económicas, políticas y culturales, ofrece
un nuevo punto de partida para lograr avances hacia un desarrollo ecológicamente
sostenible.

En 2012 un 7,6% de las muertes en la población masculina estuvieron relacionadas


con el consumo de alcohol, frente a un 4,0% en la población femenina. La tasa de
mortalidad por tuberculosis es más elevada en los hombres que en las mujeres. Lo
mismo ocurre con las muertes por accidente de tránsito y por otras causas violentas.
Las normas y expectativas sociales pueden incrementar en los hombres los riesgos
relacionados con la salud y hacerlos menos propensos a adoptar comportamientos que
la fomenten. En muchas comunidades, tomar medidas para mejorar la salud se ve
como algo poco masculino, lo que reduce la disposición de los hombres para acudir a
los servicios sanitarios. La virilidad a veces se expresa a través de conductas dañinas,
como la violencia contra la mujer o la insistencia en mantener prácticas sexuales que
exponen a la pareja a infectarse por el virus de la inmunodeficiencia humana. Estos
comportamientos pueden regirse por patrones socialmente establecidos de la
masculinidad, aunque también pueden deberse al debilitamiento parcial de la posición
tradicionalmente ocupada por el hombre en la jerarquía de género, bajo la presión de
la pobreza y los cambios económicos.

El género debe entenderse dentro de un contexto local complejo y específico. Dado


que capta las diferencias en las experiencias de hombres y mujeres, cabe percibir la
perspectiva de género como algo dinámico e integrado por diversas capas de
determinantes sociales, múltiples y entrecruzados, que repercuten en la salud.

Tomemos como ejemplo el comportamiento de dos mujeres de la misma aldea. Una


cruza la aldea y tarda veinte minutos en llegar al centro de salud, donde tiene una cita
médica. La otra toma un camino que rodea la aldea y tarda dos horas en llegar al
mismo centro de salud. La primera mujer pertenece a una casta superior y está casada
con el jefe de la aldea; la segunda pertenece a una tribu y su marido padece una
tuberculosis no tratada, en parte debido a la falta de recursos y en parte a una serie de
prejuicios de género que hacen que los hombres sean reacios a pedir atención médica.
Las diferentes experiencias de opresión y disfrute de privilegios tienen su plasmación
en la salud y el bienestar de los habitantes de esta aldea, así como en su manera de
afrontar las enfermedades. La etnicidad y la pobreza son determinantes que se
entrecruzan con la cuestión de género, para conjuntamente influir en la duración del
desplazamiento al centro de salud. En este caso, es posible que la segunda mujer
tenga más en común con su marido, con quien comparte las mismas dificultades como
integrantes de una misma tribu, que con la esposa del jefe de la aldea.

Considerados en su conjunto, los ODS reflejan una interpretación amplia del concepto
de género que abarca diversos tipos de desigualdad y atiende a cuestiones
relacionadas tanto con el hombre como con la mujer. La equidad de género se
fundamenta en los principios de derechos humanos y se centra en el concepto de
universalidad.

La incorporación de la perspectiva de género exige la adopción de medidas concretas


que eliminen las desigualdades de nuestras políticas y prácticas. Debemos velar por
que la cobertura sanitaria universal y las medidas de protección financiera incluyan a
las personas más marginadas. Es preciso hacer un seguimiento de las inequidades
sanitarias, recogiendo datos que reflejen los ingresos, el sexo, la edad, la raza, el
origen étnico, la condición migratoria, la discapacidad y el lugar donde viven las
personas. Debemos mejorar la cobertura de servicios de salud eliminando las barreras
de acceso en todos los sectores. Las comunidades se pueden movilizar a través de
mecanismos de responsabilización y la creación de grupos participativos y de
aprendizaje basado en la acción. Entre todas, estas medidas contribuirán al
cumplimiento de los ODS.

Ha llegado el momento avanzar, sobre la base de los logros en materia de género y


salud de la mujer que tanto esfuerzo han costado conseguir, hacia la adopción de una
perspectiva ampliada de justicia social. Esta sutil exploración de la cuestión del género
representa al mismo tiempo nuestro mayor reto y nuestra mayor esperanza de cara a
la consecución del objetivo de salud, bienestar y dignidad para todos.

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