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Índice.
1987 4
1988 30
1997 44
2000 49
Ponencia 108
2002 114
2004 118
2005 137
2007 141
2008 148
2009 168
2010 183
2011 196
1987
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El camino que recorre un hombre o una mujer que hará del quehacer del fa-
cilitador su quehacer se inicia, por tanto, en el inicio del propio desarrollo personal e inter-
personal.
Un estilo, una forma de vida, se irá plasmando en ese hombre o esa mujer.
Forma que abarcará todas sus relaciones de vida, la familia, el tra-bajo, la ciudad, las ideas,
la amistad, este mundo y el otro.
Y cuando ese hombre y esa mujer vayan recorriendo ese camino de coheren-
cia y apertura, no exento de vaivenes, poco a poco, paso a paso, descubrirán que algunas
personas se acercarán a él o ella porque en dicha interacción sienten que mejorarán su pro-
pia calidad de vida.
Cuando o un hombre o una mujer aprende a ver las cosas, modi-fica, inme-
diatamente, su forma de convivir con ellas. Del mismo modo, cuando logramos "ver" a
otro ser humano, convivimos con él de modo distinto y supe-rior.
Tocar esos hilos no significa que se conoce el sentido de ese hombre o de esa
mujer, significa tan sólo que, hasta cierto punto, se lo "ve".
Cuando dos o más hombres conviven de un modo tal que "ven" sus hilos in-
visibles, diré, arriban a una nueva forma de convivencia que llamaré "co-existencia".
es tan ajeno a todo hombre o mujer, que termina hiriéndola, dañándola y, en el dolor, deses-
perándole.
Por lo tanto, ciego no es aquel o aquella que cierra sus ojos, sino aquél o
aquélla que no toca las relaciones.
Para convivir y llegar a coexistir con un ser humano es bueno tocar a ese ser
humano. El cuerpo, para quienes coexisten, no es ni un muro ni una frontera entre los se-
res, sino más bien una ancha avenida por la que nos adentramos en el paraíso humano.
También en nuestros infiernos y purgatorios.
El hombre o mujer que llega a coexistir entra y sabe entrar a todos esos luga-
res, les tema, les desee o les sean naturales, más allá de sus impresiones, entra y sabe entrar
en ellos, porque coexistir es su oficio y vocación. Y para coexistir con un hombre o una
mujer es necesario aceptarle, a él o ella, totalmente.
El primer imperativo de todo hombre o mujer es, precisamente, ser tal. Para
ello es, también necesario, tocar los propios hilos interiores que han creado y crean, cotidia-
namente, nuestra vida. Es necesario que nos veamos a nosotros mismos, no sólo que nos
percibamos.
mores, como las ilusiones, no son la realidad, sino el equívoco entre la realidad y el reem-
plazo de ella.
En efecto, toda realidad que se conoce a medias y que, sin embargo, se ex-
tiende, en la mente, como totalidad conlleva una brecha, brecha que cuando se cubre des-
troza ilusiones vanas, Para todo esto, en la claridad se vence al temor.
En la claridad no hay brecha porque no hay ilusiones. Sólo está lo que es.
Pero lo que es está tramado de hilos invisibles. El saber de la claridad es el saber de la ver-
dad. Y la verdad es, por cierto, alcanzable. Sólo que, siendo la realidad eternamente cam-
biante, también la verdad es eternamente cambiante. Toda claridad es por tanto, siempre
claridad del pasado, de lo que siendo ahora ya no es. ¿Cuánto no es? Totalmente ¿Cuánto
ha cambiado? Poco o mucho. ¿Cuánto ha variado, por ende, la realidad y la verdad? Poco
o mucho.
Aquello que llamamos verdades eternas son verdades que por eternas sólo
conocemos de su sentido, más jamás de su totalidad. Suponemos su estructura y configura-
ción, nada más.
Y si, en tal pie, establece como verdadera la crítica, no le queda otro camino
que revisar profunda e hidalgamente su ser en sí y su coexistir.
como portero, pretende abrir el alma y el cuerpo de sus semejantes, mientras sus propios
salones permanecen iluminados, pero cerrados no es más que, tal vez, un buen prestidigita-
dor que ilumina con un arte casi mágico donde lo aparente reemplaza a lo real. Es un arte
hermoso y difícil, pero no más difícil y hermoso del de aquel ser que posee y juega con la
magia de lo real.
Ser nada más que lo que se es, es mucho más que ser más de lo que se es.
El quehacer del facilitador no es mera terapia aún cuando es, a veces, una te-
rapia exhaustiva y profunda. Y no lo es, dado que más allá del desbloqueo emocional, la
verificación de conflictos, la resolución de problemas y la superación de estados de impasse
es un proceso que no se queda en ello, sino que alienta y promueve la energetización del ser
humano hacia su más auténtica y profunda existencialidad.
Reflejar a tal ser no es, por cierto, reflejar meramente sus urgentes necesida-
des inmediatas. A veces reflejar a tal ser, incluye, también reflejar-le lo que no es, lo que
aspira a ser, lo que aparenta y lo que niega.
Para cualquier hombre o mujer poseer claridad constituye una cierta exigen-
cia; la claridad nos exige; una percepción de los hechos y de las personas sin elementos
propios extraños a ella. Nos exige una percepción total sin temores, ni evitaciones. Nos
exige la aceptación de todo lo percibido sin discriminaciones, juicios ni exclusiones selecti-
vas. Un espejo no remedia ni enferma, simplemente muestra lo que recibe.
dos, entre ellos, desde luego, la nada, la muerte, el dolor, el absurdo y todas sus formas con-
cretas como la enfermedad, el castigo, el accidente, la arbitrariedad. Todas estas formas
cuando se anidan en nosotros nos generan desconfianza, inhibición, cautela, cierre, oculta-
miento, evasión, escape, engaño, mentira, manipulación, hipocresía, tristeza, desazón, para-
lización y pérdida de la propia y fecunda ruta.
Una primera distorsión, de quien asume que reflejará a otro, ocurre ante el
temor a sí mismo o ante el temor al otro. Si un ser es temido difícil-mente será reflejado
con claridad. ¿Y por qué otro ser puede producir temor? Tal vez, porque tememos, a su
vez, descubrir en él lo que evitamos en nosotros.
Todo aquel que aspira a realizar el quehacer del facilitador es bueno que po-
sea un cierto conocimiento de sí mismo que le permita ver su propia identidad y su propia
diferencia ante otro ser. Esta identidad y diferencia suelen ser el producto de largas horas
de contacto real con otros seres y consigo mismo, simultáneamente.
El primer temor que todo hombre o mujer es bueno que abandone, es el te-
mor al cuerpo del otro y al propio cuerpo.
El cuerpo es aquella parte de nuestra alma que vemos. Merece que lo consi-
deremos, pues sin él no podemos ser, ni estar, ni sentir. El cuerpo no es un enemigo; es
nuestro vehículo de existencia, de unidad y de creación.
Que un hombre o mujer sean reflejados por otro ser es un apoyo hacia su
propia percepción y conciencia de sí. En definitiva, nadie puede verse con los ojos de otro.
Una primera condición para el desarrollo de cualquier ser humano resulta de la necesidad
de que cada ser asuma la responsabilidad de su propia percepción.
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Sin embargo, por muchas vías y de diversos modos podremos descubrir que
para muchos seres tal responsabilidad constituye una carga y están dispuestos a pagar por
delegar sus ojos a otro ser. Ilusionados a ilusos que imaginan que la propia vida puede ser
gobernada desde el exterior.
Cuando un hombre o una mujer marchan, en la vida, a la par con sus propias
potencialidades de desarrollo, resulta obvio que la interacción fluida que establece, entre su
ser y el mundo, es el producto de su permanente capacidad de optar, desde sí, su estar y ser
en el mundo. Ello requiere el uso cotidiano de sus propias capacidades; de su percibir, de
su sentir, de su pensar, de su mover, de su hacer, de su respirar, de su interactuar.
Vuelvo acá a mi apreciación de que una vida realizada es una vida profunda,
es decir, percibida y vivida en su sentido valórico.
Llegar a ver y tocar los hilos invisibles que entrelazan la vida no es, obvia-
mente, el primer paso. Un primer paso lo constituye la recuperación o desarrollo de la ca-
pacidad de percepción. Más, para percibir bien es necesario respirar bien. El movimiento
primario de todo acto de crecimiento es la respiración. Vale decir, el uso de la alimentación
primaria del ser, el aire.
Respirar incluye, no sólo el ingreso del aire a los pulmones sino, además, su
traslado a todo el cuerpo. Respirar bien nos exige el establecimiento, en nuestro cuerpo de
una necesaria fluidez de movimientos y de una amplia flexibilidad del cuerpo. Ser fluido y
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flexible son propiedades del ser humano con asiento en el cuerpo, primero, y luego en todo
su ser.
En el modo contrario, cada vez que definimos un camino único nos estrecha-
mos y anquilosamos, reduciéndonos a una vida fija y monocorde
La vida retorna cada día a nosotros con una nueva gama de posibilidades.
No verlas es manifestación de muerte, de pasado, es volver a ver hoy lo que sólo existió
ayer y para ayer.
Que el valor sea uno (único) no significa que el camino sea uno (único).
¿Qué sentido tendrían, entonces, el espacio y el tiempo?
Optar por sí mismo nos exige saber lo que somos y lo que queremos ser.
Cuando ese sentido no es descubierto cualquier opción es opción en el vacío, es decir, no
diferencia sino en lo aparente.
Y cuando, una vez descubierto el propio sentido (mediante ese "órgano del
sentido" que es la conciencia) se optar por él sin asumir, con responsabilidad, las conse-
cuencias que ello conlleva, entonces, lamentablemente, se pierde tal sentido, pues no hay
sentido sin propiedad del sentido. Pues poseer en propiedad el propio sentido es ni más ni
menos la capacidad de responder por lo que se optó.
Desde ya, en esta búsqueda de sentido todos poseemos una base o cimiento
donde el sentido no es cuestionado ni buscado, simplemente es: nuestro cuerpo.
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Cuando un hombre o una mujer alcanzan ese maravilloso estado de estar, si-
multáneamente, en contacto con su cuerpo y con la naturaleza, entonces su profundidad en
el sentido, avanza de modo decidido.
Este encuentro es de una calidad tal para nuestra existencia que el saber y
convivencia iniciado en él es una manifestación de "coexistencia".
A veces, en los grupos, veo a personas meditando o, más bien buscando está-
ticos con la vista elevada en el aire, que el saber (en ideas) ingrese a sus frentes.
Me parece que olvidan su naturaleza; desean el saber como quien intenta leer
un libro sin leerlo, sin abrirlo, sin tenerlo en sus manos, sin comprarlo, sin conocerlo, sin
nada más, que su anhelo de leerlo.
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He visto a hombres y mujeres caminar firmes y seguros por sobre las rocas y
orillarlas aferrados a sus músculos y su sentido de equilibrio. Y cuando con su vista obser-
vaban el vacío, les he visto titubear y pedir una mano, pero hasta entonces sus pies estaban
firmes y sus espíritus tranquilos.
Con los años, al parecer, vamos dejando atrás algunas de nuestras verdades
percibidas. Nuestra primera limitación, en muchos planos, creo, es que nos vamos atrasan-
do y retrasando con respecto a nosotros mismos. Como en el colegio, cuando yo sentía de-
sazón porque sin haber aprendido bien la lección primera ya se me exigía iniciarme y conti-
nuar la segunda y la tercera; y así. Sentía mi atraso ante la presión pedagógica (¿o anti-pe-
dagógica?) externa.
Muchas veces, ese atraso hacia nosotros mismos, no tiene más presión que
nuestra propia falta de fluidez.
En tales ocasiones suele ser común que las personas se desahoguen. Una
forma habitual de desahogo es el llanto. Permitir el llanto, acompañarlo, escucharlo en si-
lencio y con recogimiento es algo que no requiere más técnica que la humanidad y sensibi-
lidad que toda persona posee.
Hay desahogos del alma que pasan inexorablemente por el cuerpo. Luego,
una profunda recuperación del aire ocurre, los pulmones, plenos, se vuelven a llenar. Y así,
el espíritu se renueva.
En un grupo, cada ser humano es bueno que tenga su tiempo. Que alguna
vez todos sean para uno. Sin mezquindades, sin interferencias; sin egoísmos.
urgente y necesaria) de su quehacer. Parte que carecería de sentido sin un propósito final
de mejor calidad de vida para cada ser y para el mundo.
Y, sin embargo, el destino o vuelo no es el de él, sino el que cada ser posee.
Por lo tanto, su misión es facilitar a cada ser el descubrimiento de sus mejores posibilidades
de existencia y a la vez, de sus mejores formas para lograrlo.
Pero, finalmente, por uno u otro camino cada ser llega a sí mismo, y en sí
mismo debe enfrentar su realidad, su destino y su sentido final.
De igual modo, las acciones inesperadas que esos seres a veces llevan a
cabo, buenas o malas, para ellos, deben ser, para nosotros, una fuente de reflexión, humil-
dad y tesón. A fin de cuentas cada ser mantiene intacta su libertad y por ello decide su vida
con prescindencia de nuestra participación. Nosotros somos meros facilitadores del en-
cuentro.
Para todos nosotros existen cosas importantes y con sentido como la amis-
tad, la paz, la armonía, el amor, el conocimiento, la tranquilidad, la comunicación, la tras-
cendencia, el afecto, el encuentro.
En cada uno de nosotros, sin embargo, esas cosas poseen sentidos distintos.
Mi amistad no es la tuya, pues ella queda regulada por las personas concretas y distintas de
quienes tú y yo somos amigos.
Ocurre, también, que muchos valores los hacemos emerger o los sumergi-
mos según las personas a quienes los referimos. El lenguaje puede ser y es una gran herra-
mienta nuestra, pero no pasa de ser una analogía.
Cuando esos diques caen suelen llevarse consigo jirones de vida que desga-
rran nuestros bordes. A más grandes, pesados y sostenidos son esos diques, más desgarra-
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dos emergemos a la verdad. Para algunos, entonces, incluso la muerte es más acogedora
que esa verdad. Y, sin embargo, fue, así, construida paso a paso por ellos.
Para un facilitador o facilitadora que hace de su vida ser, estar y sentir junto
a otros la vida y participa en la creación y construcción de caminos que nos llevan más cer-
ca de la realización que de la decepción, la muerte como suicidio es un enemigo inexorable,
en cuanto marca la decepción absoluta.
Nos refleja con una propiedad que no siempre conocemos. Imbuidos de una
particular forma de vernos a nosotros mismos y al mundo, solemos perder esta forma hasta
parecernos ajena.
Buscando convertir nuestra propia vida en leyes, hemos encarcelado nuestras únicas
verdades. Aquellas que surgen en nuestro propio contacto singular, real objetivo y perso-
nal.
Facilitar a cada ser su propio conocimiento de sí, desde sí, es facilitar a cada
ser su propia existencia consciente y responsable.
Muchas veces ocurre que la convivencia nos obliga a ser responsables de no-
sotros mismos, ante la exigencia de ser responsables ante los otros. De algún modo u otro,
en la calidad de la interacción que generamos, queda explícita nuestra personal calidad de
vida.
La verdad es que para un ser abierto y sencillo todo es un espejo. Puede ver
y verse en todo; en el paisaje de un bosque, en los objetos de una habitación, en sus propios
sueños, en el silencio de la noche, en todo. Pues, en su interacción con el mundo él es el
núcleo de su interacción.
Convivir nos enseña a vivir, como coexistir nos lleva a existir. Ser no será
jamás una empresa solitaria. Ella se desdibuja y deforma en el aislamiento y encierro per-
manente. Y, del principal aislamiento que hablo no es el del monasterio externo, si no del
de la guarida interna que muchos seres construyen por temor, ansias de control o ignoran-
cia.
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He conocido a muchos seres que viven dentro de sus muros. Muros invisi-
bles pero más duros que construcciones de piedras.
A esos muros sólo se los traspasa con la verdad y el amor. Y cuando la ver-
dad circula externa a un hombre o mujer que ciega sus ojos, sus oídos y su piel o cuando el
amor es puesto a distancia con displicente gesto, entonces sólo queda el silencio, la oración,
la meditación y la propia vida como ejemplo de opción.
He visto seres que ni ante la exageración más escandalosa de sus propias en-
trañas se daban por enterados; se aferraban a sus paredes falsas, porque sin ellas temían ser
destrozados por sus propias fauces.
Y así ocurre que si bien muchos seres desean compañía y comprensión, algu-
nos de ellos la desean para procrear sus apariencias y deformidades. Manipulan el ambien-
te en la esperanza de que siempre podrán vivirlo así, y a la vez, enojados de que otros no
hagan por ellos, lo que ellos mismos no hacen por sí.
Esos seres, reembarcados en una vida con sentido profundo no serán más fe-
lices porque la vida se les torne placentera, sino porque les resulta propia y congruente.
A medida que las personas y el grupo de trabajo avanzan, sus procesos de re-
sistencia, evasión y/o agresión se vuelcan, ocasionalmente, sobre el facilitador. Del mismo
modo sucede lo contrario, es decir, los grandes ideales y valores que cada persona persigue
y posee en sí, los proyecta y personifica en el facilitador.
Usualmente, las personas y los grupos avanzan más allá de sus temores y, re-
conciliados consigo mismos, recuperan la claridad y, así, la visión real y simple de la perso-
na que es el facilitador o facilitadora: ni semidiós ni demonio.
Su energía está siempre al servicio del poder, de cada participan-te y del gru-
po. Así, él muestra el vacío para que cada persona lo llene con su plenitud.
Una vieja historia narra que un hombre sale del infierno y va al cielo. Allí
descubre que los hechos son los mismos en ambos lugares, sólo que en este último, el cielo,
él tiene conciencia de ello.
Para mí, tener conciencia, sin embargo, cambia los hechos. En otras pala-
bras, la esclavitud y la libertad no dependen de los hechos, aun cuando los hechos intervie-
nen, sino de mi actitud ante los hechos. Y mi actitud nace de mi conciencia.
Creo que todos buscamos la integración, tanto interna como con otros. Creo,
también, que quienes promueven la desintegración externa están, dentro de sí, gobernados
por el miedo y la parálisis.
Ocurre que algunas personas yacen en la desconexión. Esa puede ser la ta-
rea de un facilitador, apoyar la conexión interior. Desde luego no suele ser, esto, un asunto
de palabras más o palabras menos, sino, más bien, de percepción, de auto percepción y de
descubrimiento vivencial, sensorial. Diversos ejercicios y ejercitaciones nos ayudan a acre-
centar y reforzar nuestra propia conciencia de sí. Y esta no puede soslayar la conciencia
corporal.
Conectar cuerpo, afectos, mente y espíritu es parte del desafío de todo hom-
bre y mujer. Es, por tanto, parte del quehacer del facilitador.
También puede suceder que su historia personal le haya llevado a poder ex-
poner la congruencia, contacto, identidad y balance que se le reconoce. Como también pue-
de suceder que estos factores estén relacionados e incluyan o no, al de su vida en y de talle-
res.
No es responsabilidad del facilitador que esto suceda, sino que se den las
condiciones para que suceda.
Un proverbio chino señala que: “Un hombre sabio es como un espejo: todo
lo admite, acepta y contiene sin poseer nada".
En fin, que todo aquello que valora y alienta en todos sea, en algún grado in-
teresante manifestado por él o ella. Que se le conozca más por sus hechos que por sus pala-
bras.
Un facilitador no es un santo, pero vive por y para los valores que hacen al
hombre trascendente y profundo.
Desde luego es en las situaciones límites que los seres humanos prueban su
valor. Muchas veces lo que un facilitador o facilitadora hace es generar un ambiente que
permita a una persona o grupo, acercarse a sus propias situaciones límites a objeto de con-
tactarlas, palparlas y, así, interactuar de mejor modo con ellas y con todo lo que conllevan.
las propias limitaciones que las de otro. Y, por lo mismo, no ofrecer jamás soluciones a
otros que en sí mismo son inexistentes.
La naturaleza, las personas, las cosas y el propio ser son fuentes permanentes
de aprendizaje para un facilitador. Y en ellas descubre el valor de los ciclos, las fases y los
cambios para ser y llegar a ser. Este aprendizaje nos muestra el valor de la espera o pacien-
cia. Nada germina antes o después, todo ocurre hermosamente cuando ocurre en su ritmo.
El ritmo es la belleza de las cosas, la vida y los seres.
Por este camino muchas veces veremos cristalizar con naturalidad y propie-
dad lo que presionado o apurado sólo habría producido una alteración más.
Y a fin de cuentas los seres crecemos cuando nos vemos con honestidad y
con honestidad nos aceptamos, a nosotros mismos y a los de-más.
vivo y palpitante, también descubrimos que somos más. Más profundos, más permanentes
y más consagrados que nuestras eternas contingencias. O sea hermosos en nuestra exacti-
tud.
Ocurre entonces que cuando hemos llegado a ser capaces de hablarnos a no-
sotros mismos de nosotros mismos, con la misma pureza que les hablamos a los demás de
nosotros mismos, y a los demás de ellos mismos, podemos decir que nos hemos hecho pú-
blicos, es decir, abiertos al mundo, sus seres y su universo sin sombras ni ocultades.
Pido a cada facilitador un ojo sano para mirar su ser y, así, el de otros. Una mano cálida
para admitir esa mirada y el encuentro. Labios tranquilos que le permitan oír y oídos alertas
que le faculten para hablar. Y, sobretodo, una oración permanente en su corazón que le
mueva a danzar, para Dios, la vida.
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1988
¿Hacemos túneles entre los fardos? No, esta vez no nos encontrarán. Los túneles,
entre los fardos de lana, siempre habían fallado. El piloto los dejaba hacer, pero el último
día bajaba a las bodegas del barco y revisaba todo. Siempre los encontraban. Fuese medio-
día o medianoche terminaban todos nadando hacia la orilla. Nadie había logrado viajar al
continente, a conocer Chile, así, hasta ahora. El caso de Carlos Joaquín Rapu era distinto.
Él se había ido enfermo y ahora estaba trabajando en Valparaíso.
Levantaron unas tablas en el fondo. Se podía sentir el sonido del mar bajo el casco y
oler el agua mugrienta a petróleo, desperdicio y lastre. Era la sentina del barco; su último
rincón profundo. No les preocupó, fue más fácil que entrar a las cuevas familiares. Estre-
chas, oscuras y profundas aberturas que se internan en la roca volcánica de la isla. Eran sie-
te. Siete tenían que ser. Y los siete adolescentes se sumergieron en la sentina. No había más
de ochenta centímetros de lato. Veinte de aire. Bajaron algunos fardos laneros y se fueron
recostando; el cuerpo en el agua y el petróleo, la cara, bajo las tablas, achatada de aire. Fal-
taban tres días para el zarpe.
Los siete guerreros navegaron en dirección al sol. Seguían el sueño de Han Maka.
Venían desde el país maorí, de un lugar llamado Marae Renga. Ira, Raparenga, Ku’uku’u
A’Huatava, Uure A’Huatava, Ringingi A’Huatava, Nonoma A’ Huatava, y Mako’i Ringi-
ringi A’Huatava fueron los primeros en pisar la isla; ya no se sabe hace cuanto: ¿400?
¿800? ¿1600 años atrás?
Sintieron hambre. Pescaron, hicieron fuego y quedaron satisfechos. Una tortuga los
distrajo. Ira intento levantarla, ni él ni sus compañeros lo lograron. Sólo Ku’uku’u, pero fue
golpeado por la tortuga. Cuando el rey Hotu Matu’a, su mujer Vakai A’Heva y la hermana
del rey, Ava Rei Pua llegaron a la playa de Anakena, siguiendo la huella en el mar de sus
siete guerreros, Ku’uku’u había muerto.
Siete moai miran hacia el mar en las laderas del Ahu a Kivi. Sus cuencas ciegas
vagan ha-cia la Polinesia, esa región de islas y mar que, aún no ha contado su pasado. A
tres mil kilómetros a la redonda nadie respira, ni habla, ni ríe, ni canta, ni danza, sólo los
habitantes de Te Pito te Henua, la isla que canta a la vida y calla a la historia.
A los moai no los trajo nadie; ellos llegaron solos desde las canteras del volcán
Rano Ra-raku.
32
¿Y cómo?
Misterio en la roca, misterio en el mar. Seres de piedra que se deslizan por la isla.
Cuerpos fatigados atravesando el océano con el agua hasta el cuello bajo la sentina de un
barco.
Habían llevado bastante agua y algo de comer; piñas, guayabas y varias gallinas.
Pronto lo poco se acabó. Al cuarto día, cuando zarpó el Allipen, barco de la firma Haverbe-
ck y Skelwert, fletado por la Sociedad Explotadora de Isla de Pascua, estaban pasando ham-
bre. “Sentimos el balanceo del buque ya en viaje a Chile y la aventura nos quitó el hambre,
el frío y el temor”. Como sus antepasados, ellos también llevaban sus sueños. “Habíamos
conversado mucho, queríamos aprender algo necesario para la isla, para nuestro pueblo y
por nosotros mismos. Íbamos para volver; es algo que está en nuestra sangre. Salir y volver.
Nosotros somos de acá y viajamos sólo para volver”. Como aquellos cinco jóvenes: Martín
Paté (24), Andrés Paté (25), Lucas Pakomio (189, Belisario Rapu (21) y Esteban Pakarati
(19) que el 2 de enero de 1944 se hicieron de madrugada al mar. Su bote tenía siete metros
de largo y lo habían cargado con cincuenta litros de agua, camotes, plátanos y naranjas.
Pronto todo fue destinado al océano, un temporal los invadió del todo. Así, con un cuero de
vacuno que los cubrió y luego, ablandado a tiritas en el agua salada, los alimentó, pasaron
24 días. Un transporte norteamericano los avistó el 26 de enero y nueve días después los
desembarcó en Antofagasta. Un par de años y todos habían regresado a Rapa Nui.
Cuando los descubrieron ya era tarde para el piloto. Además, a bordo iba Humberto
Moli-na Luco, Intendente de Valparaíso y presidente de la Sociedad Amigos de Isla de Pas-
cua. El martes 1° de febrero de 1949 fueron fotografiados para la primera página del diario
La Unión de Valparaíso.
“Luis Paoa Paté (18), Miguel Paoa Ruki (14), Ventura Chávez Hito (18), Valentín
Hiroroko Tuki (18), Florentino Hey Hiroroko (18), Pedro Noraco Teao Hiroroko (19) y Al-
berto Hotu Chávez (18), los siete “pavos” que se embarcaron en el Allipen para venir al
continente”. “Desean educarse y aprender para ser útiles en la isla, cuando regresen”, reza-
ba la leyenda al pie de la foto.
Los descendientes de Hotu Matu’a rey de los piragüeros polinésicos que emigraron
a la Isla de Pascua y, como él, descendientes de Kupe, descubridor de Tiritiri o Te Moana,
el país de las brumas altas (hoy Nueva Zelanda)empezaban a unir, para su pueblo, más de
mil años de cultura en viaje por el océano.
Maui (el pez de Maui) y a la del sur: Te Wii Panamá, por la abundancia de esa piedra como
jade que les adornaba y armaba. Eran grandes navegantes. Desde el río Wii Paoa sus gran-
des canoas podían salir a viajar, por se-manas, por todo mar antes sus ojos, con más de cin-
cuenta remeros pujantes y otros tantos tripulantes. Todos ellos, sea que arribaran a Tiritiri, a
Rapa Nui o a Valparaíso, navegaron y arribaron en pos d la vida. Porque sus dioses, el dios
Maui de los maoríes, el dios Mané y el Tangara-Manu (hombre pájaro) de los pascuenses
eran dioses de la vida.
La tradición oral en la Isla cuenta que “un descendiente de Ororoine (último sobre-
viviente de la raza Hanau eepe), hijo o nieto, fue desde el Tahai, a bordo, donde le dieron
un vaso de vino y comida, pero no comió ni bebió. Tomó el vaso y se lavó con el vino, de-
rramándoselo sobre la cabeza”
Dos días después, al bajar a tierra los marinos (de la versión de Behrens): “Como al-
gunos de ellos osaron tocar nuestras armas, se hizo fuego…el fuego que se había hecho
contra ellos causó la muerte de algunos, siendo uno de ellos el que primero había venido a
nosotros”. (Englert: 96).
Marzo, 11 de 1774. James Cook. Inglés. “Los indígenas lo acogen con gran aleg-
ría”. Ocho días después al continuar el Resolution su viaje, “algunos indígenas han muerto
a fuego por hurtar”. Nominación asignada: Easter Island.
“De temperamento curioso, los indígenas que habían invadido las dos fragatas dis-
cutían acaloradamente frente a cada instrumento de navegación, mientras otros medían las
diversas partes del barco con trozos de cordel”.
De la bitácora: “No les pedimos nada a cambio de todo lo que les dimos (ovejas, ca-
bras, cerdos, gallinas, semillas de naranjo, limón, algodón, maíz y otras diversas), pero ellos
nos lanza-ron piedras y nos robaron”…los gorros.
1811. Buque ballenero americano Pindos. Los marineros llevan agua, legumbres
frescas y muchachas a bordo. A la mañana siguiente las obligan a saltar al agua. Waden, se-
gundo oficial, coge un fusil y les dispara. La tripulación aplaude. Waden es un excelente ti-
rador.
Rurick. Navío ruso. 1816. El comandante Otto von Kotzebue ordena disparar y rem-
barcar. Luego narrará que se aterró cuando vio acercarse a los indígenas; “parecían monos,
todos pinta-rrajeados de rojo y negro”.
William Beechey. Navegante inglés. 1826. Dice que las mujeres, desnudas, intenta-
ban subir a los botes, mientras los indígenas robaban lo que pillaban. Al desembarcar se
ven en la obligación de disparar. Un jefe pascuense cae muerto. Prefieren batirse en retirada
y volver al barco. Los nativos son agresivos, les han tirado piedras.
La vida y la brecha.
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Durante cientos de años una cultura florece en la isla Te Pito te Henua. Su gente se
ha repartido la tierra; la siembra y la cultiva. Son hermanos del mar. Pescar, nadar, bucear
es respirar. El mar es generoso. A veces basta meterse en el agua, juntar las rodillas y atra-
par el alimento, entre ellas. Los cantos flotan por todas sus colinas y volcanes. Un jefe quie-
re ir con otro de pesca o salir a atrapar un ave. Un emisario corre con el mensaje en sus ma-
nos hiladas. Lleva un Kai kai:
Su gente talla, febrilmente, desde pequeño trozo de madera hasta setenta toneladas
de roca volcánica. Las ceremonias cubren cada día, cada instante. Un curanto es un contra-
to; nuestros hijos se casan, una familia se compromete a construirme una embarcación, ha
nacido una niña, ha llegado la primavera. Cada acto es un rito sagrado de la vida. Cada acto
posee un canto. Un canto para nacer, un canto para vivir, un canto para los peces, un canto
para el kiakia. Un canto funerario, un canto de recepción, un canto para amar, un canto para
danzar. Una danza para narrar la historia, otra danza para mostrar la pesca. Una danza para
atraer al varón, otra danza para enseñar los misterios de la creación. Un tallado que perpe-
túa a los Aku Aku (espíritus), un tallado que venera a su reina. Miles de maderas y piedras
talladas: pájaros, peces, animales, seres defectuosos, naves nostálgicas, mujeres en embara-
zo, rostros. Cuerpos tatuados, cuerpos pintados. Un tatuaje de estirpe, una pintura para ves-
tir.
permiso escrito para que los isleños crucen el vallado sin tener problemas con la Sociedad
Explotadora.
Autorización.
Autorizase a Zelma Tuky Pakarati para que pueda ir al campo, objeto cocinar al Sr. Mazie-
re a contar del 18 de agosto hasta fines de septiembre.
Distribución. 1 Interesado. 2Arch. J.M” (lleva un timbre y una firma). (Z. Maziere: 23).
1976. La brecha al habla. A los niños pascuenses se les ha prohibido hablar su len-
gua. El desatino es detenido a tiempo y los pascuenses no sólo recuperan la voz, sino que se
inicia la enseñanza oral y escrita del rapa nui en la Escuela (hoy Liceo). También en 1966
el vallado ha sido desarmado. Los isleños rescatan su paisaje y sus caminos, pero no sus
predios. La tenencia de la tierra es, hasta hoy (2012), el problema fundamental de la isla.
1986. Hanga Roa. Juzgado de Letras de Isla de Pascua. Secretaría, causa N° 512.
A lo principal; 1. Existe un expediente sobre posesión efectiva de don Nikonore Mariu Ma-
nuheuroroa.
3. El decreto ley 2.885 contendría normas especiales sobre el otorgamiento de título de do-
minio en Isla de Pascua.
4. El recurrente señor Juan Chávez Haoa alega dominio exclusivo y absoluto sobre este
bien raíz que trata de inscribir.
5. El señor Juan Chávez Haoa es el único heredero de don Nikonore Mariu Manuheuroroa.
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6. La solicitud de inscripción del recurrente se aviene con el orden jurídico interno de la na-
ción chilena.
Dictada por don Juan Jansana Salazar, Juez Letrado Titular (extracto de la copia fiel y certi-
ficada del original).
El golpe fatal.
Los piratas creen que las islas del Pacífico son granero humano donde pueden sa-
quear y matar. El obispo de Tahití, Stephan Janssen (Tepano Janssen) hace una reclamación
al gobierno peruano. Lo apoyan Francia e Inglaterra. Un año más tarde son repatriados cien
pascuenses. Están enfermos de viruela. Sólo quince llegan a la isla. Con ellos desembarca
la viruela y su epidemia. De 5.000 habitantes con que cuenta Rapa Nui mueren ese año
4.400. Once años más tarde, en 1977, la isla cuenta con solamente 111 habitantes. Ha sido
el golpe fatal.
Recibir o dar.
Freppel y Paul de Cassagnac alegan ante la Cámara francesa. Los indígenas han so-
licitado antes, en 1872, 1877 y 1881 el protectorado. Interviene el Almirante Krantz: “el
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La Cámara francesa delibera. La Cámara decide. “Isla de Pascua no sirve para nada”
Los franceses piensan en la utilidad, en lo que pueden recibir. En Chile, don Policarpo
Toro piensa en lo que podríamos dar.
“Los abajo firmantes Jefes de la Isla de Pascua, declaramos ceder para siempre y sin
reserva al gobierno de Chile la soberanía plena y entera de la citada isla, reservándonos al
mismo tiempo nuestros títulos de jefes de que estamos investidos y de que gozamos actual-
mente”.
Policarpo Toro ofrece, en nombre del Gobierno, educación, progreso, respeto y pro-
tección. Los predios serán respetados, un buque abastecerá anualmente a la isla y la prote-
gerá del pirateo infame. Habrá educación y trato digno.
Los siete muchachos pascuenses están felices. Desde 1946, como muchos otros jó-
venes, han estado intentando embarcarse de “pavos” y llegar al continente. Estudiarán y
aprenderán de zapatería, de agricultura, de mecánica, de carpintería, de soldadura, de enfer-
mería. Y luego, volverán a su lejana isla, para ayudar a su gente a construir y reconstruir su
propio sentido.
El fuego iniciador.
Isla de Pascua. Febrero de1988.Se ha celebrado la Tapati Rapa Nui (la semana pas-
cuense). Han sido siete días alucinantes y las más hermosas tradiciones y los más primiti-
vos ritos han sido revividos. Doña Verónica Atán, compás de una piedra, ha cantado un an-
tiquísimo Kiu (canto antiguo). Las hermanas Pakarati, una vez más, han recreado los más
hermosos Kai Kai (mensajes cantados y acompañados de figuras hechas con cordel entre
los dedos). Erito, el esposo de mi amiga Vicky Haoa, ha mostrado su pasión por el buceo, y
David, profesor pascuense, se ha deslizado, en un tronco, colina abajo en el juego del peia-
mo.
Los korohua (viejos) han entusiasmado a todos bailando el tango pascuense. Los jó-
venes han galopado por la calle principal (la Policarpo Toro) tras los honores de sus colores
y reinas de la semana. Bailes, curantos, tunuagis, competencias y el impacto mayor: la exhi-
bición de tatuajes y pintura corporal. Un viaje vertiginoso al pasado primario. La piel se me
eriza. El ancestro fluye desde las profundidades cavernosas de la isla y se dilata en mi pro-
pio estómago. Me parece tocar el fuego iniciador, aquel que plasmó a todas nuestras cultu-
ras homínidas y que reubicó el Universo en la perspectiva mágica.
El Krana.
Nos vamos a pescar con don Alberto Hotu Chávez, jefe del Consejo de Ancianos.
Don Alberto volvió. ”Nunca he leído la entrevista que nos hicieron cuando llegamos a Val-
paraíso. Pero recuerdo que dije lo que quería ser. Quería ser enfermero de la Armada y vol-
ver a la isla, trabaja en el leprosorio y en el hospital”. Y lo hizo. De la mano del enfermero
naval Hotu, encargado del leprosorio, los leprosos bajaron en 1952, por primera vez, a las
orillas azules del roquerío isleño.
Don Alberto prepara el anzuelo y me advierte del oleaje. Conversamos. - Dice Thor
Heyerdahl que la isla es un misterio resuelto.
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- ¿Usted cree Patricio que la Isla de Pascua vaya a ser un misterio resuelto?
Dice que la “pora” boliviana existe, pero su punta no está cortada y apunta hacia
arriba. La nuestra es distinta”.
Hemos conversado muchas veces y solemos echarnos sus tallas. “Don Alberto, no
me venga con cosas, usted es descendientes de peruanos” (me siento tocando el límite).
Don Alberto se me pone serio.
- Esas son tonterías del Thor. Nosotros somos maoríes. Aquí vino el jefe maorí y su
señora hace dos años. Nunca habían estado en la isla. Los llevamos con mi esposa al Rano
raraku. Ellos se acercaron despacio a los moais, se sacaron los zapatos, cerraron los ojos y
empezaron a palpar los moais. Iban lentamente rodeándolos y haciendo el “cantallora”.
-¿Qué es el “cantallora”?
-El krana es un canto que nosotros consideramos únicamente nuestro y que nunca
habíamos cantado en la isla, porque sólo se lo cantábamos a los reyes o arikis. Bajamos del
avión y ellos empiezan a cantarnos el krana, que pregunta con qué intenciones viene ese rey
al lugar. Y, nosotros, impactados de escucharles a ellos nuestro krana. Y, vamos y les res-
pondemos el canto, porque es nuestro canto y lo sabemos aunque nunca lo hayamos canta-
do. Y ellos más impactados entonces, de escucharnos cantar su krana, que es su canto pro-
pio. ¿Cómo vamos a ser peruanos? No, son peruanos quienes diezmaron y sepultaron a
nuestros sabios y reyes. Nosotros somos chilenos y pascuenses.
- El trato. Aquí éramos “kanacas”, negros. ¿Vio en la tele Kunta Kinte? La historia
de los esclavos negros en Norteamérica
- Si. Igual nos trataban aquí. Yo a los catorce años debía servir al practicante (el lla-
mado pago de impuestos de los pascuenses) y detenernos al paso del “blanco”, hacernos a
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un lado y hacerle una reverencia con los brazos cruzados en el pecho. Y llevarle leña. Pero
no estoy resentido. Con él me surgió la idea de ser enfermero y viajar al continente. Al
principio no entendía. Los carabineros, en Valparaíso, se reían. Íbamos por la calle y nos
hacíamos a un lado y dale con la reverencia. Nos dijeron. “acá ustedes son chilenos e igua-
les que todos. Somos todos ciudadanos libres. Así que córtenla con humillarse” No enten-
día. ¿Por qué los chilenos, en el continente, nos trataban como a personas? ¿Por qué, los
chilenos, en el continente nos trataban tan bien y, tan mal, en nuestra propia isla?
La primera vez.
Don Alberto canta, los korohua cantan, los poky cantan, las vahines cantan, y los
corazones galopan y por los rostros descienden lágrimas profundas.
Un rumor ronco transforma la amanecida. Han sido dos horas de magia. Ha llegado
el momento de volar. Pepe Román, Juan Emilio Estay y Jorge Riquelme, nerviosos, me pa-
san a bus-car. Entro al aeropuerto. Los collares de despedida se van sucediendo en mi cue-
llo como abrazos marineros que me acompañaran de por vida. Salgo hacia el avión. Tras la
reja llega corriendo mi amiga Vicky Haoa. Me pasa por sobre el alambrado sus collares.
Sentimos el desgarro de tres mil kilómetros que nos espera y lloramos.
A te kona ta ‘ato’a
‘ata ka vara’a ró
Justa y buena
El espíritu busca
2005.
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- Si, nos hemos llenado de taxis, de restaurantes y tiendas. Y de internet. Pero Rapa
Nui sigue siendo Rapa Nui, la tradición Rapa Nui no muere ni morirá jamás.
Días después, con Ximena, vamos al nuevo Liceo. Una construcción magnífica en
las afueras de Hangaroa. Nos ha invitado su Directora, Ana Mará Arredondo. El idioma
rapa nui se enseña en sus aulas.; lo enseña Vicky Haoa. Me pide que le de un taller a sus
alumnos. Los chicos van con sus pantalones bien abajo y las lolas con sus faldas colegiales
bien arremangadas. Nos miramos a los ojos y en sus ojos veo ese brille único y propio de
todo Rapa Nui; el de su irrefutable dignidad humana. Rapa Nui es Rapa Nui.
Bibliografía.
ENGLERT, P.S. “La tierra de Hotu Matu’a”. Ediciones U. de Chile. Santiago, 1974.
1997
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Ésta fue la segunda Mesa Redonda del Tercer Encuentro, y se llevó a cabo en la
Sede Viña del Mar de la Universidad Educares, el día 19 de Octubre de 1997.
Patricio Varas: Yo creo que los nuevos terapeutas no somos nosotros sino que son los más
jóvenes de entre ustedes. Creo que el tema es si los nuevos terapeutas van a ser terapeutas
de acuerdo a los nuevos tiempos o van a ser terapeutas cliché, estereotipados de acuerdo a
tiempos pasados. Tal vez los que sigan la línea de la psicología humanista y transpersonal
puedan tener una chance mayor de responder a lo que son los nuevos tiempos, pero creo
que todos, absolutamente todos los seres humanos tienen esa chance de responder a los
nuevos tiempos y de poder hacer algo en la interacción con el ser humano o con un grupo
que sea beneficioso. Cuando yo estaba en California el año 77, pensaba que en Chile la te-
rapia estaba atrasada quince años: desde el advenimiento de la psicología humanista el año
62 hasta el año 77; y hoy día podría pensar lo mismo, que está atrasada del 62 al 97, pero
yo creo que eso no es lo esencial. Por ejemplo, puedo decir que la palabra “terapia” está ya
en desuso. La terapia es una palabra anticuada y puedo decir que los terapeutas por lo tanto
se empiezan a autodenominar de otra manera: algunos se llaman facilitadores, otros moni-
tores, algunos se llaman acompañantes y otros se llaman simplemente con su nombre, así
que yo soy el Pato y converso contigo y tú eres el Alberto y conversemos.
Y entonces estos nuevos terapeutas no están dentro de un modelo que les exige tener
un nombre genérico; ése es un elemento, por lo tanto, de los nuevos terapeutas: pueden des-
pedirse de una determinada denominación. También eso ocurre con las personas con las
cuales participan esas personas: ya no tienen nombre genérico, ya no son “paciente” ni
“cliente”, son el Alberto, la Carolina, ustedes, nosotros, y eso significa un cambio en la re-
lación, una manera distinta de entender la relación. Hay un énfasis, un espíritu ciertamente
romántico que nace con la Psicología Humanista, que es “seamos pares” y eso significa en
esa época y también hoy día, “no quiero seguir el modelo clínico, no quiero seguir el mode-
lo médico, el preestablecido, el estereotipado; inventemos un modelo nuevo si es que hay
que tener un modelo y en ese modelo seamos tú y yo, tú con tus experiencias y tu conoci-
miento, yo con los míos, y qué podemos hacer por mejorar nuestra interacción y qué pode-
mos hacer por mejorar nuestra calidad de vida ambos”.
Por eso, podemos ser los dos terapeutas y podemos ser los dos pacientes y somos
eso y mucho más porque antes que todo eso somos tú y yo. Eso obviamente es parte de los
nuevos terapeutas; también creo que es parte de esto de los nuevos terapeutas el hecho de
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que hay ciertos principios, hay ciertos valores que no son equívocos ni discutibles. Hay al-
gunos que están en la base de lo que yo estoy persiguiendo de lo que a mí me mueve como
ser humano, y con esos principios voy a ir al encuentro contigo. Por ponerle nombre a los
principios, el llamado “principio ecológico o de no violencia” que significa que yo voy a
conversar contigo y vamos a interaccionar y algo va a pasar con nosotros que nos va a re-
construir o construir o mejorar, o como lo queramos llamar, y eso va a ser con un profundo
respeto a nuestras personas y con un profundo respeto hacia nuestras vidas y nuestro orga-
nismo vivo. Así que no te voy a presionar, no te voy a empujar ni voy a querer que tengas
que hacer algo o que yo tenga que hacer algo que rompa eso que es más delicado, que son
los principios de la vida misma. Tener eso como propio y que lo tenga la persona con la
cual converso -el principio de que la vida es sagrada- eso va a ser más importante que de-
terminada técnica o la otra.
Otro principio, que está en la base, es que no se es terapeuta porque se leen libros y
porque se estudia en una determinada escuela; se es terapeuta porque se constituye en la
propia vida en un acto determinado el principio de lo que se ha llamado lo organísmico o la
organicidad de los seres, que significa que los seres humanos tenemos ciertas formas de ac-
tuar y de comportarnos y de accionar y reaccionar y que eso es bueno que sea respetado
cuando nos encontramos en esta conversación o interacción llamada por algunos terapéuti-
ca o de desarrollo personal o de encuentro. No es de cualquier manera que un ser humano
se abre a si mismo, no es de cualquier manera que enfrentamos nuestros sufrimientos o
aceptamos nuestros dolores o revivimos nuestras alegrías; no es de cualquier manera, es de
la manera propia que tiene ese organismo vivo. Algo que dice Ron Kurtz, creador de la te-
rapia Hakomi, es que la terapia es respirar; y entonces la terapia esta viva y es entre seres
vivos y la respiración o el acto de respirar esta ahí constantemente operando en nuestra re-
lación.
Creo que para los que quieran ser terapeutas que satisfacen los tiempos actuales ob-
viamente sigue siendo un gran desafío el poder vencer el dualismo cuerpo-mente, y enton-
ces ser eso que siempre se ha aspirado a hacer desde hace más de treinta años: ser y hacer
un trabajo holístico, y eso significa ingresar en una interacción que no es solamente verbal,
sino corporal, afectiva, espiritual; que es realista, que tiene un montón de otros aspectos que
no consisten solamente en que yo te hablo, tú me escuchas, tú me hablas, yo te escucho, yo
te comento, tú me comentas... encontrar formas en las cuales podamos contactarnos y que
no necesariamente son solamente lo verbal sino incorporan otros elementos. Me parece a
mí que con el tiempo no te importe cómo te vas a denominar; no se puede ser terapeuta ni
en estos tiempos ni en los pasados, ni en un rato, es algo que parte por respetar el ritmo de
la propia vida. Significa que yo no lo puedo acelerar: puedo estar ansioso y querer hacer
eso en dos o tres años, y no es posible. Es una forma de vida que te exige tiempo, y tiempo
además asimilado, es decir que lo he internalizado en mi cuerpo y en mi alma y en mi es-
píritu, en mi mundo afectivo y que lo he convertido por lo tanto en producto para la vida...
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y eso puede ser muchos años -distinto para distintas personas, pero muchos años-; no es una
cosa que ocurra rápido.
Otro elemento que yo saco a la conversación es que los nuevos terapeutas tienen
dos elementos que son extremadamente exigentes y que no estaban en el modelo anterior:
no se puede ser un terapeuta o un nuevo terapeuta o un terapeuta actualizado con esa otra
palabra si no se ha sido fundamentalmente vivenciado y experienciado el proceso de cam-
bio humano en sí mismo junto con otros; como se dice, “te la tienes que vivir personalmen-
te primero que nada antes que nada”. Primero yo diría la experiencia, después la teoría; ha-
ber vivido procesos de entrenamiento de capacitación, de formación o simplemente de tera-
pia como lo quieran llamar que me permitieron a mí tener un sujeto de aprendizaje que era
yo mismo, que yo podría aprender muy bien lo que sucede en el cambio humano observán-
dome a mí mismo cómo he ido cambiando a través de experiencias que he ido realizando.
No hay ningún manual que reemplace la experiencia personal de vivir procesos que me per-
mitan cambiar, acercarme al mejor Pato Varas que yo podía ser en mi vida o que esperaba y
anhelaba ser y que me haga comprender que las personas, sólo si vivimos ciertas experien-
cias, podemos desarrollar eso que llamó Maslow las potencialidades.
Y el otro elemento es que hay una cosa que llamaré el trasfondo afectivo o emocio-
nal con que yo me muevo, y que yo lo pongo y está ahí, el que yo pueda comunicar y vivir
mi mundo emocional y tener además una actitud emocional para vivir el mundo emocional
tuyo y que tú lo puedas sentir. Ahora se viene a reactualizar Rogers –que tú puedas percibir
que yo he sido empático contigo y he sido congruente y que he tenido un apoyo incondicio-
nal contigo- eso tiene que ver con la actitud emocional y obviamente es un desafío y una
exigencia y si tú estás empezando significa muchos años. No es que después de tres o cua-
tro años eso empiece sino que empezó desde el principio, pero se fue confirmando, comple-
tando y desarrollando. Esto para terminar: pienso que lo que define esto que es el terapeuta
de los nuevos tiempos es que no hay distinción posible al observarte entre lo que haces y lo
que eres; tú eres como eres y eso sirve para que en la interacción algunas personas sean lo
que quieren ser; y como lo decía este genio que era Milton Erickson, no es que hagas tera-
pia, tú vives y convives con las personas y tienes ciertas tecnologías que son de lo más hu-
mano; y con eso tú te comportas desde que te levantas hasta que te acuestas y mientras
duermes; y eso le hace bien a los demás y me hace bien a mí y nos hace bien a todos y hace
algo por todos nosotros y no hay una separación entre que yo entro a trabajar y después
bajo la cortina y dejo de ser éste.
La ultima cosa, muy, muy técnica: la terapia ha tenido cambios en la historia el con-
cepto, el paradigma y quiero graficarlo en tres situaciones: la terapia concebida como con-
versación y comunicación entre dos personas, verbal y no verbal pero conversación entre
dos personas, que fue llamado “hablar acerca de tu experiencia y de mi experiencia”, pri-
mera etapa de la terapia; segunda etapa de la terapia, que nace con la psicología humanísti-
ca y especialmente con la terapia Guestáltica: no solamente hablar y conversar acerca de tu
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experiencia y mi experiencia sino lograr que tú converses contigo mismo y lograr yo tam-
bién junto contigo conversar conmigo mismo, y dentro de eso hacer cosas; no sólo hablar,
hacer experiencias que me permitan conectarme de manera que esta conversación llamada
terapéutica no solamente pasa a ser horizontal sino que es interna en cada uno de los que
están conversando. Ésa es la etapa que inicia la terapia Guestáltica el año 63, y la tercera
etapa que básicamente inicia la terapia Hakomi es, conversemos tú y yo pero yo voy a ha-
cer algo para que tú converses internamente contigo más que conmigo, y yo también voy a
conversar conmigo internamente mientras converso contigo y vamos a hacer experiencias
en conjunto; y además vamos a estudiar cómo organizamos nuestras vidas y nuestras expe-
riencias y vamos a descubrir las claves de los llamados temas centrales que están a la base
de nuestras experiencias. Eso nos va a permitir desarrollarnos y cambiar o avanzar hacia lo
que queremos. Entonces, quiero decir para terminar que la terapia es un arte y también un
conocimiento y que tiene una base que ha ido cambiando y creciendo, y que obviamente us-
tedes, los nuevos terapeutas, tienen el desafío de encontrarse con esa experiencia y con ese
conocimiento. Gracias (aplausos)
Patricio Varas: hay un sanador –que es un canalizador-. Otra característica de este campo
es cierta humildad de entenderse como un artesano que quizás canaliza algo, pero no tiene
el poder. También hay un sanador propio, en que abrimos las claves para que cada persona
halle su sanador. Por mucha experiencia, por mucho conocimiento, sin embargo, que se
tenga, nunca es posible comprender mejor a una persona que la posibilidad que tiene esa
misma persona de comprenderse a sí misma. Entonces, creo que la clave no es tratar de
comprender al otro; la clave es cómo yo dedico todo lo que puedo haber comprendido y ex-
perimentado como recursos para que el otro se comprenda a sí mismo, y para que el otro
haga lo que necesita hacer consigo mismo. Creo que hay dos palabras claves: el amor y la
verdad. Creo que a fin de cuentas la terapia es eso: cómo concretizo el amor y la verdad en
la relación que tengo contigo. La universidad está muy apernada a la verdad y muy poco al
amor.
Y quiero agregar algo más: creo que la verdad es la expresión fehaciente y adecuada
del amor; no creo que exista una verdad a secas, sola, que no tenga que ver con el amor;
creo que lo que realmente existe es el amor, y cuando el amor se nos hace patente, eso que
se nos hace patente, eso es la verdad; pero no es más que la manifestación del amor. Así
que pienso que el fundamento es el amor, el amor que damos, el amor que recibimos, todos
los amores. Y otra cosa que me resuena es que hay que tener ganas, hay que querer; y aquí
hay una cuestión de la que yo doy fe –y creo que todos los que estamos acá y ustedes tam-
bién-: el principio chino de que la perseverancia es buena compañera. En esto, ésa es una
condición sine qua non. No es posible sin perseverancia.
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2000
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Entrevista N°1
LAURA: PATO, ¿Cuáles serían los fundamentos esenciales del Desarrollo Personal y
como estos se relacionan con el aspecto valórico?
Ahora este tiene que ver mucho con el aspecto valórico, porque en el modelo con-
ductista , anteriormente se había tomado un supuesto: que el ser humano no era valórico, no
tenía valores inherentes a su naturaleza, y que por lo tanto, la terapia o la psicología o el
cambio podía hacer de un ser humano algo bueno o algo malo; y sobre eso hay incluso pe-
lículas y hay novelas y hay libros que han expresado eso como las obras de WELLS en
cine, y la -famosa novela del mundo feliz, y más cercanamente la película la Naranja Mecá-
nica. O sea una crítica a un enfoque en el cual se suponía que por Estímulo-Respuesta, por
refuerzo, un ser humano podía ser enrielado, incluso en sus valores, por que en su naturale-
za no había un mundo valórico inherente.
porque a fin de cuentas este organismo que tiende al valor, va descubriendo que hay un ám-
bito que excede su propia consciencia y su propia individualidad, y que lo hace ser, por lo
tanto, más humano, por decirlo así, ese mundo espiritual lo hace ser más humano. Y des-
pués hay dos ámbitos más que son muy interesantes de trabajar, porque como diríamos, en
la cancha se ven los gallos, que son el de la interacción, primero que nada, no tiene mucho
sentido el desarrollo personal como un asunto interno, propio, en solitario en una isla, sino
que se prueba en la calle, en la vida, en el trabajo, en el permanente quehacer, y esa tiene
que ver con la interacción. El segundo punto es que genera responsabilidades y libertades,
que de alguna manera se prueban en la capacidad de gestión y autogestión que tienen las
personas, de independencia y autonomía, y a esta última área nosotros la hemos llamado
comunitaria o de autogestión comunitaria, que se refiere a que , si realmente he tenido un
proceso de desarrollo y de ajuste en la vida, y he alcanzado ciertos niveles de fluidez y fle-
xibilidad lo tengo que demostrar en mi vida con otras personas, y lo tengo que demostrar en
el quehacer y en la acción con otras personas. Y esos diría yo, serían los elementos pilares
del desarrollo personal y del programa nuestro y de su posición valórica.
LAURA: - Desde el programa, ¿Cuál sería la proyección que tiene en el tiempo, cuales
serían los objetivos, hacia donde propende, aunque ya, de alguna manera ya ha sido señala-
do?
PATO: - Bueno... la frase tan usada, mejoramiento de la calidad de vida, yo creo que
ese es el objetivo o propósito final, pero hay otros objetivos que están en juego, que son
ciertos valores que darían respuesta, son valores que por decirlo así serían fines y medios,
es decir, me explico, hay formas de vida que son más propias del organismo que otras, en-
tonces, un objetivo es que es necesario conocer y reconocer al organismo humano en lo que
realmente es, y no en estructuras o superestructuras que se le sobreponen y que hacen que
se quiera que el ser humano sea de una determinada manera, cuando en verdad el ser huma-
no tiene una forma orgánica de ser, y que es necesario respetar, con esto me refiero a que el
ser humano tiene ritmo, las personas tienen ritmos, en el ser humano existe el dolor y el
placer, existe las polaridades, existe la confianza y el miedo, hay una serie de formas de ex-
presión de lo humano que son propias de lo humano y que es necesario conocer, y a partir
de su conocimiento, es posible cursarlas y recursarlas de la mejor manera posible para el
beneficio del ser humano y de la humanidad, pero esto no es posible si se parte de una posi-
ción, que puede ser muy filosófica, en la cual se quiere dar a conocer que ciertas cosas no
existen en el ser humano, cuando en verdad existen. Esto es lo que podríamos llamar como
el principio organísmico; así como existe el principio holístico, en este paradigma existe el
principio organísmico y que se sintetiza en que este organismo humano tiene una forma de
funcionalidad "X", que es necesario conocerla, y a partir de eso es necesario respetarla para
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que haya un crecimiento de ese organismo dentro de sus propias coordenadas. Todos los or-
ganismos humanos, todos los mamíferos en general, tienen una forma de comportamiento y
no se puede ir en contra de ese comportamiento. Es necesario que esa forma se traduzca en
las mejores posibilidades que ese mamífero y ese ser humano tenían.
Así que en los Objetivos que persigue el Desarrollo Personal, obviamente que hay
grandes desafíos, ejemplo, el desafío de ser responsable y libre, es un desafío tremendo, y
por otro lado también, el reconocimiento de las limitaciones, porque desde el momento que
aceptamos un organismo y lo vemos como es, vamos a ver que tiene montones de limitacio-
nes y carencias, y es necesario respetar eso, no digo sólo conocerlas y reconocerlas sino
respetar esas limitaciones.
En el mundo más práctico, ahora del quehacer y la disciplina del desarrollo perso-
nal, yo creo que en los próximos, en este siglo que comienza, va tener mucho que ver; y va
a tener mucho que ver porque me da la impresión que estamos en una cultura y en una so-
ciedad en que precisamente, más que perder sus valores, se ha desenfocado de si misma, el
ser humano se ha desperfilado de sí mismo y yo creo que estamos en una cultura, en una
sociedad de grandes cambios, y cambios a veces rápidos; entonces que es lo que sustenta a
un organismo que está en medio de una tempestad, o que está en medio de grandes cam-
bios, la tremenda seguridad o confianza en sí mismo, el marino que está en medio de una
tempestad con un velero, lo único que lo sustenta, es su habilidad para enfrentar la tempes-
tad a partir de su conocimiento del velerismo por decirlo así, de su fortaleza interna, y sean
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los elementos que vienen absolutamente conocidos o desconocidos, eso no incide tanto
como su propio conocimiento de sí mismo, de sus propias limitaciones, y hasta donde pue-
de llegar y que puede vencer y que no puede vencer.
Solemos hablar mucho del valor de la experiencia, y que la gente con experiencia ha
vivido mucho y tiene mucha experiencia en la vida, eso es muy legítimo, sin embargo yo
creo que la gran experiencia de la vida es la experiencia de conocerse a si mismo, eso no lo
inventé yo, lo dijo Sócrates hace mucho tiempo. El conocerse a sí mismo, es la gran expe-
riencia, porque es el mejor recurso con que el hombre enfrenta lo desconocido, el entorno
que le es desconocido; y sucede en este momento y en el siglo que viene, que estamos en
un mundo que obviamente es abiertamente cada vez más desconocido, tanto hacia afuera
como hacia adentro, el mundo que viene, es un mundo... no digo que por desconocido,
malo o dañino. Digo simplemente desconocido, ya sea porque se sale para otro planeta o se
interna en experimentaciones consigo mismo, sea en el ámbito en que se mueve, sea bus-
cando experiencias místicas, o sea queriendo conocer en profundidad con el microscopio la
naturaleza y el mundo. El hombre está en un siglo, y avanza hacia un siglo en el cual lo
desconocido prima por sobre lo conocido es más, lo conocido pierde sentido. Todo lo que
se conoce de la ciencia, lo que se conoce de la tecnología, incluso lo que se conoce en la
historia rueda de un día para otro desbaratado por lo desconocido, la tecnología por eso
cambia a pasos agigantado, y el computador que te compraste hace dos años ya no sirve
para nada porque lo desconocido avanza con una rapidez tal que incluso pasa a llevar lo
más conocido y las verdades más dadas por hecha; y en ese mundo de permanente novedad,
de permanentes actos inesperados, lo único que sustenta al organismo, sea a cualquiera, sea
un mamífero o un ser humano, es el conocimiento de sí mismo. Entonces, el desarrollo per-
sonal, que es por esencia la disciplina que se dedica a eso, yo creo que tiene una perspectiva
muy válida en los próximos años.
PATO:Primero que nada, hay que comprender que la vida de la persona que se dedica a
esta disciplina, está entroncada con el quehacer mismo; esto nace del cambio paradigmático
de la psicología humanística, y fue expresado por primera vez en el año 56 por CARL PO-
GERS, quien sustentó que el terapeuta en ese caso llamado así, o psicoterapeuta debía tener
un nivel de congruencia con respecto al momento en que estaba trabajando con el cliente,
no podía haber incongruencia entre el trabajo que hacía con el cliente y su persona. Poste-
riormente, FRITZ PERLS fue más allá, y señaló que el terapeuta debía tener una congruen-
cia de vida, entre él y su trabajo, de manera que lo que ha avanzado en este campo, en esta
disciplina, en lo que se ha consolidado es en el aceptar de que la persona que se dedica a
esta disciplina, ésta es su forma de vida, y a partir de su forma de vida, trabaja. Eso es un
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proceso también largo. Si bien su proceso de formación técnico puede ser un proceso más
bien corto o adecuado, el proceso de formación definitivo que hace que un hombre o una
mujer que se dedique a esto se sienta que está bien parado en esta disciplina le exige lo que
se ha llamado hoy día, el encarnar los principios, entonces el proceso de encarnar los prin-
cipios que están o subyacen en este modelo del desarrollo personal es un proceso largo, que
no se logra en años universitarios, ni se logra en tres o cuatro de formación técnica.
Lo más humano es, por decirlo así, lo más sanador lo más terapéutico, lo más propio
del desarrollo personal, y alcanzar ciertos niveles, por decirlo así, de desarrollo, de expre-
sión de la propia humanidad, obviamente no es un tema técnico, ni de formación universita-
ria , es un tema de experiencia, y de transitar por la vida, aceptando además que la humani-
dad propia no es perfecta, y lo que expone el profesional que se dedica a esto es su propia
humanidad, no una perfección guruística, sino simplemente su persona al servicio de las
personas; y en ese sentido, incluso el nombre de este profesional ha ido cambiando, de pri-
meramente, en el modelo clínico llamarse directamente psicoterapeuta, se pasa en el mode-
lo de la psicología humanística ha hablar simplemente de terapeuta; porque la terapia es
algo más amplio que la psicoterapia. Y aborda temas que están fuera del ámbito de la psico-
logía como por ejemplo el tema del sentido de la vida, que es más bien un tema existencial
y filosófico, que lo tiene que conocer un terapeuta, así que el terapeuta tiene que tener una
visión y una forma de estar frente al mundo que es mucho más amplia que la psicología,
aunque la psicología es muy importante. Posteriormente, o inmediatamente dentro del ám-
bito de la psicología humanística, y en el ámbito de la terapia humanística, surgió el modelo
llamado de desarrollo personal, y se optó por cambiar el nombre, y hablar de facilitador de
desarrollo personasen en vez de terapeuta, y es el nombre que ha permanecido hasta hoy
día. Es el nombre que tiene nuestro Programa, formación de facilitadores de desarrollo per-
sonal, porque el facilitador es una persona que como dice su nombre pone un montón de re-
cursos al servicio de otras personas o de grupos, es decir, facilita un proceso, no lo maneja,
la gran responsabilidad del cambio está en la persona misma y en los .grupos mismos, y no
en el especialista. En el ánimo de hacer comprender que, en esta disciplina y en este queha-
cer, la libertad y la autonomía del cliente o el participante de un grupo es muy importante
ha habido otros aportes como el de GENDLIN proponiendo que el terapeuta o facilitador se
llame simplemente acompañante, y que el acompañante puede ser simplemente un partici-
pante o sea un usuario, fíjate lo que está proponiendo, no es necesario un terapeuta, es nece-
sario modelos para el cambio, y los modelos pueden ser aprendidos incluso por los propios
participantes y puestos al servicio unos de otros , entonces en el modelo de focusing de
GENDLIN, los participantes mutuamente, toman las herramientas de trabajo y las usan, y
son unos acompañantes de otros con lo cual se rompe el tema de la especialización, del es-
pecialista, o del profesional. Así es que en lo fundamental, sí seguimos tomando el nombre
de facilitador, se trata de un profesional que pone su persona y su vida o su estilo al servicio
de un proceso de humanización de las personas. Ahora, en la formación para esto, obvia-
mente, y retomando las seis áreas que habíamos nombrado anteriormente, esta persona tie-
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ne que vivir ese proceso en su propia persona, pasando por todos los recursos y herramien-
tas, y teniéndose a sí mismo como objeto de experiencia, y como objeto de aprendizaje y
como objeto de cambio, el mismo cambio que el profesional va a proponer a otros, ha de
haber experimentado y tiene que haber ocurrido de alguna manera en él, con el uso de las
herramientas que están en las diferentes áreas. Así que en la primera parte del proceso de
formación, este es un proceso personal, de desarrollo personal de desarrollo íntimo, del que
quiere dedicarse al desarrollo de este quehacer o profesi6n.
Una segunda parte es la que se llama la parte técnica, es la adquisición de los dife-
rentes recursos o herramientas que facilitan este trabajo, y que lo hacen fácil para un grupo
de participantes. En términos generales pensamos que una persona adquiere las técnicas en
más o menos tres años, especialmente si tiene una gran apertura a experimentarlas en sí
mismo, y no tanto en copiarlas en papel, para ver como las aplica en otros. Yo insisto, el
sujeto es el gran objeto de aprendizaje; yo mismo soy mi principal objeto de aprendizaje,
para comprender este mundo del desarrollo personal y del cambio organísmico. Las técni-
cas pueden ser adquiridas en tres o cuatro años, una o varias, pero un problema de más lar-
go tiempo, es el problema metodológico, y es el hecho de que una vez que se dominan las
técnicas, dominar las técnicas significa en un paso más avanzado ser capaces de recrearlas
de armarlas y rearmarlas, y unirlas unas con otras, y de relacionarlas, y en ese proceso,
cuando ya se dominan las técnicas en el uso y la práctica, se adquiere el dominio metodoló-
gico; puedo conocer el focusing de GENDLIN, puedo conocer bien la terapia gestalt y ha-
berla practicado en mí, y haberla practicado en otros, y puedo conocer bien la PNL, y todo
el campo reichiano , que es bastante dificultoso, puedo conocerlo bien y haberlo experi-
mentado en mí mismo, y aplicarlo, pero llegar a tener un dominio metodológico sobre las
relaciones que hay entre estos recursos, relacionarlos, intercambiarlos, recrearlos, para eso
no me bastan tres años de aprendizaje técnico, me requieren más, y por lo menos son tres o
cuatro años más, ya en la práctica del quehacer, para tener este dominio metodológico. Así
que esta formación, más allá de la formación, diríamos entre comillas "académica o técni-
ca" ya está requiriendo una formación en la práctica que si sumamos son de seis o siete
años. Pero a eso hay que agregar un tercer elemento que es uno muy difícil y hasta el cual
llegan ciertos facilitadores y no pasan de ese, y otros si pasan, que es lo que se llama la acti-
tud emocional. Es decir, una vez que se tiene el dominio técnico, y el dominio metodológi-
co sobre la disciplina, viene cual es la actitud emocional con que esto lo pongo al servicio
de una persona o un grupo, comprometiendo mi persona en eso. Este compromiso mío,
como persona, de estar ahí y estar emocionalmente ahí, o sea estar efectivamente ahí, acti-
tudinalmente ahí, y no solamente técnicamente, es un proceso que requiere otros tres años
más por lo menos, de empezar a sentir que emocionalmente yo estoy comprometido y meti-
do en esto y que no hago esta cosa que es tan típica de las terapias a psicoterapias de marco
antiguo o clásicas, que es el no involucramiento de mis sentimientos con lo que pasa en mí
trabajo; acá , la propuesta es definitivamente la contraria, yo debo ser capaz de involucrar-
me como persona, y por lo tanto con mis sentimientos, con mis afectos, con mis emociones,
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o sea, tengo que ser capaz de padecer también, y de ser en el ámbito del trabajo lo que ahí
sucede, y teniendo una capacidad, una consistencia emocional que me permite estar solida-
riamente con otra persona, y sin embargo tener mi identidad. Y esa significa un tremendo
crecimiento interno, llamémoslo existencial y emocional, y esto no siempre ocurre; los te-
mores y los miedos hacen que muchos facilitadores lleguen hasta ese punto y en ese punto,
siguen siendo facilitadores o terapeutas que se manejan externamente pero no comprometi-
da e internamente. Y esto no tiene que ver con ser simpático en el grupo o estar permanen-
temente trabajando en el medio haciendo las experiencias, sino que tiene que ver con una
cierta fortaleza y fuerza anímica que tú ves en el profesional, que tu sabes que te va a sus-
tentar, y que, más allá de todo, te va a sustentar y que va a estar contigo y que va, una vez
que termine el proceso, a salir adelante y tu vas a salir adelante, porque ese sustento que él
tiene, de algún modo te va a servir a ti de soporte. Que es la capacidad que se le pide a la
terapia, entre paréntesis, que sea el soporte, mientras otra persona está en proceso de mejo-
ramiento, hacia su auto soporte. Que sea el soporte de esa persona, bueno en este caso el so-
porte no es la terapia, el soporte es el terapeuta, y esto significa no que va a quedar loco, o
enfermo, o deprimido por las cosas que vive, sino que desarrolló una capacidad existencial
y emocional tal que le permite estar en ese ámbito, le permite estar en ese mundo, y no ser
negativamente afectado sino ser positivamente afectado, es decir, el desarrollo de la solida-
ridad, es obviamente una salida positiva del asunto, la capacidad de comprender profunda-
mente a los seres humanos y por lo tanto no ser tan crítico, es una salida positiva del asunto,
la conmiseración, la capacidad de estar con otro, la capacidad de exponer las propias limita-
ciones porque no es nada tan grave ni pecaminoso, eso es como el haber dado ese salto de
haber alcanzado esta actitud emocional. Pero eso no es suficiente, cuando eso ocurre, cuan-
do esa capacidad o esa actitud emocional ocurre, viene finalmente el encarnar, o el encarna-
miento de los principios, es decir, de qué manera el terapeuta, facilitador, acompañante, o
como se le quiera denominar, que trabaja con una persona o grupo, en su forma de ser, y en
su quehacer, expone y es, no digo ejemplo, sino testimonio de los principios que subyacen;
te pongo un ejemplo, que es probablemente uno de los más difíciles y que mi experiencia
personal, a mí me ha requerido muchos años de estar en esto para poder asimilarlo e incor-
porarlo, que es un principio clave, el del respeto al organismo, el respeto a la vida, ese es un
gran principio en la terapia, en el cambio, en el desarrollo personal, que se traduce en el tra-
bajo directo en el uso de la no violencia y de la no presión en el trabajo mismo. Bueno, la
mayoría de los terapeutas, o psicólogos o facilitadores novatos, usan, y hemos usado la pre-
sión, porque a través de la presión obteníamos éxito, presionábamos a una persona para que
saliera adelante con por último algo que pudiera ser más válido, que era la solución de un
problema, pero a través de un medio que era presionando, empujando, incluso agrediendo,
pero eso no respeta el principio de no-violencia. Llegar a encarnar el principio de no vio-
lencia y de obtener los mismos resultados, de lograr que las personas lleguen a buen tér-
mino con su proceso, sin usar presión y sin usar violencia significa que se ha logrado encar-
nar el principio, y que en la persona no existe brecha entre los principios que sustentan su
trabajo y la forma como trabaja; el principio holístico por ejemplo, el principio de que cuer-
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po y mente están unidos, ¡Claro! es muy fácil decirlo, pero son años de trabajo llegar a en-
carnarlo, tanto en las técnicas, en las experiencias, en los recursos, como en la forma de en-
tender el proceso terapéutico de una persona en que tenga que ver a la persona como una
relación inseparable de su cuerpo y su mente, su espíritu y sus emociones, y poder com-
prender que en todo, en cada parte y en todo están las respuestas, y no solamente las res-
puestas de la mente están en la mente, y las respuestas del cuerpo están en el cuerpo; enton-
ces, encarnar los principios es, obviamente lo que más tiempo toma, porque además tene-
mos que considerar que, muchas personas en su proceso de formación y de trabajo, van cla-
rificando, o vamos clarificando con los años los principios, los principios están como implí-
citos, y después pasan a estar explícitos, y en la misma historia de la terapia humanística,
los principios no estaban siempre explícitos los principios de la terapia gestalt, se han ido
explicitando cada vez más y mejor, los principios de la terapia humanística, través de la ac-
tual terapia hakomi se han explicitado de una manera que hace veinte años no estaban tan
bien explicitados, así que el proceso, es natural que sea así. Y en la experiencia personal,
yo puedo decir lo mismo, o sea, los principios con los cuales yo trabajaba hace veinte años
no estaban tan explicitados y claros ni en mi mente ni en mi corazón ni, claramente, en mi
acción, como pueden estar veinte años después. Entonces, en síntesis, la formación de una
persona que se dedique a esto, es una formación que tiene una primera fase, que es técnica,
y que pasa por su proceso personal y que continúa con su proceso personal, y por una se-
gunda etapa, de largo aliento, que es, podríamos decir, su formación en servicio, es decir,
su formaci6n en el trabajo ya y en el quehacer, y que la persona lo puede chequear, o sea, el
especialista que se dedique a esto lo puede chequear; con los años puede decir, en realidad
ya estoy en un plano en que domino la técnica, yo estoy en un plano en que domino la me-
todología, no yo ya estoy en un plano en que ya hay un gran desarrollo de mi actitud emo-
cional o, finalmente, de dominio y encarnación de los principios. No digo que unos vayan
después de otros, no digo que primero vaya la técnica, segundo vaya la metodología, terce-
ro vaya de la actitud emocional; si que se van sumando e integrando todos desde el princi-
pio. Después de doce años probablemente constituyen un todo de reconocible calidad hu-
mana y profesional.
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Entrevista N° 2.
Por el año 71, me pasó algo, que me imagino que le pasa a muchas personas
haciendo muchas clases, yo hacía muchas clases en la Universidad, así que me empecé a
enfermar de la garganta. Y entonces pensé, esto se soluciona haciendo clases menos expo-
sitivas. Y empecé a estudiar el tema de hacer clases de manera no expositiva, y así llegué
al tema de la dinámica de grupo. Y me fue tan bien, en eso de hacer clases con métodos
grupales que inmediatamente empecé a enseñar en la Universidad a los alumnos de Pedago-
gía a hacer clases con métodos no expositivos, grupales. Eso fue entre los años 71 y 73. Y
el año 73, yo fui siempre un lector empedernido, eso lo heredé también de mi madre, y leía
muchísimo, visitaba las librerías, gastaba todo mi sueldo en libros prácticamente, y por el
año 73 me pidieron de la Escuela de Educación Física, una profesora muy inquieta y muy
capaz, que es Gladys Jiménez, que me integrara a un grupo experimental en que iban a tra-
bajar expresión corporal, teatro y psicodrama. Y me pidieron a mí si me pudiese hacer car-
go de este aspecto del psicodrama; me encantó la idea y comencé a trabajar con ese grupo.
Fue una experiencia muy buena, la primera experiencia, diría, integrando estos aspectos. Y
estaba en eso cuando en una librería, como me conocían los dueños de librerías o los ven-
dedores, me ofrecieron un libro, y me dijeron: mire, este libro le va a interesar a usted. Era
el libro “Sueños y Existencia” de Fritz Perls. Y la verdad es que leer este libro y pensar, y
decidir que esto era lo que yo... estaba esperando, por decirlo así, que ahí estaba resuelto,
incluso, un trabajo más intenso y más profundo que el método psicodramático, fue una sola
cosa. Y lo incorporé inmediatamente al grupo experimental. Hay algo que me llama abso-
lutamente la atención, y me llama aún hoy en día, y es la absoluta facilidad que yo tuve
para comprender el método de la terapia gestalt en esos años, de la simple lectura de los li-
bros de Fritz Perls. Me parecía como algo obvio, evidente que la forma como enfrentaba o
trataba el diálogo, Fritz Perls, o lo que proponía, me parecía casi natural. No sabría expli-
car a qué se debía eso. Posiblemente a mi familiaridad con el método fenomenológico y, es-
pecialmente, con el existencialismo. Pero el asunto es que en al año 74, empecé a hacer ta-
lleres de terapia guestalt en la Universidad Católica de Valparaíso, para alumnos, de mane-
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ra libre, había muchos alumnos, me acuerdo. Yo tenía muchos alumno, tenía dos grupos
semestralmente y prontamente me pidieron que integrara eso a un trabajo corporal, así es
que teníamos dos sesiones semanales, una que era netamente verbal, y otra que era más
bien corporal, que la hacíamos incluso en un gimnasio, allá en Valparaíso. Ahí se produ-
jo, algunos la llamarían hoy día, una sincronicidad, y es que buscando como integrar la te-
rapia guestal a un trabajo más corporal, me encontré también en una librería con un libro de
William Schutz que se llama “Todos somos uno” de editorial Amorrortu y que hoy día es
inhallable porque está agotadísimo, e integré inmediatamente la metodología de los Grupos
de Encuentro de Schutz al trabajo de Guestalt, pero lo que más me asombró fue descubrir
que estos dos personajes de la psicoterapia contemporánea y de la terapia humanística, eran
contemporáneos y habían trabajado juntos en Esalen, que era un Instituto que aparecía
nombrado en los dos libros, tanto en el Sueños y Existencia, como en el Todos somos uno.
Y en ese tiempo, corría el año 74 ó 75, entonces no me pareció nada más simple que escri-
bir a Esalen y preguntar si podía yo ir a formarme como terapeuta gestalt, o en algún grupo
parecido, y si eso era posible y cuánto costaba, y bueno, no fue posible inmediatamente por
circunstancias de la vida, de mi trabajo, pero finalmente lo hice el año 77, yo creo que en el
año 76, que es el año en que yo me vengo a trabajar acá al Centro de Perfeccionamiento,
primero en una forma transitoria, contratado por la OEA, y después, contratado directamen-
te por el Centro, marca un cambio en mi vida, paso de mi vida en Valparaíso, y de mi paso
de 10 años por la Universidad, a lo que llamaría yo, a un nivel muy experimental, inicial so-
bre el tema, a un despegue de carácter nacional, de Arica a Punta Arenas, y ya, con mi vuel-
ta de Esalen, incorporando todo lo que es el Desarrollo Personal como disciplina acá en
Chile.
PATO : Bueno, claro, yo tengo una época pre Esalen y una época post Esalen; yo di-
ría que la época pre Esalen con nitidez es del año 73 al año 77; y la época post Esalen es
del año 78 hasta ahora. La época pre Esalen, estaba marcada por unas ganas de hacer algo,
sin saber bien como se hacía; con un espíritu, una inquietud, una búsqueda, de algo que me
imaginaba que podía existir que era una experimentación sobre todo, del ser humano, a par-
tir de su propia realidad, convirtiendo al sujeto, a su propia persona en objeto de su aprendi-
zaje, y en grupos, pero nada más. Y bueno, pero con un montón de lectura; lo que me hace
señalar hoy en día que las lecturas son muy insuficientes, son necesarias pero muy insufi-
cientes. probablemente la mejor manera es leer después de haber tenido experiencia y no
antes, porque, al llegar a Esalen, a pesar de estar trabajando durante ya, diría cuatro años en
terapia gestalt, y pensando que tenía un buen dominio del método, al segundo día de estar
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en Esalen y ver a un terapeuta gestalt trabajando, me di cuenta que mi trabajo era exclusiva-
mente verbal, y que no se me había ocurrido siquiera como hacer un trabajo más corporal,
mucho más comprometido afectivamente, más natural, y más integrador del grupo, como
ocurría en Esalen, a pesar de que yo estaba haciendo experimentaciones a través del cuer-
po; yo hablaba en esa época de unos experimentos que se llamaban “Laboratorios del Cuer-
po”, en la Universidad y trataba de integrar ejercicios de la metodología de William Schutz,
sin embargo, en menos de una semana estando en Esalen y viendo mañana, tarde y noche
como se trabajaba y cual era el estilo, comprendí claramente cual era la dimensión del tra-
bajo, cual era la dimensión del enfoque, del método, y hasta que punto estaba integrado el
principio holístico, es decir, la integración de la interfaz cuerpo/mente de una manera casi
total. De modo que cuando yo volví de Esalen, en una época post Esalen, lo único que hice
fue, simplemente, aplicar mi aprendizaje, con las debidas adecuaciones al medio nacional,
modificando todo lo que había que modificar. Por ejemplo, en mi época pre Esalen, yo tra-
bajaba en una sala o salón o en un gimnasio, ya fuera la parte verbal en silla, universitaria
por ejemplo, y la parte corporal en un gimnasio con colchonetas. Pero en Esalen, descubro
lo que es el “workshop”, el taller, en el lugar mismo, con sus salones alfombrado con coji-
nes, en donde toda la vida transcurre en ese salón, y en donde hay una naturalidad y flexibi-
lidad en el desplazamiento corporal, con la propia persona y con otras personas, muy alta.
Eso es algo que, de cualquier manera marca la diferencia, el hecho de, como yo he dicho
muchas veces, sacar a las personas de sus sillas.
jaba y plantara la grabadora, porque todo lo que ocurría en un taller de terapia tenía que ser
grabado, no con le ánimo de que alguien lo fuera a escuchar, probablemente, sino simple-
mente, como una garantía de que si se quisiera investigar, que ese, a lo mejor, era un grupo
infiltrado, que tenía fines inconfesables, habría un testimonio grabado. De manera que ob-
viamente la situación era muy peculiar, el nombre, la denominación que se le daba a los
grupos, era “fantástica”, yo hablaba de “Juegos psicológicos”, ese era el nombre de cómo
se llamaba el taller, no podía denominársele ni de terapia, ni de gestalt, ni de desarrollo...
bueno, el término desarrollo personal no existía, ni de relaciones humanas, nada de eso era
factible de nombrar, en cambio, cuando yo vuelvo de Esalen el 78, bueno, yo incorporo el
término desarrollo personal, crecimiento personal acá en Chile, no soy el único que lo hago;
me imagino que hay otros que lo hacen en la misma época, pero también con delicadeza, en
esta misma institución, en el Centro de Perfeccionamiento, estaba permitido hablar sólo de
“relaciones interpersonales”, y todo tenía una especie de autocensura, todo tenía que ser de-
licado, con tacto, para evitar que alguien se fuera a molestar o sentir. De manera que eso se
va incorporando a la vida del modelo del desarrollo personal e interpersonal, muy gradual y
paulatinamente. Acá en esta institución, las primeras personas que tuvieron gran adaptabi-
lidad fueron los auxiliares, los empleados de servicios menores. Ellos no tenían ningún pro-
blema en andar acarreando colchonetas a los salones en donde yo trabajaba y preparándome
el salón para trabajar, no se hacían ninguna complicación, es decir, a ellos no les llamaba la
atención que yo tuviere que hacer una supuesta clase o taller con el grupo de treinta o cua-
renta participantes sentados en colchonetas en el suelo. En cambio, a los mismos colegas o
autoridades educacionales les llamaba la atención, y ellos me hacían comentarios, entre iró-
nicos, sarcásticos y risueños, en cambio, la gente que ponía las colchonetas les parecía algo
absolutamente natural. Muchas veces se quedaban observando y me hacían comentarios
con respecto al trabajo, porque ellos lo tomaban con naturalidad, estoy hablando de los años
78, 79, 80 en adelante. De hecho, el Programa de Formación lo inicié acá porque desde el
78 al 86 yo diría, hubo una época de preparación tanto de un nivel nacional, de los profeso-
res, y de la Institución misma, como para decir, sí, podemos ofrecer esto, como un Progra-
ma más intenso, como un programa de formación, más intenso, de más larga duración. An-
tes solamente eran pequeños cursos de una semana o de duración. Antes solamente eran
pequeños cursos de una semana o de dos días y nada más, pero yo creo que la clave es que,
llegando de Esalen yo tenía un conocimiento de lo que era realmente la interfaz cuerpo/
mente, de lo que eran un montón de métodos del que no tenía conocimientos antes ni de oí-
das; sobre los aspectos corporales, emocionales, de lenguaje y transpersonales, que en esa
época se llamaban meditativas, y que estos se volcaban en un taller que tenía una forma, un
tiempo, un lugar sui generis, que era propio del modelo del desarrollo personal, por ejem-
plo: El que las sesiones duraran tres horas y no una hora y media como son las sesiones pe-
dagógicas. Así que hay una diferencia sideral diría yo a partir del año 78.
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PATO : Bueno, mi estadía en Esalen fue maravillosa, por muchos motivos, porque se
reunieron mis anhelos, lo que yo te decía al principio, este anhelo de ser terapeuta, bueno,
allá se cristalizó, bueno, supe yo, eso es ser terapeuta, y en esto me estoy formando, y esta
es mi vida, de manera que fue excelente. Fue fantástico conocer Esalen, conocer la historia
viva de Esalen, y aunque ya Fritz Perls había fallecido, pero el programa lo dirigía Dick
Price, discípulo directo y Director del Instituto. Yo tuve muy buena acogida, no se bien por
qué, me imagino que era por que iba de tan lejos, era el único chileno, después de Claudio
Naranjo, por supuesto, que llegaba a Esalen también, sin saber yo, yo no conocía a Claudio
Naranjo, me imagino que eso también influyó, la gente tenía, obviamente, un recuerdo de
Claudio Naranjo maravilloso, y de gran respeto, por su gran calidad humana y profesional,
y claro, él era chileno, y después de nueve años de haber estado en Esalen, llega otro chi-
leno, que recién se iniciaba en esto, pero me imagino que habrán hecho algunas relaciones
fui tratado con mucho cariño, me sentí muy querido, muy amado, diría yo, por la comuni-
dad de Esalen, de mucha gente, por supuesto que tuve dificultades, por ejemplo, yo había
estudiado hasta el 5º semestre acá en el Chileno Norteamericano Inglés, y la verdad es que
cuando llegué allá, no entendía “ni jota” el inglés, y lo que más me afectaba es que ellos no
me entendían a mí mi inglés, entonces yo decía, que fue lo que estudié entonces en el Chi-
leno Norteamericano, y era un alumno, más bien bueno que malo en el Instituto, así que fue
todo un chiste el tema, yo creo que la frase más repetida mía era speak slowly –habla len-
to-, porque la verdad es que no entendía nada de lo que me decían, y me costó varias sema-
nas afianzarme en el idioma; igual, hasta el final yo hablaba más lento, y algunas cosas me
las tenían que repetir. Afortunadamente en Esalen era todo práctico, todo se hacía, así que
lo que no entendía con los oídos lo entendía con los ojos. También tenía compañeros en mi
programa que también hablaban español, había una mexicana, había un cubano radicado en
Estados Unidos, y había un brasileño, de manera que no era tan complicado tampoco; lo
que nosotros llamábamos la pequeña colonia hispánica en Esalen, de manera que la expe-
riencia fue muy linda. Fue muy fuerte también... yo creo que soy una persona muy abierta,
y lo soy, y con capacidad de adaptación a las situaciones que he vivido, pero de niño y de
joven bastante tímido, y en Esalen había, y hay hasta hoy un sector de nudismo, que tenía
que ver con los masajes, con el aprendizaje de los masajes, y ese sector incluía los salones
de masaje, las aguas termales y la piscina; la verdad es que yo llegué el día domingo, y me
demoré hasta el martes me acuerdo, en atreverme a asomarme por esos sectores, en donde
había nudismo y en donde simplemente había que andar a “cuero pelado”, pero me dije,
esta cuestión tengo que hacerla, no voy a estar todo el tiempo aquí, en que me estoy for-
mando, privándome de aprender masaje, y privándome de todo el trabajo que se hace en los
salones de masaje, por una tontera mía. Y la verdad, es una de las experiencias que más ha
significado en mi vida, el haber estado durante todo este tiempo, el haber vivido una gran
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sin tener que deberse a corrientes ideológicas, políticas, religiosas, gubernamentales de nin-
guna manera, y creo que la libertad en ese caso, obviamente impulsaba el conocimiento.
PATO VARAS : Yo creo que la posibilidad de que algo ocurra y que no sea ta-
bú, tiene que ver fundamentalmente con el contexto y con la creencia. Es decir, en el caso
de Esalen, en que el nudismo era parte de la Institución, incluso era parte de un lugar; en
Esalen a nadie se le ocurría entrar desnudo al comedor, por ejemplo, o a la cocina, era sola-
mente en una zona de Esalen en donde había nudismo, y eso significaba que las acciones
podían ser contextualizadas y entendidas dentro de ese contexto, que se creía en ellas, y que
por lo tanto había credibilidad en lo que eso proporcionaba. Y a mí me parece que no es
aplicable en cualquier contexto. Yo acá en Chile, no lo he impulsado en mis 25 años en de-
sarrollo personal, quizás una o dos veces he promovido la posibilidad de hacer masajes n
grupos, desnudos y bajo condiciones muy adecuadas, y de personas que estaban muy inte-
resadas y muy contextualizadas, y con la factibilidad de hacerlo. Porque lo que yo creo que
más incide es eso, es decir, si una determinada acción es aceptada desde un punto de vista
valórico o no, y si además tiene algún mérito, es decir, si vale la pena. En el contexto de
Esalen tenía un mérito y valía la pena, posiblemente acá no tenga ningún mérito ni valga la
pena tampoco, es decir, no constituya ni un beneficio ni un daño. Desde luego que nuestra
sociedad latina es distinta a la sociedad norteamericana, a pesar de que nosotros acá en Chi-
le somos bastante más flexibles en comparación a otros países latinoamericanos, que son
más cerrados diría yo en sus concepciones, pero a fin de cuentas, pienso que lo que nos li-
mita a nosotros es que evaluamos las acciones a experimentar, antes de experimentarlas, y
por lo tanto, no las realizamos, en cambio en la cultura norteamericana, las acciones se ex-
perimentan y después se evalúan, si salen mal evaluadas, no se repiten más, y si salen bien,
se pueden discutir y considerar si vale la pena seguir haciéndolas. En cambio en el contex-
to nuestro, muchas acciones no llegan nunca a la realidad porque son, antes de su realiza-
ción, evaluadas, Es decir, no pasan por la experimentación, sino que pasan por la fantasía.
Y a mí me parece que eso es lo más grave.
tividades, habían 4, 5 talleres simultáneos, algunos de 5 días, otros de 3 días, otros de fines
de semana; y algunos residentes, que éramos los que estabamos con programas de larga du-
ración en formación, y... habiendo una gamma exquisita de posibilidades de aprendizaje,
esta quedaba librada al interés particular de los usuarios, de los participantes. No había un
marco ordenador, ni había habido una preocupación por definir si algo debía ir antes y otro
tema debía ir después. A lo más que había, era un taller que se llama experienciación en
Esalen, en donde se mostraba un poco de todo para que la gente tuviera una información vi-
vencial de todo el espectro, pero no había una entrega organizada, sistematizada, continua
de todas las posibilidades que estaba entregando la psicología humanística y la terapia
transpersonal. De manera que cuando yo desarrollo el Programa, acá en Chile, claro, los
primeros años en que yo lo hago en Viña, en el Instituto IIDEC, en el Instituto Integral de
cultura de Ruth Hofflich en esos primeros años que yo hago el programa ahí, con un grupo
pequeño, en los años 83, 84 y 85, es un programa también muy emergente, de lo que fuera
sucediendo cada fin de semana. Pero ya cuando lo inicio en el Centro de Perfeccionamien-
to, y todos estos años, y después en el año 1991, por la Sociedad Chilena de Desarrollo Per-
sona, se hizo un programa que vino a suplir eso que Esalen tampoco tenía, que es un pro-
grama en que se ha hecho un estudio de sistematización, siempre con gran flexibilidad, pero
en donde algunas cosas están antes y otras después, como por ejemplo, obviamente el traba-
jo cuerpo/mente antecede al trabajo emocional, lo facilita; y el trabajo de reestructuración
es obviamente después del trabajo emocional, y probablemente, como ya dije, todas las es-
cuelas meditativas, desde Japón hasta cualquier parte del mundo en Occidente, en Latinoa-
mérica o en USA, el trabajo meditativo se ve facilitado cuando se ha dado en la persona un
desarrollo personal, antes que transpersonal. Esalen estaba orientado hacia la elección abso-
luta, y demás con una predominancia de las personas y personajes, por sobre la creación de
una escuela formativa. Creo que Esalen marcó, y marca una escuela dentro de la terapia
humanística la terapia gestalt y las terapias cuerpo/mente. Pero esa escuela fue dada por los
personajes, no por una integración de los métodos, y por una integración de las personas
que quisieran, de alguna manera crear algo en conjunto. Es decir, el aspecto interactivo fue
dejado siempre a elección de los usuarios. En cambio, nosotros acá, hemos creado una es-
cuela en la cual hemos puesto desde el punto de vista del equipo técnico y de los usuarios,
una orgánica, para que, tanto en el proceso personal de crecimiento, como en el proceso
formativo del facilitador o terapeuta, esto realmente ocurra de manera más eficaz.
me parece que lo que hace el desarrollo personal o la disciplina, o este modelo de trabajo es
humanizar a las personas, eso obviamente es sabio, humanizar a las personas es lo sabio, y
que las personas seamos más humanas, digamos que puede ser algo sabio, en un sentido fi-
nalista. Pero yo creo que el término clave es cual es la ganancia en términos de congruen-
cia que las personas obtienen a lo largo de su vida. Sea bajo este prisma u otro; y obvia-
mente esta relación entre estos términos: ser humano, la necesidad de ser congruente para
ser humano, y que este saber y este ser humano, expone cierta manera, un cierto saber de sí
mismo, o un cierto saber de humanidad, son aspectos que son intransferibles, es decir, no
hay ninguna posibilidad que una persona la transfiera a otra, porque la transferencia es de
tipo informativo. Si quiero decir que, el encuentro con personas importantes, o notables
como decía Gurdieff, es muy favorecedor, pero yo no me considero una de esas personas.
Yo creo que nadie porque se encuentra conmigo tenga un avance en ese aspecto en su vida.
A mí sí me pasó eso en mi vida; yo me encontré con personas, que por su forma de ser, por
lo que ellos hablaban, más allá de los contenidos, por la congruencia que expresaban, mar-
caron mi vida, puedo nombrar a Luis López de la Universidad Católica de Valparaíso, pue-
do nombrar a don José Ñihüen, un mapuche que conocí el año 75, en el Lago Lleu-Lleu,
que me ha parecido el hombre más sabio que he conocido en mi vida. Puedo nombrar a Al-
berto Hotu, el jefe del Consejo de Ancianos de la Isla de Pascua. Curiosamente hay que
considerar a personas que pertenecen a otras culturas, donde la sabiduría del vivir, este ser
de humanidad, esta congruencia de la que hablo, se realiza de una manera mucho más sen-
cilla, directa y simple que en nuestra cultura. Don José Ñihüen es un mapuche, don Alberto
Hotu es un Rapa Nui.
Ahora, que era lo que más me admiraba de don José Ñihüen. Era la absoluta
congruencia que había entre su forma de vivir, su forma de expresarse, su forma de vivir y
pensar la vida; y debo decir que don José era una persona de 58 años, analfabeta y tubercu-
loso. Y sin embargo, era desde mi punto de vista, digno de una admiración tan profunda
que sentimos los que le conocimos, que después de estar un rato con él, el sólo hecho de ha-
ber compartido con él, llorábamos de emoción después a solas, porque era realmente una
humanidad que irradiaba este hombre, que tampoco era un líder dentro de esta comunidad
mapuche, ni era un machi, ni un chamán, era simplemente un campesino que se preocupaba
todo el año de poder juntar 14 sacos de trigo y 2 de porotos para poder mantener a su seño-
ra y a su hija, y para poder mantener su parcela, a orillas del lago Lleu-Lleu. Pero era un
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hombre que parece que la sabiduría le venía desde la tierra misma, desde la condición mis-
ma en donde estaba, y de la experiencia que había vivido en sus años, mayormente apegado
a ese lugar, tampoco era un conocedor del universo, ni del país ni nada de eso. Entonces
pienso que tiene que ver con la congruencia, como es que ciertos hombres, en sus culturas,
o en su vida, en su educación, en su formación se hacen tan congruentes con lo que son,
con lo que viven, con lo que piensan, con lo que sienten, y lo que dicen, con lo que hacen y
con lo que anhelan, que eso es la sabiduría, y yo creo que eso no es transmisible, y eso lo
desarrolla cada ser humano a partir de sí mismo. Con el apoyo, nosotros hablamos en este
caso de un facilitador, de alguien que puede hacer algo porque la persona se direccione o se
interese en algo como esto; porque se interese en algo que vaya más allá que el atrapamien-
to que está viviendo en una cultura, en una sociedad que no se asoma al sentido de la vida,
que no se asoma al sentido de la libertad, y que no se asoma al sentido de la congruencia.
PATO VARAS : Hay dos autores que yo conocí en Esalen, que eran Charles
Kelley y George Leonard, que usaban la terminología, hablaban de Nueva Educación, y
ambos se referían a ámbitos parecidos, por ejemplo, Charles Kelley se refería a algo que tu
has nombrado, Educación de los Sentimientos, Educación de la Voluntad, Educación del
Cuerpo, Educación de las Emociones. George Leonard, hablaba en relación a la Comunica-
ción en los Grupos de Encuentro. De romper el paradigma cuerpo/mente y de hacer algo
que fuera integrando cuerpo/mente, de pasar a una Educación menos verbalista, y por lo
tanto menos informativa, menos racional, más integrada con las emociones y los afectos.
Los dos modelos eran casi iguales y hay una curiosidad, el opúsculo que escribió George
Leonard, lo escribió el año 66, a propósito de una charla que dio en una Universidad en
USA. Y en ese escrito, que es bastante breve, él suponía que esta forma de educación sería
la modalidad del 2000. Su charla, imagina, el año 66, ante un grupo de gente universitaria
muy importante; proyectaba la forma de la Educación para el año 2000, de hecho, el opús-
culo se llama así... La Educación en el año 2000. La verdad, es que estamos prácticamente
en el año 2000, y yo creo de que ni él, el año 66, cuando lo expuso, y luego lo escribió, ni
yo cuando lo leí, el año 77; estábamos en condiciones de adelantarnos y darnos cuenta de
que ninguna de esas ideas expuestas iba a ser posible para el año 2000. Es impresionante la
lentitud de los cambios en Educación. Yo creo que, al igual que muchas personas, yo mis-
mo he trabajado toda mi vida en esto, y otras muchas más, también lo han hecho y los cam-
bios no ocurren, y si ocurren, estos lo hacen dentro de marcos que están dentro de contextos
que no es de cambio. De manera que yo me fui dando cuenta, y creo que lo asumí con cla-
ridad a partir de la segunda mitad de la década de los 80, que estos elementos que consti-
tuían la Nueva Educación, como por ejemplo, el mejoramiento de la conciencia corporal, el
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PATO VARAS : Creo que los sueños son nuestra forma de vida nocturna. Son
una forma paralela de existencia probablemente, en donde nosotros mismos hablamos con
nosotros mismos, a través de imágenes, a través de una forma que no es verbal, necesaria-
mente, que fundamentalmente es visual. Desde luego, los sueños pueden ser gratos o pue-
den ser ingratos, creo que cuando los sueños son ingratos, y se convierten en pesadillas, es
nuestra propia manera de decirnos que algo no está siendo atendido por nosotros, y que se-
ría bueno que le pusiéramos atención. Son lo que llamamos en guestalt, las situaciones
pendientes, en un sueño, a veces están las preguntas, a veces las respuestas, y muchas veces
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Para mí, desde el punto de vista metodológico, existen dos grandes formas
de trabajar los sueños. Por una parte la línea Jungiana y por otra, la línea guestáltica. En la
línea Jungiana, obviamente hay un trabajo que tiene que ver con el concepto de arquetipo.
Los sueños muestran los grandes arquetipos, o pueden mostrarlos, acerca de la vida. Y
cada vez que nosotros nos referimos a un arquetipo o intentamos relacionar nuestra existen-
cia con un arquetipo, posiblemente tengamos una posibilidad de mayor ahondamiento en
nosotros mismos, en nuestros conocimientos, y en una mejor comprensión de la vida.
Los arquetipos son en buenos cuentas, grandes formas primarias, originarias de comprender
la existencia. Así que si descubrimos los arquetipos que hay en nuestros sueños, probable-
mente descubramos grandes fuentes de inspiración para nuestra existencia. En el modo
Guestáltico, que es el que yo más manejo, el enfoque es netamente fenomenológico, sim-
plemente se busca integrar lo que ha sucedido en el sueño, lo que ha pasado en lo imagina-
rio, a lo que está sucediendo en el aquí y ahora de la persona que narra el sueño, en térmi-
nos de sensaciones, emociones y percepciones. La integración del acto del sueño, ellas
mismas la integración del acto del sueño al acto de narrar el sueño, y que es lo que percibe
en la narración, es un proceso de interés personal, y desde luego, ocurre muchas veces que
el narrador se encuentra gratamente sorprendido o extrañamente sorprendido por los hallaz-
gos que hace al hacer su integración. el sueño no es nada más que la pintura que sale de la
paleta del pintor, y que va a dar a un cuadro; pero el cuadro adquiere su forma propia, y po-
siblemente el mismo pintor no reconozca esa forma, pero no hay duda alguna, todo lo que
llegó al cuadro salió de su paleta, y por lo tanto le pertenecía, no hay en el cuadro nada ex-
terno, y no ha ocurrido nunca que el sueño de una persona ingrese al sueño de una persona
de la habitación del lado. Un sueño es un sueño y yo lo expreso a mi propia persona; o al
menos, esa es mi percepción del mundo. Y en ese sentido, muchas veces sueñen ser revela-
dores.
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El tema del dolor es un tema difícil, porque lo evitamos. Todos los seres hu-
manos estamos inmersos en el dolor, de alguna manera, todos hemos vivido el dolor, y to-
dos lo sufrimos. Yo mismo vivo el dolor del fallecimiento de mi hijo de 17 años, y ese do-
lor y muchos más. Creo que un gran aspecto que hace al dolor más doloroso es el quera-
mos considerarlo como parte de la existencia. La muerte misma ha sido permanentemente
rechazada por occidente como un acto, como una ocurrencia; todos vivimos con la ilusión
de que nosotros no moriremos, que sólo el resto morirá. Creo que en la muerte se miden las
creencias, la fe. Es difícil comprender a las personas que dicen tener fe, por el más allá,
cuando temen tanto a la muerte y sufren tanto ante ella y sufren tanto ante la muerte de sus
seres queridos. Cómo es que esto se relaciona con la fe que tienen. Digo entonces que el
dolor, se hace más doloroso cuando no se acepta como parte de la vida, creo que es legíti-
mo sufrir con el dolor, y asumir el dolor, el dolor no se trasciende, el dolor se asimila, se in-
corpora a la vida propia y se integra, y desde él se puede crecer también, no solamente des-
de él, pero también de fe. Pero el dolor se hace más doloroso cuando nos aproblemamos
cuando existe, cuando queremos inventar un mundo en donde no exista el dolor, donde le
queremos evitar los dolores a las personas, evitar los desagrados, las molestias, las infelici-
dades, los malos momentos, y no comprender que la vida está llena de placeres y dolores,
de momentos polares, en donde negar a uno es negar al otro. El ser humano está hecho fi-
siológicamente para recepcionar algo, y traducirlo en una respuesta dolorosa en su cuerpo;
de manera que es un recurso el dolor en el ser humano. Es un recurso para comprender me-
jor la existencia, no es un enemigo desde luego, no tiene que ser deseado permanentemente,
pero no es un enemigo.
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Entrevista N° 3.
ciedad Chilena de Desarrollo Personal. Es la Institución que hoy día entrega este Programa
a lo largo de Chile, y también en forma Internacional.
Obviamente, hay gente muy bien capacitada y hay gente que está en condi-
ciones de trabajar, libremente, autónomamente como lo hacen en distintas partes de Chile y
de Latinoamérica. Y esas personas tienen un sello común, que es la formación que hace
trece años se inició en este lugar.
PATO VARAS : Desde luego que la Disciplina del Desarrollo Personal hay
grandes autores que han influido en ella como por ejemplo, FRITZ PERLS, ABRAHAM
MASLOW, VICTOR FRANKL que están aquí en la biblioteca del Centro de Perfecciona-
miento. Son la historia en el fondo, son la recopilación de lo que va quedando luego que se
experimenta, que se trabaja. Son los escritos que resumen una vida dedicada a un enfoque.
Sin embargo, no hay ningún libro que reemplace la interacción de las personas; en terapia,
si los libros reemplazaran a las personas, entonces no sería necesario, trabajar con un tera-
peuta, con un facilitador o con un grupo. Los libros son un gran aporte, reflexionan, nos
hacen reflexivos, nos permiten integrar, condensar el conocimiento y la vida, nos permiten
hacer analogías y metáforas, nos permiten disfrutar, ver la posibilidad de otras alternativas
de existencia. Pero en el Desarrollo Personal e Interpersonal el mejor libro sigue
siendo el propio ser humano.
PATO VARAS : Creo que el ser humano funciona en gran medida en base a
necesidades y eso significa que como dijo GOLDSTEIN, el hombre sale de un punto cero,
por carencia o exceso, y su organismo busca volver a ese punto cero para eliminar la caren-
cia o eliminar el exceso. Sin embargo, simultáneamente con eso, el ser humano tiene una
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Hoy día vemos que hay una gran tendencia a la experimentación... química
por ejemplo, buscando nuevos derroteros, sobre sí mismo, nuevas explicaciones, nuevas
respuestas, o nuevos contextos, nuevos ambientes, que cuando no están en la realidad mis-
ma, sean otorgados pro los efectos de la química.
Si los seres humanos logran tomar de la mano, por un lado, las necesidades
de su organismo, y la vida de su organismo y por otro lado, los valores que ese mismo orga-
nismo visualiza, vislumbra y hacia los cuales se orienta, entonces la vida se volverá más
creativa, más sana, más alegre, más armoniosa.
truye al ser humano. Y la Psicología Transpersonal nació como un paso más adelante, en la
búsqueda de aquellos aspectos que constituyen una consciencia universal, una consciencia
que excede lo individual, una consciencia que es más profundamente y más universalmente
valórica.
encuentra un tope finito, sino que hay un proceso que se vuelve infinito, porque se accede a
dimensiones cada vez más profundos que excede lo individual, que excede lo meramente
psicológico, y pasa de lo psicológico a lo social y lo existencial, y de aquí a lo místico, a lo
religioso, a lo universal. De modo que podemos decir, que el concepto de religiosidad ha
ido variando en estos últimos cuarenta años; que las comunicaciones han hecho que le reli-
giosidad requieren de un enfoque más amplio. Y que la incorporación del ser humano, a
partir de su propia consciencia a fenómenos de tipo místicos, le ha hecho muy bien a su
alma psicológica y le ha hecho muy bien a su alma, como alma religiosa.
78
Entrevista N° 4.
de la base que tenía ese interés, enseñarle algunas cosas, pintar con él, entretenerme, sopor-
tarlo y después de un tiempo, ese será un loco re loco, (... pero talentoso)... pero talentoso
en la pintura. Entonces, el tema psiquiátrico es un tema respetable, desde una disciplina
que a lo mejor tiene que preocuparse que esa persona no la de nunca de alta; pero el tema
del pintor es otro, en el desarrollo personal tenemos que enfocar la situación de esa manera,
estamos considerando que el desarrollo personal tiene propiedades terapéuticas, desde lue-
go. Pero porque tiene grandes propiedades terapéuticas, porque precisamente se relaciona
con las personas en cuanto a personas y el rescate de las personas en cuanto a personas así
sean criminales, terroristas, loco, torturadores, o lo que sea, es una tarea propia del desarro-
llo personal y cumplir con el desafío de relacionarse con esas personas en cuanto a perso-
nas. No es una tarea fácil, porque claro, algunas personas van a querer relacionarse... los de
izquierda con los de izquierda, los de derecha con los de derecha, los de arriba con los de
arriba, los de abajo con los de abajo. Me entiendes, así que es desarrollar una capacidad de
abrirse a las personas en cuanto personas, no porque tenga que compartir los valores, ni de
los terroristas ni de los torturadores, sino porque tengo que buscar de qué manera esas per-
sonas siguen siendo personas y puedo privilegiar ese aspecto de ella, y hacer algo por su
desarrollo.
PATO VARAS : En gran medida, por eso, en una de las preguntas tuya, yo creo
que hay una relación directa.
personal tiene un modelo propio, no significa que no esté estrechamente hermanado con la
temática terapéutica, lo que pasa es que la temática terapéutica, a partir de los años 60,
cambia y cuando digo cambia, me refiero a que se empieza a pensar y a experimentar con
un modelo en que la terapia va a salir del aspecto clínico y va a entrar al desarrollo perso-
nal, o sea, se va a considerar que el modelo del desarrollo personal es más terapéutico que
el modelo clínico. Pero eso no en el sentido que una persona que estaba enferma, pasa a ser
sana, sino en el sentido que una persona estaba en “A” y pasa a ser “B”. Ojo, lo que estoy
diciendo es que el modelo, cuando te cambia el enfoque, se abre, es decir, no se trata de
buscar las anomalías de las personas, las enfermedades y curarlas, sino, se trata de buscar a
las personas y permitir que se realicen mejor. Por eso yo insisto, en que el desarrollo perso-
nal, es una actividad y ahí te contesto lo de la investigación, propia para cualquier ser hu-
mano, es decir, desarrollo personal puede hacer un enfermo de cáncer, un enfermo terminal,
un preso, un enfermo con graves trastornos psiquiátricos, un niño, una guagua, un anciano;
porque el desarrollo personal no pretende que los ancianos pasen a ser jóvenes, ni que los
que tienen cáncer dejen de tener cáncer, ni que los homosexuales dejen de ser homosexua-
les, ni que los enfermos de SIDA se mejoren del SIDA, es decir, no pretende curar, preten-
de que esa personas, cualquiera sea su condición, tenga una interacción con una experien-
cia, organizada, científica, que les permita que en el contexto de lo que son y de lo que es-
tán haciendo pueden ser mejores. Ahora, es cierto, porque hay factores que inciden en la
salud, es cierto que buenos procesos de desarrollo personal, bien hechos, suelen eliminar un
montón de conductas o síntomas, o indicadores que en otro modelo serían considerados, as-
pectos enfermos de una persona; porque si la persona cambia, y cambia, como dice una de
sus principios holísticamente, y cambia organísmicamente, es probable que una persona
con un buen trabajo de desarrollo personal, que tenía una alergia, deje de ser alérgica. Por-
que la alergia era parte de una conducta de timidez y pasando un proceso, que de pasada, se
venció la timidez, también desapareció el síntoma que era la alergia. Pero el enfoque está
siempre encaminado hacia el desarrollo de las potencialidades completas de un ser humano
y en el intertanto, obviamente habrán cambios que podrán ser considerados educacionales,
terapéuticos, costumbristas artísticos, creativos, de muchas esferas; el desarrollo personal
en realidad puede tener efectos, no solamente dentro del ámbito de la medicina, por lo tan-
to, sino de la educación, del arte, de la religión, etc.
ENTREVISTADOR : Cuéntame una cosa, imagino que se pueden hacer cuadros es-
tadísticos con grupos de comportamientos de las personas; sean estos mentales, somáticos,
espirituales y hacer inferencias estadísticas a partir de los datos obtenidos.
de tipo meditativo, de tipo lúdico, de tipo social, de tipo interactivo, de tipo emocional, de
tipo comunitario, es posible eso. Pero, como uno de los grandes principios del trabajo es
abrir, potencialidades, abrir posibilidades del ser humano, la invitación es siempre a que la
persona experimente vastamente, completamente, en ancho, todas sus posibilidades, si des-
pués las personas toman caminos específicos, bueno, es parte de su libertad, pero, de que
me sirve a mí decir que hay personas que son más emotivas que otras, o, de qué le sirve a la
investigación eso.
PATO VARAS : Mira, yo he dicho durante muchos años, que los mejores gru-
pos, son los heterogéneos, con esto estoy diciendo que la interactividad como fenómeno hu-
mano, se enriquece cuando las personas son diferentes y cuando son más diferentes se enri-
quecen más. Eso significa aceptar las diferencias, y esto como principio significa, en pala-
bras tuyas, llegar a tener dentro de lo posible, llegar a tener una visión tan amplia, como
para o dejar a nadie afuera, por su diferencia. Es decir, toda persona humana, por ser hu-
mana está adentro. Ahora, este humano, si tú lo quieres catalogar y luego establecer un lí-
mite y decir, los catalogados hasta la “M” para adentro, y los que siguen de la “N” para
adelante están afuera, fue una invención que hizo alguien en su mente, arbitraria, te fijas.
Ahora, si a eso lo llevamos al problema de la psiquiatría por ejemplo, modelo clínico, no
modelo de desarrollo personal, que es una ciencia bastante poco avanzada, en mi opinión,
que sucede, sucede que hay un entorno social, hay un entorno pseudo científico diría yo,
que cataloga a la gente de una manera, enferma, por sus conductas y básicamente la aísla.
Posiblemente, las experiencias de más éxito que conozco cuando yo estaba en California,
las que más me llamaron la atención, fue como en ESALEN se integraba a personas que te-
nían el título de “esquizofrénico”, y como se le integraba a los programas de trabajo en
ESALEN, con un doctor, o con un psiquiatra incluso que hace de supervisor, haciendo
como si fuesen personas... (-NORMALES), -No, haciendo como si fuesen personas, claro,
porque el tema es que cuando las personas, si tu has ido alguna vez al psiquiátrico, o si tu
has estado en esa situación, a esas personas no se les trata como personas, se les trata como
esquizofrénicos. Se les trata de una manera especial, distinta.
83
PATO VARAS : Bueno, en el enfoque del desarrollo personal, las personas son
las personas, las etiquetas que les ponen las ciencias son las etiquetas que les ponen las
ciencias. Nosotros tratamos de trabajar con las personas en sí. Observar, percibir a una
persona que tiene una forma de ser, vamos a llamar, distinta, intentar interaccionar con ella,
construir una relación, y a partir de eso, ver la proponer la posibilidad de nuevas experien-
cias, de cierto quehacer y llegar a un resultado interesante para esa persona, desde sus pro-
pios parámetros, puede ser un desafío importante e interesante dentro del desarrollo perso-
nal. Ahora, después de eso, si quieren las personas,
ENTREVISTADOR : ¿El tema de “sin tropiezos” tiene que ver algo con la norma
social?
PATO VARAS : Me refiero a un concepto que tiene que ver con tener gracia,
con ser grácil, es como en la danza; fluidez significa que se hace un movimiento que no tie-
ne una interrupción disonante, que no tiene un bloque que lo mantiene detenido, a eso esta-
ría referida la fluidez. Fluidez es algo tan simple como... cuando tu vez esas películas del
NATIONAL GEOGRAPHIC, y sale corriendo un leopardo, y el leopardo corre persiguien-
do un bicho con cuernos, a nosotros nos asombra que a pesar de los obstáculos del camino,
y la cámara lo sigue por largo rato, el leopardo no se tropieza ni choca con un árbol, ni se
cae a un pozo de agua, habitualmente, tiene flexibilidad, tiene fluidez, para correr, va de un
punto a otro con fluidez, a pesar de que los obstáculos son absolutamente inesperados. En
cambio nos podemos imaginar a un hipopótamo, el que va a andar a choque con un montón
de elementos, porque el hipopótamo es un animal cuyo medio es el agua, y por ello, si lo
ponen en medio de un bosque va a pasar a llevar los árboles, va a romper ramas...
existe es el desarrollo interpersonal, es decir, cuando una persona asume, dice y se pone un
letrero que dice, yo soy un tipo desarrollado personalmente, tiene que demostrarlo en la in-
teracción con otras personas, no tiene que demostrarlo dentro de una pieza oscura, tiene que
demostrarlo en la vida; la vida y la interacción es lo mismo. Entonces, ahí es donde se
mide la fluidez, no se mide la fluidez con respecto a sí mismo, se mide fundamentalmente
la fluidez en el entorno, acordémonos que la definición de la terapia de la guestalt, la defini-
ción del objeto de estudio, es el ajuste creativo y de la superficie de contacto de un organis-
mo ambiente, es decir, al punto de interacción. Y cuando hablamos de ajuste creativo, esta-
mos hablando de fluidez y flexibilidad, para, para, valga la redundancia, más creativa, con-
vivir, interaccionar, ajuste en este caso es lo mismo que convivir o interaccionar.
Entonces, los principios del tao son fantásticos, son maravillosos, realmente,
pero qué es el Tao, y en qué consiste la naturalidad en el Tao. Es un proceso de vida tan
complejo, tan difícil y tan profundo, que obviamente conlleva una forma de vida y de ser en
la vida para siempre. Y posiblemente constituya un acto de sabiduría. Una de las primeras
cosas que como principiante en el Tao sabemos es que nadie sabe lo que es el Tao...
PATO VARAS : Claro, claro... es como el asunto de dios, es decir, hay mucha
gente que se atribuye la representación de Dios en la tierra, bueno, son atribuciones no más,
si es que existe dios y si es que tiene presencia corporal y humana, cosa que me parece muy
discutible, que dios vaya a ser a semejanza nuestra, o que nosotros vayamos a ser a seme-
janza de él, un día habrá algo, una energía que dirá, y de a donde sacaron que era el repre-
sentante mío, porque estos sí y estos otros no... Claro, el Tao es una cosa magnífica, pero,
atribuirse el poder de dominio de lo que es el Tao, y como que yo estoy actuando “taoística-
mente” o “taoístamente”, eso es ya más difícil, lo mismo que decir, mire, en realidad, yo
soy compinche de Dios, y yo soy la religión y sígame a mí, yo creo que son infantilismos.
PATO VARAS : Yo creo que las personas tenemos valores y eso es lo más pa-
recido a lo que, desde el punto de vista a lo que tú me preguntas, las personas tenemos valo-
res y los valores suelen ser compartidos. Ahora, estos otros valores y como los internaliza-
mos (los valores patrios por ejemplo), eso es otro tema. El valor de la patria por ejemplo, o
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los chilenos y los argentinos, es un valor, tal vez con sentido en esta época, no sé si irá a te-
ner el mismo sentido en 2000 años más. Por lo tanto, no son valores universales, son valo-
res temporales, pero, en todo caso, las personas tenemos valores y en los valores, obvia-
mente nos hermanamos. Es decir, lo que más identifica a un grupo es el que tenga valores
compartidos. Pueden ser explícitos o no, reconocido o no, pero de alguna manera son senti-
dos, son percibidos y las personas dicen, bueno yo, me entiendo con esto y quiero a esta
persona, la aprecio, ojo; tengo un sentimiento hacia la persona, pero básicamente son los
valores. Entonces, puede haber esa mentalidad o esas comunidades, o ese espíritu de co-
munidades afines, pero si tú investigas a qué se debe esa afinidad, creo que fundamental-
mente se debe a los valores compartidos. Ahora, los valores no son ampolletas colgando
del techo, los valores son formas de actuar ante la vida y actitudes ante la vida que se mani-
fiestan permanentemente. Las personas cuando se reconocen en los valores, no tienen que
reconocerse en ellos porque hablan de ellos, sino, porque tienen formas de comportarse en
las cuales se sienten afines. Por ejemplo, los suizos se suben a los buses y ellos tienen unos
tickets que compran en los paraderos, como los de los metros, se suben a los buses y no tie-
nen contacto con el chofer, y cuando ellos se bajan del bus, en unos canastos, botan los ti-
ckets. Esa conducta encierra un valor, que significa, para decirlo en forma simple, no hacer
leso al chofer, tener el tickets, botar el tickets, porque la persona podría subirse sin tickets,
podría no botar el tickets y volverlo a usar; por eso, la conducta encierra un valor y las per-
sonas se sienten afines, y se reconocen entre ellos, porque se suben al bus y hacen lo mismo
y cuando hay una persona que se sube y no tiene tickets y se baja y no bota el tickets enton-
ces, ellos, los suizos se codean y se dicen entre ellos, ese tipo es sudamericano. Porque el
sudamericano tiene otros valores, y sus valores quedan expuestos en la conducta ahí... no
tiene ese valor, carece de ese valor y por lo tanto presenta una conducta distinta. Y cuando
tú te acercas al suizo en la calle y le preguntas en un mal inglés, dónde queda la dirección
tanto, el tipo te mira con mala cara y te dice no me moleste, porque ese es un valor, es de-
cir, su conducta es un valor, un valor en que está privilegiando su tiempo, su individualismo
y su resolución de problemas a partir de sí mismo y no a partir de preguntas. Pero cuando
el suizo viene para Sudamérica y concretamente a Santiago y pregunta dónde queda el Mu-
seo de Bellas Artes, 10 personas lo van a dejar al Museo de Bellas Artes y le compran un
sándwich en la pasada y le hablan de su vida y de su familia y le preguntan por Suiza. Ese
es un valor también, te fijas, las conductas son valores y las personas, obviamente se reco-
nocen afines, no porque necesariamente hablen de los valores, sino porque las conductas
empiezan a ser... sabes, yo me siento bien con esta gente...
ENTREVISTADOR : El nombre del libro “La metáfora del Boomerang” ¿puede ser
aplicado como una analogía de comportamientos?
PATO VARAS : Bueno sí, desde luego cuando una persona o yo o cualquiera
escribe algo, hay una pretensión, hay un acto pretencioso de querer algo y querer que al-
guien lea o escuche lo que uno dice. En el libro La Metáfora del Boomerang, hay una ana-
logía evidente, que es una analogía entre una conversación entre dos personas, el autor que
soy yo y una amiga, que es la Lucía Preller, a la cual se le envía este libro, porque ella está
en un momento difícil de su vida, y no sabe salir y me ha pedido consejo, apoyo, y yo,
como han sido tantas las cosas que me ha dicho que no tengo como responderle le tengo
que responder escribiéndole un libro. Entonces, hay una analogía en el sentido en qué en la
respuesta que está dada a una persona a medida que se avanza en la respuesta, o las pregun-
tas, o las reflexiones que están expuestas ahí, pueden ser tan válidas para todos los seres hu-
manos, incluidos todos los seres humanos, incluido yo mismo y muchos. Por lo tanto, es
claro que hay allí reflexiones que son válidas para el ser humano.
Ahora, por qué La Metáfora del Boomerang, el libro está exponiendo clara-
mente que es una metáfora y que la metáfora está tomada claramente del aparato del boo-
merang, que tiene esta capacidad de que tú lo tiras, va y vuelve, ¿cierto? Bueno, La Metá-
fora del Boomerang tiene mucho sentido en que la Lucía Preller me tira un problema, esto
pasa en mi vida, me quise suicidar, etc., etc., Me tira el boomerang, y yo, que soy una es-
pecie de concavidad en el espacio, en donde rebota y da vuelta el boomerang y da vuelta
hacia ella. Lucía lanza la pregunta, experiencia y vivencias, y yo se la devuelvo en forma
de libro, que es La Metáfora del Boomerang, pero también este se refiere al hecho de que
los seres humanos tenemos un proceso, que yo lo he denominado el proceso de llegar a ser
adulto o de llegar a ser maduro. Y qué significa simplemente esto, que nosotros en la vida
tenemos una etapa en que simplemente recibimos y después hay una etapa en que tenemos
que dar, y ese es el boomerang; o sea hay que devolver la pelota, hay que devolver los ta-
lentos recibidos, etc. No sólo recibir. Yo sé que hay gente que habla de educación conti-
nua y uno estudia hasta que se muere. Por eso no niega el hecho de que aún cuando está re-
cibiendo toda la vida, hay un momento en que el énfasis está puesto en dar, los hijos reci-
ben y los padres dan por ejemplo. Obviamente, los padres reciben mucha gratificación de
sus hijos, pero hay un énfasis, hay una responsabilidad en el dar y una responsabilidad en el
recibir. El boomerang quiere mostrar eso, el libro quiere mostrar eso; el que el ser humano
descubra que tiene que salir de sí y tiene que dar si quier realizarse. Bueno, y está lleno de
situaciones y ejemplos en ese sentido. Y finalmente, La Metáfora del Boomerang es una
metáfora en el sentido de que el proceso del boomerang, no es un proceso intelectual, sino
que es más bien un proceso holístico, completo, de vida, no es tan sólo un proceso reflexi-
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vo solamente, ahí tienen que ocurrir cosas, tienen que hacerse cosas, y entonces la persona
madura o crece.
cubrimiento de una persona, lo que sí puede incidir, y eso sí que es parte del trabajo, es el
haber descubierto, que hay experimentos, que hay experiencia, que hay ejercicios, que hay
juegos, que aportan a que esas personas, precisamente abran esos aspectos internos.
PATO VARAS : Hoy en día la brecha de las comunicaciones es cada vez más
estrecha, es decir, hoy día es cada vez más fácil y es más logrado que cuando una persona
produzca algo, rápidamente eso sea comunicado a otros. Por muchos modos, empezando
por Internet. Pero a lo que yo me estoy refiriendo es otra cosa, yo me estoy refiriendo a una
creatividad que no tiene que ver con la creatividad artística, que es como la primera forma
en que uno imagina la creatividad, plástica, cine, danza; no, la creatividad a la cual me es-
toy refiriendo yo es a la capacidad de encontrar la mejor interacción para alcanzar el valor,
es decir, para alcanzar los propósitos, anhelos y forma de vida que una persona, que de al-
guna manera siente que subyacen en sí misma, y que en un proceso de toma de conciencia y
de amplificación de su conocimiento, los va haciendo conscientes, los va atesorando como
parte de sus valores y los va buscando realizar, es decir, me estoy refiriendo ala creatividad
de una persona que busca en su vida como un lema no necesariamente expresado conscien-
temente, sino muy subyacente, busca amar. Ese es un valor, y me estoy refiriendo a la
creatividad, al desarrollo de la capacidad para qui ese organismo que tiene por objetivo o
por propósito el valor de amar, encuentre las diversidades de posibilidades de caminos que
lo hagan a él exponerse como un ser que ama, estoy hablando de la creatividad de ser since-
ro, por ejemplo, del valor del ser sincero y de encontrar la forma creativa de lograrlo en...
tanto cuando el jefe te reta como cuando estás con una persona de confianza; estoy hablan-
do del valor de la aceptación y de la creatividad que implica aceptarse así mismo, tanto en
su propia muerte, en su propia enfermedad, y en sus propios defectos, y aceptar los defectos
y las carencias de los demás; la verdad, no estoy hablando de esta creatividad más formal,
sino que estoy hablando de una creatividad de forma de vida, que se expone también mu-
chas veces, en la cotidianeidad de manera simple y sencilla, por ejemplo cuando una perso-
na ama a otra, esto se trasluce porque, aunque estemos en un mundo machista, para pone en
ese contexto el ejemplo, la mujer espera a su marido en la casa y como lo ama, y dado que
lo ama, resulta que la forma en que pone la mesa es una forma creativa. tiene algo que hace
que ella se sienta bien y que hace que el marido se sienta bien, será que puso el salero dos
centímetros más allá o dos centímetros más acá, será que combinó, que se yo... el mantel
que no tenía , y puso una sábana, pero la sábana era de un color que le combinó con el sale-
90
ro, será que no tenía que echarle a la sopa y compró aliño e hizo una sopa de aliños y picó
una cebolla y resulta que eso... ¿me entiendes? los elementos pueden ser de gran calidad o
de muy poca calidad, pero la organización de los elementos indica una capacidad creativa
o no, pero en función de qué, en función de que la persona fue creativa , en función de que
quería lograr manifestar yo te amo, de una manera, no sólo verbal, sino corporal, en la ac-
ción. Entonces, estoy hablando de una creatividad que no tiene que ver con que soy o soy
Picasso o son Van Gogh, sino que tiene que ver con que por ejemplo... la creatividad del
trabajo, la creatividad como terapeuta o facilitador, la creatividad de tener la capacidad de,
en el lapso en que dura una sesión, pongámoslo dos horas, haber tenido una conversación, y
una forma de conversación con el participante y del facilitador y terapeuta, es decir, esas
dos personas sienten que esas dos horas fueron una subida en la calidad de vida de ellos, y
que abrió una posibilidad de mejor vida en el futuro, bueno, para hacer eso hay que ser
creativo, no se puede ser formal ni rutinario, ni amarraos o cosas pre hechas.
ser humano, con respecto a querer curarse, sino simplemente, iniciar algo, mediante una ac-
ción, una palabra o un frase, o un movimiento o un gesto, mediante una acción, una palabra
o una frase, o un movimiento o un gesto, y que eso abra en la persona todo un proceso en la
persona que va a durar semanas, meses y que va a llevarlo a feliz puerto. Pero producto de
un acto mínimo, de un semillar, del haber dejado caer una semilla y haber parado ahí para
que la semilla creciera y floreciera sola, no haber estado mosqueando y manoseando a la se-
milla permanentemente, hasta que la semilla se perdió, te fijas, el acto eso es elegancia.
PATO VARAS : Antes que eso, ya hay confrontación y esta separación y por lo
tanto, hay conocimiento que es considerado fuera de la Iglesia, y conocimiento que es con-
93
Entrevista N° 5.
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PATO VARAS : Bueno, yo vería de varias maneras eso, los instrumentos, los
medios, por ejemplo, como puede ser el uso del video, si nos ponemos en ese plano, consti-
tuye un gran aporte en lo que es desarrollo personal y terapia, por un asunto esencial, y es
que uno de los pilares del cambio de una persona y de un grupo es la posibilidad que le da
la retroalimentación, y en los años que yo llevo trabajando creo que el instrumento o el me-
dio que más aporta a la retroalimentación es el video, es impresionante. En este afán, por lo
menos en el estilo mío y cuales son mis creencias de trabajo, de capacitar y de tener la posi-
bilidad de retroalimentar a las personas a partir de lo que percibimos, y no de lo que imagi-
namos y expresar nuestros propios sentimientos y no tanto nuestros pensamientos o creen-
cias de una persona. Indudablemente que una cámara de video es un testigo fiel de lo que
una persona dice y hace, y responde al viejo mandato taoista de que el hombre sabio es
como un espejo, que todo lo refleja y nada lo posee, el espejo no posee nada, pero el espejo
tampoco elimina nada, refleja todo; no posee nada de lo que refleja, pero lo refleja todo; no
posee nada de lo que refleja, pero lo refleja todo absolutamente; y yo creo que en la época
contemporánea, el video es mejor que el espejo, y te explico por qué: Nosotros tenemos
una relación con el espejo que está gobernada por nuestra mirada, es decir, nos miramos de
frente, de medio, o de perfil pero siempre nos miramos... bueno, nos miramos en el espejo y
a veces aunque se pueda poner un espejo por atrás como en las peluquerías, sigue siendo la
mirada la que gobierna, pero en el video... el video tiene un ojo propio, por lo tanto, el vi-
deo te muestra tal cual eres pero desde un ángulo que no es el propio, que no es el tuyo, tu
no te puedes arreglar para el video. Yo me miro en el espejo y pongo mi mejor mirada y mi
mejor sonrisa (-como para la foto...), como para la foto, claro; pero el video te toma de un
costado, o desde atrás o del frente, además, con esto del zoom, a una distancia que tú no co-
noces, no sabes si tienes un primer plano, o un plano general, y entonces, es tremendamente
impactante, esa es la palabra que yo usaría, impactante como un medio de retroalimenta-
ción, y por lo tanto, en terapia y en desarrollo personal tiene unos usos fantásticos. Y es un
ejemplo de lo que puede hacer cualquier medio que le permite a una persona reflejarse. La
terapia domina todo un campo de recursos que tiene que ver con el reflejo, con reflejar a las
personas; y hay medios, como el video/cassette u otros similares que cumplen eso a la per-
fección. Por supuesto ese trabajo no lo puede hacer sólo, si ese trabajo de video está acom-
pañado por un buen facilitador o terapeuta, yo creo que se le puede sacar muchísimo parti-
do.
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Y en otro ámbito, claro también está esto de que el mundo se vuelve tecnoló-
gico, de que el smog, en ese otro ámbito, en el ámbito, digamos de las comunicaciones, de
la vida urbana, y los desplazamientos, y en fin, de un montón de aspectos que le dan efica-
cia a la vida, que la despersonalizan y la hacen más rápida, desde luego que eso constituye
una suerte de motor en el campo del desarrollo personal, porque básicamente va generando
condiciones de vida, que en algún sentido, mejoran la calidad de vida y en otro sentido, la
empeoran; y le permiten al desarrollo personal tener un ámbito de trabajo porque este viene
a ser algo así como el colchón que recupera la calidad de vida ahí donde la tecnología, vista
como actividad mundana, la empeora. Pero eso tiene que ver con un tema más profundo,
que tal vez no se resuelve sólo a partir del desarrollo personal o la terapia, que es el tema de
los valores; si una sociedad o una cultura elige bien sus valores, obviamente va a saber ma-
nejar los medios, porque va a tener claros los fines; si se deja llevar por ciertos valores que
admiten ciertos medios, va terminar entrampado, por ejemplo, el valor para la comodidad
para viajar a terminado por entrampar a un montón de ciudades con problemas de tránsito.
El valor de que la gente viva, de alguna manera cómoda y centralizada, ha terminado por
quitarle sol a las calles. Entonces, te fijas, la vida parece ser, a veces se dice que la tecnolo-
gía va cambiando la vida y los seres humanos como que reaccionamos con eso, pero, la ver-
dad es que sucede que la tecnología está al servicio de ciertas personas y de ciertos poderes,
y esas personas tienen ciertos valores y manejan por lo tanto el mundo valórico y de los
medios del resto de las personas y bueno, hoy en día todos estos movimientos ecologistas
son un poco una llamada de atención y decir, no son esos los valores que perseguimos, que-
remos otros y vamos a tener que equilibrar esto. Todo esto que se habla del desarrollo sus-
tentable, por ejemplo, se refiere a eso, a un tema de fondo, y el tema de fondo es los valo-
res, cuando las personas toman cierto camino valórico, obviamente adecuan los valores y el
mundo a esos valores. Cuando las personas, las estructuras o los grupos, no tienen discerni-
miento, ni clarificación, ni evidencia de explicitación de sus propio valores, simplemente
son cogidos y tomados por otros grupos u otros poderes y quedan al servicio de esos otros
valores, que pueden ser que no sean los de ellos, y que terminen por descubrir sus aspectos
negativos una vez que los padecen, no antes.
PATO VARAS : Mira, por ejemplo los computadores, estos son el efecto de
una empresa, o de un par de empresas, no más de tres en el mundo, la Microsoft, por ejem-
plo, esa empresa tiene ciertos valores, y esos valores las representan sus dueños y sus so-
cios y la gente que está en eso y de acuerdo a eso, ellos elaboran un producto que se masifi-
ca y el uso de ese producto significa la aceptación de ciertas de formas vida, que tiene ob-
viamente un contenido valórico. Las personas vienen a estar de acuerdo con los valores
que emanan de esos productos, después de usarlos por un cierto tiempo. Y los valores que
emanan de los productos, ni siquiera son coincidentes ellos mismos, por los cuales la em-
presa, los dueños y los socios hicieron estos. Guardando las proporciones, lo mismo que
pasa con la droga, la droga es un comercio, es un negocio, que está en manos de unos pocos
“empresarios” y que ellos satisfacen ciertos valores, los de ellos, a través de un comercio
que les reditúa grandes ganancias económicas, y por eso lo hacen, no tienen una cruzada
ellos, no es como Leary que tomo LSD y se fue por Estados Unidos en un camión, con una
banda de rock repartiendo LSD gratuitamente, porque él tenía una cruzada en el sentido de
que pensaba que el LSD era un gran despertador de la mente y que podía tener un potencial
crecedor para el ser humano, No los mafiosos no tienen esa intención, no le venden a las
personas cocaína y heroína ni marihuana... en verdad les interesa un pucho si les va bien o
les va mal, lo que les interesa es que con la venta de un poquito de polvito ellos obtienen
grandes ganancias, ellos saben que es un negocio fantástico... Ellos tienen esos valores, la
persona que adquiere el producto no adquiere los valores del mafioso, adquiere los valores
que emanan del producto. Del producto emanan valores, supongamos, por poner un nom-
bre, de excitación, o de...
ENTREVISTADOR : ... o de ética estética, pensando por los hippies por allá en los
años sesenta...
PATO VARAS : ... claro, el producto permite ciertas cosas. Bueno, esas perso-
nas tienen esa interacción con el producto, antes o después resuelven si esos valores les son
válidos o no y bueno, ahí viene otro problema, y es que el organismo también habrá tomado
una opción valórica.
sonado; bueno, con el computador, pasará lo que pasa con cualquier usuario de computa-
dor, yo también soy usuario de computador, que al principio estaba pegado al computador
toda la noche y ahora lo uso sólo en mis ratos libres. Te fijas, ha habido un proceso de ma-
nera que el producto y el medio, mantiene implícitamente una interacción que contiene va-
lores, y eso es lo que el desarrollo personal puede hacer por las personas, cuando las perso-
nas crecemos, en términos a qué queremos con nosotros mismos, qué queremos para la
vida, qué queremos para nuestros hijos, qué apreciamos como bueno, qué apreciamos en
el fondo y qué hacemos por lograr lo que apreciamos, desde luego, que tenemos una forma
mejor instalada de enfrentar las interacciones con cualquier cosa novedosa, o engañosa o
desconocida que se nos aparece y ante la cual tenemos que tomar decisiones y establecer si
esto será bueno o malo para mí, para nosotros, para nuestras familias, etc. Pero el problema
de fondo es el problema valórico.
ENTREVISTADOR : Esto conlleva la capacidad para ser un pro actor, en vez de ser
un mero actor; es decir la capacidad de ver los pro y ver los contra y evaluar para una buena
toma de decisiones...
PATO VARAS : ...¡Exacto!, eso que dices tú, ser un pro actor, es decir, antepo-
nerse, llegar con una posición; no llegar con una posición rígida, pero llegar con un susten-
to, llegar con un bagaje de alternativas, pero sobre todo con un horizonte, que orienta a las
personas, que orienta su existencia. Consideremos que lo que es valórico para occidente,
puede ser absolutamente negativo o no apreciado para alguna región de oriente y viceversa.
Lo que constituye un acto de locura en occidente, en oriente puede ser considerado un acto
místico; o de gran congruencia humana, lo que constituye una acto de locura en oriente,
puede ser considerado en occidente un acto absolutamente místico o de gran consciencia
humana.
cinco barcos fueron hundidos mediante ese sistema, muchos fueron averiados. En términos
occidentales (costo/beneficio), ¡claro!, es irrelevante, es anecdótico. En términos de la con-
gruencia del Samurai, del hombre del Japón, de todas sus tradiciones, de toda su cultura y
sus desprecio por la “vida” y de sus necesidad de inmolarse por la patria, y de un tremendo
sustento moral y ético, para la nación posterior, es una genialidad. Inimitable además, na-
die tiene cojones para imitarla; te fijas, ahí tienes contrapuesto...
PATO VARAS : Mira, yo creo que el mundo del que viene el desarrollo perso-
nal... yo he vivido en el mundo del desarrollo personal 25 años más, el desarrollo personal,
dentro del movimiento de psicología humanística y transpersonal, no creó, pero estableció
una verdad muy interesante, y es que el ser humano, en términos de crecimiento, en térmi-
nos de mejoramiento de su calidad de vida, cuando esto ocurre, me refiero a su equilibrio
interno, a su integración, a su capacidad de congruencia, a su bienestar espiritual, a su bien-
estar corporal también, el ser humano cuando va en ese camino, antes o después se topa con
la religiosidad, o con lo místico, o con lo profundo; pero se topa de una manera vivencial,
no por discurso, se topa con lo místico, o la religiosidad, empieza a sentir que su conciencia
bordea estos aspectos y los puede como palpar, y a mí me parece que la religiosidad por lo
tanto, del siglo 21 y en adelante, va a reemplazar a la religión, a una diferente, hago una di-
ferencia, las religiones actuales, de todas diría yo, sin excepción, son religiones de culto,
100
son religiones formales, externas, educadas; no responden a una situación profunda de con-
tacto existencial entre ese organismo humano y lo místico, lo profundo, lo divino. Rara
vez, obviamente que en todas las religiones hay gente que tiene ese contacto, lo declara.
Habla en nombre de Dios, hace ritos en nombre de dios, pero externos, nada lo avala, bueno
pero eso es algo que dicen, no se siente, en cambio yo creo que la religiosidad es un acto
profundamente privado, no es público, es individual, puede ser masivo, pero conecta direc-
tamente a un ser humano con lo divino, directamente, y lo conecta, no a través de una idea,
sino a través de sensaciones que se expande en su conciencia y lo que ha dicho, por ejemplo
la psicología transpersonal, es que esas cosas son observables, están ocurriendo y no ocu-
rren en el marco de una capilla, ocurren realmente en el viaje que un ser humano hace hacia
su mejor forma de ser humana, su más sana forma de ser humana, que, no al principio, sino
después de cierto tiempo, lo despiertan y lo hace contactarse con algo que es de una gran
profundidad. Este autor, Van Dusen, hablaba que el hombre encontraba a Dios en la pro-
fundidad de su ser interno porque dentro, era un universo tan inmenso como afuera, y que
lo divino estaba adentro; está en todas partes podría ser, o lo místico si queremos llamarlo
de diferente manera.
Nosotros somos una cultura de dos mil años que responde a ritos y cultos,
formalidades religiosas. No somos nosotros de occidente, y en general, el mundo de estos
últimos 2 mil años, un mundo en donde exista una integración, esta unidad indisoluble que
existe por ejemplo en la religiosidad indígena, en donde el mundo, los animales, las perso-
nas y Dios están absolutamente integrados, son inseparables. Uno de los elementos para-
digmáticos nuevos que emergen con el siglo 21 es esto del universo participatorio o la inse-
paratividad del universo; así como no es posible hablar de la inseparatividad cuerpo/mente,
porque no conozco a ningún ser en que el cuerpo ande por un lado y la mente a dos cuadras,
también llegará el momento en que podamos llegar a sentir y vivenciar que nuestra relación
con el universo, con lo creado y con todo lo que contenga incluso, si contiene un Dios, con
un Dios, o varios dioses o simplemente la divinidad, es inseparable de nosotros, y eso de
nosotros también es inseparable. Esta creación de separaciones, como la tierra y el cielo, el
infierno y el cielo, los pecadores y... ese dualismo es algo que tendrá que desaparecer, no se
cuando, no se si en cien años o en doscientos, o trescientos, pero (-para allá vamos...), ¡cla-
ro!, porque no hace crecer al ser humano; eso detiene, y hace más daño que la tecnología y
el smog. Entrampa totalmente al ser humano, si el ser humano va a crecer, va a ser en una
dimensión de descubrimiento de su espiritualidad, pero para eso tiene que descubrir los ca-
minos reales para el descubrimiento de esa espiritualidad, no los caminos formales, pre he-
chos, y simplemente “maqueteados”. Aunque sea duro decirlo, la verdad es que las institu-
ciones religiosas son maquetas, tal vez los religiosos que están ahí algunos no lo sean, pero
las instituciones religiosas son maquetas. Son tan maquetas la iglesia católica como el Tí-
bet. Son maquetas. Y Dios no puede ser una maqueta, Dios tiene que ser un sentimiento,
no puede ser Dios un acto de que solamente creo en eso, porque creo no más, no puede ser
ni siquiera tan solo un acto de fe, Dios; Dios o lo divino debiera ser un acto de coexistencia,
101
real y si el hombre y el ser humano tiene posibilidades de crecimiento, tendrá que crecer en
esa dirección. No se si será del desarrollo personal como disciplina, pero tendrá que ser la
humanización del hombre, creo que está, mira lo que digo, creo que la humanización del
hombre mediante estados de sutileza y sensibilidad le van a permitir contactar lo divino.
No la divinización del hombre al estilo de los cultos religiosos, que ha humanizado al hom-
bre hasta por ahí no más, y en algunos casos, dicha divinización del hombre ha horrorizado
lo humano. Es cuestión de ver la inquisición para descubrir el gran contrasentido. Unos re-
ligiosos mandando a matar a otras personas. Si tú lo ves desde adentro, como que dices,
bueno, eso fue sólo un hecho histórico, pero si tú te sales y te vienes de otro planeta, o te
vienes de oriente, es esquizofrenia pura, es locura pura, el haber llegado a esta forma de
vida, que hay detrás de eso, afán de poder, locura, yo creo que ni siquiera afán de poder,
simplemente perturbación. Entonces pienso que, seguramente, lo más probable es que, lo
que nos depare el futuro es algo inimaginable, como lo fue, me imagino inimaginable en el
siglo décimo, lo que iba a estar ocurriendo en el siglo 20. Y el ser humano siempre tendrá
que batirse ante lo desconocido o inimaginable, en la dimensión que sea, material o inmate-
rial, siempre tendrá que batirse con sus propias herramientas, y una de las grandes herra-
mientas del ser humano es su conciencia. La conciencia psicológica, la conciencia mental,
la conciencia lógica, la conciencia ética, la conciencia en todos sus planos. Vaya a dar a
donde vaya a parar el hombre, vaya a parar a la galaxia
“X – 22”, o vaya a encontrarse de sopetón con Dios, o vaya a dar a una nave interestelar, o
vaya a dar a una cueva minera, donde vaya a dar el hombre, no son los elementos ni la tec-
nología los medios que le van a resolver la existencia, va a ser su conciencia; su conciencia
con todos los recursos que trae aparejada la conciencia, empezando por los 5 sentidos, por
el uso inteligente de los 5 sentidos, por la capacidad de comprender lo que es valórico, lo
que vale la pena, y por la voluntad en lo que sí desea obtener. Ese es el recurso del ser hu-
mano, y sea el plano en que se discuta, sea en el plano científico, artístico, religioso u otro,
esos planos si no pasan por eso, están al margen de lo humano, de manera que mi impresión
es que la ciencia depende de la conciencia humana, el arte depende de la conciencia huma-
na, la religión depende de la conciencia humana; no puede estar al margen de la conciencia
humana ninguna cosa.
Yo creo que en Chile, con el programa que venimos desarrollando ya, casi
15 años, desde hace muchos años que estamos en eso, desde lo corporal hasta lo espiritual,
pasando por lo emocional, lo integrador y el lenguaje. Obviamente, esta disciplina, este co-
nocimiento, este Programa de Formación, tiene un mundo propio, que se ha podido asentar
en los últimos años, porque las instituciones privadas se han podido asentar en Chile. Ya,
la formación en este campo, y en otro no es privativa de las Universidades; y eso ha sido
bueno hoy en día porque las Universidades hoy en día no tienen ninguna posibilidad de for-
mar un facilitador, aunque se lo propusieran, porque tiene un estilo de funcionamiento, una
orgánica y un cuerpo de docentes que no tiene por donde resolver el mundo de la disciplina
del Desarrollo Personal. La verdad es que no hay ninguna posibilidad, no pueden... cuando
esto nació en Esalen, que es un Instituto privado, no es una universidad, acá es lo mismo.
A mí me han... no una sino varias universidades, me han hecho la oferta de que traslade el
103
Programa y se cree, ya sea como una escuela o más bien como un post-grado o un post-títu-
lo. Cosa interesante en la perspectiva del siglo 20 y 19, pero irrelevante en la perspectiva
del siglo 21, de manera que yo nunca he estado por eso; pero además, en la cuestión prácti-
ca y funcional es imposible.
PATO VARAS : ¡Claro! y la verdad es que no hacen nada que sea muy pareci-
do al desarrollo personal...
ENTREVISTADOR : ¡Quizás una que otra dinámica grupal acompañado con relaja-
ción y...!
una persona en terapia humanística o en desarrollo personal; de modo que, las universida-
des en este momento no son el contenedor apropiado, y como las condiciones están dadas
porque, gracias a la libertad, a que hayan instituciones privadas que si puedan ser el conte-
nedor, yo creo de aquí al próximo año, el desarrollo personal va a seguir creciendo como
una disciplina que se forma a partir de su propio modelo, de su propio contexto, de su pro-
pia escuela. De hecho, nuestro Programa hoy día es una escuela, básicamente es una escue-
la, tenemos 40 alumnos y es una escuela con una duración de tres a cuatro años. Pero con
las características propias de nuestro modelo, es decir, con maratones de fin de semana, con
sistemas de estadía, con compartir la autogestión del trabajo comunitario, con mucha inte-
racción. Cosa que es impensable en una universidad, tanto por el lado de la disciplina mis-
ma como ciencia, como por el lado de los formadores, que están acá y no allá, como por el
lado del estilo y el modus operandi, el desarrollo personal tenderá en el futuro a ser una dis-
ciplina bastante autónoma, y en términos de generar su propio modelo de gestión; y si algún
día las universidades en forma experimental primero y de alguna manera piloto, abren es-
pacios para esto, posiblemente se podrán incorporar algunas acciones formadoras me refie-
ro, porque ahora existen talleres de desarrollo personal en las escuelas dentro del modelo
lectivo, o sea como en esta sala, haciendo desarrollo personal. Pero, yo creo que la discipli-
na será independiente y autónoma, y todavía tiene... con 25 ó 50 años de vida dentro de los
cambios que se están produciendo, estará como en la ola. Pero me imagino que en la medi-
da que los precursores de esto, ya sea en otros países o en Chile vayan muriendo, o nos va-
yamos muriendo, las nuevas generaciones, los adolescentes de hoy día, que tomen este ca-
mino, en la interacción con el mundo a que ellos accedan, obviamente le darán el camino,
el destino o el marco propio que esta disciplina puede tener. Consideremos dos cosas: La
primera de ellas es que el ámbito del caos no ha disminuido, tiende a aumentar, eso es parte
de los paradigmas del siglo 21, el aceptar el caos como parte de la existencia. El ámbito del
caos es difícil que sea enfrentando de buena manera, por aquellas personas que pertenece-
mos a un mundo que no tiene ese caos, o no tiene las características de ese caos. Específi-
camente, el mundo de la droga va a seguir expandiéndose, todo lo que hacemos es nada
más que para que no se expanda tan rápido, y nada más; y para el intertanto, descubrir
como enfrentarlo de manera definitiva. Pero quienes descubran esto, no somos las genera-
ciones actuales y las futuras que nazcan en el caos mismo de la droga; están dentro del
caos, y por lo tanto ellos pueden nacer, por decir, con los anticuerpos y generar las respues-
tas a ello, pues las respuestas que nosotros pudiésemos ofrecer, serían quizás muy estereoti-
padas, externa y del pasado. Entonces, el desarrollo personal, obviamente, como disciplina
o como terapia, está jugando, y va a jugar un papel importante en lo que se refiere al ámbito
del caos, y específicamente, en lo que se refiere al ámbito de la drogadicción; pero de qué
modo será, no sé. Quizás tenga algunas directrices que sean de ahora, pero tendrá muchas
directrices que serán del futuro y que en este momento ni siquiera me las imagino. Tendrá
algunos elementos que quizás tengan que ver con la conciencia, que a lo mejor con los
grandes valores que sustentan el desarrollo personal; pero tendrá otras miles de cosas que se
usarán, de acción, y que deriven de la tecnología. Que surgirán de ámbitos que se estudia-
105
rán e investigarán mucho más profundamente de lo que se ha hecho hasta ahora. Por poner
un ejemplo que a ti te apasiona, que irá a pasar algunos años más en que se investigue y se
trabaje seriamente en el ámbito de los sueños. Hasta ahora, el tema de los sueños ha sido
como un juguete no más, por mucho que se diga que algo se ha avanzado, la verdad es que
nadie ha tomado en serio los sueños. Pero en 50 ó 100 años más, con la rapidez con que la
tecnología o las investigaciones científicas puedan ingresar en los mundos inmateriales,
creo que se abrirán muchas posibilidades. En el intertanto, no nos entusiasmemos más allá
de los próximos 25 años, yo creo que la disciplina del desarrollo personal ya está asentada
en el país, va a seguir creciendo, van a venir segundas y terceras generaciones y estas gene-
raciones seguirán funcionando en forma autónoma y crecerán en forma autónoma, a no ser
que las universidades ellas cambien, porque el modelo universitario no hace sustentable el
desarrollo personal como formación. Las universidades tendrán que cambiar si quieren to-
mar este aspecto y podrían tomarlo o no, si les llegara a interesar; y las escuela de psicolo-
gía tendrán que cambiar mucho si quieren ser escuelas de terapia. Hoy en día son escuelas
de psicología, pero no son escuelas de terapia. Y mundialmente la línea, la tendencia va
hacia la autonomización de los modelos de enseñanza de terapia. Y por lo tanto, cada vez
más, los modelos de terapia o los métodos de terapia se independizan, se enseñan en forma
independiente, al margen de las universidades y al margen de las escuelas de psicología, y
en ese momento cada vez más los terapeutas responden a formaciones propias, a las cuales
acceden, entre otros, psicólogos, posteriormente a su formación de su título. Entonces, las
escuelas de psicología podrán seguir ofreciendo sus carreras de psicología, en abstracto, en
general, o sea, sin tener nada concreto entre manos.
PATO VARAS : Claro, y eso tiene que ver con un problema que tienen que en-
frentar los psicólogos. Y no sólo pasa si los psicólogos se tienen que ir a especializar afue-
ra para poder hacer terapia, desde el punto ético me refiero, o sea, para poder hacer algo
que sepa hacer. Por ejemplo, no existe ninguna escuela en donde se enseñe terapia gestalt;
habrá algún terapeuta gestáltico que a lo mejor trabaja en alguna universidad, pero que haya
un programa de formación, no hay. De manera que en Chile, cuando una persona se quiere
formar como terapeuta gestalt, tiene que ir al programa de Adriana Schnake, al programa
de Francisco Hunneus o al Programa nuestro, no hay más. Y no hay ninguna universidad
que dé una especialización en terapia gestalt, ni podría haberla si no estuviera alguna de es-
tas personas o sus co-equipos, así que esa es la verdad desnuda. Hoy día caemos en la para-
doja de que cuando un psicólogo quiere funcionar como un psicólogo educacional, hoy día
106
ya sabe que tiene que seguir un magíster en educación para enseñar en educación, tampoco
le sirve su formación, con mención en psicología educacional que le pudo haber dado la
universidad o la escuela. Los psicólogos que están aterrizando en el área de recursos huma-
nos, en el área, hasta por ahí de clima organizacional, en lugares, en el fondo de toma de
decisiones del mundo empresarial, en donde tiene que ver con el aspecto de recursos huma-
nos antes o después, también tiene que haber obtenido alguna forma de especialización, ya
sea en clima organizacional, o en desarrollo organizacional, o un master en recursos huma-
nos, hecho en Inglaterra o no sé dónde.
Patricio Varas S
CPEIP.
108
De esto modo, estos niños podrán enfrentar agudos problemas de índole social (de-
lincuencia y violencia juvenil, incitación a la drogadicción y alcoholismo), de índole educa-
cional (orientación vocacional y existencial, sentido de vida), y de carácter familiar
El Proyecto se propone anteponer a estos conflictos las bases para una vida personal
e interpersonal sana y valórica.
1. ANTECEDENTES
Desde 1994 el sector educación ha venido sosteniendo que el problema educacional incluye
cuatro aspectos cruciales para el desarrollo de Chile:
El Proyecto propone la estrategia del Desarrollo Personal como un medio para optar
a la resolución de los puntos 3 y 4 antes mencionados.
109
La enseñanza que los niños y adolescentes pobres de Chile reciben no los faculta ni
para el empleo ni para el ingreso a la universidad, tampoco marca una preocupación para
que enfrenten sus situaciones y problemas personales, familiares y sociales que, además de
graves, se agudizan en la pubertad.
En sus familias es posible encontrar modelos indebidos del uso del alcohol y las
drogas, ausencia de relaciones armoniosas, afectivas, sólidas, respetuosas y orientadoras.
III PROPUESTA.
1. OBJETIVO GENERAL.
2. OBJETIVOS ESPECIFICOS.
2.6 Brindar asistencia técnica y material de apoyo técnico bibliográfico a las escuelas y
profesores, en particular, del Proyecto, y en general, a quienes la soliciten.
3. RESULTADOS ESPERADOS.
3.2. Realizar 10 talleres de aplicación para un total de 150 alumnos en cada comuna.
4. ESTRATEGIAS.
El Proyecto se propone:
112
Capacitar, en el primer semestre del 2002, Monitores del Desarrollo Personal e In-
terpersonal, los cuales, en el segundo semestre, aplicarán con sus alumnos Talleres de De-
sarrollo Personal e Interpersonal pre-diseñados y apoyados con asistencia técnica en te-
rreno.
A partir del segundo año del Proyecto y previa evaluación de la acción de capacita-
ción y aplicación cada comuna creara y sustentará una Red Comunal de Desarrollo Perso-
nal con sus profesores capacitados y la asistencia técnica del Cpeip. De manera que, duran-
te este segundo año, estos equipos, estarían tanto a cargo de la realización de Talleres con
alumnos, como de la capacitación comunal de Monitores del Desarrollo Personal e Inter-
personal. Tal acción supondrían contar cada uno de ellos con una sala-taller implementada,
al interior de su escuela y una dedicación horaria semanal de 3 horas pedagógicas para Ta-
lleres con alumnos y 3 horas pedagógicas para capacitación comunal.
Durante el tercer año del Proyecto, junto con continuar las acciones anteriores se
iniciaría la tarea de realizar Talleres para los Apoderados, padres y profesores que así lo de-
seen, de acuerdo con los intereses de cada comunidad educacional.
5. ACTIVIDADES BASICAS.
- Los Talleres de Aplicación con alumnos se ejecutarán sobre la base de los talleres
pre-diseñados que aparecen en el texto del CPEIP “Experiencias de Desarrollo Personal e
Interpersonal en el Aula del profesor-investigador Patricio Varas S.
.
114
2002
El miércoles 31 de julio, a las 19,00 horas, se dará inicio, en los salones de la Uni-
versidad del Mar de Valparaíso, al IV Encuentro Internacional de Desarrollo Personal.
Chile, gracias a Claudio Naranjo fue parte de este movimiento. Entre los años 66’ y
69’ Naranjo fue discípulo y colaborador de Fritz Perls en Esalen, allí nació su libro: “ La
Vieja y Novísina Gestalt” editado en nuestro país por la Editorial Cuatro Vientos; Editorial
que bajo la dirección de Francisco Hunneus ha sido por treinta años pionera latinoamerica-
na en lecturas de esta índole. Naranjo dirigió junto a Dick Price el Programa de Formación
de Terapeutas Gestalt en Esalen cuando Perls se traslado a Canadá a fines de esa década.
Programa al que en 1977 y dirigido por Dick Price y David Schiffman me correspondió
asistir para formarme como terapeuta gestalt. Adriana Schnacke ya antes de trasladarse a
Buenos Aires (1973) había ofrecido talleres de terapia gestalt en nuestro país.
A fines de la década del 70’ a sólo unos pocos chilenos, de todos modos, nos intere-saba el
tema: Alejandro Celis, Aline Sandford, Gonzalo Pérez, Vilma Haning y, desde lue-go, la
inolvidable Lola Hoffman. Había, además, el año 68’ ocurrido un hecho insólito; Un grupo
importante de esalenianos, entre los que podemos destacar a John Lilly y John Ste-vens
(autor del “Darse Cuenta”) viajaron hasta la ciudad de Arica para estudiar con Oscar Icha-
zo, creador del Sistema Arica y residente, desde poco después, en Nueva York. Sin embar-
go a comienzos de los 80’ eran aún muy desconocida palabras tales como: crecimiento per-
sonal, talleres, facilitador.
El primer centro de Desarrollo Personal, existente en Chile, fue creado por Ruth Ho-
flich, el año 1982 en Viña del Mar. El año 83’ Pato Doorman abrió su pequeño centro en
Sánchez Fontecilla (Providencia) y Maruja González el centro Ecos, que por aquellos años
se llamaba “Psique”( Ñuñoa). Y con el año 86’ se marcó una gran diferencia; al nacer en el
CPEIP el Programa de Formación de Facilitadores del Desarrollo Personal e Interpersonal
generamos para Chile una senda de trabajo institucionalizado y cercano a no sólo los niños
y adolescentes, sino también a los segmentos de nivel económico menos favorecidos. El
Desarrollo Personal como lo había hecho decenas de año antes la educación, se democrati-
zó. Pronto la formación incluyó no sólo a profesores, sino también a psicólogos ( Víctor
Hugo Kuschel, de La Serena , fue el primero de ellos), enfermeras, asistentes sociales, reli-
116
Para los años 90’ la formación del CPEIP y la naciente Sociedad Chilena de Desa-
rrollo Personal( formada por ex alumnos del CPEIP) se extendió a extranjeros; hubo alum-
nos de Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Holanda,
Estados Unidos, Alemania y Suiza. A mediados de los 90’ el Programa de Formación le dio
su apoyo al CONACE creando un Programa de Desarrollo Personal para la Prevención de
la Droga. Gracias al apoyo irrestricto del entonces director del Centro de Perfeccionamien-
to, Gabriel de Pujadas (1990-1994), fue creada la red nacional de Facilitadores del Desarro-
llo Personal y se generaron redes comunales de facilitadores. En 1997 se consolidó la más
importante red comunal de Desarrollo Personal de Chile, la de la Corporación de Educación
de la Municipalidad de San Bernardo, que hoy ofrece 100 talleres de Desarrollo Personal al
año y atiende a 2000 participantes entre alumnos, profesores y apoderados.
Luego de organizarse con singular éxito el 98’ en Quito, Ecuador y el 2000 en Bu-
caramanga, Colombia, hoy, es nuevamente en Chile y gracias a la organización de la Uni-
versidad del Mar de Valparaíso con la colaboración de la Escuela Chilena de Desarrollo
Personal, la Universidad Raúl Silva Henríquez y el mismo CPEIP donde el ahora Cuarto
Encuentro Internacional de Desarrollo Personal tendrá lugar.
Las universidades han incorporados desde hace algunos años a sus currícula genera-
les o de sus escuelas de pedagogía o psicología o de sus departamentos de Bienestar Estu-
117
diantil, el Desarrollo Personal. En Santiago existe una red universitaria de Desarrollo Per-
sonal conformada por diez y ocho Casas de Estudios superiores. La Universidad del Mar
exige a todos sus alumnos haber asistido durante su carrera a lo menos a un taller de Desa-
rrollo Personal ofrecido por el Departamento de Desarrollo Personal de la universidad. Di-
versas universidades han desarrollado programas atingentes al tema, de hecho la Universi-
dad de Santiago ofrece a través de multimedia e internet un capítulo de Desarrollo Personal
a los profesores interesados.
Como dijo el Buda, “Es necesario cortar mucha leña” y lo hemos venido haciendo
en Chile y Latino América por ya treinta años. Parodiando a Facundo Cabral podemos hoy
decir: “Y valía la pena... sólo se trataba de vivir”
118
2004
En mi opinión, la Terapia Gestalt es una filosofía de vida que sirve de terapia. Y no sólo
una terapia. La Terapia Gestalt es una filosofía y forma de ser que nos acompaña en nuestra
intencionalidad y perseverancia de ser humanos, más humanos y más dignamente humanos.
A ella le interesa nuestra esencia humana que no es una abstracción, sino aquella que va in-
separada a nuestra vida, nuestra existencia y el universo.
La Terapia Gestalt no es una parte de Fritz Perls. Fritz Perls es una parte de la Tera-
pia Gestalt. Una parte muy importante, pero no más importante que la singularidad del en-
cuentro e interacción de dos o más seres humanos vivos que hoy se reúnen a explorar su es-
encia y existencias propias. En cada uno de esos encuentros es posible que se recreen o re-
creemos formas de “ajuste creativo” como las que ideó y desarrolló Fritz. Es posible que
términos como “silla caliente”, “silla vacía” y otros surjan y lo hagan con toda la fuerza y
valor que posee la historia. Y, más allá de ello, con la profundidad que implica la red de re-
laciones y trama de la vida interactiva. Sin embargo, lo esencial de la Gestalt es, precisa-
mente, esa Gestalt que ocurre aquí y ahora, anudando pasado, presente y futuro.
120
Con los años nuestra propia relación de congruencia / incongruencia nos va permi-
tiendo, de algún modo u otro, encarnar nuestros propios principios y junto con ellos desa-
rrollar una cierta actitud de vida e interacción. Es desde este hecho que, posiblemente, ge-
neramos las herramientas y recursos de acompañamiento y participación que aportan a la
auto comprensión y el cambio humano; el cual, más que terapéutico, es dignificador.
Cada comunidad de aprendizaje humano (de lo humano) lo que busca, entre muchas
cosas, es permitir a cada integrante una profunda y amorosa conversación interna que le lle-
ve, desde su esencia, a ser del modo más pleno y auténtico el ser que podría y aspiraba a
ser.
El famoso ¡hazlo! (do it! de la Terapia Gestalt) no ocurre porque alguien lo pida,
exija o proponga para otro, sino porque, en la conversación interna, ese ser descubre el có-
mo hacerlo y, en consecuencia, si lo elige, puede hacerlo.
Luego de treinta y un años de trabajo puedo afirmar que, en síntesis, lo que he he-
cho ha sido ir desarrollando un modelo de cambio, aprendizaje y desarrollo que llamo: Mo-
delo de Desarrollo Personal. Este modelo es autónomo y equidistante al modelo clínico y al
modelo pedagógico. Su núcleo o centro integrador ha sido lo que denomino Terapia Ges-
talt Integrativa o simplemente Gestalt Integrativa.
Seis áreas de trabajo integran este modelo que es el fruto de la interacción y trabajo
con más de mil quinientos alumnos de nuestro Programa de Formación desde 1983, y con
probablemente más de 10.000 participantes en mis talleres desde 1973. Estas áreas son:
121
Desde luego, en lo que a mi respecta, este modelo y forma de trabajo nace a partir
de mi formación en el Esalen Institute de California (1977). La diferencia estriba en que el
Instituto, por esos años, ofrecía simultáneamente y de manera no-orgánica estas áreas de
trabajo, a través de sus talleres, programas, estadías y residencias. Dicha forma, además de
demandar un alto costo económico no era, a mi entender, ni sistemática ni continua ni inte-
grada, en cuanto a formación. El modelo desarrollado, entonces, por nosotros, en Chile y
122
Luego de años, nos ha sido posible seleccionar y desarrollar ciertos principios, di-
rectrices, conceptos claves y recursos de trabajo. Estos están, desde luego, expresados en la
historia de la psicología humanística, de los grupos de encuentro y de la psicología trans-
personal. De Rogers a Wilber, pasando por Maslow, Reich, Perls, Naranjo, Lowen, Felden-
krais, Selver, Rolf, Schutz, Ichazo, Castaneda, Grof, Bateson, Satir, Stevens, Moreno, Wa-
tts y Kurtz, entre muchos más, ha habido una nutrida literatura de sustento de este enfo-que.
Pienso que los cinco principios expuestos por Ron Kurtz en “Psicoterapia centrada
en el Cuerpo” vienen a sintetizar cuarenta años de psicología humanístico-transpersonal en
buena medida. Ellos son:
Principio de Organicidad.
Principio Holístico.
Principio de No-Violencia
En agosto del 2002, mis alumnos del Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, en
Ecuador, crearon un juego didáctico que reúne los principios, directrices y recursos habitua-
les de nuestro quehacer de “acompañantes”. Además de los principios del Hakomi que-da-
ron expuestos, desde el ámbito de la Terapia Gestalt:
Principio de Integración.
Principio Homeostático.
Principio Organísmico.
Principio Holístico.
Principio de Congruencia.
Principio de Polaridad.
Principio de Actualidad
Principio de lo Obvio.
Principio de lo Urgente.
Uno de los desafíos más interesantes y nutritivos que he tenido en este quehacer es
el que acarrea el concepto de “elegancia en terapia”. Joseph Zinker en “El Proceso Crea-ti-
vo en la Terapia Guestáltica” refiriéndose al esencial tema del experimento dice: “Proceso
elegante es aquel que sigue un ritmo apropiado, tal que cada parte de la tarea sea fácilmente
observada y asimilada por el cliente. Asocio elegancia con claridad y lucidez de propósi-
tos...el trabajo es suave, fluente y sin prisa...como una sinfonía” (p.126). El tema, para mí,
en estos términos, es que la no-violencia es más elegante que la estrategia de la frustración.
Diverso autores comparten esta idea y también comparten la idea de que es más difícil. Pa-
124
La Terapia Gestalt, desde luego, superó el uso de esta estrategia, en sus años venide-
ros, aplicando, en su trabajo, una gran dosis de creatividad, sabiduría y amor. De ello dan
cuenta, en sus libros, por ejemplo tanto Zinker como Yontef. Y que decir de Kurtz y Johan-
son en “Revelación de la Gracia. Psicoterapia en el Espíritu de el Tao-te-King”.
La terapia es una conversación, nos dice Kurtz, que pasó de ser una conversación “acerca
de algo” (terapia tradicional pre-60’), a una conversación con alguien que te invita a hacer
y experimentar, aquí y ahora, algo (terapia experiencial post-60’) para desembocar en los
90’ en una conversación profunda consigo mismo, acompañado por alguien que te invita a
establecer los significados de esa conversación profunda (terapia transformacional post-90).
Anteriormente a los años 60’ y aún en muchos casos hoy, la terapia consistía en una con-
versación entre dos personas: el terapeuta y el cliente, paciente o como fuese que se le lla-
mase. Era una conversación acerca de algo que le estaba sucediendo a esa persona. El cam-
bio paradigmático que ofreció la Terapia Gestalt fue “hacer algo” además, en vez de sola-
mente conversar acerca de algo. Por ejemplo, contactar las propias sensaciones y sentimien-
tos del momento, imaginar lo posible, representar las partes de un diálogo, expre-sar emo-
ciones, moverse, danzar, etc. A este cambio se le llama hoy, haber pasado de una terapia
conversacional a otra experiencial. Si agregamos, al menos, el estado de ampliación de la
conciencia y la significación de la experiencia nos encontramos con la terapia trans-forma-
cional De modo que lo que sucede, en la relación participante / acompañante, ac-tualmente,
desde lo que llamaré aquí el enfoque Gestalt-Hakomi, es una conversación que contiene
cuatro conversaciones:
Algo así:
Participante C1 Acompañante
C2 C3
C4
Un modelo experiencial-interactivo.
La terapia Gestalt con el aporte Hakomi y con los de su propio proceso de reflexión
y crecimiento es hoy una terapia (donde la palabra terapia es inadecuada) experiencial-
transformacional. A su base fenomenológica y existencial se agrega el aporte espiritual del
taoísmo y budismo zen (del que ya Fritz nos hablara). A su definición de “estudio de la su-
perficie de contacto de un organismo/ambiente” (p. 229) en el clásico “Gestalt Therapy” de
Perls, Hefferline y Goodman de 1951, podemos agregar hoy, el de la autocomprensión pro-
funda y amorosa de ese propio organismo y ser. Y el concepto de “terapia” ha dado paso al
de “comunidad humana de aprendizaje de lo humano”.
Otro aspecto a considerar es que desde el enfoque gestáltico, proceso y forma son fi-
gura, y fondo, contenido. Este ha sido uno de los mayores acierto de la Terapia Gestalt. La
atención en la voz, tanto del participante como del acompañante, constituyen un verdadero
tratado central en nuestro quehacer. Si agregamos a esto el aporte del método Hakomi en
127
relación al contenido en tanto observación de las creencias, temas centrales y hábitos que se
deducen de la conversación interna del participante da de resultas una alianza formidable
para el aprendizaje y cambio tanto del participante como de toda la comunidad en aprendi-
zaje. En estos últimos años hemos desarrollado una técnica que denominamos “Gestaltdra-
ma”. Ella es la representación, por parte del grupo, del mundo interno mostrado por el parti-
cipante durante la “cama cálida”, para su mejor comprensión y significación. Aquí la consi-
deración metodológica de sus hábitos, creencias y temas centrales manifestados, explícita o
implícitamente, durante su conversación interna, resulta ser un elemento de alto aprendizaje
para todos; participante, acompañante y grupo.
D Ejemplos.
Ejemplo 1.
Manuel:
Momento 2. La propuesta.
Teorización.
Ejemplo 2.
Marcela.
La actriz en el escenario.
Hazlo.
Silla vacía.
Chequeo.
- representar
- hacer sondas
- Imaginería de la casa
- Silla vacía
- Liberación no-verbal
- Acompañamiento corporal.
Aquí podemos observar como la sistematización de los “momentos” nos permite, simultá-
neamente, por una parte establecer el proceso del participante y por otra el quehacer del
acompañante.
Ejemplo 3.
Claves: bosque (paseo por), amigas acompañantes, boa le oprime el cuello, abandono y des-
cuido de amigas.
Momento 2. Personalizar la boa. “no quiero hacerte daño, sino sólo asustarte. La boa se
va.
Liberación de llanto.
Momento 9 Descanso.
Momento 10 Teorización.
Hace un par de años, uno de mis alumnos ecuatorianos (Enrique Ponce) acu-
ñó, para describir mi modo de acompañar el trabajo de integración de sueños de un partici-
pante, la sigla APPI. Significa: Actualizar-Personalizar-Polarizar-Integrar. De esta manera,
además, resulta bastante efectivo enseñar Gestalt, usando el trabajo de integración de sue-
ños.
Ejemplo 4.
132
Vilma.
Momento 3: Contacto con “esta posición me paraliza”, “no me muevo para no perder el
control”, “Sentiría vergüenza, si me descontrolo”, “tenso mis muslos”.
Teorización:
los canales auditivo, kinesté-sico y visual. Vilma deriva a su sensación de frío en las manos.
La propuesta es que se focalice pormenorizadamente en esta sensación (recurso: focusing
corporal de Gendlin). Luego, bajo el recurso de uso de las polaridades, ella se contacta con
el calor de su espalda. Desde allí, deriva a lo incomodo y paralizante de su posición. Uso el
recurso de repetición y pausa, para un mejor darse cuenta. Ante la invitación de cambio (re-
curso: haz lo que necesitas hacer), ella expone su temor y vergüenza al descontrol. En vez
de forzar la situación de cambio, le invito a que la acepte y se acomode ligeramente. Es el
momento en que empieza a llorar. Me acerco a ella, la acompaño e invito a que libere su
pena. Como tiene dificultades, le sugiero que sonorice sus exhalaciones y le ayudo presio-
nándole el abdomen. Llora y luego ríe. Vilma expresa que lleva tiempo controlando el llan-
to y la risa. Hace referencia a sus 17 años, cuando se rió en el funeral de su abuelo. Le pro-
pongo que relate en presente ese momento y luego que lo represente (tanto a sí misma
como a su abuelo). Recurso: silla vacía. Viene un momento de fuerte expresión verbal de
sentimientos guardados de rabia, pena e impotencia. Luego, la representación es repetida
con el padre. Vilma acepta la incapacidad del padre de ex-presarle verbalmente que la quie-
re. Ante el recurso: “Hija, no se de-cirte que te quiero, pero te quiero mucho” (sonda verbal,
se emociona, llora y respìra profundo). Vilma se reconoce similar a su padre. Le propongo
que desde su edad actual converse con su padre de 30 años. La relación es modificada. Vil-
ma acepta la conducta del padre a esa edad, la comprende y perdona. El proceso va llegan-
do a su cierre natural.
Ejemplo 5.
Isabel.
Momento 2: Imaginería de una casa de piso brillante, ventanas transparentes, te-chos al-
tos, vigas moradas y flores secas, hermosas en el suelo. Un lu-gar de árboles con olor a ma-
deras.
Momento 4: Sorpresa y perplejidad ante lo descubierto. “Yo soy la que soy, te he impac-
tado y creo que podemos convivir amistosamente”
Teorización:
Ejemplo 6.
Amalia.
Narración en presente.
Amalia - Madre.
Madre - Padre
135
Amalia - Padre
Pena, llanto.
Rabia.
Desinterés
Impotencia
Amalia Tato
Teorización:
En síntesis.
Para finalizar, algunas grandes frases finales, de síntesis final de talleres, que he escuchado
o dicho:
“Sí, pero no”, con una sonrisa jovial y cómplice (Nuno Uribe)
2005
Suele ser difícil aceptar la necesidad de ayuda sicológica y más difícil aún, encontrar al pro-
fesional adecuado que despierte toda nuestra credibilidad para no sentir que sólo somos un
“cheque más”.
palabras. En sus escritos habla acerca del facilitador y recalca que el compromiso técnico y
existencial de esta disciplina es tan potente que termina por fundir trabajo y vida personal.
La terapia gestalt, desde su reinvención en los años sesenta, ha tratado de limpiarse lo más
posible para conseguir lo esencialmente humano, razón que impulsa a sus cultores a adqui-
rir el conocimiento mediante la experiencia e interacción con otros, no sólo mediante libros.
-Uno de los grandes esfuerzos de la línea humanística es tratar de hacer que los roles sean
lo más transversales posibles. Nosotros usamos el término facilitador en vez de terapeuta
para bajar el verticalismo. Hoy existen líneas en las que simplemente hablamos de acompa-
ñantes: las personas toman ambos roles, primero participante y luego acompañante. Hay
muchos mitos que desmitificar en estas prácticas relacionados a la ética y a los problemas
económicos que los rodean. La terapia ha tenido ese problema siempre, que los terapeutas
viven de sus pacientes, por lo tanto deciden hacer tres sesiones en vez de una -así ganan tres
veces más-, entonces la decisión de hacer solo una, no es fácil.
-Para Carl Rogers, las condiciones básicas de una relación terapéutica sana son: primero, el
terapeuta debe tener congruencia interna respecto al trabajo; segundo, debe desarrollar em-
patía -comprensión no intelectual de la persona-; tercero, debe ser capaz de dar apoyo in-
condicional a la persona que requiere la ayuda; cuarto, que esa persona necesitada se dé
cuenta del compromiso de esta ayuda.
¿Cuáles dinámicas hacen diferente esta forma de terapia de la clásica, “paciente hablando al
terapeuta por una hora”
-Mediante diversos métodos la persona hace un trabajo respiratorio para integrar todas las
percepciones y fijarse en ella misma; surgen entonces los recuerdos con sus respectivas
emociones. En ese momento, uno se encuentra consigo mismo y eso significa con las fuen-
tes más profundas de su humanidad para descubrir los elementos que te permiten transfor-
mar y superar una vida, una realidad, una experiencia dolorosa.
139
¿Qué tan diferente es la idea que tenemos de nuestra vida (en la mente) y como realmente
ésta nos afecta (en nuestras emociones)?
- Lo que realmente se ha vivido con todos sus alcances es privado y está colmado de situa-
ciones penosas y dolorosas. Por ejemplo, el maltrato y el abuso deshonesto a niños por par-
te de parientes o conocidos es más común de lo que pensamos, pero son situaciones de las
cuales no se habla con la familia o amigos, sin embargo, sí salen con el terapeuta o en un
taller. Así, comienzas a tener una visión más humana de la gente: el hombre no es un ser
impoluto que pasó por la existencia volando; es todo lo contrario, está lleno de dolores. Eso
es real humanidad.
¿Me podría contar un caso que haya sido significativo para usted?
-Hace un tiempo trabajé con un joven de 27 años que se iba a casar y antes del matrimonio
quería tener todo limpio. La experiencia de vida de este chico era que su padre había asesi-
nado a su hermano y su madre a su padre. Esa es la vida y debemos vivirla nos guste o no
con este tipo de cosas. Este chico me enseñó mucho, ya que su calidad de vida era fantásti-
ca y a pesar de esa terrible experiencia, salió adelante.
-La terapia tiene mayores posibilidades de éxito mientras más integradora es. El rango de
posibilidades de un terapeuta es a la cantidad de métodos (recursos) que esté anclado. Las
personas son mucho más complejas que los métodos y el terapeuta debe tener una cantidad
múltiple de recursos para así adaptarse a la persona o al grupo. Hay algunas personas que
no pueden conectarse con su interior -muy pocas, pero las hay-, en esos casos es función
del terapeuta usar los recursos adecuados para desarrollar en ese tipo de personas las habili-
dades que no posee.
¿Cree que la esencia de resolver conflictos está en la capacidad de conectar con las emocio-
nes?
-No necesariamente. Es un proceso que viene de lo más corporal que serían las sensaciones.
Tiene mucho que ver con las técnicas de respiración que ayudan a conectarte con un estado
emocional olvidado. Toda emoción se sustenta en una sensación. No existen emociones si
no hay sensaciones, pero no toda sensación sustenta una emoción, de manera que cuando
una persona se conecta con sus sensaciones, tiene la base para hacerlo con sus emociones,
lo que te lleva a reconocerlas, expresarlas y liberarlas. Hemos tenido un aprendizaje cultu-
ral para retener nuestras emociones: En Isla de Pascua la gente expresa sus emociones
abiertamente, hay más libertad sicológica. En cambio, en sociedades como la japonesa, se
enseña a ocultar las emociones para no mostrar la verdadera identidad.
Sí. Lo he hecho con algún terapeuta o solo (es más fácil con alguien). Cuando niño yo me
reconocía como alguien muy sensible y como adulto lo había perdido ya que me transformé
en un profesor, alguien muy académico. Descubrí que debía dejar de lado esa parte racional
para volcarme más al mundo de la sensibilidad y mi experiencia en Esalen (centro de creci-
miento personal californiano pionero en el mundo) fue fundamental para eso. Sentí la nece-
sidad de desarrollar mi lado femenino, aceptarme como persona sensible, emotiva. Lo recu-
peré para hacer una de las cosas más sanas para el ser humano, llorar. Yo he vivido uno de
los dolores más fuertes del ser humano, la pérdida de un hijo: cada día, por un año, me co-
nectaba y lloraba en forma sistemática, eran verdaderas clases de llanto, lo que fue muy sa-
nador para mi duelo.
Desde 1993, Patricio Varas vive en la parcela “La Pachamama” en Talagante, que además
es un Centro de Formación de Facilitadores y que cada fin de semana recibe a personas que
se están sanando para ayudar a otros o que para ayudar a otros se están sanando. Se están
transformando en facilitadores, “verdaderos espejos cálidos”, porque nada poseen y todo lo
contienen al reflejarlo con objetividad y sin interpretación ni juicio crítico.
141
2007
Querida amiga:
Trabajar con niñas y adolescentes violadas, como hacerlo con personas torturadas, en due-
lo, o familiares de desaparecidos durante la dictadura es entrar a temas mayores. Será nece-
sario, de tu parte, mucha capacidad de acogida, empatía, transparencia en tus propias emo-
ciones, entrega de seguridad, confianza y confidencialidad. Evita presionar el relato doloro-
so, antes dale espacio a la persona para que se encuentre contigo, con tu vida y con la pro-
pia. Entrega algunas claridades muy necesarias, como que el violador es el enfermo y no
142
ella, como que su experiencia dolorosa no la disminuye ni quita dignidad, sino que siendo
dolorosa le permite descubrir que ella es mucho más como ser humano que esa penosa ex-
periencia. Cuando la persona este en disposición de entrar en el relato mismo de la viola-
ción, con mucho tacto y pausa, será necesario traer el relato al presente (es decir relatarlo en
verbos presente como si estuviera ocurriendo ahora) será el momento más álgido del traba-
jo; habrá mucho dolor, pena, rabia e impotencia; allí tendrás que recurrir a los métodos de
descarga corporal de las emociones (no cometas el error de dejarlo meramente en el plano
verbal). Luego, vendrá la personalización de los personajes, es decir, ella será el violador y
desde allí podrá empezar a comprender la inmensa pobreza espiritual de ese sujeto, sus
enormes limitaciones afectivas y sexuales y su inhumanidad. Ningún paso puede ser apura-
do, llegará solo cuando las condiciones de acompañamiento tuyo así lo ameriten. La inte-
gración de este hecho doloroso sólo ocurrirá en la medida que la posibilidad de perdonar
exista en tu participante. Puedes promover esa alternativa, pero no presionarla. Si ocurre
puedes considerar "sanado" el trauma, si no significará que el trabajo terapéutico tendrá que
continuar. No cierres la terapia simplemente ahí o en el perdón, es necesario que reconstru-
ya la participante su futuro, que salga de la situación pasada, se rearme, revalorice su propio
cuerpo, su propia sexualidad y afectividad y que recupere la confianza en el ser humano y
la humanidad. El único ejemplo de humanidad con que contará durante las sesiones serás
tú. Hazte transparente y humana para ella y para ti misma. En fin, identidad, contacto y ba-
lance
Significa compasión (es decir, ternura cariñosa), sensibilidad, nitidez, calidez, amplitud,
profundidad, transparencia, calma y empatía.
Un abrazo,
El focusing corporal.
El Focusing o Método de Focalización Corporal es para Martin Siems (1), “la des-
cripción de un proceso básico de cambio en nuestras vivencias, que nos ayuda a enfrentar-
nos a un problema, a una situación difícil o a buscar una solución creativa”. Para Ann Wei-
143
ser Cornell (2) es “una forma de escuchar al cuerpo, con compasión y sin preconceptos. Un
proceso de toma de consciencia y sanación emocional orientado hacia el cuerpo. Algo tan
sencillo como notar cómo te sientes y luego tener una conversación con tus sentimientos en
la cual tú eres el que escucha la mayor parte del tiempo”.
Ahora bien, Eugene Gendlin (3), el creador del método lo describe así: “Focusing es
una forma de atención corporal interior que tiene lugar en una zona ubicada entre lo cons-
ciente y lo inconsciente”.
Eugene Gendlin nació en Viena en 1926, su familia, judía, emigró con él, a Estados
Unidos, a sus 12 años (1938). Mientras cursaba sus estudios de Filosofía, en la Universidad
de Chicago, conoció a Carls Rogers. Como colaborador y discípulo de Rogers, durante 11
años, desarrolló el enfoque de la llamada psicoterapia experiencial. En 1969 usa por prime-
ra vez en una publicación, el término “Focusing”. Método que venía desarrollando desde
1962. Es autor de más de 250 publicaciones sobre su método.
Otro recurso que permite un trabajo profundo es el uso de sondas corporales o ver-
bales, es decir, de frases que el participante se dice internamente ya sea para chequear qué
le ocurre o para resolver un estado interno no-resuelto. Ejemplo: “Observa que te ocurre
cuando escuchas en tu interior a tu padre diciéndote - hijo siempre te he querido”. Del mis-
mo modo el contacto corporal apropiado puede “desbloquear un punto muerto” y generar
un intenso movimiento de integración. Ejemplo: “Observa que te ocurre cuando recibes el
abrazo de tu compañera como si fuese el de tu hija”.
¿Se agota esta técnica en la percepción corporal, emocional? ¿Podría abrir el espacio hacia
visualizaciones, intuiciones?
145
No, en ningún caso, más bien resulta ser un método de alta integración con otros
métodos. Además, a partir de 1985 (4) Gendlin viene desarrollando especialmente un tra-
bajo de integración entre focalización corporal y sueños. Los sueños, en términos simples,
diremos que vienen desde el inconsciente. El Focusing se mueve en ese “borde”. Busca
siempre traer lo implícito al plano de lo explícito. Un sueño contiene muchos elementos im-
plícitos que pueden ser explicitados a través de las sensaciones que me evocan.
¿Es espiritual la técnica del Focusing? ¿Es compatible con prácticas espirituales?
Digamos que es algo que está en el origen o fuente de mi sensación. Algo que es di-
ferente a una emoción. Algo que tiene su propio significado, pero que su nivel de riqueza y
complejidad lo hace quedar disminuido al expresarlo en palabras. Más bien me resulta fácil
objetar las descripciones verbales que no le representan cabalmente. De ahí la conveniente
necesidad de estar en un estado de conciencia ampliada, que me permitirá comprender sin
palabras lo que me sucede. Luego, cuando desde la propia sensación originaria comienzan a
emanar las palabras ocurre lo que he llamado “integración organísmica”. La vieja dualidad
de cuerpo y mente que instalara, entre otras, la Escolástica en nuestras vidas y cultura, tien-
de a desaparecer y el anhelo Holístico se hace realidad. Puedo ser uno conmigo mismo y a
partir de aquello uno con el universo y la existencia. Lo que Ron Kurtz (4), creador de la te-
rapia Hakomi, ha descrito como “principio de universo participatorio”. Es decir, la sen-
sación sentida es una sensación corporal implícita y holística, de carácter complejo. Contie-
ne un entramado de significados muchos de los cuales no llegan a ser palabras, pero sí in-
tuiciones profundas. La sensación sentida nos permite descubrir que dentro de nosotros hay
algo más fiable y certero que la razón. Y que siempre ha estado al interior de cada uno de
nosotros. Sólo que hace siglos que nos desconectamos de nuestra interioridad y la reempla-
zamos por algo muy externo como es la lógica. Fuimos endiosando a la razón, siendo que la
razón no es más que un medio. También reemplazamos meditación por reflexión y con-
ciencia por mente. Restituir la meditación y la conciencia es necesario.
Gendlin ha señalado que su método ha permitido que las personas cambien, pero no
ha logrado que las estructuras y el mundo cambie. Esa es una tarea por hacer. Por ahora, el
Focusing tiene variados campos de aplicación, desde focusers trabajando en Afganistán en
tiempos de guerra, hasta su aplicación en psicoterapia, ciencias, medicina, educación, crea-
tividad y espiritualidad, siempre en un deseo de construir un mundo de paz.
Referencias bibliográficas:
1. Siems, Martin. “Tu cuerpo Sabe la respuesta”. Ed. Mensajero, Bilbao. 2002.
2. Weiser Cornell, Ann “El poder del Focusing”. Obelisco, Barcelona. 1999.
FOCUSING, Proceso y Técnica del Enfoque Corporal, de Eugene Gendlin, Ed. Mensajero,
Bilbao, España
147
Gendlin, E., El Focusing en psicoterapia. Manual del método experiencial. Paidós. Barcelo-
na, 1999.
Amodeo, J. y Wentworth, K., Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones inter-
personales. Col. Serendipity. Ed. Desclee. Bilbao, 1999.
Riveros E., El nuevo paradigma del Experiencing. Ed. Lom.Santiago de Chile 2000.
Flanagan, K., A la búsqueda de nuestro genio interior. Como cultivarlo y a donde nos guía.
Col. Serendipity. Ed. Desclée. Bilbao 2001.
Gendlin E.T., Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. Ed. Desclée.Bilbao 2001.
148
2008
En 1926 el ciudadano Jan Christian Smuts, que se destacaría posteriormente en la vida polí-
tica de su país, Sudáfrica, publicó “Holismo y Evolución” (1). Allí, basándose en el término
griego “holos”, todo, totalidad, expuso que la comprensión de la realidad ocurría más bien a
partir de la observación de la totalidad; totalidad que evolucionaba y en su proceso era di-
námica e interactiva.
Hoy día es un hecho conocido en las ciencias físicas y humanas que la comprensión
de las cosas ocurre cuando se comprenden las interacciones de las cosas. Sin embargo, una
interacción evidente sigue sin ser desentrañada: La de la interfaz cuerpo-mente; ¿cómo,
donde y cuando ocurre que mi pensamiento se convierte en acción o mi acción en idea?
Fue hace muchos siglos que la comprensión de las cosas se nos hizo difícil. Fue
cuando se nos ocurrió que si bien el ser era inseparado, el conocimiento de él podía ser por
separado, que sumando las partes entenderíamos el todo, que analizar era compren-der. Sa-
bemos que en el año de 1274 murió el llamado Doctor Angélico, don Santo Tomás de
Aquino (3). Desconocemos el año de su nacimiento; probablemente alrededor de 1227. La
leyenda señala que a pesar de lo corpulento y grande que fue se le vio, en tres oportunida-
des, flotar en el aire, levitando. En una época donde el conocimiento era, en esencia, pro-
ducto de la creencia religiosa, este santo hombre, hijo de don Landolfo, conde de Aquino y
doña Teodora, condesa de Teano, dejó una impronta en la ciencia que aún perdura: la razón
y su uso. Si a eso agregamos que la valoración del cuerpo era mínima (para la Iglesia y su
influencia), dada su cercanía con el pecado, una dicotomía espeluznante surgió (y no por
culpa de Aquino): El hombre estaba constituido por dos principios, uno su alma otro su
cuerpo, uno su mente otro su cuerpo. Así fue como entre el 1300 y el 1960 se asentó en las
ciencias humanas (al menos en Occidente) una concepción dualista, donde mente y cuerpo
pasaron a ser entidades separadas (4).
Las ideas de Smuts y Goldstein sólo vinieron a prosperar, y sólo en algunas partes
del planeta, después de los años cincuenta. Fue a principios de los 60’ que tanto los educa-
dores y psicólogos como filósofos y artistas decidieron que lo humano era lo humano y no
sus analíticas partes; y que el mejoramiento de la vida human, diremos su terapia y educa-
ción, requería de una comprensión holística y humanística del ser humano(5). Lo holístico,
humanístico y organísmico reverdeció. A falta de un constructo mejor se creo el de “cuer-
pomente”. La psicología y las psicoterapias asumieron que lo corporal era parte de ellas,
que lo espiritual era parte de ellas, que lo emocional era parte de ellas, que no solamente el
lenguaje verbal y la conversación las definían y describían ¿Y qué fue de la Educación? En
esencia siguió marcando el tranco y no salió de su esquema. ¿Qué fue de la Educación Físi-
ca? (nombre que, de suyo ya, es digno de revisión). Pues, poco. Siguió “pensando” que el
pensamiento y las emociones y los sentimientos y la meditación y la conciencia de sí eran
cosas de otros. Que el movimiento corporal y el esfuerzo físico constituían su contenido.
¿Cambiaron, en el mundo y en Chile las mallas curriculares de las Escuelas de Educación
Física entre 1960 y 2008 de manera especial hacia una concepción holística del ser huma-
no? Definitivamente, poco. Hoy leemos en Internet (6) que la mejor planificación de las
clases de Educación Física considera objetivos encaminados a:
Entre los años 60’ y 80 la profesora Gladys Jiménez (de la Universidad Católica de
Valparaíso) indagó persistentemente y de manera intuitiva en lo que llegó a denominar
“gimnasia expresiva”, buscando unir el mundo afectivo y valórico del ser humano con su
movimiento y expresión corporal ¿Qué fue de ese intento? ¿Prosperó?
Recuerdo haber escuchado por los años 60’, cuando todos hablábamos de la necesa-
ria formación integral del alumnos, a profesores del Instituto de Matemáticas decir muy se-
riamente que los alumnos en clase de matemáticas se formaban “integralmente” porque es-
cribían los ejercicios en la pizarra, a lo cual los profesores de la escuela de Educación Físi-
ca replicaban, muy en serio, que sus alumnos de básquetbol o fútbol se formaban integral-
mente porque aprendían los reglamentos del fútbol o el básquetbol. La verdad, me parece,
es que todos cual más, cual menos, nos sentíamos presionados a dar una formación integral
y no sabíamos muy bien cómo hacerlo.
50 años después, en buena medida sabría cómo hacerlo, dados los cambios paradig-
máticos, metodológicos y técnicos que surgieron a partir de California por esa misma épo-
ca, pero en buena medida no lo estamos haciendo. Por ejemplo modelos curriculares como
el de Educación Confluente (15) o de Aprendizaje Experiencial (16) existen pero no se apli-
can, al menos en Chile. En Ecuador, el Instituto Superior de Desarrollo Humano, Cre-Ser
(17) creado hace tres años, aplica en toda su carrera y malla curricular ( que va desde la
cátedra de Biología hasta la de Desarrollo Transpersonal, pasando por las de Epistemolo-
gía, Fenomenología, Antropología y Desarrollo Corporal) el modelo de Educación Con-
fluente. Los resultados han sido extraordinariamente felices, tanto para estudiantes como
para profesores.
A mediados de los años 80’ un psicólogo americano, Ron Kurtz (18) desarrollo un
método de terapia que denomino “Hakomi” o “Terapia centrada en el Cuerpo”. Venía me-
ditando el asunto hacía años y había publicado con antelación “La Revelación de la Gracia.
Psicoterapia en el espíritu del Tao Te King (19). Entre sus principales aportes está el haber
introducido tres principios al ámbito terapéutico: El Principio de Ampliación de la Cons-
ciencia, el Principio de No-Violencia y el Principio de Universo Participatorio. Los cuales
agrega a los ya legendarios Principios: Holístico y Organísmico.
La competencia es sana y puede ser sana. Los deportes son en buena medida una
bendición “cultural”. Aportan muchísimo más de lo que dañan al ser humano y su creci-
miento tanto físico como espiritual. Y al mismo tiempo, exacerbada, linda con la agresión
y la violencia, con la perdida de sentido y la búsqueda de logros sin control. Converso con
mi gran amigo Jorge Grosser, gran atleta y recordman en su época de todas las distancias de
medio fondo en Sudamérica. Dedicado desde siempre a entrenar atletas de medio fondo y
fondo (uno de sus pupilos va a las Olimpiadas de Beijing) me dice: “Es difícil hoy en día
153
sacar campeones a nivel internacional, especialmente cuando nuestros atletas son “sanitos”.
Y recuerda: “como nosotros que nunca nos pichicateamos pa’ competir”. Hoy el deporte
mundial está gravemente asociado con las empresas farmacéuticas. El dopaje manda (21).
¿Qué significa esto? Significa presión al máximo, alucinación por el éxito y violencia
contra sí mismo.
Los juegos han sido clasificados de muchas maneras. Una buena manera de ordenar-
los es hablar de juegos de competencia (los deportes, juegos de representación (las danzas
rituales), juegos de vértigo (el jumping y el paracaidismo) y juegos de azar (las apuestas de
casino). A su vez, estas maneras se van interrelacionando haciendo predominar el factor
competencia; así por ejemplo, la gimnasia olímpica o artística, que en esencia es una repre-
sentación un gesto técnico excelsior, termina siendo no una muestra de destreza sino una
competencia con otros para saber quién representa mejor lo que esperan los jueces. El vérti-
go de la velocidad en auto termina siendo una competencia entre pilotos y autos. La compe-
tencia domina.
Las danzas circulares (23), las danzas sufíes (24), las danzas rituales son actividades
físicas y meditativas que enaltecen al ser humano y a quienes las practican. ¿Por qué no en-
señarlas con la misma dedicación que se enseña el voleibol? Las simples caminatas chamá-
nicas y las ceremonias del temascal (25) son actividades físicas que recuperan para el ser
humano y quienes las practican salud física, psicológica y espiritual. ¿Por qué los profeso-
res de Educación Física están al margen de ellas, profesionalmente? El Tai Chi (26), forma
de meditación a través del movimiento, que practican los chinos cada mañana en las plazas
y veredas de sus ciudades (es decir, millones de millones), ¿es practicada por los estudian-
tes de Educación Física? ¿Por qué no? ¿O tal vez, si?
Las escuelas y liceos están conviviendo con la violencia (27). Desde luego el depor-
te es un gran antídoto a la droga. Solo que, además, sería tan bueno llevar un poco de paz a
154
las salas y patios escolares. Llevar humanidad, amistad, sensatez, cooperación. Coopera-
ción sin competencia es un desafío hermoso para quienes queremos un mundo mejor.
Referencias bibliográficas.
1. Ir a www.monografias.com/trabajos7/holis/holis.shtml
2. Ir a counselingred.com.ar/local-cgi/ToFM/nota51.htm
3. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Aquino
4. Ir a html.rincondelvago.com/dualismo.html
5. Ir a www.ideasapiens.com/psicologia/cognitiva/tercera%20fuerza_%20psic_
%20humanista.htm
6. Ir a www.educafisica.com
7. Ir a www.sensoryawareness.org/
8. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Gerda_Alexander
9. Ir a inicia.es/de/feldenkrais/
10. Ir a www.focusing.org/
12. Ir a www.grupoelron.org/quienes/gurdjieff.htm
13. Ir a www.cuatrovientos.net/espiritualidad/lilah.htm
14. Ir a www.zen-deshimaru.com/ES/practice/zazen.html
15. Ir a andrader0.tripod.com/docs/facilitacion/confluente.pdf
16. Ir a www.funlibre.org/EE/XCombariza.html
17. Ir a www.cre-ser.com
18. Ir a www.hakomi.com/
19. Ir a www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?
action=fichaLibro&id_libro=57823
155
20. Ir a www.elmundo.es/elmundosalud/2004/08/02/neuropsiquiatria/1091441311.html
21. Ir a www.portalfitness.com/articulos/entrenamiento/Dopaje_deportivo.htm
22. Ir a www.cooperativa.cl/p4_noticias/site/artic/20060330/pags/
20060330134749.html
23. Ir a www.danzascirculares.com/
24. Ir a www.eneadanza.com/
25. Ir a www.elfica.cl/temazcal.htm
26. Ir a www.taichikong.org/
27. Ir a violenciaescolar.wordpress.com/
El instante supremo.
¡Muerte! Te siento tan cerca que casi podría platicar contigo. Sé que ya no vol-veré
a mi mundo, mi casa y mis cosas. Que aquí, en esta celda maldita, moriré y será dentro de
poco, de muy poco.
Tengo miedo, miedo de que la muerte sea un encuentro con mi madre. Y siento, así,
una ira incontenible hacia mi padre.
–Nunca debiste interrogarme acerca de mi madre. Tenía yo tan sólo doce años. Me
usaste, abusaste de mi propia rabia e ingenuidad.
156
Estaba muy dolido de que mi madre tuviera amores con mis preceptores. Desde, en-
tonces, empecé a despreciar la educación, esa forma tan burda de engañar y destruir a los
niños.
-Mamá, perdóname, debí comprender que lo que hacías era legítimo. Que sólo el
amor podía salvarte y que lo buscaste en quién estuvo cerca.
Mi padre, que por algo se llamaba León, se acercó y me exigió que le contara lo que
sucedía entre el preceptor y mi madre. Yo los había visto haciendo el amor y, antes, tam-
bién haciéndolo con el anterior preceptor. Y se lo narré. Mi madre, que era psicológicamen-
te muy débil y vulnerable, se suicidó. Nada en mi vida ha dado más vueltas en mi cabeza
que este episodio. Mi madre era bondadosa y cálida conmigo y yo, con mi delación, la ma-
té.
Hace doce años escribí acerca de esto, decía, entonces, yo: La situación me ha que-
dado clara ahora, lo que hizo mi madre estaba perfectamente bien. Mi traición que le costó
la vida, fue un acto de venganza, ella me traicionó con mi padre cuando robé tabaco para el
carretero, y en desquite yo la traicionaba ahora. ¡Que tragedia! ¡Ojala mi madre estuviese
viva hoy para que yo pudiera reparar el crimen de entonces, treinta y cinco años atrás! He
puesto un retrato de esa noble mujer para tenerla constantemente delante. En vista de la
brutalidad de mi padre, ella estaba perfectamente justificada en lo que hizo.
Estuve en la guerra, estudié medicina, trabajé codo a codo con Freud, fui miembro
del partido comunista. Cuando terminó la guerra era tan, pero tan pobre, que iba con unifor-
me a la universidad. No tenía nada; ni ropa, ni dinero, ni nada que pudiera entusiasmar-
me…hasta que asistí, en 1919, a esa conferencia sobre psicoanálisis. Pensé que había algu-
na esperanza para poder vivir con sentido y me aferré a ella.
Yo era pobre y venía de una familia trágica y neurótica. No es nada de extraño que
me alucinara con el psicoanálisis y el marxismo. Ambas cosas fueron por un tiempo, mi
sentido de vida. Freud era honesto y recto, me miraba sin escrutarme. Fue mi primer padre.
Me permitió que lo viera como un ser humano y me vio como un ser humano. Jamás me
usó, y aún que con los años nos fuimos separando, porque profesábamos ideas diferentes
157
acerca del psicoanálisis y de la terapia, siempre lo estime. Trabajé catorce años a su lado y
llegué a ser su sub-director en su policlínico psicoanalítico.
He sido siempre un hombre libre. Por eso esta celda me está matando. El año 34 me
alejé de la sociedad psicoanalítica y del partido comunista. Me fui y me expulsaron. Nada
ni nadie me sojuzgo ni sojuzgará nunca. Y no lo hará esta celda. Fui maltratado por mis
propios colegas; hablaban de la locura de Reich, de que intenta-ba seducir a mis pacientes.
Por su parte, los funcionarios del partido comunista me desacreditaron, dijeron que debili-
taba el fervor revolucionario al enfatizar la cuestión sexual entre los jóvenes. Así empecé a
comprender lo que he llamado “la plaga emocional”
Ahora me doy cuenta que posiblemente mis mejores años son los que viví en Dina-
marca, Noruega y Suecia. Me fui a tiempo, supe que con Hitler venían tiempos terribles
para nosotros los judíos y para la humanidad. Fue en Noruega que elaboré mi teoría sobre
la Vegetoterapia, donde construí mi primer laboratorio de biología, donde mi vida fue apa-
cible y productiva. Donde descubrí en mi mismo que todo organismo se expande en un me-
dio favorable y se contrae en un medio desfavorable. Donde, en 1939, escribí es artículo
que dará inicio a mi gran obra final y que seguirá sin ser entendida y que es mi gran escrito:
“Los Biones” ¡Que craso error fue haberme trasladado a Estados Unidos!
El doctor Teodoro Wolfe me invitó a trabajar en USA. Aquí desarrollé mi teoría or-
gonómica, que estos imbéciles consideran un fraude. Ya no volveré a mi chalet a orillas del
lago Mooselookmeguntic, en Maine. Ya no volveré a jugar con mi querido hijo Peter, ya
no volveré a viajar anualmente a Europa, sólo para disfrutar de la ópera y de conciertos, ya
no volveré a mi laboratorio a estar con mi amiga inseparable: la ameba protoplasmática. Ya
no volveré.
Aunque tal vez sí. Tal vez habrá aún 50 años después de mi muerte quienes me re-
cuerden, me lean, me comprendan, me aprecien y me sigan en mi locura. Tal vez me ade-
lanté demasiado a mi tiempo y nunca debí confiar en estos imbéciles hombrecitos america-
nos. Tal vez son otros hombres y otras tierras las que me acojan. Si así llegara a ser recuér-
denme como un hombre doliente y limitado que abrió sus brazos y su mente al amor. Ese es
el punto: el amor. Allí fracasan los padres, allí enferman los hijos; En el desamor y la ca-
rencia de humanidad.
Puedo ver los ojos de mi madre que se acercan. Puedo sentir su mano tibia y su pe-
cho cálido que me envuelven. Puedo escuchar sus susurros que me dicen que no tema, que
ella siempre me amó y me sigue amando y que todo volverá a estar bien.
Puedo dejar de pensar y pensar. Puedo sentir su amor. Puedo llorar tranquilo y que-
do porque, por fin, todo está bien. Puedo dejar de respirar.
158
Nuestro ser.
Acercarnos a la naturaleza.
Abandonar la rudeza.
Saber sonreír.
160
Fue en un taller en el IIDEC de Viña del Mar, su centro. No recuerdo el año, puede
haber sido 1982, 1983 o 1984.
Comencé una ligera presión en ese lugar. Ruth se quejó sin muchas ganas. Le pedí
que probara a dejar salir los sonidos que estaban en su pecho o garganta. Empezó a llorar
quedamente. Paulatinamente, su llanto fue más bien de miedo que de pena. Vinieron gritos
desgarradores, llenos de pánico y rabia. Ruth borbotaba frases en alemán, para mi in enten-
dibles. Le pedí que las siguiera repitiendo todo el tiempo que quisiera. Ruth gritaba y mira-
ba de soslayo hacia arriba. Pasó el tiempo y Ruth se fue recostando en los cojines. Traspira-
ba profusamente y mantenía mi mano izquierda apretada. Alguien del grupo sollozaba en
silencio. La habitación fue quedando en penumbras.
161
- Tengo mucha rabia. No sabía que tenía tanta rabia con los pilotos de la aviación
inglesa. Lo destrozaron todo. No quedó piedra sobre piedra. Hamburgo fue totalmente des-
truido.
Así Ruth nos fue relatando su vida durante la guerra. El amor de su madre. El des-
conocimiento de su padre. El temor y terror en aumento que hubo de padecer. El hambre, la
desolación y, junto a ello, el orden, la disciplina, el sacrificio permanente que todos, adultos
y niños, fueron impelidos a desarrollar. Alrededor de cuarenta años habían pasado cuando
Ruth comenzó a cerrar la gestalt; a sanar, a hacerse dueña de su vida, a ser la hermosa Ruth
que muchos pudieron y pudimos compartir los años 80’, 90’ y 2000 hasta su reciente parti-
da (2008).
Yo aprendí a vivir la economía de guerra, solía decirme. Podía hacer una sopa con
cáscaras de papa o restos de verdura, cuidaba los alimentos de manera sagrada; compraba
pan de molde y lo ponía de inmediato en el congelador desde donde lo iba sacando según se
necesitara. Hacía una lavaza en un tiesto y en otro, agua limpia, y así, iba lavando la loza y
el servicio. No gastaba demás y todo a su alrededor estaba siempre limpio y ordenado.
Me contó que un día (por el año 81) compró pescado y se lo envolvieron en papel de
diario. Al llegar a su residencial, en la calle 6 Poniente, se fijó en un aviso que había en el
periódico. Se trataba de mi centro en el sector Miraflores de Viña que nunca llegó a funcio-
nar. El aviso decía Centro de Desarrollo Personal EsalenSur y aparecían algunos nombres y
teléfonos. Llamó al conocido doctor Raúl Eberhard, él le indicó que seguramente se trataba
de su hijo, Raúl Eberhard, que trabajaba conmigo. Así, a través de un aviso añejo de un
centro que jamás fue inaugurado, nos conocimos. Quería convertir su residencia en un cen-
tro de desarrollo personal. En su espacio se juntaba semanalmente un grupo, practicaban el
método de control mental Silva. Fuera de un garaje lleno de cachureos, la residencial, no
parecía tener un lugar adecuado para hacer talleres; su living estaba cortado por una chime-
nea y una habitación amplia estaba arrendada. Conversamos amenamente cerca de dos ho-
ras. Al partir de regreso a Santiago me preguntó: Si arreglo el garaje como me ha indicado
(había que despejar, alfombrar, pintar las paredes, poner luces indirectas y bajar el techo)
¿haría un taller de terapia gestalt? Era diciembre de 1981. En marzo del 82 me llamó por te-
léfono. –El garaje está listo, ¿cuando puede hacer el taller? El primer fin de semana de abril
inauguramos el IIDEC con ese taller y seguimos, sin parar, hasta noviembre de ese año.
Por ese tiempo, Ruth era una mezcla de entereza, empeño y fragilidad. En los talle-
res acepto ser vulnerable, dejó atrás su coraza (que le había sido muy necesaria desde su in-
fancia hasta la fundación del IIDEC), cambio algunos hábitos, tanto de alimentación espiri-
tual como corporal, y, mientras su cuerpo fue adelgazando, su alma creció y creció hasta ser
la Ruth acogedora y generosa que muchos conocieron y disfrutaron. Pasó de ademanes
bruscos y frases exigentes a movimientos livianos y muchas sonrisas. Descubrió y se mara-
162
villó aprendiendo experiencialmente. Había en ella, desde entonces, una cierta credulidad
ingenua que le permitía probar y participar en cuanto taller, método, libro o técnica se cru-
zara por delante de ella.
Entre las participantes que cursaron el primer programa, el año 83 estaba Vilma
Hanning; otra mujer de antología. Vilma manejaba el tarot psicológico con un arte, pericia,
amor y sabiduría excepcional. Fue la maestra de Ruth, en lo referente al dominio de la téc-
nica arquetípica del tarot. Pero Ruth estaba abierta a todo conocimiento, especialmente si
había en él algo misterioso, intuitivo o esotérico. Todo lo arquetípico le fascino y lo cultivó;
tarot, runas, astrología, numerología, i ching, lilah. Y más allá de todo ello, el gran propósi-
to (como me lo había señalado en nuestra primera conversación) de Ruth (dada su inmensa
capacidad administrativa y organizativa) era hacer un Esalen en Chile. Así fue como se em-
barcó en ese gran proyecto que fue el Centro Holístico de Salamanca. Pero sería varios años
más tarde. Antes por más de cinco años ambos trabajamos, codo a codo, en el IIDEC de Vi-
ña del Mar. Ella organizando los talleres y yo dirigiéndolos. Fue esa experiencia ganada la
que me permitió abrir el programa en el CPEIP en 1986 y llegar a formar miles de facilita-
dores y con ellos crear equipos de trabajo.
Para el verano de 1987 invité a Ruth al Programa Intensivo que ofrecía en el Cpeip
a simplemente darnos su testimonio y contarnos su vida. Desde ese día muchas personas,
especialmente mujeres, se declararon admiradoras y, en cierto sentido, seguidoras de Ruth.
Si ella había logrado vencerse a sí misma, salir de la maraña depresiva, dejar atrás el pasado
doloroso, sonreír con sencillez y derrochar energía optimista, entonces bien valía creer en el
propio cambio. Durante los siguientes 20 años lo que Ruth haría sería estudiar, compartir
sus experiencias y conocimientos, crear, organizar y administrar el Centro Holístico de Sa-
lamanca, viajar y simplemente ser dueña de su vida.
Ir a Esalen fue uno de sus sueños logrados. Me contaba con orgullo sencillo cómo
había sido escuchada y considerada en el más importante centro de desarrollo personal y
psicoterapia humanístico transpersonal del mundo y la hermosa amistad que hizo con esa
gran terapeuta que fue Elizabeth Kubler-Ross. Volvió varias veces a su Alemania recons-
truida. Tan reconstruida como ella misma. Y lo hizo hasta que su tierra natal pasó de ser
una aterradora pesadilla, a ser un pletórico sueño vívido y realizado. Así paso a paso, Ruth,
hizo con su vida y en su vida todo lo que quería y necesitaba hacer. El “do it” de la Gestalt
fue realidad en ella.
En nuestra relación de más de 25 años nunca hubo una frase de crítica, nunca hubo
un mal entendido, nunca un disgusto. Semanas antes de su partida me dijo, como queriendo
buscar algo de lo cual excusarse: “Pato, cómo no se me ocurrió contarte que iba a cerrar Vi-
ña y comprar en Salamanca. Lo hice de un día para otro sin decírtelo”. Su memoria parecía
fallar y la mía también. Días después recordé que sí me lo había contado y me había pedido
mi opinión. Ahora recuerdo haberle dicho que me parecía un poco lejos y difícil de hacer
funcionar todo el año. No sólo eso; Habíamos ido juntos a Caleu, meses antes, a visitar un
sitio que le interesaba comprar.
este premio quedaría claramente establecido a quién queríamos premiar y por qué. Ruth fue
la primera persona, en Chile, en recibir nuestro premio y muy merecidamente.
En mi última visita, Ruth me dijo, “te tengo un regalo, abre ese cajón”. Había un li-
bro “Sea dueño de su vida”. Conocía su historia con ese libro. Ruth lo había leído en 1980,
en el autor, un psicólogo americano, mostraba cómo había ocurrido su transformación per-
sonal y el cambio en su enfoque profesional como terapeuta. Señalaba a Esalen como la
cuna de su cambio y a la terapia Gestalt, el Análisis Transaccional y las técnicas Cuerpo-
Mente. Para Ruth fue ese libro el inicio de su transformación y quien la llevó a conocernos.
Es un libro de los años 70’. Bueno, me dije, Ruth se ha desprendido de sus bienes (práctica-
mente regaló su Centro), se ha desprendido de todo lo material. En buena medida se ha des-
prendido de su cuerpo. Y ahora, al regalarme su libro, se desprende de su talismán. Ya es y
fue dueña de su vida. Querida Ruth no me queda más que abrazarte. Gracias por ser mi
amiga y maestra.
Así no más es, querida Ruth, vives y estás en nuestros corazones. Especialmente, en
los de Mónica Videla y Gonzalo Lira que con tanto amor y dedicación, porque sí y ante si,
decidieron cuidarte todos tus últimos meses y a quienes va dedicado este escrito. En tu últi-
ma seguidora y amiga, Alejandra Melus psicóloga del lugar donde reposaste estos meses fi-
nales que se hizo más sabia en tu compañía. En todos tus amigos socios del desarrollo per-
sonal. En tanto ser humano que te escuchó decir: “Tú puedes”.
El garaje estaba recién pintado, blanco. En su cielo destacaban unas sencillas vigas
al aire barnizadas de café. Una alfombra entre lila y beige cubría todo el suelo y muchísi-
mos cojines completaban el arreglo. Habíamos 25 personas, entre ella Ruth y yo. Era abril
23 de 1982. Esta historia comenzaba a escribirse.
165
Estoy sentado, al aire libre, en nuestra parcela “La Almaray”. Mi pelo ha ido pasan-
do del gris al blanco y para leer y escribir uso lentes. Cosa que no me imaginaba hace 40
años. Tantas cosas que no me imaginaba. A los 15 años ya quería ser terapeuta, pero tera-
peuta-gestáltico es algo que no me imaginaba. Tampoco que íbamos a crear esto que llama-
mos “desarrollo personal”, de hecho por los setenta me gustaba más hablar de “crecimiento
personal”. Siendo porteño, que me iba a asentar en Talagante, tampoco. Que viviría en una
parcela, siendo tan cercano al mar, tampoco.
Ni siquiera cuando empecé a hacer talleres, por allá por el 73, me imaginé que iba a
hacer tantos. Que me formaría en California, ¿para qué? Si a los 22 años era profesor en la
universidad de lógica matemática y de antropología filosófica.
que a la vez es material y transparente? Veo los árboles y vuelvo a preguntarme lo mismo
que en Lo Barnechea, Lo Herrera o Saguangal; ¿Cómo es posible que un ser vivo crezca,
madure y muera sin moverse jamás del lugar en que nació? Me miro y observo tantos cam-
bios en mi vida, tantos cambios en mi cuerpo y, a la vez, una única e inmutable alma o cen-
tro interno que reconozco desde aquella vez que, a los tres años, me senté en la tierra a ju-
gar a la vera de mi casa, en el cerro “el panteón”.
Ruth, mi querida Rutchen, se queda pensativa y me dice: “Tanta gente que pasó por
tus talleres”. ¿Mil? ¿Dos mil? Más le digo, probablemente más de cinco mil. “Humm, agre-
ga, hay gente que te ama y gente que no” Y encoge los hombros, como diciendo: “así es la
vida”. Cuando empecé el 73 a hacer talleres no lo hice porque quería ser amado, lo hice
porque quería que todos fuésemos seres humanos libres y dignos. Y jamás a nadie trabé en
su libertad y dignidad. Mis hijas e hijos, de Israel a la existencia eterna, pasando por La
Serena, Santiago y Puerto Varas son seres libres y que forjan día a día sus dignidades. Y
ellas y ellos no consisten en ser como yo soy, sino como ellas y ellos quieren ser.
Mi madre me educó y formó para ser un ser humano libre y digno. Eso me importó
y me importa más que ser feliz, o eso es, más allá del dolor o los pesares, ser feliz para mí.
167
Sólo que hace diez años mi hijo Patito me legó su propia sabiduría: “Amar es con esfuer-
zo”. “La única verdad que existe es el amor”. “Si la verdad no es amorosa, no es verdad” Y
empecé un nuevo viajé. Pasé de la terapia Gestalt a la terapia Hakomi y finalmente las inte-
gré.
Hace seis años conocí a Ximena. Poco a poco me empezó a mostrar que podía ser
amado, que me amaba y que podía amarla. Así es. Nunca pretendí ser amado por quienes
iban o vienen a mis talleres. Sólo quería acompañarlos en su proceso para ser lo que que-
rían ser. Para que todos juntos fuésemos libres y dignos. Sí, quería aprender a amar y ser
amado por mi mujer. Algo me había imaginado; Sería como Ximena. Sería transparente y
enraizada. Seríamos así.
168
2009
Desde luego me doy cuenta que me estoy muriendo. Faltaba más cuando aparte de
lo entubado que estoy mucha gente joven se ha empezado a reunir en las afueras del hospi-
tal, acá en Chicago, y han llenado el lugar de velas encendidas. Este sábado 14 de marzo de
1970 la atemporalidad se ha adueñado de mí o, mejor aún, yo me he adueñado de la atem-
poralidad.
Durante estos últimos veinte años la terapia gestalt, muy bien definida por algunos,
como la terapia que hace Fritz Perls, ha estado entrando en vigencia. Muy poco si conside-
ramos que en cuarenta años más su vigencia será mayor y definitiva. Me enorgullece saber
que estaré vigente para 2010 y, seguro, para 2040, también.
169
Mi vida pasa vertiginosamente por mi ser y a la vez con una lentitud plácida que me
está permitiendo disfrutarla en estos instantes finales supremos.
Esalen, oh Esalen! Me siento muy bien allí. Igual me iré a fundar mi propio centro
en la isla de Vancouver, en el Lago Cowichan de la Columbia británica de Canadá en 1969.
De Esalen me cautivo su estilo hippie. Me traía reminiscencia de mi estadía en Elath, a ori-
llas del mar Rojo, donde compartí con los rastreadores de playa, unos norteamericanos fas-
cinantes que estaban felices de simplemente ser, sin objetivos ni hazañas. Seres de verdad
en el aquí y ahora. Mis cinco meses viviendo en Israel, a mi regreso de Kioto, en 1963, han
sido lo más cercano a sentirme en casa, protegido, comprendido y feliz que he vivido. Lle-
gué a Haifa deprimido, adolorido, consumiendo LSD y a la vez activo, apasionado por pin-
tar, rejuvenecerme, hacer el amor, por renacer y por incluso pasar de terapeuta a pintor.
No dejé Esalen por mis diferencias con Schutz ni por saber que allí la comprensión
de las profundas ideas de la fenomenología y la filosofía post kantiana eran imposibles. De-
jé Esalen por la lógica paranoia que todo judío siente ante algo parecido a Hitler. Y Nixon,
asumiendo el gobierno de los EE.UU., en 1968 me llenó de miedo y ganas de partir.
Mis últimos siete años han sido años de esplendorosa producción. Todo lo que em-
pecé a semillar y plantar desde 1926 ha explotado magníficamente ahora. Mis biógrafos di-
rán que de mi viaje en 1962 – 63 volví convertido en un genio. Y aunque nada parezca sufi-
ciente a mi vanidad debo reconocer que no es así. No fue un viaje el que me convirtió en
genio; fueron treinta y seis años de trabajo persistente y continuo que, en la “pausa” de mi
viaje, florecieron finalmente. A mis setenta y siete años, aunque he fallecido de un ataque
cardiaco, el cáncer al páncreas detuvo mi trabajo, no así mi producción. Estamos en 2010 y
puedo observar cómo la gestalt sigue su paso creciente y, por todas partes, mi voz continúa
resonando.
170
Una cuestión pendiente. Traté mal a Claudio y es algo que ya conversaré con él,
cara a cara. Me entristece profundamente la muerte de su hijo, en un accidente automovi-
lístico, cuando viajaba a la ceremonia de mis cenizas. También tendré una charla con Paul
Goodman; La segunda parte de Gestalt Therapy de 1951 la escribió él y plasmó allí la más
completa teoría del self, desde el enfoque de la terapia gestalt. Nunca me referí a ese libro,
dado que no era yo el escritor principal. Qué difícil fue para mí aceptar el esplendor de
otros y cuánto, sin embargo le debo al mismo Freud, a Reich, a Goldstein, a Friedlaender, a
Laura, Paul. Y a quienes continuando mi senda me han hecho más reconocido como el mis-
mo Naranjo, Dick Price y tantos otros seguidores míos.
Estoy entubado de manera humillante. Han abierto mi cuello para meterme, allí, un
tubo, mientras otro está ensartado en mi ano. Sea como sea sigo consciente y dueño de lo
único que nadie podrá quitarme ni usurparme: mi propia percepción. He pedido que en mis
exequias bailen y dancen, A fin de cuentas, nada supera al arte.
De sonrisas asomadas
Un nuevo amanecer
Queda el cansancio
Cantando y bailando,
En el pasillo me crucé
Aceptar la imperfección.
Mañana el bolso
Repleto de caricias
Diferente
Porque regresas
No te lo contaron,
no te lo explicaron,
173
no te lo impusieron;
simplemente lo viviste.
Es tuyo, te pertenece.
Que se ve de Temuco
Y se van a revolucionar
Que es el amor.
A conversarnos su esencia
Para contarnos
No para mostrarnos
a la conveniencia de quienes
174
Volvió a jugar,
Vinieron a mostrarnos
Lo es.
Cuando, la verdad,
En esta isla
Crecerá la Javiera,
Crecerá la Candy,
Y seguiremos sintiendo
No porque la vida
176
Creamos y construimos
No voy a hacer un saludo protocolar porque yo creo que lo que distingue a nuestra
institución, a nuestro Cpeip es la amistad. Creo que hay algo en esta institución, en este lu-
gar, en estas paredes que hace que, por el simple hecho de ser contratado, acá, todos nos
convirtamos en amigos. En una de mis etapas de mi vida me dio por estudiar historia. Así
que saque la licenciatura en historia. Es una cosa que hice por hobby. Hoy en día, de alguna
manera representando a la Tenchita, a la Patty, a mi querido amigo Renato, y a todos uste-
des, tengo que hacer un poco de historia. Y es inevitable que, algunas partes, se refieran a
mi persona, dado que es la historia más cercana que tengo.
¿Por qué será que al llegar acá todos nos hacemos amigos?
177
Tengo algunas hipótesis. ¿Será la vieja leyenda de que el pozo del Cpeip tiene arsé-
nico y nos da cáncer? y ese temor es el que nos une? ¿Será que en los años 70’ cuando te-
níamos que subir al Cpeip, no había bus, fuera del bus institucional, no había taxi colectivo,
no había micro, y había que subir a pie porque, la mayoría, tampoco teníamos auto. ¿Será
que al recordado Director anterior a mi llegada al Cpeip, el conocido Huaso Leyton se le
ocurría que a las 10 de la mañana todos tenían que ir a tomar desayuno al casino? ¿Será, y
sin el ánimo de ponerme serio, que antes del 90? hubo hartas dificultades para salir adelan-
te? ¿Qué será? ¿Serán los árboles, serán los perros?... ¿O seremos nosotros mismos?
Yo llegué a este Cpeip, el año 76’, engañado. Debo, ahora, contar la historia fide-
digna. Quiero representar en eso a la Tenchita, a la Patty, a Renato, pero es la historia que
yo viví.
critorio- corre todas esas cuestiones y me dice: “le alcanza con esta parte del escritorio, va a
tener que sentarse conmigo”. Por esa razón, exclusivamente, decidí aceptar el trabajo. Por
la forma en que había sido recibido.
Yo, como dueño de una discoteca no tenía ropa pa.’ trabajar aquí. Había dejado la
Universidad con mucho dolor, con mucho pesar y mucho sentimiento de injusticia, Tenia
blujines y camisas… Bueno, así llegué al Cpeip a trabajar a la OEA. Eduardo me dijo,
“mira, si son seis meses, si después querís te vai, si el contrato es parcial”. Me convertí en
ilustre funcionario de la OEA trabajando acá en el Cpeip y con el único ánimo de terminar
mi pega e irme en diciembre o enero pa.’ mi Valparaíso querido… Debo confesar que los
seis meses todavía no terminan. Y que ya no me voy a ir para Valparaíso, porque hace mu-
chos años que me fui para Talagante.
¿Qué pasó? A principios de diciembre, el nuevo Director, porque debo decir que
Carlos Eugenio es una excepción aquí en la institución llevando 9 años de Director. Anti-
guamente, los directores duraban como mucho dos años, uno la mayoría, igual que los mi-
nistros, duraban un año. Así que, nosotros los del Cpeip, sabíamos que esta gente pasa pero
la pega la hacemos nosotros. Bueno, había cambiado ya el Director, y era el nuevo Director
don Antonio Carcovic, no voy a contar las anécdotas de don Antonio Carcovic, puchas,
porque son gloriosas y son como para estar toda la mañana. Pero él una mañana me llamó a
su oficina y me dijo: “Mire, lo hemos estado observando como usted trabaja, nos gusta su
manera de trabajar. ¿Se quiere venir a trabajar aquí al Cpeip? Chuta yo que tenía la espe-
ranza de irme para Valparaíso…. Bueno ya. Y ahí me quede hasta hoy día.
Todas las personas que fui conociendo en esta institución y las que no me conocen,
porque hay aquí algunas personas que no me conocen y que yo tampoco las conozco, tene-
mos el mismo sello. Por ser del Cpeip somos amigos. Por ser del Cpeip nos queremos. Por
ser del Cpeip nos respetamos. Por ser del Cpeip sacamos juntos las tareas y las pegas más
allá de cualquier consideración externa. Hemos sido durante muchos años, tal vez ahora
menos, al menos durante los años 70’ y 80’, la bola huacha del Ministerio. No hemos sido
los que hemos campeado y dominado en Educación. Hemos estado peleando por nuestras
ideas, permanentemente, y sacándolas adelante, y eso nos dió un montón de cohesión y un
montón de creatividad. Siempre supimos oponer al poder que venía de afuera, el conoci-
miento que había acá. Aquí había mucho conocimiento y todavía lo hay. Y siempre supi-
mos regalarle a los profesores de Chile y de todas partes de Latinoamérica, lo mismo que
había entre nosotros amistad, cariño y respeto.
Después de 33 años de trabajar aquí debo agradecer muchas cosas que me regaló el
Cpeip y no me puedo ir sin nombrarlas. El año 77’, cuando no llevaba ni seis meses aquí, le
pedí a don Antonio que me diera permiso con goce de sueldo para ir a estudiar mi especia-
lización, psicoterapia grupal y desarrollo personal, a California. Me dijo, bueno, y me puso
una pura condición, “pero usted tiene que volver antes de fines de diciembre, sino no lo
179
puedo contratar para el próximo año”. Me sentí muy halagado de que me pusieran esa con-
dición y de que a mi vuelta pudiera continuar. Eso pasó el año 77’. El año 79’, en un mo-
mento muy duro para mi, un Director que había y que pasó sin pena ni gloria, me quiso
echar. Me dijo que yo por hacer terapia gestáltica, era marxista y ateo. También me dijo
que lo único que se debía enseñar aquí eran los cuatro evangelios. En serio que eso me dijo.
Y nunca he sabido porque el Subsecretario de la época, le rechazó mi despido. Le he pre-
guntado a cuánta gente me podía contestar, por qué. Yo era de Valparaíso, no conocía a na-
die acá, no pertenezco a ningún partido político, tengo, obviamente, mis simpatías. ¿ Por
qué de todas las personas que iban a echar , este señor, el Subsecretario, se opuso s que me
echarán a mí. No tenían la menor idea. Tengo mis sospechas, pero a las personas que tengo
mis sospechas que se habían metido entremedio, les pregunté cara a cara si ellos, o ellas, si
habían sido las que había intervenido. Me dijeron que no, pero para mí que me están min-
tiendo. Debo agradecer porque ese momento fue muy duro para mí; yo tenía una hija de un
año y una guagua en camino y estaba despedido. Pero no ocurrió.
Después tengo que agradecer ese momento glorioso que ocurrió, en 1987, cuando
estando en este salón preparando una película sobre Desarrollo Personal, con mi querido
amigo Humberto Alday, me llamaron de la Secretaría Ejecutiva y me dijeron. “¿Querís ir a
la Isla de Pascua’” ¿Qué voy a ir a hacer a la Isla de Pascua? No, es que desde la Isla de
Pascua te están pidiendo, quieren que vayas a hacer un curso de curriculum centrado en la
persona y talleres de desarrollo personal. Estuve cinco semanas trabajando en la Isla de
Pascua. Fue una experiencia inolvidable. Y tuve la ocasión de conocer a uno de los cuatro
grandes sabios que he conocido en mi vida. En este caso, a don Alberto Hotus, el jefe del
Consejo de Ancianos. Y posteriormente, el año 90’, primer Alcalde de la Isla elegido en
forma democrática. Don Alberto Hotus es un sabio, es un gran sabio, y me enseño el senti-
do de la libertad , en las largas conversaciones que teníamos, en la isla, en su casa.
El primero de los cuatro sabios que conocí fue, en 1964, en la Universidad Católica
de Valparaíso, don Luis López González. El era uno de los grandes filósofos de Chile. Era
un sabio, realmente era un sabio. El año 76’ cuando me echaron de la Universidad, él esta-
ba muriéndose. Yo lo cuidaba en su casa, entre otras personas. No quería contarle, pero me
insistieron. “Cuéntale a don Lucho que te echaron” Le dije, don Lucho, sabe que me echa-
ron de la Universidad. Me dijo: “No se preocupe, si la Universidad ya no existe”. Me quedé
bastante tranquilo con su respuesta del año 76’.
Ese mismo año , antes de llegar al Cpeip, conocí a don José Ñihuen, un campesino
mapuche de orillas del Lago Lleu-Lleu. Desde ese día comprendo porque los mapuches tie-
nen la posición que tienen hasta hoy día. Este mapuche era un sabio, también. Un día, está-
bamos…jodiéndolo, preguntándole todo el día cuestiones, mientras el trabajaba, en su par-
cela. Entonces él iba con el arado, con la correa al cuello haciendo el surco, porque no tenía
caballo, y le decimos nosotros los que íbamos al lado, junto con Roberto, un amigo, que era
antropólogo, y yo que también en esa época hacia clases de Antropología, entre otras cosas,
180
Debo agradecer, especialmente, que el año 97’, cuando falleció mi hijo, en un acci-
dente automovilístico y yo me encontraba trabajando en Ecuador, fuera mi gran amigo
Claudio Molina quién me consolara, me escuchara por teléfono – llamando yo para el
Cpeip para que me ayudaran- y me diera la tranquilidad mínima para poder yo regresar a
enterrar a mi hijo. Yo después de ese momento, no volví a trabajar al Cpeip. Simplemente
me taimé. No pedí permiso, no pedí licencia, simplemente no volví a trabajar. Y otro gran
amigo Rodolfo Villarroel, me dijo: “No te preocupís, nosotros nos arreglamos acá. Quédate
en tu casa todo el tiempo que necesites y cuando quieras volver, vuelves”. Acá se las arre-
glaron para timbrar, para firmar. Yo estuve desde julio del 97 hasta septiembre del 97 sin
venir a trabajar, porque yo no era capaz de trabajar. Estaba, simplemente, muy mal. Y ahora
es ocasión para agradecer ese gesto que tuvo el Cpeip, para conmigo, a través de Rodolfo
que era coordinador.
Pero quiero agradecer, especialmente, una etapa del Cpeip y que fue para mi extra-
ordinaria, la que fue del año 83’ al año 94’ En esa etapa yo fui parte de un proyecto que me
permitió conocer al cuarto sabio que yo he conocido en mi vida: don Gabriel Castillo. Él es
el cuarto sabio que yo he conocido en mi vida. En mi opinión el más grande sabio que exis-
te en educación en nuestro país. Él nos formó y orientó y nos hizo estudiar durante dos años
para crear esa famosa y linda utopía que era el proyecto de identidad de la escuela y que te-
nía como estandarte el ser un modelo curricular centrado en la persona. De esa experiencia,
que entiendo Gabriel sigue realizando hasta hoy día, de esa experiencia surgió, posterior-
mente, como apéndice, el programa del cual fui jefe entre 1986 y 199, el programa de desa-
rrollo personal. Debo agradecer a quienes me apoyaron para sacar adelante esa tarea. Debo
agradecer, especialmente a Gabriel, al darnos, a través del proyecto de identidad de la es-
cuela el fundamento de nuestro trabajo y que tenía tres pilares: que todos los alumnos
aprendan, que la convivencia humana, en las escuelas, sea sana, y que la escuela sea una
institución capaz de darle sentido a la vida, tanto de sus profesores como alumnos y apode-
rados. ¡Cómo me gustaría que ese proyecto aún existiera hoy en día!
El año 99’ se cerró el programa de desarrollo personal. Yo fui recibido por otro gran
amigo, Humberto Alday, en el programa de Curriculum. Él me recogió del suelo porque yo
aún estaba con el duelo de mi hijo. Y, posteriormente, el año 2002, 2003, fui invitado por
181
Claudio Molina a ser parte del departamento de investigación, cosa que haré hasta finales
de marzo del próximo año.
No son tan importantes las pegas que hice, como las amistades que cultivamos. Me
da mucho gusto que una gran cantidad de personas que está aquí, me llame “tío”, porque
eso es lo que me hacen sentir; ser parte de una familia. Pa’ no sentirme tan viejo, yo tam-
bién les digo tío a ellos. Así es que somos una familia.
Ha sido una hermosa experiencia de 33 años, yo venía por seis meses. Bueno, el
tiempo es elástico y relativo. Es cierto que en marzo me voy, pero me quedo en el corazón
de mucho de ustedes y muchos de ustedes se quedan en mi corazón. Y la institución se que-
da en mi corazón.
Alguna vez le preguntaron al Buda, si su vida tenía sentido. Dijo: sí, mi vida tiene
sentido, pero queda mucha leña por cortar. Queda mucho trabajo por hacer y ustedes están
llamados a seguir trabajando. A seguir adelante con la misión que hemos tenido durante 40
o más años. La misión de educar se resume en una sola frase, en un solo verbo. La misión
de educar es la misión de ser capaz de amar. Lo demás son cuentos.
Amar al prójimo. Amar a los niños para lograr que aprendan. Amar a los profesores
para que así sean grandes profesores y sepan enseñar. Amar a todo el mundo, aún a aque-
llos que te hicieron mal. Amar porque tenemos una condición insalvable. Somos mortales.
Y como me dijo don Alberto Hotus un día en la isla. Le pregunté, don Alberto, después de
tanta guerra intestina en la isla, ¿ustedes porque no se odian? Porque vivimos en una isla,
pus Pato, me dijo, y no hay cómo arrancar. Hay que aprender a convivir por lo tanto. El
mundo es una isla y el Cpeip de alguna manera fue creado para ser una isla. Por eso está
aquí en la punta del cerro. Así que la enemistad no tiene lugar y no la tuvo en todos estos
años desde mi percepción y mi conciencia.
2009.
182
183
2010
2010 Descripción metodoló-
gica.
Acompañamiento individual en grupo. Terapia Gestalt
Integrativa.
Observa el colorido tras tus párpados, los sonidos que hay Momento2.
dentro y fuera de la sala…, los perros, la música. Así que a la
Ampliación de cons-
vez puedes ver colores y escuchar ruidos…, respira profun-
ciencia. Satisface Pr. De
do…
Ampliación de la cons-
A la vez puedes sentir la temperatura ambiente del entorno ciencia.
como la de tu propio cuerpo…, respira profundo…
Directriz: Simultaneizar
Observa el colorido, los sonidos que hay dentro y fuera de la los sentidos.
sala…, los perros, la música…, puedes ver colores, escuchar
ruidos…, sentir la temperatura ambiente del entorno, como
la de tu propio cuerpo…, y además, puedes sentir algún sa-
bor en el paladar, algún olor en tu nariz…, por lo tanto, si-
multáneamente puedes percibir….
Sin hablar en voz alta, observa que te ocurre cuando te pre- Pausa.
guntas ¿Cuál será la sensación que mi cuerpo me quiere mos-
trar como la sensación más profunda de mi cuerpo?…, obser- Momento3: Focusing.
va…, respira profundo… Sonda indagatoria.
Sin necesidad de hablar en voz alta, observa en que parte de Pr. Organísmico y Ho-
tu cuerpo está tu atención…, respira profundo… lístico.
Pausa.
P: La veo parada, así… y me dice, eres desagradable, la veo Chequeo mediante re-
como otra persona… curso de reiteración.
P: Sí, en el pecho…
P: Fría…
Especificaciones y cali-
A: ¿Fría o helada? bración de la sensación
sentida.
P: y es pesada…
P: No tiene sabor.
187
A: ¿Y su forma…?
P: La siento ovalada
P: …Hace gesto con las manos, semi redonda, ovalada… Sonda no-verbal indaga-
toria.
A: ¿Es una sensación bastante amplia?
Verbalización.
P: Está como en el centro, está como entremedio de mí…
A: Respira profundo…
Pausa
P: Entremedio, que me dificulta respirar.
P: Sí. Verbalización.
P: Sí… Verbalización.
Resonancia.
A: No tiene forma.
Verbalización.
P: La entidad que está a mi lado es, señala con las manos Posible nuevo asidero.
una forma así ( )
P: No.
Repetición y chequeo.
A: ¡Ah! Dejó de ser desagradable.
A: ¿Es cómo que la sensación decidió irse a otro lado?. ¿Po- Verbalización.
drías observar la nueva sensación que tienes en el pecho?
P: Es distinto
Especificación.
P: Hace años.
A: ¿De qué edad podrías decir que sentías la sensación, o que Búsqueda potencial de
estaba contigo? la niña interna dañada o
sana.
P: 18 años.
P: No.
Pregunta por confirmar.
A: ¿Existía pero más suave?, ¿y de 12 años?
P: No.
Pregunta por confirmar.
A: Y de 13 o 14 años, ¿existía?, o apareció suavemente a los
15 y más notoria a los 18.
Chequeo de la gestalt
A: Cuéntalo en presente… incompleta.
P: Estoy de pie, intranquila, sintiendo mucha pena, como que Actualización.
no puedo arreglar el asunto. Quisiera ser un aporte para re-
solver lo que sucede… Me frustro y lloro. Estoy llorando de
pie, lloro…. Hasta ahí me llega el recuerdo. Veo a mi pa-
pá…, lo veo por la ventana y me dice ¡¡deja de llorar!! yo me
paralizo…
A: ¿Puedes decir con el mismo volumen como te dijo, deja Evocación de la expe-
de llorar? riencia.
P: Recuerdo el gesto (mueve las manos), ¡¡Deja de llorar,
hasta cuando…!!
P: Está en la pieza
A: Sigues en tu pieza…
Repetición.
P: Sí. Estoy sintiendo la pena y la frustración.
Pregunta por confirmar.
A: YYY, ¿esto sucedía cuando la P tenía 9 años?
A: ¿Y tu hija-P?
Experimento.
A: Te voy a pedir YYY algo muy especial, ¿querrías ir a la
Cierre de la gestalt in-
habitación de la P, poner 2 sillas, mirar a la P de 9 años y de-
conclusa.
cirle lo que va a ocurrir…” Yo voy a seguir sin comunicarme
con mi esposa, tú te vas a ir a vivir a un departamento…” es Pr. Homeostático.
decir todo lo que ha pasado hasta hoy. ¿Querrías decirle?,
pero, pensando que se lo dices a una niña de 9 años, en forma
192
Pr. De urgencia.
A: ¿Cómo te sientes?
A: ¿Qué sucede?
Pregunta por confirmar.
P: Logro ver una cercanía de mí con mi padre, pero como
que no se logra la comunicación, a pesar de estar tomados de
las manos
A: ¿Cómo te sientes tú P?
193
P: Bien.
Explicitación.
Sentí que lo viví ese momento, pude decirle que iba a estar
todo bien, que las cosas se van a solucionar, que vamos a es-
tar bien. Chequeo.
A: ¿Con respecto a la tensión que tenías?
Chequeo.
A: ¿Cómo te sientes ahora?
Momento6.
A: ¿Puedes agradecerte a ti misma?... Esto fue con lo que me Sexto paso del focusing:
194
contacté, lo que imaginé, puede que tenga algún sentido con- agradecer.
migo misma. Agradecer.
Semillar.
En otro momento podré volver a imaginar recuerdos con per-
sonas importantes para mí. Sonda reparadora implí-
cita.
Imaginar finalmente que le dices a tu padre que a pesar de
todo lo que ha pasado en la familia, aún tengo la capacidad
de reír.
Chequeo.
A: ¿Qué cara tiene tu padre?
Pausa.
2011
196
Métodos Meditativos como las meditaciones activas de Osho (en la época B.S. Rajneesh) y
las meditaciones pasivas como el Zazen.
De vuelta en Chile, como ha dicho el Buda había ”mucha leña que cortar”, mucho,
mucho trabajo que primero lo plasmé a través de talleres de desarrollo personal en el
CPEIP de Lo Barnechea (mi casa laboral desde 1976 hasta 2010) y mis talleres de Terapia
Gestalt en mi casa.
197
Para 1982 junto con nuestra recordada Ruth Hoflich creamos el Instituto Integral de
Cultura en Viña del Mar y a la sucesión de talleres de fin de semana siguió en 1983 nuestro
primer grupo en formación.
Para 1991 junto a varios egresados creamos la Sociedad Chilena de Desarrollo Per-
sonal continuando durante años nuestra vocación formadora.
Erik Cortés, desde 1984. Psicólogo, Orientador Vocacional y profesor de Filosofía. Espe-
cialista en Bioenergética y Psicodrama.
Luis Castro, desde 1986. Profesor de Ed. Física. Especialista en Método Comunicacional de
V. Satir.
Polo Morandé, desde 1990. Profesor de Física. Especialista en Chamanismo, métodos Ar-
quetípicos y Eneagrama.
Desde 1999 han egresado de nuestro Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, realizado
en las sedes de Las Condes, Iquique, Concepción, Talagante y Quito, 102 terapeutas gestál-
ticos con una formación de dos años o etapas y entre 800 y 1000 horas pedagógicas.
Tai Chi.
Yoga.
Gestaltdanza de P. Varas.
Danzaterapia reichiana.
Terapia Reichiana.
Terapia Neo-Reichiana.
Bioenergética de A. Lowen.
Rebirthing.
Gestaltdrama de P.Varas
Psicodrama de J. Moreno.
Programación Neurolinguística
Constelaciones Familiares.
Logoterapia de V. Frankl.
Eneagrama.
Creatividad.
Meditaciones pasivas.
Meditaciones nativas.
Uso de Arquetipos.
Sistemas Residentes.
200
Trabajo comunitario.
Psicocalistenia de O. Ichazo
Focusing de E. Gendlin.
Gestaltdrama de P. Varas
Psicodrama.
Programación Neurolinguística.
Las bases de nuestro actual quehacer están dadas por la existencia de un lugar pro-
pio, la Parcela Almaray en Talagante, donde junto a mi hogar he construido el Centro “Al-
maSur” que permite trabajar con tranquilidad en medio del campo y con una capacidad de
estadía que varía entre 17 camas en el año y 25 en verano (con sistema de camping), pisci-
na, sauna, pérgolas, árboles frutales y perros cariñosos.
En los días en que el Centro está sin sus habituales participantes y sin sus interesa-
dos en terapia individual, el lugar nos acoge, a mi hija Jimena Amelie y a mí, en una danza
cálida que le da más sentido a mi vida.
Con los años, lo que más destacan nuestras egresadas y egresados es: la calidad de
la formación y los profundos lazos de amistad que nos unen.