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UN ESPEJO PARA EL ALMA


Segundos Escritos. (1987 – 2011)

Pato Varas Santander


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Índice.

1987 4

Un espejo para el alma 5

1988 30

Los Grillos de Rapa Nui 31

1997 44

Nuevos Tiempos, Nuevos Terapeutas 45

2000 49

Los Fundamentos de Desarrollo Personal 50

Antes y después de Esalen 59

El Programa de Formación en el CPEIP 73

Desarrollo Personal e Investigación 78

De la Tecnología a la Religión en Desarrollo Personal 94

Ponencia 108

2002 114

Y sólo se trataba de vivir 115

2004 118

Nuestro enfoque formativo 119

2005 137

El hombre real está lleno de dolor 138

2007 141

Carta a una terapeuta 142

El Focusing Corporal 143


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2008 148

La posibilidad de una visión holística en Educación Física 149

El Instante Supremo 156

Nuestro Ser 159

Ruth Höflich, una lección de vida y muerte 161

Si la verdad no es amorosa, no es verdad 166

2009 168

Fritz post morten 169

Nuestra pequeña historia nuestra 171

Despedida del CPEIP 177

2010 183

Acompañamiento individual en grupo. 184

2011 196

Una Escuela Formadora 197


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1987
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UN ESPEJO PARA EL ALMA.

Cuando un hombre o mujer desea llegar a hacer el oficio del facilitador es


bueno que se pregunte si desea llegar a ser un ser humano; si como ser humano, se siente,
en alguna medida y de algún modo, más bien satisfecho que decepcionado de sí mismo. Y
si su calidad de vida personal e interpersonal es de una naturaleza tal que le confieren la ca-
pacidad de poseer un sentido y perspectiva de la vida, los hombres y las cosas que le hacen
digno, congruente y solidario.

El camino que recorre un hombre o una mujer que hará del quehacer del fa-
cilitador su quehacer se inicia, por tanto, en el inicio del propio desarrollo personal e inter-
personal.

A partir de ese momento, son la coherencia y la apertura los an-damios que


le construirán y crearán como un hombre o mujer de servicio.

Un estilo, una forma de vida, se irá plasmando en ese hombre o esa mujer.
Forma que abarcará todas sus relaciones de vida, la familia, el tra-bajo, la ciudad, las ideas,
la amistad, este mundo y el otro.

Y cuando ese hombre y esa mujer vayan recorriendo ese camino de coheren-
cia y apertura, no exento de vaivenes, poco a poco, paso a paso, descubrirán que algunas
personas se acercarán a él o ella porque en dicha interacción sienten que mejorarán su pro-
pia calidad de vida.

Así, desde las personas mismas que lo requieran, irá surgiendo, en él o en


ella, el quehacer del facilitador.

Desde luego, muchos conocimientos y experiencias vividas ven-drán en apo-


yo de este quehacer. Más, si como afirma el antiguo proverbio sufi, "la boca de ese hom-
bre o esa mujer está enferma, para él o ella, el agua sabrá amarga".

NI conocimientos ni experiencias servirán, si ese hombre o esa mujer no po-


seen en sí el arte de convivir con ellos de modo superior.

Lo primero que ese hombre o esa mujer han de desarrollar es su percepción.


El fundamento del quehacer de un facilitador es la realidad y la realidad sólo se toca a partir
de la percepción.
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La realidad es algo que percibimos afuera y adentro de nosotros. Hay reali-


dad fuera de nosotros; hay realidad dentro de nosotros. Más siempre es simultáneamente
afuera / dentro de nosotros mismos.

Sin embargo, de modo similar al brujo o al hombre de conocimiento, el faci-


litador no sólo ha de percibir; es bueno, además, que po-sea el arte y la capacidad de "ver".
Es decir, no sólo percibir las cosas, sino, junto a ello, el sentido de esas cosas. Ver es perci-
bir, más allá y más acá de las cosas y, también, percibir lo que tal o cual cosa es junto a lo
que no es. Ver es percibir no sólo las cosas, sino la red de relaciones que como hilos invisi-
bles une y separa a tales cosas. Ver es tocar esos hilos invisibles.

Cuando o un hombre o una mujer aprende a ver las cosas, modi-fica, inme-
diatamente, su forma de convivir con ellas. Del mismo modo, cuando logramos "ver" a
otro ser humano, convivimos con él de modo distinto y supe-rior.

Conocer el sentido de las cosas es tarea de vida. Conocer el sen-tido de un


solo hombre o una sola mujer es tarea infinita. Conocer el sentido del ser humano, de la
humanidad es tarea de muerte. Quien se empeña por tanto en convivir con el ser humano
de modo superior, es decir, profundo, ha de conocer y aceptar el sentido de la muerte que
es, también, el sentido de la vida.

Convivir con un hombre o una mujer de modo profundo obliga a quien lo


hace a poseer un cierto sentido de vida. Sólo cuando se posee algún sentido resulta posible
tocar los hilos invisibles que le dan sentido a ese hom-bre o a esa mujer con que convivi-
mos.

Tocar esos hilos no significa que se conoce el sentido de ese hombre o de esa
mujer, significa tan sólo que, hasta cierto punto, se lo "ve".

Cuando dos o más hombres conviven de un modo tal que "ven" sus hilos in-
visibles, diré, arriban a una nueva forma de convivencia que llamaré "co-existencia".

Co-existir es el camino y propósito que todo hombre y mujer si-guen cuando


despiertan a su propia coherencia y apertura. Por ende, co-existir es el oficio del facilita-
dor.

Un facilitador es un hombre o mujer en el camino de la co-existencia. Y es


por estar en ese camino que facilita, es decir, participa en los procesos de desbloqueo y de-
sarrollo, de otros seres humanos, de modo pro-fundo y creador.

Cuando un hombre o una mujer se atascan, detiene o marcha con lentitud,


manifiesta así, básicamente, que ha perdido su sentido de vida. Este deambular sin rumbo
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es tan ajeno a todo hombre o mujer, que termina hiriéndola, dañándola y, en el dolor, deses-
perándole.

Para aprender a "ver" es necesario cerrar los ojos. Entonces, nuevamente,


aparece ante quien los cierra, el mundo y él o ella, unidos. Entonces, los hilos, que entrete-
jen la vida de ese hombre o mujer, con las cosas y con los seres, se vuelven tocables y
cuando un hombre o mujer llegan a familiarizarse con tales hilos, entonces sus ojos pueden
ser abiertos. Ese hombre o mujer, posee, ahora, claridad. Si, además, posee coherencia,
iniciará y desarrollará una convivencia profunda que lo llevará a coexistir.

Por lo tanto, ciego no es aquel o aquella que cierra sus ojos, sino aquél o
aquélla que no toca las relaciones.

Para convivir y llegar a coexistir con un ser humano es bueno tocar a ese ser
humano. El cuerpo, para quienes coexisten, no es ni un muro ni una frontera entre los se-
res, sino más bien una ancha avenida por la que nos adentramos en el paraíso humano.
También en nuestros infiernos y purgatorios.

El hombre o mujer que llega a coexistir entra y sabe entrar a todos esos luga-
res, les tema, les desee o les sean naturales, más allá de sus impresiones, entra y sabe entrar
en ellos, porque coexistir es su oficio y vocación. Y para coexistir con un hombre o una
mujer es necesario aceptarle, a él o ella, totalmente.

Pero. ¿Cómo coexistir con el otro si la propia existencia no ha sido asumida,


si la propia identidad y el propio contacto están en veremos?

El primer imperativo de todo hombre o mujer es, precisamente, ser tal. Para
ello es, también necesario, tocar los propios hilos interiores que han creado y crean, cotidia-
namente, nuestra vida. Es necesario que nos veamos a nosotros mismos, no sólo que nos
percibamos.

Un hombre o una mujer no lo es, y se niega a sí mismo o a sí misma como


ser, si no es profundo, si no camina hacia la profundidad de su propio ser.

Cada uno de nosotros o nosotras posee grandes avenidas y, también, estre-


chos pasillos, escarpadas laderas, oscuros túneles y, en fin, infinitos lugares para conocerse
y tocar.

Mientras los catalogamos no los vemos, sólo los percibimos superficial y


ajenamente.

Un hombre que se "ve" a sí mismo, se recorre tocándose cabal-mente y, así,


todos sus lugares pierden adjetivación y son en sí y en sus relaciones, sustantivos. Los te-
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mores, como las ilusiones, no son la realidad, sino el equívoco entre la realidad y el reem-
plazo de ella.

En efecto, toda realidad que se conoce a medias y que, sin embargo, se ex-
tiende, en la mente, como totalidad conlleva una brecha, brecha que cuando se cubre des-
troza ilusiones vanas, Para todo esto, en la claridad se vence al temor.

En la claridad no hay brecha porque no hay ilusiones. Sólo está lo que es.
Pero lo que es está tramado de hilos invisibles. El saber de la claridad es el saber de la ver-
dad. Y la verdad es, por cierto, alcanzable. Sólo que, siendo la realidad eternamente cam-
biante, también la verdad es eternamente cambiante. Toda claridad es por tanto, siempre
claridad del pasado, de lo que siendo ahora ya no es. ¿Cuánto no es? Totalmente ¿Cuánto
ha cambiado? Poco o mucho. ¿Cuánto ha variado, por ende, la realidad y la verdad? Poco
o mucho.

Llega sin embargo, un momento en que la claridad, de lo pa-


sado, es obscuridad de lo presente y futuro. No es posible, por tanto, descansar en verdades
eternas.

Aquello que llamamos verdades eternas son verdades que por eternas sólo
conocemos de su sentido, más jamás de su totalidad. Suponemos su estructura y configura-
ción, nada más.

De este modo la ubicación entre ciencia y creencia es una relación natural


entre lo que sabemos y lo que sin saber suponemos por fe.

Sin embargo y precisamente por nuestra condición limitada al espacio-tiem-


po, podemos saber el sentido del ser, de lo humano, de las cosas, de lo real y de lo posible.

Se desprende, fácilmente de lo anterior, que un saber o ciencia sin profundi-


dad, es mera ilusión ignorante y, a veces, tristemente, fatua y vanidosa.

Un hombre o mujer que se ha dispuesto, conscientemente, a coexistir, como


ha de ser la convocatoria de todo facilitador o facilitadora, puede admitir cualquier error o
ignorancia, excepto la de su propia coherencia y apertura.

Si le acontece, en alguna ocasión, que es remecido críticamente en ese nivel,


ha de, inmediatamente, detener su acción o movimiento circunstancial, y abocarse total-
mente a la investigación de tal afirmación gravitante.

Y si, en tal pie, establece como verdadera la crítica, no le queda otro camino
que revisar profunda e hidalgamente su ser en sí y su coexistir.

Es precisamente ante ese nivel o grado de autenticidad (si se puede hablar


así) que quien recurre a un facilitador, o facilitadora, despierta a su confianza. Aquél que,
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como portero, pretende abrir el alma y el cuerpo de sus semejantes, mientras sus propios
salones permanecen iluminados, pero cerrados no es más que, tal vez, un buen prestidigita-
dor que ilumina con un arte casi mágico donde lo aparente reemplaza a lo real. Es un arte
hermoso y difícil, pero no más difícil y hermoso del de aquel ser que posee y juega con la
magia de lo real.

Ser nada más que lo que se es, es mucho más que ser más de lo que se es.

En la medida en que la facilitación conlleva un coexistir con sentido se con-


vierte ella en un proceso de profundización en lo humano, un proceso que despega hacia lo
valórico, por tanto, un proceso inmerso en lo que llamaré la educación de sí mismo y de la
coexistencia.

El quehacer del facilitador no es mera terapia aún cuando es, a veces, una te-
rapia exhaustiva y profunda. Y no lo es, dado que más allá del desbloqueo emocional, la
verificación de conflictos, la resolución de problemas y la superación de estados de impasse
es un proceso que no se queda en ello, sino que alienta y promueve la energetización del ser
humano hacia su más auténtica y profunda existencialidad.

He dicho anteriormente, que el facilitador es un espejo, y que es un espejo


cálido; debo agregar que también es un espejo cálido con perspectiva y profundidad.

De este modo puede el facilitador ser un espejo de mejor servicio y uso.

El ser humano no es sólo un ser afligido o dolido o bloqueado. Simultánea-


mente es un ser con proyección, con cierto sentido. Un ser con valores, con dudas y con te-
mores. Un ser con potencialidades conocidas y por conocer. Un ser histórico, un ser fami-
liar, un ser social, un ser étnico.

Reflejar a tal ser no es, por cierto, reflejar meramente sus urgentes necesida-
des inmediatas. A veces reflejar a tal ser, incluye, también reflejar-le lo que no es, lo que
aspira a ser, lo que aparenta y lo que niega.

Cuando nos contemplamos en un espejo esperamos que él nos refleje con


claridad y nitidez. Si está el espejo empavonado o sucio o rayado, no es lo mismo.

Para cualquier hombre o mujer poseer claridad constituye una cierta exigen-
cia; la claridad nos exige; una percepción de los hechos y de las personas sin elementos
propios extraños a ella. Nos exige una percepción total sin temores, ni evitaciones. Nos
exige la aceptación de todo lo percibido sin discriminaciones, juicios ni exclusiones selecti-
vas. Un espejo no remedia ni enferma, simplemente muestra lo que recibe.

El temor es el principal enemigo de la claridad. El temor nos aleja de lo real y


alienta nuestras falsas ilusiones, fantasías y evasiones. El temor cuenta con grandes alia-
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dos, entre ellos, desde luego, la nada, la muerte, el dolor, el absurdo y todas sus formas con-
cretas como la enfermedad, el castigo, el accidente, la arbitrariedad. Todas estas formas
cuando se anidan en nosotros nos generan desconfianza, inhibición, cautela, cierre, oculta-
miento, evasión, escape, engaño, mentira, manipulación, hipocresía, tristeza, desazón, para-
lización y pérdida de la propia y fecunda ruta.

Una primera distorsión, de quien asume que reflejará a otro, ocurre ante el
temor a sí mismo o ante el temor al otro. Si un ser es temido difícil-mente será reflejado
con claridad. ¿Y por qué otro ser puede producir temor? Tal vez, porque tememos, a su
vez, descubrir en él lo que evitamos en nosotros.

Todo aquel que aspira a realizar el quehacer del facilitador es bueno que po-
sea un cierto conocimiento de sí mismo que le permita ver su propia identidad y su propia
diferencia ante otro ser. Esta identidad y diferencia suelen ser el producto de largas horas
de contacto real con otros seres y consigo mismo, simultáneamente.

El contacto con el ser humano, por lo tanto, es una clave importante en el


proceso de desarrollo de todo ser.

Yo he definido el contacto como la capacidad de ser, estar y sentir con otro


ser. Yo soy yo, yo estoy contigo y yo te siento.

Un contacto profundo es un contacto profundamente corporal y profunda-


mente espiritual.

El primer temor que todo hombre o mujer es bueno que abandone, es el te-
mor al cuerpo del otro y al propio cuerpo.

El cuerpo es aquella parte de nuestra alma que vemos. Merece que lo consi-
deremos, pues sin él no podemos ser, ni estar, ni sentir. El cuerpo no es un enemigo; es
nuestro vehículo de existencia, de unidad y de creación.

Aprender a tocar y a tocarnos sin temores y, especialmente, sin temores se-


xuales, es un primer avance hacia el conocimiento del ser humano.

Tocar, abrazar, rodar abrazados; crear unidos es un primer avance hacia la


confianza mutua. ¿Cómo ver el corazón de un hombre o mujer, si no vemos su cara ni per-
cibimos su temperatura? Tocar el cuerpo es el primer avance hacia los hilos invisibles de la
humanidad.

Que un hombre o mujer sean reflejados por otro ser es un apoyo hacia su
propia percepción y conciencia de sí. En definitiva, nadie puede verse con los ojos de otro.
Una primera condición para el desarrollo de cualquier ser humano resulta de la necesidad
de que cada ser asuma la responsabilidad de su propia percepción.
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Delegar la percepción de sí mismo y la responsabilidad de lo que ha de verse


en sí, en otro ser, constituye una primera y flagrante pérdida de conciencia y de estima.

Sin embargo, por muchas vías y de diversos modos podremos descubrir que
para muchos seres tal responsabilidad constituye una carga y están dispuestos a pagar por
delegar sus ojos a otro ser. Ilusionados a ilusos que imaginan que la propia vida puede ser
gobernada desde el exterior.

Cuando un hombre o una mujer marchan, en la vida, a la par con sus propias
potencialidades de desarrollo, resulta obvio que la interacción fluida que establece, entre su
ser y el mundo, es el producto de su permanente capacidad de optar, desde sí, su estar y ser
en el mundo. Ello requiere el uso cotidiano de sus propias capacidades; de su percibir, de
su sentir, de su pensar, de su mover, de su hacer, de su respirar, de su interactuar.

Estar consciente es siempre un acto presente. Es ahora y aquí que tomamos


conciencia, sea del ahora y aquí interactivo, sea en el ahora y aquí de vivencias pasadas y,
tal vez, hasta futuras. Optar es, en cambio, siempre una acción o decisión con sentido futu-
ro. Aun cuando optemos por perdonar las ofensas pasadas, lo haremos ahora, con proyec-
ción hacia adelante.

Creo que permanentemente estamos optando y optar implica cambio, cambio


hacia la permanencia. El grado de conciencia y fluidez con que optamos establece la dife-
rencia entre una vida asumida desde sí y otra, más bien, empujada por otros y, en cierto
modo, ajena. ¿Cómo responsabilizarnos por lo ajeno, por lo que no nace de nosotros mis-
mos?

Una vida responsable y responsabilizada de sí se funda en la libertad de la


propia conciencia y en la conciencia de la capacidad de optar.

Es menester subrayar aquí que la libertad de la propia conciencia es la liber-


tad para elegir el valor o desecharlo. Y el valor es la realidad con sentido y dirección.

Vuelvo acá a mi apreciación de que una vida realizada es una vida profunda,
es decir, percibida y vivida en su sentido valórico.

Llegar a ver y tocar los hilos invisibles que entrelazan la vida no es, obvia-
mente, el primer paso. Un primer paso lo constituye la recuperación o desarrollo de la ca-
pacidad de percepción. Más, para percibir bien es necesario respirar bien. El movimiento
primario de todo acto de crecimiento es la respiración. Vale decir, el uso de la alimentación
primaria del ser, el aire.

Respirar incluye, no sólo el ingreso del aire a los pulmones sino, además, su
traslado a todo el cuerpo. Respirar bien nos exige el establecimiento, en nuestro cuerpo de
una necesaria fluidez de movimientos y de una amplia flexibilidad del cuerpo. Ser fluido y
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flexible son propiedades del ser humano con asiento en el cuerpo, primero, y luego en todo
su ser.

Pero la fluidez no es fluidez de sí, sino en definitiva, desde sí ha-cia el mun-


do. Del mismo modo la flexibilidad es flexibilidad desde sí mismo, en el mundo y con el
mundo.

Diariamente podemos educar nuestra fluidez y flexibilidad en tanto descubri-


mos el uso y ejercicio de las infinitas alternativas que nuestro encuentro con el mundo tie-
ne.

En el modo contrario, cada vez que definimos un camino único nos estrecha-
mos y anquilosamos, reduciéndonos a una vida fija y monocorde

La vida retorna cada día a nosotros con una nueva gama de posibilidades.
No verlas es manifestación de muerte, de pasado, es volver a ver hoy lo que sólo existió
ayer y para ayer.

Que el valor sea uno (único) no significa que el camino sea uno (único).
¿Qué sentido tendrían, entonces, el espacio y el tiempo?

Resulta necesario hermanar el valor y la creatividad, para comprender el sen-


tido profundo del hombre y su realización.

Muchas veces he manifestado que el propósito último y funda-mental, de mi


ofrecimiento, en los talleres es el desarrollo de la capacidad de optar.

Descubrir el propio sentido, optar por él y responsabilizarse de él son un todo que


desmembrado pierde, totalmente, su estructura y forma. Una libertad sin responsabilidad es
abuso, locura o vacío; una responsabilidad sin sentido es absurdo, es auto destrucción, men-
tira; Un sentido sin responsabilidad sin libertad es esclavitud, negación, coerción.

Optar por sí mismo nos exige saber lo que somos y lo que queremos ser.
Cuando ese sentido no es descubierto cualquier opción es opción en el vacío, es decir, no
diferencia sino en lo aparente.

Y cuando, una vez descubierto el propio sentido (mediante ese "órgano del
sentido" que es la conciencia) se optar por él sin asumir, con responsabilidad, las conse-
cuencias que ello conlleva, entonces, lamentablemente, se pierde tal sentido, pues no hay
sentido sin propiedad del sentido. Pues poseer en propiedad el propio sentido es ni más ni
menos la capacidad de responder por lo que se optó.

Desde ya, en esta búsqueda de sentido todos poseemos una base o cimiento
donde el sentido no es cuestionado ni buscado, simplemente es: nuestro cuerpo.
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Nuestro cuerpo crece y se desarrolla sin duda ni inquietud. Y mientras lo va


haciendo nos va manifestando un sustrato de sentido sin equívocos ni apariencias.

De este modo, una primera y primaria pista en la búsqueda de nuestro senti-


do lo constituye nuestro cuerpo. Una primera y fundamental con-ciencia y percepción es,
por ende, la conciencia de nuestro propio cuerpo. Una primera y comprometida responsa-
bilidad es, también, la responsabilidad por nuestro propio cuerpo.

Tal vez en la reflexión de cómo se desenvuelve nuestro cuerpo descubramos


que los valores son objetivos y que toda opción es opción entre seguir el valor, que es obje-
tivo, o desestimarlo.

En nuestro cuerpo los valores del cuerpo no admiten dudas ni suspicacia. El


cuerpo adora la vida y no la muerte; la salud y no la enferme-dad: el bienestar y no el dolor;
el movimiento, la respiración, la alimentación, el equilibrio y la interacción. El cuerpo ni
miente ni se equivoca ante estos eventos.

Aprender a estar en contacto con nuestro cuerpo y escucharlo y tomarlo en


cuenta, es el inicio del saber y de la convivencia.

La naturaleza constituye, también, una primaria y fundamental fuente de


descubrimiento del sentido de la opción y de la responsabilidad.

Cuando un hombre o una mujer alcanzan ese maravilloso estado de estar, si-
multáneamente, en contacto con su cuerpo y con la naturaleza, entonces su profundidad en
el sentido, avanza de modo decidido.

Este encuentro es de una calidad tal para nuestra existencia que el saber y
convivencia iniciado en él es una manifestación de "coexistencia".

Y cuando un ser humano con conciencia de su cuerpo, de sí y de la naturale-


za se encuentra, en ese nivel de conciencia, con otro ser humano, entonces un nuevo univer-
so amanece para el universo.

La interacción no es el sentido, pero en ella, el sentido puede ser encontrado.


Hablo de la interacción consciente De la interacción profunda, es decir, de la religión. De
la religiosidad óntica.

A veces, en los grupos, veo a personas meditando o, más bien buscando está-
ticos con la vista elevada en el aire, que el saber (en ideas) ingrese a sus frentes.

Me parece que olvidan su naturaleza; desean el saber como quien intenta leer
un libro sin leerlo, sin abrirlo, sin tenerlo en sus manos, sin comprarlo, sin conocerlo, sin
nada más, que su anhelo de leerlo.
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Si todo es un libro, el primer libro es el cuerpo.

He visto a hombres y mujeres caminar firmes y seguros por sobre las rocas y
orillarlas aferrados a sus músculos y su sentido de equilibrio. Y cuando con su vista obser-
vaban el vacío, les he visto titubear y pedir una mano, pero hasta entonces sus pies estaban
firmes y sus espíritus tranquilos.

Con los años, al parecer, vamos dejando atrás algunas de nuestras verdades
percibidas. Nuestra primera limitación, en muchos planos, creo, es que nos vamos atrasan-
do y retrasando con respecto a nosotros mismos. Como en el colegio, cuando yo sentía de-
sazón porque sin haber aprendido bien la lección primera ya se me exigía iniciarme y conti-
nuar la segunda y la tercera; y así. Sentía mi atraso ante la presión pedagógica (¿o anti-pe-
dagógica?) externa.

Muchas veces, ese atraso hacia nosotros mismos, no tiene más presión que
nuestra propia falta de fluidez.

Sentimientos profundos y significativos, como los que se poseen hacia la


propia madre, suelen despertar, y veces con dolor, al simple invoco de la palabra mamá.
Porque cuando nuestro cuerpo encuentra expresión, el tiempo no constituye estorbo. Así,
un hombre o una mujer pueden recuperar el tiempo perdido con sólo escuchar a su cuerpo
invocando a su madre. Una gestalt inconclusa que ninguna explicación adulta satisface,
sino el mero sonido de las entrañas.

Y ¿qué era menester hacer como facilitador? Simplemente lo obvio y nece-


sario: invitar a cada persona a repetir una y otra vez la palabra mamá. Hasta cerrar la ges-
talt.

Expresar lo no-expresado. Hacer explícito lo que llevamos, y de-jamos


caer, implícito. Recuperar nuestra espontaneidad es recuperar nuestra fluidez, flexibilidad
y naturalidad. Y el verdadero sentido transita por caminos anchos, plenos y amables.

Encontrarnos en el sentido es, desde luego, afirmar y confirmar nuestra iden-


tidad; y en la interacción, desarrollar nuestro contacto y mejor nuestro balance. Los seres
humanos hemos nacido por el abrazo y en el abrazo. Así está hecho nuestro cuerpo y así
fue hecho. Del abrazo nació la vida. Quien teme al abrazo teme, entonces, la vida. Y ¿có-
mo se anidó ese temor en él? Tal vez porque en su vida el abrazo fue olvidado.

De vez en cuando a todo hombre o mujer le hace bien detenerse y escucharse


y escuchar lo que otros afirman de él.
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A veces, una simple oportunidad de revisión puede permitirnos desalojar de


nosotros, confusiones, temores o penas que nos atragantan sin saber cómo.

Comentando un problema que tenemos en el trabajo, podemos llegar a des-


cubrir que la base de nuestros temores ha nacido de una penosa experiencia pasada, donde
la inseguridad, el temor a perder a un ser querido o el resentimiento (porque, en esa circuns-
tancia, nos sentimos solos y desamparados) nos ha dejado vulnerables y vulnerados.

Un facilitador o facilitadora es bueno que esté presto a ponerse en el lugar de


esa persona. Incluso a representarle su situación y a realimentarle, a la vez, que alienta al
grupo a asumir una actitud similar.

En tales ocasiones suele ser común que las personas se desahoguen. Una
forma habitual de desahogo es el llanto. Permitir el llanto, acompañarlo, escucharlo en si-
lencio y con recogimiento es algo que no requiere más técnica que la humanidad y sensibi-
lidad que toda persona posee.

Un facilitador sabe cuando escuchar el llanto y cuándo escuchar las palabras.


Sabe cuándo abrazar, cuándo hablar, cuándo mirar, cuándo guardar silencio.

A veces el desahogo no es posible a partir de las palabras. El cuerpo nos


exige, nos conmina a ser considerados, la energía humana, incluye a nuestro cuerpo, negar-
lo es negar nuestra constitución y naturaleza.

Hay desahogos del alma que pasan inexorablemente por el cuerpo. Luego,
una profunda recuperación del aire ocurre, los pulmones, plenos, se vuelven a llenar. Y así,
el espíritu se renueva.

En un grupo, cada ser humano es bueno que tenga su tiempo. Que alguna
vez todos sean para uno. Sin mezquindades, sin interferencias; sin egoísmos.

Aprender a escuchar a otro ser, es un buen camino para aprender a escuchar-


nos a nosotros mismos. Ver a otro es el inicio para vernos a nosotros mismos.

El desarrollo personal de un ser humano es siempre, por cuestión de vida, en


interacción con otros seres.

El aislamiento, cuando más, es un estado pasajero o mental.

Pero el desahogo, el desbloqueo no lo es todo en el quehacer del facilitador.


Es apenas la preparación, el abono, de la tierra para una siembra noble y fructífera.

El propósito central de todo facilitador es participar en el desarrollo de las


potencialidades de todo ser o grupo. Su misión terapéutica es sólo una parte (muchas veces
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urgente y necesaria) de su quehacer. Parte que carecería de sentido sin un propósito final
de mejor calidad de vida para cada ser y para el mundo.

La misión educadora, en términos internos de cada ser, es, en definitiva, la


misión del facilitador. Si él repara, limpia o sana un ala rota es porque más allá de eso
ofrece un destino de vuelo.

Y, sin embargo, el destino o vuelo no es el de él, sino el que cada ser posee.
Por lo tanto, su misión es facilitar a cada ser el descubrimiento de sus mejores posibilidades
de existencia y a la vez, de sus mejores formas para lograrlo.

En este sentido digo que el facilitador es un espejo en profundidad.

Si me viese en la obligación de reducir la psicología a una pa-


labra, creo que una palabra posible sería INTERACCIÓN. Creo que esas grandes palabras
de la Psicología, como lo son, conducta y conciencia, si se reúnen, dan como resultado, in-
teracción. La conciencia de mi experiencia presente en acción.

Siempre somos ya en el mundo. Mundo es interacción. El universo es la in-


teracción de todos sus organismos. Unos constituyéndose en ambiente de otros y viceversa.
Yo soy parte de tu ambiente, tú eres parte de mi ambiente.

No existen dos percepciones iguales del Universo. Toda percepción es siem-


pre singular. Podemos estar en la misma habitación y, sin embargo, ni rozaremos la habita-
ción que percibe el otro. Por eso, pienso que la psicología puede también ser definida como
el estudio de la analogía.

La diferencia entre Moreno y Perls, entre el psicodrama y la terepia de la


Gestalt, en cuanto psicodrama interno, estriba, precisamente, en que no es lo mismo la per-
cepción del otro, que la percepción propia de los propios sucesos. Y, sin embargo, ambas
se complementan y completan de excelente modo. Ciertamente, la retroalimentación es un
pilar en el descubrimiento de los propios significados. Ser retroalimentado es ser incitado a
comparar la propia percepción de sí mismo, con la percepción del otro de mí mismo.

Pero, finalmente, por uno u otro camino cada ser llega a sí mismo, y en sí
mismo debe enfrentar su realidad, su destino y su sentido final.

Nunca comprendemos, realmente, al otro. Por más que lo intentemos, lo de-


seemos y lo creamos. Por eso la misión de un facilitador es participar en la comprensión
que de sí mismo hace el otro. Me ha sucedido muchas veces, darme cuenta que he facilita-
do la auto comprensión del otro, sin haberle yo comprendido necesariamente. Haberle
aceptado y haberle apoyado abriendo sendas de penetración hacia su propio lugar fue más
importante.
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De igual modo, las acciones inesperadas que esos seres a veces llevan a
cabo, buenas o malas, para ellos, deben ser, para nosotros, una fuente de reflexión, humil-
dad y tesón. A fin de cuentas cada ser mantiene intacta su libertad y por ello decide su vida
con prescindencia de nuestra participación. Nosotros somos meros facilitadores del en-
cuentro.

Facilitar el encuentro es promover la conexión de un ser. Cuando esta cone-


xión ocurre, ocurre algo mágico, ese ser se conecta con el Universo.

Una experiencia de profundo trabajo corporal y emocional puede finalizar


llevándonos a un encuentro, al modo del sátori, con las profundidades del universo y su
misterio. En esos planos de autorrealización, aun cuando sean fugaces, cada ser descubre
el sentido total del Universo o al menos lo vislumbra. No olvidemos que el primordial
compromiso de todo existente, es con el valor. No basta mitigar el sufrimiento, es necesa-
rio que nos embarquemos, más plenamente, en una vida con sentido.

Para todos nosotros existen cosas importantes y con sentido como la amis-
tad, la paz, la armonía, el amor, el conocimiento, la tranquilidad, la comunicación, la tras-
cendencia, el afecto, el encuentro.

En cada uno de nosotros, sin embargo, esas cosas poseen sentidos distintos.
Mi amistad no es la tuya, pues ella queda regulada por las personas concretas y distintas de
quienes tú y yo somos amigos.

Ocurre, también, que muchos valores los hacemos emerger o los sumergi-
mos según las personas a quienes los referimos. El lenguaje puede ser y es una gran herra-
mienta nuestra, pero no pasa de ser una analogía.

Por eso muchos cambios ocurren en otros niveles; el de la respiración, el del


movimiento, el de la percepción, el del sentimiento, el de la alimentación, el de la micción
y defecación, el de la meditación. Y en todos ellos alentamos nuestra realización sin me-
diar palabras.

He conocido hombres y mujeres engolados y engolosinados con sus pala-


bras, que lloraban angustiados sus incomunicaciones. Hombres y mujeres para quienes el
castillo de naipes que habían construido con sus lenguajes era, hoy, mero desorden y aban-
dono sobre su única realidad, la existencia frustrada.

Quien se engaña a sí mismo o a sí misma, siempre termina derrotado, pues


finalmente tampoco es posible engañarnos de por vida.

Cuando esos diques caen suelen llevarse consigo jirones de vida que desga-
rran nuestros bordes. A más grandes, pesados y sostenidos son esos diques, más desgarra-
18

dos emergemos a la verdad. Para algunos, entonces, incluso la muerte es más acogedora
que esa verdad. Y, sin embargo, fue, así, construida paso a paso por ellos.

Intentar comprender al ser humano es un intento vano y vanidoso. Contenté-


monos con ayudar a algunos seres en su auto comprensión; y no cejemos en nuestro esfuer-
zo por comprenderlo, al menos, por analogía.

Por supuesto, el enemigo cotidiano y finalista de todos nosotros es la muerte.


La muerte gravita en nuestras vidas porque nos espanta con su irrevocabilidad e in-excusa.
Ella regula nuestro futuro y, cuando nos adentramos en su forma, nuestro presente. Com-
prender el valor de la muerte diaria, de la acción cotidiana, de cada inspiración es un vuelco
poderoso hacia la vida. Esto exige vivir con la muerte a espaldas y no al frente lejano.

Para un facilitador o facilitadora que hace de su vida ser, estar y sentir junto
a otros la vida y participa en la creación y construcción de caminos que nos llevan más cer-
ca de la realización que de la decepción, la muerte como suicidio es un enemigo inexorable,
en cuanto marca la decepción absoluta.

En esta lucha lo primero que descubrimos es nuestra modesta contribución a


cada ser, al lado de la contribución que cada ser elige y activa para sí mismo. Como los es-
pejos, mostramos sin negar y, a la vez, sin otra posibilidad mejor. Cuando logramos ser un
buen espejo, entonces podemos contener la vida y la muerte, de cada ser con que interac-
cionamos; a sus bienes y males, sus problemas y sus soluciones, en fin, todo porque todo
está allí contenido. Y, por eso, más que nunca, la libertad se hace presente. Ante el espejo
cada ser es libre y más responsable cuando el espejo es más espejo.

Pero no siempre los espejos están a nuestro alrededor. Cierta-mente, en la


convivencia encontramos un excelente espejo donde mirar nuestra interioridad. Ocurre,
también, que en nuestra interioridad poseemos propios espejos que nos reflejan a nosotros
mismos y a nosotros en interacción con nuestro propio ambiente.

Uno de esos espejos lo constituyen nuestros sueños. Soñar es vernos en un


espejo propio, interno y peculiar.

Este espejo peculiar nos refleja de un modo, a la vez, propio y distinto.

Nos refleja con una propiedad que no siempre conocemos. Imbuidos de una
particular forma de vernos a nosotros mismos y al mundo, solemos perder esta forma hasta
parecernos ajena.

Estas imágenes venidas desde nuestros propios confines y mostradas en un


lenguaje también, surgido de nuestros propios confines, en su fidelidad suelen sernos ex-
tranjeras.
19

La vanidad y la banalidad no nos son en esto ajenas. Hemos gastado canti-


dades de energía en buscar nuestras verdades y realidades más internas e íntimas en la pala-
bra escrita de seres foráneos, desconocidos y pre-sumidos.

Buscando convertir nuestra propia vida en leyes, hemos encarcelado nuestras únicas
verdades. Aquellas que surgen en nuestro propio contacto singular, real objetivo y perso-
nal.

Facilitar a cada ser su propio conocimiento de sí, desde sí, es facilitar a cada
ser su propia existencia consciente y responsable.

Aun cuando parezca paradojal, afirmo, que el principal conocimiento de sí,


lo encontramos en la convivencia y coexistencia. Estar con otros seres nos enseña sobre
nosotros mismos lo que nunca, ni remotamente, podríamos aprender a solas.

Muchas veces ocurre que la convivencia nos obliga a ser responsables de no-
sotros mismos, ante la exigencia de ser responsables ante los otros. De algún modo u otro,
en la calidad de la interacción que generamos, queda explícita nuestra personal calidad de
vida.

Todo aquello que se constituye en espejo de nosotros mismos es fuente de


conocimiento y toma consciente de nuestro existir. Así uno de los medios modernos que
más ha contribuido al propio conocimiento y reconocimiento es el video.

Vernos a nosotros mismos, y sin poder evitar ni negar nuestros rostros,


nuestros gestos y nuestro cuerpo constituye un profundo remezón para nuestras máscaras,
apariencias, evitaciones y engaños. Gestos imperceptibles, para todos, aparecen desnudos
de verdad ante este testigo inerte que es el video.

He observado a personas que esa sola visión desbloqueaba y desarticulaba


sus más negados afectos o pesares y los hacía irrumpir con fuerza desconocida y desboca-
da. Años de negación, de autoengaños descubiertos para la propia mirada y a la mano una
y otra vez por el simple expediente de la imagen en repetición.

La verdad es que para un ser abierto y sencillo todo es un espejo. Puede ver
y verse en todo; en el paisaje de un bosque, en los objetos de una habitación, en sus propios
sueños, en el silencio de la noche, en todo. Pues, en su interacción con el mundo él es el
núcleo de su interacción.

Convivir nos enseña a vivir, como coexistir nos lleva a existir. Ser no será
jamás una empresa solitaria. Ella se desdibuja y deforma en el aislamiento y encierro per-
manente. Y, del principal aislamiento que hablo no es el del monasterio externo, si no del
de la guarida interna que muchos seres construyen por temor, ansias de control o ignoran-
cia.
20

He conocido a muchos seres que viven dentro de sus muros. Muros invisi-
bles pero más duros que construcciones de piedras.

A esos muros sólo se los traspasa con la verdad y el amor. Y cuando la ver-
dad circula externa a un hombre o mujer que ciega sus ojos, sus oídos y su piel o cuando el
amor es puesto a distancia con displicente gesto, entonces sólo queda el silencio, la oración,
la meditación y la propia vida como ejemplo de opción.

He visto seres que ni ante la exageración más escandalosa de sus propias en-
trañas se daban por enterados; se aferraban a sus paredes falsas, porque sin ellas temían ser
destrozados por sus propias fauces.

Y así ocurre que si bien muchos seres desean compañía y comprensión, algu-
nos de ellos la desean para procrear sus apariencias y deformidades. Manipulan el ambien-
te en la esperanza de que siempre podrán vivirlo así, y a la vez, enojados de que otros no
hagan por ellos, lo que ellos mismos no hacen por sí.

Seres que exigen ser acompañados en su inconsciencia e irresponsabilidad,


que anhelan la felicidad como producto natural de sus exigencias, pero sin que a ellos les
quepa acción alguna.

Nuestra misión es, precisamente, acompañar a esos seres, comprenderlos y


consolarlos para que acepten el abandono de sus impedimentos; confíen en ellos mismos y
descubran, de golpe o paulatinamente, sus propios poderes y conocimientos.

Esos seres, reembarcados en una vida con sentido profundo no serán más fe-
lices porque la vida se les torne placentera, sino porque les resulta propia y congruente.

Muchas veces en nuestro quehacer como facilitador o facilitadora nos en-


contramos en una situación verdaderamente curiosa, aunque muy explicable.

A medida que las personas y el grupo de trabajo avanzan, sus procesos de re-
sistencia, evasión y/o agresión se vuelcan, ocasionalmente, sobre el facilitador. Del mismo
modo sucede lo contrario, es decir, los grandes ideales y valores que cada persona persigue
y posee en sí, los proyecta y personifica en el facilitador.

Por este camino, un facilitador sin identidad puede, fácilmente, llegar a


creerse un gurú o un todopoderoso.

Desde luego un facilitador o facilitadora ha de poseer una interesante capaci-


dad de adaptación, flexibilidad, cambio y paciencia o perseverancia. Sólo así, podrá hacer
frente al desafío que significa interaccionar en profundidad y por largo tiempo con un grupo
de personas, tras la búsqueda de una vida de mejor calidad.
21

Un facilitador ha de estar dispuesto a facilitar el desbloqueo de la agresivi-


dad en una persona, aún a sabiendas de que tal agresividad se puede volcar contra él. De
este modo, un facilitador o facilitadora ha de ser un guerrero impecable: sabe siempre lo
que ha de hacer, porque siempre hace lo que se debe hacer, aun cuando ese hacer se torne
en derrota de él mismo. En el lenguaje de Don Juan Matus, un guerrero jamás desafía a la
muerte y jamás evita la muerte, cuantas veces sea menester la enfrenta a sabiendas de que
ella (la muerte) no puede ser derrotada).

Usualmente, las personas y los grupos avanzan más allá de sus temores y, re-
conciliados consigo mismos, recuperan la claridad y, así, la visión real y simple de la perso-
na que es el facilitador o facilitadora: ni semidiós ni demonio.

Le compete, por lo tanto, al facilitador o facilitadora no alimentar falsos dile-


mas, sino mostrarse tal cual es, un ser humano entre los seres humanos. Tal vez, las expec-
tativas de muchas personas se diluyan, pero, en todo caso, siempre la realidad es más salu-
dable; para todos.

Pisar la tierra, asentarnos en el mundo, es ser sanos.

Un buen facilitador se distingue de uno que no lo es en el uso del poder.


Ambos lo poseen, pero un buen facilitador no lo usa.

Su energía está siempre al servicio del poder, de cada participan-te y del gru-
po. Así, él muestra el vacío para que cada persona lo llene con su plenitud.

La vida, podemos pensarla como el juego de interacción de millones y millones de


organismos, en que unos a otros aparecen como ambiente o me-dio.

La vida, podemos pensar, ocurre en la experiencia de esas inter-acciones. La


calidad de la interacción es, en cuanto a la sucesión de los eventos cotidianos, calidad de
vida. Pero no sólo lo que nos sucede o sucedemos, constituye nuestro alcance de calidad de
vida. Los propósitos, metas o ideales sobre los cuales paramos esos eventos y hacia cuya
dirección los encaminamos, son parte sustantiva de esa calidad de vida. Y, además, en esta
relación de suceso y propósito, participa nuestra actitud. Nuestra actitud ante los aconteci-
mientos define nuestro ser y sello personal, ante nuestros propios ideales y nuestros propios
haceres.

Un facilitador o facilitadora lleva la responsabilidad de ofrecer a una persona o gru-


po la oportunidad y ambiente para que ésta 0 éste se focalicen en la percepción de su expe-
riencia de interacción, en la actitud con que la asumen y los valores que en esa interacción
les guían. Desde luego, y dado que nadie puede ofrecer lo que no posee, ni tampoco lo que
no puede ser dado, el facilitador ha de haber realizado en sí y para sí, esta misma incursión,
22

y a la vez, ha de poseer claridad en cuanto a que su propia experiencia no es transmisible y,


aun cuando lo fuese, no puede ni debe en modo alguno, sustituir a la experiencia de la pro-
pia persona participante.

Los procesos que, en el camino de la autorrealización, cada persona vive, no


pueden ser ejecutados por otros y para otros.

Mejorar la calidad de vida personal conlleva el mejoramiento de la calidad


de vida interpersonal. No por más fácil ni más entretenida sino por más auténtica, conse-
cuente, valórica, honesta, consciente y responsable...

Mejorar la propia experiencia interactiva, es decir, constituirse como ser en


el mundo, de modo más creativo, es o puede ser, el resultado de mayor claridad valórica,
mejor actitud ante la realidad, mejor conciencia y responsabilidad ante y en la interacción y
mayor flexibilidad, fluidez, apertura y productividad para y con los acontecimientos.

Una vieja historia narra que un hombre sale del infierno y va al cielo. Allí
descubre que los hechos son los mismos en ambos lugares, sólo que en este último, el cielo,
él tiene conciencia de ello.

Para mí, tener conciencia, sin embargo, cambia los hechos. En otras pala-
bras, la esclavitud y la libertad no dependen de los hechos, aun cuando los hechos intervie-
nen, sino de mi actitud ante los hechos. Y mi actitud nace de mi conciencia.

Creo que todos buscamos la integración, tanto interna como con otros. Creo,
también, que quienes promueven la desintegración externa están, dentro de sí, gobernados
por el miedo y la parálisis.

Siempre he visto crecer la amistad, el respeto y la solidaridad allí donde


existía el auto-reconocimiento y la buena forma interior.

Ocurre que algunas personas yacen en la desconexión. Esa puede ser la ta-
rea de un facilitador, apoyar la conexión interior. Desde luego no suele ser, esto, un asunto
de palabras más o palabras menos, sino, más bien, de percepción, de auto percepción y de
descubrimiento vivencial, sensorial. Diversos ejercicios y ejercitaciones nos ayudan a acre-
centar y reforzar nuestra propia conciencia de sí. Y esta no puede soslayar la conciencia
corporal.

Conciencia no es pensamiento, sino percepción. Y sucede que podemos


pensar acerca de algo que no percibimos; por supuesto de modo meramente fantasioso, pero
lo hacemos. Podemos pensar acerca de nuestra respiración e incluso pensar que es excelen-
23

te y, no percibir que es mala porque, prácticamente, no la percibimos y no sabemos cómo,


cuándo y cuánto respiramos.

Conectar cuerpo, afectos, mente y espíritu es parte del desafío de todo hom-
bre y mujer. Es, por tanto, parte del quehacer del facilitador.

Existen bases claves en la existencia de un ser humano, la respiración, el mo-


vimiento, la nutrición, la percepción, los afectos y emociones, las ideas, las imágenes, la
meditación, en todas ellas el cuerpo es un sustrato insoslayable.

Conectar respiración y movimiento. Movimiento y emoción. Emoción y


pensamiento. Percepción e imaginación, etc., constituye el nacimiento y construcción de
nuestra integración e integridad.

Tomar conciencia de nuestras partes y de nuestro todo; de nuestras plenitu-


des y vacíos; de nuestro presente y de nuestro pasado nos posibilita una mejor existencia.

Y cuando desde si emergemos al mundo de modo más natural, sencillo y


consciente, entonces puede ser que nuestro entorno y nuestras interacciones personales lle-
guen a ser más satisfactorias, para nosotros y para el resto.

Cuando un facilitador o facilitadora interactúa con un grupo


tiene la misión de crear un ambiente y las oportunidades básicas para que el proceso de ex-
perimentación sea iniciado por el grupo y sus participantes.

Para ello, muchas veces, inventamos experimentos, experiencias, ejercicios,


actividades que faciliten esos procesos. Sin embargo, cuando más directo o análogo, a la
realidad, es el ambiente creado, probablemente, tanto más natural sea el proceso.

Si un grupo puede no sólo reunirse para interactuar experimentalmente, sino


también para convivir naturalmente, probablemente los resulta-dos serán más profundos,
firmes, consolidados y "reales".

Siempre la misión del facilitador conlleva exponerse él mismo, mostrarse él


mismo, tal cual es. Y si en él es vislumbrable una forma de vida de mayor naturalidad, pro-
fundidad, creatividad y relacionalidad, entonces podrá ser creíble lo que él propone como
proceso de experimentación hacia un desarrollo personal e interpersonal más pleno.

Pero esto no es una condición única, ni es siempre una condición necesaria.


No es única ni suficiente, dado que el facilitador puede ser una persona que es como es,
fundamentalmente, no por haber vivido los procesos de experimentación que propone (que
desde luego los ha vivido) sino, porque la estructura interna histórica y, hasta posiblemente
congénita ha sido y sigue siendo muy apta, muy sana, es decir, muy integrada e íntegra.
24

También puede suceder que su historia personal le haya llevado a poder ex-
poner la congruencia, contacto, identidad y balance que se le reconoce. Como también pue-
de suceder que estos factores estén relacionados e incluyan o no, al de su vida en y de talle-
res.

Por otra parte, supongamos que el proceso de experimentación es el que ha


llevado al facilitador, también, a ser una persona relativamente apta e íntegra. ¿Asegura
esto que vaya a ocurrir del mismo modo en otros? No necesariamente. Parece ser necesa-
rio algo más. Algo de carácter más íntimo y propio; lo que llamaría el compromiso profun-
do consigo mismo y con los otros que quien participa en estos procesos de experimenta-
ción, asume. ¿O, no será que estos procesos todo lo que hacen es alentar ese compromiso?

Pienso, por tanto que existen responsabilidades distintas en la interacción: de


grupo, participantes y facilitador.

La responsabilidad del facilitador es, primariamente, poseer una forma de


vida con respecto de la cual se muestra coherente. Forma de vida que incluye cierta con-
cepción valórica donde se distinguen la naturalidad, la honestidad, la integración, la integri-
dad, la sensibilidad, la sencillez, etc.

Además es responsable de la generación de un ambiente y oportunidades


para que el grupo y cada participante inicie, continúe y termine de buena forma un cierto
proceso de experimentación que facilitará su desarrollo personal e interpersonal.

No es responsabilidad del facilitador que esto suceda, sino que se den las
condiciones para que suceda.

Cada ser es el único responsable de su proceso de desarrollo personal e inter-


personal. Y comparte con otros (incluido el facilitador) la responsabilidad de la interacción
grupal.

Cuando llega el día en que ofrecemos nuestro primer taller de crecimiento


personal e interpersonal ese día es bueno que sea el producto y la expresión de un cierto es-
tilo de vida en desarrollo. Más allá de técnicas o metodología un facilitador expone su ser y
su capacidad de coexistir ante una persona o grupo.

He dicho que el facilitador es un espejo cálido con perspectiva y profundi-


dad. Y como tal su misión y responsabilidad es dar ambiente y oportunidades para el desa-
rrollo de cada persona y grupo.
25

El facilitador o facilitadora es un anfitrión que atrae y acoge a las personas


para que mirándose en un espejo ancho, amplio, transparente y nítido se vean a sí mismos y
no al facilitador en sí.

Un proverbio chino señala que: “Un hombre sabio es como un espejo: todo
lo admite, acepta y contiene sin poseer nada".

Un facilitador atrae por su carisma. Es decir, porque muestra congruencia


entre lo que dice, siente, hace y piensa. Pero atrae sin ego. Atrae para, en la interacción,
reflejar.

Un facilitador o facilitadora acoge. Posee la capacidad de solida-rizar y apo-


yar, pues conoce el dolor humano, lo admite, lo ha vivido y, sin tenerlo, lo respeta. Por lo
tanto, comprende a cada ser en sus dolencias, y desde esas dolencias va ampliando la esfera
de percepciones de ese ser, hasta que ese ser, a partir de sí mismo y por sí mismo, descubre
sus potencialidades, virtudes y valores que lo completan más allá de la decepción y el des-
encanto.

Un facilitador que se inicia ha de saber calibrar las propias potencialidades y


posibilidades. Hacer lo que sabe y hacerlo impecablemente.

Probablemente, su inicio sea modesto. Podrá ser un auxiliar creativo, una


persona que no tiene más misión y responsabilidad que participar espontánea y creativa-
mente en un grupo. O más allá de eso, actuar como acompañante solidario de una persona
que necesite apoyo. Poner su sensibilidad y capacidad de soporte al servicio de otros seres.
Luego, paso a paso, irá dominado algunas técnicas a tal grado que podrá ser un buen moni-
tor que ofrece experiencias, ejercicios y experimentos a los participantes, aun sin partir ex-
presamente del aquí y ahora de cada participante y grupo.

Finalmente y sintiendo cada vez más el peso de la responsabilidad cofacilita-


rá algunas sesiones o talleres, antes de hacerse cargo de sus propios grupos y talleres.

Lo que distingue, finalmente, a un facilitador de un cofacilitador es el grado


de energía fluida que ambos poseen para interactuar y la magnitud de la responsabilidad
que ambos asumen.

He visto a excelentes cofacilitadores a quienes el solo hecho de hacerse to-


talmente responsables de un taller los apabullaba haciéndoles irreconocibles en su actuar.
También he conocido a facilitadores sin más energía que para llevar a cabo una o dos sesio-
nes; después decaían carentes de energía y visión.

Conocer los procesos de un grupo y conocer los procesos de desbloqueo y


energetización es condición sine que non para un facilitador o facilitadora. El mero activis-
mo o sucesión de experiencias ofrecidas (oportunidades) no es suficiente.
26

Los procesos que ocurren en un taller, tanto en el grupo como al interior de


cada participante si bien son espontáneos, singulares y únicos no están en modo alguno en
manos de la improvisación. Muchas veces he dicho en mis talleres: “Acá todo es espontá-
neo, pero nada se improvisa".

Quiero decir que un facilitador domina ciertos principios, criterios, matrices


y directrices que organizan y orientan su quehacer y, sin embargo es altamente espontáneo,
creativo, productivo, flexible, fluido, simple y sorprendente la vez.

Desde luego, si un facilitador no muestra en sí mismo lo que pro-mueve para


otros está manifestando una clara incongruencia.

Si estima que la integración cuerpo-mente es positiva, entonces es menester


que posea un cierto grado de esa integración en sí.

Si valora la flexibilidad, ésta ha de estar en él, y estar tanto en su mente


como en su cuerpo. En su organismo completo.

Si valora la fluidez que no hable de ella sino que la muestre danzando.

Si promueve la honestidad y la apertura, que sus ojos sean claros, directos,


sinceros y su corazón esté abierto tanto para dar como para recibir. Que su ser sea público
sin ocultamientos ni cosas raras.

Si alienta el darse cuenta, la percepción y la toma de conciencia, entonces


que no ande él a tropiezos con los muebles, que sea ubicado y rápido en la comprensión de
cada situación.

En fin, que todo aquello que valora y alienta en todos sea, en algún grado in-
teresante manifestado por él o ella. Que se le conozca más por sus hechos que por sus pala-
bras.

He conocido y conozco facilitadores entre comillas que "hablan del creci-


miento", "hablan de la Gestalt": "hablan de experiencias pasadas o vividas" y "hablan de lo
bueno y lo malo que sería o será hacer o no hacer tal o cual cosa". F. Perls decía: “habladu-
rías", en realidad su término era más fuer-te: iba desde la caca de pollo hasta la caca de ele-
fante.

Un facilitador no es un orador ni un profesor-expositor. Es un sujeto que


hace cosas, las muestra y manifiesta y, más allá de aquello, es de un cierto modo que queda
retratado en su actuar cotidiano. En un taller y en la vida diaria. Se equivoca, yerra, posee
defectos, es imperfecto como todo ser. Pero a la vez está consciente de su propia realidad
y, como un guerrero impecable, no claudica en su compromiso consigo mismo y con el
mundo a pensar de sus propias debilidades.
27

No es por tanto ni la perfección ni el virtuosismo lo que caracteriza a un faci-


litador, sino la autenticidad, entrega y fidelidad a la existencia.

Un facilitador no es un dechado de virtudes, ni tampoco un santón o gurú.


Un facilitador es un hombre enclavado en la existencia, sin más poder que su propia hones-
tidad. Un facilitador no es un misionero, pero posee una misión que ama.

Un facilitador no es un orientador, pero su vida posee sentido y dirección.

Un facilitador no es un santo, pero vive por y para los valores que hacen al
hombre trascendente y profundo.

Un facilitador no es un orador, pero su palabra no es equívoca y deja huella.

Un facilitador no es un psicólogo ni un médico, pero conoce el alma humana


y sabe apoyarla en su propio rescate.

Un facilitador no es un gladiador, pero se juega su vida en cada gesto, por-


que rehuye los gestos inútiles.

Un facilitador no es un animador simpático y sonriente, pero posee sentido


lúdico, humor y sana alegría.

Un facilitador no es un sabio pero nada profundo y vive con sencillez.

Un facilitador es un ser más en la existencia, pero no pasa desapercibido,


porque él primero que nadie sabe que no está de más en esta vida, que porta una vocación y
un quehacer y, en él, se juega la vida, la existencia, la humanidad y el sentido de las cosas.

El facilitador es un hombre simple que convierte en gran aliado su propia ve-


jez.

Desde luego es en las situaciones límites que los seres humanos prueban su
valor. Muchas veces lo que un facilitador o facilitadora hace es generar un ambiente que
permita a una persona o grupo, acercarse a sus propias situaciones límites a objeto de con-
tactarlas, palparlas y, así, interactuar de mejor modo con ellas y con todo lo que conllevan.

Del mismo modo, un facilitador o facilitadora ha de estar atento a sus pro-


pias situaciones límites, para de ellas aprenderse a sí mismo, comprenderse, valorarse y sa-
berse en sus capacidades, debilidades, limitaciones o carencias. En tales circunstancias
puede ser mucho más significativo mostrar a los participantes, con sencillez y franqueza,
28

las propias limitaciones que las de otro. Y, por lo mismo, no ofrecer jamás soluciones a
otros que en sí mismo son inexistentes.

Aprender el sentido de la sencillez, la modestia y lo simple tal vez sea el se-


llo de un ser altamente facilitante.

Allí donde el orgullo, la soberbia, el poder y el egoísmo, se seño-rean, toda


capacidad y toda tecnología se hace vana y cada acción queda corrompida hasta hacerla ile-
gítima.

He visto las ansias de poder y dignidad brillando en los ojos de más de un


ser que, queriendo ser facilitador, aprendía sus artes, bajo el anhelo de ser reconocido supe-
rior entre quienes lo rodeaban. Esos pseudo aprendices parecían creer que husmeando en
las vidas de otros, sus propias vidas se enaltecían. Y no trepidaban en pasearse ufanos entre
sus participantes, a quienes parecían ver, más que como seres llamados a desarrollar sus
propias vocaciones y existencias, como comparsas de sus gestos adquiridos.

Y como ocurre siempre, la verdadera luz jamás encandila ni enceguece. Mu-


chas veces, por lo tanto, no deslumbra no asombra; la verdadera luz va paso a paso gra-
duando su intensidad a partir de los ojos que la contemplan y, primero que nada, se muestra
ella misma antes de abrir el universo.

Así el facilitador o facilitadora no impresiona ni presiona sino que revela las


propias verdades de cada ser y por ese camino, como líquido que hace aparecer en el papel
una imagen fotográfica, descubre en la disciplina reactiva, la modestia.

La naturaleza, las personas, las cosas y el propio ser son fuentes permanentes
de aprendizaje para un facilitador. Y en ellas descubre el valor de los ciclos, las fases y los
cambios para ser y llegar a ser. Este aprendizaje nos muestra el valor de la espera o pacien-
cia. Nada germina antes o después, todo ocurre hermosamente cuando ocurre en su ritmo.
El ritmo es la belleza de las cosas, la vida y los seres.

De este modo, un facilitador interviene allí donde el ritmo está extraviado,


perdido o alterado. En lo demás, acompaña a cada ser o grupo, como un auditor atento a
una melodía ofrecida.

Por este camino muchas veces veremos cristalizar con naturalidad y propie-
dad lo que presionado o apurado sólo habría producido una alteración más.

Y a fin de cuentas los seres crecemos cuando nos vemos con honestidad y
con honestidad nos aceptamos, a nosotros mismos y a los de-más.

De este modo sucede que incluso lo doloroso es hermoso. Pues cuando en el


dolor y tras el dolor de nuestras propias miserias descubrimos que el ser humano continúa
29

vivo y palpitante, también descubrimos que somos más. Más profundos, más permanentes
y más consagrados que nuestras eternas contingencias. O sea hermosos en nuestra exacti-
tud.

Ocurre entonces que cuando hemos llegado a ser capaces de hablarnos a no-
sotros mismos de nosotros mismos, con la misma pureza que les hablamos a los demás de
nosotros mismos, y a los demás de ellos mismos, podemos decir que nos hemos hecho pú-
blicos, es decir, abiertos al mundo, sus seres y su universo sin sombras ni ocultades.

Esta facultad es la facultad que otros seres buscando en sí mismo buscarán


en nosotros, en cada encuentro y cada taller. Esta fidelidad no es el producto de arte alguno
sino de nuestra propia energía profundizando en nuestra divinidad interna.

Pido a cada facilitador un ojo sano para mirar su ser y, así, el de otros. Una mano cálida
para admitir esa mirada y el encuentro. Labios tranquilos que le permitan oír y oídos alertas
que le faculten para hablar. Y, sobretodo, una oración permanente en su corazón que le
mueva a danzar, para Dios, la vida.
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1988

LOS GRILLOS DE RAPA NUI. (1988; actualizado en 2012).


31

Dedicado a don Alberto Hotu y toda la comunidad Rapa


Nui.

Los navegantes de la vida.

¿Hacemos túneles entre los fardos? No, esta vez no nos encontrarán. Los túneles,
entre los fardos de lana, siempre habían fallado. El piloto los dejaba hacer, pero el último
día bajaba a las bodegas del barco y revisaba todo. Siempre los encontraban. Fuese medio-
día o medianoche terminaban todos nadando hacia la orilla. Nadie había logrado viajar al
continente, a conocer Chile, así, hasta ahora. El caso de Carlos Joaquín Rapu era distinto.
Él se había ido enfermo y ahora estaba trabajando en Valparaíso.

Levantaron unas tablas en el fondo. Se podía sentir el sonido del mar bajo el casco y
oler el agua mugrienta a petróleo, desperdicio y lastre. Era la sentina del barco; su último
rincón profundo. No les preocupó, fue más fácil que entrar a las cuevas familiares. Estre-
chas, oscuras y profundas aberturas que se internan en la roca volcánica de la isla. Eran sie-
te. Siete tenían que ser. Y los siete adolescentes se sumergieron en la sentina. No había más
de ochenta centímetros de lato. Veinte de aire. Bajaron algunos fardos laneros y se fueron
recostando; el cuerpo en el agua y el petróleo, la cara, bajo las tablas, achatada de aire. Fal-
taban tres días para el zarpe.

Los siete guerreros navegaron en dirección al sol. Seguían el sueño de Han Maka.
Venían desde el país maorí, de un lugar llamado Marae Renga. Ira, Raparenga, Ku’uku’u
A’Huatava, Uure A’Huatava, Ringingi A’Huatava, Nonoma A’ Huatava, y Mako’i Ringi-
ringi A’Huatava fueron los primeros en pisar la isla; ya no se sabe hace cuanto: ¿400?
¿800? ¿1600 años atrás?

Sintieron hambre. Pescaron, hicieron fuego y quedaron satisfechos. Una tortuga los
distrajo. Ira intento levantarla, ni él ni sus compañeros lo lograron. Sólo Ku’uku’u, pero fue
golpeado por la tortuga. Cuando el rey Hotu Matu’a, su mujer Vakai A’Heva y la hermana
del rey, Ava Rei Pua llegaron a la playa de Anakena, siguiendo la huella en el mar de sus
siete guerreros, Ku’uku’u había muerto.

Siete moai miran hacia el mar en las laderas del Ahu a Kivi. Sus cuencas ciegas
vagan ha-cia la Polinesia, esa región de islas y mar que, aún no ha contado su pasado. A
tres mil kilómetros a la redonda nadie respira, ni habla, ni ríe, ni canta, ni danza, sólo los
habitantes de Te Pito te Henua, la isla que canta a la vida y calla a la historia.

¿Cómo trajeron a los moai hasta acá?

A los moai no los trajo nadie; ellos llegaron solos desde las canteras del volcán
Rano Ra-raku.
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¿Y cómo?

Mauá, poder. Eso es todo.

Misterio en la roca, misterio en el mar. Seres de piedra que se deslizan por la isla.
Cuerpos fatigados atravesando el océano con el agua hasta el cuello bajo la sentina de un
barco.

Habían llevado bastante agua y algo de comer; piñas, guayabas y varias gallinas.
Pronto lo poco se acabó. Al cuarto día, cuando zarpó el Allipen, barco de la firma Haverbe-
ck y Skelwert, fletado por la Sociedad Explotadora de Isla de Pascua, estaban pasando ham-
bre. “Sentimos el balanceo del buque ya en viaje a Chile y la aventura nos quitó el hambre,
el frío y el temor”. Como sus antepasados, ellos también llevaban sus sueños. “Habíamos
conversado mucho, queríamos aprender algo necesario para la isla, para nuestro pueblo y
por nosotros mismos. Íbamos para volver; es algo que está en nuestra sangre. Salir y volver.
Nosotros somos de acá y viajamos sólo para volver”. Como aquellos cinco jóvenes: Martín
Paté (24), Andrés Paté (25), Lucas Pakomio (189, Belisario Rapu (21) y Esteban Pakarati
(19) que el 2 de enero de 1944 se hicieron de madrugada al mar. Su bote tenía siete metros
de largo y lo habían cargado con cincuenta litros de agua, camotes, plátanos y naranjas.
Pronto todo fue destinado al océano, un temporal los invadió del todo. Así, con un cuero de
vacuno que los cubrió y luego, ablandado a tiritas en el agua salada, los alimentó, pasaron
24 días. Un transporte norteamericano los avistó el 26 de enero y nueve días después los
desembarcó en Antofagasta. Un par de años y todos habían regresado a Rapa Nui.

Cuando los descubrieron ya era tarde para el piloto. Además, a bordo iba Humberto
Moli-na Luco, Intendente de Valparaíso y presidente de la Sociedad Amigos de Isla de Pas-
cua. El martes 1° de febrero de 1949 fueron fotografiados para la primera página del diario
La Unión de Valparaíso.

“Luis Paoa Paté (18), Miguel Paoa Ruki (14), Ventura Chávez Hito (18), Valentín
Hiroroko Tuki (18), Florentino Hey Hiroroko (18), Pedro Noraco Teao Hiroroko (19) y Al-
berto Hotu Chávez (18), los siete “pavos” que se embarcaron en el Allipen para venir al
continente”. “Desean educarse y aprender para ser útiles en la isla, cuando regresen”, reza-
ba la leyenda al pie de la foto.

Los descendientes de Hotu Matu’a rey de los piragüeros polinésicos que emigraron
a la Isla de Pascua y, como él, descendientes de Kupe, descubridor de Tiritiri o Te Moana,
el país de las brumas altas (hoy Nueva Zelanda)empezaban a unir, para su pueblo, más de
mil años de cultura en viaje por el océano.

El pueblo maorí, de la mano de Kupe, se multiplicó y adaptó a la geografía, clima y


alimen-tación de esas dos grandes islas pegadas a Australia. Cultivaron, como hasta hoy su-
cede en Rapa Nui, la papa dulce (jumara) y el taro. Llamaron a la isla del norte Tayika a
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Maui (el pez de Maui) y a la del sur: Te Wii Panamá, por la abundancia de esa piedra como
jade que les adornaba y armaba. Eran grandes navegantes. Desde el río Wii Paoa sus gran-
des canoas podían salir a viajar, por se-manas, por todo mar antes sus ojos, con más de cin-
cuenta remeros pujantes y otros tantos tripulantes. Todos ellos, sea que arribaran a Tiritiri, a
Rapa Nui o a Valparaíso, navegaron y arribaron en pos d la vida. Porque sus dioses, el dios
Maui de los maoríes, el dios Mané y el Tangara-Manu (hombre pájaro) de los pascuenses
eran dioses de la vida.

Los piratas de la muerte.

Domingo, 5 de abril de 1722. Jacob Regenteen. Holandés. Descubrimiento 27° Lati-


tud Sur. Nombre asignado: Poassers. Traducción: Pascua. Isla de Pascua.

De la bitácora. “Un indígena se separó de la costa en canoa. Nos encontrábamos aún


a dos millas de distancia. Como el hombre se hallaba desnudo, le ofrecimos una pieza de
tela, un pescado seco y algunas bagatelas que él se colgó del cuello. Era moreno de tez, pin-
tado de pies a cabeza y cubierto de tatuajes. Sus orejas eran muy largas y caían, alargadas
por el peso de grandes pendientes. El hombre era robusto y alto y de aspecto agradable”
(Castex: 90)

La versión de C. F. Behrens, historiador de la expedición: “Uno de los habitantes de


la Isla se acercó en una canoa hasta dos millas de distancia. Le hicimos señales para que se
dirigiera bordo del buque insignia, donde lo recibimos bien…Su cuerpo estaba tatuado con
las más diversas figuras, sus orejas eran sumamente largas y le colgaban sobre las espal-
das…le ofrecieron un vaso de vino, pero con gran sorpresa nuestra, en vez de beberlo, lo
vertió sobre sus ojos” (Englert: 96)

La tradición oral en la Isla cuenta que “un descendiente de Ororoine (último sobre-
viviente de la raza Hanau eepe), hijo o nieto, fue desde el Tahai, a bordo, donde le dieron
un vaso de vino y comida, pero no comió ni bebió. Tomó el vaso y se lavó con el vino, de-
rramándoselo sobre la cabeza”

Dos días después, al bajar a tierra los marinos (de la versión de Behrens): “Como al-
gunos de ellos osaron tocar nuestras armas, se hizo fuego…el fuego que se había hecho
contra ellos causó la muerte de algunos, siendo uno de ellos el que primero había venido a
nosotros”. (Englert: 96).

“Un disparo hiere mortalmente a un indígena en su piragua”. “El nativo subió al


barco cargado de presentes para nosotros”. “Los marinos dispararon y mueren diez pas-
cuenses”. “La población se acerca en masa a ofrecer regalos y provisiones”.
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1770. 15 de diciembre. Felipe González. Español. Nominación asignada a la isla:


San Carlos. Se levanta un Acta de Posesión. La firma el capitán a nombre del Rey Carlos
III y algunos arikis (jefes de la isla). Hacen dibujos similares a los de las tablillas inscritas
(Kohau rongorongo). Tres cruces se plantan en el cerro el Poike. Habitantes: 3.000.

Marzo, 11 de 1774. James Cook. Inglés. “Los indígenas lo acogen con gran aleg-
ría”. Ocho días después al continuar el Resolution su viaje, “algunos indígenas han muerto
a fuego por hurtar”. Nominación asignada: Easter Island.

9 de abril de 1786. En la bahía de la Tortuga ancla el Conde de la Pérousse. Francés.


Permanencia en la isla: 24 horas. No le pone nombre. De la bitácora: “Cuatrocientos o qui-
nientos indios nos esperaban en la playa; no estaban armados y aunque uno que otro iba cu-
bierto con telas amarillas o blancas, la mayoría estaba totalmente desnudos. Muchos de
ellos presentaban tatuajes en el cuerpo y el rostro pintado”. (Castex: 94)

“De temperamento curioso, los indígenas que habían invadido las dos fragatas dis-
cutían acaloradamente frente a cada instrumento de navegación, mientras otros medían las
diversas partes del barco con trozos de cordel”.

De la bitácora: “No les pedimos nada a cambio de todo lo que les dimos (ovejas, ca-
bras, cerdos, gallinas, semillas de naranjo, limón, algodón, maíz y otras diversas), pero ellos
nos lanza-ron piedras y nos robaron”…los gorros.

Barco Nancy. EE.UU. 1805. Secuestran 22 pascuenses. 10 mujeres y 12 hombres, y


zarpan. Tres días después permiten a los prisioneros subir a cubierta. 22 pascuenses saltan
al mar y mueren con la vista clavada en el horizonte.

1811. Buque ballenero americano Pindos. Los marineros llevan agua, legumbres
frescas y muchachas a bordo. A la mañana siguiente las obligan a saltar al agua. Waden, se-
gundo oficial, coge un fusil y les dispara. La tripulación aplaude. Waden es un excelente ti-
rador.

Rurick. Navío ruso. 1816. El comandante Otto von Kotzebue ordena disparar y rem-
barcar. Luego narrará que se aterró cuando vio acercarse a los indígenas; “parecían monos,
todos pinta-rrajeados de rojo y negro”.

William Beechey. Navegante inglés. 1826. Dice que las mujeres, desnudas, intenta-
ban subir a los botes, mientras los indígenas robaban lo que pillaban. Al desembarcar se
ven en la obligación de disparar. Un jefe pascuense cae muerto. Prefieren batirse en retirada
y volver al barco. Los nativos son agresivos, les han tirado piedras.

La vida y la brecha.
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Durante cientos de años una cultura florece en la isla Te Pito te Henua. Su gente se
ha repartido la tierra; la siembra y la cultiva. Son hermanos del mar. Pescar, nadar, bucear
es respirar. El mar es generoso. A veces basta meterse en el agua, juntar las rodillas y atra-
par el alimento, entre ellas. Los cantos flotan por todas sus colinas y volcanes. Un jefe quie-
re ir con otro de pesca o salir a atrapar un ave. Un emisario corre con el mensaje en sus ma-
nos hiladas. Lleva un Kai kai:

“Kia tika korua’l ta’aku tangata ‘amo

Moenga roaroa,’ia ia te ahí tunu

Kiakia, haveavea, hiringa te menú”

Su gente talla, febrilmente, desde pequeño trozo de madera hasta setenta toneladas
de roca volcánica. Las ceremonias cubren cada día, cada instante. Un curanto es un contra-
to; nuestros hijos se casan, una familia se compromete a construirme una embarcación, ha
nacido una niña, ha llegado la primavera. Cada acto es un rito sagrado de la vida. Cada acto
posee un canto. Un canto para nacer, un canto para vivir, un canto para los peces, un canto
para el kiakia. Un canto funerario, un canto de recepción, un canto para amar, un canto para
danzar. Una danza para narrar la historia, otra danza para mostrar la pesca. Una danza para
atraer al varón, otra danza para enseñar los misterios de la creación. Un tallado que perpe-
túa a los Aku Aku (espíritus), un tallado que venera a su reina. Miles de maderas y piedras
talladas: pájaros, peces, animales, seres defectuosos, naves nostálgicas, mujeres en embara-
zo, rostros. Cuerpos tatuados, cuerpos pintados. Un tatuaje de estirpe, una pintura para ves-
tir.

Y, en medio de tanta vida, su propio sino trágico. La brecha. Dos confederaciones


en guerra intestina. Para luego, esa zarpa emboscada del Poike donde una raza, la Hanau
mamoko, casi extermina a otra, la Hanau eepe. Siglos más tarde, cuando una sociedad “ex-
plotadora” británica se encarga de la isla, otra brecha (1895): Ese alambrado de púas que
erradica a todas las familias de sus tierras y las confina en Hanga Roa, para que, en su rem-
plazo, irrumpan las ovejas. Veinte mil ovejas que aniquilan sus árboles y la escasa capa ve-
getal de la región. Esa brecha que quien la cruza, hombre o animal, será juzgado y conde-
nado. Anakena, playa idílica donde Hotu Matu’a desembarca, vive y muere siglos antes
pasa a ser un recuerdo oral. Durante decenas de años los pascuenses no sólo no se bañarán
en sus aguas, ni siquiera pisarán sus arenas. Es sólo con un permiso especial o salvoconduc-
to entregado por las autoridades de la isla que, ocasionalmente, los pascuenses podrán tran-
sitar por toda ella, ir “al campo”. Cada vez que se hace necesario, el capitán tramitará un
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permiso escrito para que los isleños crucen el vallado sin tener problemas con la Sociedad
Explotadora.

“Armada de Chile. I Zona Naval, Jefatura Militar Isla de Pascua.

Autorización.

Autorizase a Zelma Tuky Pakarati para que pueda ir al campo, objeto cocinar al Sr. Mazie-
re a contar del 18 de agosto hasta fines de septiembre.

Isla de Pascua, 17 de agosto de 1964.

Jorge Portillo Orrego. Cap. De Corb. (T.E.A/S), Jefe Militar.

Distribución. 1 Interesado. 2Arch. J.M” (lleva un timbre y una firma). (Z. Maziere: 23).

1976. La brecha al habla. A los niños pascuenses se les ha prohibido hablar su len-
gua. El desatino es detenido a tiempo y los pascuenses no sólo recuperan la voz, sino que se
inicia la enseñanza oral y escrita del rapa nui en la Escuela (hoy Liceo). También en 1966
el vallado ha sido desarmado. Los isleños rescatan su paisaje y sus caminos, pero no sus
predios. La tenencia de la tierra es, hasta hoy (2012), el problema fundamental de la isla.

1986. Hanga Roa. Juzgado de Letras de Isla de Pascua. Secretaría, causa N° 512.

Demandante: Juan Chávez Haoa.

Demandado: Conservador de Bienes Raíces de Isla de Pascua.

Materia: Reclamo del art. 18 Reglamento de B. raíces.

A lo principal; 1. Existe un expediente sobre posesión efectiva de don Nikonore Mariu Ma-
nuheuroroa.

2. El seños Conservador ha rechazado la inscripción. Existiría una inscripción sobre el mis-


mo predio a nombre del Fisco de Chile.

3. El decreto ley 2.885 contendría normas especiales sobre el otorgamiento de título de do-
minio en Isla de Pascua.

4. El recurrente señor Juan Chávez Haoa alega dominio exclusivo y absoluto sobre este
bien raíz que trata de inscribir.

5. El señor Juan Chávez Haoa es el único heredero de don Nikonore Mariu Manuheuroroa.
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6. La solicitud de inscripción del recurrente se aviene con el orden jurídico interno de la na-
ción chilena.

Resuelvo: Ha lugar a lo solicitado en cuanto el Conservador de Bienes Raíces del Departa-


mento de Isla de Pascua deberá acoger a tramitación la solicitud de inscripción del bien raíz
individualizado en autos.

Dictada por don Juan Jansana Salazar, Juez Letrado Titular (extracto de la copia fiel y certi-
ficada del original).

En 1988 esta causa se encontraba en la Corte de Apelaciones de Valparaíso.

El golpe fatal.

1862. 12 de diciembre. La brecha fatal. La gran brecha contra la propia historia.


Barcos pi-ratas peruanos. Ocho. Capitán al mando: Aiguirre. Más de mil pascuenses son se-
cuestrados y esclavizados en las islas Chincha, productoras de guano, en Perú. Con ellos va
el último rey, Kamakoi, su hijo, Maurata, y los sabios Maori Rongorongo (únicos lectores
de las, hasta hoy, indescifrables tablillas rongorongo).

Los piratas creen que las islas del Pacífico son granero humano donde pueden sa-
quear y matar. El obispo de Tahití, Stephan Janssen (Tepano Janssen) hace una reclamación
al gobierno peruano. Lo apoyan Francia e Inglaterra. Un año más tarde son repatriados cien
pascuenses. Están enfermos de viruela. Sólo quince llegan a la isla. Con ellos desembarca
la viruela y su epidemia. De 5.000 habitantes con que cuenta Rapa Nui mueren ese año
4.400. Once años más tarde, en 1977, la isla cuenta con solamente 111 habitantes. Ha sido
el golpe fatal.

Recibir o dar.

Devastados pero no aniquilados, los pascuenses claman por protección. En 1887, la


cámara francesa discute una petición. La reina de la isla, casada con el francés Dutrou-Bor-
nier (de triste historia en la isla), ha pedido, oficialmente, protección al gobierno de Francia.
La bandera francesa flamea en su hogar.

Freppel y Paul de Cassagnac alegan ante la Cámara francesa. Los indígenas han so-
licitado antes, en 1872, 1877 y 1881 el protectorado. Interviene el Almirante Krantz: “el
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Ministerio de Marina ha desechado la idea de proclamar el protectorado francés en 1872 y


en 1886” Freppel se indigna y replica: “Señores, la respuesta del señor Ministro de Marina
me causa tanto sorpresa como pena. Me extraña que se nos diga que Pascua no tiene ningu-
na importancia… ¿por qué, entonces, demuestra tanto interés Chile?, ¿por qué, entonces,
Napoleón, en 1869, exigió y obtuvo que Chile renunciara definitivamente a toda posibilidad
de posesión?” (Castex: 115 y ss.).

La Cámara francesa delibera. La Cámara decide. “Isla de Pascua no sirve para nada”
Los franceses piensan en la utilidad, en lo que pueden recibir. En Chile, don Policarpo
Toro piensa en lo que podríamos dar.

El 9 de septiembre de 1888 se firma el acuerdo de voluntades. Firman Policarpo


Toro y los Arikis Rapa Nui.

“Los abajo firmantes Jefes de la Isla de Pascua, declaramos ceder para siempre y sin
reserva al gobierno de Chile la soberanía plena y entera de la citada isla, reservándonos al
mismo tiempo nuestros títulos de jefes de que estamos investidos y de que gozamos actual-
mente”.

Policarpo Toro ofrece, en nombre del Gobierno, educación, progreso, respeto y pro-
tección. Los predios serán respetados, un buque abastecerá anualmente a la isla y la prote-
gerá del pirateo infame. Habrá educación y trato digno.

No son gatos, son liebres.

Los siete muchachos pascuenses fueron alojados transitoriamente en la sexta comi-


saría de Carabineros de Valparaíso. Los tratan bien. Juegan basquetbol y pasean por la feria
de la Avenida Argentina. Están emocionados, excitados, asombrados, asustados, encanta-
dos. En una casa ven que cuelgan unos gatos muertos y despellejados. Sienten asco y páni-
co. Los chilenos comen gatos, ¿qué otras cosas comerán? En la comisaría los tranquilizan;
“no son gatos son liebres”. Revisan los tranvías. No entienden. ¿Cómo avanzan sin anima-
les de tiro? Conversan largamente con periodistas que van a entrevistarlos. Dominan el cas-
tellano. Insisten: “somos chilenos, no nos traten de pascuenses, somos chilenos”. Florentino
y Valentín quieren ser agricultores, Pedro Teao, mecánico, y Alberto Hotu, “de sano entu-
siasmo y extraordinaria viveza”, desea ser enfermero de la Armada. Obtienen becas del pre-
sidente para estudiar y empiezan a trabajar. Augusto Hagel ocupa a seis de ellos en las
obras del liceo. En el mismo barco ha viajado la primera mujer pascuense que visita el con-
tinente: Anita Antonieta Rapahango, de dieciocho años. Ella ha sido invitada especialmente
por el intendente y estudiara para matrona.
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Los siete muchachos pascuenses están felices. Desde 1946, como muchos otros jó-
venes, han estado intentando embarcarse de “pavos” y llegar al continente. Estudiarán y
aprenderán de zapatería, de agricultura, de mecánica, de carpintería, de soldadura, de enfer-
mería. Y luego, volverán a su lejana isla, para ayudar a su gente a construir y reconstruir su
propio sentido.

El fuego iniciador.

Isla de Pascua. Febrero de1988.Se ha celebrado la Tapati Rapa Nui (la semana pas-
cuense). Han sido siete días alucinantes y las más hermosas tradiciones y los más primiti-
vos ritos han sido revividos. Doña Verónica Atán, compás de una piedra, ha cantado un an-
tiquísimo Kiu (canto antiguo). Las hermanas Pakarati, una vez más, han recreado los más
hermosos Kai Kai (mensajes cantados y acompañados de figuras hechas con cordel entre
los dedos). Erito, el esposo de mi amiga Vicky Haoa, ha mostrado su pasión por el buceo, y
David, profesor pascuense, se ha deslizado, en un tronco, colina abajo en el juego del peia-
mo.

Los korohua (viejos) han entusiasmado a todos bailando el tango pascuense. Los jó-
venes han galopado por la calle principal (la Policarpo Toro) tras los honores de sus colores
y reinas de la semana. Bailes, curantos, tunuagis, competencias y el impacto mayor: la exhi-
bición de tatuajes y pintura corporal. Un viaje vertiginoso al pasado primario. La piel se me
eriza. El ancestro fluye desde las profundidades cavernosas de la isla y se dilata en mi pro-
pio estómago. Me parece tocar el fuego iniciador, aquel que plasmó a todas nuestras cultu-
ras homínidas y que reubicó el Universo en la perspectiva mágica.

El Krana.

Nos vamos a pescar con don Alberto Hotu Chávez, jefe del Consejo de Ancianos.
Don Alberto volvió. ”Nunca he leído la entrevista que nos hicieron cuando llegamos a Val-
paraíso. Pero recuerdo que dije lo que quería ser. Quería ser enfermero de la Armada y vol-
ver a la isla, trabaja en el leprosorio y en el hospital”. Y lo hizo. De la mano del enfermero
naval Hotu, encargado del leprosorio, los leprosos bajaron en 1952, por primera vez, a las
orillas azules del roquerío isleño.

Don Alberto prepara el anzuelo y me advierte del oleaje. Conversamos. - Dice Thor
Heyerdahl que la isla es un misterio resuelto.
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- ¿Usted cree Patricio que la Isla de Pascua vaya a ser un misterio resuelto?

-No, don Alberto, no creo que sea un misterio resuelto. ¿Y usted?

- Yo tampoco, pues. ¿Cómo va a ser un misterio resuelto?

Dice que la “pora” boliviana existe, pero su punta no está cortada y apunta hacia
arriba. La nuestra es distinta”.

Hemos conversado muchas veces y solemos echarnos sus tallas. “Don Alberto, no
me venga con cosas, usted es descendientes de peruanos” (me siento tocando el límite).
Don Alberto se me pone serio.

- Esas son tonterías del Thor. Nosotros somos maoríes. Aquí vino el jefe maorí y su
señora hace dos años. Nunca habían estado en la isla. Los llevamos con mi esposa al Rano
raraku. Ellos se acercaron despacio a los moais, se sacaron los zapatos, cerraron los ojos y
empezaron a palpar los moais. Iban lentamente rodeándolos y haciendo el “cantallora”.

-¿Qué es el “cantallora”?

- Es algo nuestro, muy nuestro. Es alegría y pena, a la vez. Es expresar cantando un


sentimiento de júbilo u tristezas. Ellos poseen el “cantallora” igual que nosotros. Y el 79
fue extraordinario. Fue la primera vez que una delegación pascuense iba a Nueva Zelanda.
Éramos setenta, y, bajando del avión, los maoríes empezaron a cantarnos el “Krana”.

- Y ¿qué es el krana, don Alberto?

-El krana es un canto que nosotros consideramos únicamente nuestro y que nunca
habíamos cantado en la isla, porque sólo se lo cantábamos a los reyes o arikis. Bajamos del
avión y ellos empiezan a cantarnos el krana, que pregunta con qué intenciones viene ese rey
al lugar. Y, nosotros, impactados de escucharles a ellos nuestro krana. Y, vamos y les res-
pondemos el canto, porque es nuestro canto y lo sabemos aunque nunca lo hayamos canta-
do. Y ellos más impactados entonces, de escucharnos cantar su krana, que es su canto pro-
pio. ¿Cómo vamos a ser peruanos? No, son peruanos quienes diezmaron y sepultaron a
nuestros sabios y reyes. Nosotros somos chilenos y pascuenses.

- ¿Qué le impactó más cuando llegó a Valparaíso el año 49?

- El trato. Aquí éramos “kanacas”, negros. ¿Vio en la tele Kunta Kinte? La historia
de los esclavos negros en Norteamérica

- Ah, si, Raíces.

- Si. Igual nos trataban aquí. Yo a los catorce años debía servir al practicante (el lla-
mado pago de impuestos de los pascuenses) y detenernos al paso del “blanco”, hacernos a
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un lado y hacerle una reverencia con los brazos cruzados en el pecho. Y llevarle leña. Pero
no estoy resentido. Con él me surgió la idea de ser enfermero y viajar al continente. Al
principio no entendía. Los carabineros, en Valparaíso, se reían. Íbamos por la calle y nos
hacíamos a un lado y dale con la reverencia. Nos dijeron. “acá ustedes son chilenos e igua-
les que todos. Somos todos ciudadanos libres. Así que córtenla con humillarse” No enten-
día. ¿Por qué los chilenos, en el continente, nos trataban como a personas? ¿Por qué, los
chilenos, en el continente nos trataban tan bien y, tan mal, en nuestra propia isla?

En Valparaíso, don Alberto a respirar de un modo distinto y comprendió lo que po-


día dañar el aislamiento a un pueblo que queda en manos de funcionarios mezquinos y
prepotentes.

Volvemos a Hanga Roa. Llueve y la marea ha subido mucho. No hemos pescado


nada. Marcelo, amigo de don Alberto, bromea. Le dice a él, “Maiare”.

- ¿Qué es maiare, don Alberto?

- Lo peor, me contesta. Un pascuense que no pesca.

La primera vez.

Domingo 21 de febrero. 1988. El avión noruego aterrizó en Mataveri. Trae de regre-


so los restos del moai que representa a la reina Ava Rei Pua. Una parte de los restos han
sido, recién, desenterrados y se espera que calcen con la otra parte que viene en el avión.
Toda la población se ha desplazado hasta el aeropuerto. La pieza arqueológica es descendi-
da. Se la une a la que está en tierra, esperándola. Tras cientos de años la cultura rapa nui va
a jirones reuniendo sus pedazos porque su identidad subyace viva y grandiosa la propia rei-
na. Y estalla el canto. Porque el canto es el espíritu. Una canción desconocida a los oídos
continentales surge en Mataveri. Una canción que, por primera vez, palpa los aires y las bri-
sas de la isla. Una reina ha llegado a Te Pito te Henua y, por primera vez en ese suelo mile-
nario, se canta el Krana.

Don Alberto canta, los korohua cantan, los poky cantan, las vahines cantan, y los
corazones galopan y por los rostros descienden lágrimas profundas.

El canto de los grillos.


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Amanece. En dos horas aparecerá el avión en que volveré a Santiago. He querido


sentir el despertar rapa nui. Toda la isla canta; es el canto permanente de miles y miles de
grillos. Pascua, la isla que canta. Los grillos han cantado siempre. Los escucharon los pira-
tas, los guaneros, los moribundos, los moais. Los escuchó Hotu Matu’a y Roggenween, Po-
licarpo Toro y el hermano Eyraud, Ororoine y Kamakoi. Los escucha Hilaria, Benita, Da-
vid y Pepe. Los escucha don Alberto, los escucho yo. Su canto es el espíritu rapa nui que
nos trasciende.

Un rumor ronco transforma la amanecida. Han sido dos horas de magia. Ha llegado
el momento de volar. Pepe Román, Juan Emilio Estay y Jorge Riquelme, nerviosos, me pa-
san a bus-car. Entro al aeropuerto. Los collares de despedida se van sucediendo en mi cue-
llo como abrazos marineros que me acompañaran de por vida. Salgo hacia el avión. Tras la
reja llega corriendo mi amiga Vicky Haoa. Me pasa por sobre el alambrado sus collares.
Sentimos el desgarro de tres mil kilómetros que nos espera y lloramos.

Sentado en el avión abro el libro de relatos y poemas que Vicky me ha regalado.


Leo los versos de Blanca Hucke Atán:

“E tahi nó me’e tano he riva-riva

E te varua he kimi atu

A te kona ta ‘ato’a

‘ata ka vara’a ró

To ‘ona mahahu temeio”.

“Sólo hay una cosa

Justa y buena

El espíritu busca

Por todas partes

Hasta que se encuentra

Con su alma gemela”.

2005.
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He invitado a Ximena, mi esposa, a la isla. Domingo, mediodía. Nos encontramos


con do Alberto. Surge espontáneo el abrazo hermano. Almorzamos juntos. Don Alberto es
concejal y ha sido el primer alcalde de la isla en democracia (1990).

- Noto hartos cambios, don Alberto.

- Si, nos hemos llenado de taxis, de restaurantes y tiendas. Y de internet. Pero Rapa
Nui sigue siendo Rapa Nui, la tradición Rapa Nui no muere ni morirá jamás.

Días después, con Ximena, vamos al nuevo Liceo. Una construcción magnífica en
las afueras de Hangaroa. Nos ha invitado su Directora, Ana Mará Arredondo. El idioma
rapa nui se enseña en sus aulas.; lo enseña Vicky Haoa. Me pide que le de un taller a sus
alumnos. Los chicos van con sus pantalones bien abajo y las lolas con sus faldas colegiales
bien arremangadas. Nos miramos a los ojos y en sus ojos veo ese brille único y propio de
todo Rapa Nui; el de su irrefutable dignidad humana. Rapa Nui es Rapa Nui.

Bibliografía.

CASTEX, L. “Los secretos de la Isla de Pascua”. Ed. Almendros, Santiago, 1974.

ENGLERT, P.S. “La tierra de Hotu Matu’a”. Ediciones U. de Chile. Santiago, 1974.

MAZIERE, F. “Fantástica Isla de Pascua”. Plaza y Janés. Barcelona, 1972.

(Esta artículo apareció en la Revista de Educación N° 159 de agosto de 1988).


44

1997
45

NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS TERAPEUTAS

Ésta fue la segunda Mesa Redonda del Tercer Encuentro, y se llevó a cabo en la
Sede Viña del Mar de la Universidad Educares, el día 19 de Octubre de 1997.

Patricio Varas: Yo creo que los nuevos terapeutas no somos nosotros sino que son los más
jóvenes de entre ustedes. Creo que el tema es si los nuevos terapeutas van a ser terapeutas
de acuerdo a los nuevos tiempos o van a ser terapeutas cliché, estereotipados de acuerdo a
tiempos pasados. Tal vez los que sigan la línea de la psicología humanista y transpersonal
puedan tener una chance mayor de responder a lo que son los nuevos tiempos, pero creo
que todos, absolutamente todos los seres humanos tienen esa chance de responder a los
nuevos tiempos y de poder hacer algo en la interacción con el ser humano o con un grupo
que sea beneficioso. Cuando yo estaba en California el año 77, pensaba que en Chile la te-
rapia estaba atrasada quince años: desde el advenimiento de la psicología humanista el año
62 hasta el año 77; y hoy día podría pensar lo mismo, que está atrasada del 62 al 97, pero
yo creo que eso no es lo esencial. Por ejemplo, puedo decir que la palabra “terapia” está ya
en desuso. La terapia es una palabra anticuada y puedo decir que los terapeutas por lo tanto
se empiezan a autodenominar de otra manera: algunos se llaman facilitadores, otros moni-
tores, algunos se llaman acompañantes y otros se llaman simplemente con su nombre, así
que yo soy el Pato y converso contigo y tú eres el Alberto y conversemos.

Y entonces estos nuevos terapeutas no están dentro de un modelo que les exige tener
un nombre genérico; ése es un elemento, por lo tanto, de los nuevos terapeutas: pueden des-
pedirse de una determinada denominación. También eso ocurre con las personas con las
cuales participan esas personas: ya no tienen nombre genérico, ya no son “paciente” ni
“cliente”, son el Alberto, la Carolina, ustedes, nosotros, y eso significa un cambio en la re-
lación, una manera distinta de entender la relación. Hay un énfasis, un espíritu ciertamente
romántico que nace con la Psicología Humanista, que es “seamos pares” y eso significa en
esa época y también hoy día, “no quiero seguir el modelo clínico, no quiero seguir el mode-
lo médico, el preestablecido, el estereotipado; inventemos un modelo nuevo si es que hay
que tener un modelo y en ese modelo seamos tú y yo, tú con tus experiencias y tu conoci-
miento, yo con los míos, y qué podemos hacer por mejorar nuestra interacción y qué pode-
mos hacer por mejorar nuestra calidad de vida ambos”.

Por eso, podemos ser los dos terapeutas y podemos ser los dos pacientes y somos
eso y mucho más porque antes que todo eso somos tú y yo. Eso obviamente es parte de los
nuevos terapeutas; también creo que es parte de esto de los nuevos terapeutas el hecho de
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que hay ciertos principios, hay ciertos valores que no son equívocos ni discutibles. Hay al-
gunos que están en la base de lo que yo estoy persiguiendo de lo que a mí me mueve como
ser humano, y con esos principios voy a ir al encuentro contigo. Por ponerle nombre a los
principios, el llamado “principio ecológico o de no violencia” que significa que yo voy a
conversar contigo y vamos a interaccionar y algo va a pasar con nosotros que nos va a re-
construir o construir o mejorar, o como lo queramos llamar, y eso va a ser con un profundo
respeto a nuestras personas y con un profundo respeto hacia nuestras vidas y nuestro orga-
nismo vivo. Así que no te voy a presionar, no te voy a empujar ni voy a querer que tengas
que hacer algo o que yo tenga que hacer algo que rompa eso que es más delicado, que son
los principios de la vida misma. Tener eso como propio y que lo tenga la persona con la
cual converso -el principio de que la vida es sagrada- eso va a ser más importante que de-
terminada técnica o la otra.

Otro principio, que está en la base, es que no se es terapeuta porque se leen libros y
porque se estudia en una determinada escuela; se es terapeuta porque se constituye en la
propia vida en un acto determinado el principio de lo que se ha llamado lo organísmico o la
organicidad de los seres, que significa que los seres humanos tenemos ciertas formas de ac-
tuar y de comportarnos y de accionar y reaccionar y que eso es bueno que sea respetado
cuando nos encontramos en esta conversación o interacción llamada por algunos terapéuti-
ca o de desarrollo personal o de encuentro. No es de cualquier manera que un ser humano
se abre a si mismo, no es de cualquier manera que enfrentamos nuestros sufrimientos o
aceptamos nuestros dolores o revivimos nuestras alegrías; no es de cualquier manera, es de
la manera propia que tiene ese organismo vivo. Algo que dice Ron Kurtz, creador de la te-
rapia Hakomi, es que la terapia es respirar; y entonces la terapia esta viva y es entre seres
vivos y la respiración o el acto de respirar esta ahí constantemente operando en nuestra re-
lación.

Creo que para los que quieran ser terapeutas que satisfacen los tiempos actuales ob-
viamente sigue siendo un gran desafío el poder vencer el dualismo cuerpo-mente, y enton-
ces ser eso que siempre se ha aspirado a hacer desde hace más de treinta años: ser y hacer
un trabajo holístico, y eso significa ingresar en una interacción que no es solamente verbal,
sino corporal, afectiva, espiritual; que es realista, que tiene un montón de otros aspectos que
no consisten solamente en que yo te hablo, tú me escuchas, tú me hablas, yo te escucho, yo
te comento, tú me comentas... encontrar formas en las cuales podamos contactarnos y que
no necesariamente son solamente lo verbal sino incorporan otros elementos. Me parece a
mí que con el tiempo no te importe cómo te vas a denominar; no se puede ser terapeuta ni
en estos tiempos ni en los pasados, ni en un rato, es algo que parte por respetar el ritmo de
la propia vida. Significa que yo no lo puedo acelerar: puedo estar ansioso y querer hacer
eso en dos o tres años, y no es posible. Es una forma de vida que te exige tiempo, y tiempo
además asimilado, es decir que lo he internalizado en mi cuerpo y en mi alma y en mi es-
píritu, en mi mundo afectivo y que lo he convertido por lo tanto en producto para la vida...
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y eso puede ser muchos años -distinto para distintas personas, pero muchos años-; no es una
cosa que ocurra rápido.

Otro elemento que yo saco a la conversación es que los nuevos terapeutas tienen
dos elementos que son extremadamente exigentes y que no estaban en el modelo anterior:
no se puede ser un terapeuta o un nuevo terapeuta o un terapeuta actualizado con esa otra
palabra si no se ha sido fundamentalmente vivenciado y experienciado el proceso de cam-
bio humano en sí mismo junto con otros; como se dice, “te la tienes que vivir personalmen-
te primero que nada antes que nada”. Primero yo diría la experiencia, después la teoría; ha-
ber vivido procesos de entrenamiento de capacitación, de formación o simplemente de tera-
pia como lo quieran llamar que me permitieron a mí tener un sujeto de aprendizaje que era
yo mismo, que yo podría aprender muy bien lo que sucede en el cambio humano observán-
dome a mí mismo cómo he ido cambiando a través de experiencias que he ido realizando.
No hay ningún manual que reemplace la experiencia personal de vivir procesos que me per-
mitan cambiar, acercarme al mejor Pato Varas que yo podía ser en mi vida o que esperaba y
anhelaba ser y que me haga comprender que las personas, sólo si vivimos ciertas experien-
cias, podemos desarrollar eso que llamó Maslow las potencialidades.

Y el otro elemento es que hay una cosa que llamaré el trasfondo afectivo o emocio-
nal con que yo me muevo, y que yo lo pongo y está ahí, el que yo pueda comunicar y vivir
mi mundo emocional y tener además una actitud emocional para vivir el mundo emocional
tuyo y que tú lo puedas sentir. Ahora se viene a reactualizar Rogers –que tú puedas percibir
que yo he sido empático contigo y he sido congruente y que he tenido un apoyo incondicio-
nal contigo- eso tiene que ver con la actitud emocional y obviamente es un desafío y una
exigencia y si tú estás empezando significa muchos años. No es que después de tres o cua-
tro años eso empiece sino que empezó desde el principio, pero se fue confirmando, comple-
tando y desarrollando. Esto para terminar: pienso que lo que define esto que es el terapeuta
de los nuevos tiempos es que no hay distinción posible al observarte entre lo que haces y lo
que eres; tú eres como eres y eso sirve para que en la interacción algunas personas sean lo
que quieren ser; y como lo decía este genio que era Milton Erickson, no es que hagas tera-
pia, tú vives y convives con las personas y tienes ciertas tecnologías que son de lo más hu-
mano; y con eso tú te comportas desde que te levantas hasta que te acuestas y mientras
duermes; y eso le hace bien a los demás y me hace bien a mí y nos hace bien a todos y hace
algo por todos nosotros y no hay una separación entre que yo entro a trabajar y después
bajo la cortina y dejo de ser éste.

La ultima cosa, muy, muy técnica: la terapia ha tenido cambios en la historia el con-
cepto, el paradigma y quiero graficarlo en tres situaciones: la terapia concebida como con-
versación y comunicación entre dos personas, verbal y no verbal pero conversación entre
dos personas, que fue llamado “hablar acerca de tu experiencia y de mi experiencia”, pri-
mera etapa de la terapia; segunda etapa de la terapia, que nace con la psicología humanísti-
ca y especialmente con la terapia Guestáltica: no solamente hablar y conversar acerca de tu
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experiencia y mi experiencia sino lograr que tú converses contigo mismo y lograr yo tam-
bién junto contigo conversar conmigo mismo, y dentro de eso hacer cosas; no sólo hablar,
hacer experiencias que me permitan conectarme de manera que esta conversación llamada
terapéutica no solamente pasa a ser horizontal sino que es interna en cada uno de los que
están conversando. Ésa es la etapa que inicia la terapia Guestáltica el año 63, y la tercera
etapa que básicamente inicia la terapia Hakomi es, conversemos tú y yo pero yo voy a ha-
cer algo para que tú converses internamente contigo más que conmigo, y yo también voy a
conversar conmigo internamente mientras converso contigo y vamos a hacer experiencias
en conjunto; y además vamos a estudiar cómo organizamos nuestras vidas y nuestras expe-
riencias y vamos a descubrir las claves de los llamados temas centrales que están a la base
de nuestras experiencias. Eso nos va a permitir desarrollarnos y cambiar o avanzar hacia lo
que queremos. Entonces, quiero decir para terminar que la terapia es un arte y también un
conocimiento y que tiene una base que ha ido cambiando y creciendo, y que obviamente us-
tedes, los nuevos terapeutas, tienen el desafío de encontrarse con esa experiencia y con ese
conocimiento. Gracias (aplausos)

Patricio Varas: hay un sanador –que es un canalizador-. Otra característica de este campo
es cierta humildad de entenderse como un artesano que quizás canaliza algo, pero no tiene
el poder. También hay un sanador propio, en que abrimos las claves para que cada persona
halle su sanador. Por mucha experiencia, por mucho conocimiento, sin embargo, que se
tenga, nunca es posible comprender mejor a una persona que la posibilidad que tiene esa
misma persona de comprenderse a sí misma. Entonces, creo que la clave no es tratar de
comprender al otro; la clave es cómo yo dedico todo lo que puedo haber comprendido y ex-
perimentado como recursos para que el otro se comprenda a sí mismo, y para que el otro
haga lo que necesita hacer consigo mismo. Creo que hay dos palabras claves: el amor y la
verdad. Creo que a fin de cuentas la terapia es eso: cómo concretizo el amor y la verdad en
la relación que tengo contigo. La universidad está muy apernada a la verdad y muy poco al
amor.

Y quiero agregar algo más: creo que la verdad es la expresión fehaciente y adecuada
del amor; no creo que exista una verdad a secas, sola, que no tenga que ver con el amor;
creo que lo que realmente existe es el amor, y cuando el amor se nos hace patente, eso que
se nos hace patente, eso es la verdad; pero no es más que la manifestación del amor. Así
que pienso que el fundamento es el amor, el amor que damos, el amor que recibimos, todos
los amores. Y otra cosa que me resuena es que hay que tener ganas, hay que querer; y aquí
hay una cuestión de la que yo doy fe –y creo que todos los que estamos acá y ustedes tam-
bién-: el principio chino de que la perseverancia es buena compañera. En esto, ésa es una
condición sine qua non. No es posible sin perseverancia.
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2000
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Los Fundamentos del Desarrollo Personal.

Entrevista N°1

ENTREVISTADORA: LAURA C.YARZUN

ENTREVISTADO: PATO VARAS

LAURA: PATO, ¿Cuáles serían los fundamentos esenciales del Desarrollo Personal y
como estos se relacionan con el aspecto valórico?

PATO:Bueno, como el Desarrollo Personal nace de la Psicología Humanística, y nace en


un cambio paradigmático en el cual se modifica el concepto de Terapia, sus fundamentos
vienen de ese momento, en que la terapia en los modelos anteriores, tanto en el psicoanalíti-
co, como el conductista estaban dentro de un modelo clínico o de reparación, de rehabilita-
ción, de tratamiento; para un modelo de crecimiento, de desarrollo de las máximas poten-
cialidades del ser, del organismo, y por lo tanto, la psicología humanística .y después tam-
bién la psicología transpersonal va a considerar que la... no la única, pero una buena manera
de terapia es el DESARROLLO PERSONAL en un enfoque en el cual se busca que un or-
ganismo vaya desde su punto inicial de crecimiento hasta su máximo punto de crecimiento
como posibilidad y ,que se realice en eso, es decir se sienta, por decirlo de manera simple, a
gusto.

Ahora este tiene que ver mucho con el aspecto valórico, porque en el modelo con-
ductista , anteriormente se había tomado un supuesto: que el ser humano no era valórico, no
tenía valores inherentes a su naturaleza, y que por lo tanto, la terapia o la psicología o el
cambio podía hacer de un ser humano algo bueno o algo malo; y sobre eso hay incluso pe-
lículas y hay novelas y hay libros que han expresado eso como las obras de WELLS en
cine, y la -famosa novela del mundo feliz, y más cercanamente la película la Naranja Mecá-
nica. O sea una crítica a un enfoque en el cual se suponía que por Estímulo-Respuesta, por
refuerzo, un ser humano podía ser enrielado, incluso en sus valores, por que en su naturale-
za no había un mundo valórico inherente.

En el psicoanálisis, este mundo valórico inherente, Freud lo consideraba más bien


negativo, había una creencia acerca de que el ser humano tendía a lo instintivo, a lo instin-
toide, y que en ese medida tendía a lo que podría ser negativo e incluso a la maldad y que la
sociedad hacía que el humano se humanizara, que este animal racional se humanizara, de
manera que la concepción valórica también estaba más cerca de la negativo. En cambio
cuando surge el Desarrollo Personal, y surge la psicología humanística y la psicología
transpersonal, hay una creencia opuesta, y es que el organismo, no sólo el ser humano, sino
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cualquier organismo en términos de su vida y existencia tiene un propósito de realización,


es decir ser el mejor organismo que podía ser y aquí, al decir que podía ser el mejor orga-
nismo que podía llegar a ser, se está sustentando que en la naturaleza inherente de ese orga-
nismo, de ese ser humano, hay valores que tienden a su mejor realización. Los valores por
lo tanto del ser humano, son aquellos que hacen al ser humano, ser más humano, y el Desa-
rrollo Personal por lo tanto en su fundamento tiene una posición valórica, diría yo, en tér-
minos simples, positiva. Ahora, si lo imaginamos como en una línea de puntos, el organis-
mo está en un punto 1 y va a un punto final que es el valor, y en ese proceso tiene un proce-
so de desarrollo en el cual se acerca a ese valor, o se aleja, de acuerdo a las alternativas que
tiene en la vida y de acuerdo a su capacidad de ajustarse al encuentro con ese valor. Y el
Desarrollo Personal, como disciplina, como terapia o como proceso de vida consiste en eso,
consiste en darle a las personas el máximo de herramientas o recursos para que avancen
desde el punto 1, de su estado de organismo inicial al punto final, punto valórico, avance de
la manera más fluida y de la manera más flexible; así que ahí hay dos grandes valores que
están dentro del Desarrollo Personal, dentro de la naturaleza humana, la fluidez y la flexibi-
lidad. Desde luego que esto conlleva que el ser humano se acepte a sí mismo como ser hu-
mano, se acepte singular e individualmente como la persona que es: Yo como la persona
que soy y tú como la persona que eres, y al mismo tiempo acepte que esa persona que tu
eres y que yo soy, cada uno, puede tener un desarrollo y puede tener un enriquecimiento.
Por lo tanto en el fundamento de la disciplina del Desarrollo Personal está la idea de cam-
bio o de mejoramiento de la calidad de vida o de enriquecimiento de la calidad de vida, per-
sonal e interpersonal sustentada en un hecho singular, y que el cambio no es para dejar de
ser lo que se es, sino para ser mejor lo que se es, es como si lo dijéramos con palabras usa-
das anteriormente por el mismo Perls y por otros se trata de que la rosa llegue a ser la mejor
rosa que podía llegar a ser, y no que se convierta en un clavel. 0 sea, que el organismo sea
el mejor organismo que pueda ser y que haya, y que tenga, a la mano todas las herramientas
y posibilidades para vivir ese proceso. Para que esto ocurra, nosotros hemos desarrollado
un Programa, podríamos decir de Desarrollo Personal, que tiene un proceso, y en el cual bá-
sicamente hemos descubierto que hay seis grandes áreas de trabajo personal e interpersonal
para que este avance o desarrolle las potencialidades humanas y sea más accesible.

Primero un área que podríamos considerar de los aspectos netamente cercanos a lo


corporal que se le ha llamado tradicionalmente cuerpo/mente y que nacen del rompimiento
del paradigma dual del cuerpo y mente que se le ha llamado en el mundo contemporáneo el
principio holístico, luego hay un área que tiene que ver con el mundo emocional y afectivo
nuestro que también requieren de un desarrollo y un proceso de búsqueda de las mejores
posibilidades mías para explorarme y expresarme en ese ámbito. Hay un área que podría-
mos llamar de lenguaje y comunicación, más mental por decirlo así, que tiene que ver mu-
cho con la forma en que yo me interpreto a mi mismo, y con la forma en que yo me comu-
nico conmigo mismo y la forma como me comunico con los demás seres. Hay un área que
tiene que ver con la parte más espiritual o meditativa, o incluso religiosa o de religiosidad,
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porque a fin de cuentas este organismo que tiende al valor, va descubriendo que hay un ám-
bito que excede su propia consciencia y su propia individualidad, y que lo hace ser, por lo
tanto, más humano, por decirlo así, ese mundo espiritual lo hace ser más humano. Y des-
pués hay dos ámbitos más que son muy interesantes de trabajar, porque como diríamos, en
la cancha se ven los gallos, que son el de la interacción, primero que nada, no tiene mucho
sentido el desarrollo personal como un asunto interno, propio, en solitario en una isla, sino
que se prueba en la calle, en la vida, en el trabajo, en el permanente quehacer, y esa tiene
que ver con la interacción. El segundo punto es que genera responsabilidades y libertades,
que de alguna manera se prueban en la capacidad de gestión y autogestión que tienen las
personas, de independencia y autonomía, y a esta última área nosotros la hemos llamado
comunitaria o de autogestión comunitaria, que se refiere a que , si realmente he tenido un
proceso de desarrollo y de ajuste en la vida, y he alcanzado ciertos niveles de fluidez y fle-
xibilidad lo tengo que demostrar en mi vida con otras personas, y lo tengo que demostrar en
el quehacer y en la acción con otras personas. Y esos diría yo, serían los elementos pilares
del desarrollo personal y del programa nuestro y de su posición valórica.

LAURA: - Desde el programa, ¿Cuál sería la proyección que tiene en el tiempo, cuales
serían los objetivos, hacia donde propende, aunque ya, de alguna manera ya ha sido señala-
do?

PATO: - Bueno... la frase tan usada, mejoramiento de la calidad de vida, yo creo que
ese es el objetivo o propósito final, pero hay otros objetivos que están en juego, que son
ciertos valores que darían respuesta, son valores que por decirlo así serían fines y medios,
es decir, me explico, hay formas de vida que son más propias del organismo que otras, en-
tonces, un objetivo es que es necesario conocer y reconocer al organismo humano en lo que
realmente es, y no en estructuras o superestructuras que se le sobreponen y que hacen que
se quiera que el ser humano sea de una determinada manera, cuando en verdad el ser huma-
no tiene una forma orgánica de ser, y que es necesario respetar, con esto me refiero a que el
ser humano tiene ritmo, las personas tienen ritmos, en el ser humano existe el dolor y el
placer, existe las polaridades, existe la confianza y el miedo, hay una serie de formas de ex-
presión de lo humano que son propias de lo humano y que es necesario conocer, y a partir
de su conocimiento, es posible cursarlas y recursarlas de la mejor manera posible para el
beneficio del ser humano y de la humanidad, pero esto no es posible si se parte de una posi-
ción, que puede ser muy filosófica, en la cual se quiere dar a conocer que ciertas cosas no
existen en el ser humano, cuando en verdad existen. Esto es lo que podríamos llamar como
el principio organísmico; así como existe el principio holístico, en este paradigma existe el
principio organísmico y que se sintetiza en que este organismo humano tiene una forma de
funcionalidad "X", que es necesario conocerla, y a partir de eso es necesario respetarla para
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que haya un crecimiento de ese organismo dentro de sus propias coordenadas. Todos los or-
ganismos humanos, todos los mamíferos en general, tienen una forma de comportamiento y
no se puede ir en contra de ese comportamiento. Es necesario que esa forma se traduzca en
las mejores posibilidades que ese mamífero y ese ser humano tenían.

Por ejemplo: hay valores como la honestidad, la sinceridad, la naturalidad, la responsabili-


dad, la libertad que son inherentes al ser humano, y que son valores de no fácil alcance, yo
no quiero decir que porque simplemente se respete al organismo, simplemente haya un con-
formismo y una aceptación de las cosas, de que las cosas tengan que ser como son, no, den-
tro del organismo también hay valores complejos y altos que también se persiguen, y aun-
que sea tan difícil perseguirlos, se persiguen. Aquí habría que discutir el concepto de felici-
dad. En el Desarrollo Personal desde mi punto de vista, la felicidad está dada fundamental-
mente por la congruencia que tiene ese organismo consigo mismo y con los valores que
persigue. Entonces, a veces la congruencia no es conveniencia y por lo tanto implica inclu-
so sufrimiento, sin embargo entendemos o aceptamos que la felicidad está inmersa dentro
del concepto de la congruencia y es posible que las personas, aún sufriendo , sientan que su
vida es congruente y que es digna y que vale la pena. Eso puede ser mucho más sano para
un ser humano que meterse en un mundo que es muy conveniente pero que es muy incon-
gruente y por lo tanto se evade de la congruencia y termina por ser una cosa sin sentido,
que está obviamente expresada muy bien en los valores del consumismo, que son valores
muy convenientes, pero que no tiene que ver con la naturaleza profunda del ser humano, y
que no apuntan a grandes valores, y a veces termina por convertirse en una vida sin sentido.

Así que en los Objetivos que persigue el Desarrollo Personal, obviamente que hay
grandes desafíos, ejemplo, el desafío de ser responsable y libre, es un desafío tremendo, y
por otro lado también, el reconocimiento de las limitaciones, porque desde el momento que
aceptamos un organismo y lo vemos como es, vamos a ver que tiene montones de limitacio-
nes y carencias, y es necesario respetar eso, no digo sólo conocerlas y reconocerlas sino
respetar esas limitaciones.

En el mundo más práctico, ahora del quehacer y la disciplina del desarrollo perso-
nal, yo creo que en los próximos, en este siglo que comienza, va tener mucho que ver; y va
a tener mucho que ver porque me da la impresión que estamos en una cultura y en una so-
ciedad en que precisamente, más que perder sus valores, se ha desenfocado de si misma, el
ser humano se ha desperfilado de sí mismo y yo creo que estamos en una cultura, en una
sociedad de grandes cambios, y cambios a veces rápidos; entonces que es lo que sustenta a
un organismo que está en medio de una tempestad, o que está en medio de grandes cam-
bios, la tremenda seguridad o confianza en sí mismo, el marino que está en medio de una
tempestad con un velero, lo único que lo sustenta, es su habilidad para enfrentar la tempes-
tad a partir de su conocimiento del velerismo por decirlo así, de su fortaleza interna, y sean
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los elementos que vienen absolutamente conocidos o desconocidos, eso no incide tanto
como su propio conocimiento de sí mismo, de sus propias limitaciones, y hasta donde pue-
de llegar y que puede vencer y que no puede vencer.

Solemos hablar mucho del valor de la experiencia, y que la gente con experiencia ha
vivido mucho y tiene mucha experiencia en la vida, eso es muy legítimo, sin embargo yo
creo que la gran experiencia de la vida es la experiencia de conocerse a si mismo, eso no lo
inventé yo, lo dijo Sócrates hace mucho tiempo. El conocerse a sí mismo, es la gran expe-
riencia, porque es el mejor recurso con que el hombre enfrenta lo desconocido, el entorno
que le es desconocido; y sucede en este momento y en el siglo que viene, que estamos en
un mundo que obviamente es abiertamente cada vez más desconocido, tanto hacia afuera
como hacia adentro, el mundo que viene, es un mundo... no digo que por desconocido,
malo o dañino. Digo simplemente desconocido, ya sea porque se sale para otro planeta o se
interna en experimentaciones consigo mismo, sea en el ámbito en que se mueve, sea bus-
cando experiencias místicas, o sea queriendo conocer en profundidad con el microscopio la
naturaleza y el mundo. El hombre está en un siglo, y avanza hacia un siglo en el cual lo
desconocido prima por sobre lo conocido es más, lo conocido pierde sentido. Todo lo que
se conoce de la ciencia, lo que se conoce de la tecnología, incluso lo que se conoce en la
historia rueda de un día para otro desbaratado por lo desconocido, la tecnología por eso
cambia a pasos agigantado, y el computador que te compraste hace dos años ya no sirve
para nada porque lo desconocido avanza con una rapidez tal que incluso pasa a llevar lo
más conocido y las verdades más dadas por hecha; y en ese mundo de permanente novedad,
de permanentes actos inesperados, lo único que sustenta al organismo, sea a cualquiera, sea
un mamífero o un ser humano, es el conocimiento de sí mismo. Entonces, el desarrollo per-
sonal, que es por esencia la disciplina que se dedica a eso, yo creo que tiene una perspectiva
muy válida en los próximos años.

LAURA: ¿Cómo se forma profesionalmente la persona que se quiere dedicar a esta


disciplina?

PATO:Primero que nada, hay que comprender que la vida de la persona que se dedica a
esta disciplina, está entroncada con el quehacer mismo; esto nace del cambio paradigmático
de la psicología humanística, y fue expresado por primera vez en el año 56 por CARL PO-
GERS, quien sustentó que el terapeuta en ese caso llamado así, o psicoterapeuta debía tener
un nivel de congruencia con respecto al momento en que estaba trabajando con el cliente,
no podía haber incongruencia entre el trabajo que hacía con el cliente y su persona. Poste-
riormente, FRITZ PERLS fue más allá, y señaló que el terapeuta debía tener una congruen-
cia de vida, entre él y su trabajo, de manera que lo que ha avanzado en este campo, en esta
disciplina, en lo que se ha consolidado es en el aceptar de que la persona que se dedica a
esta disciplina, ésta es su forma de vida, y a partir de su forma de vida, trabaja. Eso es un
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proceso también largo. Si bien su proceso de formación técnico puede ser un proceso más
bien corto o adecuado, el proceso de formación definitivo que hace que un hombre o una
mujer que se dedique a esto se sienta que está bien parado en esta disciplina le exige lo que
se ha llamado hoy día, el encarnar los principios, entonces el proceso de encarnar los prin-
cipios que están o subyacen en este modelo del desarrollo personal es un proceso largo, que
no se logra en años universitarios, ni se logra en tres o cuatro de formación técnica.

Lo más humano es, por decirlo así, lo más sanador lo más terapéutico, lo más propio
del desarrollo personal, y alcanzar ciertos niveles, por decirlo así, de desarrollo, de expre-
sión de la propia humanidad, obviamente no es un tema técnico, ni de formación universita-
ria , es un tema de experiencia, y de transitar por la vida, aceptando además que la humani-
dad propia no es perfecta, y lo que expone el profesional que se dedica a esto es su propia
humanidad, no una perfección guruística, sino simplemente su persona al servicio de las
personas; y en ese sentido, incluso el nombre de este profesional ha ido cambiando, de pri-
meramente, en el modelo clínico llamarse directamente psicoterapeuta, se pasa en el mode-
lo de la psicología humanística ha hablar simplemente de terapeuta; porque la terapia es
algo más amplio que la psicoterapia. Y aborda temas que están fuera del ámbito de la psico-
logía como por ejemplo el tema del sentido de la vida, que es más bien un tema existencial
y filosófico, que lo tiene que conocer un terapeuta, así que el terapeuta tiene que tener una
visión y una forma de estar frente al mundo que es mucho más amplia que la psicología,
aunque la psicología es muy importante. Posteriormente, o inmediatamente dentro del ám-
bito de la psicología humanística, y en el ámbito de la terapia humanística, surgió el modelo
llamado de desarrollo personal, y se optó por cambiar el nombre, y hablar de facilitador de
desarrollo personasen en vez de terapeuta, y es el nombre que ha permanecido hasta hoy
día. Es el nombre que tiene nuestro Programa, formación de facilitadores de desarrollo per-
sonal, porque el facilitador es una persona que como dice su nombre pone un montón de re-
cursos al servicio de otras personas o de grupos, es decir, facilita un proceso, no lo maneja,
la gran responsabilidad del cambio está en la persona misma y en los .grupos mismos, y no
en el especialista. En el ánimo de hacer comprender que, en esta disciplina y en este queha-
cer, la libertad y la autonomía del cliente o el participante de un grupo es muy importante
ha habido otros aportes como el de GENDLIN proponiendo que el terapeuta o facilitador se
llame simplemente acompañante, y que el acompañante puede ser simplemente un partici-
pante o sea un usuario, fíjate lo que está proponiendo, no es necesario un terapeuta, es nece-
sario modelos para el cambio, y los modelos pueden ser aprendidos incluso por los propios
participantes y puestos al servicio unos de otros , entonces en el modelo de focusing de
GENDLIN, los participantes mutuamente, toman las herramientas de trabajo y las usan, y
son unos acompañantes de otros con lo cual se rompe el tema de la especialización, del es-
pecialista, o del profesional. Así es que en lo fundamental, sí seguimos tomando el nombre
de facilitador, se trata de un profesional que pone su persona y su vida o su estilo al servicio
de un proceso de humanización de las personas. Ahora, en la formación para esto, obvia-
mente, y retomando las seis áreas que habíamos nombrado anteriormente, esta persona tie-
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ne que vivir ese proceso en su propia persona, pasando por todos los recursos y herramien-
tas, y teniéndose a sí mismo como objeto de experiencia, y como objeto de aprendizaje y
como objeto de cambio, el mismo cambio que el profesional va a proponer a otros, ha de
haber experimentado y tiene que haber ocurrido de alguna manera en él, con el uso de las
herramientas que están en las diferentes áreas. Así que en la primera parte del proceso de
formación, este es un proceso personal, de desarrollo personal de desarrollo íntimo, del que
quiere dedicarse al desarrollo de este quehacer o profesi6n.

Una segunda parte es la que se llama la parte técnica, es la adquisición de los dife-
rentes recursos o herramientas que facilitan este trabajo, y que lo hacen fácil para un grupo
de participantes. En términos generales pensamos que una persona adquiere las técnicas en
más o menos tres años, especialmente si tiene una gran apertura a experimentarlas en sí
mismo, y no tanto en copiarlas en papel, para ver como las aplica en otros. Yo insisto, el
sujeto es el gran objeto de aprendizaje; yo mismo soy mi principal objeto de aprendizaje,
para comprender este mundo del desarrollo personal y del cambio organísmico. Las técni-
cas pueden ser adquiridas en tres o cuatro años, una o varias, pero un problema de más lar-
go tiempo, es el problema metodológico, y es el hecho de que una vez que se dominan las
técnicas, dominar las técnicas significa en un paso más avanzado ser capaces de recrearlas
de armarlas y rearmarlas, y unirlas unas con otras, y de relacionarlas, y en ese proceso,
cuando ya se dominan las técnicas en el uso y la práctica, se adquiere el dominio metodoló-
gico; puedo conocer el focusing de GENDLIN, puedo conocer bien la terapia gestalt y ha-
berla practicado en mí, y haberla practicado en otros, y puedo conocer bien la PNL, y todo
el campo reichiano , que es bastante dificultoso, puedo conocerlo bien y haberlo experi-
mentado en mí mismo, y aplicarlo, pero llegar a tener un dominio metodológico sobre las
relaciones que hay entre estos recursos, relacionarlos, intercambiarlos, recrearlos, para eso
no me bastan tres años de aprendizaje técnico, me requieren más, y por lo menos son tres o
cuatro años más, ya en la práctica del quehacer, para tener este dominio metodológico. Así
que esta formación, más allá de la formación, diríamos entre comillas "académica o técni-
ca" ya está requiriendo una formación en la práctica que si sumamos son de seis o siete
años. Pero a eso hay que agregar un tercer elemento que es uno muy difícil y hasta el cual
llegan ciertos facilitadores y no pasan de ese, y otros si pasan, que es lo que se llama la acti-
tud emocional. Es decir, una vez que se tiene el dominio técnico, y el dominio metodológi-
co sobre la disciplina, viene cual es la actitud emocional con que esto lo pongo al servicio
de una persona o un grupo, comprometiendo mi persona en eso. Este compromiso mío,
como persona, de estar ahí y estar emocionalmente ahí, o sea estar efectivamente ahí, acti-
tudinalmente ahí, y no solamente técnicamente, es un proceso que requiere otros tres años
más por lo menos, de empezar a sentir que emocionalmente yo estoy comprometido y meti-
do en esto y que no hago esta cosa que es tan típica de las terapias a psicoterapias de marco
antiguo o clásicas, que es el no involucramiento de mis sentimientos con lo que pasa en mí
trabajo; acá , la propuesta es definitivamente la contraria, yo debo ser capaz de involucrar-
me como persona, y por lo tanto con mis sentimientos, con mis afectos, con mis emociones,
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o sea, tengo que ser capaz de padecer también, y de ser en el ámbito del trabajo lo que ahí
sucede, y teniendo una capacidad, una consistencia emocional que me permite estar solida-
riamente con otra persona, y sin embargo tener mi identidad. Y esa significa un tremendo
crecimiento interno, llamémoslo existencial y emocional, y esto no siempre ocurre; los te-
mores y los miedos hacen que muchos facilitadores lleguen hasta ese punto y en ese punto,
siguen siendo facilitadores o terapeutas que se manejan externamente pero no comprometi-
da e internamente. Y esto no tiene que ver con ser simpático en el grupo o estar permanen-
temente trabajando en el medio haciendo las experiencias, sino que tiene que ver con una
cierta fortaleza y fuerza anímica que tú ves en el profesional, que tu sabes que te va a sus-
tentar, y que, más allá de todo, te va a sustentar y que va a estar contigo y que va, una vez
que termine el proceso, a salir adelante y tu vas a salir adelante, porque ese sustento que él
tiene, de algún modo te va a servir a ti de soporte. Que es la capacidad que se le pide a la
terapia, entre paréntesis, que sea el soporte, mientras otra persona está en proceso de mejo-
ramiento, hacia su auto soporte. Que sea el soporte de esa persona, bueno en este caso el so-
porte no es la terapia, el soporte es el terapeuta, y esto significa no que va a quedar loco, o
enfermo, o deprimido por las cosas que vive, sino que desarrolló una capacidad existencial
y emocional tal que le permite estar en ese ámbito, le permite estar en ese mundo, y no ser
negativamente afectado sino ser positivamente afectado, es decir, el desarrollo de la solida-
ridad, es obviamente una salida positiva del asunto, la capacidad de comprender profunda-
mente a los seres humanos y por lo tanto no ser tan crítico, es una salida positiva del asunto,
la conmiseración, la capacidad de estar con otro, la capacidad de exponer las propias limita-
ciones porque no es nada tan grave ni pecaminoso, eso es como el haber dado ese salto de
haber alcanzado esta actitud emocional. Pero eso no es suficiente, cuando eso ocurre, cuan-
do esa capacidad o esa actitud emocional ocurre, viene finalmente el encarnar, o el encarna-
miento de los principios, es decir, de qué manera el terapeuta, facilitador, acompañante, o
como se le quiera denominar, que trabaja con una persona o grupo, en su forma de ser, y en
su quehacer, expone y es, no digo ejemplo, sino testimonio de los principios que subyacen;
te pongo un ejemplo, que es probablemente uno de los más difíciles y que mi experiencia
personal, a mí me ha requerido muchos años de estar en esto para poder asimilarlo e incor-
porarlo, que es un principio clave, el del respeto al organismo, el respeto a la vida, ese es un
gran principio en la terapia, en el cambio, en el desarrollo personal, que se traduce en el tra-
bajo directo en el uso de la no violencia y de la no presión en el trabajo mismo. Bueno, la
mayoría de los terapeutas, o psicólogos o facilitadores novatos, usan, y hemos usado la pre-
sión, porque a través de la presión obteníamos éxito, presionábamos a una persona para que
saliera adelante con por último algo que pudiera ser más válido, que era la solución de un
problema, pero a través de un medio que era presionando, empujando, incluso agrediendo,
pero eso no respeta el principio de no-violencia. Llegar a encarnar el principio de no vio-
lencia y de obtener los mismos resultados, de lograr que las personas lleguen a buen tér-
mino con su proceso, sin usar presión y sin usar violencia significa que se ha logrado encar-
nar el principio, y que en la persona no existe brecha entre los principios que sustentan su
trabajo y la forma como trabaja; el principio holístico por ejemplo, el principio de que cuer-
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po y mente están unidos, ¡Claro! es muy fácil decirlo, pero son años de trabajo llegar a en-
carnarlo, tanto en las técnicas, en las experiencias, en los recursos, como en la forma de en-
tender el proceso terapéutico de una persona en que tenga que ver a la persona como una
relación inseparable de su cuerpo y su mente, su espíritu y sus emociones, y poder com-
prender que en todo, en cada parte y en todo están las respuestas, y no solamente las res-
puestas de la mente están en la mente, y las respuestas del cuerpo están en el cuerpo; enton-
ces, encarnar los principios es, obviamente lo que más tiempo toma, porque además tene-
mos que considerar que, muchas personas en su proceso de formación y de trabajo, van cla-
rificando, o vamos clarificando con los años los principios, los principios están como implí-
citos, y después pasan a estar explícitos, y en la misma historia de la terapia humanística,
los principios no estaban siempre explícitos los principios de la terapia gestalt, se han ido
explicitando cada vez más y mejor, los principios de la terapia humanística, través de la ac-
tual terapia hakomi se han explicitado de una manera que hace veinte años no estaban tan
bien explicitados, así que el proceso, es natural que sea así. Y en la experiencia personal,
yo puedo decir lo mismo, o sea, los principios con los cuales yo trabajaba hace veinte años
no estaban tan explicitados y claros ni en mi mente ni en mi corazón ni, claramente, en mi
acción, como pueden estar veinte años después. Entonces, en síntesis, la formación de una
persona que se dedique a esto, es una formación que tiene una primera fase, que es técnica,
y que pasa por su proceso personal y que continúa con su proceso personal, y por una se-
gunda etapa, de largo aliento, que es, podríamos decir, su formación en servicio, es decir,
su formaci6n en el trabajo ya y en el quehacer, y que la persona lo puede chequear, o sea, el
especialista que se dedique a esto lo puede chequear; con los años puede decir, en realidad
ya estoy en un plano en que domino la técnica, yo estoy en un plano en que domino la me-
todología, no yo ya estoy en un plano en que ya hay un gran desarrollo de mi actitud emo-
cional o, finalmente, de dominio y encarnación de los principios. No digo que unos vayan
después de otros, no digo que primero vaya la técnica, segundo vaya la metodología, terce-
ro vaya de la actitud emocional; si que se van sumando e integrando todos desde el princi-
pio. Después de doce años probablemente constituyen un todo de reconocible calidad hu-
mana y profesional.
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Antes y después de Esalen

Entrevista N° 2.

ENTREVISTADOR : RODRIGO FREDES

ENTREVISTADO : PATO VARAS

RODRIGO FREDES : ¿Qué aspectos de tu vida delinearon tu acción para de-


dicarte al Desarrollo Personal?

PATO VARAS : Yo soy de Valparaíso, soy porteño, criado, me eduqué en Val-


paraíso, estudié en la Universidad y como en el año 68, empecé a trabajar, haciendo clases
de Psicología en la Universidad Católica de Valparaíso. La verdad es que yo había estudia-
do en el año 63 en la Escuela de Psicología de la Universidad Católica de Chile, en Santia-
go, y la verdad, no me sentí bien estudiando Psicología como con las expectativas que yo
tenía. Yo creo que desde muy niño, posiblemente, desde los doce, trece o catorce años, yo
tenía algo así como vocación o interés por la terapia, y esto nació de una manera muy cer-
cana, muy familiar, porque mi mamá era jefe de personal del Servicio Nacional de Salud.
Pero entre sus amigas y amigos, entre familias de amigas y amigos, me tocó muchas veces
observar que era considerada una especie de consejera, orientadora, era una persona que se
llevaba muy bien con los jóvenes y que tenía una capacidad muy buena para aconsejar; yo
recuerdo escenas de haber estado pasando unas vacaciones en Olmué, siendo muy niño, y
como un par de lolos que querían casarse y que eran hijos... ella era hija de una familia ami-
ga, iba a conversar con mi mamá, como yo diría hoy en día, clarificar lo que una persona
tiene por expectativas y como lograrlo. Ese hecho tan de la infancia me atrajo mucho. Y
entonces, cuando ingresé a la Escuela de Psicología, iba con esa idea, con la idea de lo que
es una persona que conversando hace terapia, aconseja, orienta: que hoy día puedo decir era
una idea de terapia muy tradicional y muy clásica, pero iba con esa idea. Había empezado
en el Colegio, me recuerdo, en los Padres Franceses había empezado a comprar libros de
Psicología que ya no eran los libros del Colegio propiamente, sino que eran libros de corte
universitario. Y me sentía muy cómodo con la lectura de esos libros. Entonces me fui es-
tudiar a la Católica de Santiago, me fue muy bien, ingresé. Pero ahí no había nada que se
pareciera a la terapia. Me acuerdo que teníamos clases de biología, anatomía, de morfolo-
gía, de fisiología, de matemáticas, en fin; y tampoco veía yo en el espíritu de la Escuela, de
los profesores, un conocimiento y una actitud como de enseñanza de la terapia. Así que
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me fui desencantando de la carrera, mi rendimiento académico fue bajo, y finalmente, al


otro año, me decidí a estudiar en Valparaíso, y busqué una carrera similar. Entré a estudiar
Pedagogía en Filosofía y Psicología en la Católica de Valparaíso. Yo creo que esa fue una
gran suerte en mi vida, porque me permitió ahí, conocer a un gran filósofo, que era don
Luis López, y obviamente, el enfoque de la filosofía, en comparación con el enfoque de la
Escuela de Psicología de esa época, aportaba más a la terapia. Porque en la Escuela de Fi-
losofía de la Universidad Católica de Valparaíso, yo aprendí, ya fuera por las lecturas, por
los diálogos, las conversaciones, aprendí a conocer la problemática existencial del hombre.
Los profundos problemas del hombre, podríamos llamar, no sólo de corte filosófico, meta-
físico, sino de corte antropológico. De manera que cuando a mí me ofrecieron el año 68,
que me hiciera cargo de la cátedra de Psicología Aplicada, fue muy agradable y muy pla-
centero para mí porque era un tema que yo nunca había abandonado dentro de la Filosofía y
yo sabía que de alguna manera, mi vida iba a derivar hacia la terapia.

Por el año 71, me pasó algo, que me imagino que le pasa a muchas personas
haciendo muchas clases, yo hacía muchas clases en la Universidad, así que me empecé a
enfermar de la garganta. Y entonces pensé, esto se soluciona haciendo clases menos expo-
sitivas. Y empecé a estudiar el tema de hacer clases de manera no expositiva, y así llegué
al tema de la dinámica de grupo. Y me fue tan bien, en eso de hacer clases con métodos
grupales que inmediatamente empecé a enseñar en la Universidad a los alumnos de Pedago-
gía a hacer clases con métodos no expositivos, grupales. Eso fue entre los años 71 y 73. Y
el año 73, yo fui siempre un lector empedernido, eso lo heredé también de mi madre, y leía
muchísimo, visitaba las librerías, gastaba todo mi sueldo en libros prácticamente, y por el
año 73 me pidieron de la Escuela de Educación Física, una profesora muy inquieta y muy
capaz, que es Gladys Jiménez, que me integrara a un grupo experimental en que iban a tra-
bajar expresión corporal, teatro y psicodrama. Y me pidieron a mí si me pudiese hacer car-
go de este aspecto del psicodrama; me encantó la idea y comencé a trabajar con ese grupo.
Fue una experiencia muy buena, la primera experiencia, diría, integrando estos aspectos. Y
estaba en eso cuando en una librería, como me conocían los dueños de librerías o los ven-
dedores, me ofrecieron un libro, y me dijeron: mire, este libro le va a interesar a usted. Era
el libro “Sueños y Existencia” de Fritz Perls. Y la verdad es que leer este libro y pensar, y
decidir que esto era lo que yo... estaba esperando, por decirlo así, que ahí estaba resuelto,
incluso, un trabajo más intenso y más profundo que el método psicodramático, fue una sola
cosa. Y lo incorporé inmediatamente al grupo experimental. Hay algo que me llama abso-
lutamente la atención, y me llama aún hoy en día, y es la absoluta facilidad que yo tuve
para comprender el método de la terapia gestalt en esos años, de la simple lectura de los li-
bros de Fritz Perls. Me parecía como algo obvio, evidente que la forma como enfrentaba o
trataba el diálogo, Fritz Perls, o lo que proponía, me parecía casi natural. No sabría expli-
car a qué se debía eso. Posiblemente a mi familiaridad con el método fenomenológico y, es-
pecialmente, con el existencialismo. Pero el asunto es que en al año 74, empecé a hacer ta-
lleres de terapia guestalt en la Universidad Católica de Valparaíso, para alumnos, de mane-
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ra libre, había muchos alumnos, me acuerdo. Yo tenía muchos alumno, tenía dos grupos
semestralmente y prontamente me pidieron que integrara eso a un trabajo corporal, así es
que teníamos dos sesiones semanales, una que era netamente verbal, y otra que era más
bien corporal, que la hacíamos incluso en un gimnasio, allá en Valparaíso. Ahí se produ-
jo, algunos la llamarían hoy día, una sincronicidad, y es que buscando como integrar la te-
rapia guestal a un trabajo más corporal, me encontré también en una librería con un libro de
William Schutz que se llama “Todos somos uno” de editorial Amorrortu y que hoy día es
inhallable porque está agotadísimo, e integré inmediatamente la metodología de los Grupos
de Encuentro de Schutz al trabajo de Guestalt, pero lo que más me asombró fue descubrir
que estos dos personajes de la psicoterapia contemporánea y de la terapia humanística, eran
contemporáneos y habían trabajado juntos en Esalen, que era un Instituto que aparecía
nombrado en los dos libros, tanto en el Sueños y Existencia, como en el Todos somos uno.
Y en ese tiempo, corría el año 74 ó 75, entonces no me pareció nada más simple que escri-
bir a Esalen y preguntar si podía yo ir a formarme como terapeuta gestalt, o en algún grupo
parecido, y si eso era posible y cuánto costaba, y bueno, no fue posible inmediatamente por
circunstancias de la vida, de mi trabajo, pero finalmente lo hice el año 77, yo creo que en el
año 76, que es el año en que yo me vengo a trabajar acá al Centro de Perfeccionamiento,
primero en una forma transitoria, contratado por la OEA, y después, contratado directamen-
te por el Centro, marca un cambio en mi vida, paso de mi vida en Valparaíso, y de mi paso
de 10 años por la Universidad, a lo que llamaría yo, a un nivel muy experimental, inicial so-
bre el tema, a un despegue de carácter nacional, de Arica a Punta Arenas, y ya, con mi vuel-
ta de Esalen, incorporando todo lo que es el Desarrollo Personal como disciplina acá en
Chile.

ENTREVISTADOR : ¿Cómo ha sido tu evolución personal pre Esalen y post Esa-


len?

PATO : Bueno, claro, yo tengo una época pre Esalen y una época post Esalen; yo di-
ría que la época pre Esalen con nitidez es del año 73 al año 77; y la época post Esalen es
del año 78 hasta ahora. La época pre Esalen, estaba marcada por unas ganas de hacer algo,
sin saber bien como se hacía; con un espíritu, una inquietud, una búsqueda, de algo que me
imaginaba que podía existir que era una experimentación sobre todo, del ser humano, a par-
tir de su propia realidad, convirtiendo al sujeto, a su propia persona en objeto de su aprendi-
zaje, y en grupos, pero nada más. Y bueno, pero con un montón de lectura; lo que me hace
señalar hoy en día que las lecturas son muy insuficientes, son necesarias pero muy insufi-
cientes. probablemente la mejor manera es leer después de haber tenido experiencia y no
antes, porque, al llegar a Esalen, a pesar de estar trabajando durante ya, diría cuatro años en
terapia gestalt, y pensando que tenía un buen dominio del método, al segundo día de estar
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en Esalen y ver a un terapeuta gestalt trabajando, me di cuenta que mi trabajo era exclusiva-
mente verbal, y que no se me había ocurrido siquiera como hacer un trabajo más corporal,
mucho más comprometido afectivamente, más natural, y más integrador del grupo, como
ocurría en Esalen, a pesar de que yo estaba haciendo experimentaciones a través del cuer-
po; yo hablaba en esa época de unos experimentos que se llamaban “Laboratorios del Cuer-
po”, en la Universidad y trataba de integrar ejercicios de la metodología de William Schutz,
sin embargo, en menos de una semana estando en Esalen y viendo mañana, tarde y noche
como se trabajaba y cual era el estilo, comprendí claramente cual era la dimensión del tra-
bajo, cual era la dimensión del enfoque, del método, y hasta que punto estaba integrado el
principio holístico, es decir, la integración de la interfaz cuerpo/mente de una manera casi
total. De modo que cuando yo volví de Esalen, en una época post Esalen, lo único que hice
fue, simplemente, aplicar mi aprendizaje, con las debidas adecuaciones al medio nacional,
modificando todo lo que había que modificar. Por ejemplo, en mi época pre Esalen, yo tra-
bajaba en una sala o salón o en un gimnasio, ya fuera la parte verbal en silla, universitaria
por ejemplo, y la parte corporal en un gimnasio con colchonetas. Pero en Esalen, descubro
lo que es el “workshop”, el taller, en el lugar mismo, con sus salones alfombrado con coji-
nes, en donde toda la vida transcurre en ese salón, y en donde hay una naturalidad y flexibi-
lidad en el desplazamiento corporal, con la propia persona y con otras personas, muy alta.
Eso es algo que, de cualquier manera marca la diferencia, el hecho de, como yo he dicho
muchas veces, sacar a las personas de sus sillas.

Después de eso, hay muchas diferencias con respecto a, yo llamaría, la natu-


ralidad, es decir, a pasar a un enfoque, que es propio del modelo del desarrollo personal o
de la terapia humanística transpersonal, en donde las personas pueden optar, son libres, se
les respeta sus ritmos, sus tiempos, y no hay presión, ni sobre el trabajo, ni sobre el propio
encuentro personal e interpersonal. Obviamente, en mi época pre Esalen, la situación era
más académica, más escolar, más semejante a un modelo educacional que a un modelo pro-
pio que es el del Desarrollo Personal.

Después hay que consignar también un modelo del lenguaje. De la época en


que yo estoy hablando, de ninguna manera era fácil trabajar esto; cuando yo trabajaba en la
Universidad, había una obligación de cualquier quehacer que fuera grupal, es decir, donde
los alumnos participaran, lo cual estaba fuertemente inhibido, se permitía exclusivamente
que las clases fueran expositivas e informativas, y que los alumnos no tuvieran diálogo, ni
entre ellos ni con el profesor, prácticamente. Entonces, al proponer este tipo de trabajo, me
permitieron hacerlo, porque era parte de mi libertad académica y, bueno, eso también me
trajo consecuencias negativas, porque después me echaron. Pero, yo tenía que dar garan-
tías de que en el taller no había un tratamiento que pudiese ser lesivo del poder, y por lo
tanto tenía que andar con una grabadora, y en ese tiempo, me acuerdo, eran unas grabadoras
inmensas, con unos carretes de este vuelo, que me los pasaba la vice-rectoría de extensión
de la Universidad Católica de Valparaíso, para que yo me fuera para la sala en donde traba-
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jaba y plantara la grabadora, porque todo lo que ocurría en un taller de terapia tenía que ser
grabado, no con le ánimo de que alguien lo fuera a escuchar, probablemente, sino simple-
mente, como una garantía de que si se quisiera investigar, que ese, a lo mejor, era un grupo
infiltrado, que tenía fines inconfesables, habría un testimonio grabado. De manera que ob-
viamente la situación era muy peculiar, el nombre, la denominación que se le daba a los
grupos, era “fantástica”, yo hablaba de “Juegos psicológicos”, ese era el nombre de cómo
se llamaba el taller, no podía denominársele ni de terapia, ni de gestalt, ni de desarrollo...
bueno, el término desarrollo personal no existía, ni de relaciones humanas, nada de eso era
factible de nombrar, en cambio, cuando yo vuelvo de Esalen el 78, bueno, yo incorporo el
término desarrollo personal, crecimiento personal acá en Chile, no soy el único que lo hago;
me imagino que hay otros que lo hacen en la misma época, pero también con delicadeza, en
esta misma institución, en el Centro de Perfeccionamiento, estaba permitido hablar sólo de
“relaciones interpersonales”, y todo tenía una especie de autocensura, todo tenía que ser de-
licado, con tacto, para evitar que alguien se fuera a molestar o sentir. De manera que eso se
va incorporando a la vida del modelo del desarrollo personal e interpersonal, muy gradual y
paulatinamente. Acá en esta institución, las primeras personas que tuvieron gran adaptabi-
lidad fueron los auxiliares, los empleados de servicios menores. Ellos no tenían ningún pro-
blema en andar acarreando colchonetas a los salones en donde yo trabajaba y preparándome
el salón para trabajar, no se hacían ninguna complicación, es decir, a ellos no les llamaba la
atención que yo tuviere que hacer una supuesta clase o taller con el grupo de treinta o cua-
renta participantes sentados en colchonetas en el suelo. En cambio, a los mismos colegas o
autoridades educacionales les llamaba la atención, y ellos me hacían comentarios, entre iró-
nicos, sarcásticos y risueños, en cambio, la gente que ponía las colchonetas les parecía algo
absolutamente natural. Muchas veces se quedaban observando y me hacían comentarios
con respecto al trabajo, porque ellos lo tomaban con naturalidad, estoy hablando de los años
78, 79, 80 en adelante. De hecho, el Programa de Formación lo inicié acá porque desde el
78 al 86 yo diría, hubo una época de preparación tanto de un nivel nacional, de los profeso-
res, y de la Institución misma, como para decir, sí, podemos ofrecer esto, como un Progra-
ma más intenso, como un programa de formación, más intenso, de más larga duración. An-
tes solamente eran pequeños cursos de una semana o de duración. Antes solamente eran
pequeños cursos de una semana o de dos días y nada más, pero yo creo que la clave es que,
llegando de Esalen yo tenía un conocimiento de lo que era realmente la interfaz cuerpo/
mente, de lo que eran un montón de métodos del que no tenía conocimientos antes ni de oí-
das; sobre los aspectos corporales, emocionales, de lenguaje y transpersonales, que en esa
época se llamaban meditativas, y que estos se volcaban en un taller que tenía una forma, un
tiempo, un lugar sui generis, que era propio del modelo del desarrollo personal, por ejem-
plo: El que las sesiones duraran tres horas y no una hora y media como son las sesiones pe-
dagógicas. Así que hay una diferencia sideral diría yo a partir del año 78.
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ENTREVISTADOR : ¿Cómo fue tu estadía en Esalen?

PATO : Bueno, mi estadía en Esalen fue maravillosa, por muchos motivos, porque se
reunieron mis anhelos, lo que yo te decía al principio, este anhelo de ser terapeuta, bueno,
allá se cristalizó, bueno, supe yo, eso es ser terapeuta, y en esto me estoy formando, y esta
es mi vida, de manera que fue excelente. Fue fantástico conocer Esalen, conocer la historia
viva de Esalen, y aunque ya Fritz Perls había fallecido, pero el programa lo dirigía Dick
Price, discípulo directo y Director del Instituto. Yo tuve muy buena acogida, no se bien por
qué, me imagino que era por que iba de tan lejos, era el único chileno, después de Claudio
Naranjo, por supuesto, que llegaba a Esalen también, sin saber yo, yo no conocía a Claudio
Naranjo, me imagino que eso también influyó, la gente tenía, obviamente, un recuerdo de
Claudio Naranjo maravilloso, y de gran respeto, por su gran calidad humana y profesional,
y claro, él era chileno, y después de nueve años de haber estado en Esalen, llega otro chi-
leno, que recién se iniciaba en esto, pero me imagino que habrán hecho algunas relaciones
fui tratado con mucho cariño, me sentí muy querido, muy amado, diría yo, por la comuni-
dad de Esalen, de mucha gente, por supuesto que tuve dificultades, por ejemplo, yo había
estudiado hasta el 5º semestre acá en el Chileno Norteamericano Inglés, y la verdad es que
cuando llegué allá, no entendía “ni jota” el inglés, y lo que más me afectaba es que ellos no
me entendían a mí mi inglés, entonces yo decía, que fue lo que estudié entonces en el Chi-
leno Norteamericano, y era un alumno, más bien bueno que malo en el Instituto, así que fue
todo un chiste el tema, yo creo que la frase más repetida mía era speak slowly –habla len-
to-, porque la verdad es que no entendía nada de lo que me decían, y me costó varias sema-
nas afianzarme en el idioma; igual, hasta el final yo hablaba más lento, y algunas cosas me
las tenían que repetir. Afortunadamente en Esalen era todo práctico, todo se hacía, así que
lo que no entendía con los oídos lo entendía con los ojos. También tenía compañeros en mi
programa que también hablaban español, había una mexicana, había un cubano radicado en
Estados Unidos, y había un brasileño, de manera que no era tan complicado tampoco; lo
que nosotros llamábamos la pequeña colonia hispánica en Esalen, de manera que la expe-
riencia fue muy linda. Fue muy fuerte también... yo creo que soy una persona muy abierta,
y lo soy, y con capacidad de adaptación a las situaciones que he vivido, pero de niño y de
joven bastante tímido, y en Esalen había, y hay hasta hoy un sector de nudismo, que tenía
que ver con los masajes, con el aprendizaje de los masajes, y ese sector incluía los salones
de masaje, las aguas termales y la piscina; la verdad es que yo llegué el día domingo, y me
demoré hasta el martes me acuerdo, en atreverme a asomarme por esos sectores, en donde
había nudismo y en donde simplemente había que andar a “cuero pelado”, pero me dije,
esta cuestión tengo que hacerla, no voy a estar todo el tiempo aquí, en que me estoy for-
mando, privándome de aprender masaje, y privándome de todo el trabajo que se hace en los
salones de masaje, por una tontera mía. Y la verdad, es una de las experiencias que más ha
significado en mi vida, el haber estado durante todo este tiempo, el haber vivido una gran
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cantidad de experiencias en base al nudismo. Yo creo que el nudismo en Esalen, por lo


contrario a lo que se ha señalado en muchas revistas de circulación de la época como
“LIFE” por ejemplo, simplemente de consumo masivo, en donde claro, se hace un poco de
show con el asunto. Yo creo que el nudismo en Esalen era sagrado, era una de las cosas
más serias y respetuosas, de más profundidad que yo he vivido y que observé. Y por su-
puesto era absolutamente congruente con el trabajo de gestalt el trabajo de masaje Esalen, y
de integración cuerpo/mente a través del masaje. Fue una experiencia muy profunda para
mí, además que el nudismo tiene una cosa fantástica y es que tú no puedes ocultar nada. Te
conocen exactamente como eres, no hay imaginación posible, y finalmente se crea un res-
peto, una cercanía yo diría, una gran cercanía espiritual a raíz de que nadie está ocultando
nada, que todo el mundo se exhibe tal cual es y acepta sus defectos, limitaciones y su forma
de ser. Eso fue muy llamativo.

Desde luego algo que me impresionó muchísimo fue la calidad de la gente


que trabajaba. En Esalen ha trabajado la gente más importante en terapia humanística del
mundo. Y no era sólo que dijeran, por aquí pasó tal persona, no, yo tuve la posibilidad de
estar a pocos metros de distancia, en charlas y trabajo de William Schutz, que era, y sigue
siendo el gran prócer de los Grupos de Encuentro, y el creador de la metodología. Lo que
más me impactaba en ese momento, era que estabamos en un salón el Huxley en honor a
Aldous Huxley y trajeron cuatro colchones de espuma simple, y los pusieron, como sillón y
ahí se sentaron W. Schutz, D. Schiffman, que era uno de los líderes del programa mío y un
bioenergetista que había venido de Nueva York, que era muy importante en ese momento,
que era Schwartz y Kent Dychtwald, que era otro bioenergetista que era en ese momento el
best seller de USA. Dychtwald había publicado su libro “Body/Mind” en USA, que ahora
está en español, en agosto del 77, y nos estaba haciendo clases a nosotros, en octubre del
77, contratado por el Instituto, para los alumnos de la formación de terapeutas guestalt, es
decir, obviamente, por ahí circulaban los pioneros, los hombres más importantes en vivo y
en directo. Yo he tenido la oportunidad de ver John Lilly, el decodificador del lenguaje de
los delfines, trabajando en la piscina, ver pasar a Stanislav Grof, en fin, toda gente absolu-
tamente simple, sencilla. En Esalen, prácticamente ninguno usaba zapatos, por las caracte-
rísticas del trabajo, andábamos todos a pie pelado o con calcetas, o con chalailas que uno se
las sacaba antes de entrar a los salones. La ropa que se usaba era extremadamente suelta,
casi hippona, blue jeans, un ambiente muy natural, muy nutritivo, muy responsable, ade-
más, destaco eso ya que teníamos que hacer trabajo comunitario y me tocaba trabajar en la
chacra, y bueno, era un trabajo muy serio y muy responsable, tanto de hombres como de
mujeres yo creo que había muchos valores implícitos en Esalen, no sólo en la parte técnica,
sino en la convivencia y en el trabajo comunitario. Y había además una filosofía de inde-
pendencia, de autogestión, de libertad que Esalen lo logró con los años, Esalen era una ins-
titución que tenía energía propia, mediante un sistema solar, que tenía agua propia, en fin,
que no hacía uso de los medios públicos en gran medida, como una forma de poder demos-
trar absoluta independencia, y poder, por lo tanto, estar en el campo de la experimentación,
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sin tener que deberse a corrientes ideológicas, políticas, religiosas, gubernamentales de nin-
guna manera, y creo que la libertad en ese caso, obviamente impulsaba el conocimiento.

ENTREVISTADOR : ¿Cómo se puede abordar el tema del nudismo, de los prejui-


cios hoy aquí en Chile?

PATO VARAS : Yo creo que la posibilidad de que algo ocurra y que no sea ta-
bú, tiene que ver fundamentalmente con el contexto y con la creencia. Es decir, en el caso
de Esalen, en que el nudismo era parte de la Institución, incluso era parte de un lugar; en
Esalen a nadie se le ocurría entrar desnudo al comedor, por ejemplo, o a la cocina, era sola-
mente en una zona de Esalen en donde había nudismo, y eso significaba que las acciones
podían ser contextualizadas y entendidas dentro de ese contexto, que se creía en ellas, y que
por lo tanto había credibilidad en lo que eso proporcionaba. Y a mí me parece que no es
aplicable en cualquier contexto. Yo acá en Chile, no lo he impulsado en mis 25 años en de-
sarrollo personal, quizás una o dos veces he promovido la posibilidad de hacer masajes n
grupos, desnudos y bajo condiciones muy adecuadas, y de personas que estaban muy inte-
resadas y muy contextualizadas, y con la factibilidad de hacerlo. Porque lo que yo creo que
más incide es eso, es decir, si una determinada acción es aceptada desde un punto de vista
valórico o no, y si además tiene algún mérito, es decir, si vale la pena. En el contexto de
Esalen tenía un mérito y valía la pena, posiblemente acá no tenga ningún mérito ni valga la
pena tampoco, es decir, no constituya ni un beneficio ni un daño. Desde luego que nuestra
sociedad latina es distinta a la sociedad norteamericana, a pesar de que nosotros acá en Chi-
le somos bastante más flexibles en comparación a otros países latinoamericanos, que son
más cerrados diría yo en sus concepciones, pero a fin de cuentas, pienso que lo que nos li-
mita a nosotros es que evaluamos las acciones a experimentar, antes de experimentarlas, y
por lo tanto, no las realizamos, en cambio en la cultura norteamericana, las acciones se ex-
perimentan y después se evalúan, si salen mal evaluadas, no se repiten más, y si salen bien,
se pueden discutir y considerar si vale la pena seguir haciéndolas. En cambio en el contex-
to nuestro, muchas acciones no llegan nunca a la realidad porque son, antes de su realiza-
ción, evaluadas, Es decir, no pasan por la experimentación, sino que pasan por la fantasía.
Y a mí me parece que eso es lo más grave.

Como decía anteriormente, había gente de gran calidad en Esalen y tuve la


oportunidad de aprender con ellos. Ahora yo quiero señalar que, en Esalen, y en la época,
en al década del 70, una muy buena época, Esalen había tenido un bajón después de la
muerte de Fritz Perls, y venía recuperándose muy bien, el año 77 había gente de mucha ca-
lidad. Sin embargo, volvemos al mismo tema, dentro de cómo son contextualmente las cul-
turas. Esalen está contextualizado dentro de una filosofía de individualismo de esfuerzo
personal, de mucha libertad, de elección personal, por lo tanto, en Esalen había muchas ac-
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tividades, habían 4, 5 talleres simultáneos, algunos de 5 días, otros de 3 días, otros de fines
de semana; y algunos residentes, que éramos los que estabamos con programas de larga du-
ración en formación, y... habiendo una gamma exquisita de posibilidades de aprendizaje,
esta quedaba librada al interés particular de los usuarios, de los participantes. No había un
marco ordenador, ni había habido una preocupación por definir si algo debía ir antes y otro
tema debía ir después. A lo más que había, era un taller que se llama experienciación en
Esalen, en donde se mostraba un poco de todo para que la gente tuviera una información vi-
vencial de todo el espectro, pero no había una entrega organizada, sistematizada, continua
de todas las posibilidades que estaba entregando la psicología humanística y la terapia
transpersonal. De manera que cuando yo desarrollo el Programa, acá en Chile, claro, los
primeros años en que yo lo hago en Viña, en el Instituto IIDEC, en el Instituto Integral de
cultura de Ruth Hofflich en esos primeros años que yo hago el programa ahí, con un grupo
pequeño, en los años 83, 84 y 85, es un programa también muy emergente, de lo que fuera
sucediendo cada fin de semana. Pero ya cuando lo inicio en el Centro de Perfeccionamien-
to, y todos estos años, y después en el año 1991, por la Sociedad Chilena de Desarrollo Per-
sona, se hizo un programa que vino a suplir eso que Esalen tampoco tenía, que es un pro-
grama en que se ha hecho un estudio de sistematización, siempre con gran flexibilidad, pero
en donde algunas cosas están antes y otras después, como por ejemplo, obviamente el traba-
jo cuerpo/mente antecede al trabajo emocional, lo facilita; y el trabajo de reestructuración
es obviamente después del trabajo emocional, y probablemente, como ya dije, todas las es-
cuelas meditativas, desde Japón hasta cualquier parte del mundo en Occidente, en Latinoa-
mérica o en USA, el trabajo meditativo se ve facilitado cuando se ha dado en la persona un
desarrollo personal, antes que transpersonal. Esalen estaba orientado hacia la elección abso-
luta, y demás con una predominancia de las personas y personajes, por sobre la creación de
una escuela formativa. Creo que Esalen marcó, y marca una escuela dentro de la terapia
humanística la terapia gestalt y las terapias cuerpo/mente. Pero esa escuela fue dada por los
personajes, no por una integración de los métodos, y por una integración de las personas
que quisieran, de alguna manera crear algo en conjunto. Es decir, el aspecto interactivo fue
dejado siempre a elección de los usuarios. En cambio, nosotros acá, hemos creado una es-
cuela en la cual hemos puesto desde el punto de vista del equipo técnico y de los usuarios,
una orgánica, para que, tanto en el proceso personal de crecimiento, como en el proceso
formativo del facilitador o terapeuta, esto realmente ocurra de manera más eficaz.

ENTREVISTADOR : ¿Puedes contarnos acerca del encuentro con hombres nota-


bles, y de sus enseñanzas y sabiduría?

PATO VARAS : La verdad es que yo no creo que sea un tema de sabiduría, de


saber, o de conocimiento, a no ser que la acepción saber tenga un sentido... distinto. A mí
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me parece que lo que hace el desarrollo personal o la disciplina, o este modelo de trabajo es
humanizar a las personas, eso obviamente es sabio, humanizar a las personas es lo sabio, y
que las personas seamos más humanas, digamos que puede ser algo sabio, en un sentido fi-
nalista. Pero yo creo que el término clave es cual es la ganancia en términos de congruen-
cia que las personas obtienen a lo largo de su vida. Sea bajo este prisma u otro; y obvia-
mente esta relación entre estos términos: ser humano, la necesidad de ser congruente para
ser humano, y que este saber y este ser humano, expone cierta manera, un cierto saber de sí
mismo, o un cierto saber de humanidad, son aspectos que son intransferibles, es decir, no
hay ninguna posibilidad que una persona la transfiera a otra, porque la transferencia es de
tipo informativo. Si quiero decir que, el encuentro con personas importantes, o notables
como decía Gurdieff, es muy favorecedor, pero yo no me considero una de esas personas.
Yo creo que nadie porque se encuentra conmigo tenga un avance en ese aspecto en su vida.
A mí sí me pasó eso en mi vida; yo me encontré con personas, que por su forma de ser, por
lo que ellos hablaban, más allá de los contenidos, por la congruencia que expresaban, mar-
caron mi vida, puedo nombrar a Luis López de la Universidad Católica de Valparaíso, pue-
do nombrar a don José Ñihüen, un mapuche que conocí el año 75, en el Lago Lleu-Lleu,
que me ha parecido el hombre más sabio que he conocido en mi vida. Puedo nombrar a Al-
berto Hotu, el jefe del Consejo de Ancianos de la Isla de Pascua. Curiosamente hay que
considerar a personas que pertenecen a otras culturas, donde la sabiduría del vivir, este ser
de humanidad, esta congruencia de la que hablo, se realiza de una manera mucho más sen-
cilla, directa y simple que en nuestra cultura. Don José Ñihüen es un mapuche, don Alberto
Hotu es un Rapa Nui.

Ahora, lo que nosotros hacemos, y lo que yo pretendo y hago, es eso, es ha-


ber creado la posibilidad de que a través de ciertas experiencias, las que de alguna manera
están constituidas en trabajo, más que en métodos, en ambiente; en oportunidades para que
una persona se conecte consigo mismo y con otro, esa situación logre que una persona se
humanice, se acerque a su sentido de congruencia, y se sienta en ese aspecto, como más
cercana a un saber de humanidad. No creo que la lectura vaya a permitir esto, la lectura
puede complementar esto; pero no lo va a lograr.

Ahora, que era lo que más me admiraba de don José Ñihüen. Era la absoluta
congruencia que había entre su forma de vivir, su forma de expresarse, su forma de vivir y
pensar la vida; y debo decir que don José era una persona de 58 años, analfabeta y tubercu-
loso. Y sin embargo, era desde mi punto de vista, digno de una admiración tan profunda
que sentimos los que le conocimos, que después de estar un rato con él, el sólo hecho de ha-
ber compartido con él, llorábamos de emoción después a solas, porque era realmente una
humanidad que irradiaba este hombre, que tampoco era un líder dentro de esta comunidad
mapuche, ni era un machi, ni un chamán, era simplemente un campesino que se preocupaba
todo el año de poder juntar 14 sacos de trigo y 2 de porotos para poder mantener a su seño-
ra y a su hija, y para poder mantener su parcela, a orillas del lago Lleu-Lleu. Pero era un
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hombre que parece que la sabiduría le venía desde la tierra misma, desde la condición mis-
ma en donde estaba, y de la experiencia que había vivido en sus años, mayormente apegado
a ese lugar, tampoco era un conocedor del universo, ni del país ni nada de eso. Entonces
pienso que tiene que ver con la congruencia, como es que ciertos hombres, en sus culturas,
o en su vida, en su educación, en su formación se hacen tan congruentes con lo que son,
con lo que viven, con lo que piensan, con lo que sienten, y lo que dicen, con lo que hacen y
con lo que anhelan, que eso es la sabiduría, y yo creo que eso no es transmisible, y eso lo
desarrolla cada ser humano a partir de sí mismo. Con el apoyo, nosotros hablamos en este
caso de un facilitador, de alguien que puede hacer algo porque la persona se direccione o se
interese en algo como esto; porque se interese en algo que vaya más allá que el atrapamien-
to que está viviendo en una cultura, en una sociedad que no se asoma al sentido de la vida,
que no se asoma al sentido de la libertad, y que no se asoma al sentido de la congruencia.

ENTREVISTADOR : ¿Aún se encuentra vigente el texto de la Nueva Educación?

PATO VARAS : Hay dos autores que yo conocí en Esalen, que eran Charles
Kelley y George Leonard, que usaban la terminología, hablaban de Nueva Educación, y
ambos se referían a ámbitos parecidos, por ejemplo, Charles Kelley se refería a algo que tu
has nombrado, Educación de los Sentimientos, Educación de la Voluntad, Educación del
Cuerpo, Educación de las Emociones. George Leonard, hablaba en relación a la Comunica-
ción en los Grupos de Encuentro. De romper el paradigma cuerpo/mente y de hacer algo
que fuera integrando cuerpo/mente, de pasar a una Educación menos verbalista, y por lo
tanto menos informativa, menos racional, más integrada con las emociones y los afectos.
Los dos modelos eran casi iguales y hay una curiosidad, el opúsculo que escribió George
Leonard, lo escribió el año 66, a propósito de una charla que dio en una Universidad en
USA. Y en ese escrito, que es bastante breve, él suponía que esta forma de educación sería
la modalidad del 2000. Su charla, imagina, el año 66, ante un grupo de gente universitaria
muy importante; proyectaba la forma de la Educación para el año 2000, de hecho, el opús-
culo se llama así... La Educación en el año 2000. La verdad, es que estamos prácticamente
en el año 2000, y yo creo de que ni él, el año 66, cuando lo expuso, y luego lo escribió, ni
yo cuando lo leí, el año 77; estábamos en condiciones de adelantarnos y darnos cuenta de
que ninguna de esas ideas expuestas iba a ser posible para el año 2000. Es impresionante la
lentitud de los cambios en Educación. Yo creo que, al igual que muchas personas, yo mis-
mo he trabajado toda mi vida en esto, y otras muchas más, también lo han hecho y los cam-
bios no ocurren, y si ocurren, estos lo hacen dentro de marcos que están dentro de contextos
que no es de cambio. De manera que yo me fui dando cuenta, y creo que lo asumí con cla-
ridad a partir de la segunda mitad de la década de los 80, que estos elementos que consti-
tuían la Nueva Educación, como por ejemplo, el mejoramiento de la conciencia corporal, el
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desarrollo de la percepción, la exploración y expresión de emociones y afectos, el desarro-


llo de la voluntad, la clarificación de metas y valores, la comunicación e interacción huma-
nas, para nombrarte los mismos, y otros que se complementan... esos elementos eran más
fáciles de ponerlos a disposición del ser humano, al margen de la educación, entendiendo al
margen del proceso de enseñanza/aprendizaje, en otro contexto, y por lo tanto, lo que a mí
me pareció válido fue fortalecer el modelo de desarrollo personal, en adultos, en jóvenes y
niños. E incluso, llevarlo a la escuela y crear el taller de desarrollo personal e interpersonal
dentro de la escuela, como se ha creado dentro de las empresa, dentro de los grupos religio-
sos, dentro de los grupos deportivos hoy día, dentro de los sistemas carcelarios, hay una in-
finidad de lugares donde se hacen talleres de desarrollo personal, y lo hacen personas que
se han formado con nosotros. Y eso es muy bueno.

También dentro de la escuela, pero no dentro de una asignatura, no como un


querer entender que la educación entera iba a cambiar hacia ese sentido, que a mí me pare-
ce muy provechoso, porque la educación es contenidista, informativa, expositiva y de un
montón de asignaturas que finalmente, todos sabemos, no constituyen un gran aporte, ni a
la cultura, ni a la educación de las personas. Alguna vez yo hice el símil, si existiese un
solo ser humano en el mundo, y existiese un solo profesor en el mundo que tuviese que
educar a ese ser humano; y ese ser humano estuviese destinado a tomar un cohete e irse a
otra galaxia, qué se le enseñaría... entonces, cual es mi respuesta, a esa persona habría que
enseñarle sus habilidades, sus capacidades internas, las que tiene, por ejemplo, las capaci-
dades perceptivas, por ejemplo, las capacidades sensoriales, por ejemplo, todo lo que es su
bagaje de habilidades y capacidades naturales. Su capacidad de raciocinio, su capacidad de
resolución de problemas, su lógica, su inteligencia, etc. Fundamentalmente su capacidad de
interaccionar con cualquier universo, aunque le sea desconocido. Bueno, esa es una educa-
ción, en mi opinión, interesante.

Bueno, la educación obviamente no es eso, la educación escolar es simple-


mente un repaso para el pasado sobre el pasado, para que ello de alguna manera, informado
a través de los oídos, tenga a lo mejor algún uso en el futuro del alumno.

ENTREVISTADOR : Háblanos acerca de los sueños.

PATO VARAS : Creo que los sueños son nuestra forma de vida nocturna. Son
una forma paralela de existencia probablemente, en donde nosotros mismos hablamos con
nosotros mismos, a través de imágenes, a través de una forma que no es verbal, necesaria-
mente, que fundamentalmente es visual. Desde luego, los sueños pueden ser gratos o pue-
den ser ingratos, creo que cuando los sueños son ingratos, y se convierten en pesadillas, es
nuestra propia manera de decirnos que algo no está siendo atendido por nosotros, y que se-
ría bueno que le pusiéramos atención. Son lo que llamamos en guestalt, las situaciones
pendientes, en un sueño, a veces están las preguntas, a veces las respuestas, y muchas veces
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también está expuesto también de manera metafórica, análoga, visual, la situación. Si un


sueño se hacer reiterativo, si un sueño lo vamos repitiendo en el tiempo, y habitualmente es
como un cassette que se vuelve a poner, probablemente ese sueño nos esté indicando que
hay algo que no hemos resuelto. Creo también que los sueños son también un imán de
creatividad en donde muchas veces, situaciones que no tienen porque ser necesariamente
dolorosas, que pueden ser creativas, de construcción aparecen también ahí expuestas, casi
solucionadas. El sueño es como una liberación que hace todo nuestro mundo inconsciente,
todo nuestro mundo interno, acerca de las cosas que vamos viviendo. Podríamos decir que
en el sueño terminamos de vivir, lo que a veces, no terminamos de vivir en el estado des-
pierto. Se habla, muchas veces de que hay una gran analogía entre la existencia y los sue-
ños, tal vez nosotros no seamos más que el sueño de Dios. O el sueño de la divinidad, de
manera que... son como un aprendizaje profundo también en los sueños. El aprendizaje que
trasciende nuestra lógica elemental.

Para mí, desde el punto de vista metodológico, existen dos grandes formas
de trabajar los sueños. Por una parte la línea Jungiana y por otra, la línea guestáltica. En la
línea Jungiana, obviamente hay un trabajo que tiene que ver con el concepto de arquetipo.
Los sueños muestran los grandes arquetipos, o pueden mostrarlos, acerca de la vida. Y
cada vez que nosotros nos referimos a un arquetipo o intentamos relacionar nuestra existen-
cia con un arquetipo, posiblemente tengamos una posibilidad de mayor ahondamiento en
nosotros mismos, en nuestros conocimientos, y en una mejor comprensión de la vida.
Los arquetipos son en buenos cuentas, grandes formas primarias, originarias de comprender
la existencia. Así que si descubrimos los arquetipos que hay en nuestros sueños, probable-
mente descubramos grandes fuentes de inspiración para nuestra existencia. En el modo
Guestáltico, que es el que yo más manejo, el enfoque es netamente fenomenológico, sim-
plemente se busca integrar lo que ha sucedido en el sueño, lo que ha pasado en lo imagina-
rio, a lo que está sucediendo en el aquí y ahora de la persona que narra el sueño, en térmi-
nos de sensaciones, emociones y percepciones. La integración del acto del sueño, ellas
mismas la integración del acto del sueño al acto de narrar el sueño, y que es lo que percibe
en la narración, es un proceso de interés personal, y desde luego, ocurre muchas veces que
el narrador se encuentra gratamente sorprendido o extrañamente sorprendido por los hallaz-
gos que hace al hacer su integración. el sueño no es nada más que la pintura que sale de la
paleta del pintor, y que va a dar a un cuadro; pero el cuadro adquiere su forma propia, y po-
siblemente el mismo pintor no reconozca esa forma, pero no hay duda alguna, todo lo que
llegó al cuadro salió de su paleta, y por lo tanto le pertenecía, no hay en el cuadro nada ex-
terno, y no ha ocurrido nunca que el sueño de una persona ingrese al sueño de una persona
de la habitación del lado. Un sueño es un sueño y yo lo expreso a mi propia persona; o al
menos, esa es mi percepción del mundo. Y en ese sentido, muchas veces sueñen ser revela-
dores.
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El tema del dolor es un tema difícil, porque lo evitamos. Todos los seres hu-
manos estamos inmersos en el dolor, de alguna manera, todos hemos vivido el dolor, y to-
dos lo sufrimos. Yo mismo vivo el dolor del fallecimiento de mi hijo de 17 años, y ese do-
lor y muchos más. Creo que un gran aspecto que hace al dolor más doloroso es el quera-
mos considerarlo como parte de la existencia. La muerte misma ha sido permanentemente
rechazada por occidente como un acto, como una ocurrencia; todos vivimos con la ilusión
de que nosotros no moriremos, que sólo el resto morirá. Creo que en la muerte se miden las
creencias, la fe. Es difícil comprender a las personas que dicen tener fe, por el más allá,
cuando temen tanto a la muerte y sufren tanto ante ella y sufren tanto ante la muerte de sus
seres queridos. Cómo es que esto se relaciona con la fe que tienen. Digo entonces que el
dolor, se hace más doloroso cuando no se acepta como parte de la vida, creo que es legíti-
mo sufrir con el dolor, y asumir el dolor, el dolor no se trasciende, el dolor se asimila, se in-
corpora a la vida propia y se integra, y desde él se puede crecer también, no solamente des-
de él, pero también de fe. Pero el dolor se hace más doloroso cuando nos aproblemamos
cuando existe, cuando queremos inventar un mundo en donde no exista el dolor, donde le
queremos evitar los dolores a las personas, evitar los desagrados, las molestias, las infelici-
dades, los malos momentos, y no comprender que la vida está llena de placeres y dolores,
de momentos polares, en donde negar a uno es negar al otro. El ser humano está hecho fi-
siológicamente para recepcionar algo, y traducirlo en una respuesta dolorosa en su cuerpo;
de manera que es un recurso el dolor en el ser humano. Es un recurso para comprender me-
jor la existencia, no es un enemigo desde luego, no tiene que ser deseado permanentemente,
pero no es un enemigo.
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El Programa de Formación en el CPEIP.

Entrevista N° 3.

ENTREVISTADOR : ¿Puedes contarnos algo de la historia del Programa?

PATO VARAS : En 1986, en esta Sala Múltiple del Centro de Perfecciona-


miento, comencé el Programa de Formación y Capacitación de Facilitadores del Desarrollo
Personal. Antes desde 1983 había estado formando terapeutas gestálticos, tanto en Viña
como en Santiago. Este Programa tenía dos acepciones. Era un programa de formación,
porque el Facilitador vive un proceso personal primero que nada, se le forma como persona,
apta, adecuada para interaccionar de una manera más flexible, de un amanera más fluida,
con los que serán posteriormente los participantes en sus Talleres de Desarrollo persona e
Interpersonal. Y se capacita, y es un Programa de Capacitación, porque en ese camino ad-
quiere enfoques, métodos, técnicas, recursos de una amplia gamma, propia de la Psicología
Humanística para hacer su trabajo. En esta sala, comenzaron en el año 86, 50 aprendices de
Facilitación; la mayoría eran profesores que estarían durante un mes, en un sistema mixto,
internado y externado, formándose.

El propósito del Programa es la especialización para luego ser capaces de


planificar, programar, realizar, evaluar Talleres de Desarrollo Personal e Interpersonal.
Desde esa época, hasta este año, más de quinientos participantes han tenido este Programa,
y ha crecido de una manera gradual, sólida e interesante. Pero los comienzos fueron en esta
sala con sólo cincuenta participantes.

Desde el año 86 al año 88, el Programa se realiza en este lugar, en el Centro


de Perfeccionamiento. A partir del año 89, el Programa comienza una etapa muy interesan-
te que es en la Escuela “El Tránsito” de Paine. Se vuelve un Programa de Residentes, y un
Programa que incluye la convivencia, el trabajo comunitario y la participación posible de
los familiares de los participantes, los hijos, las hijas, los parientes.

De esta manera, el Programa de Formación y Capacitación de Facilitadores


del Desarrollo Personal, se va convirtiendo cada vez más en un sucedáneo, en un reflejo, en
un espejo de la realidad de las personas, de la realidad psicológica y de la realidad social; y
eso obviamente permite una formación de mayor calidad. Son precisamente los iniciadores
de este Programa, los que primero participan en él, el año 86, los que constituyen el equipo
de este Programa hoy día, como lo es Clyde Michaelsen, Luis Castro, Patricio Urrutia, Glo-
ria Dreisziger, para nombrar los que principalmente soportan este Programa, y que pertene-
cen a él desde su formación, el año 86 y algunos antes.

El año 91, se produjo la coyuntura de crear instituciones acreditadas que


puedan ofrece capacitación; y este grupo me invita a participar con ellos, y a fundar la So-
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ciedad Chilena de Desarrollo Personal. Es la Institución que hoy día entrega este Programa
a lo largo de Chile, y también en forma Internacional.

De manera que tenemos tres grandes hitos dentro de la historia de la forma-


ción de Facilitadores del Desarrollo Personal en Chile, y de Latinoamérica. El año 86, que
se inicia en este salón, el año 89, cuando el Programa se hace Residente, con trabajo comu-
nitario y convivencia, el año 91, cuando se funda la Sociedad Chilena de Desarrollo Perso-
nal.

Hoy día, existe una Asociación Ecuatoriana de Desarrollo Personal, existe ad


portas, una Asociación Colombiana de Desarrollo Personal, y existe un convenio con la Es-
cuela Argentina de Desarrollo Personal y Social, que estamos funcionando de manera coor-
dinada, relacionada, hermanada, a través de la Institución que hemos creado, la Asociación
Latinoamericana de Desarrollo Personal.

Obviamente, hay gente muy bien capacitada y hay gente que está en condi-
ciones de trabajar, libremente, autónomamente como lo hacen en distintas partes de Chile y
de Latinoamérica. Y esas personas tienen un sello común, que es la formación que hace
trece años se inició en este lugar.

 ENTREVISTADOR : ¿Qué autores han influido en la concepción de tu pen-


samiento y de tu acción en Desarrollo Personal?

PATO VARAS : Desde luego que la Disciplina del Desarrollo Personal hay
grandes autores que han influido en ella como por ejemplo, FRITZ PERLS, ABRAHAM
MASLOW, VICTOR FRANKL que están aquí en la biblioteca del Centro de Perfecciona-
miento. Son la historia en el fondo, son la recopilación de lo que va quedando luego que se
experimenta, que se trabaja. Son los escritos que resumen una vida dedicada a un enfoque.
Sin embargo, no hay ningún libro que reemplace la interacción de las personas; en terapia,
si los libros reemplazaran a las personas, entonces no sería necesario, trabajar con un tera-
peuta, con un facilitador o con un grupo. Los libros son un gran aporte, reflexionan, nos
hacen reflexivos, nos permiten integrar, condensar el conocimiento y la vida, nos permiten
hacer analogías y metáforas, nos permiten disfrutar, ver la posibilidad de otras alternativas
de existencia. Pero en el Desarrollo Personal e Interpersonal el mejor libro sigue
siendo el propio ser humano.

ENTREVISTADOR : ¿Cuál sería el sentido de la vida de la persona?

PATO VARAS : Creo que el ser humano funciona en gran medida en base a
necesidades y eso significa que como dijo GOLDSTEIN, el hombre sale de un punto cero,
por carencia o exceso, y su organismo busca volver a ese punto cero para eliminar la caren-
cia o eliminar el exceso. Sin embargo, simultáneamente con eso, el ser humano tiene una
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necesidad de descubrimiento, de búsqueda, de curiosidad, de cambio. Y arriesga muchas


veces la salida de su mundo de armonía, de tranquilidad, o de equilibrio, porque también
constituye un estado de “equilibrio”, el buscar lo desconocido, el arriesgarse. Cada ser hu-
mano tiene cada vez que aprender todo de nuevo, a pesar de los libros, a pesar de la histo-
ria, la experiencia no es transferible, y cada ser humano quiere tener su propia experiencia,
porque esa es su vida. De manera que a mí me parece que permanentemente estamos diri-
giéndonos de un polo a otro, los seres humanos, recorriendo una vida en la cual nos agita-
mos y nos tranquilizamos. Es posible que podamos observar que coexisten mundos simul-
táneamente, y que esas personas que pertenecen a mundos distintos, también interacción
entre ellas, y se enriquecen o se empobrecen en esa interacción.

Hoy día vemos que hay una gran tendencia a la experimentación... química
por ejemplo, buscando nuevos derroteros, sobre sí mismo, nuevas explicaciones, nuevas
respuestas, o nuevos contextos, nuevos ambientes, que cuando no están en la realidad mis-
ma, sean otorgados pro los efectos de la química.

Y en otros contextos, observamos como esas personas, a veces, se pasan de


su propia raya, y requieren de seres humanos que les ayuden a volver a su punto de equili-
brio. Esa es la vida, algunos experimentan, llega el experimento, se equivocan, requieren
apoyo para volver... a empezar. Quién podrá criticar el afán de algunos de búsqueda. Aca-
so no es la propia responsabilidad, la propia libertad de un ser humano, que lo lleva por
esos caminos. Claro que eso tiene un costo, tiene un costo para esas personas y costo para
la sociedad y tiene un costo para el universo. Tiene un costo para aquellos que nos dedica-
mos a que esas personas vuelvan a un estado de equilibrio. Pero esas polaridades existen,
esos mundos existen y la naturaleza humana es compleja en ese sentido, y posiblemente, la
polaridad sea más compleja, más ancha y más compleja y múltiple. En la medida que haya
más alternativas, hay más posibilidades, dentro de la vida, para experimentar. La orienta-
ción final que permite un ser humano parametrarse, es la relación que existe entre su orga-
nismo y los valores. Y el aporte que ha hecho la Psicología Humanística y la Psicología
Transpersonal, y toda la historia de la humanidad, obviamente, va en ese sentido.

Si los seres humanos logran tomar de la mano, por un lado, las necesidades
de su organismo, y la vida de su organismo y por otro lado, los valores que ese mismo orga-
nismo visualiza, vislumbra y hacia los cuales se orienta, entonces la vida se volverá más
creativa, más sana, más alegre, más armoniosa.

La apertura hacia los valores, curiosamente es una apertura hacia el propio


organismo, hacia la propia persona; los valores no son ampolletas colgadas del techo, están
en nosotros mismos, están en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestro corazón. En la
historia, en la cual estamos inscritos, es la historia de los hombres que ha ido construyendo
valores. La Psicología Humanística nació con ese pretexto, con el pretexto de hacer una
Psicología y una Terapia Valórica, inspirada en el ser humano, e inspirada en lo que cons-
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truye al ser humano. Y la Psicología Transpersonal nació como un paso más adelante, en la
búsqueda de aquellos aspectos que constituyen una consciencia universal, una consciencia
que excede lo individual, una consciencia que es más profundamente y más universalmente
valórica.

Ese es el camino en que hoy en día se encuentra la terapia, el desarrollo per-


sonal e interpersonal. Y en ese camino, Chile ha ocupado un lugar importante, ya sea por-
que en sus inicios estuvo CLAUDIO NARANJO en Esalen, ya sea porque ha habido una
gran Editorial en Chile, la Editorial Cuatro Vientos... que ha impulsado este conocimiento,
ya sea porque existe un grupo de Facilitadores y Terapeutas Humanísticos Transpersonales
que han dedicado su esfuerzo a esto. Por cualquiera de estos motivos, Chile es un pionero
en Latinoamérica en este campo; en este campo e donde hay grandes fuerzas en juego: el
Psicoanálisis, la Terapia Conductista, la de la Psicología Humanística y la de la Psicología
Transpersonal. Pero más allá de los conocimientos, de las técnicas, de los métodos, lo que
prevalece es el interés del ser humano, por ser más humano. Y por buscar en su propia hu-
manidad, los caminos, los caminos de desarrollo. La confianza, por lo tanto del ser humano
en sí mismo, para resolver sus propios problemas.

VICTOR FRANKL, escribió un libro llamado la presencia ignorada de Dios,


en ese libro, como en otros, plantea, adelantándose a su época, un tema que hoy día está vi-
gente, él lo escribió hace 30 ó 40 años, el tema de que la Terapia se acercaría más a la Reli-
gión. A qué se debe esto, principalmente, yo diría a dos fenómenos: 1) La religiosidad, al
ampliarse el mundo de las comunicaciones deja de ser una situación regional, el conoci-
miento, la mera información de que existen pueblos, culturas que viven, han vivido y si-
guen en su fe de manera muy distinta, como puede ser por ejemplo, el pueblo cristiano, el
pueblo budista, el pueblo musulmán, el pueblo shiíta, como pudo haber sido en otra época,
un montón de pueblos indígenas o más anteriormente, grupos humanos que simplemente se
contactaron con sus sensaciones, con sus ideas y sus imágenes acerca de lo religioso, sin
que estas estuvieran institucionalizadas en un determinado grupo. Todo esto significa que
el sentido de lo religioso se ha ido ampliando. Y la búsqueda de la religiosidad se ha vuelto
cada vez más un asunto de contacto directo, de sensaciones, percepciones de estados, en
que el hombre, el ser humano busca ese estado de religiosidad o de profundidad o de con-
ciencias ampliada hacia lo profundo y religioso, más allá de los ritos y las ceremonias y de
las normas y preceptos preestablecidos. Y por otro lado, está el fenómeno de que las perso-
nas van descubriendo de sus estados de crisis, o en sus búsquedas de mayor desarrollo, que
la consciencia, ese gran órgano de sentido que tiene el ser humano, cuando se profundiza, le
lleva a tener la impresión de que la consciencia no es nada más que parte de una conscien-
cia mayor, de una consciencia universal, holística, cósmica, divina, a la cual le pertenece.
Esta situación, tantas veces descrito por ABRAHAM MASLOW, o por otros autores, y tan-
tas veces experienciado por Garúes, místicos, sacerdotes y santones, entre otros. En la bús-
queda del desarrollo de la consciencia, con el propósito de mejorar la calidad de vida, no
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encuentra un tope finito, sino que hay un proceso que se vuelve infinito, porque se accede a
dimensiones cada vez más profundos que excede lo individual, que excede lo meramente
psicológico, y pasa de lo psicológico a lo social y lo existencial, y de aquí a lo místico, a lo
religioso, a lo universal. De modo que podemos decir, que el concepto de religiosidad ha
ido variando en estos últimos cuarenta años; que las comunicaciones han hecho que le reli-
giosidad requieren de un enfoque más amplio. Y que la incorporación del ser humano, a
partir de su propia consciencia a fenómenos de tipo místicos, le ha hecho muy bien a su
alma psicológica y le ha hecho muy bien a su alma, como alma religiosa.
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Desarrollo Personal e Investigación.

Entrevista N° 4.

ENTREVISTADOR : ¿Existen comportamientos que tienden a repetirse y por lo


mismo, a ser observados desde un punto de vista estadístico, como fuente para futuros estu-
dios de investigación?

PATO VARAS : Vamos por parte, porque yo soy un facilitador, un especialista


en Desarrollo Personal, de manera que el mote de Psicoterapeuta no me viene. El desarro-
llo personal, tiene un aspecto que está dentro del área de la terapia, especialmente dentro
del enfoque humanístico, y a veces, hablamos de terapeuta o de facilitador. Ahora, hay en-
foques como por ejemplo el Reichniano, Neo-Reichniano donde se habla de caracteres y se
definen y se describen algunas formas de comportamientos que responden a la forma carac-
terológica de las personas. Eso es un aporte, ayuda algo a la comprensión del ser humano
el hecho de poder comprender que las personas podemos llegar a tener ciertas formas de
comportamientos más o menos estructurados, y más o menos reconocibles, producto de
nuestra vida o nuestra historia familiar. Creo que no es una preocupación mía personal, es-
tablecer una forma tipo y clasificar a la gente, sino, más bien el enfoque del trabajo del de-
sarrollo personal va por otro lado, va por el camino de estar preocupado de... con qué recur-
sos, con qué medios, con qué experiencias concretamente con qué ejercicios, con qué jue-
gos incluso, una persona puede tener un mejor contacto consigo mismo, puede tener una in-
teracción novedosa que le signifique probar formas distintas de comportarse, y de que ma-
nera pueden contactarse con esferas de potencialidades que tiene, y que le hagan sentir que
pueden avanzar en su forma de ser. Entonces no tiene mucho asunto si las personas tienen
la personalidad A, B o C. Yo entiendo eso como problemas típicos de la terapia tradicio-
nal, o de la psicoterapia, o de los enfoques clínicos. o sea, tratar de diagnosticar, tratar de
clasificar, buscar tipos, ver cual será la deficiencia dentro de esa nomenclatura y mejorarla,
porque hay un tema de por medio que es curación y tratamiento. Pero en desarrollo perso-
nal no es ese el enfoque, entonces no es muy necesario para el trabajo, aquí la preocupación
es otra, la preocupación por ejemplo es como puedo hacer yo que una persona se de cuenta
de algo que hace como conducta por ejemplo, y como hacer que se de cuenta sin siquiera
yo decírselo directamente, sino haciéndole algún tipo de pregunta o ejercicio para que la
persona se de cuenta a partir de sí mismo los familiares la llevan de nuevo donde el psiquia-
tra y le preguntan si quiere ser esquizofrénico o no, y si las pastillas tienen que ser más o
menos, y si la estadía en la clínica tiene que ser más o menos; ese es un tema del psiquiátri-
co. Supongamos que una persona es tremendamente loca, absolutamente loca, y le gusta
pintar, y supongamos que yo soy una persona que pinta y enseña a pintar, y bueno que me
toca a mí, bueno, tratar de establecer una relación con esa persona, no por lo loca que es,
sino por lo pintora que es. Ver que puede hacer realmente, si puede pintar o no, partiendo
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de la base que tenía ese interés, enseñarle algunas cosas, pintar con él, entretenerme, sopor-
tarlo y después de un tiempo, ese será un loco re loco, (... pero talentoso)... pero talentoso
en la pintura. Entonces, el tema psiquiátrico es un tema respetable, desde una disciplina
que a lo mejor tiene que preocuparse que esa persona no la de nunca de alta; pero el tema
del pintor es otro, en el desarrollo personal tenemos que enfocar la situación de esa manera,
estamos considerando que el desarrollo personal tiene propiedades terapéuticas, desde lue-
go. Pero porque tiene grandes propiedades terapéuticas, porque precisamente se relaciona
con las personas en cuanto a personas y el rescate de las personas en cuanto a personas así
sean criminales, terroristas, loco, torturadores, o lo que sea, es una tarea propia del desarro-
llo personal y cumplir con el desafío de relacionarse con esas personas en cuanto a perso-
nas. No es una tarea fácil, porque claro, algunas personas van a querer relacionarse... los de
izquierda con los de izquierda, los de derecha con los de derecha, los de arriba con los de
arriba, los de abajo con los de abajo. Me entiendes, así que es desarrollar una capacidad de
abrirse a las personas en cuanto personas, no porque tenga que compartir los valores, ni de
los terroristas ni de los torturadores, sino porque tengo que buscar de qué manera esas per-
sonas siguen siendo personas y puedo privilegiar ese aspecto de ella, y hacer algo por su
desarrollo.

ENTREVISTADOR : ¿Ese desarrollo también implica un desarrollo del potencial


creador o propositivo de esa persona?

PATO VARAS : En gran medida, por eso, en una de las preguntas tuya, yo creo
que hay una relación directa.

Te fijas que, como disciplina, como quehacer, el tema o el tipo de problema


que yo estoy teniendo como profesional es distinto. No estoy pensando, podría hacerlo si
yo me metiera fuertemente con el modelo Reichniano u otro, podría decir, bueno, esta per-
sona será dependiente, será sumisa, será aislada, será rígida, etc. Y si me fuera más atrás
siguiendo modelos más anticuados y más clínicos, por lo tanto podría decir, será psicópata,
será histérica, o será masoquista... son palabras, son palabras que no encierran nada.

ENTREVISTADOR : ¿Es posible que se considere el tema de investigación dentro


del Desarrollo Personal con el fin de mejorar? Y dentro de esto último, ¿cabe la palabra
mejorar dentro del desarrollo personal?

PATO VARAS : En términos de enriquecer, en términos de mejorar una acción


cualquiera, como quien quiera mejorar una casa dentro de su arquitectura, pero no de mejo-
rar en término de relación enfermo sano, curación. Yo creo que insistir en que el desarrollo
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personal tiene un modelo propio, no significa que no esté estrechamente hermanado con la
temática terapéutica, lo que pasa es que la temática terapéutica, a partir de los años 60,
cambia y cuando digo cambia, me refiero a que se empieza a pensar y a experimentar con
un modelo en que la terapia va a salir del aspecto clínico y va a entrar al desarrollo perso-
nal, o sea, se va a considerar que el modelo del desarrollo personal es más terapéutico que
el modelo clínico. Pero eso no en el sentido que una persona que estaba enferma, pasa a ser
sana, sino en el sentido que una persona estaba en “A” y pasa a ser “B”. Ojo, lo que estoy
diciendo es que el modelo, cuando te cambia el enfoque, se abre, es decir, no se trata de
buscar las anomalías de las personas, las enfermedades y curarlas, sino, se trata de buscar a
las personas y permitir que se realicen mejor. Por eso yo insisto, en que el desarrollo perso-
nal, es una actividad y ahí te contesto lo de la investigación, propia para cualquier ser hu-
mano, es decir, desarrollo personal puede hacer un enfermo de cáncer, un enfermo terminal,
un preso, un enfermo con graves trastornos psiquiátricos, un niño, una guagua, un anciano;
porque el desarrollo personal no pretende que los ancianos pasen a ser jóvenes, ni que los
que tienen cáncer dejen de tener cáncer, ni que los homosexuales dejen de ser homosexua-
les, ni que los enfermos de SIDA se mejoren del SIDA, es decir, no pretende curar, preten-
de que esa personas, cualquiera sea su condición, tenga una interacción con una experien-
cia, organizada, científica, que les permita que en el contexto de lo que son y de lo que es-
tán haciendo pueden ser mejores. Ahora, es cierto, porque hay factores que inciden en la
salud, es cierto que buenos procesos de desarrollo personal, bien hechos, suelen eliminar un
montón de conductas o síntomas, o indicadores que en otro modelo serían considerados, as-
pectos enfermos de una persona; porque si la persona cambia, y cambia, como dice una de
sus principios holísticamente, y cambia organísmicamente, es probable que una persona
con un buen trabajo de desarrollo personal, que tenía una alergia, deje de ser alérgica. Por-
que la alergia era parte de una conducta de timidez y pasando un proceso, que de pasada, se
venció la timidez, también desapareció el síntoma que era la alergia. Pero el enfoque está
siempre encaminado hacia el desarrollo de las potencialidades completas de un ser humano
y en el intertanto, obviamente habrán cambios que podrán ser considerados educacionales,
terapéuticos, costumbristas artísticos, creativos, de muchas esferas; el desarrollo personal
en realidad puede tener efectos, no solamente dentro del ámbito de la medicina, por lo tan-
to, sino de la educación, del arte, de la religión, etc.

Ahora, con respecto a la cuestión de la investigación yo quiero contarte dos


cosas, desde mi enfoque, como yo trabajo, el acto mismo, el taller mismo, la situación de
trabajo personal, con participantes, es un acto científico y es un acto experimental, que
quiero decir con esto, que el modelo de trabajo en el cual está centrado dentro de la feno-
menología se mueve así... acordamos con el participante o con el grupo un experimento, es
decir, una experiencia, es decir, algo que se va a ver que resulta. Es lo mismo que ir a un
laboratorio y le pongo tal gota de tal cosa a tal elemento biológico.
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ENTREVISTADOR : ¿Se espera un resultado que pueda ser predecible?

PATO VARAS : No se si será predecible o no, pero el énfasis no está puesto en


que se espera un resultado, el énfasis está puesto en que se supone un proceso, es decir, si
una persona entra a una experiencia, que ha sido construida con anterioridad, o que ha sido
construida en el momento, puede ser emergente, pero entra desde este enfoque, entra desde
un enfoque como experimento, experimentemos, que pasa si yo respiro en forma profunda
y continua, es decir, circular, sin dejar un bache, que pasa si yo respiro así durante media
hora. Ese es un experimento, ahora sabemos, que esa es una metodología, sabemos que el
experimento va a desencadenar un proceso que en algunas personas va a ser muy emotivo,
en otras va a ser muy corporal y en otras personas va a ser muy espiritual. En la mayoría
de los casos va a desencadenar un proceso. Ahora, el resultado del proceso va a depender
de las características de las personas o del grupo, eso no es predecible, es muy singular. Yo
quiero enfatizar en el aspecto científico del desarrollo personal; esta es una disciplina neta-
mente científica, porque está considerando al participante como o al grupo como una singu-
laridad no repetible, la persona cada vez es... una persona... que hay que experimentar, que
es un experimento porque la persona es un experimento, ella. Es una persona que ante
cualquier situación en que interacciona hay que esperar y chequear, y esa es una parte del
trabajo, chequear que sucede y buscar el significado de lo que ha sucedido, y a partir de
eso, continuar el proceso.

ENTREVISTADOR : Cuéntame una cosa, imagino que se pueden hacer cuadros es-
tadísticos con grupos de comportamientos de las personas; sean estos mentales, somáticos,
espirituales y hacer inferencias estadísticas a partir de los datos obtenidos.

PATO VARAS : Bueno, investigaciones después, a partir de los procesos a par-


tir del trabajo, a partir del seguimiento de lo que pasa en el grupo, de lo que pasa con la per-
sona, se pueden hacer desde un enfoque descriptivo por ejemplo, obviamente, y se pueden
comparar... nosotros lo hacemos permanentemente, es decir, por ejemplo, que pasa con un
grupo de estudiantes de 8º básico, que asisten a un taller de desarrollo personal durante un
semestre, con respecto a su conducta, es decir con respecto al número de anotaciones nega-
tivas que tienen en el libro de clases, con respecto a otros compañeros que no asistieron al
taller y que tiene casi los mismos profesores, que pasa con ellos y sus anotaciones en el li-
bro de clases. Esa es una investigación, obviamente común y silvestre de carácter descripti-
vo, se pueden hacer miles de investigaciones. Ahora, a lo que tú te refieres, yo creo que las
personas... yo me resisto a tener el impulso de andar agrupando a la gente. La gente es
más libre si no las agrupamos, porque todas las personas son espirituales, todas tenemos
todo. Ahora, es obvio que las personas tenemos más intereses, o marcamos ciertos intere-
ses, o los manifestamos más explícitamente y es posible en el trabajo por lo tanto, incluso
organizar experiencias que van a satisfacer intereses de tipo corporal, de tipo lingüísticos,
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de tipo meditativo, de tipo lúdico, de tipo social, de tipo interactivo, de tipo emocional, de
tipo comunitario, es posible eso. Pero, como uno de los grandes principios del trabajo es
abrir, potencialidades, abrir posibilidades del ser humano, la invitación es siempre a que la
persona experimente vastamente, completamente, en ancho, todas sus posibilidades, si des-
pués las personas toman caminos específicos, bueno, es parte de su libertad, pero, de que
me sirve a mí decir que hay personas que son más emotivas que otras, o, de qué le sirve a la
investigación eso.

ENTREVISTADOR : Quiero manifestarte mi interés por saber respecto a un tipo de


personas, que por llamarlos de algún modo, podríamos denominarlos los escapados, es de-
cir, aquellos que se salen de toda curva y se van para otro lado. Es posible también encua-
drarlos dentro de las posibilidades creativas desarrolladas de acuerdo a los descubrimientos
efectuados, sea en un área o la que fuere; y que haya que darle el espacio para, al menos ser
escuchados. De ser así, a esa persona la aíslo del grupo, y cuando decida comportarse co-
herentemente, la integro al grupo, pero mientras tanto, ¿dejo que se las arregle como pue-
da?

PATO VARAS : Mira, yo he dicho durante muchos años, que los mejores gru-
pos, son los heterogéneos, con esto estoy diciendo que la interactividad como fenómeno hu-
mano, se enriquece cuando las personas son diferentes y cuando son más diferentes se enri-
quecen más. Eso significa aceptar las diferencias, y esto como principio significa, en pala-
bras tuyas, llegar a tener dentro de lo posible, llegar a tener una visión tan amplia, como
para o dejar a nadie afuera, por su diferencia. Es decir, toda persona humana, por ser hu-
mana está adentro. Ahora, este humano, si tú lo quieres catalogar y luego establecer un lí-
mite y decir, los catalogados hasta la “M” para adentro, y los que siguen de la “N” para
adelante están afuera, fue una invención que hizo alguien en su mente, arbitraria, te fijas.
Ahora, si a eso lo llevamos al problema de la psiquiatría por ejemplo, modelo clínico, no
modelo de desarrollo personal, que es una ciencia bastante poco avanzada, en mi opinión,
que sucede, sucede que hay un entorno social, hay un entorno pseudo científico diría yo,
que cataloga a la gente de una manera, enferma, por sus conductas y básicamente la aísla.
Posiblemente, las experiencias de más éxito que conozco cuando yo estaba en California,
las que más me llamaron la atención, fue como en ESALEN se integraba a personas que te-
nían el título de “esquizofrénico”, y como se le integraba a los programas de trabajo en
ESALEN, con un doctor, o con un psiquiatra incluso que hace de supervisor, haciendo
como si fuesen personas... (-NORMALES), -No, haciendo como si fuesen personas, claro,
porque el tema es que cuando las personas, si tu has ido alguna vez al psiquiátrico, o si tu
has estado en esa situación, a esas personas no se les trata como personas, se les trata como
esquizofrénicos. Se les trata de una manera especial, distinta.
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ENTREVISTADOR : Pareciera ser que un psiquiatra no daría nunca de alta a un pa-


ciente suyo, y aun cuando deje de ir uno o dos años, y luego cuando vuelven a encontrarse
con él, siempre lo va a tratar como paciente, como cliente. Como le sucede a un alcohólico
que deja de serlo, pero si se toma una copita, recae, por lo tanto nunca deja de ser alcohóli-
co. ¿Pasaría lo mismo con un esquizofrénico según el modelo clínico tradicional, y qué di-
ferencia habría con el enfoque del desarrollo personal, y bajo la perspectiva de este nuevo
paradigma?

PATO VARAS : Bueno, en el enfoque del desarrollo personal, las personas son
las personas, las etiquetas que les ponen las ciencias son las etiquetas que les ponen las
ciencias. Nosotros tratamos de trabajar con las personas en sí. Observar, percibir a una
persona que tiene una forma de ser, vamos a llamar, distinta, intentar interaccionar con ella,
construir una relación, y a partir de eso, ver la proponer la posibilidad de nuevas experien-
cias, de cierto quehacer y llegar a un resultado interesante para esa persona, desde sus pro-
pios parámetros, puede ser un desafío importante e interesante dentro del desarrollo perso-
nal. Ahora, después de eso, si quieren las personas,

Volviendo al tema de la investigación, si tratamos de medir y establecer a


formas empíricas o empiristas, de que ha habido un desarrollo, tendríamos que indicar algu-
nos indicadores de desarrollo personal y posiblemente estos serían tratar de medir los nive-
les de flexibilidad y fluidez que la persona ha alcanzado en este proceso, que son los mis-
mos indicadores con que se mide, no totalmente, sino en gran parte, creatividad. Para me-
dir esta última, uno usa flexibilidad, fluidez y originalidad, y obviamente producción. Para
medir desarrollo personal, es muy valioso considerar posibles indicadores y medirlos de
flexibilidad y fluidez, es decir, nosotros podríamos, si siguiéramos un modelo típico de in-
vestigación del siglo 19 por decirlo así, podríamos tomar un grupo, medir sus niveles de
flexibilidad y fluidez con alguna prueba estandarizada, hacer un trabajo y proceso de desa-
rrollo personal de una duración conveniente, 6 meses, 1 año, 2 años, y después medir qué
pasó con sus niveles de flexibilidad y fluidez, sin que en la experiencia haya habido nunca,
ni de cerca ni de lejos, un proceso de aprendizaje sobre lo que puede ser respuesta sorbe fle-
xibilidad y fluidez, sino haciendo el trabajo típico del desarrollo personal. Lo más proba-
ble, esa es mi hipótesis, es que la persona va a tener manifestaciones de mejoramiento o en-
riquecimiento, o de mejor puntaje, en términos de flexibilidad y fluidez, entendiendo bási-
camente por fluidez que la persona puede vivir de una manera más natural, sin tropiezos, y
entendiendo por flexibilidad, que es una persona que tiene la capacidad, tanto mental como
en la acción, de tomar alternativas y llevarlas a cabo, y no seguir un camino único, fijo y rí-
gido.
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ENTREVISTADOR : ¿El tema de “sin tropiezos” tiene que ver algo con la norma
social?

PATO VARAS : Me refiero a un concepto que tiene que ver con tener gracia,
con ser grácil, es como en la danza; fluidez significa que se hace un movimiento que no tie-
ne una interrupción disonante, que no tiene un bloque que lo mantiene detenido, a eso esta-
ría referida la fluidez. Fluidez es algo tan simple como... cuando tu vez esas películas del
NATIONAL GEOGRAPHIC, y sale corriendo un leopardo, y el leopardo corre persiguien-
do un bicho con cuernos, a nosotros nos asombra que a pesar de los obstáculos del camino,
y la cámara lo sigue por largo rato, el leopardo no se tropieza ni choca con un árbol, ni se
cae a un pozo de agua, habitualmente, tiene flexibilidad, tiene fluidez, para correr, va de un
punto a otro con fluidez, a pesar de que los obstáculos son absolutamente inesperados. En
cambio nos podemos imaginar a un hipopótamo, el que va a andar a choque con un montón
de elementos, porque el hipopótamo es un animal cuyo medio es el agua, y por ello, si lo
ponen en medio de un bosque va a pasar a llevar los árboles, va a romper ramas...

ENTREVISTADOR : Respecto al mismo tema de la fluidez, imagino que has tenido


algún contacto con lo que es el Tao en la vida, ¿podría ser que el seguir el flujo del tao haga
una forma de vida con comportamientos más sabios, aun cuando a veces, comunitariamente
no sea tan compatible, es posible afiatar ambas variables?

PATO VARAS . Bueno, cuando estoy hablando de fluidez, precisamente estoy


hablando de fluidez en la interacción, es decir, no sirve para nada... Haber, es más fácil vi-
vir solo que acompañado, no me refiero a mal acompañado, cualquier tipo de resolución de
problemas cotidianos de un ser humano, que está solo en una pieza, en un departamento
con su cocina, es relativamente fácil. Si está interaccionando con otra persona, sea su her-
mana, su hermano, su señora, su papá o un amigo, si está interaccionando, empiezan a ha-
ber problemas de interacción, propios, típicos y se hace más difícil la fluidez, entonces
cuando yo me refiero a fluidez, no me refiero solamente a que fluya entre mi mente, mi
cuerpo, mis emociones, que yo fluya conmigo, etc. Más bien me refiero a cual es la capaci-
dad de fluidez en la acción, en la interacción por lo tanto. Entonces, cuando vemos aque-
llos modelos en que por ejemplo, el aislamiento constituye una fuerza para logar fluidez,
bueno, se debe precisamente a eso, al aislamiento; es más fácil. Yo puedo ser, por decirlo
así, caricaturescamente, yo puedo ser más gurú sentado en el Himalaya solo, que sentado en
Ahumada con Huérfanos. En la interacción la cosa es distinta, en el área chica, en donde
las papas queman, otra cosa es con guitarra, es decir en la interacción es distinto, entonces
cuando hablamos de desarrollo personal... el desarrollo personal no existe, lo único que
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existe es el desarrollo interpersonal, es decir, cuando una persona asume, dice y se pone un
letrero que dice, yo soy un tipo desarrollado personalmente, tiene que demostrarlo en la in-
teracción con otras personas, no tiene que demostrarlo dentro de una pieza oscura, tiene que
demostrarlo en la vida; la vida y la interacción es lo mismo. Entonces, ahí es donde se
mide la fluidez, no se mide la fluidez con respecto a sí mismo, se mide fundamentalmente
la fluidez en el entorno, acordémonos que la definición de la terapia de la guestalt, la defini-
ción del objeto de estudio, es el ajuste creativo y de la superficie de contacto de un organis-
mo ambiente, es decir, al punto de interacción. Y cuando hablamos de ajuste creativo, esta-
mos hablando de fluidez y flexibilidad, para, para, valga la redundancia, más creativa, con-
vivir, interaccionar, ajuste en este caso es lo mismo que convivir o interaccionar.

Entonces, los principios del tao son fantásticos, son maravillosos, realmente,
pero qué es el Tao, y en qué consiste la naturalidad en el Tao. Es un proceso de vida tan
complejo, tan difícil y tan profundo, que obviamente conlleva una forma de vida y de ser en
la vida para siempre. Y posiblemente constituya un acto de sabiduría. Una de las primeras
cosas que como principiante en el Tao sabemos es que nadie sabe lo que es el Tao...

ENTREVISTADOR : Se traduce en el camino...

PATO VARAS : Claro, claro... es como el asunto de dios, es decir, hay mucha
gente que se atribuye la representación de Dios en la tierra, bueno, son atribuciones no más,
si es que existe dios y si es que tiene presencia corporal y humana, cosa que me parece muy
discutible, que dios vaya a ser a semejanza nuestra, o que nosotros vayamos a ser a seme-
janza de él, un día habrá algo, una energía que dirá, y de a donde sacaron que era el repre-
sentante mío, porque estos sí y estos otros no... Claro, el Tao es una cosa magnífica, pero,
atribuirse el poder de dominio de lo que es el Tao, y como que yo estoy actuando “taoística-
mente” o “taoístamente”, eso es ya más difícil, lo mismo que decir, mire, en realidad, yo
soy compinche de Dios, y yo soy la religión y sígame a mí, yo creo que son infantilismos.

ENTREVISTADOR : ¿Se podría hablar de comunidades mentalmente afines? y ¿de


qué manera se podría inferir a la realidad planetaria actual?

PATO VARAS : Yo creo que las personas tenemos valores y eso es lo más pa-
recido a lo que, desde el punto de vista a lo que tú me preguntas, las personas tenemos valo-
res y los valores suelen ser compartidos. Ahora, estos otros valores y como los internaliza-
mos (los valores patrios por ejemplo), eso es otro tema. El valor de la patria por ejemplo, o
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los chilenos y los argentinos, es un valor, tal vez con sentido en esta época, no sé si irá a te-
ner el mismo sentido en 2000 años más. Por lo tanto, no son valores universales, son valo-
res temporales, pero, en todo caso, las personas tenemos valores y en los valores, obvia-
mente nos hermanamos. Es decir, lo que más identifica a un grupo es el que tenga valores
compartidos. Pueden ser explícitos o no, reconocido o no, pero de alguna manera son senti-
dos, son percibidos y las personas dicen, bueno yo, me entiendo con esto y quiero a esta
persona, la aprecio, ojo; tengo un sentimiento hacia la persona, pero básicamente son los
valores. Entonces, puede haber esa mentalidad o esas comunidades, o ese espíritu de co-
munidades afines, pero si tú investigas a qué se debe esa afinidad, creo que fundamental-
mente se debe a los valores compartidos. Ahora, los valores no son ampolletas colgando
del techo, los valores son formas de actuar ante la vida y actitudes ante la vida que se mani-
fiestan permanentemente. Las personas cuando se reconocen en los valores, no tienen que
reconocerse en ellos porque hablan de ellos, sino, porque tienen formas de comportarse en
las cuales se sienten afines. Por ejemplo, los suizos se suben a los buses y ellos tienen unos
tickets que compran en los paraderos, como los de los metros, se suben a los buses y no tie-
nen contacto con el chofer, y cuando ellos se bajan del bus, en unos canastos, botan los ti-
ckets. Esa conducta encierra un valor, que significa, para decirlo en forma simple, no hacer
leso al chofer, tener el tickets, botar el tickets, porque la persona podría subirse sin tickets,
podría no botar el tickets y volverlo a usar; por eso, la conducta encierra un valor y las per-
sonas se sienten afines, y se reconocen entre ellos, porque se suben al bus y hacen lo mismo
y cuando hay una persona que se sube y no tiene tickets y se baja y no bota el tickets enton-
ces, ellos, los suizos se codean y se dicen entre ellos, ese tipo es sudamericano. Porque el
sudamericano tiene otros valores, y sus valores quedan expuestos en la conducta ahí... no
tiene ese valor, carece de ese valor y por lo tanto presenta una conducta distinta. Y cuando
tú te acercas al suizo en la calle y le preguntas en un mal inglés, dónde queda la dirección
tanto, el tipo te mira con mala cara y te dice no me moleste, porque ese es un valor, es de-
cir, su conducta es un valor, un valor en que está privilegiando su tiempo, su individualismo
y su resolución de problemas a partir de sí mismo y no a partir de preguntas. Pero cuando
el suizo viene para Sudamérica y concretamente a Santiago y pregunta dónde queda el Mu-
seo de Bellas Artes, 10 personas lo van a dejar al Museo de Bellas Artes y le compran un
sándwich en la pasada y le hablan de su vida y de su familia y le preguntan por Suiza. Ese
es un valor también, te fijas, las conductas son valores y las personas, obviamente se reco-
nocen afines, no porque necesariamente hablen de los valores, sino porque las conductas
empiezan a ser... sabes, yo me siento bien con esta gente...

Entonces esas comunidades, las comunidades son reales en la acción. Ahora


yo no voy a decir que la acción sea parte de la mente; la mente tiene una participación acti-
va en las acciones, las sillas no tienen mente y por eso probablemente no actúan, no gene-
ran acción.
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ENTREVISTADOR : El nombre del libro “La metáfora del Boomerang” ¿puede ser
aplicado como una analogía de comportamientos?

PATO VARAS : Bueno sí, desde luego cuando una persona o yo o cualquiera
escribe algo, hay una pretensión, hay un acto pretencioso de querer algo y querer que al-
guien lea o escuche lo que uno dice. En el libro La Metáfora del Boomerang, hay una ana-
logía evidente, que es una analogía entre una conversación entre dos personas, el autor que
soy yo y una amiga, que es la Lucía Preller, a la cual se le envía este libro, porque ella está
en un momento difícil de su vida, y no sabe salir y me ha pedido consejo, apoyo, y yo,
como han sido tantas las cosas que me ha dicho que no tengo como responderle le tengo
que responder escribiéndole un libro. Entonces, hay una analogía en el sentido en qué en la
respuesta que está dada a una persona a medida que se avanza en la respuesta, o las pregun-
tas, o las reflexiones que están expuestas ahí, pueden ser tan válidas para todos los seres hu-
manos, incluidos todos los seres humanos, incluido yo mismo y muchos. Por lo tanto, es
claro que hay allí reflexiones que son válidas para el ser humano.

Ahora, por qué La Metáfora del Boomerang, el libro está exponiendo clara-
mente que es una metáfora y que la metáfora está tomada claramente del aparato del boo-
merang, que tiene esta capacidad de que tú lo tiras, va y vuelve, ¿cierto? Bueno, La Metá-
fora del Boomerang tiene mucho sentido en que la Lucía Preller me tira un problema, esto
pasa en mi vida, me quise suicidar, etc., etc., Me tira el boomerang, y yo, que soy una es-
pecie de concavidad en el espacio, en donde rebota y da vuelta el boomerang y da vuelta
hacia ella. Lucía lanza la pregunta, experiencia y vivencias, y yo se la devuelvo en forma
de libro, que es La Metáfora del Boomerang, pero también este se refiere al hecho de que
los seres humanos tenemos un proceso, que yo lo he denominado el proceso de llegar a ser
adulto o de llegar a ser maduro. Y qué significa simplemente esto, que nosotros en la vida
tenemos una etapa en que simplemente recibimos y después hay una etapa en que tenemos
que dar, y ese es el boomerang; o sea hay que devolver la pelota, hay que devolver los ta-
lentos recibidos, etc. No sólo recibir. Yo sé que hay gente que habla de educación conti-
nua y uno estudia hasta que se muere. Por eso no niega el hecho de que aún cuando está re-
cibiendo toda la vida, hay un momento en que el énfasis está puesto en dar, los hijos reci-
ben y los padres dan por ejemplo. Obviamente, los padres reciben mucha gratificación de
sus hijos, pero hay un énfasis, hay una responsabilidad en el dar y una responsabilidad en el
recibir. El boomerang quiere mostrar eso, el libro quiere mostrar eso; el que el ser humano
descubra que tiene que salir de sí y tiene que dar si quier realizarse. Bueno, y está lleno de
situaciones y ejemplos en ese sentido. Y finalmente, La Metáfora del Boomerang es una
metáfora en el sentido de que el proceso del boomerang, no es un proceso intelectual, sino
que es más bien un proceso holístico, completo, de vida, no es tan sólo un proceso reflexi-
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vo solamente, ahí tienen que ocurrir cosas, tienen que hacerse cosas, y entonces la persona
madura o crece.

ENTREVISTADOR : En Desarrollo Personal e Interpersonal, ¿cómo se podría en-


tender el concepto de mejoría?

PATO VARAS : Bueno, la mejoría la entendemos en términos de que algo es


peor y mejor, pero no en términos de mejoría o curación; no es el interés central. Ahora, la
creatividad, como te contaba antes, es un aspecto clave dentro del desarrollo personal, dado
que estamos definiendo que una persona está actualizada, es decir, ha logrado llevar a cabo
sus potencialidades y las ha hecho parte de su vida, porque está teniendo una forma de vida
más flexible y más fluida, más natural, más profunda, es decir, hay varios elementos que se
podrían agregar, más honesta; con menos temores, centralmente con menos temores. To-
dos los “güirigüichis” nacen del temor, cuando hay menos temor se es más fácil amar, se es
más fácil ser honesto, se es más fácil equivocarse, reconocer el error y por lo tanto es más
fácil ser creativo. Bueno, todo esto confluye al hecho de que, imaginémoslo de esta mane-
ra, existe un ser humano que es un organismo, y ese organismo tiende a un valor, y ese ca-
mino, ese tránsito entre ese organismo y la obtención del valor, es un acto que se va a lograr
mejor si se es creativo, es decir, qué sería la creatividad, sería el ejercicio de la mejor inte-
racción para que el organismo vaya al alcance del valor, que estoy diciendo con esto, estoy
suponiendo que cuando se es creativo, y fundamentalmente se es flexible, se puede alcanzar
una meta, un anhelo, un camino, porque se aceptan distintas formas de llegar al valor. Y
cuando no se es creativo, por lo tanto se es rígido, si no se es flexible, se es rígido, por lo
tanto se quiere alcanzar un determinado valor de una sola manera, y eso es más difícil, eso
es lo que dificulta la vida en las personas y por las cuales van a terapia, es porque quieren
alcanzar sus metas de una sola manera y no de otra, y no porque las otras no les guste, sino
porque no las vislumbran, no se dan cuenta.

ENTREVISTADOR : ¿Es posible encauzar coordinadamente la suma de creatividad


de muchas personas, con el objeto de crear una creatividad mayor y probablemente más
útil?

PATO VARAS : Es que la creatividad no es un producto hecho, la creatividad


es un proceso interno que tiene que ver mucho con conocimiento propio, con libertad, con
responsabilidad con aceptación; entonces no... Lo que podría estar hecho, aún cuando sea
perfecto no va a incidir en los niveles de libertad, responsabilidad, profundidad, des-
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cubrimiento de una persona, lo que sí puede incidir, y eso sí que es parte del trabajo, es el
haber descubierto, que hay experimentos, que hay experiencia, que hay ejercicios, que hay
juegos, que aportan a que esas personas, precisamente abran esos aspectos internos.

ENTREVISTADOR : Me gustaría referirme más bien a la posibilidad de poder coor-


dinar recursos, de manera de poder potenciar aún más aquellos talentos de gente creativa,
ya sea reuniendo sus obras en exposiciones, y/o festivales, y permitiendo, por decirlo de al-
guna manera, darle aire a la chimenea de la creatividad artística.

PATO VARAS : Hoy en día la brecha de las comunicaciones es cada vez más
estrecha, es decir, hoy día es cada vez más fácil y es más logrado que cuando una persona
produzca algo, rápidamente eso sea comunicado a otros. Por muchos modos, empezando
por Internet. Pero a lo que yo me estoy refiriendo es otra cosa, yo me estoy refiriendo a una
creatividad que no tiene que ver con la creatividad artística, que es como la primera forma
en que uno imagina la creatividad, plástica, cine, danza; no, la creatividad a la cual me es-
toy refiriendo yo es a la capacidad de encontrar la mejor interacción para alcanzar el valor,
es decir, para alcanzar los propósitos, anhelos y forma de vida que una persona, que de al-
guna manera siente que subyacen en sí misma, y que en un proceso de toma de conciencia y
de amplificación de su conocimiento, los va haciendo conscientes, los va atesorando como
parte de sus valores y los va buscando realizar, es decir, me estoy refiriendo ala creatividad
de una persona que busca en su vida como un lema no necesariamente expresado conscien-
temente, sino muy subyacente, busca amar. Ese es un valor, y me estoy refiriendo a la
creatividad, al desarrollo de la capacidad para qui ese organismo que tiene por objetivo o
por propósito el valor de amar, encuentre las diversidades de posibilidades de caminos que
lo hagan a él exponerse como un ser que ama, estoy hablando de la creatividad de ser since-
ro, por ejemplo, del valor del ser sincero y de encontrar la forma creativa de lograrlo en...
tanto cuando el jefe te reta como cuando estás con una persona de confianza; estoy hablan-
do del valor de la aceptación y de la creatividad que implica aceptarse así mismo, tanto en
su propia muerte, en su propia enfermedad, y en sus propios defectos, y aceptar los defectos
y las carencias de los demás; la verdad, no estoy hablando de esta creatividad más formal,
sino que estoy hablando de una creatividad de forma de vida, que se expone también mu-
chas veces, en la cotidianeidad de manera simple y sencilla, por ejemplo cuando una perso-
na ama a otra, esto se trasluce porque, aunque estemos en un mundo machista, para pone en
ese contexto el ejemplo, la mujer espera a su marido en la casa y como lo ama, y dado que
lo ama, resulta que la forma en que pone la mesa es una forma creativa. tiene algo que hace
que ella se sienta bien y que hace que el marido se sienta bien, será que puso el salero dos
centímetros más allá o dos centímetros más acá, será que combinó, que se yo... el mantel
que no tenía , y puso una sábana, pero la sábana era de un color que le combinó con el sale-
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ro, será que no tenía que echarle a la sopa y compró aliño e hizo una sopa de aliños y picó
una cebolla y resulta que eso... ¿me entiendes? los elementos pueden ser de gran calidad o
de muy poca calidad, pero la organización de los elementos indica una capacidad creativa
o no, pero en función de qué, en función de que la persona fue creativa , en función de que
quería lograr manifestar yo te amo, de una manera, no sólo verbal, sino corporal, en la ac-
ción. Entonces, estoy hablando de una creatividad que no tiene que ver con que soy o soy
Picasso o son Van Gogh, sino que tiene que ver con que por ejemplo... la creatividad del
trabajo, la creatividad como terapeuta o facilitador, la creatividad de tener la capacidad de,
en el lapso en que dura una sesión, pongámoslo dos horas, haber tenido una conversación, y
una forma de conversación con el participante y del facilitador y terapeuta, es decir, esas
dos personas sienten que esas dos horas fueron una subida en la calidad de vida de ellos, y
que abrió una posibilidad de mejor vida en el futuro, bueno, para hacer eso hay que ser
creativo, no se puede ser formal ni rutinario, ni amarraos o cosas pre hechas.

ENTREVISTADOR : ¿Tiene algo que ver el tema de la elegancia...?

PATO VARAS : Mucha, entendiendo por elegancia, a la capacidad de fluidez


en el fondo. Es decir, un gesto es elegante... no estoy hablando de la elegancia de vestirse
en Johnson Clothes sino en la elegancia de un gesto o una palabra o una acción, que por su
sencillez es justa la necesaria y hace que el acto sea elegante, en términos de terapia se usa
mucho la palabra elegancia, en ese sentido, es decir...Haber, una de las cosas más elegantes
que existido en terapia era CARL ROGERS, que... mira lo que hacía, una persona empeza-
ba una especie de monólogo y decía, voy a inventar yo, y decía... “Me siento mal, he tenido
este último tiempo muchos problemas, no lo estoy pasando bien...” y ROGERS le decía...
“¡Ummh!”, eso es todo lo que el decía... “¡Ummh!”, y era exactamente lo que en ese mo-
mento, la persona necesitaba, para que ella continuara haciendo su monólogo y no distraer-
se de éste, eso es muy elegante; o sea, llegar a tener la capacidad de decir lo exacto, lo mí-
nimo, lo más simple y sencillo para que una persona no se distraiga de su monólogo, eso in-
dica elegancia, o de otra manera (-sutileza...). Obviamente, sutileza, o como él decía, así
que lo he pasado mal; en vez de entrar a presentar toda una teoría sobre “...sí, es que la gen-
te lo pasa mal, yo también lo he pasado mal, todos lo hemos pasado mal, usted lo podría pa-
sar bien... te fijas, eso no es elegante. Elegante es el toque justo, en terapia por lo menos,
en el desarrollo personal, es la acción mínima que hace que el otro se desarrolle mediante el
aporte mínimo. FRITZ PERLS tenía algo muy parecido que decía, mientras menos se ayu-
de, más se ayuda, es decir, la ayuda tiene que ser la mínima, no la máxima, qué significa
esto, la suficiente para un proceso comience a andar, estoy hablando de grandes terapeutas,
dentro del modelo, o cercano al modelo del desarrollo personal; MILTON ERICKSON le
llamaba a esto el acto de “semillar”, es decir, el de no abrir un proceso en el trabajo con un
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ser humano, con respecto a querer curarse, sino simplemente, iniciar algo, mediante una ac-
ción, una palabra o un frase, o un movimiento o un gesto, mediante una acción, una palabra
o una frase, o un movimiento o un gesto, y que eso abra en la persona todo un proceso en la
persona que va a durar semanas, meses y que va a llevarlo a feliz puerto. Pero producto de
un acto mínimo, de un semillar, del haber dejado caer una semilla y haber parado ahí para
que la semilla creciera y floreciera sola, no haber estado mosqueando y manoseando a la se-
milla permanentemente, hasta que la semilla se perdió, te fijas, el acto eso es elegancia.

ENTREVISTADOR : Desde el punto de vista de la psicología transpersonal, incluso


bajo la perspectiva de una visión esotérica, ¿es posible ofrecer una escala de consciencia-
ción que permita aclarar el desarrollo del crecimiento personal, partiendo desde estados de
psicosis y culminando en estados de iluminación y/o de tipo nirvánicos?

PATO VARAS : Se han hecho muchos modelos, ASSAGIOLI hizo un modelo


de esos, desde el estado más deficitario hasta un estado de mayor esplendor, en términos de
iluminación o de realización, o de estado superior, Nirvana como dijiste. KENT WILBER
lo ha hecho también, toda una nomenclatura de los estados, etapas, sub etapas, estratos, sub
estratos, y las posibilidades que dan y también considerando las delimitaciones, con estados
que son, no diría yo sanos o insanos, sino que son alterados, distintos, no ordinarios, extra-
ordinarios, curiosos, diferentes, conocidos, no conocidos, desconocidos, reconocibles, ob-
servables pero no explicables, es decir hay un amplio espectro de posibilidades, que dentro
de la psicología transpersonal se han hecho desde sus inicios, se han hecho descripciones.
Ahora, yo diría que la psicología transpersonal, más que colindar,,, Haber, tú dices, con lo
esotérico... haber, hagamos un paréntesis aquí, “La palabra esotérico tiene dos acepciones,
hay una discusión especialmente entre los mundos religiosos y no religiosos en el sentido
en que los primeros descalifican a los segundos como no religiosos, hay una discusión, en
relación en que para algunos “esotérico” significa “ex sotérico”, hay que entender que sóte-
ro significa “salvación”, entonces, cuando tú dices... dentro de la Iglesia se habla por ejem-
plo de Soterología, que significa, saber de salvación (Sótero del Río...) El Sótero del Río, es
lo mismo que salvador, sótero. La soterología se refiere a aquel mecanismo que o medio
que permite la salvación de las almas, es decir, cuáles son los requisitos de un ser humano
para salvarse en la vida eterna, en el más allá, entre estas existencias o invenciones que po-
dría ser el infierno o el cielo o el hades o el Nirvana, o miles de curiosidades de ese tipo,
entonces, cuando se habla de esotérico, se está hablando, según unos, de exotérico, se refie-
re a un conocimiento que está afuera de la salvación...
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ENTREVISTADOR : ¿Podría ser, en el conocimiento hermético, tipo GURDJIEFF


o OUSPENSKY?

PATO VARAS : Antes que eso, este conocimiento no te va a llevar a la salva-


ción, es exotérico, por lo tanto es un conocimiento pagano; casi... fácilmente podrían decir
que es satánico o diabólico, es un conocimiento del mundo de las tinieblas.

Otra forma de entender el concepto “Esotérico”, obviamente los que están en


la vereda de enfrente dicen ¡No!, en este caso “esotérico” provendría de “eu.” Sótero. La
partícula “EU” significa el mejor de los, entonces, mientras que para unos significa conoci-
miento que está al margen de la salvación, y por lo tanto, un conocimiento negativo, “magia
negra” (risas); para otros significa eu esotérico, el mejor de los conocimientos de salvación.

ENTREVISTADOR : ¿Cuándo se produjo esta dualidad?

PATO VARAS : En la discusión... obviamente impuesta por la Iglesia Católica.


La cual, para afirmarse en sus dogmas y en sus principios y para hacer su proceso de prose-
litismo y de afirmación, bueno, inicia una competencia, una adversidad o una lucha, o una
guerra, como uno lo quiera poner... una confrontación con respecto a otros tipos de conoci-
mientos, que venían de la época o que eran anteriores, dentro de Roma por ejemplo, dentro
de Roma, un reconocimiento archi manejado para la cultura romana y la para la sociedad
romana era la astrología...

ENTREVISTADOR : ¿De qué siglo estamos hablando?

PATO VARAS : Estamos hablando desde la implantación de la iglesia, pero es-


pecialmente, a partir del asentamiento de la Edad Media.

ENTREVISTADOR : ¿Inquisición, España...?

PATO VARAS : Antes que eso, ya hay confrontación y esta separación y por lo
tanto, hay conocimiento que es considerado fuera de la Iglesia, y conocimiento que es con-
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siderado dentro de la iglesia, y por lo tanto, un conocimiento que es considerado soterológi-


co y un conocimiento considerado exsoterológico. Entonces, lo transpersonal tiene que ver
con lo esotérico, claro, claro que tiene que ver, pero en verdad lo que quiero decir es que
en verdad lo transpersonal tiene que ver con lo religioso. Porque se refiere a todo lo que
tiene que ver con la expansión de la consciencia, hacia un plano llamado superior, místico,
universal, cosmológico, cósmico religioso, etc. Y todo eso tiene que ver el estudio de esos
fenómenos, es el propósito de la Psicología Transpersonal, incluso el estudio con propósitos
terapéuticos; es como lo mismo que te decía antes, es o podemos convertir la religión pri-
mero; el desarrollo personal también podemos convertirlo en una terapia, pero primero es
desarrollo personal, o sea, la religión puede tener beneficios terapéuticos, puede tener bene-
ficios terapéuticos el desarrollo personal, sí; pero el sello profundo de la religión obviamen-
te no es hacer terapia, o quizás podría ser el hacer terapia del alma. Bueno, pero la Psicolo-
gía Transpersonal se refiere a esos fenómenos y evidentemente en una época, como hablan
ahora que estamos entrando a la época de acuario y todo eso, en una época en donde ya el
conocimiento, llamémoslo religioso, admite lo soteriológico, lo exsoterológico y lo eusote-
riológico, es decir, acerca que el acercamiento a estas verdades, llamémoslo profundas, que
sería la manera más adecuadas, en mi opinión, de decirlas, simplemente profundas. Y de
consciencia que va más allá de sí, pueden estar en diversas manifestaciones del ser humano,
porque yo creo, esa es mi posición personal, que la religión, como institucionalidad es una
manifestación humana. Los seres humanos organizan la religión y la crean, la construyen y
la formalizan. Entonces, estamos en un momento en que posiblemente, la religiosidad está
reemplazando a la religión; los seres humanos todos poseemos religiosidad, en el sentido de
que tenemos un anhelo de que nuestra consciencia individual vaya más allá de sí y se con-
tacte con algo que es universal, espiritual, y que está lleno de valores. Entonces estamos en
una época en que lo transpersonal, más allá de la persona, en que posiblemente la religiosi-
dad está siendo un fenómeno muy patente y fuerte, y continuará siéndolo en el mundo futu-
ro. Pero eso no significa que esté enmarcada dentro de instituciones religiosas.

De la tecnología a la religión en Desarrollo Personal.

Entrevista N° 5.
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ENTREVISTADOR : ¿De qué manera, la tecnología actual puede influir y apoyar


positivamente en el Programa de Formación de Facilitadores Grupales?

PATO VARAS : Bueno, yo vería de varias maneras eso, los instrumentos, los
medios, por ejemplo, como puede ser el uso del video, si nos ponemos en ese plano, consti-
tuye un gran aporte en lo que es desarrollo personal y terapia, por un asunto esencial, y es
que uno de los pilares del cambio de una persona y de un grupo es la posibilidad que le da
la retroalimentación, y en los años que yo llevo trabajando creo que el instrumento o el me-
dio que más aporta a la retroalimentación es el video, es impresionante. En este afán, por lo
menos en el estilo mío y cuales son mis creencias de trabajo, de capacitar y de tener la posi-
bilidad de retroalimentar a las personas a partir de lo que percibimos, y no de lo que imagi-
namos y expresar nuestros propios sentimientos y no tanto nuestros pensamientos o creen-
cias de una persona. Indudablemente que una cámara de video es un testigo fiel de lo que
una persona dice y hace, y responde al viejo mandato taoista de que el hombre sabio es
como un espejo, que todo lo refleja y nada lo posee, el espejo no posee nada, pero el espejo
tampoco elimina nada, refleja todo; no posee nada de lo que refleja, pero lo refleja todo; no
posee nada de lo que refleja, pero lo refleja todo absolutamente; y yo creo que en la época
contemporánea, el video es mejor que el espejo, y te explico por qué: Nosotros tenemos
una relación con el espejo que está gobernada por nuestra mirada, es decir, nos miramos de
frente, de medio, o de perfil pero siempre nos miramos... bueno, nos miramos en el espejo y
a veces aunque se pueda poner un espejo por atrás como en las peluquerías, sigue siendo la
mirada la que gobierna, pero en el video... el video tiene un ojo propio, por lo tanto, el vi-
deo te muestra tal cual eres pero desde un ángulo que no es el propio, que no es el tuyo, tu
no te puedes arreglar para el video. Yo me miro en el espejo y pongo mi mejor mirada y mi
mejor sonrisa (-como para la foto...), como para la foto, claro; pero el video te toma de un
costado, o desde atrás o del frente, además, con esto del zoom, a una distancia que tú no co-
noces, no sabes si tienes un primer plano, o un plano general, y entonces, es tremendamente
impactante, esa es la palabra que yo usaría, impactante como un medio de retroalimenta-
ción, y por lo tanto, en terapia y en desarrollo personal tiene unos usos fantásticos. Y es un
ejemplo de lo que puede hacer cualquier medio que le permite a una persona reflejarse. La
terapia domina todo un campo de recursos que tiene que ver con el reflejo, con reflejar a las
personas; y hay medios, como el video/cassette u otros similares que cumplen eso a la per-
fección. Por supuesto ese trabajo no lo puede hacer sólo, si ese trabajo de video está acom-
pañado por un buen facilitador o terapeuta, yo creo que se le puede sacar muchísimo parti-
do.
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Esto es como un ejemplo de que la tecnología no es un enemigo del hombre;


que la tecnología puede ser usada en beneficio del ser humano perfectamente. Puede ser di-
mensionada en beneficio del ser humano.

Y en otro ámbito, claro también está esto de que el mundo se vuelve tecnoló-
gico, de que el smog, en ese otro ámbito, en el ámbito, digamos de las comunicaciones, de
la vida urbana, y los desplazamientos, y en fin, de un montón de aspectos que le dan efica-
cia a la vida, que la despersonalizan y la hacen más rápida, desde luego que eso constituye
una suerte de motor en el campo del desarrollo personal, porque básicamente va generando
condiciones de vida, que en algún sentido, mejoran la calidad de vida y en otro sentido, la
empeoran; y le permiten al desarrollo personal tener un ámbito de trabajo porque este viene
a ser algo así como el colchón que recupera la calidad de vida ahí donde la tecnología, vista
como actividad mundana, la empeora. Pero eso tiene que ver con un tema más profundo,
que tal vez no se resuelve sólo a partir del desarrollo personal o la terapia, que es el tema de
los valores; si una sociedad o una cultura elige bien sus valores, obviamente va a saber ma-
nejar los medios, porque va a tener claros los fines; si se deja llevar por ciertos valores que
admiten ciertos medios, va terminar entrampado, por ejemplo, el valor para la comodidad
para viajar a terminado por entrampar a un montón de ciudades con problemas de tránsito.
El valor de que la gente viva, de alguna manera cómoda y centralizada, ha terminado por
quitarle sol a las calles. Entonces, te fijas, la vida parece ser, a veces se dice que la tecnolo-
gía va cambiando la vida y los seres humanos como que reaccionamos con eso, pero, la ver-
dad es que sucede que la tecnología está al servicio de ciertas personas y de ciertos poderes,
y esas personas tienen ciertos valores y manejan por lo tanto el mundo valórico y de los
medios del resto de las personas y bueno, hoy en día todos estos movimientos ecologistas
son un poco una llamada de atención y decir, no son esos los valores que perseguimos, que-
remos otros y vamos a tener que equilibrar esto. Todo esto que se habla del desarrollo sus-
tentable, por ejemplo, se refiere a eso, a un tema de fondo, y el tema de fondo es los valo-
res, cuando las personas toman cierto camino valórico, obviamente adecuan los valores y el
mundo a esos valores. Cuando las personas, las estructuras o los grupos, no tienen discerni-
miento, ni clarificación, ni evidencia de explicitación de sus propio valores, simplemente
son cogidos y tomados por otros grupos u otros poderes y quedan al servicio de esos otros
valores, que pueden ser que no sean los de ellos, y que terminen por descubrir sus aspectos
negativos una vez que los padecen, no antes.

ENTREVISTADOR : Alguna vez yo leí La Rebelión de las Masas de Ortega y Ga-


sset, ¿Acaso ocurre que el uso actual de la tecnología, por el hecho de estar carente de valo-
res, sencillamente se haya transformado en una forma más al servicio de las masas (y no de
las minorías selectas), pero que adolecen de un trasfondo sólido, y sin propósito definido y
de bien común?
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PATO VARAS : Mira, por ejemplo los computadores, estos son el efecto de
una empresa, o de un par de empresas, no más de tres en el mundo, la Microsoft, por ejem-
plo, esa empresa tiene ciertos valores, y esos valores las representan sus dueños y sus so-
cios y la gente que está en eso y de acuerdo a eso, ellos elaboran un producto que se masifi-
ca y el uso de ese producto significa la aceptación de ciertas de formas vida, que tiene ob-
viamente un contenido valórico. Las personas vienen a estar de acuerdo con los valores
que emanan de esos productos, después de usarlos por un cierto tiempo. Y los valores que
emanan de los productos, ni siquiera son coincidentes ellos mismos, por los cuales la em-
presa, los dueños y los socios hicieron estos. Guardando las proporciones, lo mismo que
pasa con la droga, la droga es un comercio, es un negocio, que está en manos de unos pocos
“empresarios” y que ellos satisfacen ciertos valores, los de ellos, a través de un comercio
que les reditúa grandes ganancias económicas, y por eso lo hacen, no tienen una cruzada
ellos, no es como Leary que tomo LSD y se fue por Estados Unidos en un camión, con una
banda de rock repartiendo LSD gratuitamente, porque él tenía una cruzada en el sentido de
que pensaba que el LSD era un gran despertador de la mente y que podía tener un potencial
crecedor para el ser humano, No los mafiosos no tienen esa intención, no le venden a las
personas cocaína y heroína ni marihuana... en verdad les interesa un pucho si les va bien o
les va mal, lo que les interesa es que con la venta de un poquito de polvito ellos obtienen
grandes ganancias, ellos saben que es un negocio fantástico... Ellos tienen esos valores, la
persona que adquiere el producto no adquiere los valores del mafioso, adquiere los valores
que emanan del producto. Del producto emanan valores, supongamos, por poner un nom-
bre, de excitación, o de...

ENTREVISTADOR : ... o de ética estética, pensando por los hippies por allá en los
años sesenta...

PATO VARAS : ... claro, el producto permite ciertas cosas. Bueno, esas perso-
nas tienen esa interacción con el producto, antes o después resuelven si esos valores les son
válidos o no y bueno, ahí viene otro problema, y es que el organismo también habrá tomado
una opción valórica.

Bueno, en síntesis, el producto, al interaccionar cualquier producto, la droga,


un computador, un auto; cualquier producto al interaccionar el ser humano, o los grupos, en
fin, un montón de gente con el producto, eso pone en cuestión el valor de esa interacción y
lo que produce. El consumidor, por decirlo así, es reactivo, o sea, primero tiene que inte-
raccionar con el producto, y poco a poco va asimilando lo bueno y lo malo que ese produc-
to tiene, y poco a y finalmente toma decisiones, si es que puede dejar la droga, o si no, está
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sonado; bueno, con el computador, pasará lo que pasa con cualquier usuario de computa-
dor, yo también soy usuario de computador, que al principio estaba pegado al computador
toda la noche y ahora lo uso sólo en mis ratos libres. Te fijas, ha habido un proceso de ma-
nera que el producto y el medio, mantiene implícitamente una interacción que contiene va-
lores, y eso es lo que el desarrollo personal puede hacer por las personas, cuando las perso-
nas crecemos, en términos a qué queremos con nosotros mismos, qué queremos para la
vida, qué queremos para nuestros hijos, qué apreciamos como bueno, qué apreciamos en
el fondo y qué hacemos por lograr lo que apreciamos, desde luego, que tenemos una forma
mejor instalada de enfrentar las interacciones con cualquier cosa novedosa, o engañosa o
desconocida que se nos aparece y ante la cual tenemos que tomar decisiones y establecer si
esto será bueno o malo para mí, para nosotros, para nuestras familias, etc. Pero el problema
de fondo es el problema valórico.

ENTREVISTADOR : Esto conlleva la capacidad para ser un pro actor, en vez de ser
un mero actor; es decir la capacidad de ver los pro y ver los contra y evaluar para una buena
toma de decisiones...

PATO VARAS : ...¡Exacto!, eso que dices tú, ser un pro actor, es decir, antepo-
nerse, llegar con una posición; no llegar con una posición rígida, pero llegar con un susten-
to, llegar con un bagaje de alternativas, pero sobre todo con un horizonte, que orienta a las
personas, que orienta su existencia. Consideremos que lo que es valórico para occidente,
puede ser absolutamente negativo o no apreciado para alguna región de oriente y viceversa.
Lo que constituye un acto de locura en occidente, en oriente puede ser considerado un acto
místico; o de gran congruencia humana, lo que constituye una acto de locura en oriente,
puede ser considerado en occidente un acto absolutamente místico o de gran consciencia
humana.

ENTREVISTADOR : ¿Puedes citarnos algún ejemplo?

PATO VARAS : ¡Pero por supuesto! Los kamikases de la 2º Guerra en el Ja-


pón, nunca, ninguno, ni antes, ni durante, ni después, estuvo en situación de sostener que
eso era una locura. En cambio, para nosotros desde acá, desde occidente nos parece una lo-
cura, además que poco práctico, es decir, los kamikases murieron en cantidad, aproximada-
mente de cinco mil personas y produjeron como muertos no más allá de 35 mil, y bueno,
cada uno destruyó un avión, o sea con 5 mil aviones mataron 35 mil personas, bueno y pro-
dujeron destrozos, especialmente en barcos y cubiertas, y en verdad, no creo que más de
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cinco barcos fueron hundidos mediante ese sistema, muchos fueron averiados. En términos
occidentales (costo/beneficio), ¡claro!, es irrelevante, es anecdótico. En términos de la con-
gruencia del Samurai, del hombre del Japón, de todas sus tradiciones, de toda su cultura y
sus desprecio por la “vida” y de sus necesidad de inmolarse por la patria, y de un tremendo
sustento moral y ético, para la nación posterior, es una genialidad. Inimitable además, na-
die tiene cojones para imitarla; te fijas, ahí tienes contrapuesto...

ENTREVISTADOR : Quizás, nuestra contra partida sería ¿Prat?

PATO VARAS : Bueno, obviamente el heroísmo existe en todas partes; pero el


heroísmo del kamikase es un heroísmo que para occidentes es una locura, es decir, no tiene
asunto. El heroísmo de Prat, no es una locura, está dentro de la lógica del momento...

ENTREVISTADOR : Dentro de lo que se sabe de Jesucristo, ¿no hay algo parecido


a una locura, en donde Él se dejó crucificar en pro de su ideal y considerarse hijo de dios?

PATO VARAS : Bueno, la verdad es que es un tema muy polémico. Y aquí


tendría que señalarte cuáles son mis creencias, y mis creencias son que... primero que nada,
la crucifixión era algo habitual dentro del mundo romano. Es decir, en el mundo romano
se deben haber crucificado fácilmente un millón de personas. Hay una historia salvaje de...
no recuerdo de Pompeyo o de Sila... que tiene que ver con la rebelión de los esclavos de Es-
partaco; bueno, el general que está a cargo de la exterminación en Sicilia, toma finalmente,
alrededor de 80 mil prisioneros, esclavos y evaluando si valía la pena venderlos nuevamen-
te como esclavos o matarlos, o que se yo, piensa que debe dar un dar un gran escarmiento,
y además que tiene que sacarle provecho glorioso para él, y no se le ocurre nada mejor que
crucificar a los 80 mil en la vía que va, por decirte, entre Nápoles y Roma, en el camino, en
la carretera, todos a un mismo lado, con la idea de que cuando la gente viajara hacia Roma,
fuera viendo los crucificados, y pone los 80 mil... , tipo postes de luz, crucificados cada 100
metros, en una acción de logística fantástica, que los romanos eran muy buenos en eso, de
organización, ponen 80 mil crucificados y no les quiebran las rodillas... que era la crucifi-
xión menor, digamos, pues ahí el hombre moría rápidamente; al hombre crucificado, al cual
no se le quiebran las rodillas, muere lentamente y por ello es un tormento terrible.
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Volviendo a Jesucristo, o sea, Jesús es una persona que cae en


desgracia para el mundo judío y romano, de rebote, los romanos caen en desgracia para el
mundo judío y muere... o sea se le condena a una muerte que es habitual de la época, no es
nada extraordinario, y no creo que Jesús hubiera tenido posibilidades de evadir la muerte,
una vez que los judíos y los romanos, o los judíos, tenían decidido que tenía que morir; Él
era un... bueno, yo no quiero ser un hereje para la gente que tiene fe, que cree, que es cató-
lica o cristiana, pero Él era un revolucionario, como este kurdo que acaban de condenar,
bueno, pero este kurdo era un violentista, por el contrario, Jesucristo era un revolucionario
con una fuerza extraordinaria, que le daba la paz y el amor; el efecto es que han pasado dos
mil años y está a la cabeza de toda la religiosidad occidental; pero era una persona que no
satisfacía los intereses de los judíos... (-o del “Establecimiento”...), ¡claro! de los fariseos
como se hacían llamar, o de la religión judía, y para ellos era bueno que muriera, en un
mundo en donde lo más fácil era matar a la gente.

Desde mi perspectiva, yo creo que Jesús, claro que es un héroe, es un hom-


bre congruente y consecuente, pero muere de la manera más común que se moría en la épo-
ca, no muere de una manera extraordinaria, morir en la cruz no es nada extraordinario, la
cruz es un símbolo romano, antiquísimo, es decir, era la forma de muerte para mucha gente,
para los esclavos. Cuando querían tratar mal a una persona, la crucificaban al revés, para
que fuera más tormentoso, no le quebraban las rodillas. A Cristo le abren el costado como
una forma de evitarle sufrimiento. Espartaco no tuvo esa posibilidad, los 80 mil esclavos
que estuvieron crucificados, murieron ahí después de semanas de estar colgados.

ENTREVISTADOR : Hay un autor, MORRIS BERMAN, que hace un acercamiento


al mundo corporal y espiritual de la persona, y bueno, toca el tema del catolicismo, de la
cristiandad y de Jesucristo, ¿no se si conoces el libro...?

PATO VARAS : Mira, yo creo que el mundo del que viene el desarrollo perso-
nal... yo he vivido en el mundo del desarrollo personal 25 años más, el desarrollo personal,
dentro del movimiento de psicología humanística y transpersonal, no creó, pero estableció
una verdad muy interesante, y es que el ser humano, en términos de crecimiento, en térmi-
nos de mejoramiento de su calidad de vida, cuando esto ocurre, me refiero a su equilibrio
interno, a su integración, a su capacidad de congruencia, a su bienestar espiritual, a su bien-
estar corporal también, el ser humano cuando va en ese camino, antes o después se topa con
la religiosidad, o con lo místico, o con lo profundo; pero se topa de una manera vivencial,
no por discurso, se topa con lo místico, o la religiosidad, empieza a sentir que su conciencia
bordea estos aspectos y los puede como palpar, y a mí me parece que la religiosidad por lo
tanto, del siglo 21 y en adelante, va a reemplazar a la religión, a una diferente, hago una di-
ferencia, las religiones actuales, de todas diría yo, sin excepción, son religiones de culto,
100

son religiones formales, externas, educadas; no responden a una situación profunda de con-
tacto existencial entre ese organismo humano y lo místico, lo profundo, lo divino. Rara
vez, obviamente que en todas las religiones hay gente que tiene ese contacto, lo declara.
Habla en nombre de Dios, hace ritos en nombre de dios, pero externos, nada lo avala, bueno
pero eso es algo que dicen, no se siente, en cambio yo creo que la religiosidad es un acto
profundamente privado, no es público, es individual, puede ser masivo, pero conecta direc-
tamente a un ser humano con lo divino, directamente, y lo conecta, no a través de una idea,
sino a través de sensaciones que se expande en su conciencia y lo que ha dicho, por ejemplo
la psicología transpersonal, es que esas cosas son observables, están ocurriendo y no ocu-
rren en el marco de una capilla, ocurren realmente en el viaje que un ser humano hace hacia
su mejor forma de ser humana, su más sana forma de ser humana, que, no al principio, sino
después de cierto tiempo, lo despiertan y lo hace contactarse con algo que es de una gran
profundidad. Este autor, Van Dusen, hablaba que el hombre encontraba a Dios en la pro-
fundidad de su ser interno porque dentro, era un universo tan inmenso como afuera, y que
lo divino estaba adentro; está en todas partes podría ser, o lo místico si queremos llamarlo
de diferente manera.

Nosotros somos una cultura de dos mil años que responde a ritos y cultos,
formalidades religiosas. No somos nosotros de occidente, y en general, el mundo de estos
últimos 2 mil años, un mundo en donde exista una integración, esta unidad indisoluble que
existe por ejemplo en la religiosidad indígena, en donde el mundo, los animales, las perso-
nas y Dios están absolutamente integrados, son inseparables. Uno de los elementos para-
digmáticos nuevos que emergen con el siglo 21 es esto del universo participatorio o la inse-
paratividad del universo; así como no es posible hablar de la inseparatividad cuerpo/mente,
porque no conozco a ningún ser en que el cuerpo ande por un lado y la mente a dos cuadras,
también llegará el momento en que podamos llegar a sentir y vivenciar que nuestra relación
con el universo, con lo creado y con todo lo que contenga incluso, si contiene un Dios, con
un Dios, o varios dioses o simplemente la divinidad, es inseparable de nosotros, y eso de
nosotros también es inseparable. Esta creación de separaciones, como la tierra y el cielo, el
infierno y el cielo, los pecadores y... ese dualismo es algo que tendrá que desaparecer, no se
cuando, no se si en cien años o en doscientos, o trescientos, pero (-para allá vamos...), ¡cla-
ro!, porque no hace crecer al ser humano; eso detiene, y hace más daño que la tecnología y
el smog. Entrampa totalmente al ser humano, si el ser humano va a crecer, va a ser en una
dimensión de descubrimiento de su espiritualidad, pero para eso tiene que descubrir los ca-
minos reales para el descubrimiento de esa espiritualidad, no los caminos formales, pre he-
chos, y simplemente “maqueteados”. Aunque sea duro decirlo, la verdad es que las institu-
ciones religiosas son maquetas, tal vez los religiosos que están ahí algunos no lo sean, pero
las instituciones religiosas son maquetas. Son tan maquetas la iglesia católica como el Tí-
bet. Son maquetas. Y Dios no puede ser una maqueta, Dios tiene que ser un sentimiento,
no puede ser Dios un acto de que solamente creo en eso, porque creo no más, no puede ser
ni siquiera tan solo un acto de fe, Dios; Dios o lo divino debiera ser un acto de coexistencia,
101

real y si el hombre y el ser humano tiene posibilidades de crecimiento, tendrá que crecer en
esa dirección. No se si será del desarrollo personal como disciplina, pero tendrá que ser la
humanización del hombre, creo que está, mira lo que digo, creo que la humanización del
hombre mediante estados de sutileza y sensibilidad le van a permitir contactar lo divino.
No la divinización del hombre al estilo de los cultos religiosos, que ha humanizado al hom-
bre hasta por ahí no más, y en algunos casos, dicha divinización del hombre ha horrorizado
lo humano. Es cuestión de ver la inquisición para descubrir el gran contrasentido. Unos re-
ligiosos mandando a matar a otras personas. Si tú lo ves desde adentro, como que dices,
bueno, eso fue sólo un hecho histórico, pero si tú te sales y te vienes de otro planeta, o te
vienes de oriente, es esquizofrenia pura, es locura pura, el haber llegado a esta forma de
vida, que hay detrás de eso, afán de poder, locura, yo creo que ni siquiera afán de poder,
simplemente perturbación. Entonces pienso que, seguramente, lo más probable es que, lo
que nos depare el futuro es algo inimaginable, como lo fue, me imagino inimaginable en el
siglo décimo, lo que iba a estar ocurriendo en el siglo 20. Y el ser humano siempre tendrá
que batirse ante lo desconocido o inimaginable, en la dimensión que sea, material o inmate-
rial, siempre tendrá que batirse con sus propias herramientas, y una de las grandes herra-
mientas del ser humano es su conciencia. La conciencia psicológica, la conciencia mental,
la conciencia lógica, la conciencia ética, la conciencia en todos sus planos. Vaya a dar a
donde vaya a parar el hombre, vaya a parar a la galaxia

“X – 22”, o vaya a encontrarse de sopetón con Dios, o vaya a dar a una nave interestelar, o
vaya a dar a una cueva minera, donde vaya a dar el hombre, no son los elementos ni la tec-
nología los medios que le van a resolver la existencia, va a ser su conciencia; su conciencia
con todos los recursos que trae aparejada la conciencia, empezando por los 5 sentidos, por
el uso inteligente de los 5 sentidos, por la capacidad de comprender lo que es valórico, lo
que vale la pena, y por la voluntad en lo que sí desea obtener. Ese es el recurso del ser hu-
mano, y sea el plano en que se discuta, sea en el plano científico, artístico, religioso u otro,
esos planos si no pasan por eso, están al margen de lo humano, de manera que mi impresión
es que la ciencia depende de la conciencia humana, el arte depende de la conciencia huma-
na, la religión depende de la conciencia humana; no puede estar al margen de la conciencia
humana ninguna cosa.

En síntesis, en esencia, desarrollar a una persona es desarrollar su concien-


cia. Su conciencia y su organismo por supuesto y todas las posibilidades que el organismo
tenía desde que nació hasta que murió.

ENTREVISTADOR : Suponiendo que hay una cierta madurez en el programa, ¿qué


proyección se puede observar para años venideros?, ¿qué podrías acotarnos?
102

PATO VARAS : Se aterrizamos a lo que es un programa, a lo que se forma a


través de éste, un facilitador o un terapeuta, a un profesional de la relación de ayuda o de
apoyo, yo creo que en el caso nuestro, en Chile, se abrió un campo, hace ya 25 años, que
tiene que ver con una disciplina que se llama desarrollo personal y que le da forma a cómo
entiende la terapia, la psicología humanística y transpersonal y esta disciplina, yo creo que
tiene sus particularidades, por ejemplo, en el contexto mundial, yo creo que Chile, es un
hijo directo de esta disciplina, que es netamente americana y californiana; por diferentes
motivos, que antes ya habíamos comentado, Chile es un hijo directo, y por lo tanto, como
dirían algunos, está muy bien aspectado, porque el nivel de conocimientos, el nivel profe-
sional, el nivel de establecimiento de esta disciplina en el país, no existe de la misma mane-
ra, casi en ningún otro país. Por supuesto que existe en Argentina, existe en Brasil, está na-
ciendo en Ecuador y en Colombia, existe en Canadá y en México, más en algunas partes de
Canadá y en otras no; existe, con alguna influencia importante en algunas partes de Europa,
tal vez en Alemania y en España; pero en ninguna de esas partes existe de una manera que
yo tuviera que decir, que están más adelantada que nosotros, no; de hecho, cuando en Es-
paña quieren hacer un encuentro de Gestalt invitan a gente chilena, nosotros nos hemos en-
cargado de formar a gente en Argentina y en Ecuador, y a Chile ha venido mucha gente a
nuestro Programa, bueno, de toda Sudamérica, e incluso de Europa Yo diría que en estos
últimos 20 años, tal vez, en Estados Unidos se han organizado de manera sistemática de
Programas y de Escuelas, como la que tenemos nosotros en Chile desde el año 86 y quizás
antes. Porque antes en Estados Unidos predominaba una cosa muy individual, que yo veo
en algunas instituciones que surgen ahora en Chile últimamente, que pueden ejercer una de-
terminada tecnología o técnica, que me parece un error muy infantil, porque creo que el co-
nocimiento es universal. Bueno, esta es una tendencia muy americana, esto de especificar,
de separar y que esto sirve para esto y tiene el cartoncito para eso. Así que solamente en
los últimos años, también en Estados Unidos se ha dado un movimiento de integración,
como lo es, por ejemplo, la terapia HAKOMI, es una terapia que busca integrar a todas las
terapias.

Yo creo que en Chile, con el programa que venimos desarrollando ya, casi
15 años, desde hace muchos años que estamos en eso, desde lo corporal hasta lo espiritual,
pasando por lo emocional, lo integrador y el lenguaje. Obviamente, esta disciplina, este co-
nocimiento, este Programa de Formación, tiene un mundo propio, que se ha podido asentar
en los últimos años, porque las instituciones privadas se han podido asentar en Chile. Ya,
la formación en este campo, y en otro no es privativa de las Universidades; y eso ha sido
bueno hoy en día porque las Universidades hoy en día no tienen ninguna posibilidad de for-
mar un facilitador, aunque se lo propusieran, porque tiene un estilo de funcionamiento, una
orgánica y un cuerpo de docentes que no tiene por donde resolver el mundo de la disciplina
del Desarrollo Personal. La verdad es que no hay ninguna posibilidad, no pueden... cuando
esto nació en Esalen, que es un Instituto privado, no es una universidad, acá es lo mismo.
A mí me han... no una sino varias universidades, me han hecho la oferta de que traslade el
103

Programa y se cree, ya sea como una escuela o más bien como un post-grado o un post-títu-
lo. Cosa interesante en la perspectiva del siglo 20 y 19, pero irrelevante en la perspectiva
del siglo 21, de manera que yo nunca he estado por eso; pero además, en la cuestión prácti-
ca y funcional es imposible.

ENTREVISTADOR : Hay muchos psicólogos que ofrecen talleres de desarrollo per-


sonal e interpersonal, sin haber participado nunca ellos mismos en talleres de esta área.

PATO VARAS : ¡Claro! y la verdad es que no hacen nada que sea muy pareci-
do al desarrollo personal...

ENTREVISTADOR : ¡Quizás una que otra dinámica grupal acompañado con relaja-
ción y...!

PATO VARAS : Existe la creencia de que el psicólogo estaría más cercano


porque, la terapia humanística es algo dentro de la psicología y por lo tanto el desarrollo
personal sería... Pero la verdad es que no es así, de hecho, la experiencia nuestra es que,
bueno, yo podría decirte que alrededor de 20, 30 ó 40 psicólogos o estudiantes de psicolo-
gía han pasado por nuestro Programa, porque saben que si quieren saber de esto, tienen que
ir a la fuente en donde está el conocimiento y en donde está la disciplina funcionando; y eso
me parece bien, pero el desarrollo personal no es una disciplina que le pertenezca, ni al mé-
dico, ni al psicólogo, ni al psiquiatra, ni al profesor, ni al asistente social; es una disciplina
propia, que muchos profesionales la toman y se capacitan y se habilitan para usarla en sus
trabajos, o en centros de desarrollo personal, pero el desarrollo personal es una disciplina
propia a la cual puede acceder cualquier ser humano, por el hecho de ser simplemente un
ser humano, y tal vez una característica mínima de madurez, no diría... de mínima edad más
que de madurez, a mí me parece, bastante difícil que un facilitador del desarrollo personal
se empiece a formar después que sale de la enseñanza media. Es decir, no lo concibo, o a
lo mejor yo, o en 50 años más se va a canalizar de esa manera, pero yo no lo concibo por
ahí, yo creo que un facilitador tiene que, idealmente haber pasado cierta edad y haber supe-
rado ciertas etapas y estar como en otra dimensión. En el Programa hemos tenido a gente
joven, pero como que está en otra actitud; y me refiero a otra forma de aprendizaje. La uni-
versidad responde por ejemplo a un aprendizaje expositivo, lectivo, todavía contenidista,
obviamente eso no tiene nada que ver con la formación en desarrollo personal. Lamenta-
blemente, las 27 escuelas de psicología en Chile no responde ninguna, ni en su malla curri-
cular, ni en su estrategia de aprendizaje, a una pequeña apertura para que se pueda formar
104

una persona en terapia humanística o en desarrollo personal; de modo que, las universida-
des en este momento no son el contenedor apropiado, y como las condiciones están dadas
porque, gracias a la libertad, a que hayan instituciones privadas que si puedan ser el conte-
nedor, yo creo de aquí al próximo año, el desarrollo personal va a seguir creciendo como
una disciplina que se forma a partir de su propio modelo, de su propio contexto, de su pro-
pia escuela. De hecho, nuestro Programa hoy día es una escuela, básicamente es una escue-
la, tenemos 40 alumnos y es una escuela con una duración de tres a cuatro años. Pero con
las características propias de nuestro modelo, es decir, con maratones de fin de semana, con
sistemas de estadía, con compartir la autogestión del trabajo comunitario, con mucha inte-
racción. Cosa que es impensable en una universidad, tanto por el lado de la disciplina mis-
ma como ciencia, como por el lado de los formadores, que están acá y no allá, como por el
lado del estilo y el modus operandi, el desarrollo personal tenderá en el futuro a ser una dis-
ciplina bastante autónoma, y en términos de generar su propio modelo de gestión; y si algún
día las universidades en forma experimental primero y de alguna manera piloto, abren es-
pacios para esto, posiblemente se podrán incorporar algunas acciones formadoras me refie-
ro, porque ahora existen talleres de desarrollo personal en las escuelas dentro del modelo
lectivo, o sea como en esta sala, haciendo desarrollo personal. Pero, yo creo que la discipli-
na será independiente y autónoma, y todavía tiene... con 25 ó 50 años de vida dentro de los
cambios que se están produciendo, estará como en la ola. Pero me imagino que en la medi-
da que los precursores de esto, ya sea en otros países o en Chile vayan muriendo, o nos va-
yamos muriendo, las nuevas generaciones, los adolescentes de hoy día, que tomen este ca-
mino, en la interacción con el mundo a que ellos accedan, obviamente le darán el camino,
el destino o el marco propio que esta disciplina puede tener. Consideremos dos cosas: La
primera de ellas es que el ámbito del caos no ha disminuido, tiende a aumentar, eso es parte
de los paradigmas del siglo 21, el aceptar el caos como parte de la existencia. El ámbito del
caos es difícil que sea enfrentando de buena manera, por aquellas personas que pertenece-
mos a un mundo que no tiene ese caos, o no tiene las características de ese caos. Específi-
camente, el mundo de la droga va a seguir expandiéndose, todo lo que hacemos es nada
más que para que no se expanda tan rápido, y nada más; y para el intertanto, descubrir
como enfrentarlo de manera definitiva. Pero quienes descubran esto, no somos las genera-
ciones actuales y las futuras que nazcan en el caos mismo de la droga; están dentro del
caos, y por lo tanto ellos pueden nacer, por decir, con los anticuerpos y generar las respues-
tas a ello, pues las respuestas que nosotros pudiésemos ofrecer, serían quizás muy estereoti-
padas, externa y del pasado. Entonces, el desarrollo personal, obviamente, como disciplina
o como terapia, está jugando, y va a jugar un papel importante en lo que se refiere al ámbito
del caos, y específicamente, en lo que se refiere al ámbito de la drogadicción; pero de qué
modo será, no sé. Quizás tenga algunas directrices que sean de ahora, pero tendrá muchas
directrices que serán del futuro y que en este momento ni siquiera me las imagino. Tendrá
algunos elementos que quizás tengan que ver con la conciencia, que a lo mejor con los
grandes valores que sustentan el desarrollo personal; pero tendrá otras miles de cosas que se
usarán, de acción, y que deriven de la tecnología. Que surgirán de ámbitos que se estudia-
105

rán e investigarán mucho más profundamente de lo que se ha hecho hasta ahora. Por poner
un ejemplo que a ti te apasiona, que irá a pasar algunos años más en que se investigue y se
trabaje seriamente en el ámbito de los sueños. Hasta ahora, el tema de los sueños ha sido
como un juguete no más, por mucho que se diga que algo se ha avanzado, la verdad es que
nadie ha tomado en serio los sueños. Pero en 50 ó 100 años más, con la rapidez con que la
tecnología o las investigaciones científicas puedan ingresar en los mundos inmateriales,
creo que se abrirán muchas posibilidades. En el intertanto, no nos entusiasmemos más allá
de los próximos 25 años, yo creo que la disciplina del desarrollo personal ya está asentada
en el país, va a seguir creciendo, van a venir segundas y terceras generaciones y estas gene-
raciones seguirán funcionando en forma autónoma y crecerán en forma autónoma, a no ser
que las universidades ellas cambien, porque el modelo universitario no hace sustentable el
desarrollo personal como formación. Las universidades tendrán que cambiar si quieren to-
mar este aspecto y podrían tomarlo o no, si les llegara a interesar; y las escuela de psicolo-
gía tendrán que cambiar mucho si quieren ser escuelas de terapia. Hoy en día son escuelas
de psicología, pero no son escuelas de terapia. Y mundialmente la línea, la tendencia va
hacia la autonomización de los modelos de enseñanza de terapia. Y por lo tanto, cada vez
más, los modelos de terapia o los métodos de terapia se independizan, se enseñan en forma
independiente, al margen de las universidades y al margen de las escuelas de psicología, y
en ese momento cada vez más los terapeutas responden a formaciones propias, a las cuales
acceden, entre otros, psicólogos, posteriormente a su formación de su título. Entonces, las
escuelas de psicología podrán seguir ofreciendo sus carreras de psicología, en abstracto, en
general, o sea, sin tener nada concreto entre manos.

ENTREVISTADOR : Entiendo con tu exposición que los egresados de las diferentes


escuelas de psicología del país, para poder ofrecer sus servicios como terapeutas, necesitan
ir a especializarse a otras instituciones fuera y posterior a su pasada por la universidad.

PATO VARAS : Claro, y eso tiene que ver con un problema que tienen que en-
frentar los psicólogos. Y no sólo pasa si los psicólogos se tienen que ir a especializar afue-
ra para poder hacer terapia, desde el punto ético me refiero, o sea, para poder hacer algo
que sepa hacer. Por ejemplo, no existe ninguna escuela en donde se enseñe terapia gestalt;
habrá algún terapeuta gestáltico que a lo mejor trabaja en alguna universidad, pero que haya
un programa de formación, no hay. De manera que en Chile, cuando una persona se quiere
formar como terapeuta gestalt, tiene que ir al programa de Adriana Schnake, al programa
de Francisco Hunneus o al Programa nuestro, no hay más. Y no hay ninguna universidad
que dé una especialización en terapia gestalt, ni podría haberla si no estuviera alguna de es-
tas personas o sus co-equipos, así que esa es la verdad desnuda. Hoy día caemos en la para-
doja de que cuando un psicólogo quiere funcionar como un psicólogo educacional, hoy día
106

ya sabe que tiene que seguir un magíster en educación para enseñar en educación, tampoco
le sirve su formación, con mención en psicología educacional que le pudo haber dado la
universidad o la escuela. Los psicólogos que están aterrizando en el área de recursos huma-
nos, en el área, hasta por ahí de clima organizacional, en lugares, en el fondo de toma de
decisiones del mundo empresarial, en donde tiene que ver con el aspecto de recursos huma-
nos antes o después, también tiene que haber obtenido alguna forma de especialización, ya
sea en clima organizacional, o en desarrollo organizacional, o un master en recursos huma-
nos, hecho en Inglaterra o no sé dónde.

En síntesis, la formación como psicólogo, que no es un tema que a nosotros


nos competa, porque nosotros somos especialistas en desarrollo personal, es una formación
muy vacua; demasiado vacua. Y la terapia, hace rato que es un tema aparte.

Creo que la experiencia ha sido muy buena, la experiencia de haber incursio-


nado en el desarrollo personal y haber incursionado y haber abierto brecha en esto. Y creo
que en el futuro, se cumplirá la predicción de VICTOR FRANKL, la predicción de que
cada vez más, en la medida que se expande la conciencia del ser humano, lo humano y lo
divino se reunirán, pero se reunirán de una manera natural, no de una manera artificial. Y
ahí yo creo que hay mucho camino para recorrer y además es un camino difícil, porque está
lleno de trampas, está lleno de ilusiones y espejismos. En el afán de contactar algo tan tras-
cendental como podría ser lo divino o lo místico, los seres humanos hemos vivido emboba-
dos con espejismos, ilusiones y alucinaciones, hemos vivido manejados pro un montón de
gurús que se han atribuido, sacerdotes y/o gurús, monjes, no importa, se han atribuido la
palabra divina, la verdad. Posiblemente este cacareado tercer milenio, tenga que ver con
que los seres humanos tomen el mango del sartén en sus manos y hagan esa búsqueda a
partir de sí mismos, sin muchos recursos, mecanismos o herramientas, pero a partir de sí
mismos. Pueden haber existido muchos grandes maestros, muchos grandes profetas y mu-
cha gente de algún modo iluminada, pero ninguna luz ilumina el interior de un hombre.
Todas son luces externas. Todas las ampolletas de los gurús, aunque sean grandes gurús, o
grandes sacerdotes o maestros, todas, son ampolletas de lo exterior, todos son focos que es-
tán alrededor de mi piel y me iluminan por fuera, la iluminación interna es un proceso abso-
lutamente personal. Absolutamente personal. Es una responsabilidad personal y posible-
mente, para muchos esté vedada, y nunca prendamos esa luz interior. Pero no hay ninguna
forma de prenderla por fuera. Y yo digo que en el descubrimiento de esa simple y llana
afirmación y verdad, abrirá mucho camino para que las personas busquen adentro lo que
todo este tiempo han buscado afuera.
107

Ponencia: Redes Comunales de Desarrollo Personal a través de la especialización de


profesores y la realización de talleres de Desarrollo Personal en la Escuela.

Patricio Varas S

CPEIP.
108

Introducción: El Proyecto capacita a profesores de Educación Básica y Media en el


Area de Desarrollo Personal e Interpersonal e incorpora al quehacer escolar la estrategia del
Desarrollo Personal, especialmente para niños de 6 a 14 años, en escuelas de sectores de
extrema pobreza, como elemento favorecedor de su calidad de vida personal e interpersonal
a través del desarrollo de su conciencia corporal, autoimagen y autoestima, la clarificación
de sus metas y valores, la exploración y expresión sana de sus emociones y afectos, y el
mejoramiento de su interacción y comunicación familiar, escolar y social.

De esto modo, estos niños podrán enfrentar agudos problemas de índole social (de-
lincuencia y violencia juvenil, incitación a la drogadicción y alcoholismo), de índole educa-
cional (orientación vocacional y existencial, sentido de vida), y de carácter familiar

(familias fragmentadas, violencia intrafamiliar, embarazo precoz, desorientación va-


lórica).

El Proyecto se propone anteponer a estos conflictos las bases para una vida personal
e interpersonal sana y valórica.

1. ANTECEDENTES

Desde 1994 el sector educación ha venido sosteniendo que el problema educacional incluye
cuatro aspectos cruciales para el desarrollo de Chile:

- el nivel y pertinencia de los aprendizajes,

- La relación entre educación y trabajo,

- La resolución de los desequilibrios o inequidades entre estratos diferentes de la po-


blación y

- La contribución de la educación al mejoramiento de la calidad de vida y a la felici-


dad de las personas.

El Proyecto propone la estrategia del Desarrollo Personal como un medio para optar
a la resolución de los puntos 3 y 4 antes mencionados.
109

Una buena calidad de vida supone relaciones sociales e interpersonales positivas y


dignificantes, apoyadas en una educación orientada a la formación valórica de las personas.

Por otra parte, en un sentido más específico y complementario el Proyecto recoge la


recomendación de las Naciones Unidas sobre prevención de las drogas que alienta la reali-
zación de actividades de formación y desarrollo personal en niños a partir de los 6 años y
antes de los 12 años, dado que la edad de incitación al consumo de drogas es reconocida,
técnicamente, precisamente como alrededor de los 12 años.

La situación chilena, al respecto, se ha agudizado en estos últimos años con la inclu-


sión de graves episodios de violencia entre jóvenes e incluso niños; violencia que es deto-
nada por el consumo de drogas y alcohol, pero cuya causa debe ser buscada en aspectos
más profundos de la vida nacional y que incluyen: frustración, modelos de agresión, impu-
nidad delictual, y especialmente, perdida del sentido de la vida, de orientación hacia el va-
lor y de valores compartidos.

2. IDENTIFICACION DEL PROBLEMA.

En términos generales, en Chile subsiste el problema de la no-equidad en el sistema


educativo. Los alumnos que asisten a escuelas gratuitas y que, en su gran mayoría provie-
nen de familias de bajos ingresos, aprenden sensiblemente menos que los que se matriculan
en escuelas pagadas, y que provienen de hogares acomodados.

La enseñanza que los niños y adolescentes pobres de Chile reciben no los faculta ni
para el empleo ni para el ingreso a la universidad, tampoco marca una preocupación para
que enfrenten sus situaciones y problemas personales, familiares y sociales que, además de
graves, se agudizan en la pubertad.

El cuadro señalado se traduce en desmotivación y frustración, comportamientos in-


deseados en grupos numerosos de la población joven, rebeldía, agresividad, consumo de
drogas y alcohol, relatividad ética, acercamiento a la delincuencia y marginalidad y lo que
es gravísimo, valoración y legitimación de la cultura de la marginalidad, delincuencia y
violencia como alternativa propia y contestataria a lo establecido. Si, en el agregado, estas
conductas no son comprendidas y se opera ante ellas con represión, castigo, descalificación
y aislamiento por parte del mundo adulto y de las autoridades, la marginalidad queda sella-
da y condenada a su propio devenir.

Los niños que se asoman a la pubertad y adolescencia, en este contexto, muestran


inseguridad personal, negativismo, incapacidad de resistir presiones de grupo, carencia de
110

autocontrol, bajo manejo de la frustración, baja autoestima, desencanto y escasas perspecti-


vas en sus vidas.

En sus familias es posible encontrar modelos indebidos del uso del alcohol y las
drogas, ausencia de relaciones armoniosas, afectivas, sólidas, respetuosas y orientadoras.

En sus escuelas el aprendizaje parece estar por sobre la educación y la sujeción a


normas y castigos por sobre la convivencia sana.

El Desarrollo Personal ha probado ser una estrategia eficaz, para el enfrentamiento


de estos problemas específicos, y en general, para un mejor desarrollo del niño y el adoles-
cente. Como ejemplo baste señalar la creación y funcionamiento de la Red Comunal de De-
sarrollo Personal de la comuna de San Bernardo, y, por otra parte, el mejoramiento inme-
diato de la conducta de niños que asisten a talleres de Desarrollo Personal en sus escuelas
(Proyecto; Experiencias de Desarrollo Personal en la escuela, del CPEIP) con una disminu-
ción de las anotaciones negativas en el libro de clases de entre un 25% y un 75%, en medi-
ciones realizadas por 7 años consecutivos (1993-1999).

III PROPUESTA.

1. OBJETIVO GENERAL.

Generar, al interior de la Escuela, priorizando las de sectores de extrema pobreza, la


realización e institucionalización de Talleres de Desarrollo Personal, Interpersonal y Comu-
nitario, como estrategia favorecedora del mejoramiento de la equidad y calidad de vida de
sus alumnos, padres, apoderados y profesores.

2. OBJETIVOS ESPECIFICOS.

2.1. Realizar Talleres de Desarrollo Personal e Interpersonal para niños de 6 a 14 años,


de manera continua, sistemática y programada.
111

2,2 Incorporar la estrategia del Taller de Desarrollo Personal, Interpersonal y Comunita-


rio, en la Escuela para Padres, como elemento favorecedor del cambio personal, interperso-
nal y Comunitario de las familias y grupos que interaccionan con la Escuela.

2.3 Implementar la estrategia del Taller de Desarrollo Personal e Interpersonal como


una opción al servicio y disposición del profesorado para su mejor interacción y cambio
personal e interpersonal.

2.4 Capacitar a profesores de Educación Básica como Monitores de Talleres de Desa-


rrollo Personal e Interpersonal prediseñados a través de un Curso de 1 año de duración.

2,5 Dotar de la infraestructura y de los recursos económicos, humanos y mate-


riales necesarios a las escuelas que participen en el Proyecto.

2.6 Brindar asistencia técnica y material de apoyo técnico bibliográfico a las escuelas y
profesores, en particular, del Proyecto, y en general, a quienes la soliciten.

2,8 Crear Redes Comunales de Facilitadores y Monitores del Desarrollo Personal.

3. RESULTADOS ESPERADOS.

3.1 Generar dos redes comunales de Desarrollo Personal e Interpersonal de 20 profeso-


res(as) cada una, en las comunas de Graneros (VI región) y la Pintana (R.M).

3.2. Realizar 10 talleres de aplicación para un total de 150 alumnos en cada comuna.

4. ESTRATEGIAS.

El Proyecto se propone:
112

Capacitar, en el primer semestre del 2002, Monitores del Desarrollo Personal e In-
terpersonal, los cuales, en el segundo semestre, aplicarán con sus alumnos Talleres de De-
sarrollo Personal e Interpersonal pre-diseñados y apoyados con asistencia técnica en te-
rreno.

A partir del segundo año del Proyecto y previa evaluación de la acción de capacita-
ción y aplicación cada comuna creara y sustentará una Red Comunal de Desarrollo Perso-
nal con sus profesores capacitados y la asistencia técnica del Cpeip. De manera que, duran-
te este segundo año, estos equipos, estarían tanto a cargo de la realización de Talleres con
alumnos, como de la capacitación comunal de Monitores del Desarrollo Personal e Inter-
personal. Tal acción supondrían contar cada uno de ellos con una sala-taller implementada,
al interior de su escuela y una dedicación horaria semanal de 3 horas pedagógicas para Ta-
lleres con alumnos y 3 horas pedagógicas para capacitación comunal.

Durante el tercer año del Proyecto, junto con continuar las acciones anteriores se
iniciaría la tarea de realizar Talleres para los Apoderados, padres y profesores que así lo de-
seen, de acuerdo con los intereses de cada comunidad educacional.

Para su capacitación inicial y aplicación de Talleres, los profesores dedicarán 3 ho-


ras pedagógicas semanales tomadas de su horario de complementación.

5. ACTIVIDADES BASICAS.

- El CPEIP se hará cargo de la capacitación y asistencia técnica de Monitores, bajo


modalidad presencial.

- Los Talleres de Aplicación con alumnos se ejecutarán sobre la base de los talleres
pre-diseñados que aparecen en el texto del CPEIP “Experiencias de Desarrollo Personal e
Interpersonal en el Aula del profesor-investigador Patricio Varas S.

- Se evaluará el Proyecto mediante mediciones cuantitativas y cualitativas, ya valida-


das, de los talleres.
113

.
114

2002

Y SOLO SE TRATABA DE VIVIR.

El miércoles 31 de julio, a las 19,00 horas, se dará inicio, en los salones de la Uni-
versidad del Mar de Valparaíso, al IV Encuentro Internacional de Desarrollo Personal.

Cada dos años la Asociación Latinoamericana de Desarrollo Personal invita


a sus asociados y a todos los interesados, especialistas o no, a reunirse para intercambiar, a
través de ponencias, talleres y mesas redondas, sus experiencias y conocimientos en el ám-
bito que le compete: el Desarrollo Personal.
115

El Desarrollo Personal nació, como disciplina, aproximadamente hace 40 años en


California, USA y es la forma propia y natural de trabajo de la terapia humanística. Los
años 60’ fueron años de gran efervescencia y cambio en la costa oeste de los Estados Uni-
dos. En los salones del Esalen Institute de Big Sur, California prácticamente se dio vida al
Movimiento del Desarrollo del Potencial Humano, la Asociación de Psicología Humanísti-
ca y los Grupos de Encuentro. Significó cambios paradigmáticos, teoréticos, metodológi-
cos y de estilo y enfoque en el ámbito de la terapia. De la terapia conversacional propia de
los años pre 60’ se pasó a la terapia experiencial, del enfoque analítico-interpretativo al en-
foque fenomenológico, de la consulta al taller, del trabajo individual al trabajo grupal, del
modelo clínico de intervención a un modelo propio, el de interacción, denominado “modelo
de desarrollo personal”, los pacientes se convirtieron en personas y los terapeutas en, sim-
plemente, facilitadores o acompañantes; lo humano se privilegió y enfatizó de verdad.

Chile, gracias a Claudio Naranjo fue parte de este movimiento. Entre los años 66’ y
69’ Naranjo fue discípulo y colaborador de Fritz Perls en Esalen, allí nació su libro: “ La
Vieja y Novísina Gestalt” editado en nuestro país por la Editorial Cuatro Vientos; Editorial
que bajo la dirección de Francisco Hunneus ha sido por treinta años pionera latinoamerica-
na en lecturas de esta índole. Naranjo dirigió junto a Dick Price el Programa de Formación
de Terapeutas Gestalt en Esalen cuando Perls se traslado a Canadá a fines de esa década.
Programa al que en 1977 y dirigido por Dick Price y David Schiffman me correspondió
asistir para formarme como terapeuta gestalt. Adriana Schnacke ya antes de trasladarse a
Buenos Aires (1973) había ofrecido talleres de terapia gestalt en nuestro país.

A fines de la década del 70’ a sólo unos pocos chilenos, de todos modos, nos intere-saba el
tema: Alejandro Celis, Aline Sandford, Gonzalo Pérez, Vilma Haning y, desde lue-go, la
inolvidable Lola Hoffman. Había, además, el año 68’ ocurrido un hecho insólito; Un grupo
importante de esalenianos, entre los que podemos destacar a John Lilly y John Ste-vens
(autor del “Darse Cuenta”) viajaron hasta la ciudad de Arica para estudiar con Oscar Icha-
zo, creador del Sistema Arica y residente, desde poco después, en Nueva York. Sin embar-
go a comienzos de los 80’ eran aún muy desconocida palabras tales como: crecimiento per-
sonal, talleres, facilitador.

El primer centro de Desarrollo Personal, existente en Chile, fue creado por Ruth Ho-
flich, el año 1982 en Viña del Mar. El año 83’ Pato Doorman abrió su pequeño centro en
Sánchez Fontecilla (Providencia) y Maruja González el centro Ecos, que por aquellos años
se llamaba “Psique”( Ñuñoa). Y con el año 86’ se marcó una gran diferencia; al nacer en el
CPEIP el Programa de Formación de Facilitadores del Desarrollo Personal e Interpersonal
generamos para Chile una senda de trabajo institucionalizado y cercano a no sólo los niños
y adolescentes, sino también a los segmentos de nivel económico menos favorecidos. El
Desarrollo Personal como lo había hecho decenas de año antes la educación, se democrati-
zó. Pronto la formación incluyó no sólo a profesores, sino también a psicólogos ( Víctor
Hugo Kuschel, de La Serena , fue el primero de ellos), enfermeras, asistentes sociales, reli-
116

giosos, especialistas en desarrollo comunitario e incluso ingenieros comerciales y expertos


en recursos humano.

Para los años 90’ la formación del CPEIP y la naciente Sociedad Chilena de Desa-
rrollo Personal( formada por ex alumnos del CPEIP) se extendió a extranjeros; hubo alum-
nos de Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Holanda,
Estados Unidos, Alemania y Suiza. A mediados de los 90’ el Programa de Formación le dio
su apoyo al CONACE creando un Programa de Desarrollo Personal para la Prevención de
la Droga. Gracias al apoyo irrestricto del entonces director del Centro de Perfeccionamien-
to, Gabriel de Pujadas (1990-1994), fue creada la red nacional de Facilitadores del Desarro-
llo Personal y se generaron redes comunales de facilitadores. En 1997 se consolidó la más
importante red comunal de Desarrollo Personal de Chile, la de la Corporación de Educación
de la Municipalidad de San Bernardo, que hoy ofrece 100 talleres de Desarrollo Personal al
año y atiende a 2000 participantes entre alumnos, profesores y apoderados.

De esta formación y a través de sus ex alumnos(as) nacieron, posteriormente, la


Asociación Ecuatoriana de Desarrollo Personal, la Sociedad Colombiana de Desarrollo Per-
sonal y la Asociación Latinoamericana de Desarrollo Personal. Y fueron el CPEIP y la So-
ciedad Chilena de Desarrollo Personal quienes en 1996 organizaron el Primer Encuentro In-
ternacional de Desarrollo Personal que concitó la presencia de especialistas e interesados de
Argentina, Ecuador, Colombia, Estados Unidos y todo Chile.

Luego de organizarse con singular éxito el 98’ en Quito, Ecuador y el 2000 en Bu-
caramanga, Colombia, hoy, es nuevamente en Chile y gracias a la organización de la Uni-
versidad del Mar de Valparaíso con la colaboración de la Escuela Chilena de Desarrollo
Personal, la Universidad Raúl Silva Henríquez y el mismo CPEIP donde el ahora Cuarto
Encuentro Internacional de Desarrollo Personal tendrá lugar.

Posiblemente y en los inicios de este nuevo siglo sean en lo teórico y metodológico,


dos las principales novedades que ofrece la disciplina del Desarrollo Personal: el aporte es-
piritual y meditativo de la psicología transpersonal y la bella y axiológica integración que
ha tenido la psicología humanística a través del aporte de la terapia Hakomi. En su aplica-
ción, Chile marca una importante diferencia: el Desarrollo Personal ha llegado y está lle-
gando, mediante sus talleres, a toda la gente: niños, adolescentes, universitarios, adultos y
adultos mayores; tanto a los adinerados a través de centros privados como a los más pobres
y necesitados gracias a programas institucionalizados en escuelas, consultorios, centros de
acogida, de rehabilitación conductual, de salud mental y familiar, de atención a niños mal-
tratados o de apoyo a clubes del adulto mayor.

Las universidades han incorporados desde hace algunos años a sus currícula genera-
les o de sus escuelas de pedagogía o psicología o de sus departamentos de Bienestar Estu-
117

diantil, el Desarrollo Personal. En Santiago existe una red universitaria de Desarrollo Per-
sonal conformada por diez y ocho Casas de Estudios superiores. La Universidad del Mar
exige a todos sus alumnos haber asistido durante su carrera a lo menos a un taller de Desa-
rrollo Personal ofrecido por el Departamento de Desarrollo Personal de la universidad. Di-
versas universidades han desarrollado programas atingentes al tema, de hecho la Universi-
dad de Santiago ofrece a través de multimedia e internet un capítulo de Desarrollo Personal
a los profesores interesados.

Como dijo el Buda, “Es necesario cortar mucha leña” y lo hemos venido haciendo
en Chile y Latino América por ya treinta años. Parodiando a Facundo Cabral podemos hoy
decir: “Y valía la pena... sólo se trataba de vivir”
118

2004

NUESTRO ENFOQUE FORMATIVO EN DESARROLLO PERSONAL Y TERA-


PIA GESTALT. MACROCOSMOS Y MICROCOSMOS.

Escuela Chilena de Desarrollo Personal y Terapia Gestalt. EsalenSur

Cuando formamos un Facilitador, lo formamos para que, en esencia, dirija y coordi-


ne programa y talleres de Desarrollo Personal. Lo hacemos a partir de un modelo que he-
mos llamado “septadimensional” donde unimos, por un lado las necesidades interpersona-
les y grupales, a través de la llamada Metodología de los Grupos de Encuentro de William
Schutz (fallecido en 2002), con las necesidades intrapersonales y transpersonales, donde di-
versos métodos y técnicas nos auxilian. Cada “taller” es una instancia donde generamos
ambiente y oportunidades para que cada ser humano sea más humano. Donde creemos que
cada ser posee un principio de autorrealización que lo orienta y donde actualizar las propias
119

potencialidades es la clave. Este es el macrocosmos del Desarrollo Personal y del Facilita-


dor.

Existe un microcosmos, también. Está constituido por la relación directa y personal


de dos, tres o cuatro personas que buscan generarse una conversación interna, profunda,
verdadera y amorosa que les permita el cambio entre lo que son y lo que quieren ser. Usual-
mente a esta acción le llamamos “terapia”. De modo que lo que hacemos es, también, entre-
garles, a nuestros Facilitadores, los principios, directrices y recursos que les permitan, tanto
en el contexto del taller de Desarrollo Personal como a propósito de éste, desempe-ñarse
como terapeutas o, como nosotros preferimos llamarnos, “acompañantes terapéuticos”. Este
es el microcosmos del Desarrollo Personal. En uno y otro nuestro centro integrador es la
Terapia Gestalt. La que naciera en Esalen, con Fritz Perls en Esalen. La que continuaron
Dick Price, Claudio Naranjo y, entre muchos otros, nosotros.

La Gestalt, una forma de ser.

En mi opinión, la Terapia Gestalt es una filosofía de vida que sirve de terapia. Y no sólo
una terapia. La Terapia Gestalt es una filosofía y forma de ser que nos acompaña en nuestra
intencionalidad y perseverancia de ser humanos, más humanos y más dignamente humanos.
A ella le interesa nuestra esencia humana que no es una abstracción, sino aquella que va in-
separada a nuestra vida, nuestra existencia y el universo.

Ser o pretender ser un terapeuta Gestalt es aceptar desde la humildad y la solidari-


dad que se es parte de una comunidad de aprendizaje humano que, desde ella misma, se co-
noce, reconoce, valora y crece. Ser terapeuta Gestalt no es un status ni un rol. Es un queha-
cer compartido donde, a veces damos, a veces recibimos. Donde, en esencia, interac-ciona-
mos como seres humanos. Como toda forma de ser, la terapia incluye principios, his-toria,
personalidades, procesos, cambios, errores y aciertos. Y, en ello, es acertada cuando se
acepta imperfecta, cambiante y, a la vez, perseverante y responsable.

La Terapia Gestalt no es una parte de Fritz Perls. Fritz Perls es una parte de la Tera-
pia Gestalt. Una parte muy importante, pero no más importante que la singularidad del en-
cuentro e interacción de dos o más seres humanos vivos que hoy se reúnen a explorar su es-
encia y existencias propias. En cada uno de esos encuentros es posible que se recreen o re-
creemos formas de “ajuste creativo” como las que ideó y desarrolló Fritz. Es posible que
términos como “silla caliente”, “silla vacía” y otros surjan y lo hagan con toda la fuerza y
valor que posee la historia. Y, más allá de ello, con la profundidad que implica la red de re-
laciones y trama de la vida interactiva. Sin embargo, lo esencial de la Gestalt es, precisa-
mente, esa Gestalt que ocurre aquí y ahora, anudando pasado, presente y futuro.
120

En esencia, la Gestalt de cada ser y de todo ser es su sentido de congruencia. Su es-


tar siendo “aquí y ahora” su sentido de vida, aún desde nuestra naturaleza humana no-per-
fecta. El acto de dedicarnos a ser un acompañante/participante gestáltico inmerso en una
comunidad de aprendizaje humano de lo humano supone aceptar una forma de ser y de vida
congruente con dicho acto. Desde luego, este es un asunto más complejo y profundo que
una dada especialidad o profesión. Y, a la vez, un asunto más exigente que la mayor de las
exigencias profesionales.

En el meollo de todo gran compromiso están nuestros valores y nuestra afectividad.


Y si esto es de verdad así, también están, inexcusablemente, nuestro estudio, trabajo, inte-
lecto, voluntad y amor. En la historia existen muchos ejemplos de comunidades dedicadas a
los más altos compromisos valóricos y espirituales y, precisamente, por ello, dedicadas al
estudio de modo sistemático y continuo.

Con los años nuestra propia relación de congruencia / incongruencia nos va permi-
tiendo, de algún modo u otro, encarnar nuestros propios principios y junto con ellos desa-
rrollar una cierta actitud de vida e interacción. Es desde este hecho que, posiblemente, ge-
neramos las herramientas y recursos de acompañamiento y participación que aportan a la
auto comprensión y el cambio humano; el cual, más que terapéutico, es dignificador.

Cada comunidad de aprendizaje humano (de lo humano) lo que busca, entre muchas
cosas, es permitir a cada integrante una profunda y amorosa conversación interna que le lle-
ve, desde su esencia, a ser del modo más pleno y auténtico el ser que podría y aspiraba a
ser.

El famoso ¡hazlo! (do it! de la Terapia Gestalt) no ocurre porque alguien lo pida,
exija o proponga para otro, sino porque, en la conversación interna, ese ser descubre el có-
mo hacerlo y, en consecuencia, si lo elige, puede hacerlo.

El Modelo de Desarrollo Personal.

Luego de treinta y un años de trabajo puedo afirmar que, en síntesis, lo que he he-
cho ha sido ir desarrollando un modelo de cambio, aprendizaje y desarrollo que llamo: Mo-
delo de Desarrollo Personal. Este modelo es autónomo y equidistante al modelo clínico y al
modelo pedagógico. Su núcleo o centro integrador ha sido lo que denomino Terapia Ges-
talt Integrativa o simplemente Gestalt Integrativa.

Seis áreas de trabajo integran este modelo que es el fruto de la interacción y trabajo
con más de mil quinientos alumnos de nuestro Programa de Formación desde 1983, y con
probablemente más de 10.000 participantes en mis talleres desde 1973. Estas áreas son:
121

Área de Desarrollo Cuerpo-Mente

Área de Desarrollo Emocional Integrativo.

Área de Desarrollo Humanístico-Integrador.

Área de Desarrollo Meditativo-Transpersonal

Área de Desarrollo Interactivo-Creativo

Área de Desarrollo de la Autogestión Comunitaria.

Durante estos últimos veinte y un años pude participar en la creación, instalación y


generación de varios equipos profesionales de trabajo que dieron paso, entre otros, a la So-
ciedad Chilena de Desarrollo Personal, la Escuela Chilena de Desarrollo Personal. Esalen-
Sur, la Escuela Ecuatoriana de Desarrollo Personal de la Fundación Cre-Ser, el Programa
de Desarrollo Personal de la Corporación de Salud y Educación de la comuna de San Ber-
nardo. En todos ellos fuimos gestando, desde la teorización y sistematización a posteriori,
este Modelo.

En Latinoamérica, por cierto, existen actualmente varias propuestas distintas para


este propósito de cambio, aprendizaje y desarrollo. En Chile podemos reconocer escuelas
matrices importantes como la de Adriana Schnake, Alejandro Celis, Rolando Toro, y la
misma Sociedad Chilena de Desarrollo Personal actualmente bajo la dirección de Clyde
Michaelsen; En Ecuador la Fundación Cre-Ser que dirige Yolanda Suárez, la Fundación
Holística de Carlos Palacios y la escuela integral de Vera Kohn; en Argentina la escuela de
Daniel Taroppio, en Colombia la naciente escuela de Dora Herrera. Son propuestas comple-
tas, algunas nacidas desde nuestro modelo y otras diferentes a partir del enfoque de sus ges-
tores. También se han desarrollado escuelas especializadas en tan solo un área o método,
como la escuela de Terapia Corporal, la Sociedad de PNL, o el rolfing de Samy Frenk. To-
dos cual más, cual menos nos reconocemos dentro de un enfoque Humanístico-Transperso-
nal y una metodología experiencial-interactiva. Todos adscribimos una forma de trabajo
que es el “taller” (workshop).

Desde luego, en lo que a mi respecta, este modelo y forma de trabajo nace a partir
de mi formación en el Esalen Institute de California (1977). La diferencia estriba en que el
Instituto, por esos años, ofrecía simultáneamente y de manera no-orgánica estas áreas de
trabajo, a través de sus talleres, programas, estadías y residencias. Dicha forma, además de
demandar un alto costo económico no era, a mi entender, ni sistemática ni continua ni inte-
grada, en cuanto a formación. El modelo desarrollado, entonces, por nosotros, en Chile y
122

Latinoamérica, asume que la sistematización, organicidad, continuidad e integración tanto


en el proceso de cambio y desarrollo como en el de aprendizaje y formación son nece-sa-
rias. El orden es clave en el proceso y, en mi experiencia, este fluye de mejor manera si
pasa de lo corporal a lo emocional, de lo emocional a lo verbal y de aquí a lo meditativo;
mientras paralelamente va ocurriendo un proceso de inclusión, conocimiento, confrontación
y afecto en el plano interactivo y comunitario.

Principios, directrices y recursos.

Luego de años, nos ha sido posible seleccionar y desarrollar ciertos principios, di-
rectrices, conceptos claves y recursos de trabajo. Estos están, desde luego, expresados en la
historia de la psicología humanística, de los grupos de encuentro y de la psicología trans-
personal. De Rogers a Wilber, pasando por Maslow, Reich, Perls, Naranjo, Lowen, Felden-
krais, Selver, Rolf, Schutz, Ichazo, Castaneda, Grof, Bateson, Satir, Stevens, Moreno, Wa-
tts y Kurtz, entre muchos más, ha habido una nutrida literatura de sustento de este enfo-que.

Pienso que los cinco principios expuestos por Ron Kurtz en “Psicoterapia centrada
en el Cuerpo” vienen a sintetizar cuarenta años de psicología humanístico-transpersonal en
buena medida. Ellos son:

Principio de Ampliación de la Conciencia.

Principio de Organicidad.

Principio Holístico.

Principio de No-Violencia

Principio de Universo Participatorio.

Una mañana, a fines de noviembre de 1977 durante mi formación como terapeuta


Gestalt en Esalen, Dick Price, nuestro Director y formador, nos sintetizó los principios y di-
rectrices que nos había estado inculcando. Habló del principio de urgencia y del principio
de lo obvio. El principio de urgencia lo describió como “aquello que una persona está ha-
ciendo” y el de lo obvio, como “aquello que percibimos”. Retroalimentar a una persona en
sus necesidades y en la relación de congruencia e incongruencia entre su lenguaje de conte-
nido y relativo (verbal y no-verbal) pasó a ser una de nuestras principales directrices. Se
trataba de percibir lo que la persona está haciendo. Otras directrices que enunció fueron:
“Escuchar el propio cuerpo”, “Pasar de la fantasía a la realidad” (es decir, el famoso ¡hazlo!
o ¡do it!), “Hacer explícito lo implícito” y, especialmente, “No presionar” y “Cerrar la Ges-
talt”.
123

En agosto del 2002, mis alumnos del Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, en
Ecuador, crearon un juego didáctico que reúne los principios, directrices y recursos habitua-
les de nuestro quehacer de “acompañantes”. Además de los principios del Hakomi que-da-
ron expuestos, desde el ámbito de la Terapia Gestalt:

Principio de Integración.

Principio Homeostático.

Principio Organísmico.

Principio Holístico.

Principio de Congruencia.

Principio de Polaridad.

Principio de Actualidad

Principio de lo Obvio.

Principio de lo Urgente.

Al relacionar ambos listados de principios aparece de inmediato el aporte central


que el método Hakomi puede hacer al gestáltico: el principio de ampliación de la concien-
cia y el principio de no-violencia. Y de estos dos, especialmente, el de no-violencia. Patri-
cia Baumgardner en su libro: “Terapia Gestalt” publicado el 1975 bajo el título: “Legacy
from Fritz”; nos habla de cómo aprendió de Fritz Perls la estrategia de la “hábil frustra-
ción”. Nos dice de lo imperativo de que ésta estrategia sea usada en los momentos oportu-
nos y agrega: “Fritz imita, ridiculiza y deforma la conducta del paciente... Con su voz y su
rostro Fritz muestra desprecio y repugnancia. La voz de Fritz es suave, con un toque sutil
de burla...Fritz es el maestro de la hábil frustración” (p.78).

Uno de los desafíos más interesantes y nutritivos que he tenido en este quehacer es
el que acarrea el concepto de “elegancia en terapia”. Joseph Zinker en “El Proceso Crea-ti-
vo en la Terapia Guestáltica” refiriéndose al esencial tema del experimento dice: “Proceso
elegante es aquel que sigue un ritmo apropiado, tal que cada parte de la tarea sea fácilmente
observada y asimilada por el cliente. Asocio elegancia con claridad y lucidez de propósi-
tos...el trabajo es suave, fluente y sin prisa...como una sinfonía” (p.126). El tema, para mí,
en estos términos, es que la no-violencia es más elegante que la estrategia de la frustración.
Diverso autores comparten esta idea y también comparten la idea de que es más difícil. Pa-
124

tricia Baumgardner atribuye su uso (a la estrategia de frustración), en terapeutas novatos, a


“un asunto de pragmatismo”.

La Terapia Gestalt, desde luego, superó el uso de esta estrategia, en sus años venide-
ros, aplicando, en su trabajo, una gran dosis de creatividad, sabiduría y amor. De ello dan
cuenta, en sus libros, por ejemplo tanto Zinker como Yontef. Y que decir de Kurtz y Johan-
son en “Revelación de la Gracia. Psicoterapia en el Espíritu de el Tao-te-King”.

En síntesis, a los principios de Polaridad, Actualidad o Urgencia tan propios del


meollo del trabajo gestáltico hemos podido agregar, hoy, los principios de Ampliación de la
Conciencia y de No-Violencia para llegar a generar una forma de interacción claramente
amorosa, respetuosa y de mayor profundidad.

La terapia como conversación. Cambios paradigmáticos.

La terapia es una conversación, nos dice Kurtz, que pasó de ser una conversación “acerca
de algo” (terapia tradicional pre-60’), a una conversación con alguien que te invita a hacer
y experimentar, aquí y ahora, algo (terapia experiencial post-60’) para desembocar en los
90’ en una conversación profunda consigo mismo, acompañado por alguien que te invita a
establecer los significados de esa conversación profunda (terapia transformacional post-90).
Anteriormente a los años 60’ y aún en muchos casos hoy, la terapia consistía en una con-
versación entre dos personas: el terapeuta y el cliente, paciente o como fuese que se le lla-
mase. Era una conversación acerca de algo que le estaba sucediendo a esa persona. El cam-
bio paradigmático que ofreció la Terapia Gestalt fue “hacer algo” además, en vez de sola-
mente conversar acerca de algo. Por ejemplo, contactar las propias sensaciones y sentimien-
tos del momento, imaginar lo posible, representar las partes de un diálogo, expre-sar emo-
ciones, moverse, danzar, etc. A este cambio se le llama hoy, haber pasado de una terapia
conversacional a otra experiencial. Si agregamos, al menos, el estado de ampliación de la
conciencia y la significación de la experiencia nos encontramos con la terapia trans-forma-
cional De modo que lo que sucede, en la relación participante / acompañante, ac-tualmente,
desde lo que llamaré aquí el enfoque Gestalt-Hakomi, es una conversación que contiene
cuatro conversaciones:

1. La conversación consciente entre el Participante y el Acompañante. (C1)

2. La conversación interna del Participante consigo mismo. (C2)

3. La conversación interna del Acompañante consigo mismo. (C3)


125

4. La conversación inconsciente entre el Participante y el Acompañante. (C4)

Algo así:

Participante C1 Acompañante

C2 C3

C4

Un segundo cambio paradigmático surgió de un hecho histórico y sus efectos: La


segunda guerra mundial. Al volver a casa los veteranos de guerra recibieron distintos bene-
ficios. Uno de ellos se refería a la atención y apoyo psicológico a que tenían derecho. Esta
oferta chocó con un hecho simple: ni había tantos terapeutas ni había tanto espacio/tiempo
para dar esta atención y apoyo. Una solución fue abrir el quehacer de la terapia a diversos
profesionales que certificaran haber recibido algún entrenamiento como terapeutas. Desde
entonces hasta nuestros días la terapia en Estados Unidos no es una profesión privativa de
solo psiquiatras o psicólogos. Otra solución vino del paso de la atención individual a otra de
corte grupal, dada la influencia y aporte teórico, en 1947, de Kurt Lewin.

Un modelo experiencial-interactivo.

Cuando en 1951, Perls, Hefferline y Goodman definieron el estudio de la psicología


como “el estudio de la superficie de contacto de un organismo / ambiente”, la interacción
pasó a ser un aspecto clave de la terapia. Experienciación e interacción se constituyeron por
los años 60, a través de los talleres de fin de semana, en el modo propio de operar de la te-
rapia en la costa oeste de los Estados Unidos. La interacción grupal posee una fuerza tera-
126

péutica especial y no alcanzable en la terapia individual; Lo que yo he llamado: “la fuerza


de los pares”. Así fue cómo desde la Terapia Gestalt de Fritz Perls y desde la Cultura de los
Grupos de Encuentro de W. Schutz se generó un modelo terapéutico y de desarrollo perso-
nal que denominaremos: “experiencial-interactivo”. Confluyen, por lo tanto, en la relación
participante / acompañante dos grandes Gestalt.

1. La Gestalt Participante / acompañante donde el Participante es “figura” y el Acom-


pañante, “fondo”.

2. La Gestalt Comunidad de cambio y aprendizaje donde Participante / acompa-ñante


son “figura” y el Grupo, “fondo”.

El aporte a la Gestalt del método Hakomi.

La terapia Gestalt con el aporte Hakomi y con los de su propio proceso de reflexión
y crecimiento es hoy una terapia (donde la palabra terapia es inadecuada) experiencial-
transformacional. A su base fenomenológica y existencial se agrega el aporte espiritual del
taoísmo y budismo zen (del que ya Fritz nos hablara). A su definición de “estudio de la su-
perficie de contacto de un organismo/ambiente” (p. 229) en el clásico “Gestalt Therapy” de
Perls, Hefferline y Goodman de 1951, podemos agregar hoy, el de la autocomprensión pro-
funda y amorosa de ese propio organismo y ser. Y el concepto de “terapia” ha dado paso al
de “comunidad humana de aprendizaje de lo humano”.

El Principio de Ampliación de la Conciencia nos ha permitido una relación tanto del


participante consigo mismo, como del acompañante consigo mismo, y entre ambos, muy
distinta. Conversar con otro o consigo mismo en un estado de Conciencia Amplificada es
muy distinto a hacerlo desde un estado de Conciencia ordinaria o habitual. Esto exige, ade-
más, la generación de un ambiente de confianza, comodidad, seguridad y protección esta-
blecido explícitamente en la interacción participante / acompañante que nos ha hecho ( en
el proceso de sistematización y teorización de nuestro quehacer en conjunto con mis alum-
nos y colaboradores) acuñar la afirmación: “cama cálida” en reemplazo de la incó-moda
“silla caliente” de Perls. En este estado e interacción la llamada por Kurtz, “coopera-ción
del inconsciente” surge con relativa facilidad. La sinfonía comienza a ser audible.

Otro aspecto a considerar es que desde el enfoque gestáltico, proceso y forma son fi-
gura, y fondo, contenido. Este ha sido uno de los mayores acierto de la Terapia Gestalt. La
atención en la voz, tanto del participante como del acompañante, constituyen un verdadero
tratado central en nuestro quehacer. Si agregamos a esto el aporte del método Hakomi en
127

relación al contenido en tanto observación de las creencias, temas centrales y hábitos que se
deducen de la conversación interna del participante da de resultas una alianza formidable
para el aprendizaje y cambio tanto del participante como de toda la comunidad en aprendi-
zaje. En estos últimos años hemos desarrollado una técnica que denominamos “Gestaltdra-
ma”. Ella es la representación, por parte del grupo, del mundo interno mostrado por el parti-
cipante durante la “cama cálida”, para su mejor comprensión y significación. Aquí la consi-
deración metodológica de sus hábitos, creencias y temas centrales manifestados, explícita o
implícitamente, durante su conversación interna, resulta ser un elemento de alto aprendizaje
para todos; participante, acompañante y grupo.

Nuestra sistematización y teorización.

La idea de “momentos” durante la interacción participante / acompañante nos ha


permitido desglosar cada proceso y, en consecuencia, ha facilitado nuestra sistematización
y teorización. Estos “momentos” podemos ordenarlos en etapas:

1. Etapa de Interacción Participante / acompañante.

2. Etapa de Retroalimentación Grupal.

3. Etapa de Sistematización en Grupo.

4. Etapa de Teorización Colaborativa.

Y desde el Gestaltdrama podemos incorporar

5 Etapa de Construcción del Gestaltdrama

que implica establecimiento de los momentos, reconocimiento de los hábitos, creencias y


temas centrales, elaboración de la representación del mundo interno del participante.

6, Etapa de Representación del Gestaltdrama

que implica su representación, la retroalimentación del participante, su in-corporación a la


representación en diversos papeles y las modificaciones y experimentaciones necesarias.
128

D Ejemplos.

Ejemplo 1.

Manuel:

Momento 1. La demanda. Un cambio de ciudad (12 años), una ruptura, un senti-miento


de inseguridad.

Momento 2. La propuesta.

Momento 3. Crear un espacio de comodidad.

Momento 4. Ampliar la conciencia e incorporar la sensación.

Momento 5. Evocando una sensación a raíz de la sensación y emoción actual.

Momento 6. El relato en presente y su acompañamiento verbal y no-verbal.

Momento 7. Acompañar al niño interior.

Momento 8. La sonda: “Gracias. Me siento orgulloso de lo que hiciste y es un re-curso


que me ha servido toda la vida”.

Momento 9 Cerrar el acompañamiento del niño interior.

Momento 10. Anclar la sonda dentro del relato.

Momento 11. Integrar lenguaje de contenido; “me siento orgulloso” y lenguaje


relativo; la sonrisa y la barbilla.

Momento 12. El relato de Guaranda (10 años) y la sonrisa abierta.

Momento 13. Sonda de los pantalones.

Momento 14. Chequeo para el cierre. (alivio).


129

Momento 15. Retroalimentación.

Momento 16. Descanso

Teorización.

Ejemplo 2.

Marcela.

Momento 1. Ampliación de la Conciencia.

Momento 2. ¿Qué estás sintiendo?

Momento 3. Algo apretado en el abdomen.

La actriz en el escenario.

Momento 4. El recurso recursivo y las sondas.

Momento 5. “No me ayudes”.

Momento 6. La liberación de la pena y la rabia. Presión en el abdomen con respi-ración.

Momento 7. “Quiero empujarte”.

Hazlo.

Momento 8. Las habitaciones de la casa.

Habitación 1. El miedo a recibir

Momento 9. “Estoy consciente de que te he empujado por miedo a que no quieras


estar conmigo ni quedarte conmigo”

Silla vacía.

Momento 10. Integración y alivio.

Momento 11. Los títeres.


130

Chequeo.

Momento 12. Integración grupal y con Patty.

Momento 13. Retroalimentación grupal.

Teorización. Los recursos.

- representar

- hacer sondas

- pasar de la fantasía a la realidad. Hazlo.

- Imaginería de la casa

- Uso de metáforas y analogías

- Silla vacía

- Liberación no-verbal

- Acompañamiento corporal.

Aquí podemos observar como la sistematización de los “momentos” nos permite, simultá-
neamente, por una parte establecer el proceso del participante y por otra el quehacer del
acompañante.

Ejemplo 3.

Integración de sueño. María Leonor.

Momento 1. Narración del sueño.


131

Claves: bosque (paseo por), amigas acompañantes, boa le oprime el cuello, abandono y des-
cuido de amigas.

Momento 2. Personalizar la boa. “no quiero hacerte daño, sino sólo asustarte. La boa se
va.

Momento 3. Visualización de amigas.

Sentimiento de abandono y descuido.

Momento 4. Leo no puede gritar.

Sonda verbal para que las amigas se acerquen.

Liberación de llanto.

Momento 5. ¿Qué sientes?

Estoy intensamente resentida.

Momento 6 Actriz en escenario que cierra la obra usando la palabra


“intensamente”.

Momento 7. Psicodrama. Leo usando la palabra “intensamente”, como grito,


tiene que tumbar a dos personas.

Momento 8 Retroalimentación grupal.

Momento 9 Descanso.

Momento 10 Teorización.

Hace un par de años, uno de mis alumnos ecuatorianos (Enrique Ponce) acu-
ñó, para describir mi modo de acompañar el trabajo de integración de sueños de un partici-
pante, la sigla APPI. Significa: Actualizar-Personalizar-Polarizar-Integrar. De esta manera,
además, resulta bastante efectivo enseñar Gestalt, usando el trabajo de integración de sue-
ños.

Ejemplo 4.
132

Vilma.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.

Contacto con la percepción del entorno

Contacto con las propias sensaciones.

Momento 2: Focalización en el frío de la mano derecha.

Focalización en una polaridad (el calor en la espalda bajo el hombro derecho).

Momento 3: Contacto con “esta posición me paraliza”, “no me muevo para no perder el
control”, “Sentiría vergüenza, si me descontrolo”, “tenso mis muslos”.

Momento 4: Ligero acomodamiento y aparición de “angustia”. Llanto contenido.

Momento 5: Llanto, sonorización, presión abdominal.

Momento 6: Darse cuenta: “contengo el llanto y la risa”.

Evocación y recuerdo del funeral del abuelo.

Evocación de la risa, rabia y pena.

Momento 7: Silla vacía.

Diálogo con el abuelo. Expresión verbal de sentimientos contenidos.

Diálogo con el padre.

Momento 8: Integración con abuelo y padre. Aceptación de sentimientos, perdón,


comprensión.

Momento 9: Contacto con su nivel de “exigencia”.

Contacto con el grupo (opinión sobre el nivel de exigencia de cada


participante).

Momento 10: Estado de reposo o cierre.

Teorización:

El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el proceso de Vilma.


Luego, le propongo que se focalice en su percep-ción del entorno y de su cuerpo, usando
133

los canales auditivo, kinesté-sico y visual. Vilma deriva a su sensación de frío en las manos.
La propuesta es que se focalice pormenorizadamente en esta sensación (recurso: focusing
corporal de Gendlin). Luego, bajo el recurso de uso de las polaridades, ella se contacta con
el calor de su espalda. Desde allí, deriva a lo incomodo y paralizante de su posición. Uso el
recurso de repetición y pausa, para un mejor darse cuenta. Ante la invitación de cambio (re-
curso: haz lo que necesitas hacer), ella expone su temor y vergüenza al descontrol. En vez
de forzar la situación de cambio, le invito a que la acepte y se acomode ligeramente. Es el
momento en que empieza a llorar. Me acerco a ella, la acompaño e invito a que libere su
pena. Como tiene dificultades, le sugiero que sonorice sus exhalaciones y le ayudo presio-
nándole el abdomen. Llora y luego ríe. Vilma expresa que lleva tiempo controlando el llan-
to y la risa. Hace referencia a sus 17 años, cuando se rió en el funeral de su abuelo. Le pro-
pongo que relate en presente ese momento y luego que lo represente (tanto a sí misma
como a su abuelo). Recurso: silla vacía. Viene un momento de fuerte expresión verbal de
sentimientos guardados de rabia, pena e impotencia. Luego, la representación es repetida
con el padre. Vilma acepta la incapacidad del padre de ex-presarle verbalmente que la quie-
re. Ante el recurso: “Hija, no se de-cirte que te quiero, pero te quiero mucho” (sonda verbal,
se emociona, llora y respìra profundo). Vilma se reconoce similar a su padre. Le propongo
que desde su edad actual converse con su padre de 30 años. La relación es modificada. Vil-
ma acepta la conducta del padre a esa edad, la comprende y perdona. El proceso va llegan-
do a su cierre natural.

Ejemplo 5.

Isabel.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.

Contacto con la percepción del entorno

Contacto con las propias sensaciones e imágenes.

Momento 2: Imaginería de una casa de piso brillante, ventanas transparentes, te-chos al-
tos, vigas moradas y flores secas, hermosas en el suelo. Un lu-gar de árboles con olor a ma-
deras.

Momento 3: Personalización y diálogo de las partes.


134

Momento 4: Sorpresa y perplejidad ante lo descubierto. “Yo soy la que soy, te he impac-
tado y creo que podemos convivir amistosamente”

Momento 5: Expresa la frase a tres personas de su vida. Integra lo que siente.

Expresa la frase a una participante e integra lo que siente.

Se expresa la frase a sí misma, ante el espejo e integra lo que siente.

Momento 6: Estado de reposo o cierre.

Teorización:

El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el proceso de Is-


abel. Luego, ella inicia su amplificación de conciencia desde lo cual deriva a una imagine-
ría (la casa, etc). Le propongo los recursos de: relatar en presente, establecer las partes del
paisaje, re-presentar cada parte (personalizando el lenguaje) y, luego, realizar cambios de
fondo / figura. Aquí, Isabel toma contacto con la frase: “Yo soy la que soy y...”. Desde esa
frase ella cierra el proceso con un fuerte y sólido sentimiento de identidad.

Ejemplo 6.

Amalia.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.

Narración del sueño.

Narración en presente.

Personalización de partes del sueño

Momento 2: Silla vacía.

Personalización y diálogo de las partes.

Amalia - Madre.

Madre - Padre
135

Amalia - Padre

Momento 3: Contacto con emociones.

Pena, llanto.

Rabia.

Desinterés

Impotencia

Momento 4: Silla vacía.

Amalia Tato

Momento 5: Contacto con el grupo

Momento 6: Estado de reposo o cierre.

Teorización:

El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el proceso de Isabel.


Luego, ella inicia su narración del sueño, este se trae al presente (cambiando la forma ver-
bal) y se representan sus par-tes (personalizando los pronombres). Amalia se va conectando
con situaciones familiares pasadas (situaciones pendientes). Inicia diálo-gos con los padres
(silla vacía). La situación pendiente de fondo es “mi hermano se fue” y sus sentimientos al
respecto. Finalmente, ella contacta estos sentimientos y recuerdos y los integra a su percep-
ción y presente.

En síntesis.

Lo que hace que realmente podamos hablar de “comunidad humana de cam-bio,


aprendizaje y desarrollo humano” (en vez de terapia o terapia grupal) lo consti-tuye el he-
cho de que entre todos (participantes, acompañante, facilitadores) no sólo se vive el proceso
sino que se le sistematiza, teoriza y re-crea tanto en su aspecto práctico como teórico. La
teoría que surge es propia y singular de quienes estamos ahí, es elaborada con nuestros pro-
pios constructos, conceptos, sentimiento y térmi-nos. Nos pertenece. Nuestro modelo, por
136

lo tanto, es un modelo colaborativo, ho-rizontal, participatorio, democrático y, por ende, su-


mamente crecedor.

Hoy en día, la integración de Gestalt, Focusing Corporal, Hakomi, PNL, Psicodra-


ma, Creatividad, Arte, Meditación y técnicas complementarias de trabajo corporal y emo-
cional es una realidad en el ámbito de nuestros talleres de Desarrollo Personal. Al menos
así funcionan mis talleres. La Gestalt continua siendo, para mí, el alma mater que sostiene
este andamiaje mezcla de ciencia, artesanía y profunda humanidad.

Para finalizar, algunas grandes frases finales, de síntesis final de talleres, que he escuchado
o dicho:

“Será”, con un tono lacónico y aceptativo (Raúl Eberhard)

“Sí, pero no”, con una sonrisa jovial y cómplice (Nuno Uribe)

“Redondito”, acompañado de un gesto con ambas manos (Violeta Bauer)

“¡Me!”, alzando cejas y hombro y mirando hacia abajo (yo)

“Eso”, mirando al que sigue en la ronda (Todos)


137

2005

EL HOMBRE REAL ESTA LLENO DE DOLORES

Uno de los precursores de la corriente humanística de la sicología ha hecho de su hogar una


cuna de terapeutas-facilitadores, lo que nos muestra que su vida y obra son una sola.

Suele ser difícil aceptar la necesidad de ayuda sicológica y más difícil aún, encontrar al pro-
fesional adecuado que despierte toda nuestra credibilidad para no sentir que sólo somos un
“cheque más”.

Al encontrar a Patricio Varas (58) - terapeuta gestalt, formador de facilitadores (terapeutas


humanísticos-transpersonales) y uno de los fundadores del movimiento de desarrollo perso-
nal en Chile - la mayoría de mis prejuicios contra el concepto clásico de psicoterapia se
desmoronaron. El no sólo me habló de las bases y principios de la sicología humanística,
sino además me permitió ver que su estilo de vida era absolutamente consecuente con sus
138

palabras. En sus escritos habla acerca del facilitador y recalca que el compromiso técnico y
existencial de esta disciplina es tan potente que termina por fundir trabajo y vida personal.

La terapia gestalt, desde su reinvención en los años sesenta, ha tratado de limpiarse lo más
posible para conseguir lo esencialmente humano, razón que impulsa a sus cultores a adqui-
rir el conocimiento mediante la experiencia e interacción con otros, no sólo mediante libros.

¿Cuál es la actitud del facilitador a diferencia del sicoterapeuta tradicional?

-Uno de los grandes esfuerzos de la línea humanística es tratar de hacer que los roles sean
lo más transversales posibles. Nosotros usamos el término facilitador en vez de terapeuta
para bajar el verticalismo. Hoy existen líneas en las que simplemente hablamos de acompa-
ñantes: las personas toman ambos roles, primero participante y luego acompañante. Hay
muchos mitos que desmitificar en estas prácticas relacionados a la ética y a los problemas
económicos que los rodean. La terapia ha tenido ese problema siempre, que los terapeutas
viven de sus pacientes, por lo tanto deciden hacer tres sesiones en vez de una -así ganan tres
veces más-, entonces la decisión de hacer solo una, no es fácil.

¿Eso hace que la línea humanística, la gestáltica sea más legítima?

-Para Carl Rogers, las condiciones básicas de una relación terapéutica sana son: primero, el
terapeuta debe tener congruencia interna respecto al trabajo; segundo, debe desarrollar em-
patía -comprensión no intelectual de la persona-; tercero, debe ser capaz de dar apoyo in-
condicional a la persona que requiere la ayuda; cuarto, que esa persona necesitada se dé
cuenta del compromiso de esta ayuda.

¿Cuáles dinámicas hacen diferente esta forma de terapia de la clásica, “paciente hablando al
terapeuta por una hora”

- Primero, nosotros no hablamos de “atender a un paciente”. Además, se ha definido que


una terapia no puede durar menos de dos horas, porque los procesos orgánicos, sicológicos
de una persona no se abren y absorben en ese tiempo. Nuestras sesiones duran dos, tres,
cuatro horas. La gente ya no puede “pedir hora”...Según mi experiencia, los mejores facili-
tadores, son los que ingresan al programa por una necesidad de desarrollo personal ya que
pueden entender mejor por el hecho de haber vivido lo mismo.

¿Cómo funciona la terapia gestalt en alguien que necesita de ella?

-Mediante diversos métodos la persona hace un trabajo respiratorio para integrar todas las
percepciones y fijarse en ella misma; surgen entonces los recuerdos con sus respectivas
emociones. En ese momento, uno se encuentra consigo mismo y eso significa con las fuen-
tes más profundas de su humanidad para descubrir los elementos que te permiten transfor-
mar y superar una vida, una realidad, una experiencia dolorosa.
139

¿Qué tan diferente es la idea que tenemos de nuestra vida (en la mente) y como realmente
ésta nos afecta (en nuestras emociones)?

- Lo que realmente se ha vivido con todos sus alcances es privado y está colmado de situa-
ciones penosas y dolorosas. Por ejemplo, el maltrato y el abuso deshonesto a niños por par-
te de parientes o conocidos es más común de lo que pensamos, pero son situaciones de las
cuales no se habla con la familia o amigos, sin embargo, sí salen con el terapeuta o en un
taller. Así, comienzas a tener una visión más humana de la gente: el hombre no es un ser
impoluto que pasó por la existencia volando; es todo lo contrario, está lleno de dolores. Eso
es real humanidad.

¿Me podría contar un caso que haya sido significativo para usted?

-Hace un tiempo trabajé con un joven de 27 años que se iba a casar y antes del matrimonio
quería tener todo limpio. La experiencia de vida de este chico era que su padre había asesi-
nado a su hermano y su madre a su padre. Esa es la vida y debemos vivirla nos guste o no
con este tipo de cosas. Este chico me enseñó mucho, ya que su calidad de vida era fantásti-
ca y a pesar de esa terrible experiencia, salió adelante.

¿Cree que la terapia gestalt funciona en todo tipo de personas?

-La terapia tiene mayores posibilidades de éxito mientras más integradora es. El rango de
posibilidades de un terapeuta es a la cantidad de métodos (recursos) que esté anclado. Las
personas son mucho más complejas que los métodos y el terapeuta debe tener una cantidad
múltiple de recursos para así adaptarse a la persona o al grupo. Hay algunas personas que
no pueden conectarse con su interior -muy pocas, pero las hay-, en esos casos es función
del terapeuta usar los recursos adecuados para desarrollar en ese tipo de personas las habili-
dades que no posee.

¿Cree que la esencia de resolver conflictos está en la capacidad de conectar con las emocio-
nes?

-No necesariamente. Es un proceso que viene de lo más corporal que serían las sensaciones.
Tiene mucho que ver con las técnicas de respiración que ayudan a conectarte con un estado
emocional olvidado. Toda emoción se sustenta en una sensación. No existen emociones si
no hay sensaciones, pero no toda sensación sustenta una emoción, de manera que cuando
una persona se conecta con sus sensaciones, tiene la base para hacerlo con sus emociones,
lo que te lleva a reconocerlas, expresarlas y liberarlas. Hemos tenido un aprendizaje cultu-
ral para retener nuestras emociones: En Isla de Pascua la gente expresa sus emociones
abiertamente, hay más libertad sicológica. En cambio, en sociedades como la japonesa, se
enseña a ocultar las emociones para no mostrar la verdadera identidad.

¿Ha aplicado estas dinámicas en usted mismo?


140

Sí. Lo he hecho con algún terapeuta o solo (es más fácil con alguien). Cuando niño yo me
reconocía como alguien muy sensible y como adulto lo había perdido ya que me transformé
en un profesor, alguien muy académico. Descubrí que debía dejar de lado esa parte racional
para volcarme más al mundo de la sensibilidad y mi experiencia en Esalen (centro de creci-
miento personal californiano pionero en el mundo) fue fundamental para eso. Sentí la nece-
sidad de desarrollar mi lado femenino, aceptarme como persona sensible, emotiva. Lo recu-
peré para hacer una de las cosas más sanas para el ser humano, llorar. Yo he vivido uno de
los dolores más fuertes del ser humano, la pérdida de un hijo: cada día, por un año, me co-
nectaba y lloraba en forma sistemática, eran verdaderas clases de llanto, lo que fue muy sa-
nador para mi duelo.

Patricio Varas estudió pedagogía en sicología y filosofía en la Universidad Católica de Val-


paraíso y muy joven llegó a tener una cátedra en el mismo centro. Siempre crítico a lo que
las tendencias terapéuticas clásicas ofrecían en esa época (setentas), investigó mucho hasta
que se conectó con la terapia gestalt , la cual comenzó a enseñar a sus alumnos. Sin embar-
go, aún no estaba conforme con lo que tenía, “sentía una falta de humanidad” hasta que le-
yendo y leyendo descubrió un pequeño detalle: todos los autores de sus libros estaban liga-
dos a un lugar llamado Esalen, en California. Ese lugar fue la cuna del movimiento huma-
nístico y en él estuvieron los grandes maestros, las fuentes de la corriente, incluido Fritz
Perls, re-originador de la terapia gestalt y William Schutz, creador de los grupos de encuen-
tro. Allá se dirigió Patricio Varas en 1977 y como él dice, “ me encontré con sesiones de
una intensidad emocional y un compromiso corporal y mental que simplemente no había
imaginado. Me enfrenté a algo que me dijo, lo tomas o lo dejas”. Lo tomó y no sólo como
una especialización profesional, sino como un compromiso de vida.

Desde 1993, Patricio Varas vive en la parcela “La Pachamama” en Talagante, que además
es un Centro de Formación de Facilitadores y que cada fin de semana recibe a personas que
se están sanando para ayudar a otros o que para ayudar a otros se están sanando. Se están
transformando en facilitadores, “verdaderos espejos cálidos”, porque nada poseen y todo lo
contienen al reflejarlo con objetividad y sin interpretación ni juicio crítico.
141

2007

CARTA A UNA TERAPEUTA.

Talagante, 23 de noviembre de 2007.

Querida amiga:

Trabajar con niñas y adolescentes violadas, como hacerlo con personas torturadas, en due-
lo, o familiares de desaparecidos durante la dictadura es entrar a temas mayores. Será nece-
sario, de tu parte, mucha capacidad de acogida, empatía, transparencia en tus propias emo-
ciones, entrega de seguridad, confianza y confidencialidad. Evita presionar el relato doloro-
so, antes dale espacio a la persona para que se encuentre contigo, con tu vida y con la pro-
pia. Entrega algunas claridades muy necesarias, como que el violador es el enfermo y no
142

ella, como que su experiencia dolorosa no la disminuye ni quita dignidad, sino que siendo
dolorosa le permite descubrir que ella es mucho más como ser humano que esa penosa ex-
periencia. Cuando la persona este en disposición de entrar en el relato mismo de la viola-
ción, con mucho tacto y pausa, será necesario traer el relato al presente (es decir relatarlo en
verbos presente como si estuviera ocurriendo ahora) será el momento más álgido del traba-
jo; habrá mucho dolor, pena, rabia e impotencia; allí tendrás que recurrir a los métodos de
descarga corporal de las emociones (no cometas el error de dejarlo meramente en el plano
verbal). Luego, vendrá la personalización de los personajes, es decir, ella será el violador y
desde allí podrá empezar a comprender la inmensa pobreza espiritual de ese sujeto, sus
enormes limitaciones afectivas y sexuales y su inhumanidad. Ningún paso puede ser apura-
do, llegará solo cuando las condiciones de acompañamiento tuyo así lo ameriten. La inte-
gración de este hecho doloroso sólo ocurrirá en la medida que la posibilidad de perdonar
exista en tu participante. Puedes promover esa alternativa, pero no presionarla. Si ocurre
puedes considerar "sanado" el trauma, si no significará que el trabajo terapéutico tendrá que
continuar. No cierres la terapia simplemente ahí o en el perdón, es necesario que reconstru-
ya la participante su futuro, que salga de la situación pasada, se rearme, revalorice su propio
cuerpo, su propia sexualidad y afectividad y que recupere la confianza en el ser humano y
la humanidad. El único ejemplo de humanidad con que contará durante las sesiones serás
tú. Hazte transparente y humana para ella y para ti misma. En fin, identidad, contacto y ba-
lance

¿Qué significa humanidad en el terapeuta?

Significa compasión (es decir, ternura cariñosa), sensibilidad, nitidez, calidez, amplitud,
profundidad, transparencia, calma y empatía.

Un abrazo,

El focusing corporal.

Entrevista a Pato Varas Santander.

REVISTA UNO MISMO 17/09/2007

¿Qué es el Focusing y quién es su creador?

El Focusing o Método de Focalización Corporal es para Martin Siems (1), “la des-
cripción de un proceso básico de cambio en nuestras vivencias, que nos ayuda a enfrentar-
nos a un problema, a una situación difícil o a buscar una solución creativa”. Para Ann Wei-
143

ser Cornell (2) es “una forma de escuchar al cuerpo, con compasión y sin preconceptos. Un
proceso de toma de consciencia y sanación emocional orientado hacia el cuerpo. Algo tan
sencillo como notar cómo te sientes y luego tener una conversación con tus sentimientos en
la cual tú eres el que escucha la mayor parte del tiempo”.

Ahora bien, Eugene Gendlin (3), el creador del método lo describe así: “Focusing es
una forma de atención corporal interior que tiene lugar en una zona ubicada entre lo cons-
ciente y lo inconsciente”.

Eugene Gendlin nació en Viena en 1926, su familia, judía, emigró con él, a Estados
Unidos, a sus 12 años (1938). Mientras cursaba sus estudios de Filosofía, en la Universidad
de Chicago, conoció a Carls Rogers. Como colaborador y discípulo de Rogers, durante 11
años, desarrolló el enfoque de la llamada psicoterapia experiencial. En 1969 usa por prime-
ra vez en una publicación, el término “Focusing”. Método que venía desarrollando desde
1962. Es autor de más de 250 publicaciones sobre su método.

¿Cómo llegó Gendlin a descubrir y desarrollar su método?

A principios de los 60’, Gendlin empezó a investigar sobre la siguiente pregunta:


¿Por qué la psicoterapia ayuda a algunas personas y a otras no? Estudiando a personas de
éxito en la psicoterapia y a personas sin éxito descubrió que las personas de éxito durante la
terapia empezaban a hablar más despacio, a expresarse con mayor dificultad y a buscar a
tientas las palabras adecuadas para describir algo que sentían en ese momento, y solían de-
cir que experimentaban esta sensación en el cuerpo. O sea tenían una sensación vaga y difí-
cil de describir en el cuerpo. Por contraste, quienes no tenían éxito en la terapia se mante-
nían todo el tiempo en el nivel mental. Gendlin se propuso entonces convertir esta habilidad
en método de terapia. Para quienes no poseen esta habilidad naturalmente es posible apren-
derla y desarrollarla en sesiones de trabajo, de tres horas, que pueden variar entre una y
ocho.

¿Cómo se aplica, cómo se trabaja?

En su forma esencial el Focusing se desarrolla a través los llamados “seis pasos”.

Los seis pasos del Focusing son:

1. Despejar un espacio : Donde se generan las condiciones apropiadas para ini-


ciar el contacto consigo mismo.

2. La sensación sentida : A partir de un tema o problema o, simplemente, a par-


tir de la atención en sí mismo, el participante chequea sus sensaciones hasta focalizarse en
la que se torna más nítida o permanente. Permanece atento a ella.
144

3. Asidero : Encuentra un asidero para esa sensación sentida, es decir, una


palabra o imagen o frase que emana desde ella.

4. Resonar : Va del asidero a la sensación sentida y viceversa hasta consi-


derar que la resonancia entre ambas es exacta, es decir, la sensación sentida corresponde a
esa palabra o frase y viceversa.

5. Preguntar : A la sensación sentida le son planteadas preguntas, cuyas res-


puestas se espera emanen desde ella. Buenas preguntas son: ¿Qué es lo peor o lo mejor de
todo esto? ¿Qué necesito para sentirme mejor? Usualmente las respuestas que emerjan nos
llevarán a algún estado de alivio.

6. Recibir : La acogida a lo sucedido y su integración al sí mismo


producirá un nuevo estado, un cambio cualitativo en la
persona.

¿Qué facilita un buen trabajo profundo? ¿Qué obstaculiza un buen trabajo?

En mi experiencia, la aplicación del Focusing resulta más profunda y significativa


cuando a través de un recurso de ampliación de la conciencia (propio de la terapia Hakomi)
el proceso ocurre en un estado que llamaré de meditación asistida. El contacto interno cor-
poral alcanza profundidades insospechadas y relevantes. Por otra parte, si a partir del 5º
paso incorporo todo el bagaje de directrices y recursos propios de la terapia Gestáltica es
indudable que los propósitos de cambio y especialmente de cambio organísmico tendrán
una alta probabilidad de ocurrir.

Otro recurso que permite un trabajo profundo es el uso de sondas corporales o ver-
bales, es decir, de frases que el participante se dice internamente ya sea para chequear qué
le ocurre o para resolver un estado interno no-resuelto. Ejemplo: “Observa que te ocurre
cuando escuchas en tu interior a tu padre diciéndote - hijo siempre te he querido”. Del mis-
mo modo el contacto corporal apropiado puede “desbloquear un punto muerto” y generar
un intenso movimiento de integración. Ejemplo: “Observa que te ocurre cuando recibes el
abrazo de tu compañera como si fuese el de tu hija”.

Los obstáculos suelen venir de un uso exacerbado de la razón y la mente. En tales


circunstancias, opino que debemos bogar a favor de la corriente, considerar esas habilida-
des exacerbadas un aliado y movernos con otros recursos, vale decir, metáforas de tipo
eriksonianas, Logoterapia y Programación Neurolinguística.

¿Se agota esta técnica en la percepción corporal, emocional? ¿Podría abrir el espacio hacia
visualizaciones, intuiciones?
145

No, en ningún caso, más bien resulta ser un método de alta integración con otros
métodos. Además, a partir de 1985 (4) Gendlin viene desarrollando especialmente un tra-
bajo de integración entre focalización corporal y sueños. Los sueños, en términos simples,
diremos que vienen desde el inconsciente. El Focusing se mueve en ese “borde”. Busca
siempre traer lo implícito al plano de lo explícito. Un sueño contiene muchos elementos im-
plícitos que pueden ser explicitados a través de las sensaciones que me evocan.

¿Es espiritual la técnica del Focusing? ¿Es compatible con prácticas espirituales?

Hoy en día muchos métodos de acompañamiento terapéutico se apoyan en alguna


forma de trance, inducción hipnótica, estado de conciencia ampliada o meditativa. Diferen-
ciar, en la experiencia personal, entre estado meditativo, estado de trance, o estado de con-
ciencia ampliada, puede resultar siendo un asunto muy sutil. Lo relevante y fundamental es,
a mi modo de ver las cosas, cuál es el grado de integración organísmica que alcanzamos, y
cuánto de ella nos trasciende y hace trascender hacia un sentido profundo de humanidad y
de existencia. A fin de cuenta tocar el átomo más profundo de mi propio ser es también to-
car mi inseparatividad con el universo y la existencia. La “sensación sentida” es un peque-
ño gran paso en esa dirección.

¿Y qué es la “sensación sentida” o “felt sense” de Gendlin?

Digamos que es algo que está en el origen o fuente de mi sensación. Algo que es di-
ferente a una emoción. Algo que tiene su propio significado, pero que su nivel de riqueza y
complejidad lo hace quedar disminuido al expresarlo en palabras. Más bien me resulta fácil
objetar las descripciones verbales que no le representan cabalmente. De ahí la conveniente
necesidad de estar en un estado de conciencia ampliada, que me permitirá comprender sin
palabras lo que me sucede. Luego, cuando desde la propia sensación originaria comienzan a
emanar las palabras ocurre lo que he llamado “integración organísmica”. La vieja dualidad
de cuerpo y mente que instalara, entre otras, la Escolástica en nuestras vidas y cultura, tien-
de a desaparecer y el anhelo Holístico se hace realidad. Puedo ser uno conmigo mismo y a
partir de aquello uno con el universo y la existencia. Lo que Ron Kurtz (4), creador de la te-
rapia Hakomi, ha descrito como “principio de universo participatorio”. Es decir, la sen-
sación sentida es una sensación corporal implícita y holística, de carácter complejo. Contie-
ne un entramado de significados muchos de los cuales no llegan a ser palabras, pero sí in-
tuiciones profundas. La sensación sentida nos permite descubrir que dentro de nosotros hay
algo más fiable y certero que la razón. Y que siempre ha estado al interior de cada uno de
nosotros. Sólo que hace siglos que nos desconectamos de nuestra interioridad y la reempla-
zamos por algo muy externo como es la lógica. Fuimos endiosando a la razón, siendo que la
razón no es más que un medio. También reemplazamos meditación por reflexión y con-
ciencia por mente. Restituir la meditación y la conciencia es necesario.

¿Qué otros aporte trajo consigo el Focusing?


146

Con Rogers y Gendlin hubo un importante cambio paradigmático en psicoterapia.


En la mirada que nace a partir de ellos queda modificada la relación paciente/especialista
por otra de carácter más horizontal que yo llamo participante/acompañante. Por ejemplo
Martin Siems desarrolla en Alemania la idea de “Clubes”; Significa que dos o más personas
se reúnen bajo la asistencia técnica temporal de un especialista, aprenden las claves de las
funciones de participante, acompañante terapéutico y de retroalimentador y trabajan a solas,
dentro o fuera del salón de sesiones, intercambiando esas funciones. Todos son participan-
tes, todos son acompañantes terapéuticos y todos son retroalimentadores. Es lo que yo he
llamado “la fuerza de los pares”. La relación sanadora ocurre a partir, entonces, de relacio-
nes entre personas reales y no entre una persona que asume un rol, el de paciente, y otra que
asume otro rol, el de médico, psicoterapeuta o chamán. Esas relaciones, en opinión de Ro-
gers, no sanan, enferman. Se trata, en mi opinión, de apoyar a las personas a que sean sus
propios sabios y sanadores. Después de todo ¿quién puede conocerme mejor y más que yo
mismo?

Gendlin ha señalado que su método ha permitido que las personas cambien, pero no
ha logrado que las estructuras y el mundo cambie. Esa es una tarea por hacer. Por ahora, el
Focusing tiene variados campos de aplicación, desde focusers trabajando en Afganistán en
tiempos de guerra, hasta su aplicación en psicoterapia, ciencias, medicina, educación, crea-
tividad y espiritualidad, siempre en un deseo de construir un mundo de paz.

Referencias bibliográficas:

1. Siems, Martin. “Tu cuerpo Sabe la respuesta”. Ed. Mensajero, Bilbao. 2002.

2. Weiser Cornell, Ann “El poder del Focusing”. Obelisco, Barcelona. 1999.

3. Gendlin, Eugene. “El Focusing en psicoterapia”. Paidos, Barcelona. 1999.

4. Gendlin E.T. “Deja que tu cuerpo interprete tus sueños”. Ed.


Desclée. Bilbao 2001.

5. Kurtz. Ron. "Body-Centered Psychoterapy, The Hakomi Method".


LifeRythm, 1990.

Bibliografía recomendada en español:

FOCUSING, Proceso y Técnica del Enfoque Corporal, de Eugene Gendlin, Ed. Mensajero,
Bilbao, España
147

PSICOTERAPIA EXPERIENCIAL Y FOCUSING, La aportación de E.Gendlin, de Carlos


Alemany, Ed. Desclée De Brouwer, Bilbao, España

TU CUERPO SABE LA RESPUESTA, Focusing como método de autoconocimiento, de


Martín Siems, Ed. Mensajero, Bilbao, España.

Weiser Cornell, A., El poder del Focusing. Obelisco. Barcelona, 1999.

Gendlin, E., El Focusing en psicoterapia. Manual del método experiencial. Paidós. Barcelo-
na, 1999.

Amodeo, J. y Wentworth, K., Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones inter-
personales. Col. Serendipity. Ed. Desclee. Bilbao, 1999.

Riveros E., El nuevo paradigma del Experiencing. Ed. Lom.Santiago de Chile 2000.

Riveros, E. Focusing experiencial y existencial. Santiago de Chile. 2005.

Flanagan, K., A la búsqueda de nuestro genio interior. Como cultivarlo y a donde nos guía.
Col. Serendipity. Ed. Desclée. Bilbao 2001.

Gendlin E.T., Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. Ed. Desclée.Bilbao 2001.
148

2008

La posibilidad de una visión holística de la Educación Física.

En 1926 el ciudadano Jan Christian Smuts, que se destacaría posteriormente en la vida polí-
tica de su país, Sudáfrica, publicó “Holismo y Evolución” (1). Allí, basándose en el término
griego “holos”, todo, totalidad, expuso que la comprensión de la realidad ocurría más bien a
partir de la observación de la totalidad; totalidad que evolucionaba y en su proceso era di-
námica e interactiva.

En 1934, un profesor alemán, Kurt Goldstein, siguiendo las expresiones de Smuts,


publicó. “El organismo. Una aproximación holística de la biología”(2). Allí re-calcaba que
la comprensión de un organismo ocurre cuando se observan sus interacciones dentro de un
proceso global, armónico e integrado.
149

Hoy día es un hecho conocido en las ciencias físicas y humanas que la comprensión
de las cosas ocurre cuando se comprenden las interacciones de las cosas. Sin embargo, una
interacción evidente sigue sin ser desentrañada: La de la interfaz cuerpo-mente; ¿cómo,
donde y cuando ocurre que mi pensamiento se convierte en acción o mi acción en idea?

Fue hace muchos siglos que la comprensión de las cosas se nos hizo difícil. Fue
cuando se nos ocurrió que si bien el ser era inseparado, el conocimiento de él podía ser por
separado, que sumando las partes entenderíamos el todo, que analizar era compren-der. Sa-
bemos que en el año de 1274 murió el llamado Doctor Angélico, don Santo Tomás de
Aquino (3). Desconocemos el año de su nacimiento; probablemente alrededor de 1227. La
leyenda señala que a pesar de lo corpulento y grande que fue se le vio, en tres oportunida-
des, flotar en el aire, levitando. En una época donde el conocimiento era, en esencia, pro-
ducto de la creencia religiosa, este santo hombre, hijo de don Landolfo, conde de Aquino y
doña Teodora, condesa de Teano, dejó una impronta en la ciencia que aún perdura: la razón
y su uso. Si a eso agregamos que la valoración del cuerpo era mínima (para la Iglesia y su
influencia), dada su cercanía con el pecado, una dicotomía espeluznante surgió (y no por
culpa de Aquino): El hombre estaba constituido por dos principios, uno su alma otro su
cuerpo, uno su mente otro su cuerpo. Así fue como entre el 1300 y el 1960 se asentó en las
ciencias humanas (al menos en Occidente) una concepción dualista, donde mente y cuerpo
pasaron a ser entidades separadas (4).

Las ideas de Smuts y Goldstein sólo vinieron a prosperar, y sólo en algunas partes
del planeta, después de los años cincuenta. Fue a principios de los 60’ que tanto los educa-
dores y psicólogos como filósofos y artistas decidieron que lo humano era lo humano y no
sus analíticas partes; y que el mejoramiento de la vida human, diremos su terapia y educa-
ción, requería de una comprensión holística y humanística del ser humano(5). Lo holístico,
humanístico y organísmico reverdeció. A falta de un constructo mejor se creo el de “cuer-
pomente”. La psicología y las psicoterapias asumieron que lo corporal era parte de ellas,
que lo espiritual era parte de ellas, que lo emocional era parte de ellas, que no solamente el
lenguaje verbal y la conversación las definían y describían ¿Y qué fue de la Educación? En
esencia siguió marcando el tranco y no salió de su esquema. ¿Qué fue de la Educación Físi-
ca? (nombre que, de suyo ya, es digno de revisión). Pues, poco. Siguió “pensando” que el
pensamiento y las emociones y los sentimientos y la meditación y la conciencia de sí eran
cosas de otros. Que el movimiento corporal y el esfuerzo físico constituían su contenido.
¿Cambiaron, en el mundo y en Chile las mallas curriculares de las Escuelas de Educación
Física entre 1960 y 2008 de manera especial hacia una concepción holística del ser huma-
no? Definitivamente, poco. Hoy leemos en Internet (6) que la mejor planificación de las
clases de Educación Física considera objetivos encaminados a:

La adquisición de conductas motrices nuevas.

La modificación de conductas motrices anteriores.


150

La mejora de la condición física.

La vivencia de métodos correctos de práctica física.

La recreación y el disfrute personal.

La asimilación de conceptos relacionados con la Educación Física.

La adquisición de hábitos, actitudes y valores positivos hacia el entorno y las perso-


nas.

La psicoterapia ha avanzado en el conocimiento, por demás antiquísimo, del impac-


to de la respiración en el ámbito corporal, emocional y meditativo. ¿Existe en alguna parte
de las escuelas formadoras una cátedra de Respiración? De la misma manera hoy sabemos
que la autoestima viene del concepto de sí mismo, que viene de la imagen de sí mismo, que
viene de la conciencia corporal Las técnicas de “consciencia sensorial” y “consciencia cor-
poral” y su aporte al cambio terapéutico y humano son ya añejas. Sus precursores, Charlotte
Server (7), Gerda Alexander (8), Moshe Feldenkrais (9) entre otros, ¿son estudiados y co-
nocidos por los estudiantes de Educación Física? ¿Sus técni-cas y ejercicios son practica-
dos? ¿Se conoce el beneficio que reportan para el ser humano, sea niño o adulto, sea para
su educación o para su terapia?

En la India, en China en Japón los guías espirituales desarrollan y propende al desa-


rrollo armónico de mente, cuerpo y emociones. Sus prácticas devocionales y meditativas
ocurren, primero que nada, en sus cuerpos. Estos maestros son, a la vez y sin separación al-
guna, profesores de filosofía, psicología y educación física. Y lo han sido por siglos, ya que
por allí no pasó don Santo Tomás de Aquino ni su impronta raciona-lista. Para ellos, obvia-
mente la conducta y las conductas existen, pero siempre están subsumidas a la conciencia.
Probablemente a un profesor de Educación Física le resulte extrañísimo dar una clase de
“educación física de la conciencia”. Y sin embargo es ver-dad. A través del cuerpo y con el
cuerpo la conciencia psicológica puede ser desarrolla-da.

En los años 80’ un americano de origen judío construyó un método de educación y


terapia que llamó: “Focusing Corporal” (10). Discípulo de Carl Rogers (11) y de su método
de “focusing afectivo”, dio un paso tremendo hacia la comprensión de la inter-faz cuerpo-
mente. Su clave, la focalización en nuestras propias sensaciones corporales para conocer-
nos, mejorarnos y desarrollar nuestras potencialidades. Gendlin era, en esos años, profesor
de filosofía en la Universidad de Chicago. Aun cuando no se considerase el método en su
sentido principal, su aporte, por ejemplo al mejoramiento de la práctica deportiva es inne-
gable. ¿Las Escuelas formadoras se han abierto a la indagación de métodos y técnicas que
van más allá de lo meramente deportivo y propio de la práctica física? ¿O existe una creen-
cia inconsciente de que hay ámbitos de lo humano que son propiedad de otros profesiona-
les?
151

Entre los años 60’ y 80 la profesora Gladys Jiménez (de la Universidad Católica de
Valparaíso) indagó persistentemente y de manera intuitiva en lo que llegó a denominar
“gimnasia expresiva”, buscando unir el mundo afectivo y valórico del ser humano con su
movimiento y expresión corporal ¿Qué fue de ese intento? ¿Prosperó?

La leyenda cuenta que Pitágoras, en su intento de compartir sus conocimientos geo-


métricos y astronómicos con los sabios egipcios, debió por meses asistir a prácticas de
aprendizaje de una correcta respiración. En efecto, tales sabios consideraban inoficioso
compartir sus avanzados y profundos conocimientos con alguien que no sabía respirar, y
por una razón simple: ¡No entendería nada! Gurdjieff (12) enseñaba a principios del 1900
la comprensión del universo y de la creación a través de… una danza. Los garúes de la In-
dia crearon el juego del Lilah (13) para que niños y adultos comprendieran el proceso de
desarrollo de la Conciencia Absoluta. En la meditación Zazen (14) del budismo zen el esta-
do meditativo sólo es alcanzable si la espalda y columna mantienen una determinada posi-
ción. En fin… por los años 60 había en la Escuela de Educación Física de la UCV un
alumno, Mauricio Barahona, que practicaba el Yoga y que soñaba con hacer una integra-
ción entre Educación Física y Yoga. Profesores y alumnos lo miraban y se sonreían. Les
parecía que estaba medio loco. Además, era un poco gordo y sin habilidad para saltar el ca-
jón. Todos reconocían que tenía buen humor y que nunca se enojaba.

Recuerdo haber escuchado por los años 60’, cuando todos hablábamos de la necesa-
ria formación integral del alumnos, a profesores del Instituto de Matemáticas decir muy se-
riamente que los alumnos en clase de matemáticas se formaban “integralmente” porque es-
cribían los ejercicios en la pizarra, a lo cual los profesores de la escuela de Educación Físi-
ca replicaban, muy en serio, que sus alumnos de básquetbol o fútbol se formaban integral-
mente porque aprendían los reglamentos del fútbol o el básquetbol. La verdad, me parece,
es que todos cual más, cual menos, nos sentíamos presionados a dar una formación integral
y no sabíamos muy bien cómo hacerlo.

50 años después, en buena medida sabría cómo hacerlo, dados los cambios paradig-
máticos, metodológicos y técnicos que surgieron a partir de California por esa misma épo-
ca, pero en buena medida no lo estamos haciendo. Por ejemplo modelos curriculares como
el de Educación Confluente (15) o de Aprendizaje Experiencial (16) existen pero no se apli-
can, al menos en Chile. En Ecuador, el Instituto Superior de Desarrollo Humano, Cre-Ser
(17) creado hace tres años, aplica en toda su carrera y malla curricular ( que va desde la
cátedra de Biología hasta la de Desarrollo Transpersonal, pasando por las de Epistemolo-
gía, Fenomenología, Antropología y Desarrollo Corporal) el modelo de Educación Con-
fluente. Los resultados han sido extraordinariamente felices, tanto para estudiantes como
para profesores.

La posibilidad de la no-violencia en Educación Física.


152

A mediados de los años 80’ un psicólogo americano, Ron Kurtz (18) desarrollo un
método de terapia que denomino “Hakomi” o “Terapia centrada en el Cuerpo”. Venía me-
ditando el asunto hacía años y había publicado con antelación “La Revelación de la Gracia.
Psicoterapia en el espíritu del Tao Te King (19). Entre sus principales aportes está el haber
introducido tres principios al ámbito terapéutico: El Principio de Ampliación de la Cons-
ciencia, el Principio de No-Violencia y el Principio de Universo Participatorio. Los cuales
agrega a los ya legendarios Principios: Holístico y Organísmico.

Con la aplicación del principio de ampliación de la consciencia probó que el trabajo


terapéutico era distinto si se hacia en un estado de consciencia ampliada en vez de en estado
de consciencia ordinaria. El estado de consciencia ampliada se logra fácilmente, en la medi-
da que la persona está en un estado de tranquilidad y acogida en el cual puede simultaneizar
sus sentidos. Nuevamente nos encontramos aquí con una posibilidad de aplicación en el
ámbito de la Educación Física y los deportes sin necesidad de entrar a mayores cambios pa-
radigmáticos. Desde luego esto ha tenido antecesores en el deporte, como la aplicación de
técnicas de imaginería, visualización corporal y concentración, especialmente en atletas de
elite que practican gestos deportivos complejos y específicos, como el salto alto, el salto
con garrocha y la gimnasia olímpica.

En estrecha relación con este principio, Ron Kurtz, desarrolló el de no-violencia.


Hoy, vivimos en un mundo donde la agresión y la agresividad son habituales, incluso en
las escuelas básicas. Existen una relación directa entre agresión y frustración. Un antiguo
proverbio hindú dice. “Un hombre feliz no tiene expectativas”. La contraparte es algo así
como “Las expectativas desmedidas generan desdicha”. Japón (a pesar del budismo zen)
tiene la tasa más alta de suicidios en adolescentes, del mundo (20). La razón parece estar en
la rigurosidad de su sistema educacional. En efecto, existen pruebas, alrededor de los 12
años, que determinan si el alumno ira a una enseñanza que deriva en la universidad o no lo
logrará y pasará al mundo profesional no-universitario. Las expectativas que los padres ci-
fran en sus hijos, la presión que ponen en ellos y el sentimiento de frustración y fracaso que
obtienen tantos sus padres como estos alumnos ha provocado un alza notoria en los suici-
dios adolescentes. La competición es, por decirlo con todas sus letras, a muerte. Es decir, la
competición puede llevar a perder el sentido y la proporción de las cosas.

La competencia es sana y puede ser sana. Los deportes son en buena medida una
bendición “cultural”. Aportan muchísimo más de lo que dañan al ser humano y su creci-
miento tanto físico como espiritual. Y al mismo tiempo, exacerbada, linda con la agresión
y la violencia, con la perdida de sentido y la búsqueda de logros sin control. Converso con
mi gran amigo Jorge Grosser, gran atleta y recordman en su época de todas las distancias de
medio fondo en Sudamérica. Dedicado desde siempre a entrenar atletas de medio fondo y
fondo (uno de sus pupilos va a las Olimpiadas de Beijing) me dice: “Es difícil hoy en día
153

sacar campeones a nivel internacional, especialmente cuando nuestros atletas son “sanitos”.
Y recuerda: “como nosotros que nunca nos pichicateamos pa’ competir”. Hoy el deporte
mundial está gravemente asociado con las empresas farmacéuticas. El dopaje manda (21).
¿Qué significa esto? Significa presión al máximo, alucinación por el éxito y violencia
contra sí mismo.

Los juegos han sido clasificados de muchas maneras. Una buena manera de ordenar-
los es hablar de juegos de competencia (los deportes, juegos de representación (las danzas
rituales), juegos de vértigo (el jumping y el paracaidismo) y juegos de azar (las apuestas de
casino). A su vez, estas maneras se van interrelacionando haciendo predominar el factor
competencia; así por ejemplo, la gimnasia olímpica o artística, que en esencia es una repre-
sentación un gesto técnico excelsior, termina siendo no una muestra de destreza sino una
competencia con otros para saber quién representa mejor lo que esperan los jueces. El vérti-
go de la velocidad en auto termina siendo una competencia entre pilotos y autos. La compe-
tencia domina.

No-violencia significa no presionar, no agredir, no violentar, no dañar. Significa


darle un espacio a la paz, la fluidez, la cooperación. Significa valorar el proceso y no sólo la
meta. Existen deportes y actividades donde el cooperativismo es clave. En 1978 colaboré
con el COCH en la preparación del equipo de escaladores chilenos que soñaban con llegar
al Everest. Allí estaba Claudio Lucero y un grupo enormemente cooperativo. Les dije, en
ese taller, que con el nivel de cohesión grupal que mostraban, con toda seguridad lograrían
sus propósitos. Es cierto que, para ellos, la montaña era un desafió, y a la vez la amaban.
Había en esos hombres un sentido de profundidad de la vida que, decían, se los había dado
el encuentro con la naturaleza y con el ser humano. Años después al coronar el Everest,
Claudio Lucero, simplemente declararía. “La montaña es una fiesta” (22). Humm, si los de-
portes fuesen una fiesta, posiblemente no correríamos más rápido ni saltaríamos más alto,
pero seríamos más hermanos.

Las danzas circulares (23), las danzas sufíes (24), las danzas rituales son actividades
físicas y meditativas que enaltecen al ser humano y a quienes las practican. ¿Por qué no en-
señarlas con la misma dedicación que se enseña el voleibol? Las simples caminatas chamá-
nicas y las ceremonias del temascal (25) son actividades físicas que recuperan para el ser
humano y quienes las practican salud física, psicológica y espiritual. ¿Por qué los profeso-
res de Educación Física están al margen de ellas, profesionalmente? El Tai Chi (26), forma
de meditación a través del movimiento, que practican los chinos cada mañana en las plazas
y veredas de sus ciudades (es decir, millones de millones), ¿es practicada por los estudian-
tes de Educación Física? ¿Por qué no? ¿O tal vez, si?

Las escuelas y liceos están conviviendo con la violencia (27). Desde luego el depor-
te es un gran antídoto a la droga. Solo que, además, sería tan bueno llevar un poco de paz a
154

las salas y patios escolares. Llevar humanidad, amistad, sensatez, cooperación. Coopera-
ción sin competencia es un desafío hermoso para quienes queremos un mundo mejor.

Referencias bibliográficas.

1. Ir a www.monografias.com/trabajos7/holis/holis.shtml

2. Ir a counselingred.com.ar/local-cgi/ToFM/nota51.htm

3. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Aquino

4. Ir a html.rincondelvago.com/dualismo.html

5. Ir a www.ideasapiens.com/psicologia/cognitiva/tercera%20fuerza_%20psic_
%20humanista.htm

6. Ir a www.educafisica.com

7. Ir a www.sensoryawareness.org/

8. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Gerda_Alexander

9. Ir a inicia.es/de/feldenkrais/

10. Ir a www.focusing.org/

11. Ir a www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=370 - 31k

12. Ir a www.grupoelron.org/quienes/gurdjieff.htm

13. Ir a www.cuatrovientos.net/espiritualidad/lilah.htm

14. Ir a www.zen-deshimaru.com/ES/practice/zazen.html

15. Ir a andrader0.tripod.com/docs/facilitacion/confluente.pdf

16. Ir a www.funlibre.org/EE/XCombariza.html

17. Ir a www.cre-ser.com

18. Ir a www.hakomi.com/

19. Ir a www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?
action=fichaLibro&id_libro=57823
155

20. Ir a www.elmundo.es/elmundosalud/2004/08/02/neuropsiquiatria/1091441311.html

21. Ir a www.portalfitness.com/articulos/entrenamiento/Dopaje_deportivo.htm

22. Ir a www.cooperativa.cl/p4_noticias/site/artic/20060330/pags/
20060330134749.html

23. Ir a www.danzascirculares.com/

24. Ir a www.eneadanza.com/

25. Ir a www.elfica.cl/temazcal.htm

26. Ir a www.taichikong.org/

27. Ir a violenciaescolar.wordpress.com/

El instante supremo.

Imaginado y escrito por Pato Varas en homenaje a Wilhelm Reich.

¡Muerte! Te siento tan cerca que casi podría platicar contigo. Sé que ya no vol-veré
a mi mundo, mi casa y mis cosas. Que aquí, en esta celda maldita, moriré y será dentro de
poco, de muy poco.

Tengo miedo, miedo de que la muerte sea un encuentro con mi madre. Y siento, así,
una ira incontenible hacia mi padre.

–Nunca debiste interrogarme acerca de mi madre. Tenía yo tan sólo doce años. Me
usaste, abusaste de mi propia rabia e ingenuidad.
156

Estaba muy dolido de que mi madre tuviera amores con mis preceptores. Desde, en-
tonces, empecé a despreciar la educación, esa forma tan burda de engañar y destruir a los
niños.

-Mamá, perdóname, debí comprender que lo que hacías era legítimo. Que sólo el
amor podía salvarte y que lo buscaste en quién estuvo cerca.

Mi padre era dominante, mi madre sumisa y yo aislado. Aprendía en mi propia casa


lo que eran los caracteres neuróticos. Mi padre estaba envilecido por mantener el control;
mal que mal trabajaba para el ejercito alemán. Mi madre padecía la frustración y yo el
abandono.

Mi padre, que por algo se llamaba León, se acercó y me exigió que le contara lo que
sucedía entre el preceptor y mi madre. Yo los había visto haciendo el amor y, antes, tam-
bién haciéndolo con el anterior preceptor. Y se lo narré. Mi madre, que era psicológicamen-
te muy débil y vulnerable, se suicidó. Nada en mi vida ha dado más vueltas en mi cabeza
que este episodio. Mi madre era bondadosa y cálida conmigo y yo, con mi delación, la ma-
té.

-¡Madre mía! ¿ podrás perdonarme?

Hace doce años escribí acerca de esto, decía, entonces, yo: La situación me ha que-
dado clara ahora, lo que hizo mi madre estaba perfectamente bien. Mi traición que le costó
la vida, fue un acto de venganza, ella me traicionó con mi padre cuando robé tabaco para el
carretero, y en desquite yo la traicionaba ahora. ¡Que tragedia! ¡Ojala mi madre estuviese
viva hoy para que yo pudiera reparar el crimen de entonces, treinta y cinco años atrás! He
puesto un retrato de esa noble mujer para tenerla constantemente delante. En vista de la
brutalidad de mi padre, ella estaba perfectamente justificada en lo que hizo.

Ahora yo estaré muerto y habremos de conversar.

Estuve en la guerra, estudié medicina, trabajé codo a codo con Freud, fui miembro
del partido comunista. Cuando terminó la guerra era tan, pero tan pobre, que iba con unifor-
me a la universidad. No tenía nada; ni ropa, ni dinero, ni nada que pudiera entusiasmar-
me…hasta que asistí, en 1919, a esa conferencia sobre psicoanálisis. Pensé que había algu-
na esperanza para poder vivir con sentido y me aferré a ella.

Yo era pobre y venía de una familia trágica y neurótica. No es nada de extraño que
me alucinara con el psicoanálisis y el marxismo. Ambas cosas fueron por un tiempo, mi
sentido de vida. Freud era honesto y recto, me miraba sin escrutarme. Fue mi primer padre.
Me permitió que lo viera como un ser humano y me vio como un ser humano. Jamás me
usó, y aún que con los años nos fuimos separando, porque profesábamos ideas diferentes
157

acerca del psicoanálisis y de la terapia, siempre lo estime. Trabajé catorce años a su lado y
llegué a ser su sub-director en su policlínico psicoanalítico.

He sido siempre un hombre libre. Por eso esta celda me está matando. El año 34 me
alejé de la sociedad psicoanalítica y del partido comunista. Me fui y me expulsaron. Nada
ni nadie me sojuzgo ni sojuzgará nunca. Y no lo hará esta celda. Fui maltratado por mis
propios colegas; hablaban de la locura de Reich, de que intenta-ba seducir a mis pacientes.
Por su parte, los funcionarios del partido comunista me desacreditaron, dijeron que debili-
taba el fervor revolucionario al enfatizar la cuestión sexual entre los jóvenes. Así empecé a
comprender lo que he llamado “la plaga emocional”

Ahora me doy cuenta que posiblemente mis mejores años son los que viví en Dina-
marca, Noruega y Suecia. Me fui a tiempo, supe que con Hitler venían tiempos terribles
para nosotros los judíos y para la humanidad. Fue en Noruega que elaboré mi teoría sobre
la Vegetoterapia, donde construí mi primer laboratorio de biología, donde mi vida fue apa-
cible y productiva. Donde descubrí en mi mismo que todo organismo se expande en un me-
dio favorable y se contrae en un medio desfavorable. Donde, en 1939, escribí es artículo
que dará inicio a mi gran obra final y que seguirá sin ser entendida y que es mi gran escrito:
“Los Biones” ¡Que craso error fue haberme trasladado a Estados Unidos!

El doctor Teodoro Wolfe me invitó a trabajar en USA. Aquí desarrollé mi teoría or-
gonómica, que estos imbéciles consideran un fraude. Ya no volveré a mi chalet a orillas del
lago Mooselookmeguntic, en Maine. Ya no volveré a jugar con mi querido hijo Peter, ya
no volveré a viajar anualmente a Europa, sólo para disfrutar de la ópera y de conciertos, ya
no volveré a mi laboratorio a estar con mi amiga inseparable: la ameba protoplasmática. Ya
no volveré.

Aunque tal vez sí. Tal vez habrá aún 50 años después de mi muerte quienes me re-
cuerden, me lean, me comprendan, me aprecien y me sigan en mi locura. Tal vez me ade-
lanté demasiado a mi tiempo y nunca debí confiar en estos imbéciles hombrecitos america-
nos. Tal vez son otros hombres y otras tierras las que me acojan. Si así llegara a ser recuér-
denme como un hombre doliente y limitado que abrió sus brazos y su mente al amor. Ese es
el punto: el amor. Allí fracasan los padres, allí enferman los hijos; En el desamor y la ca-
rencia de humanidad.

Puedo ver los ojos de mi madre que se acercan. Puedo sentir su mano tibia y su pe-
cho cálido que me envuelven. Puedo escuchar sus susurros que me dicen que no tema, que
ella siempre me amó y me sigue amando y que todo volverá a estar bien.

Puedo dejar de pensar y pensar. Puedo sentir su amor. Puedo llorar tranquilo y que-
do porque, por fin, todo está bien. Puedo dejar de respirar.
158

Nuestro ser.

Nuestra escuela. Una comunidad de aprendizaje y cambio.

¿Qué hacemos, estamos haciendo, vamos a hacer?

Ser nuestras posibilidades.

Respetar nuestro sentido personal y social.

Aceptar las dificultades.

Acompañar nuestros miedos.

Valorar lo que hemos alcanzado.

Actuar con propósito y perseverancia.


159

Vaciarnos de clichés y estereotipos.

Darle a nuestros anhelos la justa medida.

Ser, a la vez, amables y verdaderos.

Reconocer nuestra paz.

No entristecernos por nuestra vulnerabilidad.

Desarrollar nuestra autonomía e interacción.

Respetar nuestra identidad.

Confiar en nuestro proceso.

Ser sencillos y simples.

Destacar nuestra vida por sobre nuestro nacimiento y muerte.

Reconocer la cercanía de nuestra profundidad.

Saber que nuestro cuerpoalma es un don.

Portar sólo lo esencial.

Dejar de lado el consumo innecesario.

Desarrollar nuestra hospitalidad.

Acercarnos a la naturaleza.

Pensar con la cabeza y decidir con el corazón.

Valorar nuestra experiencia de vida.

Ubicar nuestro intelecto como un medio.

Abandonar la rudeza.

Saber que sólo bebemos nuestra propia bebida.

Abandonar el desdeño y la superioridad.

Saber sonreír.
160

RUTH HÖFLICH, UNA LECCIÓN DE VIDA Y DE MUERTE.

Fue en un taller en el IIDEC de Viña del Mar, su centro. No recuerdo el año, puede
haber sido 1982, 1983 o 1984.

– Tengo una puntada en la espalda. Me duele – me dijo.

Comencé una ligera presión en ese lugar. Ruth se quejó sin muchas ganas. Le pedí
que probara a dejar salir los sonidos que estaban en su pecho o garganta. Empezó a llorar
quedamente. Paulatinamente, su llanto fue más bien de miedo que de pena. Vinieron gritos
desgarradores, llenos de pánico y rabia. Ruth borbotaba frases en alemán, para mi in enten-
dibles. Le pedí que las siguiera repitiendo todo el tiempo que quisiera. Ruth gritaba y mira-
ba de soslayo hacia arriba. Pasó el tiempo y Ruth se fue recostando en los cojines. Traspira-
ba profusamente y mantenía mi mano izquierda apretada. Alguien del grupo sollozaba en
silencio. La habitación fue quedando en penumbras.
161

- ¿Qué estás sintiendo?- le pregunté, después de un largo silencio.

- Tengo mucha rabia. No sabía que tenía tanta rabia con los pilotos de la aviación
inglesa. Lo destrozaron todo. No quedó piedra sobre piedra. Hamburgo fue totalmente des-
truido.

Así Ruth nos fue relatando su vida durante la guerra. El amor de su madre. El des-
conocimiento de su padre. El temor y terror en aumento que hubo de padecer. El hambre, la
desolación y, junto a ello, el orden, la disciplina, el sacrificio permanente que todos, adultos
y niños, fueron impelidos a desarrollar. Alrededor de cuarenta años habían pasado cuando
Ruth comenzó a cerrar la gestalt; a sanar, a hacerse dueña de su vida, a ser la hermosa Ruth
que muchos pudieron y pudimos compartir los años 80’, 90’ y 2000 hasta su reciente parti-
da (2008).

Yo aprendí a vivir la economía de guerra, solía decirme. Podía hacer una sopa con
cáscaras de papa o restos de verdura, cuidaba los alimentos de manera sagrada; compraba
pan de molde y lo ponía de inmediato en el congelador desde donde lo iba sacando según se
necesitara. Hacía una lavaza en un tiesto y en otro, agua limpia, y así, iba lavando la loza y
el servicio. No gastaba demás y todo a su alrededor estaba siempre limpio y ordenado.

Me contó que un día (por el año 81) compró pescado y se lo envolvieron en papel de
diario. Al llegar a su residencial, en la calle 6 Poniente, se fijó en un aviso que había en el
periódico. Se trataba de mi centro en el sector Miraflores de Viña que nunca llegó a funcio-
nar. El aviso decía Centro de Desarrollo Personal EsalenSur y aparecían algunos nombres y
teléfonos. Llamó al conocido doctor Raúl Eberhard, él le indicó que seguramente se trataba
de su hijo, Raúl Eberhard, que trabajaba conmigo. Así, a través de un aviso añejo de un
centro que jamás fue inaugurado, nos conocimos. Quería convertir su residencia en un cen-
tro de desarrollo personal. En su espacio se juntaba semanalmente un grupo, practicaban el
método de control mental Silva. Fuera de un garaje lleno de cachureos, la residencial, no
parecía tener un lugar adecuado para hacer talleres; su living estaba cortado por una chime-
nea y una habitación amplia estaba arrendada. Conversamos amenamente cerca de dos ho-
ras. Al partir de regreso a Santiago me preguntó: Si arreglo el garaje como me ha indicado
(había que despejar, alfombrar, pintar las paredes, poner luces indirectas y bajar el techo)
¿haría un taller de terapia gestalt? Era diciembre de 1981. En marzo del 82 me llamó por te-
léfono. –El garaje está listo, ¿cuando puede hacer el taller? El primer fin de semana de abril
inauguramos el IIDEC con ese taller y seguimos, sin parar, hasta noviembre de ese año.

Por ese tiempo, Ruth era una mezcla de entereza, empeño y fragilidad. En los talle-
res acepto ser vulnerable, dejó atrás su coraza (que le había sido muy necesaria desde su in-
fancia hasta la fundación del IIDEC), cambio algunos hábitos, tanto de alimentación espiri-
tual como corporal, y, mientras su cuerpo fue adelgazando, su alma creció y creció hasta ser
la Ruth acogedora y generosa que muchos conocieron y disfrutaron. Pasó de ademanes
bruscos y frases exigentes a movimientos livianos y muchas sonrisas. Descubrió y se mara-
162

villó aprendiendo experiencialmente. Había en ella, desde entonces, una cierta credulidad
ingenua que le permitía probar y participar en cuanto taller, método, libro o técnica se cru-
zara por delante de ella.

Para fines del 82 me señaló que había participantes interesados(as) en formarse


como facilitadores(as), si podría yo preparar algo así, que fuera más allá de sólo dar talle-
res. Gracias a esa idea, totalmente impulsada por ella, comencé a formar facilitadores y te-
rapeutas gestáltico y no he parado hasta hoy. Así es que mucho de lo que soy se lo debo a
ella.

Entre las participantes que cursaron el primer programa, el año 83 estaba Vilma
Hanning; otra mujer de antología. Vilma manejaba el tarot psicológico con un arte, pericia,
amor y sabiduría excepcional. Fue la maestra de Ruth, en lo referente al dominio de la téc-
nica arquetípica del tarot. Pero Ruth estaba abierta a todo conocimiento, especialmente si
había en él algo misterioso, intuitivo o esotérico. Todo lo arquetípico le fascino y lo cultivó;
tarot, runas, astrología, numerología, i ching, lilah. Y más allá de todo ello, el gran propósi-
to (como me lo había señalado en nuestra primera conversación) de Ruth (dada su inmensa
capacidad administrativa y organizativa) era hacer un Esalen en Chile. Así fue como se em-
barcó en ese gran proyecto que fue el Centro Holístico de Salamanca. Pero sería varios años
más tarde. Antes por más de cinco años ambos trabajamos, codo a codo, en el IIDEC de Vi-
ña del Mar. Ella organizando los talleres y yo dirigiéndolos. Fue esa experiencia ganada la
que me permitió abrir el programa en el CPEIP en 1986 y llegar a formar miles de facilita-
dores y con ellos crear equipos de trabajo.

Para el verano de 1987 invité a Ruth al Programa Intensivo que ofrecía en el Cpeip
a simplemente darnos su testimonio y contarnos su vida. Desde ese día muchas personas,
especialmente mujeres, se declararon admiradoras y, en cierto sentido, seguidoras de Ruth.
Si ella había logrado vencerse a sí misma, salir de la maraña depresiva, dejar atrás el pasado
doloroso, sonreír con sencillez y derrochar energía optimista, entonces bien valía creer en el
propio cambio. Durante los siguientes 20 años lo que Ruth haría sería estudiar, compartir
sus experiencias y conocimientos, crear, organizar y administrar el Centro Holístico de Sa-
lamanca, viajar y simplemente ser dueña de su vida.

En 1991 participó activamente en la fundación de la Sociedad Chilena de Desarrollo


Personal a la cual le brindó su apoyo permanentemente. Completó su formación como faci-
litadora de desarrollo personal en el Cpeip, para, luego, colaborar activamente en su ejecu-
ción ya fuese como coordinadora o como facilitadora-docente. Pronto puso a disposición
del programa de formación su centro. Incansablemente organizó, para muchos de nosotros,
talleres y seminarios. El 1° Encuentro Internacional de Desarrollo Personal (1996) pude or-
ganizarlo y llevarlo a cabo gracias a su apoyo; el Encuentro tuvo lugar en Salamanca y asis-
tió lo más granado del campo del desarrollo personal de Argentina, Ecuador, Colombia y
Chile.
163

Ir a Esalen fue uno de sus sueños logrados. Me contaba con orgullo sencillo cómo
había sido escuchada y considerada en el más importante centro de desarrollo personal y
psicoterapia humanístico transpersonal del mundo y la hermosa amistad que hizo con esa
gran terapeuta que fue Elizabeth Kubler-Ross. Volvió varias veces a su Alemania recons-
truida. Tan reconstruida como ella misma. Y lo hizo hasta que su tierra natal pasó de ser
una aterradora pesadilla, a ser un pletórico sueño vívido y realizado. Así paso a paso, Ruth,
hizo con su vida y en su vida todo lo que quería y necesitaba hacer. El “do it” de la Gestalt
fue realidad en ella.

En nuestra relación de más de 25 años nunca hubo una frase de crítica, nunca hubo
un mal entendido, nunca un disgusto. Semanas antes de su partida me dijo, como queriendo
buscar algo de lo cual excusarse: “Pato, cómo no se me ocurrió contarte que iba a cerrar Vi-
ña y comprar en Salamanca. Lo hice de un día para otro sin decírtelo”. Su memoria parecía
fallar y la mía también. Días después recordé que sí me lo había contado y me había pedido
mi opinión. Ahora recuerdo haberle dicho que me parecía un poco lejos y difícil de hacer
funcionar todo el año. No sólo eso; Habíamos ido juntos a Caleu, meses antes, a visitar un
sitio que le interesaba comprar.

Entre los años 92 y 95 tuve la oportunidad de realizar talleres en Bariloche, en la


casa de otro ser excepcional y gran amigo de Ruth. Me refiero a Mario Conessa, psicólogo,
buscador permanente y hombre acogedor por antonomasia. Fue Ruth quien se encargó de
conectarme y llevarme a su casa. Diría que con Ruth fuimos, de manera espontánea y sin,
quizás, proponérnoslo un cierto equipo, donde íbamos abriendo surcos y plantando semi-
llas. El último surco que Ruth abrió para mi, fue enseñarme el arte del buen morir. Durante
los meses que permaneció acostada antes de partir, Ruth me enseñó que la muerte, aunque
propia, nunca antecede a la vida. Qué en cada día queda tanto por vivir, disfrutar, compar-
tir, planear y recordar que la muerte no debe ocuparnos. Mis visitas eran habitualmente a
mediodía. Era un hora en que solíamos estar a solas, así es que conversábamos a nuestras
anchas. Nos reíamos, nos emocionábamos, hacíamos recuerdos, imaginábamos el futuro.
Ruth me hacía volver sobre infinidad de talleres, experiencias y momentos terapéuticos que
yo ya había olvidado. Disfrutaba contándome cosas que yo había dicho o hecho y que en
modo alguno yo recordaba. Creo que sin decírnoslo nos sentíamos hermanos. A veces yo
fui el mayor, a veces ella.

Cuando en 2007 comencé a idear la creación del premio: “Facilitador(a) de Trayec-


toria, a modo de premio nacional de desarrollo personal, sentí la necesidad de establecer
condiciones de alta exigencia que permitieran recibir este premio; 25 años de trayectoria
me pareció una de esas exigencias necesarias. Haberse reconocido personalmente como fa-
cilitador y haber sido socialmente reconocido como tal. Haber realizado aporte significati-
vos en este campo, ya fuese a nivel organizativo, metodológico, creativo, etc. La primera
persona que vino a mi mente fue Ruth. Ruth cumplía todas las condiciones. Si Ruth recibía
164

este premio quedaría claramente establecido a quién queríamos premiar y por qué. Ruth fue
la primera persona, en Chile, en recibir nuestro premio y muy merecidamente.

En mi última visita, Ruth me dijo, “te tengo un regalo, abre ese cajón”. Había un li-
bro “Sea dueño de su vida”. Conocía su historia con ese libro. Ruth lo había leído en 1980,
en el autor, un psicólogo americano, mostraba cómo había ocurrido su transformación per-
sonal y el cambio en su enfoque profesional como terapeuta. Señalaba a Esalen como la
cuna de su cambio y a la terapia Gestalt, el Análisis Transaccional y las técnicas Cuerpo-
Mente. Para Ruth fue ese libro el inicio de su transformación y quien la llevó a conocernos.
Es un libro de los años 70’. Bueno, me dije, Ruth se ha desprendido de sus bienes (práctica-
mente regaló su Centro), se ha desprendido de todo lo material. En buena medida se ha des-
prendido de su cuerpo. Y ahora, al regalarme su libro, se desprende de su talismán. Ya es y
fue dueña de su vida. Querida Ruth no me queda más que abrazarte. Gracias por ser mi
amiga y maestra.

Era sábado. Estaba enseñando terapia gestalt-hakomi en mi Centro. Sonó el telé-


fono. Ruth, se nos va, escuché decirme a Mónica. Dos días antes, la última frase de Ruth
había sido, cuando empezó a desvanecerse por efectos de la morfina que paliaba el dolor,
“Yo no voy a morirme”.

Así no más es, querida Ruth, vives y estás en nuestros corazones. Especialmente, en
los de Mónica Videla y Gonzalo Lira que con tanto amor y dedicación, porque sí y ante si,
decidieron cuidarte todos tus últimos meses y a quienes va dedicado este escrito. En tu últi-
ma seguidora y amiga, Alejandra Melus psicóloga del lugar donde reposaste estos meses fi-
nales que se hizo más sabia en tu compañía. En todos tus amigos socios del desarrollo per-
sonal. En tanto ser humano que te escuchó decir: “Tú puedes”.

El garaje estaba recién pintado, blanco. En su cielo destacaban unas sencillas vigas
al aire barnizadas de café. Una alfombra entre lila y beige cubría todo el suelo y muchísi-
mos cojines completaban el arreglo. Habíamos 25 personas, entre ella Ruth y yo. Era abril
23 de 1982. Esta historia comenzaba a escribirse.
165

SI LA VERDAD NO ES AMOROSA, NO ES VERDAD

Estoy sentado, al aire libre, en nuestra parcela “La Almaray”. Mi pelo ha ido pasan-
do del gris al blanco y para leer y escribir uso lentes. Cosa que no me imaginaba hace 40
años. Tantas cosas que no me imaginaba. A los 15 años ya quería ser terapeuta, pero tera-
peuta-gestáltico es algo que no me imaginaba. Tampoco que íbamos a crear esto que llama-
mos “desarrollo personal”, de hecho por los setenta me gustaba más hablar de “crecimiento
personal”. Siendo porteño, que me iba a asentar en Talagante, tampoco. Que viviría en una
parcela, siendo tan cercano al mar, tampoco.

Ni siquiera cuando empecé a hacer talleres, por allá por el 73, me imaginé que iba a
hacer tantos. Que me formaría en California, ¿para qué? Si a los 22 años era profesor en la
universidad de lógica matemática y de antropología filosófica.

Miró el agua en la piscina y vuelvo a hacerme la misma pregunta que me hacía en


Salamanca, o en Quebrada Alvarado o en Santandersito; ¿Cómo es posible que exista algo
166

que a la vez es material y transparente? Veo los árboles y vuelvo a preguntarme lo mismo
que en Lo Barnechea, Lo Herrera o Saguangal; ¿Cómo es posible que un ser vivo crezca,
madure y muera sin moverse jamás del lugar en que nació? Me miro y observo tantos cam-
bios en mi vida, tantos cambios en mi cuerpo y, a la vez, una única e inmutable alma o cen-
tro interno que reconozco desde aquella vez que, a los tres años, me senté en la tierra a ju-
gar a la vera de mi casa, en el cerro “el panteón”.

Los padres de Ximena vienen a menudo y se quedan en la residencia de nuestro cen-


tro “AlmaSur”, aquí en “La Almaray”. A Mario le gusta regar y a la Nenita, cocinar. A mi
me gusta que estén con nosotros, que disfruten. Mi mamita habría disfrutado como niña
aquí. Me la imagino sentada a mi lado, comiendo brevas que le gustaban tanto, y sonriendo.
Con sus manos toma mi mano y me la acaricia. Ella me formó y educó para que fuera, pri-
mero que nada, un ser humano libre y digno. Su libro preferido era una novela islandesa
que describe el sentido de libertad y dignidad con que viven los hombres y mujeres de cam-
po islandeses.

Ruth, mi querida Rutchen, se queda pensativa y me dice: “Tanta gente que pasó por
tus talleres”. ¿Mil? ¿Dos mil? Más le digo, probablemente más de cinco mil. “Humm, agre-
ga, hay gente que te ama y gente que no” Y encoge los hombros, como diciendo: “así es la
vida”. Cuando empecé el 73 a hacer talleres no lo hice porque quería ser amado, lo hice
porque quería que todos fuésemos seres humanos libres y dignos. Y jamás a nadie trabé en
su libertad y dignidad. Mis hijas e hijos, de Israel a la existencia eterna, pasando por La
Serena, Santiago y Puerto Varas son seres libres y que forjan día a día sus dignidades. Y
ellas y ellos no consisten en ser como yo soy, sino como ellas y ellos quieren ser.

Quise acompañar en sus caminos de libertad y dignidad a quienes me pidieron que


les acompañara. Nada más. En Paine, lo dije tantas veces: “Estos talleres son una oportuni-
dad para que cada uno ejerza su libertad. La libertad no se recibe, se obtiene”. Y ese hom-
bre valeroso que, después de trapear el suelo consigo mismo se quiso asumir, en primera
instancia, como “un poliqueto” (término que nos enseñó, en ese instante, nuestra madrecita
Clyde). Al preguntarle: “Clyde, ¿cuál es el peor de los seres vivientes?” El poliqueto, con-
testo Clyde, un organismo que sólo vive en el fango. “Soy un poliqueto, bramaba en el
salón de La Pachamama ese hombre, para dos horas después de recorrer su vida y su ser,
concluir. “Soy un poliqueto, pero digno”. Parecía que ahí terminaba una sesión más de Ges-
talt, pero no. Una jovencita levantó su mano y quiso hablarnos, carraspeó un poco y nos
dijo: “Yo soy gay”. “Ahora sé que yo soy gay, pero digna”. Años después egresó de nuestro
programa y actualmente vive y trabaja en España. Hace meses me llamó una facilitadora de
Santiago para decirme. “Tengo un recado de España para ti: “ella dice que te diga que ella
sigue siendo digna y que te quiere mucho”.

Mi madre me educó y formó para ser un ser humano libre y digno. Eso me importó
y me importa más que ser feliz, o eso es, más allá del dolor o los pesares, ser feliz para mí.
167

Sólo que hace diez años mi hijo Patito me legó su propia sabiduría: “Amar es con esfuer-
zo”. “La única verdad que existe es el amor”. “Si la verdad no es amorosa, no es verdad” Y
empecé un nuevo viajé. Pasé de la terapia Gestalt a la terapia Hakomi y finalmente las inte-
gré.

Hace seis años conocí a Ximena. Poco a poco me empezó a mostrar que podía ser
amado, que me amaba y que podía amarla. Así es. Nunca pretendí ser amado por quienes
iban o vienen a mis talleres. Sólo quería acompañarlos en su proceso para ser lo que que-
rían ser. Para que todos juntos fuésemos libres y dignos. Sí, quería aprender a amar y ser
amado por mi mujer. Algo me había imaginado; Sería como Ximena. Sería transparente y
enraizada. Seríamos así.
168

2009

Fritz post morten.

Parafraseado e imaginado por Pato Varas S.

Desde luego me doy cuenta que me estoy muriendo. Faltaba más cuando aparte de
lo entubado que estoy mucha gente joven se ha empezado a reunir en las afueras del hospi-
tal, acá en Chicago, y han llenado el lugar de velas encendidas. Este sábado 14 de marzo de
1970 la atemporalidad se ha adueñado de mí o, mejor aún, yo me he adueñado de la atem-
poralidad.

Durante estos últimos veinte años la terapia gestalt, muy bien definida por algunos,
como la terapia que hace Fritz Perls, ha estado entrando en vigencia. Muy poco si conside-
ramos que en cuarenta años más su vigencia será mayor y definitiva. Me enorgullece saber
que estaré vigente para 2010 y, seguro, para 2040, también.
169

Mi vida pasa vertiginosamente por mi ser y a la vez con una lentitud plácida que me
está permitiendo disfrutarla en estos instantes finales supremos.

Es 1933 y conocer a Goldstein e interpretarlo a la luz de las ideas de Friedlaender es


la piedra fundacional de todo lo que soy. En el Congreso Internacional de Psicoanálisis de
1936, en Checoslovaquia presentaré mi idea del ego insustancial refiriéndome a la “in-dife-
rencia creativa” o punto cero de Friedlaender. Obviamente mis palabras fueron muy mal re-
cibidas por la comunidad psicoanalítica. Ahora, en 1942, al publicar mi libro “Yo, Hambre
y Agresión” he logrado desarrollar estas ideas para sostener que existe una función de auto-
rregulación en los organismos y que ella posee una capacidad de espontaneidad creativa
cuyo centro es el awareness. Para ello es necesario reconocer todas nuestras partes, percibir
multilateralmente nuestro ser, no unilateralmente, es decir, ha-cernos cargo de aquellas par-
tes nuestras que negamos y de aquellas que orgullosamente aceptamos, y así lograr ese cen-
tro que nos da la libertad de escoger, desde nosotros mismos, lo que queremos ser o el ser
que queremos ser. Así aprendí a no negar mi necesidad de ser “prima dona”; mi lado pre-
tencioso. Corre el año 67 y, en Esalen, se me considera un genio, y la vez, un viejo libidi-
noso y lujurioso. Bah! Es algo para enorgullecerme a los setenta y cuatro años de edad.

Esalen, oh Esalen! Me siento muy bien allí. Igual me iré a fundar mi propio centro
en la isla de Vancouver, en el Lago Cowichan de la Columbia británica de Canadá en 1969.
De Esalen me cautivo su estilo hippie. Me traía reminiscencia de mi estadía en Elath, a ori-
llas del mar Rojo, donde compartí con los rastreadores de playa, unos norteamericanos fas-
cinantes que estaban felices de simplemente ser, sin objetivos ni hazañas. Seres de verdad
en el aquí y ahora. Mis cinco meses viviendo en Israel, a mi regreso de Kioto, en 1963, han
sido lo más cercano a sentirme en casa, protegido, comprendido y feliz que he vivido. Lle-
gué a Haifa deprimido, adolorido, consumiendo LSD y a la vez activo, apasionado por pin-
tar, rejuvenecerme, hacer el amor, por renacer y por incluso pasar de terapeuta a pintor.

No dejé Esalen por mis diferencias con Schutz ni por saber que allí la comprensión
de las profundas ideas de la fenomenología y la filosofía post kantiana eran imposibles. De-
jé Esalen por la lógica paranoia que todo judío siente ante algo parecido a Hitler. Y Nixon,
asumiendo el gobierno de los EE.UU., en 1968 me llenó de miedo y ganas de partir.

Mis últimos siete años han sido años de esplendorosa producción. Todo lo que em-
pecé a semillar y plantar desde 1926 ha explotado magníficamente ahora. Mis biógrafos di-
rán que de mi viaje en 1962 – 63 volví convertido en un genio. Y aunque nada parezca sufi-
ciente a mi vanidad debo reconocer que no es así. No fue un viaje el que me convirtió en
genio; fueron treinta y seis años de trabajo persistente y continuo que, en la “pausa” de mi
viaje, florecieron finalmente. A mis setenta y siete años, aunque he fallecido de un ataque
cardiaco, el cáncer al páncreas detuvo mi trabajo, no así mi producción. Estamos en 2010 y
puedo observar cómo la gestalt sigue su paso creciente y, por todas partes, mi voz continúa
resonando.
170

Una cuestión pendiente. Traté mal a Claudio y es algo que ya conversaré con él,
cara a cara. Me entristece profundamente la muerte de su hijo, en un accidente automovi-
lístico, cuando viajaba a la ceremonia de mis cenizas. También tendré una charla con Paul
Goodman; La segunda parte de Gestalt Therapy de 1951 la escribió él y plasmó allí la más
completa teoría del self, desde el enfoque de la terapia gestalt. Nunca me referí a ese libro,
dado que no era yo el escritor principal. Qué difícil fue para mí aceptar el esplendor de
otros y cuánto, sin embargo le debo al mismo Freud, a Reich, a Goldstein, a Friedlaender, a
Laura, Paul. Y a quienes continuando mi senda me han hecho más reconocido como el mis-
mo Naranjo, Dick Price y tantos otros seguidores míos.

Estoy entubado de manera humillante. Han abierto mi cuello para meterme, allí, un
tubo, mientras otro está ensartado en mi ano. Sea como sea sigo consciente y dueño de lo
único que nadie podrá quitarme ni usurparme: mi propia percepción. He pedido que en mis
exequias bailen y dancen, A fin de cuentas, nada supera al arte.

¿Quieren que cierre mi gestalt? Imposible. La Gestalt no es una idea. La Gestalt es


la vida misma en interacción con nosotros. La Gestalt es, como la interacción, permanente.

Nuestra pequeña historia nuestra.

Los días pasan

y pasan con su cargamento

de retornos que duelen,

De infancias que renacen,

De heridas que sanan

De sonrisas asomadas

A nuestros nuevos balcones.

De cada día queda


171

Un nuevo amanecer

Un espejo más nítido

Un sueño por venir.

Queda el cansancio

De las obras bien construidas,

Esas que soportan mares y movimientos.

Obras que son alimento para nuestra alma.

Ayer vi regresar tu semblante luminoso,

Aquel que pareció dormido y pálido

En tus ires y venires hospitalarios.

Iba de la mano de esa tranquilidad

Que tu vecina buscó,

Cantando y bailando,

Y que mañana le acompañará en sus tierras nortinas.

En el pasillo me crucé

Con esas frases demás

Que a veces decimos

Mientras vamos madurando.

Esas que pronunciamos

Porque aún nos cuesta

Aceptar la imperfección.

De paso sentí tu alegría

De tanto amor recibido,

De tanta fruta recibida,

De tanto abrazo recibido,


172

De tanta comprensión otorgada.

Te reías como en el colegio

E ibas mascando las palabras

Que te regalaron por la noche.

Pude ver tu pecho lleno de manzanas parlantes

Que aceleran tu pulso

Y miman tus oídos.

Ha sido hermosa esta coexistencia.

Mañana el bolso

Repleto de caricias

Será liviano y fértil.

Te espera la vida misma,

Una igual a ésta

Y sin embargo diferente.

Diferente

Porque regresas

No para ser amada o amado,

Sino para amar.

Regresas para dar,

Para iniciar el cambio de tu entorno

Desde ti misma o ti mismo.

Sabes que es posible

Y que depende de ti.

No te lo contaron,

no te lo explicaron,
173

no te lo impusieron;

simplemente lo viviste.

Es tuyo, te pertenece.

Las raíces crecieron

Hasta quedar dibujadas en una pared

Y han levantado un árbol

Que se ve de Temuco

Hasta Santo Domingo.

Las barbas crecieron

Hasta borrar las tristezas pasadas

Y se van a revolucionar

Valparaíso, el Norte y el Sur

Con esa arma insuperada

Que es el amor.

Cristo se desclavó de esa cruz

Que lo inmoviliza y retiene

A conversarnos su esencia

Para contarnos

Que era nuestra esencia.

Nos abrió sus brazos,

No para mostrarnos

Sus heridas malsanadas,

Sino la grandeza de su pecho acogedor

De hombre que prefirió su congruencia

a la conveniencia de quienes
174

transitan por el Mall.

Lao Tse se acercó silencioso

Para cantar en nuestros corazones

Frases sin sonido

Que nos hicieron sonreír con ternura.

Osho nos hizo brincar y brincar

Hasta que nuestra mente

Volvió a jugar,

Volvió a ser niña sin ton ni son.

Un montón de seres humanos

Que nacieron desde hace siglos

Vinieron a mostrarnos

Que todo ser humano

Cuando tiene ocasión

De ser más humano,

Lo es.

Hoy parece que todos nos vamos

Cuando, la verdad,

No hay cómo irse

Cuando todos vivimos

En esta isla

Que es nuestra tierra sagrada.

Cuando no hay como irse

Entre tanto chat, Facebook,

Email y Webcams instalados.


175

Qué hermoso sería

Disfrutar de una soledad total

Donde sólo me acompañara,

Nada más yo mismo.

Pero no hay caso.

Optamos por ser una nación,

esta nación que es nuestra co-existencia.

Y, además, somos cíclicos.

Crecerá la Javiera,

Seguirá creciendo la Camila,

Crecerá la Jimena Amelie.

Crecerá la Candy,

Crecerán los árboles,

Crecerá la hierba invernal.

Y volverán los abrazos,

Las sonrisas que no mueren

Y las historias que se nos repiten.

Volveremos a seguir juntos,

A veces a perdernos por años,

Para retornar por días.

A veces a perdernos por semanas,

Para retornar de por vida.

Y seguiremos sintiendo

Que valió la pena.

No porque la vida
176

Tuviera siempre sentido,

Sino porque nos acostumbramos a,

nosotros, darle sentido a la vida.

Porque, entre todos,

Creamos y construimos

Esta hermosa coexistencia.

Pato Varas S; Almaray, febrero, 2009, el año de la Ji.

Palabras de despedida del Cpeip al cumplir 33 años en la Institución.

Mis queridas amigas y queridos amigos:

No voy a hacer un saludo protocolar porque yo creo que lo que distingue a nuestra
institución, a nuestro Cpeip es la amistad. Creo que hay algo en esta institución, en este lu-
gar, en estas paredes que hace que, por el simple hecho de ser contratado, acá, todos nos
convirtamos en amigos. En una de mis etapas de mi vida me dio por estudiar historia. Así
que saque la licenciatura en historia. Es una cosa que hice por hobby. Hoy en día, de alguna
manera representando a la Tenchita, a la Patty, a mi querido amigo Renato, y a todos uste-
des, tengo que hacer un poco de historia. Y es inevitable que, algunas partes, se refieran a
mi persona, dado que es la historia más cercana que tengo.

¿Por qué será que al llegar acá todos nos hacemos amigos?
177

Tengo algunas hipótesis. ¿Será la vieja leyenda de que el pozo del Cpeip tiene arsé-
nico y nos da cáncer? y ese temor es el que nos une? ¿Será que en los años 70’ cuando te-
níamos que subir al Cpeip, no había bus, fuera del bus institucional, no había taxi colectivo,
no había micro, y había que subir a pie porque, la mayoría, tampoco teníamos auto. ¿Será
que al recordado Director anterior a mi llegada al Cpeip, el conocido Huaso Leyton se le
ocurría que a las 10 de la mañana todos tenían que ir a tomar desayuno al casino? ¿Será, y
sin el ánimo de ponerme serio, que antes del 90? hubo hartas dificultades para salir adelan-
te? ¿Qué será? ¿Serán los árboles, serán los perros?... ¿O seremos nosotros mismos?

Yo llegué a este Cpeip, el año 76’, engañado. Debo, ahora, contar la historia fide-
digna. Quiero representar en eso a la Tenchita, a la Patty, a Renato, pero es la historia que
yo viví.

Un recordado funcionario del Cpeip llamado Héctor Trujillo Galindo, jubilado en la


Secretaría Ministerial de Educación la V región hace pocos meses, me dijo. “Acompáñame
al Cpeip tengo que hacer unos trámites”. Era, mayo o junio del año 76’, un ilustre exonera-
do político después de 10 años de trabajar como profesor full time en la Universidad Católi-
ca de Valparaíso. Me habían echado porque en mi casa oculté a mi querido amigo Jaime
Salazar, dirigente del Partido Comunista y ex marino. Estaban a punto de matarlo. Pero no
me quiero poner serio. Lo acompañé. Llego acá y sale Eduardo Cabezón, que habíamos
sido amigos del Colegio, y me dice, inesperadamente: “ Yo te necesito aquí. Aquí en la ofi-
cina OEA tenemos que apagar un incendio. Necesito un jefe docente para un curso multina-
cional y, además, queremos que en ese curso se enseñe metodología de la investigación,
que se haga trabajo grupal, y tú eres la persona indicada para eso”. Yo había jurado, y doy
fe de que uno jura en vano, nunca en mi vida volver a trabajar ni en psicología ni en educa-
ción. De hecho era dueño y socio de una discoteca, la más famosa de Valparaíso, la discote-
ca “Tiburón”. Traté de sacarme el pillo de miles de maneras; diciéndole a Eduardo, que éra-
mos amigos, que no, que yo no era el indicado, que era de Valparaíso, que Santiago me car-
gaba, que esto que el otro, que aquí, que allá. Me dijo, “mira ven a la oficina OEA, te voy a
presentar a la gente, y después decides”. Llegué a la oficina OEA, que estaba donde hoy en
día está la Secretaría de Estudio y donde hoy en día trabaja Mario Sandoval. Todo ese sec-
tor era de la oficina OEA. Había un montón de escritorios, un montón de secretarias precio-
sas. Algunas de ellas todavía están acá, como la Patricia Cartes. Y me presenta a la que fue
una de mis grandes amigas, la Palita, la María Angélica Palavicino, Jefa de la oficina OEA,
y le dice “Mire el profesor puede venir a trabajar acá, lo necesitamos, ¿Adónde le podría-
mos instalar un escritorio? La María Angélica le dice, “mire, no hay ningún espacio para un
escritorio” – se arremanga la manga del traje y hace un movimiento con el brazo corriendo
un montón de libros, publicaciones y revista ( que ha sido lo tradicional del escritorio de la
oficia de OEA y después de relaciones internacionales, porque a los libros y publicaciones
que tenía encima del escritorio la María Angélica Palavicino, que eran un montón, la única
que le ha superado es la María Eugenia Nordenflich, en tener más cuestiones arriba del es-
178

critorio- corre todas esas cuestiones y me dice: “le alcanza con esta parte del escritorio, va a
tener que sentarse conmigo”. Por esa razón, exclusivamente, decidí aceptar el trabajo. Por
la forma en que había sido recibido.

Yo, como dueño de una discoteca no tenía ropa pa.’ trabajar aquí. Había dejado la
Universidad con mucho dolor, con mucho pesar y mucho sentimiento de injusticia, Tenia
blujines y camisas… Bueno, así llegué al Cpeip a trabajar a la OEA. Eduardo me dijo,
“mira, si son seis meses, si después querís te vai, si el contrato es parcial”. Me convertí en
ilustre funcionario de la OEA trabajando acá en el Cpeip y con el único ánimo de terminar
mi pega e irme en diciembre o enero pa.’ mi Valparaíso querido… Debo confesar que los
seis meses todavía no terminan. Y que ya no me voy a ir para Valparaíso, porque hace mu-
chos años que me fui para Talagante.

¿Qué pasó? A principios de diciembre, el nuevo Director, porque debo decir que
Carlos Eugenio es una excepción aquí en la institución llevando 9 años de Director. Anti-
guamente, los directores duraban como mucho dos años, uno la mayoría, igual que los mi-
nistros, duraban un año. Así que, nosotros los del Cpeip, sabíamos que esta gente pasa pero
la pega la hacemos nosotros. Bueno, había cambiado ya el Director, y era el nuevo Director
don Antonio Carcovic, no voy a contar las anécdotas de don Antonio Carcovic, puchas,
porque son gloriosas y son como para estar toda la mañana. Pero él una mañana me llamó a
su oficina y me dijo: “Mire, lo hemos estado observando como usted trabaja, nos gusta su
manera de trabajar. ¿Se quiere venir a trabajar aquí al Cpeip? Chuta yo que tenía la espe-
ranza de irme para Valparaíso…. Bueno ya. Y ahí me quede hasta hoy día.

Todas las personas que fui conociendo en esta institución y las que no me conocen,
porque hay aquí algunas personas que no me conocen y que yo tampoco las conozco, tene-
mos el mismo sello. Por ser del Cpeip somos amigos. Por ser del Cpeip nos queremos. Por
ser del Cpeip nos respetamos. Por ser del Cpeip sacamos juntos las tareas y las pegas más
allá de cualquier consideración externa. Hemos sido durante muchos años, tal vez ahora
menos, al menos durante los años 70’ y 80’, la bola huacha del Ministerio. No hemos sido
los que hemos campeado y dominado en Educación. Hemos estado peleando por nuestras
ideas, permanentemente, y sacándolas adelante, y eso nos dió un montón de cohesión y un
montón de creatividad. Siempre supimos oponer al poder que venía de afuera, el conoci-
miento que había acá. Aquí había mucho conocimiento y todavía lo hay. Y siempre supi-
mos regalarle a los profesores de Chile y de todas partes de Latinoamérica, lo mismo que
había entre nosotros amistad, cariño y respeto.

Después de 33 años de trabajar aquí debo agradecer muchas cosas que me regaló el
Cpeip y no me puedo ir sin nombrarlas. El año 77’, cuando no llevaba ni seis meses aquí, le
pedí a don Antonio que me diera permiso con goce de sueldo para ir a estudiar mi especia-
lización, psicoterapia grupal y desarrollo personal, a California. Me dijo, bueno, y me puso
una pura condición, “pero usted tiene que volver antes de fines de diciembre, sino no lo
179

puedo contratar para el próximo año”. Me sentí muy halagado de que me pusieran esa con-
dición y de que a mi vuelta pudiera continuar. Eso pasó el año 77’. El año 79’, en un mo-
mento muy duro para mi, un Director que había y que pasó sin pena ni gloria, me quiso
echar. Me dijo que yo por hacer terapia gestáltica, era marxista y ateo. También me dijo
que lo único que se debía enseñar aquí eran los cuatro evangelios. En serio que eso me dijo.
Y nunca he sabido porque el Subsecretario de la época, le rechazó mi despido. Le he pre-
guntado a cuánta gente me podía contestar, por qué. Yo era de Valparaíso, no conocía a na-
die acá, no pertenezco a ningún partido político, tengo, obviamente, mis simpatías. ¿ Por
qué de todas las personas que iban a echar , este señor, el Subsecretario, se opuso s que me
echarán a mí. No tenían la menor idea. Tengo mis sospechas, pero a las personas que tengo
mis sospechas que se habían metido entremedio, les pregunté cara a cara si ellos, o ellas, si
habían sido las que había intervenido. Me dijeron que no, pero para mí que me están min-
tiendo. Debo agradecer porque ese momento fue muy duro para mí; yo tenía una hija de un
año y una guagua en camino y estaba despedido. Pero no ocurrió.

Después tengo que agradecer ese momento glorioso que ocurrió, en 1987, cuando
estando en este salón preparando una película sobre Desarrollo Personal, con mi querido
amigo Humberto Alday, me llamaron de la Secretaría Ejecutiva y me dijeron. “¿Querís ir a
la Isla de Pascua’” ¿Qué voy a ir a hacer a la Isla de Pascua? No, es que desde la Isla de
Pascua te están pidiendo, quieren que vayas a hacer un curso de curriculum centrado en la
persona y talleres de desarrollo personal. Estuve cinco semanas trabajando en la Isla de
Pascua. Fue una experiencia inolvidable. Y tuve la ocasión de conocer a uno de los cuatro
grandes sabios que he conocido en mi vida. En este caso, a don Alberto Hotus, el jefe del
Consejo de Ancianos. Y posteriormente, el año 90’, primer Alcalde de la Isla elegido en
forma democrática. Don Alberto Hotus es un sabio, es un gran sabio, y me enseño el senti-
do de la libertad , en las largas conversaciones que teníamos, en la isla, en su casa.

El primero de los cuatro sabios que conocí fue, en 1964, en la Universidad Católica
de Valparaíso, don Luis López González. El era uno de los grandes filósofos de Chile. Era
un sabio, realmente era un sabio. El año 76’ cuando me echaron de la Universidad, él esta-
ba muriéndose. Yo lo cuidaba en su casa, entre otras personas. No quería contarle, pero me
insistieron. “Cuéntale a don Lucho que te echaron” Le dije, don Lucho, sabe que me echa-
ron de la Universidad. Me dijo: “No se preocupe, si la Universidad ya no existe”. Me quedé
bastante tranquilo con su respuesta del año 76’.

Ese mismo año , antes de llegar al Cpeip, conocí a don José Ñihuen, un campesino
mapuche de orillas del Lago Lleu-Lleu. Desde ese día comprendo porque los mapuches tie-
nen la posición que tienen hasta hoy día. Este mapuche era un sabio, también. Un día, está-
bamos…jodiéndolo, preguntándole todo el día cuestiones, mientras el trabajaba, en su par-
cela. Entonces él iba con el arado, con la correa al cuello haciendo el surco, porque no tenía
caballo, y le decimos nosotros los que íbamos al lado, junto con Roberto, un amigo, que era
antropólogo, y yo que también en esa época hacia clases de Antropología, entre otras cosas,
180

en la Universidad. ¿Don José, hasta cuando va a trabajar usted? Y él, inmediatamente, se da


vuelta y apuntando con el dedo, nos dice: “En dey que yo vea que el surco me está quedan-
do chueco, no le trabajo más”. Es que esos son sabios de verdad. Que al momento y sin te-
ner preparada la respuesta y usando la misma acción que estaba llevando a cabo, te dan una
respuesta definitiva. Esa respuesta la use muchas veces en mis talleres de desarrollo perso-
nal con supervisores, directores y profesores que conocí a lo largo de todo Chile. Y eso
también lo agradezco. Y siempre les hacía esa pregunta: ¿Cómo les está quedando el surco?
¿Cómo nos está quedando el surco? Es una pregunta fregada. En fin.

Debo agradecer, especialmente, que el año 97’, cuando falleció mi hijo, en un acci-
dente automovilístico y yo me encontraba trabajando en Ecuador, fuera mi gran amigo
Claudio Molina quién me consolara, me escuchara por teléfono – llamando yo para el
Cpeip para que me ayudaran- y me diera la tranquilidad mínima para poder yo regresar a
enterrar a mi hijo. Yo después de ese momento, no volví a trabajar al Cpeip. Simplemente
me taimé. No pedí permiso, no pedí licencia, simplemente no volví a trabajar. Y otro gran
amigo Rodolfo Villarroel, me dijo: “No te preocupís, nosotros nos arreglamos acá. Quédate
en tu casa todo el tiempo que necesites y cuando quieras volver, vuelves”. Acá se las arre-
glaron para timbrar, para firmar. Yo estuve desde julio del 97 hasta septiembre del 97 sin
venir a trabajar, porque yo no era capaz de trabajar. Estaba, simplemente, muy mal. Y ahora
es ocasión para agradecer ese gesto que tuvo el Cpeip, para conmigo, a través de Rodolfo
que era coordinador.

Pero quiero agradecer, especialmente, una etapa del Cpeip y que fue para mi extra-
ordinaria, la que fue del año 83’ al año 94’ En esa etapa yo fui parte de un proyecto que me
permitió conocer al cuarto sabio que yo he conocido en mi vida: don Gabriel Castillo. Él es
el cuarto sabio que yo he conocido en mi vida. En mi opinión el más grande sabio que exis-
te en educación en nuestro país. Él nos formó y orientó y nos hizo estudiar durante dos años
para crear esa famosa y linda utopía que era el proyecto de identidad de la escuela y que te-
nía como estandarte el ser un modelo curricular centrado en la persona. De esa experiencia,
que entiendo Gabriel sigue realizando hasta hoy día, de esa experiencia surgió, posterior-
mente, como apéndice, el programa del cual fui jefe entre 1986 y 199, el programa de desa-
rrollo personal. Debo agradecer a quienes me apoyaron para sacar adelante esa tarea. Debo
agradecer, especialmente a Gabriel, al darnos, a través del proyecto de identidad de la es-
cuela el fundamento de nuestro trabajo y que tenía tres pilares: que todos los alumnos
aprendan, que la convivencia humana, en las escuelas, sea sana, y que la escuela sea una
institución capaz de darle sentido a la vida, tanto de sus profesores como alumnos y apode-
rados. ¡Cómo me gustaría que ese proyecto aún existiera hoy en día!

El año 99’ se cerró el programa de desarrollo personal. Yo fui recibido por otro gran
amigo, Humberto Alday, en el programa de Curriculum. Él me recogió del suelo porque yo
aún estaba con el duelo de mi hijo. Y, posteriormente, el año 2002, 2003, fui invitado por
181

Claudio Molina a ser parte del departamento de investigación, cosa que haré hasta finales
de marzo del próximo año.

No son tan importantes las pegas que hice, como las amistades que cultivamos. Me
da mucho gusto que una gran cantidad de personas que está aquí, me llame “tío”, porque
eso es lo que me hacen sentir; ser parte de una familia. Pa’ no sentirme tan viejo, yo tam-
bién les digo tío a ellos. Así es que somos una familia.

Ha sido una hermosa experiencia de 33 años, yo venía por seis meses. Bueno, el
tiempo es elástico y relativo. Es cierto que en marzo me voy, pero me quedo en el corazón
de mucho de ustedes y muchos de ustedes se quedan en mi corazón. Y la institución se que-
da en mi corazón.

Alguna vez le preguntaron al Buda, si su vida tenía sentido. Dijo: sí, mi vida tiene
sentido, pero queda mucha leña por cortar. Queda mucho trabajo por hacer y ustedes están
llamados a seguir trabajando. A seguir adelante con la misión que hemos tenido durante 40
o más años. La misión de educar se resume en una sola frase, en un solo verbo. La misión
de educar es la misión de ser capaz de amar. Lo demás son cuentos.

Amar al prójimo. Amar a los niños para lograr que aprendan. Amar a los profesores
para que así sean grandes profesores y sepan enseñar. Amar a todo el mundo, aún a aque-
llos que te hicieron mal. Amar porque tenemos una condición insalvable. Somos mortales.
Y como me dijo don Alberto Hotus un día en la isla. Le pregunté, don Alberto, después de
tanta guerra intestina en la isla, ¿ustedes porque no se odian? Porque vivimos en una isla,
pus Pato, me dijo, y no hay cómo arrancar. Hay que aprender a convivir por lo tanto. El
mundo es una isla y el Cpeip de alguna manera fue creado para ser una isla. Por eso está
aquí en la punta del cerro. Así que la enemistad no tiene lugar y no la tuvo en todos estos
años desde mi percepción y mi conciencia.

Muchas gracias amigas y amigos.

En Lo Barnechea, La Casa de los Maestros de Chile y de América, a 16 de diciembre de

2009.
182
183

2010
2010 Descripción metodoló-
gica.
Acompañamiento individual en grupo. Terapia Gestalt
Integrativa.

Fecha: 10 de mayo de 2010.

Lugar: Sede Cuarto Centenario de la Escuela Chilena de


Desarrollo Personal y Terapia Gestalt.

Actividad: Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa.

Participante: alumna de 1° año.

Acompañante: Pato Varas Santander.

Retroalimentadoras: Gloria Dreisziger y alumnas del Di-


plomado.

“Para que nuestro interior se mueva y cambie, tenemos que


entrar en contacto con una forma de vivencia que se encuen-
tra detrás de las palabras, las imágenes, las sensaciones cor-
porales y las emociones”. A tal experiencia le llamamos “la
sensación sentida”

Pato es el acompañante. Con voz suave le va dando peque-


Recurso: la voz
ñas instrucciones a la persona que va a vivir la experiencia.

A: Ponte cómoda, es importante sentirse cómoda. Vamos a


hacer un trabajo interno. Propone que todos observemos
184

nuestras posibles incomodidades en ese momento y, para una Momento1:


mejor disposición al trabajo, las dejemos temporalmente en
segundo plano sin negarlas. Acomodación. Satisface
Pr. Organísmico.
…Reconozco lo que me incomoda, lo acepto, lo dejo a un
lado. Lo que te incomoda corporalmente… Respira profun- Acomodación física.
do… Uso de pausas.
Lo que te incomoda del grupo, de mí, de las demás personas.
Primero lo reconoces e internamente dices: lo voy a dejar
fuera… Respira profundo… Acomodación interper-
sonal.
Observamos lo que me puede estar incomodando de mi mis-
mo…lo reconozco, no lo niego y me digo: esto lo voy a dejar Acomodación intraper-
de lado para que el trabajo sea bueno…, respira profundo… sonal.

Observa el colorido tras tus párpados, los sonidos que hay Momento2.
dentro y fuera de la sala…, los perros, la música. Así que a la
Ampliación de cons-
vez puedes ver colores y escuchar ruidos…, respira profun-
ciencia. Satisface Pr. De
do…
Ampliación de la cons-
A la vez puedes sentir la temperatura ambiente del entorno ciencia.
como la de tu propio cuerpo…, respira profundo…
Directriz: Simultaneizar
Observa el colorido, los sonidos que hay dentro y fuera de la los sentidos.
sala…, los perros, la música…, puedes ver colores, escuchar
ruidos…, sentir la temperatura ambiente del entorno, como
la de tu propio cuerpo…, y además, puedes sentir algún sa-
bor en el paladar, algún olor en tu nariz…, por lo tanto, si-
multáneamente puedes percibir….

Respira profundo…. Pausa.

Al mismo tiempo puedes sentir tu respiración y los pequeños


movimientos de tu respiración, los pequeños movimientos de
tu cuerpo. Que estés teniendo algún recuerdo, una frase…,
respira profundo…

Observa, sin modificar, todas las cosas que te ocurren…,


respira profundo…
185

Sin hablar en voz alta, observa que te ocurre cuando te pre- Pausa.
guntas ¿Cuál será la sensación que mi cuerpo me quiere mos-
trar como la sensación más profunda de mi cuerpo?…, obser- Momento3: Focusing.
va…, respira profundo… Sonda indagatoria.
Sin necesidad de hablar en voz alta, observa en que parte de Pr. Organísmico y Ho-
tu cuerpo está tu atención…, respira profundo… lístico.

¿Puedes contarme en qué parte?... Pausa.


P: En la cabeza, el cuello atrás, el pecho…

A: ¿En que parte la sensación es más profunda? Preguntas de proceso.


P: En el pecho…

Recurso: sensación sen-


A: Quédate en torno al pecho, merodeando tus sensacio- tida.
nes…, respira profundo…

Tal vez puedas indagar las diversas características de tu sen-


sación, la temperatura de la sensación, si es helada, fría, ti-
bia…, puede ser que se mueva, pulse…, respira profundo… Pausa.

Recurso: Indagar la sen-


sación sentida.
Alguna noción del tamaño, siéntela, con el mismo pecho, es
alargada, redondeada…. No te la imagines, obsérvala con tu Pausa.
mismo pecho y observa que te ocurre cuando te preguntas
Especificación.
¿cómo es la sensación?..., más adentro, en el pecho…, respi-
ra profundo…

¿Puedes observar que te ocurren cosas?, ¿Puedes observar,


qué te ocurre con tu respiración, con tu temperatura…, pue-
des indagar si la sensación te produce agrado, desagrado…?,
respira profundo…

Observa, qué te ocurre cuando le preguntas a la sensación


Sonda indagatoria.
¿cómo eres?, qué te responde la sensación…, soy así o
186

asá…., respira profundo….

Pausa.

Puedes contarnos como se describe a sí misma la sensación.

P: Desagradable… Pregunta de proceso.

A: O sea que es desagradable… Repetición.

P: La veo parada, así… y me dice, eres desagradable, la veo Chequeo mediante re-
como otra persona… curso de reiteración.

A: Observa, qué sientes en el pecho corporalmente, física- Asidero en imágenes.


mente…

P: Siento el pecho apretado…

A: Cuando dices apretado ¿puedes observar de dónde hasta


dónde va lo apretado?, en relación a tu derecha y a tu izquier-
da y en torno al techo y el suelo. Especificación y expli-
P: Derecha toda apretada, hombro, brazo, mano, pie. Una citación.
sensación generalizada de estar apretada.

A: O sea la sensación es más grande que el pecho. ¿Puedes


decir cuál es el núcleo, dónde es más intensa, tiene un nú-
cleo, tendrá un centro?

P: Sí, en el pecho…

A: Ahí en el pecho, si te localizas en el pecho, ¿cómo es su


temperatura?

P: Fría…
Especificaciones y cali-
A: ¿Fría o helada? bración de la sensación
sentida.
P: y es pesada…

A: Pesada, ¿es como densa, roca, madera…?

P: Es una masa helada, pesada, desagradable.

A: ¿Tal vez tenga un sabor?...

P: No tiene sabor.
187

A: ¿Y su forma…?

P: La siento ovalada

A: Si pasas tu dedo por el pecho ¿la podrías dibujar?

P: …Hace gesto con las manos, semi redonda, ovalada… Sonda no-verbal indaga-
toria.
A: ¿Es una sensación bastante amplia?
Verbalización.
P: Está como en el centro, está como entremedio de mí…

A: Respira profundo…
Pausa
P: Entremedio, que me dificulta respirar.

A: ¿Así como un tapón?


¡Error!!
P: Sí
Pero da el asidero.

A: Respira profundo… Si pones tu mano entre el esternón,


está ahí o no tu sensación. Sonda no-verbal.

P: Está como aquí… (señala más arriba del esternón)

A: O sea, va desde tu barbilla hasta el diafragma.

P: Sí. Verbalización.

A: O sea, cambió de forma, ¿es como un tubo?

P: Sí… Verbalización.

Resonancia.

A: Respira profundo… ¿Querrías imaginar que tu te metes


dentro del tubo?
Momento4: Gestalt. Ex-
P: Me imaginé como chiquitita dentro del tubo, estoy como perimento.
caminando dentro del tubo.
Recurso: imaginería.
Pato: ¿Puedes sentir el tubo por dentro?
Pregunta por confirmar.
P: Sí, siento pesadez.
188

A: ¿Qué pasa con la densidad del tubo?

P: Es frío y es oscuro, no me pesa. Especificación.

A: ¿Te sigue pareciendo desagradable?

P: No, porque ya no es tan pesada, me permite caminar. Chequeo.

A: Te voy a proponer que te imagines que te sientas dentro


del tubo y le dices al tubo: “me voy a sentar a acompañarte
un momento, en silencio”…respira profundo… Sonda indagatoria y po-
tencialmente reparadora
¿Tienes alguna reacción de la sensación?
Pregunta por confirmar.
P: No…, sigue igual. Yo siento que estoy dentro del tubo y la
sensación se hizo de mi porte.

A: No tiene forma.
Verbalización.

P: La entidad que está a mi lado es, señala con las manos Posible nuevo asidero.
una forma así ( )

A: ¿Es transparente? Resonancia.


P: Es como humo…

A: ¡Ah! , tiene una densidad como humo. ¿Sigue desagrada-


ble?

P: No.
Repetición y chequeo.
A: ¡Ah! Dejó de ser desagradable.

P: El tubo dejó de ser desagradable. La sensación se corrió a


mis piernas. Se soltó mi pecho.

A: ¿Es cómo que la sensación decidió irse a otro lado?. ¿Po- Verbalización.
drías observar la nueva sensación que tienes en el pecho?

P: Pesado… la sensación se movió hacia las piernas.

A: ¿En el pecho tienes otra sensación?.......


Verbalización.
189

P: Estoy buscándola…, es tensa… Búsqueda de la sen-


sación sentida.
A: ¿Es lo mismo tensa que apretada?

P: Es distinto

A: ¿Qué hace la distinción?


Explicitación.
P: Que la tensión es la sensación de no apretada. Sensación
como que se estiran de las piernas al tórax.

Especificación.

A: Qué te ocurre a ti misma si te preguntas: Sensación, que Sonda indagatoria y re-


vas del tórax a las piernas, ... ¿Desde cuándo que estás en mi, curso de evocación de la
hace días, meses, años? experiencia.

P: Hace años.

A: ¿De qué edad podrías decir que sentías la sensación, o que Búsqueda potencial de
estaba contigo? la niña interna dañada o
sana.
P: 18 años.

A: ¿Te puedes imaginar y recordar de 18 años? ¿Esa sen-


sación, de esa edad, es igual o equivalente a la de Chequeo.
ahora?......Si te observas de 15 años, ¿está la sensación o no?

P: No.
Pregunta por confirmar.
A: ¿Existía pero más suave?, ¿y de 12 años?

P: No.
Pregunta por confirmar.
A: Y de 13 o 14 años, ¿existía?, o apareció suavemente a los
15 y más notoria a los 18.

P: De los 13 a los 18. Calibración.

A: ¿A los 13 empezó a gestarse suavemente? De modo que a


los 9 años en ningún caso existía. Búsqueda de la niña
P: No, porque me acuerdo que si me sentía tensa, lloraba, sana.
hubo un bloqueo. Estaba en mi pieza llorando, como acos- Momento5. Niña daña-
tumbraba, sentía que era normal llorar en mi pieza. da.
190

A: ¿Qué llorabas?, ¿siempre lo mismo? (aparición de daño)

P: Lo que sucedía en mi casa, la relación de mi papá con mi


mamá no estaba muy bien…sentía….
Pregunta por confirmar.
A: ¿Tú lo sentías?

P: Sí, sentía angustia en mi padre y en mi madre. Sentía pena


en ellos y sentía…, yo lo veía en sus caras y me producía
pena, y lloraba.

A: Sola, sin ellos. Repetición.


P: Sí, sin ellos. Un día mi papá pasó por mi pieza y me vio, Gestalt inconclusa y
por la ventana, que yo estaba llorando, me dijo ¡¡Déjate de pendiente
llorar!! …y parece que aquí me empezó el bloqueo.

Chequeo de la gestalt
A: Cuéntalo en presente… incompleta.
P: Estoy de pie, intranquila, sintiendo mucha pena, como que Actualización.
no puedo arreglar el asunto. Quisiera ser un aporte para re-
solver lo que sucede… Me frustro y lloro. Estoy llorando de
pie, lloro…. Hasta ahí me llega el recuerdo. Veo a mi pa-
pá…, lo veo por la ventana y me dice ¡¡deja de llorar!! yo me
paralizo…

A: ¿Puedes decir con el mismo volumen como te dijo, deja Evocación de la expe-
de llorar? riencia.
P: Recuerdo el gesto (mueve las manos), ¡¡Deja de llorar,
hasta cuando…!!

A: ¿Podrías imaginarte que tú eres tu papá?


Personalización y Pola-
P: Sí. rización.
A: Imagina lo que te pasó primero con tu señora…

P: Yo, (nombra al padre con nombre y apellido) soy YYY y Empatización.


estoy viviendo un momento desagradable con mi esposa. Yo
soy cerrado y ella también. Ando muy enojón y estresado.
191

Todo me molesta, hasta mis hijos me molestan, y tengo ra-


bia. Esa rabia me provoca pena y tristeza, porque no sé, me
siento como encerrado, no tengo las herramientas de cómo
llevar este problema, como enfrentarlo, me siento mal.

(comentario de P: “estoy transpirando, me duele la guata.

A: ¿Quieres decir que te sientes apenado y con rabia, enojón?

P: Más que nada frustrado, temor que mi familia se desmo-


rone.
Pregunta por confirmar.
A: ¿Cuándo te encuentras con tu hija llorando?

P: Está en la pieza

A: Sigues en tu pieza…
Repetición.
P: Sí. Estoy sintiendo la pena y la frustración.
Pregunta por confirmar.
A: YYY, ¿esto sucedía cuando la P tenía 9 años?

P: Sí, el problema se me está yendo de las manos.


Línea del tiempo.
A: Y ahora YYY han pasado más de 24- 25 años… ¿qué te
pasó, que ocurrió?

P: No me comuniqué, seguí ahí. Mi esposa me quería echar


de la casa, yo no me quería ir, por cómodo, yo no quería que
se destrozara mi familia… la familia se desintegró igual.
Pregunta por confirmar
A: ¿Qué significa que se desintegró? Y ¿hoy día que pasa?
y especificación.
P: Vivo con mi esposa y mi hija del medio, con un nieto.

A: ¿Y tu hija-P?

P: Se fue a vivir a un departamento con un amigo.

Experimento.
A: Te voy a pedir YYY algo muy especial, ¿querrías ir a la
Cierre de la gestalt in-
habitación de la P, poner 2 sillas, mirar a la P de 9 años y de-
conclusa.
cirle lo que va a ocurrir…” Yo voy a seguir sin comunicarme
con mi esposa, tú te vas a ir a vivir a un departamento…” es Pr. Homeostático.
decir todo lo que ha pasado hasta hoy. ¿Querrías decirle?,
pero, pensando que se lo dices a una niña de 9 años, en forma
192

muy sencilla y amorosa…..

P refiere la necesidad de ir al baño……Cuando vuelve, se


acuesta nuevamente, se arropa, se abriga, cierra los ojos….se
espera un rato…

Pr. De urgencia.
A: ¿Cómo te sientes?

P: Con el cuerpo apretado

A: ¿YYY, puedes ir a la pieza de P y contarle todo esto, de


cómo sucedieron las cosas?
Re-acomodación.
P: Me cuesta hablar de mí

A: Pero pudiste caminar hasta la pieza de la P y tomarle las


manos…(P se emociona)…, no hables…, imagina a YYY Experimento.
con su hija de 9 años tomados de las manos. Luego te voy a
preguntar….Pasa un buen rato………………….

A: ¿Qué sucede?
Pregunta por confirmar.
P: Logro ver una cercanía de mí con mi padre, pero como
que no se logra la comunicación, a pesar de estar tomados de
las manos

A: ¿Qué pasa con YYY, no puede hablar?


Verbalización.
P: Tiene muchas cosas adentro, siente que todo lo que tiene,
adentro, esta pequeñita no lo va a entender. Chequeo.

A: Y a ti, P de 9 años ¿entiendes lo que le pasa?

P: Sí, me gustaría abrazarlo…


Recurso: Hazlo.

A: Abrázalo… ¿lo estás abrazando? ¿qué pasa con tu ten- Chequeo.


sión, aumenta, disminuye…?

P: Disminuye….llora……pasa un buen rato….silencio……

A: ¿Cómo te sientes tú P?
193

P: Bien.

Explicitación.

A: ¿Qué significa bien?

P: Siento que lo puedo abrazar, que puedo abrazar a mi papá


en un momento que lo necesitaba mucho.

Sentí que lo viví ese momento, pude decirle que iba a estar
todo bien, que las cosas se van a solucionar, que vamos a es-
tar bien. Chequeo.
A: ¿Con respecto a la tensión que tenías?

P: Se fue la pesadez de las manos, los pies, el pecho, puedo


respirar mejor, el peso de las piernas se fue.
Chequeo.
A: ¿Cómo te sientes con respecto al llanto, lloraste suficiente
o te faltó?

P: Siento que me faltó, pero me salió bastante pena…

Resulta necesario satis-


facer el Pr. Organísmico
Ejercicio: y el Homeostático.
A le pide a P: Pon las manos en el pecho y siente que te re-
verbera el pecho con un sonido de la voz…¡¡Ah, Ah, Ah…!!
…Puedes entrar por la reverberación e irte por ella. Puedes Recurso: liberación no-
pensar que el sonido es la pena, que el sonido saca la pena. verbal mediante sonori-
Sólo tienes que reverberar, no tienes para qué sacar la pena, zación.
ni emocionarte, sólo saca la pena por la reverberación. (lo
hace y el grupo también)

Chequeo.
A: ¿Cómo te sientes ahora?

P: Súper bien…, se ríe, se ríe, sigue riéndose un rato

(todas las personas asistentes al taller hicieron este ejercicio.


El sonido causado por una de ellas le causó mucha risa a P.).

Momento6.
A: ¿Puedes agradecerte a ti misma?... Esto fue con lo que me Sexto paso del focusing:
194

contacté, lo que imaginé, puede que tenga algún sentido con- agradecer.
migo misma. Agradecer.
Semillar.
En otro momento podré volver a imaginar recuerdos con per-
sonas importantes para mí. Sonda reparadora implí-
cita.
Imaginar finalmente que le dices a tu padre que a pesar de
todo lo que ha pasado en la familia, aún tengo la capacidad
de reír.

Chequeo.
A: ¿Qué cara tiene tu padre?

P: Como que me dice…no hay problema.

A: Observa, qué te ocurre cuando tu padre te dice: “Hija, no Sonda reparadora.


puedo decir que mi vida ha sido feliz, pero, algo que me
alegra, es escucharte reír…”….Respira profundo….

Pausa.

Vas a escuchar la retroalimentación verbal de la R1 y de la


R2. Y después la retroalimentación corporal de la R3 y de
Momento7. Retroali-
la R4.
mentación grupal.

Durante toda la terapia P se mantiene acostada, abrigada, con


los ojos cerrados.

P: Comenta al final de la terapia: “¿Cómo una vivencia de


tantos años puedo sentirla hoy”?.” ¿Cómo que tomas el pro-
blema de años atrás y lo traes ahora, lo hablas, lo vives”?
“Me siento aliviada, tranquila, se me quitó el hormigueo de
los pies, ya no tengo las molestias de cuando llegué al taller”.

*Las notas en rojo indican que no hay seguridad fiel de la


respuesta
195

2011
196

Una Escuela Formadora.

Desde 1983 nuestra Escuela imparte formación de Terapeutas Humanísticos Trans-


personales, a través de nuestro PROGRAMA DE FORMACIÓN DE FACILITADORES
DE DESARROLLO PERSONAL; formación de Terapeutas Gestálticos Integrativos, a tra-
vés de NUESTRO DIPLOMADO EN TERAPIA GESTALT INTEGRATIVA; y ocasional-
mente, Terapeutas especialista en el área emocional, a través de nuestro DIPLOMADO EN
TERAPIA EMOCIONAL INTEGRATIVA.

Nuestro enfoque es Humanístico Transpersonal y ha sido desarrollado a partir mi


formación como Terapeutas Gestáltico en el ESALEN INSTITUTE de California. USA en
1977. Dicha estadía me permitió acceder a diversos métodos y técnicas que ofrecía el Insti-
tuto:

Métodos de trabajo corporal como el método de Conciencia Sensorial de Charlotte Selver,


el método de Conciencia Corporal de Moshe Feldenkrais, Pisocalistenia de Oscar Ichazo, el
Masaje Esalen y el Tai Chi.

Métodos de Trabajo Emocional como la Bioenergética de Alexander Lowen, La Cartogra-


fía Corporal de Ken Dytchwald, y los métodos y técnica Reichianos y Neo-Reichianos.

Métodos Integrativos como la Psicosíntesis de Roberto Assagioli, el Psicodrama de J. Mo-


reno y especialmente la Terapia Gestalt de Fritz Perls aprendida con su sucesor y Director
de Esalen, Dick Price.

Métodos Meditativos como las meditaciones activas de Osho (en la época B.S. Rajneesh) y
las meditaciones pasivas como el Zazen.

Métodos de Trabajo Grupal de mucha importancia en Esalen como la Metodología de los


Grupos de Encuentro de William Schutz; acompañado de actividades lúdicas, deportivas,
de riesgo y mucho baile y danza.

De vuelta en Chile, como ha dicho el Buda había ”mucha leña que cortar”, mucho,
mucho trabajo que primero lo plasmé a través de talleres de desarrollo personal en el
CPEIP de Lo Barnechea (mi casa laboral desde 1976 hasta 2010) y mis talleres de Terapia
Gestalt en mi casa.
197

Para 1982 junto con nuestra recordada Ruth Hoflich creamos el Instituto Integral de
Cultura en Viña del Mar y a la sucesión de talleres de fin de semana siguió en 1983 nuestro
primer grupo en formación.

En 1986 está formación la ofrecí en el CPEIP alcanzando a más de 2000 profesores,


psicólogos e interesados entre los años 86 y 99. Los grupos en formación en el CPEIP fun-
cionaron durante años con el tope máximo de participantes (123) e incluyeron la creación
de sistemas residentes de 28 días con participación de hijas e hijos de las participantes espe-
cialmente. La experiencia del CPEIP concito el interés de participantes de todo Chile y de
varios países como Argentina, Ecuador, Colombia, Paraguay, Uruguay, USA, España, Ale-
mania, Bélgica, Holanda y Suiza. A través de la editorial del CPEIP publiqué más de diez
títulos referidos al Desarrollo Personal.

Para 1991 junto a varios egresados creamos la Sociedad Chilena de Desarrollo Per-
sonal continuando durante años nuestra vocación formadora.

Finalmente 1999 fundé la ESCUELA CHILENA DE DESARROLLO PERSONAL


Y TERAPIA GESTALT, ESALENSUR, entidad en la que he continuado esta hermosa la-
bor formativa hasta estos días. La Escuela está constituida por un equipo formador de ex-
cepción y de gran experiencia; todos los cuales, sin excepción han realizado su formación
como Facilitadores y como Diplomados. Son ellos:

Erik Cortés, desde 1984. Psicólogo, Orientador Vocacional y profesor de Filosofía. Espe-
cialista en Bioenergética y Psicodrama.

Gloria Dreisziger, desde 1984. Diseñadora. Especialista en Renacimiento, Terapia Gestalt y


Psicocalistenia.

Olivia Carvajal, desde1986. Dra. En educación. Especialista en Encounter

Luis Castro, desde 1986. Profesor de Ed. Física. Especialista en Método Comunicacional de
V. Satir.

Polo Morandé, desde 1990. Profesor de Física. Especialista en Chamanismo, métodos Ar-
quetípicos y Eneagrama.

Armando Bejarano, desde 1994. Psicólogo. Especialista en Terapia estratégica, Logotera-


pia, Meditación y Tai Chi.

Oscar Torres, desde 1995. Magister en Educación. Especialista en Programación Neurolin-


guística a nivel de Trainer.

Aníbal Bascuñán, desde 1995 . Director de la Escuela Quirón. Especialista en Astrología y


Tarot.
198

Carlos Godoy, desde 1997. Especialista en método Feldenkrais.

Gabriela Urzúa, desde 1998. Especialista en Gestaltdanza.

Pamela Carrasco desde 2000. Especialista en Constelaciones Familiares.

Sarala, desde 2001. Ingeniero Comercial. Especialista en Meditaciones Osho.

Paulina Sánchez, desde 2007. Odontóloga. Ayudante.

Anastasia Mamlai, desde 2008. Ayudante.

Nelson Álvarez, desde 2009. Profesor de Ed. Básica. Ayudante.

Un grupo de egresados ecuatorianos de nuestro Programa liderados por la psicóloga Yolan-


da Suárez fundaron en Quito, Ecuador, la primera carrera de nivel superior en esta área en
Latinoamerica, el Instituto Superior de Desarrollo Humano, CRE-SER, el cual otorga el tí-
tulo de “Tecnólogo en Desarrollo Humano”. Un esfuerzo magnífico al cual he colaborado
entusiastamente.

Desde nuestra sede principal, el Centro “AlmaSur” de Talagante y a partir de 1999


han egresado de nuestro Programa de Formación de Facilitadores de Desarrollo Personal 60
facilitadores (terapeutas humanísticos transpersonales) con una formación cada uno de tres
años o etapas y 1500 horas pedagógicas.

Desde 1999 han egresado de nuestro Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, realizado
en las sedes de Las Condes, Iquique, Concepción, Talagante y Quito, 102 terapeutas gestál-
ticos con una formación de dos años o etapas y entre 800 y 1000 horas pedagógicas.

La malla curricular de nuestro Programa incluye seis áreas de formación:

Área de trabajo cuerpo mente:

Método Selver de Consciencia Sensorial.

Método Feldenkrais de Consciencia Corporal

Psicocalistenia de Oscar Ichazo.

Tai Chi.

Yoga.

Gestaltdanza de P. Varas.

Danzaterapia reichiana.

Focusing Corporal de E. Gendlin.


199

Área de trabajo emocional:

Terapia Reichiana.

Terapia Neo-Reichiana.

Bioenergética de A. Lowen.

Rebirthing.

Área de trabajo integrativo:

Terapia Gestalt de F. Perls.

Gestaltdrama de P.Varas

Terapia Hakomi de R. Kurtz.

Psicodrama de J. Moreno.

Programación Neurolinguística

Constelaciones Familiares.

Logoterapia de V. Frankl.

Eneagrama.

Método Comunicacional de V. Satir.

Creatividad.

Área de trabajo meditativo.

Meditaciones pasivas.

Meditaciones activas de Osho.

Meditaciones nativas.

Uso de Arquetipos.

Área de trabajo grupal:

Metodología delos Grupos de Encuentro de W. Schutz.

Área de Auto gestión Comunitaria.

Sistemas Residentes.
200

Trabajo comunitario.

La malla curricular de nuestro Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa incluye tres


áreas formativas.

Área de trabajo cuerpo mente:

Psicocalistenia de O. Ichazo

Focusing de E. Gendlin.

Área de trabajo integrativo:

Terapia Gestalt de F. Perls.

Gestaltdrama de P. Varas

Terapia Hakomi de R. Kurtz.

Psicodrama.

Programación Neurolinguística.

Área de trabajo grupal.

Metodología de los Grupos de Encuentro de W. Schutz.

Desde el año 2010 estoy ofreciendo el SEMINARIO AVANZADO Y DIPLOMA-


DO EN ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO INDIVIDUAL Y GRUPAL solo para
egresados de nuestra Escuela y/o terapeutas en ejercicio. Nos reunimos un sábado al mes
para un quehacer de actualización que va mucho más allá de un trabajo meramente formati-
vo.

Las bases de nuestro actual quehacer están dadas por la existencia de un lugar pro-
pio, la Parcela Almaray en Talagante, donde junto a mi hogar he construido el Centro “Al-
maSur” que permite trabajar con tranquilidad en medio del campo y con una capacidad de
estadía que varía entre 17 camas en el año y 25 en verano (con sistema de camping), pisci-
na, sauna, pérgolas, árboles frutales y perros cariñosos.

El apoyo incondicional y enormemente laborioso desde 1997 de nuestra querida se-


ñora Normita, quien soluciona todos nuestros problemas de alimentación y estadía.

Y, especialmente, del apoyo, comprensión, colaboración y amor de mi esposa Xi-


mena, quien, además, como psicóloga y facilitadora ha sido también parte de nuestro equi-
po.
201

En los días en que el Centro está sin sus habituales participantes y sin sus interesa-
dos en terapia individual, el lugar nos acoge, a mi hija Jimena Amelie y a mí, en una danza
cálida que le da más sentido a mi vida.

Con los años, lo que más destacan nuestras egresadas y egresados es: la calidad de
la formación y los profundos lazos de amistad que nos unen.

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