Está en la página 1de 5
mst | Te0L0GtA < La experiencia creyente ante la “realidad” de Dios Antonio Bentué El hombre puede experimentar indicios de trascendent Tedlogo enla felicidad que le ofrece el impacto de la Palabra, dinico punto de contacto con el misterio eterno de Dios. Pero El sigue oculto, obligando a quien tiene fe, o quiza incluso a todo ser humano consciente, a seguir buscando siri desesperar. rodas nuestras ideas sobre la reali- dad surgen de la experienciasenso- rial en el espacio-tlempo propio. La misma tradicién biblica hace sus afirma- 1es sobre Dioscon categortas referen- tes a un espacio-tiempo determinado: al de la antigua historia de Israel, que para eljudeo-cristianismo culminaen Jesdsde Nazaret, crucificado bajo un procurador romano, Poncio Pitato, quien ejercié su cargo en Judea entre los afios 26 y 36. La conciencia de que el condiciona- miento espacio-temporal detimita toda idea, incluso las ideas religiosas, deter- ‘miné que en ta Torah judia se prohibiera pronunciar el Tetragrama del Nombre de Dios. Se hizo asf al considerarse que no hay idea alguna de Dios que pueda ade- cuarse propiamente a su Realidad. Dios es el*Mas Alla” del mite mundano espa- clo-temporal. Pretender nombrarlo cons- tituirfa, pues, una transgresi6n de aque! limite y, por lo mismo, un acto idotatei co,aldelimitarlo con categorias espa temporales. Esa misma raz6n habia llevado enlos siglos Xy XIa los grupos istamicos de la 26 | 346 ‘Mutazila a rechazar el supuesto cardc- ter “eterno” del Corén debido a que ha- bfan asumido el pensamiento inductive de Aristoteles, algunas de cuyas obras ellos tradujeron del griego al arabe. Re- chazaron las ideas innatas aplicadas al texto del Corén, negando que este fuera preexistenteen Dios, pues entendian que todas las ideas estaban delimitadas por elespacio-tiempo, que las condicionaba. ‘Sobre esa base filoséfica surgiré mas tarde, en el mismo mundoislamico,laco- rriente mistica de los suffes. Ellos trata~ ron de abrirse a la trascendencia propia de Alg, relativizando las ideas religiosas expresadasen el mismo Cardin y concen- trandose en la afirmacién del Basmala —férmula ritual con la que comienzanto- dos tos azoras de ese ibro— *Alé es cle- mente y misericordioso”, proclamacién ‘queentiendenno comounaidea, siempre Inadecuada, sino como un llamado ético alalibertad del creyente, nico punto de contacto con la realidad trascendente de Al. Asi, pues, soloeleerciciodelamise- ricordia constituye el punto de contacto con lo eterno. También la tradicién biblica habia legado a la misma conclusién. Por eso seas apelaba al oraculo de Dios, cicien- do “quiero misericordia y no sacrifi ‘e50 es conacimiento de Dios y no los ho- locaustos” (Os 6, 6), Es un texto citado por Jestis en el evangelio (Mt 9, 13 y 22, 7), quien, por lo mismo, concluiré: “Sean misericordiosos porque Dios es miserl- cordia” (Lc 6, 36), 10 cual equivale a de- cir que solo la misericordia es capaz de trascender los limites de {a contingencia mundane. Elpensamiento aristotélico inductivo, que excluye las ideas innatas platénicas, lNegé en los siglos XI y Xilla la Univer dad de Paris gracias a la traduccién lati- nahechaa pattirde lasversiones arabes (Averroes). ¥ se fue constituyendo en la base epistemolégica que permitirfa en Occidente el surgimiento de la “ciencia moderna” inductiva. Pero, como habia ‘ocurtido ya con los suffes musulmanes, influyé poderosamente —ya a partir de sus primerosescritos— en lateologiane- gativade Tomas de Aquino. De esemodo, en el libro de las Sentencias, podemos ‘AGOSTO 2013 leerlo siguiente: “Cuando subimos hacia Dios porla via de la negaci6n, negamos en primer lugar queen iseden lasrepre- sentaciones corporales; después, inclu: 0, las representacionesintelectuales tal como se encuentran en la realidad crea- da. No nos queda entonces més que la afirmaci6n de que Dios existe. Y aun esa misma afirmaci6n no esté del todo falta de confusi6n. Pues incluso el hecho de existir, tal como lo experimentamos enta id creada, tenemos quenegarloen espititu se encuentra, asf, enuna especie de oscuridad y de ignorancia. Yes precisamente con esta ignorancia propia de un ser que esté en camino, como es- tamos mas unidos a Dios” (| Sententiae, Dist Vill, q, a8, ad 4m). De esta manera, la teologta negativa sefiala el verdadero limite de la teotogia, asicomo el de toda cienciahumana. Dios no es mundo ni nada de lo que aparece en el mundo. Por lo tanto, ninguna idea, que siempre estard formada a partir de la experiencia condicionada por el es- pacio y el tiempo, podra ser adecuada para mencionar a Dios. De ahi que toda costo 2013 Dios no es mundo ni nada de lo que aparece en el mundo. Por lo tanto, nin- ‘guna idea, que siempre estar formada a partir de la experiencia condicio- nada por el espacio y el tiempo, podrd ser adecuada para mencionara Dios. afirmacién referida a €1 nunca tenga va- lor univoco, Por el hecho de saber qué significa la causalidad en los procesos mundanos, no podemos saber qué sig- nifica la “causalidad divina”. Aplicar tal concepto, o cualquier otro, univocamente Dios, es mundanizarlo. Dios no esté en el mundo como mundo (espacio-tempo- ralmente), sino como Dios. Por eso To- més, en la Suma Teol6gica de madurez, excluye elvalor unfvaco detos conceptos teol6gicos preguntandose “de Dios y de las criaturas, dtodo se predica equivaca- mente?”. A lo cual responde que, efec- tivamente, todo “es equivoco”, aunque no puramente equivoco sino “analogo” (Summa},qa3,a.5). Elconcepto de ana logfa surge, asf,apartirde la equivocidad ynode la univocidad, Debidoaeltosiem- pre es mayor la diferencia que la seme- Janzaen todos os conceptos aplicados a Dios, tal como concluy6 et Concilio IV de Letran (05 432). DIOS Y ELBIG BANG A partir de estas consideraciones previas querrfa vincular este tema con el suscitado recientemente tras el des: cubrimiento del llamado Bosén de Higgs ‘enelLaboratorio de Aceleracién de Partt- culasde Ginebra (CERN), cuandose escu- ch6elsutil mensaje lanzado poralgunos ala teologia, al denominar “particula de Dios” a ese bos6n, Este fue un hecho cientifico de gran notoriedad el afio pasado, aun cuando el descubrimiento ya habia sido previsto desde 1964 por Investigaciones te6ricas del mismo Higgs y otros fisicos eminen- tes, particularmente Stpphen Hawking. Este dltimo reforz6 su fama como cientifi 3a7 | 27 tsi | TeoLosta El problema de los fisicos como Stephen Hawking, asi como de todos tos “positivistas” decimonénicos o “neopositivistas” actuales, es que les falta la metafisica que pudiera permitirles pensar adecuadamente los conceptos teolégicos. coporsusteoremas referidos al espacio tiempo y sus aportes a la teoria del ori- sgendel universo en la explosion césmica originaria, ta denominada Teoria del Big Bang, explosi6n que habria determinado el paso desde la pura energia inicial a la masa del universo en expansién ve hosa, masa intercambiable con la energia ‘que le ha dado origen (E=Mc2), Comentando el resultado del expe- rimento de las particulas de Higgs. que parece confirmar la mencionada teori el mismo Hawking expresé lo siguiente ‘en una entrevista televisada: “Antes det Big Bang no existia el tiempo en el que pudiera existir una causa. Esto significa, para mi, que no existe la posibilidad de tun creador. Habiendo surgido el tiempo con el Big Bang, este acontecimiento no puede haber sido causadoppor nada nipor nadie. El tiempo no existia antes del Big Bang, de maneraqueno habiaun tiempo en que Dios pudiera crear el universo. Por to mismo, ta explicacién més posible es que Dios no existe”. Parece ser que a Hawkinglefalta tam- bién situa elimite metafisico delafisica, Una metafisica que, a su vez tiene como limite a plena autonomia de la fisica en sus investigaciones acerca de los entes espacio-temporales, finitos 0 infnitos, La afirmacién de Dios remite, de si mismo, a una realidad que trasciende todo ente espacio-temporal. no a otra ente, por superior que se lo imagine, Un concepto “6ntico” de Dios degrada la teologia a ideotogia “ontoteologica” ‘que, con raz6n, ha crticado Heidegger. Dios no esté, pues, en la protongacion tiempo al infnito, por arriba © por abajo, ni antes 0 después. Por lo ‘mismo, ielespacto-tiempo comenz6 con ig Bang, no hay un espacio-tiempo anterior, que serfa el de Dios. Hawking tiene, pues, raz6n al afirmar que Dios no existe, silo considera como un ente pre- Vio al inicio de los entes espacio-tempo- rales. Elmundo es solo mundo de punta punta, en su finitud infinitud, asf como también, segdin lo prefiere Hawking, en toda sufinitud “circular” o “sin rontera”. Al decir “Dios”, la teologia no puede re- ferirse a una prolongacién del espacio- iempo “sobre o infranatural”, sino a la trascendencia de la categoria misma de espacio-tiempo y, por lo mismo, del con- cepto de ser propio de los entes en su totalidad. Dios no esta en ninguna parte Ys recisamente, solo asi puede estar en todas partes. Dios no es un ente situado ‘nla prolongacién de la inmanencia, por ‘mucho que se la infleinfinitamente, sino que es la esencial trascendencia de esa inmanencia. El problema de os fisicos como Haw- king, asf como de todos tos “positivis- tas” decimonénicos 0 “neopositivistas” actuales, es que les falta la metafisica que pudiera permitisles pensar adecua- damente los conceptos teol6gicos... aun ‘cuando @ menudo esa capacidad meta- fisica pueda estar también ausente en te6logos que pretendan identificar las imagenes teol6gicas sobre Dios con su realidad trascendente. DIOS NO ES FINITO NI INFINITO Porlo anterior, el mismo Catecismoca- t6lico, antes de iniciar el desarrollode las. formulas dogmiticas del Credo, coloca el limite, que constituye la clave herme- néutica negativa propia de todo lenguaje sobre a trascendencia: “No creemos en las formutas, sino en lo que esas f6rmu- las quieren significar, pues la fe del cre- yente no tiene como objeto los enuncia- dos, sino la Cosa” (que, obviamente, es la “Realidad” que trasciende todo enun- ciado humano, que solo puede expre- ‘sar adecuadamente la realidad espacio- temporal, n. 170). Por esa misma raz6n, Ludwig Witgenstein, al llegar al analisis del lenguaje “teolégico”, concluye sim- plemente confesando: “De aquelic de lo ‘que no se puede hablar, hay que callar", terminando asi su famoso Tractatus Lo- gico-Philasophicus (n. 7) 2Con qué concepto, pues, la teologia puede situarel limite de las concepciones ontoteolégicas de Dios como un ente "Teor de tde. Torgen ye destino delunveso, areelans Ea, Debi, 200, pa}. 28 | 348 ‘AGOSTO 2013, ‘supremo que se halla enaprotongacion ‘del mundo por encima, antes o después de él? Pienso que el concepto més sugerente (puesto que ningin concepto es adecuado univocamente), es el de etemidad. Se trata de un concepto pro- piamente negativo: niega que a Dios se le aplique categorfa alguna de espacio tiempo, sea este finito 0 infinito, Dios rio es ni finito ni infinito. Esas catego- rfas son las Gnicas posibles para expre sar el mundo y no a Dios. Dios, siacaso, ‘es eferno; es decir, trascendente a toda realidad mundana. Por lo mismo, no esta ‘en otro mundo del universo ni de un posi- ble“multiverso®. Tampoco es poderaso, comoloes el mundo, solo que elevando- {ol infnito. Simplemente, Dios esta en ‘el mundo como acto eterno. Es el fun- damento eterno del mundo y no su pro- longaci6n oanticipacién temporal. ¥ eso vale también para Jesds, quien pudo ser visto en el mundo, peré'de quien hubo ‘que creer que el Dios eterno estabaen él. Yes solo en cuanto Dios estaen él que el concreto Jesiis espacio-temporal puede ‘estar presente en todo tiempo y espa- cio, trascendiéndolos. Pero, en el mun- do, “a Dios nunca lo ha visto nadie” (alin 4, 8). Como lo expresaba ya el antiguo {saias en oraculo profético: “Tu Dios, Is- rael,esun Dios oculto” (1545, 15). Pascal, de forma notable, comenta asi ese tex: to:“Estando, pues, Dios oculto, ninguna religion que no nos diga que Dios esta oculto es verdadera, y ninguna religion {que no dé raz6n de esto es instructiva. Eso es todo para nosotros: Vere tu es Deus absconditus... Pues la naturaleza es tal que por todas partes nos indica (Con “indicios’) a un Dios ocutto, tanto en el hombre como fuera del hombre” (Pensées, Xi, 5yXill, 3). INDICIOS SOBRE LA REALIDAD ETERNA DE DIOS tera déndeestén esos indicios que, desde nuestra inmanencia espacio-tem- poral, puedan remitirnos a la realidad eterna de Dios? El mismo Isaias lo preci- s2,acontinuaci6ndeltexto citado:"Yo no he dichoa la progenie de Jacob: Buscad- me en vano. Soy Yo, jahvé, cuya Palabra es verdadera” (\s 45, 19)- ‘AGOSTO 2013 Elpunto de contacto espacio-tempo- ral con ese Dios, oculto en su eternidad yy trascendiendo toda categoria espacio- temporal, se encuentra Gnicamente en la apertura de la conciencia a la Palabra, ‘que puede interpelar desde cualquier acontecimiento cotidiano experimen tado desde la profundidad de la propia conciencla. Siempre que esta no evite ‘su impacto, distrafda por {a cotidianidad sensorial de los entes que nos rodean, tendiendo 2 constituirse en los Gnicos objetos de interés. De esta manera, la fidelidad a la pro- pia conciencia constituye el dnico lugar teolégico de fidelidad oinfidelidad al Es- piritu eterno de Dios. Esa actitud atenta de la conciencia a la Palabra es lo que constituye la apertura al misterio del Rel- no del que habla Jestis en el evangelio, asegurando, a quienes abren asi sucon- clencia a ese misterio: “Felices sus ojos que ven y sus orejas que oyen, pues les digo en verdad que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven yrno lo vieron, y ofr lo que ustedes oyen y no lo oyeron” (Mt 13, 16-17). ¥ afiade: “Les digo en verdad que sino cambian y ‘se hacen como nifios, no entrarén en el Reino del cielo” (Mt 8, 3).¥ el mismo Je- ‘sis, emocionado por la simplicidad con {que sus pobres discipulos habian descu- bierto lafuerza desu palabra, irumpe en unaexclamacién hecha plegaria: “Tedoy gracias, Padre, Sefor delcielo yde la tie- rra, porque has ocultado estas cosasalos sabios y entendidos y las has revelado a los sencillos. St, padre, porque asi es tu beneplacito” (Mt 11, 25-26). Gracias a esa apertura confiada aunque no por ello menos Iticida— det corazén, la propia libertad experimenta luz y motivacién para decidir en la nea del sentido trascendentede la Palabra de la que ha tomado conciencia. Y es capaz deverificar, asf, su fuerza transformado- rai *Puesto queesvivalaPalabra de Dios, eficaz y mas penetrante que espada de dos filos; que penetra hasta la division del alma y del espiritu... y es capaz de juzgar sobrelos pensamientosy los sen- timientos del corazén" (He 4, 12). De esa ‘misma experiencia pueden dar testimo- nio tantas personas que, en la historia de la espiritualidad humana, al abrir ta Dios no es ni finito ni infinito. Esas categorias son las Gnicas posibles para expresar el mundo y no a Dios. Dios, si acaso, es eterno; es decir, trascendente a toda realidad mundana, concienciaa la Palabra, han visto cambi dasu propia existencia, impactada porla fuerza convincente de esa Palabra. OBLIGANDO AL HOMBRE A BUSCAR También Heidegger habla de trascen- dencia, identificéndola con la nada que constituye a esencia de los entes, trans- cendiéndolos como totalidad. Y elindicio verificable de esa trascendencla negati- vaes, segtin él, a experienciaexistencial de la angustia: sentimiento que marca el limite entre la existencia auréntica y la alienada en la cotidianidad de los entes espacio-temporales... aunque son entes {os que, en su minuciosa complejidad, constituyen el Gnico objeto de interés para los cientifcos, quienes se despreo- cupan, olfmpicamente, de la nada, Por 0 les echa duramente en cara: “Puede la ciencia abandonar la nada con un ges- to de superioridad. Pero la sobriedad y superioridad presuntas de la clencia se convierten en ridiculez, si esta no toma fen serio la nada” @Qué es metafisica?, Ed. Zubiri,p.55). La experiencia creyente podria coin- cidir con Heidegger en esa critica al re- duccionismo positivista, Pues asume también muy en serio el mite de los en- tes; sin embargo, descubre en ello el in- dicio graclasalcuallaconcienciaseabre aunatrascendencia positiva. Ese indicio noes, pues, laangustia, sino la felicidad expetimentada en el toque de eternidad, ‘como lo describe, por ejemplo, san Juan de la Cruz: “En esto pide el alma todo lo que puede pedir, porque no anda ya contentandose en conocimiento y comu- ricacién de Dios por las espaldas... que es conocerle porsus efectos y obras, sino con la haz de Dios, que es comunicaci6n esencial de la divinidad sin otro algtin medio en elalma, por cigpto contacto de ella en la divinidad, lo que es cosa ajena 349 | 29 ws | TE0L0GtA < El punto de contacto espacio-temporal con ese eternidad y trascendiendo toda categoria espaci se a a a a a a a ‘temporal, se encuentra Gnicamente en la apertura de la conciencia a la Palabra, que puede interpelar desde cualquier acontecimiento cotidiano. i IR AS MM detodo sentido y accidentes, por cuanto es foque de sustancias desnudas, es, a saber, del alma y la divinidad” (Céntico Espiritual, 32, 4). De esta manera, en la misma expe- rlencia del mite de la realidad, cerrada ‘ensuautonomiaenun espacio-temporal finito 0 Infinito, el hombre puede expe- rimentar indicios de trascendencia en la felicidad experimentada, gracias al im- pacto de a Palabra, Gnico punto de con- tacto con el misterio eterno de Dios. Sin ‘embargo, Dios sigue oculto, obligando al creyente, 0 quiza incluso a todo ser humano consclente, a seguir buscando a Dios sin desesperar. El hombre sabe ‘muy bien que, “por mas que se fatigue buscando, nolo descubriré, y aunque el 30 1 350 sabio pretenda serlo, no lo averiguaré. He reflexionado sobre todo esto yhe lle- gado aesta conclusién: aunque los jus- tos ylos sabios, con sus obras, estén en manos deDios, et hombre nosabesiDios lo ama lo odia, Todo lo que el hombre tiene frente a sf es pura ilusion; y esto 5 lo malo de todo lo que sucede bajo el sol: que una misma suerte toca a to- dos... la morir!" (Ecle 9, +3). Aun asi, el salmista no para de insistir: “De parte tuya me dice el coraz6n: Buscad mi ros- tro..Tu rastro, 0 Dios, yo busco, ino me lo escondas!” (Ps 27, 8). Con la misma insistencia imploraba san Agustin: “Se- Flor, Dios mio, mi Gnica esperanza, ies- cGchame para que no me canse nunca de buscarte, sino que busque siempre UY ardientemente tu rostral”. ¥ es que “la Vida nos ha sido dada para buscar a Dios ysololamuerte para encontrarlo” (padre Alberto Hurtado). Tal como Dios mismo se lo habia advertido a Moisés, cuando este le rogaba “imuéstrame tu Gloria!” y Dios le eplicé: “Haré pasar ante timiGlo- ria y pronunciaré el nombre de Sefor. pero mirostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida. Cuando pase miGloria te meteré en una hendidura de la roca y te taparé con mi mano hasta que haya pasado y, cuando retire la mano, podras ver mi espalda; pero mirostronoloverds" (Ex33,18-23). Elmundo y todo lo que en él ocurra, con sus maravillas y sus tragedias, constitu- yen la “espalda” de Dios, los “indicios” de su paso siempre silencioso, como la “brisa suave” de la Palabra escuchada por Elias en eldesierto (aReyes 19, 11-14), aunque también como la muda “queja” del“siervo sufriente”, solidario en el mal atrozde todosos inocentes crucificados (Us 53, 7-10 y Marcos 15, 34-37). MS} CUANDO ANUDAS | hang SUCRUZ re CRATON ELV ‘AGost0 2013

También podría gustarte