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PQA celebra 15 añ os de compartir la voz

Hoy nos reú ne un maravilloso motivo: el programa Palabras Que Acompañan – Dolex
Niños llega a su cumpleañ os nú mero 15. Somos el equipo de lectores y mú sicos de
Bogotá , pero a nuestra presencia la acompañ a la energía de los equipos de las
ciudades.

Durante 15 añ os hemos caminado por muchos servicios de pediatría, con nuestro


carrito biblioteca, guitarras, ukuleles, papel de origami, etc. hemos tenido la fortuna de
compartir espacios de acompañ amiento de calidad y nuestra voz en esos lugares
donde la enfermedad se hace presente. Hemos llevado nuestra voz, ese regalo que nos
fue dado como humanos que somos, una voz hecha sonido, convertida en palabras, en
canciones, una voz que le hemos prestado a los autores de libros que leemos, una voz
en conversaciones que han construido encuentros profundos, una voz que hemos
escuchado de niñ os, niñ as, jó venes y su familia, del personal de salud, y con ella
hemos tejido esta historia.

Durante 15 añ os hemos realizado nuestra acció n de manera totalmente incluyente, sin


importar la enfermedad, la raza o el estrato socioeconó mico en todas las instituciones
de salud donde PQA Dolex Niños esta presente, gracias al apoyo, decisió n y constancia
con la que Glaxo Smith Kline lo ha hecho en estos 15 añ os.

Hoy no queremos compartir estadísticas, queremos compartir algunos de esos


encuentros y, aunque son muchas las historias, los vínculos, los aprendizajes que
hemos atesorado a través de estos añ os, hemos elegido algunos que nos han tocado
fibras profundas y por lo tanto nos han aportado para la vida.

Ana María: Compartir la propia historia en el INC


María tiene casi 18 años y es de la tierra del vallenato, de los sones de acordeón. Su
sonrisa y su piel son morenas y tiene una manera muy particular de asumir la vida a la
que imprime una gracia muy natural para expresarse.
Le dije: María, que historia quieres que te lea hoy?
Me contestó: “Nada, no me leas historias, que pueden ser de la fantasía y de la
imaginación, pero hoy no me llegan. Por favor cuéntame algo de tu vida, quiero llenarme
de tu alegría y quiero verte sonreír. Eso me hará bien”.
Me sentí halagada por las palabras de María y comencé contando de la existencia del
pequeño Felipe en mi vida y conté algunas anécdotas de sus travesuras…
Poco a poco y al calor de las palabras que contenían hogar, fui viendo como ella se
sobreponía al intenso frio de la mañana, esto le dio ánimo para compartir conmigo
también algo de su historia y manifestar su ansiedad por estar de nuevo en su tierra al
lado de sus padres y de su abuela de Villanueva, de la cual nunca olvidará sus largos
relatos de mujer guajira.
Compartir con una persona que ha sido tan cercana a la voz y a la palabra, reconforta
mi corazón, tal vez porque en momentos como éste, siento que las palabras del otro
suenan en mi voz y viceversa. Dejarse leer también hace bien al otro, lo acoge y lo
reconforta.

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Diego: ¿Qué es eso del compromiso?
Samuel David, un niño de 10 años, lo conocí en el instituto de cancerología y desde ya
aclaro que lo que contaré nada tiene que ver con su tratamiento o su estado de salud.

Después de varias vistas la confianza aumentaba entre su mamá, él y yo, después de


canciones y conversaciones entre lecturas y anécdotas que la mamá narraba, a las que
yo con dispuesto entusiasmo escuchaba y comentaba llegó el día del “favor”, el día donde
esa confianza de la que hablo, permitió que Samuel, entre la naturalidad con la que
habla un niño y la idea impulsada por la mamá me pidieron que les “ayudara” con algo
que Samuel buscaba hacer hace un tiempo y por desconocer la ciudad y algunas
promesas no cumplidas por otros no se había podido lograr... que era? Algo tan sencillo
de hacer en apariencia para mi que dije... !Si, claro que si!. Después de todo ir al centro,
buscar donde le instalaran una memoria de juegos en su Play Station portatil (PSP) era
algo “fácil” de hacer.

Pero paso el tiempo y no logré cumplir aquella palabra, no y la verdad se sintió feo, para
mi. Y surge la pregunta: ¿De qué tanto nos debemos comprometer a partir de una acción
con los pacientes y sus familias?.

De aquí tomo lo bueno, no fue no haber podido cumplir con aquel favor, fue ver que ese
compromiso del que hablamos en verdad puede estar presente sin que sea un peso, por
no poder, no cumplir o no hacer algo que ya estaría, en el caso de mi rol como lector y
músico fuera de mi. Ahora, a lo mejor me encuentre con Samuel de nuevo y nos
saludemos y le pueda decir aquí estoy y aquí está.

Alexandra: Cuando una situació n nos pone en crisis


Por primera vez un niño me confrontó y me hizo tambalear… A lo largo de mis años, no
sólo en palabras sino en el trabajo con niños y jóvenes, ha habido momentos difíciles,
donde me he visto envuelta en situaciones complejas que me demandan una acción
rápida y eficiente, que logre tranquilizar o por lo menos alivianar las cargas de ese
otro/a que está en frente. Es así como he aprendido algunas técnicas que fácilmente
pueden ayudar en momentos complejos y que en los hospitales he puesto en acción en
momentos específicos.
Es aquí donde aparece Samuel, un pequeñín de 2 años que me puso a tambalear en
Cafam, pues en medio de su malestar (que nadie entendía, ni su padre), había una
petición. Nadie la entendía, y me incluyo, pues después de intentar por diversos medios,
él seguía manifestando su incomodidad. Pensamos con el personal de enfermería que
podría ser dolor, pero lo tenían controlado con medicamentos, pensamos que extrañaba
a su mamá, que quería irse de allí, que no se hallaba en esa habitación, pero no
pensamos que su malestar fuera por una simple razón: hambre. Su padre estaba pálido,
no reconocía a su hijo, no sabía cómo calmarlo ni sabía cómo iba su proceso de
hospitalización. Y fue en ese momento que llegó el cirujano pediatra, y de una manera

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poco respetuosa y calurosa, le indica al padre que su hijo se quedaría bastante tiempo
allí, que su situación era muy grave y que él como padre no la entendía. No le da
mayores indicaciones, no lo guía ni le explica con detalle el proceso en el que estará su
hijo. Se retira, y deja a este padre pálido, preocupado y desarmado.
Qué difícil es estar ahí, al lado de este personaje (el médico) y no poder decir nada, me
sentía como una observadora pasiva, pues el corazón y el alma me sacudían por dentro,
con las ganas infinitas de confrontar a este médico desde la humanidad, desde su labor
no como “el doctor”, figura de autoridad, sino desde su rol social y humano, desde su
posición ética como profesional de la salud.
Y me iba quedando sin palabras, sabía que mi deber era estar ahí con ese padre que
había quedado destruido, y opté por indicarle que era su derecho conocer todos los
pormenores del proceso de su pequeño, que esa era la responsabilidad de ese médico y
del hospital mismo. Llegó la comida para Samuel y se calmó, volvió a ser el niño que ese
papá reconocía, y la comida posibilitó el espacio para que padre e hijo se tranquilizaran
y pudieran tramitar juntos desde sus malestares y preocupaciones, este momento de
tensión.
Y en realidad creo, que no fue Samuel, sino este médico quien me puso en crisis.

Jorge Andrés: ¿Qué es eso de ser padre?


No tengo hijos humanos pero soy padre de dos gatos: Nina y Tomás y desde mi lugar
quiero compartir mi visión de algunas de las relaciones entre padres (hombres) con sus
hijos en diferentes ambientes y comentar lo que estas interacciones me han hecho pensar
y sentir.

“A Fox lo conocí en el hospital de la Misericordia el año pasado. Lo he visitado muchas


veces y así pude acercarme un poco a su realidad. Hablando de todo un poco terminamos
hablando del papá por un comentario que hizo la enfermera jefe. Cuando Fox está
hospitalizado tiene la compañía de la mamá entre semana y la del papá el fin de semana.
Le pregunté cómo era pasar el fin de semana con el papá y me sorprendió su respuesta:
“El está y no está” dijo Fox. “Viene, se sienta a ver televisión, no me habla, no me mira, no
juega conmigo”. Me ví reflejado en su respuesta aunque a otro nivel. A veces soy así con
mis gatos, pero se hace muy evidente con Nina (la menor) que busca el juego y el amor
todo el tiempo. Pero Fox dijo después: “yo lo entiendo, imagínate que trabaja muy duro y
cuando viene aquí llega muy cansado y además el está aprendiendo a acompañarme”.
Más adelante tuve la oportunidad de conocerlo. Se llama Luis y en la visita que
compartimos hablamos e hicimos el dragón, una de las figuras más complicadas que se
hacer en origami y que requiere paciencia y precisión para terminarla, y pude verlos
hablando, molestando, haciendo chistes y sobretodo demostrando que se quieren. Vi feliz
a Fox y me di cuenta de que si no hubiera vivido esa visita, mi opinión sobre el papá de
Fox sería completamente diferente. Somos seres cambiantes y con posibilidades infinitas
de hacer sentir y expresar de lo que está pasando en nuestra vida en este momento y
entregamos lo que tenemos.”

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Este es en realidad un pequeñ o compartir de todo lo que ha ocurrido en estos 15 añ os,
donde hemos acompañ ado a sanar, a morir, a crecer a muchos pacientes. Hoy solo
podemos agradecer a por esta bella oportunidad para compartir el tiempo, el saber, la
vida en un trabajo como el que nos brinda PQA Dolex Niños, que si bien nos ha retado
de maneras humanas, también ha enriquecido nuestra historia como personas, hemos
nutrido nuestra alma, y ¿qué puede ser mas valioso que eso?

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