Amigo, me has tomado en tu amor
para darme tu gran tesoro,
que es el don de ti mismo,
de ti que eres la bondad suprema.
El corazén no lo puede expresar,
pero el puro nada-querer lo afina,
elevado tan alto,
fen unién y concordia
que nunca podré revelarlo
lo revelaré. (Cap. 122
nece envuelta en brumas. De su vida personal se
sabe bien poco. Sélo la podemos entrever a partir
desus escritos, que son de una oti
dentes. Eckhart se expresa con un
i ura de Maestro Eckhart 328) perma.
al limite de la concisién y de la paradoja. Hizo una
notable carreta académica, por dos veces fue nombra
do profesor de Teologia en la Universidad de Paris;
gjerci6 también como provincial de los dominicos de
Germania (1303-1311). Sin embargo, sus escritos més
pastorales, sermones pronun-
Giados en el circulo de begardos y beguinas. El deseaba
nis ser maestro de vida que de letras. La desnudez de
Inexperiencia de Dios que propone, la radical ausen
Gia de mediaciones y sus continuas afirmaciones sobre
Ts igualdad de la esencia humana y la esencia divina
=sel fondo de Dios y el fondo del alma son uno y
el mismo fondo»— llevaron a que sus escritos fueran
329). Murié camino de Avi
en espera de la sentencia. Después de siglos de
ento ha sido rescatado a lo
Xx, més por fildsofos que por tedlogos.
&Su obra hace de puente c
La nocién eckhartiana de la nada queda
partir de la vacuidad a: no es la nada del nihi
lismo contemporéneo, sino el Fondo originante del
Ser, matriz de la que surgen y a la que retornan todas
fas formas,
«Pablo se levanté del suelo
tos, nada vei
tuno. El nada vefa, y eso era Dios. Dios es una nada
y Dios es una cosa. Lo que es alguna cosa, tam-
n eso es nada. Lo que Dios es, lo es totalmente
ue el cl Dionisio, siempre que
scribe de | esté por ene
del ser,
por encima de la vida, por encima de la luz; no
e atribuye esto ni lo otro y con ello quiere decir
que es un no sé qué, que esta més allé de todo.
Si alguien ve alguna cosa, o si algo penetra en tu
conocimiento, eso no es Dios, just
Dios no es
te, porque
i esto ni lo otro [...]. A un hombre
le parecié una vez en un suefio —era un suefio de
jia— que estaba prefiado de la nada, como una
mujer lo esté de un nifio, y en esa nada habfa naci:
do Dios; él era el fruto de la nada. Dios habja naci-
doen
nada [..]. Si Dios tiene que ser conocido
por el alma es preciso que sea ciega. Por
él texto: ev nada», por cuya luz es toda
7
dice
| sermén Sure
Juz, por cuyo ser es todo ser.En
que Dios y yo somos uno. Entonces yo soy lo que
atravesar [a todas las cosas] me doy cuenta de
fui, y alli n
novible que mueve todas las cosas. En todo
ng
en el hombre, pues el hombre consigue con esa
pobreza lo que él es eternamente y lo que
seré. En todo eso Dios es uno con el espfritu y éa
es la extrema pobreza que se puede encontrar. (Dd
.crezco ni crezco, pues Soy una cau:
sa
es0 Dios no se encuentra er ugar més que
mpre
hay una potencia a la que no afectan ni
3e; fluye del espfritu y permanece
{fay gloria como es en sf mismo.
yy una alegria tan cordial ¢ indescriptible que
rede hablar de ella con propiedad. En esa
no engendra a su Hijo eterno,
yas{ misma, como el Hijo mismo en
ica del Padre. (Del sermén
mo [...]. Todavia digo algo més: E
zendrado en mi alma [...]. El Padre engendr
su Hijo en el alma de la misma manera en q
la engendra en la eternidad y no de otra manera
[...1. ¥ todavia digo mas: me engendra en cu
que Hijo suyo y el mismo Hijo. Todavia digo més
no sélo me engendra en cuanto que su Hi
que me engendra en cuanto que El mismo y El se
engendra en cuanto a mf y a mf en cuanto a su ser
y naturaleza, (Del sem Tuporque
se dio su conver
petmiten el del
sin,en la Cuaresma de 1554,
los siguientes veinte aftos de
en 1582. Parlan
1contemplativa y andariega por vocacién, escritora
‘or obediencia, tambié
supo armonizar en su vida pr
dad, audacia y sen
tos combina narraciones autobiogréficas y consejos
de maestra. Experiencias unas veces més afectivasy
siempre trai
za de la posibilidad de la plena unién de
con su Fuente, mas
teologias escasas de cada tiempo.
con frecuencia enferma,
didad y cotidianie
En sus eset
llez, humor y que;
les; otras, més intelectivas. En cual
ier €280,
formantes, que le permitieron accedera
na comprensién de Dios cada vez mayor y a la cert
ser humane:
de los limites que ponen las
Al principio de mi camino era muy ignorante y nd
sabja que estaba Dios en todas las cosas, y como
me parecfa que estaba en ellas presente, parecfame
imposible. Dejar de creer que estaba alli no podia,
ya que me habia parecido muy claro y habfa enten:
su misma presencia. Los que no t
dido estar
letras me decfan que estaba slo por gracia. Yond
lo podia creer, porque, como digo, parectame estar
presente, y a n pena. Un gran letrada
de la Orden de Santo Domingo me quit6 de est
duda, Me dijo que Dios estaba presente en todaslas
cosas, y c6mo se comunicaba con nosotros, lo cal
andaba c
ibro
me consolé harto.
Estando una vez en oracién, se me presenté en bre!
ve, sin ver cosa formada, mas fue una representacif
con toda claridad, cémo se ven en Dios todas as
8
cosas y cémo
esto, yo no lo s
as tiene todas en sf
mas quedé muy imprimido en mi
alma, y es una de las mercedes que el Sefior me ha
hecho y de las que mas me ha hecho confundir y
avergonzar, acordéndome de los pecados que he
echo. Creo que si el Sefior fuera servido viera esto
enotro iesen los que le ofenden, que
atrev
niento para hacer!
40, 9)
Digamos ser la divinidad como un muy claro d
ho mayor que todo
como el alma [cf. Libro de la vi
To que hacemos se ve er
ie todo
c, siendo de
encierra todo en si, porque no k
ida que salga fuera de esta grandeza. Cosa espan.
tosa me fue, en tan breve espacio, ver tantas cosas
juntas aqui, en este claro diamante. (Libro d
queda hecho todo agua, que no podrén ya dividi
niapartar cual es el agu
elo; 0 como si
mar, ya no habré remedio de api
luna habitacién estuviesen dos ventanas por donde
entrase gran luz: aunque entra dividida, se hace todo
una luz, (Cast
del
10 0 lo que cayé del
n arroyico pequefio entra en launa saeta
ma. Asf causa un dolor grande que hace quejar, y
nunca querria le faltase. Este dolor
lo interior del alma, sin que parezca dolor
corporal [...]. Otras veces parece que esta herida
de amor sale de lo intimo del alma. Los efectos son
grandes, y cuando el Sefior no lo da, no hay reme-
dio aunque més se procure, ni tampoco dejarlo de
jido de darlo. Son como unos:
sner cuando El es sei
deseos, tan vivos y tan delgados, que no se pueden
decir; y como el alma se ve atada para no gozar
como querrfa de Dios, dale un aborrecimiento gram
de con el cuerpo, y parécele como una gran pared
que la estorba para que no goce su alma de lo que
entiende entonces, a su parecer, que goza en sf, sin
embarazo del cuerpo. (Relaciones, 47-18)
uan de Yepes (1542-159
mds altas de
representa una de las cimas
stica cristiana y universal. Una cima
desnuda, solitaria, exenta de toda concesién y adoro,
Dej6 paso al lenguaje esencial y su palabra pudo transpa-
rentar la belleza més pura. Este ser timido y silencioso fue
arastrado a la reforma de su propia orden por iniciativa
Teresa,
isiete afios mayor que él. En una
n, Teresa se refirié a él con cierta condescendencia
\edio fraile» por su pequeiiez fisica, pero
probablemente también por su apocamiento de cardcter,
Y.sin embargo, «el medio
tepor los paramos del espiritu, de noche en noche, hasta
llegar a una Oscuridad mas dulce, més amable, «més cier-
faque la luz del mediodfa, / adonde me esperaba / quien
yobicn me sabia, / en parte donde nadie parecfa» (Noche
sscra). Vivid en su propia carne la mezquindad humana,
alser encerrado por sus propios hermanos durante nueve
msses en un s6rdido lugar. Durante aquel confinamiento
avanz6 como un gigan-
Fes poemas: algunos romances, la Fonte
ial. Asi, de despojo en despojo, se fue
litnando de lo tinico que podia saciar su sed: la divinidad
misma. También fue tedlogo de sus propios poemas.
8sara ver ustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada
para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo €
para venir a serlo todo,
no quieras ser algo en nada
venir a saberlo todo,
no quieras saber algo en nada
ada;
ara venir a lo que no gustas,
de ir por donde no gustas
alog
has de ir por donde no sabes
para ve c no sabes,
para venir a lo que no posees,
has de ir por donde no posees
para venir alo q
has de ir por donde no eres,
Cuando reparas en algo,
dejas de arrojarte al todo;
porque, para venir del todo al todo,
has de negarte del todo en todo.
\do lov
Y cu gas del todo a tener
has de tenerlo sin nada querer,
porque, si quieres tener algo en todo,
no tienes puro en Dios tu tesoro
Ima ha quitado los impedimentos y velos
del todo, quedéndose en pura desnudez y pobreza de
en la naturaleza,
Elaspirar del aire es una habilidad que el alma dice
que le dara n la comunicacién del Espiritu
Santo, el cual, a manera de aspirar, con aquel
aspiraci6n divina, muy subidamente levanta el alma
informa y habilita para que ella aspire en Dios la
misma aspiracién de amor que el Padre aspira en el
Hijo y el Hijo en el Padre, que es el mismo Espiritu
Santo que a ella le aspira en el Padre y el Hijo en
dicha transformacién, para uni
consigo. Por-
que no seria verdadera y total transformacién si no
se tran ma en las tres Personas de la
a Trinidad en revelado y manifiesto grado
[...]. Yno hay que tener por
ieda una cosa tan alta, que el
mo Dios aspira en el
rmase el
posible que el alma
ma aspire en Dios,
por modo participado
[...]. Lo que en esta transformacién pasa cerca de
esta comunicacién no se puede hablar, porque
na, unida y transformada en Dios, aspira en Dios
aDios la
ella en
isma aspiraci6n di
1a que Dios, estando
mada, aspira a sf mismo en
I transfcuerpo, entonces habré un mundo. Si te identificas
con el espiritu, todo es espiritu
Por cualquier camino que vayas, tendrés que de
saparecer en la unidad. La entrega seré completa
cuando llegues a la etapa de «El es todo» y «Ha
gase sui voluntad». Entrégate de una vez por todas
y deja el deseo. Mientras mantengas el sentido de
que estés actuando, habré deseos. Eso también es
personalidad. Si desapareces, el Ser brillaré en
toda su pureza. El sentido de actuar es lo que nos
aprisiona y no los actos en si
4
Ljesuita y paleontélogo T
en 1888 en el macizo ce
ard de Chardin naci
I francés, una densa zona
configuraria su carécter y la vocacién
de su vida: c6mo conjuntar materia y espititu. Desd
infancia se sinti6 fascinado por la Tierra y el cosmos, De
Pequefio se sentfa atraido por las piedras, hasta el punto
de que, al cogerlas, percibya tal
volednica qu
ibracién y pasién por
ells que tenfa que soltarlas. Ingres6 a los dieciocho afios
en la Compafiia de Jestis, y, ya siendo jesuita, se formé
como bidlogo y luego como paleont go, intuyendo:
que la evolucién no contradecia las creencias cristianas,
sino que, al contrario, las engrandeci
tna dimensi6n eésmica a la fe
Laevolucién daba
integrar en ella la crea-
mn de la
materia. Cristo, como Alfa y Omega del universo, abarca
ha totalidad del cosmos; més que lo que podian confir
mar la astronomia, la geologia, la biologia, la fisica y la
suimica del momento. El ser humano, como la punta de
laflecha de la evolucién, recapitula la historia completa
del cosmos, en un proceso de unificacién y, ala vez, de
personalizacién. El alejamiento forzado de los
académicos de Par
ién y al revelar que su fin es la espiritu:
frculos
le permitié a Teilhard de Chardin
uscer estancias largas en los grandes desiertos de Asia
fascinacién por
mpre habia
Sus escri
querido morir: el domi
ido del Universo,
leza, ante la bel
eza,
se apodera de nosotros,
ito de una gran Presencia
ue, aparte de los misticos y sus
haya podido despreciar esta
cuyo timbre, para un
cjercitado, llega a distinguirse en la base, mejor atin,
en la cima de toda gran emocién? Resonancia en el
Todo: he aqui la nota esencial de la Poesia pura y de
la pura Religi6n. {Qué es lo que traduce este
meno
con
¢ nacié con el Pensamiento y que creci
rofundo acorde entre dos realidades
proximidad del resto? (Ei
0)
EI que ha captado la inmensa simplicidad de las
cosas, quien ha entendido la N a del Sor
do universal, posee el mundo, Mezclado intima
mente en las cosas, por
ardor con que lucha por
7completarlas y comprenderlas, no experimenta las
nde a Dios a través
id que se derrama sobre él
agitaciones. Las palpa, pero
de ellas. Y en la plen
por esta preadhesién a Dios en todo, no sabe cud
de estas dos gracias es més preciosa: haber encon:
trado a Cristo para animar a la Materia o disponer
de la Materia para hacer t
a Cristo
gible, universalmente
Omega, Aquel en quien todo converge es, recipro:
camente, Aquel de quien todo irradia. Es imposible
-o en la cumbre del Universo:
mismo tiempo, su presencia en lo
situarlo coi
sin difundir,
{ntimo del mas pequefio paso de la Evolucién. (La
energia bumana,
foria panorémica de la Mat
Ante esta a, Lquién
no reconoce el gesto
nerge en las aguas del Jordan, que represen-
la Tierra. Cristo las santifica. Y
como dice san Gregorio de Nisa, surge de ellas cho:
rreando y elevando el
emersi6n, participacién en las cosas y sublimacién,
Posesién y renuncia, travesfa y arrastramiento: he
aqut el doble y tinico movimiento que es capaz de
responder, sila queremos salvar, a las provocaciones
de la Materia, (El medio divino)
[Materia encantadora y fuerte, Materia que acaricias
y virilizas, Materia que enriqueces y destrozas: yo
n8
les influen
perfumado y purificado tus aguas
en tus brazos poderosos,
ias que hi
1¢ abandono
a virtud de Cristo te ha
atravesado. Arréstrame con tu embrujo. Aliméntame
con tu sabia, Enduréceme con tu resistencia. Libé.
9fs, en el seno de una far
judfa y agnéstica, fue toda su vida una incorre
I de salu ora infa
tigable, profesora de filosofia y de griego en diversos
sas de su tiem
le
institutos estatales, hizo suyas las c
po: desde la cuestién obrera—trabaj6 durante un aha
in fresador en una fébrica Renault— hasta la
por el confinamiento de sus congéne:
res en las zonas de
dad con ellos, practicé una anorexia voluntaria que
junto con la tubercu
muerte en 1943, cu
Mezcla, primero, de agnost
después, de misticismo y pensamiento social y pol
reflexiones sobre la sociedad y sus propuestas
preocupaci
ja ocupada. Por solidari
sis que contrajo, la llevaron ala
enia t
‘inta y cuatro afos
mo y gnosticismo, y
pedagégicas brotan de experiencias metap«
a abrieron a la fe, particularmente a parti
ser bautizada, en cohereni
sociedad secular, aunque su acercamiento a la tra-
dicién cristiana se habia hecho cada vez mas patente.
Sus escritos péstumos son abt
De
biogréficas, rec
los rescatamos al
as de sus confesiones
ibro A la
las en
El pueblo estaba al lado del mar. Las
pescadores caminaban en procesién cerca de las
barcas; llevaban velas y entonaban céinticos, sin duda
a muy antiguos, de una tristeza conmovedo.
ra. Nada podria d
més he vuelto a
una idea de lo que era, Nunca
Igo tan conmovedor, excepto
el canto de los segadores del Volga. Alli tuve de
vos no podian di
ellos. (1935, e
Santa Maria degli Angel
de pureza, donde tan a mer
incomparable marav
lo rez6 san Francisco,
algo mas fuerte que yo me oblig6, por primera vez
en mi vida, a ponerme de rodillas,
En 1938 pasé diez dias en Solesmes, desde el
ingo de Ramos hasta el domingo de Pascua,salir de esta carne miserable, dejar de padecer sola,
abandonada en un rincén, y encontrar una alegria
pura y perfecta en la insélita belleza del canto y
de las palabras, Esta experiencia me permitié com
prender mejor, por analogia, la posibilidad de amar
el amor divino a través de la desagracia
Enla primavera de 194
samente, fue leyendo aqu
y de resonancias tan cristianas, puestas en boca de
una encarnacién de Dios, cuando sentf con fuerza
que debemos a la verdad religiosa una adhesién muy
ta a un hermoso poema, una adhesin mucho
més categérica.
A partir del verano de 1942 se propone rezar cada dia
Padre
10, Escribe en una carta
uestro en gi
La virtud de esta practica es extraordinaria y no
deja de sorprenderme, pues aunque Ia llevo a cabo
cada dfa, sobrepasa siempre lo que espero. A veces,
ya las primeras palabras arrancan mi pensamiento
de mi cuerpo y lo trasladan a un lugar mas
espacio en el que no hay ni perspectiva
de vista. El espacio se abre. La infinitud del espacio
rdinario de la percepci6n es reemplazada poruna
jtud a la segunda o tercera pot ia. Al mis-
mo tiempo, esa infinitud de infinitud se lena por
entero de silencio, un silencio que no es auseneia
i punto,
de sonido, sino objeto de ui
sensacién posi
m2
hay, slo me Ilegan después de haber atravesado
ese silencio. A veces también, durante esa recita-
cidn 0 en otros momentos, Cristo
prese:
persona esté
f, pero con una presencia infinitamente més
nzante, més clara y més Ile
primera vez en que se apoderd de mi
de amor
Hace referencia a una experiencia tenida algtin afio atras
al ecitar un poema de los poetas metafisicos ingleses
del sigho xvu
Fue en el curso de una de esas recitaciones
Cristo mismo descendié y me tomé,comienzos del siglo xx, en el émbi
no se profesaba el ate
fencia, En ese entorno se conocieron
1882-1973) y Raissa Oumanzoff (1884
ia protestante descris-
ics, su relato autobiogréfico,
Raissa narra la grandeza y las angustias de aqui
atios. Ex
do la dimen:
a cémo Jacques y
ieron descubrie:
que les negaba el medio intelectual
vivian con extrema
d y abogaban por diversas causas justas de su
jargen de la in
I, con una ia irresistible de santidad. Ei
fue despertando a
fe Diversas experiencias y momentos de diafanidad los
fpoca, al
con fervor. He aq
luz:Querfamos saber si ser era un accidente, una suer
te 0 una desgracia. Desprecisbamos la resignacién
yk ligencia de la que teniamos
tantos ejemplos. No queriamos no querer ciegamen
Este absurdo sublime nos pare
Nos horrorizaba.
cia a la int
monstrua,
Sélo traspasar el umbral de la casa de Léon Bloy,
todos los valores quedaban alterados, como porun
resorte invisible, Ante él, uno sabfa, presentfa, que
s6lo existe una tristeza: la de no ser santos. Todo
lo demés era secundario [...]. Una vez que se haba
arse all
conocido a Léon Bloy, uno no podfa lim
admiracién literaria ni tampoco al de
n activa. Habfa que ir més lejos, habia
os principios, las fuentes, los
motivos de una vida como aquélla,
terreno de
Asistiamos cada semana a los cursos de ex
de griego que daba Henri Bergson en una pequefia
aula del Collage de France ante un reducido grupo
de alumnos, El afio que yo segut este curso Berg=
son comentaba a Plotino [...]. Nos introducfa en
regiones donde nos parecia respirar con naturalidad)
ibremente, donde nuestro corazén se inflamaba y
le empezabamos a presentir que existia w
spiritual «del que descienden los dones per
Me puse a leer a Plo
g020. De toda aquel
deslumbrante que de
.ctos
fuera de clase, con un gran
lectura, destaca un recuerdo
sombra. Un
resto e
126
atardecer de un dia de verano estaba leyendo las
Estaba s
libro sobre las rox
ida sobre mi cama y tenia el
s. Cuando Ilegué a uno de los
umerosos pasajes en los cuales Plotino habla del
alma y de Dios como mistico y como metafisico, un
movimiento de entusiasmo me atravesé el corazén;
fe, me encontré de rox
sen tierra ante el
libro y besando apasionadamente la pgina que aca.
baba de leer, con el corazén abrasado de
mor.
Fue un tiempo después cuando, luego de haber visi-
tado la catedral de Chartres, hice un viaje en trey
y, al mirar por la venta
y ver pasar a toda velo.
cidad los bosques, tuve por segunda vez el senti
miento de la presencia de Dios, Si la primera vez
leyendo a Plotino, fue una experiencia viol
fugitiva, en esta ocasién s6lo miraba, sin pensar e
nada determinado. De pronto se produjo en mi un
cambio profundo, como si hubiera pasado d
percepci6n a través de los sentidos a una percepcién
completamente i
ior. Los
les que pasaban
velozmente se habjan trascendido de repente a sf
'smos. Adquirieron una dimensién de profundidad
maravillosa, El bosque entero parecfa estar hablai
do y estar hablando de Otro. Se con
manera en
irtid de
bosque de simbolos, que ya
la de sefialar al Sefior.
o tenia
otra meta qi