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Adriana Clemente a

La Participación social
en las políticas sociales.
Una necesaria revisión 1

Abstract

Este artículo reflexiona sobre la participación social en las políticas


sociales desde la perspectiva de las ciencias sociales. En tal sentido, nos
preguntamos por el aporte integrador y los eventuales resultados trans-
formadores que puede tener este tipo de participación, cuya característica
principal es configurar el hecho participativo en torno a la satisfacción de
necesidades sociales. Se trata de formas organizativas que son parte o han
sido incorporadas como dispositivo por las políticas encargadas de brindar
satisfactores, y cuya ausencia pone en riesgo la resolución material del
problema en cuestión. Esto indica que la participación es parte de la solu-
ción propuesta y por lo general no es una iniciativa de los sujetos afectados,
lo que relativiza el carácter reivindicativo que se atribuye a este tipo de
participación.

a. Profesora e investigadora de la FCSs/UBA. Directora del Centro de Estudios de Ciudad (CEC/UBA).

1. Este trabajo retoma aportes del documento “La participación como enfoque de la intervención social”. Capítulo en el libro “Participación, Políticas
Públicas y Territorio”. Adriana Rofman Editora. UNGS. 2016.
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Los escenarios de participación que tienen como objeto un mayor impacto


de las políticas sociales tienen como particularidad la capacidad de generar
procesos complejos y contradictorios que en su devenir reproducen a nivel
microsocial la puja en torno a la distribución secundaria del ingreso que se da
en otras escalas de la sociedad.
Se trata de seguir reflexionando en vistas a una síntesis superadora sobre
los supuestos con los que se alimentó la participación territorial en los años
de las reformas conservadoras, así como revisar la evolución de la participa-
ción social a partir del cambio de enfoque de la política social que re politiza
su función e introduce la noción de la justicia social como paradigma de la
acción social.
El artículo se compone en torno a los principales debates sobre la par-
ticipación social como enfoque y estrategia de intervención de la política
social. Al inicio se presentan los conceptos que dan marco al tema. También
se conceptualiza sobre las motivaciones que preceden a la participación. En
una segunda parte se introduce el tema de la accesibilidad para finalmente
avanzar en torno a un enfoque en elaboración que es el de las intervenciones
situadas, estrechamente vinculado a las metodologías implicativas que nos
ocupan en este articulo.

Notas introductorias tadas. Enrique Marí (2003) dice que la


crisis surge cuando la estructura de un
La participación popular es un fenóme- sistema social admite menos posibilidad
no sujeto a determinantes (históricos, de resolver problemas que las requeri-
sociales, económicos y políticos) que le das para su conservación. Este autor di-
dan sustento. Los procesos de participa- ferencia entre ideología de la crisis y la
ción social y política son expresión de teoría de la crisis.
su época y, en tal sentido, no se puede La tesis de la crisis-catástrofe se sus-
analizar el fenómeno de la participación tenta en la ideología de la crisis que, a
social fuera del contexto en que los ac- diferencia de la teoría, no se compro-
tores sociales y políticos colectivizan mete con fuerzas explicativas y para ali-
sus intereses y se vuelven protagonistas. mentar intereses de restricción se con-
Las categorías de crisis y participación vierte en “activista de los métodos de
popular están históricamente emparen- inestabilidad”. La crisis-catástrofe es un
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tipo de discurso con dos registros: psico- ne asumir como un hecho el fenómeno
lógico y sociológico. En el primero, se que Roberto Castel (2008) define como
dimensionan las dificultades económi- descolectivización del modelo, en refe-
cas, políticas y administrativas de la de- rencia a la pérdida de soportes colec-
mocracia. En el segundo, se anulan las tivos derivados del mundo del trabajo.
condiciones de comprensión racional de Este fenómeno tiene su contracara en la
esas dificultades y se recurre a la denun- individuación creciente de la sociedad.
cia subjetiva: incompetencia guberna- A su vez, el principio de individuación
mental, torpeza burocrática, incapacidad refiere a la exaltación de la respuesta in-
judicial, incapacidad e inmadurez de la dividual por sobre las colectivas. Aun a
clase política. pesar de su incapacidad para resolver los
Por concepto es posible postular que problemas de la sociedad, el principio
en los escenarios de crisis, la población de individuación se impone y desalien-
puede aceptar, como imperativo de las ta tanto la idea de solidaridad orgánica
prioridades, medidas de gobierno excep- como las prácticas de asociatividad don-
cionales que a su vez pueden compren- de se pueda experimentar la reducción
der la pérdida o suspensión de derechos de las incertidumbres en la sociedad.
adquiridos. Obviamente, la ideología de Definimos a la participación social
la crisis opera en los planos de la impo- como un conjunto de prácticas de mo-
sibilidad y la pérdida del bienestar como vilización y organización cuyo objeto es
externalidades de la propia situación. colectivizar tanto las prácticas de los su-
De ahí que la participación popular de jetos sociales como principalmente sus
carácter reivindicativo sea una manera resultados. Estos resultados se refieren a
de conjurar el efecto desbastador en la cuestiones que hacen a la vida en común,
sociedad de la tesis crisis-catástrofe. De es decir, relacionadas con las condicio-
algún modo los altos niveles de partici- nes de vida y su producción. La noción
pación que la sociedad Argentina expe- de producción alude a que las condicio-
rimentó en la crisis de fin de siglo dan nes más allá de reproducirse pueden, por
cuenta de esta asociación entre crisis y concepto mejorarse. La diferencia entre
participación social. La expectativa de la participación social y la política es en
despolitizar la participación y volverla algún punto ficticia, ya que están impli-
funcional es un recurso que utilizan los cadas. Sin embargo, en la práctica las
enfoques conservadores que interpretan personas cuando participan de escena-
a la política social como último recurso, rios próximos a su vida cotidiana suelen
allí donde el mercado falla. establecer esta diferencia como modo de
En tiempos de la globalización como excluirse de alineamientos partidarios.
paradigma dominante, la problematiza- La diferenciación alude al tipo de adhe-
ción de la participación social como ca- sión que ejercen quienes participan del
tegoría de análisis e intervención supo- proceso. Giacomo Sani (1995) conside-
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ra que la participación política refiere a como carga y/o retribución de parte de


las situaciones en las cuales el individuo los beneficiarios de una política social.
o los colectivos contribuyen directa o La noción de capital social (CS) es
indirectamente en una situación política parte del campo conceptual de la parti-
(léase como práctica orientada a la dis- cipación en las políticas sociales y com-
puta de poder). plementa conceptualmente la explica-
Participación social y participación ción con que se justifica el fracaso de
ciudadana suelen utilizarse como sinó- muchas intervenciones que se definen
nimos. Nora Britos (2003) reflexiona como participativas. El capital social
sobre la inusitada vigencia de la noción refiere a la aptitud de los actores para
de ciudadanía desde la perspectiva más asegurarse beneficios en virtud de la
difundida como es la de Thomas Mar- pertenencia a redes u otras estructuras
shall, que diferencia entre derechos sociales (Portes, 2004). Se trata de un
civiles, sociales y políticos que en su concepto polémico que se suele utilizar
conjunto conformarían los derechos de de modo acrítico, sin reconocer sus dife-
ciudadanía. La autora pone en diálogo la rentes acepciones y utilización según la
tipología de Marshall con los aportes del ideología que la aplique.
jurista Luigi Ferrajoli (1999), que obser- Desde las concepciones más conser-
va que estos derechos se confieren a las vadoras, la pobreza como condición está
personas y no solo a los “ciudadanos”, asociada a la falta de capital económico
en alusión al carácter excluyente que y cultural. En ese sentido, la perspectiva
conlleva el enfoque de ciudadanía. de capital social (CS) viene a revalorizar
La perspectiva de la participación lo que los pobres tienen para poner en
ciudadana fue un componente obligado juego. Es común que no se distinga la
de las llamadas nuevas políticas socia- posibilidad efectiva de que las personas
les, focalizadas y en clave asistencial. accedan a los recursos, es decir la acce-
Se trata de un concepto que contribuyó sibilidad, con la aptitud para conseguir-
a la despolitización de la participación los por pertenecer a diferentes estructu-
en torno a reivindicaciones de carácter ras sociales, una distinción explícita en
social (mejoramiento urbano, servicios Bourdieu (1988) pero ausente en otros
públicos, salud, educación, etc.). La autores como Coleman y Putman que
noción de ciudadanía en documentos y equiparan el capital social con los recur-
justificaciones de políticas y programas sos adquiridos (Portes, 2004 ). La no-
sociales de los 90 (aún vigentes) apare- ción de capital social, vinculada a la de
ce más vinculada a la democracia y al capital humano que es la que se propició
ejercicio jurídico de los derechos y obli- desde los organismos de cooperación y
gaciones que al ejercicio efectivo de los dio sustento a las condicionalidades, se
derechos sociales. Es en ese sentido que interesa más en el aprovechamiento de
se inscribe la idea de contraprestación, los recursos que pueden movilizar los
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individuos y sus redes sociales que en el vimiento que se da en torno a este para-
poder transformador de este capital pro- digma a partir de los mediados del siglo
pio (Clemente, 2007). XIX 2. En esa clasificación señala la di-
Pierre Bourdieu (1988), define al ca- ferencia entre educación fundamental que
pital social como “el conjunto de recur- es la que trabaja en clave de alfabetiza-
sos actuales o potenciales vinculados a ción siguiendo postulados de la Unesco
la posesión de una red duradera de rela- para la educación de adultos y diferentes
ciones más o menos institucionalizadas aplicaciones a lo comunitario y el desa-
de reconocimiento e inter reconocimien- rrollo que actuarían bajo la lógica desarro-
to”. Dicha red es vista como el resultado llista y en clave con los postulados de la
de estrategias de inversión social desti- Alianza para el Progreso y las Naciones
nadas a la institución o reproducción de Unidas. Por otra parte estaría la educa-
relaciones sociales utilizables. Para Bor- ción de base, donde ubica de modo cen-
dieu (1988), capital social y poder es- tral el aporte de Paulo Freire en el marco
tán asociados, y es en esta relación que del MEB (Movimiento de Educación de
se representa la posibilidad de que los Base) que a partir de los 60 impulsará la
actores sociales (más débiles desde el relación entre la actividad educativa de la
punto de vista económico) hagan algún política- organizativa orientada la forma-
tipo de acumulación a partir de jugar co- ción de cuadros y sustento de la organiza-
lectivamente en un campo determinado ción de masas, inspirados también en la
y en torno a un capital en disputa. Esta tradición gramsciana, pero en clave lati-
concepción del CS permite hacer una noamericana. Para la educación popular
lectura política de la puja en torno a la liberadora, la participación popular es una
redistribución secundaria del ingreso, en condición de posibilidad irrenunciable, ya
lugar de tratar de “optimizar” las rela- que es el vector que en diferentes planos
ciones que los pobres ponen en juego al materializa cambios estructurales. De ahí
momento de desarrollar sus estrategias que sea tan importante la acción coopera-
(individuales y colectivas). tiva de un grupo de pequeños producto-
A nivel regional es sin duda la corriente res/emprendedores, la comunidad organi-
pedagógica de la educación popular la zada protagonizando sus demandas, como
que hizo aportes conceptuales y prácti- principalmente los movimientos sociales
cos sobre la participación popular como que disputan con su acción organizada as-
herramienta de transformación de la rea- pectos neurálgicos del poder.
lidad. Carlos Brandao (1997) distingue Hecho este breve recorrido por con-
diferentes modalidades de la educación cepciones que influenciaron el campo
popular tomando como referencia el mo- de la participación social es posible

2. Para ampliar estos antecedentes ver Educación Popular y Protagonismo Histórico. Carlos Vigil, (1989)
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postular cierta debilidad en los marcos Sobre motivaciones, necesidades


conceptuales en los que se sustentan las e intereses
llamadas políticas participativas. Por lo
menos podemos ver contradicciones en- Por concepto la participación social su-
tre las corrientes que propician el prota- pone la prosecución de un interés que
gonismo de los beneficiarios en los dis- hace que los sujetos individuales actúen
positivos que genera el Estado para dar como sujetos sociales y colectivicen sus
respuesta a las demandas sociales y/o estrategias para alcanzar sus objetivos.
elevar el piso de los derechos sociales. De las múltiples experiencias de par-
Para diferenciar la participación que ticipación social en torno a políticas y
se propicia como parte de un dispositivo programas sociales que se registraron en
de intervención con la que deviene de un democracia, podemos identificar regu-
proceso definido desde la base, preferi- laridades que preceden la participación
mos hablar de participación regulada (eventos y/o procesos). Si bien los mo-
y consignar de modo claro que se trata delos de acción son múltiples, los sujetos
de escenarios que prevén la consulta, la que participan en el campo de las políti-
opinión la autogestión u otras modalida- cas sociales lo hacen según motivaciones
des participativas a la vez que establecen que podrían sintetizarse en tres tipos, se-
límites y/o anticipan el resultado final de gún sean de representación, adhesión y/o
esos procesos. reproducción (Clemente, 2008).3
A los fines del análisis, podemos tanto La motivación por representar se
optar por el estudio de los programas y el apoya sobre la base de intereses comu-
tratamiento que le dan a la participación nes y su delegación en personas que son
como estrategia, o tomar la perspectiva mandatadas en consenso por sus pares.
de los actores sociales, sus intereses y el Son formas de asociación entre pares
diálogo que se establece en ese campo par- que, con diferentes objetivos, guardan
ticular que se conforma cuando es el Es- en común el principio de colectivizar
tado el que propone, a través de políticas los resultados de la participación. Esta
especificas la participación como parte de participación tiende a institucionalizarse
su método de intervención. De ahí que las para acumular fuerza y mayor represen-
categorías en juego que hacen al método tación. Estas articulaciones se generan
participativo y su estudio comprendan a la a partir de intereses sectoriales (trabajo,
relación entre las motivaciones, las nece- salud, vivienda) y también por proximi-
sidades socialmente problematizadas y los dad territorial.
intereses de las partes como ejes vertebra- La participación que se sustenta en
dores de la participación social. intereses de adhesión, refieren a la par-

3. Esta clasificación no pretende ser una tipología, solo trata de estructurar cierta lógica que explique la modalidad de algunas articulaciones sobre la
base de intereses. Entendiendo al interés como el disparador de los procesos de movilización y participación organizada.
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ticipación en torno a un sistema de ideas y largo plazo. Las motivaciones no tie-


(partidaria, religiosa, filantrópica). Si bien nen una forma pura, se combinan según
puede también comprender modalidades el problema en torno al que se produce
de representación, lo significativo es que la participación y fundamentalmente su
la asociación es el modo de reproducir un contexto. Cuanto más incremental es el
sistema de ideas y maneras de transformar enfoque de la política social participati-
la realidad. Con atributos muy diferentes va, la representación y la adhesión son
la militancia política y la religiosa pueden las motivaciones a las que apelan los
ser expresiones de este grupo. programas. En sentido contrario, el en-
En los procesos de participación por foque residual propicia, como parte de
adhesión también se inscribe gran parte su estrategia, la modalidad de participa-
del voluntariado de perfil filantrópico. ción que llamamos de reproducción.
Los programas sociales participativos
incluyeron al voluntariado como parte
de su hipótesis de acción. La noción de Participación y abordaje
capital social que señalamos en este do- situacional
cumento se identifica con esta hipótesis
y propone que se optimicen los mecanis- En la medida que la participación no
mos de adhesión. debe ser concebida como una contra-
Finalmente, se propone una tercera prestación obligada para acceder a un
categoría que es la más extendida en bien o servicio que forma parte del siste-
tiempo de crisis y que es la participación ma de política social, debemos también
motivada por necesidades de reproduc- postular la importancia de que las polí-
ción familiar, que comprende las formas ticas, como parte de su lógica desmer-
más comunes de acción (solidaria y coo- cantilizada, propicien escenarios de re
perativa) de los sectores afectados por el colectivización del bienestar. Entonces
déficit estructural y la pobreza. Esta mo- el diseño de los programas sociales debe
dalidad, que puede o no ser asociativa, pensar en enfoques superadores para el
tiene por objetivo el acceso al recurso y componente participativo, ya no como
en ese proceso desarrolla estrategias en- contraprestación, sino como parte del
tre las que puede estar la participación. ejercicio de derechos, en franca diferen-
Entendemos que esta suerte de cla- ciación de la lógica liberal (acrítica) del
sificación permite identificar diferentes consumidor bajo reglas de mercado.
motivaciones que impulsan a los sujetos Como producto de la lógica de ter-
a organizarse y articularse para acceder a cerización impuesta por el “Estado mí-
recursos, tanto urgentes (abrigo, alimen- nimo”, venimos de un modelo donde
to, cuidado, etc.) como estratégicos (re- la participación, principalmente bajo
gularización dominial, tipo y calidad de formas de voluntariado y contrapresta-
los servicios públicos, etc.) de mediano ción, ha sido un vector de acceso a la
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ayuda social. Ante un cambio de pa- que, por concepto, supone encuentros y
radigma que va de la concepción del desencuentros entre las instituciones, sus
“pobre merecedor” a la de “sujeto de servicios y los sujetos destinatarios. En
derecho”, se impone peguntarnos por ese sentido, nos preguntamos por cómo
cómo se establecen bajo el nuevo para- la participación social contribuye a crear
digma los vínculos entre el Estado pro- accesibilidad y, en consecuencia, mejo-
veedor y los sujetos que por diferentes rar el vínculo sociedad/Estado, puesto
circunstancias (principalmente econó- que es la propia sociedad la que man-
micas) tienen una alta dependencia del data y/o respalda al gobierno en la im-
subsidio (directo e indirecto). Atentos plementación de modelos que reduzcan
a cómo opera la variable territorial, ya la incertidumbre que impone el mercado.
sea integrando o segregando población, El estudio de la accesibilidad como
esta preocupación cobra más importan- resultado de la dinámica de interacción
cia a partir de reconocer el modo en que entre el que brinda una respuesta y el
las relaciones de proximidad operan en sujeto al que se dirige es complejo,
la colectivización de las relaciones so- pues comprende conocer la convergen-
ciales, bajo el supuesto de que esas son cia de, por lo menos, cuatro dimensio-
las relaciones que contrarrestan las des- nes -necesidades, expectativas, medi-
igualdades sociales. ciones y normativas institucionales-
La problemática de la implementa- que se articulan entre sí y construyen
ción de programas permite conceptua- trayectos bajo algunas condiciones de
lizar sobre la accesibilidad como cate- regularidad. Desde la perspectiva de los
goría de análisis e intervención. Aquí usuarios, ubicamos una dimensión in-
converge la idea de proceso con la de dividual y otra colectiva. La individual
escenarios donde se dan esos procesos. refiere a las expectativas de satisfacción
El proceso indica algún tipo de secuen- de los sujetos, que esperan una respues-
cia, un trayecto que se da en la interac- ta para su problema. La colectiva, que
ción que se produce entre los sujetos y es la que nos ocupa en este trabajo, re-
las instituciones que prestan un servicio fiere a las múltiples mediaciones que
reconocido socialmente. El escenario re- con diferente grado de organización
fiere a las condiciones (físicas, económi- actúan entre los sujetos y la institución
cas, normativas) en las que se produce de la política social para gestionar las
la interacción y se determinan las con- prestaciones. Se trata de un conjunto
diciones en que se dan la relación entre heterogéneo de organizaciones socia-
sujeto, la institución y sus servicios. les e instituciones no gubernamentales,
La accesibilidad es un vínculo que cuyo rol y centralidad varía en íntima
se construye entre los sujetos y los ser- relación con el desempeño del Estado
vicios (Comes y Stolkiner, 2004; Carba- (cobertura, calidad de las prestaciones
lleda, 2012, Elizalde y Maglioni, 2013) y y propiedad de los satisfactores). El úl-
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timo plano de implementación de una Estado tiene problemas de inserción y


política, que es su llegada a la pobla- en consecuencia de cobertura. Ahora,
ción meta, es el más complejo de re- en la medida que las organizaciones se
construir y donde se producen los ma- consolidan, se recupera el rol de las
yores desencuentros. mismas como representantes de su base
La experiencia de trabajo con po- social, más que como representantes
blaciones que padecen pobreza y mar- del Estado en sus barrios. Esto posibi-
ginación afirma la importancia de que lita nuevas relaciones de cooperación
existan escenarios organizados de par- y negociación (menos asimétricas) en-
ticipación que actúen como mediadores tre las organizaciones territoriales y el
entre los pobladores y las instituciones Estado. La experiencia acumulada en
responsables de materializar las pres- contexto de crisis y emergencia social,
taciones sociales. Son las llamadas da cuenta que la que la acción manco-
organizaciones del pueblo (asociacio- munada entre el Estado y las organi-
nes vecinales, mesas barriales, locales zaciones sociales, tanto de base como
partidarios, comedores barriales, etc), intermedias, construye accesibilidad.
que con su acción construyen nuevas El desafío es trasladar esa experiencia
dinámicas de relación y accesibilidad en escenarios donde la crisis no sea el
entre el Estado, sus instituciones y las principal motor para la acción conjunta.
familias más pobres.
En la historia de expansión de la
ciudad hacia las periferias (barrios El escenario de la participación
obreros, asentamientos, etc.), el suje-
to de la participación social se mate- Según la línea argumental que veni-
rializaba en las sociedades de fomento mos desarrollando en este artículo, la
y/o asociaciones vecinales, encargadas perspectiva redistributiva de la política
de promover el progreso en torno a los social al momento de intervenir debe
problemas comunes como la regulari- combinar el plano macrosocial inhe-
zación de la tierra, provisión de agua y rente a ideal de la universalidad, con
cloacas, acceso a la educación y la salud la dimensión situacional, atendiendo a
de los vecinos. El trabajo de expansión los elementos de reproducción que se
del Estado a través de la acción de las presentan en los territorios concretos,
organizaciones sociales propicia lo que especialmente donde hay enclaves de
llamamos redes territoriales de asisten- pobreza y marginación social.
cia (Clemente, 2011) que son sistemas En el territorio se expresan las desigual-
de articulación entre lo publico y no dades sociales y el Estado (nacional,
gubernamental que tienen como objeto provincial o municipal) puede intervenir
completar, ampliar y/o asegurar presta- positiva o negativamente en los proce-
ciones sociales en territorios donde el sos de segmentación territorial que, por
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su naturaleza de acumulación, produce pueden actuar de modo complementario.


el mercado4. La perspectiva situacional (Matus,
La función integradora que pueden 1978) pondera el carácter político que
cumplir las políticas públicas, no solo adquiere la planificación del desarrollo
depende de los grandes lineamientos a partir de cómo interactúan los actores
programáticos, sino también de la apli- implicados en esos procesos que son:
cación concreta que los gobiernos sub- los técnicos, los políticos, la burocracia
nacionales (principalmente locales) ma- y los grupos sociales organizados. Por
terializan en el territorio respecto a las concepto, se trata de un enfoque parti-
prioridades y la aplicación presupuesta- cipativo que busca transformar a partir
ria en materia de: obra pública, equipa- de estrategias de implicación, donde
miento en salud y educación, regulariza- el conflicto y su superación son vistos
ción de tierras, políticas de recuperación como un motor de cambio.
y conservación del espacio público y El conjunto de dimensiones a consi-
otros tópicos que en su conjunto confi- derar para abordar la pobreza como una
guran la dinámica de inclusión/exclu- problemática situada supone la combi-
sión que luego expresa la ciudad. nación de diferentes aspectos de la rea-
La importancia de “situar” el abor- lidad que se espera transformar, donde
daje refiere a la necesidad de encontrar la dimensión individual se expresa en la
una interface entre las políticas de tipo situación de los miembros del hogar (se-
universal y sus efectos cuando se parti- gún parámetros estadísticos), mientras
culariza un territorio concreto. Se trata que la dimensión colectiva se materializa
de recursos que buscan impactar y pro- en el entorno de estos hogares y su acce-
ducir transformaciones en las condicio- so a bienes, servicios, fuentes de trabajo,
nes de vida de un conjunto de familias, etc. Resultando la dimensión colectiva y
cuya situación, aunque habiten un mis- territorial la que, a nuestro criterio, ter-
mo territorio, puede ser muy diferente. mina de “situar” el tratamiento del pro-
De ahí que hablamos de intervenciones blema de las familias más pobres, pues
situadas. Se trata de superar discusiones en ese entorno hay claves que operan
estériles que ponen en oposición al enfo- fuertemente en la persistencia o no de esa
que universal con el focalizado, como si condición. Es en este punto que los pro-
fueran antagónicos, cuando en la prácti- yectos sociales que adoptan modalidades
ca y, según el problema que se aborda, participativas cobran una nueva centra-

4. Para los propósitos de este trabajo, nos interesa destacar la noción de territorio, o mejor dicho territorialidad –que se refiere a la percepción que
los sujetos tienen de su entorno con relación a diversos aspectos de su vida (hábitat, medio ambiente, acción social y procesos comunicativos). Las
acepciones de dominio y espacio son inherentes a la noción de territorialidad. (Montañez Gomez, Gustavo; 1997).

5. La noción de situación desde la perspectiva que propone Carlos Matus (1978) remite a la relación que se establece entre el actor y la acción. La situa-
ción es todo aquello que es relevante para la acción, a su vez, la situación es condicionante de la acción y la acción es eficaz en la construcción de la
situación.
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lidad, ya no para atenuar los efectos del los enfoques no conllevan resultados
ajuste y corresponsabilizar moralmente a per sé. Es el tipo de transferencia lo que
los sujetos pobres (enseñar a “pescar”), define su impacto, resultando la partici-
sino para consensuar el abordaje y trata- pación parte del mismo. En tal sentido,
miento de los problemas que deben ser se destaca la vigencia de las modalida-
dimensionados en su contexto. des multiactorales, las mesas de gestión
Se trata de reconocer las situaciones para el seguimiento de proyectos, la pla-
en su contexto y así evitar generaliza- nificación como un instrumento ordena-
ciones bajo la suposición de que los re- dor de los acuerdos. Se trata de que los
cursos de la política social, cuando están múltiples procedimientos disponibles
concebidos bajo el paradigma universal, puedan implementarse de modo flexible
llegan a todos los hogares del mismo y oportuno según orienta el contexto y
modo. La noción de intervención situa- el tipo de recursos que se transfieren y/o
da refiere a que la intervención debe- se reclaman.
rá atender esas particularidades que se La experiencia acumulada tanto en
conocen a través del diagnóstico y así el caso argentino, como en otros de la
relativizar el impacto de las interven- región, dan cuenta de algunas regula-
ciones que pretenden tener resultados ridades puede ser considerada para el
totalizadores, como si la situación de las diseño de políticas y programas de ca-
familias que habitan territorios pobres rácter participativo. A modo de enun-
fuera un todo homogéneo. Es justamen- ciados presentamos esas nociones que
te en la heterogeneidad que se sustenta refieren a cómo se expresa a nivel del
la necesidad de enfoques que actúen en diseño el componente participativo de
las desigualdades y brechas que también una política pública en cuanto al sen-
se reproducen muy fuertemente a nivel tido, la temporalidad, el potencial y el
micro social. factor crítico. Bajo la premisa de que
Las ciencias sociales tienen un am- no se pueden estandarizar recomenda-
plio acervo para intervenir desde en- ciones sin atender la particularidad del
foques de implicación, tales como la caso. Para esto, de modo breve y ge-
investigación participativa, la planifica- neral esbozamos estos aspectos solo a
ción participativa, procedimientos diag- modo indicativo.
nósticos e instrumentos para la gestión En cuanto al sentido, estamos alu-
asociada al control y la auditoría social. diendo a que el hecho participativo debe
Al respecto, planteamos que todos esos ser visto como un “vehículo para”, la
procedimientos son válidos, pero que su relación entre interés y resultado debe
utilidad debe ser analizada según el caso estar anticipada, aunque sea de modo
y contexto de aplicación. Esto equivale tentativo, por los actores sociales im-
a decir que lo participativo de una inter- plicados. A su vez la identificación de
vención no es un fin en sí mismo y que los intereses introduce la idea de que el
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conflicto de intereses es parte inheren- colectivo) en los circuitos burocráticos


te al proceso que tiene como foco la administrativos bajo reglas diferentes y
participación social y su procesamiento con resultados azarosos.
fuente de motivación para que los ac- Finalmente estaría lo que llamamos
tores se sientan interpelados y quieran factor crítico, que hace a la necesaria
participar. politización que debe comprender una
La temporalidad, como es de supo- propuesta participativa, en el sentido
ner, remite a la expresión en el tiempo que los sujetos vean como necesaria
del hecho participativo. Al respecto de- la problematización, el debate y la ac-
bemos acordar que hay ciclos y que los ción sobre las causas y transformación
procesos no son lineales. En tal sentido, de los problemas que los convocan y
cómo se prevén las convocatorias, cómo justifican su acción conjunta. Defini-
se establecen los mecanismos de ads- tivamente es en este último factor que
cripción en el tiempo, la renovación de una política participativa se diferencia
los referentes y otros instrumentos que de otras propuestas, que también bajo
contemplen el desgaste e inestabilidad la lógica de los derechos, cuando no se
de la participación cuando no median politiza el proceso pueden alimentar
mecanismos más institucionalizados una relación clientelar en el sentido li-
para sostenerla, deben ser parte de la teral de esta palabra.
previsión que una política con enfoque Como parte de los aspectos instru-
participativo debe tener. mentales, es necesario decir que no to-
El potencial refiere a cómo en el di- dos los programas barriales admiten un
seño se prevén gradientes y esquemas enfoque participativo. Al respecto, la te-
que permitan alguna construcción a mática, la población objetivo, el grado
modo de encadenamiento, que posibilite de urgencia del problema que se atiende,
avanzar y entusiasmar en el tiempo. Una el tipo de recurso en juego son cuestio-
política sectorial debe estar preparada nes y la necesidad de colectivizar resul-
para ampliar su campo y en caso de que tados son todos aspectos a considerar y
se den las condiciones, articular y pro- que hacen al carácter participativo que
piciar uno o más escenarios de trabajo puede materializar un proyecto social.
conjunto, aun perdiendo parte del poder De mas esta decir que una política par-
que significa ser para los pobladores el ticipativa supone también un involucra-
principal interlocutor. La realidad indica miento adicional por parte de quienes
que las articulación y complementarie- (profesionales, técnicos, operadores)
dad entre políticas sectoriales que no se asumen su instrumentación, en tal sen-
prevé desde los niveles decisorios, se tido la capacitación y formación técni-
resuelve de modo fragmentado e incom- co política de los profesionales es una
pleto por parte de los beneficiarios que condición para el diseño de una política
deben moverse (de modo individual y/o participativa.
La Participación social en las políticas sociales. Una necesaria revisión 203

Nota final

En este trabajo planteamos que el con-


texto de ejecución (geográfico, social,
cultural y económico) define cómo se
combinan los elementos referidos a la
accesibilidad, lo que también explicaría
por qué la universalidad como enfoque
de la política social tiene resultados di-
ferentes, aún bajo condiciones en apa-
riencia equivalentes. Del mismo modo,
se verifica que las experiencias (urbani-
zación, cuidado infantil, etc.) que conlle-
van alto involucramiento de los sectores
afectados, tienen múltiples derivaciones
al estilo de una raíz tipo rizoma y que
genera condiciones positivas para otros
procesos asociados.
Así, aspectos diferenciados de acce-
sibilidad a los bienes y servicios públi-
cos, la calidad de la oferta, segmentada
o no, que se haga desde el Estado a esta
población y la presencia o no de redes
que vinculen a las comunidades y a las
familias con el Estado, son algunas de
las claves que hacen a la composición
final de las estrategias participativas que
deben considerar el peso del territorio en
la vinculación proactiva de las familias
más pobres con “lo público” y las ins-
tituciones del Estado de cuyos servicios
depende en gran medida la reproducción
(básica y ampliada) del hogar.
204 Adriana Clemente

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