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APROXIMACIONES AL PERU DE HOY DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES Editores FELIPE ALBERTO PORTOCARRERO S. VERGARA P. FONDO EDITORIAL UNIVERSIDAD DEL PACIFICO Mas alld de la idea de crisis de representacién politica en el Perit Avvo Panricut y Juan Dotores Introduccién Dexde hace veinticinco afios la idea de «crisis de la representacién» es pieza central del debate politico nacional. La mayoria de los andlisis se han centrado en los par- tidos o en las reglas institucionales que los regulan, pero si ya sabemos que estos son casi inexistentes 0 débiles, qué tipo de representacién es ejercida en nuestra democracia? ;Cémo seguir llamandole «democracia representativay a un régimen donde el elemento central de esa democracia es inexistente? ¢Cémo podemos ir més alld de la idea de «crisis de representacidn», que a estas alcuras aparece limi- tada y limitante? Para responder estas interrogantes, este articulo considera necesario desarro- llar una perspectiva sociologica de la representacién que tome en cuenta los procesos de cambio estructural que han modificado el rejido social del pais, con la pérdida de centralidad de algunos actores tradicionales de organizacién y representacién de intereses y el surgimiento de otros que no son representados adecuadamente por el sistema politico. Una perspectiva que incorpora, ademés, las practicas de representacion que desarrollan organizaciones de la sociedad ci- vil, log colectivos de ciudadanos y los movimientos sociales, que asumen estas tateas ante el vacio provocado por la desafeccién con los partidos politicos. En sma, exte areiculo propone pluralizar o ampliar las fronteras de la representa- “in pottica, cal como ha venido siendo entendids hasta ahora, con la esperanza de que este ejercicio ilumine mejor los desafios representativos de la democracia peruana. za ] e is alli de la ides de 8 cde representaci6n P Representacion de : el paradigma de la representciy limit y sus i y partidarias emcacion democritica es abundante en las ai ¢l paradigma de la representacién jigen es . ibe, les. En las siguientes Iineas, ¢ FY » XPllicay em en COnstryig, fi a Hlamaremos la atencién sobre algunos vaciog rn 8 vaclos y formulacidn, los cuales nos servirdn para pro Pon ha dominado las ciencias soc! onsiste este paradigma, y cémo a partir de él se hy a verisis de representacion politicay de la nove} cidaria brevemente en qué ¢ Ia idea de fa llamada peruana. Adicionalmentes nes encontradas en esta Tacig cio! it ruta alternativa- Fung El paradigm centralidad al voto, @ tan entender la represent: como Scott Mainwaring, la representacion politica como voto que realiza el principal (los y Jas votantes) para que el agente (las y los polit. cos) gobierne a su favor. Esta autorizacién depende de las percepciones que tienen Ios cadadanos sobre silos representantes actdan en nombre de los intereses cu dadanos, Dentro del mismo paradigma, aunque con distinto énfasis, otros ators como Schumpeter (1946) 0 Praeworski, Stokes y Manin (1999), si bien cons deran que el voto no necesariamente garantiza ser un mecanismo real de conttl politico y representatividad democratica', entienden que las élites politicas elecas son ls encargadas de lograr el interés piiblico, De ahi que el centro del andlisisen este paradigma sean las decisiones que toman dichas élites respaldadas por el vor. Ten el Per, la literatura basada en este paradigma ha buscado explicar hat sis de representacién del sistema politico que se habria iniciado en la década de los afios noventa, prolongindose hasta la actualidad. La denominada «crisis de representacién» consiste en la incapacidad de los partidos y lites politicas Pa* representary agregar intereses de ls vorantes (Tanaka, 1998: Versa" ? ye ee profunda desconfianza y desafeccién de estos con : wating, Bejarano y Pizarro (2006), esta ausencia © 1s de la representacién liberal y partidatia se caracteriza po Jos partidos y a las élites politicas como variables hs r i Te ca denoeraca’ Enefectos politslogos recohsga ‘Ana Marfa Bejarano y Eduardo Pizarro (2006) a a autorizacién o delegacién explicita a través del lee Scott, Pacror Soke y Mehdn(1998),crameran ORES de sons PO Nc Sere te informacion entre los representados y representantes jek ite ees vest de raionalidad 00 pus or parte del votante; los problemas de coordinacién par@ que € vo10 colectiva elect ae ee gat y’las elecciones como una oportunidad poco repetitive Par castiga sar decisiones de Gobierno. 180 | do Pang resentacin democrg *Y a Dok dela rep’ 'mocratica en log py oes yel cérmino «crisis» hace referencia al Lie andinos lado dod Suna lanos no se sienten bi in vai iudad: en representadgg, mtn be cont psi k ™ Uno donde gaa crisis se expresa en dos dimensio as es que esté relacionada con las pe complementaias bjetivas : e como son re *Seciones de gadanos por representados. Cuando os jento, entonces se esti fr a so ali frente a una crisis ejarano & Pizarro, 2006). La segunda, efeida a : a 0 enuna accion explicita de rechazo a los Mecanismos d c 8 ga. Eso incluye negarse a participaractivamenteenlos proc “ Peo 505 ta por nuevos partidos antestablshment, var por das inne rl : far por outsides politicos (Ta 1998; 2010; Lynch, 1999), asistir a movilizaciones antisistemay eventual = } Y eventual involucrarse en luchas revolucionarias, entre otras acciones a Las aristas desde las cuales se explica por qué se ha producido esta crisis son abundantes en la literatura peruana. A continuacién, reviseremos a algunos au mportaniento, fe epresentacion democr. tores para destacar a qué factores explicativos le dan importancia, mostando cémo el paradigma liberal y partidario subyace en sus argumentos. En elcto, algunos han enfatizado las variables insticucioales para intentar omprende et muestran cémo determinados cambios en ls relas de juego (os én de candidaturas, la estructura do ls rlaiones ete vont Y 2005), Alberto crisis. Es deci sistemas electorales, los sistemas de nominac del Gobierno, la descentralizacién) han afecta ando Tuesta (1995+ representantes. En este grupo, destacan Fern , Vergara (2009), Paula Matos y Eduardo Dargent (2016), quienss ee dfectos de reformas institucional en la capacidad dels partidos pt enreales vehiculos de representacion electoral. Por ejemplo, Tuesta (1995) analiza de qué mane cin la erisis de los partidos a inicios de loses m9 (2005) y Vergara (2009) estudian cémo as eos Cola Ley de Partidos Politicos de! 2003) ba 2 ® buscaba:fortalecer las organizaciones POU Deore lado, Murtor y Dargent (2016) Spon Praduido una digminuctén de 0s 288 tes en pricticas de patronazgo» difculean? wemos Propiciando su poco arraigo €" Ja sociec™ yasiables ‘ha centrado en develar Ia forma "4M 4, adem Sompetencia entre las élites politica® evitant cor n. MO agentes reales de represen sna leo cod ce de, Tus ios mis (enespect SS Otros autores se concentran en el efecto de las deficiencias e efectividad y eficacia de la accién estatal) sobre la confianza Mis alld de la idea de crisis de representacién politica en el Pert taal ( que tienen los re re. en los paises andin desconfianza ciudadana proviene no solo de un mal desempefo gulernsy, Nc sino del incumplimiento de funciones bésicas de un conjunto de insti, estatales. Especificamente para el caso peruano, Lynch (1999) abords inefectividad 0 incapacidad de los Gobiernos para solucionar los proble sentados en sus representantes. Para Mainwaring (2006), 10s [a Atal, iciones como [y MAS ecg. egitim de os partidos yo advenimiento de candidate independients.Asmismo, fa gent (2015b) muestra cémo la debilidad de los partidos se traduce en defcienn, desempetios gubernamentales, ademés que abre espacios a tecnécracas (Datgen 2015a) cuyas preferencias con frecuencia conllevan a politicas de gobierno no re presentativas. En ese sentido, esta literatura relaciona el accionar de las dltes dey, némicos y de seguridad de los afios ochenta repercutié en la crisis de | de el Estado con la crisis de representacién de los actores politicos y pattidaros Finalmente, otros estudios dan mayor importancia a las variables de age y Ps agencia y competencia politica para explicar la debilidad de los partidos en su labor re. presentativa. En esta vertiente, Tanaka (1998; 2005; 2006; 2010) muestra como las acciones y omisiones de las élites partidarias, en un escenario de competenci Pi 'petencia con situaciones de suma cero, llevan a la consolidacién de lideres populist ylo antisistema, Ello, segiin Tanaka, puede producir formas autoritarias de gobierno, como son los casos de Alberto Fujimori y Hugo Chavez, minando la represen- tatividad democritica. En esta linea, Levitsky y Zavaleta (2016) aseguraton re- cientemente que los actores politicos han inte rizado ciertas reglas informales propias de la competencia politica, lo cual explicaria la dificultad por consteuit organizaciones partidarias duraderas en el Pera contempordneo. En suma, hemos mostrado que parte importante de la literatura regional y nacional sobre la crisis de representacién politica se basa en un paradigma de representacién liberal y partidaria. Ya sea enfatizando variables institucionales, de histéricas deficiencias estatales o de agencia politica, la premisa que subyace en estos estudios es la de una representacién que depende de la legitimidad electoral de las élites politicas partidarias. Como veremos més adelante, este énfasis en lo electoral y en Ia exclusividad de los partidos omite una serie de transformaciones de la estructura social del pafs en las tiltimas décadas, asf como otras acciones im portantes de representacién que suceden en otros espacios y durante los periodos no electorales. Aldo Panfichi y Juan Dolores colticas al paradigma de la representacién liberal y partidaria 4 bien consderamos de este paradigma dominante nos ha permitido com- i alguna render seompecaberas iy representacion Pol garadigma: la situacton histérica desde donde se construye, el concepto mismo far presentacinY las estraregias metodol6gicas detrés de ells. Esa partir de esta sign que construiremos una propuesta que consideramos pertinente para s razones detras de esta «crisis», atin falta colocar «piezas» en el para tener una comprensién més cabal de la problemética de litica. De ahf que sea necesario discutir tres aspectos de este disc ar la tepresentaci6n politica en el Pert contemporaneo. analiz: En primer lugar, segiin este paradigma, una de las consecuencias de la crisis de representacin es la presencia de formas plebiscitarias o personalistas de lide- razgo que conllevan Gobiernos no democraticos. Detris de esta premisa subyace Iaidea de que la representacién democratica no es posible sin partidos, o de que solo los partidos pueden cumplir con la funcién de representar. En esa linea, por ejemplo, Mainwaring, Bejarano y Pizarro (2006) aseguran que los partidos ostentan una posicién privilegiada en la teorfa democratica debido a tres razones: 1) porque proveen atajos informativos a los votantes; 2) porque son mecanismos de accountability electoral; y 3) porque conectan a los ciudadanos con el Estado de una manera diferente que otros vehiculos de articulacién de intereses al ofrecer medios para obtener el poder estatal. mos qué tanto se ha modificado esta posicién privilegiada de los dos cambios historicos y estructurales como la fragmen- 1 la violencia politica, el aumento de la informalidad, nes por parte del neoliberalismo, el paso a una 1997) y la globalizacién de la economia y la politica (Castells, 1997). En este nuevo contexto, otras formas de representacién ylo nuevas mediaciones transnacionales y domésticas van adquiriendo més rele- Vancia que los partidos (Peruzzotti, 2006). Para Hochstetler y Friedman (2008), Salt en Fao tage oo lai mao wo typename los que explican la exsis de los sistemas de representaci6n tradicional (partidos y grupos de interés). Sobre esto Nos pregunta: partidos luego de profun tacién social producida po! la destruccién de bienes comu democracia de audiencias (Manin, Ultimo, volveremos més adelante. 7 . P En segundo lugas, continuando con la argumentacién de Mainwaring, Be- jarano y S ae (2006) si bien estos autores reconocen la importancia de orga- izart : ntos sociales pat también consi es y representantes elegidos. Estos autores a trasladar intereses sociales o sectoriales Hho fate ee izaciones 0 movimi deran que la representacién democré- especificos ala arena politica, tam >t H vota! tica ocurre exclusivamente entre 183 Mis alld de la idea de crisis de representacién politica en el Pert no contemplan otros tipos de representacién. Porque estas pueden. ocurie en regimenes democréticos como no democriticos. Ante los cambi scfialados, estas definiciones conceptuales restringidas de reptesentaci ampliarse més allé del momento de decisional electoral. Asi, «al fanty 05 histéron (OM reauieren mirar més aj debemos presay atencién a la importancia de la representacién politica entre las votaciones» (Lun, & Vergara, 2016, p. 161)*. Bllo nos Hevaria a tomar en cuenta ciertos procesos e interacciones que ocurren en el periodo interele una diversidad de actores sociales y culturales En tercer lugar, de los mecanismos electorales que regulan el acceso al poder, la existencia de Cciones, cuandy Participa e influye en la politica, €s necesario repensar las estrategias metod. dar esta problemstica. Esto debido a que la teoria y la metodo ciones sociales que van cambiando de acuerdo a sucesos histéricos (Luker, 2008). En efecto, nos preguntamos si el voto es la tinica fuente empirica cémo se construye la representacién. Como mencionan Hochstet (2008), el teconocimiento de las au histéricos, sociales y culturales identificar instancias de rep lolégicas para ahor. logta son construe. Para entender let y Friedman 08 los procesos es la clave para idiencias (y nosotros agregam que permiten y condicionan esto) resentacién en lugar de instituciones (1 's perspectiva dominante). El voto y las élites politicas no bastan, ‘ran una parte del proceso. Comprender a los ciudadanos, sus formas de representacién (que van més all de los parti metodolégicos mayores que los des encuestas de opinién, actores politicos). tal como sefiala solo nos mues- sus intermediadores y idos) requiere esfuerzos plegados por el patadigma dominante (como resultados electorales 0 entrevistas solo con importantes Recapitulando, entonces, consideramo critica debe adaptarse, flexibilizando con dolégicas. De esa manera, se dard cuenta voto y las élites politicas y partidarias, formas de representacién, Por ello, en llar una propuesta que busque superar s que la teoria de representacién demo- Ceptos y pluralizando estrategias meto- de procesos e interacciones distintas del las cuales ~creemos— constituyen también el siguiente acépice, proponemos desatto- las limitaciones sefialadas, Repensando sociolégicamente la fepresentacién democratica La perspectiva que Proponemos toma en cuent: democratica que, a desarrollos recientes de la teorlt “ nuestro criterio, iluminan mejor los problemas de la democa- Esta perspectiva combina una 4proximacién histérico-estructural de los cambios ocurridos en las ultima: cia peruana, ? Traduccién de los autores, 184 ee Se ReneS n otf complementaria que concibe la politica como una actividad te de mediacién e interaccién social desarrollada desde la socie- a ultima se pone énfasis en las prdcticas de las organizaciones y ado, 601 entalme En est ya is acl iviles que buscan representar en la esfera politica a sectores sociales cuyos a derechos no son atendidos por la institucionalidad politica del Estado y De esta manera, nos alejamos de la forma tradicional de ver la repre- en funci6n de las acciones u omisiones de los partidos politicos orores eao8Y js partidos. aentaiO. politica ee : sus lideres, © de la ingenieria institucional que influye en las decisiones publicas. y ‘Acontinuacién, desarrollamos nuestra propuesta. Postulamos, en primer lu- gas que resulta indispensable poner atencién en los grandes procesos de cambio histbrico estructural que han transformado radicalmente la sociedad peruana en fos ultimas décadas, trastocando y pluralizando los vinculos representativos entre Jos ciudadanos y el sistema politico. Nos referimos a grandes procesos de cambio s de los afios ochenta, que partidos con los que politica de los como la crisis econémica hiperinflacionaria de finale significé la pérdida de confianza de los ciudadanos en los habfan construido vinculos representativos. También la violencia afios ochenta y noventa, que colocé a muchos dirigentes sociales en medio del fuego cruzado entre las fuerzas del orden y los movimientos armados, imponien- do la politica del miedo y de la lucha por la sobrevivencia. Y la transformacién neoliberal de la economia, que debilité fuertemente a los tradicionales actores so- ciales y politicos, asi como sus intereses y formas organizativas, que habjan estado vigentes durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Precisamente entre aquellos actores que han quedado descolocados con los cambios estructurales se encuentra el sindicalismo en su expresin obrera, de em- pleados piiblicos y privados, y campesina, todas consideradas clave en las luchas sociales por justicia y construccién de la ciudadanfa en las décadas previas, ade- mas de haber estado estrechamente vinculadas a partidos o frentes populistas de izquietda democratica, € incluso de orientacién marxista. También aquellos Movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil que reivindicaban el «clasismo» como identidad politica, vinculacién esta tiltima que permitié estable- cer, aunque por poco tiempo, wn sistema de partidos durante los afios ochenta del siglo pasado. Aiioss cabe sefialar, donde ademds existieron estrechas conexiones entre la esfera politica partidaria y la esfera social (I6gica electoral-movimientista, segiin’Tanaka [1998))» ° donde la identidad social y la identidad politica partida- vines comespondian en tétminos generales (Pantichi & Coronel, 2009). Con la hiperinflacion de finales de los afios ochenta y con los estragos que producta la violencia politica, colapsa el modelo de desarrollo Estado-céntrico, 185, de representacion politica en el Pert Mis alld de la idea de cris servi junto de la sociedad. En ese momento se tom, truidos en esos afios entre la institucional f1 tivos cons! vinculos representa ner i6 5 roductivo Incrementé e| 4, tica y la poblacién. La recesion del aparato productivo elas y subempleo de manera sostenida (7,9% y a eee en on (Webb, 1991), haciendo inviable la presién de los sindicatos, por lo que mud, obreros abandonan el ideal del trabajo asalariado y se wuelean al sector infonn : Como sefiala Jorge Parodi (1986), con la recesién y la necesidad de defende, ; puesto de trabajo los trabajadores ya no asistian a las asambleas, reuniones yy vilizaciones. Es el momento en el que los pequefios talleres y las Organization vecinales de sobrevivencia expanden su membresia. La informalidad se converte en la mayor fuente de trabajo y erosiona la identidad clasista (Panfichi & Cor. nel, 2009; Martuccelli, 2015), aunque este proceso de informalizacién del tabjo se agudizard en las siguientes décadas, impactando dramdticamente en la capaci. 0 sociales se cortan no Solo lo sector ialey Pe 2d pol. el Estado tambalea y los s més vulnerables, sino al con} dad de representacién de estos sectores. La violencia politica, tanto del Estado como de Sendero Luminoso y el Movi miento Revolucionario Tapac Amaru (MRTA), afecté grandemente la organiz- cién social del campo y de las zonas urbanas populares. Asi, se alteraron las formas colectivas de organizar el trabajo, y se suspendieron las redes y las estructuras de intermediacién con el Estado y los partidos. Por otro lado, el Partido Comunist Peruano - Sendeto Luminoso (PCP-SL) se habfa infiltrado en algunos movimien- tos sociales y habia creado, cuando pudo hacerlo, donde amenazaba a los dirigentes, nuye dramaticamente y los dirigen personales y familiares, organizaciones paralelas desde Frente a esto, la participacién politica dismi- ites que sobreviven se repliegan a sus espacios En este contexto es que se instala el Gobierno autoritario de Alberto Fujimori s implementa en los afios noventa una radical transformacién neolibert!de4 cde la consiguiente disminucién del papel del Bay inseguridad einceridumbye ena ebildad labor y aumens a pice ‘specto al futuro, La privatizacién de las empr Provoed despidos masivos y la reestructuracién laboral en sectores hs Por su fuerte militancia sindical, En estas circunst@™ Aldo Panfichi y Juan Dolores fommacion neoliberal Vigente hasta nuestros dss ha significado una an ne aged nga de fa profundizacién de un modelo primario-exportador que i aniaci mano de obra, por fo que se ha acentuado ef desarrollo de una Jaboral concentra " gn y empleos de tiempo parcial y poca productividad (Cavero, | empleo informal, los datos son impresionantes. En efecto, se- ume i ‘i con da en empleos informales con alta rotacién, formas de fuer™4 m subconeratack soi). Sobre & s gine! INEL (2017), e1 72% de la PEA ocupada en el Pert: el afio 2016 cuenta empleo informal. Esta situzcién ha producido cambios en las identida- e intereses sociales, haciéndolas més inestables y, por lo tanto, més de representar y movilizar (Hagopian, 1998; Panfichi 8 Coronel, 2007), sobre todo debido a una «inconsistencia posicional» tinos de movilidad social descenden- con un des poiticas complicadas 3009; Rochabrain, que infunde temor por vivir procesos repen' tr (Marcuccelli, 2015). De esa manera, ante este paso de «obreros a informales», iospartidostradicionalese incluso los actuales han fracasado en aprehender estas nuevas y fluidas identidades, y en adaprarse a ellas tanto en términos programé- ticos como organizativos (Levitsky & Burgess, 2003; Roberts, 2002). No hay duda de que la precariedad e informalidad del trabajo ha impactado grandemen- teen la capacidad de agregar intereses y, por ende, de representar politicamence aeste amplio sector. Las nuevas y fuidas identidades de estos ttabajadores informales van de la mano con la emergencia de un individualismo metonimico, tal como lo entiende Martuccelli, En efecto, este sociélogo concibe los problemas ciudadanos de manera individual en lugar de colectiva, afectando la mediacién de intereses de los partidos y otras instituciones representativas. Este tipo de individualismo metonimico no ¢s uno de total individualidad, sino uno que «tiene un sentido amputado de lo tido aguzado de sus relaciones [interpersonales}» (Martuccelli se «produce individuos que poseen el sentimiento que tienen que desenvolverse solos, no porque lo estén (las aliaciones son mileiples ya veces incluso pesadas), sino porque tienen el sentimiento que el eolectivo =e Estado, las instituciones~ se des-responsabiliza de ellos [...]. En ese contexto, Son lon individuos los que se responsabilizan de la suerte de unos con (algunos) otros, (Mareuccelli, 2015, P- 287). Este tipo de individualisme metonimico, que la fragmentacin social y el economicismo subjetivo que alienta Jo general no se siente atraido por un referente politico. No «es posible observar «formas mas 0 menos esporidicas, colectivo y un sen 2015, p. 263). Es decir, corresponde con el neoliberalismo, por obstante, a pesar de ello, (2015, pp. 265-289). 187 Més all de la idea de crisis de representacién politica en el Perit de articulacién entre los individuos y la politica» (Mareuccell, 2015 » P. 275), cuenta. de, En suma, los grandes procesos de cambio estructural han significado up ganizacén de los inereses sociales y politicos. Se han debiltade significa te los partidos y otras formas «tradicionales» de organizacin y represenan intereses, pero también ha surgido una diversidad de nuevos actores con gn ¢ intereses propios, la mayor parte poco articulados entre si, que no set recogidos por los partidos y las ideologfas convencionales! Hemos sefialado profundas transformaciones estuctuales que han trata el ol de representacin de los partidos politicos el ee central del paradigms ag minante que resefiamos en el primer acdpite. De ahf que consideremos qu, cn contexto histérico actual, los actores partidarios comparten junto con ottos axe res estos roles de conexién, traduccién y representacin de intereses y demandas de diversos sectores sociales. Ello requiere, por tanto, flexiblizar el concepto de representacién, la segunda critica del primer acépite. diferentes de las instancias cldsicas de representacién y de las que deby cbemos ricticas han podidy La heterogeneidad de la representacién En la perspectiva sociolégica que proponemos es necesario, en segundo lugar, sali del modelo centrado en las elecciones y el voto como tinica fuente de legitimidad politica para enfocarse en el complejo y diverso conjunto de interacciones entre representantes y representados que se desarrollan regularmente. En palabras de Enrique Peruzzotti (2006), lo central de la representacién no es el momento deci- sional electoral, sino el proceso deliberativo y de negociacién (y nosotros agreg2- mos de contencién) que toma lugar en el espacio puiblico durante todo el tiempo de ejercicio del Gobierno democratico. Representar, entonces, es «un proceso comprehensivo de filtracién, refinamiento y mediacién de la formacién y expr sién de la voluntad politica» (Urbinati [2002, p. 71], citada en Peruzzotti, 2006, p. 25). Para ello, hay que moverse de una perspectiva dual de principal-agente # una perspectiva plural que tome en cuenta miiltiples actores y sus interrelaciones- Llevar adelante esta perspectiva requiere introducir en el andlisis de la represer™ tacién actores sociales con reclamos, intereses y derechos no atendidos por la ins- + Es importante resaltar que en la ciencia politica exsten pocos, pero valiosos trabajos que PY tuna forma de nen estudiar la relacién entre partidos y procesos estructurales de cambio como ia th foraletal. partidaria. De aproximarse a la comprensin de la fortaleza/debilidad de la representacién politica a cesta manera, se pone en cuestién la supuesta «autonomia» de la politica. Al respecto, ver Bartol (2000), Roberts (2014), y Luna y Vergara (2016). ——————e_rttt—S—™T 188 Aldo Panfichi y Juan Dolores jncionalidad politica del Estado y los partidos. Una desatencién que empobrece ia gemocracia. Como indicamos anteriormente, el tejido social, que es producto de bos grandes procesos de cambio —en especial el que irrumpe con el neolibe- alismo-> © extremadamente heterogéneo y fragmentado, lo que hace necesario delimirar entre aquellas organizaciones y actores que buscan directa o indirecta- mente represen re los conceptos de sociedad civil y tercer sector nos ayudan en este rganizaciones de Ia sociedad civil son aquellas que se desarrollan en forma autonoma del Estado, los partidos y los grupos de poder econdmico, pero sobre todo alrededor de la defensa de derechos sociales, politicos y culturales ame- nazados por el desarrollo econémico global y las reformas neoliberales. reas organizaciones son diferentes de la multiplicidad de organizaciones s0- lubes y asociaciones que forman parte del deno- ales, individuos voluntarios, minado «tercer sector», en la medida que estas uiltimas no constituyen redes poli- jas decisiones tizadas de organizaciones civiles ni politicas del Estado y el Gobierno. 5 como las asociaciones de padre tar sus intereses en la esfera piiblica y otras formas organizativas. La ajssincion ent esfuerZ0- Las 01 jenen entre sus fines influir en I: Nos referimos entre otros casos 2 organiza- 5 de familia (Apafa), los clubes deportivos, cione las organizaciones filantrépicas y las asociaciones culturales (Portocarrero, 2001). Por el contrario, las organizaciones de la sociedad civil que nos interesan por su potencial representativo son aquellas que tienen un rol politico muy activo en la esfera publica desarrollando estrategias de control social, de protesta y conten- srbalizando las demandas e intereses de grupos sociales a los que dicen 1 acceso a las cién, ylo v mados en cuenta o tienen poc representar, tue estos no son to! ql irerancias de decision politica gubernamental, de la sociedad civil como asociaciones civi- Entre estos tenemos organizaciones « no institucionalizados de ciudadanos y ciudadanas, y movimientos incidir en la formulacién, gestion ¥ fiscalizacion y denunciar iniciativas del Poder Ejecutivo © ynacionales, actividades que se pueden deno- os, entre otros, de la les, colectivo: sociales. Algunos se orientan @ de politicas piiblicas. Otros a vigilar Legislativo en foros nacionales ¢ inte minar de control social (Isunza 8 Gurza, 2010). Son los cas’ Coordinadora de Derechos Humanos y las asociaciones de familiares de victimas y desaparecidos que identifican vViolaciones de derechos humanos y hacen segui- miento a temas afines como el indulto al expresidente Alberto Fujimori. Varios de ellos incluso litigan en foros internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos en representacién de grupos de ciudadanos bien definidos. vaciones en muchos casos cuentan con el apoyo técnico Y asesorfa de Estas organiz ONG nacionales € internacionales. 189 Mis alld de la idea de crisis de representacién politica en el Per También forman parte de este tejido social algunos nes no civiles dedicadas a las actividades informales, y en que resisten toda vinculacién con el Estado con el fin de grandes beneficios econémicos sin importar el interés cia democratica. Segtin Francisco Durand (2007), estos el desarrollo de economias informales y delictivas y op. transgresién, aprovechando la debilidad del Estado que némica de finales de la década de 1980 y continta en |; neoliberalismo, Las bases de la acumulacién de estos grupos son el contrabang la piraterfa de productos y marcas patentadas internacionalmente, ilegal, especialmente de oro en la regién de Madre de Dios. Estos grado colocar en el Congreso como parlamentarios a varios de sus ¢ incluso han conseguido que se elija como gobernador de la re de Dios a un conocido empresario minero informal control del Estado. BTUPOS y orp, algu Maco, ‘BUNOS caso, ilepa garantizar bisica %, . ent general nj |, ne # Conviven BtUPOS han surgige con eran c an OM Una cultua g se inicia con la crisis a década siguij ‘ iguiente con 10, Y la miner, 8TUPos han |. Tepresentante gion de Madre Y Opositor de las medidas de Los colectivos Y¥ movimientos sociales son también imy portantes avenidas de representacién politica, ya que con su accionar buscan producir cambios en la polticas que afecran a los grupos excluidos. Incluso la movilizcién de gruposen desventaja social y econémica es mucho més facil de llevar a cabo en el mundo informal y fluido de los movimientos sociales, en meras maquinarias electorales. Esto debido a que las instituciones formals tienden a «desempoderam y excluir a estos grupos (Weldon, 2011). En el Pei, muchos de ellos desarrollan regularmente acciones c nitivo (huelgas, y no en los partidos convertides ‘ontenciosas y de cardcter pu- toma de tierras, bloqueo de rios y catreteras, protesta calleera destruccién de locales, toma de rehenes), buscando detener o modificar proyectos ¢ iniciativas que afectan sus derechos y/o estilos de vida, una practica usual en Peri, donde el conflicto social es una manera de plantear y negociar reivindica- ciones, y de construir liderazgos fuera de los partidos. Al respecto, en otto articulo (Panfichi, Sentacion contenciosa, sefialando que algu de movimientos sociales son la expresién ry . E80, mentada representacién de intereses locales Por parte de actores con poco ace © confianza en las instituciones de mediaci on politica extra. Esta represent © autortepresentacién surge de la capacidad de ciertos actores «representative © ta sociedad local de recoger y expresar en ciones largamente postergadas, en los términos de Sartori (20 : e J 2011) propusimos la nocién de rept i ‘én nos conflictos generados por la e contenciosa de una emergente y 8 fe indice forma contenciosa intereses y vidi sida Aqui predomina la nocién de crepresentavin : ‘el ested 108); es decis, de un hecho existencial de simi! 190 ‘Aldo Panfichi y Juan Dolores aasciende toda ecleccidn» voluntaria. Una persona es representativa en la ue mea que person : fe was para su PropiO grupo. En este tipo de representacién no se necesita que la ti sutorzaciOn electoral garantice la confianza entre representante y representados, sino que est confianza existe como un hecho existencial compartido, una au- oobjetivacion de intereses comunes, y a partir de él se construye la «autorrepre- sentacidn»’. Esta suerte de localizacién de la legitimidad representativa es posible por los desencuentros entre una cambiante estructura social y sus vinculos -o la Prt encia de els con el sistema politico (Panfichi, 2011). Fs interesante notar que varios lideres de la politica peruana actual han saltado ssonifica una matriz sociocultural y plantea demandas reivindica- desde la representacién contenciosa a la representacién electoral, como es el caso del actual presidente de la Republica, Martin Vizcarra, quien lideré la protesta conocida como el «Moqueguazo» en junio de 2008 en su condicién de presidente del Colegio de Ingenieros de la regién de Moquegua, demandando una mayor proporcién del canon minero que entregaba al Estado la empresa Southern Peri. ‘También se encuentra el caso de Zenén Cuevas, otto lider de esta protesta, quien en octubre de 2018 fue clegido gobernador de esta misma regién. Trayectoria si- milares la de Gregorio Santos, electo en dos periodos consecutivos (20 10 y 2014) como gobernador de la region Cajamarca y quien alcanzé visibilidad nacional por el conflicto socioambiental de Conga. Santos tiene una larga trayectoria previa como dirigente de las rondas campesinas y del Sindicato de Unitario de Traba- jadores en la Educacién del Perit (Sutep)- Finalmente, otto caso significativo es el de Walter Aduviri, recientemente electo gobernador de la regién Puno, quien ademas dirigié en 2011 las protestas antimineras conocidas como el «Aymarazo». Las diferencias politicas ¢ ideolégicas entre estos lideres sugieren que no toda representacién contenciosa es doctrinariamente radical, sino que es una forma considerada legftima por sus dirigentes y representados de expresar sus intereses y demandas no recogidas por el sistema politico. Otro tipo de colectivo son los grupos religiosos y conservadores que surgen en los aftos noventa desde un conjunto de iglesias o denominaciones independientes de orientacién neopentecostal (Pérez Guadalupe, 2017). Este actor politico-reli- gioso desarrolla una estrategia electoral de vinculacién con varios partidos (Jul- 5 Sartori (2008) nos recuerda que la representacién nace histéricamente en el seno de una perte nencia. Los miembros de las corporaciones medievales se sentfan representados no porque cligiesen. 2 sus mandatrios, sno poraue risedals y mandados «se pertenecfan». Es decir, el sentido de representar en estas condiciones esti vinculado a tener las mismas caracteri ismas carat ‘er icteristicas de alguien o de _~ 191 Mis allé de aiden de cxsis de representacion politica en el Pert 2018), en especial con el fujimorismo, para colocar as, ‘i A : s dle imponer desde alli sus creencis rely, ‘También construyen cole, carima, 2008; Aleman, ‘ongreso y tratar sas en la legislacién y la educacién publica y privada. ores catdlicos conservadores nacionales ¢ internacional, tivos en alianza con sect buscando incidir en la opinién publica a través de masivas y bien organizads, movilizaciones callejeras de cardcter no contencioso, declarando representar Jo, intereses vagamente definidos de la «familia peruanay (colectivo Con Mis Hijs la presencia del enfoque de género en el Currcul No Te Metas, que cuestiona Educativo Nacional) o en contra del derecho al aborto («la Marcha por la Vida) (Pérer Guadalupe, 2017). Miles de personas acuden a estas convocatorias, sin igndose identificadas con estos grupos. ‘Como sefialamos anteriormente, las formas de representacion politica son y formas de accién distintas, pero todas s ted de presiones, demandas y obligaciones, ¢ «alimentan y sostienen los nexos entre ociedad en general» (Peruzzotti, 2006, representantes en el Ci diversas y tienen actores, estrategias construyen a través de una elaborada envolviendo actores y arenas distintas qu la amplia arena de la representacién y la s p.33). De esa manera, tal y como se apreci nan lo social con lo politico, lo contencios mal con lo legal, y lo local con lo global. Son que, si bien no son reconocidos por la institucionalidad politica, espacios del Estado e influir en las decisiones de politicas publicas. Comprender en su totalidad estos mecanismos requiere un mayor esfuerzo metodolégico que el aplicado por los estudios del paradigma dominante. Consideramos en esa linea apostar por estudios de caso que contengan estrategias metodoldgicas como | rastreo del proceso, entrevistas a profundidad de diversos actores ¢ inmersiones 2 en los casos desarrollados, se combi- 10 con Io institucional, lo ilegal/infor- pues mecanismos de representacién logran permear etnogréficas multisituadas. Por tanto, creemos que un enfoque socioldgico de la representacién politica es necesario en un pais como el Peri, donde los partidos se han reducido a maqui- narias electorales que se activan exclusivamente para las campafias, escogiendo y cligiendo candidatos de pobre calificacién y calidad, pero con capacidad de atract votos desde sus espacios locales. Lastimosamente, esto tiltimo se ha convertido para los partidos en lo més importante, por lo que, pasado el momento electoral, estas organizaciones desaparecen de la vida cotidiana de los ciudadanos. Mucho del desprestigio y la desconfianza hacia las autoridades politicas electas s¢ bas ademés, en el incumplimiento de promesas electorales 0 en cambios sustantivos en el programa de Gobierno con el que fueron elegidos, sin que haya sencié” politica alguna més alld del voto de castigo cuatro 0 cinco afios mas tarde. 192 ad Aldo Panfichi y Juan Dolores a teoria clasica de la representacién democratica se considera a los parti- Ia instancia monopilica de representacién, Esto debido a que proveen dos com’ : na los votantes, son espacios de accountability y permiten relacionar a informacid' Freciudadanos con el Estado al ofrecerles la posibilidad de obtener el poder esta- ag, De al que se eritique que estas formas plurales de representacién carezcan de qutorizacion electoral, que sean ejercidas por afinidad socioldgica y que los grupos sociales a los que dice representar varien entre ptiblicos difusos, bases sociales dispersas Y comunidades especificas 0 adscriptivas, ademés de sefialar que estos crores no cumplen funciones de gobierno. ‘A pesar de estas objeciones, consideramos que la represenrac ofrece mayores posibilidades de entender la naturaleza de la democracia peruana, jon sociolégica ya que asume la premisa sefialada por otros autores de que la fuente de la repre- ‘entacidn esté en los representados; ¢s decir, en los ciudadanos y no en Jas institu- ciones politicas ni en las reglas formales, Sobre todo cuando los ciudadanos que no estan siendo representados adecuadamente por el sistema politico reconocen frecuentemente como sus representantes a quienes se levantan y defienden sus intereses. Ademis, el ejercicio de la autorizacién electoral cada cierto ntimero de whos no yesuelve la cuestiOn de la epresentatividad, un reproche que acompafa la actuacién regular del Gobierno representativo y que esta en la base del creciente desprestigio de la denominada clase politica. También porque en la representa- cién electoral el representante no puede ser responsabilizado juridicamente por el incumplimiento de sus promesas con el representado, incumplimiento que también alimenta el desprestigio de la politica electoral (Isunza & Gurza, 2010). La capacidad de representacion de los grupos, asociaciones y movimientos so- ciales esta en directa relaci6n con la debilidad de los partidos y la institucionalidad politica, En sociedades donde esta debilidad es grande, como en el caso peruano, se vacio es cubierto precisamente por este conjunto hererogénco de actores que asume fanciones de la representacién democratica. Al respecto, Hochstetler y Friedman (2008) sefialan que en estos actores y organizaciones recae la tarea de formar grupos de ciudadanos representables o potenciales clectores (constituen- vies), Sobre esto, Weldon (2011) agrega que la formacién de los representados es una parte critica de la representacién de un grupo. ie ateeeane ences identificacién grupal y de la movilizacién es una importante precondicién para la representacidn efectiva de los grupos marginados. 193 Mis alld de la idea de crisis de representacién politica en el Pert, Son ellos, ademés, los que en la préctica agregan intereses y movilizan a seco. res de ciudadanos en defensa 0 promocién de estos derechos asf como tambign desarollan sus actividades con mayor permanencia en el tiempo que los partidos elecrorales, ofeciendo de manera regular simbolos de identificaciOn, educacién y oportunidades para realizar demandas y reivindicaciones politicas (Hochstetler & Friedman, 2008). Algunas de estas organizaciones incluso cumplen la funcién de reclutar y entrenar a las futuras élites politicas. De otro lado, Weldon (2011) afirma que la representacidn es parcialmente un proceso de establecimiento de una agenda que priorice problemas ¢ influya en la discusién piblica de las politicas, as{ como de sus resultados. De esta manera, se difunden las perspectivas de los grupos de ciudadanos que dicen representar, especialmente las minorfas étnicas, los grupos de extrema pobreza y las demandas de género o de diferencia cultural que son sistemédticamente excluidas de los cana- les tradicionales de representaci6n, insertando sus demandas en la deliberacién de politicas publicas. Una funcién importante, més atin si los Gobiernos cambian de programa apenas son elegidos y toman decisiones basadas en agendas distintas de las de los grupos de ciudadanos que votaron por ellos. En el proceso de establecer agenda en la esfera puiblica, estos actores requieren verbalizar intereses, tener vor y opinar, expresar voluntad politica y ejercer presién para que los representantes actiien de manera «responsiva» (Isunza & Gurea, 2010). En una sociedad frag- mentada por grandes procesos de cambio y una diversidad de actores con sus Propios intereses y demandas, la construccién de una agenda supone también articular intereses que van mas alld de opciones partidarias. No cabe duda de que estas tareas mencionadas no las estan realizando los par- tidos politicos existentes. Por ello, es necesario re- pensar los movimientos sociales Y estas otras organizaciones, que antes han sido estudiados enfatizando funda- mentalmente sus origenes y caracteristicas: smo surgen? Necesitamos ahora ir un en el papel de representacién de los m de la sociedad civil, lo cual incluye col do liderazgo: acciones col: judican, épor qué surgen?, ;cudndo surgen?, y paso mds alld, poniendo el foco de interés ‘ovimientos sociales y otras organizaciones locar temas en la agenda pitblica, legitiman- s sociales que luego se trasladan a la arena politica, 0 desarrollando lectivas que frenan o vetan decisiones gubernamentales que los per- Conclusiones Ht ech fa lemos gets como la idea de la crisis de representacién politica que ha do- © los trabajos académicos sobre el Perit contiene un enfoque centralizado 194 Aldo Panfichi y Juan Dolores anlasdites politicas y pattidarias 4 pesar de ser abordado desde distintas aristas. gto ha conllevado un agotamiento de la capacidad explicativa de estos estudios, rie odo 28 producirse y profundizarse procesos historicos y estructurales que i disminuido la centralidad de los partidos como vehiculos de representacién. Ane est, 8€ propone tina mayor flexibilidad conceptual de la representacién dl aso de estrategias metodolégicas diferentes de las usuales (encuestas de ota andlisis electoral entrevistas a miembros de la lite). , Este trabajo plantea la necesidad de recuperar la premisa de que la represen- tacién fundamentalmente esté y depende de las y los representados, idan A) Y no tanto de las instituciones 0 normatividades. Se construye una perspectiva de corte so- ciolégico combinando una aproximacién histérico-estructural de los cambios en los vinculos entre el Estado y la sociedad, y una que concibe la politica como actividad de mediacién e interaccién social. De esa manera, nuestra propuesta invita a pluralizar los actores, instrumentos y estrategias en los que grupos de ciudadanos buscan agregar y expresar sus intereses ¢ influir en los resultados de politicas puiblicas. Nos alejamos de la forma tradicional de ver la representacién __ politica en funcién de las élites, de las reglas institucionales que influyen sobre estas o de sus (in)capacidades para recoger y expresar intereses de una cambiante estructura social compleja, heterogénea y fluida. En base a esta propuesta, cteemos que se pueden ensayar interpretaciones dis- tintas a la idea de «crisis de representacién» 0 a aquella que sefiala que el Peri es una sociedad irrepresentable. Sobre esta tiltima, desde la perspectiva tradicional de la representacin democrtica, la respuesta parece afirmativa, ya que hay mu- chos intereses y demandas sociales no recogidas por los canales estrechos de la ins- titucionalidad politica. Desde la perspectiva que proponemos, por el contratio, la imagen que emerge sugiere que la sociedad si es representable, Un archipiélago de actores, arenas (desde lo social a lo politico, desde lo contencioso a lo institucio- nal, de lo ilegal/informal a lo legal, de lo local a lo global) y pricticas representa- tivas no conectadas o articuladas entre si, pero si visibles y reconocibles. Grupos de ciudadanos y ciudadanas que logran cumplir su necesidad de representacién al momento de movilizarse o delegar su voz con el objetivo de interponer deter- minados intereses y demandas ¢ influir en las decisiones de politicas puiblicas. Una diversidad que no llega a ser reconocida en su funcién representativa por la institucionalidad politica, pero que, dependiendo de las circunstancias, s{ logra permear, influir ¢ incluso asediar las decisiones politicas de las autoridades. Finalmente, es necesario establecer algunas preguntas para futuras investiga- ciones. Con respecto a la diversidad de actores con roles de representacién, con- 95 a : ‘Mis alld de la idea de crisis de representacién politica en el Perti sideramos necesario realizar estudios de casos profundos que nos den més hug sobre este archipiélago.

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