Está en la página 1de 34
2, Cambio social y movimientos sociales ‘A mediados de la década de cuestion social” tasia y Stepan-Norris 2004; © movilizaron en los llamados mouvements ae sans, en nombre de los “sin”: los inmigrantes sin permiane legates jeresidencia, los sin techo, los sin trabajo, Los analistne describieron gistencia de una coalicién entre la "izquierda moral" dein, clase media a favor de los derechos humanos y la" trabujadores. Descendiondo a los detalles, los desemplecas Prote: arrnen 287 Contra una reforma que reducta el fondo de ayuda aes empleo t Gentralizaba su administracion. En 1994, el grups iAccion manifesta gemPle0! (Air contre fe Chomage! -ACI) orgavid can Pag estaciones que, legando desde las provincias, marciares sobre Bais Bidiendo mas inversiones “contra la exclusion” y Ie reduccién e/a jornada laboral como una via para la ereacion de nae puestos de iabsie. Durante las marchas, y después, los dosempleades ce organi- Grape guvel tanto local como nacional. En el inviemo de 1996.0 1996, Gyuntamiontos y sedes del Partido Socialista, pocia de Nanertt2 8 reforma que habia suprimido el subsidie ce Pecial de Navidad y pedir su restablecimionto, LG5 desempleados protestaron también a nivel europe, En 1997, Hrarchon Eance8es, alomanes, espancies e italianos se unleron on he Tapas Europeas contra el Desempleo, la Faia de Sopurontres al Tinie ¥'@ Exclusion; dos aos mas tarde, treinta mil de elgg ce mo- vilzaron por las mismas cuestiones con motivo de la reunion ie la UE SSDONATELLADELLA PORTAY MamiO Giata £ Colonia, unidos en la Red Europea de Desempleados (ENU en sus cialis en inglés). Una coalicién heterogénea y transnacional de gru. os trotskistas y catélicos, nuevos movimientos sociales y sindicatos Tinie estos, la francesa Coniédération Général du Travail, la ital, 2 Confederazione Generale Italiana del Lavoro y la revista alemaca Express (cercana aos sindicatos alemanes)— nuttié de recursos eine Protestas. A pesar de losaltos costes de la movilizacidn, ol debate suc ido alrededor de la dimensién social de la UE fue percibido come uns Puerta, una oportunidad. Salvo algunas excepciones, las organizacio, nes que Participaron en la marcha no rechazaban la integracion euro, pea, sino que pedian una UE social y politica diferente (Chabannet 2002). AC, por ejemplo, deciaraba: “De igual modo que la ‘Francia oe, eeyne Sural6 esponténeamente de los capitalists y gobornantes [.] \a Europa social lo hard dnicamente mediante una intervencién actoe ¥ unida de los trabajadores europeos” (en Salmon 1996; 218). Durante este ciclo de protesta, los parados franceses crearon re- fursos colectivos para la movilizacién. Aunque se suela considerar a {28 desempleados como politicamente apaticos y muy poco proper, So 2 la accion colectiva, las organizaciones del movimiento “logra. ron modificar, al menas durante cierto tiempo, la percepeién que loa Parados tenian sobre su propio potencial movilizador. Les animaree 2 expresar sus demandas colectivas @ hicieron que miles de ellos se mevilizaran” (Royall 1998: 362). Proporcionaron, de hecho, un espacio ara el encuentro socializando a gente a rmenudo aisiada (Mauer 2001) }ampliaron sus habitidades rolacionales y su savoir faire (Maurer Pieri 2001). La movilizacién desafié la imagen del desempleo coma, Problema individual y, en consecuencia, el estigma social a él asoere, do, Ademas, los desempleados se hicieron con el apoyo de atros gru- fos. Si el parade tradicional habia encontrado apoyos en la Izquierda el espectro politica, los parados franceses se movilizaron contra lo pereibido como una “traiciOn” de la izquierda y, en concrato, del go. biemo socialista salido de las eleccionas de mayo de 1997, al que aca, Saron de haber cambiado “un socialismo de rosira humano por un libe. falismo con trasfondo humanitario” (Bourneau y Martin 1995; 172). Los desempleados consiguieron atraerse el apoyo de la opinion publica no solo se restableci6 el subsidio de Navidad, sino que una cobertura mediitica simpatizante con el movimiento cambid la imagen publica del parado, de gente pobre haciendo la cola de la caridad pavarcn a Any Wistos como rebeldes luchando por sus derechos (Salmon 1998, Maurer y Pierru 2001: 388). En el campo de las instituciones, con el estado de bienestar centrado en Ia cuestién del desempleo (Fillieule 19930), la protesta hizo frente-a la cuestidn politica del reconacimien. {0 de los propios parados, ganando una batalla simbélica al hacer qua Sus organizaciones acabaran siendo invitadas a una cita con el presi, dente Francois Mitterrand. LoStovmeenros sociaLes INU en sus nal de gru- sindicatos ila italia~ @alemana ursosa las lebato sur ‘como una ganizacio- tién euro chabannet rancia so- antes [...] ion activa rearon re- vsiderar a » propen= © “logra r que los tnimaron ellos so espacio ser 2001) vaurer y 30 como asocia- ros gru- quierda ontra fo del go- ue acu- un libe- 72). Los blica: sertura aublica aron a 11998; con el ioute er que presi- El lato de la movilizacién de los parados franceses subraya algunas de las principales dimensiones que han vertebrade el debate sobre la interaccifn entre losrasgos de una sociedad determinada y los movimientossociaes, Sehala. antes ae nada, cémo los movimientos remiten, por lo general,a una hase que, en for, as diferentes, se define por determinados rasgos sociales. La critica planteada Por los analistas norteamericanos de los mavimientos sociales a la teoria de la crisis (véase cap. 1) ha desvindo desde have tiempo (salvo comtadlas excepciones, entee elas Piven y Cloward 1992) la atencién antes centrada en los agravis tructurales (Buechler 2004), pero, aun asi, no se puede negar que la estructura secioecondmica cle lt sociedad afecta al tipo de conflictos que tienen higar en sa Seno, Desde la década de 1970, los analistas europeos de los movimieetos sock less han fijado con especial atencin en los nuevos conficta dle la democracia txcidenta,con e] movimiento ecologista o el de mujeres comio abjetosipicos de sv investigacién, De hecho, se ha considerado a los movimientos sociales como portadores de valores post-materialistas, una ve2 qut el eonflicto de clase sobre e) guess habia movilizado el movimiento obrero parcets haberse pacifico, Asi el jeter" de los movimientas de pobres representa un iil punto de partic para {a dieusin de la relseiéa entre los cambios en la estructura social y la accign colectva, ‘Los cambios sociales pueden influir en las earacteristicas del conilicto social } acciin coleetiva de diferentes maneras. Pueden faclitar el suegimiento de rapes sociales con un emplazamiento estructural y unos intereses potenciales pecticos, y/oal mismo tiempo reducir la importancia de otros,coma ce alguna forma se refleja en el cambio de la agricultuea a a industria y de ésta al sector servicios. Sin embargo, la tensiones estructurales nose transforman ditectamens teen movilizacién. Com indie el relat ineluido arriba, la miseria de lox par fades franceses disuade la protesta, mis que facilitarla. Las condiciones sociales influyen de manera importante en la distribucidn de los recursos que permiten 's participacin en la aecién colectiva, coma Ia educacién, y/o que faciitan In avticulacin de intereses. £1 cambio a fabicas mis pequefias y la deslocelizacion dela proxluccion industrial han jugado en contra de a eapacidad de lost dores para actuar como clase, mientras que el mayor acceso de las mujeres a la educacion superior y al mercado de trabajo ha facilitado el desarrollo de nuevos lazos ence ella, y su surgimiento como nuevo actor colectivo. ‘Teniendo en cuenta este tipo de efectos, nos ijaremos en tres clases dle trans {ormaciones que han influido en la economia, el papel del estado y la esfera eu tural de ls sociccaclesocciclentales desde la Segunda Guerra Mundial Sin pre tender eubrir los incontables procesos que tieron hugara la Hamada transiién 2 tuna sociedad post-industrial (o postmoderna, « desorganizada, 0 post-Fordista, =) (Amin 1994; Lash y Urry 1995; Castells 1996 1997; Kumar 25), ms limi, {oeemos a mencionar aquellos procesos de cambio que han infludo en los movi Imientos sociales, segin ha quedo recogido de mancea ex} sen la literatura IDONATELUA DELLA PORTAY MARIO DIAN «specializauda. Discutiremos las implicaciones mis generales de estos cambios en l anilisis de la innovacién en las formas dle accidn colectiva. Kn particular, nos tentraremos en dos problemas: come la experiencia de los “nuevos” movimien tos afecta a nuestra comprensién de conceptos come “conBicto de clase” «“sccidn declase”, y cémo deberia ser interpretada fa abrumadora prescneia de miembros dela Hamada “nueva clase media” en los movimientes so les de Finales del siglo xx, En el préximo apartado, nos vcuparemos de los cambios en la estructura $0 cial y su reflejo en las Iv sar luego al impacto soci de los cambios culturales sobre los movimientos sociales (2.3). Coneluiremos el ‘capitulo con una discusién de la hipstesis que presenta a los nucvos movimientos sociales como losactores de nuevos confictos de elase (2.4), isle fraetura politica (politica eleavuges) (2.1), para pa de os cambios en la esfera politica (2.2) ya los efectos 2.1. ESTRUCTURA SOCIAL, CLEAVAGES POLITICOS YACCION COLECTIVA Los efectos de las caracteristicas socio-econdmicas en los conAlictos politicos y sociales se han estudiado fect Titicos, estas, Rokkan 1967), Estas lineas 0 ejes se han asoci atemente a partir del anilisis cle las eleaages po: ide fractura o conflicto (Lipset y do tradicionalmente con un to: delo de accién colectiva donde los actores: 1) luchaban unos con oteos po la proteccién de intereses m principales lineas politizad, criales 0 politicos; y 2) se definfan a sf mismos (como miembros de una clase, faccidn o grupo nacional) con relacién 4 esos intereses, iciones estructurales de los movimnientos sociales en la so dad industrial los han asociado generalmente a dos procesos furdamentales, Fl P cestado-nacién y la ciudadaa nero se reficre al surgimiento del mereado y el segundo a la creacién del noderna (Rokkan 1982; Lipset y Rokkan 1967; Giddens 1990), La Negadh de una economia de mercado trajo consigo la centea lidad de los eonifictas entre capital y trabajo, pero produje ademis otra division ‘que oponia a los sectores sociales del campo y la cinlad, La consteuccién del estado-nacién fue el resultado de conflictos territoriales que pusieron en conificto al contro y las éreas periféricas de los nuevos éstados, at como de conilictos entre elemergente estado haicoy las que rechazaban su legitimidad, respaldande en st |ugar el poder temporal dle las estructitras velesidstieas (contlicto iglesia-estado) Las principales conflctos que han caracterizada a las sociedades contempori- consolidacién ¢ institucionalizacién de los cleavages ha producido una configuracién de los sistemas politicos (y, en articular, de su sistema de partidos) que se ha mantenido estable hasta lis dt ‘mas décadlas del siglo xx (Rokkan 1982; Bartolini y Mair 1990). Ba el proceso, ‘ucvos movimientos sociales como el ecologista parecen haber represeatado una fneas han girado en tornoa estas tension |. Véase Markolf (1996) para une ampliaroacién histériea del desarrollo de los movinon {as sociales en la sociadad contemporénea, seambios en, articular, nos Iemiembros ales del siglo tose fareel voliticos y aeages po Lipset y 65 por la 1s (come vtales. E] cid del an 1967; in del onilieto stado), por (en al innovaciin al earceer de una base social espeeifica y mostrarse en buena medida inkiferentes al objetivo de la conquista del estado, Sin embargo, la estructura no silo influye en | Iiones de dependencia entre los grupos sociales, y con ello cl potencial para la aeneraciin de intereses encontrados, Las fort dela vida social (de la econdmi ‘seciaciones) influyen también en Ia formacién de actores colectivos. La acciéin ‘elective de grupos sociales espectfcos es posible dnicamente cuando estos grit Imente identificables y relacidn con otros grupos saciales;y 2) se dotan, gracias a tecles sociales establecidas entre sus miembros, deunalto nivel de cohesion interna y de una ideatidad especitiea. La accign co, leva depende as ce la presencia simuinea de rasgos eateporicos expecificos y fades que vinculen a los sujetos que los comparten (Oherschall 1973; Tilly 1978). dn colectiva ereando ro- vs consolidadas de arganizacion mile a las ln accién polities, de ls vida c iiferene idlisis de la relacidn entre estructura y Asilas cosas, la pregunta central para el accidn sera ver si los cambios sociales facilitan el desarrollo de dichas felaciones 1 de la identifica sociales y sentinientos de solidaridad y pertenencia colecti sién de intereses particulares y de la promocidn de movilizaciones subsipuientes. El paso hacia el eapitalismo no slo creé agregados de individuos uniclos en la posesin de los medias de producciin (los eapitalistas)o le su fuerza de trabajo Gl proletariado}; cre6 también sistemas de relaciones sociales que propiciaron 4 desarrollo de una solidariclad interna en esos agregados y su transformacién en actores colectivos. La imegracidn de la clase eapitalista vino facilitada por si tamafo fimitado, la superposicién de lazos familiares y relaciones de natu raleza econdmica y su acceso —y control— de las eomunicaciones, Muchos de los cambios estructurales descritos en las piginas siguientes —por ejemplo, los * localizacion de las actividades ‘elacionados con la organizacién del trabajo productivas— tienen importantes consecueneias para ka organizacién de las in- teracciones dentro de los getipos sociales. 2.41.1. Cambio econdmico, fragmentacién social y movimientos sociales La clase obrera fue un actor central en los conflicts de la sociedad industrial 10 slo por su magnitud o la relevaneis de su funeiin econiimiiea, sino también como consecuencia de un rango mis amphia de factores esteucturales. En la brica fordista, un gran mimero de trabs dentco de grandes unicades produetivas donde la movitidad laboral era lint ta. Estos factores facilitaron sin duda la identificacién de un actor social expect fica y reforzé su cohesidn interna. La concentracién del proletariado en grandes unidades productivas urbanas produjo densas redes en las que se ered una identidad espeeifien dle clase junto a la capacidad para una accién coleetiva de ‘masas (Thompson 1963; Lodhi y Tilly 1973; Snyder y Tilly 1972: Calhoun 1982; Lash y Urry 1987; Fantasia 1988; Urry 1995), Las bases del conflicto industrial se han debilitade por modificaciones que afectan a las condiciones descritas. En la industria, los modos de organizacidn del trabajo han cambiado, Tecnologias automatizadas y pequefios grupos de teabajo hhan reemplazado la cinta transportadora fordlista y el madelo del trabajador- “4 ellaasociado. Como resultado, la solidaridad colectiva derivada del hecho de compartir las mismas tareas se ha debilitado. En los aios ochenta del siglo xx, la produccidn comenzé a abandonar las geandes fabricas para localizarse en otras mis pequeias. Las empresas trasladaban [a prorluccidn al extranjero y em pezaban a confiar en otros proveedores para la produccién de los componentes de sus productos, dejando de producirlos ellas mismas, Todo ello trajo consi .g0 una importante descentralizacién crecimiento de una economia oculta ¢ informal (Castells 1996; caps. 2-3; Amin 1994). También se rompié la fuente de sold: exe momento en la proximidad fisiea dela Fabrica y los barrios habitados por las loras (Lash y Urry 1987; Hirsch 1988), unos sectores productivos se ha visto igualmente afee del trabajo inclustrial en provecho de puestos adii- geogritica de los procesos productives y el ad construida y sustentada basta clases teabay La importancia dea tada con un notable deel nistrativos y de servicios, El trabajo altamente cuslificad en el sector terciatio ha erecido on tolo el mando, creando una nueva clase media profesional muy diferente del clisico oficinista de fbrica o la administracién pabliea. El cambio hha afectado tamto al sector privado, con un marcadlo incremento de los “produc- tores de servicios” (producer services), como al piiblico, eon wna fterte expansién de los “servicios sociales” relacionados con la educacién, la salud 0 la social (Castells 1996: 208-20). L de constituir un grupo homogéneo; de hecho, parecen darse en su seno grandes diferencias en términos retributivos. El status de los nuevas profesionales no. siempre comparable con 10s profesionales de clase media tradicional (jurists doctores, etc). En el nuevo sector de los praductores de servicios (como la publ cidad, el marketing o las eomunicaciones) esta bastante generalizado el erabjo precario y mal pagado, estableciéndose mareadas discrepancias entre cl capital ‘cultural de los individuos y el reconocimiento —en términos de ingresos y pres nueva clase media esti, sin embargo, muy lejos rigia social — que obtienen de ello.’ El desempleo también ha aumentado en muchos paises y se considera hoy por hoy una caracteristica estructural de las econonsias capitalists. La relacién 2. La experiencia de los lamados “distritos indusirlates” —poquenias arens earacteris das por actividades industiales especificas basadas en redes densamente entrecruzadis ide rolaciones sociales (Piore y Sabel 1994; Streeck 1922; Tigi 1984)— parece cont: ‘docile idea dela destocalizacién de la economia, Sin embargo, las condiciones parala {accign dela clase obrera parecen no ser muy favorables en esos contestos, dada In dens {ad do ls lazos entre grupos socinlas,y el resultante ineremento do oporiunidades ptt el control social (Oberschall 1973). 3, Sobre la nueva clase media —o clase de servicios, como slgunoe prefieren lamarla— vease enire otros Bol (1973); Goulener (1979); Goldthorpe (1882): Lash y Urry (1887; pping-Andersen (1998); int (190, 64 LOSMovIAENTOS SC I k empleado-desempleado también ha cambiado: la entrada al mercado de trabajo sescraa cada vez més, pralongandlo excesivamente el estilo de vida no-adulto,y cada vez menos sectores de la poblacidn cuentan con formas de trabajo estable sequro. Aunque sea diffil dererminar eon precisin el nivel y los determinantes esructurales del desempleo en los paises desarrollados, la incidencin del traba- joprecariay temporal ha aumentado considerablemente (Castells 1996: cap. 4) Desigualdades cada vez ms seuciante surgen no s6lo entre Norte y Sur (Pianta 20016), sno también en’el mismo Norte, incluso en las ciudades globales ris ‘modemas (véase Sassen 2000). La pobreza esti eada vex mis extencdida: sein dlinforme de 1999 de las Naciones Unidas sobre desarrollo humano, 80 paises ‘ena ene eambio de siglo un ingreso per eipita menor con respectoa diez aos antesy 1.200 millones de personas vivian en condiciones de extrema pobreza, por dehaj del umbeal de ua ddlar por dia fjado de un modo ridiculo por el Banco Mundial. 1a presién demogrifica y otras dificultades sufridas en un niimero cada vez ‘mayor de zonas del licmisferio sur han desencadenado migraciones signifies tivas hacia economias mis fuertes, produciendo en las sociedades occidentales ln expansion de un sub-proletariado de marcado caricter étnico (Castells 1996: cap.4yesp. 233-4), Aunque no se trata en modo alguno de un fendmeno nove- oso (O'Sullivan See 1986; Olzak 1992), la escala de las migraciones a finales del Novecientos ha inerementado sin dda el potencial de los conflctos raciales en el sena de las democracias occidentales y ha ereado oportuaidades para el resuegic delos grupos de extrema derecha (Hainsworth 1992; Wrench y Solomos 1993; Wieviorka 1995; Koopmans 1996a, 1997), ‘Otro vector fundamental de cambio ha sido la entrada masiva de la mujeren «trabajo remunerado. En las sociedades oeeidentales, el fenémeno se ha dado sobre todo en el sector servicios, lo que sugiere una relaciin entre la desmateria~ lizacén de Ia economia y el aumento de oportunidades para la poblaci6n ferme. nina (Castells 1997: 163). El proceso ha influido en las Kineas de diferenciacion y loscriterios para a definicin de intereses dentro de grupos sociales vistas hasta ese momenta como homogénces. Los continuos difereneiales de salarios entee hhomibres y mujeres representan, por ejemplo, una clara fuente de divisicn y con- flcto potencial en el sen de las clases asalariadas (Castells 1997; 169). Al mismo tiempo, el impacto combinado de la creciente independencia econdmica y los compromisos profesionales dc las mujeres ha sacudido las bases del patriareado, tanto en los hogares come en las profesiones, y creado oportunidades en la esfera privada para el desarrollo de conBictos de género todavia mais profundos (Walby 1999) Estos procesos han debilitado las precondiciones estructurales. que habian propiciado el surgimiento de un cleevage de clase, en particular en el modelo obrera de accién colectiva, En general, ha aumentado cl tamatio de grupos socia- les que carecen de wn acceso plenoa laciudadania y los derechos ciudladanos, sean. ADELLA PORTAY MARIO tos inmigrantes(legales 0 ilegales) o los trabajadlores de ln economia sumergidda (del trabajo infra-remunerado, La inestabilidad general se ha visto reforzaday ademis, por el crecimiento de la movilidad individual, principalmente hori zontal: eada vex m; ins veces en el curso 4 por cleccidn « por necesidad (Esping-Andersen 1993; Ca multiplicacién de roles, profesiones y estratificaciones anejas y el (re) satacién basadas cn la etnicidad 0 el género den- és iftil la identificacidn gente tiende a cambiar de trabajo lls desu! 1996). La de fra imiento de lin tro de los grupos socigecon6 de categorias sociales espectfieas. La mayor frecuene cercciente debilidad de los vincules establecidos con las comunidades territoriales icos han hecho que se de cambios de trabajo y han redundado en una mayor inestabilidad y fragmentacidn de ls reliciones en- tre los que antes compartian una misma condicién estructural. Blt perder gradualmente su naturaleza coleetiva, tin proceso que M hha definide como la “individualizacién del trabajo" (1996: 265). Es eada vez mas dificil deducir tos intereses de los actores a partit de su posiciGn estructural, asi ajo pareee nuel Castells como organizar su proteccidn sobre esa misma base (Dalton 1988: cap. 8). El primer efecto de estos cambios ha sido el debilitamiento del movirniento nbrero. Sicl declive de las huelgas pudo interpretarse como un signo de la insti tucionalizacién de las relaciones industriales y de la despolitizacion de los con Hlctos industrials, especialmente en los aitos novert el siglo pasado cl declive en la afiliacin sindical se ha percibido come el indicador de una erisis inevitable del movimiento obrera. En el seetor servicios ¢ dificil organizar a una base so cial fragmentada, especialmente dada la execienteflexibilizacion del mercado de inseguridad rampante que le acompaiia. Como dificil ha sido tam- imiis nummerosos desempleadas ¢ inmigrantes. in embargo, al comienzo del nuevo milenio, los conflictos Iaborales parece estar de nuevo en alza, si bien con formas nuevas: protestan Jos parados, aunque dores se organizan en el Sur, donde a menudo crece 73 y 559: los trabajaddores trabajo y I bi n movilizar a las cada v espordidicamente los traba} el avimero de afiliados alos sindicatos (Norris 2002 se nen en redes transnacionales (Moody 1997). Han surgido nuevos sindicaos | de base (ver inf) y los tradicionales han comenzado a invertir mas recursos en Ja moviizacion de los trabajadores, por ejemplo, APL-C1O invierten ahora has {2 un 30% del presupuesto en su organizacién, en contraste con el habitual 5 (antasiay Stepan-Norcis 2004:570). Mientras la fuerza de trabajo se desmovili za enel sector privado, los tabajadores del sector piblica (como muestra el ees: plo de los ckeminotsfranceses) alzan su vox contra ls reformas neolberales que terminan recortando los servicios sociales (Eekstein 2001), Como sefialan Piven y Cloward (2000), en los Estados Unidos han resurgido viejas formas secundasias Aleaceién, como los boicots comunitaros, las huclgas de solidaridad y las huelgas senerales. En Francia (pero tambien en [taliay Espana) cl cambio de milenio fue testigo de huelgas gererales comer la reforma de las pensiones, la privatizacidn dle los servicios palicos y los recortes en sanidad y educacidin. Diversas ries de | 66 LOS MOVIMIENTOSSOCIALES il ob Ne G En yk G 19¢ 24 Lo hai lay po oct det 19 lay los de so | sumergida > reforzada, nente ho 43; Castells jas y el (re) Enero den- intificacién abajo y la crritoriales aio parece el Castells ctural, asi s). »vimiento ela inst los con- el declive nevitable base so. reado de ido tam- parece aunque locrece rindores adicatos va ha val 5% novili- lejem- esque Yiven y arias uelzas ‘io fue smovimientos acompasinron a las centrales indiesles en susacciones, conectando, cuestiones laborales con Ta justicia social, Ia defensa del medivambiente a paz: y ln igualdad de género, El desarrollo de un marco de injusticia global se ha per= tibido, de hecho, como otra de las Gltimas tendencias en el seno del movimiento bgero. Las acciones del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte; NAFTA en sus siglas en inglés) provocaron el desarrollo cada vex. mas acusado de eampafias de trabajadores canadienses, estadounidenses y mejicanos (Gabriel y Macdonald 1994; Ayres 1998; Evans 2000). Los estibadores de Seattle, {queanteriormente habfan tomado parte en huelgas transnacionales iniciadas por suscolegas en Liverpool (Moody 1997), apoyaron la protesta contra la OMC, ex tendienclo asi su solidaridad del nivel local al internacional (Levi y Olson 2000). En estas olas de movilizacién, el movimiento obrero confluy’ con otros, como et ecologista, el feminista, el movimiento urbano, etc. (della Porta, Andretta, Mosea y Reiter 2005), Ademis, las cada vez mayores desigualdades han estimulado el surgimiento de movimientas de solidaridad con grupos marginales lel Norte (Giugni y Passy 2001) y de protestas por parte de estos mismos grupos (Simeant 1998; Kousis y Tilly 2004; Chris Tilly 2004), 21.2. Globalizacién econdmica y conflicta social Los procesos estructurales influyen asimismo en tn dimensién territorial del coniicto, Traicionalmente, los movimientos sociales se han organizada a nivel nacional y dirigido alos gobicrnos nacionales, Como iste el ejemplo de lo p ras frances ls protests macionales se acompafan hoy en dia, y cada vex mis 2 menudo, de ocras transnacionales en lo. que puede ser visto como un cambio de escala (Tarrow y McAdam 2005). Pero la relaciin entre actividades eeond. micas y geografia también ha cambiado en el sentide de que dichas actividades son cada vez mas “transnacionales” ea ambos sectores, “fuerte” y “dll”. ln importancia de las multinacionales ha erecido: el énfasis puesto en la div internacional del trabajo ha facilitado la transferencia de actividades provocando setios riesgos medioambientales en lasireas més pobres. La descentralizacién de I produccién ha venido de la mano de la centralizacion del control econdmico, con la fusién de compasifas en empresas cada vex mis grandes, Aunque el proceso de interdependencia global frunde sus eaices en el tiem. jo (Wallerstein 1974; Tilly 2004a: cap. 5), la revolucidn tecnolégiea de Ios aftos ochenta del siglo xx eontribuyéa intensificar “tanto la realidad dela interdepen~ dencia global como la conciencia del mundo como una tinica unidad” (Robertson. 1992: 8). En el sistema econémico, la ereciente interdependeneia ha significado, la transferencia de la produceidn (en teoria econdmiea, la “deslocalizacién de Jos procesos productives") a paises con salarios més bajos, el fortalesimiento de las empresas multinacionales y, especialmente, la internacionalizaciin de tos miercados financieras, hasta el punto de que algunos hablan de una “economé {7 OONATELLA DELLA PORTAY MARO DIAN sin fronteras”. La interdepencencia eeonémica global ha side un factor que ha empujado hacia el Norte y el Oeste un vasto ndmero de personas provenientes del Sur y Este del planeta, pero también ha transformado la divisidn del trabajo internacional mediante la desindustrializacién del Norte (done li economia ios) y In indlustrializaeion de algunas drcas tina y Asia Centeal, y recientemente en se ha ido orientando al sector servi del Sur (en particular, ea Am Europa del Este), donde la economia solia basarse en la exportacin de materias primas. La capacidad contractual de los sindicatos se ha debilitado significativamente ppor cl miedo al traslado de la produceién a zonas ean menores costes de tra- bajo a también ha provocado tells 1996; cap. 2). La globalizacién econémi problemas especiticos, contra los que se han movilizado viejas y nuevos actores En el Norte, ha traido consigo el problema del desempleo y, especialmente, un ineremento en Ia trabajo, provocando frecuentes movilizaciones sindieales en el sector agricola, industrial y de servicios. En el Sus, I principales organizaciones econdmicas mundiales han forzade a los paises en desarrollo a recortes sustanciales en el gasto social, desencadcnand feroces pro testas (Walton y Seddon 1994; Eckstein WWI; Ayuero 2001), A su vez, regin inseguridad laboral y la despeoteceién en las condiciones de politicas ncoliberales impuestas por las politicas de por sidébiles han permitidoa menude la explotacidn privada de los Fecursos naturales y proyectos de desarrollo con un enorme impacto ambiental Las poblaciones indigenas se han movilizado contra la destruccidn de su habitat fisico, por ejemplo, contra la destruccién del bosque aiazénico ula construecién de grandes presasy jones interguberaa. -mentales (OIG) come el Banca Mundial oe FMI (Passy 1999), snudo esponsorizadas por organiza 2.2. ESTADOS, MERCADOSY MOVIMIENTOS SOCIALES L nccién estatal es captz de producir actores colectivus al menos de dos formas Fjanlo los limites territoriales de la accién politiea (ie. fijando froriteras,y fi litanclo a blaqueando el desarrollo 6 crecimiento de determinados grapss socia les, depencliendo dle las prioridades de las politicas pablicas y, en particular, del entado cambios igualmente relevantes, La politica y ef estado han exper destino del gasto piblico, 2.2.1. Limites territoriales y conflictos sociales: {a transnacionalizacién de ta protesta ‘Tradicionalmente, la accion politica de la sociedad inclusteial ha presupuesto un ico de espacio y territorio traducido al modelo de estadoena cconcepco espe Con el monopolio del uso legitimo de la fuce7a en un area determinaclayel estado fijosus fronteras y, com ello, el Limice “natural” de-un complejo de relaciones ms oe que ha venientes Ateabajo s de tra evocado, ente, un, jones de agricola, spor las ses pro- in lade los bie ‘habitat uberna- wes, La formas hy faci alan, del nicion, estado cho mis amplias definide convencionalmente como sociedad. Las relaciones so- Giles fucron, antes que nada, elaciones internasa un estado-nacidn parccular Exnecesario admitir que muchas comunidades dentro de los estados tuvieron sus propitsinsticuciones y formas de autogobierno, pero étas fueron consid dase buena merlida fendmenos residuales destinadis a desaparecer coaforme avanzara el proceso de modernizacién (Smith 1981) [Las actores colectivos importantes eran en ese momento los grupos sociales capacesde influir ca a elaboraciém de la politica nacional, por ejemplo, grupos com roles econémicos y profesionales vitales,o la fuerza organizada de trabajo. Eleonficto politico y de clase tendi6 a ser visto como confieto entre grupos sociales definidos a escala nacional y preocupados por el control de a creaciin de a politica nacional, La existencia de conflictos entre el centro ln periferia no basados en cuestiones de clase no desmienten esta percepcién: como las mi- nvrias nacionales, los grupos con tuna particular idemtidad cultural, bistriea Yo lingistica definieron su esteategia y us propias imagenes en referencia a nin estado central y al dominio que ésteejereia en sus territorios y, a menuclo, intentaron construir sus propios estados-nacién. En este caso, la meta no tena {que ver con la politica nicional sino con la modificacién de las fronteras del exado-nacién, Sin embargo, los actores se definieron a si mismos del estado y sus Fronteras. Laorrespondencia entre estado-nacida y sociedad es hoy en dia masdlébil de Joque lo fue en cl pasado, En este sentido, In globalizacién econémica ha puesto ‘enduda no sélo el papel del estaco-naci6n, ineapaiz mas que nunca de gobernar dentto de sus fronteras, sino también, en términos mids generales, lt expacidad dela politica de intervenir en la economia y regular el conflicte social. De hecho, cl capitalismo global ha’ violado la histiricaalianza entre capitalismo, estado del Lienestar y democracia (Crouch 2004). El cambio de una economf keynesians —con el estade desemperiande un importante papel en él gobierno dal merea do— al eapitalisma neoliberal implied la reduccién cle ka proteecién laboral y Jos derechos de los trabajadores (Brecher, Costello y Smith 2000), Para prevenir hhemorragias de capital, incluso los gobiernos de izquicrdas han adoptado los conceptos lberales de fexibilizaciin de la fuerza de trabajo y metido la tijeraen ef gasto soc En general, la eapacidad del estado para regular el comportaniiento dentro de un territorio determinado ha disminuide de manera inequfvoca. En primer lugar, ha aumentad la importancia de las estructaras politicasterrtorales den- tra del estado. En la mayorta de los easos, este hecho se entrelaza con lt con- solidaciéin de diversas formas de deseentralizacién territorial (Keating 1988; Sharpe 1988; Bukowski, Piattoni y Smyr! 2003). Bn alguns, las transferencias dle antonomia han Hevado al surgimiento de entidades subnacionales genusinas, {menudo en lugares con una fuerte tradiciOn de autonomia, pero también en ‘Tease Giedons (1900 para un tratamienia en dotalle deste punto, DRTAY MARIO DIAN ro era el caso (por ejemplo, Espatia). Al mismo tiempo, la ereciente cbi- ‘otros dond interdeperidencia Ue los estados y el fortalecimiento de algunas OIG han de ti internacional. La transferencia de poder repulador hacia OIG como la UE ha do Ia idea de los estados como las tinieas unidades relevantes en el sistema trastornado los limites nacionales (Bartolini 2004). La globalizaci6n no es Gnieamente una cuestidn de las nuevas tenologtas srramientas politicas establecidas para regular y reproducit sino también de las el modo de produccién a través de la proliferacion de organizaciones interna ‘Gonales gubernamentales y no-gubernamentales (U. Beck 1999; Boli y Thomas 1999). Aunque el contexto politica nacional siga filtrando el impacto de fos mo- n ereciente interdependeneia vimientos internacionales en la politica nacional, ‘econémieca ha venido de la mano de “una signifieativa internacionalizacién de la autoridad piblica asociada ala correspondiente globalizacidin dela actividad pe: Titica” (Held y McGrew 2000:27). Asi las cosas,¢l sistema internacional basado en el estado-naci6n parece haber cambiado hacia un sistema politico compuesto de sutoridades superpuestasa miiltiples niveles con baja diferenciaciin funcional y ceseasa legitimidad democratica, En el sistema politico, la globalizacion ha traido consigo una “transnacio De hecho, inves tigaciones recientes en relaciones internacionales han resaltado la pluralizacién dle los actores que son relevantes (Nicholson 1998: 131 y ss). Desde lx Segunda ializacion” de las relaciones polit .y de forma erecienteen los dltimos afios, ha aumentado el nt Guerra Mund mero de organizaciones gubernamentales internacionales con un radio de accién tanto mundial (como las Naciones Unidas) como regional (por ejemplo, la Unién Europea, pero también Mercosur en Amériea Latina y el TLC en América del Yortc), con objetivas militares (la OTAN o el difunto Pacto de Varsovia), oon el declarado propésito de fomentar el desarrollo econémico (el FME, el Banco Mundial o la OMG) (Princen y Finger 1994: 1). Las organizaciones internacionales han contribuide a la difusion de r iones y normas internacionales que en algunos casos reemplizan la soberania joy en dia, ninguna autoridad ofi pero muchos estin suyjetos a ss que penetean la supuesta nacional, Camo a menudo se ha senislado,* cial controla a los estados en el sistema mundi poderosas fuerzas, presiones e influencias no of ura coraza del estado” (Russett y Starr 1996: 62). Ademés, aunque fa ma aciones intergubernamentales funcionen como lugares de yorla de las o encuentro y foros de discusién para la toma undinime de decisiones que luego ratificardn los 6rganos nacionales, un niémere cada vez mayor de organizacio. nies internacionales llega a esas decisiones mediante un sistema de mayorias ‘ata a sus estados miembros (ibid.), Las organizaciones gubernamentales to herramientas para la globalizacién econdmica, qu internacionales han sido ta 1 través de politicas liberalizadoras para el comercio y los movimientos de ca: pital, como una forma de gohernar procesos que ya no pucilen ser mancjados ‘a nivel nacional lic Ey de has lac per po los los las. (co dis ad &« po. lb Te 19 Po po, la creciente 2G han debi- Sen el sistema omo la UE ha as teenologias ry teproducie fones interna. Joli y Thomas, sto de los mo- rdependencia Ulizacidin de la actividad po- ral basado en ‘ompuesto de funcional y in ha teaido. hecho, inves oluralizacién 0 Segunda loel ni fio de accién alo, i Unién, América del sovia), con Al.e1 Banco ade regul a soberani toridad of in sujetos a ha supes que la ana lugares de que luego, ianizacio. samentales ntos de ca rmanejados Le dicho hasta ahora no significa que los estadas hayan perdido su centen- lided. Analistas del reciente © impresionante erecimiento de las econamfas de Extremo Oriente sefialan, por ejemplo, el papel del estado como faciitador del desarrollo (Castells 1996: 89) Pero, sin duda, la presencia de movimvientos simul tineos hacia la constitucién de autoridades supranacionales y subnacionales ha traido consigo cambios significativs en la formacién de actores colectivos. Por «jemplo, en el easo de nacionalidades minoritarias dentro de estados multicul- turaes, ln presencia de entidades supranacionales tienda cambiar los criterios uiilizados por los autores para definirse y definie sus estratepias. La intewracién europea ha contribuido decididamente a un nuevo proceso dle moviizaciin de las minorfas éinicas en los estados dle Europa occidental, proporcionindoles un rueva interlocutor y nuevas metas. Con la construccién de nuevos estados, eras Ia desintegracion de otros ya existentes, se ha producido, cada vez ms, un mo: vimiento hacia la renegociacion de las relaciones entre las regiones centrales y perifricas de un mismo estado en el marco de la “Europa regional”, Al mismo tiempo,es perceptible un cambio desde as identidades naciomalistas con un fuer te étnico hacia identidades que combinan referencias a Ia nacion con una mayor atencién al multiculturalismo y la cohabitaciin de diversos gru- pas culturales (Johnston 1991; Melucci 1996). La lucha por el autogobierno dle Jos pueblos inligenas se oeupa no s6lo de derechos particulates, sino cambién de les derechos especificamente politicos de comunidades no delimnitadas tertito: rialimente (Brysk 2000: Yashar 1990). acién no sélo ha debilitada el poder de Is politica sobre tn eco- La global ceraclo conflctos transnacionales en las politicas de las omia. También ha g instinuctones internacionales con resultados diferentes clependiendo de la orga nizacién y de su campo de actuacién, En concreto, ha aumentado la oposicidn Jas polticas neoliberales de las lamaulas instituciones financieras internacionales (convo el FMI y el Banco Mundial), que ejercen un fuerte poder coercitive me dante la amenaza de sanciones econdmicas y condiciones para el erédito inter nacional, La critica se ha centrado en su evidente défieit democratieo y en la aadquisicién de poder por parte de cuerpos poco representatives y transparentes. Consideraciones similares sirven también para otras organismos internacionales, por cjemplo, en la esfera de las Naciones Unidas, u otras politicas peomulgadas por |i Unin Europea, desde cuestiones medioambientales a los derechos humanos. Todo ello no ha hecho sino brindar nuevas oportunidades a kx movilizacién y la (arrow 1995; Chatfield etal organizacivin de campafas a escala transnaciy 1996; Marks y MeAdam 1998). La integracidin de multiples niveles teritoriales iniciada por los gobiernos se ha visto secundada por el desarrollo de esteategias a mnaliples niveles por parte de la protesta (Imig y Tarrow 20012 y 2001; della Porta y Tarrow 2004; della Porta 20(H; della Porta y Caiani 2006; véase también capitulo 8 de este libro). THDONATELLAC /AY MARIO DIAN 2.2.2, Estado y clasés: los conflictos alrededor del estado de bienestar aglobalmer 1982, 1990 El estado no solo influye en la formaciéin de actares colectivos « través de la de No ob, bien sabidlo que su bal se ha formas dit finicién de los limites territoriales para la accidn politica papel en Ia economéa aumenté progresivamente a lo large del siglo xx, alean- zando su punto més Aigido en les afios setenta, para después decaer en el cam bio de siglo, si bien de forma desigual seygin los paises (Crouch 1999). Se mite la protesta los ciudad, como se mire, el estado ha pasado de ser garante del mercado a manejar activi- el Norte y dades econémicas a través de la iniciativa pabliea. Por otra parte, el estado del 4 una discusidin general, véase las protest del trabajo bienestar ha contenido la desigualdad social (p Rose 1988), lo que ha llevadoa algunos observadoresa mantener que el principal cleavage yorial ya no descansa en el control de los medios de produccién sino {que se relaciona con la procuracién de medios para la superviveneia, sea en el mercado privado o a través de la inteevencién piblica (Saunders 1987, eitaddo en E E Crompton 193 103-4; sxe tambidn Taylor Gooby 1986, Papndakisy Taylor poor p cen adsl pa intereses, eos acepta Gooby 1987), Ciertamente, los criterios para la asignacién de recursos piblicos,a Francia, Its menudo relacionados con la satisfaccidn de necesidades biisicas como la vivienda servicios pi nite para a accidn colectivayen condiciones fo el transporte, han eepresentado un rea impor particular pa 1983; Lowe 1986: Pickvance 1977, 1985, 1986). Los procesos de naturaleza politica, mis que los basados en las dinémieas de de defender do el conse: contra los p Mis alla liberates se lud. En pat organizacio expandide « Solidaire, U y Vakalouli los lamacios los grupos sociales del contexto urbano (Dunleavy 1980; la existencia de ciertos grupos sociales. Como ya se ha dicho, mercado, afect la cuestidin del desempleo esta furertemente influenciads por las instituciones del estado, cuya intervencién tiene repercusiones en el ntimero y las condiciones de los parados. El fenémeno ha sido mis notable tras la Segunda Guerra Mundial, con el desarrollo del estada de bienestar y de patrones nco-corporativistas para a las wtimas déeadas, los movin ydel estado come representacidn de intereses (véase cap. 8). F tos sociales haw eriticado el modelo deestado inter mediador entre Tas fuerzas productivas. Diversos factores han confluido en ls ampliacién del potencial para el conflict, En primer lugar, al revelarse de forms cada ver mis evidente el papel activo desempeftads por cl estado en la distrib: cidn de recursos también han crecido las oportunidades de movilizacion para lt heterogéneos. Segundo, aunque la expaasién radicales (jx coineidencis Protesta con proteceidn de grupos sociales ma de los derechos sociales ha traid sin duds mayores oportunidhades para las class sociales mas hajas, también ha supuesto una considerable redisteibucién fis la clases En resut de actores 5: das, al mens Al mismo ti | cia de los act Cambios en lo que se ha visto, a medio plazo, como especialmente gravoso pi nte para cubrir los costes cada ver. mis importantes del estado Ja. ED result medias ¢ insufic de bienestar, sobre todo en el eontexto de una poblacidn envejecid do: una crisis universal del bienestar que es al mismo tiempo fiscal y polite De hecho, la naturaleza explicitamente politica de los eriterios de wsignacién de recursas sociales ha estimulada la movilizacién entre la clase media, no sleet forma de movievientos contea los impuestos, sino también desde una perspectss star Inde que su aleart- 4o det xeipal ened doen aylor- ienda sstells asde licho, exdel ves de arala en la rib ara la Jase lases stado sala Iti. inde glohalmente critica con el estado de bienestar (Fabbrini 1986; Brissette 1988; Lo 1982, 1990). ‘No obstante, en tiempos més recientes el movimiento por una justia glo bul se ha movilizado principalmente en defensa del estado de bienestat. Bayo formas diferentes segiin los patses, as organizaciones sinlicales se han unido a Inproresta acusaind a la globalizaciin neoliberal de subordinar los derechos de In caadadanos al Kbre mercado e inerementar con ello las desigualdades entre “d Norte y el Sur y en el interiar de los propios paises. De hecho, precursores de ins protetas de Seattle se pueden encontrar, al menos parcialmente ciel mundo del rabajo. Como ya se ha dicho, fa altima déeada del pasado siglo contempla on una transformacién €n la accién del mundo del trabajo, de forma diferente fh eada pais dependiendo de los pateones dominantes en la representacion de sntereses, Mienteas que, en general, as federaciones sindicales de los paises euro- jos aceptaban la privatizacion, estegulacin y "Hexibilizacion” del trabajos a Upsicin crecié en otros seetores, tanto dentro como Tuera de ls sindicatos, Ea Feancia, Italia y Alemania, por ejemplo, la protesta se extendid sobre todo alos aricion de un Jia al rade ei también un de otras for 8° En los tii- doen centros eto conera la ty 1998: della iferentes sec. 2 una rocién ua nocion de moarge, con fa clonizaeian de. i del estado no puede iden- Pantagonismo sociales y 1as ue puede con 1098). La rete sy dilerentes tores de los movimientos sociales habian reservaclo un espacio considerable ala accién relacionada con los bienes de consumo y la elaborscién cultura ‘Movimientos de mujeres, oupaso de otro tipo han promovide la constraccion de redes alternativas, ofreciendo con ello una serie «le oportunidades auté- los contactos sociales entre los participantes (Melueci Jor y Whittier 1992), sobre los estilos de vida se ha ocupado st de valores y tradiciones que, se sostenia, estaban amenazados. Movimientos como el American Moral Majority 0 los contrarios a la introduc «én del divoreio en Italia a principios de los aiios sctenta del siglo pasado tar bien cligieron como terreno para la movilizacién politica la esfera privada y los criteros por los que se define un estilo de vida particular conto éeicamente desea ble (Wood y Hughes 1984; Wallis y Bruce 1986; Oberschall 1993:cap. 13). LL ereciente importaneia de los estilos de vida a propiciado que el constumo se haya convertide en un objeto especitico de Ia accidn colectiva, Cada vez mis se ha ido identificanda al eonsumidor como un actor politico y no sélo ccondmico. Las organizaciones de eonsumidores han dirigido sus intentos, de movilizacion al piblico en general. Por ejemplo, xe han creado estructuras pica la produccin y distribueidn de biencs alternativos en el sectar de la aime tacidn y lanzado camparias y movilizaciones a favor de los eonsumidores. Sus formas varian desde cuasi-contraculturas (por ejemplo, en las redes alternativas {que promovieron y distribuyeron alimentos biolégicos en las primeras etapas de los movimientos ecologistas) a la accién clisica dle grupos de interés pablico (por ejemplo, en forma de organizaciones masivas profesionsales conn Common Cause) (McFarland 1984; Forbes 1985; Gronmo 1987; Mayer 1989; Pinto 1990, Ranci 1992), Bl comercio justo y el boieot han proliferado enormemente en los iltimos afios, especialmente entze la gente joven (Michelet 2003; vase también cap. 7 deeste libro). ‘Aunque no siempre conectadas unas Con otras, estas setividades vuelven a re dlamnar nuesten atencidn dese distintos puntos de vista sobre la nueva relevancia dela accién coleetiva preveupada por la vefensa de cirtos modelos de conducta y ciertos cédigos morales por encima de a eonguista del poder politica o la protce- cin de inteteses-econdmicos. Diversas transformaciones en la esferaprivada y las formas de produceién cultural pareeen haber clevado el porencial de los eonictos de naturaleza simbélica, La diversidad de experiencias de vida a las que tiene acceso un individuo ey el resultado de la multiplicacién de las lealtades de gew pos. Cada una de elas proporciona recursos relacionales ¢ identitarios esenciales para verter algunas de las pasibles eausas de desigualdad en el debace priblicn, definigndolas como problemas sociales y no tanto como dificultacles individuales Como observs Pierre Bourdiey, “cada sociedad, en eaela momento, formula un cuerpo de problemas sociales que da por legitime, digna de ser debatidl de ha- cerse pudblico y algunas veces oficializado y, en cietto sentido, garantizado por el T1OONATELLA DELLAPORTAY MARIO DIAN del deseimpleo, los esfuerzos de movilizaciin se estado” (1992; 236). En Ia euestion a sensacidn entre Tos parados de que frustran, por Io general, debido a In extend las difeultacdes econémicas son producto de fracsss Pe rsonales. Una condiciin previa la protesta ese nbjo a una conception del rocrocedad sree que deen interven as auroridades ppblicas voblemas sociales especificos se ha eonvertic Hlesernpleo como problema Sin embargo, ninguno de estos Pr n figente prinvaria de identidad capazsce reid de la accion comparable a la teal spresentar Ios criterins cents Tes para la organ ad de clase o tt ealtad tara ey ay sociedades industrials (véase, por eeMDIO. Melueci 1996). De P os que se movilizan de ver em Jo: los medlios de communi Forma paralela, el mapa de adversarios contra cuando las ene! ‘acid de masa, ls elites teeno-cien ae ee clases empresas que controlan el consumo dt a tnd incertubre, deinen de a dente Iga dle aportar Tas precondiciones para ana acc ce puliteas,tende »convertiese en un problema Tr accidn coleetiva (lo que tambien puede apie 1978). Lo mismo puede decirse de Ia bsqued ora ficamente descables yapropiados Estas necesifales no teaducen por acinar esr de monimiencssocees Por employe drones Se oie lleva consigo necesariamente cl apoyo 2 1 lop diversas formas, desde el compromise realectivas és, por lo demds, vatiad vifeas, las instituciones educativas y de bier exe. En sada en metas econdrnicas © somo, dbjeto en si mismo de arse al conflicto de elase: Pizzorno ia de estilos de vida y formas de ch actual estilo de vida urbi qnovimientos ecologistas, pued politica con wn partido politico eaicional permacion cel consumo individual un sentido de aienacioh 1 sonal o un com portamento desviado. Sin embargos el auraents ‘de las necesidades vineuladas povided representa cl pocencial para un conficto sobre el que puede desart Tass, bajo condiciones favorables fa accion de los mosimicnios ‘a otras rds seneillas como Ta trans 2.3.8. Entre lo global y lo local palizacion cull cada ver mésen un proceso de glet significativas en Jas identidades se definen wes eral Ln plobalizacién ha peotucio ambien cul ales sciones sociales Eun aed hoy una reciente inerdependencia donde ss Tempo y lugar determinadas se ven influenciada< dla vez. mais por acciones que “Gamo sugicre Giddens (1990: 64), Is globalizacin sociales en todo el mundo, penrsen en lugares lejanos: jfiegeién de “las relaciones ase, de tal manera qué los aconteciients > muchos kikémeteos implica Ja creacién ¢ inte por las que se enazan lugares configurados por acontccimientos qe Ocurren ee lucid del espacio ye fempo en los process - teecién y reproduccion der icnes, In cultura ys pornatnienae de regulscién policea. De hecho, la globalize hha side defini proceso (a conjuntods procesos) que cles est de distancia o vicever ‘comunicacisn afecta ala p ‘como "un, crpora una cransformacionet sssanenner SOCIALES de el pre pa AL 20 sil dos de que Jna condicién mo problema ha converti- terios centra- seo lealtad sci 1996). De nde ver en de comuni- asy de bien- en tugar simismo de « Pizzarne formas de aducen por apoyo a los ampromiso la trans, sculadss edesarro. veuktural ivosen el lesew au ‘ones que Aizacién mundo, =ntos Jo- Setros «e808 de sa y las lefinida inizacién espacial de las reluciones y teansacciones sociales, medida en tér ‘minos de su extensi6n, intensidad, velocidad « impacto, generando lujos trans continentales 0 interrepionales y redes de actividad” (Held etal, 1999: 16), Uno de los peligros adscritos ala globalizacién ¢s el predominio de un dinico ‘modo de pensar, que aparentemente surge tras la derrota del "Socialisno real". FE sistema internacional estuvo ligado hasta entonces a tina estructura bipolar donde «ula uno de los dos bloques representaba una ideologta diferente. La caida del Muro de Berlin, que simbelicamente marcé la desaparcion del bloque oriental, hizo que «capitalism pareciera ef moclelo tinico y dominante. En téeminos culturales, los roceos de “modernizacién” promovidos por la cencia yla industria del ocio pre Pararon cl camino para lo que Serge Latoxiche ha llamado “la eecidentalizacign del «la difusién a escala global de los valores y creenciasoceidentales, Aunque el escenario de una dnica cultura mundial "MaeDonalizada” [Ritzer 19%6 2000) sea exagerado, existe un incremento incontestable de interaeciones culturales ominado por la exportacidn —aunque flteuda a través le laseuleurastocales_— de productos y valores culturales occidentales (Robertson 1992). La met ‘aldea global” subraya cdimo nos lesan en tiempo real mensajes enviados desde los lugares mais remotos. La difusion de kt ite y de Interne hacen por sible una comunicacién instantinea que cruza fécilmente ls Fronteras nacionales Micntras no se desvanezcan las identidades nacionales y subnacionales, el ime pacto de los valores de otras culturas yl crecimiento dela interdccdin entre unas y tras aumentari el niimero de identificaciones que see otras vinculadasal territorio. La globalizacién no esté inicamente “ah fuera” sino también “aqui dentro” (Giddens 1990: 22): transforma la vida eotidiana y conduce 8 resistencias locales orientadas a defender tradiciones euleurales contra la intru: sin de ideas externas y cuestiones globales. El resuiegir cel nacionalismo, los mo- vimentos étnicos, as movilizacioncs religiosas y el fundamentalismo islamico (y no silo cl iskimico) se explica en parte como reaccidn a este tipo de inteusiones, Si {2 globalizacién cultural amenaza con una pérdida de las identidadles nacionales, las nuevas tecnologias proporcionan una formidable variedad dle herramientas para la movilizacién global facilitande la comunicacién entee mundos hasta en. ade una trecruzan y compiten con tonces distamtes con un lenguaje que desafia la censura. La ereciente percepcién de euestiones como globales aumenta asimismo cl heel de que la gence se decid nda vex més a participar en movilizaciones de aleatice transnacional. Con las redes transnacionales de comunidades etno-culturales, as tradicionales locales se sprado a los nuevas contextos (Thompson 1995), han deslocalizado y rea 2.4. TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES, NUEVOS CONFLICTOS, NUEVAS CLASES Los procesos de cambio estructural a los que avs hemos referido brevemente «en paiginas precedentes contribuyen al debilitamiento de los fundamcntos de los TBDONATELLA DELLA PORTAY WARGO DIAN conflictoy sociales tradicionales y a su reciente reapariciin bajo nuevas formas, Resulta empero mas discutible saher si podlemos establecer una earacterizacién be alobal de los nuevos conflicts a partir de aqui. Las transformaciones que hemos u discutido y, todavia més si cabe, las interpretaciones que los diferentes autores re hhan dado sobre ella, parecen apuntar en direcciones divergentes y 4 veces con se tradietorias Is i hi 2.4.1, ¢Todavia las clases? t ve Algunos de los cambios arriba mencionados apuntan en dos dicecciones. En pre | os mer lugar, se ha prodcido un mareado aumente de lis actividades vinculas | La a la produccién del conocimiento y la manipulicién simbelica, asi como ta iden} tric flicto, El desarrollo de un avanzado sector administrativo o de servicios re ‘Acjala act reciente relevancia del procesamiento de la informacidn en fa esfera econdmica rec ‘en comparacién con la transformacién de los recursos naturales. La expansion de mic tas ércas de intervencin del estado y la consiguiemte multiplicacign de identida ea des ¢ intereses politicos redunda en la importania del papel asignado a los que 19 oman las decisiones (decision-makers) y los comunicadores eapaces de desarrolar Olv ntesis efectivas entre preocupaciones y valores heterogéneos En segundo lugar, muchas de las transformaciones recientes han potenciat del confictes que rebasan las distinciones convencionales entre esfera piblica y priva jer dla, Muestras de ello son I influencia que éiertosestlos de conocimiento cientico les ¥ ciertas formas de organizarl tienen en el bienestar psico-fisico del individuo (pr diene sjempla, en cl campo teraputic y los servicios sanicatios) También podemos pen. conf sar en la relevaneia palica y colectiva de forimas de consunio y vida individuals Alsi §qve previamente habrfan sido rlegadasa la esera privada.O en la importancia qt cum sere los rasgosatribuides, como la etnicidad o el género.en conflietoseekaionaes soe con la extensi6n y realizacin plena de los derechos ciudadanos, dele Estos procesos apuntan a un drea especttica de cunflicios o-materiaes. wnat Lo que en ellos se dirime es el control de los recursos de produccidn de sig por ¢ nificado que permiten a los actores intervenir no sélo en su propio ambiene sino también en la esfera personal y, sobre todo, en el vinculo existente entre = ambos niveles. Mis que el poder econémico a politico, el contlicto social on 8. Los temporineo estérelaconado segin esta perspectva con la prnducem fom circulacién de informacién, las condiciones sociales para la produceisa y we aint del conocimiento cientifica y la creacién de simbolos y modelos culeuralsr- (60° 0) ister lativos.a Ia definicion de identidades individuales y coleetivas. Esta tess seh formulado de modos diferentes y con distinto grado de generalizacién tériee (Touraine 1981; Lash y Urry 1987; Melucci 1989, 1996; Eder 1993), aunquese haya llegado a conclusiones diferentes en lo tocante a la relacion entre esttue ‘ura, conflicto y movimiento social. 9 LOS MOMIMiENTOS SOCIALES formas, hemos autores En pri reuladas In iden. de con- efleja Ia sin de lentida los que arrollar renciado y priva ientifieo io (por des pen viduales que nados ceriales. de sig abiente fal ents fn y la ny uso ales te isse ha aque se struc Para dar semtido a lo que sin duda es un debate aliamente diversificido de- bemos, primero, tener en cuenta que quienes investigan la relacidn entre estrue- tra, clase y aecién colectiva lo hacen a veces desde puntos de particla muy dife rentes y usan los mismos términos de manera distinta. Para empezar, ex preciso Setialar la diferencia entre un concep de clase “histérico” y “estructural” (Esler 1995) y wno “analitico” (Mclucei 1995), En el primero, la clase es un producto histérico de la sociedad capitalista(refiriéndose com ello a las clases trabijadora Ycapitalista y a los procesos estructurales especificos que producen y reluerzn sus identidades), En el segundo, una elase es un grupo de personas con similares “relaciones doncle se producen y apropian recursos sociales” (Melucei 195: 117) Las desigualdades de poder y status, caracteristicas de la sociedad postindus. trial, pueden no implicar la reproduceiGn del conflcto industrial de clase, aun ue sigan proporcionando las raices estructurales para el surgimiento de nuevos actores colectivos. La tensién entre los dos enfoques ha influide en los debates recientes sobre la persistencia de la clase como factor modlelador del comporta- ‘miento politico convencional yen concreto, de la participacién electoral (Dalton al. 1984; Dalton 1988; Heath er af. 1991; Clark y Lipset 1991; Franklin er a, 1992 Pakulski y Waters 19%; Weight 19%; Manza y Brooks 1996; Szcenyi y Olvera 1996). Un segundo aspecto a tratar pars quienes todavia seconocen la relevancia de las interpretaciones estructurales concierne a la existencia de una estructura ierirquica de tipos de conflicto ya la posibilidad dl identificar conflictoscentra les comparables a aquellos que, de acuerdo con las interpretaciones dominates, dieron forma ala sociedad industrial. El intento mis coherente de identifcar lon

También podría gustarte