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estaríamos todavía dentro del ámbito de lo que llamaríamos una lógica de la inversión, que
supondría varios presupuestos. El primero sería la posibilidad de pensar un “por afuera” de
aquello que se está criticando,
Una lógica de la inversión, es decir, una política de reforma social con respecto a lo que hay,
planteando esa reforma como reestructuración o bien como oposición, significaría seguir
trabajando dentro del ámbito de la lógica oposicional y dentro del ámbito de las
identificaciones, es decir, reafirmar la identificación del otro en términos de un
reconocimiento del lugar del otro y un reconocimiento del lugar propio como lugar de
inversión. Frente a eso, pareciera que el deconstruccionismo plantea más bien una lógica de
desplazamiento. Sin salir, sin establecer la utopía de salirse del ámbito, estaría planteando
una constante lógica del desplazamiento. ¿Qué significa esto en términos concretos?
“…El acceso a esas exigencias de la responsabilidad, pasa por momentos críticos, por
una negatividad aparentemente destructora que debe acompañar, como si fuese su
sombra, la afirmación más responsable. La afirmación infinita de la justicia. Conviene
perturbar el concepto dominante de democracia. La simpática fraternidad republicana
y universal puede siempre hacer que regresen la simbología de la sangre, de la nación,
de la etnia o del androcentrismo sublimado…” entrevista a Derrida No escribo sin luz
artificial, Ediciones Cuatro
desde el ejercicio de la escritura que estoy haciendo, que realmente deja al lector en un
ámbito de inestabilidad, de incerteza, donde pareciera que cuando cree que entendió algo se
da cuenta de que dice lo contrario y ya no tiene donde apoyarse, ese ejercicio estilístico ya
es un arma política, en el sentido de que está colocando al lector, que en el discurso político
habitual está en el ámbito del consenso, de la facilidad de la lectura y la inestabilidad, está
colocando al lector en un ámbito de inseguridad, entonces, pareciera que el planteamiento
de lo político, desde el ejercicio de la escritura, pasa por esto que decíamos, en una lógica
del continuo desplazamiento, crear un ámbito de perturbación, o hacer visible un ámbito de
perturbación, que podríamos decir que ya está desde siempre
El otro es el que me obliga a la respuesta aún antes de que yo pueda decir “yo”, entonces,
no hay cálculo posible, y por eso, es una política de lo imposible, del amparo de la fragilidad
del otro, y digo amparo en el sentido de rescatar la imposibilidad de reducción del otro, la
imposibilidad de reapropiación del otro. política de lo incalculable.
En este sentido, ahí hay otra característica muy nietzscheana del pensamiento de Derrida
que es el hecho del asumir la necesidad de la figura del sujeto como figura de cálculo. Hay
una entrevista con Jean-Luc Nancy que yo se las puse en la bibliografía general, que se llama
“Es necesario comer, o el cálculo del sujeto”, la pueden consultar, está en los Cahiers
Confrontation que dirige René Major, en la hemeroteca del subsuelo. En esa entrevista él
señala que nosotros siempre asociamos la idea de sujeto a la idea de cálculo, y esa es una
concepción de toda la modernidad, pero también indica la necesidad de seguir utilizando la
categoría de sujeto en este sentido de calculabilidad, y entonces, está por un lado el
planteamiento de la justicia como indeconstruible, pero mientras tanto hay algo que
deconstruimos que es el derecho.
está siempre esto que es una constante tensión entre el sujeto como error lógico tal como lo
planteaba Nietzsche, que calcula, y por otro lado la postulación de lo incalculable. Entonces,
me parece que la política en términos de Derrida está siempre en esa inestabilidad de
moverse en ese terreno de la necesidad del cálculo y por otro lado la imposibilidad de la
justicia como incalculabilidad del don.
la ley, porque es la ley la que nos manda a tratar al otro como verdaderamente otro, pero si
el otro es verdaderamente otro resiste cualquier generalización u homogeneización.
reconocimiento mutuo
amistad donde se rompe con el cálculo, con que el otro se vuelva previsible, dominable, que
tiene una economía completamente diferente, que es la economía del don,
la lógica del don supone una lógica totalmente distinta, en donde no hay reconocimiento, es
decir, el don se da, y por eso es cercano al concepto de acontecimiento, el Ereignis de
Heidegger, independientemente de todo reconocimiento, es más: hay don cuando nadie se
da cuenta de que hay don
¿El ultrahombre hace dación de sí por una intencionalidad? Esa sería la pregunta. ¿O el
ultrahombre es dación de sí? Porque si nosotros planteamos que el ultrahombre se plantea a
sí mismo como aquel que da, estamos en las figuras de la identificación y del
reconocimiento, en cambio, si uno dice que el ultrahombre es dación de sí aparece esta idea
de que no hay ninguna actitud que me lleve a hacer dación de mí, sino que esto que uds.
decían del entrecruzamiento de fuerzas, si no hay un sujeto que se afirma a sí mismo en su
propia identidad, no hay reapropiación, entonces, hay, en ese fluir de las fuerzas, un devenir
de las fuerzas que se reapropia en determinado momento, digamos, la creación de sentidos
sería justamente un momento de apropiación, que se reapropia en determinados momentos
pero que es una constante ruptura con el momento que unifica.
Si pensamos que la alteridad tiene que ver con este carácter de irrupción del otro, siempre la
relación con el otro es una relación de gratuidad, y desde el punto de vista de la ipseidad, de
ingratitud. El otro siempre va a ser ingrato conmigo en la medida que en términos de esta
relación no hay devolución o retribución de lo que yo doy, porque lo que yo doy no es nada
que pueda ser reconocible y apropiable, sino que es lo que yo soy.
en Políticas de la amistad lo que está haciendo Derrida es deconstruir el concepto de amistad
a lo largo de distintas apariciones históricas y mostrando cómo aún a pesar de que el
concepto ha sido pensado en términos de fraternidad, de igualdad, ya había elementos de
disrupción del concepto.
la fraternidad como igualdad, como inscripción de los mismos en el ámbito de lo mismo
comunidad de iguales