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RAZA, RACISMO E IDENTIDAD. LOS POSTULADOS DEL RACISMO DOCTRINARIO EN EL DEBATE ACTUAL Quince Duncan Aleunas veces (la diseriminacién) es como el pelo que cae sobre tus mejillas. No puedes verlo, no puedes encontrarlo con tus dedos, pero sigues cepilléndolo porque sientes que te irrita. Marian Anderson Hay gente que va a la iglesia y es racista, hay gente que se Nama revolucionaria y es racista, hay gente que se lama buena y es racista, hay gente que se lama culta y es racista. Fidel Castro Ruz Me uniria con quien sea para hacer el bien y con nadie para hacer el mal. Frederick Douglass Introduccién A través de los afios, el ataque mas perverso contra los pueblos y comunidades de ascendencia africana ha sido el despojo de su jdentidad. A esto se le suma no haberles permitido la incorporacion, en condiciones de equidad plena, en las nuevas identidades que se fueron forjando a lo largo de la historia. Para la concrecién de este mecanismo de etnocidio en lo colecti- vo y “psicocidio” en lo particular, se disefid una estrategia que redu- 208 Ioevns suTonperDhbES Pottmcas By TEMPOS Ds ARRODESCENDENCIA ” ICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS Raza, RacisMo E IDENTIDAD ‘Quince Duncan lucha contra el racismo debe asumirse en el interior de la misma comunidad negra, enteramente como lucha de clases 0 hay otros fendmenos concomitantes que influyen en la dindmica? También se abordara la cuestién de la tesis contempordnea de que el racismo es producto del temor a la otredad, Esta tesis es cuestionada en este articulo al situarla en contextos histéricos en los cuales el racista no rece ajeno al supuesto “otro” diferente de él. Se discutiran, asimismo, dos tesis psiquidtricas. Una de ellas, es la que atribuye a un trauma pos-esclavitud los problemas actuales de la persona negra, convirtiéndolo, asi, en un asunto patolégico. La otra tesis hace resurgir la vieja idea de que el racismo es innato, esta vez a lomo de la moderna neurosiquiatria, una de cuyas investiga- doras postula que esta inmerso en el cerebro humano. Finalmente, se traerdn a colacién y se debatirén los usos de! término colonial “negro” o “negra”, ala luz del devenir hist6rico del pueblo afrodes- cendiente. ZEs incuestionable la idea de que hay que “reivindicar” “sentirse orgulloso” de la palabra, aplicada a personas de origen ican? Estos temas son centrales en la actualidad en tanto que ‘comunidad negra en general y las personas negras de manera individual, luchan por la liberacién mental y por la equidad de su insereién social, tarea que es de primordial importancia porque la sutoestima es clave en el desarrollo de cualquier pueblo. EL presente ensayo apunta a aportar al debate con la meta de superar el racismo, tarea que, ciertamente, es de largo aleance, pero «jue, al decir del adagio asidtico, “la montaita se cruza un paso a la vez”. Por lo tanto, el objetivo es dar un paso hacia la aplicacién de una escala de convivencia que vaya mas alld de la simple tolerancia, y pugne por el respeto. Pero més aiin, trascendiendo el respeto, se ha de buscar comprender al otro. Mas esa compresién sdlo sera po- uible mediante el conocimiento real y conereto de ese otro. jera a los i jer os pacbls, omunidades y personas negras a una condicién Algunss unit) $2 hizo el intento de expulsarios dela hunenie ope yn paeites mis destacadas de finales del medioeve cy Toate inepieas Pensadoresilustrados, se dedcaron a destes vans su historin ealizando alos aticanos y sus descendiones, necanls tee lene keluyéndolos del pode, todo ello mientras fee nee splotaba al filo dela muerte. Y se ls vilipendis aplicnno , 0 la perversa estrategia del racismo doctrinario. Si bien este concepto races de ion y Prose paced ea Oty exclusion social de un sector dels sereslne NO obetane i tletos bioligios socilment selecionnane el racism aegis #248 cambios en la cultura contemporn ite, Pero en América Latina ha perdido gran pace réctica del racismo en America residual cuando, sin una estrati- ientes aoe et tacismo un epifenémeno del capitalismo gl or altas: GEs el racismo un epifenémeno del capital ¥ Por tanto, un asunto que se resuelve en la luchs de clases? gLa ? aL 210 Tomvmpaves POLITIcas aN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCTA: AUTO-IDENTIFCACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD ¥ DERECIEOS Definicion, génesis y vigencia del ‘racismo doctrinario o real’ Como ya se adelant6, definimos al racismo docttinario como ‘quel proceso que suprime y excluye a un sector de los seres humm nos a partir de criterios biolégicos socialmente seleccionados. Ea ‘al sentido, se agrupa a los hombres de acuerdo con sus caracteristi. cas fisicas externas, y se jerarquizan los grupos, aresultas de lo cual tno de ellos, la raza blanca, es definido como la raza superior y los otros ocupan lugares inferiores en la escala. Se suprime al gr definido en términos de “raza, mediante el genoeidio, ya sea por la climinacién como entidad bioldgica o por medio del aiaque directo, a la base epistemolégica de su concepeién del mundo, con lo cual se comete etnocidio. En este tiltimo caso, también puede cometerse Psicocidio etno-racial cuando se suprime al individuo a tavés de Procesos de exclusién y estigmatizacion que atentan directaments contra su autoestima (Duncan 2008, 47-68). Bl etnocidio deviens en la destruccién cultural de la etnia-raza definida como inferior2 al implantarse la nueva cultura dominante, a Ia cual se considera Perteneciente a una raza superior. Esto se produce mediante el apa, rato represivo del Estado y con el concurso de las organizaciones religiosas y educativas, quienes presentan a la nueva cultura como ta tnica opeién valida y por tanto, se margina a aquellos que com, tinien fieles a su cultura originaria, por incultos, por bécbaros o salvajes marcados para la extincidn, . __Los fundamentos del racismo doctrinario se encuban en las so- ciedades feudales europeas, mas esta ideologia florece a partit de la conquista y el proceso de colonizacién de América y Africa para rae El término etnia se refiere a In cultura comin de un pueblo o comunidad, Raza 5 un término que se refiere a rasgos fenotipi i ss 5 'asgos fenotipicos social e histOricamente selec here Enel usa para deserbir alos pueblos que tiene una cultura con s socialmente como pertenecientes a una raza determi- 21 len, RACISMO E 1DENTIDAD ‘Quince Duncan convertirse en la gran justificadora del colonialismo. Luego, estas ideas serén apropiadas y desarrolladas en el capitalismo. No hay antecedentes de racismo doctrinario en ninguna otra cul- {ura més que la occidental ni en otra época historica. Ni la sociedad de la India con su sistema de castas, ni los pueblos africanos que se conquistaban unos a otros, ni en los conifictos de mongoles con ottos pueblos asidticos y europeos, ni los pueblos originarios de América, ni los romanos, ni los griegos, desarrollaron una doctri- nia de superioridad racial basada en las caracteristicas fenotipicas como elemento central, Atribuir racismo a otro tipo de conflictos humanos, no es mas que un esfuerzo racista por no asumir la res- ponsabilidad histérica concreta De qué manera se fue tejiendo la complicada trama que desem- hoes en el racismo real y doctrinario, tal como lo conocemos hoy cn dia? Los afticanos y sus descendientes han tenido que suftir, 41 lo largo de Ja historia, diversas formas de supresién racista. A través de los afios, como se precisard més adelante, ha habido un ‘alaque perverso contra los pueblos y comunidades de ascendencia africana, incluyendo el despojo de sus identidades, su exclusién 0 subordinacién con relacidn a las dindmicas de poder que se fueron forjando a Jo largo de la historia, y su reduccién a la invisibilidad, que se manifiesta como un etnocidio en lo colectivo, y un psico dio en lo particular (Duncan y Powell 1988, 45-46). El resultado de todo esto es la destruccién de la cultura de los pueblos y comunida- des negras y el ocultamiento de lo que fue y ha sido la reduccién de Jas personas consideradas “negras” a una condicién infra humana, incluso al grado de deeretar su expulsién de la humanidad, como se lard mas adelante. * Hay que ocupar algunas lineas para precisar que existen pscudo-racismos y fenémenos emocentristas llamados “racistas”, Por ejemplo, se habla de un problema racial entre grupos humanos que tienen las mismas earacteristicas fenotipicas, pero que algunos de ellos sc consideran de una “raza” superior. Es frecuente en algunos contextos la idea de que los indigenas “son unos racistas, entre ellos mismos”, fo cual es una falacia a la luz de lo que hemos llamado racismo real y doctrinario. 212 IDENTIDADES PoLiTICAS EW TIEMPOS DE AFRODESCENDENCTA AUTOSDENTIFCACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS. Elracismo doctrinario fue una creacién de intelectuales pertene- cientes a un grupo reducido de naciones colonialistas. De su crea- cién se ocuparon algunas de las mentes mas brillantes de Europa. Entre estos, el Papa Nicolis V (1447-1455) quien, respondiendo a una consulta de la Corona portuguesa con relacién a sus explora- ciones en el Africa negra, autorizé a los portugueses, por medio de Ja Bula Papal, a “atacar, someter y reducir a la esclavitud perpe- tua a los sarracenos, paganos y otros enemigos de Cristo al sur del Cabo Bojaoor” incluyendo toda la costa de Guinea, como veremos en el siguiente apartado de este articulo, La idea de la esclavitud perpetua para un grupo (los habitantes de la costa africana), surge asi por primera vez en la historia, al tiempo que toma distancia de la vision cristiana, hasta entonces vigente, de los tres reyes magos. representando las tres familias de la humanidad, todas llamadas a la libertad y la salvacién (Hart 1984, 19). Témese en cuenta que todos los nativos de la Costa de Guinea a que se referfa el prelado eran personas de pigmentacién oscura, concepto generalizado a todos los pueblos ubicados al sur del Sahara: tanto es asi que el término “raza de Guinea” Ilegé a ser de uso en la sociedad colonial. Se apar ta, pues, de la concepeién romana, por ejemplo, que esclavizaba sin consideraciones de color de piel o de etnias, Con el llamado “descubrimiento” de América, otro fraile iba a contribuir en la articulacién del racismo doctrinario: se trata de Juan Ginés de Sepiilveda (1490-1573), un destacado historiador y eclesidstico que incluso presté servicios en Ia corte del Papa Clemente VII. En plena polémica sobre el origen de los indigenas de América, lanz6 la doctrina que se conoce como de los Justos Titulos (Democrates secundus, o de las justas causas de la guerra contra los indios). Echando mano a una falacia de autoridad, basa su interpretacién de la esclavitud en una tesis de Aristoteles por la que encuentra que los “indios” (originarios de América) son es- clavos naturales. Fs decir, son naturalmente inferiores, ni siquiera por su cultura, sino en esencia. Sobre esa base, Sepulveda postulé que el indigena padecia de un infantilismo crénico, era incapaz de 213 yobernarse a si mismo, era practicante de conductas contra natura y por ende, le convenia someterse a la conquista espafiola (Duncan 1013, 167-168). ; La concepcién de esclavitud de Juan Ginés de Sepulveda hizo obsoletas las normas consagradas en el siglo XIII por Alfonso el Sabio (1221-1284) en las Siete Partidas. La tradicién esclavista de los espafioles, heredada de romanos y moros, consideraba a la es- clavitud como un estado de sujecién de un grupo de humanos por otros, Las Siete Partidas restringia los poderes del esclavista y otor- iba algunos derechos al esclavizado, tales como la posibilidad de ‘cuir @ Jos tribunales, de asumir la representacién de su “amo” en casos de ausencia, la posibilidad de comprar su libertad y la garan- ia de su vida que s6lo podia cercenarse por orden de un juez. Si ien la relaci6n esclavo-amo era asimétrica, se presumia de cardcter contractual, Enese contexto, la idea de Nicolis V acerca de la esclavitud per- ppotua para los africanos al sur del Sahara resultaba inédita, en tanto la de Sepalveda era una version nueva de la vieja tesis aristotélica «jue postulaba la esclavitud natural de algunos pueblos. Pero ambas ideas convergen en sentar las bases para procurar que la esclaviza- cién primero y la discriminacién racial luego, se considerasen un derecho divino. En el plano de las ciencias naturales, Carl Von Linneo (1707 1778), el naturalista suizo, al publicar su obra Systema Naturae (1735), establecié la racionalizacién del racismo al clasificar a la humanidad en cuatro grupos raciales y atribuirle a cada uno una psiquis propia, Segin él, el homo americanus (piel roja), dle América, se caracteriza por ser obstinado, alegre, vago y sujeto ‘1 costumbres; el homo asiaticus (piel amarilla), en cambio, es, por naturaleza, melancélico, avaro y fastuoso y se rige por la opinién; considera al homo afer (piel negra) como perezoso, de costumbres dlisolutas, y que se rige por lo arbitratio, y, en contraste con todos los anteriores, el homo europaeus (piel blanca) es por excelencia fino, ligero, ingenioso y se rige por leyes. Esta clasificacién no fue 214 ToRNTIDADES POLITICAS EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTO“IDENTIFCACION, ANCESTRALIDAD, VISIILIDAD Y DERECHOS hecha luego de un intenso trabajo de campo. Es un eslabén de la cadena de estructuracién de la ideologia racista, aunque disfrazada de cientificismo; una falsificacién de la realidad construida desde un liigubre buré europeo. Muchos continuaron la tarea. David Hume (1711-1776), in- cluye, en la segunda edicidn de su obra Ensayo, Moral y Politica (1744), un pie de pagina en el que alega que nunca ha habido una nacién civilizada cuya piel no fuese blanca: “Estey inclinado a sospechar que los negros en general y otras especies de hombres (porque hay cuatro 0 cinco diferentes) son naturalmente inferiores a los blancos [...] No hay entre ellos (Ios negros) manufactureros ingeniosos, no tienen arte, ni ciencias” (cit. por Garrett 2000, 172). ‘Asi, se ha pasado poco a poco del determinismo divino decre- tado por la Iglesia, a las ciencias naturales que establecen atributos mentales y emocionales y a la negacién de cultura. En este campo, G. W. Hegel (1770-1831) agrega la flor del pastel cuando en 1830 resumié la tesis europea: el negro representa al hombre natural en su condicién salvaje y no hay nada remotamente humano en su ¢a- racter (Hegel 1956, 93 y 99). Voltaire (1694-1798), el ilustrado filésofo francés, en Philosoph- ical Letters, de 1733, saca a la persona negra de la especie humana, Enfrentando a aquellos cristianos que ain insistian en argumentar a favor de la monogénesis, se burlaba de la idea de que toda la humanidad descendiera de Adan y Eva. Consideraba con ironia la “hermosa imagen del creador” reflejada en el “negro”, con su nariz chata y negra, su poca inteligencia, para concluir, sin dudarlo, que la raza negra era una especie diferente a la raza blanca. Igualmente denigra al “mulato”. Sin ir mas lejos Karl Marx (1818-1883) defendia la esclavitud negra en Estados Unidos y en las colonias europeas. En carta a su amigo Pavel Annenkov (1846) sostuvo que la esclavitud era la base de la economia europea: Raza, RACISMO E tDENTIDAD 215 Quixce Duncan La esclavitud directa es un pivote de nuestro industrialismo actual [...]: Sin la esclavitud, no habria algodén y sin algodén no habria industria modema. Es la esclavitud lo que ha dado valor a las co- lonias, son las colonias los que han creado el comercio mundial y el comercio mundial es la condicién necesaria de la gran industria mecanizada, La esclavitud es por tanto una categoria econémica de Ia mas alta importancia. Sin la esclavitud, Norteamérica, el pais ‘més desarrollado, se transformaria en un pafs patriarcal. Si se bo- rrara a Norteamérica del mapa del mundo, tendriamos la anarquia, la decadencia absoluta del comercio y de la civilizacién moderna, (Engels y Marx 1955, 449). Nétese que la defensa de la esclavitud como sistema, parte de un claro sesgo racial: los esclavos tanto en las colonias como en Norteamérica no eran europeos. En cambio, la lucha de Marx era por la liberacién del proletariado blanco europeo. En las colonias, los esclavos (no-europeos) debian continuar en tal condicisn. Por su parte, Federico Engels, en 1887, en carta privada a Laura Marx, calificaba en términos muy despectivos al yemo de Marx, Paul Laforgue, un afrocubano. El racismo occidental es, pues, una propuesta doctrinaria, vale decir, un conjunto de opiniones basadas en un sistema de creencias que se five enquistando en la cultura. Asi, paso a paso se fue confor- mando el racismo doetrinario, que es el racismo real, como proceso de sobrevaluacién, supresin y minusvaloracién de los grupos hu- manos, basado en criterios fenotipicos socialmente seleccionados. En América Latina, este racismo doctrinario tuvo muchos leptos y fue una de las ideologias fundantes de nuestras nacio- nes. Herederos del sistema de castas imperante durante el periodo colonial, los nuevos lideres proclamaron la igualdad de todos, sin dlefinir ningan plan para compensar 0 equiparar a los que, por haber Jo sometidos a procesos de trabajos forzados como fueron la mita, a encomienda y Ja esclavitud, no tuvieron acceso a esa igualdad. [sta postura se mantuvo y se acentué en el proceso de creacién de los estados nacionales, cuyos fundadores se auto-asumieron como blancos europeos. 216 IpEyTIDADES PotiTIcAs EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: [AUIO-IDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS En ese proceso definitorio, jugaron un papel fundamental los intelectuales y politicos de la época. Por ejemplo, Juan Bautista Alberdi (1810-1884), uno de los principales tedrieos argentinos de la fase de construccién del Estado Nacional, afirmaba que “En América todo lo que no es europeo es birbaro” (cit. por Anglarill 1994, sip). Para Alberdi no habia mas division que ésta: el indigena que él consideraba salvaje y “el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en América y hablamos en espafiol, los que creemos en Jesucristo” (Alberdi, cit. por Anglatill 1994, s/p). En estos casos, la supresién a la que se haefa referencia antes se da en diversos ambitos. El punto de mayor gravedad es la supresin de la entidad biolégica, es decir, la aplicacién de la muerte por las caracteristicas fenotipicas. Decia Sarmiento que los “indios” eran “incapaces de progreso, su exterminio es providencial y itil, su- blime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeiio, que tiene ya el odio instintivo al hombre eivilizado” (cit. por Elia Marcos, “Argentina: genocidio y poblamiento ario”), Y en cuanto a los gauchos (mestizos), la recomendacién es precisa: “No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer iti al pais. La sangre de esa chusma criolla incivil, barbara y ruda es lo tinico que tienen de seres humanos” (cit. por Elia Marcos, “Argentina: genocidio y poblamiento ario”.). Dicho de otto modo, a la luz de esa visién de mundo se procuraria la ex- tineién de estos grupos humanos por medio de Ia violencia, lo que equivaldria a la solucién definitiva: la supresién fisica de las razas marcadas como inferiores. Pero si en el caso europeo seflaldbamos a Hegel como quien pone la flor al pastel, en el caso de América Latina el psiquiatra socialista José Ingenieros (1877-1925) fue quien asumié ese rol, En 1906 argumentaba: Los hombres de raza de color no deberin ser politica y juridiea- mente nuestros iguales; son ineptos para el ejercicio de la capa- cidad civil y no deberfan considerarse personas en el concepto Ruza, ractsMo B bevnnaD 27 Quince Duxcas: ..], cuanto se haga en pro de las razas inferiores es an- ticientifico; a lo sumo se las podria proteger para que se extingan agradablemente [...]. Es necesario ser piadoso con estas piltrafas de care humana; conviene tratarlos bien, por lo menos como las tortugas seculares del Jardin Zool6gico de Londres o las avestruces adiestradas que pasean en el de Amberes. (Ingenieros, cit. por Elia Marcos, “El racismo en Latinoamérica”) Esa postura no se quedé en el plano teérico. Algunos estados recogieron de buena gana estas ideas y las incorporaron a sus cons- titueiones. Ya previamente Argentina habia establecido lo siguiente en el articulo 25 de su Constitucién Nacional de 1853: “El gobier- no federal fomentard la inmigracién europea; y no podra restrin- air, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseflar las ciencias y las ar~ tes” (Constitucién de la Nacién Argentina 35). Si se contrasta este articulo constitucional con la declaracién de Sarmiento sobre los :auchos, se tendra claro el panorama. Otro ejemplo del recurso al racismo doctrinario como ideologia fundacional, lo encontramos en Panama. Aquella nacién estableci6 (ardiamente -en 1942-, quignes serfan panameiios: Los nacidos bajo la jurisdiceién de la Repaiblica, cualquiera que sea Ja nacionalidad de sus padres, siempre que ninguno de éstos sea de inmigracién prohibida Los nacidos bajo la jurisdiccién de la Reptiblica, aunque uno de los padres fuere de inmigracién prohibida, siempre que el otro sea ppanamefto por nacimiento. Esta disposicidn no se aplicard cuando el padre que fuere de inmi- sgracién prohibida pertenezca a la raza negra cuyo idioma origina- rio no sea el Castellano. (Asamblea Nacional de Panama 1941, 5, Art.12) 218 Ips ADES POLIZICAS EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA AUTOADENTIRCACION, ANCESTRALIDAD, VISIRILIDAD Y DERECHOS La reserva en cuanto al idioma se explica por dos factores. Primero, por la insalvable realidad de que desde la colonia el pa- namefio era un pueblo afromestizo y segundo, por el conflicto que existia con los afrocaribefios de habla inglesa que habjan migrado para la construccién de las grandes obras, de infraestructura pri- mero (ferrocarriles, canal, muelles) y la agroindustria exportadora, después (Duncan y Powell 1978, 57-60). Las presentes reflexiones, entonces, con la consideracién del racismo doctrinario como trasfondo, busean abonar al debate ac- tual sobre el racismo y sus consecuencias en nuestro medio, Para ello, a continuacién se discutirén argumentos que se plantean des- de afuera, asi como algunos postulados intra-céntricos, es decir, que surgen del seno mismo de los pueblos y las comunidades de la afrodescendencia. Primer postulado: el racismo es un epifendmeno del capitalismo que se explica y se resuelve enteramente en la lucha de clases Ciertos sectores se han adherido a la tesis de que el problema del racismo es un problema del capitalismo que se resuelve enteramen- te en la lucha de clases. Pero algunos tedricos afrodescendientes adoptaron, practicaron y realizaron criticas rigurosas al marxismo en ese sentido, todo lo cual tiene hoy plena validez. Tal es el caso del estudioso de Guyana, Walter Rodney (1973), quien analiza el impacto de la coionizacién europea en Africa y demuestra las limi- taciones ¢ imprecisiones del marxismo ortodoxo a la hora de anali zar la realidad africana No se trata aqui de negar el aporte trascendental a las ciencias so- ciales realizadas por 1 marxismo al poner en evidencia algunos de los mecanismos de los procesos de dominacién de ciertos sectores de la humanidad sobre otros. Y sin duda, uno de esos mecanismos por excelencia es la dominacién de una clase social sobre otra. Pero Raza, naciswo £ eTIDAD 219 (Quixte Duyeaw cl punto en cuestién no es éste, La tesis que he sostenido (Duncan y Powell 1987) y que se desarrollé en el apartado anterior, es que cl racismo no es un epifenémeno del capitalismo, sino que surge en la época feudal europea, aunque florece en la etapa capitalista. Por cjemplo, en la Espafia medieval se produjo la discusién sobre la Jimpieza de sangre, relacionada con los judios y moros. Max Hering Yorres (2007) sefiala esta tendencia excluyente, dirigida a mantener cn sumisién a la poblacién estigmatizada, Se decretaron los “Estatutos de Limpieza de Sangre”, Su instau- racién se inici6 en el Concejo de Toledo en 1449, para difundirse rogresivamente on numerosas instituciones y organismos a fo lar- ‘20 de los siglos XV, XVI y XVII. Estos estatutos y las investigacio- nes genealogicas derivadas de ellos, prohibian el acceso a colegios mayores, érdenes militares, monasterios, cabildos catedralicios y a la propia Inquisicién, a aquellos cristianos a los que se les pudie~ se comprobar sangre “judia, mora o hereje en sus antepasados”. (Hering Torres 16-27) Se debe aclarar que aunque existia la idea de la limpieza de san- gre, es éste un incipiente “racismo primitivo” en cuanto todavia no habia terminado su configuracién doctrinaria ni se habia difundido lo suficiente como para constituir un fenémeno generalizado, Si bien ste “racismo primitivo” se justificaba formalmente en términos re- ligiosos, lo cierto es que los moros y judios que se convirtieron al cristianismo no pudieron liberarse dei estigma. Segin consta en el Archivo General de Indias, Indiferente General 418. Leg. 1. Fol. 39, fechado en Granada el 16 de noviembre de 1501, el decreto de Isabel la Catélica autorizando la llegada de esclavizados a América relleja con toda precisién esta concepcién medieval. Dirigigndose sl Comendador Fray Nicolas de Ovando, primer Gobemador, dice: Por quanto Nos, con mucho cuidado abemos de procurar Ia con- version de los yndios a nuestra Sancta Fe Catholica, e, si alla fue- 220 Ipevnpapes rotiticas EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTOSDENTINCACION, ANCESTRALIDAD, VIISILIDAD ¥ DERECHOS. ren personas sospechosas en la fee a la dicha conversion, podrian dar algun ympedimento, non consentireis nin dareis logar que alla ‘vayan moros nin xudios, nin erexes, nin reconcyliados, nin perso- nas nuevamente convertidas a nuestra fe, salvo si fueren esclavos negros u otros esclavos que fayan nascido en poder de cristhianos, nuestros subditos e naturales. (cit. por Cortés Lopez.2001 s/p), Evidentemente, si bien de manera formal se justifica por el lado de la fe, a la vez se entiende que la condicién de judio o de moro no se quita con convertirse al eristianismot Es claro que en tiempos del reinado de Isabel la Catdlica ya se habia comenzado la aplicacién del racismo incipiente a las pobla- ciones no europeas. Como se ha sefialado mas arriba, en el proceso de exploracién y expansion de los Estados del occidente europeo, el Papa Nicolas V (1447-1455) publicé una directriz autorizando la actividad de asaltos y secnestros que realizaban los portugueses en la costa africana, Su bula, Dum Diversas de 1552 ditigida al rey Alfonso le otorga, La plena y libre facultad, que poseerds a perpetuidad y segiin tus sos y fos de tus sucesores, de invadir, eonquistar, apoderarte, sub- yugar y reducir a esclavitud perpetua a los sarracenos, paganos y otros infieles y a los enemigos de Cristo cualesquiera que sean y sus reinos en cualquier parte que estén establecidos, sus ducados, ‘condados, principados y otros dominios, tierras, lugares, villas, cainpamentos y cualquier posesion, bienes muebles e inmuebles, Blmismo Hering Torres, en la fuente ya citada, lamé la atencién sobre el caso del Fraile Torrejoncillo, quien en su obra Centinela contra fas Jucios (1674) dio rienda suelta a la idea de que la condicién de judio viene por la sangre, no importa en qué proporcién: “No importa que no lo sea el padre, basta la ‘madre, y esta aun no entera, basta ta mitad, y ni aun tanto, basta un quarto, ¥y¥ aun octavo, y la Inquisicion Santa ha descubierto en nuestros tiempos que hasta distantes veinte un grados se han conocido judaigar” (Torrejoncillo cit. por Hering Torres 2007, 18). Aparece, de esta manera, resumido en 1674 un postulado del determinismo hiolégico. ‘RAZA, RACISMO E IDENTIDAD 221 (Qunxce Doxcan sea como sea la forma que presenten o sean dominados, que ocupen 'y posean los mismos sarracenos, infieles y enemigos de Cristo. (cit. pot Gutiérrez Azopardo s/p) ‘Témese en cuenta que todos los nativos de la Costa de Guinea que liberaba la Bula Papal eran personas de pigmentacién oscu- ra, concepto generalizado a todos los pueblos ubicados al sur del Sahara: tanto es asi que el término “raza de Guinea” Ileg6 a ser de uso en la sociedad colonial. Quedaba autorizada, entonces, no solamente la conquista del Africa a partir de la costa de Guinea, sino también el derecho a apoderarse de sus bienes ad perpetuam y de someter a esclavitud por siempre a los afficanos y sus descendientes, puesto que el de recho otorgado no fue s6lo para el rey de turno, sus descendientes. Se ve acd un cambio importante en el modelo histérico de Ia esclavizacién en tanto se aparta de Ia concepcién romana, por ejemplo, que esclavizaba sin consideraciones de color de piel o de etnias. ‘Como hemos expuesto en otro momento (Duncan 2008, 57-76), Jas formas de esclavitud anteriores no se justificaban en términos raciales, sino como consecuencia de sittaciones especificas, tales como las guerras, ciertos delitos o la esclavizacién voluntaria para pagar deudas. Hablando de algunas etnias afticanas, Richard Hart (1984) afirmaba que “Un esclavo se podia casar, ser propietario; te- ner un esclavo; hacer un juramento; fungir de testigo; y finalmente heredar a su ‘amo’ " (18). ¥ sobre el mismo tema, Odulah Equiano, escritor africano, declaraba en 1789 “a veces [...] vendiamos es- clavos, pero eran siempre prisioneros de guerra o condenados por haber cometido secuestto, adulterio, 0 algin otro crimen que esti- mabamos odioso” (cit. por Hart 1984, 36). En 1444, un contingente de 165 africanos fue introducido a Portugal por Enrique el Navegante, quien los secuestré durante su exploracién de Africa. El relato de un estudioso de la época, Azurara, ilustra contundentemente el punto: “A algunos de ellos } también para 222 Ioexripabes rotinicas EN TEMrOS De AFRODESCENDENCIA: AUTO-DENTIICACION, ANCESTRALIDAD, VISTILIDAD Y DERECHOS Sus amos les dieron la libertad, los casaron con mujeres nativas y les dieron propiedades” (cit. por Hart 1984, 17). Si bien estaba la idea de la limpieza de sangre, el racismo todavia no habia terminado su configuracién docirinaria ni se habia difundido lo suficiente como para constituir un fenémeno generalizado. Los portugueses de en- tonces aplicaron los criterios heredados de los romanos a este nuevo grupo. ¥ es que habia en Europa occidental un mimero importante de esclavos, abundando en colores. Es més, la palabra “esclavo” proviene de “eslavo”, referido a los grupos étnicos del nordeste eu- Topeo (rusos, polacos, serbios, etc.) que fueron subyugados primero por el Sacro Imperio Romano. Muchas personas de este origen, jun- to con afticanos y otros grupos, formaban el grueso de la poblacién esclavizada en la Europa del siglo XTV, incluyendo por supuesto a Espajia, sobre todo Sevilla. Todas esas formas de esclavizacion prevefan mecanismos de libertad, por tanto, no se consideraban perpetuas. Por otra parte, la idea de asociar la eselavitud con la proceden- cia territorial aiin estaba en formacién, Pero el llamado “descubri- miento” de América daria un gran impulso a la expansidn colonial europea, apareciendo en ese contexto histérico los grandes tedricos del racismo doctrinario, que fraguarian su propuesta ideolégica en funcién de justificar ideologicamente el proceso, El capitalismo como sistema econémico, lejos de ser el modo de produccién pre- dominante en aquellos momentos, también estaba en proceso de estructuracién. La realidad es que las bases teéricas del racismo alcanzaron su cenit en el siglo XVII, en plena conformacién del capitalismo mercantil,y serian aprovechadas por los tedricos de ese periodo para continuar y profundizar la justficacién del pillaje co- lonial. De modo que la idea de que “el racismo es un epifendmeno del capitalismo” no se sostiene. No hay duda de que el racismo doctrinario surgié, en primer lugar, para ponerle un escudo protector a la “sangre” de la nobleza feudal. Luego, conforme fue quedando claro que lo de Ia burguesta no seria cosa de sangre —por mas que se esforzaron al principio para 223 $, RACSMO EIDENTIDAD ya Duncan :sarse con las hijas de los nobles~ comenzé a ser también itil el ra- ‘sino como mecanismo para evitar la “contaminacién”. La verda- \lora trascendencia de esta ideologia es su aplicacién en el proceso colonial, En las coonias, todos los blancos, independientemente de «ie si eran los mas pobres ¢ ignorantes de la tierra, se consideraban superiores a las poblaciones nativas de América y por extensién a originarios de Africa, ; Con esa visién del mundo, los europeos se dieron a la tarea de womodar la realidad a sus intereses. Los exploradores se encon- \varon todavia con las evidencias de los grandes reinos e imperios alricanos, con algunos de los cuales incluso pronto entrarian en confrontacién, por lo que era dificil quedarse con la justificacién mnistica del derecho divino y el alegato vago de G. W. Hegel de que cl “negro” representaba al hombre natural en su condicién salvaje, ppor no haber nada remotamente humano en su naturaleza. Después dle todo, la informacién de Hegel venia de los misioneros. Pero alli cstaban atin las glorias pasadas de Kemet (Egipto) y Nubia y la ac- \walidad de Etiopfa al norte y Songhai en el sur. No bastaba, pues, la idea de que el “negro” no tenia historia por carecer de sentido de personalidad, y de que, teniendo el espiritu adormecido, era incapaz, de progresar. . 7 Jan Nederveen Pieterse (1992) cita un texto que se utilizaba para la educacién de los j6venes cristianos, Sunday Reading for the Young (1887). Segtin Nederveen Pieterse, el texto explicaba que los negros estén apenas a un grado por encima de la creacién en su forma brutal, y que la tnica traza de civilizacién que tienen es que cocinan su comida y eso de la manera més elemental (35). . La conclusién aqui es que la idea de considerar las diferencias {enotipicas como esenciales se generd como un producto de fa cul- tura occidental. Se fue fraguando desde el siglo XIII, pero como una ideologia ya estructurada la vemos crecer a partir del siglo XVI, su sistematizacién epistemol6gica se completé en el siglo XVII y aleanzé su universalizacién en el siglo XVI, precisamente como mecanismo idéneo para mantener la dominacién de las poblacio- 224 InenDAbes Potinicas EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTONIDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VIIRILIDAD ¥ DERECHOS nes afrodescendientes, que estaban alcanzando Ia emancipacién de |a esclavitud, por ejemplo en Haiti, 1804; Centro América, 1824; imperio briténico, 1833, asi como para justificar la colonizacién y explotacién despiadada, creciente y continuada del Africa. Nos queda por abordar la segunda parte de este primer postula- do: gse explica y se resuelve el racismo en la lucha de clases? Si esto fuera asi, se derivaria légicamente que en las sociedades en que se han eliminado las clases tipicas del capitalismo habria desaparecido el racismo. Dejemos de lado los testimonios abundan- tes que dentro de la comunidad afrodescendiente se cuentan sobre las experiencias con el racismo en los paises que fueron del bloque soviético, Citemos mas bien el caso de Cuba, Cuba fue un pais notablemente racista, a pesar del ntimero de afrodescendientes y a pesar de la incorporacién de ese sector de Ja poblacién en el proceso de lucha por la independencia. Tomas Fernindez Robaina (2007) cita el fragmento de una exposicién del general cubano Generoso Campos Marquetti, quien, en 1902, des- cribia 1a situacién de la afrodescendeneia cubana de la siguiente manera: ‘Todas las oficinas siguen en el mismo estado, los de color siguen solicitados para porteros, para cocheros, para criados 0 para in- fimos puestos, lo mismo en correo que en la aduana. Bl presidio sigue dividido en blancos y negros, y en el cuerpo de artlleria di- vidido también [...]. Cuando viene a Palacio algiin representante extranjero, ni en la guardia rural ni en Ia artlleria que lo escolta forma ningin hombre de color, (cit, por Femandez Robaina 81) Estasituacién varié radicalmente comoproductode la Revolucion Cubana. Como bien lo setiala Gisela Arandia Covarrubias: “La re- Volucién cubana (...] al crear un programa contra la pobreza, per- :mitié que miles y miles de personas de la ciudad y el campo, negras y blancas, de la capital y de las provincias pudieran cambiar de modo definitivo sus vidas. El acceso al trabajo, al estudio, a la salud Raza, RAcIsMO E DENTIDAD 225 ‘Quixce Duxeas pliblica, al deporte, a las culturas, fueron logros que convirtieron al pais en una potencia de capital humano” (2012, 9). En Cuba, la revolucidn aniquilé las clases sociales del capitalis- ‘mo. Pero no obstante sus incuestionables avances, la autora sefiala cémo, todavia en 1971, fue sometida a amenazas y sanciones por dlejarse su pelo natural: “Exigian que debia desrizarme el pelo que me dio la naturaleza porque para ellos el pelo afro resultaba una ofensa a la revolucién” (Arandia 2012, 15). A principios de la dé- cada de los 70 ain estaba vigente esta visién racista, a pesar de que desde 1959 se derogaron por ley las desigualdades por motivos ra- ciales y todas las personas, sin distineién de origen, tuvieron acceso libre a la educacién, la salud y el empleo. Aim més, en 1962, se proclamé en la Segunda Declaracién de La Habana que el problema racial habia sido resuelto. Esteban Morales Dominguez (2007), por su parte, sefiala cémo incluso en la televisién nacional, se tiende a transmitir una visi6n negativa del aporte de la poblacién negra. Con muy raras excep- ciones, los afrodescendientes aparecen en posiciones de subordi- nacién, No hay modelos negros ni mestizos. El problema parece detivar del reduccionismo de Ia lucha ideol6gica, que dedica sus cesfuerzos a combatir el imperialismo sin darse cuenta de las con tradicciones internas heredadas del régimen pre-revolucionario que subsisten en la realidad actual: “Hoy dia en Cuba hay personas que comparten idénticos objetivos clasistas, pero visiones sociales que las separan, Son machistas, racistas, discriminan a los homosexta- les, y ejercen otras formas de diseriminacin. Se trata de contradic ciones no antagénicas, que deben ser resueltas, pues obstaculizan la marcha del proyecto social, en esencia compartido, pero que aiin debe consolidarse” (Morales Dominguez 19). Lo importante en el caso cubano es el esfuerzo que hoy en dia se realiza para superar este flagelo. El simple hecho de que los dos au- (ores mencionados (Esteban Morales y Gisela Arandia Covarrubias) hayan publicado estos trabajos revela que hay una creciente toma de consciencia sobre este asunto. 226 Torxmipapes rouiTicas EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTOSDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBIIDAD ¥ DERECHOS Decia el Comandante Fidel Castro Ruz en los inicios de Revo- lucién cubana: El problema de la discriminacién racial es, desgraciadamente, juno de los problemas més complejos y més dificiles de los que la Revolucién tiene que abordar. El problema de la discriminacién racial no es el problema del alquiler, no es el problema de las medi- inas caras, no es el problema de la Compafiia de Teléfonos, No es ni siquiera el problema de! latifundio, que es uno de los problemas serios que nosotros tenemos que encarar. ‘Quizas el mas dificil de todos tos problemas que tenemos delante, quizas la més dificil de todas las injusticias de las que han existido en nuestro medio ambiente, sea el problema que implica para no- sotros el poner fin a esa injusticia que es la discriminacién racial, aunque parezea increfble. Hay problemas de orden mental que para una revolucién consti- tuyen valladares tan dificiles como que pueden constituir los mas poderosos intereses creados. Nosotros no tenemos que luchar sola- mente contra una serie de intereses y de privilegios que han estado gravitando sobre fa nacién y sobre el pueblo; tenemos que luchar Contra nosotros mismos, tenemos que luchar muy fuertemente cone tra nosotros mismos. (Castro s/p) El Comandante Castro exponia con lucidez, desde el principio, ue Ja lucha contra el racismo no se resolveria ipso facto por me- dio de Ja revolucién econémica. Habia una dimensidn mental. Tal como lo hemos seffalado, las personas, de hecho, pueden ser racis- tas, ineluso sin pereatarse, sea cual sea su postura ideoldgica cons- Ciente. La historia ha venido a demostrar, a partir de las obras de los estudiosos cubanos contemporineos citados, que, en efecto, el racismo doctrinario trasciende al sistema politico, Raza, RAcisMo & rDeNTDAD 227 Quince Duncan, Segundo postulado: la lucha contra el racismo debe asumirse como lucha de clases al interior de la comunidad ‘Una corriente de pensamiento, asociada a la Conferencia Nacio- nal de Organizaciones Afrocolombianas, la Organizacién de Fra- ternidad Negra de Honduras (OFRANER) y el Colectivo de Estudiantes Universitari@s Afrocolombian@s, simplifica el 'pro- blema del racismo al polarizar la lucha entre afro-derecha y afro-iz~ quierda. Dentro de esta concepcién se presenta, por una parte, al “negro” de derecha como traidor de su “clase social” y al de izquier- da como el representante auténtico de las luchas de su comunidad, Se etiqueta a todos los que califican de “derechistas” como “alro-oportunistas” que continiian viendo la causa de este pueblo como un instrumento para llenar su bolsillo, que se hacen llamar “negros”, que aceptaron la imposicién despectiva colonial, y nunca critican a su “requetenegrote Obama con su hipécrita discurso re~ ciente” (Salgado 2011). Frente a esta “afro derecha” a la que se alude, pero que no ca- racteriza de manera concreta, la autoproclamada izquierda propone la lucha auténtica de los que apuestan por la construccién de una sociedad antirracista y socialista. Desde su punto de vista, no se puede seguir justificando la participacién en eventos y alianzas con personas solo por ser negras, sin tomar en cuenta sus identidades politicas e ideoldgicas. Esta postura, bastante maniquea, que sataniza al sector etique- tudo como “afro derecha”, olvida que tras la piel hay una larga his- ‘oria, EI postulado adolece de dos problemas realmente serios. En primer lugar, niega la posibilidad de alianzas con aquellos que no cntran en la categoria de socialistas. Pero deja por fuera la realidad ‘leserita por el comandante Fidel Castro, citado supra, de que hay ate revolucionaria que es racista. Y es que de heeho, reiteramos, el racismo es un problema de In cultura occidental, no restringida a ka burguesia o a la oligarqufa Une vez mis, no es posible pasar por alto que uno de los creadores 28 TpexripaDes FOLITICAS ms TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: del materialismo cientifico, Engels, afirmaba que Paul Lafargue, el yerno de Marx casado con su hija Laura, era el candidato adecua- do para un distrito parisino que contaba con un parque z0olbgico, porque “Hallindose en su calidad de negro, un grado mas préximo al resto del reino animal que el resto de nosotros, él es sin duda el representante mas adecuado para ese distrito” (Engels 1887). Por otra parte, el supuesto purismo y lealtad de la izquierda es una cuestién de idealismo sin fundamento. En la historia recien- te tenemos muchos casos de sectores de la izquierda traicionando a su lider y llevando a un movimiento a la bancarrota. Un buen ejemplo fue el golpe y asesinato de Maurice Bishop en Granada, operacién que le facilitaron las cosas al presidente estadounidense Ronald Reagan que habfa estado planeando la invasién de ese pais. Y Malcolm X cayé abatido por los propios cuando quiso superar el afro-centrismo radical de los musulmanes negros, por plantear la posibilidad de alianzas més amplias. Pero es doloroso observar el vocabulario empleado desde el punto de vista de un andlisis seméntico. En efecto, una de las for- ‘mas de descalificar la humanidad de las personas negras es utilizan- do ciertos adjetivos. Por ejemplo, la persona negra no tiene manos, sino manazas; no tiene cuerpo, sino corpacho. Es el recurso de la exageracién de algunas caracteristicas fisicas propias de la carica- tura. En su descalificacién del sector calificado como afro-derecha, esta corriente autodenominada afro-izquierda sigue la misma linea calificando a Barack Obama de “requetenegrote”. ,Cémo interpre- tar ese uso lingilistico? Sin duda se trata de un término despectivo, racista, endofdbico, vale decir, con un marcado rechazo a si mis- mos; es la declaracién que uno esperaria descubrir en la boca de un skinhead, pero jamés en la de alguien que se presenta como miem- bro de una organizacién afro. Se puede estar 0 no de acuerdo con cl sefior Obama, al que nunca he sabido se presente como paladin de la causa negra, Pero al igual que é1, Martin Luther King y Rosa Parks eran del Partido Demécrata, Los iiltimos, grandes luchadores 5 Nota de los editores: La referencia presentada por el autorno pudo corroborarse EIDENTIDAD 229 por los derechos civiles, le abrieron el camino a todos, incluyendo a los que ahora se proclaman de izquierda, Pero la simple obser- vacién demuestra todos los dias que el racista no discrimina entre negros. No hay aca ninguna critica ni reproche para el militante de iz- quierda. Esa es una opcién absolutamente valida, Pero hay que tener presente la postura del movimiento afro-argentino en el periédico “La Broma” (1876): “ZQué nos importa que gobierne Juan, Pedro © Diego [...] cuando aunque reconozcamos nuestros derechos y expongamos nuestra voluntad prestando nuestro voto y haciendo propaganda en los centros politicos, la resolucién de un nimero de ciudadanos que se titulan padres de Ia patria es contradictoria muchas veces contra la verdadera voluntad del pueblo?” (cit. por Yao 2009, 132). Esta observacién sigue siendo valida en la realidad politica del ‘momento, Gobierne derecha o izquierda, Juan o Pedro, la comuni- dad negra tiene que estar consciente de que ninguna corriente po- litica ha resuelto ni resolverd el problema del racismo de manera automatica. Pero histéricamente, como lo demuestra, por ejemplo, el caso de 1a lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos, se pueden plasmar avances sustanciales si se logra una adecuada alianza incluso con un gobierno de derecha, Por supuesto, los extre- mos quedan excluidos. Ni los nazis alemanes ni el Khmer Rouge de Laos formarian parte de esta ecuacién. Otro punto tomar en cuenta en esta discusién, es el documento conocido como “William Lynch speech”, que contiene la estrategia de Willie Lynch para controlar a los esclavos de sus plantaciones en las British West Indias durante el siglo XVIII. Desde el punto de vista estrictamente histérico, no hay una prueba contundente sobre la autoria del documento por lo que se lo considera apécrifo.$ Pero Nota de los editores: EI texto completo puede recogerse en la pagina web del Freeman Institute, Sin embargo, alli mismo es posible eonocer las opiniones divergentes con respecto ala real existencia de William Lynch y, por supuesto, de su discurso: hitp:/www-freemaninstitute.com/lynch. him 230 IneTiDADES POLITICAS EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA AUTO-IDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS ‘e30 es irrelevante, puesto que la estrategia esbozada en el discurso de Willie Lynch, corresponde a la prictica sostenida por el racismo. Se supone que Lynch fue invitado a la Colonia de Virginia en 1712 para compartir con los esclavistas locales sus métodos. Incluso, se asegura que el término “linchar” viene de su apellido, aunque en el discurso él no se muestra favorable a esa prictica como método de control. El esclavista, segiin el “William Lynch speech”, argument6 que el suyo era un método simple, aplicable por todos los miembros de la familia, Una vez indoctrinados los “negros”, el sistema seria capaz de reproducirse a si mismo y tenderia a garantizar cientos 0 miles de afios de esclavitud negra: “Oponer al negro viejo al negro Joven y oponer al joven contra el viejo. Oponer a los esclavos de piel mas clara contra los de piel oscura y los de piel oscura en contra de los de piel clara. Utilizar a las mujeres en contra de los varo- nes y a los varones en contra de las mujeres. Mantener sirvientes y supervisores blancos que tengan total desconfianza de los negros” William Lynch speech”)? El punto aqui es descartar que en la lucha se ha de ser solidario ‘con otra persona negra s6lo porque sea negro, Ese es un serio sim- plismo, Es que detras de Ia piel negra hay una experiencia hist6rica Yy es0 es lo que impulsa esa solidaridad: el haber sido objeto de las estrategias de todos los Willie Lynch creadores y practicantes del racismo. El problema especifico de los pueblos, comunidades Y personas negras, es el racismo. Todos los demas problemas son comunes a otros grupos excluidos, invisibilizados, marginados, ex- plotados y se explican con facilidad en el contexto de la lucha de clases. Igual hemos visto a lo largo de la historia opresores blancos y negros. Igual son pobres blancos y negros. El problema se con- Vierte en espesifico en tanto esa pobreza se da o se extrema por el color de la piel u otras caracteristicas fenctipicas. El gobierno de Jamaica acaba de concluir 10 aos dle campata educativa contra Willie Lynch. Raza, rAcisuo # bexTIDAD 21 La lucha contra el racismo —nuestro problema especifico— re- duiere una ampliaalianza de todos, incluyendo la pequefia burgue- sia negra y los amplios sectores populares. Es una lucha contra el darwinismo social por su eurofilia (enajenacién por lo europeo, eu- rocentrismo), su etnofobia (rechazo a la diversidad étnica) y contra Ja endofobia resuitante (el auto desprecio, la minusvaloracién de la propia cultura, aquello que nos lleva a hablar de pelo malo, de fac- ciones finas, de levantar el color, de negrote y otros usos lingiiisti- cos degradantes contra nosotros mismos). En esta lucha caben todos, No hay mucho que discutir siquiera: se trata de visibilizar nuestra presencia y nuestro protagonismo his- t6ricos; empoderar a nuestras comunidades mediante medidas que mejoren la equidad; destruir los estigmas degradantes del imagina- rio; superar el racismo para que ya podamos dejar atris la atin im- perante racializacién de la economia, de la politica, de la religién, de las ciencias sociales. Tercer postulado: el racismo es cuestién del temor a la otredad ‘Ya en 1988 nos referiamos a las posturas psicologistas (Duncan y Powell 1988, 35) segiin las cuales el racismo es un fenémeno natural, producto de un temor instintivo al otro desconocido. Las personas y grupos al entrar en contacto con la otredad, tienden a marear las diferencias, a sentir temor, a crear una barrera sicolégica entre su persona y la otra persona extrafia, En realidad, esta interpretacién es falaz. El temor al otro des- conocido no es un fendmeno universal, como tampoco es esencial Cuando hay temor por el otro desconocido, se puede explicar a par- tir de cireunstancias, de situaciones coyunturales y no como una condicién sine qua non de la psique humana. La evidencia es abrumadora en seffalar que el sentimiento més “natural”, més esponténeo ante lo desconocido suele ser la curiosi- 232 Ioesnpapts Pouinicas #3 TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTO-IDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VISIILIDAD ¥ DERECHOS. dad. Abundan los relatos de los primeros contactos de viajeros euro- peos al Africa durante la época de exploracién, El caso de “Mungo” Park, un explorador escocés, es un ejemplo clisico (Northrup 2002, 13-14), Hacia 1795 se interné solo en la regién del Rio Niger. Al entrar a un pueblo, toda la gente dejé lo que estaba haciendo y lo ro- dearon, maravillindose del color blanco de su piel y su nariz recta, que pensaron era artificial. Incluso lo despojaron de su ropa y som- brero, le contaron los dedos del pie y de la mano para corroborar que era realmente humano. Por otra parte, miles de niffos blancos del sur de Estados Unidos y del Caribe se alimentaron de la leche materna de las nodrizas, Fueron criados por esclavas o libertas negras, en algunos casos pa- rientes. {Qué temor podrian sentir los nifios blancos hacia la madre sustituta que los alimentaba con leche de sus propios pechos y los criaba? Y sin embargo, fueron practicantes del racismo. Iguales co- ‘mentarios se pueden hacer sobre el Caribe, en que los nifios crecen en medio de la diversidad desde que nacen, y sin embargo hay un racismo residual persistente. Esta postura, que tiene credibilidad entre algunas personas de fuerte inclinacién euro-centrista, esté muy de moda en Europa y en algunas universidades latinoamericanas, Esconde las verdaderas causas del racismo doctrinario, y exime a Europa de su responsabi lidad histérica. El hecho es que el racismo no es natural, no surge esponténeamente entre las masas. Fue diseftado para justificar la dominacién colonial. Cuarto postulado: Psiquiatrismo Desde la éptica de la psiquiatria tenemos dos nuevos plantea- mientos que vienen a sumarse a la larga relacién historica que ha existido entre psiquiatria y racismo. Bien frescas estén atin las de- nuncias de los experimentos realizados entre afroamericanos y gua- temaltecos sobre la conducta de personas con sifilis. No obstante Raza, RACISMO EIDENTIDAD 233 Qunsce Doveas todas esas denuncias, practicantes de esta diseiplina han continuado con sus propuestas, Interesa destacar dos, por lo peligrosas que son ¥ porque han logrado penetrar, en cierta medida, en la comunidad: a) Los problemas actuales del “negro” se explican a partir de su “trauma pos-esclavitud”. Hay un esfuerzo reciente, algunos de cuyos principales promo- tores son de la propia comunidad afrodescendiente (Leary 2005; Bowser y Goma-Gakissa 2013), para convertir en enfermedad as- pectos de la cultura negra y la conducta cultural. Esta peligrosa tesis psiquidtrica, sostiene que los afrodescendientes padecemos de un sindrome pos esclavitud. Por supuesto que hay una esclavitud mental, producto de nuestra experiencia hist6rica, Es la gran batalla por la mente, la lucha por la libertad mental que propuso Marcus Garvey y musicaliz6 Bob ‘Marley. Pero esa esclavitud contempordnea tiene nombre y apelli- do: racismo doctrinario. De ahi que este enfoque de la psiquiatrfa europea y norteamericana de atribuir, por ejemplo, a un sindrome psiquiatrico los problemas especificos que sufte la juventud afro- descendiente, resulta ser absolutamente sesgado, porque si tenemos un sindrome traumético pos esclavitud del cual son victimas los afrodescendientes, habria que descubrir con igual denuedo el sin- drome correspondiente del descendiente de los esclavistas blancos, aspecto que ellos no abordan, No se trata de negar las consecuencias objetivas de la esclav zacién. Sin embargo, hubo otras poblaciones que fueron esclaviza- das, v.g. los eslavos, los irlandeses y otras poblaciones blancas en Estados Unidos y otras colonias. Por ejemplo, sogin el Calendar of State Papers, serie colonial del afio 1701, de los 25000 esclavos en Barbados, 21700 eran blancos. Sin embargo, no es posible hoy identificar un grupo especifico como sus descendientes (Whittaker 2012).Una persona que si aborda el problema, desde el punto de vista testimonial y educativo es Katrina Browne (2012), una des- 234 Tom TDADES POLITICAS EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTO-IDENTIFICACION, ANCESTIALIDAD, VITBILIDAD Y DERECHOS cendiente de traficantes. Entre las secuelas, ella menciona sentirse a la defensiva, temor a los negros, culpa, vergiienza, temor a la ven= ‘ganza, Sin embargo, amén de ser su caso una excepeién, estas reac- cones son consecuencia del racismo doctrinario todavia imperante, y el resultado también de una toma de consciencia de Ia autora. En todo esto hay una pregunta urgente sin respuesta: {cémo se hace para transmitir el trauma? {Cémo le transmito a mi descen- iente trescientos afios después el dolor de cabeza que me dio aque- Ila golpiza recibida en algin oscuro rineén de la hacienda? Viene siendo la misma vieja tesis religiosa que pretendia que miles de aiios después, en el siglo XVI, los afrodescendientes comenzaran a pagar el pecado de Noé y de su hijo después del diluvio. La psi quiatria tiene una vieja historia asociada al racismo, pero este nuevo intento de apropiarse de nuestras mentes, viniendo en gran medida desde dentro de la comunidad misma, debe alertarnos. Desde el punto de vista social, sin duda atin hay secuelas de la esclavitud enquistadas en las estructuras. Pero los problemas ac- tuales que suftimos los afrodescendientes no son el resultado de un trauma pos esclavitud, sino /a manifestacion contempordnea del racismo doctrinario. b) El racismo est en el cerebro humano, Mientras las ciencias naturales han tenido que admitir, después de tantos siglos, que el concepto raza no corresponde a las ciencias biol6gicas, con lo cual algunos antropélogos han intentado negar su existencia social, surge a contra sentido otro esfuerzo, ahora desde Ja neuropsiquiatria, por demostrar que el racismo es un fenémeno innato en la mente humana. En efecto, las neuropsiquiatras Jennifer Kubota, Mahzarin Banaji y Elizabeth Phelps (2012), a través de un experimento en el que expusieron imagenes de rostros con caracteristicas fenotipicas diferentes a las de los hombres blancos, han “demostrado” que se da cierta reaccién especifica en el cerebro de esas personas ante la 235 Quince Duncans presencia del “otro” diferente, Las investigadoras sostienen que la mayorfa de los blancos muestran una marcada preferencia por su propia raza y sin que haya de por medio una mala intencién, asocian a las personas negras con criminalidad. Estas creencias pueden no ser conscientes. Es decir, muchas veces las convicciones expresas de las personas blancas no evan a esa conclusién, pero enftenta- dos al contacto con gente negra aparece un sesgo no intencional. Pueden incluso compartir Ja idea de una igualdad entre las razas, pero inevitablemente reaccionan. Segiin este estudio, esas reaccio- nes se dan en el dea del cerebro correspondiente a emociones tales como el temor. ‘A la luz de las investigaciones de estas cientificas, el racismo doctrinario seria un subproducto inevitable del pensamiento huma- no, puesto que la idea del racismo es parte del cerebro. Desde luego que uno oye decir popularmente que ha habido racismo “desde que el hombre es hombre”, Pero esa idea es falsa: como hemos demos- trado en nuestros estudios (Duncan y Powell 1988; Duncan 2001 ¥y 2012), el racismo doctrinario es histérico, y muy reciente en la historia humana, Desde hiego que, més alld de las conclusiones, hay una postura ideoldgica muy clara. Habria que preguntarse en todo caso, zqué tiene de racista el que una persona tenga preferencia por otra de sus propias caracteristicas fenotipicas? Y si se somete a un bosnio a la misma prueba y se le conffonta con el rostro de un serbio, o bien, si se hace la misma prueba entre un tutsi y un hutu, sin duda se po- dra encontrar activa la misma rea del cerebro, sin que medie para nada el color de la piel, porque tales reacciones son producto de la experiencia histérica ‘Duncan y Powell (1988) hicieron un estudio con imagenes, sin la sofisticacién de-la psiquiatria y sin corroborar qué reas del ce~ rebro se activaron. En dicho estudio, se present6 una serie de ros- tros de diferentes caracteristicas fenotipicas a nifios de Costa Rica y Panama, pidiéndoles que identificaran algunos personajes cultura- les. Por ejemplo, cual de las imagenes correspondia a Jesits,o bien, 236 Toexmipapes rouiricas 2 TEMPOS Dé AFRODESCENDENCIA? [AUTD-IDENTINICACTON, ANCESTRALIDAD, VISIILIDAD ¥ DERECHOS: 4 cuente y cual el policia. El resultado mostré que los nifios dramatizaban o reproducfan los estereotipos de su sociedad. Tgualmente, se ha replicado en Estados Unidos y México el estudio publicado en 1955 por los psicélogos Kenneth B. Clark, de otigen panamefio y su esposa Mamie Clark. Expusieron a un grupo de ni fias y nifios negros a muifiecas de diferentes colores y se les pidié que mostraran sus preferencias en una serie de aspectos predeter- minados. Los resultados siempre conducen a la realidad de que los nifios dramatizan el racismo que existe en su sociedad, dando pre- ferencia siempre al mufieco blanco (McLean, en linea). Este estudio se ha replicado en Estados Unidos y en México recientemente con idénticos resultados. Quinto postulado: somos “negros”, hay que reivindicar la palabra En a actualidad hay una corriente a lo largo y ancho del conti« nente, que puede identificarse como del “orgullo negro”. Sus segui- dores reivindican para sila palabra “negro” o “negra”. En poemas y discursos suele escucharse a las personas de la didspora africana pro- clamandose “negros” o “negras”. Se editan libros, como es el caso de De Afromexicanos a Pueblo Negro (Reyes Larrea, Rodriguez Mitchell y Ziga Gabriel 2014), que sienta la posicién de algunos afrodescendientes de Oaxaca. Asimismo, se escuchan declaracio- nes como las de! diputado afroboliviano Jorge Medina, quien seftala gue ha sido una lucha dura para lograr el reconocimiento del Estado boliviano, lo cual nos consta a quienes hemos dado seguimiento a estos procesos. En esto lo secunda Ia afroboliviana Ménica Rey, directora de Ia Lucha Contra el Racismo y Discriminacién, que re- sume asi el pensamiento de las millones de personas que coinciden en esta visién: “EI orgullo negro es recuperamos a nosotros mis- mos, nuestra autoestima, valoramos como personas y grupo étnico. Es una afirmacién de nuestro autoestima, que fue ultrajada durante RAZA, RACISMO 6 xDENTIDAD 237 Quisce Deweax todo el proceso colonial, donde lo negro y lo indio fue eonsiderado lo peor” (2013 s/p) Esta es una opcién absolutamente vilida y la verdad es que préc~ ticamente todos los pueblos y comunidades afrodescendientes he- ‘mos pasado por esta etapa. Mas en determinado momento, tomando cn cuenta la tara colonial y racista del término, algunos prefieren abandonarlo, pero otros han optado por reivindicarlo. Debemos tener claro, eso si, que nuestros ancestros no eran “ne~ gros” cuando llegaron a América. Eran orgullosos yoruba, ashanti, mandinga. Fue en la dinamica sociopolitica colonial que pasaron a ser “negros”. En esa nueva definicién racista del mundo, los orgu- Hlosos aymaras, bribris y mayas, pasaron a ser “indios”, y los ara~ ‘goneses, castellanos, irlandeses ¢ ingleses, pasaron a ser “blancos”. Y finalmente, metieron a todos los orientales en un gran saco y los Mamaron “chinos”. El “negro” fue considerado desde ese momento como ganado, como un bien poseido por el “amo”. La mezcla de “negro” o “ne- agra” con blanca pas6 a ser “mulato” o “mulata”, manteniendo siem- pre la connotacién animal de “mula”. Y se dio todo un proceso de estigmatizacién y de cosificacién. Se le inventé un opuesto al color negro, ¥ dicho sea de paso, es el ‘nico color que tiene contrario. {Cul es el opuesto del amarillo o del azul? El negro se presenta como lo contrario de blanco: maldad negra, pureza blanca. Y se recurrié a la Biblia (aunque la Biblia nunca usa la palabra negro asociada al pecado), convirtiendo negro en sinénimo de tinieblas y blanco en sindnimo de luz. La reivindicacién de la palabra negro o negra es, pues, bien es- cabrosa. No se trata de sentir vergtienza del color de Ia piel. Se trata de romper con Ia terminologia colonial. Es posible afirmar ese orgullo negro, siempre que la palabra recupere su forma original como adjetivo. Es decir, se puede usar como adjetivo y no como sustantivo. No existen los “negros” o las “negras”. Si existen per- sonas de piel (més 0 menos) negra y personas que aunque el color de su piel ya no sea negro, reclaman su herencia afro, Por tanto, si 238 Toewmipabes noLiTicas EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA: AUTO-IDENTIRICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD ¥ DERECHOS se va a reivindicar la palabra habria que usarlo como adjetivo: persona negra, una mujer negra, un nifio negro, una comunidad ne~ gra, un pueblo negro, teniendo la claridad de que, no importa cémo preferimos llamamos, somos todos afrodescendientes. Sexto postulado: no existen las razas El racismo se basa en las razas. Como gran novedad, la antropo- logia y la biologia nos dicen que la raza no existe desde el punto de vista bioldgico. : bien? La declaracién debié haber sido diferente. Algo como que, “Juego de cuatro siglos tratando de probar que las razas son un hecho biolégico, hemos fracasado y confesamos que raza es un concepto social, lo fue desde el principio y lo es ahora”, La no existencia de raza como concepto biolégico no implica que las razas no existan. El concepto es real y son reales sus con- secuencias, como es real el Estado y la Iglesia Catélica, aunque sean constructos sociales. Aquella mujer sudamericana vapuleada en un bus espaiiol,* lo fue por su raza, lo fue porque los marcadores fenotipicos asociados a ese concepto eran evidentes. A la nitia afro Ja mottifican en la escuela, no por su etnia, no por su clase social, sino porque calza en el estereotipo racial. Lo que es més, en la gran mayoria de los casos no existen mayores diferencias étnicas entre ella y los que la estén mortificando. Al conductor de automévil que transita por la carretera estadounidense, lo detiene la policfa para revisarle los documentos, registrarle el vehiculo, no porque sospe- chen simplemente que es un delincuente, sino porque es negro y los negros todos se consideran potencialmente delincuentes. Por otra parte, si las razas no existen no existe el racismo, enton- ces habria que clausurar la lucha y cantar victoria. No se ocuparian de ello las organizaciones afrodescendientes, allf habria que con- © Nota de los editores. Se hace referencia al episodio en el que una joven inmi- {ante ecuatoriana fue atacada por un espafiol en el metro de Barcelona en el ao 2007. Raza, RACISMO & IDENTIDAD 239 (Quince Duxca centrarse en la cuestién de clase. Y para luchar contra la estructu- ra de clase el juego es otro, porque la diferenciacién parte de otra premisa econdmica, No tendria sentido una organizacién afro para luchar contra la burguesta, como si toda ella fuese blanca. ‘Algunos antropélogos asociados a la UNESCO han sugerido {que se emplee la palabra etnia en vez de raza, con lo cual abonaron a la confusién. En efecto, al final de la Segunda Guerra Mundial, cescandalizada por los efectos devastadores con que el racismo nazi habia flagelado a la humanidad en la misma Europa, la UNESCO ‘organiz6 una consulta sobre el tema. Seguin recomendaron los con- ‘gregados, puesto que eran comunes los errores graves que se come tian en el uso popular de la palabra “raza”, lo recomendable seria utilizar grupos étnicos tratindose de humanos (Unesco 1950, 1). La dificultad es que etnia y raza no son sinénimas. La etnia tiene que ver con la cultura, mientras que raza se refiere a mareadores feno- tipicos socialmente seleccionados. No hay evidencia alguna de que los “marcadores” culturales se transmitan genéticamente. En 1978 la UNESCO hizo una segunda declaracién que abor- da el tema desde otro punto de vista. En el primer articulo de la Declaracién sobre la Raza y los Prejuicios Raciales establece que todos los seres humanos nacen con igual dignidad y pertenecen a una misma especie y, por tanto, todos forman parte integral de la humanidad (Unesco 1978, 64). Esta declaracién, mas amplia y pre- cisa, no resolvié sin embargo, el asunto de la terminologia. Por su carga racista, seria deseable abolir el término raza, Pero habria que buscarle otro. Familia fenotipica, que hemos emplea- do nosotros, no resuelve la cuestién, porque seria un término mas orientado a la observacién somitica. No es posible por ahora aban- donar el término mientras combatimos el racismo. Si ya no hay ra- zas, insistimos, ya no hay racismo. Es que los dos conceptos son producto del mismo fenémeno social. La primera declaracién de Ia UNESCO, lejos de resolver la cuestién, trajo mayores consecuencias. Un niffo de piel blanca na~ cido y eriado en Ia comunidad gnobe, serd éinicamente gnobe y por 240 Inexrivabes PoLiricas £N TIEMPOS DE AFRODESCENDENCIA |AUTO-IDENTIFICACION, ANCESTRALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS tanto, étnicamente diferente de su primo hermano nacido y eriado en Amberes. Los dos proceden de la misma familia, definida como blanca. Comeran, se vestirin y hablarén de manera diferente. Sus rasgos fenotipicos no los define culturalmente. Etnicamente son di- ferentes. Pero a pesar de la ambigiiedad, polisemia o relatividad de la definicién, en cualquier calle, sea de Berlin o de Bogoté, ni los nifios dudarian en calificar a ambos como “blancos”, El concepto de raza ha llegado a ser parte integral de la cultura ‘occidental. Podemos fingir que las razas ya no existen y que el ra- ccismo no se basa en ella, Pero la tinica manera de abolit las razas es superando el racismo. El concepto, insistimos, es real y son reales sus consecuencias en el campo de los derechos humanos. Y no po- demos dejar de hablar de razas, mientras la discriminacién tenga un color tan visiblemente determinado y rasgos fenotipicos claramente diferenciados, Reflexiones finales Los postulados expuestos, que forman parte del debate actual, tienen que ver con la meta de avanzar en la escala de convivencia. Esa biisqueda pasa por la toma de consciencia de que los afrodes- cendientes han sido objeto de discriminacién a lo largo de una ya larga historia. Pero aunque discriminados 0 marginados, los pue- blos y comunidades afrodescendientes forman parte de la realidad nacional dentro de la cual viven o conviven con otros sectores de la poblacién. El debate, por tanto, atafie a todos. El respeto por la diversidad tiene que ser uno de los compo- nentes de la unidad nacional. Ambos conceptos no se contradicen cn tanto la unidad se conciba no como igualdad, es decir, no como articulacién de elementos idénticos, ni como imposicién hegeméni- ca de una visién identitaria sobre todas las dems, sino a partir del diilogo que permita construir una unidad en diversidad, Esa unidad debe trascender las discrepancias a lo intemo del grupo, compren- IZA, RACISM # IDENTIDAD 241 (Quisée Doscan diendo que para el abordaje del problema central (racismo doctri rio) no basta resolver el problema de clase. Es preciso un abordaje directo de la nefasta ideologia enquistada en el imaginario de los pueblos occidentales y occidentalizados. En esa lucha, es preciso también estimular la auto-consciencia del afrodescendiente y Ia consciencia del que no lo es, mediante el conocimiento de la realidad. Si se han de superar las taras del icismo doctrinario, ser una lucha propia de las comunidades afro- descendientes, pero también, se hari indispensable la basqueda de alianzas con todas las personas 0 grupos de buena voluntad que respeten nuestra opeién por Ia unidad en diversidad. Por tanto, se debe superar toda mentalidad de gueto. La herencia latinoamericana es culturalmente multipolar y mes- tiza en la préctica, Esto significa que los ciudadanos de todos los sxtupos tienen derecho a verse reflejados en Ia historia nacional y al mismo tiempo derivar para si los beneficios de la visién multicultu- ral, Y aunque no haya unanimidad en el enfoque especifico, no debe cerrarse la puerta a todos los que estén dispuestos a subir a bordo de la lucha contra la discriminacién y por la equidad. En ese sentido, la comprensién de Ia realidad requiere de un conocimiento de la historia del afrodescendiente, desde una postura critica, pero balanceada, con sus logros, aportes, valores, todo cen- trado en la potenciacién de la autoestima. La historia no empieza con nosotros. Hay antes de nosotros generaciones ancestrales, que lucharon para que hoy este escritor y esta persona lectora pudiesen comunicarse sin que les costase la vida 0 una severa censura. En el contexto del debate actual, se esta en camino a construir instrumentos reales para combatir el racismo doctrinario en su cud druple arista de eurofilia (alienacién por lo europeo), etnofobia (re- chazo de las etnias), endofobia (rechazo de lo propio, complejo de inferioridad) y la marginaci6n y estigmatizacién de las regiones ha- bitadas mayoritariamente por los pueblos y poblaciones indigenas y afrodescendientes. En el proceso liberador, se libera tanto a la vietima como al vi 242 IpBxTIDADES POLETICAS EN TIEMPOS DE AFRODESCENDENCTA: |AUTO-IDENTIFICACION, ANCESTHALIDAD, VISIBILIDAD Y DERECHOS Lo expuesto es, finalmente, [a invitaci6n a la ampliacién y pro- fundizacién del debate; a Ia toma de consciencia sobre las huellas actuales del racismo doctrinario y sus consecuencias en el diario vivir. Es una bisqueda por explicar una de las miiltiples dimensio- nes de la experiencia histérica de la comunidad ancestral afrodes- cendiente, en procura de una ética de Ia supervivencia que potencie plenitud para todos, Bibliografia Anglarill, Nilda Beatriz, “El estudio de la poblacién de origen africano en Ta Argentina”. Ponencia. ler Coloquio Internacional de Estudios Atto- Tberoamericanos. Alcali de Henares, 1994. ‘Arandia Covarrubias, Gisela. Poblacién afrodescendiente cubana ac- ‘wal. La Habana: Instituto Cubano de Investigacién Cultural “Juan Marinello”, 2012. 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