La Casa De Bernarda Alba Resumen

Acto 3

“La Casa de Bernarda Alba” es una obra que gira alrededor de la

familia de Bernarda y su hogar. La obra tiene un reparto de todas las

mujeres. Bernarda es la matriarca de la familia. Tiene cinco hijas:

Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela. También tiene dos

sirvientes: Criada y la Poncia. La madre senil de Bernarda, María

Josefa, también vive con ella, pero está encerrada y obligada a

quedarse con ella. Este juego simboliza las duras expectativas de la

sociedad a la que las mujeres se vieron obligadas a vivir haciendo de

Bernarda la que aplica todas las reglas tradicionales. En esta obra,

todas las hijas de Bernarda son rivales porque todas aman al mismo

hombre, Pepe el Romano. Sin embargo, a pesar de que Angustias, la

hija mayor, se está casando con él, Adela, la hija menor está teniendo

una aventura con él.

El acto tres tiene lugar por la noche y comienza en el balcón de

Bernardas. La amiga de Bernarda, Prudencia, la está visitando

actualmente y está hablando de sus problemas familiares. Ella dice

que su marido nunca habla más con sus hermanos porque todos

están luchando por una herencia familiar y su marido todavía no ha

perdonado a su hija. Bernarda está de acuerdo con el marido,

diciendo: “Una hija desobediente deja de ser vuestra hija y en cambio

se convierte en vuestra enemiga”. Para hacer frente a todo esto,

Prudencia va a la iglesia. De repente, un caballo golpea la puerta.

Bernarda lo cepilla fuera pero entonces golpea otra vez así que ella

dice dejarlo fuera del establo. Entonces Adela trata de obtener agua,

de salir secretamente de la casa, pero Bernarda le dice que se siente.

Hablan de la boda de Angustias y ella muestra su anillo de

compromiso con tres perlas. Prudencia dijo que las peras solían

significar lágrimas en su tiempo y Adela dice que todavía lo hacen.

Pronto, la campana suena y Prudencia se va. Adela trata de irse sola,

pero Amelia y Martirio van con ella. Cuando se van, Angustias habla de

cómo sabe que a Martirio no le gusta, pero Bernarda dice que deben

mantener la paz. Hablan de Pepe y Angustia dice que ella nota que

Pepe está distraído cuando habla con ella, pero Bernarda dijo que lo

dejara solo, no lo cuestionen, y no lloran. Están a punto de dormir

cuando Adela, Martirio y Amelia entran. Ellos discuten que Pepe está

con su madre en la ciudad y no vendrá esa noche. Pronto, todas las

hijas se van y La Poncia habla con Bernarda cómo ella está

manteniendo a sus hijos encerrados y es ignorante a todo alrededor de

ella. Bernarda dice que elige ser ignorante. Cuando Bernarda se va, La

Poncia y Criada hablan de cómo Bernarda es imprudente permanecer

ignorante, y sus hijas, especialmente Martirio, son todas muy

malvadas. Adela viene para una bebida de agua y hojas, con los

sirvientes a continuación poco después. Entonces, María Josefa entra

con un cordero en sus brazos y canta una canción como metáfora de

su vida. Ella llama Bernarda leopardo-cara y Magdalena hiena-cara.

Martirio ve a Maria y trata de traerla de vuelta dentro, pero Maria

habla de cómo ella quiere niños aunque ella es vieja y el cordero es su

cabrito. Cuando María se va, Martirio llama a Adela, diciendo que no

puede irse porque no es el papel de una mujer honesta. Adela dijo que

Pepe la ama y sólo se casará con Angustias por el dinero. Ella dijo que

se convertirá en una amante. Adela trata de correr, pero Martirio llama

a su madre. Bernarda se aferro a reprimir a Adela, pero Adela rompe el

palo de Bernarda a la mitad y al hacerlo simboliza la caída del poder

de Bernarda. Bernarda trata de salir y matar a Pepe, pero ella pierde.

Martirio, sin embargo, le dice a Adela que Pepe está muerto.

Adela corre a su habitación. Pronto se escucha un sonido y La

Poncia se apresura a la habitación de Adela. Ella rompe la puerta y

encuentra que Adela se colgó. Bernarda maldice a Pepe y dice vestirse

a Adela como una doncella y que murió naturalmente como virgen.

Dice que debe sonar las campanas dos veces al amanecer. Le dijo a su

familia que no pueden llorar en público, sólo en privado. La obra terminó

con la muerte de Adela.