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El Extranjero Resumen y Análisis Parte 1
El Extranjero Resumen y Análisis Parte 1
Resumen:
La novela comienza con la impactante frase: “Hoy ha muerto mamá. O quizá
ayer. No lo sé”. Habitante de Argel, Meursault pide licencia en su trabajo para
viajar a Marengo por el tiempo necesario para velar y enterrar a su madre.
Calcula que no necesitará más de dos días.
Al llegar a la pensión, trata de ver a su madre, pero el portero le indica que
debe hablar primero con el director del lugar. Este es un hombrecito pequeño
que lo recibe con el pésame y luego le da las indicaciones técnicas sobre el
velorio y el entierro. La difunta había pedido que la enterraran con un oficio
religioso; esto al narrador le llama la atención, puesto que en vida su madre
nunca había manifestado religiosidad. Una vez terminados los intercambios de
rigor, el director lo acompaña a la sala velatoria.
Allí hay una enfermera árabe, y luego llega el portero, que ofrece a
Meursault abrir el féretro cerrado para que pueda contemplar a su
madre. Meursault se niega, no sabe por qué, a ver a su madre a
cajón abierto. Toma asiento a un costado de la sala y la enfermera se
retira.
Parte 1, Capítulo 2
Resumen:
El día siguiente al funeral de su madre es sábado. Luego de levantarse
lentamente, Meursault se dirige a los baños del puerto, donde se encuentra
con María Cardona, una antigua conocida a quien ha deseado en su momento.
En las piscinas entablan contacto, nadan y toman sol juntos, y luego Meursault
le propone ir al cine esa noche. Cuando María lo ve vestido con corbata negra
le pregunta si está de luto, a lo que Meursault responde que sí, que su madre
ha muerto el día anterior. Esto impacta momentáneamente a María, pero esa
noche, en las películas, parece haberlo olvidado.
Durante la película, Meursault besa a María y, una vez finalizada la misma,
ella lo acompaña a su casa y se queda a dormir. Cuando el narrador despierta,
el domingo por la mañana, María ya no está en la casa. Él decide entonces
quedarse fumando en la cama hasta el mediodía. Luego, como no tiene ganas
de almorzar en el restaurant de Celeste, ya que quiere evitar preguntas, se
queda en la casa y se prepara unos huevos cocidos.
Desde que no comparte el departamento con su madre siente que el
espacio le queda grande. Menciona entonces que ha llevado la mesa
y las sillas a su habitación, y que ha abandonado el resto de la
vivienda. Entrada la tarde, se asoma al balcón y observa a los
caminantes. El paisaje se le hace una tarde típica de domingo.