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Ratto Et Al. Estrategias Escritura Ensayos Filosóficos
Ratto Et Al. Estrategias Escritura Ensayos Filosóficos
FILOSÓFICOS
Introducción 3
1. Los géneros académicos 4
2. El ensayo: breve reseña histórica 5
3. Cómo componer un ensayo 6
4. El título 10
5. Estructura del ensayo 11
6. Condiciones que debe satisfacer un ensayo 15
7. Autoevaluación 16
8. Bibliografía, referencias y notas al pie 17
9. Ejemplos 20
Apéndice: abreviaturas de uso frecuente en trabajos científicos 27
Bibliografía 28
2
INTRODUCCIÓN
La primera pregunta que seguramente se nos plantea es qué es eso de escribir un
ensayo. Se trata, básicamente, del ejercicio de poner por escrito, de manera
fundamentada, una idea personal, una vez que se ha investigado sobre ella, se ha
reflexionado y se la ha puesto en relación con otras.
Poner por escrito una idea personal, enunciado así, parece tratarse de algo
relativamente sencillo, pero en cuanto ponemos manos a la obra nos encontramos con
que la cosa tiene cierta complejidad. Las ideas son acciones del pensamiento que,
podemos decir, poseen vida propia: la misma idea que a veces se presenta de manera
difusa, otras resulta plenamente clara; en ocasiones, nos parece singular, única, pero
luego la reconocemos vinculada con pensamientos ajenos. Más aún, cuando intentamos
decir eso que habíamos pensado, no siempre resulta sencillo encontrar las palabras
adecuadas; a menudo las palabras que usamos sugieren algo parcialmente distinto de lo
pensado. Finalmente, así como el intento de traducir al lenguaje coloquial esa suerte de
unidad viva del pensamiento que es una idea implica una transformación rica y
compleja (no es lo que ocurrió en nuestra mente lo que finalmente expresamos), así
también el intento de traducir la idea al lenguaje escrito implica una transformación a
menudo mayor. ¿Cómo hacemos para que el efecto que nos produjo pensar esa idea que
nos interesó e inquietó se produzca también en nuestro público, cuando llegue el
momento de ponerla por escrito?
El ensayo, por otra parte, consiste en algo que va más allá de un mero informe en
el que planteamos una serie de opiniones personales tal como nos van saliendo, sin
mayor fundamentación, o una recopilación de ideas ajenas. Se espera que haya una
perspectiva personal, en cierto modo creativa y, a la vez, crítica. Se requiere de un
proceso argumentativo: tendremos que dar razones de lo que sostenemos e incluso de
las preguntas que nos planteamos. Dicho de otro modo, deberemos justificar nuestras
ideas.
A pesar de estas dificultades, o tal vez en razón de ellas, la escritura de un ensayo
puede constituir un verdadero desafío. Alguna transformación inevitablemente va a
producirse entre lo que pensamos inicialmente y lo que terminemos escribiendo. Esta
transformación, sin embargo, no tiene por qué implicar un empobrecimiento de nuestra
idea original. Por el contrario, la idea, a medida que vayamos reelaborándola durante la
escritura, a medida que reconozcamos que nunca pensamos en soledad, que siempre lo
hacemos en diálogo y en tensión, habrá de volverse más compleja, más rica en
relaciones, más concreta y, en ocasiones, incluso, más viva.
Como escribe el filósofo-ensayista español Fernando Savater:
3
críticos severos1.
Antes de abordar las cuestiones relativas al ensayo, puede resultar útil, para evitar
confusiones, presentar una sucinta caracterización de algunos géneros académicos, que
comparten con el ensayo algunos aspectos, pero se diferencian en otros:
1
F. Savater, El Arte de Ensayar. Pensadores imprescindibles del siglo XX, Barcelona, Galaxia
Gutenberg, 2008, p. 11.
4
aquellos aspectos o fenómenos que deben ser estudiados con mayor profundidad.
2
Para un análisis etimológico pormenorizado del término, véase F. Berlan, “Essai(s): fortunes d’un mot et
d’un titre”, en P. Glaudes (dir), L’essai: métamorphose d’un genre, Toulouse, Presses Universitaires du
Mirail, 2002, pp. 1-17.
3
Cf. C. García Gual, “Ensayando el «ensayo». Plutarco como precursor”, Revista de occidente, n° 116,
1991, pp. 25-42.
4
Cf. M. Arenas Cruz, Hacia una teoría general del ensayo. Construcción del texto ensayístico, Castilla-
La Mancha, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1997, p. 70.
5
francés sugirió que era posible dividirlos en dos grandes grupos: los “libros verdad”, en
los que se desplegaría un complejo sistema deductivo con el fin de tratar de manera
objetivamente verdadera alguna cuestión, y, por otra parte, los “libros experiencia”,
escritos con el fin de provocar una transformación. Dijo Foucault:
Los libros que escribo representan para mí una experiencia que espero sea lo
más rica posible. Al atravesar una experiencia, se produce un cambio. Si
tuviera que escribir un libro para comunicar lo que ya sé, nunca tendría el
valor de comenzarlo. Escribo precisamente porque no sé todavía qué pensar
sobre un tema que atrae mi atención. Al planearlo así, el libro me transforma,
cambia mi punto de vista. En ese sentido, me considero más un
experimentador que un teórico […]. Cuando escribo, lo hago, por sobre todas
las cosas, para cambiarme a mí mismo y no pensar lo mismo que antes5.
Los “libros experiencia” serían entonces aquellos que fueron escritos con la
intención de producir una transformación que acontecería, en primer lugar, en quien
porta la pluma. Si retomamos la contraposición que antes señalábamos entre los textos
antiguos y renacentistas y los trabajos de Montaigne, vemos que puede ponerse el
acento fundamentalmente en la consistencia expositivo-argumentativa del texto ─en la
medida en que hubiera criterios objetivos previamente definidos─ o bien puede
promoverse la escritura de ensayos a modo de experiencia. Ésta es la idea que aquí
seguimos. No se trata, de ningún modo, de resignar consistencia argumentativa ni
“racionalidad” en el tratamiento de un problema, sino de poner el acento en que
acontezca algún tipo de transformación: en primer lugar en quien escribe; en segundo
lugar, también, en aquellos para quienes escribe. Podríamos denominarlos,
parafraseando a Foucault, ensayos experiencia.
Llevar siempre una libreta a mano. Esto nos ayudará a retener al menos una
5
M. Foucault, El yo minimalista y otras conversaciones, Buenos Aires, La Marca, 2003, p. 9.
6
imagen tenue de situaciones que percibimos a nuestro alrededor, que, por algún
motivo, nos afectaron o llamaron nuestra atención. Otras veces lo que nos
interpela es una “conversación ya empezada”, es decir, nos convoca a decir algo
una lectura o un diálogo con el que nos encontramos. Asimismo, es importante
tomar nota de las ideas huidizas que transitan nuestras mentes. Es probable que,
si no las anotamos en el momento, ese contenido no pueda ser recuperado en el
futuro. Todo esto ─impresiones, percepciones y pensamientos fugaces─ merece
ser garabateado en nuestra libreta, incluso antes de tener un tema.
Leer sobre el tema. Puede ayudarnos a pensar sobre el tema elegido tanto ver
películas y leer literatura, como analizar noticias periodísticas o recorrer
muestras de arte. Llevar un registro de las lecturas que hacemos (ya sea en forma
de fichas o apuntes), particularmente de frases o fragmentos que nos parezcan
pertinentes y de ideas que nos vayan surgiendo de las lecturas será muy útil.
También será importante que reconstruyamos en nuestros apuntes las estructuras
argumentativas que sostienen las ideas del texto leído. En estas notas, así como
en las de nuestra libreta, habrá comentarios de diferente orden de generalidad.
Algunas serán notas generales, otras serán más específicas. En este momento de
nuestro trabajo intelectual esto es normal. Luego vendrá el período de
organización de las ideas.
“La encrucijada del lenguaje no sexista”, en S. Chaer y S. Santoro (comp), Las palabras tienen sexo II.
Herramientas para un periodismo de género, Buenos Aires, Artemisa Comunicación Ediciones, 2010.
Disponible en línea: http://doctoradosociales.com.ar/wp-content/uploads/2013/04/laspalabrastienensexo
II-LAUDANO-pp40.pdf.
8
conocida; se pueden contrastar dos puntos de vista preexistentes, sometiéndolos
a nuevos análisis de puntos débiles y fuertes; se puede elucidar o explicitar lo
que creemos que alguien afirmó de manera no explícita. En fin, se pueden hacer
muchas cosas originales, que nunca son creaciones a partir de la nada, sino que
siempre se trata de una reinvención a partir de recursos que han abonado nuestra
reflexión.
Es necesario mencionar siempre las fuentes que se citen o utilicen. Cabe señalar
que las citas no deben incluirse de manera arbitraria en el trabajo sino utilizarse
para apoyar algo que se pretende demostrar. Por eso, debemos ser capaces de
valorar la calidad de las diferentes fuentes, ya sea que las tomemos de una
biblioteca o de Internet.
4. EL TÍTULO
Si bien no hay recetas universalmente válidas, encontrar un buen título para un
texto constituye a menudo un hallazgo bastante más difícil de lo que a primera vista
podría suponerse, e implica, además, un ejercicio creativo. Por tales motivos, no está de
más que les propongamos algunas sugerencias al respecto.
En principio, una posibilidad es que el título tenga la forma de un enunciado o de
una pregunta. Conviene evitar cuestiones demasiado generales y ambiciosas. De manera
clara, el título debe sugerirnos, con una afirmación o con una pregunta, el problema en
el que se centrará nuestro ensayo. Tal vez pueda anticipar nuestra idea, la posición que
habremos de sostener, o tal vez plantee simplemente la cuestión que abordaremos. Es
importante, además, que el título resulte atractivo para quien habrá de leernos. Entre el
título y los primeros párrafos del ensayo se pone en juego, a menudo, el interés que
habrá de despertar en nuestro auditorio. Si nuestro texto logra captar su atención,
habremos dado un buen primer paso.
A menudo sucede que al escribir los primeros borradores no tenemos aún
totalmente clara cuál será la posición que terminaremos sosteniendo, a veces incluso nos
resulta imprecisa la idea que finalmente expondremos en el ensayo. Esto tiene que ver
con las transformaciones que acontecen, como decíamos en la “Introducción”, entre el
pensamiento y el texto escrito. Por ese motivo, conviene que nos manejemos sin un
título, o con uno provisorio, hasta que estemos llegando al final de la escritura. Ahí sí
sabremos cuál puede ser un buen título para nuestro ensayo. Es posible que
conservemos el título provisorio o que lo modifiquemos.
10
5. ESTRUCTURA DEL ENSAYO
¿Qué podemos entender por la estructura de un ensayo? Una estructura es, en
principio, un conjunto de elementos con una cierta organización. Esa organización hace
que el lugar que ocupa cada una de las partes esté estrechamente vinculado con el que
ocupan las demás y cumpla una función en la solidez que adquiere el conjunto. Esta
idea, que puede aplicarse a cualquier objeto material (natural o artificial), adquiere
especial importancia cuando lo que se trata de estructurar son nuestros pensamientos y,
más aún, cuando queremos que esa articulación quede plasmada en un texto.
Como todo lo que se hace con el lenguaje, un texto es algo que se da en el tiempo.
En relación a la estructura, debemos notar que el orden de las ideas en el texto no
necesariamente es el orden temporal en que se nos ocurrieron, o en que las escribimos.
Remitámonos para ello a las sugerencias para componer un ensayo, del apartado 3. Sin
embargo, el orden en que aparecen las ideas en el texto sí es aquel en que van a ser
recibidas por quienes lo lean. Por lo tanto, la estructura se devela de a poco a medida
que se avanza en la lectura. Sólo al final, cuando revisamos el recorrido, o incluso
recién luego de repetirlo más de una vez, las conexiones se advierten en su conjunto y
cada detalle adquiere su sentido, su función. Ahora bien, a la hora de escribir un texto
debemos anticipar esa estructuración, adelantarnos a los distintos momentos de ese
recorrido para poder acompañar a nuestro público hacia el destino de nuestras
conclusiones. Es decir, la estructura del texto debe ser pensada de manera integral antes
de ser escrito el texto, y debemos tener en mente que va a ser el camino que le
indiquemos a quien lea, para acompañar la reflexión.
No existe una única manera de organizar la estructura de un ensayo. La que
proponemos a continuación trata de combinar los tres momentos clásicos de toda
organización textual: introducción, desarrollo y conclusión.
Introducción
a) Vivo, en mi colegio, rodeada por pancartas que piden por educación. Quiero saber, por lo
tanto, cuál es la función de la escuela en las sociedades y qué será, efectivamente, “educación”;
pues si no sabemos qué es lo que pedimos, difícilmente podamos conseguirlo. En principio, me
doy cuenta que es una de las raíces sobre las que crecemos, teniendo el poder de determinar
rasgos de la sociedad, la cuestión será ahora: ¿qué modelo logrará desarrollar?
b) Es curioso ver cómo los griegos ven la creación del hombre pensante como un crimen contra
11
los dioses. En el mito de Prometeo sobre la creación del hombre, Zeus encarga a Epimeteo y a
su hermano Prometeo la tarea de repartir las facultades entre los seres vivos, para que pudieran
defenderse de los peligros mundanos. Epimeteo las distribuye rápidamente en los animales
brutos y deja al hombre desamparado frente a las amenazas de los dioses. Entonces, Prometeo
roba la sabiduría de las artes de Atenea junto con el fuego de Hefesto y se los obsequia al
hombre. Pero Zeus descubre el robo y lo castiga por otorgarles facultades divinas a simples
creaciones suyas, lo que las pone a su nivel. Luego, los hombres desarrollan las artes para crear
las herramientas que los ayudarán a alimentarse, pero no pueden defenderse de las bestias ni
organizarse en grupos porque carecen del arte de la guerra, que Zeus les obsequia para que
puedan crear las ciudades.
Podemos hacer una analogía entre este antiguo mito y la creación de nuevas tecnologías por
parte del hombre. ¿Qué es la tecnología? Una herramienta de la que se sirve el ser humano para
habitar el mundo. ¿Qué hace el ser humano cuando inventa una de estas “herramientas”?
En estos tres fragmentos podemos advertir tres formas de convocar la atención del
lector. Las situaciones presentadas pueden ser reales, como en el caso de A y C, o bien
ficcionales o narrativas, como en el caso de B (en el que se toma como referencia el
mito de Prometeo), pero todas ellas reclaman nuestra atención y hacen que las
preguntas, a la hora de ser planteadas, resulten pertinentes y significativas. Y hablando
de preguntas, detengámonos en ellas por un momento...
Tal vez lo que haga de este momento del ensayo algo efectivamente filosófico sea
el tipo de preguntas que se plantean. ¿Cómo es, entonces, una pregunta filosófica?
Antes que por su contenido o su tema, una pregunta filosófica lo es por su forma y sus
efectos. En primer lugar, se trata de una pregunta auténtica, legítima. Quien pregunta
filosóficamente lo hace movido por la inquietud y la voluntad de saber. Esto, que puede
parecer una obviedad, resulta crucial en este momento del ensayo porque quien se
interroga no esconde una respuesta “bajo la manga”. No se trata de preguntas retóricas o
pseudopreguntas que anticipen su propia respuesta. Veamos algunos ejemplos en
relación a las situaciones presentadas más arriba:
a) ¿Cuál es la relación entre educación y control? ¿Puede hablarse de una “educación para la
libertad”? ¿Educar es crear o reproducir?
b) ¿La tecnología forma parte de la definición del hombre? ¿Cuál es la relación entre naturaleza
y cultura cuando es mediada tecnológicamente?
c) ¿Hasta qué punto necesitamos la vigilancia? ¿Podemos escapar a ella? ¿Queremos hacerlo?
¿Cómo transforma la vigilancia nuestra relación con los otros?
Desarrollo
tensión con otrxs. Puede resultar útil que también puede recurrirse a la cita de
la argumentación de nuestro ensayo haga alguna autoridad reconocida en el tema de
alguna referencia a textos de autorxs con nuestro ensayo para poner en cuestión una
reconocimiento en el tema, junto con posición diferente a la nuestra. Pero la cita
quienes pensamos, aun cuando podamos de una autoridad nunca es suficiente por sí
disentir con ellxs. Es posible también sola. No vale en sí misma como
recurrir a citas extraídas de otros ámbitos argumento. Es necesario siempre procurar
culturales o periodísticos. Cada vez que otras razones argumentativas más allá de
tomamos un texto literalmente apoyarnos en determinada autoridad.
corresponde ponerlo entre comillas.
Además, en todos los casos es necesario,
luego, hacer la referencia a la fuente
correspondiente.
Realizar analogías/comparaciones: Por sí Las analogías y comparaciones pueden
solas las comparaciones no permiten servir también para ampliar nuestra
inferir categóricamente ninguna estrategia contra-argumentativa, si las
conclusión. De todos modos, pueden usamos para mostrar argumentos similares
servir para enriquecer nuestra a los que queremos refutar, pero que el
argumentación, permitiendo ilustrar público no aceptaría.
nuestro punto de vista. De un modo
similar funcionan los ejemplos.
Proponer metáforas: Si bien no es una
estrategia propiamente argumentativa, sí
lo es en términos expositivos. En
ocasiones, una metáfora puede resultar
oportuna para ayudarnos a presentar una
idea. Pero, no se debe olvidar que las
metáforas no son más que una suerte de
giro poético en un texto básicamente
argumentativo.
Señalar causas o consecuencias posibles y Señalar consecuencias indeseables que
deseables que podrían desprenderse de la podrían desprenderse de la posición
posición que pretendemos sostener. contraria a la que procuramos sostener.
Paráfrasis de textos trabajados: no es Señalar contradicciones o inconsistencias:
conveniente que un ensayo se encuentre no resulta de ningún modo sencillo
atiborrado de citas. La paráfrasis consiste encontrarlas pero, entre todas las
en decir con palabras propias las ideas de estrategias contrargumentativas posibles,
un texto determinado (el cual hay que el ejercicio de buscar contradicciones o
referir, entonces, como corresponde). inconsistencias en la posición que
enfrentamos puede resultar una de las más
eficaces. De todos modos, hay que tener
siempre la prudencia de no caricaturizar la
posición que buscamos refutar, sino
estudiarla con atención, analizando
detenidamente sus argumentos.
14
Conclusión
Es necesario que haya coherencia entre los tres momentos del ensayo: la
introducción, el desarrollo y el cierre. Es decir, lo que se anuncia en la introducción
tiene que estar encadenado con lo que se desarrolla en la parte argumentativa del cuerpo
del ensayo; la conclusión, a su vez, tiene que desprenderse de dichos argumentos. No
debe afirmarse en la conclusión algo que no ha sido planteado antes, o que no guarde
ninguna conexión con lo planteado previamente. De lo contrario, estaríamos
introduciendo información nueva que nos quitaría credibilidad. No se trata de divagar
sobre todo lo que sabemos sobre algún tema. Los problemas y las preguntas de los que
partimos tienen que ser concretos, y deberíamos asegurarnos entonces de que el ensayo
se ciña a esos problemas y preguntas. Conviene entonces formular, al comienzo del
trabajo, el problema o la cuestión principal a la que deseamos enfrentarnos, y
mantenerlas en mente todo el tiempo. No debería, entonces, haber nada en el ensayo que
no se vincule, de alguna manera más o menos directa, con esas cuestiones. Lo demás
conviene que sea desechado.
Además, el trabajo debe ser consistente. Un ensayo será consistente cuando sus
partes estén bien conectadas desde el punto de vista lógico. Es decir, se alcanza la
consistencia cuando la conclusión se desprende lógicamente de los argumentos
presentados en el desarrollo del texto y no se advierten contradicciones o falacias.
Hay que hacer el intento, por otra parte, de no dejar ninguna afirmación sin
justificar: tendríamos que intentar convencer, con buenos argumentos, a nuestra
audiencia acerca de nuestra posición sobre el problema que estamos abordando. No
debemos dar por obvias nuestras afirmaciones y nuestros planteos, por eso es que es
necesario argumentar.
Por otra parte, es importante prestar atención a la cohesión del ensayo. Se trata,
básicamente, de que haya una correcta articulación entre las oraciones y párrafos del
ensayo. Es necesario tener en cuenta para ello el uso de conectores que resulten
adecuados en función del tipo de vinculación que queremos lograr en nuestra
argumentación. Algunos de estos conectores pueden ser los siguientes:
En función de lo que hemos dicho más arriba, es importante tener en cuenta todos
estos elementos en los diversos momentos de la redacción de nuestro trabajo (en
especial en las diferentes instancias de relectura a lo largo de los distintos borradores).
7. AUTOEVALUACIÓN
Como les decíamos, éste es sólo un ejemplo (de todos modos, significativo, pues
es el resultado de largos años de experiencia de las docentes que escribieron dicho
manual). Pueden formularse otras preguntas que resulten valiosas para ustedes.
Si las preguntas estuvieran bien planteadas, les permitirán examinarse de un modo
sensato, evitando tanto una autocomplacencia demasiado cómoda, como un juicio
excesivamente severo acerca del trabajo que han escrito.
a. Sistema llamada-nota
8
M. Frassineti de Gallo y G. Salatino, Filosofía. Esa búsqueda reflexiva, Buenos Aires, A-Z editora,
2006, pp. 365-368.
9
Acerca de las ventajas y desventajas de cada uno de los sistemas, véase M. Botta, Tesis, tesinas,
monografías e informes, Buenos Aires, Biblos, 2007, p. 76.
17
nota contiene información sobre la fuente utilizada.
Las referencias se formulan de la siguiente manera: a) Libros: Autoría, título (en
cursiva), lugar, editorial, año y n° de página/s; b) Libros escritos por varixs autorxs:
Nombre de la primera persona del grupo et al., título (en cursiva), lugar, editorial, año;
c) Artículos publicados en una compilación: Autoría, nombre del artículo (entre
comillas), nombre de quien compiló, título del libro (en cursiva), lugar, editorial, año y
n° de página/s; d) Artículos publicados en revistas científicas: Autoría, nombre del
artículo (entre comillas), nombre de la revista (en cursiva), n° y/o volumen, año y n° de
página/s; e) Artículo publicado en un periódico o en una revista de difusión: Autoría,
nombre del artículo (entre comillas), nombre del periódico o revista de difusión (en
cursiva), lugar, fecha y n° de página/s.
Ejemplos:
Ejemplos:
b. Sistema autoría-año
Ejemplos:
Ejemplos:
1.a. En otro trabajo Löwith afirma que “la filosofía de la historia depende
enteramente de la teología de la historia, en particular del concepto
teológico de la historia como una historia de perfección y salvación”
(Löwith, 1968: 10).
* los puntos entre paréntesis (…) indican que en la cita se omite parte
del pasaje.
2. Karl Löwith afirma que no existe una ruptura entre las concepciones
providencialista y progresista de la historia (cf. Löwith, 1968: 10).
* Si se opta por el sistema llamada-nota las referencias se colocan en todos los casos al
pie de la página o al final del trabajo.
Notas
Las notas se colocan en el pie de página, al final del trabajo o en el cuerpo del
texto. Las notas se clasifican de la siguiente manera:
9. EJEMPLOS
La identidad emocional
Por Santiago12
¿Quién soy? Esta pregunta seguramente le ha podido sacar el sueño a más de una Introducción: se plantea el
persona. La búsqueda de lo que nos define, y nos diferencia a la vez del otro, no es interrogante sobre el que se
va a reflexionar: ¿es
fácil y varía para cada persona. ¿Podremos encontrar la respuesta en las pasiones, en razonable afirmar que lo que
lo que nos gusta y disgusta? Y aunque hallemos una respuesta, ¿por cuánto tiempo nosotros somos coincide con
será válida? ¿No estaremos cambiando todo el tiempo? nuestras pasiones, en la
medida en que éstas tienen un
carácter dinámico (y cambian
entonces “todo el tiempo”)?
Para este propósito trataremos en este ensayo a las pasiones de forma diferente a la Clarificación de conceptos. A
partir de este párrafo se
tradicional. Se las debe entender como lo que nos gusta, lo que amamos y lo que elucida el uso que se le dará
detestamos, pero de forma consciente. Es decir, como conceptos racionalizados de al término “pasión”.
nuestras emociones. Exposición previa al
desarrollo del problema y a
la respuesta argumentativa
que se dará al mismo.
No ha de confundirse, sin embargo, a las pasiones con las emociones. Aquí
presentamos a estas últimas, como fenómenos que son percibidos por nuestra Búsqueda de precisión
conceptual: se distingue
conciencia y que son externos a la misma. Estas emociones son impresiones, como “pasión” de “emoción”.
diría Hume, intuiciones muy fuertes, que suceden en un momento dado, son
circunstanciales y no eternas. Una vez que han sucedido, son guardadas en nuestra Se realiza una paráfrasis del
memoria e integradas a nuestro entendimiento. Nuestra conciencia podrá acceder a texto trabajado de Hume.
estas memorias cuando sea necesario.
Es decir, que nuestras emociones efímeras son percibidas, racionalizadas, y luego se Elaboración de la definición
crean conceptos a partir de ellas. Llamo, entonces, pasión a la racionalización de la de pasión.
memoria de un conjunto de emociones. Por lo tanto, las pasiones no son emociones a
largo plazo, y no conllevan esa inevitabilidad y esa alienación que se les suelen
adjudicar, sino que son construcciones que hace el yo racional a partir de la
experiencia de las emociones propias. Son la conceptualización de un fenómeno
cerebro-corporal, y digo corporal porque puede haber síntomas físicos igualmente,
como el aumento de la frecuencia cardíaca, el llanto y la coloración de las mejillas,
entre otros.
Las pasiones están altamente relacionadas con la memoria. Son en realidad anhelos de Continúa la búsqueda de
emociones que hemos sentido, y que evocamos conscientemente cuando pensamos en precisión conceptual. Aquí se
trabaja el vínculo de la pasión
las circunstancias en las que sucedieron. Es común también asociarlas a algún objeto, con la memoria.
actividad o persona y las evocamos al pensar en ellos. Entonces reiteramos conductas
para tratar de revivir emociones.
Vale aclarar que la memoria no siempre es invocada voluntariamente, sino que
accedemos a ella todo el tiempo, sin necesidad de tener la voluntad de recuperar
recuerdos. Es más, es probable que cuanto más nos esforcemos en recordar algo en
12
Santiago y Trilce son los nombres de pila de lxs autorxs de ambos ensayos.
21
particular, más nos cueste recordarlo. Las emociones son recordadas con particular
nitidez, envolviendo todos los recuerdos, de tal forma que recordar una emoción es
casi como volverla a experimentar. La racionalidad radica en cómo relacionamos la
emoción recobrada con el entorno en que sucedió.
Estas pasiones, que tenemos guardadas en la memoria y de las cuales somos Aquí encontramos la tesis o
conscientes regularmente, nos otorgan una “identidad emocional”. Es decir que las posición que se defiende en el
ensayo, en respuesta al
pasiones nos ayudan a contestar a nosotros mismos la pregunta de quiénes somos (de problema planteado en el inicio
hecho, es muy común que cuando alguien se presenta diga las cosas que le gustan y del mismo.
las que detesta), y nos permiten tener una suerte de constancia sentimental. Está
identidad que buscamos en nuestras pasiones es la que, una vez la hayamos definido,
pretendemos proyectar a futuro.
Pongamos ahora un par de ejemplos, para aclarar un poco los conceptos. Si yo dijera
que me apasiona bailar tango, lo que en realidad quiero decir es que cuando pienso en Ejemplificación del concepto
de pasión que se está
bailar tango me acuerdo de ciertas emociones que tuve bailando tango y que confió utilizando, así como de su
que sucederán de vuelta al volver a bailar. Si yo dijera que amo a cierta persona, lo vínculo con la memoria.
que en realidad quiero decir es que cuando pienso en esa persona me vienen de la
memoria ciertas emociones que tuve estando con ella y que confió que volverán a
suceder. Una vez que he definido mis pasiones, trato de aceptarlas y actuar en
consecuencia.
¿Qué pasa cuando estas sensaciones no se vuelven a producir? Porque puede suceder, Señalamiento de una posible
y sucede. No siempre recibimos las emociones que esperábamos, y nuestra identidad inconsistencia. Planteamiento
del problema que se va a
emocional se puede ver cuestionada. resolver. A partir de aquí
comienza la parte
argumentativa del ensayo.
Esto implica que las pasiones poseen el mismo problema que los demás juicios
basados en la experiencia: carecen de universalidad. Aquellas emociones que uno
haya percibido y que relaciona con alguna actividad, objeto o individuo, aunque haya
sido numerosas veces, no hay nada que nos garantice que volverán a producirse la
próxima vez que interactúe con el supuesto causante de la emoción.
Supongamos que una persona ha probado de chico el apio y no le ha gustado. En diez Ejemplificación y primera
años no la ha vuelto a probar, y huye de él cada vez que se le presenta, porque el hipótesis para responder a la
posible inconsistencia: el
recuerdo del asco que le produjo lo azota cada vez que piensa en él. Sin embargo, un prejuicio.
día un amigo le dice que el apio es la verdura más rica del mundo y que debe probarla.
El hombre se detiene a reflexionar y considera que su aberración por el apio es
prejuiciosa, ya que está basada en una memoria antigua. Decide entonces probar
nuevamente el apio, que para su sorpresa, le resultó agradable.
Puede ser también que nos hayamos confundido del causante de la emoción. Ésta es Segunda hipótesis: error
producto del total de las circunstancias, y al tratar de aislar al causante en una cosa, se respecto del estímulo que causó
la emoción.
pueden tomar como despreciables elementos del contexto que no lo son. Ya criticaba
Hume el principio de causa y efecto. Sería entonces la pasión que definimos, una Se recurre nuevamente a una
interpretación equivocada de nuestros sentimientos. autoridad filosófica. No se la
cita textualmente sino que se
realiza una paráfrasis.
Cuando las emociones que esperábamos no son las recibidas pueden suceder al menos
dos cosas. Una es la negación: desconfiamos de nuestra experiencia del momento, Recapitulación del desarrollo.
creyendo a esta la equivocada y no a nuestras expectativas. Priorizamos nuestras
concepciones previas (prejuicios) antes que la experiencia del momento, nos
engañamos a nosotros mismos para no tener que desarmar la identidad que hemos
construido para nosotros.
Lo otro que puede suceder es que nos cuestionemos nuestra pasión. Quizás lo que
tanto nos gustaba, ya no nos satisface. Esto suele acarrear la decepción y la generación
de un vacío al no saber ya quiénes somos. Es, sin embargo, una excelente oportunidad
22
para sentarse a reflexionar, vivir experiencias nuevas, y emprender la búsqueda de
nuevas pasiones para poder reconstruir nuestra identidad emocional.
No obstante, debemos evitar caer en el escepticismo. Que las emociones que nos Respuesta a la posible
producen ciertas actividades, personas u objetos puedan cambiar, no significa que inconsistencia.
deban hacerlo, y lo más probable es que no lo hagan. Sería un error pretender ignorar
nuestras pasiones, bajo la premisa de que existe la posibilidad de que estén
equivocadas; porque existe la posibilidad aun mayor de que no lo estén.
En fin, hemos tratado a la pasión como una conceptualización de las emociones que se Conclusión: el ensayo finaliza
sienten y que permiten crear al hombre una identidad emocional. Ésta, a pesar de lo afirmando la idea planteada a
modo de tesis y su consistencia
que se pueda pretender, no es inmutable, sino dinámica. Nuestros sentimientos pueden en relación con el carácter
cambiar en cualquier momento, en menor o mayor medida, redefiniendo nuestro ser. dinámico de las pasiones (que
Es nuestra misión estar pendientes de estos cambios y recibirlos con los brazos era el problema planteado en la
abiertos. introducción).
¿Razón o sentimientos? Trazamos nuestro ser en la frontera entre estos dos INTRODUCCIÓN:
conceptos y es por esto que su alianza nos es invisible. No somos capaces de pensar sin
- La pregunta inicial, además
el romántico abismo que nos imponen las dicotomías. Y es así como el lenguaje binario, de captar la atención de quien
idéntico al de las computadoras, encierra al discernimiento, ahogándolo en la lee, marca la dicotomía que
mediocridad. articulará todo el ensayo.
El propósito en la vida debe ser encontrar las incongruencias del sistema, la unión de -Por otra parte, la primera
persona del plural en la que
lo incoherente, puesto que es el absurdo lo que nos despierta de la somnolencia en la están escritos estos primeros
que nos sumerge la cotidianidad. párrafos tiene el mérito de
Son pocas las instancias en la vida diaria que nos permiten ver la síntesis de los incluir al auditorio en la
términos que creemos antagónicos. Es necesario tomar distancia y reflexionar, lograr reflexión que comienza a
una perspectiva integral para entender lo que nos rodea y lo que nos constituye. desplegarse.
- Finalmente, a la manera de
un manifiesto, toma posición
firme sobre el tema a tratar y
esa opinión firme es la que
dispara en quien lee la
necesidad de conocer los
argumentos que la sostienen.
En Fragmentos de un discurso amoroso, Roland Barthes habla de la espera como
una situación donde los sentimientos (la angustia) trastocan la razón:
“[…] desencadenó la angustia de la espera. Comienza entonces el primer acto; CITA DE AUTORIDAD
está ocupado por suposiciones: ¿y si hubiera un malentendido sobre la hora,
sobre el lugar? Intento recordar el momento en que se concretó la cita, las Aquí la cita de autoridad
precisiones que fueron dadas. ¿Qué hacer (angustia de conducta)? ¿Cambiar de funciona al mismo tiempo
como instrumento para
café? ¿Hablar por teléfono? ¿Y si el otro llega durante esas ausencias? Si no me
introducir nuevos conceptos y
ve lo más probable es que se vaya, etc. El segundo acto es el de la cólera; dirijo como ejemplificación de lo
violentos reproches al ausente: “siempre igual, él (ella) habría podido que ocurre cuando los
perfectamente…”, “Él (ella) sabe muy bien que…” ¡Ah, si ella (él) pudiera estar sentimientos predominan sobre
allí para que le pudiera reprochar no estar allí! En el tercer acto, espero la razón.
(¿obtengo?) la angustia pura: la del abandono; acabo de pasar en un instante de
la ausencia a la muerte; el otro está como muerto: explosión de duelo: estoy
23
13
interiormente lívido.”
ANÁLISIS DE CITA
Se ve cómo las proposiciones lógicas se mantienen pero las dimensiones se tornan
disparatadas. La angustia absorbe la capacidad de acción y crea un ambiente de Aquí el análisis de la cita
desesperación. Los sentimientos toman territorio sobre la razón, pero de manera permite precisar su sentido y
ver cómo de hecho funciona
oculta, se infiltran sigilosamente bajo disfraces de racionalidad. Mantienen el método, como una ejemplificación.
la forma y cambian su contenido, creando así una incongruencia que pasa
desapercibida.
Frente a esta angustia, el capital ha encontrado un negocio. Con redes sociales, APLICACIÓN DE
celulares inteligentes y toda la tecnología al servicio de la comunicación, la espera se CONCEPTOS
pierde: no hace falta más que levantar el teléfono y llamar, o mandar un mensaje de
Los conceptos presentados y
texto, un Whatsapp, una nota de audio, etc. Pero la desesperación se cuela de todas analizados en la cita anterior
formas. En realidad, sólo cambia la dimensión del tiempo y del espacio. Hoy tenemos son ahora aplicados para
la obligación de estar pendientes de posibles encuentros virtuales, porque si no, se pensar una situación concreta y
desencadena la angustia y el reproche. Es un fenómeno social que sostiene la cotidiana que puede ser común
hipercomunicación a partir de este miedo a la espera. tanto para la autora como para
quienes leen.
El neurólogo Oliver Sacks presenta en su libro Los ojos de la mente un caso PARÁFRASIS + CITA
inverso al de Barthes: el síndrome de Capgras. Las personas que lo padecen son DIRECTA
capaces de reconocer racionalmente un rostro, pero no generan una sensación de
familiaridad emocional con el mismo. En este caso los sentimientos se retrotraen y En estos dos párrafos se
combinan estos recursos para
queda la razón desnuda, incapacitada. Se desarticula la comprensión, todo se torna poder presentar de manera
insustancial, falso. El conocimiento racional no es verdadero si no lo acompaña el sintética la posición del autor
sentimiento de familiaridad. No se asimila al otro, sino todo lo contrario, se genera que se ha tomado como
una sensación de otredad máxima. referencia.
Por más que en el cerebro puedan reconocerse áreas específicas, incluso grupos de
neuronas dedicadas a cumplir roles determinados: “El cerebro es más que un conjunto ANÁLISIS Y CITA
de módulos autónomos (…). Cada una de estas áreas funcionalmente especializadas DIRECTA
debe interactuar con decenas o cientos de otras, y su integración total crea algo
parecido a una orquesta enormemente complicada con miles de instrumentos, una Como en el caso anterior, aquí
también se presenta un análisis
orquesta que se dirige a sí misma y cuya partitura y repertorio cambian de la cita, pero esta vez se
continuamente”. 15 refuerza con ciertos pasajes
literales del autor citado.
El síndrome de Capgras es una patología que sufren algunos individuos, pero no es
difícil pensarla en el plano social. Hannah Arendt ya esbozó la banalidad del mal: los PARÁFRASIS +
grandes sistemas de crueldad masiva no se generan por una voluntad siniestra de hacer ANALOGÍA
el mal, sino, sencillamente un sistema de burocracia y la alienación que ésta implica.
Mediante una paráfrasis se
El odio, la xenofobia y la discriminación son motores que obligan a los demás presentan conceptos de la
sentimientos a replegarse, son amputados, dejando a la razón abandonada en una filósofa Hannah Arendt para
estructura estática, funcionando como una máquina vacía, sin límites, donde el sostener, a partir de ellos, una
pensamiento queda impotente. analogía entre el síndrome de
Capgras, a nivel individual, y
ciertas situaciones que ocurren
13
Barthes, Roland, Fragmentos de un discurso amoroso, Buenos Aires, Siglo XXI, 2006. p. 91.
14
Sacks, Oliver, Los ojos de la mente, Barcelona, Anagrama, 2010 p. 120
15
Op. cit., p. 118. La cursiva me corresponde.
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a nivel social.
Esto es lo que permite que Israel envíe misiles dirigidos a escuelas y hospitales de EJEMPLIFICACIÓN
Gaza; que sus blancos sean niños, mujeres y ancianos; que se busque el exterminio de
la población civil mediante la utilización de fósforo blanco. El pueblo judío Aquí la referencia a la guerra
desterrado, perseguido, víctima de un holocausto, hoy es culpable de un genocidio (y a una guerra en particular)
termina de completar la
contra los palestinos. argumentación por analogía al
Las guerras son empresas que producen una ablación de los sentimientos, similar a ofrecer una situación concreta
lo que ocurre con el síndrome de Capgras. Se pierde la sensación de familiaridad, la que ilustra aquella
identificación con el otro. Sólo somos capaces de expresarnos en cifras, contamos el comparación inicial que al
principio sólo se sostenía en
número de muertos. una cita de autoridad indirecta.
Pero “cuando la guerra se va, la poesía vuelve” 16, decía Artaud. Lo irreal y lo real,
lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido, la vigilia y el sueño, se cruzan y PARÁFRASIS Y CITA
se entrecruzan, se funden y se confunden; las relaciones entre ambos mundos llamados DIRECTA.
opuestos se han hecho más profundas y angustiosamente lúcidas como nunca antes en
la poesía, según Nerval17. Los surrealistas comprendían desde lo más hondo que el En los párrafos que siguen
estos recursos se utilizan para
inconsciente nos domina, por eso vivían con un pie en los sueños y el otro en el suelo, introducir los conceptos de
en la más dura realidad, la cotidiana, la que tiene implicaciones políticas. En su distintos poetas surrealistas
estrecha relación con el mundo se opone y protesta contra él; a través del arte se hace acerca de la poesía. Estos
un espacio para la libertad. conceptos permitirán pensar el
arte como una forma de
En la conferencia La evidencia poética que pronuncia Paul Eluard, con motivo de síntesis entre razón y
la primera exposición internacional del surrealismo en Londres en 1936, dice que la sentimientos.
poesía lejos de ser para la exclusividad de algunos eruditos, debe ser hecha por todos y
para todos.
“(…) El artillero alemán Max Ernst bombardeaba las trincheras donde yo, soldado
de infantería francés, montaba guardia. Tres años después nosotros somos los mejores
amigos del mundo entero y luchamos por la misma causa: la emancipación del
hombre”
El surrealismo lucha contra aquella otredad que diferencia a los humanos, que no
permite que se identifiquen como hermanos. Y resuena el poema de Eluard Liberté
16
Millard-Chary, Claude, L’imaginer guerrier dans la poétique surréaliste, p. 73. Disponible en
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/homso_00184306_1993_num_107_1_26
83 (14/08/2014 23:45).
17
Nerval, Gérard, Les filles de feu. La Pandora. Aurelia, Paris, Gallimard, 1989, p 227.
18
Eluard, Paul, L’evidence poétique, en http://www.lettresvolees.fr/eluard/documents/
Conference_Caron.pdf.
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Libertad
Ya sea por su presencia agobiante o por su ausente ubicuidad, los sentimientos CONCLUSIÓN
arraigan e impulsan el pensamiento, empapándose de racionalidad para lograr una
estructura lógica. La angustia de Barthes que nos hunde en el desespero y en el Aun cuando no hay ninguna
constante miedo a la espera o el síndrome de Capgras y la guerra deshumanizadora expresión que lo indique de
manera explícita, los tres
son instancias donde el Todo queda disgregado, desarticulado. No hay que perder de párrafos finales pueden
vista la orquesta enormemente complicada que describe Sacks donde cada módulo pensarse como la conclusión
autónomo se integra con otros para crear algo mayor. En realidad nada existe apartado del ensayo. En ésta, se retoman
e independiente; siempre se puede encontrar el puente, aunque sea desde su exilio, los conceptos presentados a lo
largo del trabajo y se vuelve a
desde el afuera, o quizás también desde el adentro, desde el inconsciente. hacer hincapié en la tesis
La perspectiva surrealista es revolucionaria porque visualiza una síntesis inicial: la necesidad de una
multiplicadora. Hace estallar el orden categórico y se deshace de la idiosincrasia síntesis que medie entre los
escrupulosa: desnuda la arbitrariedad y refunda el caos creador. extremos racionales y
Es de esta manera como hay que re-flexionar, volver sobre el objeto de nuestro emocionales. A esa síntesis se
la denomina, como ya lo
pensamiento con plena consciencia de la unión entre razón y sentimientos. Entender lo señalara el título, pensamiento,
indivisible de estas naturalezas que oponemos abre las posibilidades frente a aquello y su ejercicio es lo que se
impensable. Debemos adueñarnos de nuestro propio pensamiento, no permitir que la llama aquí re-flexión.
alienación nos lo sustraiga porque es lo único que nos mantiene libres. Pero hoy en día
un conformismo feroz lo reduce, lo aísla y lo encierra. Es necesario librarnos entonces
de los preconceptos que encarcelan al pensamiento, deshacernos de las falsas verdades
como lo es el antagonismo entre razón y sentimiento.
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APÉNDICE
ABREVIATURAS DE USO FRECUENTE EN TRABAJOS CIENTÍFICOS
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BIBLIOGRAFÍA
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