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P O R S O L R O S E L L I

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 ¿Quién busca a quién?
‘Adoración’: Uno de los postulados de la geometría de Euclides y la mujer del pozo.

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 Theodore Roosevelt fue el vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos entre los años 1901 y 1909. Fue el presidente más joven
que, con cuarenta y dos años, condujo a Norteamérica. Algunos historiadores lo describen como de personalidad exuberante, de in-
tereses y logros amplios y como un activista social y de reforma para Estados Unidos. Una de las frases que legó en uno de sus varios
escritos fue:

‘A NINGUNA PERSONA LE IMPORTA CUÁNTO SABES, HASTA QUE SABE CUÁNTO ELLA TE IMPORTA A TI’.

Theodore Roosevelt fue considerado por los historiadores como uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos.

Las mujeres están en los medios de comunicación, hoy, como nunca antes. Matar y morir va mucho más allá del cuerpo físico. Se
traduce en permanecer en relaciones disfuncionales, en sufrir en silencio; en ser presa de la trata; en formar parte de culturas (como
Oriente) que tienen hipernaturalizada la violencia contra la mujer. Es tan complejo. Se dicen tantas cosas.

A veces no se sabe guardar la intimidad y queda librada a las opiniones de los demás; exponiendo –hasta sin notarlo- una carencia de
proyectos, de rutinas, de vocación, de amor propio; una actitud de complacencia con los otros, por miedo a la pérdida, a que me re-
chacen; una carencia de espontaneidad por estar tan alertas al «deber ser», al «qué pensará el otro de mi».

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Las mujeres no tenían derecho a pedir divorcio en la cultura hebrea alre-
dedor del año 0, pero sí podían ser repudiadas y echadas de su casa. La
samaritana del pozo, posiblemente, cinco veces tuvo que dejar casa y segu-
ridad. Tal vez hacer duelo por un esposo muerto. Cinco veces, quizás quedó
en la calle y fue objeto de comentarios maliciosos que siguen, incluso, de-
nostándola veinte siglos después. Cinco veces, y muchísimas más después
seguramente, fue víctima de murmuraciones y habladurías escondidas, de
prejuicios y de difamación. Ella, y tantas otras mujeres, una y otra vez en su
tiempo, y también en el nuestro, son objeto del examen impiadoso de per-
sonas política y religiosamente correctas, de los sabios de las leyes, de los
guardianes de la verdad, de los doctos escrituristas; aún mujeres víctimas
del dictamen del moralismo cristiano.

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Tal vez, si ella leyera todo lo que se escribió alguna vez acerca del encuentro y religiosos puede vencer la tentación de ofrecer una política asistencialista
del pozo, se preguntaría: Pero ¿qué saben todos acerca de mi aflicción? ¿Qué que objetiviza a las personas o las convierte en lo que pensamos para una
pueden especular sobre mi vida estas personas seguras en sus escuelas y satisfacción o realización personal.
templos, lejos de los dolores, las amarguras y las experiencias duras del re-
No conocemos efectivamente que diálogo se produjo esa noche en casa de
chazo, de existir en un territorio ocupado y explotado, de la imposición de la
Zaqueo.
rutina? ¿Cómo hacen ellos para darle sentido a mis sentimientos?
O en esa tarde de pozo a pleno sol del mediodía con aquella mujer.
Desde el punto de vista histórico, usada de ejemplo de ‘existencia oscura’,
catalogada de ‘gente de una cultura subalterna’, de ‘no-persona’. Pero como si Él fuese un gran imán y ellos pequeños hierros, la intensidad
del campo magnético que se produjo entre ellos, materializó lo inmaterial.
Pero hay miradas que parecieran regalar boletos en la máquina del tiem-
Hizo visible lo invisible.
po. Preguntas capaces de despertar recuerdos, y reconectar el presente con
el pasado y abrirle las puertas al futuro. Actitudes que logran formar surcos «Voy a darle a los pobres la mitad de todo lo que tengo y si algo le robe a al-

nuevos alrededor de una boca enmudecida por años. guien se lo voy a devolver por cuatro».

Hay imaginaciones capaces de modificar el mundo, las fronteras de las na- «Él fue capaz de ir más allá de Jerusalén y Samaria y de montes y de tem-

ciones, las de las clases sociales, las de la cultura, las que proceden del hecho plos.! ¿Lo ves? El me hizo sentir cercano el aliento de Dios …. Voy a ir a la aldea

de ser hombre o mujer, las de la religión. Fronteras que nos meten en una a decirle a todos todo lo que este hombre dijo de mi (no de la adoración, de

cárcel y nos separan de la vida. lugares y de horarios…el habló de mi...dicen que se llama Jesús…Él me habló
de mi…); tal vez ellos me ayuden a entender si él es el Mesías que iba a venir»
Solo alguien que vive afuera de los corrales políticos, nacionales, culturales

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¿Se habría hecho efectiva, hace mucho tiempo antes ya, la premisa de Roosevelt?

Y cuando llega el punto en el que interesa más lo que dice Dios que lo que dice la
gente, algo se rompe.

O un frasco de perfume como aquella vez en casa de Simón o los paradigmas de

una adoración seriada, de pasos estrictos, de manual, predecible, de horarios, de
días y lugares específicos, de maneras predeterminadas por alguien.

Entonces Samuel dijo:

«Más le agrada al Señor que se le obedezca,

y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos;

vale más obedecerlo y prestarle atención

que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros.»

1 Samuel 15.22 DHH

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En resumen: Estaría bien parafrasear este deseo de Dios expresado por la Pero que fue primero «shakjá», en el lugar santísimo del tabernáculo interior

boca de Samuel a Saúl: ‘Deseo que me conozcas Saul. Solo quisiera que me del hombre y de la mujer, cuyo significado de la raíz hebrea es «dar culto».
conozcas’
Y este dar un culto, no se traduce directamente con «cantar, orar o ayunar» sin

O a través del profeta Oseas: antes pasar por una actitud interna de obediencia que nace de la fe en ‘algo’

Quiero que demuestren amor, previamente revelado.

no que ofrezcan sacrificios. A cualquiera que diga que el primer acto donde la palabra adoración está
Más que ofrendas quemadas, registrada en la biblia fue un asesinato truncado, no podría, en algún sentido,
quiero que me conozcan. ser juzgado.
Oseas 6.6 NTV

Y aparece la hermosura de lo diferente que nace de la particularidad que se

va gestando de cada encuentro entre Dios y un hombre o una mujer.
El proskuneo (del griego la traducción de la palabra adoración usada en el
nuevo testamento: reverenciar, rendir homenaje, postrarse, inclinarse, dar glo-
«Quédense aquí con el burro —dijo Abraham a los siervos—. El muchacho y yo
seguiremos un poco más adelante. Allí adoraremos y volveremos enseguida».
Génesis 22.5 NTV

ria a); el proskuneo que se ve, concreto, expresado, que toma alguna forma.

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Adorar, para Abraham, se tradujo en «cortarle la yugular a Isaac». Punto. Sin comas.

Si sacamos la fe del acto de Abraham al ofrecer a Isaac, este acto se transforma

enteramente en un homicidio.

Pero Abraham actuó en respuesta a una palabra revelada por Dios.

No fue algo que el mismo pensó.

No ideó un acto que adoraría a Dios. («Y Dios estaría orgulloso, sin dudarlo»)

¡Sería una locura tan solo pensar en fabricar este tipo de método de adoración!

Tanto la adoración a Dios, como las cosas que hacemos para Dios, deben ser guia-
das por Dios, de lo contrario es presunción.

La fe siempre presupone una revelación previa. La fe es por el oír, y el oír por la pa-
labra de Dios.

Uno de los postulados de la geometría relacionadas con el punto de Euclides es

este: ‘Una recta contiene infinitos puntos.’

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Hay cosas que no pueden ser transferidas, no se prestan, no pueden darse.

Las relaciones no pueden transferirse, prestarse, tampoco pueden darse.

Ninguna oración o imposición de manos es capaz de generar adoradores.

Una relación con Dios, como sucede con cualquier otra relación, necesita

ser construida.

Así como infinitos puntos construyen una recta, infinidad de encuentros

con Dios construyen una vida que deja ver, en su conjunto, el impacto que

ocasionan esas sucesivas citas proyectadas en el Cielo y materializadas en

la tierra; y que terminan dejando impresiones de la mente y el corazón de

Dios en personas de carne y hueso, en contextos variados, en épocas distin-

tas, a lo largo de toda la historia de la humanidad.

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¿CÓMO PUEDO HACER ALGO?
Si la adoración es un todo que, en parte, contiene la respuesta que nace de mensaje para entregárnoslo hoy, con algo para que entendamos en este mo-
lo que se gesta en cada encuentro particular entre Dios y cada hombre y mento concreto.
mujer, tal vez se podría buscar:
- Hacer vacío. Dejar espacio. Mantenerme humilde y hambriento.
- Ponerles trampas a nuestros pensamientos.
- Perder. Porque a veces un modo habitual de recibir todo, es quedarse
«El verbo arameo traducido como orar significa literalmente «poner una
sin nada.
trampa». Es la forma de llevar cautivos los pensamientos y los sueños. Una
forma de poner trampas de oración es tener un diario de oración.»
A veces una mente y corazón abierto es producto de un estómago vacío.

- Pedirle a Dios abundar en atención, ser grande en capacidad de es- ¿Probar con ayunar?
cucha. Que nos haga disponibles para aprender de cualquiera, preparados Los vacíos no se colman con cantidad, sino con autenticidad e intensidad de
para recibir hasta de aquel a quien pensamos que tenemos que darle. Que comunión.

nos libre de prejuicios, de sospechas injustificadas, de la desconfianza, de

«Ama. Y haz lo que quieras», escribió San Agustín.
las obstrucciones que no nos dejan estar disponibles para las sorpresas. Para
reconocer que cualquiera nos encuentre, puede ser ‘enviado’ por Dios con un

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 Amar en el sentido no tanto de hacer o amontonar
más cosas sino de estar ante Dios en verdad y
transparencia del propio ser. Y entonces el hacer
nacerá de un encuentro en el espíritu de nuestra
realidad con la del Espíritu de Dios.

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«Que Dios nos bendiga con la incomodidad, frente a las respuestas fáciles, las me-
dias verdades, las relaciones superficiales, para que seamos capaces de profundi-
zar dentro de su corazón.
Que Dios nos bendiga con la ira, frente a la injusticia, la opresión y la explotación
de la gente, para que podamos trabajar por la justicia, la libertad y la paz.
Que Dios nos bendiga con lágrimas, para derramarlas por aquellos que sufren do-
lor, rechazo, hambre y guerra, para que seamos capaces de extender nuestras ma-
nos, reconfortarlos y convertir su dolor en alegría.
Y que Dios nos bendiga con suficiente locura, para creer que podemos hacer una
diferencia en este mundo, para hacer lo que otros proclaman que es imposible.
Amén.»
Oración Franciscana

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Bibliografía:

- JESUS DEL PUEBLO, Néstor O. Miguez

- USOS Y COSTUMBRES DE LAS TIERRAS BIBLICAS, Fred H. Wight

- DISEÑADOS PARA ADORAR, Aiden W.Tozer

- ADORACIÓN, Alfredo P. Gibbs

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