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LOS CUATRO

PERFILES DEL ALMA

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SRI PADAMBUJA DASA

Prefacio

La vida en este mundo es un acontecer regido por las tres modalidades de la naturaleza
material (gunas): bondad (sattva), pasión (rajas) e ignorancia (tamas), las cuales
constituyen la sombra material (mahat-tattva) de la conciencia pura (brahma-bhuta), bajo
cuya influencia, las entidades vivientes (jivas) adoptan comportamientos altruistas, avaros y
necios respectivamente.
Cuando uno se identifica con el aspecto sombra de la verdadera realidad, su conciencia
no desaparece, solo se adormece. En tal caso, a menos que cultive el genuino
conocimiento espiritual y lo practique, será condicionado por la influencia de las tres gunas.
Éstas manipulan de tal modo al ser humano que, aun cuando sea consciente de la
verdadera realidad, su personalidad suele conservar inconscientemente los rasgos virtuales
de las gunas.
La influencia de las tres modalidades de la naturaleza material tamas, rajas y sattva
provoca un comportamiento necio, obstinado y virtuoso, respectivamente, mientras que
bhakti se refiere a la ferviente devoción a Krishna. Cuando la entidad viviente (jiva) adopta
seria y prolongadamente el proceso de bhakti-yoga, trasciende las tres gunas y convierte
todo cuanto hace en una ofrenda de amor al Señor Krishna.
De las cuatro formas de ser que convergen en cada ser humano derivan los cuatro
personajes principales de este relato: Jivatamas, Jivarajas, Jiavasattva y Bhaktidas, (cuatro
miembros del movimiento Hare Krishna), cuya historia acerca de la relación consigo mismos
y con sus semejantes se desarrolla en este libro. Las inquietudes y vislumbres que afloran
en sus conversaciones son las mismas que interactúan en el interior de cada ser.
Este ensayo no pretende sentar cátedra sobre cómo debe interpretarse o aplicarse la
filosofía de la conciencia de Krishna, ni tampoco juzgar la posición o el criterio filosófico de
nadie. Sólo trata de explorar el complejo panorama de tendencias y opiniones que
caracteriza la actualidad diaria de los miembros del Movimiento Hare Krishna. Los
protagonistas principales corresponden a los cuatro personajes principales que todos
llevamos dentro. Al leer sobre lo que ellos dicen y hacen, cada lector podrá sacar sus

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propias conclusiones. Lo escribí en Vrindavana, cuando estaba emocionalmente devastado.
Lo hice para no desmoronarme y mantenerme alerta contra cualquier tendencia
reaccionaria que pudiera traicionarme.

Sri Padambuja dasa


Vrindavana, India, 8 de marzo de 2000

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Introducción

Durante las primeras semanas del año 2000 un frío insólito azotó Vrindavana. La neblina
era tan baja y densa que por la noche y parte de la mañana no se podía ver a más de diez
metros de distancia. Conforme avanzaba el día la niebla se iba diluyendo, pero de todos
modos no dejaba ver el Sol. Por ese entonces, entre el frío, la soledad y los problemas que
llevaba encima, yo estaba muy desanimado... Una mañana, abrumado por un sentimiento
de tristeza y desolación escribí:
“Las personas santas se someten a la voluntad de Dios, pero yo me rebelo. Ellas viven
para complacerlo, pero yo todavía ni siquiera cuestiono mis errores ni me esfuerzo en
indagar la verdadera naturaleza de las cosas. Vivo desorientado, como un barco a la
deriva... La desidia estupefaciente enmohece mi sentir. Mi vida es un cero sin que el Uno
Supremo le otorgue algún valor poniéndose. Siento que todo me falta, pero ignoro cómo
revertir la situación. Intentar averiguarlo aumenta mi penosa incertidumbre. Si hablo de esto,
probablemente me dirán que he perdido la fe, que debo tomar refugio en alguien que me
ayude a comprender lo que no comprendo. Pero, ¿dónde hay alguien que haya superado
sus dudas y temores? En este mundo todos estamos desamparados; sin memoria concreta
de una realidad distinta (a pesar de los convincentes indicios de la literatura védica). Las
Escrituras y los acharyas recomiendan tener fe, confiar en el guru, desarrollar la inteligencia
superior, apegarse a Krishna y servir a Sus devotos con amor, pero se habla mucho y se
practica poco.”
De repente, como entresueños, me pareció escuchar con bastante claridad la voz de
otro individuo (mi tendencia a cuestionar), que me decía con gravedad: “¡Cuidado con lo
que dices! ¿No crees que sea imprudente divagar sin haber cantado tus rondas? [cuota
diaria de mantras para meditar en Krishna, la forma original de Dios]. No –dije como si
hablara con alguien real–. Más bien me siento iluminado. Creo que confié demasiado en el
cuento de ´un futuro mejor´. Acabo de descubrir que la vida es sólo un caminar hacia lo
inalcanzable. “Yo creo que estás exagerando –replicó el personaje intruso–. Lo que pasa es
que nunca has entendido bien el valor del bhakti [servicio devocional, lo más elevado en

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yoga]. ¿Cómo vas a suponer que el servicio que has hecho hasta ahora no te salve de caer
en pozo oscuro de la ignorancia extrema? Recuerda lo que Krishna dice en la Bhagavad-
gita: “¡Oh, hijo de Kunti!, declara osadamente que Mi devoto nunca perecerá”. Y también:
“Yo nunca me manifiesto a los necios y poco inteligentes”...
Entre inquietudes y recelos, se originó dentro de mí un diálogo a cuatro bandas que me
hizo reflexionar durante varias horas. Al final, llegué a la conclusión de que en cada uno de
nosotros concurren varias maneras de pensar. De ahí surgió la idea de convertir a cada una
de esas maneras (un mínimo de cuatro) en un personaje imaginario, adjudicándole las
características de su peculiaridad personalidad. Me pareció que sería divertido, e incluso
didáctico, poner a dialogar a los cuatro personajes para que expusieran su modo de
interpretar la realidad, cuyos contrastes, usados como espejo por el lector, contribuiría a
mejorar el conocimiento de sí mismo y por ende su capacidad de relacionarse consigo
mismo y con sus semejantes.
Poco a poco la idea fue tomando forma y en cuestión de segundos las cuatro
personalidades se manifestaron por sí solas en mi mente como cuatro individuos con
mentalidades concretas y nombres específicos: Jivatamas, Jivarajas, Jivasattva y
Bhaktidas. La jiva (nombre para el alma) en cuatro versiones (las tres gunas o modalidades
de la naturaleza material –tamas, rajas y sattva– y el bhakti, la tendencia natural de servir y
amar a Dios).
Como se informa en la Bhagavad-gita (3.5), “todos los hombres están irremediablemente
forzados a actuar conforme a los impulsos nacidos de las modalidades de la naturaleza
material”. Con esto en mente me fue fácil imaginar dichas modalidades actuando como
personas separadas e hilvanar con ellas una historia centrada en sus conversaciones.
Puesto que los miembros del movimiento Hare Krishna aspiran a convertir todo cuanto
hacen en una ofrenda de amor a Dios o bhakti, básicamente no hay ninguna diferencia
categórica entre los tres primeros y el cuarto, excepto su grado de avance espiritual.
En contraste con las actitudes de los tres primeros personajes, marcadas por
reminiscencias psicológicas relacionadas con las tres gunas, aparece la voz del bhakti en su
papel de moderador. Construir el perfil psicológico de cada personaje no fue difícil, puesto
que en el Movimiento abundan por todas partes.

Jivatamas es un trotamundos italiano muy aficionado al arte. A sus 34 años ya ha


experimentado todo en la vida pero todavía no está iniciado. Sólo lleva dos años viviendo
con devotos (medio año en Italia y año y medio en India). Debido a su personalidad versátil
y a su temperamento analítico-envolvente parece un devoto antiguo. Sin embargo, cuando
expone sus opiniones ante los devotos, ellos notan que aún le faltan elementos de juicio
para comprender y valorar debidamente los temas que suelen discutir. Él ha tenido una

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considerable experiencia con las drogas y supone que sus impresiones subjetivas de la
realidad pueden ser tan válidas, o incluso más originales, que las de sus compañeros. No
obstante, cuando está a solas y recuerda ciertos incidentes, reconoce sus límites y entiende
pronto que la filosofía de la conciencia de Krishna es mucho más vasta y completa de lo que
él había imaginado. Desde que llegó a la India ha ido descubriendo que es muy sentimental.
Él piensa que en vez de tanto argumentar debería estudiar un poco más. Su debilidad es
dormir y su actividad favorita es leer todo tipo de literatura e ir al cine cuando visita New
Delhi.
Jivarajas es de nacionalidad suiza, tiene 38 años y es uno de los muchos ex-discípulos
de un guru que dimitió y se retiró. Antes había visitado varias veces la India, pero siempre
repite que ésta es realmente su primera vez. Es una persona muy dinámica; de
temperamento hiperactivo, pero muy noble en su relación con los demás y muy exigente
consigo mismo. Él ama la aventura. Extraña lo que siempre hizo: distribuir libros. Ahora está
fascinado con el hari-katha [charlas acerca de Krishna] que escucha en diferentes lugares, y
con lo que Bhaktidas le explica acerca de la introspección y las motivaciones inconscientes
de la mente. Después de un año en India su comprensión de la filosofía ha aumentado en
claridad y profundidad. Está descubriendo el placer de leer. Cuando está con el grupo es
dócil y notablemente colaborador pero cuando está solo es un poco brusco y descuidado.
Sin embargo, debido a que es bastante carismático, es muy sociable y le resulta fácil hacer
nuevas amistades. Le gustan los negocios y hace planes para el futuro. Por el momento
canta 32 rondas diarias y cocina de vez en cuando. Su pasión es aprender.

Jivasattva es un canadiense de 44 años iniciado por un guru de ISKCON. A pesar de


que este devoto nunca había salido de su país, parece bastante desenvuelto. Es una
persona noble y de buen corazón que ama la cultura y los buenos libros. Es de naturaleza
tranquila y tiene rasgos agradables; su compañía complace a todo el mundo. Él entró en el
Movimiento a los 22 años de edad y desde entonces la mayor parte de su vida ha
transcurrido entre la producción de libros, la adoración de las Deidades y la distribución de
prasada [alimento ofrecido a Krishna en el altar]. Aunque ha sido el último en unirse al
grupo, parece el más antiguo. También lleva dos años en India como Bhaktidas. Su
capacidad de adaptación a la vida espiritual es admirable. Difícilmente se enoja. Su
serenidad es contagiosa. Aprecia mucho a Bhaktidas por su elocuente sabiduría y genuina
devoción. Ambos son muy parecidos físicamente, así como en cualidades y actitudes.
Cuando pasean juntos la gente piensa que son hermanos. En la relación de grupo él es el
puente ideal entre Bhaktidas y los otros dos. Aparentemente no tiene una ocupación fija. Le
gusta hacer parikramas, visitar los diferentes templos de Vrindavana y observar a los
vrajavasis [habitantes del lugar].

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Bhaktidas es un holandés de 52 años discípulo de Srila Prabhupada. Su experiencia
como predicador es muy amplia y variada. Ve la vida como una oportunidad de servir a los
demás transmitiéndoles la filosofía de la conciencia de Krishna. Llegó a la India dos años
atrás. Ama la simplicidad y la franqueza, y siempre está dispuesto a conversar sobre temas
filosóficos. Es de esa clase de personas en las que uno puede confiar. Muchos devotos le
piden consejo. Una buena parte de su tiempo la dedica a responder cartas y el resto lo
ocupa leyendo o escribiendo. Una vez se encerró en su cuarto durante más de cuatro
meses y al final sorprendió a todos con dos interesantes libros. Las personas a las que
orienta y aconseja lo quieren a él más que a sus propios gurus. Algunos le preguntan por
qué no toma sannyasa (la orden de renuncia), pero él les responde que “aún no está
preparado”.
Aunque la conducta de la mayoría de las personas está influenciada por las tres gunas
[las tres modalidades de la naturaleza material], a los genuinos espiritualistas –como tres de
los personajes de esta historia– no les corresponde las connotaciones de sus nombres, por
cuanto ellos no son materialistas. Aunque son occidentales y no demasiado expertos en la
ciencia de la autorrealización, esencialmente son devotos, es decir que, pese a que en
apariencia conservan los mismos rasgos de quienes están condicionados por las
modalidades materiales, su sincera dedicación a la vida espiritual revela que son almas
adelantadas en su proceso de transformación.
La acción de la primera parte transcurre a finales del año 2000, en un apartado
condominio del área bulliciosa y pintoresca de la ciudad sagrada de Vrindavana (India), y la
segunda se desarrolla seis años después en un balneario situado en el área costera de
Punta del Este (Uruguay).

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PRIMERA PARTE

Experiencia en Vrindavana

Capítulo 1

Lo que motivó esta narración fue la necesidad de explorar la conciencia para uno
percatarse de sus propias virtudes y adoptar una actitud inteligente ante la vida. La
personalidad de los seres humanos suele ser compleja y variable; nunca se circunscribe a
un modo de ser uniformado. El aspecto o perfil predominante de la personalidad suele estar
contrastado por otros perfiles paralelos, los cuales interactúan en cada fase evolutiva. Sobra
decir que en cada uno de nosotros hay varios personajes interactuando. Comparando
nuestra estructura psíquica a un edificio que tuviese cuatro plantas, los personajes de las
dos plantas superiores (Bhaktidas y Jivasattva) conocen los aspectos más elevados de la
realidad y, cada vez que las circunstancias lo requieren, hacen gala de su sabiduría innata.
Y los personajes de las dos plantas inferiores (Jivatamas y Jivarajas), aun siendo
potencialmente aptos para profundizar en la ciencia espiritual, aún no se han desarrollado
plenamente, y fluctúan entre sus percepciones incompletas y actitudes inmaduras. Lo que
los cuatro personajes argumentan sobre los diversos temas que abordan durante sus
conversaciones es muy rico en significación y trascendencia (aunque también polémico), y
pasamos a contarlo tal como va surgiendo, empezando por el perfil escéptico e
inconformista encarnado en Jivatamas.

Jivatamas (con suspicacia a Jivarajas): Creo que no estás muy calificado para opinar.
Las personas como tú anhelan tanto las recompensas que no se dan cuenta de que la vida
es una tomadura de pelo y nada más.

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Jivarajas: ¿Nada más? ¿Acaso no ha habido, y hay, vaisnavas [devotos] avanzados
que, además de haber alcanzado la trascendencia, están iluminando al mundo con su
prédica ejemplar?
Jivatamas: ¡Bobadas! Si así fuera, el mundo sería distinto y nuestro Movimiento no
estaría como está...
Jivarajas: ¿Y cómo está? ¿Cómo quieres que esté? Antes ni siquiera había Movimiento.
¿Qué pretendes? Aunque tú no lo creas, este Movimiento salvará al mundo. A mí me ha
salvado ya. Antes siempre estaba disgustado pero ahora siempre estoy contento.
Jivatamas: ¡Tonterías! ¿Te refieres a que has mejorado tu posición social? O sea que,
para ti, la felicidad depende de la seguridad que te brinda la institución; del confort temporal
camuflado en tu supuesta devoción.
Jivarajas: ¿Por qué no te informas mejor antes de hablar? Desde tu ignorancia sólo
puedes envidiar a quien prospera. Creo que hablar contigo es perder el tiempo...
Jivatamas: Y yo pienso que tu cretina arrogancia no te permite apreciar objetivamente lo
que digo.

En ese momento, Jivasattva y Bhaktidas escucharon a sus vecinos y decidieron


intervenir... Con actitud serena y decidida, Jivasattva se dirigió a Jivarajas.

Jivasattva (la naturaleza altruista): Creo que Jivatamas tiene algo de razón. Hay una
cierta presunción en tus palabras.
Bhaktidas: La conciencia de Krishna es un proceso simple y natural, y por el hecho de
haberlo adoptado todos estamos en el mismo barco. Discutir es saludable, pero hay que
hacerlo con nobleza, teniendo en cuenta que lo que nos parece distinto tal vez nos
complemente...
Jivatamas: A veces los jóvenes me preguntan sobre los diferentes misterios de la vida
y yo les digo que las claves están en las Escrituras, que el resto lo revela el Señor a través
de Su creación, y de la inteligencia que otorga a las personas sinceras que se esfuerzan en
comprender. Sin embargo, cuando me quedo solo me pregunto: ¿qué es lo que hay que
comprender? ¿Por qué tantos filósofos se esfuerzan en hablar de verdades que no existen,
o que, de existir, no pueden experimentarse en este mundo? Ayer escuché en la clase
matinal que “el cuerpo y la mente son prestados a fin de que el alma se desenvuelva en
este plano y nada más”. Eso está bien, pero ¿qué es lo que da sentido a “este plano”?
¿Cómo podemos asegurar que lo intangible es real y no imaginario?

Mientras Jivatamas hablaba, de la repisa de la cocina cayó un libro titulado: “La vía del
desapego”. Jivarajas lo recogió del suelo y leyó una frase de la contraportada: “El

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verdadero desapego consiste en el hecho de que el espíritu permanece insensible a las
vicisitudes del gozo y el dolor, del honor y del desprecio, cuanto una montaña de plomo es
inaccesible a un viento ligero”. A todos maravilló la semejanza sustancial del texto con la
filosofía de la Bhagavad-gita pero, al mismo tiempo, a cada uno le produjo un efecto
diferente...

Jivatamas: La tolerancia no es mi fuerte.


Jivasattva: Pero es completamente necesaria.
Bhaktidas: No es difícil, sólo hay que proponérselo. La fe es necesaria para que lo
intangible pueda experimentarse y lo imposible pueda realizarse.

Tratando de suavizar la polémica reacción de sus compañeros, Jivarajas buscó el


prefacio del libro y se apresuró a leerlo.

Jivarajas: El autor es Meíster Eckhart (1260-1328), un fraile dominico alemán


contemporáneo de Dante. En el prefacio él explica algo que seguramente les parecerá
interesante: “Vale más un maestro de vida que mil profesores; pero hacer el profesor y vivir
en Dios, esto no es posible para nadie. Si tuviera que buscar un profesor de la Escritura
Sagrada, lo buscaría en París, en la Universidad, donde está la ciencia más elevada. Pero
si lo interrogase sobre la vida perfecta, no sabría qué decirme. ¿Dónde trasladarme
entonces? A ninguna otra parte que en una naturaleza desnuda y libre: ella podría
responderme, si le hubiera expuesto esta pregunta. Buena gente, ¿qué buscáis entre
huesos muertos? ¿Por qué no buscáis el santuario vivo que os puede dar la vida eterna? Si
el ángel tuviera que buscar a Dios lo buscaría en una criatura libre, desnuda, desapegada.
Toda perfección está en esto: que se acepte sufrir pobreza, miseria, vergüenza y todo
aquello que puede capacitarnos bajo la presión de las circunstancias, voluntarios, con
alegría, libremente, pacíficamente, con amor, sin vacilar para nada, y permanecer así hasta
la muerte sin algún por qué”.

Durante la lectura, Jivatamas se sintió tenso y alarmado, mientras que Jivarajas sonreía
maliciosamente. Jivasattva escuchaba sosegado, y Bhaktidas observaba a todos con
natural beatitud en el semblante. Finalmente, anticipándose a sus compañeros, Bhaktidas
habló de manera serena y armoniosa.

Bhaktidas: Practicar la vida espiritual en esta época entraña infinidad de inconvenientes


y peligros, difíciles de superar pero instructivos. Sobrevive espiritualmente quien invoca a
cada instante la ayuda del Señor. Si somos sinceros no nos confundiremos con las

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eventuales irregularidades que intenten perturbarnos. Las dificultades hay que verlas como
oportunidades: “A mayor riesgo, mayor ganancia”, solía decir Sridhara Maharaja [India
1895-1998]. En la escuela de la vida podemos aprender a superar nuestras deficiencias y
alcanzar la plenitud que nos corresponde.
Jivatamas: Todo eso está muy bien. Pero, ¿de qué nos sirven las palabras bonitas si
nuestras innatas propensiones materiales nos hacen flaquear y nuestro entendimiento no
puede percibir más que sus propios límites?
Jivasattva: (lanzando una mirada de complicidad a Bhaktidas) Los límites desaparecen
para quien cultiva el conocimiento espiritual. La ignorancia confina, el conocimiento libera.
El escepticismo denota falta de sentido común. Srila Bhaktisiddhanta [India, 1874-1937], dijo
una vez: “El sentido común es la luz que Krishna ha puesto en nuestros corazones para
ayudarnos a detectar la mejor opción entre varios términos confusos”. Si tú no te vuelves tu
mejor amigo, no podrás confiar en nadie. En la Bhagavad-gita (4.38), Krishna manifiesta Su
extremo interés en ayudarnos: “En este mundo no hay nada tan sublime y puro como el
conocimiento trascendental. Dicho conocimiento es el fruto maduro de todo el misticismo, y
aquél que se ha vuelto experto en la práctica del servicio devocional, disfruta de ese
conocimiento internamente, a su debido tiempo”. Y en el 9.2, declara: “El conocimiento
espiritual es el más puro de todos y, además de ser eterno y practicarse con alegría, brinda
una percepción directa del ser mediante la iluminación”. Por tanto, es una cuestión de
simple matemática. Si estamos confundidos por las dudas y temores, lo mejor es cultivar el
conocimiento iluminante que nos permite divisar el ansiado y prometedor horizonte que
buscamos.
Jivarajas: Resolver el problema existencial no es tan simple como parece. Cultivar el
conocimiento espiritual requiere que uno posea ciertas cualidades. No creo que baste la fe
superficial. Debe haber una experiencia interior que lo convenza a uno de que...
Jivasattva: ... ¡Por supuesto! Por eso Krishna dice en La Bhagavad-gita (12.12): “Si no
puedes cultivar con éxito el conocimiento espiritual medita o renuncia, porque renunciando
uno puede lograr la paz mental”. Prácticamente está diciendo: “Záfate de todo y recógete en
el ser” Sin recogimiento no podemos descubrir nuestras reales posibilidades.
Bhaktidas: Ese es el punto. Krishna instruye a Arjuna: “Gradualmente, paso a paso, uno
debe ponerse en trance mediante la inteligencia sostenida por una convicción total y, de ese
modo, la mente debe estar fija sólo en el ser, y no debe pensar en nada más” ( Bhagavad-
gita 6.25).
Jivatamas: Entonces, si para tener una experiencia interior primero hay que creer, yo
me pregunto: ¿para qué sirve la razón? Toda persona culta sabe que la razón trasciende las
condiciones de la experiencia posible. Como dice Kant: “La razón es el legislador de la
naturaleza”. La razón es la fuente de todas las formas sintéticas de experiencia, en cambio,

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la creencia es opinión, una afirmación que carece de evidencia. Decir que lo imposible (lo
que está más allá de la razón) es simplemente “difícil de comprender, pero que algún día lo
comprenderemos”, me suena a fraude. A quienes justifican las incongruencias de la vida
con guna y karma, yo les pregunto: si dharma es superior al karma, y prema es superior a
todo, ¿por qué Krishna no infunde en la gente sentimientos amorosos que les permita
acabar con todos los líos de una vez?
Jivarajas: Tal vez haya buena intención en lo que hablas, pero me apremia decirte que
se aprende más escuchando que hablando. Por tu propio bien te recuerdo que la vida está
hecha para aprender y asimilar lo aprendido transformándolo en acción. Primero practica,
luego habla. La teoría es pura imaginación. La legitimidad del conocimiento consiste en
haberlo vivenciado. Al concebir la realidad dentro del mundo teórico de la razón, tú mismo
te contradices. El conocimiento debe ser plenamente constatado a través de la vivencia.
Ver, tocar, conectarse con la sustancia de las cosas a través de la acción. Sin trabajo no
hay resultado convincente. Naturalmente, sin la ayuda del cielo nada es posible, pero hay
que hacer algún mérito que la justifique...
Bhaktidas: Las cosas no se obtienen sólo mediante el propio esfuerzo, sino por la
misericordia del Señor. El esfuerzo sólo expresa el deseo de lograr algo. La clave para ser
espiritualmente agraciado es hacerse notar ante el Señor ofreciéndole servicio sin otra
intención que complacerle. Uno no logra lo que se propone a causa de su propio esfuerzo
sino a causa de la misericordia que el Señor le otorga por Su dulce voluntad. Por ejemplo, el
amor espiritual es un sentimiento que el Señor hace brotar en el corazón de las almas con
las que se siente realmente complacido. El prema [amor puro por Dios] es una misteriosa
emoción contagiosa que sólo transmiten los devotos puros que están completamente
entregados al servicio del Señor. Dicha entrega implica, no sólo haber comprendido la
filosofía de la conciencia de Krishna, sino haberla asimilado y predicado para que los demás
se aventajen y rediman asimilándola y predicándola a su vez. ¿De qué sirve la vida sin
conciencia de Krishna? Sin la presencia de Krishna todo está vacío. Los devotos del Señor
Caitanya [manifestación de Krishna surgida en Bengal, India, hace 500 años] no dudan ni
posponen la sagrada misión de predicar. Todos ellos –especialmente Srila Prabhupada
(Calcuta, India, 1896-1977)– nos han inspirado mucho enseñándonos a hacer el mejor uso
de una mala ganga. Estamos endeudados con ellos y, la mejor manera de pagarles es
asimilar sus enseñanzas y predicar con el ejemplo.
Jivatamas: Lo que a mí me preocupa es que la conducta de un individuo parece estar
prefijada por la tradición y el medio ambiente. El mismo Arjuna expuso esta perplejidad a
Krishna: “¿Qué impulsa al hombre a actuar contra su propia voluntad como si fuese
obligado a la fuerza?” Y Krishna le respondió: “Es únicamente la lujuria, Arjuna”. ¿Y quién
está libre de lujuria? Así que, si no somos libres y todo está planificado, uno está

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predestinado a ser como es por una voluntad ajena a la suya. Y si alguien me dice que las
personas como yo no podemos entender las Escrituras, quieren decir que las Escrituras no
son para mí. Entonces deduzco que no tengo otra alternativa que vivir y morir en la
ignorancia. ¿Hay alguien tan lúcido que pueda interpretar sin errores la filosofía de la
conciencia de Krishna? Por tanto, si lo único que podemos hacer es “suponer”, es
preocupante que las personas nos acepten como sus “gurus” o maestros.
Jivasattva: No debemos confiar en las conclusiones de la mente, sino pedir ayuda a
quien nos la puede dar. ¿Acaso un niño no llora cuando está desamparado? Y, ¿acaso no
recibe ayuda inmediata de sus mayores cuando llora? Todos nacemos en la ignorancia.
Tanto la ruina como la prosperidad atienden el llamado de quien las desea. El hecho de no
tener sabiduría no significa que no debemos aspirar a ella. El Señor es muy misericordioso
y siempre está dispuesto a socorrernos.
Jivatamas: A ti te ha convencido Bhaktidas, pero a mí no me convences tú. Todo el
mundo puede equivocarse. El miedo y la inseguridad están diseminados por doquier. Por
miedo uno es capaz de cualquier cosa, incluso de matar. ¿Por qué nos obstinamos en
sublimar nuestra mediocridad? Nacemos ignorantes y morimos ignorantes. Todo lo que uno
piensa influenciado por lo que otros le han dicho, es falso. Hay muchos tipos de ilusión, pero
la peor de todas es creer que uno conoce la verdad y los otros no.
Jivarajas: (dirigiéndose a Jivatamas) Tú desconoces las Escrituras y por eso hablas así.
Las malas compañías degradan. Pero nacer mal acompañado no significa que uno tiene
que vivir y morir mal acompañado. Uno también puede elegir libremente la compañía que
desee. Por lo general, nadie se cura a sí mismo, lo normal es que un paciente sea curado
por un médico. El lamento y la recriminación no resuelven nada; para resolver problemas
hay que ejercitar la inteligencia. No hay razón para renunciar a nuestro legítimo derecho de
saber. Pero sin esfuerzo personal, nada se alcanza. Como decía Jivasattva, hay que pedir
ayuda. Los sacrificios y rituales recomendados en las Escrituras funcionan. Uno puede
obtener muchos beneficios. ¿Por qué privarse de ellos y vivir con mentalidad de perdedor?
Bhaktidas: (dirigiéndose a Jivatamas) En verdad, lo que tú dijiste antes es incorrecto. El
conocimiento que no corresponde a la verdad es avidya, ignorancia. Cuando las
sensaciones subjetivas se imponen sobre la disciplina recomendada en la literatura védica y
confirmada por los acharyas, se relativiza lo absoluto, y, en vez de concebirlo como esencia
divina de las cosas, se interpreta con superficialidad, como si formara parte de la misma
realidad relativa con la que nos identificamos tanto... El punto es que, por incomprensible
que parezca, lo verdadero no existe. No sólo existe porque lo dicen las Escrituras sino
porque nuestra propia esencia lo reclama, tal como lo demuestra la continua insatisfacción
en que vivimos. Las Escrituras contienen señales conducentes al tesoro que buscamos, y
ninguna persona cuerda las menospreciará. No obstante, sin la ayuda de un guía experto,

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cualquier libro de claves puede confundir. Aunque tengamos diferentes opiniones, una cosa
es cierta: nos une la nostalgia de lo absoluto y, mientras no nos situemos en esa plataforma,
no tendremos paz.
Jivatamas: (Dirigiéndose a Bhaktidas) Muy elocuente, pero poco convincente. Las
afirmaciones sólo tienen valor cuando se pueden demostrar. Por el momento, todos
creemos tener la razón en lo que decimos, lo cual significa que nos fascina discutir, rendir
culto a la dialéctica. Esto no es nuevo. Lo ha hecho todo el mundo desde tiempo
inmemorial. Con el debido respeto, ¿qué diferencia hay entre Sukadeva Gosvami y Einstein,
o entre los sabios de Naimisaranya y los científicos de la NASA? Para un brahmana erudito
será como comparar las piedras con los diamantes, mas para un científico materialista será
como comparar los diferentes sectores del firmamento, o las diferentes fases de la Luna. En
lo que a mí respecta, todo es lo mismo: simples opiniones, gimnasia mental, curiosidad
antropológica...
Jivasattva: Lo que acabas de decir hace honor a tu nombre. Así que, como hermano
mayor tuyo, debo recordarte algunas cosas importantes. El ateísmo que traslucen tus
palabras no aporta nada a la esperanza de mejorar la condición humana, que es nuestro
objetivo principal al dialogar. Ninguno de nosotros se ha generado a sí mismo, y ninguno de
nosotros –a excepción de Bhaktidas– tiene criterio propio para disertar sobre el aspecto
causal de lo real. La sabiduría natural de nuestro hermano mayor Bhaktidas está colmada
de verdades que avivan nuestro espíritu y afinan nuestro entendimiento. En lo personal
reconozco mis carencias y me limito a escucharlo, animado por las sublimes emociones
trascendentales que me provocan sus palabras. Confieso que hay algo que me falta.
Teóricamente estoy satisfecho con todo lo que sé, pero internamente aún no he alcanzado
la plenitud que mi alma necesita para sentirse satisfecha...
Bhaktidas: ...Confiar en el intelecto nunca ha dado buenos resultados. Nacer en el
mundo material es un accidente cuyo shock nos hace perder la memoria original. Esta
amnesia es la que nos confunde y hace ser contradictorios. Desde que el mundo es mundo
las almas pierden la noción correcta de las cosas al entrar en él. Unas luchan por
recuperarse y otras no, pero todas sufren. Para ayudarnos a comprender la causa de todo
esto, Srila Bhaktivinoda Thakura explica que, Maya Shakti es la sombra de Svarupa Shakti,
la potencia natural de Dios. Ella es dueña del mundo material, pero no tiene acceso al
mundo Cit, la Eternidad, ni provee ninguna opción trascendental a las almas que están bajo
su custodia. Pretender eliminar las angustias de este mundo mediante el razonamiento
nihilista es propio de una mente ilusa. La ilusión es el efecto homicida de la energía ilusoria
material. Hay que ser muy precavido. Si uno no corrige la errónea concepción de que es el
cuerpo o la mente, atrofia su inteligencia espiritual y sucumbe a la ilusión. En el plano
absoluto, la inteligencia y el sentimiento son una misma cosa. La inteligencia es la llama del

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sentimiento... Así como cuando la llama se extingue el fuego continúa ardiendo, así
también, aunque parezca que estamos apagados, el hecho de sentir carencia de plenitud
indica la presencia olvidada de una capacidad discriminatoria que, de ser estimulada con el
genuino conocimiento espiritual, volverá a emitir las prístinas llamas del discernimiento
concluyente.
Jivatamas: En términos prácticos, ¿qué propones tú?
Bhaktidas: El alma vuelve en sí con sravanam [escuchar temas espirituales]. Sin
escuchar Hari-katha [temas acerca de Krishna], uno se seca, pero si escucha tan sólo un
poco volverá a cobrar vida. Sabido es que todos tenemos una doble naturaleza: divina y
demoníaca. Cuando el Señor ve que lo adoramos para obtener logros mundanos Él realiza
ciertos arreglos a fin de que el sendero de la devoción no se contamine. A través de Su
poder delegado, Maha-maya, nos seduce haciéndonos creer que la única energía que
existe es la que perciben nuestros sentidos imperfectos. Algo así ocurrió antes de que
apareciera Sankaracharya. Se cuenta en el Padma Purana que, habiendo visto Dios que los
asuras [demonios] adoptaban el sendero de la devoción para alcanzar placeres mundanos,
Él ideó un plan para preservar la pureza del sendero de la devoción. Entonces, Bhagavan
[Krishna] llamó a Mahadeva [Shiva] y le dijo: “¡Oh, Sambhu! No le hará bien al mundo de las
criaturas propagar la religión del verdadero bhakti a los asuras de tendencias tamásicas
[mentalidad burda]. Con la intención de ilusionar a los asuras, tú debes propagar una
escritura en la que se proponga la doctrina mayavada [según la cual todo es ilusión],
manteniéndome oculto tras una cubierta filosófica. Entonces los hombres con propensiones
asúricas [demoníacas] adoptarán los principios mayavadas dejando a un lado la devoción
pura. De esta manera, los devotos sinceros podrán saborear la devoción pura sin ningún
sentimiento de duda”. El Varaha Purana también menciona: “¡Oh Rudra!, prepara unas
escrituras falsas que enseñen únicamente lo que no es verdadero y lo que viola la verdad;
manifiéstate en forma prominente y ocúltame a Mí detrás” [citado por Srila Bhaktivinoda
Thakura en su Jaiva Dharma, cap. XVIII]. El predominio de la naturaleza demoníaca
conlleva la aversión por la verdadera religión del alma. Quienes pretenden usufructuar
indebidamente los frutos del bhakti, no pueden entender la naturaleza trascendente de la
Suprema Realidad, la cual está más allá de la capacidad de percepción de los sentidos
materiales.
Jivarajas: Creo que entendimos tu mensaje. Tu explicación me atrae a mí y a todos. Lo
que no entiendo es cómo puede uno trascender su propia naturaleza y situación y actuar
según la voluntad del Señor. La mayoría de las personas nos entregamos inocentemente a
la vida guiados por nuestros impulsos naturales. Krishna mismo dice en Bhagavad-gita
(3.5): “Todo el mundo está forzado a actuar irremediablemente conforme a las cualidades

15
materiales adquiridas bajo la influencia de las tres gunas” [tamas, rajas, sattva / ignorancia,
pasión y bondad].
Bhaktidas: Es cierto. Pero más adelante Él también indica la manera correcta de actuar
para no perjudicarse: “El trabajo debe realizarse como un sacrificio en honor a Vishnu pues,
de lo contrario, el trabajo lo ata a uno a este mundo material” [Bhagavad-gita 3.9]. Uno
piensa que Krishna es el responsable de nuestra existencia condicionada, pero no es así.
Prabhupada dice: “Cuando la entidad viviente se confunde en sus deseos, el Señor le
permite complacerlos, pero Él nunca es responsable por las acciones y reacciones de la
situación específica que pueda desearse. […] Debido a su deseo inmemorial de eludir el
estado de conciencia de Krishna, el alma encarnada causa su propia confusión. En
consecuencia, aunque por constitución ella es eterna, bienaventurada y sapiente, debido a
la pequeñez de su existencia olvida su posición constitucional de servicio al Señor, y queda
atrapada así por la nesciencia. Y, bajo el hechizo de la ignorancia, la entidad viviente alega
que el Señor es responsable de su existencia condicionada” [Bhagavad-gita 5.15].
Jivatamas: ...O sea que, además de la desgracia de haber nacido en este mundo, y de
no entender nada a causa de la ilusión, uno tiene que responsabilizarse incluso de sus
errores involuntarios... Lo de que “uno ha eludido voluntariamente el estado de conciencia
de Krishna” es difícil de digerir para mí, pero si lo dice Prabhupada...
Jivasattva: No sólo Prabhupada. La Bhagavad-gita y la mayor parte de la literatura
védica sólo habla de eso. Pero a nosotros tres, lo que nos interesa es resolver nuestras
dudas cuanto antes. En la Bhagavad-gita (5.16-17) Krishna explica cómo liberarse de la
inevitable nesciencia y confusión (lo que nos hace dudar) surgida a causa de la asociación
con la materia. Cuando uno se ilumina con el conocimiento que destruye la nesciencia,
entonces su propia sabiduría lo revela todo, tal como el Sol lo ilumina todo durante el día.
Cuando la inteligencia, la mente, la fe y el refugio de uno están todos fijos en el Supremo,
uno se limpia por entero de los recelos a través del conocimiento completo, y prosigue así
por el sendero de la liberación sin desviarse.
Jivarajas: (dirigiéndose a Jivasattva) Mientras hablabas, me preguntaba yo si la
interpretación que se suele hacer de la filosofía de la conciencia de Krishna es correcta. Por
ejemplo, al final de la clase de hoy, el predicador decía: “Ellos (refiriéndose a los ‘karmis’)
han nacido como resultado de la lujuria...” “¿Y nosotros –me preguntaba yo al escucharlo–,
acaso hemos nacido como resultado del amor puro por Dios?” El devoto continuó diciendo:
“Esta situación es miserable; es como la niebla que cubre estos día Vrndavana. Uno no
puede ver claramente la realidad. Pero nosotros somos muy afortunados al tener
conocimiento acerca de Krishna, sin el cual estaríamos en ilusión”. Y para terminar la clase
dijo: “¡Oh!, hace mucho frío. Mejor nos vamos a desayunar”. ¿Qué te parece?

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Jivasattva: A mí me parece que muchos devotos todavía no se han dado cuenta de que
el conocimiento teórico y la realización espiritual son dos cosas distintas...
Jivarajas: ¡Por supuesto! Cuando nos dejamos arrebatar por la fe, parece que todo
marcha bien. Pero, ¿adónde nos lleva la fe? Si los apegos sutiles aún nos ciegan, a fin de
cuentas es como no saber nada. Entonces, ¿dónde está el adelanto? ¿Por qué afirmamos a
coro lo que no hemos experimentado personalmente? No digo que la conciencia de Krishna
sea falsa. Sólo dudo de que nuestras supuestas realizaciones sean auténticas.
Jivatamas: ¡Exactamente! Las propensiones lujuriosas desarrolladas al tomar contacto
con la materia todavía no se han extinguido y debido a nuestro escaso conocimiento aún no
nos damos cuenta de que somos manipulados por el miedo. En lo personal, me causa
mucha perplejidad el sufrimiento y la muerte. Y, al observar a los devotos veo que, tras
haber vivido en la angustia de la desesperanza, se aferran al “conocimiento perfecto” y se
relajan en la euforia novedosa que el primer impacto les produce. Con el paso de los años
advierten el escaso voltaje de sus convicciones pero les aterra advertir su “nada” pues de
una u otra manera “la filosofía de la conciencia de Krishna los ha hecho sentir contentos y
eso es lo que importa”. Nadie pone en duda lo que han dicho los maestros precedentes
pero, dado que muchos devotos se sienten impotentes para enfrentarse al preocupante sin-
sentido de la vida, es como si hubiesen decidido adaptarse a lo que sea con tal de
sobreponerse al alarmante vacío existencial.
Bhaktidas: (con actitud serena y mirada penetrante se dirigió a sus tres amigos mientras
éstos lo miraban con respeto) Ese riesgo siempre existe. Como dice Krishna en la
Bhagavad-gita (5.15): “Los seres encarnados están condicionados a causa de la ignorancia
que cubre su verdadero conocimiento”. El proceso de la conciencia de Krishna es perfecto y
válido para todo el mundo. Si uno lo practica sinceramente, tarde o temprano lo descubre.
Pero la perfección espiritual requiere constancia y desapego. Es una gracia que Krishna
sólo otorga cuando nos despojamos de la falsa concepción de “yo” y “mío” y decidimos
hacer Su voluntad. La clave de este proceso es postrarse ante lo divino. Pero incluso la
inteligencia implícita en dicha actitud proviene del Señor. En verdad, cuando deseamos
complacer al Señor, por Su Gracia Divina nuestra propia voluntad se hace una con la
Suya... La pauta efectiva para desarrollar ésta perfección la da Krishna en la Bhagavad-gita
(3.25): “Así como los ignorantes realizan sus deberes con apego a los resultados, así mismo
deben actuar los sabios, pero sin apego”. Debemos confiar en Krishna, dejarnos llevar de la
inspiración que Él suscita en nuestro corazón a través de Sus palabras y las de Su
representante fidedigno. Evitar el sentimentalismo que suele surgir a través de la
especulación mental es imprescindible; Krishna no se rebela a los necios.
Jivatamas: Si Krishna no se revela a los necios, ¿qué esperanza puedo tener yo?

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Bhaktidas: (ignorando la pregunta de Jivatamas) Lo importante en la vida es que todo lo
que hagamos concuerde con la voluntad de Dios y que cada vez que nos propongamos
aprender algo sepamos que para lograrlo tenemos que esforzarnos en lo mejor de nuestra
capacidad. Si somos sinceros con Krishna seremos recompensados de inmediato. Los
límites del aprendizaje los decreta nuestra mente. En Vrndavana podemos constatar a cada
momento que Krishna nos instruye a través del comportamiento ejemplar de los vrajavasis
[habitantes de Vrndavana]. Aquí es imposible confundirse a menos que uno quiera
engañarse a sí mismo por miedo a conocer la verdad. Por más que nos asuste el
conocimiento de la verdad, peor es carecer de él. Dado que Krishna sabe mejor que
nosotros lo que nos hace falta, debemos procurar fluir con la vida procurando transformar lo
que hacemos en una ofrenda de amor a Él. El progreso en la senda del bhakti se torna
factible cuando se ofrecen los resultados del trabajo a Krishna, no cuando sólo se suspira
de emoción al escuchar Sus pasatiempos sin sacrificar la propia vida para Su placer. ¡Eso
es sentimentalismo! Krishna da inteligencia pura a quien lo sirve; éste es el primer resultado
de quien cultiva sinceramente la conciencia de Krishna. La manera de transformar cada
acción en una ofrenda de amor a Dios es incrementando la devoción activa. El bhakti-yoga
también es llamado buddhi-yoga, el yoga de la inteligencia: Como dice Prabhupada:
“Trabajando bajo los principios del buddhi-yoga uno adquiere automáticamente
comprensión trascendental y de ese modo su liberación se completa por sí sola sin que se
tengan que hacer esfuerzos ajenos para adquirir conocimiento” [Bhagavad-gita, 2.39
significado]. Por tanto, la persona inteligente no duda en refugiarse para siempre en los pies
de loto del Señor...
Jivatamas: ¿Tú crees que la devoción se puede incrementar en un ambiente represivo y
hostil? Bhakti es amor, pero lamentablemente esta palabra ha sido sacrificada en el altar del
tejido institucional.
Bhaktidas: El lugar de nacimiento del bhakti es sadhu-sanga. Los padres de la devoción
son la fe sincera y la entrega total a Dios. Las reglas institucionales pueden endurecer el
corazón y abortar el bhakti sólo si uno lo permite. Bhakti es el sentimiento inmaculado –libre
y soberano– que reina en el corazón de quienes tienen o quieren tener como principal
objeto de su amor a Krishna. Cuando la interpretación filosófica está subordinada a los
intereses institucionales es muy probable que se desvirtúe la pureza original de su
contenido. Pero, aunque las reglas y regulaciones establecidas por Srila Rupa Gosvami en
el Bhakti-rasamrta-sindhu y las resoluciones del GBC a veces no coincidan, no hay por qué
irritarse o desistir.
Jivatamas: A mi juicio, la inevitable burocracia de una institución tiende a caer en el
sectarismo sistemático; un estigma de presunción indiferenciada que endurece el corazón y
enturbia el entendimiento.

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Bhaktidas: Mas no olvides que, a pesar de la diferencia entre la nomenclatura del
vaidhi-bhakti y los decretos institucionales, la función constitucional de ambas es la misma:
conducirnos de vuelta al Supremo...
Jivatamas: Digas lo que digas, la institución no debe omitir su propia razón de ser. Srila
Prabhupada fundó ISKCON para crear y educar vaisnavas. Por tanto, si en el epicentro de
este proyecto no rige el amor y la confianza (factores esenciales para el desarrollo espiritual
en una comunidad vaisnava), la arrogancia y el miedo a perder protagonismo lo arruinará
todo, ¿no crees?. Los intereses sectarios propician la contaminación material que
condiciona a la mente y corrompe al corazón. Si en nombre de Prabhupada somos sectarios
y arrogantes estamos dañando su reputación y perjudicando nuestra vida espiritual y la de
quienes dependen de nosotros. La supuesta fidelidad a Prabhupada no debe usarse como
tapadera para monopolizar su ilimitada e indiscriminada misericordia. Krishna está en el
corazón de quien lo sirve y es absolutamente libre para favorecer e inspirar a todos los
corazones sinceros que lo aclaman como su único refugio y preceptor dilecto. Yo creo que
debemos admitir nuestras limitaciones y revitalizar nuestra conciencia con un genuino
sadhu-sanga sin fronteras. Adictos a nuestros estereotipos fundamentalistas, simplemente
reciclamos nuestra conciencia defectuosa y nos estancamos en el fanatismo doctrinal.
Bhaktidas: No te preocupes, el bhakti es la agricultura del alma. Así como la agricultura
prospera con fertilizantes naturales, nuestro bhakti también puede prosperar si es
debidamente alimentado escuchando, repitiendo y recordando temas espirituales. En el
bhakti, según la Bhagavad-gita, “no hay pérdida ni disminución y un pequeño avance en
esta senda nos puede liberar del más peligroso tipo de temor”. Confiar en nuestras
conclusiones mentales es ciertamente una trampa. El bhakti no tiene nada que ver con la
erudición ni con la habilidad dialéctica. Es vivir para saranam, la entrega... Para incrementar
la calidad de nuestro servicio tenemos que nutrirnos con el bhakti inspirante que emana de
los corazones puros.
Jivatamas: A mí me parece que entre nosotros es difícil encontrar a alguien que haya
comprendido lo que significa realmente amar. Todos amamos algo porque ésa es la
naturaleza del alma, pero ninguno ama de verdad...
Jivarajas: ¿Qué significa amar para ti?
Jivatamas: Para mí amar significa tener una amplia conciencia del servicio y practicarlo
hasta las últimas consecuencias... Nosotros todavía estamos bastante inclinados hacia la
forma pervertida del amor (lujuria, egoísmo disfrazado de altruismo, etc.) y al mismo tiempo
tenemos un miedo atroz a caer en sentimentalismo. Nos entusiasmamos con las
descripciones de las relaciones amorosas entre Radha y Krishna, pero no podemos
entenderlas apropiadamente por falta de pureza. Básicamente, ser puro significa estar
consagrado a Krishna, pero como los anarthas todavía condicionan nuestro bhakti, no

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llegamos a estar completamente absortos en la trascendencia. La mentalidad kanistha nos
hace cometer torpezas. Las cualidades divinas subyacen reprimidas en nuestro conflictivo
corazón. Si aún no nos amamos los unos a los otros, es porque no nos hemos purificado
completamente.
Jivarajas: Pero a pesar de nuestras carencias, debemos rectificar nuestros errores y
mejorar nuestro sadhana, ¿no crees? Si estamos convencidos de la potencia purificadora
del bhakti bastará un poco de práctica. Como tú sabes, el bhajana debe ser continuo e
intenso, de lo contrario...
Jivatamas: Yo insisto en que tenemos que ejercitar el amor sin miedo ni temor. El amor
lo puede todo; es el bálsamo que cura todas las enfermedades.; es libre, audaz y
emprendedor; no sabe de impedimentos ni de límites. Sus deseos son su norma y su
expresión más delicada es su espíritu de entrega incondicional. Lo insólito del amor es que
invita rechazando; la cautividad que se autoimpone es su libertad... Pero, aunque el amor
ya ha brotado en los corazones de muchos de nosotros, tengo la impresión de que un
miedo irracional lo desprestigia en nombre de una pedante moralidad institucionalizada que
no tiene nada que ver con el espíritu original del bhakti que practican los bhaktas puros.
Jivasattva: Recuerda que para todos nosotros, la institución ha sido nuestra cuna; sin
ella no habríamos tenido la oportunidad de aprender la filosofía de la conciencia de Krishna
ni estaríamos ahora reunidos en Vrndavana conversando acerca de todos estos temas. Si
te sientes incómodo con la institución averigua bien la causa, tal vez no coincida con lo que
tú piensas. Aunque los dirigentes de ISKCON cometan ciertos errores, no podemos decir
que la institución sea asara [desviada]. Lo mismo que un devoto no deja de ser devoto por
haber cometido errores, la institución tampoco deja de ser válida por las imperfecciones
momentáneas de sus miembros.
Bhaktidas: Tienes razón. ISKCON está constituido por devotos. Si por circunstancias de
la vida sus miembros directivos cometen fallos alguna vez, no debemos sorprendernos. Un
mal volunto o un accidente casual puede tenerlo cualquiera, nadie es perfecto; lo importante
es no perder la fe en el proceso de la conciencia de Krishna y trabajar cooperativamente
para consolidar la misión de Srila Prabhupada de reespiritualizar el mundo con nuestra
dedicación incondicional.

En el preciso instante en que Bhaktidas terminó de hablar, llegó Ksetrajña Prabhu, el


masajista ruso. Su presencia hizo recordar a todos sus deberes particulares. Jivasattva y
Bhaktidas decidieron retirarse a sus cuartos después de preguntar al recién llegado sobre
dietas y remedios. Viendo esto, Jivatamas objetó: “No sois tan trascendentales como
parece”. A lo que Bhaktidas acotó: “El cuerpo es propiedad de Krishna y hay que cuidarlo
bien. Siendo nuestro único instrumento para servirlo en la tierra, es imperativo mantenerlo

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siempre en buena forma”. Mientras tanto, Jivarajas se retiró a su cuarto seguido de
Ksetrajña, el masajista. Como el devoto ruso era experto conocedor del cuerpo físico, tenía
la habilidad de calmar las tensiones de todos los amigos, especialmente los dos menores.
Desde la puerta, Jivasattva y Bhaktidas se despidieron prometiendo regresar para continuar
la conversación iniciada al amanecer...

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Capitulo 2

Al día siguiente todos faltaron a la cita. La ausencia más notable fue la de Bhaktidas.
Cuando los demás se dieron cuenta, cada uno fue al cuarto del otro, pero no llegaron a
encontrarse porque cada cual había hecho lo mismo: ausentarse. La coincidencia múltiple
hizo que todos se sintieron libres para desplazarse a otros lugares y ocuparse de sus
asuntos personales. Fue algo extraño, pero así ocurrió.
Durante la inesperada y prolongada separación, los cuatro devotos tuvieron tiempo
suficiente para salir un poco de la rutina y extrañarse mutuamente. Estaba claro que todos
se necesitaban. Es como si cada uno –a pesar de ser independiente– hubiese encontrado
en los otros tres los elementos complementarios para mejor conocerse y aceptarse. En
realidad, todos ellos habían venido a la India con diversas inquietudes que necesitaban
resolver. Por eso se toleraban mutuamente, procurando aprovechar lo que cada cual les
aportaba con sus experiencias de vida y sus palabras inspiradas.
Los momentos más especiales eran aquellos en los que compartían sus sorprendentes
realizaciones cotidianas. Los cuatro eran muy amigos, y estaban aprendiendo a quererse
como hermanos. Poco hablaban del pasado, cada vez valoraban más la sincera
comunicación profunda y abierta que les hacía compartir la vida en Vrndavana. Ningún
asunto del Occidente les preocupaba. Krishna los había reunido en Su morada original y
para ellos eso era lo importante. Su relación estaba fundamentada en la conciencia de
Krishna, y su interés principal era escuchar Hari-katha y todo aquello que contribuyese a
mejorar el entendimiento de sí mismos y de los temas espirituales en conjunto.

Una mañana cualquiera, nublada y gélida, los cuatro devotos volvieron a encontrarse
durante la ceremonia de Vyasa-puja ofrecida a Srila Prabhupada. Apenas se vieron se
abrazaron en el propio templo. Después del programa tomaron prasada juntos y volvieron a
reunirse nuevamente en la terraza del edificio donde se alojaban. Aunque el tibio Sol del
momento no calentaba como en primavera, era más agradable estar arriba que en sus
helados cuartos. Sentados en una manta vieja y en algunos sacos de arpillera –que

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Jivarajas siempre guardaba detrás de unos ladrillos–, se sentían a gusto. Desde la terraza,
el panorama de templos y edificios envuelto en la neblina sutil de la mañana no produjo el
mismo encanto mágico de otras veces. Ahora todo eso estaba en segundo plano. Parecían
como chicos de colegio en tiempo de recreo. Hablaban atropelladamente, sin apenas
escucharse el uno al otro. Cada cual reía, preguntaba, o narraba parte de su historia. Todos
se sentían un poco culpables por haber desaparecido sin avisar, así que nadie se quejó por
la informalidad de los otros. Jivatamas fue el primero en admitir que se había quedado
dormido hasta el mediodía. Luego, según contó, cuando fue al cuarto de Bhaktidas y lo
encontró cerrado se fue al ashram “Daruka” a tomar prasada. Jivarajas dijo que ese día se
fue a caminar por el circuito del parikrama y que al recordar la cita regresó, “pero como no
encontró a nadie en el lugar de la reunión” decidió circunvalar Vrindavana cantando rondas.
Luego, cuando al día siguiente constató que nadie había regresado aún, se fue al
restaurante “Vrnda-Nikuñja” a tomar prasada donde encontró unos viejos amigos franceses
con quienes se fue posteriormente a Jaipur. Jivasattva y Bhaktidas visitaron temprano en la
mañana el templo de Radha-ramana donde se celebraba un mela con todos los panditas de
Vrndavana y se les hizo tarde... Todos hablaban menos Bhaktidas. Entonces, en el
momento en que Jivasattva se acercaba a Bhaktidas para hablarle al oído, Jivarajas hizo
callar a Jivatamas para facilitar que hablara Bhaktidas.

Jivasattva: (dirigiéndose a Bhaktidas) ¿Por qué no nos cuentas algo? ¿Qué piensas de
todo esto?
Bhaktidas: Vrndavana es imprevisible y trascendental. Aquí no se puede hacer planes.
Es como estar en el regazo de Krishna; uno no siempre puede hacer lo que planea.
Aparentemente hemos sido informales unos con otros pero en verdad hemos sido movidos
por la dulce voluntad del Señor en distintas direcciones. Dado que somos diferentes, a cada
uno le corresponde experimentar cosas diferentes. Por mi parte les explicaré lo que me
aconteció. En un principio Jivasattva y yo fuimos a visitar el templo de Radha-ramana y el
espectáculo que presenciamos allá nos trasladó a otra dimensión. Vimos escenas como de
otra época que no habíamos visto nunca. La gran sala del templo estaba engalanada con
guirnaldas de flores y adornos varios. Todo su perímetro estaba ocupado por una apretada
formación cuadrangular de brahmanas absortos en recitar magistralmente las Escrituras
védicas. Al menos eran cien... cien voces recitando en voz alta miles de versos en sánscrito,
¿se imaginan lo que era todo aquello? La espectacular escena era impresionante. Todos
estaban cubiertos con luminosos chaddars [chales] amarillos. La habitación contigua estaba
repleta con los panditas más selectos de Vrndavana, encabezados por un venerable
anciano de más de noventa años sentado sobre un trono. Después de escucharlos un rato,
la potente vibración me estremeció en lo más profundo de mi alma. Entre la multitud de

23
visitantes perdí de vista a Jivasattva. Al salir de allí estaba muy excitado. Diferentes
escenas del Srimad-Bhagavatam y del Sri Caitanya-caritamrta pasaban por mi mente.
Quería llorar, reír, bailar... Envuelto en fuertes emociones caminé sin rumbo fijo durante
algún tiempo. Cuando de repente me encontré ante el árbol “Krishna-Balarama”, tomé
conciencia de donde estaba y decidí perderme caminando por la carretera que se aleja de
Vrndavana, internándome por los caminos adyacentes que conducen a los campos de
cultivo. Luego, cansado de caminar, me topé con un gigantesco y antiquísimo árbol baniano
y decidí sentarme un rato bajo su amplia sombra para descansar. Pasaron varias horas. De
no ser por el tremendo ruido de millares de pájaros que acudían continuamente para
posarse sobre el árbol, me habría quedado eternamente en ese lindo lugar. Más tarde,
cuando estaba a punto de retirarme de allí, pasó un auto todo-terreno por la carretera y para
mi sorpresa se detuvo junto a mí. Pero lo más sorprendente fue ver salir de él a mi amigo
Danañjaya Prabhu, quien después de saludarme me invitó a ir con él a Govardhana.
Durante el trayecto recordamos viejos tiempos. De vez en cuando me indicaba ciertos
lugares santos. Poco antes de llegar me dijo: “Aquí es donde Brahma robó los terneros y los
vaqueritos a Krishna”.
Jivarajas: ¿Y qué pasó después?
Bhaktidas: Pues, en el ashram donde llegamos (una antigua fortaleza reconstruida y
convertida en templo), yo encontré a varios devotos conocidos. Durante largo rato conversé
profundamente con ellos y luego tomamos prasada juntos. Es un lugar realmente especial:
grande, silencioso, tranquilo, y con la colina de Govardhana completamente enfrente, casi al
alcance de la mano... Bueno, creo que ya hablé bastante. Mejor será que otros también nos
cuenten sus vivencias.

En ese momento iba a tomar la palabra Jivatamas, pero Jivarajas le indicó con un gesto
que era mejor que dejara hablar a Jivasattva.

Jivasattva: Yo no tengo mucho que contar, nada que valga la pena ser escuchado, pero
debido a que son mis amigos les contaré lo que me sucedió. Después de visitar el templo
de Radha-ramana con Bhaktidas me fui al río Yamuna y allí me quedé un rato leyendo y
pensando. Luego, como a las cuatro de la tarde, pasé por Vrnda-kuñja Mandir, tomé
prasada y me quedé conversando con Paramahamsa Maharaja y otro sannyasi italiano
recién llegado de Jagannatha Puri (que yo había conocido en Roma cuando aún era
brahmacari), el cual me sirvió de intérprete. Luego cantamos juntos en la ceremonia del
sundar-arati. Maharaja me hizo cantar varias canciones de Srila Bhaktivinoda Thakura y
perdí la noción del tiempo. Al final, ya tarde, me invitaron a pasar la noche con ellos y
acepté. Por la mañana participé en el mangala-arati y al amanecer, en medio de una densa

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niebla, me fui a pasear por las inmediaciones del río Yamuna. Luego tomé el camino del
parikrama en sentido inverso y, pasado el templo de Radha Madhana-mohana, se me
acercó un sadhu joven para pedirme limosna. Yo, sin dejar de caminar, le di 50 rupias. A
pocos pasos, él recostó su cabeza sobre mi hombro en señal de agradecimiento. Yo le
indiqué por señas que no me agradeciera a mí sino a Krishna que es el dueño de todo.
Entonces él me agarró la manga del anorak [casaco] que yo llevaba puesto, pidiéndome
que se lo diera para abrigarse del tremendo frío del invierno. Su demanda me hizo entrar en
crisis. Recordé a Sanatana Gosvami cuando el Señor Caitanya lo recriminó con la mirada
por tener una manta nueva de lana demasiado elegante para un sadhu. Me desesperé
pensando que si no se lo daba era una prueba de que estaba muy apegado. Internamente
sentí que debería dárselo pero externamente conservé una instintiva y rígida actitud de
indiferencia. Luego, viendo que el supuesto sadhu insistía con cierta violencia y que el lugar
era completamente solitario, sospeché que el individuo no era realmente un sadhu y decidí
internarme, nervioso y confundido, por unas callejuelas algo transitadas próximas al Radha-
madhana-mohana Mandir, y me perdí caminando por allá. Al poco rato vine a dar a un
templo enorme, en cuyos alrededores había congregada una gran muchedumbre con gente
de todas las edades, en medio de un estrepitoso ambiente de música estridente, bocinas de
camiones, caracolas sonadas por varios individuos montados sobre gigantescos elefantes, y
tenderetes de comida. A los pocos segundos, unos niños callejeros advirtieron mi presencia
y se me acercaron a pedir limosna. Primero eran tres, luego cinco. Entonces yo me acerqué
a un tenderete de comida y le dije al hombre que preparase cinco platos de comida para los
cinco niños. Fueron servidos rápidamente. Como el hombre no tenía cambio, fui a otro
tenderete a buscar cambio y a los pocos segundos me vi rodeado por una multitud de
rostros de ancianos y ancianas pobres con sus ojos de hambre clavados sobre mí.
Comprendí la situación, dejé pagados cinco platos más para ellos y me largué a toda prisa
bastante trastornado. Por el camino se desató dentro de mí un gran conflicto. ¿Qué debería
hacer? ¿Dar todo lo que tenía a los pobres y quedarme en la calle mendigando como ellos?
¿Y qué pasaría después? Todo fue muy repentino y me di cuenta de que realmente no
estaba preparado. Pero, ¿qué valor tenía mi vida si todavía no había desarrollado
desapego? Mientras mis tensiones aumentaban, tres chicos de los que dejé atrás, se me
plantaron delante pidiendo “bachís” [dinero, propina]. Entonces me sentí mucho más
sofocado. Me acerqué a otro puesto ambulante de comida y pedí que les sirvieran lo que
ellos quisieran. Pero ellos sólo querían dinero. Yo les dije que “comida o nada”. Mientras
tanto, varias ancianas se acercaron pidiendo con vehemencia un plato de comida. Pagué
rápidamente varios platos para ellas y tomé un rikshaw [taxi de bicicleta] para alejarme
pronto del lugar.

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Al llegar a mi cuarto estaba exhausto. Literalmente me faltaba el aire para respirar. Era
como si hubiese estado hundido en el océano a punto de ahogarme. Respiré
profundamente varias veces, tratando de volver a la normalidad. Buscaba argumentos
filosóficos que justificasen mi reacción ante los recientes acontecimientos, y poco a poco me
fui tranquilizando. Entre la barahúnda de pensamientos compulsivos, despuntó un poco de
luz: “Si yo era occidental, no debía sentirme en culpa por no vivir en las mismas condiciones
que los habitantes de Vrndavana... Mi lugar estaba fuera de allí, predicando. El camino que
me proponía el supuesto “sadhu”, era un camino sin retorno que, si bien era válido en
teoría, no habría dado resultado en la práctica, simplemente porque mi estructura mental y
todo lo que tiene que ver con mi personalidad estaba programado para otro tipo de labor,
una labor probablemente tan válida a los ojos de Krishna como la de ser mendigo en
Vrndavana”. No obstante, pasé varias horas muy mortificado. Entre las paredes de mi
confortable habitación me sentí un esclavo de la comodidad, un mezquino y miserable
intruso en la trascendental atmósfera de Vrndavana. Con cierta congoja, prendí un incienso
y lo ofrecí a las Deidades de mi pequeño altar. Mientras lo hacía comprendí lo insignificante
que yo era comparado con los habitantes de Vrndavana pero, al mismto tiempo, me sentía a
salvo en la isla de mi cuarto.
Jivatamas: Al principio dijiste que no tenías mucho que contar. ¡Cáspita prabhu! Se me
removió todo por dentro escuchando tu relato! Pero, ¿qué ocurrió después? Supongo que
se te pasarían los miedos.
Jivasattva: Sí. Al día siguiente, temprano en la mañana, fui a escuchar la clase de
Savita, una mataji que está dando una serie de lecturas acerca de Ragunatha-dasa
Gosvami. Al llegar pensé que yo había salido de una angustia para meterme en otra.
Mientras escuchaba la clase pude constatar que todas las grandes almas han sufrido
infinidad de inconvenientes en la vida. Como se sabe, a Hari dasa Thakura, Rupa y
Sanatana Gosvamis, y Ragunatha Gosvami les pasó de todo. De este último se dice que
sólo una vez en la vida se rió. Cuenta la historia que mientras leía el Vidagdha-madhava-
nataka de Rupa Gosvami, sus lágrimas cayeron sobre las páginas borrando parcialmente el
texto. Al ver esto, Rupa Gosvami quiso retirarle el libro pero Ragunatha dasa lo apretó
contra su corazón sin ánimo de devolverlo. Entonces, Rupa Gosvami se vio obligado a
componer rápidamente otra literatura –el Dana-keli-kaumudi– la cual hizo reír a Ragunatha
das... La madre Savita comentó: “Ragunatha dasa Gosvami tomó asociación de Hari dasa
Thakura. Sentado en Radha-kunda, meditaba en Guru-krpa, la misericordia del guru. Sin tal
misericordia no hay bhakti... Después que el Señor Caitanya tomó sannyasa, quiso ir a
Vrndavana, pero Nityananda Prabhu le hizo un truco y se quedó diez días en la casa de
Advaita Acharya. Luego, con el permiso de Su madre, fue a Puri. Entonces, Ragunatha
dasa dijo: ‘Yo quiero ir contigo’. Ragunatha era un eterno asociado del Señor Caitanya, pero

26
la asociación que el Señor le permitió por el momento fue la de seguir reglas y
regulaciones”. Tras una breve pausa para contener sus emociones, Savita continuó:
“Debemos orar a Ragunatha dasa Gosvami para tener sentimientos de separación, ye anilo
prema-dhana... Él decía: ‘Sin Rupa y Sanatana, Radha-kunda es como un tigre que me
come’. De hecho, una vez, mientras realizaba su bhajana en Radha-kunda, se le acercaron
dos tigres pero no le tocaron. Debemos purificar el corazón. El corazón es como un patio
donde van cayendo las hojas de los árboles (deseos). Si son quemados por el guru, se
reducen a cenizas y nunca más retornan. Sin purificar el corazón no hay bhakti y sin bhakti
no hay prema”.
Bhaktidas: Muy interesante ¿Dónde queda la casa de Savita?
Jivasattva: En una callejuela que confluye con el Loi-Bazar, frente al mercado.
Jivarajas: Tal vez podríamos ir todos juntos algún día...
Jivatamas: A mí esta historia me hizo recordar el tema de la tapasya. Según
Prabhupada, para comprender a Vasudeva Krishna, la tapasya es correcta, pero para
cualquier otro propósito es inútil. Esta mañana leí una conferencia suya en la que decía que
tal tipo de tapasya se asemeja a la austeridad realizada por Hiranyakasipu: “Quienes
participaron en manufacturar la bomba atómica, también realizaron austeridades pero, ¿cuál
es el valor de esas austeridades? Las austeridades que no están destinadas a comprender
a Krishna, son una pérdida de tiempo”.
Jivasattva (dirigiéndose a Jivatamas): ¿Y cómo te fue a ti, por qué no cuentas tus
experiencias?
Jivatamas: Que hable Jivarajas, después hablaré yo. Tengo que practicar la etiqueta
vaisnava... Por favor, prabhu (dirigiéndose a Jivarajas), todos estamos ansiosos de
escucharte.
Jivarajas: No sé por dónde empezar. El primer día me encontré con un grupo de
devotos franceses, de los cuales uno era un viejo conocido mío, un legendario líder de
sankirtana de los tiempos de Bhagavan que también encontré otra vez cuando visité
Rsikhesa. En aquella oportunidad él impartía clases de hatha-yoga. Ahora está un poco
enfermo y vive aquí. La verdad es que me emocionó volver a verle. Todavía recuerdo las
fantásticas historias de sankirtana que me contó la última vez que nos vimos. Después de
presentarme a sus amigos –devotos jóvenes recién llegados– me comentó algo sobre la
actualidad de ISKCON que me hizo reflexionar: “Esta sociedad crea ídolos y los coloca en
un elevado pedestal para después derribarlos, tal como suele hacerse con los muñecos del
tiro al blanco en la feria. En ISKCON ha sucedido algo parecido... En lo personal, creo que
todo ha sido muy artificial. Hemos actuado muy aceleradamente. Llevamos más de veinte
años juntos y todavía no hemos hecho amistad. Creo que ya es tiempo de relajarse un poco
y hacer amigos... Prabhupada nos enseñó todo bien. La disciplina implícita en tantos años

27
de prédica ha sido un buen entrenamiento. Ahora, como soldados cansados de luchar,
debemos descansar y poner en orden las ideas antes de volver a pelear”. Impresionado por
el aire solemne de sus palabras y pensando en mi situación actual –cansado y
desmoralizado por la dimisión de mi guru y las incongruencias del sistema–, me limité a
decir: “to little, to late”, un conocido refrán americano con el que me identifico, “demasiado
pequeño, demasiado tarde”. “¡Cómo!” –me increpó–. “Nunca es tarde para alguien como tú.
Yo soy viejo y aún continuaré en la lucha, qué decir tú...” Luego socialicé un poco con los
demás devotos y me dijeron que pensaban ir de compras a Jaipur y como yo conocía
algunos lugares donde comprar bien me animaron a que los acompañara y accedí. En
Jaipur nos alojamos en un hotel muy tranquilo de planta baja muy cercano a la vía principal
de la ciudad, cuyo patio estaba decorado con vistosas plantas y enredaderas de varias
clases. El primer día fue extremadamente fatigoso. Acostumbrado al ambiente aldeano del
Raman Reti, terminé tan mareado tomando taxis y visitando tiendas, que ni siquiera tuve
energía para visitar el templo de Govindaji. Al día siguiente fingí estar enfermo y esperé a
que se fueran todos para tener paz. Por la tarde fui al Govindaji Mandir. Tras una hora de
espera, abrieron el altar y comenzó el arati. En la mitad del kirtan aparecieron los devotos
franceses y bailamos juntos como en los templos de ISKCON..
Al tercer día regresé solo a Vrndavana. Nada más llegar me encontré un devoto
venezolano que conocí en Bélgica y sin saber cómo me envolvió en un nuevo viaje. A los
pocos minutos estaba montado en un ricksaw a motor camino de Mathura. Al entrar por la
calle principal vimos una larga fila de devotos de ISKCON haciendo harinama. Me emocioné
y me uní a ellos al instante. Mi amigo desapareció. El líder del grupo me invitó a que yo
dirigiera el canto y yo me puse realmente excitado. Nunca había participado en un harinama
en India, y menos por las calles de Mathura. Luego, pasado el cruce donde la avenida
principal se vuelve más angosta, la vibración del kirtan se tornó mucho más intensa. Poco
después llegamos a un templo donde se adoraba una Deidad de Varaha. Entramos en el
pequeñito patio del templo y allí, un devoto explicó la historia de la Deidad –un bajorrelieve
de piedra con la imagen de la encarnación de Krishna en forma de jabalí–, diciendo que
esta misma murti ya había sido adorada en tiempos del Señor Ramacandra en Su palacio.
Por la tarde regresé a Vrndavana en el autobús de los devotos. Cuando llegué, lo que
menos podía imaginar era volver a encontrar al devoto que me llevó a Mathura. Pero allí
estaba, en el mismo lugar en que se detuvo el autobús. Eran las cinco de la tarde. Tras una
corta conversación con él me propuso asistir a un programa de un reducido grupo de
vaisnavas bengalíes que se celebraba en un pequeño templo situado en una de las
callejuelas aledañas del Krishna Balaram Mandir. Fuimos allá y encontramos a todos los
devotos sentados cantando y tocando mrdangas y kartalas en torno a un cantor principal
que al parecer cantaba el Sri Caitanya caritamrta con una melodía monótona, coreada a

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gritos desentonados por el grupo. Junto al altar, el más anciano –Candraksekhara Baba–
lloraba y gemía intensamente mientras un ayudante le secaba las lágrimas con una tela
blanca. Según me dijeron, estas reuniones las realizan sólo dos veces al año. Yo dije a mi
amigo: “¿El Baba quiere tomar crédito por llorar?” “No” –me respondió–. “Ellos son muy
íntimos con él. Entre ellos se conocen todos sus sentimientos”. De pronto, el anciano –que
no cesaba de llorar– se puso de pie y comenzó a danzar. Dado el reducido espacio y su
avanzada edad (rondando los noventa), su danza era muy contenida pero en sus posturas
graciosas había una sobria actitud devocional. El bhajana continuó en el mismo estilo semi-
escandaloso y dulce que caracteriza a los devotos bengalíes. Según me dijo mi amigo, el
origen de estas actividades se remonta a tiempos anteriores a Srila Jagannatha dasa
Babaji. A las ocho en punto se terminó todo. El cantor distribuyó unos burfis [dulces de
leche] y, tras ofrecer nuestras reverencias a las Deidades de Sri Sri Radha-Krishna y a
Candrasekhara Maharaja, salimos a la calle. A los pocos pasos fuimos invitados a entrar en
un callejón en el que había un portal iluminado, con asientos de saco y platos de hojas de
árbol sobre el piso, a la espera de que fuéramos a tomar prasada. Nos sirvieron dhal, sabji,
puris calientes, berenjenas-pakoras, rasmalai y leche caliente. ¡Toda una fiesta! Durante la
comida todos se hacían bromas amistosas. Terminamos pronto. Nos despidieron con
abrazos. A nosotros (los dos invitados), nos regalaron veinte rupias a cada uno. Eran las
nueve de la noche. Al salir nos despedimos de ellos hasta siempre. Yo me fui caminando
lentamente entre las sombras y el frío de la noche, completamente ensimismado en lo vivido
y en lo que escuchaba dentro de mí mientras lo vivía.
Jivatamas: Después de haber escuchado estas historias tan especiales, lo mío no es
nada relevante. De todos modos lo contaré para que me den su opinión sobre varios
asuntos que me inquietan. En primer lugar les pido anticipadamente perdón por las ofensas
que inevitablemente se me escaparán. El mismo día que nos separamos fui al Krishna-
Balaram Mandir para asistir al arati de la tarde. Al salir encontré un devoto italiano que
acababa de llegar de Jagannatha Puri y aproveché para pedirle información sobre el lugar.
Hablamos poco. Me dijo que había cambiado de guru porque el guru de ISKCON con quien
fue iniciado previamente “no tenía nada para darle”. Ahora era discípulo de B. V. Puri
Maharaja. Se alejó rápidamente y yo me quedé pensando en él y en mí. Con tanta
confusión de gurus cuestionados y de devotos descontentos, ¿cuál es mi futuro? Muchos
me dicen que soy afortunado porque al no estar iniciado todavía no he sufrido desengaños y
estoy libre para escoger a mi maestro. Pero yo me digo que en una atmósfera tan
desconcertante es difícil no confundirse. En esos momentos me vino a la mente una postal
recibida hace pocos días: “Se esfumó una posibilidad...” Alguien esperaba que yo lo dejara
todo y me fuera a Canadá enrollado en una historia de amor, familia y todo lo demás. Yo
respondí que no puedo actuar en contra de mis ideales y principios. Sin embargo, después

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de escribir la carta me quedé pensando en las palabras de la Magdalena (según la novela
de Nikos Kazantzakis, La última tentación de Jesús): “Tú vas al desierto para purificarte y
escuchar la voz de Dios creyendo que eres mejor que los demás, pero eres igual que todos:
ambicioso, presuntuoso, arrogante y débil”... Al día siguiente fui al Math de Bon Maharaja.
Un devoto de Sudamérica me llevó allá. Al parecer él tenía una cita con el principal para
charlar con él y hacerle algunas preguntas específicas. Ni bien llegamos el devoto soltó su
primera inquietud: “Krishna es superior a Narayana, pero en el Madhya-lila se dice que si se
hace distinción entre las diferentes formas de Krishna, se comete aparadha [ofensa]”. En
respuesta, el swami gaudiya habló muchas cosas lindas que no puedo recordar ahora.
Entre las varias, dijo: “Cuando Krishna visitó Mathura para participar en un festival en el que
había que romper el arco de Shiva, cada persona lo vio de una manera distinta según su
propia realización. La forma de Krishna no cambia pero a los ojos de quien lo mira, es visto
de diferentes formas”. También explicó una pequeña historia: “Una vez, un habitante de
Vrndavana quería ir a Dwaraka. Entonces, Srimati Radharani se le apareció en el sueño y le
dijo: ‘Si vas a Dwaraka, perderás todo lo que has obtenido aquí’. Pero él pensó: ‘Quizás fue
un falso sueño’. Así que, sin más reparos, salió hacia Dwaraka. Al llegar a la puerta de la
ciudad (en ese tiempo sólo había una puerta de entrada) le pusieron un sello y cuando
volvió a Vrndavana Radharani no le permitió entrar en Su grupo. Los habitantes de
Vrndavana no quieren ir a Dwaraka... Cuando Rupa Gosvami estaba en Nandagrama
escribiendo un libro donde contaba esta historia, sintió tanto calor por la separación, que al
caer una hoja del árbol kadamba sobre su brazo, inmediatamente quedó reducida a
cenizas”. Después de hablar durante casi dos horas, pasamos a la sala del templo para
asistir al arati del mediodía. En el interior me quedé pensando acerca de la extrema
cordialidad y sencillez de los dos swamis que nos atendieron. Comparando mentalmente la
genuina humildad de estos swamis con la arrogancia de los que yo he conocido a su paso
por Italia, me quedé muy circunspecto... El estilo gritón del kirtan y las fuertes campanadas
de acompañamiento me desconcertó. Sin embargo, a la hora del prasada, me quedé
estupefacto: ¡uno de los dos sannyasis que nos atendió antes era el que servía a todo el
mundo! De nuevo mi mente comparaba. Al final nos pusieron guirnaldas a mi compañero y
a mí, y nos dieron cinco rupias a cada uno. Yo pensé: “¡Mamma mía, qué diferencia! En los
templos de ISKCON, apenas te ven llegar ya te están pidiendo donaciones. Aquí, además
de darte prasada, también te dan propina... Al salir, una persona que me había estado
mirando mientras tomaba prasada se me acercó y me preguntó: “¿Eres italiano?” Resulta
que era un amigo de colegio de mi hermano. Me contó que no había tenido muy buenas
experiencias en sus quince años de devoto y que “estaba buscando refugio”. Me dijo que
para él no había nadie como Prabhupada y que por eso le costaba encontrar alguien a
quien rendirse. Me propuso ir juntos a Radha-kunda dos días más tarde y acepté. Salimos

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temprano. Después de ofrecer nuestras reverencias en el samadhi de Srila Prabhupada,
nos recogió un taxista, el cual nos acompañaría durante todo el peregrinaje por Govardhana
y Radha-kunda, con su blanco “Ambassador”. En Govardhana visitamos una colonia de
babajis y, entre los diferentes cuartos, cabañas y samadhis, llegamos a la morada de un
joven babaji que estaba atendiendo a dos brahmacaris. En la atmósfera había mucha
sencillez y sana alegría. De regreso pasamos por el Naval kunda y el Apsara kunda, en un
lugar conocido como Rasa-sthali, donde Radha y Krishna discutieron debido a que Radha
quería cobrar impuestos a Krishna por pasar por “Su territorio”. A continuación visitamos a
un babaji de 99 años que había realizado bhajana por más de 70 años en el mismo mandir
donde lo encontramos. Participamos en un sencillo arati y respetamos el yogurt y los dulces
maha-prasada que nos dio el pujari. Antes de irnos nos despedimos del venerable babaji
tocando sus pies y pidiéndole sus bendiciones. Al dar reverencias frente al altar, él nos
corrigió diciendo que teníamos que darlas de costado, con el altar a nuestra izquierda. Más
tarde caminamos un buen trecho y llegamos a un lugar donde estaban construyendo un
templo al estilo del sur de la India. La personalidad que fuimos a ver, un babaji de 105 años
llamado Vrajasundara Maharaja, se encontraba sentado en una silla al sol cantando japa
entre el viejo templo y el nuevo en construcción. Le ofrecimos nuestras reverencias y nos
adentramos en lo que parecía ser un ashram. Preguntamos por el sirviente del babaji y al
rato apareció un anciano de porte aristocrático, el cual comenzó a hablarnos en torno a la
idea de que Sri Caitanya Mahaprabhu es la Suprema Divinidad; que esta Kali-yuga es la era
dorada por haber descendido el Señor Caitanya; y que para avanzar en la conciencia de
Krishna debemos cantar el nombre de Gauranga, ya que, “si Él indicó que se cantara el
nombre de Krishna, nosotros debemos entender que, siendo Caitanya Krishna mismo, y
nuestro salvador, lo correcto es cantar Su nombre”. Luego, de vuelta para el templo del
babaji, alguien comentó que Govardhana es un lugar ideal tanto para los sadhakas [devotos
practicantes] como para los siddha-bhaktas [almas realizadas]. Los primeros pueden
alcanzar prema, y los segundos pueden incrementar su madhurya-rasa. También se dijo
que los cuatro primeros versos del Siksastaka son para los sadhakas y los cuatro últimos
para los siddha-bhaktas [almas liberadas]. Cuando volvimos al templo, encontramos a
Vrajasundara Maharaja en el interior, sentado junto al altar. Entramos para saludarlo y al
acercarnos pudimos contemplar la espléndida Deidad de Mahaprabhu de al menos dos
metros de altura, complexión dorada y vestido con un elegante vestido color rosado. Al dar
mis reverencias al Señor Gauranga, le pedí que me otorgara entendimiento, paciencia y
devoción. Antes de irnos, el babaji nos dijo que para recibir la ayuda de los vaisnavas había
que tomar refugio en Sri Caitanya Mahaprabhu, “porque Él es el Amo Supremo de la
misericordia que Sus devotos distribuyen para ayudarnos a alcanzar la plenitud”... A mí,
estos peregrinajes no sé si me hacen bien o mal. Por un lado me encantan pero por otro me

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hacen pensar si esta gente estará bien de la cabeza. Cuando me analizo, recuerdo lo que
Prabhupada escribió: “Mientras la mente permanezca como un enemigo no conquistado,
uno tiene que obedecer los dictados de la lujuria, la ira, la avaricia, la ilusión, etc.”
(Bhagavad-gita, 6.6 significado). Creo que estas palabras las dijo para mí. No sé si a
ustedes les pasará lo mismo pero yo, cada vez que estoy con vrajavasis, me pongo
nervioso. Sé que son habitantes del Dham y todo eso, pero en mi mente surgen prejuicios
increíbles. Tal vez sean mis miedos... Me atemoriza lo que no entiendo. Además, desde que
estoy en Vrndavana tengo sueños raros que antes no tenía. Aunque, debo reconocer, a
pesar de tanto desconcierto de vez en cuando entiendo algo... El otro día, tras haber
soñado con mi ex-novia, me dije a mí mismo: “Has de saber, perfecto idiota, que lo que en
ella parecía bondad y desprendimiento era egoísmo disfrazado, el mismo que te hacía a ti
creer que la amabas cuando en verdad todo era una farsa”. De todos modos, mi conclusión
final es que Vrndavana está bien para los vrajavasis. Para los demás es un sitio ideal para
volverse loco... Convertirse en habitante de Vrndavana implica no tener miedo de volverse
loco.

Durante el relato de Jivatamas, Jivarajas y Jivasattva se habían levantado para estirar


las piernas y contemplaban el horizonte con aire distraído. Bhaktidas estaba algo agotado y
habría preferido retirarse pero el tono preocupante de las últimas palabras de Jivatamas le
hicieron comprender que debía quedarse. Él conocía un poco la naturaleza humana y sabía
que el devoto estaba pidiendo ayuda. Por otro lado, también era importante analizar bien los
argumentos cada vez que se encontraban. Todos necesitaban contrastar ideas para mejorar
su comprensión espiritual. A él en particular le servía para ejercitarse en predicar pues, por
diferentes motivos que nunca contaba, no pensaba volver a Occidente “por un buen
tiempo”. Principalmente necesitaba estimular su imaginación para escribir y para mejorar su
bhajana. Debido a que esa mañana estaba decidido a quedarse con los devotos hasta
agotar el tema, tomó ventaja del silencio general para pensar. Sentado junto a Jivatamas –
ambos apoyados contra la pared de la baranda y con la mirada perdida en el infinito–,
comenzó a hablar a Jivatamas. Al escuchar a Bhaktidas, los otros dos se volvieron a sentar
sobre la manta.

Bhaktidas: Creo que estás adelantando mucho. Tus experiencias son muy interesantes.
Mientras oía lo que ibas diciendo pude notar una notable evolución en tu manera de
interpretar la realidad.
Jivatamas: ¿”Evolución”? ¿De qué evolución hablas?
Bhaktidas: Eres muy intuitivo y entiendes rápido las cosas… Lo de los sueños es muy
incomprensible. El subconsciente almacena las impresiones habidas durante tus vivencias

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pasadas y se explaya mientras duermes. Cuando se tienen sueños preocupantes, lo que
cuenta es cómo uno reacciona después. Lo que acabas de decir demuestra mucha lucidez.
Jivatamas: (evidentemente satisfecho con la conversación): Va a días. Yo me animo y
me desanimo fácilmente. A veces pienso que tal vez sería mejor que regresara a Italia...
Bhaktidas: ¡No! ¡Eso nunca! Vrndavana es la mejor medicina para todo y para todos.
Srila Visvanatha Cakravarti Thakura dice: “Incluso si no haces nada, quédate en Vrndavana.
La atmósfera de Vrndavana purificará tu corazón”. De hecho, Vrndavana es la morada
original de Krishna. Así que, estar en Vrndavana significa haber alcanzado el objetivo
supremo de la vida.
Jivatamas: Sí, pero he oído decir que si uno no es puro no entra en la real Vrndavana.
Bhaktidas: Es cierto, pero debido a que aquí hubieron y hay, muchas personas santas
haciendo bhajana, la atmósfera de la “Vrndavana terrestre” también está cargada de
bienaventuranza. Sólo por estar aquí la purificación está garantizada. ¡Qué decir si uno
realiza algún seva o se absorbe en bhajana! Vivir en Vraja es fundamental. Simplemente
por vivir en el Dham uno se desapega fácilmente de lo superfluo y se apega a lo esencial.
Jivarajas (que había seguido muy atentamente la conversación): Creo que tienes razón.
En lo personal, cada día me ocurre algo extraordinario que me libera de las preocupaciones
y me transporta a otra dimensión. Precisamente ayer, después de tomar prasada en el
Restaurante del MVT subí a la terraza a cantar rondas y al atardecer tuve una grata e
insólita experiencia. Entre la mezcla de cantos proveniente de los altavoces de los templos,
una voz llamó particularmente mi atención por su incomparable dulzura y sentimiento. El
devoto cantaba de tal manera que me hizo comprender mejor que nunca el sentimiento de
separación de Krishna experimentado por quienes realmente lo aman de verdad. La
vibración de quien cantaba transmitía el desamparo del alma afligida a causa del inclemente
confinamiento en este mundo y al mismo tiempo comunicaba la conmovedora ternura de
quien añora a Krishna sintiendo verdadero amor por Él. Me impactó tanto que decidí bajar a
toda prisa y dejarme guiar por el sonido de esa voz hasta encontrar su lugar de
procedencia. Caminé por diferentes callejuelas y me topé con una tapia que cerraba el
paso. Volví hacia atrás para dar la vuelta y, caminando por la carretera central
[Bhaktivedanta Swami Marg] llegué al lugar de donde procedía la dulce y melodiosa voz...
Era un mandir situado frente al “Instituto de Investigación de Vrndavana”. El portón de hierro
estaba cerrado y era infranqueable. Pero a los pocos minutos de estar allí llegaron dos
peregrinos con turbantes y ropas viejas de invierno cargados con los bultos de sus atavíos
personales. Aprovechando la coyuntura me sentí libre para meter las manos tras las rejas
del portón con la intención de abrir por dentro. Pero en ese momento, desde el interior llegó
alguien que abrió una pequeña puerta incrustada en el portón. Era de noche y, aunque no
pude ver bien el rostro de quien nos ayudó a entrar, me impresionó su actitud de genuina

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hospitalidad. Nos indicó muy amablemente que caminásemos hasta el fondo. El interior era
un gran descampado salpicado de construcciones antiguas y modestas. Al fondo
encontramos una bella construcción de piedra con arcos y columnas que daba a un amplio
patio cuadrangular y a un cobertizo cuya pared interior estaba llena de puertas. De una de
ellas, de la que salía luz por las rendijas, provenían los cantos melodiosos que yo había
escuchado desde la terraza del MVT. Mientras los dos peregrinos buscaban un lugar en el
patio donde dejar sus pertenencias yo abrí unos centímetros la puerta y ¡allí estaba la gran
fiesta! En un reducido espacio había tres o cuatro devotos sentados en el suelo cantando
con acompañamiento de armonio y mrdanga. Cantaban con expresión de bienaventuranza.
Frente a ellos, en lo que parecía el atrio del altar, un sadhu envuelto en un descolorido
chaddar bailaba de una manera tan celestial que me dejó pasmado. Su danza era una
exótica exhibición de ingravidez, gracia y elegancia. Bailaba dando vertiginosas vueltas
sobre sí mismo, moviendo el cuerpo y los brazos con la misma soltura desinhibida y
armoniosa de uno que se mueve bajo el agua. Parecía estar en trance. Todo allí era tan
auténtico y sublime que no había espacio para interpretaciones tendenciosas. Gráficamente
era como un gran fuego que, partiendo de la tierra, se elevaba hacia el cielo convertido en
una trepidante llama hipnótica. No quise entrar para que no intimidarles con mi presencia.
En pocos segundos terminó el kirtan y empezaron a salir varios devotos. Uno de ellos, como
de 90 años, murmuró suavemente al pasar junto a mí: “Radhe, Radhe”. Varias veces me lo
dijo como si me conociera. Su cálida voz me inundó de paz. Su sentimiento devocional
reforzó mi fe. Después me retiré y, mientras regresaba a mi alojamiento, experimenté
muchas emociones juntas. Pensé que la causa de todos nuestros problemas y de que no
alcancemos la verdadera paz es que no cantamos con suficiente sinceridad y
convencimiento el maha-mantra. Lo usamos como complemento, no como algo esencial.
Dejar que los asuntos domésticos disminuyan la intensidad de nuestro bhajana es contribuir
a que nuestra vida espiritual se estanque. Si no podemos concentrarnos en cultivar el
conocimiento trascendental y la devoción pura, mejor dejarlo todo y salvarse cantando Hare
Krishna con sinceridad y desapego... Al llegar a mi cuarto escribí rápidamente una oración
en una hoja de mi cuaderno y la coloqué sobre la pared: “Mi querido Santo Nombre, dame
inteligencia para comprender Tu inmensa misericordia y hazme merecedor de cantarlo
siempre en preferencia a cualquier otra actividad”.

Viendo que se había hecho un poco tarde, Jivasattva propuso ir a tomar prasada al
Krishna Balarama Mandir. Bhaktidas se excusó diciendo que había desayunado tarde y que,
como tenía varias cosas que hacer, prefería esperarlos en su cuarto. Los tres devotos
regresaron dos horas después pero como se sentían muy cansados decidieron posponer la
reunión para el día siguiente.

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Capitulo 3

Cuando Bhaktidas subió a la terraza, encontró a Jivatamas y Jivarajas discutiendo. Eran


casi las diez de la mañana, el cielo estaba despejado, hacía menos frío, y los gorriones,
loros, cuervos y palomas, volaban por todas partes. Como de costumbre, los monos
vigilaban atentamente las viviendas cercanas, a la espera de la más mínima oportunidad de
robar algo. Tras los árboles, las cúpulas del Krishna Balarama Mandir y del Samadhi de
Srila Prabhupada sobresalían entre el conjunto de otras tantas construcciones menos
palaciegas, dando un toque de elegancia al otrora campo de Raman Reti ahora convertido
en bulliciosa y próspera metrópoli. Los devotos hablaban sobre la libertad y el desapego
pero más allá de sus palabras Bhaktidas pudo advertir que el principal problema de ambos
era el miedo. Miedo de aceptar las diferentes complejidades de la vida; de la realidad que a
uno le toca vivir según su guna y karma; de las incertidumbres internas y coacciones
externas; y del prejuicio y censura sistemática de los otros. Para acompañar y entender
mejor a sus amigos, se limitó a escucharles discretamente sin intervenir él.

Jivatamas: ...Creemos que sabemos mucho pero en realidad no sabemos nada. ¿Tú
piensas que el conocimiento que hemos adquirido nos volverá perfectos?
Jivarajas: Depende de cómo lo utilicemos. La perfección se obtiene después de mucho
equivocarse. El conocimiento libresco puede ser engañoso pero el conocimiento obtenido
mediante la aplicación práctica del mismo no lo es. La prueba de que alguien tiene real
conocimiento es que es desapegado.
Jivatamas: Aun así podemos equivocarnos. Recuerda que aferrarse a una falsa idea de
la realidad es amarrar la propia alma a lo ilusorio....
Jivarajas: ...Pero apegarse a lo verdadero debidamente constatado por los acharyas y
por uno mismo, es liberarla. Todo lo que no se transforma en hecho es imaginación. El

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jñana está bien, pero mientras no se convierta en vijñana, ¿de qué sirve? Se hace camino al
andar, no al hablar.
Jivatamas: No olvides que la primera fase de la acción es el pensamiento. Así que,
conocer las cosas de todas las maneras posibles es esencial.
Jivarajas: Por supuesto. Pero el conocimiento teórico que no se transforma en acto, es
estéril y endurece el corazón. Leer libros de autores karmis confunde y desorienta. Confiar
en el propio intelecto es un error. La garantía total de que lo que hacemos no nos ata es
transformarlo en una ofrenda de amor a Dios, sacrificando lo que haya que sacrificar. Hoy
día, la mejor manera de lograr la perfección espiritual y alcanzar la trascendencia es cantar
Hare Krishna y distribuir los libros de Srila Prabhupada.
Jivatamas: Seguramente será cierto lo que dices pero para llegar a ese estado de
abandono uno tiene que prepararse bien. Abrazar una disciplina sin saber por qué, puede
ser contraproducente, ¿no crees?
Jivarajas: No en el caso del yuga-dharma, el sacrificio para esta era. Uno puede confiar
en el Señor Caitanya y en los acharyas, de lo contrario, ¿para qué han venido? El proceso
lo purifica a uno al practicarlo. Srila Bhaktisiddhanta decía: “Querer devorar el Infinito es
perder energía y dañino para tu causa”.
Jivatamas: Pero Srila Bhaktivinoda Thakura también decía: “Uno debe hacer sólo
aquellas cosas que estén sancionadas por la paz de su conciencia”. Yo no soy fanático. Leo
de todo un poco, y en la medida que voy comprendiendo me voy sintiendo más tranquilo.
¿Tú conoces algo de Cábala?
Jivarajas: No. Pero no lo veo necesario ya que todo conocimiento está contenido en los
Vedas.
Jivatamas: La Cábala es una forma antigua de misticismo que enseña cómo se formó el
universo y cómo acceder a los diferentes planos de la mente consciente, de modo que
podamos aprovechar las diversas energías del universo. Nos enseña cómo adentrarnos en
nosotros mismos hasta esos planos de la mente subconsciente a través de los cuales
podemos obtener acceso a las diferentes fuerzas y energías de los cielos.

En ese momento llegó Jivasattva, saludó a todos, les, ofreció sus reverencias y se
excusó por llegar tarde a la reunión.

Jivasattva: Perdonen mi indiscreción. Por la escalera oí lo que decía Jivatamas y me


llamó la atención que estuviesen hablando sobre Cábala. Ese sistema es muy útil para
explorar la realidad y tomar conciencia de sus leyes y valores básicos. “El Árbol de la Vida”
es un símbolo muy antiguo. Representa cosas que crecen y evolucionan. Es el puente entre
los cielos y la tierra. Su utilización resulta muy provechosa en la exploración de vidas

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pasadas. El árbol tiene raíces en la tierra al tiempo que extiende sus ramas hacia las
alturas. Así mismo, nosotros también tenemos raíces en el pasado, mientras intentamos
elevarnos a las nuevas alturas del futuro…

Viendo el rumbo que estaba tomando la disertación de Jivasattva, Bhaktidas sintió que
tenía que intervenir para reconducir la conversación por los cauces de la filosofía védica.
Entonces, con la serenidad y aplomo que le caracterizaba tomó la palabra ampliando
gradualmente los temas que se estaban discutiendo.

Bhaktidas: El interés por la verdad brota en el alma que despierta y debe ser
incentivado. El conocimiento espiritual tomado de los libros libera de la ignorancia pero la
liberación teórica es insuficiente. La auto-trascendencia adviene cuando la erudición
filosófica se transforma en conocimiento vivenciado. Srila Prabhupada dice textualmente: “El
jñana (el conocimiento de que uno no es este cuerpo material sino alma espiritual) no es
suficiente para la liberación. Lo que ustedes hablaban antes acerca del proceso evolutivo de
la conciencia es interesante, pero más interesante es comprobar que el bhakti es a la vez la
condensación y el post-grado del conocimiento. La realización del conocimiento se obtiene
a través de las ocho etapas del sadhana: sradha, sadhu-sanga, bhajana-kriya, anartha-
nivritti, nistha, asakti, bhava y prema. Los diferentes niveles de conciencia desarrollados por
el sadhaka a través de este proceso son expansiones de la semilla del conocimiento
conclusivo de la verdad contenido en el alma de su ser. La evolución gradual de la
conciencia que inicia con la fe (al buscar la verdad) Y culmina en prema (al desarrollar amor
puro por Krishna), ocurre a través del servicio devocional, lo cual hace de este método el
más apropiado para todo tipo de personas.
Jivatamas: Si fuera tan apropiado no habría tan pocos vaisnavas en el mundo...
Jivarajas: ¿Pocos? Yo no diría eso. En primer lugar, el vaisnavismo como religión
organizada ha surgido prácticamente hace sólo 35 años con Srila Prabhupada y desde
entonces se está expandiendo progresivamente por el mundo. En segundo lugar, todo el
que se adhiere a este proceso se libera. Así que, los vaisnavas que trascienden el plano
material (y que por tanto no vemos), constituyen una cantidad enorme. No cabe duda de
que el método está al alcance de todos puesto que hasta los niños pueden tomar parte, lo
que pasa es que la gente aún no lo sabe; el día que se den cuenta, la entera sociedad lo
adoptará. Si no lo adoptan todavía es porque creen que someterse a Krishna significa
perder la libertad. Por tanto, no es que el método sea inapropiado, sino que la
desinformación de que Krishna es la suprema meta de la vida trabaja a favor de maya [la
ilusión].

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Bhaktidas: En parte es cierto lo que dices. Hay muchísimas almas dormidas por todas
partes que, tal como nos sucedió a nosotros, al tomar contacto con los devotos sienten
haber reencontrado la familia a la que realmente pertenecen, y no dudan en unirse al
Movimiento. Aún así, no debe sorprendernos que no se nos unan las masas. No todo el
mundo está dispuesto a seguir los cuatro principios regulativos y entregarlo todo a Krishna.
Estamos viendo que, incluso muchos de los que intentan seguir fielmente el proceso, no
pueden. Sucede igual que con las joyas preciosas. Muchos están atraídos por los
diamantes pero, ¿cuántos pueden comprarlos? La mayoría de la gente prefiere la bisutería.
El bhakti es para quienes no están interesados en el disfrute material, ni en la liberación:
klesagni subhadali moksa laghutakrt sudurlabha, sandrananda visesatman sri krsnakarsini
ca sa... En este verso del Bhakti-rasamrta-sindhu, Srila Rupa Gosvami explica las seis
características del servicio devocional puro: “El servicio devocional puro confiere alivio
inmediato de las aflicciones materiales, es el comienzo de todo lo auspicioso. Quien alcanza
el servicio devocional puro, desdeña incluso la liberación. El servicio devocional puro es
muy difícil de lograr pero, una vez logrado, lo coloca a uno en el plano del placer
trascendental. El servicio devocional puro es el único medio para atraer a Krishna”. En el
primer capítulo del Néctar de la Devoción, Srila Prabhupada comenta: “El significado de
este verso es que Krishna ofrece fácilmente la liberación pero raramente otorga el servicio
devocional debido a que, mediante el servicio devocional, el Señor queda comprado por el
devoto. Krishna es el Supremo atractivo, pero el servicio devocional puro es incluso
trascendentalmente más poderoso que el propio Krishna, debido a que es la potencia
interna de Krishna”. Creo que Jivatamas tiene razón al insinuar que volverse devoto de
Krishna no es tan fácil como parece. Aun así, Caitanya Mahaprabhu ha dado la oportunidad
a todo el mundo distribuyendo indiscriminadamente el harinama. De este modo, incluso
participando de una manera involuntaria en el canto del Santo Nombre o el servicio
devocional a Krishna se acumula sukrti, méritos que Krishna recompensa permitiendo
practicar vaidhi-bhakti y posteriormente raganuga-bhakti. El bhakti es muy potente y, por
difícil que parezca, la revolución iniciada con Sri Caitanya Mahaprabhu y expandida por
Srila Prabhupada en nombre de todos los acharyas precedentes no se detendrá nunca
porque, con el tiempo, de una u otra manera involucrará a todos los habitantes del planeta.
Lo que nosotros debemos tener claro es que la energía ilusoria material no se trasciende
intelectualizando la filosofía de la conciencia de Krishna, sino practicándola. Krishna dice:
“Esta, Mi energía divina, consistente en las tres modalidades de la naturaleza material, es
muy difícil de superar. Pero aquellos que se rinden a Mí, la superan fácilmente” ( Bhagavad-
gita 7.14). Rendirse a Krishna es someter incondicionalmente el corazón y el intelecto al
servicio de Su representante. De esta forma uno se vincula con él y con todo el parampara,
y queda situado en la trascendencia.

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Jivatamas: ¿Por qué, a pesar de haber sido introducidos a la filosofía védica por Srila
Prabhupada no experimentamos un progreso paralelo en la lucha contra maya?
Jivasattva: Por falta de disciplina, creo yo. Hay que tomar el proceso muy en serio,
observar principios y practicar austeridades.
Jivatamas: Una vez escuché que lo que cuenta no son las austeridades aisladas sino
toda una vida ejemplar dedicada al servicio del Señor...
Jivasattva: Por supuesto. La constancia es la base del éxito. Debemos poner el alma en
todo lo que hacemos, especialmente en aquellas actividades recomendadas por nuestros
acharyas. Tenemos que ser completos. Para practicar exitosamente la conciencia de
Krishna es necesario desarrollar la actitud apropiada. Sólo con erudición o austeridades no
se alcanza a Krishna. Se requiere entrega verdadera.
Jivarajas: (dirigiéndose a Bhaktidas y pidiendo consenso a los demás con la mirada) Tal
vez podríamos profundizar un poco más en el tema de la verdadera libertad y de la forma de
obtenerla.
Bhaktidas: Libertad significa no depender de nada ni de nadie que nos impida servir a
Srimati Radharani. Sin superar la influencia condicionante de la energía ilusoria material no
hay verdadera libertad. Según el Amnaya-sutra (citado por Srila Bhaktivinoda Thakura en el
Sri-bhajana-rahasya, pág. 20), en la persona atraída por maya aparecen cuatro anarthas:
debilidad del corazón, todo tipo de ofensas, deseos materiales, e ilusión acerca del
conocimiento espiritual. Las debilidades del corazón son: apego por las cosas no
relacionadas con Krishna, encontrar faltas, envidia y deseo de fama. Las ofensas son de
cuatro tipos: Al Nombre, a la Forma del Señor, a los devotos y a otras entidades vivientes.
Los deseos materiales son de cuatro tipos: los objetos materiales, las comodidades, los
poderes místicos y la liberación. La ilusión acerca del conocimiento espiritual presenta
cuatro aspectos: la propia identidad, la Suprema Identidad de Krishna, el proceso del
prema-bhakti y el sadhana. Estos anarthas generan seis enemigos: lujuria, ira, codicia,
ilusión, orgullo y envidia, los cuales a su vez están acompañados de seis olas: aflicción,
autoengaño, ansia, sed, vejez y muerte. En su explicación (comentando un verso del
Srimad-Bhagavatam, 1.1.14), Srila Bhaktivinoda Thakura concluye diciendo que, “si bien la
vida espiritual permanece estancada mientras hay anarthas, éstas pueden desaparecer
inmediatamente por ocuparse en cantar el santo nombre de Krishna, a quien teme el temor
personificado”.
Jivatamas: Entonces, ¿por qué a veces tenemos miedo, a pesar de estar cantando
Hare Krishna?
Bhaktidas: El miedo se debe a la atracción por la materia, la energía separada de
Krishna. No obstante, debido a que desde que uno canta el Santo Nombre deja de estar
dominado por la energía material, los anarthas se van debilitando y, además de perder el

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miedo, la fe en el Señor se fortalece. Es un proceso gradual... Como decía Jivarajas al
principio, para tener éxito en la vida espiritual hay que recurrir al proceso de depurar las
falsas identificaciones y apegos materiales. Confiar en las falsas esperanzas del intelecto es
perder el tiempo. El intelecto es limitado y, sin la gracia de Krishna, su más grande proeza
cognitiva consiste en traernos al punto de partida. Hay que ir en pos de lo esencial, aquello
que una vez alcanzado nos libera del samsara. Intelectualizar las cosas nos mantiene
entretenidos por algún tiempo en la búsqueda de la verdad, posponiendo ir a su encuentro
por miedo al compromiso que ello implica.
Jivatamas: Yo no creo que uno tenga miedo de comprometerse con Krishna, lo que
pasa es que cuesta acoplarse con Su voluntad.
Bhaktidas: Todos tenemos miedo. Sólo está libre del miedo quien no se identifica con
las cosas terrenales; quien comprende que el mundo, la mente y los pensamientos son
ajenos a su propio ser. Para no tener miedo uno tiene que confiar plenamente en la
misericordia sin causa del Señor.
Jivatamas: ¿Cómo puede uno confiar en lo desconocido?
Jivasattva: Haciendo que lo desconocido se vuelva conocido. Nuestro problema es que
tenemos la mente invadida por ideas extrañas a la conciencia de Krishna, pero la presencia
de Krishna en la forma de Hari-katha las espanta, tal como las palomas se espantan apenas
batimos palmas. Debemos reconocer nuestras limitaciones actuales y trabajar
pacientemente hasta que las propensiones negativas (anarthas) se disuelvan y aparezca la
genuina emoción espiritual (bhava).
Jivatamas: Cuánto más lo pienso, más me doy cuenta de que la vida es un castigo, una
expiación seguramente merecida pero difícil de entender. Todo lo que a uno le gusta es
prohibido. Cada pequeño disfrute se transforma en un grande sufrimiento. Este mundo es
ideal para perder la razón y volverse demente. Con este panorama, dan ganas de
desaparecer del mapa.
Jivarajas: ¿Por qué lamentarse? Estamos en Vrndavana. Vivir aquí significa estar en las
manos de Krishna. ¿Por qué no dejamos que Él mismo nos maneje a Su antojo? Todos
tenemos días difíciles, pero no resolvemos nada lamentándonos. Admitamos que somos
inestables porque nuestro sadhana es pobre. Como dijo Bhaktidas, incluso transformando el
sraddha (fe) en nistha (actitud devocional estable) hay muchos obstáculos que enfrentar.
¿Qué decir si nuestra mente conserva todavía sus viejos esquemas de vivir para el disfrute
material? Si mientras cantamos Hare Krishna notamos diferentes sankalpas (atracciones) y
vikalpas (repulsiones) hacia los objetos materiales, eso quiere decir que la mente aún no es
estable.

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El extremado pesimismo de Jivatamas preocupaba a Jivarajas. Éste trataba de
tranquilizarlo como podía pero a veces su obsesión conciliadora lo arruinaba todo. Aunque
conocía bien la filosofía, sus arrebatos idealistas reflejaban conflictos no resueltos. Su
peculiar interpretación de la realidad restaba credibilidad a sus palabras. Para equilibrar la
situación y preservar la armonía del grupo, Jivasattva solía intervenir para reforzar las
partes más flacas de significado que Jivarajas descuidaba en sus intentos de corregir o
convencer a Jivatamas.

Jivasattva: Es cierto. La desesperación simplemente alimenta los estados depresivos.


Es una trampa de maya que hay que evitar a toda costa. Comprender bien las cosas
aquieta la mente y facilita el acceso a lo desconocido. Lo que falta llega por añadidura. La
situación de toda jiva sumergida en este mundo es muy delicada. No hay que maravillarse si
uno se desanima. De por sí, la existencia material es frustrante. Practicar la vida espiritual
en el mundo material es como nadar a contracorriente. Muchas veces sentiremos que nos
falta la respiración. Pero, como decía Jivarajas, ahora que estamos en Vrndavana podemos
aventajarnos de toda la ayuda que ofrece el Dham, procurando hacer comprender a la
mente y a los sentidos que su actitud caprichosa es suicida y que debe concluir aquí,
donde, simplemente por estar, uno puede impregnarse de conciencia de Krishna y
sumergirse para siempre en el mundo espiritual. Debemos recordar que, en su estado puro,
el alma está libre de defectos pero cuando se separa de Krishna es extremadamente
vulnerable a la influencia de maya quien la hace enloquecer. Por curiosear en el ámbito del
disfrute sensual, el alma toma contacto con la materia y automáticamente desarrolla cuatro
tipos de defectos: cometer errores, tendencia a engañar, a ilusionarse y a percibir
distorsionadamente las cosas. Si el alma espiritual es vulnerable a la influencia de maya,
imaginemos cuán vulnerable es la mente.
Lo grave del asunto es que mientras el alma permanece en este mundo depende por
completo de la mente. A partir de aquí, sabiendo que la mente es como una esponja que
absorbe toda clase de fluidos (ya sean puros o impuros), podemos comprender la gravedad
de naufragar en el venenoso océano de la ilusión. Debido a su naturaleza inconsistente, la
mente sólo es favorable a los intereses espirituales del alma cuando está ocupada en
servicio devocional a Krishna, de lo contrario maya la manipula a su antojo tal como las olas
del océano hacen lo que quieren con un barco sin tripulación. Dado que la mente es
vacilante e inestable por naturaleza, a menos que esté siempre ocupada en Krishna, se
confundirá con lo ilusorio. Los pensamientos, sentimientos y deseos de una mente que
todavía mora en los objetos de los sentidos, aunque sólo sea de vez en cuando, no son
confiables. Puede que uno esté sirviendo a Krishna pero si la motivación mental es egoísta,
todo el esfuerzo que haga será como remar en una barca anclada: creerá que está

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avanzando, pero su avance será ilusorio... De hecho, aun cuando uno cante Hare Krishna,
si no retira la mente de los objetos de los sentidos, continuará siendo manejado por la
influencia de las gunas. La mente debe estar absorta en Krishna, de lo contrario sucumbe y
nos hace sucumbir.
Jivatamas: Francamente nunca había escuchado una explicación tan clara acerca del
peligro que entraña la existencia material pero, al mismo tiempo, me hace sentir impotente
pues, por lo que deduzco al escucharte, ni el conocimiento filosófico ni el maha-mantra Hare
Krishna pueden contrarrestarlo.
Jivasattva: ¡Claro que no! El maha-mantra Hare Krishna purifica y transforma la
conciencia. Lo que arruina todo es cantarlo sin dejar de pensar en maya.
Jivarajas: El conocimiento de la verdad destruye las falsas concepciones materiales y
permite ver las cosas en su justa perspectiva. La impotencia proviene del miedo a ser
derrotado por maya; de la duda de que el conocimiento espiritual no sea suficiente para
convencer a la mente de que su percepción de la realidad es falsa o incompleta. El
conocimiento es luz y donde hay luz no puede haber oscuridad. Cultivando la conciencia de
Krishna a través de los nueve métodos empleados en el sendero de la devoción (bhakti-
marga), se ven las cosas como son y no hay razón para temer.
Jivasattva: En un sentido es correcto lo que dices. Pero dada la escasa capacidad de
percepción de nuestros sentidos e intelecto, la Suprema Realidad sólo la intuimos, no la
vemos. Conocer la filosofía de la conciencia de Krishna está bien, pero no debemos olvidar
que ésta es sólo un mecanismo científico para ayudarnos a vislumbrar el lado oculto de las
cosas y obrar en consecuencia. Más allá de cualquier especulación mental, la comprensión
resultante del obrar fundamentado en la filosofía es lo que cuenta. La teoría es hipótesis, su
validez se verifica al ponerla en práctica. Las conclusiones filosóficas emergen como
axiomas a través de la realidad que nos toca experimentar mientras actuamos en
conciencia de Krishna. A mi entender, cuando la inteligencia no está iluminada con el
conocimiento, difícilmente puede discernir en lo mejor de su capacidad. Es fácil detectar las
falencias de nuestros semejantes, pero no las nuestras. Para juzgar acertadamente los
desaciertos de los demás es necesario haber comprendido bien los propios. La miopía
espiritual dificulta el entendimiento. El ego falso obstaculiza la percepción de la verdadera
naturaleza de las cosas. Las almas condicionadas podemos adoptar dos actitudes: dar la
espalda a Krishna, o dar la espalda a maya. Dando la espalda a Krishna, en vez de ver Su
belleza sólo vemos los objetos de disfrute mundano y quedamos atrapados en las
emociones ilusorias que éstos provocan en nuestra sensibilidad. Dando la espalda a maya,
detectamos la presencia de Krishna y nos volvemos indiferentes a todo lo ilusorio... Una
vez, un niño del gurukula de apenas cuatro años, me preguntó: “¿Krishna existe?” Yo me
quedé pasmado. ¿Cómo responderle al niño con la misma inocencia y claridad? No logré

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ponerme a la altura de su rotunda simplicidad. “Todo cuanto existe es Krishna”, le dije. Pero,
obviamente, esta respuesta no calmó su inquietud.
Bhaktidas: En verdad los niños entienden más de lo que imaginamos. Precisamente su
inocencia es la que les facilita el acceso a la verdad pero, dado que ni los más grandes
eruditos (incluidos los más prominentes semidioses como Brahma y Shiva), conocen
completamente a Krishna, no debemos sentirnos tan frustrados. Prabhupada, citando a Jiva
Gosvami en una caminata [Los Ángeles, 3/12/73] dijo que “lo primero que uno tiene que
tener en cuenta al tratar el tema de la existencia de Dios es que Él es inconcebible”.
Jivatamas: Pero sin conocerle ni verle, ¿cómo vamos a llegar a Él?
Bhaktidas: Podemos conocerle y verle través de las Escrituras. Prabhupada decía que
cuando un hijo no sabe quien es su padre sólo puede saberlo a través de su madre. Las
Escrituras son la madre. Ellas nos informan acerca de Krishna como padre nuestro y causa
original de todo cuanto existe: lo visible y lo invisible; lo real y lo ilusorio; el conocimiento y la
fuente del conocimiento; el recuerdo y el olvido. Él es lo que ha de ser conocido a través de
los Vedas. Uno puede acercarse a Krishna estudiando los Vedas pero, sobre todo,
practicando el servicio devocional recomendado en los Vedas. De hecho, ya sea que se
conciba como Brahman, Paramatma o Bhagavan, la causa de todo cuanto existe es
Krishna. Él está en todas partes y todo está contenido en Él. Krishna es la Verdad Absoluta
Suprema representada en las palabras om tat sat usadas por el Señor Brahma durante la
ejecución de sacrificios. Haciendo todo en nombre de la Suprema Personalidad de Dios y
pronunciando la sílaba om, se perfeccionan todas las actividades.
Jivatamas: ¿Qué es realmente el om, esencia, vibración, sustancia?
Bhaktidas: El om es la respuesta a todas las preguntas que uno se hace acerca de
Dios, entendido como causa u origen de toda realidad. La confirmación de que el placer, la
alegría y la satisfacción que buscamos, existen. Omkara es la semilla de todo: del teísmo y
de la sustancia de lo real que responde afirmativamente a la búsqueda de plenitud
espiritual. El Om se transforma sucesivamente en Gayatri, Veda y Vedanta. Luego asume la
forma del Srimad-Bhagavatam en el que están contenidos los pasatiempos trascendentales
del Señor. Om significa que aquello que buscamos está contenido en el Supremo. Si, ante
la aridez de lo mundano, buscamos el sabor de la dicha inagotable de lo eterno, Krishna se
nos revela misericordiosamente como sat, la conciencia eterna; cit, aquello que satisface
nuestra búsqueda de conocimiento acerca de Él; y ananda, lo que hace posible la
bienaventuranza. Todos los himnos védicos inician con la sílaba om, indicando la calidad
suprema del Señor, a quienes están dirigidos. El om está contenido en el maha-mantra
Hare Krishna. Glorificar al Señor cantando Sus nombres es la mejor garantía de
perfeccionar la vida espiritual.

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Jivarajas: Tú hablas del “sabor de la dicha inagotable de lo eterno”. ¿Qué estado de
conciencia es necesario para percibir ese sabor? ¿Cómo se alcanza?
Bhaktidas: Ese estado de conciencia se llama nistha, o estabilidad en el servicio
devocional, el cual se alcanza usando la inteligencia superior para captar el sabor sublime
del bhakti. Como vimos antes, dicho estado de conciencia está precedido por sraddha, fe;
sadhu-sanga, asociación con personas santas; bhajana-kriya, práctica devocional guiada
por el guru; y anartha-nivritti, la iluminación de las propensiones negativas. Dado que lo
mundano es venenoso, las actividades mundanas deben evitarse por completo pues, como
dice Srila Prabhupada: “Aquel que no está activo en el plano de conciencia de Krishna, se
está perdiendo en el remolino material” (Bhagavad-gita, 18.58 significado). El “sabor” se
adquiere pasando de la ansiedad a la no-ansiedad, lo cual es posible volviéndose receptivo
a la conciencia del Supremo. Krishna declara: “Si te vuelves consciente de Mí, por Mi gracia
pasarás por sobre todos los obstáculos de la vida condicionada. Sin embargo, si no trabajas
con ese estado de conciencia sino que actúas a través del ego falso, sin oírme, estarás
perdido” (Bhagavad-gita, 18.58). La práctica constante del servicio devocional purifica el
corazón. Luego, cuando se vuelve estable, produce asakti, apego por Krishna y bhava,
genuino sentimiento espiritual. Durante todo el proceso hay que tener mucha precaución
pues, por más elevado que uno esté, siempre hay riesgo de caer. Cuando Raghunatha das
Gosvami, que era muy erudito, quiso ser instruido directamente por Sri Caitanya
Mahaprabhu, el Señor le aconsejó: “No caigas en murmuraciones sin sentido. No las digas
ni escuches porque destruyen la enredadera de la devoción. No vistas de manera
extravagante para atraer la atención, ni comas con el solo propósito de gratificar la lengua.
Canta ininterrumpidamente el nombre de Krishna con actitud mansa y humilde, ofreciendo a
todos el debido respeto, sin desearlo para ti. De lo contrario serás víctima del interés
personal que es sumamente nocivo para el adelanto espiritual progresivo. Trata de servir a
Sri Radha-Krishna en tu mente. Dentro de ti debes servir al Radha-Krishna-lila, los
pasatiempos de Radha y Krishna”. La mentalidad ascética del bhakta garantiza la pureza de
su bhakti. De acuerdo con Srila Bhaktivinoda Thakura, el bhava [beatitud, sentimiento
devocional] no puede prosperar en un corazón desprovisto de devoción pura: “El
sentimiento puro nunca surge en los corazones de aquellos que siempre están sedientos
tras los placeres y la salvación. El ejemplo dado por los devotos puros únicamente les
infunde un sentimiento efímero de espectro. A tal fenómeno se le llama falso amor reflejado
por Krishna. Esta clase de sentimiento falso reflejado, no redunda en ningún beneficio
permanente para el hombre, ya que cesa automáticamente al obtenerse los objetos
deseados, el placer y la salvación. Esta clase de falso sentimiento debe ser condenado,
pues es un tipo de ofensa contra el Nombre Divino” [Jaiva Dharma].

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Todos se complacían escuchando a Bhaktidas. Sus explicaciones eran claras y
agradables. Lo que no decía con palabras, lo transmitía con gestos y con su evidente
convicción. Él amaba la verdad y le rendía culto seleccionando palabras o elaborando
frases de notable contenido filosófico. El simbolismo de su oratoria gratificaba a sus amigos.
En general, cada cual a su manera, todos estaban ávidos de saborear la filosofía de la
conciencia de Krishna...
Por un momento parecía que la conversación iba a concluir con las últimas palabras de
Bhaktidas. Sin embargo, aunque era prácticamente mediodía, nadie se movió. El sol les
había relajado y todos se sentían libres de preocupaciones inmediatas. En sus mentes no
había nada que atentara contra la religiosa tarea de estar juntos y meditativamente
silenciosos... Durante varios segundos reinó la calma del tiempo sin tiempo. No obstante,
aunque nadie osara hablar, todos sabían que aún había mucho por decir. Lo que cada uno
pensaba o sentía mientras otro hablaba era mucho más extenso y variado de cuanto
lograba expresar verbalmente. Y, como esto ocurría siempre, la necesidad de volverse a
reunir para continuar hablando era constante. La atmósfera de Vrndavana, a veces mágica,
y a veces destemplada e incluso hostil, les había convertido en pacientes exploradores de
una verdad distinta e imprevisible con la que extasiarse. El hecho de haber coincidido en
Vrndavana imprimía a la relación grupal un toque misterioso que les hacía
condescendientes en sus tratos recíprocos, como si estuvieran a la espera de una
esclarecedora revelación que completara el faltante de sus respectivas expectativas
personales.
A veces, el significado de las palabras pronunciadas por cualquiera de ellos tenía tanto
peso que les dejaba ensimismados durante largos momentos provocándoles efectos de
todo tipo: perplejidad, satisfacción, risa, discordia, acercamiento... Cada día era una
sorpresa. Los acontecimientos vividos independientemente también se comentaban. Las
diferentes ideas de cada cual encontraban su punto de convergencia en los diálogos, los
cuales convertían las reuniones en verdaderos experimentos de alquimia espiritual. Sus
conversaciones eran realmente una auténtica meditación trascendental compartida por los
cuatro. Eran como el arder trepidante de varios troncos reunidos en un mismo fuego
calentando el corazón de una noche fría de invierno. Cuando alguna situación les
asombraba y no sabían qué opinar, se decían uno a otro sonriendo: “Vrndavana es muy
intensa”.
Al escuchar hablar de Raghutatha das Gosvami, el más afectado fue Jivasattva. Parecía
como si hubiesen tocado su tema preferido: la expresión de su rostro anunciaba su
intención de intervenir. Los demás estaban graves, expectantes...

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Jivasattva: Los seis Gosvamis de Vrndavana y Srila Bhaktivinoda Thakura constituyen
un ejemplo insuperable de absorción en la práctica del bhakti. Entre estos colosos de la
devoción, Srila Raghunatha das Gosvami destaca por su extraordinaria abnegación. Toda
su vida se alimentó con lo que una persona ordinaria jamás podría subsistir. Cuando era de
edad avanzada residía en Radha-kunda y sólo tomaba un poco de suero en una tacita de
hojas cada dos días. Una vez, un vrajavasi de nombre Dasa, que sentía mucho afecto por
él, le trajo una taza más grande llena de suero. Raghunatha le preguntó que de dónde lo
había obtenido y Dasa le dijo que en Sakhisthali. Entonces, Raghunatha –como sabía que
ese lugar pertenecía al grupo de Candravali– se rehusó a tomarlo diciendo muy indignado
que nunca aceptaría nada del campo de la enemiga de su Señora Radha. Esta conducta es
inimitable, pero la enseñanza es válida. En nuestro caso podríamos aplicarla para, al
menos, abstenernos de todo aquello que provenga del campo de maya.
Jivatamas: Yo únicamente comprendo el bhakti a través del arte. El arte se justifica por
sí mismo y para sí mismo. Su justificación es causar placer. El verdadero arte eleva el
espíritu hacia la plenitud porque provoca un placer sublime que sólo él puede dar. De la
misma manera, estoy convencido de que el bhakti garantiza toda la satisfacción que anhela
el alma y que no puede encontrar en ninguna otra cosa. Sin embargo, lo mismo que sólo
hay un Bach o un Mozart, así mismo sólo hay un Raghunatha das Gosvami o un
Prabhupada. Los demás somos sólo espectadores de su arte musical y de su pura devoción
respectivamente. Ellos son estupendos alpinistas de las cumbres de la perfección espiritual,
pero nosotros (con perdón de los presentes) somos lisiados... El bhakti es el arte más
elevado, el más aristocrático. Es sólo para genios, para artistas exquisitos del espíritu. Tal
como yo veo las cosas, las instituciones lo degradan. Algo tan selecto no se debe abaratar.
Yo opino que no es honesto ni conveniente entusiasmar a las masas haciéndoles creer que
pueden llegar a ser como los acharyas. Eso es un fraude...
Jivarajas: ...Un fraude trascendental. Sri Caitanya Mahaprabhu perdonó y entusiasmó a
Jagai y Madai a convertirse en vaisnavas. Como sabemos, ellos eran dos hermanos
borrachos y sumamente degradados que incluso agredieron al Señor Nityananda...
Jivatamas: Mira, lo que tú me tratas de contar ya lo sé. Tú eres un fanático, una
persona que se cree todo lo que le dicen. Tú te has dedicado por muchos años a distribuir
libros, y seguro que habrás conseguido algo de sukrti, pero la santidad es como el arte, hay
que nacer con ello. Los santos pueden hacer austeridades sobrehumanas con la sonrisa en
los labios pero, ¿qué podemos hacer nosotros? Muy poco y a regañadientes. Si eres feliz
así, te felicito. Pero el punto es que vender fórmulas de “amor divino” y de “santidad
instantánea” por las calles sin haberlo realizado, es engañar a la gente... Yo creo que darles
prasada y hacerles cantar Hare Krishna es suficiente, mucho más efectivo y más apropiado.

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Jivarajas: La distribución de libros fue establecida por Srila Prabhupada y en el
transcurso de los años ha sido demostrada su eficiencia. Miles de personas se han hecho
devotos; miles se han vuelto vegetarianos y cantan Hare Krishna.
Jivatamas: Sí, conozco algunos de esos “miles”, los veo todos los días. Pero mi punto
es que están muy lejos de Raghunatha dasa Gosvami o Srila Prabhupada. En un sentido
me dan pena porque creen que tal vez lograrán parecerse a ellos. No es la vocación natural
lo que los mueve, es el afán de ser como ellos, ¿te das cuenta? Todo el mundo necesita
sentir que es útil para algo, ser apreciado por los demás, tener una identidad. Esa es la
naturaleza humana. Pero de eso a ser un santo o vaisnava de primera... La intención de
este movimiento es buena: “dar conciencia de Krishna a todo el mundo”. Eso está bien, pero
darles a entender que siendo como nosotros se van a ir al mundo espiritual en esta misma
vida, no me parece serio.

Las palabras de Jivatamas hirieron a Jivarajas, quien tuvo que esforzarse para contener
su enojo y conservar su fe. Jivasattva sonreía algo tenso y Bhaktidas parecía estar ausente.
Jivatamas había tocado un punto delicado y al parecer aun tenía mucho más por decir. Era
sorprendente. Todos sabían que él estaba equivocado, pero era penoso decirle que no
aprobaban sus puntos de vista ni su lenguaje. No sabían cómo explicarle que lo que él
decía no era toda la verdad. Lo inaudito de su lógica era que ganaba terreno por instantes.
El silencio momentáneo era su aliado. La tímida reacción de sus compañeros en vez de
apaciguarlo lo envalentonaba y volvía sarcástico. Tras una breve pausa completó su
discurso como si recitase el libreto de una obra de teatro.

Jivatamas: “¡He descubierto la felicidad! Las privaciones, el sacrificio, la renuncia y


todas las adversidades de la vida conducen a la liberación del miedo y la ansiedad. ¡Qué
bueno, ya estoy liberado, sólo era cuestión de tiempo! ¡Apenas muera iré con Krishna!” No
seré yo quien se preste a propagar la conciencia de Krishna de ese modo. La prisa por
expandir puede convertirlo todo en un “ismo” entre otros “ismos”; en una doctrina sin
sustancia o religión barata. Más se adelantaría siendo un poco selectivos aunque todo fuese
más lento... Bueno, tal vez he hablado demasiado, pero eso es lo que siento...
Jivasattva: (sereno, dirigiéndose a Jivatamas, como quien cree haber encontrado la
manera de enfrentar la situación) No debes preocuparte tanto. El proceso es de por sí
selectivo. Srila Prabhupada decía: “Los libros son la base, predicar es la esencia, pureza es
la fuerza, utilidad es el principio”. Al parecer tú estás subrayando la importancia de la
pureza, lo cual es un principio incuestionable y encomiable. Pero, así como no todo el
mundo puede seguir las reglas y regulaciones del bhakti, es justo que los pocos que aspiran
seriamente a la vida espiritual reciban los medios que pueden satisfacer sus expectativas...

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Jivatamas: Si los pocos que tú dices van a ser como los que yo veo cada día en el
templo, no sé qué decirte... Yo no tengo nada contra nadie. Sólo expreso mi opinión. A mí la
doctrina en general me cuadra. La filosofía del bhakti-yoga la encuentro espléndida,
sublime: el placer de dar, compartir, servir, amar... Pero cuando escucho las clases y veo
que cada expositor tiene la obsesión de promocionar su punto de vista (compuesto de
críticas veladas que huelen a frustración inconfesable) sacrificando lo mejor de la filosofía
con tal de conseguirlo, me siento confundido. Los que no tienen ninguna responsabilidad
relevante insisten sistemáticamente en que no se deben tomar posiciones elevadas (como
si tomarlas implicara caer), y los que son gurus o sannyasis entusiasman reiteradamente a
aceptar responsabilidades asegurando que, no obstante los riesgos, esa es la única forma
de realizar avance espiritual. Ambos abruman con citas de Srila Prabhupada y astutos
argumentos. Pero la realidad es que las cosas no cambian ni para bien ni para mal.
Simplemente se quedan donde están, en un acontecer contradictorio que ni inspira ni
entusiasma a nadie; una retórica impresionante cuyo único objetivo es el de terminar pronto
para ir a tomar prasada.
Jivasattva: Comprendo cómo te sientes. En toda institución suele haber ciertos
aspectos viciados que confunden. Pero eso no significa que no haya cualidades notables en
muchos de sus miembros. Hasta que uno no ha logrado avances significativos en la
conciencia de Krishna, es difícil evaluar apropiadamente el avance de los demás. Juzgar
sistemáticamente a los demás cuando la propia mente está llena de deseos materiales o de
conflictos no resueltos reduce la propia potencialidad de percepción. Sin quietud mental no
hay conexión con la esencia de las cosas. En la primera impresión que uno obtiene de una
cosa no está comprendida su totalidad. Lo que falta va llegando si uno sabe estar callado.
De hecho, en el silencio mental absoluto, la realidad total se ofrece libremente para ser
descubierta. La defectuosidad de un devoto es sólo la sombra de su realidad como persona.
Las personas de que tú hablas, tienen muchas virtudes ejemplares. Juzgarlas sólo por sus
defectos es ignorar la parte más importante de su personalidad. Y, teniendo en cuenta que
aún no hemos purificado totalmente la conciencia, no podemos confiar en las conclusiones
apresuradas de la mente. No obstante, no hay que desanimarse sino prepararse. La vida
espiritual es sencilla pero requiere de un poco de humildad, ecuanimidad y paciencia.
Precipitarse no trae nada bueno. Las perplejidades y los prejuicios inducen a criticar y
denotan una visión precaria y poca tolerancia –lo cual no sería algo irreparable si uno se
dejara corregir. En realidad, la vida espiritual no es tan difícil como parece, pero tampoco es
fácil. Krishna dice: “Yo nunca Me manifiesto a los necios y poco inteligentes” [Bhagavad-
gita, 7.25]. De todos modos, aunque el bhakti es lo más elevado que existe, Srila
Prabhupada lo ha hecho accesible construyendo un programa en el que todos podemos
participar convirtiendo los logros de nuestros talentos naturales en una aceptable ofrenda

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para Krishna... Debemos comprender nuestra situación. Somos occidentales, tenemos
malos hábitos y todavía nos cuesta pensar en Krishna. Pero si procuramos escuchar
Krishna-katha, experimentaremos un gusto especial capaz de ahuyentar los pensamientos
inapropiados y de facilitar la absorción progresiva en los pasatiempos trascendentales del
Señor. Lo sublime desplaza naturalmente a lo mediocre. Hay que confiar. Con Krishna en la
mente y en el corazón, el sabor trascendental está garantizado. Es sólo cuestión de
práctica. Por el momento, debido a las irregularidades de los años anteriores desde que nos
convertimos en devotos, las impurezas residuales nos impiden saborear plenamente las
dulzuras de todo lo relacionado con el Señor. Pero más adelante...
Jivatamas: “Más adelante” es un término muy lejano para mí. Lo interesante sería saber
qué se puede hacer ahora.
Jivasattva: ¿Ahora? ¡Dejar de lamentarse! Convertir nuestro tiempo en una continua
contemplación de la belleza incomparable del Señor. Donde hay lamento, no hay paz. La
finalidad de la vida espiritual es ser felices, pero sin paz no puede haber felicidad. La
verdadera paz la obtienen quienes purifican sus deseos y logran ver a Dios dentro de sí
mismos.
Jivatamas: Ojalá fuera tan fácil... En teoría es sencillo pero en la práctica me gustaría
conocer a alguien así para ver cómo se comporta.

Instintivamente todos miraron a Bhaktidas. De todos ellos, él era quien estaba más
preparado para enfrentar estos argumentos. Pero él, a pesar de sentirse observado no
parecía tener interés en dialogar. Parecía indiferente. No obstante, las miradas
interrogativas de los devotos le hicieron comprender que tendría que intervenir. De hecho,
los temas controversiales eran su especialidad y, dadas las circunstancias, sabía que tenía
que participar. Así que, venciendo su desgana, se incorporó a la conversación sin más
preámbulos.

Bhaktidas: La comprensión espiritual es gradual. Cuando los deseos materiales


desaparecen, la lujuria se evapora y el alma comienza a interesarse sólo en lo esencial. La
falta de paz es falta de sobriedad. Si uno se acostumbra a ser sobrio –eliminando el
interés por lo superfluo y reduciendo la demanda de los sentidos a lo meramente esencial–,
pronto obtiene buenos resultados. Desprenderse de los malos hábitos constituye el
cincuenta por ciento del trabajo. El resto lo arregla Krishna como recompensa a la
sinceridad demostrada en el intento de trascender la energía ilusoria material. La paz no
depende de la erudición, la gimnasia racional o cualquier otro ímpetu de la voluntad sino de
la actitud rendida que induce al cumplimiento del deber. La persona que tiene paz está
siempre satisfecha. Es desapegada, tranquila, sencilla, autocontrolada. Su paz consiste en

50
poder efectuar cada día del año su servicio a Krishna de una manera creativa y
desinteresada. En otras palabras, quien tiene paz en el corazón es humilde, alegre, no se
lamenta y sólo piensa en hacer feliz a los demás.
Jivatamas: Reconozco que estoy muy lejos de ese estándar. Pero al mismo tiempo me
gusta la paz, creo que amo la paz. De hecho, detesto la violencia. No me gusta molestar a
nadie ni que nadie me moleste a mí. En este sentido no sé cómo considerar a los devotos.
Los que yo conozco no son muy pacíficos que digamos. Ni están tranquilos, ni respetan la
tranquilidad de los demás. A la más mínima ya te andan molestando. “Que si no hables
prajalpa, que si no comas tanto, que si limpia esto, que si estudia lo otro, que no te
duermas...” En fin, si no fuera porque no quiero cometer ofensas aquí en Vrndavana, yo
diría que son neuróticos. O sea, que todavía no he visto una de esas almas pacíficas que se
mencionan en las Escrituras con tanto shakti y serenidad que me deje embelesado...

Estos temas entusiasmaban a Bhaktidas. Su natural tendencia a transformarlo todo en


enseñanza le impulsó a intervenir de nuevo, mientras miraba interrogativamente a
Jivasattva.

Bhaktidas: Si me permites, quisiera aclarar que una cosa es entender la realidad del
otro, y otra percibir los efectos que produce en nosotros su personalidad. La comprensión
correcta de una cosa es posible cuando uno es parte de ella. Sin haber echado raíces en la
conciencia de Krishna, ¿cómo vas a tener noción de su profundidad? La paz del alma es tan
profunda e insondable como el cielo y por tanto hay que tener una comprensión profunda de
la realidad de las cosas para poderla percibir. Las concepciones de una mente condicionada
por los deseos materiales no son confiables. La conciencia de los devotos es más profunda
de lo que parece. Imagina el océano. En sus profundidades reina la calma pero en la
superficie la agitación del contacto con el viento provoca un oleaje impresionante. Si tu
concepción de la realidad es superficial, captarás lo superficial. Los devotos pueden parecer
agitados externamente, pero internamente no hay nada que les inquiete porque están en
comunión con Dios. Su carácter puede conservar rasgos similares a los de las personas
ordinarias pero, debido a que han renunciado a todo sentido de posesión y están puliendo
las asperezas del ego falso, su comportamiento es inducido por la paz de sus corazones. La
genuina paz espiritual no siempre se manifiesta como beatitud externa. El fundamento de la
paz interior es haber renunciado a la complacencia sensorial, mientras que el fundamento
de la beatitud exterior es mostrarse complaciente con los demás para obtener su
complicidad en dicha complacencia.
Jivasattva: Tus palabras tienen la virtud de calmar la desazón y de incentivar el interés
por aprender. Quisiera que te extendieras un poco más pues, aun cuando tu explicación ha

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sido brillante, mi mente continúa pensando en la pregunta de Jivatamas: “¿Cómo se
comporta quien tiene paz?”
Bhaktidas: Lo mejor es recurrir a la Bhagavad-gita de Srila Prabhupada. Estudiándola
cuidadosamente se deduce que quien tiene paz ve a Krishna dentro de sí mismo y su
comprensión de lo divino le hace permanecer ecuánime incluso en los momentos de mayor
agitación. Las actividades de una persona así están desprovistas del deseo por gratificar los
sentidos: “La persona que no se perturba por el incesante fluir de los deseos –que entran en
ella como los ríos en el océano, el cual, aunque siempre se está llenando, permanece
calmado– es la única que puede encontrar paz, y no el hombre que se esfuerza por
satisfacer dichos deseos” [Bhagavad-gita, 2.70]. Tal como Krishna indica en este verso, la
verdadera paz hace a la persona imperturbable. Quien tiene paz en el corazón, además de
estar libre de deseos, ama la simplicidad, respeta a todo el mundo, y su único interés es
cultivar la conciencia de Krishna seriamente para ser útil a los demás. La persona pacífica
intuye fácilmente las situaciones que conducen a la beligerancia y las evita. Su simplicidad
le permite no ser controversial ni vanidosa. Tal persona amansa a las personas conflictivas
con su benevolencia y conquista a los arrogantes con su sencillez.
Jivatamas: (dirigiéndose a Bhaktidas) Anteriormente Jivasattva dijo que lamentarse
significa no tener paz, y que para tenerla había que desarrollar una compasión ultraterrena.
Luego tú hablaste muy elocuentemente sobre la diferencia entre la paz profunda y la paz
superficial. Ahora acabas de referirte (con argumentos muy bonitos) al comportamiento
característico de una persona pacífica. Uno se deja llevar y pareciera que todo está muy
claro, pero la claridad se desvanece cuando uno se plantea de manera realista la forma de
practicarlo. Desde que hice la pregunta anterior, mi real inquietud es cómo puede alcanzar
la verdadera paz un ignorante como yo.
Bhaktidas: Si tú fueses realmente ignorante, no te interesarías en hacer preguntas de
este tipo. Sólo estás desinformado. No es que la información lo arregla todo pero al menos
si uno es sincero y practica lo que le va llegando, pronto logra comprender lo que no
comprende. La filosofía de la conciencia de Krishna es la semilla que, a través de la
sinceridad, hace florecer las mejores cualidades del alma.

Bhaktidas miró a Jivasattva insinuándole que continuara él. Jivarajas seguía el hilo de la
explicación pero prefería no intervenir mientras pudiera hacerlo Jivasattva que, por ser muy
paciente y erudito, lograba capturar la atención de Jivatamas sin que éste opusiera
resistencia como solía hacer con él.

Jivasattva: Quienes han escogido el sendero de la devoción deben ser muy cuidadosos
para no caer en las trampas sutiles de la energía ilusoria material. Si caen deben levantarse

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de inmediato. El devoto puede y debe acogerse a su derecho de vivir en plenitud,
rechazando las falsas interpretaciones filosóficas (propias o ajenas) y descubriendo la
verdad omnipresente que habita en su corazón. A pesar de todas las precauciones que se
tomen puede que uno se confunda. Mientras estamos a mitad de camino, los primeros
logros hacen que uno se duerma en los laureles. Debemos aprovechar todos los momentos
de sinceridad para profundizar en nuestro espacio interior y detectar todas las impurezas
que tengamos. La paz es una cualidad divina que, según la Bhagavad-gita (16.1-3), aflora
en el corazón humano en la medida que disminuyen los deseos de posesión y de disfrute
material. La pasión y la lujuria ciegan, pero el cultivo de conocimiento espiritual que culmina
en la acción desinteresada de servicio al Señor, despeja las dudas y proporciona paz
espiritual. La paz es un proceso interno. Buscar la paz en las cosas exteriores es un error.
Meíster Eckhart dice que “quien busca la paz en las cosas exteriores –lugares o modos,
gente u obras, países lejanos, pobreza o humildad, cualquier cosa por grande que sea– la
busca en la nada y nunca encuentra paz. Quien busca así, busca mal. Cuanto más se aleja,
menos encuentra lo que busca” [La vía del distacco, pág. 67]. El conocimiento espiritual
hecho acción transforma la oscuridad en luz, la angustia en serenidad y la agitación de la
mente en rotunda paz espiritual. Srila Prabhupada dice: “Cuando hablamos de conocimiento
trascendental, lo hacemos en términos de la comprensión espiritual. Siendo esto así, no hay
nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental. La ignorancia es la causa de
nuestro cautiverio, y el conocimiento es la causa de nuestra liberación. Este conocimiento
es el fruto maduro del servicio devocional, y cuando uno se sitúa en el estado de
conocimiento trascendental, no tiene que buscar la paz en ninguna otra parte, pues disfruta
de paz interna. En otras palabras, este conocimiento y la paz culminan en el estado de
conciencia de Krishna. Esa es la última palabra de la Bhagavad-gita” [Bhagavad-gita, 4.38
significado].

La explicación de Jivasattva hizo enmudecer a todos. El silencio era intenso y agradable.


Había cierta magia en el ambiente. La paz reinante fue apenas rasgada por el ocasional
tráfico de palomas cruzando furtivamente por el cielo. De pronto, las campanadas del
Krishna-Balaram Mandir sacaron al grupo de su ensimismamiento y todas las miradas se
posaron en Bhaktidas.

Bhaktidas: Krishna arregla todo perfectamente, nada es casual... En el Capitulo Cinco


de la Bhagavad-gita, Krishna dice que aquel cuya meta es interna, es el místico perfecto.
También dice que quien es autodisciplinado y se esfuerza constantemente por la perfección,
prontamente es liberado de las dualidades que surgen de las dudas. Luego, refiriéndose
concretamente a cómo encontrar paz, el Señor declara: “Una persona que tiene plena

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conciencia de Mí, que Me conoce como el beneficiario último de todos los sacrificios y
austeridades, como el Señor Supremo de todos los planetas y semidioses, y como el
benefactor y bienqueriente de todas las entidades vivientes, se libra de los tormentos de los
sufrimientos materiales y encuentra la paz” [Bhagavad-gita, 5.29]. De estas palabras se
deduce que los sufrimientos materiales que atormentan al alma y le impiden tener paz, se
pueden eliminar sabiendo que Krishna es la causa original de todo cuanto existe y nuestro
mejor amigo.
Jivarajas: (con mirada burlona a Jivatamas) Supongo que ya está claro. Con la clave de
las Escrituras se puede comprender todo y tener paz. Es cuestión de práctica paciente.
Capitulo 4

Al día siguiente, como era habitual, después de asistir al programa matinal y de tomar el
desayuno, los cuatro amigos se encaminaron hacia el lugar de encuentro fijado en la terraza
del Gurukula. Primero llegó Jivatamas y como vio que no había nadie decidió marcharse,
pero cuando bajaba las escaleras se encontró con Jivarajas y Jivasattva que subían, japa
en mano, comentando algunos puntos de la clase: “Tratar de descubrir a Krishna sin bhakti
nos convierte en jñanis” –decía Jivarajas–. “Sé lo que me quieres decir” –comentó
Jivasattva–, “pero estudiar las Escrituras y escuchar clases es uno de los nueve principios
del bhakti...” “Claro, claro” –dijo Jivarajas–, “pero me refiero a que, para que sea bhakti, lo
que uno haga debe contener la motivación de servir a Krishna”. “Sí, el bhakti-lata;” –dijo
Jivasattva– “lo que –según el Madhurya-kadambini– convierte toda actividad en yoga, o
unión con el Supremo”. Luego subieron los tres y se sentaron para tomar el tibio sol de la
mañana y volver a conversar.

Jivatamas: Lo que yo saqué en claro de la clase es que lo importante es pensar siempre


en Krishna y nunca olvidarlo.
Jivasattva: Sí. Todos los demás principios son sirvientes de estos dos.
Jivatamas: Esta mañana yo tenía mucho frío y escuché la clase por radio desde mi
cuarto. En una parte oí decir que Krishna dijo a Radharani: “Por favor dame Tus pies de
loto”. Esta frase provocó en mí una rara reacción: Yo entiendo que Krishna nos está
pidiendo a todos nuestra pureza original que, como átomos de la energía de placer del
Señor, se supone que tenemos. Pero también comprendo que tal como están las cosas en
este mundo eso es imposible.
Jivarajas: ¿Entonces Krishna está pidiendo algo imposible?
Jivatamas: A mi entender, lo que Krishna está pidiendo es que le demos lo que
podemos darle: el deseo de ser puros para que nos lleve al mundo espiritual, y que, una vez
allá, cuando nos vuelva a pedir nuestra pureza se la podamos dar todita. En mi opinión, la

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máxima pureza que uno puede desarrollar en este mundo es desear ser puro. Hay muchas
malas influencias y somos demasiado vulnerables.
Jivarajas: Tienes razón, pero uno no sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Yo
creo que siendo protegido con las bendiciones de un puro devoto uno puede volverse puro.
Jivatamas: ¿Dónde está ese devoto puro?
Jivarajas: En el momento que uno está listo, él aparece.
Jivasattva: Así es. Y la bendición ofrecida por un puro devoto es respetada no sólo por
maya, sino por Bhagavan mismo. En una ocasión, el Señor Ramacandra vio las ofensas de
un hombre y prometió matarle al día siguiente. Ese mismo día Narada Muni pasó por donde
se encontraba el hombre y al verlo triste le preguntó: “¿Qué te preocupa?” El hombre,
llorando a los pies de Narada, dijo: “Ramacandra ha jurado que me matará mañana, ¡por
favor, protégeme!” Entonces Narada le dijo que él no podía protegerlo pero que debería ir
donde Hanuman, tocar sus pies e implorarle (sin revelarle su problema hasta después) que
le prometiera protegerlo siempre. Cuando este hombre encontró a Hanuman tomó sus pies
y le imploró: “Prabhu, ¡por favor, protégeme!” Hanuman dijo: “¡Suelta mis pies! ¿Qué es lo
que quieres?” “Sólo los soltaré cuando me prometas que me protegerás siempre”. “Está
bien, lo haré. Ahora dime qué te pasa”. “Ramacandra ha jurado matarme al amanecer”.
“Comprendo. ¿Quién te dijo que vinieras a buscarme?” “Narada”... entonces Hanuman
frunció el ceño y dijo al hombre: “Al amanecer, ponte detrás de mí”. Cuando llegó
Ramacandra puso una flecha sobre Su arco para matar al hombre pero Hanuman tomó su
maza y, asumiendo una postura de lucha, dijo a Ramacandra: “Si deseas matarlo, tendrás
que pasar sobre mi cadáver”. Entonces Ramacandra desistió para honrar la promesa de su
devoto Hanuman.
Jivatamas: Las historias del pasado son muy bonitas, pero hoy en día, ¿quién nos
puede proteger?
Jivasattva: El Santo Nombre. Los nombres de Krishna están investidos con todas las
energías trascendentales de Krishna. Cantando el maha-mantra Hare Krishna estamos
realmente protegidos.
Jivatamas: Sí, ¿pero dónde podemos encontrar hoy una persona como Hanuman?
Jivasattva: Tal persona es el acharya, alguien como Srila Prabhupada que esté
completamente rendido a Krishna y reconocido por Él.
Jivatamas: ¿Cómo sabemos que Krishna ha reconocido a alguien como Su devoto
hasta el punto de respetar los votos o promesas que éste haga a los demás?
Jivasattva: Por su comportamiento; por su obra y sus resultados como predicador de la
conciencia de Krishna.
Jivatamas: Ya veo. Krishna reconoce y respeta sólo a quien se entrega totalmente a Él.

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Jivasattva: Así es, Krishna declara en la Bhagavad-gita (7.17) que quien siempre está
dedicado al servicio devocional puro, “Yo soy muy querido para él y él es muy querido para
Mí”.
Jivatamas: Lo de la calidad que tiene el devoto que ha sido reconocido por Krishna
como Su tal, me ha quedado claro. Pero, ¿qué tiene uno que hacer para encontrar una
persona así? ¿Cómo puede un pecador encontrar quien le ayude –como el hombre que
encontró a Narada y luego a Hanuman?
Jivasattva: Comprendo tu pregunta. Sucede que nuestra conciencia contaminada no
nos permite ver a nuestros verdaderos guardianes. Por tanto, lo primero que tenemos que
hacer es purificar la conciencia absteniéndonos de todo lo que la contamina y pedir ayuda al
Señor con sincero arrepentimiento y propósito de enmienda. Si oramos y lloramos con
sinceridad, la ayuda llegará; la persona que habrá de guiarnos se hará presente. Para
acercarse a Krishna o a su devoto puro hay que prepararse. Por ejemplo, antes de entrar a
Vrndavana, los shivaitas [devotos de Shiva] acampan durante varios días en la otra orilla del
Yamuna, ayunando y haciendo austeridades para purificarse, de modo que se les permita
entrar en el Dham...

Viendo que el Sol se estaba ocultando y que Bhaktidas no llegaba, los devotos
decidieron ir en grupo a su oficina. Al salir del edificio del Gurukula pasaron por el Samadhi
de Srila Prabhupada y le ofrecieron sus reverencias. Después, por el camino hacia la casa
de Bhaktidas, continuaron conversando.

Jivatamas: Sabemos que el vaisnava es digno de adoración, que debe ser adorado
para nuestra purificación, porque incluso el mismo Krishna adora abiertamente a los
brahmanas. En el caso de Srila Prabhupada todo está bien, pero en los demás casos (como
los gurus de ahora), ya es más discutible. Lo que yo digo es que si en la práctica vemos que
la adoración enorgullece al individuo (a quien la recibe y a quien la ofrece), y que la
arrogancia suplanta en todo y por todo a la humildad, en vez de practicarla o dejar que sea
practicada, deberíamos evitarla como la peste. La adoración es un medio de purificación y
crecimiento, pero se transforma en lo contrario cuando la conciencia de quien la recibe y
quien la ofrece es impura, mezquina o sahayizada.

Jivarajas: Yo creo que este asunto hay que verlo enmarcado dentro de un proceso
gradual...

Jivatamas: Para mí, dado que es “un proceso gradual”, el culto que se le da a Srila
Prabhupada no debería darse a nadie más hasta que haya abandonado el cuerpo y se
evidencie su categoría espiritual. Mientras una persona no sea completamente
autorrealizada no debería ser adorada porque el adorador se irá para abajo y el adorado

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será electrocutado. La energía que se pone en movimiento al adorar es muy fuerte y si el
adorado no es puro y transparente la acapara para sí y se le quema el alma.

Jivarajas: ¿Quién te ha dicho eso?

Jivatamas: Nadie, es demasiado evidente para dudar que es así. Ser adorado significa
ser aceptado y confirmado como una encarnación de las cualidades divinas que, al no
tenerlas plenamente desarrolladas, alimentan un campo energético de propensiones
negativas cada vez mayor (envidia, celos, arrogancia) amurallado por la pétrea densidad de
la hipocresía.

Jivarajas: Me parece que estás disparatando, ¿no crees?


Jivatamas: No sé. Para mí, la adoración es un rito sagrado que, practicado entre
profanos, se convierte en un teatro en el que los actores, lejos de purificarse o avanzar, se
vuelven víctimas de un seudo-vaisnavismo ciego que, no sólo distorsiona la moral y el
criterio espiritual del individuo, sino que se convierte en la semilla “transgénica” de la
falsedad institucionalizada; de la inmoralidad más burda; y del auto-engaño más vulgar,
ridículo y repetitivo de la historia. La pureza de corazón no es tan fácil de lograr como nos
han hecho creer...

El trayecto desde el templo hasta la casa de Bhaktidas había concluido. Jivasattva


estaba un poco rezagado. Durante unos minutos Jivatamas y Jivarajas se detuvieron en la
puerta para entrar los tres juntos. El último tramo de la calle era empinado y estaban un
poco cansados pero sin frío. Al entrar en la casa, encontraron a Bhaktidas bajando la
escalera. Se alegró de verles y se excusó diciendo que no había podido ir al encuentro por
sentirse un poco indispuesto y haber respondido su correspondencia atrasada. Aun así y a
pesar del frío, en ese momento salía para ir a buscarles. Al subir la escalera, se cruzaron
con una devota muy atractiva que descendía con el pelo suelto y mojado como si acabara
de ducharse. Al parecer era italiana y reconoció a Jivatamas con quien se detuvo para
saludarle. Jivatamas se olvidó de sus compañeros y regresó 15 minutos más tarde. Al llegar
al pequeño apartamento de Bhaktidas, encontró a los tres sentados y callados, mirándolo
con cierta ironía como si lo estuvieran censurando.

Jivatamas: ¿Qué fue? ¿Qué tiene de malo hablar con una devota amiga mía? ¿Por qué
se insiste tanto en no hablar con mujeres? Todos hemos nacido de una mujer. ¿Por qué
tenemos que rechazarlas? Yo nunca voy a rechazar a mi madre...
Bhaktidas: No es la mujer como ser humano o alma espiritual lo que se objeta, sino el
efecto de intimidación psicológica que produce la presencia femenina. Hay veces que
incluso viendo mujeres desnudas no sucede nada y hay veces que después de cruzar una
mirada con una mujer, uno ya no es el mismo. Las transformaciones del estado de ánimo

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son el indicador. La propia madre puede que no entrañe complicaciones lujuriosas, pero las
demás mujeres sí. El sexo opuesto encarna un objeto de disfrute material que excita la
libido. Por eso en todas las disciplinas de yoga se prescribe no tener relaciones sexuales y
mantener las mujeres a distancia.
Jivatamas: Pero si el bhakti es tan potente como dicen, después de practicar la
conciencia de Krishna durante muchos años la presencia femenina no debería causar
perturbación, ¿no es así?
Bhaktidas: No; la vulnerabilidad nunca desaparece. Nuestra constitución psicológica es
materia inflamable. Estamos seguros lejos del fuego pero si estamos cerca, incluso teniendo
una conciencia espiritual fuerte continuamos estando en desventaja frente a maya. Por eso
Prabhupada oraba diariamente a Krishna para que lo protegiera contra maya. Incluso el
mismo Señor Caitanya también era muy cuidadoso en este aspecto. En el Antya-lila Él dice
textualmente: “Yo soy sannyasi y, ciertamente, Me considero un renunciante. Por eso no
hablo de mujeres ni las miro porque incluso si escucho el nombre de una mujer, Yo siento
cambios en Mi cuerpo y en Mi mente. Por lo tanto, ¿quién puede permanecer impasible
habiendo visto una mujer? Es muy difícil” [citado por Srila Bhaktivinoda Thakura en su
Bhaktyaloka, pág. 140]. No debemos subestimar a maya. Somos almas caídas, propensas a
entrar en el juego engañoso de la ilusión al menor indicio de lujuria. Lo externo nos perturba
porque la inclinación a perturbarnos la llevamos dentro.

En la mente de Jivatamas revoloteaban pensamientos de intransigencia contra lo que


escuchaba, pero no se atrevía a exteriorizarlos porque al mismo tiempo le era difícil reunir
argumentos con suficiente consistencia como para convencer a sus amigos. Mientras se
mordía las uñas, lanzaba miradas furtivas a Bhaktidas. Para él era complicada tanto la vida
material como la vida espiritual. Entre el lastre del pasado y la incertidumbre del futuro había
un “ahora” extremadamente complejo y nada fácil de manejar. El sin-sentido de la vida le
hacía sentir desplazado, extraño a toda situación, como si no perteneciese a ninguna parte.
Pero la vida le tenía atrapado en un presente que le circunscribía al mundo de la conciencia
de Krishna. Por más resistencia que opusiera su mente a la normativa de la cultura védica,
Jivatamas sabía que su mejor alternativa era adaptarse a las circunstancias, soportando la
repulsión instintiva que le hacía sentir el extraño programa de aprendizaje que el destino
trataba de imponerle.

Jivatamas: Por lo que veo, la cantidad de requisitos para ser un buen vaisnava es tan
grande que supera todo lo que uno puede imaginar en términos de ciencia-ficción. ¿Quién
puede reunir tanta resignación sin sentirse sofocado? Yo no creo que hoy en día haya una
sola persona libre de deseos. Sin ánimo de ofender a nadie, ¿se podría afirmar

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rotundamente que entre los gurus, o predicadores de cualquier nivel, existen personas libres
de deseos?
Jivarajas: En Kali-yuga sólo cuenta lo que se hace, no lo que se piensa...
Jivatamas: Pero los pensamientos son la primera fase de la acción y, aquello en que se
piensa, tarde o temprano...
Jivarajas: Para combatir contra maya tenemos el canto del Santo Nombre, las
Escrituras védicas y los ejemplos de los santos.
Jivatamas: (desafiante) ¿Quién puede decir que ha desarrollado un gusto total por
cantar el Santo Nombre, o que prefiere esa actividad a cualquier otra? ¿Quién –entre los
principales predicadores de nuestra institución o de la Gaudiya Math– puede decir que está
libre de pratistha [fama] y que es un alma eternamente liberada?
Jivarajas: Como de costumbre, creo que exageras al generalizar en un punto tan
delicado como éste. Si todos estuviéramos buscando la fama no existiría el Movimiento.
Admito que casi todos arrastramos esa tendencia, pero no acepto que esa tendencia nos
domine. Tal vez no nos hemos curado todavía de nuestros anarthas pero, precisamente por
eso, mientras uno no controla sus sentidos tampoco puede apreciar completamente las
virtudes de las almas autocontroladas. Sólo un devoto puro puede reconocer a otro devoto
puro...

La última frase alarmó a Jivatamas. Desde que llegó a Vrndavana, sus opiniones
raramente encajaban con las opiniones de sus compañeros. “¿Quién es devoto puro y quién
no?” –se preguntaba mentalmente–. “Si el avance espiritual depende de una capacidad de
discernimiento que no se tiene hasta que uno es puro, ¿cómo disipar las dudas mientras
tanto?” –pensaba él. Normalmente su inteligencia no le permitía confiar en las respuestas
de cualquiera y el miedo al ridículo tampoco le dejaba exteriorizar abiertamente las
inquietudes adicionales que se agolpaban en su mente. Pero en un gesto de buena
voluntad, se decidió a preguntar a Bhaktidas: “¿Qué significa ser puro? ¿Cómo lograrlo?”

Bhaktidas: Ser puro significa que el ser uno mismo no difiere de la conciencia de
Krishna y viceversa; que en toda circunstancia la mente esté concentrada en el centro del
Infinito, sabiendo que sólo Krishna es dicho centro. La pureza consiste en no tener otro
propósito en la vida que el de ser consciente de Krishna para complacerle. Originalmente
todos somos conscientes de Krishna. Así que, aspirar a ser puros no es extraño a nuestra
naturaleza constitucional. La estrategia para volverse puros es ocuparse en las purificantes
actividades del servicio inmotivado a Krishna. La pureza es la característica natural del alma
que, tan pronto como se sustituyen las actividades fruitivas por el bhakti, vuelve a
resplandecer.

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Jivatamas: (dirigiéndose a Bhaktidas, nervioso e impaciente, pero ansioso de saber más
sobre el tema) A mi modo de ver, nadie es completamente puro. Mientras haya carne, habrá
contaminación. De todos modos, me gustaría que tú nos explicaras el proceso racional
implicado en la “estrategia” que acabas de mencionar.
Bhaktidas: Dentro de cada uno de nosotros hay un devoto puro. Todo lo que hay que
hacer es liberarlo ocupándolo en las actividades que le corresponden según su naturaleza
constitucional. La pureza es como una flor, cuyos pétalos reflejan las múltiples cualidades
del alma. Lo que necesitamos para comportarnos puramente –claridad en la confusión,
certeza en las dudas e inmunidad contra lo ilusorio– podemos encontrarlo adentro, en el
corazón de nuestra alma. La virginal esencia de nuestro ser es completamente pura... Y
sólo en la plenitud de la pureza se manifiesta lo sublime: el rocío refrescante de la divina
presencia del Señor, la cual anula de inmediato el ardor insoportable causado por el fuego
de la existencia material.

Jivarajas y Jivatamas se cruzaron miradas de aprobación, y Jivasattva miró con evidente


complicidad a Bhaktidas. A él le gustaba escuchar a Bhaktidas, especialmente cuando éste
usaba analogías poéticas para desarrollar sus explicaciones filosóficas. Él sentía más
afinidad con Bhaktidas que con los otros. Así que, movido por esta simpatía, intervino con
una mezcla de excitación y entusiasmo.

Jivasattva: Lo que acabas de decir, encaja con la imagen que yo tengo de Vrndavana.
Vrndavana es un recipiente de pureza que, a los ojos del observador común, pasa
inadvertida. La riqueza de Vrndavana está en los interiores, no en los exteriores. Para los
occidentales, que estamos habituados a dar toda la importancia a lo externo, Vrndavana
decepciona por su aspecto sucio y descuidado. El ambiente urbano es caótico, los
habitantes se visten de cualquier manera, el diseño de sus construcciones es un tanto
primitivo y su estado de conservación es precario. Evidentemente, no cultivan la apariencia
externa. En cambio, si uno abre la puerta de una casa, de un templo o de algún corazón
nativo, se sorprende al ver tanta belleza junta. Fuera todo es descuidado y sucio, pero
dentro todo es cuidadosamente ordenado y limpio, especialmente la conciencia.

Jivatamas miró su reloj y advirtió a sus amigos que ya eran las 2 de la tarde. Entonces
todos se pusieron de pie y decidieron que, como hacía frío y era tarde, deberían ir a comer
al restaurante del MVT. Cuando llegaron había poca gente y se sentaron en la parte de
atrás, en una mesa para cuatro. Algunos platos ya se habían terminado y todos estuvieron
de acuerdo en pedir pizzas. Mientras esperaban continuaron hablando y, como siempre,
Jivatamas expuso las inquietudes que daban vueltas en su mente.

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Jivatamas: La verdad es que no me siento bien entre tantos tapujos, controversias y
falta de naturalidad. Los devotos que dirigen son los primeros en no entender que al
promocionar el culto al perfeccionismo se autoimponen un estándar que ellos mismos no
pueden mantener. El resultado de todo esto es que se distancian de la realidad y viven en
un mundo imaginario donde no hay espacio para los inevitables errores de la vida, el
perdón, la tolerancia, la confianza y la paciencia.
Bhaktidas: Errar es humano, y la mayoría de nosotros sólo aprendemos después de
haber errado muchas veces. El afán perfeccionista hace creer que si uno no hace bien una
cosa al tercer intento es que no sirve para ello. Pero eso es un problema de ego, no una
incapacidad real. Las equivocaciones son los peldaños del aprendizaje. No pretendas que
los devotos se flagelen por haber cometido errores. Si el que comete errores está dispuesto
a utilizarlos para aprender y crecer, se convertirán en las gradas de su propia escalera
evolutiva. ¿De qué sirve culparse por los inevitables desaciertos casuales? Aparentemente
uno es humilde si lo hace pero en verdad es el orgullo el que impulsa esa actitud. Nuestro
ego no soporta perder la buena reputación ante los demás y se esfuerza por recuperarla
humillándose lo más posible para que todo el mundo sepa que uno es buena persona y nos
dé su aprobación. En cuanto a la impaciencia, ésta es una forma de resistencia a aprender.
Cualquier cosa que uno quiera aprender requiere tiempo, si se lo negamos no aprendemos
o aprendemos mal.
Jivatamas: ¿No es necesario arrepentirse?
Bhaktidas: Claro que sí, pero el genuino arrepentimiento es un sentimiento de
disconformidad con la propia conducta equivocada que nunca debe convertirse en auto-
castigo o en publicidad. El arrepentimiento se centra en reconocer las propias faltas y en
procurar sinceramente reformarse. La prueba de que uno está arrepentido es que pone toda
su energía en modificar sus equivocados patrones de conducta, no en culparse o
castigarse.
Jivarajas: Yo creo que si uno no se aborrece o desprecia a sí mismo por haber roto
principios es que no es consciente de su falta.
Bhaktidas: Despreciarnos por haber cometido alguna falta no conduce a nada positivo.
Es un alarde para atraer la atención de los demás; un acto de auto-afirmación para
convencernos de que no estamos hechos para la vida espiritual y darnos permiso para
continuar siendo negligentes. La clave del entendimiento espiritual nos la da Srila
Prabhupada: “Si uno es incapaz de abandonar las actividades propias de su naturaleza
egoísta, de nada valen entonces el jñana y el yoga. El verdadero objetivo a alcanzar es que
la entidad viviente abandone toda la satisfacción egoísta y esté dispuesta a satisfacer al
Supremo” [Bhagavad-gita, 6.2 significado]. Cuando uno rompe algún principio, simplemente

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debe rectificar. Y para que dicha rectificación sea duradera debe analizar cuidadosamente
las causas de su comportamiento equivocado y corregirlo. Debe desmenuzar los
pormenores con sincera objetividad, sin sentimentalismo. De este modo demostrará que
ama la verdad y el Señor del corazón que todo lo ve le bendecirá con sabiduría
trascendente.
Jivatamas: ¿Qué decía Srila Prabhupada cuando alguien sufría una caída?
Bhaktidas: Él decía: “Simplemente no lo hagas más”. Lo importante no es recurrir a la
expiación sino continuar haciendo el servicio en lo mejor de nuestra capacidad. ¿Quién no
comete errores? El bhakti es muy poderoso y con sólo practicarlo se cancela toda
imperfección. En la Bhagavad-gita (9.2), Srila Prabhupada comenta: “Por practicar servicio
devocional a la Suprema Personalidad de Dios, todas las reacciones pecaminosas, bien sea
que hayan fructificado, que estén almacenadas o que se encuentren en forma de semilla,
gradualmente se desvanecen”. Krishna es atraído por el bhakti y se deja conquistar por él,
así que ya podemos imaginar cuán potente es el bhakti. Krishna perdona incluso las más
grandes atrocidades, siempre y cuando uno esté realmente arrepentido. La prueba de Su
perdón es que nos permite continuar sirviéndole y experimentar sentimientos puros otra vez.
Prabhupada confirma este punto con suma claridad: “En el Srimad-Bhagavatam se dice que
si una persona cae pero está dedicada de todo corazón al servicio trascendental del Señor
Supremo, el Señor, como está situado en su corazón, la purifica y le perdona esa acción
abominable. La contaminación material es tan fuerte, que hasta un yoghi plenamente
dedicado al servicio del Señor, a veces queda atrapado; pero el proceso de conciencia de
Krishna es tan fuerte, que esa clase de caída ocasional es corregida de inmediato”
[Bhagavad-gita, 9.30]. Incluso los devotos más avanzados pueden tener dificultades. Esto
no es nada nuevo. Ocurría en tiempos del Señor Caitanya y ocurrió en presencia de Srila
Bhaktisiddhanta y Srila Prabhupada. Lo importante es que si uno se cae mientras camina se
levante y siga caminando.
Jivatamas: ¿Qué significa estar caído?
Bhaktidas: De acuerdo con la Bhagavad-gita (2.64), estar caído significa no seguir los
principios que regulan la libertad. Como todos sabemos, en los dos versos anteriores
Krishna explica con detalle los factores que intervienen en el proceso de caer: “Al
contemplar los objetos de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego por ellos. De
ese apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira. De la ira surge la ilusión completa, y de
la ilusión, la confusión de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la
inteligencia, y al perderse la inteligencia, uno cae de nuevo al charco material”. Por otra
parte, el Skanda Purana [citado por Srila Bhaktivinoda Thakura en su Jaiva Dharma, pág.
99] especifica que “las seis causas de una caída son: golpear a un vaisnava, insultarlo,
envidiarlo, no darle la bienvenida, tratarlo con enojo y no deleitarse al verlo”

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Jivarajas: Caído o no caído, llega un momento que uno se desanima. Con el paso de
los años uno se da cuenta que ha pasado la mayor parte de su vida sin conseguir nada más
que problemas. Entonces la mente le dice: “¡Desperdiciaste tu vida lavando ollas,
distribuyendo libros y haciendo otros programas! ¡Entregaste tu juventud y lo mejor de ti a la
institución y mira cómo estás! Cambiaste un apego por otro: el prestigio mundano por el
prestigio institucional. ¿Y ahora qué? El tiempo ha pasado y aún no has podido resolver tu
problema existencial...” Me cuentan que un sannyasi aquejado de una enfermedad terminal
ha dicho recientemente: “Dediqué toda mi vida a la institución y ahora que estoy a punto de
morir no sé qué es realmente la vida espiritual”. ¡Queremos hacer tantas cosas! Pero el
tiempo es tan escaso y nuestra capacidad tan limitada que cuanto más nos esforzamos más
nos frustramos.
Jivasattva: (dirigiéndose a Jivarajas) Todos tenemos que pasar a través de las
experiencias que nos corresponden en cada etapa de la vida. No hay modo de dar saltos
obviando lo que no nos gusta sin que las leyes de la naturaleza no nos hagan regresar a las
situaciones que por nada del mundo deseamos experimentar. Si queremos aprender a la
perfección los nueve procesos del bhakti, tenemos que tener paciencia. Paciencia implica
comprensión y fe, la fórmula invencible para superar las crisis y ver las cosas en su justa
perspectiva. No hay nada que no se logre con paciencia... Sé cómo te sientes, porque a
veces yo también me siento igual, pero eso es parte del proceso. Si hemos comprendido
que la finalidad de la vida es prepararse para volver a casa, pondremos todas nuestras
expectativas en esa meta sin perder un minuto en lamentarnos. Uno quisiera que los
hechos ocurrieran a la velocidad del pensamiento para quemar etapas rápidamente antes
de morir. La mayor inquietud es ver que uno se hace viejo y que todavía está muy atrasado
en su evolución espiritual. Entonces se desespera y dice: “¡Desperdicié mi vida!” Pero no es
así. Nunca es demasiado tarde...
Una vez me contaron la historia de un pescador que salió temprano de su casa para ir
hacia el mar cuando aún estaba oscuro. Caminando por la playa, de repente tropezó con
una especie de bolsa gastada que, como no parecía totalmente una basura, despertó su
curiosidad. Al recogerla encontró varias piedrecillas en su interior. Sumido en sus
pensamientos contemplaba el horizonte semioscuro mientras se entretenía tirando las
piedrecillas al mar tratando de calcular cuán lejos llegaban mientras escuchaba el leve
sonido que producían al rozar la superficie del agua. A los pocos minutos amaneció y al
mirar dentro de la bolsa el pescador descubrió que aún quedaban tres piedrecillas que, al
mirarlas a la luz del amanecer, descubrió que no eran piedras ordinarias. ¡Eran piedras
preciosas! ¡Cómo se lamentó aquel hombre! ¡Había desperdiciado una riqueza colosal! Pero
cuando se tranquilizó, comprendió que aún no era demasiado tarde. ¡Todavía le quedaban
tres!

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Las pizzas llegaron y todos se pusieron muy eufóricos, menos Bhaktidas. Él estaba
meditativo. Le asombraba la inteligente y elocuente simplicidad de Jivasattva y se había
deleitado al escucharle. Notó que le aprovechó permanecer callado. Las palabras de
Jivasattva habían producido evocaciones muy provechosas en su interior; sentía que había
recibido argumentos esclarecedores para resolver algunas dudas que, después de haber
dedicado gran parte de su vida a resolvérselas a otros, ahora le estaban atormentando a él.
De repente, como pensando en voz alta, comenzó a hablar con aire distraído...

Bhaktidas. (mirando a todos al mismo tiempo) Me impactó lo que dijo Jivasattva y me


gustaría comentar algo sobre ciertas inquietudes que gravitan en mi corazón y que no basta
con que me las responda yo mismo...

En los rostros de los tres se dibujó el mismo gesto de incredulidad: ¿Cómo? ¿Bhaktidas
con inquietudes existenciales? Sin embargo, la sonrisa comprensiva de Jivasattva disolvió
la incredulidad de los otros y en pocos segundos predominó una atmósfera de natural
compenetración y entendimiento. Animado por el repentino ambiente cordial, Bhaktidas
continuó hablando.

Bhaktidas: A veces no sé qué hacer con mi vida. No sé si quedarme indefinidamente en


Vrndavana o volver a Occidente a predicar. Por el momento siento que debo quedarme aquí
pidiendo a Krishna que me dé inteligencia para saber lo que tengo que hacer. Quisiera estar
más definido y entregado de lo que estoy ahora... Yo debo hacer algo que valga la pena.
¿Será que no lograré hacer algo importante en la vida?

En ese momento se apagó la luz. Bhaktidas sonrió amargamente y guardó silencio. Para
él, el repentino apagón no fue una coincidencia casual sino una confirmación puntual de su
sospecha de estar estancado espiritualmente. “Krishna es el controlador supremo –
balbuceó–, sin Su sanción no se mueve ni un hilo de hierba. Por tanto, si Él me ha
respondido así, debo tomarlo muy en serio”. Transcurridos varios segundos se volvió a
encender la luz e inmediatamente Jivasattva trató de tranquilizar (sin suficiente convicción)
a Bhaktidas diciéndole que estaba exagerando.

Jivasattva: ¿Por qué interpretas esta coincidencia en sentido peyorativo?


Bhaktidas: Porque lo que le da sentido a las cosas es precisamente el estado de
conciencia que uno tiene. No es cuestión de cálculo sino de coincidencia, de la

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concordancia entre el punto interrogativo de nuestro estado de ánimo y la “casualidad”
inmediata con que el Señor se manifiesta.
Jivasattva: Puede que te equivoques...
Bhaktidas: Tal vez, pero según Prabhupada, toda señal fortuita es una confirmación de
lo que uno dice o piensa en el instante de decirlo o de pensarlo, y en ese momento yo
estaba pensando que estoy estancado.
Jivasattva: Pero como no es la única posibilidad, ¿por qué no interpretar que el apagón
fue un rotundo “no” a tu sospecha pesimista?
Bhaktidas: Puede ser. No se me había ocurrido. Pero todavía pienso que...
Jivasattva: No te atormentes más. Los discípulos de Srila Prabhupada son irrepetibles,
únicos en todo. Más que discípulos son hijos suyos. No he visto a ninguno –dentro o fuera
de los templos– para quien Prabhupada no sea en todo y sobre todo su verdadero padre...
Bhaktidas: Todos menos yo. Yo tengo la sensación de no ser ni hijo ni parte de su
familia... Sólo cuando me doy cuenta que no tengo otro padre ni otra familia, empiezo a
considerar que tal vez yo sea también uno de los hijos de Srila Prabhupada.
Jivatattva: Cuando uno está desanimado lo ve todo negativo, y cuando está animado lo
ve todo positivo. Son cosas de la vida. Krishna se divierte con nosotros. Él mantiene un
punto de inseguridad incluso en el corazón de los más grandes devotos para que no se
descuiden mientras están en el mundo material y...
Jivarajas. (sonriendo con un poco de ironía) ...Y para que sus vidas nos sirvan de
lección. En lo personal, desde que estoy en Vrndavana veo todo muy distinto... Aunque será
muy difícil que yo encuentre la paz en alguna parte, debo decir que la convicción cada vez
mayor de que las cosas suelen ser al revés de cómo yo pienso, me está relajando mucho.
Lo que aún no entiendo es por qué uno opone tanta resistencia para reformar su conducta
mental, a pesar de haber comprendido tantas verdades importantes. Yo quiero entregarme,
darlo todo por Krishna pero cuando veo que hay tantos devotos egoístas me pongo a dudar.
El astrólogo me dijo que yo soy bueno “para hacer investigaciones profundas y armonizar
conocimientos”. Tal vez tenga razón. A veces veo todo tan claro que me parece que será
fácil la santidad, pero a veces lo veo como la cosa más lejana que se pueda imaginar. ¿Por
qué uno no logra alcanzar las mismas cosas que logra comprender? ¿Por qué, a pesar que
dedico la vida a Krishna, no avanzo?

Al expresar las últimas inquietudes, la voz de Jivarajas ya no era irónica. Parecía que
estaba a punto de llorar. Con la mirada perdida en el infinito, esperaba que Bhaktidas le
dijese algo inteligente que le hiciese reaccionar, algo parecido a lo que había dicho a
Jivatamas, pero con una carga de lógica que atenuara sus angustias. Por su parte,
Bhaktidas estaba convencido de que Jivarajas estaba afectado por lo que él mismo

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acababa de exponer, y prefirió guardar silencio. Su respuesta habría sido “porque todavía
actúas con mentalidad de comerciante. Krishna no es tan barato como para dejarse
comprar por 32 rondas”. Mientras tanto, el silencio se fue intensificando y nadie supo qué
decir. Finalmente, ante la mirada atenta de Jivatamas, Jivasattva se atrevió a improvisar.

Jivasattva: (dirigiéndose a Jivarajas y mirando de reojo a Bhaktidas) En realidad, tú ya


has avanzado mucho. Tu sincera devoción y entrega es difícil de igualar. Con la ayuda de
Krishna, uno puede alcanzar lo que se proponga. De hecho, tu genuino interés por la
perfección espiritual te hace olvidar que ya has sido salvado del océano de la ilusión. La
misma presunción ingenua que te hacía ver las cosas al revés cuando estabas en maya es
la que ahora te quiere hacer creer que no has avanzado nada. Son reflejos condicionados
de la mente. Tú eres bueno y noble, y no debes preocuparte sabiendo que lo que Krishna
arregle para ti será siempre lo mejor. Simplemente confía y sé paciente, y todos tus sueños
se harán realidad a su debido tiempo.
Jivatamas: Pues yo creo la causa de todos nuestros líos es que cuanto más ocupados
estamos en diferentes programas, más nos olvidamos de Krishna. Creemos que somos
buenos devotos porque hacemos aquello que se espera que hagamos según las normas
establecidas por la comunidad, pero el resultado no es que avanzamos más sino que nos
volvemos adictos al exhibicionismo, a hacer las cosas para caer bien a otros y no para
complacer a Krishna.
Jivarajas: Yo no creo eso. ¿Por qué estás tan seguro?
Jivatamas: Porque noto que no estamos convencidos de que lo que hacemos es para
Krishna. Por alguna razón –prisa, miedo, prejuicio, complejo, pereza o superstición– nos
distraemos; no comprendemos ni asimilamos bien la esencia del bhakti y nuestro servicio
se torna mecánico y defectuoso. Lo grave del asunto es que mientras la defectuosidad
prevalece somos incapaces de detectar nuestros anarthas y la sospecha de estar perdiendo
el tiempo nos colma de frustración.

Durante varios minutos, todos permanecieron en silencio. Uno hojeaba un libro, otro
miraba hacia el suelo. Jivasattva miraba a Bhaktidas y éste tenía la vista perdida en el
infinito a través de la ventana. El restaurante estaba vacío, eran los últimos clientes y, como
ya eran casi las cuatro e iban a cerrar, Bhaktidas reaccionó poniéndose de pie y diciendo a
todos que los invitaba a tomar helados. Mientras bajaban la escalera tomando sus helados
todos bromeaban acerca de las cosas que contaba Jivatamas. Él decía que “el bhakti debe
practicarse de todo corazón para que si alguna vez nos falta el cerebro no nos demos
cuenta”. Jivarajas aconsejaba a Jivatamas que “tuviese cuidado con las mujeres porque de
lo contrario su bhakti tendría que regalárselo a ellas”. Jivatamas le respondió diciendo que

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“yo no me voy a dejar enredar nunca, pues sé muy bien que la relación entre un hombre y
una mujer empieza como un juego y termina como una obligación”. Luego añadió: “Una vez,
un sadhu me dijo: ‘El laksmi para Narayana, las mujeres para Krishna y la fama para el
guru’. Y yo le pregunté: ‘¿Y para nosotros qué?’ Y él me respondió sonriendo: ‘¿Para
nosotros? ¡La oportunidad de servir!’”. “Ese sadhu sabía bien con quién hablaba” –dijo
jocosamente Jivarajas–. “Sí, pero yo no soy el único que flaquea en este mundo
–respondió Jivatamas–. Tú me recuerdas la historia de un obispo, si quieres te la cuento”.
“Cuéntala” –dijeron a coro Jivarajas y Jivasattva–. Entonces, ya en el patio del MVT, todos
se sentaron en un banco de la pérgola del jardín para escuchar la historia de Jivatamas.
Jivatamas: El obispo increpó a una mujer que tenía visiones del Señor: “Yo soy quien
debe determinar si tus visiones son reales. La próxima vez que veas al Señor le preguntas
si Él conoce los pecados del obispo”. Días más tarde, la mujer regresó a casa del obispo.
“¿Volviste a ver al Señor?” “Sí” –respondió la mujer–. “¿Le preguntaste lo que te dije?” “Sí”
–respondió nuevamente ella–. “¿Y qué te dijo?” “Me dijo: ‘Dígale al obispo que sus pecados
ya los he olvidado’”.

Entonces Jivarajas, jugando, tomó por el cuello a Jivatamas diciéndole: “¿Por quién me
tomas?” Y Jiatamas respondió: “No te preocupes, alguien dijo que ‘la calamidad es nuestra
providencia.’. Yo sé que Krishna está siempre contigo, por eso me estás siempre
regañando. Tú eres mi calamidad y mi providencia, ¡já! ¡ja! ¡ja!” Tras una breve pausa, los
cuatro se levantaron y decidieron terminar el día en la oficina de Bhaktidas. Por el camino
continuaron conversando.

Jivasattva: Un amigo me dijo una vez: “La vida humana es una oportunidad que tiene el
alma para aprender a relacionarse con Dios. Si tu prestigio desaparece, ¿qué has perdido?
Si pudieras echar el tiempo para atrás, ¿qué cambiarías? Si hay algo que cambiar, todavía
estás a tiempo de cambiarlo, y si no hay nada que cambiar, ¿cuál es el problema?”
Jivatamas: Plotino también dijo: “Debemos cerrar los ojos e invocar una nueva manera
de ver, una condición de vigilia de la que todos somos legítimos herederos, aunque sean
pocos los que se valen de ella”.
Jivarajas: (dirigiéndose a Jivatamas) Tienes razón, pero mientras cada uno de nosotros
no descubra por sí mismo ciertas influencias que lo condicionan, no será libre ni consciente
de sus actos. La iluminación de la conciencia no depende de los acontecimientos
extraordinarios que raras veces ocurren, sino de sabernos contentar con lo que la vida nos
depara. ¿Qué nos falta? La filosofía de la conciencia de Krishna es perfecta. Entonces, ¿por
qué no nos volvemos perfectos? Tal vez no le damos buena recepción o no la practicamos
bien. Todavía malinterpretamos la filosofía y desconfiamos del proceso purificador de la

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conciencia de Krishna. A mí me parece que mientras ciertas torpezas o apegos persistan, la
gracia divina no podrá circular por las venas de nuestra alma. Estos condicionamientos nos
hacen relativizar lo absoluto; nos inducen a creer que el quid de la felicidad está en
transformar en objeto de disfrute material los frutos del bhakti (¡ser erudito y virtuoso para
adquirir prestigio!). Y, una vez adquirido el prestigio, atraer muchos seguidores, consolidar
la posición y recibir daksina [donaciones]. Prueba de ello es el temor no confesado de
perder los beneficios mencionados. La conclusión es que si uno no asimila bien la filosofía
de la conciencia de Krishna, no puede ser feliz ni hacer feliz a los demás.
Jivatamas: Te pareces a mí, estás hablando como yo. Yo soy una mala influencia para
ti. Aunque, mirándolo bien, a pesar de que todavía cometo muchos errores, he progresado
mucho: siento desapego por muchas cosas que antes me parecían imprescindibles, no
fumo marihuana, considero triviales muchas propuestas mentales de disfrute material, y
creo que no soy el único.
Jivarajas: Pero eso es sólo el principio, después, sin uno darse cuenta, se va apegando
a otras cosas. La marihuana y el sexo son sustituidos por la posición, la fama, el prestigio,
los honores...
Jivatamas: Si tú lo dices... Pero como yo todavía no soy famoso ni honorable, mientras
tú hablabas fui notando que en apenas dos años he cambiado mucho y que en el centro de
este cambio está el desapego. Yo veo este desapego como un traje antibalístico que me
protege de que las inevitables identificaciones con las cosas de este mundo prosperen más
de la cuenta y me destruyan.
Jivarajas: Yo pienso como tú, pero también he notado que siempre quedan trazas
sutiles de egoísmo que difícilmente podemos detectar... Mientras la huella de las
identificaciones materiales no se extingue por completo, es porque aún no nos hemos
librado de ciertos apegos indebidos. Observando nuestras tribulaciones ocasionales
(normalmente causadas por temores, decepciones, soledad, angustia, vacío, ansiedad,
etc.), veremos que la raíz causal de este fenómeno es el apego material.

Mientras los dos devotos hablaban, Bhaktidas los acompañaba mentalmente y, como era
consciente del problema del apego y de sus múltiples facetas, sabía que para entenderlo
bien había que detectar sus verdaderas causas en la vida cotidiana. Por tanto trató de
ampliar la explicación iniciada por Jivarajas, no sólo para instruir a Jivatamas, sino para
explicitar la ponencia de un tema que interesaba esclarecer a todos por igual.

Bhaktidas: A todos nos gusta que los demás nos reconozcan y nos traten bien; todos
nos esforzamos por causar buena impresión en los que nos rodean. En términos generales
puede que seamos desapegados, pero en términos íntimos no lo somos y por eso es que a

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veces nos sorprende descubrir conflictos que no pensábamos tener. Por ejemplo, nos
sentimos francamente indiferentes para la mayor parte de los alicientes materiales de la
vida, pero nos disgusta sobremanera que hablen mal de nosotros, que no nos dejen dar la
clase, o que no nos tomen en cuenta para todo lo que creemos tener derecho y aptitud.
Estas cosas no nos afectarían de no tener apegos. Los apegos de un devoto suelen ser tan
sutiles que ni él mismo se da cuenta que los tiene, pero el hecho es que éstos asfixian su
libertad y abortan su felicidad. Para resolver este problema es necesario adentrarse en él y
detectar las programaciones mentales propias y ajenas que lo nutren. Las normas rutinarias
de conducta que uno adopta por miedo o por comodidad, le obligan a vivir siendo otro; a
apegarse a un montón de cosas que no son esenciales para su felicidad; a mortificarse
cada vez que detecta sus imperfecciones; y a estar ansioso cuando las cosas no marchan
según lo previsto. Pero lo más grave es que no sabemos escuchar aquellos mensajes que
podrían darnos la paz. Entreveramos lo que escuchamos con los conceptos previamente
establecidos por nosotros mismos. Los malentendidos se producen por confiar demasiado
en los propios criterios infundados. Alguien me contó una vez, que un individuo que tenía
relaciones amorosas con la esposa de un médico escuchó decir: “Quien por día una
manzana come, al médico a distancia pone”, y que desde entonces se dedicó a comer
manzanas. Obviamente interpretó mal el asunto porque se atuvo al sentido literal de las
palabras, el cual no correspondía a su caso. El apego que sentía por la mujer del médico
hizo que ignorara el verdadero sentido de las cosas. Nuestras opiniones erradas y
decisiones torpes se deben a lo mismo. ¿Quién los pone preconceptos en nuestra mente?
Sea quien sea no podemos culpar a nadie. La responsabilidad es sólo nuestra, pues nadie
puede convencernos de algo sin nuestro consentimiento. Si alguien nos engaña, es porque
nos apegamos a lo que se nos propone con engaño. La influencia de un capricho puede
hacernos tergiversar una verdad trascendental. Hasta los más grandes eruditos pueden
sucumbir. La mente nos condiciona a interpretar la realidad desde el punto de vista del falso
ego. Por eso a veces damos valor a lo que no lo tiene y viceversa...
Jivasattva: (levantando la mano como pidiendo licencia para hablar) Lo último que has
dicho me ha hecho recordar una historia. Hace muchos años, en África Central, un hombre
blanco, huésped del jefe de una tribu de nativos, vio cómo unos niños jugaban con unas
piedrecillas de cristal. Su curiosidad le hizo acercarse y al tomar en su mano una de ellas
descubrió que era un diamante. ¡Estaban jugando con diamantes! El hombre blanco quiso
cambiar una de esas piedrecillas por su bolsa de tabaco, pero el jefe negro le dijo: “Sería
deshonesto de mi parte aceptar todo su tabaco a cambio de una piedrecilla de éstas.
Tenemos millones de ellas por aquí”. Pero ante la insistencia del hombre blanco, el jefe
negro aceptó la bolsa de tabaco a cambio de un canasto lleno de diamantes…

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Jivatamas: Bonita historia, da para pensar. El Señor Caitanya también explicó el drama
de un hombre pobre que no sabía que bajo el piso del mísero cuarto en que vivía, había
enterrado un tesoro. ¿Por qué nos pasa a todos algo parecido? ¿Cuál es el secreto de la
vida? ¿Por qué preferimos adaptarnos a ciertas normas de conducta en vez de dedicarnos
a indagar y descubrir su verdadero contenido?
Bhaktidas: ...Por miedo, por apego; por falta de valentía para romper esquemas y
rescatar la natural sabiduría de nuestro ser. Somos así, optamos por cambiar externamente
antes que internamente. Preferimos ser un “alguien artificial” que un “cualquiera natural”.
Para la mayoría de nosotros, ser reconocido es más importante que ser libre. En el fondo
estamos convencidos que no podemos ser libres y por eso interpretamos erróneamente las
verdades expuestas en las Escrituras y en las obras de los santos. El miedo al fracaso y los
apegos nos hacen tergiversar verdades. Las apresuradas impresiones subyugan nuestra
voluntad y falsean nuestro criterio. Para comprender por qué somos así, tenemos que
reconocer que somos tan sensibles a la sugestión como los camellos. Me contaron que, una
vez, en el desierto del Sahara (donde acamparon para pernoctar), un esclavo preguntó a su
amo: “Tenemos veinte camellos y hay sólo diecinueve estacas, ¿dónde ato el camello
restante?” El amo contestó: “Los camellos son un poco tontos. Haz los mismos movimientos
como si lo ataras y no se moverá del lugar durante la noche”. Así lo hizo el esclavo y así
ocurrió. Al amanecer se prepararon para continuar el viaje y el esclavo le dijo al amo que
todos los camellos lo seguían menos aquél. “¡Olvidaste desatarlo!” –exclamó el amo... La
naturaleza humana es igualmente sugestionable… Así es la condición humana. La
sugestión mental inhibe la capacidad de discriminar y hace que uno acepte cualquier
propuesta. Aceptamos lo cómodo y rechazamos lo incómodo. Si comprendiéramos el valor
de la vida humana, no la desperdiciaríamos dejándonos atar a cosas que no existen. Las
ideas inventadas, las creencias sin fundamento y las concepciones erradas sólo influyen en
una mente afectada por el miedo.
Jivarajas: Creo que adaptarse a las reglas o principios de la filosofía de la conciencia de
Krishna no es tan catastrófico como dices...
Bhaktidas: Depende. Una cosa es ser receptivo a los enunciados de las Escrituras y
otra dejarse manipular por interpretaciones caprichosas. Renunciar a lo mundano está bien,
pero si mientras tanto permaneces subyugado a los caprichos de la mente... Srila
Prabhupada decía que uno debe renunciar a todo menos a su propia inteligencia. Él no
quería seguidores ciegos. Una vez, en un avión, tomando la posición de un karmi, Srila
Prabhupada expuso argumentos disparatados a su sirviente y, al ver que éste se mostraba
de acuerdo con lo que él decía, lo amonestó diciendo que “no debería aceptar ciegamente
sus erróneas deliberaciones”. El sirviente confundido se excusó diciendo: “¿Cómo voy a

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contradecir lo que dice mi maestro?” “Con tu propia inteligencia” –respondió Srila
Prabhupada.
Nuestro principal problema es que ponemos más atención a lo superfluo que a lo
esencial. Una vez, John Lennon lanzó la advertencia de que “la vida es eso que está
pasando mientras estamos pensando en otra cosa”. Si pudiésemos estar un poco alerta,
todo sería distinto. Cuentan que un joven fue a visitar un guru con la idea de convertirse en
su discípulo. “¿Para qué quieres ser mi discípulo?” –le preguntó el maestro–. “Para ser libre
de ataduras” –respondió el joven aspirante–. “Ve y averigua quién te ha atado” –le sugirió el
maestro–. Tras meditar una semana, el estudiante regresó diciendo: “Nadie me ha atado;
sólo mis apegos me atan”. “Entonces –replicó el maestro– si ya sabes que eres libre por
naturaleza, procura ocuparte en el servicio del Señor y nunca dejarás de serlo”. Libertad es
quitar, no añadir. Mientras el alma no esté limpia de concepciones erróneas, permanecerá
dominada por el miedo. Libertad significa eliminar las nociones falsas que esclavizan la
conciencia impidiendo centrar la atención en los pies de loto del Señor.
Jivarajas: Me agrada lo que dices y comparto tus conclusiones. Sólo quería añadir que
para entender mejor el fenómeno de esta existencia material y sacarle partido, tenemos que
vernos como seres que ya han tenido todo tipo de experiencias en otras vidas. Esto puede
ayudarnos a comprender mejor nuestra situación actual y el sentido específico de nuestras
motivaciones personales.
Jivasattva: En efecto. La vida es un rompecabezas que, mientras no está armado, es
un caos. El mundo que igual nos atrae que nos asusta, es una sombra de la Suprema
Realidad; una fantasía frustrante creada por los deseos de la mente. Como decía Buda, “la
raíz del sufrimiento es el deseo; la supresión del sufrimiento es la eliminación del deseo”.
Por tanto, dado que todavía el deseo de comodidad nos priva de ver las cosas en su justa
perspectiva, tenemos que armarnos de paciencia siendo conscientes de que, a su debido
tiempo, el deseo de servir a Krishna habrá de imponerse sobre todos los demás.
Bhaktidas: Sin duda es así. Pero, como dije antes, tenemos problemas debido a las
falsas nociones adquiridas en ésta y otras vidas. De por sí, la vida es sencilla pero nosotros
somos complicados. Cada vez que actuamos contra lo que nos dicta el corazón, entramos
en conflicto y nos culpamos o culpamos a otros de lo que nos pasa. En estos tiempos
difíciles, tenemos que ser muy tolerantes y pacientes. La madurez espiritual se alcanza
cuando uno deja de culparse o culpar a los demás por lo que le sucede. Culpar es
desperdiciar energía. Cada ser humano debe tomar sus propias decisiones. Por eso,
Krishna sugiere (no impone) a Arjuna ciertas pautas de comportamiento. Le brinda
elementos de juicio para que él conozca las leyes de la naturaleza y sepa a qué atenerse.
La decisión final corresponde a Arjuna. La genuina instrucción espiritual educa y libera, pero
la engañosa programación creada por los malos hábitos, anula completamente al individuo.

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Por ejemplo, cuando un karmi está nervioso enciende un cigarrillo. También hay devotos
que van a la tienda de enfrente a comprar chocolate. No debemos convertirnos en robots,
somos libres, y desde esa libertad individual debemos actuar. Una vez yo dije a un
comerciante: “Le recuerdo que usted es libre, no está obligado a cobrarme”. Él me estaba
enmarcando una lámina de Krishna para el templo, y yo le dije que tenía la oportunidad de
ofrecer un servicio a Krishna, pero su programación era más fuerte que mis argumentos y
me cobró 2000 pesos. La vida humana comienza en el momento en que uno se rebela
contra sus programaciones y decide actuar según su propia comprensión de la realidad. Si
todos los seres humanos hubiesen sido conformistas, nunca habría habido un Jesús, un
Prabhupada, o un Gandhi.
Jivatamas: Cuando la programación psicológica es lo que más influye en nuestros
actos, ¿qué sentido tiene el concepto de pecado?
Bhaktidas: Programados o no, uno siempre es responsable de sus actos. La ventaja de
comprender el tema de las programaciones consiste en que dicha comprensión nos puede
ayudar a recuperar la visión correcta de las cosas. Ignorar la ley atenúa la pena pero no
exime de culpa. El punto es que, teniendo inteligencia propia, ¿por qué no ejercitarla?
Echando la culpa de nuestras faltas a las programaciones, o suponiendo que el Señor lo
arreglará todo, no solucionamos nada. Tenemos que usar la propia inteligencia para cultivar
el conocimiento de la verdad y desarrollar criterio propio sobre la manera correcta de actuar.
De lo contrario nos pasará como a aquél que, al encender su pipa, encendió también su
barba y cuando la gente le dijo “¿No ves que se te quema la barba?”, él respondió: “Lo sé,
pero, ¿no ven que estoy rezando para que el Señor haga llover?”
Jivasattva: Por eso es necesario el guru, ¿no es cierto? El despiste es la única
recompensa para quien no lo tiene o no sigue sus consejos. Yo creo que todo puede
resolverse cuando uno sigue a una persona ejemplar. Srila Narottama das Thakura canta:
chadiya vaisnava-seva nistara payeche keba, “sin servir los pies de loto de un puro
vaisnava, de un maestro espiritual perfecto, nadie ha obtenido nunca la liberación total de la
esclavitud material”. De donde se deduce que, mediante la sumisión a una persona
ejemplar se penetra en el verdadero significado de las cosas. Todos somos sirvientes y, de
acuerdo a la necesidad de servir que uno siente, entiende gradualmente lo que, a través del
maestro espiritual, Krishna le está enseñando, ¿no es así?
Bhaktidas: Así es. Uno debe orar al Señor Nityananda para que le envíe un maestro
competente, junto con la inteligencia para reconocerlo y la humildad para servirlo. “Primero
merece, luego desea” –decía B. P. Puri Maharaja.
Jivatamas: Pero entonces, ¿qué esperanza tiene alguien tan descalificado como yo?
Bhaktidas: Srila Bhaktivinoda Thakura decía que “si un devoto se esfuerza en superar
sus faltas, está bien encaminado hacia la realización de la verdad”.

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En ese momento, tanto Jivarajas como Jivasattva quisieron intervenir. Ambos dijeron al
unísono “Pero...” Al final, Jivasattva dejó que hablara Jivarajas solo, pues conocía sus
inquietudes y conflictos relacionados con ell tema del guru.

Jivarajas: Pero si uno no tiene quien lo corrija, si no encuentra un genuino vaisnava en


quien confiar, no puede progresar. ¿Qué hacer mientras tanto, además de orar y merecer?
Bhaktidas: Seguir orando y haciendo méritos. También podemos detenernos a
escuchar dondequiera que se expliquen las glorias de Krishna. Así nos mantenemos
inspirados y motivados para aprender. Después, la sinceridad de nuestro deseo se irá
fortaleciendo y se producirá el milagro. Toda situación es favorable si se sabe aprovechar.
La misericordia de Krishna tiene infinidad de formas. Él ha prometido que Su devoto nunca
perecerá. Para ti y para todos nosotros ahora es el momento de capturar todo lo que nos
llegue a través de todos los devotos que encontremos, porque así el conocimiento revelado
viene hasta nosotros por su propia cuenta, sin necesidad de presionar a Krishna con
nuestro pedido. Una vez, Srila Sridhara Maharaja dijo: “Sé tu propio amigo. Nota que tú eres
tu propio amigo y que también eres tu propio enemigo. Tú eres tu propio enemigo si no te
cuidas de tu propio desarrollo para tu real progreso. Pero tú puedes ser tu propio amigo y
nadie puede ayudarte tanto como tú”.
Jivasattva: Es verdad lo que dices. Con perseverancia todo se alcanza. No obstante,
aunque desde que mi maestro se alejó del Movimiento me nutro de las enseñanzas de Srila
Prabhupada, a veces me confundo y desespero.
Jivarajas: Creo que sé por dónde vas y pienso que si te escuchan los del GBC te
pondrán tarjeta amarilla...
Jivasattva: Las cosas son como son y serán como tengan que ser. No creo que mi
comportamiento haya sido objetable hasta ahora. Pero ellos ya deben estar entendiendo
que la fidelidad a Prabhupada no camina en una sola dirección...

Un silencio expectante se apoderó de todos. El tema era delicado y nadie se atrevía a


intervenir. Ellos no hablaban por hablar, sólo querían aclarar sus mentes y tranquilizar sus
corazones. En varias ocasiones ya habían escuchado a algunos gurus de la Gaudiya Math
y, aunque reconocían su calidad de vaisnavas avanzados, no veían claro su futuro
poniéndose en sus manos. Se sentían estimulados, pero no seducidos. Por otra parte,
aunque se sentían bastante afectados por las turbulencias de ISKCON, confiaban en que
Krishna haría los arreglos para que fuesen debidamente protegidos y orientados.

73
Bhaktidas: En efecto, Srila Prabhupada representa la verdad y, como todos los
vaisnavas aman la verdad, tarde o temprano se irán produciendo transformaciones
milagrosas. Nuestro movimiento es joven todavía y el vaisnavismo universal tampoco está
muy consolidado que digamos. La comprensión intelectual no basta para enderezar lo
torcido. La mayoría de nuestros líderes son occidentales y no podemos pretender que sean
tan impecables como los paramahamsas citados en el Srimad-Bhagavatam. Pero eso es lo
que hay. Hace sólo cien años, el Movimiento prácticamente aun se estaba gestando en la
mente de Srila Bhaktivinoda Thakura. Así que, lo mismo que desde entonces hasta ahora
ha habido una sorprendente evolución, también la habrá de ahora en adelante. Se
cuestiona mucho la cualidad del guru. Pero, ¿qué hay de la cualidad del discípulo? Aunque
uno tenga un guru de primera y conozca bien las Escrituras, si no está rendido a Krishna no
asimilará los beneficios de la divina gracia que Krishna le envía a través de Su
representante. En vez de lamentarnos tanto, deberíamos agradecer a Krishna por todo lo
que nos ha dado hasta ahora, que no es poco. Cuando merezcamos más, Él nos dará más.
Aunque vayamos al vecino de al lado a pedir ayuda, si no estamos preparados para
aprovecharla nos volveremos presuntuosos y nuestro supuesto avance será falso. Todavía
estamos sujetos a cuatro tipos de defectos y, mientras nosotros no cambiemos, nada
cambiará.
Hablando y hablando se hizo de noche y cuando todos ya se iban a retirar, Bhaktidas les
invitó a tomar leche caliente. Antes de que todos salieran de su oficina él se despidió de
ellos con lágrimas en los ojos. Les dijo que todavía se quedaría allá un rato escribiendo y
que después iría a su cuarto. Los devotos no entendían qué pasaba con Bhaktidas, pero a
la mañana siguiente comprendieron mejor su extraña actitud, pues cuando Jivarajas y
Jivatamas fueron a buscarlo a su cuarto, Jivasattva estaba solo y les explicó que Bhaktidas
“salió hacia Delhi al amanecer porque su madre estaba muy enferma y él tenía que coger el
primer avión para volar lo antes posible a Ámsterdam para cuidarla”.

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SEGUNDA PARTE

Seis años después en Sudamérica

Capítulo 1

Desde que los cuatro amigos se despidieron en Vrndavana transcurrieron casi seis años,
los primeros de un nuevo milenio marcado por las guerras “preventivas”, el terrorismo
indiscriminado, la delincuencia incontrolable y los desastres naturales; un convulsionado
panorama, mucho más complicado que 40 años antes –cuando Srila Prabhupada pisaba
por primera vez tierra americana para introducir la filosofía de la conciencia de Krishna y
establecer el movimiento del Señor Caitanya en todas las partes del planeta.
En el año 2005, la situación del mundo había empeorado mucho. Las predicciones
astrológicas de que las personas perderían la cabeza y de que habría guerras y desastres
naturales, se estaban cumpliendo y, como es natural, de este lío tan grande y extendido a
cada cual le tocó su parte. En ocasiones como la de entonces era oportuno recordar lo que
Prabhupada solía decir: “Cuando llueve uno no puede parar la lluvia con las manos, pero sí
puede protegerse con un paraguas”. Y esto es más o menos lo que hicieron los cuatro
personajes de esta historia. Por un lado, Jivatamas se dedicó a pintar, pasando la mayor
parte del tiempo en Florencia, su ciudad natal. Jivarajas se enamoró de una devota de
California que practicaba reiki y, aunque al principio tuvo muchos inconvenientes para
adaptarse a vivir en el complejo ambiente de Los Ángeles, al final se convirtió en un
paciente instructor de reiki. Jivasattva se casó con una joven argentina profesora de yoga, y
también se convirtió en profesor de yoga. Bhaktidas permaneció soltero, y desde que

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regresó a casa de su madre en Ámsterdam se dedicó a cuidarla durante los tres últimos
años de su vida y luego, cuando ella abandonó el cuerpo, recibió una considerable
herencia, la cual incluía una linda casa de dos pisos en Punta del Este, donde se trasladó a
vivir dedicándose a escribir libros. Aunque desde que se separaron en Vrndavana los cuatro
amigos no se habían vuelto a encontrar ni a comunicar, un día Bhaktidas visitó el templo de
Buenos Aires y, casualmente, alguien le dijo que había visto a Jivasattva en Córdoba
impartiendo clases de yoga en un centro dirigido por su esposa y él. Dos meses más tarde,
una amiga periodista de nombre Mónica (una periodista que recién se había mudado a vivir
a pocas cuadras de su casa) le dijo que le quería presentar un amigo suyo pintor que iba a
exponer en una galería de arte de Punta del Este, de la que ella era reportera habitual. Este
amigo resultó ser Jivatamas… La emoción del reencuentro fue tan grande para ambos que
decidieron buscar a Jivarajas a través de Internet. Bhaktidas escribió a un viejo amigo de
Los Ángeles y a las dos semanas éste le respondió diciendo que Jivarajas ya no vivía en
Los Ángeles sino en Suiza. De alguna manera le consiguió su e-mail y así fue como se
volvieron a comunicar. Corría el mes de octubre y, como todos estaban muy contentos de
haberse reencontrado, también estuvieron de acuerdo con la propuesta de Bhaktidas de
volver a reunirse nuevamente los cuatro juntos en su casa para Navidad...

La primera vez que se reunieron todos nuevamente (menos Jivarajas) fue el 15 de


octubre en casa de Mónica con motivo de su fiesta de cumpleaños. Ese día tuvieron noticias
de Jivarajas, el cual no estaba en Suiza sino en Guatemala donde –según contaba en un
mensaje enviado por Internet a Bhaktidas–, había ido con su compañera para impartir unos
seminarios sobre reiki. Bhaktidas leyó en voz alta la carta de Jivarajas para sus amigos:
“¡Qué alegría volver a tener noticias vuestras! Ahora que hemos retomado contacto
estoy deseando de volver a verles. De momento mi esposa y yo tenemos que regresar a
Suiza la semana que viene pero tal vez podamos ir a Punta del Este para Navidad... Bueno,
espero que Krishna haga los arreglos y nos volvamos a encontrar, sería increíble.
Los cursos que estamos impartiendo no son la gran cosa, pero debido a que muchas
personas de aquí viajan regularmente a EU están familiarizadas con el reiki y hemos tenido
mejor acogida de la que esperábamos. Durante las prácticas de reiki ponemos música de
Krishna y en las ceremonias de iniciación les hacemos cantar el maha-mantra.
Guatemala es pintoresca, de fuerte presencia indígena (60 por ciento) y grandes
contrastes en la conducta y costumbres de sus gentes. Los blancos, los indígenas y los
mestizos son muy distintos los unos de los otros. En todo el país hay una gran influencia de
la cultura consumista de América del norte. Sin embargo, una buena parte de las mujeres
indígenas aún conservan su vestido tradicional.

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Una de las cosas que más impacta cuando uno reside aquí es el alto nivel de
criminalidad y el estilo particularmente sádico de los crímenes, así como la sorprendente
impunidad. En este país rige la cultura de la violencia. En lo que va de año han asesinado a
580 mujeres sin que hasta ahora se sepa quienes lo hacen ni por qué. En el cuerpo de
policía acaban de destituir a 1000 agentes por corrupción y no saben cómo van a mantener
el orden con los pocos que les quedan. Aquí hay mucha delincuencia, el otro día robaron un
autobús. Todos tienen miedo de ser asaltados, incluso los propios policías... El sistema
judicial no da abasto. Pensamos hacer una excursión para conocer de cerca las pirámides
construidas por los Mayas y algunas otras bellezas naturales. La vegetación es
espectacularmente abundante, se ve que la tierra es muy fértil. El clima es muy agradable y
el cielo es muy limpio. Casi siempre hay algunas nubes blancas, tan blancas que parecen
de algodón y tan cercanas que casi pueden tocarse con las manos, la comida y la ropa es
muy barata...”

En ese momento sonó el timbre y llegaron varios invitados amigos de Mónica, entre ellos
Fernando y Carla, también relacionados con el periodismo. Después de presentarlos a los
devotos, ella departió un poco con ellos y los devotos salieron por la puerta trasera de la
casa que en realidad era la puerta delantera, ya que la fachada de la casa estaba orientada
en dirección al mar. La casa era realmente original, tenía una estructura circular con un ala
frontal que se adentraba en dirección al mar. Desde adentro las ventanas laterales y
frontales permitían mantener contacto visual con el mar y el cielo desde cualquier ángulo.
Cuando salieron los devotos, el cielo lucía sus más bellos colores del crepúsculo. Bhaktidas
y Jivasattva se adelantaron hasta la orilla del mar para hacer su Gayatri, y Jivatamas se
quedó petrificado contemplando en silencio el majestuoso espectáculo compuesto de
increíbles texturas luminosas y tonalidades mágicas. Cuando comenzó a oscurecer
volvieron para adentro y encontraron a Mónica y sus amigos en una terracita lateral parados
y en silencio, como las famosas estatuas de la isla de Pascua, contemplando la fascinante
puesta de Sol.
A los pocos minutos todos estaban mezclados platicando y riendo como si se conocieran
desde siempre. Media hora después varios amigos de Mónica se fueron para participar en
una cena organizada por la Municipalidad y Jivatamas fue a la cocina para traer algo de
beber. Mientras tanto...

Carla: Mónica nos ha hablado mucho de ustedes, especialmente del italiano, que según
ella dice es un gran pintor... Nosotros somos periodistas, pero no trabajamos para ningún
periódico en particular. Hacemos reportajes de vez en cuando pero lo que realmente nos
interesa son las civilizaciones antiguas. Estamos escribiendo un libro sobre la relación entre

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las culturas precolombinas y las culturas orientales. El trabajo lo estamos centrando en el
tema de la Creación.
Fernando: Nos interesa mucho averiguar cómo fue realmente creado el mundo. ¿Cómo
fueron creados los humanos, por qué y para qué? Si nos fue dada la vida, ¿por qué fuimos
maldecidos con la muerte? Estas son las preguntas que desde tiempo inmemorial se hace
el hombre, y a las que la mitología de todo el mundo ha tratado responder...
Carla: Según hemos ido sabiendo, en el principio el mundo era un caos. Luego vino un
dios-creador que separó la tierra de los cielos y el mar de los continentes, moldeando
finalmente los paisajes. Después el creador pobló la tierra, creó los seres humanos, los
animales y las plantas, y desde entonces las más fantásticas interpretaciones han ido
tomando cuerpo en las mentes de las gentes con innumerables variantes en cada lugar y
en cada una de las culturas del planeta. Hay mitos de dioses y héroes divinizados que
hablan de los principios y los fines, de la creación y de la destrucción, de vida y de
muerte. Al parecer, la palabra “mito” viene del griego “muthos”, que significa una fábula o
una palabra. Los mitos griegos relativos a los dioses del Olimpo constituyen una de las
fuentes primigenias del arte y la literatura de Occidente y aportan un manantial de historias
e imágenes donde todavía hoy acuden los artistas y escritores para estructurar sus ideas y
conceptos...
Fernando: ...Por supuesto, los mitos griegos apenas representan una parte de la
mitología universal. Siempre que los pueblos se congregan en grupos, crean historias para
explicar cómo el mundo fue hecho, cómo los seres humanos y los animales comenzaron a
habitarlo y cómo eran y procedían los dioses o el dios que ellos adoraban.
Jivatamas: (que en ese momento acababa de llegar para servirles zumo de naranja)
Los mitos han sido creados por las masas. Son apenas los sueños de la humanidad y,
como tales, nos parecen igualmente familiares y extraños a la vez. Por ejemplo, unos
amigos me contaron que los aborígenes australianos, para quienes los mitos son la propia
realidad, llaman al tiempo en que el mundo fue creado el “tiempo del sueño”. Ellos sitúan al
tiempo en un eterno presente, como parte del “sueño” que forma el lazo vivo de unión entre
el pueblo, y los eternos antepasados y la tierra. Para dichos aborígenes, ese lazo vivo se
halla ilustrado en la “letra de los cantos”, las sendas que señalan el peregrinar de los
eternos antepasados en el “tiempo del sueño”.
Fernando: (contento por el comentario de Jivatamas) Todas las mitologías comienzan
narrando la creación del mundo. Los Griegos, los Vikingos, los Egipcios, los Chinos, los
Japoneses, todos los pueblos de África y la totalidad de las numerosas naciones de los
nativos americanos, tienen sus versiones acerca de la creación. Y desde que Carla y yo nos
dedicamos a comparar todas esas historias, hemos experimentado una sensación

79
fascinante que, como hilo conductor, nos sumerge en lo más profundo de nuestro ser,
donde se espeja el universo...
Bhaktidas: (tratando de hacer amistad con los amigos de Mónica) El tema de la
Creación tal vez sea el más significativo e importante a tratar por el ser humano. Desde
tiempo inmemorial, diferentes sociedades y culturas han elaborado sus propias versiones de
acuerdo con sus particulares perspectivas, mentalidad o referencias ancestrales. En la
antigüedad grecorromana, por ejemplo, se consideraba que el caos era la personificación
del vacío primordial anterior a la Creación. Esta noción corresponde al tohu wa bohu del
Génesis (1.2), “desorden y vacío”. La creación simboliza el fin del caos, la entrada en el
universo de una cierta forma u orden, de una jerarquía. En palabras de Pascal: “El orden
llega para caracterizar la invención”. En la jeroglífica tradicional, atribuida a los egipcios, los
aspectos principales de la Creación son representados por cuatro dibujos geométricos: la
espiral, que indica la energía cósmica insuflada por el espíritu creador; la espiral cuadrada,
que significa esta energía en acción en el seno del universo; una masa tan informe como
sea posible, imagen del caos primitivo; y el cuadrado, que representa a la tierra y el mundo
organizado, establecido sobre los cuatro puntos cardinales...
Carla: (complacida y ansiosa) Para los aborígenes australianos en el principio la Tierra
era una superficie plana y estéril. No existía vida ni muerte. El Sol, la Luna y las estrellas
dormían bajo la Tierra. Y también dormían allí los eternos antepasados, hasta que
finalmente despertaron de su eternidad e irrumpieron hasta la superficie. Después,
ejecutada su obra sagrada, los antepasados volvieron de nuevo a dormir. Algunos
regresaron a sus antiguos refugios subterráneos, mientras que otros se convirtieron en
rocas y en árboles...
Fernando: ...Y para los japoneses, en el principio el cielo y la tierra no estaban
separados. Después surgió un junco del océano del caos. Este junco era Kunitokotatchi, el
soberano de la Tierra Eterna.
Carla: (feliz por la acogida de su tema favorito) ...Para los chinos, en el comienzo de los
tiempos era el caos, y el caos tenía la forma de un huevo de gallina. Dentro del huevo se
encontraban Yin y Yang, las dos fuerzas opuestas que constituyen el universo. Yin y Yang
son tinieblas y luz, fémina y macho, frío y calor, mojado y seco. Un día, las energías dentro
de ese huevo se dividieron. Los elementos más pesados se hundieron para formar la tierra,
y los más livianos fluctuaron, para formar el cielo. Y entre la tierra y el cielo quedó P´an-ku,
el primer ser vivo. En la tradición china, el caos es el espacio homogéneo anterior a la
división en cuatro horizontes, que corresponde a la fundación del mundo. Esta fundación
marca el pasaje a lo diferenciado y a la posibilidad de orientación. Es la base de toda la
organización del cosmos. Ser desorientado significa reentrar en el caos. Sólo se sale de él

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por la intervención de un pensamiento activo, que esclarece o separa el elemento
primordial.
Jivatamas: (para simpatizar con la pareja) Según tengo entendido, para los Nórdicos
Odin es el padre supremo. Es el más antiguo y poderoso de los dioses nórdicos. Gobernaba
todas las cosas a través de los tiempos. Creó el Cielo y la Tierra; hizo un hombre y le dio un
alma. Pero a pesar de ser considerado el padre supremo, dicen que no fue el primero... En
el principio no existía tierra, mar, ni cielo. Sólo el vacío de Ginnungagapap a la espera de
ser llenado. En el sur se originó el caluroso reino de Muspell, y en el norte el helado reino de
Nifheim. El fuego y el hielo dominaban el vacío. Y en el centro de la nada el aire comenzó a
calentarse. En los puntos en que el aire caliente de Muspell entró en contacto con el aire frío
de Niflheim, el hielo se fue derritiendo. Y, al gotear, comenzó a convertirse en la forma de
un gigante de nombre Ymir. Mientras dormía, Ymir comenzó a transpirar. Así se formaron,
bajo el brazo izquierdo, un varón y una fémina. De entre las piernas nació otro varón. Estos
gigantes helados fueron los descendientes de Ymir...
Bhaktidas: ...Y según la Biblia, en un principio, Dios creó los cielos y la tierra, luego la
luz, el firmamento y las aguas. La tierra era informe y vacía; las tinieblas cubrían el abismo
y el Espíritu de Dios gravitaba sobre las aguas, las plantas, los animales y los famosos
Adán y Eva a los que bendijo diciendo: “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla.
Dominad sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y sobre todos los animales
que se arrastran sobre la tierra. He aquí que os doy toda la hierba que da semilla sobre la
tierra y todos los árboles frutales que contienen su propia simiente para que os sirvan de
alimento. Y a todos los animales de la tierra, a todas las aves de los cielos, a todo lo que se
arrastra sobre la tierra y en que haya soplo de vida, yo doy toda la hierba por alimento. Dios
contempló toda su obra, y vio que todo era muy bueno... y finalmente descansó”.
Jivasattva: Y según los cabalistas, la Creación es en cierto modo la concretización de la
palabra divina. Al principio, ésta es como un pensamiento, un sueño de la conciencia divina
que se materializa en la frecuencia vibratoria de la conciencia de las partículas de Dios (las
entidades vivientes), ávidas de experimentar la vida en el plano físico... El amante de la
verdad ve en las palabras de las Escrituras reveladas, las semillas de luz que nutren y
evidencian su natural sabiduría. Por ejemplo, entre los antiguos egipcios y hebreos, las
palabras poseían la fuerza mágica necesaria para crear. El término hebreo dabar significa al
mismo tiempo “palabra” y “cosa”, indicando que las palabras y las cosas, en el fondo, son lo
mismo: una misma energía o unidad en dos estados distintos de vibración o manifestación.
La vibración sonora es el ser de la palabra –unido a la cosa por un fenómeno de
resonancia. En el Paraíso, Adán estaba unido a la palabra IHWH, equivalente al Señor en
su estado manifiesto, y gracias a su fuerza podía crear: “Nombrándolos dio existencia a los
animales” (Gen. II.20). La palabra le hacía superior a toda la Creación, semejante a Dios,

81
Su creador. A raíz de la caída, Adán, y por extensión la humanidad entera, perdió u olvidó
esta palabra. Según las doctrinas de la Cábala de Safed, lo que ocurrió es que esta palabra
se dividió. Adán separó lo que estaba unido. El Árbol de la Vida quedó separado del árbol
de la Ciencia. Por tanto, la perfección perdida se halla en la restauración de la Unidad.
Según el Zohar (127 b), “Dios y Su nombre son Uno”. Por tanto, aquel que conoce el
nombre de Dios en su verdad, sabe que Él y Su nombre son uno. La conciencia implicada
en este entendimiento permite recuperar la inocencia perdida y comprender todos los
misterios. Pero llegados a este punto, sugiero que Bhaktidas nos amplíe y esclarezca este
controvertido tema explicándonos la versión védica.
Bhaktidas: (que francamente deseaba canalizar el tema hacia la esfera de la conciencia
de Krishna) El fenómeno de la Creación es un tema que cada pueblo interpreta a su
manera. Varias tradiciones antiguas sostienen que en el principio no existía nada sino
Dios... Hoy en día, el origen de la vida, concebido como fortuito por los evolucionistas,
también cuenta con numerosas versiones. Sin embargo, la mayor parte de lo que se escribe
no tiene el fundamento requerido para ser aceptado como prueba fidedigna de la realidad
que presume aludir o dar a conocer. Por ejemplo, muchos científicos consideran que las
moléculas DNA (unidades fundamentales de estructuración y multiplicación de las células
orgánicas) son la fuente de la vida, pero de acuerdo con la ciencia védica hay una diferencia
entre los componentes químicos del cuerpo (tales como el DNA) y la fuente original de los
síntomas de la vida, el alma espiritual. La creación es el resultado de la transformación de lo
no-manifiesto en manifiesto. La vida en cualquiera de sus innumerables formas, es obra de
una inteligencia superior, siempre existente y omnipresente. Negar este punto es negar
nuestra propia inteligencia.
Fernando: Entre las teorías más inconsistentes de la ciencia moderna, se encuentra la
muy difundida doctrina de que la vida se origina en la materia, así como la no menos
difundida teoría de la evolución de las especies, ¿qué piensa al respecto?
Bhaktidas: En obras populares y en libros de texto, los científicos presentan su
explicación acerca del origen de la vida, declarando que la vida surgió gradualmente a partir
de sustancias químicas, de un “caldo original” compuesto de proteínas y otros ingredientes.
No obstante, aunque muchos científicos están públicamente comprometidos con el
concepto de que la vida proviene de la materia, en privado reconocen que no tienen
pruebas que corroboren lo que dicen. Toda existencia es la materialización de una
conciencia. El universo, existencia máxima, refleja una conciencia máxima. El universo
presupone conciencia, la materialización de la conciencia de su autor. Obviamente, la
fuente de toda creación es divina. Todas las cosas contenidas en el universo constituyen de
por sí las huellas digitales de su Autor, los indicios que nos permiten llegar a Él. Krishna
dice en la Bhagavad-gita (10.8): “Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y

82
espirituales. Todo emana de Mí”. El proceso de creación es la expresión de la conciencia
divina en movimiento y el objeto de la creación es el universo. Los tres componentes de la
realidad (el espíritu, la mente y el cuerpo, vale decir el observador, el proceso de observar y
lo observado) son en esencia una misma cosa: energía divina. En principio, la manifestación
cósmica procede de un campo de potencialidad no manifiesto llamado pradhana. Las Leyes
físicas del universo evidencian la voluntad operativa de una inteligencia superior...
Carla: (con cierta impaciencia) Pero supongo que en los Vedas habrá una
documentación más detallada y confiable acerca de la creación... Al menos eso es lo que
hemos intuido en nuestro trabajo de investigación.
Bhaktidas: (feliz por la oportunidad de explayarse a gusto como deseaba desde un
principio) ¡Oh, sí! Por supuesto. Según los Vedas, la creación material se genera a partir de
la respiración de Maha-Vishnu (una forma de Dios). De esta gigantesca expansión de
Krishna (la forma original de Dios), emanan infinidad de universos. En todos y cada uno de
los universos Dios entra como Garbodakasayi Vishnu, una expansión de Maha-Vishnu que
se cuida directamente de mantenerlos funcionando. Se dice en las Escrituras védicas que
Maha Vishnu está recostado en el océano causal Karana, desde donde lanza una mirada a
Su naturaleza material o mahat-tattva (la energía material total, el conjunto de los
veinticuatro elementos que constituyen la manifestación cósmica). Esta mirada tiene el
poder de agitar y fecundar la naturaleza material, la cual genera al instante infinidad de
universos, tal como a los nueve meses una mujer fecundada da a luz uno o varios bebés.
La parte masculina de Dios llamada purusha fecunda, y la parte femenina llamada prakriti
da a luz. Los materialistas no creen en el Creador, pero tampoco pueden proporcionar una
buena teoría para explicar el fenómeno de la creación. Ellos sólo pueden ver el cielo circular
que se encuentra encima de sus cabezas porque carecen de información acerca de este
universo, así como de muchos otros cientos de miles de universos cubiertos cada uno de
ellos con siete coberturas materiales de agua, fuego, aire, éter, ego, noúmeno y naturaleza
material, tal como si fuese un inmenso balón inflado que flota en el océano causal, en el que
el Señor yace como Maha-Vishnu. En resumen, todos los universos, en forma de semilla se
manifiestan cuando Maha-Vishnu espira, y todos los universos regidos por su
correspondiente Brahma (creador delegado) desaparecen cuando Maha-Vishnu inspira. Así
es como los mundos materiales se crean y desaparecen una y otra vez por la suprema
voluntad de Dios... Hay innumerables planetas espirituales y en cada uno de ellos reside
una expansión de Vishnu. Aunque la creación se disuelve periódicamente, esta morada
espiritual no se disuelve nunca. La palabra “creación” se refiere a la creación material,
porque en el mundo espiritual todo existe eternamente, y no hay creación ni disolución. Y en
cuanto a las periódicas manifestaciones cósmicas, cada una de ellas comprende nueve
diferentes creaciones, de las cuales la primera es la creación del total de los componentes

83
materiales llamado mahat-tattva, la energía material total, la cual refleja la conciencia de las
entidades vivientes en la acción de vivir y de percatarse de las cosas. La segunda (de
acuerdo con el Srimad-Bhagavatam, 3.10.14-26), genera el ego falso, en el que surgen los
componentes materiales, el conocimiento material y las actividades materiales. Las
percepciones sensorias corresponden a la tercera creación, y a partir de éstas se generan
los elementos... La cuarta creación es la creación del conocimiento y de la capacidad de
trabajo. La quinta creación es la de las deidades controladoras. La sexta creación es la
ignorante oscuridad de la entidad viviente, mediante la cual el amo [el sujeto] actúa como un
necio. La séptima creación es la de las entidades inmóviles, que son de seis clases: los
árboles frutales sin flores, los árboles y plantas que existen hasta que el fruto madura, las
enredaderas, las plantas tubulares, las enredaderas que carecen de apoyo, y los árboles
con flores y frutas. La octava creación es la de las especies inferiores de vida, que son de
diferentes variedades, exactamente veintiocho. Todas ellas son sumamente necias e
ignorantes. Mediante el olfato reconocen lo que desean, pero no pueden recordar nada en
su corazón... La creación de los seres humanos, que son únicamente de una especie y que
almacenan sus comestibles en el estómago, es la novena creación.
Fernando: (fascinado con la explicación de Bhaktidas) Has mencionado el mahat-tattva
como “el conjunto de los veinticuatro elementos que constituyen la creación material”.
¿Cuáles son esos elementos?
Bhaktidas: (contento por el interés de Fernando) La tierra, el agua, el fuego, el aire, el
éter, la mente la inteligencia, el ego falso, las modalidades de la naturaleza material
(ignorancia, pasión, bondad), los ojos, los oídos, la nariz, la lengua, la piel, la voz, las
piernas, las manos, el ano, el órgano genital, el olor, el sabor, la forma, el tacto y el sonido.
El mahat-tattva está directamente conectado con la conciencia suprema del Ser Supremo,
pero aún así parece materia. Es la sombra de la conciencia pura, de la cual se genera el
falso concepto de identidad o visión desvirtuada de la realidad.
Fernando: Entonces el cuerpo humano...
Bhaktidas: El cuerpo es una manifestación física. La mente y los efectos psicológicos
son la manifestación sutil. Y las señales de la vida son el producto de la interacción de esos
aspectos. Pero por encima de esto existe el alma, y también la Gran Alma. El alma y la
Gran Alma son dos. Este mundo material funciona en virtud de la unión del alma con los
veinticuatro elementos materiales. Aquel que puede ver que toda esta manifestación
material está constituida por esa combinación y por la determinante intervención divina, ve
las cosas como son. Tanto la naturaleza material como el alma son eternas, ellas existían
antes de la creación. La manifestación material procede de la energía de Dios, lo mismo
que las almas, sólo que éstas proceden de la energía superior. Todo existía antes de que
este cosmos se manifestara. La naturaleza material estaba absorbida en la Personalidad de

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Dios, Maha-Vishnu, y cuando fue necesario se manifestó por intermedio del mahat-tattva.
De igual modo, las entidades vivientes también están en Él pero como están condicionadas
no consiguen verle. No obstante, en la forma humana de vida es posible recuperar la
conciencia original y reintegrarse a la realidad espiritual a la que pertenecemos desde
siempre. Sólo tenemos que desarrollar nuestra capacidad potencial de entendimiento con la
ayuda de un maestro que nos informe e instruya apropiadamente sobre el modus
operandi...

En ese preciso instante apareció Mónica –que hasta entonces había estado adentro
hablando por teléfono–, trayendo las últimas noticias. Como preámbulo comenzó diciendo a
los devotos que estaba muy contenta de tenerles en su casa y de que hubiesen simpatizado
con sus amigos Carla y Fernando, a quienes ella apreciaba mucho desde chica. Luego, con
evidente solidaridad para con los tres comentó: “Estos días yo les he pedido a algunos de
mis colegas que nos detengamos a pensar en la grandeza que aún podemos aspirar si nos
atrevemos a valorizar la vida de otra manera, con la dignidad y el coraje que puede
situarnos en la verdadera dimensión humana...” Jivatamas estaba muy contento de oírla
hablar de esa manera y miró con jocosa picardía a Bhaktidas y a Jivasattva. Luego Mónica
continuó hablando acerca de un libro recién publicado de Ernesto Sábato titulado “Resistir”,
en el que según ella el autor lanzaba un mensaje al océano del individualismo y pobreza
existencial en que los humanos navegan en estos tiempos. Ella recalcó que las palabras del
autor eran un apelo a la capacidad de resistir la corriente deshumanizante de la época.

Mónica: “Resistir” es un libro lindo para aquellos que saben leer los indicios
preocupantes que gravitan entre cada uno y el universo: la incomunicación, el culto de sí
mismo, la reverencia a los dioses de la televisión, el trabajo deshumanizado, el imperio de la
máquina sobre el ser humano, la sumisión y la masificación, el creciente sentimiento de
orfandad, la competición feroz y el vértigo apocalíptico en que toda posibilidad de diálogo
desaparece...

Carla y Fernando eran los que más apasionadamente seguían las palabras de Mónica y,
apenas ésta hizo una breve pausa, intervinieron ambos.

Carla: Entonces, la pregunta obligada es: “¿cómo resistir?”


Fernando: ...Yo creo que estamos a tiempo de invertir este abandono y esta masacre, al
menos en parte. Todo depende de si nos dejamos poseer por el compromiso... El ser
humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque, para la vida, basta el
espacio de una grieta para renacer...

85
Bhaktidas: A mi juicio hay algo que no falla, y es la convicción de que únicamente los
valores espirituales nos pueden salvar del terremoto nihilista que sacude a la humanidad.
Carla: Un terremoto cuyo epicentro es la entropía, el empobrecimiento humano
generado por el progresivo desarrollo material. Entre lo que las personas desean vivir y el
deterioro que engendra el supuesto progreso, se yergue una barrera que las separa de la
felicidad como a un exiliado de su tierra... Yo me canso de repetir estas cosas a la gente
pero he visto que a nadie le interesa.
Mónica: Yo creo que es urgente e importante propagar una educación diferente,
enseñar que vivimos en una tierra que debemos cuidar; que dependemos del agua, del aire,
de los árboles, de los pájaros y de todos los seres vivos, y que cualquier mal que causamos
a este grandioso universo perjudicará la vida pudiendo llegar incluso a destruirla. ¡Lo que
podría ser la enseñanza si en vez de inyectar informaciones que nadie retiene nunca,
subrayara la urgente necesidad de cuidar la vida en todas sus formas amenazada de
extinción por la dañina explotación del hombre! Ernesto Sábato dice en su libro que
“tenemos que advertir a los chicos del peligro planetario y de las atrocidades que la guerra
provoca en los pueblos. La búsqueda de una vida más humana debe comenzar por la
educación. Por eso es grave que los niños pasen horas atontadas frente a la televisión,
asimilando todo tipo de violencias; o dedicados a esos juegos que premian la destrucción”.
Bhaktidas: La televisión también perjudica a los adultos. Sé por experiencia que las
horas nocturnas dedicadas a ver televisión se pagan muy caras. Entregas tu tiempo a un
safari de evasión, pero la mayoría de las veces te quedas atrapado en una curiosidad
insatisfecha que se prolonga más tiempo de la cuenta. Esto te crea un conflicto semejante
al que experimenta el jugador mientras ve que pierde su dinero y todavía sigue jugando. Al
día siguiente, te levantas tarde y ves que las mejores horas de la mañana ya pasaron sin
ser aprovechadas. Entonces te frustras y comprendes que no valió la pena tanto
desperdicio de energía, y te dices a ti mismo que “no debe volver a suceder”. Arrastrar
frustración, sueño y cansancio durante todo el día, no sólo merma la eficiencia en el trabajo,
sino que también reduce dramáticamente la autoestima.
Jivatamas: No todo es malo, algunas están bien. Yo prendo la tele y si no veo sustancia
en una película, enseguida la apago o cambio de canal. Cuando noto que me hace perder
tiempo, me detesto. Normalmente decido ver cine para aflojar la tensión que se me acumula
a causa de pintar de la mañana a la noche todos los días del año. No obstante, he
descubierto que también lo hago para tener un encuentro íntimo y directo con la realidad de
otras personas y verme a mí mismo reflejado en ellas. Este espejo providencial es un
valioso elemento para mi proceso evolutivo.
Bhaktidas: Cuando uno tiene criterio formado sobre la verdadera naturaleza de las
cosas puede advertir su presencia inconfundible por más disfrazada que ésta esté. A

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medida que una persona practica la vida espiritual, comprende que la mayoría de las
personas no pueden diferenciar lo real de de lo aparente. La persona que despierta la
conciencia está en ventaja sobre las demás porque detecta la presencia diversificada de
Dios en todas las cosas y nada la confunde.

Jivatamas iba a decir que las películas le ayudaban a encontrarse, pero no estaba
seguro de que debía continuar hablando y se calló. Tras una breve pausa de silencio todos
comprendieron que había llegado el momento de retirarse y así fue.

Bhaktidas: ¿Qué tal si nos vamos a dormir ya?


Jivatamas: ¿Tan pronto? Mañana es domingo...
Jivasattva: Sí, pero no es bueno trasnochar. Además hoy ha sido un día muy intenso
para todos, especialmente para nuestra querida Mónica.
Mónica: Es igual. No se preocupen.
Bhaktidas: No nos preocupamos pero nos vamos.
Fernando: Si no tienen auto los podemos llevar.
Bhaktidas: Gracias pero no es necesario; vivimos aquí cerca, iremos paseando. Nos dio
mucho gusto conocerles...
Carla: (mirando intensamente a Bhaktidas): Lo mismo digo, espero volver a verte.
Bhaktidas: Claro que sí, Mónica será nuestro punto de contacto, ¿no es así Mónica?

Mónica, que estaba limpiando la mesa al fondo de la sala, hizo un gesto afirmativo con la
cabeza y vino corriendo para despedir a sus amigos y colegas. En la puerta de la casa, la
noche serena y estrellada conquistó el corazón de todos y nadie sintió desazón con la
despedida, era como si en ese encuentro se hubiesen convertido en familia y no hubiese
necesidad de prometer nada porque no había motivos para dudar que la recién iniciada
continuaría para largo.

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Capítulo 2

El 25 de octubre se inauguró la exposición de pintura de Jivatamas, y todos asistieron a


la ceremonia, incluida Elena, la esposa de Jivasttva que llegó aquella misma tarde
procedente de Argentina. En general, las obras tenían un aire surrealista con claro mensaje
filosófico que produjo gran satisfacción entre los devotos y un gran impacto de admiración y
sorpresa en el público. En verdad, los óleos eran admirables y recordaban los temas del
Bhagavatam perfectamente traducidos a un lenguaje pictórico neoclásico y al mismo tiempo
vanguardista y fácil de entender. Los otros trabajos de técnica mixta ilustraban muy
elocuentemente el espíritu de los comentarios de Srila Prabhupada. Temas como el karma,
la reencarnación, la creación, la forma universal, la ilusión material, etc., estaban tratados
con un estilo muy original que inmediatamente llamaba la atención por su lograda
combinación de excelente articulación temática y magistral ejecución plástica, cuya
exuberante belleza tonificaba inmediatamente la sensibilidad del espectador.
La exposición estaba programada para un mes, y durante la inauguración Jivatamas
anunció que los miércoles de cada semana mantendría “una charla-coloquio con el público”.
Él planeaba aprovechar la ocasión para transmitir su concepción espiritual de la creación
artística, así como la función sagrada del arte en la sociedad según los Vedas. La
concurrencia fue más numerosa de lo esperado y la velada estuvo muy animada. En un
momento llegaron dos fotógrafos y dos periodistas a la vez, hicieron muchas fotografías,
entrevistaron brevemente a Jivatamas, y desaparecieron enseguida. Los dulces preparados
por los devotos fueron devorados rápidamente por los asistentes con gran satisfacción. En
unos panfletos esparcidos sobre una mesa podía verse la foto de Jivatamas junto con un
texto de presentación firmado por Mónica, en el que se podía leer: “La pintura de Leo
Rinaldi [nombre de pila de Jivatamas] surge desde la profundidad de lo ignoto como
insuperable expresión reveladora de la metafísica escondida en la naturaleza y en el

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acontecer diario. Refleja la perpetuación horizontal de la verticalidad holística y festiva de la
vida vista desde el espejo interior del alma. Hay en cada pintura una emblemática armonía
de equilibrios naturales que toman cuerpo como translaciones pigmentadas de sacralidades
subyacentes. Sus cuadros son Arcos Iris infinitos de poesía perenne; sus inspiradas
composiciones manifiestan profundos aspectos mágicos de una realidad ultraterrena de
insólita belleza resucitada del imperdonable olvido de los humanos. No sé qué diría Dalí o
Chagall, pero con toda certeza Kandinsky estaría contento”.
En el último momento llegaron Carla y Fernando. Se excusaron por llegar tarde, pero
trajeron un ramo de flores para el artista y un libro de Sai Baba con temas del maestro
acerca de la educación. Esta vez se presentaron como amantes de la meditación y de la
cultura de la India.
Jivatamas. (halagado por las flores y tratando de agradar) Conozco poco de Sai Baba,
pero desde que leí algo acerca de sus discursos tengo la impresión de que puede ayudar a
las personas a dar lo máximo de sí mismas sin por ello comprometerlas prematuramente
con tareas impropias de su cultura o elección.
Fernando: (visiblemente complacido) En efecto, su estilo es dejar espacio para que
cada uno descubra y valore por sí mismo lo que tiene, emplee de la mejor manera lo que ya
sabe, y espiritualice su trabajo dedicándolo a Dios de tal manera que beneficie a los demás.
Jivatamas: En realidad eso es lo que yo quiero realizar y transmitir con mi trabajo y mi
propia vida mientras pueda. Como ustedes deben saber, yo sigo a Srila Prabhupada y trato
de reflejar sus enseñanzas (las que voy comprendiendo) a través de la pintura.
Carla: Creo que es una gran idea y, por lo que he visto hasta ahora, lo estás logrando
sobradamente. En tus cuadros hay una gran riqueza de contenido espiritual que cautiva por
su elocuente claridad. He notado que estás causando un gran impacto entre el público de
todas las edades. Todos están maravillados. Algunos comentan que tus trabajos “anuncian
un nuevo renacimiento en la pintura”.
Jivatamas: No sabía... El arte siempre ha sido un poderoso medio para comunicar
verdades; un insustituible vehículo de translación hacia lo desconocido que, bien
aprovechado, puede ser una forma muy efectiva de evocar los aspectos de la realidad que
más concierne a la sensibilidad espiritual del individuo.
Carla: Tienes razón. Aunque yo no entiendo mucho, siempre he tenido la impresión de
que el arte es una manera de desnudar las cosas, de captar y transmitir las sutilezas
normalmente veladas para el común de las personas. Entre sus innumerables méritos,
quizá el más notable sea su carácter de lenguaje universal, ¿no crees?.
Jivatamas: Por supuesto. Debido a que el arte es la locución del alma, trasciende todas
las barreras idiomáticas... Las lenguas nos aíslan, las costumbres nos distancian y las
fronteras puede que nos separen, pero el arte es ese lenguaje universal que puede unirnos

89
sin esfuerzo; el único lenguaje de reconciliación y hermandad que, no sólo penetra
instantáneamente el corazón sino que lo trasciende situando nuestras percepciones más
allá del tiempo y el espacio.
Fernando: Pero hoy en día hay tanto abuso en el arte, quiero decir... En cualesquiera de
sus manifestaciones, el arte no debería ser una vestidura, sino una estructura, ¿no crees?.
La excesiva preocupación conceptual o la instrumentalización social a la que se ve tantas
veces sometido, ha sido, y sigue siendo, una camisa de fuerza que le impide volar a la
altura que le corresponde...
Jivatamas: Así es. El verdadero arte es libre y soberano, capaz de transferir
estéticamente al plano sensible los valores y sentimientos más sublimes con un lenguaje
que adelgaza sensiblemente la línea que separa el cielo de la tierra. En su capacidad
integradora –que no se basa en ideas preconcebidas sino en sentimientos puros–, reside la
validez de la expresión artística como lenguaje universal.
Fernando: Sin embargo, hoy en día, a medida que un ser humano se acerca a cierto
sentido de finalidad pragmática en el ámbito de su imaginación, siente que no hay nada más
que decir en arte.
Jivatamas: Lamentablemente eso es cierto. Vivimos un momento de confusa transición
en el que la autenticidad, la originalidad y la significación y trascendencia de las obras de
arte brilla por su ausencia. Asistimos a un fenómeno de confusa excentricidad cocinada por
el abuso estético del realismo virtual. Pero al mismo tiempo, algunos artistas convierten su
propia insatisfacción en la antesala de una introspección y reconciliación con lo divino, único
atajo protegido contra las corrientes decadentes del pasado siglo. Afortunadamente, todavía
hay artistas que mantienen viva la conciencia de lo sagrado y anteponen la búsqueda de lo
esencial a los galimatías del árido submundo propuesto por los amantes de la ciencia
empírica.
Mónica: (que estaba escuchando la conversación desde el principio) Yo creo que el
siguiente gran movimiento del arte occidental está por nacer. Y no lo hará del cuerpo o de la
mente, sino del alma espiritual y de la conciencia transpersonal como lo haces tú. El mundo
en general y los espiritualistas en particular están a la espera de los grandes
acontecimientos artísticos pertenecientes a los altares de la religión original (la primitiva
doctrina del amor), que habrá de convertirse en la genuina compasión predicada por Buda y
ejemplificada por Jesucristo, pero establecida de manera mucho más rotunda y seductora
por el Señor Caitanya –según he podido comprobar desde que te conocí.
Jivatamas: Esperemos que así sea. Hasta ahora, entre los budistas, cristianos, y
musulmanes que yo conozco no he visto nada esperanzador. Prevalecen los estereotipos o
clisés. Entre los devotos de Krishna esparcidos por todo el mundo, sí hay algunos que
comienzan a balbucear el nuevo lenguaje (necesariamente ecuménico) de una verdadera

90
reconciliación con Dios, de la que el arte y el mundo saldrán favorecidos. De hecho,
comparado con hace un siglo, hoy en día el yoga y la meditación se practican en una
proporción mucho mayor. Tengo la impresión de que las experiencias místicas de algunos
artistas actuales están obligando a redefinir los puntos de vista sobre la conciencia o
realidad infinita del propio ser. Ya se ven muchas obras con innovadoras sugerencias de
profunda huella espiritual. Tanto la experiencia mística como la vivencia espiritual no son
una mera ensoñación fantástica de tipo emocional como muchos creen. La prueba es que la
búsqueda de la verdad a través de estas experiencias ha conducido a varios artistas
contemporáneos como, por ejemplo, Tapies, a una profunda sensación de estar en
contacto con el infinito contenido en la eternidad del momento. En una entrevista que leí en
El País este pintor catalán declaró: “Lo único que puedo decir es que me siento tocado por
la manera en que cualquier objeto puede estar vinculado con la totalidad universal. Yo
pienso que todo está vinculado, que todo debe estar vinculado. Ser artista consiste en
establecer una relación entre cosas materiales que, por su orden, establecen una relación
con las cosas espirituales”. Aunque en estas declaraciones no haya indicios de que la meta
suprema de la vida es desarrollar devoción por Krishna, sin embargo tampoco es contraria a
la concepción védica del arte (elevar al espectador al yoga), y encarnan la actitud poco
frecuente entre artistas de concebir el arte como instrumento idóneo para cultivar la
espiritualidad.
Bhaktidas: (que hasta ahora había permanecido aparte conversando con unos
visitantes) No sé bien que habrán hablado antes, pero concuerdo con lo último que
escuché. Quienes buscan seriamente la verdad, consideran el arte como un proceso de
transformación interior, un trabajo de alquimia mediante el cual obra y artista se convierten
en auténticas piedras de toque. De hecho, a través del don divino de la creatividad, los
verdaderos artistas logran revelar sentimientos profundos relacionados con las más
importantes verdades de la vida. Entre lo que podríamos denominar “élite de artistas de
nuevo cuño”, se encuentran los meditadores; los que veneran lo sagrado y exploran la
realidad suprema de lo visible e invisible, trascendiendo su propia dualidad a medida que
descubren la esencia única de los opuestos. Algunos de ellos consiguen reflejar en sus
obras el espectro de la conciencia que va desde la percepción material hasta el
pensamiento espiritual..., pero suelen ser muy pocos.
Mónica: Esto me recuerda al psicólogo Abraham Maslow, el cual estableció que en los
seres humanos hay una necesidad biológica de trascendencia y que la experiencia
trascendental tiene una fuerza curativa. Muchos artistas han descubierto que la vida es una
senda de transformación, y han comprendido que la estructura espiritual es una realidad
conjunta entrelazada con la estructura del mundo material. Por ejemplo, Mondrian articuló la
necesidad de ir de la mera naturaleza a más allá de la naturaleza. El dijo que “mientras lo

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natural se vuelve más y más automático, vemos el interés de la vida cada vez más sujeto a
lo espiritual”. Según él la vida humana no está dirigida hacia lo material ni hacia lo
emocional [cosa-cuerpo], sino hacia una autonomía consciente. El concibió la vida como
“una abstracción concretizada en formas o episodios perceptibles a escala sensorial y
emocional, cuya esencia es y siempre ha sido abstracta”.
Jivatamas: Suena bien, creo que tiene razón. Aunque, para mí, sólo el artista que
desarrolla su conciencia espiritual es quien percibe conscientemente la abstracción de la
emoción que hay en la belleza y la convierte en realidad vital de lo abstracto. Cuando, a
través de su obra consigue reflejar su profunda visión de la naturaleza, el verdadero artista
trasciende la realidad de la vista y de la idea, y beneficia a sus semejantes conectándolos
con el núcleo místico de lo divino.
Carla: (mirando su reloj y hablando en nombre suyo y de Fernando) ¡Qué lindo lo que
acabas de decir! Nos gustaría continuar hablando de estos temas, pero como de costumbre
estamos apurados y tenemos que irnos ya. Nos veremos en tus pláticas de los miércoles.
Jivatamas: De acuerdo, continuaremos hablando el próximo miércoles. Creo que es
bueno profundizar estas reflexiones que de por sí nos ayudan a crecer...

El lunes por la mañana todos menos Bhaktidas se fueron a Montevideo para apoyar a
Elena en una demostración de yoga (acordada telefónicamente por ella desde Córdoba
antes de venirse) y para conocer un poco la ciudad. Por la tarde se presentó Mónica en la
casa de Bhaktidas y se quedó conversando con él hasta la noche sobre literatura y otros
temas.

Mónica: (caminando tímidamente por el interior de la casa) ¡Hola! ¿Hay alguien aquí?
Bhaktidas: (bajando lentamente la escalera) ¡Hare Krishna! ¡Bienvenida! ¡Adelante!,
¿Cómo estás?
Mónica: Bien, ¿dónde están los chicos?
Bhaktidas: Se fueron a Montevideo, volverán más tarde. Ven, cuéntame cosas mientras
preparo un té... –dijo invitando a Mónica a pasar a la cocina.
Mónica: En realidad no tengo mucho tiempo. Sólo pasé para saludarlos y para transmitir
un mensaje a Jivatamas.
Bhaktidas: Si gustas me lo das a mí y se lo comunico apenas llegue.

Transcurridos algunos minutos, el devoto y la periodista se sentaron a tomar el té en el


jardín teniendo como telón de fondo el recién iniciado proceso del atardecer...

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Mónica: A veces me quedo trabada a mitad de lo que voy escribiendo y no se me ocurre
cómo seguir. ¿No te pasa nunca?
Bhaktidas: Por supuesto, yo soy un aprendiz, imagínate las dificultades que tengo que
enfrentar. Lo que no me pase a mí... A veces me atranco porque estoy muy cansado o
porque tengo otras cosas en la cabeza. Escribir exige atención y entrega, como la
meditación. En realidad es una prolongada e intensa meditación. En realidad, la intensidad
meditativa es la que provoca el caudal de la inspiración.
Mónica: ¡Caramba!, eres todo un experto en radiografiar la cuestión de escribir.
Jivatamas me ha hablado mucho de ti, pero yo nunca había tenido la oportunidad de
comprobar tu talento como ahora...
Bhaktidas: Bueno, ahora que somos vecinos, seguramente tendremos muchas
oportunidades de conversar...
Mónica: (entre cortante y apenada) Relativamente.
Bhaktidas: (sorprendido) ¿Porqué?
Mónica: Jivatamas me ha invitado a que vaya a Italia para conocer a su familia y para
que pruebe estar allí una temporada a ver si me gusta su país para quedarme a vivir con él.
Yo creo que todo esto es un poco precipitado, pero confieso que me atrae la idea de
conocer Italia.
Bhaktidas: Italia no está mal, depende de lo que tú quieras hacer allá.
Mónica: Yo soy básicamente reportera, pero lo que realmente me atrae es escribir
novelas...
Bhaktidas: Tú eres joven y... para mí... yo prefiero Punta del Este a cualquier lugar del
mundo. Escribir como yo escribo (sin mucho oficio y con el deber moral de reflejar fielmente
el conocimiento védico) es una temeridad y no puedo exponerme a vivir en lugares
demasiado dispersivos como Europa en general, e Italia en particular. Italia es muy linda,
pero a mí me distrae mucho.
Mónica: Yo creo que la temeridad de esparcir palabras sobre una hoja de papel en
blanco es una aventura peligrosa para cualquiera y en cualquier lugar. A mí me convierte
automáticamente en perpleja transeúnte de un espacio poblado de ideas interminables que,
al agruparse en cada nuevo amanecer, se divierten conmigo instándome a explorar una
misteriosa dimensión. Pero en eso consiste precisamente la atractiva tarea de escribir, ¿no
crees?
Bhaktidas: La experiencia de escribir es interesante pero, como todo camino
inexplorado, tiene sus trampas. A mí, cada vez que escribo me embarga un temor irracional
que la duda escéptica convierte en pánico. Sin embargo, yo asumo el reto lo mejor que
puedo con la esperanza de recorrer algún día los caminos reales de la trascendencia
aprendiendo cosas y reflejándolas en lo que escribo. En verdad, tengo la ambición de

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caminar mucho e ir dejando huellas orientadoras para los futuros caminantes. He pasado
muchos años hablando compulsivamente acerca de muchos e importantes temas
trascendentes aprendidos de mi maestro, y ahora quiero testimoniar por escrito todo lo que
comprendo en la etapa más madura y fértil de mi vida. Oro al Señor para que mis pasos no
tracen rutas falsas.
Mónica: Creo que sé a lo que te refieres. Es como si en la dicha de escribir hubiese
néctar y veneno. Quizá porque se origina en la mente (cándida y dúplice a la vez) no sea
tan fácil establecer un cierto control de calidad... En lo personal, raramente me siento
satisfecha. Con frecuencia, las ideas que se agitan en el fondo de mi alma, ansiosas de
convertirse en palabras, subyugan mi inteligencia y la transforman en arpa de concierto…
Luego, cada vez que ésta suena, experimento simultáneamente espasmos de tristeza y
alegría; una ensalada de emociones contrapuestas que me proyecta a los cielos e infiernos
de la tierra, donde mi alma se siente en completo desamparo... Quisiera que no me pasara
esto pero me pasa, sobre todo ahora que, con lo que me va contando Jivatamas acerca de
la conciencia de Krishna, me pongo en crisis cada dos por tres...
Bhaktidas: Tienes que tomártelo con calma. No traslades tus conflictos de escritora a tu
nuevo proyecto de desarrollo espiritual. Es un proceso natural y tienes que darte tiempo, lo
que hoy no comprendes lo comprenderás mañana.
Mónica: Gracias “colega”. Ahora, ¿cómo definirías tú el fenómeno de la inspiración? A
mí me cuesta mucho escribir por encargo, en cambio, cuando me dejo llevar por la
inspiración puedo escribir horas y horas sin parar.
Bhaktidas: Para mí, la cuestión de la inspiración no es un chispazo casual; es la punta
de un iceberg gestado en el curso del tiempo (meses, años, vidas) que de repente aparece
como si fuera algo meramente fortuito. Yo creo que el período de gestación de una obra es
impredecible, y que éste debe ser respetado y valorado como un deslumbrante amanecer
después de muchos días nublados; como los dolores de parto previos a la manifestación
explícita de lo oculto; o de los mágicos indicios de lo sublime contenido en todo cuanto
existe.
Mónica: ¿Cómo haces tú para componer? Cuando yo escribo un reportaje procuro
responder las clásicas preguntas: “¿De qué se trata? ¿Cómo, cuándo y dónde ocurrió? y
“¿Qué pasó después?”. Con la narración de una novela me siento más cómoda pero a
veces me cuesta, no sólo estructurarla, sino mantener el ritmo sin agotar prematuramente el
tema o disminuir el grado de interés de la acción y el argumento. ¿Qué reglas empleas tú?
Bhaktidas: Yo no escribo novelas todavía, pero en general me parece que en una
composición artística no hay reglas fijas. Desde luego hay ingredientes que no deben faltar:
armonía, belleza, sentimiento y, en lo posible, una significación profunda que eleve la
conciencia de la gente. Para una persona con inquietudes espirituales como nosotros el

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trabajo creativo es una necesidad vital. No importa cómo lo hagamos, lo importante es que
lo hagamos. Puede que nos sintamos mejor por la mañana, o por la noche. Puede que
necesitemos silencio, estar descansados, o estimulados por vivencias, o referencias
relevantes. Nuestro ser almacena recuerdos de pasión, dolor, alegría, tristeza, e incluso
momentos de plenitud con diferentes matices espirituales. Hay que buscarlos. Para acceder
a ellos, trasladarnos a su esfera mágica, o recorrer sus entrañas virtuales, hemos de
sintonizar con las impresiones que nuestra memoria sin tiempo guarda en nuestro interior.
Nuestra mente puede que pierda la noción de nuestras emociones profundas, o incluso las
distorsione a su manera, pero nuestro ser las conserva porque naturalmente se aferra a la
verdad. Al adentrarnos en nuestro ser descubrimos que en el corazón es donde se
encuentra la “razón” del arte. Si logramos identificar el caudal de sentimientos inspirados
que desde tiempo inmemorial almacena nuestra alma, debemos dejarlos fluir facilitando que
ellos mismos se derramen (tal vez escuchando alguna música, meditando, leyendo algo
tocante, o permaneciendo silenciosamente recostados para relajar tensiones). Con un poco
de paciencia, el parloteo mental desaparecerá y las ideas brillantes brotarán en un repentino
florecimiento primaveral de palabras apropiadas. En nuestro ADN espiritual hay más
sabiduría de la que imaginamos. No tenemos que inventar nada sino estimular nuestra parte
divina para que se sienta desinhibida y se exprese por sí misma sobre la computadora o el
papel...
Mónica: Comprendo lo que dices, pero soy tan bruta... A veces creo que mi vocación de
escribir es poco consistente y, a pesar de que no me desagrada ser su esclava, me asusta
que mis palabras sólo sean pompas de jabón en vez de soles cargados con luz propia…
Bhaktidas: Dímelo a mí... Yo creo que eso nos pasa a todos los que escribimos, pero no
debemos desanimarnos nunca. Las palabras son semillas de verdades y, como ya dije, el
semillero inagotable está en el propio corazón... En mi caso, yo quiero cultivar y cosechar el
conocimiento clave para todas las necesidades de la vida; aquél sin el cual, las grandes
verdades de los Vedas sólo pueden entenderse a medias: el que permite alcanzar una
comprensión fecunda de todos los misterios de la vida y de la eternidad que la contiene
desde siempre. Mi máxima aspiración es diseñar con palabras mapas de conciencia que
permitan a todos los seres comprenderse, reconocerse y comportarse como entidades
espirituales conscientes, cuyas innumerables potencialidades son cualitativamente iguales a
las de su Padre original.
Mónica: Eso es lo ideal. A mi juicio, escribir no es una excusa para vivir huyendo, sino
una decidida reivindicación de lo sublime; un ajuste equilibrante de energía entre el cielo y
la tierra que a través de la morfología verbal logra hacer la propia vida utilizando al escritor
como instrumento. En mi calidad de “instrumento”, entiendo la vida como una excusa para

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escribir; una oportunidad para liberar una serie de personajes ocultos que habitan en mi
interior esperando darse a conocer...
Bhaktidas: ¡Excelente! Ahí si que vamos bien... Yo creo que escribir es terapéutico, que
cura y previene contra la melancolía. Lo importante es ser constante y trabajar sin
preocuparse demasiado de lo que vaya a ocurrir después. En 1845, Flaubert escribió a su
colega Alfred Poittevin: “Trabaja, trabaja, escribe todo lo que puedas, tanto como tu musa te
arrastre. Es el mejor corredor, la mejor carroza para avanzar en la vida. El cansancio de la
existencia no nos pesa sobre los hombros cuando componemos. [...] Busca cuál es tu
naturaleza y estáte en armonía con ella. ‘Sibi constat’ dice Horacio. A esto se reduce todo.
Haz como yo: rompe con el exterior, vive como un oso –un oso blanco–, envía todo a la
mierda, todo y a ti mismo con ello, menos tu inteligencia. Hay ahora mismo un espacio tan
grande entre el resto del mundo y yo que a veces me sorprendo al oír las cosas más
naturales y más sencillas”.
Mónica: Concuerdo plenamente con eso; creo que tenemos que seguir nuestra propia
vocación cueste lo que cueste. Sin embargo, de momento yo no puedo salir del mundo y
vivir del aire. Tengo que trabajar en lo que la vida me va poniendo por delante y tal vez
algún día... A propósito, veo que se me ha hecho tarde y será mejor que me retire ya, antes
que amanezca. Tengo tantas cosas por hacer que no me puedo dar el lujo de trasnochar.
También me da pena haberte robado tanto tiempo, pero te aseguro que me ha ayudado
mucho hablar contigo esta noche...
Bhaktidas: Comprendo; si tienes que irte no te retengo, pero no te preocupes por mí, ni
creas que sólo has sido tú la beneficiada...
Mónica: Entonces me gustaría consultarte algo que me preocupa desde hace muchos
años y que todavía no he podido hablar con nadie por razones obvias.
Bhaktidas: Sea lo que sea, puedes confiar en mí. Yo pondré lo mejor de mi parte para
entenderte y ayudarte. Puedes contarme lo que quieras...
Mónica: ...Pues resulta que desde la infancia hasta la fecha he sentido un fuerte
rechazo hacia la vida que me ha hecho vivir angustiada incluso en los períodos de mayor
comodidad. A veces me pregunto: “¿Qué sentido tiene existir, aun teniendo ciertas
facilidades que muchos otros no tienen?” En algunos momentos me siento como si
estuviera “condenada” a existir. Incluso cuando tengo iluminaciones súbitas a través de la
meditación, después de un momento no le veo la gracia. Mi vida tiene bajadas y subidas. A
veces tengo períodos de mucha animación derivada de grandes satisfacciones personales
pero en el fondo siempre estoy descontenta con la vida porque me parece una tomadura de
pelo. Es como si la única manera de vivir sin angustia fuese dejarse arrastrar por la
corriente como los demás.

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Bhaktidas: ¡Bienvenida al club! ¿Por qué no pruebas a verlo de otro modo? Prueba a
interpretar tu rechazo a la vida como una dádiva que favorece el desapego, como una
ayuda para acumular sensatez, vibrar diferente y no atraer nada mundano hacia tu persona.
No cometas el error de querer “ser como los demás”. Las personas que no tienen el tipo de
angustia que tú tienes, todavía están perdidas; tú ya te has encontrado. Encontrarse
significa “saberse perdida” y darse cuenta de que uno está en el lugar equivocado.
Mónica: Okay, pero aún así, siento rechazo por la vida, no me gusta vivir... Cuando
estoy con Jivatamas, me siento bien, como si fuese otra persona, pero esto refuerza mi
sospecha de que sólo en ilusión es posible soportar la vida. Entonces, ¿cuál es la gracia de
este juego en el que una siempre lleva las de perder?
Bhaktidas: Tu rechazo por la vida material es comprensible. Tu alma busca
ansiosamente la felicidad, tal como una planta busca la luz. Todavía conserva en su
memoria sin tiempo el recuerdo de una felicidad sublime y eterna que aquí no encuentra.
San Agustín escribió: “Nadie puede desear con firme voluntad lo que no conociera con
cierta noticia. Lo totalmente olvidado ni siquiera lo podemos buscar”. La vida en la tierra no
nos gusta porque no es compatible con la naturaleza espiritual de nuestra alma. Ella es
eterna y aquí todo es temporal. El sentimiento de rechazo hacia la vida material demuestra
la existencia de su contraria en la memoria. Y el hecho de que todo lo que buscamos esté
almacenado en la memoria demuestra que somos memoria y que si queremos encontrarlo
tenemos que acudir a ella.
Mónica: ¿Cómo?
Bhaktidas: Integrándonos con el alma del acontecer. El acontecer está “preñado” de
indicios y respuestas que sólo son advertidas cuando uno se arma de paciencia. Un antiguo
filósofo dijo una vez que hay algunas cosas que sólo pueden ser entendidas “yendo hacia
ellas” y permaneciendo en su presencia silenciosamente. Después de un tiempo, la cosa
que deseamos entender fluye en nosotros y nos revela su real naturaleza.
Mónica: Yo me hago un lío cada vez que trato de comprender la realidad. ¿Qué es la
realidad?
Bhaktidas: En principio, la realidad es inexplicable debido a que, ni se nos revela en su
totalidad, ni tenemos la capacidad de percibir todo lo que ella puede revelarnos.
Mónica: Intuyo que debe ser sublime e inmensa, pero mientras yo no la vea…
Bhaktidas: El hábito de llamar realidad a lo que se ve e irrealidad a lo que no se ve, es
la forma más primitiva de concebir lo real. La realidad no tiene bordes ni perfiles que la
hagan reconocible como un conglomerado estético. No tiene edad, horario, color, sabor o
cualquier factor vital que la haga más especial en un plano que en otro. La naturaleza
auténtica de lo que es está igualmente presente en lo tangible como en lo intangible. Lo
real, nosotros incluidos, es un fluido vital que sólo es noticia cuando se “materializa”. Pero la

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materia no es la única realidad existente. El mundo físico es sólo una porción escasa de la
realidad total, cuyo trasfondo imperceptible es mucho más vasto. Gracias a los libros de
Srila Prabhupada, podemos entender que lo que el hombre clásico denomina “naturaleza”,
es el reflejo ilusorio de una inconcebible realidad trascendental ampliamente documentada
en la milenaria literatura védica. Pero, como dijo Emerson: “Las personas sólo ven aquello
que están preparadas para ver”.
Mónica: Vaya, nunca habría llegado por mí misma a esa conclusión. Creo que debería
haberte conocido antes.
Bhaktidas: Tu toma de conciencia no tiene nada que ver conmigo, sino con los ritmos
naturales que el destino emplea para hacer ajustes en tu vida. La verdad es la que te busca
y te habla. Yo soy apenas un portavoz ocasional como cualquier otro.
Mónica: Sin embargo, tu sabiduría enciende y refresca a la vez mi alma, y la voy a
aprovechar... Hace un par de meses, una amiga me escribió y entre otras cosas me
confesaba lo siguiente: “Desde que soy adulta, todos mis días y mis noches son una agonía
porque no sé si el amor espiritual y la comprensión de la verdad son reales. Siempre los he
buscado pero nunca he podido verlos hechos realidad. ¿Estoy buscando algo que no
existe?” Después de leer esta carta quedé bastante pensativa. Automáticamente hice mío el
planteamiento de mi amiga y me asusté. Luego llegué a la conclusión de que lo que es
verdad a un nivel también lo es a otro, y me sentí peor. Ahora tengo la impresión de que
mis dudas alejan de mí la realidad que intento descubrir.
Bhaktidas: Puede ser. Vivimos entre dudas y certezas pero, ¿qué son éstas sino
sombras y destellos de la realidad nuclear del Todo? Imaginar lo que no conocemos
desfigura la realidad de las cosas, pero recuerda que, mientras estamos en proceso de
transformación, lo que no tiene sentido hoy puede tenerlo mañana. La capacidad de
imaginar es la paralela oscura de una estela luminosa que nos será revelada a su debido
tiempo.
Mónica: ¿Estás seguro? ¿No es demasiado arriesgado suponer que las cosas son
como a nosotros nos parecen? Muchos piensan que las cosas no tangibles no existen, o
que el mundo que debiera contenerlas no existe por ser un “mundo imposible”.
Bhaktidas: Esos criterios están errados. En la Totalidad completa nada está
“desconectado” o aislado”. Bajo la apariencia caótica de los fenómenos relacionados con
nuestra existencia, subyace una armoniosa estructuración de elementos semejante a una
auténtica sinfonía coral. La gaviota vuela, el perro ladra; ambos se ignoran, ambos
desconocen dónde están, quienes son y porqué son lo que son; pero todos ellos forman
parte de un conjunto armónico. Los sabios que han aprendido algo de la vida suelen decir
que “no saben nada”. Definitivamente, desde la orilla de la realidad “visible” no puede
distinguirse la realidad “invisible” de las cosas.

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Mónica: Y, mientras el martillo de la impotencia golpea nuestro corazón y lo va
convirtiendo en una delgada lámina semejante a una hoja de papel, ¿cómo interpretar las
complejidades de la vida?
Bhaktidas: Según mi experiencia, cuando uno quiere saber algo con certeza tiene que
salir de su concha y entrar en el mundo que desea conocer. Si uno se propone descubrir lo
desconocido tiene que abrir los ojos del alma y conectarlos con la luz del conocimiento
verdadero. Para ejercitar nuestra innata capacidad de percepción, San Agustín propone: “La
mente humana debe tratar de conocer ignorando y de ignorar conociendo” (Confesiones,
XII-VI-2)”.
Mónica: Yo entiendo lo que me quieres decir, pero al mismo tiempo me pregunto:
¿Cómo podemos ser plenamente humanos en vez de simples humanoides?
Bhaktidas: Buena pregunta. Para mí, hacerla indica que estás muy cerca de hallar la
respuesta. Mediante la comprensión espiritual es posible recuperar el sentido de la
idoneidad, incluso en las situaciones más confusas. La vida humana está constituida por
experiencias cíclicas, cuyas órbitas deben ser completadas a fin de recuperar la plenitud
consciente y poner fin a los deseos materiales. Pasamos la vida distraídos con asuntos
ajenos a los nuestros. Creemos comprender lo esencial pero aún nos influye lo banal.
Confundimos el deseo con la necesidad. Nos importa más lo que piensan otros que lo que
nos dicta el corazón. Obramos por infatuación, no por convicción... Es un problema general.
Si algún día despertamos nos daremos cuenta que, no sólo nunca hemos estado
despiertos, sino que todavía nos sentimos inclinados a asumir roles que, como seres
espirituales, no nos corresponden.
Mónica: Pero mientras tanto, ¿qué hacemos los que aún no sabemos qué somos y qué
nos corresponde hacer? ¿Cómo saberlo mientras el miedo nos hace adoptar patrones de
conducta equivocados? Según me dice Jivatamas, “la natural evolución de la conciencia es
el mejor aliado para liberar nuestra inteligencia de la progresiva artritis que la atrofia”, pero
yo no estoy tan segura.
Bhaktidas: Poco importa si lo que hacemos ocasionalmente es más o menos apropiado,
lo importante es no dejarnos atrapar por conformismos de ninguna especie. El conocimiento
espiritual no hay que buscarlo en ninguna parte, subyace en nuestro interior; lo único que
tenemos que hacer es sacarlo afuera. Las imperfecciones son irrelevantes, lo relevante es
saber quiénes somos y cual es nuestro deber. El despertar de la conciencia trae consigo
libertad y serenidad interior que ninguna emoción puede adulterar.
Mónica: La meditación trae consigo una notable habilidad de autocontrol pero, ¿qué
tenemos que hacer para ver lo que aún no vemos?
Bhaktidas: La respuesta obligada es “despertar la conciencia original”. Como Jivatamas
ya te habrá informado, existe un método sencillo y eficaz. La vibración de los sonidos

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espirituales o mantras, despierta la conciencia, purifica la mente y restaura la inteligencia
espiritual. Por ejemplo, el mantra Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare /
Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare (nombres de Dios en sánscrito), limpia el
corazón y permite alcanzar la trascendencia. La vida da muchas vueltas; lo que ayer
parecía confuso hoy puede volverse claro y mañana más claro todavía. A las personas que
desarrollan plenamente su conciencia no hay nada que las haga titubear porque obtienen
una visión privilegiada y un gran sentido de la idoneidad. Ellas logran abrir caminos en la
tupida selva de los “imposibles” y pautar conductas adecuadas para cada fase de la vida.
Mónica: Teóricamente suena muy bonito pero en la práctica las cosas siempre suelen
ser distintas...
Bhaktidas: Tal vez, pero con un poco de constancia nada es imposible. En realidad,
poco importa lo que hacemos, pensamos o sentimos; lo que importa es despertar la
conciencia y vivir con genuino desapego. La atención debe estar concentrada en el
presente, en lo que nos es concedido a cada instante. Cada respiración entraña la
posibilidad de vivir en paz y renovarnos sin dejar de ser quienes somos desde siempre.
Cada respiración nos trae nuevas experiencias y crea nuevo espacio para la siguiente...
Mónica: Creo que te entiendo. “Mudan los tiempos, mudan las voluntades” –decía el
poeta portugués Camoes. Pero, ¿cómo saber cuando una etapa llega a su fin? Yo entiendo
que vivir es completar ciclos. No importa lo que cueste, lo importante es dejar enterrados en
el pasado los momentos de la vida que nunca volverán. Todo eso lo tengo claro pero, aún
así...
Bhaktidas: Comprendo tu inquietud. Podemos decidir no dar un paso más hasta que
entendamos por qué algunas cosas de la vida se convierten en polvo de repente. Pero eso
es perder el tiempo. Dicen por ahí, que “mientras el tímido reflexiona, el audaz va, triunfa y
vuelve”.
Mónica: Pero, digan lo que digan, “en la vida no todo es color de rosa”.
Bhaktidas: La vida es un complejo enigma que hay que descifrar evitando las áridas
especulaciones que desgastan y enloquecen. Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es
no momificar recuerdos ni configurar lo que no existe. Lo hecho, hecho está. Por doloroso
que sea, es importante destruir recuerdos, cambiar de casa, desprenderse de ciertas
pertenencias. Alguien dijo: “Camino ya recorrido no debe volverse a andar”. El hábito no es
una necesidad. Adoptemos actitudes sensatas antes que sea demasiado tarde. Las
reminiscencias del pasado no encajan con nuestra actualidad. Cerremos la puerta,
cambiemos el disco, limpiemos la casa, sacudamos el polvo. Seamos quienes realmente
somos desde siempre.

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Mónica se quedó callada. Aunque ella no puso demasiadas expectativas al hablar con
Bhaktidas, durante una breve pausa de silencio sintió que había valido la pena conversar
con él. Ahora veía todo muy distinto, como si de repente se hubiese abierto un agujero en
su mundo por el que le era posible divisar el infinito, compuesto de innumerables planos de
existencia exentos de dramas y conflictos. Todavía era una sensación vaga y poco definida,
pero presentía que a partir de entonces su vida iba a ser distinta, y que lo “distinto” le abriría
nuevos caminos hacia lo desconocido... Pasada la medianoche, cuando Mónica se estaba
despidiendo de Bhaktidas, llegó Jivatamas, quedando muy sorprendido al verlos juntos.

Jivatamas: ¿Qué hacéis aquí “en medio de la nada”? –dijo burlonamente.


Mónica: ¿No te alegras de vernos?
Jivatamas: Claro que me alegro, para mí es un regalo encontrarme con las dos
personas que más quiero en este mundo, pero la verdad no me lo esperaba, soy muy
afortunado.
Mónica: ¿Y tú? ¿Dónde estuvo mi “afortunado” galán durante tanto tiempo? ¿Dónde
están los demás?
Jivatamas: ...Los demás se quedaron en Montevideo con sus amigos del yoga. Dijeron
que volverían el miércoles para mi charla en la Galería de Arte.
Mónica: Yo estuve hablando largo y tendido con Bhaktidas, abusé de su paciencia pero
aclaré un montón de cosas.
Jivatamas: ¡Qué bueno! Así tendré menos trabajo...
Mónica: No seas grosero por favor.
Jivatamas: Disculpa, no era mi intención. Sabes que me gusta bromear... A veces no
distingo entre lo que está bien y lo que está mal. Es un defecto de familia...
Mónica: (esbozando una amplia sonrisa para los dos) Quiero aprovechar lo que acabas
de decir para aclarar algo mío, especialmente ahora que los tengo a los dos juntos. “Lo que
está bien” y “lo que está mal” es un tema de debate en el que los humanos siempre
queremos tener razón. Creemos que, por el hecho de ser nuestros, nuestros puntos de vista
tienen que ser correctos. ¿Qué nos induce a sostener que nuestras hipótesis son siempre
ciertas? Este fenómeno común, y en cierto modo pintoresco, debe tener alguna explicación
que lo justifique. A mi modesto entender, en el momento de dilucidar sobre la calidad moral
de nuestros actos nos encerramos en la cabina de la “presunta inocencia” y desde allí
coloreamos a nuestro antojo las partes más descoloridas de nuestro comportamiento
negligente.
Bhaktidas: Lo que pasa es que al analizar nuestro comportamiento, nos mortifica
detectar errores y defectos. Dado que, en su mayor parte, ellos son producto de nuestras
creaciones mentales automáticas, operan por cuenta propia sin el debido control del yo.

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Representan las malas costumbres adquiridas involuntariamente debido a las influencias
culturales y sociales de donde hemos vivido hasta la fecha.
Mónica: ¿Cómo saberlo con certeza?
Bhaktidas: En primer lugar, porque no coinciden con nuestras intenciones, y en
segundo porque nos sorprendemos de nosotros mismos cada vez que incurrimos en alguna
negligencia.
Mónica: Me gustaría que comentaras algo acerca de la presunción.
Bhaktidas: Yo no soy muy experto, pero creo que sin despertar la conciencia la visión
de la realidad siempre es turbia e inexacta. Uno presume cuando no asume. Dicen que los
necios se precipitan donde los ángeles ni se atreven. Por orgullo rendimos culto a nuestras
interpretaciones incorrectas. La ignorancia nos hace presuntuosos. Todos opinamos sin el
debido fundamento, pero todos creemos tener razón. Suponemos que lo que pensamos es
correcto aun cuando nuestras hipótesis son disparatadas. El intelecto razona sobre
elementos de juicio preestablecidos pero no detecta la diferencia entre lo correcto y lo
incorrecto. Esa capacidad pertenece a la conciencia. La mayoría de nosotros somos
demasiado irreflexivos. Pero aun así, si miramos hacia dentro con un poco de atención
podemos encontrar una luz que ahuyente el fantasma de la presunción de forma natural.
Mónica: A veces siento que la vida es injusta conmigo y a veces creo que soy
demasiado indulgente conmigo misma. Yo sé que todo esto es un vaivén emocional
causado por mi descuidada manera de vivir, pero en los momentos de confusión siento gran
desazón y hastío, y una extraña sensación de desamparo se apodera de mí sin que yo
pueda hacer nada para atenuarla o superarla.
Bhaktidas: La noche crea una atmósfera propicia para las confidencias. Hace unos días
me sentí deprimido y escribí lo siguiente: “Considera el lado brillante de la vida. Espera que
se manifieste lo mejor de ti. No te precipites. Ten paciencia. Recuerda que eres libre. De ti
depende dar vuelta al cuadro y ver qué hay al otro lado. Si te aferras al lado melancólico no
esperes calmar tus inquietudes. Ahuyenta el fantasma de tus tribulaciones con energía y
nunca te dejes arrastrar por la desesperación. Estás aquí para crear paz y ser feliz.
Alégrate. Dentro de ti hay suficiente perfección como para inundar el universo, no
desperdicies tu vida con inútiles lamentos”.

Por un momento todos quedaron pensativos. Jivatamas pensaba que a veces Bhaktidas
se parecía demasiado a él en su manera de interpretar los acontecimientos de la vida. A
veces parecía un gran sabio de otra época y a veces parecía tan ingenuo como un niño.
Jivatamas observó disimuladamente a Mónica que no parecía demasiado impresionada
con el relato de Bhaktidas.

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Jivatamas: ¡Caramba! Veo que ambos estáis realmente inspirados hoy. Esto hay que
celebrarlo, voy a preparar algo en la cocina. No se me duerman ni impacienten que
enseguida vuelvo.

Todos se fueron para la cocina. Mientras Jivatamas calentaba leche y preparaba unas
tostadas, fue comentando en voz alta sus propias impresiones.

Jivatamas: Ustedes me recuerdan a los hombres y mujeres que alcanzaron la sabiduría,


los antiguos rishis védicos. Ellos experimentaron la conciencia pura no sólo como su propia
conciencia sutil, sino como la esencia de todas las personas y cosas que los rodeaban. En
consecuencia, esos videntes vivían en un estado de unidad con Dios (sin separar su
conciencia individual de la conciencia de la Totalidad). Los rishis hablaban con base en su
experiencia directa. Percibían la totalidad de la Creación como parte del Todo ilimitado. Y
como no existe parte alguna separada del Todo, no había nada que les fuera desconocido.
Como estaban permanentemente en trance, podían conocer las leyes de la naturaleza y los
patrones de inteligencia que rigen en la conciencia, los cuales constituyen la masa crítica de
toda realidad. Como ven, ustedes ya me han contagiado su onda mística.
Bhaktidas: Lo que pasa es que te has conectado con tu lado inspirado. Tus palabras
son muy ciertas. En la literatura védica elaborada por los rishis está contenida la fórmula del
despliegue de la conciencia a través de todos los estratos de la realidad tangible e
intangible. Así como la inteligencia que estructura la vida humana está codificada en una
cadena de ADN, la inteligencia total del universo está codificada en los Vedas. Sin embargo,
no hay análisis objetivo que pueda explicar el “secreto” último de la existencia, porque la
conciencia misma es subjetividad pura. Por tanto, al igual que los rishis, para descifrar un
código védico debemos ir a la fuente que se encuentra más allá del intelecto: la conciencia
original o de Krishna, debidamente desarrollada en toda su magnitud..
Jivatamas: Si los devotos nos oyeran hablar así, dirían que estamos “desviados”.
Bhaktidas: ¿Tú crees? Tal vez nuestro lenguaje de ahora es distinto al de los viejos
tiempos. Pero te aseguro que esencialmente no diferimos del siddhanta védico o
conocimiento conclusivo. Tampoco debemos subestimar a los devotos, no todos son
iguales, algunos entienden más de lo que parece; lo que pasa es que desde hace muchos
años están ceñidos a un lenguaje estándar y no han tenido la oportunidad de desarrollar su
propia manera de expresión.
Jivatamas: A mí me han dicho muchas veces que estoy “perdido”, “en maya”,
“desviado”, y no sé cuantas cosas más.
Bhaktidas: Ellos lo dicen por vicio; porque se han habituado a ver la realidad desde su
vieja y cómoda trinchera. Pero si uno los comprende no hay cuidado. Por desgracia, entre

103
los miembros de la institución hay mucho analfabetismo cultural desde el cual todo lo que
no coincide con el lenguaje y el criterio del rebaño es considerado falso. Abundan las
personas con escasa capacidad de asimilación de la filosofía de la conciencia de Krishna
que, por lo mismo, se fanatizan fácilmente. Aunque algunos devotos son brillantes en citar
de memoria ciertas estrofas de las Escrituras, sólo lo hacen para impresionar. La realización
espiritual no es tan rápida y fácil como parece, pero no te preocupes, con el tiempo ellos
también aprenderán.
Jivatamas: Ellos argumentan que Srila Prabhupada enfatizó que para predicar bastaba
repetir lo que Krishna dijo.
Bhaktidas: Por supuesto. Pero Srila Prabhupada también dijo que tenemos que
presentar la filosofía con nuestras propias palabras.
Jivatamas: Pero al emplear sus propias palabras ellos lo tergiversan todo y arremeten
contra lo que no comprenden.
Bhaktidas: Sí. Tendrá que pasar mucho tiempo para que los neófitos comprendan lo
que les hace falta y los eruditos descubran sus errores. Unos y otros son demasiado
audaces. Todavía no han realizado que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
Pero como digo, con el tiempo cambiarán. Cada uno de nosotros tiene su propia velocidad.
Hace años tampoco nosotros éramos como somos ahora.
Jivatamas: ¿Entonces el proceso de la conciencia de Krishna no purifica y transforma al
individuo de inmediato?
Bhaktidas: Claro que sí, la prueba es que cambia “de inmediato” su actitud ante la vida.
Pero la total transformación de la conciencia no se logra de un día para otro. En teoría, el
proceso de transformación puede ser instantáneo, como afirmaba Srila Prabhupada, pero
eso sólo ocurre raras veces. En la mayoría de los casos la transformación de la conciencia
lleva tiempo y para muchos no llega a completarse en una sola vida.
Jivatamas: Pero por lo menos, los devotos antiguos que enseñan la filosofía, los swamis
y los maestros, ellos sí deben haber comprendido y realizado...
Bhaktidas: No creas. La urgencia en divulgar la filosofía a todo el mundo ha contribuido
a que muchos devotos figuren como instructores espirituales sólo por tener una cierta
habilidad dialéctica para hablar, pero eso no quiere decir que hayan realizado lo que
predican. No hay que reprobarlos por eso, pero sí hay que esclarecer criterios y tomar
conciencia de los hechos.
Mónica: Perdonen que me entrometa, pero a mí me han contado que en Rsikesa,
después que un grupo de personas meditó por mucho tiempo, una de ellas se cansó de
meditar y decidió leer la Bhagavad-gita para poder salirse de la meditación. Pero cuando
abrió el libro leyó: “No leas libros. Medita”.

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Bhaktidas: La Bhagavad-gita no dice eso, o por lo menos no lo dice de ese modo. En el
capítulo 9, verso 34, Krishna dice: “Piensa siempre en Mí, conviértete en Mi devoto,
ofréceme reverencias y adórame. Estando absorto en Mí volverás conmigo”. Él enfatiza la
práctica de la meditación pero también especifica cuál debe ser el objeto de la meditación
(Dios mismo) para que la comunión con Él se concretice.
Mónica: Tal vez lo que yo estoy diciendo no está totalmente en línea con lo que ustedes
estaban hablando, pero me remito a las inquietudes que se me van despertando mientras
les escucho. A mí me parece que los libros de dogmas y los rituales de los templos no
debieran ser tan fundamentales; no creo que una persona tenga que depender de un libro
para alcanzar la iluminación. Según tengo entendido, Prabhupada había dicho que cantar
Hare Krishna era suficiente para obtener la liberación.
Bhaktidas: Eso es verdad, pero también es cierto que cuando predicamos las personas
nos hacen preguntas que no sabemos responder y nos plantean problemas que no
sabemos resolver. Y si no podemos es porque también tenemos las mismas preguntas que
nos hacen y los mismos problemas que nos plantean. Acumular conocimiento libresco no
nos salva, pero la comprensión y asimilación de las verdades de ciertos libros como la
Bhagavad-gita o el Srimad-Bhagavatam sí transforma nuestra manera de pensar y nos da
claves para interpretar correctamente la realidad que, al final, es lo que realmente cuenta. El
conocimiento de las Escrituras es imprescindible, sobre todo cuando todavía no hemos
culminado nuestra evolución espiritual. Con dicho conocimiento podemos actuar
perfectamente cuando aún somos imperfectos. Recuerda lo que dice Krishna en la
Bhagavad-gita (16.23): “Aquel que hace a un lado las disposiciones de las Escrituras y
actúa según su propio capricho, no consigue la perfección, ni la felicidad, ni el destino
supremo”. O esta otra cita: “Mi querido Arjuna, como tú nunca Me envidias, te he de impartir
el conocimiento y comprensión confidencial, con lo cual te verás liberado de los sufrimientos
de la existencia material. Este conocimiento es el rey de la educación, el más secreto de
todos los secretos, el más puro de todos que, debido a que da percepción directa del yo
mediante la iluminación, es la perfección de la religión” [9.1-2]. El conocimiento que Krishna
nos brinda a través de la Bhagavad-gita es el mismo que subyace dormido en el fondo de
nuestra memoria. Pero necesitamos escucharlo para poderlo despertar. El total desarrollo
de la conciencia y la asimilación del conocimiento espiritual adviene con la práctica.. Pero
mientras tanto, los “libros de dogmas” nos “prestan” las verdades que aún no hemos logrado
descubrir por nosotros mismos. Así mismo, los “rituales de los templos” predisponen nuestro
ánimo para incrementar nuestra devoción a Dios. Cuando el Señor Caitanya cantaba
públicamente Hare Krishna, a veces era retado por algunos eruditos de la época y Él les
respondía mediante las referencias de las Escrituras védicas. En tales ocasiones no
bastaba con que les dijera que cantando Hare Krishna se iban a liberar. Tenía que despejar

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las dudas de sus mentes con argumentos contundentes. La autorrealización requiere la total
reactivación de las propias capacidades potenciales. De manera que no debemos
desestimar todo lo que contribuya al pleno desarrollo de la conciencia original...
Mónica; ¡Ja, ja, ja! ¡Qué bueno es todo esto! ¡Ja, ja, ja! ¡No lo puedo creer!
Jivatamas: ¿Pero de qué te ríes? ¿Qué te hizo tanta gracia?
Mónica: No es que me ría de lo que explica Bhaktidas, sino que me da mucho gusto ver
cómo encaja todo lo que hemos hablado esta noche, ahora y antes de que tú vinieras.
Hemos hablado de la composición y del proceso creativo en la literatura, después hemos
hablado de problemas existenciales, luego de ética –cuando tú llegaste (¿recuerdas?)–, y
de muchos otros aspectos intermedios relacionados con la propia evolución de cada cual...
Y ahora me parece que todo está relacionado con lo mismo...
Jivatamas: Perdona, pero dime, ¿qué fumaste?
Mónica: ¡No seas bobo!, Deja que te explique... En literatura, una cosa importante en el
llamado “proceso creativo” es que, así como entre las palabras o notas musicales, hay que
dejar espacio (y de ese espacio depende toda su resonancia y esplendor), entre momento y
momento de trabajo creativo también hay que dejar espacio para que, estando
descontraída, una no se quede encasquillada dando vueltas a una idea o intentando
dilatarla artificialmente, mientras otras ideas frescas y geniales planean en el cielo a la
espera de una señal que les permita entrar en el espacio aéreo del “autor”. Lo ideal es
esperar a tener el momento más alto posible y trabajar a partir de ahí...
Jivatamas: ¿Y…?
Mónica: Pues que a mi modo de ver, el pobre Bhaktidas, y tú también, habéis hecho que
yo entienda que todo es perfecto, y que los engranajes de la perfección necesitan tiempo
para engranarse y transportar a una a la sublime realidad que aspira desde que nace, o
desde que empieza a escribir con el propósito de renacer. He comprendido que en la
meditación, la literatura, los libros sagrados, los rituales religiosos y todo lo que hacemos
hay proporciones, ritmos, tiempos y un sentido de ajuste universal que lo abarca todo
tornando simple lo complicado y accesible lo inaccesible. Si una comprende que todo lleva
tiempo y que hay una inteligencia superior que pone las cosas en su lugar según su propia
lógica, no debe preocuparse, pues al final esa lógica inteligente es la que hace que todo sea
armónico y trascendentalmente factible. Sólo hay que esperar a que llegue ese momento y
¡ya!... Bueno, no pongan esa cara, ya sé que soy una ignorante, pero a mi manera, esta
noche estoy viendo las cosas muy claras aunque no parezca...
Jivatamas: Mas te vale –dijo burlonamente mientras hacía el gesto fingido de agarrarla
por el cuello.
Mónica: Creo que ya es muy tarde, ¿podrías acompañarme?
Jivatamas: Me das miedo, pediré a Bhaktidas que me acompañe a mí.

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Mónica: No hables así que me acomplejas... Si quieres podemos caminar cantando
japa...
Jivatamas: ¡Ohhhh! Esta si que no me la esperaba. Ahora el acomplejado soy yo.
Mónica: (dando un abrazo de despedida a Bhaktidas) Buenas noches y gracias por tu
extraordinaria ayuda, ¿oíste?. No la olvidaré nunca.
Bhaktidas: ...Me alegra escuchar eso. A mí también me ha ayudado mucho hablar
contigo... No imaginas cuán provechosa nos resulta a todos tu presencia. Gracias por haber
venido y hasta pronto. Supongo que vendrás el domingo, al menos por la tarde.
Mónica: Claro que sí, ya me he vuelto adicta del prasada.

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Capitulo 3

Durante la semana, no hubo más encuentros. Ninguno de los amigos asistió a la charla
de los miércoles en la Galería de Arte. Jivasattva y Elena se quedaron en Montevideo hasta
el sábado, Bhaktidas se concentró en sus escritos, y Mónica estuvo muy ocupada cubriendo
los eventos de un seminario impartido por Deepak Chopra en un importante hotel del
Balneario.
El domingo por la mañana los tres devotos dieron un paseo por la playa, luego
cocinaron, y finalmente se reunieron para cantar y tener clase de Bhagavad-gita. Durante el
paseo matinal, Jivatamas sacó a colación el tema de los sueños.

Jivatamas: Vivir es soñar. Sin soñar nadie puede vivir. La gente tiene por hábito soñar
con aquello que simplemente por pensarlo se le antoja posible aunque nunca llegue a
realizarlo. La vida es una especie de encantamiento profundo del que participamos todos.
Mientras vivimos, ésa es nuestra realidad diaria. Tanto los que aman las sensaciones como
los que aman la verdad, dependen de los sueños que se adueñan de su voluntad. Los unos
se hunden en la rutina y se ciegan, y los otros se renuevan e iluminan, pero nadie puede
dejar de soñar aunque se lo proponga...
Jivasattva: A mí me parece algo confuso todo lo que dices…
Jivatamas: Porque quizás no contemplas la vida en su totalidad. La vida es como un
tejado con dos rampas de consciencia, en la que los sueños nocturnos y diurnos se
resbalan sin cesar. Instintivamente buscamos un estado neutro que nos permita trascender
ambos sueños, pero los sueños pueden más y…

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Jivasattva: A mí me parece que intelectualizas demasiado las cosas...
Jivatamas: Puede ser, pero sin abrirnos a todas las posibilidades, ¿cómo vamos a
comprender la vida? La única manera de explorar la realidad que nos constituye es
recurriendo al mapa completo de su infraestructura básica.
Jivasattva: ¿Estás insinuando que uno puede ser consciente de sus sueños mientras
sueña?
Jivatamas: Así es. Cuando la observación atenta es ejercitada exitosamente, uno
despierta la conciencia y desarrolla el hábito de detectar el significado de las cosas incluso
durante los sueños. Creo que debemos transformar la vida en una meditación continua. Los
métodos y objetivos de la meditación pueden variar pero la necesidad de saber lo que nos
pasa es sentida por el alma lo mismo que el estómago siente las ganas de comer. Mediante
una indagación profunda y esmerada podemos descubrir la diferencia entre lo soñado y el
que sueña,
Jivasattva: …Y entender que la fuente de ambos es la conciencia, supongo.
Jivatamas: ¡Por supuesto! Aunque muy pocos lo saben. Algunos autores dicen que la
vida es sueño, pero no son conscientes de estar soñando mientras sueñan. No comprenden
que el sueño es producto del soñador y no al revés. Es fácil tomar la realidad por sueño y el
sueño por realidad, pero sólo si uno logra despertar la conciencia ve el sueño como sueño y
la realidad como realidad. “Todo es sueño y yo soy lo real” –esto es lo que hay que
comprender cuanto antes, pues este conocimiento y no otro es el que trasciende la ilusión.
Jivasattva: (fingiendo no saber para hacer hablar a Jivatamas) A ver si entiendo, tú
quieres decir que los acontecimientos y experiencias que suceden en los sueños (diurnos o
nocturnos) son medios para comprender, pero que quien comprende es el ser, ¿no es
cierto?
Jivatamas: ¡Exacto! Y, si además recordamos que somos partículas del Ser Supremo y
Absoluto, nuestra conciencia puede centrarse en la causa nuclear de todo lo existente y
expandirse y abarcar todas las ramas del saber. Dudar o temer es la consecuencia de haber
perdido este centro. Pero todas las dudas y temores desaparecen con sólo vislumbrar la
trascendencia.
Jivasattva: (sonriendo levemente) Entonces, ¿tú crees que siempre estamos soñando?
Jivatamas: Así es. Despierto o dormido, soñar es inevitable. Lo que uno piensa de sí
mismo y de los otros es parte de su sueño, mas el sueño en su totalidad lo envuelve a uno
de tal manera que en ningún momento puede determinar su particular tipo de influencia. En
verdad, mientras estamos en este mundo, todos formamos parte del sueño de la vida y
nunca sabemos a ciencia cierta si existe otra realidad que nos sueñe de forma diferente a
como nos sueña la vida en el ahora.

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Jivasattva: Eso sólo es cierto en el ámbito del tiempo. Por las Escrituras sabemos que
existe otra realidad ajena a la influencia del tiempo y a las inconsistentes vivencias virtuales
de este mundo. En el Srimad-Bhagavatam, (4.29.89) se habla del sueño como un fenómeno
correspondiente a la realidad temporal: “Todo lo que ocurre en el ámbito del tiempo, que
consiste en pasado, presente y futuro, no es más que un sueño. Esa es la conclusión
secreta contenida en todas las Escrituras védicas”.
Jivatamas: Por supuesto. El sueño tiene lugar en el tiempo, que es donde estamos
situados tú y yo ahora. Pero no creas que por conocer la filosofía de la conciencia de
Krishna estamos muy despiertos que digamos. En teoría puede que sí, pero en la práctica...
Jivasattva: En la práctica yo creo que cuando uno sabe que está soñando es porque
está despierto, ¿no crees?
Jivatamas: No necesariamente. Te diré lo que decía Pascal: “Nadie tiene la certeza,
salvo con la fe, de estar despierto o dormido, ya que, mientras duerme, cree firmemente que
está tan despejado como durante la vigilia. Imagina que ve el espacio, las figuras, los
movimientos; siente correr el tiempo, se mide con él y, en fin, actúa como si estuviera
despierto. De manera que pasamos media vida durmiendo y, hasta donde podemos
entender, no poseemos ningún fundamento de que tal cosa responda a la realidad, todos
nuestros sentimientos son, de hecho, ilusiones; pero ¿quién sabe si esta otra mitad de la
vida, en la que pensamos como si estuviésemos despiertos, no será en el fondo un sueño
un poco distinto al primero, que nos hace creernos despiertos, cuando en realidad estamos
dormidos? Como ocurre cuando se sueña que se está soñando, entretejiendo así sueños
sobre sueños”.
Jivasattva: Bueno, yo sigo pensando que...
Bhaktidas: Si me permiten... el tema de los sueños tiene varias aristas y quizás por eso
excede los límites del “blanco y negro” subjetivo. Por ejemplo, León Tolstoi decía que
“nuestra vida no es más que uno de los sueños de esa otra vida real e interminable, la
verdadera vida o vida de Dios”. La verdad es que soñamos de la misma manera que
deseamos o sentimos amor. El sueño refleja el espectro estructural del alma. Según la
Sabiduría Amerindia, los sueños son materiales y también espirituales: “Los sueños
espirituales se distinguen de los sueños materiales por la intensidad de sus colores y por la
fuerza de la emoción, tal como el oro se distingue del metal ordinario. Suelen aparecer en
un espíritu sensible que mira hacia dentro de sí mismo”.
Jivatamas: Lo que yo trato de decir es que cualquier tipo de sueño es un tipo de
encantamiento que se apodera de la voluntad consciente del individuo dándole a
experimentar situaciones que mientras las experimenta constituyen su única realidad
posible. La identificación con lo falso desplaza al individuo de la esfera de la objetividad

110
siendo para él difícil de establecer la diferencia entre sueño y realidad porque en el plano
subjetivo todo parece real.
Jivasattva: Tú lo has dicho, “parece”; pero para salir de dudas tenemos la versión
objetiva de las Escrituras.
Jivatamas: Las Escrituras siempre tienen razón. Pero a lo que yo me refiero es a que
uno solamente está dominado por el sueño cuando cree que no existe otra realidad que la
temporal. Según esta creencia, soñar es dormir, pero si a pesar de estar ubicado en el
ámbito del tiempo uno es consciente de lo atemporal, el sueño deja de ser una mera ilusión
accidental y se convierte en una especie de mundo paralelo que “nos comparte” con el
“otro” mundo. Consciente o inconscientemente, todos experimentamos las dos versiones de
la realidad a cada instante de la vida.
Bhaktidas: (a Jivasattva) Jivatamas tiene razón. En cierto sentido estamos constituidos
de la misma materia que los sueños. De hecho, toda la manifestación cósmica (nosotros
incluidos) es el sueño (yoga-nidra) de Maha Vishnu. Hoy en día, incluso los que no conocen
la literatura védica comparten esta idea. Lo que no todos saben es de qué están hechos los
sueños. La Sabiduría Amerindia sostiene: “No hay sueño sin deseo, y no hay deseo sin
amor. El sueño es el lenguaje secreto del amor, su música íntima, caótica o armoniosa,
conforme al contenido de tu espíritu. De la misma manera que el Gran Espíritu sueña el
mundo y lo hace existir solamente por el poder de su deseo, quien duerme sueña con
universos que se ponen a vivir. El sueño es creador de universos”.
Jivatamas: Por tanto, sin comprender la naturaleza del sueño no podemos entender la
vida. El sueño se alimenta de nuestros pensamientos, sensaciones y recuerdos para tomar
cuerpo y volverse visible. La palabra soñada, la que se oye o pronuncia en un sueño, surge
de las profundidades del espíritu armada de un poder que la mente humana es incapaz de
producir. Cada pensamiento y cada acción eficaz comienzan siendo pensamientos y
acciones soñadas. En realidad, el sueño es el primer indicio de conciencia subjetiva que
pone de manifiesto nuestra individualidad pensante. En cierta forma, aunque uno no sepa si
está soñando o no, sólo con ver adónde le lleva la experiencia de su vida puede deducir su
estado de conciencia. La persona que sueña sin saberlo no siempre está en la ignorancia. A
veces se ve a sí misma por dentro y se agita, se debate, e incluso se espanta al contemplar
el esplendor de su propio espíritu. Mas si dicha percepción se agota es que la persona ha
sido seducida por un supuesto “despertar” en el que los soles se apagan y la oscuridad se
apodera de su imaginación.
Jivasattva: A mí me resulta muy ambiguo todo lo que ustedes dicen. Para mí, un sueño
es algo irreal, y soñar es identificarse con lo que no es.
Jivatamas: No necesariamente; no todo sueño es delirio, prabhu. Soñar también puede
ser experimentar la realidad desde adentro; no implica necesariamente dormir sino mirar

111
dentro de uno mismo. El sueño es una fiesta que el espíritu organiza para no olvidarse de sí
mismo; para no aletargarse cuando el cuerpo reposa inmóvil e indefenso, o incluso para
defenderse de la pesadilla de su entorno. Los sueños protegen a uno cuando duerme y
cuando está despierto. Es una manera de vivir, y vivir significa “hermanarse” con todo lo que
uno experimenta.
Bhaktidas: (dirigiéndose a Jivasattva) Soñamos igualmente de día que de noche, sólo
que de día estamos inhibidos y de noche no. Normalmente, una experiencia hace olvidar la
otra. En el silencio de la noche el cuerpo se abandona, y los espíritus que nuestra habitual
agitación acostumbra espantar se atreven a acercarse... Carl G. Jung decía que para
autoconocerse es muy útil esforzarse en recordar los sueños cada día, pensando en ellos
como si fuesen amigos, pues a veces aparecen de diferentes maneras para darnos un
mismo mensaje, consejo o advertencia. Lo que no hay que olvidar nunca es que somos
entidades vivientes eternas detenidas unos instantes en el tiempo mientras transitamos
hacia nuestra morada original en el mundo espiritual.
Jivasattva: Todo eso es muy confuso. Parece más una intelectualización subjetiva que
una elucidación objetiva.
Bhaktidas: Depende cómo lo mires o cómo lo interpretes. Desde mi ventana se ve muy
claro que el plano intermedio entre el mundo espiritual de donde provienen las entidades
vivientes y el mundo material donde permanecen temporalmente recluidas, es el mundo de
los sueños. Lo mismo que hemos pasado a través de él para entrar aquí, podemos
servirnos nuevamente de él para salir de aquí y encaminarnos gradualmente hacia nuestra
morada original. En el plano astral estamos desinhibidos y nos relacionamos de una manera
más libre e inocente con la vida. También estamos más receptivos para recibir mensajes de
toda índole y descifrarlos correctamente.
Jivasattva: Pero Prabhupada decía que...
Jivatamas: (algo molesto) Perdona, prabhu. Yo no sé lo que habrá dicho tu
Prabhupada, pero yo conozco un Prabhupada que dice: “A veces, en sueños, vemos cosas
que nunca experimentamos en el cuerpo actual. A veces, en sueños, pensamos estar
volando en el cielo, aunque no tengamos experiencia de vuelo. Esto quiere decir que alguna
vez, en una vida anterior, sea como semidiós o astronauta, hemos volado en el cielo. La
impresión quedó grabada en la mente, y súbitamente ella se expresa. Es algo así como una
fermentación, ocurrida en las profundidades del agua. A veces soñamos que estamos
yendo a un lugar que jamás hemos conocido o experimentado en esta vida, lo que prueba
que en una vida anterior tuvimos experiencia de ello. La impresión es mantenida dentro de
la mente y a veces se manifiesta en un sueño o un pensamiento. Concluyendo, la mente es
un depósito de varios pensamientos y experiencias que tuvimos en nuestras vidas pasadas”
[Srimad-Bhagavatam, 4. 29. 64].

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Bhaktidas: (con tono conciliador) La parte misteriosa de lo que hablamos tal vez nos la
aclare Jung. Él decía que “la percatación es el fruto tardío del alma inconsciente”. Para él el
inconsciente es un océano de conocimientos que vaga por encima de nuestras conciencias,
en el que el yo superior busca los elementos con que construir su reserva espiritual. Mas,
aparte de esta línea de pensamiento, podríamos decir que el inconsciente es la extraña
criatura que nos sueña. El propio Jung, en su libro Los complejos del inconsciente, escribió:
“Sería absurdo pretender que este inmenso esquema de experiencias de la psique
inconsciente no es más que una ilusión. Nuestro cuerpo visible y tangible es también un
sistema de experiencias en su conjunto comparables, que aún conserva las adherencias de
su desarrollo en las primeras edades. Él forma una totalidad sometida a un fin, la vida que
de otro modo sería imposible”. Y Srila Prabhupada también escribió en el Srimad-
Bhagavatam (3. 6. 36): “Cuando el cuerpo no actúa, la conciencia actúa en forma de
sueños”. Durante los sueños uno habla de lo que le sucede en la realidad como si estuviera
soñando. Uno puede tener varias personalidades mientras sueña, y muchas aventuras con
varios contratiempos o alegrías, pero siempre experimenta una coherencia natural en la
intimidad de su ser. En los sueños todo es natural como el movimiento de las olas del mar o
las estaciones del año. En cambio, despierto todo es conflicto, drama, confusión. Durante la
vigilia, todo lo que hacemos nos deja impresiones que ulteriormente repercuten en los
sueños. Pero la diferencia entre el sueño y la vigilia es que en la vigilia estamos inhibidos,
mientras que en los sueños estamos desinhibidos.
Jivatamas: ¡Exacto! En la supuesta vigilia somos esclavos del “qué dirán”, en cambio,
en el ámbito del sueño, somos libres y espontáneamente creativos.
Jivasattva: Si me permiten me quedo con esta cita de Srila Prabhupada: “¿Por qué a
veces, en nuestros sueños, vemos cosas de las que nunca oímos hablar o nunca hemos
visto en esta vida? Se afirma en el Srimad-Bhagavatam, que aunque tales eventos no
hayan sido experimentados en esta vida, ellos fueron experimentados en vidas anteriores.
De acuerdo con el tiempo y las circunstancias, ellos se combinan de tal manera que, al
soñar, veamos algo maravilloso que nunca experimentamos antes. Por ejemplo, podemos
ver un océano en la cima de una montaña, o un océano seco. Se trata simplemente de
combinaciones de diferentes experiencias en el tiempo y el espacio. A veces podemos ver
una montaña de oro, y eso se debe a que tenemos experiencia de oro y de montaña
separadamente. En el sueño combinamos esos factores distintos. De esta manera, somos
capaces de ver montañas de oro o estrellas durante el día. Concluyendo, todo esto es
invención mental, aunque realmente haya sido experimentado en diferentes circunstancias.
Son apenas cosas que se combinan en un sueño” [Srimad-Bhagavatam, 4. 29. 67].
Bhaktidas: (con mucho tacto, tratando de ampliar el tema más que discrepar) En el
sexto capítulo de Los complejos y el inconsciente, Jung también opina que los sueños son

113
una invención de la mente: “El sueño es una creación psíquica”. Pero esto no quiere decir
que no debemos tomarlos en cuenta, al contrario, es nuestra oportunidad de penetrar en la
parte oculta de nuestra personalidad. Antes de que Freud y Jung impulsaran el psicoanálisis
a través de la exploración de los sueños, las ciencias herméticas ya sostenían que el mundo
de los sueños es el terreno en que la personalidad humana dialoga con la trascendencia.
Por tanto, yo creo que en cuestión de sueños, sin importar lo que tengamos que perder o
comprometer, es aconsejable seguir la aspiración natural de autosuperación. Las censuras
del yo superior pueden manifestarse a través de los sueños. Cuando esto ocurra, hay que
escucharlas porque nos anuncian que hemos llegado a la frontera de nuestro encuentro con
lo sobrenatural.
Jivatamas: El tema de los sueños no es fácil de entender en términos filosóficos.
Cuando uno se adentra en el análisis, se topa con una línea muy delgada entre lo
psicológico y lo filosófico, lo cual no significa que sean la misma cosa. La psicología trata de
la conciencia emocional, y la filosofía trata de la conciencia trascendental...
Bhaktidas: Es cierto. La filosofía es la madre de todas las ciencias y tiene como objeto
evidenciar la verdadera naturaleza de las cosas. En cambio, la psicología evidencia el
efecto emocional que produce en el ser humano cualquier tipo de experiencia. Pero, a
efectos de entendernos mientras hablamos, tal vez no sea demasiado atrevido considerar
los sueños como “una realidad de tercer tipo”. Si partimos de la idea que ya lo sabemos
todo, o que nuestra opinión es mejor que la del otro, no lograremos nada. Sabemos que hay
una verdad absoluta definida como “aquello sin lo cual nada puede existir” [el Brahman],
pero tenemos que descubrirla personalmente porque sólo entonces se evidenciará en
nosotros como tal. Lo que digamos unos y otros no deberíamos considerarlo como la última
palabra en conocimiento. La verdad, esencia de toda realidad, se manifiesta de muchas
maneras. Lo que cada uno de nosotros dice no anula necesariamente lo que dice el otro,
sino que lo complementa. Si en vez de pensar que “lo que el otro dice contradice lo que yo
digo”, pensásemos que lo complementa, seguramente nos acercaríamos más fácilmente a
la verdad de lo que discutimos. Después de todo, no es que unos somos más listos que
otros. Cuando los sabios dicen “sólo sé que no sé nada” será por algo...
Jivatamas: (bromeando con Bhaktidas) Te comprendo pero no te aguanto... Yo no soy
un sabio y sin embargo ya me he dicho muchas veces “sólo sé que no sé nada”, pero
últimamente me asalta la duda de “no sé si nada sé...”
Bhaktidas: (con la misma irónica actitud de Jivatamas) Creo que estás mal de la
cabeza, pero no está nada mal lo que acabas de decir...
Jivatamas: (como si no hubiese escuchado a Bhaktidas) No es que para mí Jung sea lo
máximo, pero reconozco que como estudioso de la naturaleza humana hizo aportes útiles.
Por ejemplo, él dijo que, “tanto las experiencias del psicoanálisis como las crónicas de los

114
misioneros que estuvieron en contacto con pueblos primitivos, testimonian que el mundo de
los sueños forma parte de un vasto continente donde el hombre vive antes de encontrarse
aprisionado en su realidad material o física”. Podemos llamarlo mundo astral, mundo de
inocencia o primer cielo, pero el hecho es que todo ser humano pasa por el mundo de los
sueños en su peregrinaje hacia la “tierra prometida”.

Tras una considerable pausa en la que los tres guardaron silencio, Jivatamas, como
pensando para sí mismo balbuceó una pregunta dirigida a Jivasattva.

Jivatamas: ¿Cómo podemos saber si en este momento estamos soñando o no?


Jivasattva: Porque si estuviésemos soñando no podríamos grabar lo que hablamos
mientras caminamos por la playa o dejar constancia de nuestras actividades por escrito.
Jivatamas: Eso parece una prueba contundente pero no lo es. Lo único que demuestra
es que hay varios tipos de sueños: sueño de día y sueño de noche..., ¿no es así? –dijo
mirando a Bhaktidas.
Bhaktidas: O dos situaciones existenciales parecidas: una en la que uno sueña la vida y
otra en la que uno es soñado por la vida...
Jivatamas: Aunque parezca mentira, todos los sueños son reales; de lo contrario, ¿por
qué nos han enseñado que cuando uno sueña con el maestro espiritual o con Krishna es
real?
Jivasattva: (convencido de estar en lo cierto) Porque la voluntad divina del Espíritu
Supremo que todo lo controla hace que así sea.
Jivatamas: (igualmente seguro de sí mismo) Así lo creo yo también. Según la filosofía,
no hay nada que no sea divino, tenemos que admitir que la vida no puede ser otra cosa que
sueño porque, como dijimos antes, toda la manifestación cósmica es el sueño de Maha-
Vishnu. O dicho de otra manera, que hay sueños relativos y sueños absolutos, pero que
cualquier realidad no puede ser otra cosa que sueño...

En ese momento, sin que nadie se hubiera percibido de su llegada, apareció Elena toda
sonriente. Ella les había dado alcance desde atrás, así que escuchó lo último que hablaron
los devotos.

Elena: Perdonen que les interrumpa, pero cualquiera que les oiga dirá que están locos
de remate.
Jivatamas: (riendo burlonamente) No se lo digas a nadie, por favor...
Elena: (con idéntico humor) No diré nada a nadie, te lo prometo, pero estoy curiosa de
saber cómo han llegado a tales conclusiones...

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Jivatamas: ¿Has escuchado alguna vez que a los hombres no les gusta la simplicidad?
Una vez, Prabhupada explicó la historia de un hombre bengalí que estaba caminando con
las manos. Alguien le preguntó: “¿Por qué no caminas con los pies que es mucho más
simple?” Y el hombre respondió: “Pudiendo hacerlo complicado, ¿por qué hacerlo simple?”

Todos rieron con la historia. Luego decidieron volver a casa y se dieron la vuelta para
regresar y cocinar un poco para la fiesta de la tarde. Por el camino continuaron hablando
sobre la simplicidad...

Jivatamas: (dirigiéndose a Bhaktidas) ¿Cómo entiendes tú la simplicidad?


Bhaktidas: En el Mahabharata, Yudhistira define la simplicidad como “la ecuanimidad
del corazón”. La simplicidad es la reina de las cualidades del ser humano. Sin ella todas las
demás son como un rebaño sin pastor. Pero el alma de la simplicidad es la inocencia innata
o pureza de intención que impulsa a las personas a divertirse sanamente con todo lo que
hacen.
Jivatamas: A mí me parece que somos demasiado complicados. El prejuicio, el
excesivo análisis y la obsesión perfeccionista nos roban la espontaneidad. Raramente
expresamos libremente lo que sentimos o hacemos lo que nos gusta. Aspiramos a ser
felices de cualquier manera menos con la libre iniciativa del corazón. Valoramos la vida
conforme a los principios que acatamos por miedo a cometer errores, ¿no crees?
Bhaktidas: Es cierto. Nos complicamos demasiado viendo la vida como un peligro y no
como una bendición. Preferimos “caer bien” a “estar bien”. No somos libres. Fabricamos un
concepto de libertad y lo seguimos. Luego, para legitimar dicha libertad, tenemos que
aceptar como válido el concepto del vecino, y así nos obligamos unos a otros a
considerarnos libres únicamente cuando los demás nos dan su aprobación. Estas
dependencias psicológicas son tan habituales que no nos damos cuenta que son ellas las
que deciden por nosotros cómo tenemos que actuar.
Jivatamas: Si Jivarajas estuviese aquí nos diría que “hay principios regulativos
universalmente reconocidos por guru, sastra y sadhu, cuya probada contribución a la
perfección integral del individuo es innegable”.
Bhaktidas: No es cuestión de discutir acerca de los nobles principios védicos, sino de
recuperar la inocencia para que ellos florezcan espontáneamente en nuestro corazón sin
necesidad de adoctrinamiento. El adoctrinamiento debe dar alas a la libertad. Si en vez de
ello las recorta, obviamente es contraproducente. La doctrina del bhakti-marga o sendero de
la devoción es la más completa y elevada que se pueda imaginar; es la doctrina del amor.
Por tanto, no está concebida para ser aprendida con una regla y un compás, sino para ser
descubierta en el corazón por pura revelación. Un bhakta genuino es ante todo libre y

116
espontáneo. En su fase inicial puede ser ingenuo, temeroso y especulador pero apenas
supera su ilusoria concepción de la realidad experimenta la verdadera libertad y comprende
que ésta es la característica esencial de su alma, desde donde únicamente puede entender,
no sólo la falsedad del mundo, sino la autenticidad de las verdades que eventualmente le
enseñen sus maestros.
Jivatamas: ¿Hay alguna diferencia entre libertad y pureza?
Bhaktidas: No creo, en cierta forma son lo mismo. La prueba es que no puede existir la
una sin la otra. Como dije antes, se derivan de la inocencia o estado de conciencia original.
Originalmente somos simples pero nuestro miedo al rechazo nos ha vuelto tan complicados
que nos parece natural la falsa libertad o espiritualidad reglamentada. En verdad, somos la
caricatura irrisoria de lo que creemos ser. Pero siempre estamos a tiempo de rectificar,
basta que nos demos cuenta...
Jivatamas: Pero no siempre que uno intenta simplificar su vida lo consigue.
Bhaktidas: Es cierto. Pero como el futuro está contenido en el presente, cada vez que lo
conseguimos ponemos una piedra en los cimientos de una nueva conciencia que, de modo
inevitable, se desarrolla a partir de nuestro primer desacuerdo con aquello que de verdad no
concordamos. La libertad, además de ser una cualidad natural del individuo, es un derecho.
Si algún sistema educativo nos priva del derecho a la libertad, comete violencia con
nosotros. Y, si por agradar a otros renunciamos a ella (a menos que sea por amor puro por
Krishna), nos convertimos en masoquistas, “asesinos del alma” –como dice el Sri
Isopanishad.
Jivatamas: ¡Hala! Tú le pones tanta velocidad a este tema que me da vértigo. ¿No hay
riesgo de que el absolutismo “calcifique” la conciencia?
Bhaktidas: ¿Tú crees que hay absolutismo en lo que digo? La libertad no es fruto de
ningún “ismo” o método elucubrado por la imaginación. Es todo lo contrario: el fruto natural
del alma que no está comprimida por la artificialidad del intelecto –esa especie de
invernadero conceptual que relativiza lo absoluto para justificar su complicado proceder. El
apego material, fruto de la identificación temporal con la materia, es el principal enemigo de
la libertad y la simplicidad. Pero la experiencia nos dice que, en la medida que uno
desarrolla su intuición (la inteligencia del corazón) puede liberarse de sus contradicciones.
Jivatamas: ¿Por qué?
Bhaktidas: Porque sólo entonces se resquebrajan las seguridades mal fundamentadas
y uno descubre su poder natural de discernimiento; esa sabia autonomía ancestral para
entender y operar, que nos permite autogobernar nuestra vida sin riesgo a equivocarnos. La
conclusión es que, aunque cometamos errores de acción o de omisión, no debemos
renunciar a vivir de modo suelto y natural, aunque para ello tengamos que despojarnos de
todo lo aprendido (doctrinas, culturas, reglas, métodos, sistemas); de todo lo que erosione

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nuestra inocencia y nos torne complicados. Tenemos que vivir de tal manera que podamos
irnos de este mundo sin dejar ningún problema no resuelto.
Elena: Si me permites... Supuestamente, después de estudiar la Bhagavad-gita y
aceptar de corazón sus enseñanzas, no deberíamos tener problemas, de lo contrario es que
la doctrina no es correcta o que nosotros no la asimilamos bien. ¿A qué crees tú que se
deben nuestros problemas?
Bhaktidas: Al deficiente aprendizaje en ésta y otras vidas. Lo “problemático” está en
nosotros; en nuestra manera de procesar la filosofía de la conciencia de Krishna. La vida
espiritual es simple, pero a veces, en ésta y otras vidas, nuestros educadores y parientes
también nos la han complicado mucho...
Elena: ¿Cómo así?
Bhaktidas: Si te fijas, cada vez que actuamos contra la programación recibida de los
padres, escuela, o sociedad nos sentimos culpables. Es horrible. Por eso, al cultivar el
conocimiento espiritual, lo importante es aprender a discriminar y desarrollar un criterio
propio que nos libere de las programaciones heredadas. La madurez espiritual es un estado
de conciencia que se alcanza cuando uno deja de culparse o culpar a los demás por lo que
le acontece. Culpar es desperdiciar la energía. Ser humano significa que uno debe tomar
sus propias decisiones por sí mismo. Krishna sugiere a Arjuna ciertas pautas de
comportamiento que, además de ser perfectas, no se las impone sino que se las sugiere
brindándole elementos de juicio para que él se aperciba de las leyes de la naturaleza y sepa
a qué atenerse. La decisión final corresponde a Arjuna. La instrucción educa, la imposición
doblega. Ser instruido implica tener la capacidad de emplear el propio discernimiento para
decidir cómo actuar en toda circunstancia. En cambio, ser doblegado equivale a ser
amaestrado, privado de la opción de decidir por uno mismo cómo comportarse.
Jivasattva: En verdad hemos sido adiestrados para depender emocionalmente de los
demás y no ser capaces de vivir sin ellos. La dependencia psicológica del “qué dirán”
condiciona tanto el comportamiento de una persona que anula completamente su capacidad
creativa convirtiéndola en robot. Pero, al mismo tiempo, nadie es responsable por ello. Yo
creo que si uno no se deja influenciar, nadie puede hacerlo. La responsabilidad es de uno.
Bhaktidas: Así es.
Jivatamas: Pero, dado que a pesar de todo somos influidos psicológicamente por
conceptos incorrectos, ¿qué sentido tiene el concepto de pecado?
Bhaktidas: Influidos o no, uno siempre es responsable de sus actos. La ventaja de
comprender el tema de las influencias psicológicas consiste en que dicha comprensión nos
puede ayudar a recuperar la visión correcta de las cosas. Ignorar la ley atenúa la pena pero
no exime de culpa. El punto es que, teniendo inteligencia propia, ¿por qué no ejercitarla?
Echar la culpa de nuestras faltas a los otros, o suponer que el Señor lo arreglará todo, no

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nos resuelve nada. Tenemos que usar la propia inteligencia para cultivar el conocimiento de
la verdad y desarrollar criterio propio sobre la manera correcta de actuar. De lo contrario nos
pasará como a aquél que, al encender su pipa, encendió también su barba y, cuando la
gente le dijo “¿No ves que se te quema la barba?”, él respondió: “Lo sé, pero, ¿no ven que
estoy rezando para que el Señor haga llover?”
Jivatamas: (riendo a carcajadas) Creo que la mayoría de los humanos a veces somos
más insensatos que los asnos. ¿Por qué nos costará tanto cambiar?
Bhaktidas: ...Porque nuestras experiencias en el plano físico nos adormecen y separan
cada vez más de nuestra realidad espiritual, hasta hacernos perder totalmente la noción de
ella. Por eso, reanudar contacto con nuestra identidad espiritual constituye un objetivo tan
difícil de lograr. Pero con buena voluntad, poco a poco podemos lograrlo si centramos la
atención en lo esencial. De alguna manera uno tiene que desmontar la estructura psíquica
que lo desvía. Así como el cangrejo muda su caparazón cuando necesita más espacio para
crecer, así mismo, la persona seriamente debe deshacerse del caparazón de sus rígidas
concepciones materiales a fin de explorar la realidad en su totalidad.
Jivatamas: (pensativo, como hablando consigo mismo) Lo primero que yo descubro
cuando medito es que me hallo dentro de un sueño; que los sueños son el vivero de la
humanidad. Los seres primitivos recurren instintivamente a los sueños porque una parte de
ellos aún está familiarizada con el mundo que acaban de abandonar (el plano intermedio).
La presencia de la sabiduría natural de la inocencia aún la perciben y conservan en su
corazón. Para los pueblos primitivos ninguna realidad terrena es superior a la de los sueños.
Ni la vida de familia, ni la amistad, ni las exigencias de la tribu o del rey pueden hacer que
un hombre actúe en contra de sus sueños. Los misioneros que han estudiado el
comportamiento de diversas tribus salvajes en tres continentes confiesan con modestia que
si consiguieron conversiones entre los indígenas, no fue debido a la fuerza de sus
argumentos, sino porque en sueños los nativos habían sido aconsejados de convertirse.
Elena: (mirando de frente a Jivatamas) Esto me recuerda la versión de los cabalistas.
Según ellos, los antiguos semitas recibieron la Cábala o enseñanza sagrada de los ángeles,
lo cual equivale a decir que les fue inspirada en sueños, pues sólo en sueños es que uno
puede tomar contacto con seres que no existen en el plano físico. Al escribir el Génesis,
Moisés no lo precisó, pero la historia de la serpiente que aparece ante Eva y le habla –
aconsejándole que coma un fruto del árbol del bien y del mal–, sólo pude concebirse como
sueño. En la vida real las serpientes no hablan y mucho menos elaboran argumentos
filosóficos. La serpiente que habla es una imagen onírica por excelencia. Algunos
estudiosos dicen que la manzana, por su forma, es un fruto venusiano, magnetizado por el
planeta Venus. Las personas que poseen nociones de astrología saben que Venus es el
planeta de la emotividad, el deseo y el amor. El apetito de un fruto de Venus por parte de

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Adán y Eva indica escoger las experiencias sensibles como vía rápida para adquirir
conocimiento, en contraste con la vía lenta propuesta por Dios: la obediencia y desarrollo
gradual de la capacidad cognitiva de la mente.
Jivasattva: Tal vez haya que considerar los sueños como mecanismos clásicos en el
proceso evolutivo de la conciencia. De momento ya hemos logrado una considerable
evolución, pero tal evolución implica un desarrollo progresivo, el cual va tomando forma por
etapas. En cada nueva etapa tenemos experiencias parecidas pero de nivel superior. De
hecho, en cada nueva situación tenemos que decidir si vamos a morder la manzana de los
deseos, errores y sufrimientos, o si vamos a permanecer ecuánimes y atentos a lo que la
vida nos depara.
Elena: (hablando con su compañero, como si estuviesen solos) Nuestros conflictos
están protagonizados básicamente por el yo superior y por los instintos animales. Mientras
estamos en conflicto nos avergonzamos de nuestros instintos animales y los reprimimos, a
menos que reaccionemos a tiempo y nos pongamos en manos de nuestro yo superior. Mi
maestra de yoga solía decir que sin escuchar la voz de la conciencia durante la meditación
somos fácil presa de los sentimientos de culpa e impulsos instintivos, los cuales se van
almacenando en el subconsciente desde donde emergen de vez en cuando en forma de
pesadillas o fobias de todo tipo.
Bhaktidas: (dirigiéndose a Elena) Según tengo entendido, Freud descubrió que entre el
soñador y el sueño existe una relación fundamental y que los sueños pueden ser
interpretados. Pero la interpretación que él propugnó no se refería a la solución propuesta
por el yo superior para resolver el conflicto de los instintos, sino a la toma de conciencia de
la rebelión de los instintos que pretende subyugar al yo superior en forma dictatorial. El
problema es que él pretendía que sus pacientes resolvieran sus complejos de culpa
haciéndoles creer que las arbitrariedades de los instintos constituyen un fenómeno natural.
“Si desea físicamente a su madre –dijo a un hombre que sufría complejo de Edipo–, no se
preocupe. Está deseando algo natural”. Pero la resolución de un conflicto a favor de los
instintos es una señal de haber transgredido reglas morales que, si bien en el contexto de
una época marcada por la represión sistemática de los instintos emergía como una victoria
“liberadora”, constituye una metodología que, por ser contraria a la conciencia de Krishna,
sería un error aceptarla como panacea. Más tarde fue Jung quien descubrió que “la voz de
la conciencia” no es un mero atributo cultural, sino una ley interiorizada que cada persona
tiene dentro de sí y que no puede transgredir sin pagar de alguna manera las
consecuencias, ya sea mediante fracaso, accidente, enfermedad, o incluso la muerte.
Jivatamas: Entonces, ¿cuál es tu conclusión?
Bhaktidas: Mi conclusión es que en la medida que te conoces y sabes lo que quieres,
eres menos maltratado por la vida. Cuando intentamos comprender los símbolos (como

120
proponía Jung), no sólo nos enfrentamos con el propio símbolo, sino con la totalidad de la
producción individual de símbolos, lo cual incluye el estudio de sus antecedentes culturales.
A mi juicio, las respuestas rutinarias sólo son útiles mientras se lidia con lo superficial pero,
tan pronto como uno entra en contacto con los problemas vitales, es la propia vida la que
manda y aun las brillantes premisas teóricas se convierten en pura majadería. Es una
ilusión creer que lo que sabemos hoy es todo lo que uno puede llegar a saber. Nada es más
vulnerable que las teorías de los científicos modernos, las cuales constituyen un intento
efímero de explicar hechos discutibles y no una verdad definitiva y concluyente.

En ese momento llegaron a casa de Bhaktidas. Con las últimas palabras de la historia
entraron al jardín. Cuando Bhaktidas terminó de hablar, todos asintieron moviendo la
cabeza y rieron con satisfacción, especialmente Jivatamas. Como ya era mediodía, se
dirigieron en grupo hacia la cocina y allí decidieron el menú y lo que cocinaría cada cual. Sin
embargo, Elena y Jivasattva insistieron en cocinarlo todo ellos solos. Entonces Bhaktidas
les dio todas las indicaciones que necesitaban y después subió a su habitación
acompañado de Jivatamas. Una vez en su cuarto, ya estirado sobre la cama, escuchó las
últimas reflexiones que le expuso Jivatamas...

Jivatamas: A veces, en esos sensacionales momentos de íntima soledad que suelo


tener cuando estoy pintando, me parece escuchar cosas como ésta: “En esencia eres
perfecto, tan perfecto como Dios, porque, cualitativamente, eres igual a Él. En tu más
rotunda mismidad no hay tachas. Mírate por dentro y comprenderás que eres lo que tú
decides ser, que cuanto más te dejas llevar por la inspiración, más auténtico eres.
Contempla lo mejor de ti y sácalo de su entumecimiento. Tómate el tiempo para darte
cuenta que eres parte de Dios, devoto de Su divina voluntad y asociado eterno de Su
fascinante personalidad”. Los divagues sobre lo sagrado me arrebatan...
Bhaktidas: Lo sagrado no es una sensación, sino un lugar. El problema es que cuando
uno quiere quedarse ahí, la realidad material se pone celosa y te agarra o seduce con sus
trampas.
Jivatamas: Cuando esto ocurre, yo me digo una y otra vez: “Krishna me ama y yo lo
amo desde siempre; Su morada es mi verdadero hogar”, hasta que siento que tales
palabras significan todo para mí. Entonces comprendo fácilmente que la totalidad global de
mi existencia está integrada en la Suprema Realidad.
Bhaktidas: Te comprendo. Esas palabras estimulan mucho a meditar. En realidad, todo
lo que uno necesita para autorrealizarse está su interior a la espera de ser descubierto y
sacado a la luz. Tal como un mango contiene en su interior un poderoso árbol de mangos,
cada uno de nosotros contiene en su interior un potencial ilimitado. Y así como la semilla del

121
mango tiene que ser plantada y cuidada para crecer y transformarse en un gran árbol,
también las capacidades potenciales que subyacen en nuestro interior tienen que ser
descubiertas y desarrolladas a tiempo, de lo contrario permanecerán ocultas como si no
existieran. Muchos de nosotros no logramos desarrollar ese enorme potencial en esta vida y
lo cargamos oculto en la mochila del alma de una vida para otra. Es como tener un tesoro
guardado en la despensa sin haberlo visto. Las experiencias trascendentales nos dicen a
gritos que podemos hacer lo que nos propongamos con tan sólo decidirlo, simplemente
porque Krishna en la forma de Paramatma está en nuestro corazón guiando y potenciando
cada decisión hasta que nos decidamos a ser libres para poner en acto todo lo que
podemos llegar a ser...

Capitulo 4

A las cinco de la tarde todos estaban cantando y bailando frente al altar situado en un
costado de la sala principal de la casa de Bhaktidas; todos menos Jivatamas que aún
estaba durmiendo. Mónica se presentó a la mitad del kirtan [canto devocional] y viendo que
su enamorado no estaba presente se fue para la cocina, tomó un vaso de agua y subió al
segundo piso para buscarlo. Llamó dos veces a la puerta de su cuarto y como no respondió
entró, se acercó a la cama y le tiró unas gotas de agua. Jivatamas se incorporó enseguida y
reaccionó enfurecido. Cuando se dio cuenta que había sido Mónica dijo: “¿Pero que haces
tú aquí? Una madre no debe entrar al cuarto de un brahmacari”. “Entonces ya me voy”, dijo
ella con cierto mimo en la voz. “¡No! Por haber osado entrar en mi cuarto ya no puedes salir,
ahora eres de mi propiedad...”, dijo él mientras se levantaba y se acercaba a ella con los
brazos abiertos para darle un cariñoso abrazo de bienvenida. Luego se separaron; él se fue
a la ducha y ella bajó las escaleras con una dulce sonrisa en los labios que Elena captó
inmediatamente al verla llegar. Detrás de Mónica llegaron Carla y Fernando.. Después de
los cantos Bhaktidas leyó la Bhagavad-gita y, a los pocos minutos, iniciaron las preguntas.

Carla: ¿Qué es la Bhagavad-gita, cuál es el contenido de este libro, de qué trata, qué
enseña, para qué sirve?

122
Todos los presentes quedaron a la expectativa, y el devoto respondió con naturalidad
satisfaciendo la curiosidad de todos los presentes.

Bhaktidas: La Bhagavad-gita (fragmento del Mahabharata), es una exposición


sintetizada del conocimiento védico concebido como fundamento filosófico para la acción.
Consta de 18 capítulos o lecciones magistrales acerca de la ciencia de la autorrealización;
seis para entender la posición constitucional del alma, seis para conocer a Dios y seis para
acoplarse definitivamente con Su voluntad en auténtico samadhi. Para tener una visión
global e introductoria de esta obra basta leer atentamente el Segundo Capítulo, titulado
“Resumen del contenido del Gita”, el cual instruye acerca de la verdadera naturaleza del
ser, haciendo hincapié en que la entidad viviente no es el cuerpo material, sino un alma
espiritual, y que el propósito de la vida es la autorrealización. La Bhagavad-gita trata de la
sabiduría elemental o arte de vivir. Sus 700 versos constituyen una referencia única para
entender la naturaleza humana y la manera correcta de actuar. La Bhagavad-gita enseña a
valorar la existencia humana dejando claro que aunque el cuerpo muere, el alma nunca
muere. Por tanto, sirve para despertar la conciencia y liberarse de la dictadura de la mente.
También sirve para desarrollar el sentido común, consolidar la comprensión espiritual y
habituarse a ver las cosas en su justa perspectiva. En definitiva, la Bhagavad-gita sirve para
erradicar la incertidumbre y desarrollar plenamente la conciencia. Cuando el alma se libera
del contrapeso que la mantiene atada a la tierra (los apegos materiales), recupera su
libertad y regresa a su morada original en el mundo espiritual.
Carla: Gracias. Ahora me gustaría saber cuál es mi deber en este mundo, cómo
entenderlo y cómo cumplirlo en el día a día de manera correcta y regular.
Bhaktidas: Básicamente, el deber de cada uno de nosotros es poner al servicio de los
demás lo que Dios nos entrega cada día en forma de talento, conocimiento, habilidad,
inteligencia, experiencia, fortuna o cualquier otro don.
Carla: Creo que entiendo, es cuestión de no ser egoísta, de ser agradecida con Dios y
poner un poco de atención a Sus señales, ¿no es cierto?
Bhaktidas: Algo así. Cada persona tiene su velocidad, su tiempo para madurar, para
descubrir la semilla divina que lleva dentro y hacerla fructificar. En este proceso de
concienciación está implícito el sentido del deber. Sin cumplir nuestro deber no estamos
satisfechos. A veces nos cuesta saber cuál es nuestro deber, no porque sea difícil de
entender, sino porque no tenemos claro el significado de la palabra “deber”. En términos
generales, el deber es una capacidad innata de respuesta a la demanda de las decisiones
justas que la vida nos obliga tomar desde que tenemos uso de razón. Como partes de Dios,
nuestro deber es hacer Su voluntad.

123
Carla: Entonces, para saber cuál es nuestro deber, ¿no es necesario estudiar la
Bhagavad-gita?
Bhaktidas: Sí es necesario... La Bhagavad-gita se estudia para conocer la voluntad de
Dios; para recuperar la conciencia original y recordar lo que hemos olvidado. Sin ser
conscientes de lo que verdaderamente somos, no sabremos cual es nuestro verdadero
deber. El criterio del deber está ligado al concepto de identidad. Si yo creo que soy un
cuerpo material, creeré que mi deber es servir a los intereses de mi cuerpo (complacer los
sentidos). Y si yo creo que soy un alma espiritual comprenderé que mi deber es servir a los
intereses de mi alma (complacer a Dios).
Carla: ¿Cómo sé que soy un alma?
Bhaktidas: No es posible saberlo dialécticamente, hay que experimentarlo. Así como no
es posible conocer dialécticamente las rosas, sino que se las conoce cuando florecen y uno
absorbe su fragancia impregnada en el aire, igualmente el alma es conocida a través de la
conciencia impregnada en nuestros actos.
Carla: A veces tengo la impresión de oír la voz de mi alma, ¿es posible?
Bhaktidas: ¿Por qué no? ¿Quién si no ella puede hablar? El alma habla consigo misma
y con el Alma Suprema, depende de su estado de conciencia. Cuando quiere hacer su
capricho habla consigo misma y cuando quiere hacer su deber habla con Dios. La voz del
alma es muda, pero resuena a través de la conciencia como deseo, anhelo, temor,
comprensión, resolución, amor...
Carla: ¿Tenemos nuestra alma gemela?
Bhaktidas: En principio, cada alma tiene sus iguales en gustos y criterios. Tenemos
varias almas gemelas y, entre las varias, siempre hay una prominente; lo raro es
encontrarse con ella en esta vida...
Carla: He comprado una Bhagavad-gita. No sé si la podré entender, pero me gustaría
encontrar respuestas que me ayuden a perfeccionarme.
Bhaktidas: Para entender la Bhagavad-gita, lo mejor es escuchar los comentarios de un
alma autorrealizada y poner en práctica sus enseñanzas. Después, a medida que uno actúa
de conformidad con lo que comprende, alcanza gradualmente la perfección.

Terminada la reunión, todos se levantaron y se saludaron unos a otros. Jivasattva y


Elena sirvieron el prasada y a los pocos minutos todos estaban conversando
animadamente, riendo las ocurrencias jocosas de Jivatamas que estaba de excelente
humor. Después Bhaktidas se retiró al jardín y Mónica lo siguió...

Mónica: El sábado pasado, cuando estábamos conversando tú y yo y llegó Jivatamas,


en un momento dado tú me dijiste que una vez “te sentiste deprimido y tras una larga

124
reflexión escribiste lo que vislumbraste en un instante”. Entre otras cosas dijiste que “de ti
depende dar vuelta al cuadro y ver qué hay del otro lado”, ¿recuerdas?
Bhaktidas: Sí, más o menos.
Mónica: Mi pregunta es si ya le has dado vuelta al cuadro y si has visto lo que había
detrás...
Bhaktidas: El otro lado de la vida no es fácil verlo, pero con sólo tener un vislumbre uno
ya tiene un punto de apoyo tan grande que puede resistir invicto todas las dificultades de
este lado de la vida.
Mónica: ¿Qué es para ti el otro lado de la vida?
Bhaktidas: Una evidencia de lo oculto, un indicio de lo distinto... una misteriosa plenitud
consciente que se apodera de uno cada vez que se siente en casa y lo demás deja de tener
sentido...
Mónica: ¿Como cuando uno está enamorado?
Bhaktidas: Algo así, pero menos impregnado de dependencia psicológica. Nuestra
existencia, al igual que la Luna, tiene dos caras: una visible y otra invisible. La visible ya
sabemos más o menos cómo es; la invisible apenas la intuimos. Prácticamente, todas las
vivencias están constituidas de alicientes invisibles que deciden por nosotros qué hacer o
dónde ir. Sin embargo, nos referimos a la vida en términos de eventos históricos, noticias de
la prensa, u otros fenómenos, pero raramente reparamos en lo que realmente sucede en
nuestras almas mientras experimentamos algo...
Mónica: Ya veo... Bueno, en verdad no sé si lo que yo veo tiene que ver con lo que tú
dices, pero creo que sí.
Bhaktidas: Cuando leemos un nuevo libro, conocemos una persona por primera vez, o
visitamos un país desconocido, recibimos impactos que en nuestro interior se convierten en
sensaciones desconocidas de encanto o desencanto, según el caso, pero que por lo
general no registramos como realidad formal. Incluso cuando caminamos, hablamos,
comemos, o dormimos nuestro inconsciente vaga por regiones indeterminadas que por
rutina estupefaciente ignoramos, como ignoramos lo que no escuchamos mientras tenemos
prendido el televisor o el aspirador.
Mónica: De hecho es así. Pero yo me pregunto si esas impresiones en el doble etérico
de la memoria inconsciente son “decodificables”; si una puede saber lo que hay al otro lado
igual que sabe lo que hay en éste.
Bhaktidas: No sólo igual, sino tal vez mejor.
Mónica: ¿Cómo así?
Bhaktidas: Mientras yo escuchaba tu pregunta, también me preguntaba a mí mismo si
en verdad vemos este lado de la vida tal como es, y mi respuesta inmediata ha sido “no”. La
prueba es que siempre estamos descubriendo algo nuevo, y que ese “descubrir” implica no

125
haber visto antes lo que ahora vemos. Por tanto, si ni siquiera vemos bien este lado de la
vida, menos aún vemos el otro. Nunca estamos en el “antes” o en el “después” de las cosas
sino “entre” su antes y su después, ¿comprendes? Por supuesto este “entre” es un lugar
imaginario inventado por la mente, pero si de alguna manera nos volvemos conscientes de
estos mecanismos somos capaces de ver las cosas en su justa perspectiva. Mi conclusión
es que sólo cuando uno llega a ver bien las cosas de este lado puede ver también las del
otro. Practicando las enseñanzas védicas uno puede desarrollar sus capacidades
potenciales percibir la verdadera naturaleza de las cosas en toda circunstancia.
Mónica: ¿Lo que me cuentas tiene algo que ver con el dicho de que “hasta que uno no
ha pasado por el infierno no puede experimentar el cielo?”
Bhaktidas: Más o menos.
Mónica: ¿Por qué “más o menos”?
Bhaktidas: Porque depende de cómo uno interprete sus vivencias. La superficialidad
errática de la vida nos habitúa a un tipo de exploración ciega que no se apercibe del infinito
conglomerado sublime que hay en ambos lados de la vida. Tomamos como realidad la
imagen que nos hacemos de los hechos y no los hechos tal cual son. Dicha imagen no sólo
difiere de los hechos, sino que no tiene consistencia real más que en nuestra imaginación.
Creemos en lo que pensamos, y lo que pensamos no tiene otro fundamento que la
percepción sensorial que, por ser defectuosa, es incapaz de captar la real naturaleza de los
hechos o significado intrínseco de las cosas. Por eso nos identificamos con el lado
convencional de la vida y alimentamos el alma con falsas expectativas creadas por la
mente. En verdad nos hemos habituado a registrar la realidad en mono, como si ésta
careciera de su dimensión estereofónica...
Mónica: ¡Oh sí! Tienes mucha razón. Pero ¡es tan difícil cambiar...! ¿Cómo sustraernos
de unos modos de pensar que se han enquistado en nuestra personalidad como una lapa?
A veces, en meditación, yo me doy cuenta del efecto mariposa que maneja mi vida como si
yo no fuera yo, pero cuando vuelvo a las tareas cotidianas soy otra vez la misma persona
que he detestado momentos antes. Para relacionarme con la gente (que es mi trabajo),
tengo que regirme por los mismos códigos mentales de “superficialidad errática” que
imperan en el medio. Y si fuera sólo en el trabajo no estaría mal... Realmente me da mucha
lata vivir entre dos aguas, entrando y saliendo de un espacio a otro como si yo fuese
rechazada de cada mundo cada vez que pongo los pies en uno de ellos. Ni puedo estar
siempre meditando, ni puedo estar siempre dorando la píldora a la gente o creyéndome que
estoy mejor que ellos cuando en realidad no es así.
Bhaktidas: Todo en esta vida es transitorio. “Transitar” significa ir de un lugar a otro. A
través del tránsito por la vida vamos evolucionando. El problema no es “estar entre dos
aguas” como tú dices, sino la resistencia que oponemos a transitar por donde la vida nos va

126
llevando. Para sacar partido de este obligado tránsito es necesario “situarse en el bote del
conocimiento trascendental” [Bhagavad-gita, 4.36]. Si haces memoria te darás cuenta de
cómo y dónde estabas hace veinte años y de cómo y dónde estás ahora. Notarás que hay
una diferencia en tu manera de interpretar los acontecimientos y de entender la vida, y esta
diferencia evidencia tu recorrido evolutivo. La vida nos obliga a fluir y fluyendo con ella en
conciencia de Krishna no hay nada que temer. La verdadera meditación no es apartarse de
lo que nos toca vivir, sino vivirlo lúcidamente y sin resistencia, permaneciendo como
observadores atentos en cualquier esfera de la vida que nos toque experimentar.
Mónica: Si me miro a mí misma en el espejo de mis actuales circunstancias, me parece
utópico lo último que acabas de decir.
Bhaktidas: Lo que tú llamas “utópico” es la posibilidad desconocida escondida en el
“caballo de Troya” de la sabiduría latente. ¡¿Qué sabemos de lo que no sabemos?! ¿Qué
podemos comprobar de lo que aún no hemos descubierto? ¿Cuánta sabiduría, felicidad,
paz o amor queremos? ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por lo que nos duele no tener?
La percepción del otro lado de la vida, tal como lo experimenta el individuo seriamente
inquisitivo, puede compararse al descubrimiento de la imagen escondida en ciertos dibujos
usados por terapeutas para alertar sobre la realidad que se le escapa a uno cuando confía
en lo que ve a primera vista. Hay un dibujo famoso que visto de una manera reproduce la
imagen de una anciana y, visto de otra, el de una joven. En las revistas infantiles también
hay dibujos similares. Uno mira un dibujo que parece ser un árbol junto a un lago. Te dicen
que lo mires más de cerca y busques en él algo distinto. De repente aparecen objetos
camuflados en la escena: las ramas se convierten en un pez, las líneas del contorno entre el
árbol y el lago esconden una figura humana, etc. Nadie puede hacernos ver las imágenes
ocultas sólo con palabras pero, una vez descubiertas, volvemos a encontrarlas cada vez
que miramos el dibujo y nos preguntamos: “¿Cómo es que no las había visto antes?”
Mónica: Yo creo que, como las piedras de los ríos, me muevo en la corriente de un
positivismo riguroso que me obliga a reducir mis conocimientos exclusivamente a lo que me
es presente...
Bhaktidas: Pero eso es como no reconocer otra realidad que la de la presencia
inmediata de los objetos sensibles (colores, sonidos, olores, cualidades táctiles) y, como ya
he sugerido antes, no hay razón para suprimir lo desconocido de la esfera de la realidad, del
ámbito de lo posible. Lo “imposible” es un problema nuestro, no de la realidad de las cosas
que parecen no existir simplemente porque no las vemos. Pensar así nos coloca en la
posición de un ciego testarudo que quiere hacer creer a todo el mundo que las cosas no
existen simplemente porque él no las ve. Descartes hizo notar que, aunque nadie pueda ver
nunca un polígono de mil lados (ni uno más ni uno menos), no hay duda que puede estar
inmediatamente presente ante nosotros, lo mismo que el simple cuadrado. La prueba de

127
ello es que entendemos exactamente el sentido del nombre “polígono de mil lados” y no lo
confundimos jamás con el de más lados ni con el de menos.
Mónica: (bromeando) Me estás dando muy duro y me vas a acomplejar...
Bhaktidas: No debes desanimarte, tal como has progresado desde que eras niña,
continuarás progresando de ahora en adelante; lo que no comprendes hoy lo comprenderás
mañana. Nunca nos quedamos en el mismo lugar aunque queramos, la vida nos obliga a
movernos y ese movimiento nos va enfrentando a las dificultades que, a medida que las
vamos superando, nos van capacitando para ver las cosas en su justa perspectiva. Desde
tiempo inmemorial, el hombre ha intuido que la realidad de las cosas es más amplia que la
extensión reducida que ésta parece tener ante sus ojos. La realidad de cada objeto se
expande más allá de los límites de su apariencia física. Kandinsky escribió: “Todo lo que
está muerto, palpita. Todo tiene un alma secreta, que guarda en silencio con más frecuencia
que habla”. En el continuo palpitar del tiempo sin tiempo hay un templo del entendimiento
donde sólo con entrar recibimos respuestas para todo. Es un lugar sagrado situado en lo
más profundo del corazón donde la magia se avergüenza con cándido rubor ante la
majestad de lo insondable y la vida se torna una continuidad de instantes de eternidad; un
solaz propicio en el que las alas del ángel que llevamos dentro se reparan, y los dramas de
la existencia se desvanecen. En este espacio infinito los pensamientos inquietantes son
sustituidos por una cristalina cascada de placer divino, cuya cadenciosa levedad armoniza
nuestro espíritu, burlando la resistencia obscena del conformismo ciego. Es maravilloso. El
propio Einstein vivió esta realidad. Describió a su manera aquellos momentos en que uno se
siente liberado de los límites inherentes de la humanidad: “En esos momentos, uno se
imagina en alguna parte de algún pequeño planeta, contemplando estupefacto la belleza
fría, y sin embargo profundamente conmovedora, de lo atemporal, de lo ingente. La vida y la
muerte se funden, y no existe ni evolución ni destino; sólo existe el Ser”.

Mónica seguía atentamente la explicación de Bhaktidas. Le cautivaba su manera poética


de describir las cosas, su habilidad para abordar temas profundos y transformarlos en
enseñanzas prácticas. Desde que conoció a Jivatamas se había enamorado de él pero
desde que conoció más de cerca a Bhaktidas empezó a descubrir su doble dimensión de
maestro de vida y hombre interesante, y estaba fascinada. Le sorprendía la naturalidad con
que se expresaba; la habilidad con que desglosaba temas que para ella eran todavía un
misterio. Desde que descubrió su faceta de escritor, comenzó a interesarse mucho en todo
lo que decía o hacía, y poco a poco se estaba sintiendo atraída por su peculiar forma de
ser y su talento. Y esta atracción estaba tomando unos matices inquietantes que ella misma
temía reconocer o desvelar...

128
Mónica: Tengo la impresión de que cada vez se habla más acerca de la mente, la
conciencia, la reencarnación y el karma, así como de muchos otros temas que parecen abrir
nuevos caminos hacia la natural evolución del ser humano...
Bhaktidas: Siempre se ha hablado de esas cosas, aunque no tan abiertamente como
ahora. Lo bueno es que ahora, a pesar de los tradicionales comportamientos violentos y
abusos de poder, la “nueva conciencia” está siendo cada vez más divulgada y aceptada por
el público. Poco a poco aumentan los simpatizantes de las nuevas corrientes culturales de
no-violencia y se incrementa el sentido de la genuina fraternidad. Hay un notable aumento
del vegetarianismo, el yoga, la meditación, la medicina alternativa, la ecología, el
ecumenismo religioso y la educación holística... Todo esto contribuye a trasformar
positivamente a las personas.
Mónica: Es cierto. Desde hace varios años vengo notando que se toma más en cuenta
lo esencial. Parece que se ha despertado en la gente un progresivo interés por lo espiritual.
Sin embargo, a veces me pregunto si en realidad la gente sabe lo que está buscando, y yo
misma no sé cómo distinguir los diferentes estados de conciencia.
Bhaktidas: El pensamiento, las actitudes y el comportamiento de una persona reflejan
su estado de conciencia. La conciencia se manifiesta a través de los diferentes niveles de
entendimiento: físico, mental y supramental. La concepción física de la realidad exalta la
identificación corporal y se distingue por la inclinación hacia lo denso. La concepción mental
de la realidad encarna el vaivén psicológico de las emociones y se distingue por la
inclinación hacia lo sutil. Y la concepción supramental de la realidad recaba la sabiduría
innata del ser y se distingue por la inclinación hacia lo trascendente.
Mónica: Tú explicas muy bien los misteriosos mecanismos de la naturaleza humana
pero como la mayoría estamos sobrecargados de conceptos que envilecen nuestras
respectivas conciencias individuales, yo no sé cómo aplicar tus enseñanzas.
Bhaktidas: Dado que todos los humanos formamos parte del poder supramental que
gobierna las innumerables manifestaciones de la naturaleza, podemos liberarnos de
nuestros condicionamientos con sólo desearlo. Todo lo que tenemos que hacer es purificar
la mente y desarrollar plenamente la conciencia.
Mónica: Yo amo la libertad, pero todavía soy esclava de mí misma.
Bhaktidas: Toda criatura es esclava de su propia ignorancia. De acuerdo con Platón, las
llamadas esclavitud y libertad son estados de la mente. Si la mente es libre, la esclavitud es
una imposibilidad filosófica, pues, aunque el cuerpo esté encadenado, la conciencia no
puede esclavizarse.
Mónica: A veces siento como si las palabras no fueran más que una virtual cascada de
fonemas completamente trivial.

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Bhaktidas: Las palabras nos hacen comprender las cosas, y la comprensión correcta de
las cosas libera a la mente de sus miedos. Hoy en día está en auge el culto a la conciencia
racional, pero, como dice William James: “La conciencia racional no es sino un tipo especial
de conciencia, mientras que en torno a ella, separadas de ella tan sólo por una finísima
pantalla, yacen formas potenciales de conciencia enteramente diferentes. Ninguna
descripción del universo que deje a un lado, sin considerarlas, estas formas de conciencia,
puede considerarse concluyente”.
Mónica: La situación del mundo es caótica. El mundo está constituido por seres que
desconocen el verdadero sentido de la vida, y no vemos por ninguna parte indicios que
hagan albergar esperanzas de...
Bhaktidas: Si los acontecimientos de la actualidad mundial no corresponden a las
expectativas de la gente, es porque la gente está desorientada y carente de una visión
correcta de las cosas. La capacidad potencial de vivir en sintonía con el orden cósmico la
tenemos todos pero para lograrlo tenemos que ser reeducados en el arte de vivir. Cuando
uno cree que es el cuerpo circunscribe su visión de la realidad a lo meramente material,
pero cuando uno realiza que es un alma espiritual, piensa y siente desde ese nivel de
conciencia y tiene mayor capacidad para comprender y resolver todos sus problemas. Es
cuestión de... La conciencia puede estar dormida, semidespierta, o despierta. Cuando está
dormida es como si no existiera, cuando está semidespierta tiene inquietudes, y cuando
está despierta tiene pleno conocimiento y actúa desde él. La primera libertad deriva del
despertar de la conciencia, y la última libertad deriva del vivir habitualmente despierto.
Mónica: Para todo eso hay que... Pero ¿cómo...?
Bhaktidas: Mientras el ego falso decida por nosotros, la verdadera libertad es imposible
de lograr. Para ser realmente libre, el egoísmo debe transformarse en altruismo y el
altruismo debe estar centrado en Dios, amalgamado con Su dulce voluntad. Para no
confundir lo real con lo aparente, uno tiene que despertar su conciencia original.
Mónica: ¿En qué consiste ese despertar?
Bhaktidas: En reconocer que la naturaleza relativa de las cosas refleja la existencia de
la naturaleza absoluta o causa original. Tal percepción se da en el proceso meditativo. Una
de las cuestiones que plantea la meditación es la de quiénes somos realmente. Si
aceptamos lo que nos dice nuestro ego –soy mi cuerpo, mi mente, mi personalidad; soy
rico, pobre, digno, indigno, bueno, malo, etc.–, jamás podremos ser otra cosa que lo que él
nos diga. Para liberarse de la dictadura del ego uno debe renunciar a cualquier conciencia
intermedia y convertirse en el perfecto instrumento de su escogida indagación.
Mónica: Cuando alguien desarrolla plenamente su conciencia ¿qué ideas o conceptos
siente que debe abandonar?

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Bhaktidas: Que el racionalismo sea todo, que la lógica sea el único fundamento real,
que la forma de concebir la naturaleza por parte de la ciencia sea correcta y que la
existencia de otras realidades alternativas no sea cierta. Las personas que logran
trascender el ámbito de lo aparente saben que la vida material es una fantasmagoría y que
la vida espiritual es todo lo contrario: un acontecimiento real en el que todo es lo que parece
ser, y todo lo que se experimenta satisface plenamente al individuo. En realidad, vida sólo
hay una, la espiritual. Ésta no empieza ni termina nunca. La vida material es la sombra de la
vida espiritual una oscuridad vacía de sustancia que se desvanece en presencia de la luz de
la verdad. Nosotros somos partículas de conciencia divina; cualquier otra realidad es un
reflejo pervertido que asume aspectos de verdadera realidad sin serlo. La forma humana de
vida constituye una oportunidad potencial de trascender todo condicionamiento y recuperar
la conciencia original.
Mónica: (con actitud jocosa) Si he entendido bien, ser espiritualista es como pertenecer
a una raza superior, ¿no es cierto?
Bhaktidas: Es ser lo que realmente se es. Los visionarios se adelantan a su tiempo por
resonancia con el otro lado de la vida. Cuando su influencia se extiende a un determinado
número de personas, eclipsa los viejos paradigmas. En principio, el otro lado de la vida es el
otro lado de las cosas; la contraparte de lo conocido; los indicios ocultos en los bolsillos de
la intuición; esa nueva luz que evidencia el ámbito inexplorado de la propia potencialidad.
Mónica: Yo me hago una idea de lo que dices pero no concibo la realidad más allá de lo
que veo. ¿Cómo haces tú para percibir esa realidad tan exclusiva y fascinante?
Bhaktidas: En principio, lo que ni siquiera se puede concebir pasa desapercibido
aunque esté presente. Sin embargo, aunque ciertas cosas no puedan ser percibidas por
contacto visual, pueden ser apreciadas por los síntomas. El calor es un síntoma del fuego;
donde hay calor hay fuego aunque no lo podamos ver. La fuerza de gravedad no se ve pero
se aprecia por la atracción que la tierra ejerce sobre los cuerpos. La mente y la inteligencia
tampoco se ven pero se evidencian a través del pensar y discernir... Hay leyes implícitas en
todo cuanto ocurre y cuanto es...
Mónica: Comprendo, pero a veces me pregunto cuál es el propósito de esta vida. Hay
en ella muchos alicientes y aspectos interesantes para explorar, pero también hay muchos
misterios y obstáculos frustrantes.
Bhaktidas: El propósito de la vida humana no es sufrir, sino ser feliz. Y como uno sólo
es feliz cuando se libera de las dudas que le intrigan, el cultivo del genuino conocimiento
espiritual es esencial. Una vez recuperada la visión correcta de las cosas, la innata voluntad
de amar le permite a uno estrechar su relación con Dios y sentirse completamente
satisfecho.

131
Mónica: En teoría todo eso es fabuloso, pero en la práctica... Hay ciertos significados
sustanciales que parecen huir de mí, aspectos misteriosos de la vida que no logro entender.
Bhaktidas: Uno va entendiendo a medida que obtiene elementos de juicio de una fuente
fidedigna y los experimenta en su propia vida; resuelve problemas en la medida que conoce
sus causas; y es realmente feliz en la medida que resuelve sus problemas o se los resuelve
a otros.
Mónica: ¿Me estás diciendo que uno no es feliz porque no quiere?
Bhaktidas: Lo que trato de decir es que el arte de vivir gozosamente con lo que se tiene
es la etapa embrionaria de la iluminación trascendental. Con poca o mucha luz, lo que
importa es no desperdiciar la oportunidad de ser feliz ahora y siempre. En la medida que
uno consigue ser feliz con lo que tiene, desarrolla la capacidad de serlo siempre.
Mónica: ¿Podrías definir la felicidad? ¿Cómo la concibes tú? ¿De qué te vales para
reconocer su naturaleza intrínseca?
Bhaktidas: La felicidad no tiene forma, color o significado específico aparte del que se le
quiera dar. Es una equilibrada combinación de coherencia y beatitud que se siente con el
alma; una corriente de energía angélica o átomos de luz que convierten la existencia en una
experiencia de absoluto bienestar.
Mónica: Entonces, ¿tú crees que la felicidad sólo puede experimentarse en el plano
espiritual?
Bhaktidas: La naturaleza de la felicidad es neutra y puede manifestarse de diferentes
maneras según los estados de conciencia. A veces basta pasear y sentir la tonificante brisa
de la atmósfera para flotar de felicidad. No obstante, la felicidad con mayúsculas es una
auténtica cascada de emociones sublimes que el experimenta el alma al realizar su unión
mística con Dios.
Mónica: Yo tengo la fuerte impresión de que lo que consideramos felicidad no es más
que un sueño.
Bhaktidas: Un sueño en el que la verdad se sueña a sí misma produciendo ráfagas de
plenitud espiritual. La verdadera felicidad es un sueño que continúa siendo sueño aun
después de despertar; un impetuoso goce divino que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma
para encontrarse a sí mismo en una forma de placer que trasciende la esfera de la más
utópica expectativa de disfrute. La genuina felicidad nos deleita con la belleza de lo distinto,
la magia de lo desconocido y la esencia de todo lo que es.
Mónica: Entonces ser feliz significa...
Bhaktidas: Ser feliz significa haber sido secuestrado por la voluntad de amar, y
permanecer gustosamente retenido como su rehén sin que el asedio de la tristeza consiga
apresar a uno a pesar de sus ingeniosas maquinaciones y estrategias. La verdadera
felicidad es un estado de beatitud incorruptible que permanece oculto mientras uno se

132
empeña en ser lo que no es, o pretende deleitarse con los tramposos alicientes de la vida
convencional.
Mónica: A veces pienso que sólo los niños pueden ser realmente felices...
Bhaktidas: La felicidad no discrimina, ella tiene la virtud de crear una realidad
trascendental accesible para todos; su espíritu conciliador reposa en el ámbito etérico de la
conciencia cósmica, a la espera de ser reclamada por nuestra voluntad de plenitud para
transformar cada incidente de la vida en una dicha celestial. Si no somos felices es porque
no nos dejamos seducir por la natural belleza de las cosas aunque a veces esté disfrazada
de desgracia.
Mónica: Supongo que la felicidad sólo la otorga Dios, y que sólo los que ven a Dios
pueden ser felices. ¿Tú has visto alguna vez a Dios?
Bhaktidas: ¿Me creerías si te dijera que en este momento veo que Él te está mirando?
Mónica: Entonces yo también podría... quiero decir... la felicidad no es inalcanzable.
Bhaktidas: Cada uno de nosotros crea su propia realidad y, por ende, puede construir
su felicidad. Por eso conviene recordar que la verdadera felicidad fluye a través de la
meditación en el Supremo. Confiar en la felicidad no significa que podemos poseerla sin
renunciar a lo que sobre ella especulamos. El afán de ser feliz conduce a la infelicidad. El
ruido que genera el propio desear ahuyenta la felicidad. No obstante, la felicidad no es una
meta inalcanzable. Lo que pasa es que a veces la buscamos en los lugares más recónditos
a lo largo y ancho de la vida; la imaginamos como una isla en un río sin pensar que tal vez
ella sea el río; la consideramos “inalcanzable” cuando tal vez ella ya nos alcanzó mientras
estábamos distraídos mirando hacia otra parte.
Mónica: Yo comprendo perfectamente lo que dices, pero al mismo tiempo la impotencia
de practicar debidamente lo que comprendo me hunde en la desesperación. Creo que en mi
vida hay demasiadas incoherencias que no logro entender...
Bhaktidas: Para entender lo que no entiendo, yo me digo a mí mismo muchas veces:
“Sal fuera del estereotipo de personalidad artificial donde te escondes y mírate como
realmente eres; observa tu realidad sin otra intención que la de ver las cosas como son.
Para ser feliz no necesitas auto-compadecerte. La felicidad se halla sofocada bajo las
máscaras de tu ego. No huyas de ti mismo, no temas. Quédate donde estás como quien
está de vacaciones... Obsérvate a ti mismo como si el mundo no existiera y verás el mundo
plasmado en ti. Respira profundo y vuela donde quieras, cuando quieras y como quieras.
Descubre el sabor y el peso de la libertad. Tira las muletas de la autocompasión. Observa
cómo vives y con quienes vives... La mayoría de los seres humanos que conoces ha
perdido la visión correcta de las cosas. No te dejes domesticar como los animales de los
circos. Sal de esa densa niebla de envidias, odios y rencores que nada tiene que ver
contigo...”

133
Mónica: Bueno, yo... francamente desearía ser feliz...
Bhaktidas: El primer requisito para ser feliz es saberte libre por naturaleza, por la
semejanza cualitativa de tu alma con la Superalma. Tú eres libre, buena, noble, santa; todo
lo que sientes eres. No seas marioneta. Nadie excepto tú puede ayudarte ni es capaz de
responder tus preguntas, resolver tus problemas o esclarecer tus perplejidades. Nadie
puede desvelar misterios o descubrir el verdadero sentido de la vida en tu lugar. Tú, y sólo
tú, eres el artífice de tu vida y de tu destino. Nadie excepto tú sabe lo que te aplasta o te
libera; lo que te da paz, claridad mental y coherencia.
Mónica: Tienes razón. Pero aun así...
Bhaktidas: Trata de vivir con dignidad. Tuyas son las opciones de vivir según tu propia
voluntad, vislumbres, intuiciones, o certezas. ¿De dónde vienes? ¿Adónde vas? ¿Qué
importa eso si no sabes dónde estás o, mejor dicho, donde te corresponde estar según lo
indica la inspirada e insustituible voz de tu conciencia? Ningún error es irreparable, ni
muchos errores pueden hacerte desistir de vivir como tú quieras. Nadie excepto Dios es tu
verdadero preceptor, fiel amigo, e infalible protector; de Él proviene la revelación
individualizada que te permite comprender lo incomprensible. Deja de buscar fuera de ti lo
que ya posees en abundancia. La paz, la libertad, la felicidad y el placer trascendental son
tus palacios. ¿Por qué vivir en sucios escondrijos fabricados por el conflicto, la tristeza y el
dolor –derivados de tu identificación con lo que no eres?
Capítulo 5

Dos semanas después del último encuentro, se clausuró la exposición de Jivatamas,


Mónica viajó sola a Buenos Aires por cuestiones de trabajo y Elena y Jivasattva regresaron
a Córdoba para reanudar sus clases de yoga, prometiendo que volverían para Navidad.
Mientras tanto, Jivatamas –que decidió quedarse hasta fin de año– permaneció en casa de
Bhaktidas, pintando, leyendo, y revelándole confidencialmente a su amigo sus procesos
mentales e inquietudes filosóficas...

Jivatamas: ¿Por qué a veces sentimos la necesidad de tener alguien a quien amar y a
veces no? ¿Qué determina estas actitudes?
Bhaktidas: No sé, supongo que nuestro estado anímico... intercambiar afecto es natural.
Tal vez la mente, e incluso los astros, tengan algo que ver en eso...
Jivatamas: A veces veo todo tan confuso que no sé qué pensar. ¿Será que cuando el
amor se expresa a través de una relación sexual ya no es amor?
Bhaktidas: Por lo general, durante una relación sexual la conciencia se torna dispersa y
descuidada. Según dice la Bhagavad-gita, la lujuria hace perder la inteligencia, confunde la
memoria e impide la visión correcta de las cosas.

134
Jivatamas: Y si en vez de eso uno comprueba que el amor y la reconciliación con Dios
aumentan cuando tiene relaciones sexuales, ¿por qué habría de considerarse incorrecto dar
y recibir amor en el marco de una intimidad que tanto es física como espiritual?
Bhaktidas: En todas las Escrituras reconocidas se recomienda la abstinencia sexual. El
sexo sólo se permite para procrear hijos. Estas restricciones facilitan el desarrollo espiritual
de la conciencia y lo sostienen. La actividad sexual genera tal apego al deleite físico que
poco a poco nubla el entendimiento e incrementa la identificación con el cuerpo. La
complacencia sensorial erosiona la devoción a Krishna...
Jivatamas: ¿No exageras? Yo admito los riesgos que entrañan las relaciones sexuales
pero no soy tan pesimista. Las relaciones amorosas son parte de la vida y si algo debe
suprimirse es precisamente la enfermiza tendencia de considerarlas perjudiciales. Con esto
yo no trato de abrir el camino al “todo vale”. Sólo pongo en debate este tema tabú. La
sexualidad lleva al individuo a la comprensión de que está en este mundo para realizar la
tarea del amor concertando el espíritu con la materia a fin de acoplarse íntimamente con la
Divinidad.
Bhaktidas: (con su calma habitual) Es una conjetura muy ingeniosa pero, como se opone
al celibato, entra en conflicto con lo que nos han predicado siempre los acharyas.
Jivatamas: Para mí el celibato es ser fiel a Krishna. Quien reprime el sexo no acepta la
vida como es. Acuérdate que la vida inicia a partir del sexo. Sin sexo no entramos en esta
vida ni tenemos cuerpos humanos para realizarnos. Sé por experiencia que el deseo sexual
no se trasciende reprimiéndolo sino convirtiéndolo en amor. Sin amor, nadie puede
trascender el deseo. Pero como el amor surge del deseo, si evitas el deseo evitas el amor.
El amor no es deseo pero está impulsado por él. El amor es la flor pura de loto que surge
del fango impuro. El deseo sexual es el fango. Uno que pretende haber trascendido el
deseo sin amor es porque lo ha reprimido. Tal represión envenena el corazón. Cuando uno
reprime el deseo, se siente pesado, sin opción para elevarse y florecer. Pero si transforma
su deseo en amor, supera la prueba de la existencia y consigue florecer. Se nos ha dado el
deseo sexual para trabajar creativamente. Dicho deseo es un diamante en bruto... Los
humanos somos animales sexuales; así nos ha hecho la vida, así es como hemos llegado
aquí. Si no lo aceptamos, tampoco seremos capaces de convertirlo en aliado. La cuestión
no es caer en el desenfreno, sino evitar que nos perjudique. Para que toda vida humana se
produzca a través de él, es digno de respeto, ¿no crees?.
Bhaktidas: ¡Claro que sí! Pero a mí me parece que la validez de una opinión se refleja
en los resultados derivados de su aplicación práctica. Todo se reduce a si el estilo de vida
de uno lo acerca o lo aleja de Krishna. En última instancia, cada cual es quien mejor puede
saber lo que más contribuye a su desarrollo espiritual. Yo sé que “el camino se hace al
andar” y que “por el camino se acomoda la carga”, pero creo que no podemos instituir el

135
sexo como la panacea del avance espiritual. Esto es lo que deduzco según mis propias
experiencias y las de muchas otras personas competentes que conozco.
Jivatamas: No digo que no tengas razón pero, en el día a día, la vida sólo revela su lado
oculto cuando la vives plenamente poniendo a prueba todo lo que encuentras. Para mí, una
persona que no ha resuelto el problema del sexo no puede resolver otros problemas ni
ayudar a otros. “Resolver” un problema no significa ignorarlo sino comprenderlo y aprender
a convivir con él sin esconderlo por miedo al qué dirán. Cuanto más en libertad uno vive la
vida, más probabilidades tiene de advertir lo que favorece o desfavorece su evolución
espiritual. Hasta ahora he comprendido que la autorrealización es individual y que las
respuestas que uno necesita debe encontrarlas por sí mismo. Las opiniones de los
individuos frustrados agrupados en instituciones religiosas confunden más que ayudan. La
iluminación espiritual no es una meta alcanzable a través de técnicas ideadas por la mente.
A los devotos “avanzados” yo les preguntaría si en la cosecha de su corazón hay indicios de
alegría y desapego natural. Si los hay, les diría que están realmente avanzando, de lo
contrario su “avance” es puro fraude. Para no caer en esto, hay que rogarle al Señor que
nos indique la mejor manera de asumir lo inesperado, convivir con lo distinto y colaborar con
lo inevitable...
Bhaktidas: Esa actitud me parece estupenda y debido a la sinceridad de tus
planteamientos obtendrás revelaciones importantes.
Jivatamas: (más confiado) El sexo es la manera elegida por Dios para propagar la
especie. No hay otra manera de entrar en la vida que la de pasar a través de la energía del
sexo. El cuerpo no conoce otra ley. Hemos nacido del sexo y estamos llenos de energía
sexual, pero éste es sólo el principio de nuestro proceso evolutivo, no el final. Para mí hay
tres tipos de personas: las que reprimen el sexo, las que se desenfrenan y las que
entienden que el sexo es un medio a través del cual se crece más allá de él.
Bhaktidas: Creo que entiendo lo que me quieres decir. Una vez, un hombre inculto pidió
a San Agustín: “Dame una indicación que pueda recordar y llevar a cabo”. Y San Agustín
respondió: “No encuentro nada más que esto: Ama y haz lo que quieras”.
Jivatamas: ¡Exacto! Tenemos que llegar a la plataforma del verdadero amor por
cualquier camino. En primer lugar, no tengamos relaciones con alguien que no amamos. La
relación corporal está destinada a vehicular una unión mística. Cada hombre es mitad
hombre y mitad mujer. Y cada mujer es mitad mujer y mitad hombre. Para ajustar su unidad
de dos mitades el hombre tiene que encontrar una mujer exterior que coincida con su mujer
interior, y la mujer tiene que encontrar un hombre exterior que coincida con su hombre
interior. La mujer exterior es el camino hacia la mujer interior del hombre, y el hombre
exterior es el camino hacia el hombre interior de la mujer. A mi modo de ver, la unión
mística (yoga) que se produce en el interior de cada cual borra la concepción material de la

136
existencia y propicia un estado de gracia conducente a la conciencia de Krishna. Para mí, la
conciencia de Krishna no es hacerlo todo bien aunque estés lleno de conflictos, sino
resolver a cualquier precio los conflictos aunque parezca que estás en maya. El sexo es un
punto de encuentro y de partida para las almas en desarrollo que han de purificar su amor
quemando sus propensiones lujuriosas en el fuego de las relaciones sexuales. Con el
tiempo, a medida que el amor se va consolidando, el alma tiende naturalmente a buscarse a
sí misma en el amor divino que ve despuntar dentro de sí como un sol puro y cristalino
invitándole a integrarse en él por la vía de la rectitud y el desapego. Para la persona que
medita, la energía sexual se transforma en la base de su espiritualidad. Es la misma energía
que sólo ha cambiado de dirección: en vez de fluir hacia abajo, fluye hacia arriba.
Bhaktidas: ¿Por qué te preocupa tanto el sexo?
Jivatamas: No me preocupa, me sirve para esclarecer lo que no comprendo.
Bhaktidas: ¿Què es lo que no comprendes?
Jivatamas: No sé... Tal vez no entiendo por qué mis acciones todavía no concuerdan
con el ideal de vida que mi conciencia me reclama.
Bhaktidas: ¿Cuál sería ese ideal?
Jivatamas: La autorrealización; supongo que el propósito de la vida humana debe ser
desarrollar desapego del mundo y devoción por Krishna.
Bhaktidas: ¿Y quién es Krishna para ti?
Jivatamas: La Suprema Personalidad de Dios, Causa original de toda causa; la Verdad
Absoluta; y la supremamente atractiva identidad del Espíritu Supremo...
Bhaktidas: (sonriendo amablemente) Perdona mi curiosidad pero, ¿dónde, cómo y
cuándo crees tú que podemos ver a Krishna?
Jivatamas: (contento de ser preguntado) En todos los seres y las cosas, a través del
amor y cuando tú realmente quieras. Él es... Él no se manifiesta solamente como Deidad o
Escritura; Él es la mismidad exclusiva de cada ser y cada cosa; nada existe fuera de Él; Su
presencia está expandida en todo lo que es.
Bhaktidas: Entonces, por eso tú crees que Él también está relacionado con el sexo...
Jivatamas: Él dice en la Bhagavad-gita: “Yo soy el placer del sexo”... Por tanto, el sexo
reprimido no permite experimentar a Krishna. No obstante, el deleite divino contenido en el
sexo no se alcanza con la mera excitación biológica sino al experimentar una felicidad
sublime o gusto superior que trasciende el plano material. Cuando los dos caminos que
encarnan los amantes se convierten en uno solo, éste transporta sus almas a la esfera de
una beatitud desconocida en la que el cielo se junta con la tierra, lo carnal se espiritualiza y
el deleite mutuo hace su casa en el altar de la trascendencia...
Bhaktidas: Intentas decirme que...
Jivatamas: Sí, que el placer sexual no es pecado...

137
Bhaktidas: Bueno, depende.
Jivatamas: ¿De qué depende?
Bhaktidas: De lo que tú entiendas por placer y por pecado.
Jivatamas: Yo no estoy seguro de nada... es mejor que me lo expliques tú.
Bhaktidas: En conciencia de Krishna, placer es una experiencia de absoluto bienestar
que satisface plenamente al alma. Y pecado es toda acción o actitud contraria a la voluntad
de Krishna (cuya presencia activa se refleja en las leyes naturales, las Escrituras y el
maestro espiritual).
Jivatamas: Entonces, mientras no contradiga las leyes naturales, las Escrituras y el
maestro espiritual, el sexo no debe ser pecado...
Bhaktidas: Correcto.
Jivatamas: Admito que no conozco las leyes de Dios, no estoy bien versado en las
Escrituras y aún no he encontrado un maestro espiritual que me corrija. Por tanto, si en
tales condiciones el Señor pone en mis manos toda la responsabilidad del saber que yo
espero de Él, estoy perdido.
Bhaktidas: Él sabe que estás perdido, en realidad todos lo estamos, pero si al formular
cada pregunta guardas un momento de silencio, comprenderás que Krishna en forma de
Paramatma está en tu corazón, y que Él es la respuesta anticipada a todas tus preguntas.
Si tienes la nobleza de escucharle, detectarás fácilmente Su revelación.
Jivatamas: Creo que tienes razón. La conciencia de Krishna ayuda a comprender la vida,
y comprender la vida ayuda a resolver problemas, o al menos a admitir que se tienen y
detectar sus causas.
Bhaktidas: En efecto, todos los esfuerzos que hacemos en la vida tienen como finalidad
comprender misterios y resolver problemas. De no lograrlo la vida se convierte en una fatiga
inútil y, haga uno lo que haga, nunca está satisfecho.
Jivatamas: Así es. Pero, como de entre todos los misterios y problemas de la vida
destaca el sexo, es necesario explorarlo sin escrúpulos para eliminar el impacto negativo
que su hechizo crea en nuestra mente. La atracción sexual es un fenómeno misterioso que
no se entiende fácilmente hasta que se logra descifrar. El sexo es vivido de diferentes
maneras: necesidad vital, perturbación, accidente, pecado... Raramente se vive tal como es
porque raramente hay personas de mente sana e inteligencia pura y amplia. Tanto si uno
practica sexo como si no, lo que le agita, perturba, o preocupa no es la atracción sexual,
sino el criterio “seudo” que le hace mitificar o denigrar el sexo como instrumento de placer
carnal y no como medio de compenetración, intercambio amoroso o fusión de voluntades
para fortalecer la propia unidualidad masculino-femenina y comprender la propia relación
con Dios.

138
Bhaktidas: Tal vez sea como tú dices... Pero quien realmente quiere alcanzar la plenitud
de su evolución espiritual tiene que eliminar las reticencias patológicas relacionadas con el
sexo, de lo contrario no puede recuperar la conciencia original, que es lo que su alma
realmente necesita. En realidad, cuando uno tiene muy claro que el principal objetivo de su
vida es volver a Dios, el sexo queda en segundo plano porque pierde naturalmente el
interés. Srila Prabhupada corrobora lo que digo: “Las transacciones entre amante y amado
en el mundo espiritual son de amor puro trascendental y dicha sin adulterar. Aquel que no
ha sido atraído por la belleza trascendental del rasa, se verá arrastrado sin duda por la
atracción material e impulsado a actuar con contaminación material, y a progresar hacia la
más oscura región de la vida infernal. Pero al comprender el amor conyugal de Radha y
Krishna, se verá liberado del dominio de la atracción hacia el llamado amor material entre
hombre y mujer. Si no se está atraído por la naturaleza trascendental de Krishna, con toda
seguridad se sentirá atracción por el disfrute material y de este modo se caerá en la
pegajosa red de las actividades virtuosas y pecaminosas, continuando la existencia
material, transmigrando de un cuerpo material a otro. Solamente en el proceso de
conciencia de Krishna se puede alcanzar la más alta perfección de la vida” (Sri Caitanya-
caritamrta, Adi-lila 4.35).
Jivatamas: Por supuesto... Prabhupada siempre tiene razón y, a mi manera, yo he
llegado a la misma conclusión. Lo que yo he ido comprendiendo a través de mis reflexiones
de los últimos años es que, si la mediocridad de las bajas pasiones molesta, la única
manera de invertir la situación es experimentar un gusto superior vivenciando una situación
sublime en la que lo mediocre quede totalmente superado. Y eso no es posible con sólo
adoptar una fórmula cualquiera, sino por la actitud interior con que uno vive todo lo que
hace. Si la actitud es fruitiva, haga uno lo que haga será mediocre. Pero si la actitud es
altruista, todo lo que uno haga será sublime. Por tanto, para alcanzar la perfección espiritual
hay que renovar conceptos, recuperar la inocencia y ser dócil a la voluntad de Dios
manifestada a través de la naturaleza y del propio corazón. Esta autonomía de pensamiento
no discrepa con Escrituras ni maestros, es simple y natural como la vida misma. El sexo
existe como el hambre o la sed, es parte de la vida, de nuestra realidad como personas. Sin
embargo, cuando se convierte en psicopatía pierde su carácter natural y enturbia el
entendimiento.
Bhaktidas: Entonces podemos concluir que tanto reprimir como consentir el sexo son
actitudes que conducen a lo mismo: estar obsesionados por el sexo. Sin embargo, existe
una tercera vía que es la de trascenderlo...
Jivatamas: Eso es lo que dice la filosofía, pero en la práctica, la tercera vía sólo puede
tomarse después de haber comprendido el sexo como parte de la vida, de lo que uno es
mientras es parte de ella. Reprimirlo por miedo o consentirlo por debilidad genera división,

139
conflicto. Si uno rescata su efecto terapéutico, sin perturbarse ni dejarse arrastrar por él, lo
convierte en una vía para conocerse a sí mismo y para comprender a Dios. El sexo es un
problema moral porque nos lo planteamos como tal y no como principio natural. Al reprimirlo
o fantasearlo se torna patológico: pecado para el santo y morbo para el pecador.
Bhaktidas: Así es. Dado que el ser humano distorsiona las cosas con excesiva facilidad,
éste se comporta de acuerdo con las caprichosas exigencias de su mente y desarrolla una
mentalidad patológica, no sólo para el sexo sino para cualquier otra actividad...
Jivatamas: Exacto, así es como el sexo deja de ser un acto natural para convertirse en
una enfermedad mental. Quien quiera resolver este problema no puede seguir empleando
su ciega mentalidad de reprimir o fomentar el sexo, basándose en el miedo o el libertinaje.
Tiene que usar el sentido común, aceptando la vida como es y el sexo como parte de la
vida. Lo indicado es pasar de la sexualidad patológica al sexo natural. Hay que liberar al
sexo del basurero mental y restituirle su dignidad poniéndolo a salvo de la vulgaridad. De lo
contrario, toda demostración de afecto o procreación de una criatura será “pecado”.
Originalmente, como expresión afectiva, el sexo sirve para vehicular un sentimiento del
corazón. Buscar sólo el placer sensorial por vicio, cansa y frustra a cualquiera. Pero si se
vive como sana celebración, se convierte en amor, meditación, oración... Entre el sexo y la
oración existe el puente del amor. Aceptar la vida como es implica hacerlo todo por amor,
no por vicio, hábito o rutina. Entonces, todas las acciones –incluido el acto sexual– son
pasos decisivos hacia la plenitud del ser. Cuando la aceptación se incrementa cesa el
conflicto y florece la armonía interior propiciatoria del amor. Luego, a medida que la armonía
es más refinada pasa a ser meditación para convertirse finalmente en oración. Y, a menos
que uno convierta en oración sus actos, ¿cómo alcanzará la autorrealización?
Bhaktidas: Eso suena bien pero, dado que somos vulnerables a los estímulos de la
carne, en la práctica olvidamos el loable propósito de ennoblecer la vida sexual y
recurrimos al barniz de la autosugestión para camuflar nuestra imperfección no superada.
La lujuria es el mayor enemigo del espiritualista. Yo creo que, para una persona que
practica el sexo, hay muchas posibilidades de que se debilite y sucumba, y en vez de
“espiritualizar el sexo” sea esclavizado por él. Cuando Aristóteles instruía a Alejandro el
Grande le aconsejó al joven príncipe: “Evita la inclinación al placer animal porque éste
mancilla el alma. No cedas ante el deseo de tener relaciones sexuales. ¿Qué gloria hay en
seguir las acciones de los animales? Las relaciones sexuales implican la destrucción de
nuestros cuerpos, el acortamiento de la vida”. La influencia de la lujuria nubla la inteligencia
y hace perder la razón. Científicamente hablando, cuando el virya (fluido seminal) se pierde,
el prana (aire vital) se vuelve inestable y agitado, la persona se vuelve nerviosa y la mente
se le hace un lío. El camino real de la autorrealización es el brahmacarya. Prabhupada dice
en la Bhagavad-gita (16.23): “La vida humana está hecha especialmente para purificar la

140
existencia de uno, y aquel que no sigue las reglas y regulaciones no puede purificarse, ni
tampoco puede alcanzar la verdadera etapa de la felicidad.” A mi modo de ver, para ser un
trascendentalista exitoso hay que deshacerse del yugo de las concepciones pervertidas de
la realidad en todos sus aspectos.
Jivatamas: Yo no pretendo contradecir tus puntos de vista, sólo trato de razonar el
problema del sexo para comprenderlo mejor y descubrir las reales posibilidades de
resolverlo desde donde uno está situado y no desde donde uno pretende estar. Tanto al
reprimir como al alabar el sexo, uno no es libre. ¿Y cómo es posible ser feliz sin libertad?
No me parece sensato reprimir o fomentar pasiones; me parece que lo correcto es tomar
conciencia de la propia realidad y obrar en consecuencia. Mi humilde opinión es que
mientras uno no resuelve realmente el problema del sexo tampoco puede resolver otros…

En ese momento llegaron Jivasattva y Elena muy en su papel de pareja bondadosa y casi
asexuada.

Jivasattva: Te escuché mientras llegaba. ¿Crees que es posible practicar la vida


espiritual sin dejar el sexo?
Jivatamas: (esbozando una sonrisa irónica) Puedes dejar el sexo, pero mientras el sexo
no te deje a ti, ¿qué haces?
Jivasattva: Aguantarme, controlarme. El sexo es impuro; es incompatible con la vida
espiritual, es...
Jivatamas: Nada es incompatible con la vida espiritual excepto una mente enferma, y
nada puede curar una mente enferma excepto la genuina comprensión espiritual...
Jivasattva: ¿Qué entiendes tú por “genuina comprensión espiritual?”
Jivatamas: Lo que tales palabras expresan por sí mismas: una comprensión no
adulterada o desenfocada: correcta y al mismo tiempo funcional, que permita encarar y
resolver los problemas de la vida cotidiana de manera simple y natural.
Jivasattva: No estarás insinuando que uno puede comprender los problemas de la vida
sin un maestro...
Jivatamas: No estoy insinuando nada más allá de mis palabras. Estoy afirmando muy
claramente que es fundamental ejercitar la genuina comprensión espiritual, y que no es
posible ver las cosas como son ni resolver realmente los problemas de la vida sin antes
comprender correctamente las cosas. Patañjali definió el yoga como “comprensión
correcta...”, tú debes saber eso...
Jivasattva: Pero como tú no mencionas al maestro espiritual, da la impresión que estás
afirmando que uno puede comprender por sí mismo las cosas, sin necesidad de un
maestro, lo cual es como establecer que toda especulación mental es válida.

141
Jivatamas: Tú puedes pensar lo que quieras, y puedes incluso tener razón, depende de
lo que pienses y de cómo interpretes lo que pienses, pero yo no soy tú y estoy hablando de
algo muy elemental: que la comprensión espiritual sirve para encarar y resolver los
problemas de la vida y que, por supuesto, aunque uno aprenda inicialmente ese arte con un
maestro espiritual, uno por sí mismo es quien tiene que comprender las cosas, de lo
contrario nunca resuelve nada. No sé si me explico... “Resolver” significa encontrar una
solución válida a un asunto que perturba, y esto compete directamente a uno y no a su
maestro espiritual. Si un estudiante no llega a desarrollar esta capacidad, una de dos: o él
no es buen estudiante, o su maestro es incompetente.
Jivasattva: Creo que entiendo lo que me quieres decir, pero al mismo tiempo no puedo
aceptar como válida la propuesta de practicar sexo y también ser un buen devoto....
Jivatamas: No es una propuesta, es una respuesta funcional a la realidad que muchos
devotos viven. Uno no se convierte en devoto reprimiendo sus malos hábitos sino
transformando su conciencia.
Jivasattva: Entonces tú admites que el sexo ilícito es un mal hábito...
Bhaktidas: (en su papel de árbitro) Todo lo que impide elevar la conciencia es un mal
hábito...
Jivatamas: (satisfecho con la intervención de Bhaktidas) Gracias prabhu. Mi punto es
que en la medida que uno prospera ejercitando la comprensión espiritual, van perdiendo
fuerza los malos hábitos. En este caso, el mal hábito no sería el sexo en sí, sino la patología
mental que da lugar al prejuicio exagerado o a la promiscuidad. El denominador común de
los malos hábitos es la concepción errada de las cosas y la actitud inapropiada ante la vida.
Supongamos que un estudiante religioso que sigue ciegamente a su maestro decide
practicar estrictamente celibato y lo consigue durante varios años, y supongamos que otro
menos estricto sin modificar su conducta habitual, con sexo ocasional, pone todo su
empeño en comprender la trascendencia de todo lo que aprende y lo aplica en su relación
con los demás, ¿quién crees tú que está mejor situado?
Jivasattva: En principio, para mí salta a la vista que el primero está haciendo lo correcto
y el segundo se está exponiendo a ser víctima de su propia especulación...

Jivatamas: En principio, tal vez sea como tú dices pero a la larga, y según lo confirma un
elevado porcentaje de fracasos, aquel que pretende alcanzar la perfección espiritual de un
salto, tarde o temprano se cansa de aguantar un estilo de vida al cual no ha llegado por
evolución gradual, y vuelve al mismo punto donde estaba antes. En cambio, el que se
acepta a sí mismo como es y pone interés en comprender la verdad sobre la marcha,
asimila profundamente todo lo que aprende y, aunque su avance espiritual parezca lento, es
más consistente porque sus decisiones no están basadas en meros rituales rutinarios, sino
en genuinas experiencias religiosas.

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Jivasattva: ¿Desdeñas el ritual?
Jivatamas: No. Comprendo y valoro su función que es la de crear una atmósfera
favorable para la comprensión espiritual y el servicio devocional. Pero la genuina
experiencia religiosa da percepción directa del yo mediante la iluminación, lo cual significa
que lo que uno comprende queda comprendido para siempre, y que la transformación de la
conciencia implícita en la acción de comprender también es definitiva.

Jivasattva: Entonces, ¿tú no crees necesaria la rigurosa disciplina que se practica en


una comunidad religiosa? ¿Quieres decir que como librepensador se puede comprender
mejor la filosofía de la conciencia de Krishna?

Jivatamas: El punto no es comprender mejor o peor sino comprender bien. Hasta donde
yo he podido ver, los devotos que viven en los templos aun no han superado la perturbación
biológica y psicológica de sus deseos; ellos enfrentan dificultades que no siempre
exteriorizan o comentan. Por lo general tratan de subordinar sus deseos materiales al deseo
de dedicar su vida al servicio del Señor, y para ello adoptan como pueden el modelo de
conducta establecido con tal de quedar bien. Pero lo más frecuente es que sus deseos
materiales no desaparecen sino que apenas se congelan momentáneamente con tal de ser
aceptados como miembros regulares de la comunidad y aliviarse de las miserias materiales
–soledad, inseguridad, frustración, etc..
Jivasattva: ¿Tú crees que las dificultades de los devotos que viven en los templos no las
tienen los que viven por su cuenta?
Jivatamas: Vayamos por partes... Como escuela de formación, la comunidad religiosa
puede facilitar la introducción en el terreno de la vida espiritual. Pero el crecimiento
espiritual no se logra a menos que uno asuma las enseñanzas recibidas según su
capacidad de comprensión. Partimos del principio de que “no se puede empujar al río”, o
sea, que uno no puede ir más allá de lo que comprende y que si lo intenta lo único que
consigue es engañarse a sí mismo. Uno tiene que iniciar su vida espiritual a partir de donde
está, no de donde cree estar o pretende estar. Si uno finge lo que no es, o se adapta
artificialmente a lo que aspira ser, por un momento creerá haberlo logrado, pero
posteriormente el más mínimo incidente de la vida le demostrará todo lo contrario. En
cambio si, en vez de imitar artificialmente un modelo ideal de conducta incorpora poco a
poco en su vida las verdades conclusivas que va entendiendo, Krishna mismo le bendice
con revelaciones sorprendentes.
Jivasattva: ¿Cuál es tu conclusión?
Jivatamas: Pues que uno que no ha resuelto el problema del sexo no debe esconderlo ni
dar a entender que no le afecta por el hecho de haber renunciado momentáneamente a él,
aparentando lo que no es. Si, tanto la atracción sexual como la repulsión indican que uno
está atrapado en la lujuria, la solución no es reprimirla, subestimarla o sobreestimarla sino

143
aceptarla como parte de la vida, sin darle mayor importancia al hecho de padecerla como
cualquier otra contingencia. Si uno convive con ella sin escandalizarse, avergonzarse o
desanimarse, y se habitúa a ver a Krishna en todo, será una persona respetuosa,
equilibrada y flexible que, a su debido tiempo, verá transformado su egoísmo en
generosidad, su sexo en amor, y su amor en oración meditativa o genuina devoción.
Jivasattva: Perdona mi insistencia, pero desde que conozco la filosofía de la conciencia
de Krishna, me siento muy satisfecho conmigo mismo precisamente porque observo los
cuatro principios regulativos. Si accidentalmente me involucro en sexo siento que he dado
un paso para atrás...
Jivatamas: Yo te comprendo muy bien. Cuando uno pasa varios años practicando
estricto celibato sin esfuerzo y disfrutando con todas las actividades de la conciencia de
Krishna, si alguna vez incurre en “sexo ilícito”, al principio le parece una monstruosidad,
más que nada por perder su prestigio ante los demás y no por...
Jivasattva: ¿Para ti no tienen importancia los cuatro principios?
Jivatamas: Claro que sí, pero el hecho de enfatizar tanto la importancia de practicarlos
sin interrupción es lo que contribuye a que uno quede devastado cuando le ocurre un
accidente. La importancia debiera ser dada a lo que realmente la tiene: trabajar con
devoción, procurando que cada cosa que hacemos se convierta en una ofrenda de amor a
Dios; asegurándonos de que la fe del corazón intervenga con toda su pureza en todos
nuestros actos, siendo genuinamente coherentes y honestos con nosotros mismos y con
nuestros semejantes. A la persona que tiene nociones de la trascendencia no debiera
preocuparle excesivamente los “accidentes”, ya que con ellos su voluntad de plenitud no
sólo no disminuye sino que se fortalece. Donde hay sinceridad, ninguna adversidad vence a
la persona. Las personas que se escandalizan con los accidentes de los otros no sólo no
son mejores que ellos sino que están menos preparados para superar eventuales
accidentes. Ellas todavía no han comprendido que la vida está llena de sorpresas. Eurípides
instó a sus contemporáneos a ser prudentes: “Los dioses nos dan muchas sorpresas: lo
esperado no se cumple y a lo inesperado un dios abre la puerta”.

Las opiniones de Jivatamas sobre lo que significa ser un espiritualista, así como su
tendencia de hurgar en lo ambiguo para desenmascarar las motivaciones ocultas de la
conducta humana, era una de sus maneras de buscar la verdad. Él se regía por su intuición
y no le importaba mucho lo que pensaran los demás. Su despreocupada manera de hablar
y de actuar hacía suponer la informalidad escandalosa que muchos deseaban ver en él para
obtener las pruebas de su “evidente desviación filosófica y moral”. Jivasattva estaba
escandalizado y cuestionaba instintivamente los alegatos de Jivatamas para sofocar su
propia agitación.

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Jivasattva: Yo trato de seguirte pero, ¿no te parece que al ser tan condescendiente
contigo mismo te expones a ser víctima de tu propia actitud neoliberal?
Jivatamas: No creo... Yo me atengo a lo que comprendo, me acepto como soy y acepto
la vida como es. La vida me ha enseñado a convivir con lo distinto y colaborar con lo
inevitable. En realidad, todas las experiencias que vivimos en la Tierra están destinadas a
enseñarnos el significado del amor. Todo acontecimiento es motivo de aprendizaje, todo
aprendizaje contribuye a la educación y toda educación conduce a la comprensión y
desarrollo del amor. El amor es la fuerza que mueve al mundo y que sacude al universo con
sabiduría vital; es la luz inteligente que da a cada ser la libertad de ser quien es en su
relación con Dios y con sus semejantes, así como de conocer la verdadera naturaleza de
las cosas y comprender el verdadero sentido de la vida.
Jivasattva: ¿No te preocupa que maya te pueda estar manipulando sin que te des
cuenta?
Jivatamas: Maya sólo manipula a quien se deja manipular; a quien piensa que puede
resolver sus problemas sin recurrir a Krishna. Maya no tiene nada que ver con las pequeñas
satisfacciones del cuerpo que ocurren sin pensar, sino con el embelesamiento ilusorio
material que hace olvidar a Dios. Quien desea enseñorearse de las cosas de este mundo se
pone bajo el control de maya. La simple gratificación casual de los sentidos no es lo que
condiciona al alma... Es su deliberado deseo de disfrutar materialmente lo que hace que
maya penetre en su corazón y lo infecte de ilusión. La persona que a pesar de sus anarthas
sólo desea restablecer su relación con Krishna, es un alma liberada; aunque se involucre
accidentalmente en las cosas de este mundo no se infecta porque el Señor la bendice
guiando sus pasos en la justa dirección…
Jivasattva: Si Jivarajas estuviera aquí probablemente te diría que confías demasiado en
tu propia manera de pensar…
Jivatamas: Probablemente lo diría y con razón. Pero yo cuestionaría su desconfianza
recordándole el dicho: “Cuanto más adelantados, menos comprendidos”. La gente suele
objetar siempre lo que no comprende... Vivimos en la creencia de que no somos capaces de
resolver problemas y desvelar misterios. Pero el único problema y misterio está en la
infundada desconfianza que el hombre tiene acerca de sí mismo y del amor divino que
bombea la Creación entera y la vida de cada uno de nosotros... Los que cuestionan a una
persona que hace algo fuera de la norma no entienden que lo que han visto es apenas un
aspecto de su personalidad, una fase transitoria de su evolución. Si se comprueba que la
actitud ocasional de la persona cuestionada no anula su espíritu de autosuperación, debe
considerarse que el juicio prematuro del observador es torpe y tendencioso... A mi modesto
entender, la personalidad humana ideal depende del desarrollo armonioso de todas las

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facultades e instintos que la integran. De acuerdo con este principio, ningún instinto o cualidad
es censurable. Y, dado que el uso apropiado de cada cualidad contribuye a mejorar su calidad,
llegamos a la conclusión de que nada puede perjudicarte sin tu consentimiento.
Bhaktidas: (mirando fijamente a Jivatamas mientras tomaba por el brazo a Jivasattva como
indicándole que no debía preocuparse demasiado con las opiniones de Jivatamas): Pero, como
todos sabemos, el Señor Caitanya [India 1486-1534] fue muy explícito al declarar que las
tendencias lujuriosas del cuerpo y de la mente reflejan un estado anómalo de la conciencia del
alma. El alma es eterna, plenamente consciente y dichosa, pero mientras no trasciende su
falsa identificación con la materia no se comporta como tal. Lo grave de todo esto es que en la
misma proporción que predomina el impulso sexual es prolongado el estado de ilusión. La
sexualidad en sí no tiene valor alguno para el alma. Cualquier capacidad instintiva que derive
su valor de un efecto material no es obra de la conciencia original del alma sino de la
conciencia pervertida de la mente. El espíritu es eterno y categóricamente diferente de la
materia... Lo ideal es que el alma se libere de su enredo en la materia y actúe en el plano del
Absoluto al cual pertenece por constitución. Los instintos de nuestra desvirtuada mentalidad
presente son una perversión de la conciencia original del alma. El ideal de vida espiritual
requiere controlar el instinto sexual y rescatar al alma de cualquier inclinación inapropiada de
modo que pueda recuperar su natural devoción a Krishna.
Tras oír las elocuentes palabras de Bhaktidas, Jivasattva enmudeció y miró intensamente
a su compañera Elena como queriéndole indicar que lo que Bhaktidas había dicho era lo
que él pensaba y sentía aunque no lo hubiera expresado tan brillantemente como él. Elena
sostenía la mirada de su compañero esbozando una dulce sonrisa de complicidad. Por
primera vez, desde que empezó su conversación con Bhaktidas, Jivatamas estaba
cuestionando mentalmente la validez de sus propios argumentos. Bhaktidas había
perforado su resistente armadura conceptual y había tocado la parte más sensible de su
corazón. Lo que en realidad él buscaba con sus reiterados intentos de justificar, e incluso
sublimar, la sexualidad, era provocar precisamente lo que acababa de ocurrir: la erupción
de verdades incuestionable, en cuya compañía deseaba ardientemente vivir desde que
conoció la conciencia de Krishna. Ahora que Bhaktidas había intervenido evidenciando la
claridad lógica de su lado inspirado, quería que no cesara de hablar pues todo lo que
estaba diciendo coincidía con lo que palpitaba en lo más profundo de su ser. Sin embargo,
aún no se atrevía a aceptar como única e inequívoca alternativa de vida la completa
renuncia que Krishna le estaba demandando; en su fuero interno se sentía identificado con
la oración de San Agustín: “Señor hazme casto, pero todavía no”. Pero como le resultaba
tan atractiva la manera de explicar las cosas de Bhaktidas, decidió ponerse de su lado para
que continuase derramando sus sabias palabras que eran el tónico que ardientemente
deseaba su atribulada alma...

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Jivatamas: Por lo que acabas de decir, deduzco que un genuino espiritualista rehúsa por
principio el sexo y, si bien no se fanatiza con la total abstinencia sexual, evita a toda costa la
condescendencia sistemática con el goce material...

Bhaktidas: Así es; él desea la emancipación del alma, y no considera que ello sea posible
mediante los principios que rigen su existencia falsa sino mediante el despertar de su
conciencia original o verdadero yo. El punto es que el sexo, como cualquier otro fenómeno de
este mundo, tiene dos caras. Puede considerarse como un factor ajeno al yo real, o como
parte esencial de él. El que conoce la verdadera naturaleza de las cosas sostiene lo segundo.
El sexo burdo es un asunto pasajero y, como tal, pertenece a la existencia cambiante del
mundo material. Tenemos que realizar que el mundo experimentado a través de los sentidos
materiales, no es el mundo donde nuestras almas pueden vivir en paz. La verdadera realidad
está más allá de la percepción sensorial. El mundo material es apenas una reflexión pervertida
del mundo espiritual; la sombra o abstracción virtual de lo real. Nuestra alma, que es un
habitante del mundo espiritual, ha perdido todo recuerdo real del mundo substancial. Mientras
tiene adormecida su conciencia, el alma usa incorrectamente su libre albedrío y, en vez de
servir libremente a la verdad, escoge el sendero opuesto. La función del libre albedrío es optar
por servir a la verdad y someter a uno a la guía de un medio superior donde quiera que
aparezca... ¿Estamos de acuerdo?

Jivatamas: Por favor sigue hablando, tus oportunas palabras me ayudan a entender...

Bhaktidas: En realidad no son mis palabras. Todo esto lo dijo Sriyut Nisikanta Sanyal
(India 1884–l940), un discípulo de Srila Bhaktisiddhanta. Él expuso por escrito los puntos
que fácilmente contribuyen a confundir los pasatiempos trascendentales de Krishna con los
pervertidos devaneos de los humanos... También subrayó que “la razón de las almas caídas
rehúsa deliberadamente reconocer su propia pequeñez y no acepta la guía de la razón
superior pretendiendo construir un mundo de su propiedad con sus propios recursos
insignificantes”. De hecho, la insatisfacción que padecemos es el resultado de esta actividad
desleal. Hemos puesto deliberadamente nuestro cuello en el lazo que nos ata a la
insensatez. Mientras esta actitud persista, estamos obligados a permanecer en ignorancia y
a padecer una vida miserable.
Elena: (visiblemente conmovida) ¿Y qué podemos hacer para zafarnos?
Bhaktidas: En primer lugar podemos tratar de comprender cabalmente la naturaleza de
esta perversión. Después, la misma filosofía que detecta nuestra ignorancia se volverá la
más grande ayuda para liberarnos de la esclavitud de nuestra distorsionada comprensión de
la verdad. El Srimad-Bhagavatam informa de manera exhaustiva acerca de la
trascendencia, haciendo hincapié en que la realidad material es el reflejo pervertido de la

147
realidad espiritual. Los amores del Señor Krishna son categóricamente diferentes de los
intercambios sexuales del mundo material; ellos son la eterna variedad de la que surge la
parcial reflexión pervertida que los materialistas suelen aceptar como realidad única. El que
ve las cosas como son, sabe que tales amores son inconcebiblemente sublimes, sin
ninguna semejanza con la sexualidad mundana.
Jivatamas: (con la deliberada intención de que Bhaktidas complete su argumento)
¿Quieres decir que las personas que aman la verdad aun sin conocerla son liberadas de la
ilusión tramposa de la sensualidad por meditar en los amoríos espirituales de Radha y
Krishna?
Bhaktidas: Así es. El conocimiento de las relaciones amorosas de la Divina Pareja es la
mejor medicina para el alma afectada por la enfermedad de la sexualidad mundana. Los
amores de la Divina Pareja son la verdad más elevada. Su comprensión, que es la meta
suprema de la vida, puede lograrse con sólo escuchar el Srimad- Bhagavatam.
Jivasattva: (mirando de reojo a Jivatamas, como indicando que hacía la pregunta que
debiera haber hecho él) Entonces lo que tú propones no es eliminar el instinto sexual sino
convertirlo en devoción pura mediante el proceso de bhakti-yoga...
Bhaktidas: Todos aquí sabemos que esto es lo que hay que hacer y que es posible lograrlo
empleando los sentidos y la mente en el servicio devocional a Krishna. La transición del instinto
sexual a la devoción pura se inicia al escuchar las noticias del mundo espiritual de labios de
aquellos que ya han realizado la vida eterna. Sólo tales personas pueden exponer
apropiadamente el Srimad-Bhagavatam. El Señor Chaitanya es el exponente ideal del Srimad-
Bhagavatam. Su vida es el Bhagavatam aplicado en los deberes de la vida diaria de este
mundo con el fin de autocapacitarse para entender y realizar la Verdad. La visión espiritual se
arraiga en el alma a medida que uno escucha atentamente las palabras trascendentales de un
preceptor genuino y las pone en práctica diligentemente.
Elena: Entonces, los que no tenemos un maestro que encarne el Bhagavatam nunca
llegaremos a comprender la verdad...
Bhaktidas: Ahora nadie puede decir eso. Por fortuna todos tenemos a Srila Prabhupada
como preceptor. Él dijo que no era diferente de sus libros, por tanto... El punto es que es
necesario ser entrenado espiritualmente por alguien que entienda bien lo que enseña, y que
también lo practique. Con sólo vivenciar la enseñanza recibida mediante la práctica de
servicio devocional a Krishna, uno puede realizar la función eterna de su alma. Este servicio
no es ejecutado apenas por el cuerpo o la mente sino por el alma que está completamente
libre de los deseos mundanos, incluyendo el deseo sexual... Krishna es como un imán. Es
tan atractivo que, con sólo recordarlo, uno se libera de sus bajas pasiones al instante.
Simplemente por escuchar acerca de Él uno desarrolla amor por Su persona. Esa es Su
gracia: por un lado aleja lo desfavorable y por otro otorga lo favorable. Cuando uno

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desarrolla amor por Dios, su cuerpo, su mente y su inteligencia son atraídos únicamente por
Sus trascendentales cualidades. Krishna es tan atractivo que, a causa del apego
trascendental, Sus verdaderos devotos pierden interés incluso en los cuatro principios
elementales de la vida espiritual (religiosidad, desarrollo económico, sexualidad y
liberación). Cuando esto ocurre sobra decir que uno ha recuperado su lugar en Vaikuntha.
Jivatamas: ¿Quieres decir que el alma puede ser libre incluso en este mundo?
Bhaktidas: ¿Por qué no? La calidad del mundo en que uno vive está determinada por su
propio estado de conciencia. En realidad el alma sólo actúa libremente en el reino del
Absoluto donde es consciente de su relación real con Dios, pero esta privilegiada posición
también la puede alcanzar en este mundo al practicar servicio devocional de modo
desinteresado e ininterrumpido. Lo que pasa es que si uno se descuida puede arruinarlo
todo. De todos modos, como la pervertida pretensión de disfrutar independientemente de
Krishna no puede tomar arraigo en el territorio de la Verdad Absoluta, los mismos errores
nos ayudan a entender...
Elena: Entonces, volviendo a lo que se hablaba antes, fuera del estricto círculo donde
tienen lugar las relaciones amorosas entre Krishna y Sus devotos, toda forma de sexo es
impura...
Bhaktidas: Por supuesto. El sexo meramente carnal carece de conciencia divina y refleja
una conciencia impura. Lo impuro falsea la naturaleza divina del alma. Todo anhelo material
es impuro y corrompe nuestra conciencia mientras prevalece nuestra naturaleza secundaria.
Si deseamos realizar la verdadera naturaleza del amor por el que únicamente se puede
complacer a Krishna, hemos de estar listos para hacer el sacrificio supremo de descartar
rotundamente la burda complacencia sexual. Nosotros somos perfectamente libres de elegir
este sendero. Pero ninguna elección es sostenible a menos que surja de una convicción
basada en la filosofía de la conciencia de Krishna. Cuando dicha convicción se produce,
aceptamos naturalmente la guía de las Escrituras tal como es expuesta por los verdaderos
devotos. En el proceso de la conciencia de Krishna hay etapas graduales que tienen que
ser superadas para poder desarrollar amor puro por Dios.
Jivatamas: Según tú, ¿sólo cuando uno corrige sus anarthas y se vuelve fijo en su
sadhana puede realizar la verdad fundamental del principio sexual?
Bhaktidas: Así es. El efecto purificador de la conciencia de Krishna es tan fuerte que el
anhelo sexual es curado incluso al inicio de la tentativa espiritual. Esto se debe a que,
apenas entra en el reino del Absoluto, la diminuta alma actúa libre de todas las limitaciones
porque es guiada directamente por Krishna. Su función es servir a Krishna y, como servir
implica conocer los deseos de la persona a la que uno sirve, el mismo Krishna se hace
cognoscible a Su sirviente por medio de Sus instrucciones. Originalmente la posibilidad de
servir la encarna Srimati Radharani, el principio servidor y la eterna contraparte femenina de

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Krishna. Ella es la pastorcilla suprema de Vraja, de la que todas las almas son sus
partículas infinitesimales. Para servir a Krishna Ella se expande en otras pastorcillas, las
cuales nunca olvidan a Krishna por constituir el poder espiritual directo del Señor...
Jivatamas: Obviamente, en el mundo espiritual todo es perfecto, las relaciones amorosas
están exentas de lujuria, y todo está impregnado y regido por el amor incondicional de la Divina
Pareja pero, los que aún estamos en este valle de lágrimas, ¿a qué debemos atenernos?
Bhaktidas: Pues a lo que de verdad esclarezca nuestras dudas. Desde la perspectiva
espiritual es impropio concebir el amor apenas como sexo. Incluso en el plano material es difícil
concebir que el amor de amantes pueda sobrevivir sin la entrega espiritual de alma a alma.. No
obstante, como en el plano espiritual el sexo carnal no existe, la exuberante pureza del amor
constituye el “magnificat” sublime que los materialistas persiguen a través del sexo. La
sexualidad, junto con otras pasiones como el dinero, la codicia y el poder constituyen los
pilares que sostienen la nesciencia humana.
Jivatamas: Entonces, todo lo que dijo Freud es un fraude.
Bhaktidas: Pues sí, ¿qué quieres que te diga? Freud se ocupó sólo de las bajas pasiones y
en consecuencia el psicoanálisis todavía no ha sido capaz de volverse un verdadero templo del
entendimiento; una casa grande y confortable en la que realmente se pueda vivir en paz. El ser
humano tiene un sótano, pero también tiene un ático. Es inconsciencia pero potencialmente
también es superconciencia. Todos somos libres de escoger el sótano de la inconsciencia o el
ático de la superconciencia. Podemos conformarnos en seguir arrastrándonos por la tierra o
podemos aprender a elevarnos para volar muy alto, incluso más allá del cielo... En su obra El
Jardín amurallado de la verdad, Hakim Sanai recomienda: “Levántate, acaba con los cuentos
de hadas; deja tus bajas pasiones y ven a mí. Tienes que darte cuenta que Su guía [la guía de
Dios] es la que te mantiene en camino, y no tu propia fortaleza”. “Levántate” significa “deja de
estar abajo”; y “acaba con los cuentos de hadas” significa “olvida las falsas interpretaciones de
la verdad que tú mismo has inventado o que te han inculcado otros”. Y “ven a mí, etc.,” significa
“entiende que si buscas la verdad o te mueves hacia Dios, es porque el amor de Dios ha
venido a buscarte”. Si uno piensa que por sí mismo puede llegar a Dios y perder el interés por
la fama y el poder, está equivocado, ha caído nuevamente al sótano. En el camino del amor es
Dios quien nos llama, es Él quien nos hace buscarlo. De no ser así no tendríamos ninguna
inquietud. Él nos elige y nos atrae; de nosotros sólo depende “dejarnos elegir o atraer” por Él.
La presencia de Krishna localizada en nuestro corazón es la que nos orienta correctamente
para que no tomemos un camino equivocado. Tal como Krishna nos ha dado la vida, también
nos ha dado el deseo de buscar la verdad. Si Él no nos llamara, ¿cómo se nos ocurriría
encaminarnos hacia Él?
Elena: Perdona mi insistencia, pero si a pesar de todo lo que ya sabemos y de lo que tú
nos has dicho hoy me surgen nuevas preguntas inquietantes, ¿qué puedo hacer?

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Bhaktidas: Observa tus preguntas, hazte amiga de ellas. En la profundidad de las
preguntas se hallan las respuestas. Son los señuelos de los manantiales de conocimiento
virgen que todos llevamos dentro. Si las dejamos reposar en el corazón, nos pueden contar,
ellas por sí mismas, todo lo que necesitamos saber o recordar. Averigua qué es lo que te
impulsa a formular una pregunta y verás enseguida la raíz de la respuesta. En cada
pregunta se refleja la luz estelar del cuerpo causal de cada cual. La respuesta es la
evolución natural de la pregunta, la sustancia lógica que evidencia la verdadera naturaleza
de las cosas. En verdad, existen formas potenciales de conciencia enteramente espirituales.
Aunque no sospechemos su existencia, basta estimularlas un poco escuchando temas
trascendentes para que se manifieste en todo su esplendor...

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Capítulo 6

A mediados de diciembre llegaron a Punta del Este Jivarajas y su esposa Purnamrta


procedentes de Montevideo. Los trajeen su coche un devoto de nombre Muktidas que la
pareja había conocido años antes en el templo de Los Ángeles. El devoto se volvió
enseguida para Montevideo, pero quedó en regresar el domingo 18 de diciembre. Durante
varios días los devotos estuvieron recordando los viejos tiempos de Vrndavana pero sobre
todo hablaron de lo que cada uno había hecho y entendido durante los últimos cinco años
de separación en sus respectivas labores y países. Jivarajas y Purnamrta dijeron que las
personas que aprendían reiki con ellos cantaban cuatro rondas del mantra Hare Krishna.
Jivasattva y Elena explicaron que al empezar cada sesión de yoga hacían recitar el mantra
“om namo bhagavate vasudevaya” a sus alumnos, y que durante los momentos de
relajación también escuchaban CD’s devocionales. Por su parte Jivatamas dijo que en su
estudio de Florencia todos los jueves mantenía tertulias de arte con sus amigos a los que
les hablaba sobre el proceso de la Creación, la potencia del sonido de los mantras y la
filosofía del Srimad-Bhagavatam. Bhaktidas contó las cosas que aprendió mientras asistía a
su madre durante la enfermedad terminal que padeció los últimos tres años de su vida, y
todos quedaron impactados. Durante la reunión, el tema del dolor se impuso sobre los
demás durante un buen rato...

Bhaktidas: Nada, incluso la muerte, tiene tanto poder intimidatorio como el dolor.
Jivatamas: Una vez, un médico me dijo que “el dolor es un exceso de vida”.
Bhaktidas: Un “exceso”, cuyos trastornos nerviosos son imprevisibles. Se supone que el
dolor denuncia las irregularidades en el modo de vivir, pero el que lo sufre experimenta un
malestar en el sistema nervioso, como si fuese electrocutado. Es un huésped no invitado
que, de la noche a la mañana, transforma la vida en un infierno.
Jivatamas: Es cierto. El dolor físico exaspera, doblega, vence. Ante él, cualquier filosofía
o idea de la vida queda reducida a mera extravagancia. El dolor confunde; hace delirar,
renegar, claudicar. Mientras no da tregua, uno se siente completamente desamparado. Un
amigo poeta me dijo una vez que “la fatalidad del dolor no es una desdicha, sino una delicia,
la delicia que siente el cincel al encontrar la resistencia del mármol”. Yo le dije que, aunque
él rindiese culto al dolor con su poesía, si quería realmente trascenderlo tendría que ir más
lejos... Cuando me preguntó “cómo podía lograr eso” yo le dije que esa pregunta tenía que
respondérsela él mismo.
Jivasattva: Pero si no le informas acerca de cómo experimentar un gusto superior,
¿cómo te va a entender?

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Jivatamas: Ya es mayorcito, que se espabile, primero tiene que indagar seriamente
acerca del verdadero sentido de la vida, de lo contrario es inútil empacharlo de filosofía...
Bhaktidas: Ambos tienen razón. Por un lado, sin poner verdadero interés en indagar no
se puede comprender nada. Y por otro, el proceso de la conciencia de Krishna es un largo
recorrido en el que el gusto superior, ruci, aparece después de haber eliminado los malos
hábitos, anartha nivrtti. No cabe duda que uno de los mayores problemas de la vida es el
dolor y que, a pesar de que es inevitable, es muy difícil de aceptar. Lo vi en mi madre que
murió de cáncer. Cuando el dolor es rechazado, su intensidad aumenta tanto que provoca
una gran desesperación, una inmensa tensión y una tremenda ansia depresiva...
Elena: Mi madre también murió de cáncer... Ahí yo realicé la ironía del destino y la tiranía
del dolor. Lo natural para todo el mundo es disfrutar; la aceptación forzada del dolor no
tranquiliza, sino que provoca gran indignación y desespero. Sufrir sin rechistar es
conformismo. Sólo cuando la mente interroga, duda, o inquiere, descubre indicios
sobrenaturales y puede ir más allá del sufrimiento causado por el dolor. Quien diga “el
tiempo lo cura todo”, también supone mal. ¿Por qué traemos a la memoria los momentos
placenteros del pasado cada vez que nos duele algo?
Bhaktidas: El dolor nos vence en la medida que no lo comprendemos.
Purnamrta: El propósito de impartir reiki a las personas es aliviar el dolor, pero el dolor
es tan tenaz... ¿Cómo vencerlo?
Bhaktidas: Yo creo que no se trata de vencerlo sino de comprenderlo... En realidad el
dolor es el termómetro del miedo; aterroriza y hace colapsar hasta el pensamiento. Su
efecto coactivo y dominante perturba la mente, pero también agudiza el ingenio para
detectar lo que más importa. Por tanto, el dolor también es el despertador de la conciencia.
Aunque por un lado flagela al individuo, por otro lo templa y le hace ser más honesto y
razonable. Su lado negativo consiste en el sufrimiento progresivo que provoca mientras uno
lo rechaza, y su lado positivo consiste en la paz que otorga cuando uno lo comprende.
Purnamrta: Pero como la mayoría de las veces prevalece el lado negativo, el dolor se
hace insoportable...
Bhaktidas: Es cierto, el dolor hace enmudecer. Nadie dice nada mientras lo agobia un
dolor fuerte. Pero bien tolerado, el dolor siempre fortalece y ennoblece. Quien pasa por una
experiencia dolorosa aprende a valorar más la salud y desarrolla especial habilidad para
descubrir el verdadero rostro de la vida.
Jivatamas: (dirigiéndose a Purnamrta) Mientras tú preguntabas si es posible vencer el
dolor yo sentí que sólo por meditar en esa pregunta y por no rechazarlo, el dolor afecta
mucho menos. A mí me parece que, a pesar de que el dolor hace perder la cordura, el
aguante puede vencer al dolor. El aguante es la clave para que el efecto traumático del
dolor no nos asuste o nos deprima.

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Jivasattva: Y el mejor aliado para el “aguante” que mencionas es el conocimiento védico.
Cuando uno sabe con certeza que su verdadero yo es inmortal; que su alma permanece
intacta tras la muerte del cuerpo; y que los mortificantes dolores lo redimen, ciertamente no
se confunde en los momentos de dolor.
Jivatamas: (visiblemente incómodo y molesto) ¿Qué tal si cambiamos de tema?
Jivarajas: ¿Por qué? A mí me interesa esto. Hay muchas personas que sufren dolores
fuertes y creo que cuanto más profundicemos el tema más podremos ayudarles...
Jivatamas: Está bien. Entonces diles a tus clientes que uno es lo que piensa y que
decreta todo cuanto habla. Así comprenderán que los errores de conducta enferman y que
la rectificación de los errores sana.
Jivarajas: Yo les digo a mis alumnos que la enfermedad es desorden y que poniendo un
poco de orden en la conducta es posible frenar la enfermedad. En la mente es donde se
origina el desorden y en la mente es donde debe ser restablecido el orden. Las
enfermedades graves como el SIDA, o la Hepatitis C, tal vez no es posible curarlas, incluso
después de rectificar los errores de conducta, pero como lo que importa es la salud mental,
recuperada ésta, la persona se apacigua y aprende a tolerar.
Purnamrta: Si fuera tan fácil como decirlo...
Jivatamas: Las enfermedades graves son difíciles de aguantar pero las menos graves se
pueden sobrellevar ocupándose en actividades que hagan olvidar el cuerpo como leer,
pasear, contemplar la naturaleza, escuchar música, ver una película, conversar... La
cuestión es distraerse, aflojar las tensiones que propugna el dolor. También es bueno
recurrir a las respiraciones profundas, los baños de asiento, la fiebre provocada, los
ejercicios de relajación, las visualizaciones, etc. Lo digo por experiencia.
Jivarajas: El dolor nunca desaparece. Parece que se va pero, de una manera u otra,
siempre vuelve. A veces con el mismo rostro, a veces con diferente disfraz, pero siempre
vuelve. A veces, unos instantes de lucidez mental parecen ahuyentarlo pero las
preocupaciones lo hacen regresar. Los incidentes emocionales, por pequeños que sean,
mantienen encendida la llama del dolor. Los momentos agradables atenúan el dolor pero
también lo exacerban, debido a la tramposa gratificación de los sentidos.
Jivatamas: Depende de cómo se mire. A mí me parece que la persona inteligente puede
lidiar exitosamente con el dolor. Mientras la comprensión espiritual prevalezca sobre
cualquier agitación dolorosa, el dolor será vencido. Para la persona que comprende que es
un ser espiritual, sobrellevar el dolor es pan comido.
Jivasattva: Yo sé que tienes razón pero aún así...
Jivatamas: Aún así no hay vuelta que darle. Sólo la experiencia genuinamente espiritual
genera distensión y disminuye el dolor. El dolor nos recuerda que somos vulnerables y que
la vida es impredecible. Sólo por eso es de agradecer la penosa fatalidad del dolor. Las

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experiencias dolorosas de la vida nos hacen comprender que para alcanzar la verdadera
felicidad hay que trascender la identificación con el cuerpo y con el mundo material.
Jivasattva: El dolor provoca tal desamparo que no deja otra alternativa que reconocer
nuestra precariedad e implorar la ayuda de Dios. Desde este punto de vista, admito que el
dolor es una dádiva divina que prácticamente nos obliga a meditar en el Señor como
Paramatma, el único que nos puede recordar lo que hemos olvidado e inducirnos a
comportarnos inteligentemente según Su voluntad... En realidad, el dolor es una forma
agresiva de la verdad; un grito desesperado del alma violentada por los desaciertos de una
mente caprichosa y consentida.
Bhaktidas: La mente es demente, y la única manera de no ser influenciados por su
demencia es vivir como si ella no existiera. Las dependencias psicológicas esclavizan. La
acción conforme a las opiniones acumuladas en el tiempo es irrelevante en cuanto a la
evolución en el vivir. La vida tiene lugar a partir de la libertad. Sin libertad, lo que llamamos
vida es muerte, una forma de existencia carente de real significación y trascendencia. La
mayoría de los problemas que tenemos se debe a que no somos libres. Todos dependemos
de algo. Descubrir la causa de nuestras dependencias es esencial para comprender el
sufrimiento. La mayoría de nosotros estamos condicionados por el prejuicio. Cuando
aparece el dolor queremos escapar de él. Al no encararlo sucumbimos sin darnos la
oportunidad de comprenderlo y trascenderlo como cualquier otro fenómeno. La enfermedad
asusta, el dolor estremece, y el estremecimiento desaprovecha su propio retén didáctico.
¿Puede uno mirar su propio dolor sin temor, o esperanza de probable curación? Con esta
pregunta no objetamos la legitimidad de querer curarse, sino la arraigada costumbre de
mirar a través del prejuicio. Cuando uno descubre sus condicionamientos comprende que la
mayor parte de su sufrimiento no se debe al dolor. Con sólo no pretender sustituir el dolor
por placer, éste manifiesta su función redentora revelándonos el mar de apegos que
bloquea nuestra visión correcta de las cosas...
Jivatamas: (mirando a Jivarajas) Concuerdo plenamente con lo que ha dicho Bhaktidas,
los condicionamientos psicológicos son tan fuertes que no se pueden controlar. La prueba
es que cuando una persona tiene grandes dolores en una pierna y se la amputan, continúa
sintiendo los mismos dolores de antes a pesar de no tenerla. Entonces, ¿qué es el dolor y
cuál es su verdadera causa? ¿Cómo, o qué es lo que produce lo que llamamos sufrimiento?
Los condicionamientos psicológicos articulan y sustentan en buena parte el fenómeno del
dolor. Algunos especialistas afirman que los problemas emocionales no asumidos crean
proyecciones mentales que el cerebro absorbe y propaga por el sistema nervioso en forma
de dolor. Otros dicen que el cuerpo humano tiene su propia inteligencia y que, cuando una
crisis dolorosa alcanza niveles críticos, ella despliega su innata tendencia equilibrante...

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En ese momento llegó Mónica y al ver que todos estaban reunidos y con caras raras se
desvió por el jardín hacia la puerta trasera de la cocina. Pero Bhaktidas la vio y enseguida
fue a su encuentro y se la trajo para presentarle a Jivarajas y a su esposa. Al ser informada
por Jivatamas que estaban hablando acerca del dolor, ella también ofreció su comentario.

Mónica: Según dijo el doctor Chopra durante su reciente conferencia en Punta del Este,
“el cuerpo físico es el retrato en tres dimensiones de lo que pensamos. Nada se mueve sin
que se mueva el conjunto”. Por consiguiente, al menos eso es lo que yo deduje, cuando el
dolor se manifiesta en una determinada parte del cuerpo, la totalidad del organismo está
implicada en el fenómeno. Entonces, la evolución de la crisis dolorosa y su eventual
proceso curativo, dependen del estado de la mente. De nada sirve combatir el dolor sin
tomar en cuenta su origen patológico.
Elena: Así es. Mi maestra de yoga solía decir que cada dolencia refleja la existencia de
un particular conflicto no resuelto, y que para conocerlo es preciso transformar la
descontrolada actividad mental en aliada por medio del yoga o la meditación.
Jivasattva: (mirando a su compañera) Según mi experiencia, la palabra de orden para el
dolor es “tolerancia”. El dolor puede ser incomprendido y combatido, o comprendido y
tolerado; depende del entendimiento que uno tenga. Puesto que el dolor se presenta
cuando menos lo esperamos y no sabemos cómo eliminarlo, la única opción es aprender a
lidiar con él de una manera inteligente. Los sufrimientos del cuerpo vienen y van, y mientras
están presentes hay que aprender a tolerarlos. Como dice Krishna en la Bhagavad-gita
(2.14): “La aparición temporal de la aflicción y la felicidad y su desaparición a su debido
tiempo, son como las estaciones del invierno y el verano. Surgen de la percepción
proveniente de los sentidos, y uno tiene que aprender a tolerarlas sin disturbarse”. La
tolerancia del dolor es posible en la medida que uno comprende que cuanto más lo combate
más prolonga su influencia.
Bhaktidas: Así es. Combatir el dolor aumenta la tensión que lo produce. Lo sensato es
tolerarlo como parte de la vida. Toda enfermedad es una somatización de la nostalgia
inconsciente que siente la persona ansiosa de recuperar su conciencia original. Y, dado que
toda dolencia física refleja un anacronismo anímico, estudiar cuidadosamente el significado
simbólico del dolor puede conducirnos a su desconocida causa. El dolor físico es el lenguaje
usado por el alma para llamar la atención sobre sus necesidades vitales de equilibrio y
bienestar que por alguna razón no están siendo satisfechas. El alma ama la pureza y la
integridad moral. No soporta la falsedad, y cada vez que sus derechos son violados
reacciona provocando enfermedades en el cuerpo... En conclusión, no hay un error absoluto
que nos condena a sufrir de por vida sin remedio, sino varios errores relativos que nos
condicionan temporalmente al sufrimiento mientras no los corregimos. La autorrealización

157
sólo es posible cuando se corrigen los patrones de conducta equivocados. Logrado esto,
también se erradica la dolencia, o por lo menos sus secuelas inherentes.

Dicho esto, Bhaktidas propuso un paseo por la playa pero, como ya era mediodía, había
que acordar quién iba a cocinar. Entonces Elena, Purnamrta y Mónica se ofrecieron y así se
resolvió el asunto de inmediato...
Días más tarde llegó el domingo y, al terminar la clase de la mañana, los devotos hacían
sus comentarios mientras las mujeres preparaban el desayuno... Era un día sin brisa y
caluroso, y en la atmósfera reinaba la tranquilidad. Los vecinos no habían dado señales de
vida todavía. El sol, cuyos incipientes rayos prometían abrasar el balneario, aún era
benigno. La placentera frescura del ambiente era relajante. Parecía como si un halo divino
se hubiese posesionado de la casa. En ese momento, tal como lo había anunciado días
antes, se presentó Muktidas y después de saludar a todos comenzó a explicar con cierta
vehemencia sus inquietudes causando cierta perplejidad entre todos los presentes.

Muktidas: Desde que llegué de Los Ángeles he estado alojado en la casa de un devoto,
el cual está muy alarmado porque un discípulo de un guru de ISKCON se ha ido a la
Reforma... Según parece no es el único; dicen que ahora los de la Reforma están iniciando
a mucha gente de la que por años había visitado el templo de Montevideo. Todo ocurrió en
la fiesta del Señor Balarama. Estamos viendo como pararlos...
Bhaktidas: ¿Pero qué dices, hombre?... Tenemos que ser caballeros y aprender a
convivir en paz sin pelear unos contra otros; tenemos que aceptar nuestras mutuas
diferencias sin entrar en conflicto y proceder con benevolencia dejando que cada cual haga
lo que pueda. El fanatismo refleja mediocridad y falta de criterio inteligente. ¿Por qué
disgustarnos porque haya otros grupos de devotos con otras iniciativas o estilos diferentes?
¿Por qué tirar por la borda nuestra dignidad apenas advertimos que otras personas no
gustan de nosotros, o no quieren vivir bajo nuestro mismo techo? ¿Qué sentido tiene
convertir el Movimiento del Señor Caitanya en una corporación mundana elitista? Nuestros
egregios preceptores –Caitanya Mahaprabhu, Nityananda Prabhu, Srila Bhaktivinoda
Thakura, Srila Bhaktisiddhanta, Srila Sridhar Maharaja y Srila Prabhupada– eran rígidos y
flexibles. Nuestro deber principal es ser exigentes con nosotros mismos y tolerantes con los
otros.
Jivatamas: La lucha de clases es lo que dejamos atrás cuando decidimos abrazar el
vaisnavismo pero, lamentablemente, la tendencia partidista todavía aflora con demasiada
facilidad cada vez que alguien deserta de nuestras filas y crea su propio programa, o se une
a otra comunidad vaisnava.

158
Bhaktidas: Pero si comprendiéramos que el vaisnavismo es un árbol con muchas ramas
no nos alarmaríamos tanto. Si recordásemos que somos los descendientes de Jagai y
Madai no seríamos tan intransigentes y orgullosos, sino más tolerantes y humildes, y nos
pondríamos contentos cada vez que alguno de nosotros influye en otro para que cante el
Santo Nombre u organice su vida espiritual. De por sí, una organización no es más que una
herramienta sin valor, lo único que vale es lo que se logra organizándose...
Jivatamas: Estoy completamente de acuerdo contigo. El ISKCON institucional que tanto
defendemos no sirve para nada si no contribuye a que sus miembros vivan en paz y dejen
vivir en paz a los demás. Si tanto deseamos ayudar a las almas condicionadas deberíamos
saltar de contentos cada vez que en cualquier lugar, y de cualquier manera, alguien decide
servir a Krishna o predicar según su capacidad. La idea de que sólo ISKCON salva es una
forma de intimidación inducida por el miedo a perder adeptos. Debemos acercarnos al
espíritu original del proceso de la conciencia de Krishna que animó a Srila Prabhupada y a
sus predecesores a dedicar toda su energía en favor de las almas condicionadas. Desde
esta perspectiva comprenderemos que lo institucional es apenas un recurso meramente
accesorio; un mero mecanismo burocrático subordinado a la dinámica trascendental del
bhakti que cada uno de nosotros anhela desarrollar de acuerdo con sus reales posibilidades
de entendimiento y voluntad.
Bhaktidas: Ciertamente no debemos ser perversos. La perversidad es lo que no somos,
lo que a toda costa pretende convencernos de que somos los “únicos” elegidos de algo que
todavía no entendemos bien ni hemos logrado realizar. Los devotos de Kali-yuga, los que
como Jagai y Madai, nos acogemos a la misericordia del Señor Nityananda, somos
hermanos en origen y hermanos por herencia, y debemos relacionarnos con amor, con una
tolerancia inteligente basada en la genuina compasión y claro entendimiento de que todos
estamos en el mismo barco en pleno proceso de transformación y aprendizaje...
Muktidas: Pero ellos no respetan nada; van al templo para ver a quien pueden llevarse y
luego hablan pestes de nosotros. Dicen que ISKCON no es un movimiento autorizado
porque los GBC no están siguiendo lo que dijo Prabhupada, y no paran de hacer ofensas
contra los gurus, de los que afirman que no son cualificados y que mientras no
desaparezcan los americanos que dirigen el Movimiento todo será caótico...
Jivasattva: Si es así no debes preocuparte tanto, pues obviamente se trata de la típica
animadversión de personas fanáticas que no saben lo que dicen. Prabhupada estaba muy
orgulloso de sus discípulos americanos y de la idea de producir vaisnavas de todas las
nacionalidades. Si esas personas se fijan tanto en los defectos es porque no tienen
capacidad para otra cosa y entonces es mejor no hacerles caso. El punto es que nosotros
debemos aprender a ser tolerantes y a convivir con lo que hay.

159
Jivatamas: La solución no es “pararlos” sino ignorarlos sin por ello guardarles rencor.
Cada cual está donde le toca y hace lo que puede. No hay que menospreciar a los que van
más despacio ni sojuzgar a los que van más deprisa. Nadie es censurable mientras no
incurra en una desviación grave, o no predique abiertamente contra la doctrina del Señor
Caitanya. Sólo cuando una persona tergiversa deliberadamente las enseñanzas de los
acharyas y se torna un declarado sahajya ofensor de Krishna es avaisnava. Los juicios que
emitimos acerca de los otros no dicen nada acerca de los ellos sino de nosotros mismos...
Cuanto más nos polarizamos contra lo que alguien dice, hace o deja de hacer, más
acentuamos su influencia. Cuanto más criticamos o juzgamos a una persona que no nos
gusta, más aumentamos su energía y su poder. Y, cuanto más despotricamos de los que
nos caen mal, más evidenciamos nuestra acomplejada personalidad.
Bhaktidas: De mi parte, puedes decir a tus amigos que si les preocupa perder adeptos
deben volverse revolucionariamente puros y sencillos. No hay nada más atractivo que la
pureza y la sencillez. En una ocasión, unos devotos que durante varios años no conseguían
hacer nuevos bhaktas, preguntaron a Srila Prabhupada “cómo atraer más personas nuevas”
y Prabhupada les dijo: “Vuélvanse atractivos”. Todos debemos reconocer nuestros errores y
no perder el tiempo acusando a los demás. La mayoría de nosotros apenas hemos
reprimido artificialmente nuestras propensiones imperfectas en vez de superarlas. Por tanto,
en vez de criticar a los demás, deberíamos preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo para que
nuestros problemas y conflictos no resueltos se resuelvan?

La pregunta quedó flotando en el aire sin que nadie se atreviera a hacer nuevos
comentarios. Bhaktidas había expuesto sus puntos de vista en forma de autocrítica para
que los devotos reflexionaran y no se alarmaran tanto con las preocupaciones de Muktidas.
Viendo que nadie hacía comentarios, continuó su discurso como si le hubiesen pedido
hacerlo.

Bhaktidas: Aún no nos hemos convertido en personas devotos ejemplares, que sólo al
vernos la gente nos reconozca como auténticos vaisnavas. Pretendemos que por
pertenecer a una determinada institución la gente nos admire. El Señor Caitanya ya abolió
el sistema de castas. Él dijo reiteradamente que los brahmanas sólo debían ser reconocidos
por su cualidad y no por pertenecer a una determinada familia o institución, y que superior al
brahmana es el vaisnava. Por tanto, caer en el partidismo institucional es ignorar la ética del
Señor Caitanya. Cada uno de nosotros ha sido bendecido con la misericordia del Señor, y
cada uno de nosotros, independientemente de la institución en la que preste su servicio,
tiene la responsabilidad de dar testimonio al mundo de la sublime manera de vivir en
conciencia de Krishna. Para ayudar eficazmente a los demás, tenemos que purificar primero

160
el corazón. Aunque hayamos asumido que pertenecer a ISKCON implica acatar lo que diga
el GBC y considerar como enemigo declarado a todo aquél que decida adherirse a otra
agrupación, en verdad esto no es “reglamentario” ni necesariamente obligatorio. Pero al
mismo tiempo, “lo cortés no quita lo valiente”. Uno puede ser leal al Movimiento y grato a su
fundador sin necesidad de reprimir lo que piensa. La adaptación artificial a lo que nos dicen
las autoridades del Movimiento hará fracasar nuestra sagrada tarea de predicar la
Conciencia de Krishna con el ejemplo. El fanatismo sectario sólo refleja falta de
entendimiento y genuina compasión.
Jivatamas: (ansioso de mostrar su punto de vista tanto a Muktidas como a sus amigos)
Además, “¿Por qué sólo un ISKCON? ¿Por qué no miles de ISKCON?” Esta frase es de
Srila Prabhupada pero, aunque no lo fuera, cualquier persona sensata o medianamente
inteligente diría lo mismo. ¿Nos interesa la conciencia de Krishna, o sólo la exclusiva
retribución de los honores y aplausos que nos brindan las personas inocentes? No debemos
incurrir en lo mismo que denunciamos. Seamos honestos y sencillos. La presunción congela
nuestro avance espiritual y nos desautoriza a opinar sobre la conducta de los devotos. La
falta de sentido común nos pervierte y envilece.
Muktidas: Pero si nosotros somos fieles a las instrucciones de Srila Prabhupada y ellos
no, tenemos motivos para desacreditar a esa gente a fin de que no entorpezcan nuestra
prédica desorientando a las personas de buena fe que confían en nuestro movimiento.
Varios devotos que han asistido a las clases de este grupo me han dicho que especulan
como nada...
Jivatamas: Eso también ha ocurrido y sigue ocurriendo en ISKCON, forma parte de la
fase inicial en la que estamos. A pesar de que ya conocemos bastante bien la filosofía de la
conciencia de Krishna, todavía no nos hemos convertido en lo que predicamos. Todavía nos
suceden cosas muy contradictorias: hay devotos ejemplares que de la noche a la mañana
se dan la vuelta, sannyasis que rompen sus votos, gurus que dimiten... Pero no debemos
alarmarnos. Según tengo entendido, Prabhupada dijo que “ese es el precio que tenemos
que pagar para poner en marcha un nuevo movimiento espiritual en el mundo”.
Bhaktidas: Tal cual. El conocimiento de la verdad es una cosa y la realización es otra.
Tener nociones de un asunto y asimilar su contenido no es lo mismo. Cada uno de nosotros
ama la verdad, y la sirve y transmite a otros en la medida que la visualiza o la comprende.
Por eso no debemos extrañarnos de que en nombre de la verdad, y a pesar de nuestras
buenas intenciones, hayamos dicho tantas estupideces y hayamos cometido tantos
disparates. Ante el dilema de tener que exhibir una forma de comportamiento ejemplar –por
tener que representar dignamente a la institución sin estar calificados–, lo apropiado no es
aparentar rasgos de perfección que aún no tenemos, sino mostrarnos naturalmente como
somos sin esconder nuestras anarthas ni avergonzarnos de nuestros defectos. ¿Qué tiene

161
de malo ser meramente un aprendiz? ¿En qué nos perjudicamos, o perjudicamos al mundo,
siendo apenas un proyecto inacabado? Nuestra verdad es que somos bastante ineptos
todavía. Ignorarlo u ocultarlo no nos favorece. Mostremos con franqueza nuestra realidad
ante los demás. Esta actitud valiente nos hará descubrir que cuanto más transparentes
somos, más aceptación tenemos. En cualquiera de sus manifestaciones, la verdad siempre
es bienvenida y aplaudida. Ocultar lo que realmente somos es mentir. Todos sabemos que
ser veraz es vivir de conformidad con la verdad. Pero esta noble ambición no alcanzada en
un principio no justifica que nos mostremos como si fuésemos perfectos sin serlo aún. Ser
imperfecto no es ningún delito. Al contrario, es lo que nos califica para recibir ayuda y
protección. Desde que nos afiliamos al Movimiento, creímos, y todavía creemos, que ser
verdaderos devotos era emplear palabras prestadas y adoptar actitudes ajenas a nuestra
propia evolución. Aunque en principio este error es inevitable y excusable –puesto que
nadie puede volverse santo en cuatro días–, lo grave del asunto ocultar sistemáticamente
los defectos exhibiendo una perfección artificial para causar buena impresión. Ser veraz no
es apropiarse de palabras, gestos y actitudes relacionadas con la verdad para impresionar a
otros e imponerles nuestro criterio –en nombre de un parampara cuyas genuinas
enseñanzas no hemos asimilado plenamente todavía. Ser veraz es mostrarse uno como es,
“sintiéndose más bajo que la hojarasca de la calle y desprovisto de todo prestigio falso”, y
plenamente confiado en la misericordia del Señor.
Muktidas: En Los Ángeles se ve de todo y yo estoy curado del espanto. A mí lo que me
preocupa y enerva es que muchas personas inocentes de Montevideo se confundan
creyendo que los de ISKCON son los malos y los otros son los buenos. En realidad no me
importa tanto que piensen que los de ISKCON no somos calificados, sino que empiecen su
vida espiritual escuchando barbaridades que luego les será muy difícil olvidar.
Bhaktidas: Tienes razón, pero no debes preocuparte tanto. Si tienes fe en la Verdad,
debes confiar en que ella nunca deja de brillar aunque muchos la ensombrezcan. Quien
está seriamente interesado en practicar la vida espiritual, aplaudirá entusiasmado toda
iniciativa destinada a divulgar la conciencia de Krishna y se alegrará cada vez que otros
devotos despierten a las almas dormidas de Kali-yuga con su prédica. El movimiento de
Sankirtana del Señor Caitanya es un gran árbol con infinidad de ramas –unas manifiestas y
otras no manifiestas–. Según dijo Srila Prabhupada, ISKCON es una rama auténtica de ese
árbol trascendental. Hasta ahora esta institución ha sido la rama más grande y espectacular
del mencionado árbol, pero no debemos pensar que siempre será la única...
Muktidas: A propósito de lo que acabas de decir, en Los Ángeles se habla mucho de
unas declaraciones de Gopi-bhava Maharaja que han causado un revuelo tan polémico
como las que provocaron años atrás las de los ritviks...
Bhaktidas: ¿De qué se trata?

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Muktidas: Resulta que Gopi-bhava Swami a dicho en Hawai que... Bueno, resulta que
recientemente llegó a mis manos uno de esos papeles de los que circulan por Internet en
torno a los efectos polémicos de la prédica de Maharaja. El papel tiene fecha 13 de enero
de 2003 y se titula: “La necesidad absoluta de la segunda iniciación”. El texto recoge lo que
se habló en Hawai en un encuentro entre Gopi-bhava Swami y una audiencia de 250
personas. Sus seguidores dicen que durante la estadía de Maharaja en Hawai, algunos
devotos trataron de minar el interés de asistir a sus clases y distribuyeron un panfleto en el
que rebatían la proclama de éste respecto del tema de la iniciación, contraria, según ellos, a
lo que había establecido previamente Srila Prabhupada y Srila Sridhara Maharaja. Un
discípulo de Maharaja intervino haciendo un preámbulo. Si quieren lo leo...
Bhaktidas: Por supuesto...
Muktidas: El texto dice así: “Hay una pregunta concerniente a la relación entre el gayatri-
mantra (diksa) y la iniciación harinama. Algunas personas han presentado citas de Srila
Bhaktivedanta Swami Prabhupada y Srila Bhakti Raksaka Sridhara Maharaja con el objeto
de sustentar la idea (basados en su propia comprensión) de que el harinama es completo y
suficiente en sí mismo para el alma condicionada y que en realidad la iniciación del gayatri-
mantra no es necesaria. Yo leeré sus citas y luego Srila Maharaja explicará las
comprensiones filosóficas conclusivas. En primer lugar, ellos citan una conversación
informal que Srila Prabhupada sostuvo en París, en 1973, en la que dice: “El canto del Hare
Krishna maha-mantra. Luego, en la medida que practica, se purifica más. Luego la segunda
iniciación, gayatri-mantra. La primera iniciación, según Jiva Gosvami, es suficiente. El canto
del Hare Krishna mantra es suficiente. Aun así, para purificarlos más, se otorga la segunda
iniciación, el gayatri”. Otra cita del libro Sri Guru y su gracia, de Srila Sridhara Maharaja:
“Aceptamos el mantra sólo para ayudar al nama-bhajana, la adoración del Santo Nombre.
De lo contrario no sería necesario en absoluto. Así se ha juzgado. El Santo Nombre por sí
solo puede hacer todo por una persona; es pleno y completo. El gayatri-mantra nos ayuda a
quitarnos de encima el lastre de las aparadhas y el abhasa o concepción nebulosa. El
gayatri-mantra nos ayuda sólo hasta allí”.
Con estas citas estas personas sostienen que no es completamente indispensable la
segunda iniciación. Insinúan que Srila Gopi-bhava Maharaja propugna algo contrario a Srila
Prabhupada y a Srila Sridhara Maharaja. Ellos también citan a Gopi-bhava Maharaja: “Sin el
gopala-mantra y el kama-gayatri ¿será completo nuestro sadhana sólo con el nama-
santirtana? No, porque mediante el nama-sankirtana sólo no podemos cantar suddha-nama,
el nombre puro de Krishna” (de uno de sus libros). Otra cita: “Todo está allí, pero no piensen
que podemos experimentar todo esto sólo mediante el canto del krishna-nama. Debemos
cantar harinama y el gayatri también. Si queremos comprender y experimentar plenamente
lo que contiene el Hare Krishna mantra debemos aceptar también los gayatri-mantras”.

163
Para responder a esta controversia, Gopi-bhava Swami dijo entre otras cosas: “Mediante
el canto y la remembranza de los nombres de Krishna, todos los tipos de perfección –
incluyendo el vraja-prema y el radha-dasya– se pueden obtener. No obstante, en la primera
etapa, cuando el devoto que canta el Santo Nombre está lleno de aparadhas y anarthas
como laya, viksepa y apratipatti (sueño, distracción e indiferencia) entre otras, no puede
cantar el Santo Nombre puramente. Su canto será nama-aparadha. El canto puro del Santo
Nombre sólo es posible después del diksa-samskara. El gayatri-mantra otorga todo tipo de
conocimiento trascendental, incluyendo el conocimiento del krishna-tattva y el jiva-tattva.
También revela la relación con Krishna. El nombre sólo no revelará esta relación a una
persona llena de anarthas. ¿Por qué todos los acharyas de nuestra línea y miembros del
Panca-Tattva aceptaron la segunda iniciación?. Los que dicen que el diksa no es
indispensable no podrán comprender la respuesta a esta pregunta ni siquiera en millones de
años”.
Más adelante Maharaja añade lo siguiente:
“El Señor Caitanya no sólo aceptó harinama de Su gurudeva sino que también aceptó
segunda iniciación mediante el gopal-mantra. En nuestro parampara, para purificar el canto
y otorgar al practicante una relación con Krishna (que bondadosamente ha asumido la
forma de Su santo nombre), se concede el gopal-mantra junto con el harinama. Hasta el
tiempo de los pasatiempos manifiestos de Sri Caitanya Mahaprabhu sólo se otorgaba el
gopal-mantra. Luego, Srila Dhyanacandra Gosvami y Srila Gopal-guru Gosvami
establecieron las regulaciones que seguimos en el presente. Ellos dieron el brahma-gayatri,
el guru-mantra, el guru-gayatri, el gaura-mantra, el gaura-gayatri, el krishna-mantra (gopal-
mantra) y, finalmente, el kama-gayatri. Éste es el proceso que se sigue en nuestra
sampradaya, según lo inició Srila Gopal-guru Gosvami, que era un discípulo de Vrakesvara
Pandita, un asociado del Señor Caitanya... No es que el Santo Nombre no sea puro, pero si
una persona no es devota pura no puede cantar el Nombre puro. Sólo puede cantar las
sílabas que suenan como el Nombre. Sólo puede cantar nama-aparadha y nama-abhasa.
Sri Caitanya Mahaprabhu cantaba el Nombre puro, por eso dijo que se había enloquecido”.
Bhaktidas: ¿Y qué hay de Ajamil? –me pregunto yo... Con todo el respeto que merece
Maharaja por la buena voluntad que seguramente pone en sus elaboradas explicaciones, al
escuchar esto último resulta imprescindible cuestionarlo con rigor. Como todos sabemos, el
Señor Caitanya vino para ayudarnos en este “impasse de impureza insuperable”. Digo
“impasse” porque, lo mismo que recitamos impuramente el Hare Krishna maha-mantra,
también recitaremos impuramente el gopal-mantra. Entonces, ¿Cuál es la solución? Srila
Prabhupada nos enseñó que, para que no nos afecten las inevitables ofensas mientras
recitamos el maha-mantra, debemos recitar el pañca-tattva mantra. El Cancionero Vaisnava
usado en ISKCON puede considerarse una obra personal de Srila Prabhupada, ya que fue

164
concebido y realizado bajo su guía directa. En él se dice: “Como predicadores del
movimiento para la conciencia de Krishna, primero Le ofrecemos nuestras reverencias a Sri
Caitanya Mahaprabhu recitando este panca-tattva-mantra: (jaya) sri krishna caitanya prabhu
nityananda sri-advaita gadadhara srivasadi-gaura-bhakta-vrnda; después decimos: Hare
Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare / Hare Rama Hare Rama Rama Rama
Hare Hare. Existen diez ofensas en el canto del maha-mantra Hare Krishna, pero no son
consideradas en el canto del panca-tattva-mantra, es decir, sri krishna caitanya prabhu
nityananda sri-advaita gadadhara srivasadi-gaura-bhakta-vrnda. Sri Caitanya Mahaprabhu
es conocido como maha-vadanya-avatara, la encarnación más magnánima, debido a que
no considera las ofensas de las almas caídas. Por lo tanto, para obtener el beneficio
completo del canto del maha-mantra (Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare
Hare / Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare), debemos tomar refugio en Sri
Caitanya Mahaprabhu, cantando primero el panca-tattva-mantra y luego el Hare Krishna
maha-mantra. Eso será muy efectivo”.
Jivatamas: Tú estuviste tres meses con Srila Prabhupada en Vrndavana y, según tengo
entendido, también estuviste en el momento de su desaparición... Por tanto, tú debes estar
bien informado sobre estas cosas.
Bhaktidas: Yo no estuve presente cuando Prabhupada dejó el cuerpo. Por esas fechas
yo estaba en Vrndavana pero sólo tenía visa para 29 días y tuve que salir de la India 15
días antes de su fallecimiento. Pero en aquel período hubo un continuo desfile de
personalidades que venían a ver cómo seguía su salud y se hablaba mucho de varias
cosas... En aquellos días, Prabhupada recomendó a sus discípulos dirigirse a Gopi-bhava
Maharaja cuando tuviesen preguntas acerca de rituales, pero no acerca de filosofía... Eso
es lo que se comentaba entre algunos de sus hermanos espirituales, allegados y discípulos
que llegaban de todas partes, entre ellos Gopi-bhava Maharaja.

165
Jivarajas: Y, ¿cuál es tu opinión acerca de lo que Muktidas acaba de leer respecto a que
la iniciación harinama no es válida o es incompleta sin el gayatri-mantra?
Bhaktidas: Creo que ya lo expliqué. En el tema de la iniciación, a nosotros nos queda
mejor escuchar que cuando el Señor Caitanya hizo cantar el Santo Nombre a los
musulmanes que pretendían apresarlo, éstos fueron realmente iniciados y salvados por Él lo
mismo que Jagai y Madai. Hasta ahora habíamos entendido que el perro que
ocasionalmente tomó prasada del Señor Caitanya fue liberado, que con sólo escuchar el
maha-mantra en el momento de la muerte uno puede ir a la morada de Krishna, que Krishna
es absoluto y que el efecto de cantar el Santo Nombre también es absoluto. Recuerdo que
una vez, en Paris, una devota llamada Mrda fue atropellada por un taxi mientras cruzaba un
paso peatonal. Ella murió en el acto, pero como iba abrazada a una caja de copias del
Srimad-Bhagavatam, Prabhupada dijo que se fue al mundo espiritual. Prabhupada repitió en
varias ocasiones: “Si cantas 16 rondas y sigues los 4 principios, yo te garantizo que vas al
mundo espiritual”. Prabhupada sintetiza en su persona a todo el parampara, él ha marcado
un antes y un después en el entendimiento y aplicación práctica de la filosofía de la
conciencia de Krishna. Por tanto, ¿a qué vienen estas reivindicaciones reformistas ahora?
Como sobrino espiritual de Prabhupada, Gopi-bhava Maharaja simplemente debería servirlo
procurando no encender polémicas ni crear dudas en las frágiles mentes de sus seguidores,
gracias a los cuales la conciencia de Krishna ha sido divulgada por el mundo –a pesar de
tener montones de anarthas y aparadas y, en muchos casos, incluso sin haber recibido la
segunda iniciación. Prabhupada actualizó la comprensión filosófica mejor que nadie y
ningún maestro actual está capacitado para cambiar lo que él estableció.
Jivasattva: Creo que tienes toda la razón...

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Bhaktidas: (visiblemente emocionado) Prabhupada vino a simplificar y entusiasmar, pero
este buen hombre complica y enciende polémicas dondequiera que va. Lo bueno de estas
polémicas es que por lo menos provocan discusiones que sacan de su letargo a los
devotos. Sin embargo, dado el carácter definitivo que los seguidores de Gopi-bhava Swami
pretenden adjudicar a sus declaraciones, conviene oírlo con cautela, agradeciendo su
esfuerzo por acompañarnos en el camino de vuelta a casa, pero sin acomplejarnos ante su
erudición, sino apenas admirándola como la de tantos otros.
Jivatamas: Entonces tú a consejas que seamos cautos y mantengamos las distancias.
Bhaktidas: Cada cual es libre de hacer lo que quiera. Yo lo respeto, pero no me inspira
como Prabhupada. Este hombre es bueno para explicar historias y temas filosóficos. Su
prédica es un buen tónico, pero no es la medicina ideal que puede emplearse en masa para
motivar y curar a todo el mundo. Mi intención no es hacer comparaciones para aumentar
aún más las polémicas existentes, pero inevitablemente acuden a mi memoria los acharyas
anteriores y no encuentro paralelo. Srila Sridhara Maharaja y Srila Prabhupada eran
acharyas colosales y personas simples a la vez; ellos eran personas muy sencillas, pero
aristocráticas. Este hombre es un excelente profesor en todos los pormenores de la filosofía
védica, pero no tiene la capacidad de sintetizar toda la grandeza de la conciencia de
Krishna en pocas palabras para que todo el mundo la entienda, reduciéndola a un gesto
clave, a una sonrisa estimulante, o a una simple palabra iluminante que infunda realmente
confianza entre las masas como ellos solían hacer.

Los devotos estaban pensativos y en silencio, prácticamente sólo pestañeaban. Estaban


como paralizados, pero sus rostros brillaban de satisfacción. Las palabras de Bhaktidas
flotaban en el aire como virtuales veredictos incuestionables. Aunque ya eran las 11 de la
mañana, nadie tomaba iniciativas para hablar o desayunar. Todos estaban embargados por
una idéntica emoción de asentimiento y solidaridad con los argumentos de Bhaktidas.
Durante la pausa de silencio aparecieron las madres absortas en su japa procedentes del
jardín. Por un momento quedaron mirándose los unos a los otros como hipnotizados.
Finalmente, Mónica preguntó: “¿Pasa algo?” Y enseguida Jivatamas respondió: “¡Tenemos
hambre!” Con estas palabras se rompió el hechizo y todos se movilizaron hacia la sala de
prasada. Una vez allí, Bhaktidas continuó hablando acerca de lo mismo, parecía que
hubiese encontrado la clave, no sólo para denunciar la estéril cruzada del swami, sino para
aclarar sus propias ideas y las de sus compañeros...

Bhaktidas: ¡La mayoría de la gente ni puede cantar 16 rondas, y este hombre insiste en
llevar a su audiencia a terrenos tan elevados como desconocidos! ¡Figúrate hablar de esa
manera en Hawai! Cuando los devotos aún no se manejan con soltura en el vahidhi-bhakti,

167
él les propone temas de raghanuga-bhakti que, de tomarlos como referencia práctica sólo
añaden nuevos conflictos en vez de ayudarles a resolver los que ya tienen. El mismo
Prabhupada ya fue muy audaz al proponer tantas cosas poco comunes en nuestra cultura
en tan poco tiempo. Todavía necesitamos asimilar lo que él nos enseñó, y convencernos de
que, en términos prácticos, no hay mejor fórmula que la suya. La inspiración que uno recibe
al escuchar las explicaciones de este hombre es indudable, pero en la práctica necesitamos
indicaciones sencillas, no siddhantha enrevesado. Así no nos llega el amor del parampara
sino el rigor de la erudición. Este estilo complica tanto las cosas que sólo genera
controversia, no allana el camino sino que lo hace más difícil y confuso. Es como si después
de Jesús los cristianos volvieran al Antiguo Testamento. ¿Entonces para que vino Jesús?
Los acharyas vienen para actualizar el proceso religioso y la comprensión de éste. A un
acharya sólo puede comprenderlo otro acharya. Prabhupada no ha sido un acharya
cualquiera, ha sido un reformador, como Sri Nityananda Prabhu (el cual instó al Señor
Caitanya a simplificar las cosas perdonando y aceptando como devotos a Jagai y Madai), o
como Srila Bhaktivinoda Thakura que actualizó el legado del Señor Caitanya de manera
magistral, con un lenguaje profundo y sencillo a la vez, que todavía resulta fresco y actual.
Después de Prabhupada no es cuestión de echar marcha atrás, o de “enmendar” sus
enseñanzas. Todos los maestros en la línea gaudiya vaisnava sampradaya deberían ser
muy cuidadosos y continuar el espíritu altamente facilitador que Prabhupada sintetizó en
una sola frase: “El mejor plan es el que funciona”. En esta época, cada vez más decadente
y controversial, lo que se necesita no es alguien que encienda polémicas, sino alguien que
tenga la habilidad de poner al alcance de las personas más sencillas los más grandes
misterios de la trascendencia, sin atiborrarlas con cuotas de filosofía más altas de las que
ellas puedan digerir. Así que, el camino de innecesario perfeccionismo trazado por este
hombre difícilmente será tomado en cuenta por mucho tiempo; sus impracticables ideas se
marchitarán rápidamente y apenas se recordarán como una de tantas contingencias
pasajeras de un período confuso de la historia. Es de esperar que todo su absurdo intento
de corregir los lineamientos dados por Srila Prabhupada y Srila Sridhara Maharaja, no
prosperen una vez haya dejado el cuerpo. Entre Sridhara Maharaja y Prabhupada había
una concordancia de criterio total en cuando a fidelidad sastrica, simplicidad didáctica,
funcionalidad del método y universalidad del mensaje.
Jivatamas: (completamente embelesado escuchando a Bhaktidas) Tienes toda la razón.
Srila Prabhupada creó una sociedad según el modelo de cultura védico, constituida por
brahmacaris, grihasthas, vanaprasthas y sannyasis. Organizar de la noche a la mañana
algo semejante con individuos occidentales adictos en su mayor parte al sexo y a las drogas
–y sin raíces culturales mínimamente afines a la conciencia de Krishna–, fue realmente
audaz. Para entender esta audacia hay que comprender que la finalidad de su misión era

168
establecer las bases estructurales apropiadas para el desarrollo espiritual de las personas a
través de las diferentes etapas de su vida. El movimiento que él organizó está basado en
las Escrituras védicas y en las enseñanzas de los acharyas previos divulgadas a través de
su vigorosa prédica directa y de la masiva distribución de sus extraordinarios libros. En todo
su trabajo hubo total coherencia y eso es lo que hace que su obra perdure en el tiempo
como referencia válida para todas las generaciones de ahora y del futuro. Por tanto, yo creo
que deberías escribir a Maharaja diciéndole todo lo que piensas. Tal vez así se daría cuenta
del efecto confundiente que produce su manera de predicar...
Jivarajas: No creo; yo pienso que si Prabhu le escribe, sus seguidores lo tomarán por un
ofensor y sólo complicará las cosas. Krishna controla todo y a su debido tiempo pondrá
cada cosa en su lugar...
Bhaktidas: Por supuesto. Lo importante es que nosotros tengamos claras las ideas. Es
bueno que ocurra todo esto para ejercitar nuestra comprensión espiritual. En estos tiempos,
si alguien está interesado en ser un devoto de Krishna y se le ponen tantas reglas por
delante, desistirá en poco tiempo. En esta época, no sólo es difícil entender la filosofía de la
conciencia de Krishna, sino decidirse a practicarla de manera sostenida. Cuanto más
analizamos la presentación de Srila Prabhupada, más nos convencemos de que su estilo es
el más apto y funcional. Quien lo analice bien se dará cuenta que es el mismo del Señor
Nityananda. Mi humilde opinión es que no debemos exaltarnos, sino proceder de manera
sencilla y natural. Nuestro mensaje a Maharaja y sus seguidores es: “Simplificar, no
complicar”. Lo que más ayuda es simplificar las cosas, no complicarlas. Yo creo en esta
fórmula y me espantan un poco las palabras de Maharaja.. Me entristece la controversia
que suscitan, así como las actitudes de aquellos devotos que pretenden poner el tejado a la
casa antes de construir bien los cimientos. La verdad es simple y natural y las personas
autorrealizadas también son simples y naturales. A mí me parece que antes de volar tan
alto deberíamos consolidar el espíritu fundamental de la conciencia de Krishna...
La prolongada conversación convirtió el desayuno en almuerzo. Eran las 2 de la tarde y,
como hacía mucho calor, se fueron a descansar. Bhaktidas dijo a las devotas que lo mejor
era preparar sólo frutas y jugos para el programa de la tarde, y que él mismo se encargaría
de todo...
Durante toda la semana decidieron vacacionar un poco y disfrutar del hecho de estar
juntos. Jivatamas dijo bromeando que “para todo lo que se sufre en la vida, la mejor
venganza es vivir bien”. Día tras día fueron juntos a la playa. La asociación estrecha y
constante les hizo reforzar la amistad. Ahora que se habían reunido de nuevo después de
tanto tiempo, comprendieron que en realidad se necesitaban mutuamente. Separados eran

169
incompletos, pero juntos fortalecían sus individualidades. En los años de separación habían
consolidado el desarrollo de sus capacidades y se sentían mejor. Lo maravilloso era que
habían madurado solos y que se daban cuenta de que esa maduración era precisamente lo
que les había vuelto a reunir. Comprendieron una vez más que, a pesar de ser distintos, el
contorno de sus perfiles psicológicos les hacía encajar para constituir un cuadro coherente,
una hermosa realidad plena de significación y trascendencia de la que todos salían
beneficiados.
En las sucesivas conversaciones de esos días llegaron a la conclusión de que deberían
hacer algo todos juntos en Punta del Este. Comprendieron que eran más que una familia y
que deberían permanecer unidos, si no bajo un mismo techo, por lo menos en un mismo
sector. Un día, al verlos tan entusiasmados, Bhaktidas reveló las cavilaciones que habían
pasado por su mente durante aquella semana memorable...

Bhaktidas: Todos los días, mientras canto mis rondas recibo inspiraciones que me hacen
meditar y escribir. El otro día abrí el sexto canto del Srimad-Bhagavatam y encontré la
historia de Ajamila, a quien tras una larga discusión entre los yamadutas y los visnudutas en
el momento de su muerte, le fue concedido un tiempo extra para purificarse antes de partir.
Yo me pregunto si esa situación no será comparable con la nuestra. Dado que no somos
perfectos, no sería exagerado comparar la situación de Ajamil con la nuestra. Después de
haber practicado algunos años la conciencia de Krishna en los templos, cada uno de
nosotros se independizó y vivió a su manera. No quiero decir que nos hayamos degradado
con prostitutas como Ajamil, pero tampoco hemos sido muy santos que digamos. Cuando
leí varios versos en los que se exponen las glorias del maha-mantra, brotó dentro de mí un
sentimiento de compasión hacia la humanidad y me dije si no sería apropiado que nos
dedicásemos a predicar vigorosamente la conciencia de Krishna con el propio ejemplo. por
el resto de nuestras vidas, organizándonos de alguna manera efectiva y funcional.
Jivatamas: A mí me pasó algo parecido al leer un libro de Sridhara Maharaja... Su
esclarecedora cosmovisión me impactó mucho y pensé que tal vez sería conveniente
organizar algo juntos…
Jivarajas: Yo siento que no es nada casual que nos hayamos reencontrado. En cierto
modo creo haber pagado mis deudas de karma distribuyendo los libros de Srila Prabhupada
en mi país, y las experiencias de estos días me han hecho entender que la finalidad de la
vida consiste en comprender quien es uno, en qué fase evolutiva se encuentra y por qué
debe luchar...

170
Jivasattva: A mí me gusta lo que hago. La práctica del yoga me ayuda a mejorar mi
comprensión de la filosofía y a introducirla poco a poco entre los alumnos, pero al mismo
tiempo extraño mucho la asociación de los devotos... Sin embargo, no quiero correr
desesperadamente hacia ninguna parte. Comprendo que “no se puede empujar al río”, y lo
único que me interesa es no desviarme de lo que Srila Prabhupada nos ha recomendado:
cantar Hare Krishna y ser feliz.
Bhaktidas: Yo me siento satisfecho, no porque esté haciendo grandes cosas sino por el
hecho de tener salud, cantar mis rondas todos los días y no parar de escribir. Muchos me
dicen que “de qué me sirve escribir si ya todo está escrito y si, además, no puedo publicar lo
que escribo”. Yo les respondo que “cada libro tiene sus lectores y que, como lo que yo
escribo no pasa de moda, en el curso del tiempo Krishna hará los arreglos para que la gente
lo lea”. Sin embargo, ayer me asaltó la idea de volver a la prédica directa con el máximo
dinamismo de mis posibilidades actuales, y mientras lo fui pensando –estimulado por
nuestro reencuentro– se me ocurrió organizar un centro de prédica por acá para mostrar
nuestro agradecimiento a Srila Prabhupada predicando.
Jivatamas: Concuerdo con eso. Srila Prabhupada sacrificó su vida para predicarnos a
nosotros y en agradecimiento nosotros también debemos renunciar a nuestra relajada
trayectoria de los últimos años y dedicarnos a transmitir a la gente todo lo que hemos
aprendido hasta la fecha.

Así fue como, de repente, se empezó a gestar el nuevo rumbo de estos cuatro devotos
[los cuatro perfiles del alma] aunados voluntariamente en un mismo sentir integrador de
fuerzas para emprender el proyecto más hermoso y ambicioso de sus vidas: ser felices para
hacer felices a los demás. Y, muy probablemente, Punta del Este era el lugar indicado para
ener éxito en esa noble misión pues, así como la luz del sol nace por el Este, la luz que
ellos pretendían dar al mundo bien podría ser emitida con mucha más fuerza desde allí...

Capítulo 7

La Navidad fue un día de gran regocijo para todos. Sobre las diez de la noche Bhaktidas
propuso ir a la playa a pasear. Como allá era verano había veraneantes por todas partes,
pero él conocía un lugar solitario y tranquilo resguardado por un gran paredón de piedra que
se adentraba en el mar. Apenas llegaron se pusieron cómodos y a Jivatamas se le ocurrió
encender una fogata. Luego cantaron Radhe Radhe Govinda, Jaya Radha Madhava y Hare
Krishna durante largo rato. Tenían hambre atrasada de practicar kirtan y sentían que se

171
estaban alimentando mientras cantaban. Pasaron varias horas cantando y a nadie se le
ocurrió parar. Jivasattva había traído consigo un pequeño violín de los que se usan en India,
y su esposa portaba unas maracas de las que suelen usar los brasileños. Jivatamas sacó
del bolsillo una pequeña flauta que sonaba muy dulce y muy potente. Dirigió el bhajan
Jivasattva. Todos estaban muy relajados y felices. El rumor de las olas integraba el coro de
voces y los instrumentos musicales convirtiendo la escena en una ensoñación mágica
sostenida por el armonioso flujo musical de sonidos y voces perfectamente orquestado
como si viniera de otro mundo. Al terminar, hacia la una de la madrugada, Elena y
Jivasattva repartieron unas uvas que habían traído consigo para la ocasión. A los pocos
minutos estaban todos hablando, celebrando su satisfacción por tan deseado y especial
acontecimiento. Jivarajas y Jivatamas expresaban con satisfacción el enorme impacto que
les producía su primera “Navidad veraniega”. El fuego no era necesario para calentarse,
pero en la oscuridad de la noche creaba un foco de atención que a la vez aglutinaba los
corazones de los presentes con su proverbial efecto hipnótico. Nada exterior los perturbaba.
El sonido de las olas y el crepitar del fuego se apoderaban de lo más íntimo de cada ser
colmándolos de paz y devolviéndoles al mismo tiempo la inocencia. Sentados o acostados
informalmente, hablaban en voz baja con quien tenían más cerca. Por un momento,
sobresalió la voz de Jivatamas que, como pensando en voz alta, relataba algo acerca de los
orígenes de la fiesta navideña...

Jivatamas: Queda poco del espíritu navideño cristiano referido al nacimiento de Jesús, el
salvador espiritual de los parias en el Imperio romano. Si uno observa cómo pasa la
Navidad la gente metida en comilonas y guateques, concluye que la Navidad es una fiesta
pagana. Y lo es en sus orígenes. En la primera mitad del siglo IV, el cristianismo le cambió
el sentido. Hasta entonces era la fiesta que los romanos hacían para celebrar el día en que,
después del solsticio de invierno, la luz diurna empieza de nuevo a alargarse. La llamaban
natalis Invicti, es decir, el nacimiento del Invicto, el Sol. Esta fiesta fue introducida en el
Imperio romano por los seguidores de Mitra, divinidad solar persa. El mitraismo era al
principio una religión de hombres, la practicaban sobre todo los soldados y se difundió
conforme al movimiento de tropas. Llegó a ser muy popular entre los siglos I y IV. Era
religión oficial del Imperio y rivalizaba fuertemente con el cristianismo. Se conocen siete
grados por los que debía pasar el iniciado. A cada uno de esos grados correspondía una
máscara o vestido.
Jivarajas: Nunca había escuchado eso.
Jivatamas: Eso es lo que dice la historia menos conocida. La Iglesia adoptó diversos
aspectos del mitraismo, desde la celebración del domingo como fiesta semanal a la fijación
del 25 de diciembre para festejar la Navidad.

172
Jivarajas: ¿Estás seguro? Es impresionante.
Jivatamas: Sí. Como se sabe, mitra se llama la toca litúrgica con que se cubren la
cabeza los obispos. Pero hay más coincidencias. Los mitreos o templos de Mitra tenían en
la entrada pilas de agua lustral o de purificación, que la Iglesia ha convertido en pilas de
agua bendita para santiguarse. El jefe supremo del mitraismo era el padre de los padres,
algo así como el santísimo padre que adquirió luego el Papa católico,
Jivarajas: ¿Y quién inició esas adaptaciones?
Jivatamas: El emperador Constantino. Este individuo, después de haber decretado en el
año 321 la celebración del domingo como día del Sol y del Señor, hizo que los cristianos
adoptaran la fiesta pagana de la Navidad. Los responsables de la Iglesia vieron en ello una
oportunidad de oponer una fiesta cristiana a la pagana ya existente, que además constituía
el símbolo de la última resistencia del paganismo. El propio Constantino había sido adepto
de Mitra antes de convertirse al cristianismo en el año 312. A partir del siglo V la fiesta
pagana entró en decadencia y sólo se conservó la cristiana. Así como la fiesta de Navidad
ya existía mucho antes de Cristo, la costumbre de poner un abeto en la casa y decorarlo es
también pagana y muy anterior al cristianismo. La practicaban los antiguos egipcios, los
chinos, los hebreos y las tribus nórdicas europeas. Todos ellos usaban un árbol de hoja
perenne como símbolo de la vida eterna. Pero la práctica actual procede de Alemania. Allí,
el 24 de diciembre, fiesta religiosa de Adán y Eva, se representaba un auto sacramental que
explicaba la tentación de Eva y cómo los primeros padres fueron expulsados del Paraíso
terrenal. Para ello se colocaba un árbol al que se le colgaban manzanas. Era el árbol del
bien y del mal con el fruto prohibido. Los luteranos difundieron esa práctica por Inglaterra y
América...
Jivarajas: Pagana o cristiana, lo importante de la Navidad es el mensaje de paz, amistad
y amor al prójimo que lleva implícito.
Jivatamas: Por supuesto...

Tras una larga pausa de silencio, amenizada con el suave murmullo del mar, se escuchó
a Bhaktidas comentando con Jivasattva y Elena sus propias reflexiones.
Bhaktidas: Desde que estoy aquí me siento diferente. Todavía no conozco bien esta
parte del mundo, pero con lo que me han contado puedo imaginar a los antiguos indígenas
de esta región integrados en la sacralidad de las selvas vírgenes, montañas fabulosas,
valles encantados, cascadas divinas y playas celestiales. Luego intuyo que la persona que
se conecte con estos paisajes paradisíacos vislumbrará la otra realidad celestial reflejada en
ellos que, por ser de la misma naturaleza de su alma, la integrará en la indescriptible
majestad divina de donde todo proviene, y cuyas innumerables potencias están contenidas
en la palabra “Krishna”.

173
Jivatamas: Palabra por palabra, eso es lo que me sucede a mí. El embrujo de la
naturaleza me transporta, me sirve para encontrarme a mí mismo como alma espiritual
eternamente consciente de las maravillas espirituales que normalmente pasan
desapercibidas para el común de los mortales. ¡Cuántas cosas hay que imaginar mientras
no tenemos la dicha de tocar el cielo! ¡Ah!, pero una vez que lo tocamos, nada hay que se le
pueda comparar...
Bhaktidas: La conciencia de Krishna es el arte de vivir como los ángeles, ¿quién puede
negar eso? Yo lo realizo cuando escribo. La mayoría de las veces, mientras escribo noto
que se renueva mi visión de las cosas; rescato la parte virgen de mi ser y descubro mi
relación amorosa con la verdadera naturaleza de las cosas. En ciertos momentos la voz de
mi yo íntimo se amplía de modo asombroso y se escribe a sí misma deleitándome con su
insospechada versatilidad poética. Entonces pienso: ¿por qué pretendemos abarcar el
cosmos complejo e infinito por medio de cinco débiles sentidos, cuando con otros sentidos
más amplios y dotados podemos percibir otras realidades mucho más excelsas?
Jivatamas: ¿Desde cuando escribes?
Bhaktidas: Desde hace algo más de diez años, pero sólo ahora lo hago como quien
practica Tai chi o afina su guitarra. Escribo todos los días. Lo hago por placer. Mientras
escribo aparecen inesperadas tempestades y tormentas. Prácticamente las dificultades me
acorralan todo el tiempo. Pero no me desanimo. A medida que escribo entiendo que la vida
me ha puesto en un camino empinado y pedregoso; una privilegiada militancia que me hace
arriesgarlo todo sin la menor garantía de lograr hacerlo bien. Sin embargo, si me dijeran que
tengo que dejar de escribir para hacer otra cosa, no podría. No por desprecio a otras tareas,
sino por estar convencido de que la escritura me integra con la vida y me brinda las
revelaciones que preciso.
Jivatamas: Creo que te comprendo. La escritura te centra y te hace ver cuáles son tus
verdaderas prioridades...
Bhaktidas: Tal cual. Prabhupada decía que “escribir significa explicarse a sí mismo cómo
uno está comprendiendo la filosofía. Por tanto, escribir es necesario para todos”. Mi vida
consiste en indagar y reportar. Escribir moldea mi conciencia y refleja lo invisible. Cada
tema me sirve para explorar un determinado aspecto de la vida. Mi mayor ambición es
contribuir a que otras personas puedan superarse. Supongo que a ti te debe ocurrir lo
mismo con la pintura.
Jivatamas: Creo que sí... Cada vez que sigo dócilmente la inspiración, me vuelvo más
creativo y menos preocupado. A veces, cuando reparo en lo que ha sido creado a través de
mí, me siento satisfecho y sorprendido a la vez.
Bhaktidas: Te comprendo muy bien, yo tengo la misma sensación. Cuando saco a la luz
todo lo que bulle dentro de mí, siento una mezcla de excitación y ganas de correr que, en mi

174
perplejidad, no sé cómo interpretar. Cuando logro expresar algo de lo que me arde por
dentro, mi alma se hincha y al no poder explotar hacia dentro explota hacia fuera en forma
de danza escrita, la cual expresa intensamente mis vislumbres.
Jivatamas: A veces pintar me ensimisma tanto que no sé ni lo que pinto. El trance me
hace descubrir parcelas desconocidas del mundo que me contiene, el cual me pone a vibrar
en su diapasón para que sienta en mis entrañas la experiencia de vivir y la transmita. Algo
de esto ocurrió esta mañana cuando me asomé al balcón en el preciso instante en el que el
Sol emergía sobre el horizonte. El cielo estaba totalmente despejado y el mar lejano se
confundía con él ayudado por una sutil neblina luminosa que anunciaba la expansiva onda
calurosa que habría de atemperar el día. Durante unos instantes, quedé parado
instintivamente como una estatua mirando fijamente el Sol. Luego cerré los ojos, me vine
para dentro y mientras caminaba hacia mi cuarto sentí que todo mi ser había absorbido la
intensa claridad del Sol. En el centro de esta sensación fugaz, algo capturó toda mi
atención: mientras tuve los ojos cerrados vi una pequeña silueta del tamaño de un grano de
arroz plano rodeada por un tenue resplandor contrastado con una tierna oscuridad
semiazulada. Mi pregunta en ese instante fue: “¿Qué es esto y con qué ojos lo estoy
viendo?” Si la respuesta científica es que la retina guarda la impresión luminosa consigo y
luego la refleja, habría que averiguar si ese “guardar” significa que la retina tiene memoria
propia, dónde la refleja, y cómo y por qué dicha imagen se hace parte de mí y para qué.
Aunque yo no tenga respuestas para este tipo de preguntas, me queda claro que todo está
interconectado con un plano de conciencia superior. Si no, ¿cómo se explica que uno
conciba instintivamente la homogeneidad sustancial de varias realidades aparentemente
diferentes? Uno puede ser consciente de lo que le pasa, pero no de por qué o para qué le
pasa. Tales aspectos del acontecer son un enigma. A mi entender, los “por qué” y “para
qué” constituyen el centro nuclear del fenómeno existencial; un misterio que de por sí
alimenta la propia realidad, la cual se sueña a sí misma en lo que cada uno de nosotros
experimenta como “vida”.
Bhaktidas: ¡Muy interesante! ¡Qué bueno que vibres y pintes de esa forma! Seguro que
obtendrás resultados excelentes. Es óptimo seguir el rumbo que toma el corazón y
recrearse por el camino con lo que nos proporciona el viaje. Lo importante de la vida es
vivirla plenamente sin desperdiciar un solo instante. Tengo más que comprobado que las
respuestas que necesitamos se van manifestando según las vamos necesitando. ¡Es todo
tan perfecto! Lo imperfecto se origina sólo cuando nos domina la presunción o la
impaciencia pero, aún así, si por un momento logramos comprender correctamente las
cosas, rápidamente recuperamos la certidumbre que nos conduce de manera natural
adonde necesitamos ir...

175
Mientras hablaban de sus cosas, Jivatamas y Bhaktidas se incorporaron y decidieron
caminar un poco por la playa. Minutos después fueron alcanzados por Jivarajas que se
había desligado del otro grupo. Tan pronto lo vio llegar, Jivatamas lo asaltó a preguntas
sobre el reiki...

Jivatamas: ¿En qué consiste el reiki?


Jivarajas: La palabra “reiki” es un término japonés compuesto por dos vocablos: rei y ki.
Rei significa inteligencia espiritual y ki significa energía vital. Por tanto, reiki es el método de
orientar espiritualmente la energía vital.
Bhaktidas: ¿Tiene algo que ver con la medicina? ¿Quién inventó este método?
Jivarajas: Es un arte curativo natural basado en la transformación de la energía vital
universal a través de las manos. Según dicen se originó en el Tibet hace más de 5000 años,
y luego fue redescubierto por el Dr. Mikao Usui, un monje cristiano del Japón, quien dedicó
su vida a curar con las manos como hacía Jesús... Este hombre investigó durante más de
veinte años los libros sagrados del Japón, China, India y el Tibet, y al final le fue revelado el
sistema completo de reiki durante una experiencia mística en el monte Kuriyama.
Jivatamas: ...Y, ¿para qué sirve, es tan bueno como dicen?
Jivarajas: Reiki es un método de sanación suave y poderoso. En su larga historia ha sido
usado para curar todas las enfermedades conocidas. Nosotros tenemos la experiencia de
haber contribuido a resolver problemas del corazón y de la piel, huesos partidos, dolores de
cabeza, insomnio, resfriados, picaduras de insectos, falta de autoestima, etc. El reiki es muy
versátil y puede usarse para sanar o mejorar cualquier condición humana física, mental,
emocional o espiritual.
Jivatamas: ¿Todo el mundo puede aprender reiki, o hay que tener aptitudes de
curandero?
Jivarajas: El reiki sólo requiere un poco de sensibilidad; en realidad todo el mundo puede
aprenderlo sin demasiado esfuerzo. El único requisito indispensable es el sincero deseo de
emplear la energía vital en favor de los otros, de uno mismo y del planeta.
Bhaktidas: ¿Ah, si? ¿Cómo funciona la energía vital, cómo es manejada por el que la
aplica?
Jivarajas: Reiki es una energía increíble que procede de la más alta fuente espiritual.
Tiene su propia inteligencia y sabe exactamente dónde ir y qué hacer. Sana o alivia tanto
como lo requiera la causa del problema en el plano físico, mental o espiritual. Es un proceso
muy simple pero de gran poder que puede ser aprendido por cualquiera que sinceramente
lo desee. Como el que da reiki está sirviendo de canal para una energía superior, su
energía personal no se agota en el proceso sino que más bien se revitaliza con cada
tratamiento. De hecho al dar tratamiento uno nota un mejoramiento de su propia salud y un

176
aumento de su energía vital. Este método no depende de la fe, funciona tanto si uno cree
como si no cree.
Jivatamas: (dirigiéndose a Jivasattva que acababa de alcanzarlos con su compañera
Elena) ¿Y qué nos dices tú acerca de vuestro programa de yoga?
Jivasattva: En el yoga hay muchos caminos, pero todo yoga representa el renacimiento
de una vida intelectualizada a una conciencia más alta. Nuestro mundo es apenas una
combinación de nama (nombre) y rupa (forma). En un sentido técnico, la palabra yoga se
refiere a un conjunto de valores, actitudes y preceptos espirituales que constituyen los
fundamentos de la cultura védica. Actualmente, la significación de la palabra yoga está
vinculada al sistema de yoga clásico elaborado por Patañjali al inicio de la era cristiana.
Jivarajas: ¿Qué significado atribuyes tú a la palabra “yoga”?
Jivasattva: La palabra yoga se deriva etimológicamente de la raíz verbal yuj, que
significa “conjugar, enyugar, juntar, sujetar”, y puede tener muchas connotaciones como la
de “unión”, “conjunción de dos astros”, “regla gramatical”, “empeño”, “ocupación”, “equipo”,
“equipaje”, “medio para un fin”, “artimaña”, “agregado”, “utilidad”, y otros. La Bhagavad-gita
(2.48) define yoga como “ecuanimidad” (samatva). El término sánscrito samatva significa
literalmente “igualdad” o “regularidad” y tiene todo un conjunto de sentidos derivados entre
los cuales los de “equilibrio” y “armonía”. Esencialmente denota la actitud de encarar la vida
como una dispensa y no dejarse estremecer por los altos y bajos de la existencia material.
Yoga también significa atar, acoplar; disciplinar el intelecto, la mente, las emociones y la
voluntad a fin de que puedan entrar en comunión con lo divino. Se trata de aplicar la
energía en el modo correcto, de mover la conciencia hacia dentro para aprender a estar
plenamente presente en el momento de actuar.
Jivatamas: ¿En qué consiste el yoga que enseñáis ustedes en Córdoba?
Jivasattva: El yoga que enseñamos Elena y yo lo hemos denominado Ayur-yoga porque
produce armonía psicofísica y despierta la conciencia. Subrayamos la idea de que para
avanzar en la práctica de yoga es fundamental ser vegetariano y adoptar la metodología del
Ayurveda. Es una disciplina integral que equilibra el cuerpo, la mente y el espíritu. Algunos
alumnos alcanzan un estado emocional de quietud en el que la mente no es más disturbada
por el incesante tráfico de pensamientos agitados. Nosotros les decimos que el yoga no es
apenas una práctica semanal de ejercicios corporales. Si así fuera, ¿cuál sería la diferencia
entre el yoga y cualquier tipo de gimnasia? En la gimnasia también se trabajan las actitudes
corporales, el ritmo y la respiración... El yoga no se singulariza por su forma sino por su
contenido pues cada técnica pura contribuye a armonizar la energía y despertar
gradualmente la conciencia. El yoga es una experiencia que no se puede describir. Es un
fenómeno que convierte en lema universal el proceso por el cual se consigue abandonar
aquello que daña. Con frecuencia, se da el nombre de yoga a cualquier disciplina capaz de

177
hacer que el individuo alcance la liberación. En palabras de Krishna: “El yoga es el arte de
todo trabajo. Por consiguiente, esfuérzate en practicarlo” (Bhagavad-gita, 2.50). Según
nuestra experiencia, el yoga es una eficaz herramienta de autoconocimiento, la disciplina
indispensable en el difícil arte de vivir.
Jivatamas: Los devotos de Montevideo te dirían que si en el bhakti-yoga están
comprendidos los demás yogas, ¿qué necesidad hay de otros yogas?
Jivasattva: Ninguna. Pero, ¿quién practica bhakti-yoga de manera correcta y
espontánea? Hay muchos que comprenden mal y practican mal, y muchos que ni conocen
ni desean conocer otro yoga que no sea el que ha popularizado Yjengar, Desikachar y
otros... La mitad de los que se inscriben en nuestros cursos abandonan pronto, pero
algunos de los que siguen llegan a darse cuenta de que es sólo su propia ignorancia la que
les impide ser conscientes de la verdadera naturaleza de su ser. El yoga que nosotros
enseñamos trabaja básicamente con la energía corporal a través de la técnica del
pranayama, o control de la energía vital. Mediante el control de la respiración nuestros
alumnos aquietan la mente y vislumbran que hay otros estados superiores de conciencia en
los que es posible armonizar la conciencia humana con la conciencia divina, y eso es
suficiente para mantenerlos interesados en continuar...
Jivatamas: ¿No se aburren?
Jivasattva: Claro que se aburren, pero es por falta de costumbre... Aunque los ejercicios
siempre son distintos, los meros curiosos se cansan enseguida. Una vez un alumno me
preguntó: “¿Siempre haremos lo mismo?” “Sí, –respondí yo– siempre lo mismo, hasta que
consigas traer tu mente al presente; hasta que la conciencia de ser parte del todo esté
perfectamente desarrollada en ti; hasta que la visión correcta de las cosas te acompañe
siempre como efecto expansivo de tu práctica de yoga; hasta que comprendas que la
disciplina del yoga vino a tu vida para salvarte de la alucinación de los apegos y sientas que
realmente te has liberado de esa carga... Hasta que transformes tu mentalidad de gusano
en mentalidad de mariposa y, en vez de arrastrarte pesadamente, vueles ligero
transportando por el mundo el aroma de los sentimientos puros de tu alma rebosantes de
armonía, compasión y verdadero amor...”

Con estas y otras conversaciones revueltas recorrieron el camino de regreso hacia la


casa. A la mañana siguiente, pasadas las diez de la mañana, todos estaban durmiendo. El
primero en levantarse fue Bhaktidas, y el primero en hacerse visible en la cocina –donde
Bhaktidas preparaba su desayuno–, fue Jivatamas. Poco después llegó Jivarajas. La
repentina intimidad del momento les hizo sentirse como en Vrndavana. Aunque la nostalgia
era evidente, la alegría y desenvoltura que habían desarrollado desde que se volvieron a
encontrar les confería un toque de beatitud celestial, un notable halo de belleza angelical.

178
Durante el desayuno improvisado volvieron a exteriorizar sus inquietudes como en lo
viejos tiempos...

Jivatamas: (dirigiéndose a Bhaktidas) ¿Has visto lo que está sucediendo en ISKCON? El


líder que no cae se estrella o se mata, y el que no se mata se la pasa agonizando de algún
modo.
Jivarajas: ¡Hala! ¡Qué exagerado!
Jivatamas: ¿Exagerado? Si comparamos con hace treinta años...
Jivarajas: Hace treinta años éramos todos jovencitos...
Jivatamas: Los que se mueren ahora, no es que se mueren de viejos, se mueren
prematuramente. ¿Has visto cuanto accidente, cuanto cáncer y cuanta deserción? Quiero
decir que está pasando de todo. Cada vez hay más problemas y cada vez hay menos
soluciones.
Jivarajas: Debemos tener en cuenta que, como el Movimiento ha aumentado, es lógico
que también hayan aumentado los problemas.
Jivatamas: ¿Qué ha aumentado dices? Yo creo que los más activos han disminuido y tal
vez por eso han aumentado los desaguisados.
Jivarajas: Puede ser. Yo estoy un poco distanciado y no sé lo que estará pasando en el
resto del mundo pero lo que es Europa y América ya no son lo que fueron antes...
Jivatamas: La problemática actual tiene que ver con la desconfianza que se ha ido
generando en los últimos años debido a la falta de orientación y apoyo por parte de los
devotos que ejercen la autoridad, cada vez más alienados y menos entregados. Muchos
lideres no saben lidiar inteligentemente con las deserciones de algunos gurus y con los
sentimientos de orfandad que sufren los discípulos. Según supe por Internet, en muchos
lugares se vive una situación de desespero y frustración, y con ese “capital” quieren
construir un “ISKCON nuevo”. ¡Cuánta necedad! Si en los mejores tiempos apenas se pudo
reciclar tímidamente el estándar de Srila Prabhupada, ¿cómo piensan que ahora van a
hacer “un nuevo ISKCON?” Hoy ya no hay nadie que confíe en sus líderes o quiera
sacrificar su vida comprometiendo su libertad sin más ni más. ¿Y qué decir del público? La
novedad del Movimiento ya pasó. El impacto exótico del principio ya no existe. Muchos
devotos no tienen interés de hacer servicio si no les pagan un sueldo. El amor y la confianza
hace rato que se han evaporado, y los devotos no saben cómo relacionarse los unos con
los otros ni cómo tratar a los demás.
Bhaktidas: (saliendo de su mutismo) Lamentablemente es así, el espíritu de Prabhupada
se está evaporando. Es muy evidente que algunos líderes no han logrado trascender sus
propios miedos y recelos, y no saben liderar con la requerida sabiduría y espíritu
conciliador. No es que esto sea un delito, el delito se ha ido suscitando a medida que estos

179
individuos han optado por constituirse en personas de culto sin admitir o esclarecer que no
pueden superar sus propios límites; ellos no alertan a los devotos inocentes que los
“maestros” que los dirigen no son lo que pretenden ser. Ellos deberían mostrarse como son:
personas comunes y corrientes sin otro mérito que haber heredado el legado de Srila
Prabhupada. Pero a pesar de todo nosotros no debemos permitir que las malas
experiencias ensucien nuestro corazón. Conviene alejar lo más pronto posible todos
aquellos recuerdos que atenten contra nuestra integridad moral, conscientes de que cada
vez que la mente se absorbe en lo negativo de los demás, se está apropiando de ello sin
saberlo. En los comportamientos humanos hay aspectos misteriosos. A veces uno no sabe
bien por qué hace o deja de hacer las cosas. Lo que uno no sabe en un momento dado lo
va sabiendo con el tiempo. Todos tenemos deudas de karma. A veces estamos generando
nuevas deudas y a veces simplemente estamos saldando cuentas antiguas. Lo importante
es que el saldo que quede en el corazón sea a nuestro favor, de lo contrario habremos
perdido la partida. Aunque luchemos por mantener nuestro estándar espiritual, para superar
la perversidad de este mundo tenemos que procurar que nada dañe nuestra alma. Después
de todo, pronto nos tendremos que ir de este mundo, la vida es una terapia de choque en la
que cada incidente es un test. La vida en este mundo es de por sí conflictiva, y la mente
humana no siempre sabe a qué atenerse. ¡Es todo tan incierto! Lo que hoy parece correcto
o incorrecto, mañana puede parecer todo lo contrario. Pero el corazón es distinto, él puede
ver más allá de la razón. Hay en él una innata sabiduría profunda que prescinde de la
superficialidad conflictiva de la mente, una capacidad natural para sacarnos del espacio-
tiempo y centrarnos en la eternidad de donde emana el flujo del amor divino que abarca
todo lo existente.
Jivatamas: Básicamente yo concuerdo con lo que tú dices, pero no puedo cerrar los ojos
e ignorar lo que está pasando. He sido testigo de cómo las cosas se han ido empeorando.
Hoy por hoy, ISKCON es una escuela primaria. Su gran mérito consiste en haber dado a
conocer la filosofía de la conciencia de Krishna a gran escala mediante la masiva
distribución de libros en todos los idiomas, sacándonos del analfabetismo espiritual a todos
los que nos fuimos integrando. Sin embargo, las personas que ahora sienten la necesidad
de consolidar su evolución espiritual tienen que buscar otras alternativas que les permitan
crecer en libertad. Otros métodos de aprendizaje que les permitan capacitarse para
autogobernar su vida en toda circunstancia.
Bhaktidas: ¿Otros métodos?
Jivatamas: Sí, otros métodos. No me refiero a otros métodos diferentes de la conciencia
de Krishna, sino a otras formas de entrenamiento y de predicación. Por ejemplo, Jivarajas y
Jivasattva están haciendo cosas notables; usan el reiki y el yoga para introducir la filosofía
de la conciencia de Krishna, volcándose más con aquellas personas que demuestran

180
genuino interés en cantar el maha-mantra y conocer la filosofía. No se puede arar en el mar
ni empujar un río.
Bhaktidas: Sí, hay que adecuar la metodología a la propia velocidad y entendimiento de
cada cual. Eso es lo que estamos haciendo nosotros y muchos otros. Ahora hay algunos
que hacen negocios, curiosean, escriben, viajan o simplemente descansan. Después de
haber recibido una fuerte dosis de conciencia de Krishna, es necesario relajarse un poco
variando de ambiente para revisarse con objetividad y descubrir uno por sí mismo todo lo
que en un principio aceptó sin comprender bien lo que aceptaba o por qué lo aceptaba.
Afortunadamente ya hay mucha gente de mi edad, con posiciones oficiales o sin ellas, que
lo están haciendo. Por tanto, yo estoy convencido de que, en el transcurso del tiempo, todo
se irá nivelando de manera que las nuevas personas que integren el Movimiento sean más
coherentes consigo mismas y con sus semejantes.
Jivatamas: ¿Tú crees?
Bhaktidas: Sí. Es cuestión de tiempo. Tengamos en cuenta que la verdadera religión rige
en todo el universo y en la zona cero de cada alma. Todo individuo sensible y seriamente
inquisitivo tiende a buscar la verdad acerca de su existencia y su papel en ella y, en virtud
de su inocencia, la verdad se va haciendo visible ante sus ojos de mil maneras diferentes.
De hecho, aunque los profesionales de la religión digan que es un especulador, o traten de
convencerlo de que sólo a través de ellos y de sus métodos es posible conocer la verdad, él
se rebelará y se esforzará en encontrar su propio camino por sí mismo. En muchos otros
aspectos de la vida esto ya nos ha pasado a muchos de nosotros. Ahora, para ver mejor lo
que hacen, los devotos deben retirarse un poco de vez en cuando como hacen los pintores
y escultores para observar su obra con cierta perspectiva.
Jivarajas: Pero el riesgo de una percepción defectuosa siempre existe. Por ejemplo, el
sacerdote se convence a sí mismo de que sólo él ha sido tocado por la luz, y el feligrés se
convence de que sólo a través de la guía del sacerdote puede salvarse.
Bhaktidas: Lamentablemente es así; es un patrón de dependencia psicológica heredado
que de tanto repetirse se convierte en tradición. Pero lo que yo trato de decir es que la
religión es una comunión con lo divino que cualquier persona inquisitiva puede
experimentar. Una persona se torna genuinamente religiosa cuando se percata por sí
misma de la verdadera naturaleza de las cosas y se reconoce a sí misma en ella. Por lo
general, los sacerdotes de todos los grupos religiosos se consideran a sí mismos los
elegidos de Dios y los intérpretes autorizados de las Escrituras, como si Dios hubiese
creado una empresa de videntes exclusivos de la verdad y propietarios exclusivos de los
“derechos de autor”. Lo que tenemos que pregonar a los cuatro vientos es que Dios no es
excluyente, que todo lo que necesitamos saber nos es revelado de diferentes maneras
cuando somos cuando somos puros de corazón e inocentes en nuestra manera de pensar y

181
de actuar. Los profesionales de la religión no pueden ser puros e inocentes porque su
identificación con su privilegiada posición de superioridad se lo impide. Ellos no saben que
la vida religiosa no es una profesión sino una vocación. La genuina experiencia religiosa no
es producto de reglas o principios sino de una actitud ecuánime, abierta y receptiva a la
divina presencia del amor divino presente por doquier. Dios es amor y toda la creación está
impregnada con Su amor. Sólo hay que abrir los ojos del alma para verlo y permanecer en
silencio para oírlo, una actitud contemplativa que provoca un estado meditativo conducente
a la iluminación. Y ¿quién puede saborear el amor divino sin haberse iluminado? Pero los
profesionales de la religión hacen creer que sólo ellos conocen el misterio de la vida y que
sólo a través de ellos es posible aprender el truco para autorrealizarse. Una persona
genuinamente religiosa vive en puro éxtasis; su corazón rebosa de felicidad incontenible. En
cambio, el profesional se autolimita y limita a los demás diciendo que la verdad no hay que
buscarla porque ya ha sido encontrada y que si deseas conocerla ellos te la pueden
enseñar. Pero, ¿cómo se puede enseñar algo que uno no ha realizado, ni puede realizar
mientras haga de la religión una profesión? El alma de la religión es el dharma ejecutado
por amor. O sea, que la religión es una forma de verdadero amor. Profesionalizar el amor es
convertirlo en prostitución, es decir, dar a sentir sensaciones sin alma, vacías de genuino
contenido espiritual: una flor de plástico, una sonrisa de fantoche, un abrazo de robot.

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Jivatattva: (visiblemente tocado por los argumentos de Bhaktidas) Pero eso es lo que
hay. En estos años he tratado con mucha gente desde otra perspectiva y me he dado
cuenta de que, aunque les gusta el yoga, son muy temerosos de que se les hable de Dios
de manera distinta a la que ellos aprendieron desde chicos. Se aferran a sus creencias, no
porque realmente las amen o comprendan, sino por pereza de cambiar de tren, por miedo
de perder parte de su identidad en el trasbordo. Su compromiso de pertenencia ya ha sido
establecido y aunque ni les importe nada el asunto, sienten como si traicionaran unos
ideales que no tienen; otro fundamento que el de su consentida mediocridad. Es muy
extraño, pero así es. No obstante, siempre hay excepciones, personas que están tan
genuinamente frustradas, es decir, tan poco apegadas a las tradiciones y tan deseosas de
encontrar el verdadero sentido de la vida, que apenas les hablo de que la fuente de todas
las energías y de todo cuanto existe es Krishna se sienten tan dichosas que me piden que
les hable más y más acerca del asunto...
Bhaktidas: La confusión reinante en materia de religión es comprensible. En Occidente,
durante siglos ha imperado un cristianismo tan fanático, politizado e inmoral que ha
enfermado espiritualmente a las personas. Ahora, no sólo no quieren oír hablar de religión,
sino que –incluidos los sacerdotes– están incapacitados para entender la verdadera
naturaleza de las cosas. Al final de sus vidas sólo sienten apatía por todo lo que huele a
iglesia. Recuerdo que, una vez, un amigo mío español fue a distribuirle un libro a un cura ya
mayor, y éste le dijo que no estaba interesado. Mi amigo insistió diciéndole: “Pero este libro,
el Sri Isopnishad, habla de Dios”, y el cura, un castellano de Burgos, respondió: “¡Yo ya
estoy jubilao!”. La rutina embrutece, la falta de fundamento impide la debida evolución y el
fanatismo resultante se ceba en las personas inocentes. Es lo que está pasando en el
mundo desde hace siglos... Por otro lado, dado que las instituciones religiosas están
integradas por seres humanos, aun cuando la doctrina que la fundamenta sea sublime, la
mezquindad humana la convierte en duplicidad, represión y abuso de poder.
Institucionalizar es deshumanizar, desvirtuar, entorpecer de mil maneras el libre ejercicio de
lo más precioso que tenemos: la voluntad de amar. Precisamente estos días tuve que
escribir algo relacionado con lo que estamos hablando ahora. Hace como una semana, a
raíz de mi reciente visita a Buenos Aires, alguien que pertenece a nuestra institución, me
escribió planteándome ciertas inquietudes y yo tuve que reflexionar y responderle por
escrito. Si quieren les leo lo que le escribí.
–Está bien –dijeron todos a la vez.

183
Bhaktidas: Entonces aquí vamos (dijo mientras agarraba unos papeles que tenía en el
cajón de un mueble): “La materia prima de una institución religiosa está constituida por el
conjunto de sus miembros, en el que una minoría son los jefes y una mayoría son los
subordinados. En esencia, los jefes no son distintos ni mejores que los subordinados, ni los
subordinados son distintos ni peores que los jefes. Por tanto, para que los miembros de la
sociedad generada en el seno de una institución disfruten de paz y armonía deben
fundamentar sus relaciones interpersonales en el noble ideal religioso que les hizo unirse y
en la unánime aceptación de sus respectivas diferencias, sin instigar con inoportunas
objeciones que puedan causar enemistad o enfrentamiento. Pero por lo general, la élite
gobernante suele identificarse como tal, y la masa gobernada también suele habituarse a
verse a sí misma como un conjunto de abejas obreras, de cuyo cumplimiento del deber
impuesto depende su seguridad. Y, como la rutina obligada aburre a los subordinados, tarde
o temprano aparecen brotes de insatisfacción entre ellos que alarma a los jefes
provocándoles la paranoia de la deslealtad y suscitando en éstos intervenciones represivas
para mantener el control a toda costa. El tiempo y la inevitable megalomanía les hacen
olvidar que las relaciones humanas armoniosas están basadas en el amor (sin respeto no
hay amor que valga) y mutua confianza, y ante la menor negligencia responden de manera
seca e impersonal, cuando no abiertamente insolente y represiva. Ellos –que son tan
negligentes como cualquier otro– olvidan fácilmente que sin perdón y tolerancia no brota el
amor, que sin amor no hay confianza y que sin confianza todo se viene abajo. Pero el apego
a la posición los ciega y se iluden pensando que sólo por ostentar el puesto de autoridad
tienen razón en lo que dicen o deciden; que sólo por invocar la figura del fundador van a
infundir seguridad a sus subordinados o lograr un objetivo tan difícil como el de trabajar
cooperativamente... Cuando los líderes de una institución se comportan de este modo, los
adeptos deben recordarles la calidad humana que debe acompañar el cumplimiento de sus
funciones, y si no cambian de actitud simplemente deben abandonarlos a fin de preservar
intacta su propia dignidad. No obstante, ocurra lo que ocurra en los momentos de crisis,
unos y otros deberían tener en cuenta que con buena voluntad todo se resuelve. Los líderes
nunca deben decir “vosotros no sois cualificados para hacer esto o aquello”. De este modo
anulan el potencial de los adeptos en vez de estimularles a desarrollarlo. Deben animarlos
diciéndoles que con la ayuda del Señor serán capaces de hacer todo lo que se propongan,
y deben asistirlos para incentivar su motivación en el servicio e incrementar su crecimiento
espiritual. Si no lo hacen deberían tener la delicadeza de renunciar a su cargo para que otra
persona de buena voluntad se encargue de llevar las cosas por el buen camino”.
Jivasattva: Tienes toda la razón. Si los líderes no se dan cuenta de este problema es
porque todavía no han asimilado el conocimiento recibido ni realizado una profunda
introspección. En el Svetasvatara Upanishad (3.8) se dice que “por el simple hecho de

184
vernos como somos, es decir, por entender nuestra posición espiritual, podemos liberarnos
del enredo material”. Pero como la mayoría emplea la mayor parte de su tiempo en
acumular conocimientos sin preocuparse demasiado en asimilarlos, apenas se adaptan a un
estilo de vida más o menos védico en vez de transformarse. Así, en vez de protegerse de
los molinos de viento de la especulación mental se ciegan de orgullo y se convierten en
víctimas quijotescas de su fanatismo doctrinal. Para evitar esta lamentable situación
debemos ejercitar la comprensión espiritual recurriendo a la sabiduría natural del alma.
Jivatamas: ¿Cómo?
Jivasattva: Penetrando profundamente en la oscuridad de nuestra necedad y detectando
la raíz de nuestras actitudes indebidas para enderezar de inmediato todo lo torcido. El
problema es que la mente oblicua decreta sus conclusiones como si fuesen dogmas. Ella
cuestiona todo como si en el mundo no hubiera otro criterio a considerar que el suyo. Este
anartha que todos arrastramos desde tiempo inmemorial, es muy difícil de corregir pero por
lo menos debemos intentarlo. En términos prácticos, cuando otros se comporten
negligentemente, en vez de censurarles debemos comprenderles, pues esa comprensión,
además de ayudarles, agiliza nuestra propia evolución.
Bhaktidas: Por supuesto, pase lo que pase no debemos permitir que nuestro corazón se
llene de basura. Nadie es mejor que nadie. Los incidentes ocurren para habituarnos a
ejercitar nuestra comprensión espiritual desde una perspectiva objetiva y coherente. Si
algún allegado nos subestima o incomoda, no debemos preocuparnos, debemos tomarlo
como una incidencia casual que, en virtud de las inquietudes que provoca, nos obliga a
considerar las cosas en su justa perspectiva. En la medida que comprendemos que los que
nos molestan son apenas instrumentos del destino –controlado intencionadamente
por Krishna debido a que somos Sus devotos–, podemos detectar la presencia de una
inteligencia superior organizando las cosas para agilizar nuestro proceso de
autorrealización, que es lo que realmente importa. Cada incidente es una prueba de
paciencia y tolerancia. Lo que aparentemente nos hiere es lo que nos cura. En verdad nadie
es nuestro enemigo o agresor. Krishna lo organiza todo para que ejercitemos la
ecuanimidad. La hostilidad inesperada, la injusticia o la desconfianza, si son comprendidos
como catarsis terapéuticas, nos hacen descubrir los valles silenciosos y paraísos secretos
que hay en cada uno de nosotros... El supuesto de “yo no voy a poder superar esto”, no
tiene fundamento. Uno no sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Todos los
inconvenientes de la vida son una invitación para modificar nuestra manera de pensar y
nuestros patrones de conducta equivocados. Uno es capaz de enfrentar y superar cualquier
prueba de la vida. Sólo tiene que descubrir su velocidad, destreza y resistencia, y aplicarlas
pacientemente y sin recelo en toda circunstancia. La vida es una continua prueba de
aguante que asusta y confunde, y que rara vez entendemos apropiadamente. Durante los

185
momentos de prueba, la comprensión que sobrepasa toda imaginación es nuestra verdad, y
esa verdad no es fruto del azar o de las suposiciones de la mente, sino de nuestra
capacidad de procesar inteligentemente las calamidades que asolan nuestra vida. Cuando
las opiniones de otros, o los sentimientos extraños que alguien proyecta sobre nosotros,
provocan un rechazo en nuestro interior, es porque nuestra alma no los reconoce como
propios, y eso es lo que importa. En verdad, la vida en este mundo es una especie de
complot y, una vez que nos damos cuenta, estamos curados del espanto: vemos nuestros
errores y aciertos como meros accidentes, y la propia paz que brota de nuestra alma nos
convierte en sabios. Si no vemos la presunta inocencia implícita en nuestros actos es
porque estamos habituados a considerarnos culpables de los errores circunstanciales que
nada tienen que ver con nosotros, ni mayor importancia de la que les queramos dar.
Aunque uno esté condicionado por la mala educación, si decide no dejarse dominar por las
suposiciones de sus críticos, conseguirá descubrir el verdadero sentido de la vida y ser
guiado por la idoneidad implícita en las leyes naturales, las cuales reflejan la voluntad de
Dios.
Jivasattva: Hace poco, un amigo me envió por Internet una historia titulada Aparente
imperfección. El texto decía más o menos esto: “Un cargador de agua de la India tenía dos
grandes vasijas colgando de los extremos de un palo que acostumbraba poner sobre sus
hombros para transportar el agua. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la
otra era perfecta y conservaba toda el agua durante desde la fuente hasta la casa de su
patrón pero, naturalmente, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua cuando llegaba a su
destino. Durante dos años completos las cosas ocurrieron de este modo. Por supuesto, la
vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines
que fue creada. Mas la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su indeseada
imperfección y se sentía miserable porque sólo conseguía cumplir la mitad de la tarea
asignada. Concluidos los dos años, la vasija agrietada le habló así al aguador: ‘Estoy
avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas tú sólo puedes
entregar la mitad de agua de mi carga, y sólo obtienes la mitad de la remuneración que
debieras recibir’. Apesadumbrado, respondió compasivamente el aguador: ‘Cuando
regresemos a la casa, quiero que observes las bellísimas flores que crecen a lo largo del
camino’. Así lo hizo la vasija y, en efecto, durante el regreso vio muchas flores hermosas a
lo largo del camino. Sin embargo, a pesar de ello se sintió apenada porque al final de cada
recorrido sólo conservaba la mitad de agua que debería llevar. El aguador dijo entonces a la
vasija agrietada: ‘ ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen a un lado del camino?
Siempre supe de tus grietas, pero quise sacar partido de ellas tomando en cuenta el lado
positivo de su aparente imperfección. Sembré semillas de flores en el lado del camino por
donde te tocaba pasar y durante dos años las fuiste regando haciendo que yo pudiera

186
recoger flores cada día para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como
eres, si no tuvieras la aparente imperfección que tienes, no hubiera sido posible reunir la
singular belleza de estas flores que a diario yo ofrezco en el altar’”.
Bhaktidas: Muy bonita historia y muy buena enseñanza. A veces, nosotros también
somos “vasijas agrietadas”, pero si comprendemos que siempre existe la posibilidad de
aprovechar nuestras aparentes imperfecciones, lograremos óptimos resultados. Lo que nos
has contado me recuerda otra historia que me contó recientemente un brasileño que vive
por aquí. Está relacionado con la virtud de la sinceridad. Los demás puede que no aprecien
nuestra sinceridad, pero el Señor sabe muy bien que cada cual hace lo que puede y toma
muy en cuenta todas nuestras buenas actitudes. En esta historia se ve cómo Dios suele
premiar la actitud sincera. Al parecer, en 1236, diez años después de la muerte de San
Francisco de Asís, había en Portugal un buen hombre llamado Ricardo que, a pesar de
pertenecer a la nobleza, era un ferviente devoto del Señor y muy caritativo con los
necesitados. Cuando murió compareció ante los tres jueces de la corte celestial, los cuales
debían deliberar si dejarlo entrar en el cielo o si hacerlo regresar para concluir su
transformación. El primer juez le preguntó: “¿Trataste a los demás con respeto?” Y él le
contestó: “Sí, pero no con todo el respeto que a mi juicio ellos merecían”, y la respuesta fue
anotada por los jueces. El segundo juez preguntó: “Estudiaste mucho?” Y el buen hombre
respondió: “Sí, pero no estudié todo lo que debería haber estudiado”. Y los jueces anotaron
la respuesta. Finalmente, el tercer juez preguntó: “¿Amaste a tu prójimo como a ti mismo?”
Y el hombre repuso: “Sí, pero no del todo”, y esa respuesta también fue registrada por
escrito. Viendo Ricardo que ya no le hacían más preguntas, se dio media vuelta dispuesto a
experimentar una nueva encarnación con la intención de ser mejor. Pero los jueces le
gritaron: “¿Adónde crees que vas? Las personas sinceras como tú son muy necesarias en
el Paraíso. Ven con nosotros y pasa para dentro”.

187
Jivatamas: ¡Qué linda historia! ¡Me encantó! La otra también, ambas me llenan de
esperanza. A mí me parece que Krishna debe ver las cosas de ese modo. Si nos da la
oportunidad de conocerle y servirle debe ser porque ya nos ha perdonado todo con
antelación. Yo creo que desde el momento en que uno le entrega el corazón y le sirve, Él
transforma nuestro karma en misericordia y orquesta todos los acontecimientos
aparentemente hostiles de tal forma que podamos verlos como oportunidades de
aprendizaje decisivo. Supongo que para ser un buen devoto hay que ser plenamente
humano y, como dice Morris L. West en su libro Las sandalias del pescador: “Para ello hay
que abandonar totalmente la búsqueda de seguridad y asumir con los brazos abiertos el
riesgo de vivir. Hay que abrazar el mundo como un amante, sin esperar una fácil retribución
de ese amor. Hay que aceptar el dolor como condición de la existencia. Hay que admitir la
duda y la oscuridad como precio del conocimiento. Hay que tener una voluntad obstinada en
el conflicto, pero siempre dispuesta a la aceptación total de todas las consecuencias de vivir
y de morir”.
Bhaktidas: De una u otra manera, todos podemos escoger el plano de conciencia desde
el cual preferimos vivenciar cada situación. Podemos enfrentarnos a la vida con valentía o
con miedo, con optimismo o con pesimismo, con egoísmo o con desprendimiento, con
orgullo o con humildad, con presunción o con nobleza. La capacidad de escoger nunca la
perdemos. Por tanto, ¿por qué no escoger desarrollar plenamente la conciencia para vivir
con plenitud total cada situación? Con la conciencia ordinaria nunca superamos la
mediocridad, y además somos víctimas de complejos y desgracias. En cambio, con la
conciencia plena, no sólo superamos la mediocridad, sino que podemos desarrollar
ampliamente nuestras potencialidades. Plenitud es sinónima de integridad, totalidad,
sobreabundancia, saciedad, hartura, elevación, engrandecimiento, cima o ápice de un
proceso evolutivo.
Jivatamas: ...O sea, que la perfección es una cuestión de voluntad.
Bhaktidas: Sí. La voluntad hace cristalizar deseos. Siempre que deseamos algo quiere
decir que esencialmente contamos con la posibilidad de realizarlo. Uno puede desear algo
relacionado con su modo de ser o con el mundo exterior. En cualquier caso, el deseo
moviliza la energía vital para que tal deseo se cumpla. Las leyes que regulan este fenómeno
constituyen la fisonomía virtual de la voluntad. Cuando deseamos algo es porque creemos
que las condiciones implícitas en lo deseado nos harán sentir más felices y más plenos. En
definitiva, instintivamente todos tendemos a vivir de un modo más pleno; más satisfactorio,
auténtico y completo. Esta plenitud se desea porque ya está empujando por dentro. Si uno
fuera limitado, viviría la limitación como única posibilidad, sin ninguna expectativa de
contraste. Pero resulta que, a pesar de las limitaciones en que uno vive, intuye que hay otro
modo de vivir más pleno, más auténtico...

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Jivatamas: Si la plenitud está contenida en la voluntad, debería bastar desear algo para
lograrlo. ¿Cómo se produce el pleno desarrollo de la conciencia?
Bhaktidas: Ejercitando aunadamente las facultades de desear, ver y actuar. La
operatividad no se concretiza con ninguna de ellas por separado, sino por el conjunto de las
tres.
Jivatamas: Entonces no basta con desear algo para...
Bhaktidas: El deseo es la voz de la naturaleza, la voluntad es la energía vital que la
impulsa. La plenitud consciente se alcanza cuando uno concretiza la visión de presencia
plena de sí mismo. Todos tenemos derecho a la plenitud e, igualmente, capacidad potencial
para lograrlo. Hay quienes creen que es posible y quienes no se atreven a aceptar tal
posibilidad. Desde el punto de vista religioso, no podemos concebir a un Dios omnipotente,
omnisciente y todo amor que no disponga para cada uno de nosotros algo que no sea la
plenitud. Si nosotros deseamos la máxima felicidad para nuestros hijos y seres queridos,
¿cómo podría Dios no desear que alguien sea plenamente feliz? Sería una contradicción
inadmisible. O sea que, desde Su naturaleza de plenitud, Dios dinamiza en cada entidad
viviente la voluntad de recuperar su innata plenitud.
Jivarajas: ¿Plenitud es sinónimo de autorrealización?
Bhaktidas: En la plenitud consciente está implícita la autorrealización, pero sin la ayuda
de un maestro competente no se logra. El maestro que ha desarrollado plenamente su
conciencia puede indicarnos el camino y enseñarnos a caminar por él. Él nos advierte de los
peligros que aparecen durante el trayecto, nos anima cuando los desafíos aumentan y nos
inspira con su ejemplo personal cuando perdemos la fe. Pero el trabajo es nuestro. La
conciencia espiritual no es algo que un buen día nos cae del cielo, como le ocurrió a Isaac
Newton con la manzana. Ni las drogas ni los aparatos de ondas alfa pueden suplir nuestro
trabajo en materia de autorrealización. Para recuperar la conciencia original hay que
eliminar los egoísmos que tienen sepultada al alma... Cuenta la historia que en la India
había una vez un escultor que era famoso por esculpir unas estatuas de elefantes tan
perfectas en cada detalle que si hubieras visto una habrías deseado subirte a la trompa. La
gente le preguntaba cómo podía hacer aquellos elefantes tan reales y el artista respondía:
“Es muy sencillo, yo sólo busco una gran roca, cojo un martillo y varios cinceles y saco todo
lo que no es el elefante”.
Jivatamas: Esto me hace pensar que, hasta que no hagamos de las propias palabras y
los propios actos una expresión de unidad con la vida no somos realmente libres. Por tanto,
la adaptación artificial al método de la conciencia de Krishna que muchos devotos suelen
hacer no sirve para nada. Adaptarse es imitar un modelo practicado por alguien, mientras
que transformarse es realizar interiormente la verdad de tal manera que la propia

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comprensión de las cosas, además de coincidir con el siddhanta, otorgue la capacidad de
aplicar lo comprendido con la autonomía e idoneidad que las circunstancias demanden.
Bhaktidas: Así es. Para adaptarse sólo hay que ser un buen imitador. En cambio, para
transformarse hay que perder el miedo a equivocarse y permanecer fiel a la verdad en cada
una de sus formas. Al imitador no le interesa la verdad sino el usufructo de la verdad. En
cambio, al seguidor le interesa la verdad por sí misma para servirla desprendidamente. El
genuino amante de la verdad se contenta con lo que tiene y cultiva celosamente el
desapego.
Jivatamas: A propósito del desapego, una vez me contaron que el viento y el sol hicieron
una apuesta para ver quien conseguía quitar la ropa más pronto a las personas... El viento
soplaba siempre más y más, y las personas, en vez de ser despojadas de sus ropas se
aferraban cada vez más a ellas. Entonces el sol aumentó un poquito su calor y la gente se
sacó la ropa sin ninguna resistencia...
Bhaktidas: Este ejemplo demuestra que no se pueden imponer las reglas de la
conciencia de Krishna por la fuerza. Krishna mismo no impone obligaciones a Arjuna,
apenas le sugiere varias opciones. De hecho, la historia de nosotros cuatro demuestra que
preferimos la calidez de Prabhupada al huracanado sensacionalismo de sus “herederos”.
Las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir y, mientras uno camina en la justa dirección,
tarde o temprano encuentra el camino real que encauza definitivamente su vida hacia donde
su alma necesita llegar para tener paz. Los apegos son el principal obstáculo de la vida
espiritual y, como tú has dado a entender, las cálidas revelaciones y no las coacciones
doctrinales son las que consiguen liberarnos de los apegos materiales. Aunque a muchos
les parezca difícil, es posible vivir con entrega y desapego...
Jivarajas: ¿Cómo?
Bhaktidas: La única manera de entregarse en lo que uno hace y al mismo tiempo no
apegarse a las cosas temporales es recordar a Krishna, tenerlo siempre presente en todo lo
que hacemos como la principal motivación de nuestra existencia... Srila Prabhupada solía
decir que es seguro que uno avanzará en el sendero del servicio devocional si sigue
estrictamente el consejo de Srila Rupa Goswami de “pensar siempre en Krishna y nunca
olvidarlo”. La visión correcta de las cosas no depende del adoctrinamiento institucional sino
de la virtud de captar el contenido de las enseñanzas filosóficas. Quien, a pesar de ejercer
con miedo su iniciativa personal se rebela contra el estereotipado adoctrinamiento
institucional, descubre su tendencia instintiva a la libertad real y desarrolla la capacidad de
resolver por sí mismo sus problemas. De hecho, quien no teme al compromiso que implica
conocer toda la verdad, alcanza la libertad total, la cual le permite detectar sus defectos y
desarrollar plenamente sus capacidades potenciales.

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Al finalizar la caminata se dispersaron pero quedaron en reunirse nuevamente la
Nochevieja para empezar el año todos juntos y estructurar planes para el futuro. El primer
día del año 2006, durante el prasada del almuerzo y el resto del día, discutieron varios
proyectos que poco a poco fueron adquiriendo un perfil cada vez más concreto y atractivo:
Organizarían un centro cultural denominado “Nityananda Ashram”, y registrarían su
proyecto con el nombre de “Conciencia Plena” (Asociación para desarrollar plenamente la
conciencia).
El centro cultural (una casa regida y mantenida por Elena y Jivasattva con sus clases de
yoga) fue inaugurado en una ceremonia íntima, sólo para los amigos, el 10 de febrero, día
de la aparición del Señor Nityananda...
Posteriormente, todo se llevó a cabo tal como estaba previsto y el 14 de marzo, día de la
aparición del Señor Caitanya, con gran publicidad en diarios, radio y televisión –y
purificados con la primera lluvia del año– celebraron la inauguración oficial a la que
asistieron 200 personas procedentes de Punta del Este, Maldonado, Montevideo y Buenos
Aires. Desde entonces nunca se volvieron a separar y fueron muy felices durante el resto de
sus vidas.

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GLOSARIO

Acharya: Preceptor, maestro espiritual que predica con el ejemplo. Debe pertenecer a una
filiación espiritual (linaje) entroncada con una fidedigna manifestación divina en modo de
poder transmitir sin alteración su mensaje original.
Advaita: No dual.
Advaita Acharya: Encarnación de Maha-Vishnu y compañero íntimo de Sri Caitanya
Mahaprabhu.
Ajamila: Un habitante de Kanyakubja (la actual Kanauj, India) que existió hace más de
cinco mil años. Sus padres le educaron en los principios regulativos y en el estudio de los
Vedas, para que fuese un brahmana perfecto pero, debido a su pasado, el joven brahmana
se sintió atraído hacia una prostituta cuya compañía le hizo caer en concupiscencia y

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abandonar los principios regulativos de la orden sacerdotal. Ajamila tuvo diez hijos con la
prostituta, al menor de los cuales le puso el nombre de Narayana. En el momento de la
muerte, cuando los enviados de Yamaraja [el superintendente de la muerte] fueron a
buscarle, Ajamila, lleno de miedo, llamó a su hijo menor y de ese modo recordó al Narayana
original, el Señor Vishnu. Su canto del santo nombre de Narayana no fue completamente
puro, pero surtió efecto. Tan pronto como pronunció el santo nombre de Narayana
aparecieron los vishnudutas [enviados del Señor Vishnu] quienes entablaron una discusión
con los yamadutas [enviados de Yamaraja, el deva de la muerte] que también se habían
hecho presentes para llevarse el alma de Ajamila al infierno. Al escuchar la discusión,
Ajamila comprendió el efecto nocivo de las actividades fruitivas, así como el carácter
excelso del servicio devocional a Krishna. Las actividades fruitivas y el conocimiento
especulativo, por sí solos, no pueden dar la liberación, pero el servicio devocional [bhakti-
yoga], libre de karma [acción interesada] y jñana [conocimiento] es tan poderoso que una
vez fijada la mente en los pies de loto de Krishna [la trascendencia], existe la garantía de no
tener que enfrentar a los yamadutas, ni siquiera en sueños. La historia de Ajamila (relatada
por Sukadeva Gosvami en el Sexto Canto del Srimad-Bhagavatam), sirve para comprender
el rotundo efecto purificador de recitar los santos nombres del Señor: “Aquel que canta el
santo nombre del Señor se libera de inmediato de las reacciones de infinitos pecados,
incluso si lo canta de modo indirecto [para referirse a cualquier otra cosa], en broma, como
entretenimiento musical o incluso de modo descuidado. Esto lo aceptan todos los sabios
eruditos en las Escrituras. Si una persona, justo después de cantar el santo nombre de Hari
[nombre de Dios, “el que perdona todos los pecados”] muere por un desdichado accidente,
como caer de lo alto de una casa, resbalar y partirse los huesos yendo por la calle, ser
picado por una serpiente, sufrir un acceso de dolor o de fiebre, o ser herido con un arma, de
inmediato queda absuelta de la vida infernal, aunque haya sido un pecador. Autoridades
eruditas de gran sabiduría han verificado cuisadosamente que para expiar los pecados más
graves hay que someterse a una expiación severa. Sin embargo, el canto del mantra Hare
Krishna destruye todos los efectos de las actividades pecaminosas, tanto graves como
menos graves” (Srimad-Bhagavatam, 6.2.14-16).
Ayurveda: La ciencia médica original entregada por el Señor Dhanvantari, la encarnación
del Ser Supremo como médico. Él surgió del océano de leche cuando éste fue batido por
los demonios y los semidioses en Satya-yuga (aprox. 4 millones de años atrás). Él instruyó
sobre las tres categorías de medicina.
Alma: Partícula infinitesimal de energía, parte integral de Dios, el alma es el ser en sí
mismo; es diferente del cuerpo en el que habita, y constituye el origen de la conciencia. Al
igual que Dios (el Ser Supremo) el alma tiene su individualidad propia, y su forma está
colmada de eternidad, conocimiento y felicidad. No obstante, ella siempre permanece

193
distinta de Dios, y jamás se iguala a Él, puesto que, si bien posee Sus atributos, es sólo en
ínfima cantidad. El alma constituye la energía marginal de Dios, ya que puede inclinarse
tanto hacia la energía material como hacia la energía espiritual. Se la designa igualmente
con los nombres de “ser viviente” (atma), “alma individual” (jivatma), o “alma infinitesimal”
(anu-atma), según el aspecto de ella que se quiera subrayar. El alma tiene tres potencias:
memoria, entendimiento y voluntad.
Anartha: Tendencias indeseables, malos hábitos.
Anartha-nivrtti: Limpieza del corazón de cosas indeseables.
Aparadha: Ofensa contra el Santo Nombre, la Deidad, el servicio devocional o el devoto del
Señor.
Arati: Ceremonia de adoración que se celebra en los templos de Krishna con ofrendas y
cantos rituales en honor del Señor.
Ario: Aquel que conoce el propósito de la vida humana y pertenece a una civilización
basada en el conocimiento perfecto (iluminación espiritual).
Arjuna: Héroe legendario del Mahabharata, a quien Krishna mismo le condujo su carruaje
durante la batalla de Kuruksetra, lugar en el que tuvo lugar el diálogo trascendental
conocido como la Bhagavad-gita.
Ashram: Equivalente a monasterio o convento. Lugar donde se practica la vida espiritual.
Una orden espiritual de vida.
Astanga-yoga: (asta-ocho; anga-parte) un sistema de yoga místico propuesto por Patañjali
en sus Yoga-sutras, el cual consta de ocho partes: yama, niyama, asana, pranayama,
pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.
Asura: Contrario a sura, deva o devoto. Aquel que no sigue las enseñanzas de las
Escrituras y cuya única meta consiste en disfrutar continuamente de los placeres de este
mundo. Ser demoníaco que se opone abiertamente a servir a Dios (a practicar los principios
de la religión). Malhechores que desafían la autoridad de Dios.
Asúricas [propensiones]: Tendencias contrarias a la voluntad de Dios según ésta es
manifestada a través de las Escrituras y de las leyes naturales.
Autocontrol: Sujeción de los sentidos (pratyhara). Dominio del impulso de hablar
innecesariamente, de las exigencias de la mente, la influencia de la ira, y los impulsos de la
lengua, el estómago y el órgano genital. Prabhupada: “Autocontrol significa no entregarse al
disfrute de los sentidos más de lo necesario. El autocontrol se logra, no con impedirle a los
sentidos de modo artificial el disfrute material, sino ocupando los propios sentidos al servicio
del Señor”.
Autorrealización: (lit. poner en acto todo lo que uno puede llegar a ser). Prabhupada:
“Autorrealización significa volverse indiferente a las necesidades de los cuerpos burdo y
sutil e interesarse seriamente en las actividades del ser”.

194
Avatara: (lit. aquel que desciende) Dios, o una de Sus expansiones plenarias, o uno de Sus
representantes que “desciende” del mundo espiritual al universo material para restablecer
los principios de la genuina vida espiritual.
Ayurveda: La ciencia de la vida (ayur: vida; veda: ciencia). La ciencia yoghica de la salud.
La ciencia médica original. Comprende las ramas de biología, botánica, anatomía, nutrición,
higiene, medicina y cirugía. Esta ciencia fue revelada originalmente por el Avatara
Dhanvantari, una encarnación de Krishna para este fin. Se cree que el Ayurveda constaba
originalmente de dieciséis partes de las cuales sólo queda una. Históricamente, este tratado
fue expuesto hace 5000 años por el gran Rishi Atreya a los sabios reunidos en el bosque de
Naimisaranya, lugar sagrado y venerado incluso hoy en día en India. Este conocimiento fue
escrito posteriormente por varios autores. El Charaka Samhita y el Sushruta Samhita son
las obras de más reconocida autoridad. El Ayurveda es una comprensión pormenorizada de
la vida orgánica y de la conciencia; actualmente está a la vanguardia como la llave para la
medicina del futuro. Esta ciencia no considera al ser humano como un limitado conjunto de
procesos bioquímicos, ni concibe la mente como una mera función del cerebro ni categoriza
al individuo como un producto de las circunstancias socio-históricas. El Ayurveda ve al alma
humana como conciencia pura ligada con pero no limitada por el complejo mente-cuerpo,
que es su instrumento para operar en el plano material: su portavoz en el tiempo y el
espacio. La medicina ayurvédica engloba un sistema de prescripciones terapéuticas y un
modo de vida armónico que optimiza cualquier practica espiritual. El tratamiento se hace de
acuerdo con la naturaleza del paciente.
Babaji: Persona santa que vive absorta en bhajana, habiendo renunciado a la posición de
brahmana e incluso a la orden de sannyasa.
Bhagavad-gita: (lit. “La canción del Señor”). Diálogo que hubo entre el Señor Sri Krishna y
Arjuna, Su devoto y amigo, que fue transcrito más tarde por el avatara Vyasadeva. Tiene
como tema el conocimiento de la Verdad Absoluta, la condición original, natural y eterna de
todos los seres individuales, la naturaleza cósmica, el tiempo y la acción. Es la esencia de
todos los textos védicos. En palabras del Dr. James N. Morel (Presidente del Depto. de
Psicología de la Universidad George Washington, EE UU): “Es una obra que proporciona al
lector un equilibrio poco común entre el contenido psicológico literal del documento y su
significación filosófica. Para el psicólogo, la Bhagavad-gita –traducida y comentada por Srila
Prabhupada– es de un gran interés, debido a que es el informe registrado más antiguo de
una sesión psicoterapéutica administrada a un ‘paciente’ que padece de lo que hoy, algunos
llamarían ansiedad ontológica”.
Bhajana: La practica del servicio devocional en la intimidad; realizar cantos devocionales en
un pequeño grupo generalmente acompañados con instrumentos musicales; rezo solitario.

195
Bhakta: Devoto; persona dedicada al culto del bhakti (servicio desinteresado e
ininterrumpido a Krishna).
Bhakti: Amor y devoción por el Señor, caracterizados por el acto de dedicar los sentidos del
ser individual (una vez que éstos han sido purificados) al servicio de los sentidos del Señor.
Bhakti-marga: Sendero del bhakti.
Bhakti-rasamrta-sindhu: El Océano del Néctar Puro del Servicio Devocional. Una obra
importante en sánscrito escrita por Srila Rupa Gosvami, uno de los discípulos directos del
Señor Sri Caitanya Mahaprabhu; describe el tema del rasa de manera elaborada y
detallada, brindando ejemplos de las Escrituras.
Bhakti-yoga: Acción desinteresada; servicio devocional puro que no está contaminado con
la complacencia de los sentidos ni con la especulación filosófica. Tipo de yoga en el que
predomina la devoción a Dios. Bhakti-yoga es el yoga total en el que están contenidos todos
los demás yogas. Este yoga activa, concentra y sublima el poder del corazón, utilizando el
sentimiento humano para entrar en contacto con la Divinidad personificada.
Bala: Fuerza.
Bhava: La etapa preliminar del amor por Dios.
Brahma: El primer ser viviente creado, y dotado de poder (dado por Krishna) para llevar a
cabo la creación del universo.
Brahma-gayatri: om bhur bhuvah svah tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi dhiyo
yo nah pracodayat (Meditemos en esa refulgencia adorable del divino sol que estimula
nuestra meditación).
Brahmacari: Un estudiante célibe de la verdad que se encuentra bajo el cuidado de un
maestro espiritual.
Brahman: (1) el alma espiritual infinitesimal; (2) el aspecto impersonal y omnipresente de
Krishna; (3) La Suprema Personalidad de Dios; (4) la sustancia material total.
Brahmana: (lit. que conoce el Brahman y se dedica a enseñar a otros). Sacerdote, sabio
erudito encargado de guiar la sociedad (en la cultura védica).
Caitanya: (Se lee Chaitanya) Krishna mismo quien apareció en el siglo XV en Navadvipa,
Bengala, India. Él fue quien inauguró el canto en congregación del maha-mantra Hare
Krishna, y Su vida fue el ejemplo más perfecto de la práctica de las enseñanzas de la
Bhagavad-gita.
Caitanya-caritamrta: La biografía autorizada del Señor Caitanya Mahaprabhu, escrita en
bengalí por Krishnadasa Kaviraja Gosvami.
Candravali: Nombre de la gopi rival de Srimati Radharani.
Chaddhar: Chal.
Conciencia: Capacidad de auto-observación, mundo interior, sustancia esencial del alma,
el campo de todas las elaboraciones mentales y experiencias psíquicas. Cuando un yoghi

196
mira hacia dentro ve su conciencia latiendo con fuerzas cósmicas. La conciencia es el
sustrato de todas las cosas, la sustancia primaria creadora de todo lo demás. Es la esencia
de todas las experiencias posibles. El pensamiento lo crea todo pero la conciencia supera
con profundidad y amplitud a éste y a las percepciones ordinarias. La conciencia se refleja
en la capacidad acumuladora de experiencia y conocimiento.
Daksina: Donación, limosna.
Dal: legumbre parecida a los a los guisantes (arvejas) y a los frijoles chinos. Excepto el de
color granate, todos son cocinados por los devotos de Krishna.
Devas: Seres virtuosos habitantes de los planetas superiores que sirven a Dios controlando
y regulando el funcionamiento regular de los diferentes sectores de la creación universal. El
sol, la luna, la tierra; cada astro, cada planeta; cada elemento como el sol, la lluvia, el fuego,
el agua, el viento, etc., así como cada fenómeno natural o función fisiológica (como la
digestión, la evacuación, el parpadeo, etc.) está regida por un deva o semidiós. Según
Madvacarya, citando el Tantra Bhagavata, hay noventa millones de semidioses (citado por
Srila Prabhupada en el SB, 6.14.5).
Dhanvantari: Encarnación del Señor Supremo; padre de la ciencia médica.
Dhama: Lugar sagrado tal como Navadvipa, Vrndavana, Jagannatha Puri, etc.; la residencia
de un poderoso semidiós, como Devi-dhama.
Dharma: Religión, religiosidad, deber. La capacidad de servir conforme a la voluntad divina,
que es la cualidad esencial del ser viviente. Deber ocupacional temporal o eterno; principios
religiosos; nombre de los diversos deberes religiosos, sociales, familiares, etc. (sva-dharma)
del ser humano. Cualidad inherente a un determinado objeto.
Diksa-samskara: Rito purificador durante la ceremonia de iniciación.
Dvaraka: Ciudad donde estaba situado el palacio de Krishna; lugar de Sus pasatiempos
como rey de gran opulencia.
Ekadasi: (Lit. el onceavo día). Dos días sagrados del mes (el undécimo día después de la
luna menguante y de la luna creciente), en el curso de los cuales las Escrituras
recomiendan ayunar (o al menos abstenerse de ingerir cereales, granos y leguminosas) y
minimizar los cuidados del cuerpo, a fin de consagrar mayor tiempo a leer, recitar o
escuchar acerca de las glorias del Señor. Néctar de la Devoción (pág. 66): “En el Brahma-
vaivarta Purana se dice que aquel que observa ayuno en el día de Ekadasi, queda libre de
toda clase de reacciones a las actividades pecaminosas y avanza en la vida piadosa. El
principio básico no es tan sólo ayunar, sino aumentar nuestra fe y amor por Govinda, o
Krishna. La verdadera razón por la que se observa ayuno en Ekadasi es la de disminuir las
exigencias del cuerpo y dedicar nuestro tiempo al servicio del Señor, ya sea cantando o
ejecutando un servicio similar. Lo mejor que se puede hacer en los días de ayuno es
recordar los pasatiempos de Govinda y escuchar constantemente Su santo nombre”.

197
Historia (tal como solía explicarla Srila Prabhupada): Una vez el gran sabio Jaimini Rshi le
dijo a Srila Vyasadeva, la encarnación del Señor Narayana: “Mi querido maestro espiritual,
por tu misericordia me has descrito brevemente la historia y las glorias del río Ganges, los
beneficios de adorar al Señor Vishnu, de dar granos y agua en caridad, y de tomar los
remanentes de los brahmanas. ¡Oh Gurudeva! Ahora deseo oír de ti acerca de Sri Ekadasi,
de su advenimiento y de los beneficios de ayunar en ese día. ¡Oh Gurudeva! ¿Cuándo,
cómo y de quién nació Ekadasi? ¿Cuál es su deidad regente? ¿Cuáles son las reglas para
ayunar en ese día? Por favor, descríbeme los beneficios de seguir ese voto, cuándo se
debe seguir y cuáles son las desventajas de no seguirlo”. Srila Vyasadeva respondió: “¡Oh
brahmana! La respuesta completa a tu pregunta solamente podrías obtenerla del propio
Señor Narayana, ya que Él es el único que puede contestarla plenamente, pero yo trataré
de darte una pequeña descripción: Con los cinco elementos burdos y los tres sutiles, el
Supremo Señor Vishnu creó los seres móviles e inmóviles y, simultáneamente, para
castigar a los seres humanos creó una entidad viviente cuya forma estaba hecha de todo
tipo de pecados: el papa purusa, el pecado personificado. De esta manera fue creada una
personalidad horrible. Su cuerpo era negruzco y sus ojos amarillentos. Su cabeza estaba
hecha del pecado de matar a un brahmana, sus ojos del pecado de tomar sustancias
embriagantes, su boca de robar oro, sus oídos de tener relaciones sexuales con la esposa
del maestro espiritual, su nariz de matar a su propia esposa, sus brazos de matar una vaca,
su cuello de robar riquezas, su tórax de tener relaciones sexuales con la esposa de otro,
sus dos pechos del pecado de cometer abortos, su vientre de matar a sus propios parientes,
su ombligo de matar dependientes, su cintura del pecado de autoalabarse, sus muslos de
vender a su propia hija, sus nalgas de revelar confesiones, sus pies de matar a su propio
padre, y su vello corporal de pecados menos graves. De él emanaban todas las miserias
para los pecadores. El Señor Vishnu creó este papa purusa, y para controlarlo creó a
Yamaraja (el superintendente de la muerte) y los diferentes planetas infernales para enviar
a sufrir a las personas pecaminosas. Después el Señor Vishnu visitó a Yamaraja en el
planeta Pitrloka, desde donde escuchó llantos lastimeros provenientes de los planetas
infernales. Al comprender que esos lamentos provenían de las víctimas de la influencia del
papa purusa, el misericordioso Señor derramó lágrimas. Entonces, a partir de Su propia
energía interna, el Señor creó la deidad de Sri Ekadasi, quien es regida por la Luna para
que al adorarla en el undécimo día después de del cambio de Luna, las personas, no sólo
se libraran de todos sus pecados, sino que se elevaran a la propia morada del Señor en el
reino de Vaikuntha. Por influencia de Sri Ekadasi el papa purusa se fue debilitando y
rápidamente tuvo que dirigirse al Señor Vishnu, y derramando lágrimas le ofreció oraciones
muy bellas suplicándole que le protegiera de Sri Ekadasi. Entonces el Señor Vishnu le
concedió: ‘Los únicos lugares donde te podrás refugiar para poder escapar de la influencia

198
del día de Ekadasi serán los granos’. Desde ese día, el papa purusa entra dos veces al mes
en los granos (cereales y leguminosas), durante el día de Ekadasi. Por tanto, ingerir granos
en ese día sagrado equivale a cometer una gran cantidad de pecados. Por esta razón, los
grandes sabios piadosos y las personas inteligentes interesadas en su avance espiritual se
abstienen de comer granos en esos días. Además, cualquier austeridad realizada en ese
auspicioso día multiplica su efecto espiritual y complace al Señor Supremo”.
Garbodakasayi Vishnu: Segunda expansión del Señor, que penetra en cada universo y
con Su mirada crea las variadas manifestaciones materiales.
Gaudiya: Nombre de la escuela de vaisnavas (devotos de Krishna) que siguen las
enseñanzas de Sri Caitanya Mahaprabhu.
Gaudiya-matha: La divina misión fundada por Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura
(maestro espiritual de Srila Prabhupada), que tiene ashramas y templos esparcidos por toda
India.
Gaudiya vaisnava sampradaya: Línea discipular o escuela de conocimiento generada a
partir del Señor Caitanya.
Gauranga: (gaura: dorado; anga: forma). Nombre del Señor Caitanya debido a Su
complexión dorada (como Srimati Radharani).
Gaura-gayatri: klim gauraya namah (Ofrezco mis respetuosas reverencias al Señor
Caitanya).
Gaura-mantra: klim caitanyaya vidmahe visvambharaya dhimahi tan no gaurah pracodayat
(Meditemos en el Señor Caitanya, a quien se le conoce como el mantenedor del universo y
Quien nos da entusiasmo para meditar).
Gayatri: Vibración trascendental que los brahmanas recitan mentalmente para la
iluminación espiritual. La palabra gayatri es una combinación de dos palabras sánscritas:
ganat (que se canta) y trayate (que da liberación). Esto significa, “un tipo de canción por la
cual podemos conseguir nuestra salvación, alivio, emancipación”. El mantra brahma-gayatri
es la representación sonora de Gayatri Devi, la energía del Señor. La palabra gayatri se
analiza en dos partes: gaya y tri. Gaya significa revelar, y tri son los tres Vedas. Gayatri
significa “la que revela el significado de los tres Vedas”. El mantra gayatri es aquello que
revela al Supremo Señor Vishnu. Es la energía (la consorte del Señor) que revela a su
Señor. El mantra gayatri consta de veinticuatro sílabas que contiene en su secuencia de
sonidos todo el espectro del conocimiento védico. Al repetir este mantra, el sonido de cada
sílaba vivifica por resonancia uno de los veinticuatro centros de energía del cuerpo. Aunque
las palabras del mantra gayatri tienen significado propio, no se repite en un orden que
permita contemplar una idea. Para el propósito de trascender no conviene ocupar la mente
con el contenido de un pensamiento sino en la calidad vibratoria de los sonidos y su efecto
equilibrante sobre la conciencia. Los sonidos del mantra gayatri están descritos en

199
sánscrito, la lengua del Veda: om bhur bhuvah svah tat savitur varenyam bhargo devasya
dhimahi dhiyo yo nah prachodayat / “Oh Señor, eres el dador de vida, el que calma todo
dolor y sufrimiento, la fuente de felicidad; Oh creador del universo, danos Tu luz suprema
para sanar nuestros pecados; guía nuestro intelecto en la dirección correcta”.
Gopal-mantra: klim krsnaya govindaya gopijana-vallabhaya svaha (Ofrezco oblaciones al
Señor Krishna, quien es Govinda, el Amante de las gopis).
Gopis: Las amigas de Krishna pastorcillas de vacas que tienen una relación de amor
conyugal con el Señor.
Gosvamis de Vrndavana: Seis de los principales seguidores de Sri Caitanya Mahaprabhu,
los cuales escribieron libros acerca del culto bhakti, y excavaron los lugares santos de
Vrndavana [lugares donde Krishna había realizado Sus maravillosos pasatiempos cinco mil
años atrás] que se encontraban perdidos.

200
Govardhana: La colina donde el Señor Krishna realizó muchos pasatiempos. Historia de la
aparición de Sri Govardhana: Cuando el Señor Supremo original se preparaba para
descender con Su parafernalia, a fin de exhibir Sus maravillosos pasatiempos y favorecer a
la Tierra aliviando sus aflicciones, Sri Krishna pidió a Su amorosa Sri Radha que
descendiera con Él. Sri Radha contestó: “Mi corazón no puede ser plenamente feliz sin la
presencia de Sri Vrndavana, del sagrado río Yamuna y de la colina de Sri Govardhana”.
Entonces el Señor envió parte de Su morada trascendental a este afortunado planeta
terrenal. Sri Govardhana, la mejor de las montañas, hizo entonces su aparición en el oeste
de India, del vientre de la esposa del Monte Drona. Todos los semidioses y las montañas,
encabezadas por Himalaya y Sumeru, ofrecieron diversos arreglos florales a Sri Giriraja
Govardhana. Las otras grandes montañas ofrecieron sus respetos, circundaron y adoraron
a Sri Govardhana, y por Último ofrecieron las más espléndidas oraciones para glorificarla.
Ellas dijeron: “Tú no eres diferente de Sri Krishna. Resides en el eterno Goloka, el cual está
decorado con bellas gopis y gopas que se divierten en tus cuevas con el Señor de sus
vidas. Por eso se te conoce como el rey de todas las montañas”. Una vez, mientras recorría
los lugares sagrados de peregrinaje, el gran muni Pulastya vio al hijo del Monte Drona.
Estaba cargado de árboles con frutos dulces en abundancia, resonaba con numerosos
riachuelos y estaba repleto de apacibles cuevas, tronos recamados de piedras preciosas y
fascinantes enredaderas florecientes. Al ver esa montaña tan magnífica y apacible, pensó
que era un lugar muy apropiado para llevar a cabo sus meditaciones y otras prácticas.
Pulastya muni se aproximó entonces al Monte Drona con palabras dulces, pidiéndole que le
diera a su hijo para llevarlo a Kasi (Benares), porque en esa ciudad no había montañas. El
Ganges y Sri Visvanatha Shiva están allí, pero no hay montañas. Me llevaré a tu hijo y haré
austeridades en él, que desborda todas las opulencias”. Con los ojos inundados de
lágrimas, Sri Dronacala dijo: “Voy a hablar con mi querido hijo, porque temo a tus
maldiciones”. A instancias de su padre, Sri Govardhana se dirigió al mahamuni: “Tengo
ciento tres kilómetros de largo, sesenta y cuatro kilómetros de ancho y veintiséis kilómetros
de altura. ¿Cómo me llevarás? El mahamuni Sri Pulastya dijo: “Si te sientas en mi mano, yo
te llevaré a la sagrada ciudad de Kasi”. Sri Govardhana contestó: “Está bien, pero me
quedaré donde tú me bajes y no me iré de ese lugar”. El mahamuni Sri Pulastya dijo
entonces: “Te llevaré todo el camino sin descansar”. Los ojos de Sri Govardhana se llenaron
de lágrimas cuando se inclinó ante su padre, y luego, el gran sabio lo levantó en su mano
derecha. Después de exhibir su gran poder durante algún tiempo, cargando a Sri
Govardhana, el mahamuni llegó a Sri Vraja-mandala. Al pasar por allí, Girirajaji comenzó a
recordar su vida previa en Goloka y las razones específicas para su descenso sobre la
Tierra. Reflexionó que Krishna pronto descendería para llevar a cabo Sus más maravillosos
pasatiempos, y que él no debía dejar este auspicioso lugar, porque su vida sólo tendría

201
éxito cuando Sri Radha y Krishna descendieran y pasaran Su tiempo sobre él. Después de
reflexionar de esa manera, Sri Govardhana comenzó a volverse cada vez más pesado. El
mahamuni se sintió muy exhausto, y no recordó el acuerdo previo. Después de sobrellevar
el tremendo peso de Sri Giriraja Govardhana, no pudo soportarlo por más tiempo y lo bajó
de su mano para bañarse y refrescarse en el Yamuna. Cuando regresó, trató de levantar a
Govardhana con su gran poder místico, pero Govardhana no se movió ni una pulgada en
las manos del muni. Sri Pulastya trató de persuadirlo con dulces alabanzas y de muchas
otras maneras, pero Sri Govardhana no se movió ni pizca. Después de darse por vencido,
con gran ira el muni maldijo a Sri Giriraja Govardhana a encogerse diariamente hasta el
tamaño de una semilla de ajonjolí. Este incidente tuvo lugar en Satya-yuga, la era en que
predomina la veracidad. Actualmente Sri Govardhana, en gran separación de Krishna,
continúa encogiéndose día a día. El mahamuni prosiguió su travesía a Kasi con las manos
vacías, pero recibió la gracia de tener el dharshan [mostrarse] de Sri Govardhana y hacer el
servicio de llevarle hasta Sri Vraja-mandala. Kali-yuga, la era en que predomina la riña y la
mentira, se ausenta cuando Sri Govardhana y el famoso Bhagirathi Ganga están presentes.
Otra historia: La siguiente es una breve descripción de la aparición de Sri Govardhana,
como fue dada por el Gran sabio Gargamuni. Una vez, en la cumbre del Rasa-lila, el cual
está decorado con muchas gopis encantadoras que tocan diferentes clases de instrumentos
musicales para el placer de Sri Radha y Krishna, Sri Radha le dijo a Sri Krishna: “Si en esta
Danza Rasa mi amor te satisface, entonces complace un deseo que por largo tiempo he
acariciado”. Sri Radha continuó: “Por favor, crea un área bella y apartada, en la cual
podamos quedar absortos en la dulzura del Rasa-lila”. Krishna accedió de inmediato y
comenzó a buscar dentro de Sí. Mientras Sri Radha y las gopis aguardaban, vieron cómo el
amor de Krishna emanaba de Su corazón en la forma de un líquido exquisito. Cuando ese
líquido tocó la tierra, en pocos segundos se transformó en una gran montaña con muchos
bosques y cuevas hermosas, rumorosos ríos y arroyos. Esa montaña comenzó a
expandirse hasta que cubrió casi todo el Sri Vraja-mandala. Entonces Sri Krishna le impidió
que siguiera creciendo. Sri Radha se sintió muy regocijada y le bendijo. Esa espléndida
montaña del amor de Sri Krishna es inconcebiblemente idéntica a Él y al mismo tiempo
diferente. Sri Vraja-mandala es el territorio del amor, en donde todo está hecho del amor
más dulce y predominante. La belleza, el encanto y la dulzura, hace que el amor estalle en
éxtasis. Ese éxtasis emana de Sri Radha y se ve incrementado por Sus servicios
dulcemente inspiradores, el resultado de la búsqueda divina. Ella es la fuente de los
pasatiempos de Sri Krishna. Ella es el alma y la vida de Sri Krishna, en el reino del amor. Sri
Govardhana se convirtió en un lugar donde se llevan a cabo pasatiempos sumamente
secretos y confidenciales. Sus cuevas fascinantes proporcionan amplias facilidades para el
descanso y la continuación de nuevos pasatiempos divinos. Toda esa área está

202
celestialmente plena con las amorosas y tiernas danzas rasa de Sri Radha y Govinda con
Sus asociados eternos. Los pastorcillos de vacas todos los días se divierten con Sri Krishna
en la montaña y en las cuevas, mientras las vacas y los terneros pacen sobre los campos
verde esmeralda y beben en los arroyos cristalinos. De esa manera, Sri Krishna despliega
Sus maravillosos pasatiempos trascendentales con la esperanza eterna de atraer a Sus
partes separadas para que se unan a Él eternamente.
Gunas: Este término significa soga, cualidad, vibración. Satva-guna (bondad, virtud); rajo-
guna (pasión); y tamo-guna (ignorancia). Las diversas influencias que ejerce la energía
material sobre los seres y las cosas. Determinan entre otras cosas la manera de ser, de
pensar y de actuar del alma que condicionan. Es por medio de sus interacciones que
operan la creación, la manutención y la devastación del universo.
Guna-karma: Alusivo a la influencia conjunta de las tres modalidades de la naturaleza
material y de las reacciones pecaminosas.
Guru: Guía, maestro; preceptor espiritual que lleva al discípulo de la oscuridad a la luz.
Básicamente hay tres gurus: uno que indica el camino a seguir, otro que instruye y otro que
da la iniciación para liberar al discípulo del samsara (ciclo de repetidos nacimientos y
muertes que experimenta el alma mientras no se cualifica para trascender el plano de la
existencia material).
Guru-gayatri: aim gurave namah (Ofrezco mis respetuosas reverencias a mi maestro
espiritual).
Guru-krpa: Misericordia del guru.
Guru-mantra: aim gurudevaya vidmahe krsnanandaya dhimahi tan no guroh pracodayat
(Procuro entender a mi maestro espiritual quien está siempre en una bienaventurada
conciencia de Krishna. Permítaseme meditar en él, en cómo se entusiasma al darme
entusiasmo).
Gurukula: Escuela del guru.
Guru sastra sadhu: Preceptor espiritual, escritura, santo.
Cuatro perfiles psicológicos del alma: Las cuatro inclinaciones del alma generadas por la
influencia de las tres gunas y por la devoción. Término usado en el presente relato para
justificar los cuatro personajes principales de la historia.
Hare Krishna: Nombres de Dios en referencia a Su energía-madre y a Su aspecto de
infinitamente fascinante. Palabras del maha-mantra usadas como saludo entre los devotos
de Krishna y como denominación abreviada para referirse al Movimiento denominado
“Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna”.
Harinama: (hari: nombre de Dios, “el que libera de todos los obstáculos o pecados del
devoto; nama: nombre). Canto de los santos nombres del Señor en público.

203
Haridas Thakura: Un gran devoto del Señor Caitanya Mahaprabhu, famoso por rezar
trescientos mil nombres de Dios diariamente. Se dice que él era una encarnación del Señor
Brahma.
Hari-katha: Temas relacionados con la Suprema Personalidad de Dios.
Hatha-yoga: (lit. “yoga fuerte” o “yoga de la fuerza”). Práctica de yoga para dominar los
sentidos y la mente por medio de diversos ejercicios físicos. Parte de una educación del
cuerpo que constituye un válido instrumento de preparación para la vida espiritual. El hatha
moviliza las fuerzas vitales y facilita la realización del samadhi.
Hiranyakasipu: Un rey ateo dotado de gran poder místico que era adorado como Dios, y a
quien Krishna mató en Su encarnación de Nrsimhadeva [en forma mitad león y mitad ser
humano], para defender al hijo de éste de nombre Prahlada quien era un devoto del Señor
de apenas cinco años de edad y que estaba a punto de ser ultimado por su padre.
ISKCON: (Orig. ISKCON, iniciales en inglés de la institución fundada por Srila Prabhupada
en 1966 en la ciudad de Nueva York, denominada International Society for Krishna
Consciousness). Debería estar escrito con mayúsculas, pero las letras grandes distraen
mucho la vista y hemos preferido escribirlo con minúsculas.
Jaganntha das Babaji: Gran santo vaisnava, aceptado como maestro espiritual por Srila
Bhaktivinoda Thakura.
Jagai y Madai: Dos grandes libertinos a quienes el Señor Nityananda convirtió en
vaisnavas.
Japa: Rezo de los santos nombres de Krishna quedamente para sí mismo, contar las
repeticiones del maha-mantra sobre el japa-mala (rosario de 108 cuentas).
Jiva: Alma espiritual, entidad viviente, parte atómica del Señor.
Jiva-tattva: Entidad viviente, alma espiritual. Tratado acerca de la naturaleza del alma.
Jñana: (lit. conocimiento). El saber espiritual o conocimiento que permite distinguir la
diferencia entre el cuerpo material y el alma espiritual. Investigación filosófica acerca de la
Verdad.
Jñanis: Adeptos del proceso de jñana, el cultivo del conocimiento espiritual.
Kadamba: Árbol con flores aromáticas.
Kali-yuga: Era de riña e hipocresía, la última en el ciclo de cuatro; dura 432.000 años. Es la
era actual iniciada hace 5.000 años. Se caracteriza esencialmente por la desaparición
progresiva de los principios de la religión y la exclusiva preocupación por el bienestar
material.
Kama-gayatri: klim kama-devaya vidmahe puspa-banaya dhimahi tan no ’nangah
pracodayat (Meditemos en el Amo de los sentidos, Quien lleva flechas de flores. Meditemos
en Él, entusiasmados por el Cupido trascendental).

204
Kanistha: Devoto materialista que sólo reconoce a Dios en la Deidad del templo pero que
no reconoce a los vaisnavas; su fe no es firme y su vida espiritual aún es inestable.
Karana: Océano de leche donde yace Maha Vishnu, de quien emanan todos los universos
materiales.
Karma: (lit. “actividad”, “trabajo”). Ley natural de causa y efecto según la cual toda acción
material, buena o mala, entraña obligatoriamente consecuencias, las cuales tienen por
efecto el creciente encadenamiento de su autor a la existencia material y al ciclo de los
reiterados nacimientos y muertes. Las consecuencias o reacciones de la acción.
Karmi: Trabajador fruitivo; persona apegada al fruto de la acción.
Kirtana: Canto de glorificación al Señor Supremo.
Krishna: (lit. Krish: atractivo; y na: supremo, “el supremamente atractivo”, “el infinitamente
fascinante”). La Suprema Personalidad de Dios en Su forma original de dos brazos (fuente
de todas las encarnaciones Vishnu y de toda existencia manifiesta o inmanifiesta); Causa
original de todas las causas; Verdad Absoluta Suprema,; Controlador Supremo (Ísvara) y
Disfrutador Supremo (Purusha). Él también es el orador de la Bhagavad-gita. Krishna no es
simplemente una figura histórica, o una encarnación de Vishnu como algunos imaginan. Es
la supremamente atractiva y original personalidad de Dios, absolutamente independiente y
omnipenetrante, el Ser supremo adorado por todos los semidioses. El es llamado
Bhagavan, “el poseedor de todas las opulencias místicas” (belleza, riqueza, fama, poder,
sabiduría y renunciación). La absoluta Personalidad de Dios, Sri Krishna, es la forma
omnipotente de la existencia trascendental, el conocimiento pleno y la bienaventuranza
completa. Su potencia interna se exhibe primero como sat o existencia (o dicho de otro
modo, como la porción que expande la función de existencia del Señor). La misma potencia,
cuando manifiesta conocimiento pleno, se llama cit o samvit, que expande las formas
trascendentales del Señor. Finalmente, la misma potencia, cuando actúa como medio dador
de placer, se conoce como hladini, la potencia bienaventurada trascendental. Es así como
manifiesta el Señor Su potencia interna en tres divisiones trascendentales.
Krishna Balaram Mandir: Principal templo de Iskcon en Vrndavana, India (fue inaugurado
por Srila Prabhupada en 1974). Krishna-mantra: (ver Gopal-mantra).
Krishna-tattva: (lit. la verdad acerca de Krishna). Temas relativos a Krishna como Verdad
Suprema.
Ksetrajña: (ksetra; campo o cuerpo; jña: conocedor). Aquel que es consciente del cuerpo.
Tanto el alma como la Superalma son ksetrajña, pues el alma individual es consciente de su
propio cuerpo en particular, y la Superalma es consciente de los cuerpos de todos los seres
vivientes.
Laksmi: La diosa de la fortuna, consorte del Señor Supremo Sri Vishnu.

205
Madhurya-kadambini: Obra de Srila Visvanatha Cakravarti Thakura en la que describe el
proceso de Bhakti-yoga. Un gran banco de nubes se llama Kadambini. Pero este banco de
nubes esta lleno con exquisito madhurya o melosidad, la cual extingue fácilmente el
abrasador fuego de la existencia material con misericordiosas lluvias de néctar. De esta
manera, llamando a su libro Madhurya Kadambini, Srila Cakravarti lo dividió en ocho lluvias
de néctar analizando la ciencia completa del bhakti para sumergir al lector en una ojeada al
Sadhana-bhakti Madhurya, Krsna-nama Madhurya, Bhava-prema Madhurya y Sri Krsna
Madhurya. Comparando al bhakti con la enredadera de los deseos, él sigue el desarrollo
desde el brotar de las primeras salidas a la superficie de las flores de bhava y finalmente las
frutas de prema. Él provee un amplio soporte escritural especialmente del Srimad
Bhagavatam, declarándolo el emperador de todas las evidencias.
Madhurya-rasa: La melosidad del amor conyugal con el Señor Supremo, exhibida en su
grado máximo por las gopis.
Mahabharata: Obra compilada por Srila Vyasadeva hace 5.000 años, la cual testimonia
aspectos y valores culturales que proclaman la excelencia que el comportamiento humano
alcanza cuando las personas son conscientes del propósito de la vida y fundamentan sus
actos en el conocimiento perfecto. El Mahabharata es un relato épico –centrado en el drama
de una familia real escindida en dos facciones antagónicas por motivos políticos–, a través
del cual llegan hasta nosotros diversas crónicas históricas de hace más de 5.000 años
repletas de enseñanzas con profundo contenido filosófico, ético, moral, político y religioso.
Uno de los episodios de esta monumental obra escrita en verso (100.000 estrofas) da
cuenta del exilio que, a causa de ciertas intrigas políticas, tuvieron que afrontar durante 13
años sus protagonistas principales, los Pandavas, cinco héroes legendarios hermanos de
madre (la reina Kunti) pero engendrados por cinco padres distintos, todos ellos devas,
(semidioses residentes de los planetas superiores donde la duración de la vida se extiende
por millones de años) encargados de controlar todo el universo. Después del exilio, los
Pandavas (lit. hijos adoptivos del rey Pandu, esposo humano de la reina Kunti, cuya muerte
prematura causó el vacío de poder que generó la inestabilidad política) tornaron y tuvieron
que combatir en la gran batalla de Kuruksetra frente a sus primos los Kurus, los cuales
pretendían usurpar el trono que pertenecía legítimamente a los primeros. Pero lo que en
verdad motivó esta guerra no fue la ambición territorial o el poder económico tal como
sucede hoy en día, sino la pugna ideológica entre quienes querían ostentar el poder de una
manera dictatorial (los Kurus), ignorando deliberadamente los cánones de la sabiduría
ancestral, y quienes defendían los genuinos valores de un sistema de cultura entroncado en
el profundo conocimiento de la verdad y del Dharma (los Pandavas) el cual consiste en
cumplir la voluntad de Dios. En términos generales, la palabra “dharma” se define como
ocupación, pero su significado fundamental es deber, “aquello que sostiene la existencia de

206
uno”. De acuerdo con Srila Prabhupada, “el sostén de la existencia de cada ser viviente
consiste en coordinar sus actividades con la relación eterna que tiene con el Ser Supremo.
[...] Dicha relación es trascendental, y completamente distinta a lo que experimentamos en
la existencia material. Esta relación de sirviente y servido es la forma de intimidad más
agradable que existe, y uno puede comprenderla a medida que el servicio devocional
progresa. Todo el mundo debe dedicarse a ese amoroso servicio trascendental al Señor,
incluso en el actual estado condicional de la existencia material. Gradualmente, eso le dará
a uno la clave para la verdadera vida, y lo complacerá hasta la satisfacción total” (Srimad-
Bhagavatam, 1.2. 6).
Los cinco hermanos que protagonizan la epopeya del Mahabharata (Yudhisthira, Arjuna,
Bhima, Nakula y Sahadeva) son cinco héroes dotados de poderes sobrenaturales. Ellos
siempre defendían el Dharma y, después de la famosa y descomunal batalla de Kuruksetra
(60 millones de muertos en 18 días –con armas nucleares provistas de poderes místicos
desconocidos hoy), desterraron la corrupción y establecieron el período de paz, justicia y
bienestar más sólido y duradero de la historia de la India de los últimos 5.000 años. Los
cinco Pandavas eran expertos en el arte militar y altamente cualificados en el plano
espiritual. Pero el mayor de ellos, Yudhisthira, era el que más destacaba en el riguroso
cumplimiento del deber. Básicamente, esto se debía a que fue engendrado por Dharmaraja
que, como su nombre indica, es el deva del Dharma, así como el superintendente de la
muerte, es decir, el encargado de juzgar a todas las almas condicionadas cuando parten de
este mundo.
Maha-mantra: (lit. el gran mantra) Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare /
Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare. El gran canto para la liberación
recomendado para la era de Kali (“era de riña e hipocresía” –la era actual) por Sri Chaitanya
Mahaprabhu (“El Avatara Dorado” –encarnación de Krishna cuya aparición tuvo lugar en
India hace más de 500 años). El maha mantra posee el poder de liberar a la entidad viviente
de sus tendencias materialistas e incluso de despertar en ella el amor por Dios y el éxtasis
de la vida espiritual. Este mantra (Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare /
Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare) ha existido desde siempre (como el mismo
Dios), y también desde siempre ha sido sistemáticamente empleado por los yoghis-devotos
o bhakti-yoghis. Cantado en grupo genera una alegría contagiosa y expansiva que relaja las
tensiones y predispone a danzar de tal manera que es posible experimentar la armonía con
la naturaleza y el amor a Dios. Como ya es conocido, los devotos de Krishna han
popularizado en el mundo esta práctica milenaria de mantra-yoga. A través del efecto
purificador de la vibración sonora del mantra, ellos desarrollan conocimiento profundo y
desapego del mundo: un tipo de éxtasis que les permite explorar la bienaventuranza del
verdadero amor en una atmósfera fascinante creada por el sonido trascendental del maha-

207
mantra. El rezo de este mantra no pertenece al nivel sensorial, mental o intelectual sino a la
esfera espiritual propiamente dicha. En la India, el más prominente maestro espiritual
vaisnava (teísta, devoto de Krishna) del siglo pasado, Srila Bhaktivinoda Thakura (India,
1838-1910), calificó el santo nombre de Krishna como el tesoro más valioso del universo
entero, ya que invocándolo al rezar o cantar es posible despertar nuestra conciencia original
y desarrollar amor puro por Dios, la meta suprema de la vida. La recitación del maha-mantra
(maha significa grande, supremo) Hare Krishna está recomendada para implementar la
realización espiritual en esta era. Si uno recita constantemente este mantra completo y
medita sobre su significado, además de liberarse de todos los temores y apegos que lo
condicionan, llena su corazón de gozo, ese gozo indescriptible que subsigue a la realización
del verdadero ser (cuando éste se percata de que es parte del Todo), y a la satisfacción
inmensa de descubrir la relación de amor con Krishna, causa original de toda causa. Tal
como el cuerpo está expuesto a la contaminación física, la mente está expuesta a la
contaminación psíquica. Y tal como el fuego y el agua purifican en el plano físico, el sonido
espiritual del mantra Hare Krishna purifica en el plano psíquico-espiritual. Entre todos los
mantras conocidos, los “mantras de nombres” son los más potentes porque están
constituidos de pura luz y amor. Se recomienda emplearlos sin esperar nada a cambio.
Conviene recitarlos como un acto devocional espontáneo, no como una transacción
comercial con las fuerzas divinas. Estos mantras corresponden a un sentimiento instintivo
procedente de la profundidad del corazón. Las personas que tradicionalmente practican
mantra-yoga, cualquiera que sea el sistema de pensamiento que las inspiren, no tienen otro
objetivo que el de situarse en la presencia estática del nombre elegido, porque la vibración
de luz viviente es absolutamente igual al nombre o nombres reunidos en el mantra. Gracias
a esta no-diferenciación que los hace inseparables del Absoluto, los nombres sagrados son
los depositarios de inconcebibles potencias espirituales. En el ámbito físico y en sentido
material, el nombre difiere de la forma. El lenguaje verbal es simplemente una
representación simbólica. Los signos gráficos y los signos vocales representan este o aquel
objeto o persona, pero no encarnan la realidad que tratan de evocar, imitar o sustituir.
Sirven para construir puentes de resonancia armónica entre la persona que los pronuncia y
los objetos o los seres que éstos representan. Podríamos decir que son los embajadores de
la realidad, sus símbolos. La palabra “agua” no es el elemento agua; sólo es un vehículo
linguístico. En cambio, en el campo de los nombres sagrados, el símbolo encarna la
realidad. Porque, según el pensamiento védico, el nombre divino es la encarnación sonora
del principio divino. En todas las Escrituras sagradas como la Biblia, el Corán, la Torah, etc.,
encontramos referencias similares respecto a la manifestación de la Divinidad en forma de
vibración sonora (mantras). Pero probablemente las alusiones de este género sean más
frecuentes y específicas en la literatura védica. Por ejemplo, en el Padma Purana se explica

208
el estado de no-diferenciación de las formas de la Divinidad encarnadas en las vibraciones
sonoras de los mantras: “Los Santos Nombres confieren a las almas que los cantan una
dicha ilimitada. Le otorgan toda bendición espiritual porque son Dios mismo, el depósito
cósmico del placer último. Estos Nombres son completos y representan la forma perfecta de
toda paz y madurez trascendental. No corresponden a un sonido o a un nombre material,
cualquiera que este sea y no son menos potentes que la Fuente de todas las energías
cósmicas. Dado que no están manchados por las vibraciones materiales, nunca están
implicados en el juego de la ilusión. Libres y absolutos, tampoco están condicionados por
las leyes de la naturaleza física”. El célebre poeta vaisnava del siglo XVII, Narottama,
practicante del canto del Nombre, escribió: golokera prema-dhana hari-nama sankirtana,
Las vibraciones sonoras trascendentales no tienen otro origen que el mundo de la materia,
el reino espiritual. Doscientos años antes, el avatar Sri Chaitanya redactó lo siguiente: “¡Oh
mi Señor!, sólo Tu santo nombre puede otorgar toda clase de bendiciones a los seres
vivientes, y por eso Tú tienes cientos y millones de nombres como Krishna y Govinda. En
esos nombres trascendentales has investido todas Tus energías trascendentales. Eres tan
bondadoso que nos has permitido acercarnos a Ti fácilmente mediante el canto de Tus
santos nombres”. El poder purificador del maha-mantra Hare Krishna es tal que el
practicante se libera fácilmente de su identidad anterior, socialmente condicionada, y
descubre la erroneidad de sus concepciones materiales. A medida que se torna fijo y
estable en esta disciplina, se libera de todo sufrimiento y de cualquier forma de actuación
que pueda aumentar su karma. Al diluir sus sentimientos egoístas y apegos materiales, sus
actos son puros, libres de codicia, odio y otras cosas similares. Con el tiempo, las raíces
malsanas de la lujuria y el orgullo desaparecen y en el comportamiento emerge la bondad,
el gozo altruista, la compasión y la ecuanimidad. Para un meditador, un yoghi o un devoto
de Krishna, la pureza es muy importante. En primera instancia, la purificación psicológica
consiste en “podar” todos los pensamientos que distraen o perturban. La purificación, la
concentración y la visión interior (todas ellas posibles mediante el proceso de mantra-yoga),
están estrechamente relacionadas. La purificación automática producida por el mantra Hare
Krishna facilita la concentración inicial que, a su vez, genera (y permite mantener) la visión
trascendental. Cuando la percepción de la verdadera naturaleza de las cosas se torna
habitual, la pureza, en vez de ser un acto de la voluntad, se convierte en la ética natural del
meditador. El canto del maha-mantra Hare Krishna purifica de tal manera la mente
(instrumento de la meditación y “cerebro” de toda iniciativa) que la libera de todos sus viejos
hábitos y falsas identificaciones, predisponiéndola a “colaborar” con el jubiloso proceso de
autorrealización. A medida que la mente se purifica, la conciencia del individuo también se
purifica y se transforma. La meditación en la vibración sonora trascendental del mantra Hare
Krishna deja en libertad la percepción, permitiendo al individuo operar sin que ninguna

209
influencia externa o interna condicione su comportamiento. Su comprensión de la realidad le
hace entender que, de no fijar su mente en la Divinidad, o glorificarla recitando Sus santos
nombres, sería un impúdico, una caricatura de yoghi, un muñeco. O sea, que no estaría
comportándose dignamente como corresponde a su identidad real o yo espiritual.
Prabhupada: “Uno no debe ser impúdico, deteniendo las actividades de la conciencia pura.
Si las actividades de la conciencia pura se detienen, es seguro que la fuerza viviente
consciente se ocupará de alguna otra manera, pues la conciencia no puede permanecer sin
estar ocupada (Srimad-Bhagavatam, 3.6.36). El mantra Hare Krishna, además de contener
todos los mantras y de conferir los beneficios de todos los demás mantras juntos, garantiza
la autorrealización del practicante devoto haciéndole trascender, no sólo la dualidad
material, sino incluso el ámbito del sabda-brahma (los métodos rituales de los Vedas y los
Upanishads). Todas las vibraciones sonoras de las palabras sagradas reciben originalmente
el nombre de sabda-brahma, sonido espiritual. La potencia del sonido espiritual es tan
penetrante que libera de inmediato al alma del cautiverio material en que se encuentra
debido a las erróneas concepciones de la realidad adquiridas precisamente por haberse
desconectado del plano espiritual al que constitucionalmente pertenece. La vibración del
mantra Hare Krishna “reconecta” instantáneamente al individuo con el plano espiritual y, por
más escéptico que éste sea, los síntomas de despertar de su conciencia son tan claros y
expansivos que no hay forma de negarlo. El mantra Hare Krishna es tan poderoso que
protege a la persona de todos los males de la existencia material. El sonido no material o
sabda designa la conciencia absoluta y tiene el poder de conducir al alma condicionada al
centro de la realidad invisible que existe permanentemente más allá de las percepciones
sensoriales físicas, mentales e intelectuales. En toda disciplina, la base del éxito es la
constancia. Lo mismo que la meditación es impensable sin pasar por la atención y la
concentración, el mantra-yoga tampoco es posible sin la repetición constante de las sílabas
mántricas y la dedicación total. La técnica de repetición y rememoración de sonidos
sagrados (sabda) hace experimentar un gusto superior (ruci). Este gusto, sentimiento,
inmenso placer, es la respuesta del Dios-fuente; un placer místico otorgado en retribución al
canto contemplativo. Para el adepto al mantra-yoga, el sentimiento extático que lo aferra a
recitar y escuchar mantras proviene de las visiones luminosas experimentadas durante la
práctica. Estas visiones son estados intuitivos furtivos, pero inolvidables. Cuando estos
magníficos relámpagos atraviesan el cielo de su conciencia, el adepto percibe una tal
felicidad que para él todos los problemas vinculados a la forma manifiesta se reducen a
nada. Él sabe que nunca podrá olvidar estos instantes confidenciales durante los cuales la
esencia de su ser se solaza y dignifica. Siguiendo fielmente las instrucciones de su maestro
guía, absorbe su pensamiento en el encantamiento esotérico interior. La fuerza del canto-
plegaria es tal que, en manera sutil le revela un conocimiento universal que estaba

210
escondido en lo más profundo de su conciencia. A través de la plegaria constante, sea
quien recita o quien escucha, experimentan estados sutiles provenientes del mundo
invisible. Estos estados no provienen del exterior porque el reino de la luz se encuentra por
todas partes en el interior. El canto sagrado, materialmente silencioso pero perceptible a un
oído libre y sereno, lleva sólo lo que hay en el corazón; hace surgir aquello que ya está
presente desde la eternidad.
Maha-maya: Energía ilusoria material.
Maha-tattva: La energía material total. Estado unificado de conciencia. El agregado de los
veinticuatro elementos de la naturaleza material (maha-brahman), en cuyo seno se realiza
la creación material. Al ser agitado, el maha-tattva causa las actividades materiales. Al
principio hay una transformación de las modalidades de la bondad y la pasión, y luego –
debido a la modalidad de la ignorancia– la materia, su conocimiento y las diferentes
actividades del conocimiento material empiezan a actuar. En el mundo material todo es
producido por la interacción de las tres gunas y por la avidez de disfrute sensual de las
entidades confundidas.
Maha Vishnu: Expansión del Señor Krishna de quien emanan todos los universos
materiales.
Mangala-arati: La ceremonia que se efectúa en la madrugada para dar la bienvenida al
Señor.
Mantra: (lit. de man: mente, pensar, y traya: proteger, liberar). Una fórmula de vibración
sonora que hace que la mente se libere de la contaminación material. Se refiere a la
liberación de las cadenas del samsara, las tendencias materiales que ensucian la mente y
encadenan al alma a la rueda de reiterados nacimientos y muertes. Palabra mística o sílaba
sagrada que tiene el poder de abrir la conciencia a estados más elevados y de liberar al
individuo de sus condicionamientos psicológicos. Semilla de sonidos usados con propósitos
curativos o como práctica de yoga. La repetición del mantra elimina todas las tendencias
que oscurecen la visión, como la cólera, el miedo, la codicia y la lujuria. Así como el espejo
cuando está limpio refleja claramente la realidad, así la mente puede reflejar las verdades
espirituales más elevadas después de eliminar sus impurezas.
Mata-ji: Madre en sentido cariñoso.
Math: Sede social, centro cultural.
Mathura: Lugar de la India donde Krishna apareció hace cinco mil años; actualmente
ciudad floreciente y populosa cercana a la famosa Vrndavana (lugar de los pasatiempos
infantiles del Señor Krishna).
Maya: (lit. “lo que no es”). Término usado para describir el efecto condicionante de la
energía ilusoria material.

211
Mayavada (doctrina): Doctrina de concepción impersonalista según la cual Dios no tiene
forma ni personalidad.
Meditación: Proceso de absorción en lo que se hace. La meditación consiste en
desidentificarse de las continuas transformaciones del acontecer diario y permanecer como
testigo, observando con ecuanimidad los pensamientos que transitan por la mente sin dejar
que las emociones interfieran en la tarea de observar. Meditar consiste en estar absorto en
algo conocido. La meditación consta de tres fases: atención, concentración y absorción.
Atención significa desentenderse de lo que distrae y permanecer alerta; desenfocar el
interés de todo lo contrario a lo que deseamos entender (analizar, percibir, comprender).
Concentración significa fijar la atención en el centro de lo que interesa, sin perder el tiempo
“dibujando hipótesis en el aire”. Absorción significa dejarse capturar por el objeto de
concentración –sin resistencia, sin condiciones; con genuino placer y absoluta confianza. La
meditación comienza a partir de la absorción. La atención y la concentración son
operaciones preliminares para eliminar presencias indeseables en la mente y devolverle su
libertad de opción y movimiento. El alma o la mente no son para “estar en blanco” sino para
funcionar debidamente como corresponde a su propia dinámica constitucional. Meditar sirve
para controlar la mente y los sentidos; para liberarse del caos y situarse en el orden; para
impedir que la nave de la mente sucumba al ser torpemente manipulada por los sentidos,
víctimas irremisibles de la influencia condicionante de la energía ilusoria material. La
meditación, no sólo permite descubrir errores sino trascender la esfera relativa de la
erroneidad y establecerse en la esfera absoluta de la certidumbre.
Mente: Elemento material sutil, a menudo denominado “el sexto sentido”, debido a que
analiza las impresiones que recibe de los cinco sentidos, para así aceptar o rechazar las
cosas. A veces también se la denomina “el undécimo sentido” porque en su actividad, que
consiste en pensar, sentir y desear, culminan las funciones de los diez órganos de los
sentidos (los cinco sentidos de la percepción: orejas, piel, ojos, lengua y nariz; y los cinco de
la acción: boca, brazos, piernas, órganos genitales y ano).
Mela: Convención en la que participan grandes cantidades de personas para celebrar algún
evento sagrado; reunión masiva de personas con carácter religioso o místico.
Mrdanga: Instrumento musical de forma hueca y cilíndrica, hecho de barro cocido o fibra de
vidrio con dos tambores en sus extremos (uno pequeño y uno grande) utilizado durante el
kirtan en las ceremonias de los templos o en las actuaciones públicas.
Nadis: Canales energéticos del cuerpo humano. (lit. la raíz nad significa movimiento, flujo).
La palabra nadi deriva del sánscrito y significa aproximadamente “conducto”, “vaso”,
“arteria”. Su función consiste en conducir el prana a través del sistema energético invisible.
Nama-aparadha: Ofensas contra el santo nombre de Krishna.
Nandagrama: Área del latifundio de Nanda Maharaja, padre adoptivo de Krishna.

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Narayana: (Lit. El Ser Supremo que yace recostado). La expansión de cuatro brazos del
Señor Supremo Sri Krishna situada en los planetas de Vaikuntha (el mundo espiritual). El
nombre de esta manifestación divina también significa: “El conjunto de todos los seres y el
refugio de todos ellos”.
Nistha: Fijo en el servicio devocional. Fe firme en Krishna, Su santo nombre y el proceso
del servicio devocional.
Nityananda: (lit. eterna felicidad). Nombre del principal asociado del Señor Caitanya
(encarnación del Señor Balarama, el hermano mayor de Krishna, la poderosa fuerza que lo
asiste en todas Sus manifestaciones). El Señor Nityananda es la combinación total de todos
los gurus. Todos los gurus individuales son representaciones de Sri Nityananda. En su
revista The Harmonist, Srila Bhaktisiddhanta escribió sobre la manifestación del guru en la
forma de Sri Nityananda: “El guru es la manifestación corporificada de la Divinidad ante la
esencia espiritual receptiva pura del discípulo. Nityananda es el primer constituyente
manifiesto de la Divinidad. Únicamente Nityananda posee la función característica del guru,
en Él se encarna dicha función. Nityananda es el Dios-siervo. Él sirve a Sri Gaurasundara
[nombre para el Señor Caitanya] mediante el método particular de la servidumbre reverente.
Él es idéntico a Sri Balarama en el Krishna-lila [pasatiempos de Krishna]. Sri Balarama no
es el camarada de Krishna sino Su respetado hermano mayor. Se trata de una relación
íntima caracterizada por una parte en la reserva y por otra en una respetuosa deferencia.
Las almas individuales se encuentran bajo la dirección de Nityananda. Reciben en Sus
manos su servicio a Sri Gaurasundara, es decir, su servicio a Krishna. Él es la fuente última
de la jiva. La jiva es una potencia de Nityananda. Ninguna jiva puede convertirse en el
medio del servicio al Absoluto para otra jiva. Solamente el Absoluto puede comunicar Su
servicio a los constituyentes separados de Sí mismo. Ésa es la verdadera naturaleza de la
función del guru. Pero Nityananda no instruye directamente en el servicio confidencial a
Krishna, Srimati Radharani es el guru del círculo íntimo de servicio a Krishna. Sin embargo,
Srimati Radharani sólo acepta la ofrenda de servicio de aquellas almas que han sido
favorecidas de manera especial por Nityananda, a las cuales Él considera adecuadas para
realizar servicio a Ella. Por lo tanto, existe una relación muy íntima entre la función de
Nityananda y la de Srimati Radharani, que es suplementaria e incluyente de la de Él”.
Om: Desde el principio de los tiempos, el sonido primordial ha sido identificado en la sílaba
Om, cuya pronunciación sistemática ha sido utilizada por todos los sabios de la antigüedad
remota para meditar y expandir la conciencia. Om es todo, la representación sonora de
Dios, la base de la vida, el pensamiento y la inteligencia. Todo cuanto existe está contenido
en el sonido Om. El mundo proviene, reposa y se disuelve en el Om. Recitando en voz alta
este mantra varias veces por día se ahuyentan los pensamientos mundanos.
Pronunciándolo correctamente se establecen nuevas vibraciones que despiertan los

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poderes adormecidos del ser. La sílaba om está constituida por tres letras: a-u-m. Estas
letras están explicadas de muchas maneras pero en sustancia tienen un mismo significado:
la Verdad Absoluta Suprema. La a representa al Ser Supremo con todos sus atributos
trascendentales; la u, su contraparte femenina; y la m el conjunto de todas las entidades
vivientes infinitesimales. Prabhupada: El om es una combinación de letras a, u y m. La letra
a se refiere a Krishna, el dueño de todas las entidades vivientes y planetas, materiales y
espirituales. La letra u indica Srimati Radharani, la potencia de placer de Krishna, y la m
indica las entidades vivientes [jivas] (Caitania-caritamrta,. Adi-lila, 7. 128). Según el
Mandhukya Upanishad, aquello que existe, aquello que ha existido y aquello que existirá en
el futuro, no es otra cosa que el om. El om trasciende el pasado, el presente y el futuro, y lo
abraza todo. El om es el lugar de reposo de cada cosa. Es conocido como la raíz de todo el
conocimiento védico o maha vakya, el sonido supremo. En los antiguos textos védicos el om
es considerado la Verdad Absoluta encarnada en sonido. El om no tiene inicio y es
inmutable; supremo y libre de contaminación material. Quienquiera que lo pronuncie puede
obtener la perfección espiritual. Recitando el om se puede comprender que toda la creación
es una unidad completa, una expansión de la inagotable energía del Ser Supremo, de quien
todo emana, en quien todo reposa y a quien todo regresa cuando la manifestación cósmica
se disuelve. En la Bhagavad-gita (7. 8), Krishna declara: “Yo soy la sílaba om en los
mantras védicos”. Esto confirma que entre las múltiples encarnaciones de la Divinidad, el
om es la encarnación sonora. Todos los Vedas aceptan esta tesis. El om es la raíz de todos
los sonidos, el mantra semilla (bija) que acompaña a todos los otros mantras. Es tan
importante que es llamado Pranava, aquel que regula el prana, la energía vital.
Básicamente, el om representa la energía cósmica en el estado puro, el sonido primordial
que suscita y conforma las galaxias. En el Yoga Sutra de Patañjali se asume la repetición
mantrica del sagrado om como técnica para ecualizar las ondas de la mente, de otro modo
dolorosamente vagantes por las inciertas vías del pensamiento dual. Para el Tantra, el om
es la vibración que genera los mundos, equivalente al maithuna (copulación, unión) cósmico
de Shakti y Shiva y al maithuna humano, su expresión en el plano terrestre. El om permite
concentrar la potencia mental en la realidad última y acceder a ella. Todas las civilizaciones
más antiguas del mundo tutelan el conocimiento de ritmos respiratorios que, unidos a
vibraciones sonoras, ayudan a entrar en espacios mentales más vastos. Cómo recitar el
Om: Para recitar el Om se abre la boca como si el médico fuera a examinar la garganta, se
restringe la lengua, y poco a poco se va cerrando la boca dibujando una o y relajando la
lengua hasta que se pega al paladar y se cierra completamente la boca. Durante este
proceso, el sonido inicia con una aaa grave tintada de o, por tanto ni una verdadera a ni una
verdadera o. Luego, el sonido se concentra en alguna parte entre los oídos y se hace vibrar
el paladar, el cráneo y el tórax. Después, coincidiendo con el lento cierre de la boca, la o

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cesa y el sonido se va convirtiendo en un mmm sordo. Finalmente, el sonido deviene un ng
nasal de long. Este ng hace vibrar las aletas de la nariz, el paladar, la caja cránica y el tórax.
Concluyendo: se debe buscar la riqueza vibratoria. Recitar el om es una forma de
meditación en la que el objeto de meditación se llama Ísvara. Debido a que Ísvara está más
allá de cualquier forma al alcance de nuestra imaginación, necesitamos una forma sonora y
esa forma es el om. Cada vez que pronunciamos el om, lo sentimos como la manifestación
audible de Ísvara. Cada vez que emitimos este sonido debemos dar tiempo suficiente a la
mente para considerar su significado profundo. En la India antigua, los mantras eran
recitados meticulosamente en las ceremonias rituales. El ritual sirve para crear la atmósfera
ideal requerida en una ceremonia o en una meditación. El Sama-Veda contiene un gran
número de himnos que eran cantados por sacerdotes especiales durante los ritos
importantes. Estos himnos, cantados hasta hoy, se parecen mucho a los cantos gregorianos
medievales. La recitación del om comprende tanto la repetición del sonido [japa] como su
significado. Sin éste último existe el riesgo de que se convierta en una repetición mecánica.
Si repetimos un mantra como loros, aunque eso es mejor que nada, el beneficio será
mínimo. El significado del om es esencial y cuanto más lo examinamos, más lo
comprendemos. Cada nuevo descubrimiento lleva a otro. Recitar el om tranquiliza, libera y
confiere paz a las personas. Es una experiencia que está más allá de los sentidos y de la
sabiduría: la experiencia de la conciencia pura sin connotaciones duales u otros aspectos
temporales. El om salva, protege y exalta la conciencia. Om nos lleva donde no es fácil
llegar y de donde no es necesario volver. El om confiere alegría, paz y perpetua felicidad.
Es el mantra original, la raíz de todos los sonidos y letras, así como de todo lenguaje y
pensamiento. La “O” se origina profundamente en el cuerpo, y poco a poco llega a unirse
con la “m”, con lo cual resuena en toda la cabeza. Repitiendo Om durante veinte minutos se
relajan todos los átomos del cuerpo. El motivo por el que muchas personas en la India
eligen el om para dirigirse a Ísvara es porque a través de este sonido lo dicen todo.
Omkara: Sílaba sagrada om, que constituye el comienzo de muchos mantras védicos, y
que es la encarnación sonora del Señor Supremo. (lit. om significa “todo” y kara significa
representación, sentido de individualización, nudo, rito...). El omkara es el principio básico
de todo el conocimiento védico. En el Sri Caitanya-caritamrita, el propio Señor Caitanya
(encarnación de Krishna) declara: La vibración sonora védica omkara, la palabra principal
de las Escrituras védicas, es la base de todas las vibraciones védicas. Por tanto, hay que
aceptar el omkara como la representación sonora de la Suprema Personalidad de Dios, y el
receptáculo de la manifestación cósmica (Caitanya-caritamrta, Adi-lila, 7.128).Sarva-visva-
dhama: Omkara es el lugar de reposo de todo, lo mismo que Krishna es el lugar de reposo
de todo (brahmano pratisthaham). Sin el omkara, ningún mantra védico logra su finalidad.
Esta combinación suprema de letras (a-u-m) es la representación sonora de Dios, la base

215
de la vida, del pensamiento y de la inteligencia. Su vibración encarna la parte masculina y
femenina de Dios (a-u), y Sus partes fragmentarias, las entidades vivientes (m). Recitando
el omkara se puede comprender que toda la creación es una unidad completa, una
expansión de la inagotable energía del Ser Supremo, de quien todo emana, en quien todo
reposa y a quien todo regresa cuando la manifestación cósmica se disuelve.
Om Mani Padme Hum: Mantra budista. (Lit. “la joya del loto que se encuentra en el
interior”). Om representa las tres cualidades de los iluminados: física (liberación del
samsara); el don de la palabra (quienes escuchan comprenden lo que uno dice); y potencia
mental (capacidad de reconocer los deseos y predisposiciones de los seres vivientes). Mani
Padme representa la joya del loto, la sabiduría esencial, la esencia divina. Hum representa
la realidad ilimitada ubicada en el ser individual limitado. El mantra Om Mani Padme Hum
(su recitación) provoca la aparición del sentimiento de compasión seguido automáticamente
por una sensación de bienestar general, caracterizado por un relajamiento del cuerpo y por
la paz del espíritu.
Om namo bhagavate vasudevaya: Ofrezco mis respetuosas reverencias a la Suprema
Personalidad de Dios, el hijo de Vasudeva.
Om tat sat: (lit. om indica “el Supremo”; tat: “eso”; y sat: “eterno”. Las tres sílabas
trascendentales usadas por los brahmanas (sacerdotes) para la satisfacción del Supremo
cuando cantan himnos védicos u ofrecen sacrificios. Se refieren a la Suprema Verdad
Absoluta, la Personalidad de Dios. –“Desde el principio de la creación, se han empleado las
tres sílabas om tat sat para indicar la Suprema Verdad Absoluta (Brahman). Los brahmanas
las pronunciaban al cantar los himnos védicos y durante los sacrificios que se hacían para
satisfacer al Supremo” (Bhagavad-gita, 17.23). Om: La Suprema Verdad Absoluta. No tiene
comienzo, es inmutable, supremo y está libre del deterioro y contaminación externa. El om
es el origen, el medio y el final de todo, y todo el que lo comprende de esta forma alcanza
en él la perfección de la identidad espiritual. El sonido om está en el corazón de todos y lo
penetra todo como Vishnu. Sólo recitando el om se puede entender que la creación entera
es una unidad, o una expansión de la energía de Dios. Tat: Se refiere a la acción que no
está motivada por la ganancia material; a la ejecución de todo en el nombre de Dios, como
gesto de reconciliación (para Su placer), lo cual asegura la perfección de todo lo que se
hace. Sat: Indica que la Verdad Absoluta Suprema es el objetivo de toda actividad
devocional. El ejecutor de dicha actividad también se denomina “sat”, así como las obras de
sacrificio, penitencia y caridad que, fieles a la naturaleza absoluta, se llevan a cabo para
complacer a Dios en Su forma personal.
Padma-Purana: Una de las dieciocho escrituras védicas (seis para las personas situadas
en la bondad, seis para las situadas en la pasión y seis para las situadas en la ignorancia).

216
Los Puranas presentan el conocimiento de los Vedas de manera sencilla, en forma de
narraciones históricas.
Pandita: Brahmana erudito. Ilustre académico védico cuyo conocimiento está basado en las
Escrituras reveladas.
Paramahamsa: (lit. param: supremo; hamsa; cisne). El más elevado de todos los seres
autorrealizados. Así como un cisne es capaz de extraer la leche de una mezcla de leche y
agua, el paramahamsa ve por todas partes la Divinidad y se absorbe en Ella completamente
y en toda circunstancia.
Paramatma: Alma Suprema o Superalma. Aspecto localizado del Señor Supremo dentro
del corazón de todas las entidades vivientes.
Parampara: Sucesión discipular a través de la cual se transmite el conocimiento espiritual
de maestro a discípulo desde el principio de los tiempos hasta la fecha. Se dice que un guía
espiritual, un escrito, una enseñanza o un conocimiento es parampara cuando concuerda
con los textos sagrados y con una cadena autorizada de maestros previos que se remonte
al Señor Supremo, fuente original de todo saber.
Parikrama: Recorrido de circunvalación realizado en torno a una zona reconocida como
lugar sagrado con el objeto de purificarse.
Patañjali: Autor del Yoga Sutra, el texto fundamental del Yoga Clásico. Se cree que vivió en
el siglo II d.C., aunque la tradición lo identifica con un gramático que vivió en el siglo IV a.C.
Sri Patañjali es una encarnación de Ananta-Shesha, quien a su vez es una expansión de Sri
Vishnu. Sri Patañjali trajo a este mundo las enseñanzas del Yoga, un proceso de
autorrealización a través del control de la mente y los sentidos. Prabhupada: “En el Yoga
Sutra de Patañjali, al alma se le da los nombres de pratyag-atma y parag-atma. Mientras el
alma se mantiene apegada al disfrute de los sentidos, recibe el nombre de parag-atma, pero
cuando la misma alma se desapega de dicho disfrute, se la llama pratiag-atma. El alma está
supeditada a las funciones de diez clases de aire que actúan dentro del cuerpo, y ello se
percibe a través del sistema respiratorio. El sistema de Yoga Patañjali le enseña a uno a
controlar de una forma técnica las funciones del aire del cuerpo, con objeto de que,
finalmente, todas las funciones del aire interno favorezcan el proceso de purificar al alma del
apego material. Según este sistema de Yoga, pratiag-atma es el fin último. A este pratiag-
atma se lo retira de las actividades con la materia. Los sentidos interaccionan con los
objetos de los sentidos –tal como el oído, para oír; los ojos, para ver; la nariz, para oler; la
lengua, para probar; la mano, para tocar–, y todos están, de ese modo, dedicados a
actividades externas al ser. Todo ello se conoce como las funciones del prana-vayu. El
apana-vayu va hacia abajo, el vyana-vayu actúa para encoger y expandir, el samana-vayu
ajusta el equilibrio, el udana-vayu va hacia arriba; y cuando uno se ilumina, los ocupa a
todos en la búsqueda de la autorrealización’ (Bhagavad-gita, 2.47-pág. 245).

217
Prabhu: Maestro.
Prabhupada: (lit. prabhu: maestro; pada: a los pies de). Maestro a cuyos pies se reúnen los
demás maestros.
Pradhana: La sutil e indiferenciada suma total de todos los elementos materiales en su
estado inmanifiesto. La condición de la naturaleza material inmediatamente previa a su
estado manifiesto.
Prasada (lit. misericordia): Los remanentes del alimento ofrecido a Krishna.
Pratistha: Ambición de fama y prestigio.
Prajalpa: Pláticas innecesarias; conversaciones sobre temas mundanos.
Prema: De acuerdo con las Escrituras védicas, el fruto maduro de la devoción pura por
Krishna; la esencia de toda perfección.
Prema-bhakti: Amor espontáneo e inmotivado por Krishna; el más elevado éxtasis
trascendental obtenible por el alma.
Puris: Tortitas delgadas hechas con masa de harina y agua, que se frien en abundante
aceite o ghi [mantequilla clarificada], y que sirve para acompañar en las comidas.
Radha: Nombre abreviado de Radharani. El nombre de Radha viene de la palabra
aradhana: Aquella que puede servir, adorar, dispensar respeto y amar realmente a Krishna
ofreciéndole servicio amoroso. Toda belleza y esplendor (así como todos los deseos d
Krishna) descansan en Su cuerpo. Todas las laksmis [diosas de la fortuna] toman Su
belleza de Ella. Radha satisface todos los deseos de Krishna y, aun cuando Krishna
encanta al mundo, ella le encanta incluso a Él. El mismo nombre de Radha sugiere que Ella
es la principal dueña y señora del bienestar de Krishna. Como tal, Ella es el medio que
transmite a Krishna el servicio de las entidades vivientes. Por esto, los devotos de
Vrndavana buscan la misericordia de Srimati Radharani para que se les reconozca como
amantes servidores de Krishna.
Radha-dasya: Servicio a Radha.
Radha-kunda: Lago donde se bañaba Srimati Radharani.
Radharani: La consorte de Krishna, Su energía de placer (hladini-sakti). Se dice en el
Skanda Purana que entre muchos miles de gopis, resaltan dieciséis mil; y entre esas
dieciséis mil gopis, ciento ocho gopis son especialmente resaltantes; y entre las ciento ocho
gopis, ocho gopis son aún más resaltantes; y entre esas ocho gopis, Radharani y
Candravali son resaltantes; y entre estas dos gopis, Radharani es la más resaltante. La
amorosa relación de Radharani y Krishna es una manifestación trascendental de la potencia
interna de la bienaventuranza del Señor. Radha y Krishna comparten una misma identidad
consubstancial. En palabras de Krishnadasa Kaviraja Gosvami [autor de la biografía del
Señor Caitanya]: “Una vez, Sri Krishna consideró en Su corazón: Todos dicen que Yo soy la
bienaventuranza plena, colmado de todos los rasas. El mundo entero obtiene de Mí su

218
placer. ¿Hay quien pueda complacerme a Mí? Quien tenga cien veces más cualidades que
Yo, podrá complacer Mi mente. Es imposible encontrar en el mundo a alguien que tenga
más cualidades que Yo. Pero sólo en Radha siento la presencia de quien puede
complacerme. Aunque Mi belleza derrota la belleza de diez millones de cupidos, aunque
ésta es inigualable e insuperable, y aunque complace a los tres mundos, ver a Radharani
complace Mis ojos. La vibración de Mi flauta trascendental atrae a los tres mundos, pero Mis
oídos están hechizados por las dulces palabras de Srimati Radharani. Aunque Mi cuerpo
presta fragancia a la creación entera, el perfume de los miembros de Radharani cautiva Mi
mente y Mi corazón. Aunque la creación entera está colmada de sabores diferentes gracias
a Mí, Yo estoy embelesado por el sabor a néctar de los labios de Srimati Radharani. Y
aunque Mi tacto es más fresco que diez millones de lunas, a Mí me refresca el tacto de
Srimati Radharani. De modo que aunque Yo soy el manantial de la felicidad del mundo
entero, la belleza y los atributos de Srimati Radharani lo son todo para Mí. Mis ojos están
plenamente satisfechos cuando miro a Srimati Radharani, pero al mirarme a Mí, Ella
alcanza una satisfacción aún mayor. El murmullo semejante a una flauta que hacen los
bambúes al rozar entre sí, roba la conciencia de Radharani, porque cree que es el sonido
de Mi flauta. Y Ella se abraza a un árbol de tamala, creyendo que soy Yo. “He logrado el
abrazo de Sri Krishna –piensa Ella–. Así Mi vida está satisfecha”. De este modo, Ella
permanece absorta en complacer a Krishna, con el árbol entre Sus brazos. La felicidad que
siento al reunirme con Radharani es cien veces mayor que la que siento al reunirme con las
demás. “Mi querida y auspiciosa Radharani, Tu cuerpo es la fuente de toda belleza. Tus
rojos labios son más suaves que el sentido de la dulzura inmortal, Tu rostro tiene el aroma
de una flor de loto, Tus dulces palabras derrotan las vibraciones del cuco, y Tus miembros
son más frescos que la pulpa de la madera de sándalo. Todos Mis sentidos trascendentales
se ven abrumados por el placer del éxtasis cuando Te saboreo a Ti, que estás totalmente
adornada de bellas cualidades” [Este último verso, que recitó Krishna a Radha, figura en el
Lalita-Madhava 9.9 de Srila Rupa Gosvami] (Sri Caitanya-caritamrta, Adi-lila 4. 238-259).
De hecho, Radharani, es la potencia interna de Sri Krishna, e intensifica eternamente el
placer de Sri Krishna. Los impersonalistas no pueden comprender esto sin la ayuda de un
devoto maha-bhagavata. En el Sri Caitanya–caritamrta Adi-lila 4.59), se declara: “Srimati
Radharani es la transformación del amor de Krishna. Ella es Su energía interna, llamada
hladini”. Y Prabhupada comenta: “Hladini es la manifestación personal de la
bienaventuranza de la Suprema Personalidad de Dios, por la cual Él disfruta del placer.
Como la potencia de placer está siempre presente en el Señor Supremo, la teoría de los
impersonalistas, según la cual el Señor desciende en la modalidad material de la bondad,
no puede aceptarse. La potencia de la Suprema Personalidad de Dios, que le está
enriqueciendo siempre con dicha trascendental, no es material. Las personas ignorantes no

219
pueden comprender la diferencia entre la dicha espiritual impersonal y la variedad de la
potencia de placer espiritual. La potencia hladini da al Señor todo placer trascendental, y el
Señor otorga esta potencia a Su devoto puro”. En la literatura védica, especialmente en la
tradición vaisnava, Krishna es comparado al sol y Radha al resplandor del sol. Ambos
existen de manera simultánea, pero uno viene del otro. Aun así, decir que el sol es anterior
al resplandor es incorrecto: tan pronto como aparece el sol, también aparecen los rayos de
su resplandor. Lo más significativo es que sin su resplandor, calor y luz, el sol es como si no
existiera; el calor y la luz no existirían sin el sol. O sea que el sol y el resplandor del sol
coexisten, cada uno de ellos con su respectiva y vital importancia para la existencia del otro.
Por su parte, Krishnadasa Kaviraja Gosvami declara: “Radha es aquella que complace a
Govinda [Krishna], y también es Su hechicera. Ella lo es todo para Govinda, y es la joya
suprema de todas Sus consortes. La diosa trascendental Srimati Radharani es la réplica
directa de Sri Krishna. Es la figura central de todas las diosas de la fortuna. Ella posee todo
el atractivo para atraer a la totalmente atractiva Personalidad de Dios. Ella es la potencia
interna primigenia del Señor. “Devi”, significa “resplandeciente y sumamente bella”. O
también significa “la exquisita morada de adoración y juegos de amor de Sri Krishna”.
“Krishnamayi”, significa “aquella persona cuyo interior y exterior son Sri Krishna”. Ella ve a
Sri Krishna dondequiera que ponga Su mirada. En otras palabras, Ella es idéntica a Sri
Krishna, porque personifica la dulce relación de amor. La energía de Sri Krishna es idéntica
a Él. Su adoración [aradhana] consiste en satisfacer los deseos de Sri Krishna. Por tanto,
Los Puranas la llaman Radhika. Radha es parama-devata, la diosa suprema, y es digna de
la adoración de todos. Ella es la protectora de todos, y la madre de todo el universo. Sri
Krishna encanta a todo el mundo, pero Sri Radha encanta incluso a Él. Por tanto, Ella es la
diosa suprema. Sri Radha es el poder pleno, y Sri Krishna es el que posee el poder pleno.
Ellos no son diferentes, según la evidencia de las Escrituras reveladas. Los dos son
ciertamente el mismo, así como el almizcle y su perfume son inseparables, o como el fuego
y el calor son idénticos” (Sri Caitanya-caritamrta, Adi-lila 4. 82-97).
Raganuga-bhakti: Servicio devocional espontáneo, en el cual el devoto sigue los pasos de
uno de los eternos asociados de Krishna en Vrndavana.
Ragunatha-das Gosvami: Uno de los seis gosvamis [renunciantes] principales de
Vrndavana famoso por su insuperable devoción por Srimati Radharani y por sus extremas
austeridades. Es uno de los asociados personales del Señor Caitanya que directamente le
siguieron y que sistemáticamente presentaron Sus enseñanzas.
Rango brahmínico: Rango sacerdotal; posición privilegiada en la que Srila Prabhupada
situó a sus discípulos y seguidores en general.

220
Rasa: La actitud o el humor amoroso particular que se saborea en el intercambio de amor
con el Señor Supremo. Hay cinco principales: santa-rasa (neutral); dasya-rasa (como
sirviente); sakhya-rasa (como amigo); vatsalya-rasa (como progenitores); y madhurya-rasa
(relación de amor conyugal).
Rasmalai: Dulce de leche.
Rikchaw: taxi de bicicleta.
Rsikhesa: Lugar del norte de India famoso por sus bellos parajes y concentración de
meditadores y yoghis místicos.
Ritviks: Discípulos en los que el guru [maestro espiritual] delega para oficiar iniciaciones
espirituales en su nombre. Desde hace una década se ha usado el término entre los
devotos del movimiento Hare Krishna para referirse a quienes sostienen que los gurus
actuales de Iskcon no son cualificados para iniciar discípulos. Según este grupo de
descontentos sólo Srila Prabhupada debe ser el único maestro espiritual para todas las
generaciones de devotos. Pero las Escrituras dicen que el guru que da iniciación debe estar
vivo para celebrar la ceremonia y aceptar el compromiso de salvar y conducir al discípulo
hacia el mundo espiritual mediante su experta guía e instrucción ajustada al tiempo y
circunstancia del momento.
Rupa Gosvami: el principal de los seis gosvamis de Vrndavana, seis maestros vaisnavas
que recopilaron y divulgaron las enseñanzas de Sri Caitanya Mahaprabhu.
Sabji: Guiso de vegetales.
Sadhaka: Persona que practica su sadhana.
Sadhana: Práctica devocional diaria. Ocho etapas del sadhana: sradha [fe], sadhu-sanga
[asociación con devotos], bhajana-kriya [servicio devocional recomendado por el guru y los
vaisnavas], anartha-nivritti [limpiar el corazón de cosas indeseables], nistha [fijo, estable en
el proceso de bhakti], asakti [apego devocional], ruci [gusto superior], bhava [beatitud,
éxtasis] y prema [amor puro por Krishna].
Sadhu: Persona santa, dotada de gran sabiduría y humildad.
Sadhu-sanga: Asociación con sadhus o personas santas (un sanga es una reunión de
sadhus).
Sahayizada: Palabra inventada por Jivatamas. Un sahayija es una persona que imita
burdamente los pasatiempos del Señor, o que abarata lo sagrado. Por tanto, “sahayizar” es
adulterar la calidad original de las cosas.
Samadhi: Túmulo. El estado de trance que se logra cuando la conciencia está absorta en el
Supremo. También significa integrarse completamente con el objeto de la propia
comprensión. La última de las ocho etapas del astanga-yoga la cual corresponde a la
autorrealización espiritual.
Sampradaya: Escuela de conocimiento, línea ininterrumpida de sucesión discipular.

221
Samsara: El río del devenir, el ciclo de los renacimientos. Percepción ilusoria. Ciclo de
continuos nacimientos y muertes que el yoghi interrumpe cuando alcanza el samadhi.
Sanatana Gosvami: Uno de los seis gosvamis [renunciantes] principales de Vrndavana
famoso por descubrir los lugares sagrados de Vrndavana y por elaborar libros sobre el
proceso de Bhakti-yoga extrayendo la esencia temática de las Escrituras védicas, conforme
le indicó el Señor Caitanya.
Sankirtana: Canto congregacional de los santos nombres del Señor.
Sannnyasa: La orden de vida de renuncia.
Sannyasi: Monje completamente renunciado, libre de las relaciones familiares, cuyos
pensamientos, palabras y obras están totalmente dedicados a servir a Krishna.
Sastra: Escritura revelada.
Sac cid ananda: Eternidad, conocimiento, bienaventuranza –características propias del
Alma Suprema y de las almas individuales o partículas infinitesimales contenidas en Su
totalidad.
Seva: Servicio.
Shakti: (lit. poder, energía, propios de los niveles más profundos). La madre divina; el gran
poder o energía universal. Es el principio activo de todas las cosas, en constante mutación;
la gran Madre; la Madre Naturaleza; la Diosa. Como consorte de Shiva es uno de los dos
aspectos inseparables de la realidad; el fenómeno, la vibrante realidad inmanente.
Satya-yuga: La primera era (yuga) de un ciclo de cuatro, cuya duración es de 1.728.000
años. Durante esta era la casi totalidad de las personas alcanzan el estado de
autorrealización espiritual.
Shiva: El semidiós que supervisa la modalidad material (guna) de la ignorancia (tamas) y la
destrucción final del cosmos material. El divino poder de paz y trascendencia, la
personificación del yoga. Existen muchos yoghesvaras (amos de poderes místicos
maravillosos), y el mejor de todos ellos es el Señor Shiva. El Señor Shiva es el mejor yoghi
entre los grandes yoghis: él puede realizar proezas inconcebibles, que se encuentran más
allá de la capacidad de los seres vivientes ordinarios. Es uno de los doce mahajanas, las
más grandes autoridades que existen en materia de espiritualidad. Los otros once son:
Brahma, Narada, Manu, Kumara, Kapila, Prahlada, Bhisma, Sukadeva Gosvami, Yamaraja,
Janaka y Bali.
Shivaitas: Devotos o seguidores del Señor Shiva.
Siddhantha: Conocimiento conclusivo; verdad conclusiva de las Escrituras.
Siksastaka: (lit. ocho instrucciones). El Señor Caitanya instruyó a Sus discípulos para que
escribieran libros acerca de la ciencia de Krishna, tarea que Sus seguidores también han
llevado a cabo hasta nuestros días. De hecho, las elaboradas exposiciones sobre la filosofía
enseñada por el Señor Caitanya son ya muy numerosas, voluminosas y consistentes. Pero

222
el legado del Señor Caitanya –aun cuando Él fue ampliamente reconocido como un erudito
en Su juventud–, consta solamente de ocho versos escritos por Él, llamados Sisksastaka,
los cuales revelan claramente Su misión y Sus preceptos:

ceto darpana-marjanam bhava-maha-davagni-nirvapanam


sreyah-kairava-candrika-vitaram vidya-vadhu-jivanam
anandambudhi-vardanam prati-padam purnamrta-asvadanam
sarvatma-snapanam param vijayate sri-krsna-sankirtanam

1) Gloria al sankirtana de Sri Krishna, que limpia el corazón de todo el polvo acumulado por
años y extingue el fuego de la vida condicionada de repetidos nacimientos y muertes. Este
movimiento de sankirtana es la bendición principal para toda la humanidad, pues difunde los
rayos de la luna de la bendición, es la vida de todo el conocimiento trascendental, aumenta
el océano de bienaventuranza trascendental y nos capacita para saborear el néctar por el
cual estamos siempre ansiosos.
namnam akari bahudha nija-sarva-saktis
tatrarpita niyamitah smarane na kalah
etadrsi tava krpa vagaban mamapi
durdaivan idrsam ihajani nanuragah

2) ¡Oh mi Señor!, sólo Tu santo nombre puede otorgar toda clase de bendiciones a los
seres vivientes y por eso Tú tienes cientos y millones de nombres tales como Krishna y
Govinda. En esos nombres trascendentales has investido todas Tus energías
trascendentales, y ni siquiera hay reglas estrictas ni difíciles para cantar esos nombres. ¡Oh
mi Señor!, Tú eres tan bondadoso que nos has permitido acercarnos a Ti fácilmente
mediante el canto de Tus santos nombres, pero yo soy tan desafortunado que no siento
atracción por ellos.

trinad api sunicena


taror iva sahisnuna
amanima manadena
kirtaniya sada harih

3) Uno debe cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde,
considerándose más bajo que la hojarasca de la calle. Uno debe ser más tolerante que un
árbol, estar desprovisto de todo sentimiento de vanidad y estar dispuesto a ofrecer todo
respeto a los demás. En tal estado mental uno puede cantar el santo nombre del Señor
constantemente.
na dhanam na janam na sundarim

223
kavitam va jagad-isa kamaye
mama janmani janmanisvare
bhavatad bhaktir ahaituki tvayi

4) ¡Oh Señor todopoderoso!, no tengo ningún deseo de acumular riquezas, ni tampoco


deseo bellas mujeres, ni quiero ninguna cantidad de seguidores. Lo único que quiero es Tu
servicio devocional sin causa, nacimiento tras nacimiento.

ayi nanda-tanuja kinkaram


patitam mam visame bhavambudhau
krpaya tava pada-pankaja-
sthita-dhuli-sadrisam vicintaya

5) ¡Oh hijo de Maharaja Nanda, Krishna! Yo soy Tu siervo eterno, pero de una manera u
otra he caído en el océano del nacimiento y la muerte. Por favor, sácame de este océano de
muerte y colócame como uno de Tus átomos a Tus pies de loto.

nayanam galad-asru-dharaya
vadanam gadgada-ruddhaya gira
pulakair nicitam vapuh kada
tava nama-grahane bhavisyati

6) ¡Oh mi Señor! ¿Cuándo se adornarán mis ojos con lágrimas de amor que fluyan
constantemente al cantar Tu santo nombre? ¿Cuándo se me ahogará la voz y se erizarán
los vellos de mi cuerpo al recitar Tu santo nombre?

yugayitam nimisena
caksusa pravrsayitam
sunyayitam jagat sarvam
govinda-virahena me

7) ¡Oh Govinda!, sintiendo Tu separación, considero que un momento es como doce años o
más. Lágrimas fluyen de mis ojos como torrentes de lluvia, y en Tu ausencia me siento
completamente solo en este mundo.

alisya va pada-ratam pinastu mam


adarsanan marma-hatam karotu va
yatha tata va vidadhatu lampato
mat-prana-nathas tu sa eva naparah

224
8) No conozco a nadie más que a Krishna como mi Señor y Él lo seguirá siendo aunque me
maltrate con Su abrazo o me destroce el corazón al no estar presente ante mí. Él es
completamente libre de hacer todo lo que quiera conmigo, pues es siempre mi Señor
adorable, sin ninguna condición.

Sri Caitanya-caritamrta: Biografía del Señor Caitanya escrita por Krishnadasa Kaviraja
Gosvami, en la que se describe la vida y las enseñanzas de Sri Caitanya Mahaprabhu, el
Avatar Dorado.
Srila Bhaktisiddhanta: (India 1874-1936). Maestro espiritual de Srila Prabhupada y Srila
Sridhara Maharaja.
Srila Bhaktivinoda Thakura: (India 1838-1915). Padre y maestro espiritual de Srila
Bhaktisiddhanta Sarasvati.
Srila Jiva Gosvami: Santo vaisnava muy erudito que escribió obras muy notables acerca
de la ciencia del servicio devocional después de la desaparición del Señor Caitanya.
Srila Narottma das Thakura: Maestro espiritual de la sucesión discipular, y célebre autor
de canciones vaisnavas.
Srila Prabhupada: (India 1896-1977). Nombre del fundador de la Asociación Internacional
para la Conciencia de Krishna, autor de numerosos libros sobre la ciencia del bhakti-yoga –
entre ellos el Srimad-Bhagavatam y la Bhagavad-gita tal como es. Él conoció a su maestro
espiritual, Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Gosvami en Calcuta en 1922 y se volvió su
discípulo once años después (en 1933), en Allahabad. En su primer encuentro, su maestro
espiritual le pidió que difundiera el conocimiento védico en el idioma inglés. En los años
siguientes Srila Prabhupada escribió un comentario sobre la Bhagavad-gita y ayudó a sus
condiscípulos en sus labores de predicación. En 1944 comenzó a publicar y distribuir una
revista quincenal titulada Back to Godhead. La Sociedad Gaudiya Vaisnava le honró en
1947 con el titulo de “Bhaktivedanta”, en reconocimiento por su erudición y dedicación.
En 1950, a la edad de 54 años, Prabhupada se retiró de la vida familiar. Cuatro años
después adoptó la orden de vanaprastha (de retiro), para consagrarse más tiempo a sus
estudios y escritos, y poco después se afincó en la sagrada ciudad de Vrndavana. En 1959
adoptó la orden de renuncia (sannyasa). En 1965, después de publicar los tres primeros
volúmenes del Srimad-Bhagavatam, Srila Prabhupada viajó a Estados Unidos (en un buque
de carga y prácticamente sin un centavo) para cumplir la misión que le encomendara su
maestro espiritual. Después de un año de grandes dificultades fundó la Sociedad
Internacional para la Conciencia de Krishna (julio de 1966). Desde entonces hasta 1977,
fecha de su partida de este mundo, dirigió la institución viéndola crecer hasta convertirse en
una confederación mundial de 108 ashramas, escuelas, templos, institutos y comunidades
agrícolas.

225
Sin embargo, la contribución más significativa de Srila Prabhupada la constituyen sus
libros. La comunidad académica los respeta por su autoridad, profundidad y claridad, y los
ha convertido en libros regulares de texto en numerosos cursos universitarios. Su editorial
(Bhaktivedanta Book Trust) es la mayor productora de libros del mundo acerca de la religión
y filosofía de la India. Después de analizar la obra de Srila Prabhupada, el escritor y teólogo
católico Thomas Merton ha dicho; “Prabhupada nos hace recordar a los occidentales que
nuestra cultura cargada de activismo unidireccional está enfrentando una profunda crisis
que puede concluir en la autodestrucción, al estar privada de aquella profundidad interior
que se deriva de una auténtica conciencia metafísica. Sin esta profundidad, nuestra protesta
moral y política no es más que mera palabrería”.
Srila Visvanatha Cakravarti Thakura: Grande santo erudito autor del Madhurya-
kadambini, en el que se describe magistralmente el proceso de Bhakti-yoga.
Srimad-Bhagavatam: Llamado el “Purana inmaculado” (comentario de Srila Vyasadeva
sobre el Vedanta-sutra), que trata exclusivamente del servicio devocional puro que se le
presta al Señor Supremo. Consta de doce cantos o partes y en su conjunto se considera la
encarnación literaria de Krishna. Se dice que en la Bhagavad-gita Krishna habla, y en el
Srimad-Bhagavatam se habla acerca de Krishna.
Sukrti: (Se pronuncia sukriti). Méritos devocionales. Personas piadosas que obedecen las
reglas de las Escrituras y que son devotas del Señor Krishna.
Sundar-arati: Ceremonia de ofrendas y cantos rituales realizada al atardecer.
Superalma: (Ver Paramatma).
Swami: Aquel que puede controlar la mente y los sentidos.
Tamas: (lit. oscuridad, ignorancia). El principio de inercia, una de las tres modalidades
primarias (gunas) de la naturaleza material (prakriti). Su influencia produce letargo y locura.
Tapasya: (lit. austeridad). Aceptación voluntaria de ciertas restricciones materiales, con
miras a obtener beneficios superiores.
Upanishads: Las 108 porciones filosóficas de los Vedas, cuyo objetivo es acercar al
estudiante a la comprensión de la naturaleza personal de la Verdad Absoluta. La ocupación
en el sacrificio del estudio filosófico (savadhyaya-yajña) de los Upanishads marca el
comienzo de la vida trascendental.
Vaidhi-bhakti: Práctica espiritual basada en los principios del servicio devocional regulado
por el maestro espiritual, o de acuerdo con los mandatos de las Escrituras reveladas.
Vaikuntha: (vai: carente de; y kuntha: ansiedad). El reino espiritual donde no hay rastro de
ansiedad; donde todo es sac-cid-ananda, es decir, dotado de eternidad, conocimiento y
bienaventuranza.
Vaisnava: Adorador de Vishnu, devoto de Krishna.

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Vaisnavismo: Relativo a la práctica doctrinal o conducta religiosa de los vaisnavas (como
cristianismo, budismo, etc.).
Varaha: La encarnación del Señor Krishna como un jabalí gigantesco.
Vedas: Veda significa “saber”, “quien ha sido visto por los sabios”, “revelación”. Nombre de
las Escrituras védicas tomadas en conjunto. En el sentido más estricto se refiere a las
cuatro Escrituras originales: Rig Veda, Yajur Veda, Sama Veda y Atharva Veda. Cada uno
de estos libros (compendios de la original tradición oral que se remonta al origen de los
tiempos) se divide en dos partes: una parte trata de los mantras, o himnos métricos, y la
otra, denominada brahmana, contiene las reglas para la utilización de mantras durante las
ceremonias rituales y muchas antiguas leyendas. Vedas son también los 108 Upanishads
que constituyen la parte filosófica, y su complemento los 18 Puranas, el Vedanta-sutra (o
Brahma-sutra, gran tratado filosófico constituido de aforismos sobre la naturaleza de la
Verdad Absoluta, y compuestos en guisa de conclusión de todos los Vedas) y el Srimad-
Bhagavatam. Originalmente había un solo Veda. El Avatar Vyasadeva lo dividió en cuatro
para facilitar la comprensión del conocimiento espiritual transmitido hasta entonces
oralmente. Él también compiló (hace 5000 años) el Mahabharata (en la que está contenida
la Bhagavad-gita).
Vedanta: Conocimiento último, síntesis conclusiva de los Vedas.
Vijñana: Conocimiento específico acerca del alma espiritual, su posición constitucional y su
relación con el Alma Suprema.
Vishnu: (lit. la naturaleza omnipenetrante de Dios). La divinidad de la bondad (sattva-guna).
Nombre de Krishna que significa “el sostenedor de todo lo que existe”. Vishnu es el
todopoderoso. A pesar de que se encuentra dentro de la naturaleza material, con el
propósito de llevar a cabo la conservación, no está controlado por las leyes de la naturaleza
material. Vishnu, como Dios supremo, no tiene igual o superior. Brahma y Shiva están
subordinados a Él. De Él emanan todos los universos; Él es quien sostiene cada universo; y
Él es quien está en el corazón de cada ser viviente como amigo y guía.
Vishnudutas: Mensajeros del Señor Vishnu, que en el momento de la muerte llevan a los
devotos de regreso al mundo espiritual.
Vraja-prema: Modalidad amorosa característica de los habitantes de Vrajabumi (la región
de Vrndavana).
Vrndavana: (Se pronuncia Vrindavana). La morada original de Krishna trasladada a la
aldea del mismo nombre en India, donde hace 5.000 años el Señor Krishna exhibió Sus
maravillosos pasatiempos sublimes y absolutos en compañía de Sus devotos puros.
Vyasadeva: El avatara (encarnación de Krishna descendido a la tierra) que compiló todas
las Escrituras védicas. Es considerado uno de los siete filósofos principales de la India, y el
filósofo más grande de todos los tiempos.

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Vyasa-puja: Ceremonia de adoración ofrecida al maestro espiritual (considerado el
representante fidedigno de Srila Vyasadeva, de ahí su nombre) en el día de su aparición.
Yamadutas: Mensajeros de Yamaraja, el deva o señor de la muerte encargados de llevar a
juicio después de la muerte a los no devotos.
Yoga: La palabra yoga viene de la raíz sánscrita yuj, que se traduce como enyugar, juntar,
unir. Yoga significa acoplar, disciplinar las emociones, el intelecto y la voluntad para que
puedan entrar en comunión con lo divino. Es uno de los seis darshanas, las corrientes
clásicas de pensamiento emanadas de los Vedas, y por tanto su origen podemos
remontarlo hasta las mismas fuentes de la espiritualidad de la India antigua. En palabras de
Sankara: “Yoga es compostura impasible”. La Bhagavad-gita (2.48) define la palabra yoga
como samatva, ecuanimidad. Literalmente, el término samatva significa “igualdad”, o
“regularidad”, y tiene un conjunto de sentidos derivados entre los cuales “equilibrio” y
“armonía”. El yoga es toda una ciencia cuyos movimientos –como en el ajedrez–, ponen en
jaque a las malas costumbres y concepciones erradas de la vida, estableciendo como
norma la rectitud ejemplar en el pensar y en el hacer. El yoga hace desarrollar las justas
condiciones físicas y mentales de modo que la meditación, que es la fusión con nuestro
estado natural, pueda producirse espontáneamente y, con ella, la comprensión correcta de
las cosas. Hatha-yoga: (lit. “yoga fuerte” o “yoga de la fuerza”). Práctica para llegar a
dominar los sentidos y la mente por medio de diversos ejercicios físicos. Parte de una
educación del cuerpo y constituye un válido instrumento para prepararse para la vida
espiritual. El hatha moviliza las fuerzas vitales y facilita la realización del samadhi. Jñana-
yoga: Yoga del autoconocimiento. La palabra “jñana” significa conocimiento, intuición,
sabiduría. En el contexto espiritual, significa específicamente lo que los griegos llamaban
gnosis, un tipo especial de conocimiento liberador de todas las dudas y temores. Tiene
como punto de partida la voluntad de conocer, la aspiración a la verdad. Yoga no-dualista
de sabiduría autotrascendente, basado en el discernimiento cuidadoso (viveka) entre lo real
y lo ilusorio. Proceso de acercamiento al Supremo mediante el cultivo de conocimiento.
Karma-yoga: Yoga del ritual, trabajo y servicio. El sendero del servicio desinteresado.
Renuncia al resultado obtenido con la acción, sabiendo que el predominador supremo es
Dios. Kriya: Acción física o mental que purifica los diversos niveles del ser. Un kriya puede
ser provocado (mediante Hatha-yoga, o Mantra-yoga), o puede surgir espontáneamente.
Kriya-yoga: (lit. yoga de la acción). Nombre dado por Patañjali a la práctica concomitante de
ascesis (tapas), de estudio (svadhyaya) y de devoción (ísvara- pranidhana). Kriya significa
“acción ritual”. El kriya-yoga se basa en las técnicas del pranayama. Esta práctica consiste
en controlar la energía del cuerpo y elevarla –a través de la columna vertebral– al cerebro y
al entrecejo. El Bhakti-yoga (ver Bhakti-yoga).

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Yoga Sutra: Tratado de Patañjali que describe con precisión las ocho etapas del Raja-yoga.
Su contenido lo forman 195 breves aforismos que constituyen una síntesis magistral sobre
la estructuración, funciones y estados de la mente, así como una guía muy precisa sobre la
práctica del yoga. Este texto es considerado, por tanto, la obra capital de esta disciplina, ya
que aporta al practicante el soporte teórico donde se asienta la filosofía yóghica, y al
profano, el fundamento para penetrar en una sabiduría milenaria. El Yoga Sutra también
prescribe meditar en Vishnu, no en el vacío. La finalidad del yoga es controlar los sentidos y
la mente para absorberse en la Suprema Realidad –lo que se conoce como samadhi. Esta
fase cumbre del yoga la describe el Señor Krishna como sigue: “En la etapa de la perfección
denominada trance, o samadhi, la mente de uno se abstiene por completo de las
actividades mentales materiales, mediante la práctica de yoga. Esa perfección se
caracteriza por la habilidad que tiene uno de ver el yo mediante la mente pura, y de disfrutar
y regocijarse en el yo. En ese estado jubiloso, uno se sitúa en medio de una felicidad
trascendental ilimitada, que se llega a experimentar a través de los sentidos
trascendentales. Establecido así, uno nunca se aparta de la verdad, y al conseguir esto,
piensa que no hay nada mejor. Al uno situarse en esa posición nunca se desconcierta, ni
siquiera en medio de la mayor de las dificultades. Esto es en verdad estar libre de hecho de
todos los sufrimientos que surgen del contacto material” (Bhagavad-gita, 6.20-23).
Yoga-maya: Potencia interna espiritual del Señor que lo oculta de los que no son devotos.
En las oraciones de Kunti que se encuentran en el Srimad-Bhagavatam (1.8.19), se dice
que el Señor está cubierto por la cortina de yoga-maya y que por ello la gente ordinaria no
lo puede entender. La presencia de esa cortina yoga-maya también provoca un tipo de
ilusión trascendental, como por ejemplo creer que uno es el padre de Krishna (como Nanda
Maharaja). El propósito de esta ilusión trascendental es intensificar las relaciones amorosas
entre Krishna y Sus devotos.
Yoga-nidra: Yoga del sueño.
Yoghi: Practicante de yoga en su acepción general. Espiritualista adepto al arte científico
de la perfecta unión con el Absoluto. Los yoghis, tomando en cuenta la relación cuerpo-
mente, formulan un método único para mantener el equilibrio psicofísico, combinando todos
los movimientos que garantizan la salud física con las técnicas de respiración y meditación
que propician y consolidan la paz mental. El verdadero yoghi es limpio de mente y de
cuerpo, respeta la naturaleza, no come carne, se abstiene de tomar sustancias
embriagantes y practica celibato. No come demasiado ni demasiado poco, ni duerme
demasiado ni demasiado poco. Él usa la inteligencia para disminuir gradualmente las
actividades de los sentidos, lo cual se denomina pratyahara. La mente, debidamente
controlada por la meditación, debe ponerla en trance o samadhi.

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Yuga-dharma: El dharma (deber prescrito, o método de autorrealización) recomendado
para cada yuga (era). En Satya yuga se recomienda la práctica del yoga místico, en Treta-
yuga la meditación, en Dvapara yuga la adoración, y en Kali yuga (era actual), el canto
congregacional (sankirtana) o rezo individual (japa) de los santos nombres de Krishna.

OM TAT SAT

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