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CarituLo Primero UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS § 1. Consmmeraciones METODOLOGICAS “The essentials of the method of formalization and inter- pretation are deeply ingrained in the western mind and perhaps constitute the ideal prototype of some aspects of what we call ra- tional thought”. R. M. Martin Truth and Denotation Nuestro propésito inmediato es explicar el concepto de sis- tema normativo para analizar luego las propiedades formales de tales sistemas: completitud, coherencia e independencia. La explicacién 0 reconstrucci6n racional de un concepto es el mé- todo por medio del cual un concepto inexacto y vago —que pue- de pertenecer al lenguaje ordinario 0 a una etapa preliminar en el desarrollo de un lenguaje cientifico— es transformado en un concepto exacto 0, por lo menos, mas exacto que el primitivo. En lugar de la transformacién serfa mas correcto hablar aqui de la sustitucién de un concepto mas 0 menos vago por otro mas riguroso, El concepto que se quiere explicar se denomina explican- dum y el nuevo concepto que lo ha de sustituir, explicatum. El proceso de explicacién abarca dos etapas: a) la elucidacién informal del explicandum, y b) la construccién del explicatum. 12 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS La importancia de la primera etapa no siempre es apreciada su- ficientemente; pero para poder sustituir un concepto por otro, capaz de realizar con ventajas las tareas del primero, es necesa- rio clarificar al maximo el alcance del explicandum, es decir, el significado del término que se usa para designarlo. Esto puede lograrse mediante diversos procedimientos, tales como la ejem- plificacién y la descripcién de los usos de ese término en situa- ciones tfpicas. La segunda etapa consiste en la construccién del explica- tum, es decir, la formulacién de un nuevo concepto mas pre que el anterior. El] explicatum debe cumplir con ciertos requi- sitos, como: a) debe ser lo mas exacto posible, es decir, las re- glas de su uso deben estar formuladas explicitamente en la forma més exacta posible (p.ej., por medio de definiciones ex- plicitas); b) debe tener el maximum de fecundidad, es decir, ser Util para la formulacién del mayor mimero posible de enuncia- dos universales (leyes empfricas 0 teoremas légicos); c) el expli- catum debe, en lo posible, ser similar al explicandum, en el sen- tido de que se lo pueda usar en la mayoria de las ocasiones en que se usa este tiltimo. En otras palabras, la extensién del explicatum debe acercarse en lo posible a la del explicandum. Desde luego, esa similitud no puede ser total: los dos conceptos no pueden ser idénticos y ni siquiera coextensivos, ya que en- tonces el explicatum no seria mas exacto que el explicandum, y d) por tiltimo, cabe mencionar el requisito de la simplicidad, aunque su papel es mas restringido que el de los tres anterio- res. En condiciones similares, cuando la exactitud, la fecundi- dad y la similitud con el explicandum corren parejas, es preferi- ble un concepto mas simple a otro mas complicado. Pero la simplicidad puede ser sacrificada en aras de una mayor exacti- tud o fecundidad. Como ya se ha sefialado en la Introduccién, los conceptos de sistema normativo, completitud, coherencia e independencia aparecen con frecuencia en el discurso jurfdico, donde desem- pefian un papel importante, y han sido muy debatidos en la ciencia juridica (aunque no siempre bajo estos nombres). Pa- rece razonable, pues, tomar como explicanda los conceptos juri- dicos correspondientes. El concepto de laguna -tema contro- UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 13 vertido y muy discutido en la literatura juridica— nos serviré en especial para la elaboraci6n de un explicatum para la nocién de completitud normativa. El concepto de laguna normativa resul- taré extraordinariamente fecundo y su utilidad se pondra de manifiesto en el tratamiento de muchos problemas metodolégi- cos de la ciencia juridica, aparentemente ajenos a la problematica de las lagunas. En cierto modo, el tema de las lagunas (comple- titud) nos serviré de hilo conductor a lo largo de todo el libro. El punto de partida para la explicacién del concepto de sis- tema normativo es la construccién de un modelo destinado a re- producir —aunque en forma algo simplificada, es decir, mas abstracta— un problema “real” tomado del derecho civil. Ese modelo nos permitira formular definiciones provisionales de to- dos los conceptos cruciales: sistema normativo, completitud, la- guna, coherencia, independencia, redundancia, etcétera (cap. I). En los tres capftulos siguientes se lleva a cabo una generaliza- cién de tales conceptos, procurando afinar las definiciones y ha- cerlas aplicables, no slo a las normas jurfdicas, sino a cualquier tipo de sistemas normativos. Algunos filésofos sostienen que el método de reconstruc- cién racional es radicalmente impotente para captar la totalidad de los fenémenos y conocer toda la realidad. Y esto porque la abstraccién como método de conocimiento, aunque pueda ser- vir para aumentar la precisién, conduce inevitablemente a su empobrecimiento. Como un ejemplo tfpico suele citarse la apli- sacion de la matematica a las ciencias naturales. Al abstraer, la ciencia se desinteresarfa de toda una serie de elementos de la realidad y -es éste el punto decisivo de la critica— ciertos as- pectos de ella permanecerfan totalmente inaccesibles al conoci- miento cientifico. De ahi que tales filésofos suelen oponer al- gtin modo de intuicién directa al método de abstraccién. Objeciones de esta indole (que son particularmente fre- cuentes entre los juri stas) estan basadas en una concepcidn err6nea de la abstraccién en general y del método de la recons- trucci6n racional en particular. Sin duda, el explicatum —-como todo esquema abstracto— no reproduce todos los aspectos y ma- tices del concepto al que pretende sustituir. Pero ello no im- plica que haya algtin aspecto de la realidad (es decir, del expli- 14 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS candum) que sea, en principio, inaccesible al método de la abstraccién. Un modelo abstracto no puede reproducir toda la realidad, pero no hay ningtin aspecto de la realidad que no pueda ser reproducido en algtin modelo. Por lo tanto, para todo aspecto del concepto que nos interesa elucidar, puede construir- se un explicatum adecuado. Por otra parte, conviene recordar que todo conocimiento racional requiere algtin grado de abs- traccién y -como lo sefiala R. M. Martin— el método de re- construcci6n racional refleja un aspecto esencial de todo pensa- miento racional. § 2. UN proBLema NoRMATIVO Para la construccién de nuestro modelo hemos elegido un tfpico problema normativo, muy debatido en el derecho civil argentino. Es el problema de la reivindicacién de co: muebles contra terceros poseedores. El problema surge cuan- do una persona que posee un inmueble -cuya propiedad no le pertenece- lo transfiere —a titulo oneroso o gratuito— a un ter- cero. La cuestién que se plantea entonces es: gen qué circuns- tancias el propietario del inmueble puede reivindicarlo contra el tercero poseedor? Oo; para plantear la pregunta en otros térmi- nos, gen qué circunstancias el tercero adquirente estd obligado a restituir el inmueble a su propietario y cuando le esta permiti- do retenerlo? s in- Para re ponder a este interrogante tenemos que saber si una cierta accién (es decir, la conducta que consiste en la resti- tucién del inmueble) es obligatoria o no. Nos preocupa, pues, lo que podemos llamar el estatus normativo 0 deéntico de una accién. Esta accién puede realizarse dentro de un conjunto de situaciones o estados de cos curso (UD). Los estados de cosas que pertenecen al UD son los ele- mentos del UD, Todos los elementos del UD comparten una cierta propiedad comin que es la propiedad definitoria del UD. El Universo de Discurso puede describirse, pues, como el con- s que llamaremos Universo de Dis- UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 15 junto de todos los elementos (estados de cosas) identificados por una determinada propiedad. La propiedad definitoria del UD, en nuestro modelo, es la de ser una enajenacién (transferencia) de un inmueble que per- tenece a un tercero. Por lo tanto, todo elemento del UD del modelo es un estado de cosas o situacién en que una cierta per- sona (el enajenante) transfiere a otra persona (el adquirente) la posesién de un inmueble que pertenece a una tercera persona. El Universo del Discurso del modelo es el conjunto de todas esas situaciones. Un problema normativo puede ser considerado como una pregunta acerca del estatus dedntico de ciertas acciones 0 con- ductas, es decir, su permisién, prohibicién u obligatoriedad. Algunas de esas acciones son bdsicas, en el sentido de que todas las demas son compuestos veritativo-funcionales de ellas. Todo conjunto finito de acciones basicas constituye lo que llamaremos Universo de Acciones (UA). En nuestro modelo hay una sola acci6n basica: la accién del tercero adquirente que consiste en la restitucién del inmueble a su propietario. Para abreviar, Ilamaremos a esa accién Restitu- cién (R). De tal manera, resulta que el UA del modelo es un conjunto unitario que posee sélo un elemento: {R}. Los dos Universos que hemos caracterizado, el UD y el UA, delimitan el ambito del problema. Toda variacién del UD y también toda variaci6n del UA conduce a un cambio del pro- blema. Por ejemplo, si cambiando el UA nos preguntdramos, no ya por la reivindicacién, sino acerca de la apropiacién de los frutos y productos 0 acerca del pago del impuesto inmobiliario, el problema serfa obviamente distinto, aun cuando no variara el UD. Del mismo modo, toda variacién introducida en este tlti- mo —por ejemplo, si la cosa enajenada fuese mueble o si en vez de la enajenaci6n se tratara de locacién— tendria por efecto una alteracién del problema. En todos esos casos dirfamos que se trataba de un problema diferente. Si el Universo de Discurso permanece constante —cosa que acaeceré en los andlisis siguientes- entonces la identidad del problema estaraé determinada por el Universo de Acciones. 16 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS § 3. Ex Ampito FACTICO DEL PROBLEMA Volvamos ahora a nuestra pregunta original: gen qué cir- cunstancia el tercero adquirente esta obligado a restituir el in- mueble y en qué condiciones esté permitida la no restitucién? La respuesta a esta pregunta depende de nuestra valoracién de las distintas circunstancias que deberfan ser tomadas en cuenta. Obviamente, no todas las circunstancias posibles son relevantes para nuestro problema, pero la seleccién de las circunstancias 0 propiedades relevantes es un problema valorativo. Si ciertas pro- piedades parecen ser totalmente irrelevantes para el problema (como, por ejemplo, el color de la piel del propietario o el ta- mafio de su nariz), ocurre ello asf solamente porque existe un consenso mas 0 menos undnime (en un determinado grupo social) acerca de ciertos valores. Pero esto es un hecho meramente contingente. Una ley que hiciera depender la procedencia de la acci6n reivindicatorfa del color de la piel del propietario nos pareceria violentamente injusta, pero no quedaria con ello ex- cluida la posibilidad de que en otras latitudes (0 en otras épo- cas) tal ley pudiera parecer perfectamente razonable. Consideraremos como relevantes para el problema las tres caracterfsticas siguientes: la buena fe del actual poseedor (al que Ilamaremos adquirente), la buena fe del poseedor anterior (enajenante) y el titulo oneroso del acto de enajenacién; carac- teristicas que designaremos BFA, BFE y TO, respectivamente. Para simplificar el modelo, estipularemos que la mala fe ste en el conocimiento del hecho de que el dominio del in- mueble pertenece a un tercero, y que la buena fe consiste sim- plemente en la ignorancia de tal hecho, es decir, en la ausen- cia de la mala fe. En consecuencia, las expresiones “~ BFA” y “BFE” simbolizarén la ausencia de la buena fe, es decir, la mala fe en el adquirente o en el enajenante, respectivamente. Para significar que el acto de enajenaci6n es a titulo gratuito (es decir, no oneroso) usaremos el simbolo “~TO”. Estas tres circunstancias (BFA, BFE, TO) son propiedades de los elementos del UD. Toda propiedad divide los elemen- cor UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 17 tos del UD en dos clases: la clase de aquellos elementos en los que esa propiedad esta presente y la de aquellos en los que esta ausente. La ausencia de una propiedad equivale a la presencia de su propiedad complementaria. La propiedad complementaria es la negacién de la propie- dad en cuestién; por ejemplo, ~BFA es la propiedad comple- mentaria de BFA y viceversa. Se desprende de ello que para toda propiedad P vale que todo elemento del UD tiene P 0 su complementaria (~P). Todo conjunto de propiedades que pueden estar presentes o ausentes en los elementos de un UD se denominara Universo de Propiedades (UP). En el modelo, el UP comprende solamente tres propieda- des: buena fe del adquirente (BFA), buena fe del enajenante (BFE) y titulo oneroso (TO). Toda propiedad de un UP y todo compuesto veritativo-fun- cional de tales propiedades -siempre que éste no sea tautol6- gico ni contradictorio- define un caso (posible). Por consi- guiente, la propiedad definitoria de un caso puede ser simple o compleja. Cuando la propiedad definitoria es una conjuncién que contiene todas las propiedades del UP o sus negaciones (pero no ambas), diremos que el caso definido por esa propiedad es elemental. Los casos que no sean elementales seran com- plejos. El] conjunto de todos los casos elementales (correspondien- tes a un UP) se denominara Universo de Casos (UC). EI ni- mero de todos lo: elementales posibles puede determinar- se facilmente, pues es funcién de las propiedades del UP. Si n es el ntimero de las propiedades del UP, entonces 2" es el nii- mero de los casos elementales, es decir, de los casos del corres- pondiente UC. La nocién de UC es, junto con el ntimero de los casos elementales, relativa a un UP. En el modelo, casos tales como ~BFA, ~BFE, TO, ~BFE, etc., son complejos. Los casos elementales estan representados en la tabla I-1 (donde el signo + simboliza la presencia de la co- rrespondiente propiedad y el signo — su ausencia). 18 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS Tasta I-1 UP —— BFE BFA TO lL o+ + + 2 - + + B+ > + uc¢y* =~ = * Bot + 6 - + - Zt = - 8 - - - La tabla indica cuales son los casos posibles (en el modelo) y pone ademas de manifiesto que esos son todos los casos ele- mentales posibles. El conjunto de todos los casos posibles de- termina lo que vamos a llamar el ambito factico del modelo. En la caracterizacién del ambito factico s6lo hemos tomado en cuenta los casos elementales. Ello es asf porque son las propiedades mas fuertes que pueden definirse en términos del correspondiente UP. Los casos elementales son simples en el sentido de que no pueden subdividirse en otros casos, mientras que todos los casos complejos son analizables en términos de casos elementales. Puede mostrarse facilmente que todo caso complejo equivale a la disyuncién de dos o mas casos elementa- les. Por otra parte, todo elemento del UD tiene que poseer necesariamente una y s6lo una propiedad definitoria de un caso elemental. En otras palabras: todo elemento del UD pertenece a un caso elemental y no mas que a uno (cfr. ver cap. II, § 2). § 4. Ex AmBito NORMATIVO DEL PROBLEMA En la seccién precedente hemos determinado el ambito fic- tico del problema considerado. En otras palabras, hemos iden- tificado los casos posibles en relacién con los cuales procede la pregunta acerca de la obligatoriedad de la restitucién del in- mueble. UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 19 Tenemos que considerar ahora cudles son las respuestas posibles a ese interrogante. Como nuestra pregunta es nor- mativa, es decir, se refiere al estatus normativo de ciertas ac- ciones, el dmbito de todas las respuestas posibles a esa pre- gunta puede Ilamarse el ambito normativo del problema. Una respuesta satisfactoria a la pregunta planteada es una solucidn del problema. Las respuestas posibles constituyen el conjun- to de | oluciones posibles. En lo sucesivo, pues, usaremos la palabra “solucién”, al igual que “ nicos. so”, como términos téc- Toda acci6n de un UA y todo compuesto veritativo-funcio- nal de tales acciones (siempre que no sea tautolégico ni contra- dictorio) sera llamado contenido normativo 0 deéntico. Como el UA del modelo es un conjunto unitario, cuyo tinico elemento es la accién R (restitucién del inmueble), en el modelo no ha- bra mas que dos contenidos posibles: R y ~R (restitucién y no- restituci6n). Se diraé que la accién R es obligatoria (OR), cuando esta permitido R y no esté permitido ~R (PR. ~P ~R). Cuando no esté permitido R y esta permitido ~R, la accién R esta prohibida (PhR = ~PR.P ~R). Cuando tanto R como ~R es- tin permitidas, la accién es facultativa (FR = PR.P~R). Las expresiones P (permitido), O (obligatorio), Ph (prohibido) y F (facultativo) son los caracteres normativos 0 de6nticos. Las expresiones de la forma PR (en las cuales un contenido normativo vaya precedido por un cardcter normativo -siempre que no sean tautolégicas ni contradictorias—) y los compuestos veritativo-funcionales de ellas (siempre que éstos no sean tauto- légicos ni contradictorios) se Ilamaran soluciones. Se diré que un contenido normativo precedido por un cardcter dedntico esta (de6nticamente) determinado, De ahi que toda solucién deter- mine deénticamente algin contenido. Cuando la solucién es tal que determina todos los conteni- dos que corresponden a un UA, diremos que es una solucién maximal. El conjunto de todas las soluciones maximales (relativas a un UA) es el Universo de Soluciones Maximales (USmax). 20 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS En el modelo, OR, PhR y FR son las tres soluciones maxi- males posibles, y el conjunto de esas tres soluciones maximales es el USmax del modelo. USmax = {OR, PhR, FR} El Universo de Soluciones Maximales es el conjunto de to- das las respuestas completas a la pregunta formulada. Una so- lucién maximal es una respuesta completa en el sentido de que, cuando ella esta correlacionada con un caso, todas las acciones posibles (todos los contenidos) estén deénticamente determina- das en ese caso. Si la solucién no fuese maximal, la respuesta no serfa completa, porque entonces habria alguna accién cuyo estatus deéntico no estarfa determinado. Consideremos, por ejemplo, la solucién PR; de ella nada se puede inferir acerca del estatus deéntico de ~R, mientras que las soluciones maxi- males determinan tanto R, como ~R. Las soluciones que no sean maximales, seran llamadas par- ciales. En la construccién del modelo sélo tomaremos en cuen- ta las soluciones maximales. (Como puede mostrarse facil- mente, toda soluci6n parcial es equivalente a una disyuncién de dos 0 mas soluciones maximales, de modo que toda solucién parcial es definible en términos de las soluciones maximales). El USmax, es decir, el conjunto de todas las soluciones ma- ximales posibles, determina el ambito normativo del problema. § 5. ReconstRucciOn DE UN SISTEMA NORMATIVO Llamaremos normas a los enunciados (es decir, a las expre- siones lingiif ) que correlacionen ca con soluciones. To- memos como ejemplo el enunciado: “Si el adquirente es de mala fe, entonces esta obligado a restituir el inmueble al pro- pietario”. Este enunciado correlaciona una cierta solucién (OR) con un determinado caso (el caso complejo ~BFA); es, pues, una norma. Esta norma puede representarse mediante la ex- presi6n “OR / ~BFA”, que se puede leer: “Obligatorio R en el caso ~BFA”. (Decir que R es obligatorio equivale a afirmar a UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 21 que la reivindicacién es procedente; decir que es facultativo es afirmar que la reivindicacién es improcedente, ya que si al po- seedor le esta permitido no restituir la cosa, es claro que el pro- pietario no puede reivindicarla). Todo conjunto de normas constituye un sistema normativo. (como veremos mas adelante -cap. IV-, la inversa no vale: un sistema normativo puede contener otros enunciados ademas de normas). Veamos ahora un ejemplo de sistema normativo. El pro- blema que consideramos se halla regulado en el Cédigo Civil argentino por los arts. 2777 y 2778'._ Estos dos articulos reco- nocen su fuente inmediata en el famoso proyecto de Cédigo Ci- vil del jurista brasilefio Freitas. Dado que la comparacién de ambos sistemas —el de Freitas y el del Cédigo Civil argentino- es sumamente instructiva, comenzaremos por la reconstruccién del sistema de Freitas (no pretendemos que nuestras interpre- taciones sean reflejo fiel y tinico posible de los sistemas men- cionados; nuestros ejemplos pueden considerarse, si se quiere, como meramente imaginarios). Los artfculos pertinentes del Cédigo de Freitas son los si- guientes*: Articulo 3877, inc. 2°: “Compete la reivindicacién, cuando la cosa demandada fuere inmueble.... contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe por titulo oneroso, si la hubo de enajenante de mala fe”. Art. 3878: “Compete la reivindicacién, ya sea mueble o in- mueble la cosa demandada:...” Inc. 2°: “Contra el actual poseedor, que de mala fe la hubo de enajenante obligado a restituirla al reivindicante”. Inc. 3°: “Contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe de enajenante de buena fe, si la hubo por titulo gratui- t9...". ' No vamos a tomar en cuenta las modificaciones introducidas en el Cédigo Civil por la ley de reformas de 1968, que, por otra parte, no afectaron a los dos articulos que nos interesan. 2 Freitas, Cédigo Civil, t. II, p. 435. 22 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS Art. 3882, inc. 1°: “Tampoco compete la reivindicacién, ya sea mueble 0 inmueble la cosa demandada, contra el poseedor de buena fe que la hubo por titulo oneroso de enajenante de buena fe...” Tratemos de determinar ahora el sentido de estas disposi- ciones. E] art. 3877, inc. 2°, puede interpretarse de distintas mane- ras. En una interpretacién restringida, el articulo dice que la reivindicacién es procedente cuando se dan las tres condiciones siguientes: BFA, TO y ~BFE. Sin embargo, el uso de la pala- bra “aunque” parecerfa indicar que la buena fe del adquirente y el titulo oneroso sdlo se mencionan a titulo de ejemplo (para in- dicar un caso limite) y que la tinica condicién que la norma esti- pula para la reivindicacién es la mala fe del enajenante. En esta interpretacién amplia, la norma dice que la mala fe del enajenante es condicién suficiente para la obligacién de resti- tuir, cualesquiera que sean las otras circunstancias: aunque hubiese buena fe en el adquirente y el titulo fuese oneroso. Vamos a adoptar nosotros esta segunda interpretacién. (Como veremos en seguida, la interpretaci6n amplia conduce a algunas redundancias, pero ello no constituye un defecto muy grave). En consecuencia, simbolizaremos la norma expresada por el art. 3877, inc. 2°, mediante la formula OR / ~BFE. EI sentido del art. 3878, inc. 2°, es bastante claro: la mala fe del adquirente es condicién suficiente para la procedencia de la reivindicacién. En simbolos: OR/ ~BFA. Con respecto al art. 3878, inc. 3°, se plantea un problema milar al del art. 3877, inc. 2°. También esta disposicién es sus- ceptible de una interpretacién restringida, OR/ BFA. BFE. ~TO, en la que hay tres condiciones para la reivindicaci6n, y de una interpretaci6n amplia, OR/ ~TO, en la que la gratuidad del acto de enajenacién es la tnica condicién requerida (condi suficiente) para la procedencia de la reivindicacién. También aqui nos decidiremos por la interpretacién amplia. E] sentido del art. 3882, inc. 1°, parece ser univoco: buena fe del adquirente, buena fe del enajenante y titulo oneroso, son las condiciones que la norma exige para que el tercero poseedor no UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 23 tenga la obligacién de restituir el inmueble, es decir, para que la restituci6n sea facultativa. En simbolos: FR/ BFA . BFE . TO. Resulta, por lo tanto, que el sistema de Freitas esta consti- tuido, en nuestra interpretacién, por las normas siguientes: Ni: OR/ ~BFE No: OR/ ~BFA Ns: OR/ ~TO Ny: FR/BFA. BFE .TO ¢Qué soluciones pueden inferirse de estas normas para los casos del modelo? La norma N, establece que la restitucién es obligatoria cada vez que se da la mala fe del enajenante. Por lo tanto, de ssta norma puede inferirse una solucién (OR) para todos aque- casos en que figure ~BFE, que son los casos 2, 4, 6 y 8 e tabla I-2). En consecuencia, la norma Nj, que correla- ciona los casos 2, 4, 6 y 8 con la soluci6n OR, puede represen- tarse graficamente de la siguiente manera: Tasia 1-2 N,:~BFE/OR 1. BFE BFA TO 2. ~BFE BFA TO, 3. BFE ~BFA TO \ 4. ~BFE ~BFA TO. \ 5. BFE BFA ~TO JFoR 6. ~BFE BFA ~TO~ / 7. BFE ~BFA ~TO / 8. ~BFE ~BFA ~TO/ En forma similar, de la norma Ng se infiere la soluci6n OR para todos aquellos casos en los que figura ~ BFA, es decir, para los casos 3, 4, 7 y 8. La norma N; correlaciona los casos 5, 6, 7 y 8 con la solu- cién OR, es decir, soluciona todos los casos en los cuales apare- ce ~TO. 24 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS Por iiltimo, de la norma Ny se infiere la soluci6n FR para el caso 1, que es el tinico que retine las propiedades BFE, BFA y TO mencionadas por la norma Nj. El] sistema de Freitas, que en lo sucesivo denominaremos sistema S,, esté compuesto por las normas N,, No, Ng y Ny. Si = {Ni, No, Ns, Nu} Para la representacién grafica del sistema $, elegiremos un método distinto, que tiene la ventaja de indicar con mayor clari- dad las soluciones que se infieren de cada una de las normas y permite identificar con facilidad las propiedades del sistema. TaBLa I-3 Sistema S) Normas SSS Ni Ns Ny OR/~BFE OR/~BFA OR/~TO FR/BFA.BFE.TO Casos 1. BFE BFA TO FR 2. ~BFE BFA TO OR 3. BFE ~BFA TO OR uc + ~BFE ~BFA TO OR OR 5. BFE BFA ~TO OR 6. ~BFE BFA ~TO OR OR 7. BFE ~BFA ~TO OR OR 8. ~BFE ~BFA ~TO OR OR OR ——————— Soluciones (USmax = (OR, PhR, FR}) Llamaremos matriz al grafico representativo de un sistema. En la columna de la izquierda figuran los ocho casos elementa- les posibles en el sistema $;. Las cuatro columnas siguientes corresponden a las cuatro normas del sistema. En las intersec- ciones de una linea correspondiente a un caso con las columnas de cada norma se colocan las soluciones. Las soluciones que se hallan en la misma columna son las que se infieren de la nor- UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 25 ma a la cual corresponde la columna. Las soluciones que se encuentran en la misma linea son las soluciones del caso en cuesti6n que se infieren del sistema. La tabla I-3 sugiere la formulacién de las siguientes defini- ciones (validas para el modelo): Cuando en la Ifnea correspondiente a un caso no aparece ninguna solucién, se diraé que ese caso es una laguna (normati- va). Un sistema normativo es incompleto si, y solo si, tiene por lo menos una laguna. Un sistema que no tiene lagunas es com- pleto. Un sistema normativo es incoherente en un caso C, si, y sdlo si, figuran dos 0 mas soluciones diferentes (e incompati- bles) en la lmea correspondiente a C,. Un sistema es incohe- rente si, y s6lo si, existe por lo menos un caso en el cual el siste- ma es incoherente. El sistema es coherente si, y slo si, no existe ningtin caso en que el sistema sea incoherente. Se dira que un sistema es redundante en un caso C, si, sdlo si, la misma solucién figura més de una vez en la linea correspondiente a C,. Las normas del sistema son indepen- dientes si, y s6lo si, no existe ningtin caso en el cual el siste- ma sea redundante. Si existe por lo menos un caso en que el sistema es redundante, las normas de este sistema son redun- dantes. § 6. Variaciones DEL MODELO De las definiciones dadas en la seccién precedente se des- prende que el sistema $, es completo y coherente, pero redun- dante. El sistema es completo porque no hay ningtin caso al cual no esté correlacionada alguna solucién, ya que en todas las If- neas aparecen soluciones. Por consiguiente, el sistema $, care- ce de lagunas EI sistema es coherente porque en ningtin caso aparecen dos soluciones diferentes. El caso 1 esté solucionado con FR; todos los demas casos, con OR. 26 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS Sin embargo, el sistema S, no es independiente. Varios sasos estdn solucionados de la misma manera por normas distin- tas. Asi, las normas N, y N» son redundantes en los casos 4 y 8; No y N3 lo son en 7 y 8, y las normas N, y Ns, en 6 y 8. Solo la norma N, es independiente de las demas normas del s tema. Si se quiere eliminar la redundancia preservando la com- pletitud, hay que proceder con cuidado, pues la supresién de la norma N, producirfa una laguna en el sistema, a saber, en el caso 2. Lo mismo ocurriria si se suprimiese la norma N2, ya que el caso 3 quedarfa sin solucién. Resulta claro, pues, que ninguna de las normas de Freitas puede ser suprimida sin que el sistema deje de ser completo. Lo tinico que se puede hacer para eliminar la redundancia es reformular las normas a fin de restringir su alcance. Esto se puede lograr de diferentes maneras. Una manera de eliminar la redundancia del sistema S), sin modificar las soluciones del mismo, consiste en mantener las normas N3 y N, y sustituir las normas N, y Nog por las dos nor- mas siguientes: Ns: OR/ ~BFE. BFA. TO Neg: OR/ ~BFA.TO Llamaremos S$, al sistema constituido por las normas Ns, Nu, Ns y Ne. = {Ns, Na, Ns, No} (La matriz del sistema S, aparece en el cuadro comparativo de los sistemas: tabla 1-4). EI sistema S. es completo, coherente e independiente. En efecto, las normas del sistema correlacionan cada uno de los ocho casos con una solucién; no hay ningtin caso que tenga mas de una solucién, ni hay caso alguno solucionado por mas de una norma. A pesar de que las normas que integran el sistema Sy no son las mismas que las de $; (pues hemos sustituido N,; y No por N; y Ng, que son diferentes), la matriz de S. muestra que S$» UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 27 soluciona del mismo modo los mismos casos. Ello quiere de que los dos sistemas regulan en el mismo sentido las mismas conductas 0, como podriamos decir también, que sus conse- cuencias normativas son idénticas. Por lo tanto, los sistemas $; y Sy son, en un sentido impor- tante, normativamente iguales; en vez de hablar de dos siste- mas, podriamos decir también que se trata de dos presentacio- nes del mismo sistema. A fin de ejemplificar casos de laguna y de incoherencia re- curriremos a un tema puramente imaginario. EI sistema S53 esta compuesto por las siguientes normas: Ny: OR/~BFA (Compete la reivindicacién contra el actual poseedor de mala fe) Nz: OR/~TO (Compete la reivindicacién si la enajenacién se hizo a titulo gratuito) Nz FR/BFE.BFA (No compete la reivindicacién contra el actual poseedor de buena fe, que hubo la cosa de un enajenante de buena fe) Ss = {No, Ns, Nz} Examinemos la matriz del sistema S3 (véase tabla I-4). S3 es incompleto, incoherente y redundante: en los casos 7 y 8 hay soluciones redundantes; el caso 2 no tiene solucién alguna; se trata, pues, de una laguna; el caso 5 se halla solu- cionado de distinta manera (con OR y FR) por las normas Ns y Nz. El hecho de que el sistema $3 sea incompleto, incoherente y redundante no es, sin embargo, obvio, en el sentido de que no es facil darse cuenta de ello por la mera lectura de las normas (que parecen bastante razonables). Pero la matriz del sistema, al poner de manifiesto todas las consecuencias (es decir, todas las soluciones deducibles de las normas), muestra con clari- dad las propiedades del sistema. Parece innecesario insistir en la diferencia que hay entre casos de laguna (ausencia de solucién) y casos de incoherencia (superabundancia de soluciones). Sin embargo, muchos juris- tas tienden a asimilar los casos de incoherencia a los casos de 28 LA LO 2A DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS laguna’. Pero, aunque en ocasiones las consecuencias practic de ambas situaciones pueden ser similares, cabe insistir en que se trata de dos fenédmenos distintos, como son distintos los pro- cedimientos que los juristas usan para resolver tales problemas. En casos de laguna los juristas se enfrentan con el proble- ma de hallar una soluci6n, ya sea introduciendo nuevas normas, ya sea extendiendo el alcance de las normas existentes. Los procedimientos que los juristas usan -o dicen que usan— para tal fin (argumento por analogfa, argumento a contrario, princi- pios generales del derecho, naturaleza jurfdica de una institu- cién, la naturaleza de las cosas, etc.) no serén examinados en este trabajo. En casos de incoherencia, el problema consiste en la elimi- nacidn de las soluciones superfluas: se trata, en cierto modo, de un fenédmeno inverso. Aqui los juristas procuran restringir el alcance de alguna de las normas y a veces suprimirla del todo. También para esta tarea se usan procedimientos especiales, en cuyo examen no entraremos aquf (las reglas lex specialis, lex posterior derogat priori, lex superior, etcétera)*. En el sistema $3 la incoherencia que aparece en el caso 5 podria eliminarse dando preeminencia a la norma Ns; sobre N;, es decir, modificando esta segunda de tal manera que su alcan- ce quedara reducido al caso 1, esto es, al caso en que se dan BFE, BFA y TO. Mas dificil es llenar la laguna del caso 2. El razonamiento a contrario a partir de la norma N; (“Como la norma N; exige, para que no proceda la reivindicacién, la buena fe tanto en el adquirente como en el enajenante, y en el caso 2 el enajenante es de mala fe, la reivindicaci6n debe prosperar”) es igualmente —o tan escasamente— convincente, como el argu- mento a contrario a partir de las normas Ng y Ny: “Como No y Ns exigen para la procedencia de la reivindicacién ya la mala fe as 3 Por ejemplo: Klug, Rechtsliicke und Rechtsgeltung, en “Festschrift fiir Hans Carl Nipperdey”; Conte, Décision, complétude, cléture. A propos des lacu- nes en droit, y Ziembinski, Les lacunes de la loi dans le sisteme juridique polonais méthodes utilisées pour les combler, ambos en “Logique et contemporain et les Analyse”, n° 9, 1966. 4 Cfr. Ross, Sobre el derecho y la justicia, p. 126 y iguientes. UN MODELO PARA LOS NORMATIVOS 29 SISTEMAS del adquirente ya la gratuidad del titulo, y ninguna de estas dos condiciones concurre en el caso 2 -en el cual el adquirente es de buena fe y el titulo es oneroso-, la reivindicacién no debe prosperar™. Esto muestra, de paso, que la posicién de aquellos autores que sostienen la posibilidad de solucionar todos los casos me- diante el empleo del argumento a contrario® es injustificada, ya que el mismo argumento puede conducir —como en nuestro ejemplo— a soluciones incompatibles. El resultado dependera de las normas que se elijan como premisas del argumento. Y aqui hay que tener presente que muchas veces no se pueden elegir todas las normas del sistema como premisas del argumen- to a contrario ni existe raz6n légica alguna para preferir unas normas a otras. § 7. Un gyempto DE LAGUNAS EN EL Copico Civil ARGENTINO Pasemos ahora a la reconstruccién del sistema del Cédigo Civil. Este contiene solamente dos articulos referentes al pro- blema que nos ocupa. Art. 2777: “Compete también [la reivindicacién] contra el actual poseedor de buena fe que por titulo oneroso la hubiere obtenido de un enajenante de mala fe...”. Art. 2778: “Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicacién compete... contra el actual poseedor, aunque de buena fe, si la hubo por titulo gratuito...”. Comparando estos dos articulos con los de Freitas —que es su fuente inmediata-, encontramos un notable empobreci- miento. De cuatro normas de Freitas quedan apenas dos; Vélez 5 Conte, Décision, complétude, cléture. A propos des lacunes en droit, “Logique et Analyse”, n° 9, 1966 traducido como Decisién, completitud, clausu- ra. A propésito de la lagunas en el derecho, en Bobbio, N., y otros, “El proble- ma de las lagunas en el derecho”, Ver también Conte, Completesza e chiusura, en “Studi in memoria di Widar Cesarini Sforza", y Saggio sulla completexza degli ordinamenti giuridici. 30 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS Sarsfield suprime totalmente los arts. 3878, inc. 2°, y 3882, inc. I. De las dos normas restantes s6lo una —el art. 3878, ince. 3°— es reproducida, practicamente sin modificaciones, en el art. 2778 del Céd. Civil. El art. 3877, inc. 2°, sufre una modifica- ci6n importante al ser trasvasado al art. 2777 del Céd. Civil: Vé- lez Sarsfield suprime la palabra “aunque”, con lo cual parece restringir el alcance de la norma. En efecto, con respecto al art. 2777 ya no estarfa justificada la interpretacién amplia que hemos adoptado a propésito del art. 3877, inc. 2°, que se basa- ba justamente en la presencia de dicha conjuncién. Aparentemen- te el sentido del art. 2777 es que la reivindicacién es procedente cuando se dan las tres condiciones: mala fe del enajenante, bue- na fe del adquirente y titulo oneroso. De acuerdo con esta interpretacién, el sistema del Cédigo Civil -que llamaremos $,- estarfa formado por las dos normas Ns y N3. Sa= {Ns, Ns} En el cuadro comparativo siguiente figuran las matrices de los cuatro sistemas analizados: TABLA 1-4 Cuadro comparativo de los sistemas Si Se Ss Sa a. oe. COO Casos Ni Nz Ns Na Ns No Ns Na No Na Nr Ns Ns 1. BFE BFA TO FR FR FR 2. ~BFE BFA TO OR OR OR 3. BFE ~BFA TO OR OR OR 4. ~BFE ~BFA TO OR OR OR OR 5. BFE BFA~TO OR OR OR FR OR 6. ~BFE BFA~TO OR OR OR OR OR 7. BFE ~BFA~TO OR OR OR OR OR OR 8. ~BFE ~BFA~TO OR OR OR OR OR OR OR La matriz del sistema S, muestra la existencia de tres lagu- nas, en los casos 1, 3 y 4. El sistema es incompleto, pero cohe- rente e independiente. UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 31 No nos interesa aqui la cuestién de saber cémo han de Ile- narse esas lagunas; lo importante es destacar que el sistema for- mado por las normas N; y Ns tiene lagunas. Esto no es lo mis- mo que decir que el Codigo Civil argentino tiene lagunas con respecto al problema de la reivindicacién de inmuebles contra terceros poseedores. No sostenemos tal cosa; nuestra tesis es mucho mis cautelosa: sdlo decimos que los arts. 2777 y 2778, interpretados de una manera determinada (como normas N; y N3), no contemplan ciertos casos y, por lo tanto, el sistema formado por estos dos articulos tiene lagunas. Es muy posi- ble que si el sistema $, se integrara con alguna otra norma (p.ej., con alguna otra disposicién del Cédigo), las lagunas de- saparecerian. Pero entonces se tratarfa de otro sistema dis- tinto. Esto muestra la importancia de ponerse de acuerdo acerca de qué normas (es decir, acerca de qué sistema norma- tivo) se esta hablando cuando se afirma o se niega la existencia de lagunas. En la doctrina argentina se ha producido una larga discu- sién acerca de la solucién que corresponde dar al caso 1, es de- cir, al caso de enajenante de buena fe, adquirente de buena fe y titulo oneroso. No nos interesan los argumentos esgrimidos en favor o en contra de la reivindicacién en esas condiciones; lo importante es el hecho de que virtualmente todos los autores reconocen, explicita o implicitamente, la existencia de una lagu- na en ese caso. Asf, por ejemplo, dice Dassen: “Como vemos, resulta evi- dente que estos dos articulos no comprenden el caso del adqui- rente de buena fe a titulo oneroso que hubo el bien de un ena- jenante de buena fe”. Obsérvese que Dassen habla tan sélo de los arts. 2777 y 2778. Si existe o no algiin otro articulo del Cédigo aplicable al caso 1, es otra cuestién diferente, que no debe confundirse con la primera. Cabe mostrar que los autores que niegan la exis- tencia de una laguna en el caso que estamos considerando, inte- gran los arts. 2777 y 2778 con alguna otra norma (p.ej., el art. ® Dassen, La accién reivindicatoria: sus limites, “Lecciones y Ensayos”, 6, 1958. 32 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS 3279 o el art. 599). Resulta particularmente instructivo con- frontar dos relativamente recientes contribuciones a la polémi- ca: la de Allende’ y la de Molinario®. Ambos autores sostienen que no hay laguna en el caso considerado, y ambos Ilegan a con- clusiones opuestas en lo referente a la solucién del caso. Allende sostiene que la reivindicacién es improcedente por- que “tal supuesto no esta previsto entre los que corresponde la accion reivindicatoria”. “Tanto en el art. 2778 como en los an- teriores se determinan mas 0 menos exhaustivamente los casos en que procede la accién reivindicatoria; en los demas supues- tos, por tanto, no procede”. Es claro que Allende integra los arts. 2777 y 2778 con una norma que dice que la reivindicacién es improcedente, a menos que algtin articulo del Cédigo la autorice expresamente. Lo que es completo para A llende es, pues, el sistema formado por los arts. 2777 y 2778 mds la norma general indicada; sin el agrega- do de esta norma, el sistema tendrfa una laguna. Para Molinario, en cambio, procede la reivindicacién: “La reivindicaci6n inmobiliaria procede en todos los casos que no estén excluidos por una disposicién legal”*. Esta norma es opuesta a la que invoca Allende, y es esta norma (y no los arts. 2777 y 2778 por si solos) la que permite a Molinario decir que no hay laguna. Al invocar esta norma, Molinario admite impli- citamente que los arts. 2777 y 2778 no solucionan, por sf solos, el caso en cuestién. Cabe agregar, por tltimo, que aunque todos los juristas ar- gentinos parecen estar de acuerdo sobre la procedencia de la reivindicacién en los casos 3 y 4, también aqui hay lagunas en el sistema (si bien no necesariamente en el Cédigo Civil). Y aun- que para el caso 4 puede resultar convincente la argumentacién analdgica a fortiori a partir del art. 2777 (“Si, siendo el adqui- rente de buena fe, procede la reivindicacién cuando hay mala fe 7 Allende, El acto juridico real, LL, 110-1963. 5 Molinario, La reivindicacién inmobiliaria y el adquirente de buena fe a tt tulo oneroso. ® Molinario, La reivindicacién inmobiliaria y el adquirente de buena fe a ti- tulo oneroso, p. 20. UN MODELO PARA LOS SISTEMAS NORMATIVOS 33 en el enajenante, con mayor raz6n —a fortiori— debe otorgarse la reivindicacién si media mala fe del adquirente, siendo iguales las otras circunstancias”), no resulta tan facil justificar satisfacto- riamente la misma solucién para el caso 3, ya que aqui varfan las demas condiciones: la mala fe del enajenante en el caso 2 pasa a ser buena fe en el caso 3. Uno de los resultados mas importantes de los anilisis pre- cedentes es que la cuestién acerca de la existencia de las lagu- nas es siempre relativa a un sistema normativo. El mismo caso puede tener soluciones distintas en sistemas diferentes. Pero tampoco cabe pregunt slun s ema normativo es completo 0 coherente antes de haber determinado primero el ambito de to- dos los casos posibles (un UC) y el de todas las soluciones posi- bles (un USmax). Como ya se ha sefialado, la idea de comple- titud requiere, no sélo que todos los casos tengan una solucién (lo cual implica que tenemos que saber cudles son todos los ca- sos posibles), sino también que las soluciones correlacionadas con los casos sean completas, en el sentido de que todas las ac- ciones posibles estén normativamente determinadas. En otras palabras, el concepto de completitud normativa tiene una es- tructura relacional, y como tal, s6lo puede ser definido en tér- minos de los tres elementos que hemos distinguido: un Univer- so de Casos, un Universo de Soluciones Maximales y un sistema normativo. Estamos en condiciones ahora de dar definiciones genera- les de los conceptos de laguna y de completitud. Decir que un caso C; de un UC; es una laguna del sistema normativo @ en relacién a un USmaxy significa que © no corre- laciona C, con ninguna solucién del USmax,. Un caso C; de un UC; es una laguna parcial del sistema o en relaci6n con un USmax,, si, y slo si, C; es una laguna en en relacién con USmax,, pero C; es correlacionado por @ con una disyuncién (que no es deénticamente tautolégica) de dos o mas soluciones del USmax,. Un sistema normativo & es completo en relaci6n con un UG; y un USmax, si, y slo si, @ no tiene lagunas en UC, en re- laci6n al USmax,. Cuando un sistema tiene por los menos una 34 LA LOGICA DE LOS SISTEMAS NORMATIVOS laguna en UC; con relacion a USmax,, se diré que es incompleto (en relacién a UC, y USmax,). Estas definiciones son generales en el sentido de que son independientes del modelo y también en el de que son aplica- bles, no ya sdlo a las normas jurfdicas, sino a cualquier conjunto de normas que califiquen acciones humanas de permitidas, obli- gatorias o prohibida La estructura relacional del concepto de completitud apa- rece explicitamente en estas definiciones; la completitud o in- completitud de un sistema normativo es siempre relativa a un Universo de Casos y un Universo de Soluciones Maximales. En los capitulos detalle. guientes analizaremos estas nociones con més

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