a) Habría responsabilidad civil por parte de Juan Sosías, ya que a pesar de
tener 11 años tiene la capacidad de discernir si su accionar está bien o mal. Se considera que es responsable directo y el factor de atribución es de riesgo por sí mismo porque le produjo un daño al menor Carlos Andrade, aunque haya sido un acto involuntario.
b) Corresponde responsabilizar a los progenitores demandados atento a
que son solidariamente responsables por el daño provocado por su hijo ya que se encuentra bajo su responsabilidad parental, sin perjuicio de la responsabilidad personal y concurrente que le pueda caber a los hijos . El menor Juan Sosías es responsable por e acto realizado, pero por su condición de menor, los responsables civiles de resarcir el daño casado son sus padres.
c) Los padres de Juan Sosías están eximidos de responsabilidad. En el
punto anterior dijimos que los padres son solidariamente responsable de los menores a su cargo, pero podrán eximirse de dicha responsabilidad si alegan que les fue imposible evitar el daño. Tal imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia Art 1776 CC y C.
d) Aquí la víctima resultó disminuida en sus aptitudes físicas pérdida de
la visón y según el Art. 1741 CC y C ya que sufre gran discapacidad legitimación a nivel personal de manera permanente, esta incapacidad deber ser objeto de reparación al margen de que se desempeñe o no una actividad productiva pues la integridad física tiene en sí misma un valor indemnizable y su lesión afecta diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, social, cultural y deportivo con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida. Además porque a partir del suceso se generaron síntomas como aislamiento, negación y huida como modos defensivos, depresión reactiva, tensión y necesidad de estar solo, y se produjo una ruptura del equilibrio preexistente ocasionando un menoscabo en la interacción del actor con el medio social. Respecto de la reparación del daño moral sabido es que está dirigida a compensar los padecimientos, molestias e inseguridades, únicamente desde el plano espiritual, cobrando especial importancia la índole de las lesiones y el grado de menoscabo que dejaren, para mostrar en qué medida ha quedado afectada la personalidad y el sentimiento de autovaloración. Por ello, debe establecerse una partida por incapacidad sobreviniente, teniendo en cuenta que el 'desprendimiento de retina le genera una incapacidad parcial y permanente, la incapacidad parcial y permanente de la total en el plano psicológico, y la inclusión del menoscabo estético.