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THE MASTER OF RAGNAROK


&
BLESSER OF EINHERJAR
Volumen 6

Autor: Takayama Seiichi


Ilustrador: Yukisan

Traducción Jap-Ing: J-Novel Club


Traducción Ing-Esp: Café con Azúcar
Edición y Corrección: Café con Azúcar
Cleaner de Imágenes: Café con Azúcar

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Este documento no es una traducción oficial y fue realizado por fans.


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Tabla de contenido
Prólogo .......................................................................................................... 8
Acto 1 .......................................................................................................... 10
Acto 2 .......................................................................................................... 40
Acto 3 .......................................................................................................... 93
Acto 4 ........................................................................................................ 151
Acto 5 ........................................................................................................ 180
Acto 6 ........................................................................................................ 232
Interludio .................................................................................................. 280
Afterword ................................................................................................. 282
Glosario Bonus......................................................................................... 286
Copyright ................................................................................................. 298

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Prólogo
La ondulante llama de la lámpara iluminó débilmente la
habitación, con un tinte ligeramente rojizo.
El aire estaba cargado con el olor del sudor y las feromonas
mezcladas de dos cuerpos; era ese olor particular de las relaciones
íntimas entre un hombre y una mujer.
―Hahhh… ―La mujer levantó su sudoroso cuerpo de la cama
con un suspiro, que era en partes iguales: languidez y satisfacción.
Miró al hombre que todavía estaba dormido de espaldas a ella.
Ella era consciente de que este hombre no se amaba a sí mismo,
ni siquiera en lo más mínimo. No tenía ningún valor para sí mismo,
excepto como una herramienta para lograr sus objetivos.
Sin embargo, la mujer pensaba que estaba perfectamente bien.
Un conquistador no tenía necesidad de afecto, ni de sí mismo, ni de
ningún otro tipo.
A la mujer le gustaban los hombres fuertes.
Le gustaban los hombres inteligentes.
Y sobre todo, le gustaba un hombre que ardiera de ambición.
Encontraría a un hombre así y lo apoyaría, ayudándolo hasta el
día en que lo viera convertirse en gobernante de todo.
Ese era su sueño.

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Los viejos tontos de su clan siempre decían que la felicidad de
una mujer, era ser amada y apreciada por los demás. Pero esta mujer
sentía el camino opuesto.
Quería encontrar a un hombre que considerara digno, a quien
ella pudiera amar y apreciar. Y si ese hombre digno se elevara a
alturas aún mayores, no habría mayor felicidad para ella que
eso.
Una vez que ella hubiera juzgado que era digno, apoyaría a
su hombre de la manera que pudiera, en público y desde las
sombras.
Ese día, ella juró en su corazón que lo convertiría en un
gobernante supremo.
Estaba dispuesta a convertirse en cualquier demonio por el bien
de su hombre.
Estaba dispuesta a hacer todo lo que tuviera que hacer por él.
Incluso si tal cosa, fuera en contra de sus deseos…

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Acto 1
―¡No te atrevas a tocarme, sinvergüenza! ―Rífa fulminó
con la mirada al borracho patrón de la taberna que acababa
de caer al suelo sobre su espalda.
Era una hermosa joven con el cabello blanco, puro como la
nieve. Su cuerpo estaba envuelto en varios lugares con ornamentos
hechos de metales preciosos, lo que indicaba su alto estatus.
Por cierto, “Rífa” era un apodo cariñoso por el que
normalmente, solo le permitía a muy pocas personas seleccionadas
llamarla de esa manera. Su nombre completo era Sigrdrífa.
Ella era, de hecho, el decimotercero emperador divino del
sagrado imperio Ásgarðr.
En circunstancias normales, las bajas formas de vidas que
frecuentan tabernas en decadencia como esta, nunca tendrían la
oportunidad de poner sus ojos en alguien como ella, y mucho
menos tocarla.
La oportunidad única de hablarle directamente y escuchar su
voz, sería la cumbre de la buena fortuna, y sin embargo, este hombre
se había atrevido a agarrarla por los hombros y acercar sus labios a
los de ella. Era un acto tan despreciable que incluso la muerte no lo
absolvería de tal crimen.
En lo que respecta a Rífa, este hombre debería estar
eternamente agradecido de haber sido arrojado al suelo.

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―¡¿Quééé?! ―El rostro del hombre borracho ya estaba
enrojecido, pero ahora por su ira, se volvió de un rojo aún más
profundo, y con un grito, se puso de pie indignado. No parecía
haber reflexionado en absoluto sobre sus acciones…
―Honestamente, esto es incluso más horrible que las historias
que he escuchado. ―Rífa suspiró y se encogió de hombros― Nadie
te ha hecho nada y tú enloqueces, bastardo vulgar.
Ella no podía soportar el aire sucio que impregnaba este lugar.
Solo respirarlo parecía nublar su mente. Francamente, incluso el solo
hecho de estar aquí la hacía sentir desagradable.
Parecía que tal vez ella nunca debió haber venido aquí, tal
como le dijeron sus dos ayudantes.
―¡¿Huuuh?! ¡No sé quién te crees que eres, pero tienes que
tener bolas para hablarme así, perra! ―Gritó el hombre con voz
gruñona, y la miró como si intentara intimidarla. Al parecer, no
podía soportar el aire de compostura segura de Rífa.
Como si la voz del hombre fuera una señal, un grupo de otros
clientes borrachos abandonaron el bar, salieron a reunirse con ellos
fuera de la entrada de la taberna y comenzaron a rodear a Rífa. Al
parecer, el hombre que gritaba era su líder.
Ahora estaba rodeada de al menos cinco hombres borrachos.
En esta situación, una chica normal estaría inequívocamente
aterrorizada, pero Rífa se mantuvo tranquila y despreocupada. Ella
era un tipo especial de Einherjar, de los cuales se dice que solo había
dos en todo Yggdrasil: una Einherjar de runas gemelas.
Contra hombres de tan bajo calibre, estaba segura de que
podría manejarlos por sí misma, incluso si hubiera diez de ellos.

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Supongo que comenzaré con el que está gritando y haciendo una
rabieta, pensó para sí misma. Pero antes de que pudiera hacer su
movimiento, sonó la voz de un hombre joven.
―¡Esperen, esperen! ¡Cálmense todos! ―La voz era lo
suficientemente joven como para sentirse fuera de lugar en este
entorno.
Rífa no podía ver bien debido a la pared de borrachos que
bloqueaba su línea de visión, pero este nuevo hombre debió haber
escuchado la conmoción y vino corriendo.
La ira de los hombres borrachos no era del tipo que se calmara
con el regaño de cualquier chico.
―¡¿Haaah?! ¡¿Qué demonios quieres?! ―Gritó uno de ellos.
―¡Si intentas interponerte en nuestro camino, comenzaremos
contigo! ―Tal como lo había predicho, la interrupción solo añadió
más combustible al fuego.
Dicho esto, este joven era lo suficientemente decente por haber
tratado de interceder en este tipo de situación. Rífa no quería
involucrarlo si fuera posible. Y se suponía que ella estaba viajando
de incógnito, para empezar.
Debería resolver todo esto lo más rápido posible. Con ese
pensamiento, Rífa respiró profundamente y comenzó a aumentar
el flujo de energía magica en su cuerpo…
―¡Silencio! ―El grito de una niña resonó como un trueno―
¡¿Nadie reconoce a quién está delante de ustedes ahora?! ¡He
aquí, el honorable señor de nuestro Clan Lobo, el octavo
patriarca, Suoh Yuuto!
Rífa se sacudió con sorpresa, y el poder mágico que había
estado reuniendo se dispersó instantáneamente.

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No fue la sonoridad de la voz lo que la había sorprendido.
Bueno, no, eso también la había sobresaltado un poco, pero una
cosa así no sería suficiente para que perdiera el control sobre su
magia― A Rífa no le faltaba tanta habilidad.
Lo que rompió su concentración fue el nombre que la niña
había pronunciado.
Suoh Yuuto, Octavo Patriarca del Clan Lobo. Era el nombre del
hombre a quien los escalones superiores del sagrado imperio
Ásgarðr, habían determinado como El Negro, sin lugar a dudas.
¿Estaba aquí ahora, en este mismo lugar?
―¡¿Haaah?! ¡No seas estúpida! ―Gritó un borracho.
―¡Sí, ¿crees que nuestro señor patriarca estaría aquí en una
taberna de mala muerte en medio de la― ¡¿Gaah?!
―¡Oh! ¡Ohhh! ¡Es…
En un cambio de sus protestas enojadas y escépticas, las voces
de los borrachos comenzaron a temblar de miedo.
La voz de la joven volvió a sonar, como si hubiera estado
observando las reacciones de los hombres para medir el momento
adecuado: ―¡Están delante de su señor y patriarca! ¡Todos ustedes
que demuestran insolencia! ¡Arrodíllense! ¡Arrodíllense e inclinen
sus cabezas!
―¡¡S-Sí, señora!! ―Todos los hombres borrachos gritaron su
respuesta casi al unísono, y se lanzaron para postrarse en el suelo.
Lo hicieron con tal fuerza que prácticamente estaban golpeando
sus frentes contra el piso. Solo esa exhibición fue suficiente para ver
cuán venerado y temido por estos hombres, era el patriarca del Clan
Lobo.

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Ahora que no había más paredes humanas que bloquearan su
vista, Rífa cerró involuntariamente los ojos para ver al joven.
Pero por lo que pudo ver, no parecía haber nada particularmente
especial en él.
Tal vez tenía alrededor de un año o dos más que ella en edad.
Era un poco alto, pero delgado, y no se veía muy fuerte. Su cara
tampoco tenía mucha intensidad; de hecho, parecía la cara de
alguien de modales y amables.
Este era el hombre que supuestamente iba a destruir el
imperio, por lo que ella había imaginado una cara más cruel.
Francamente, era un poco decepcionante.
Si había algo que destacara sobre él, tal vez era su cabello y sus
ojos; que eran tan negros que se mezclaban con la oscuridad de la
noche, casi de un aspecto siniestro.
―¿Qué…? ―En cuanto a El Negro, estaba mirando a Rífa con
una expresión de asombro. Era como si estuviera mirando algo
que no podía creer.
Sin embargo, eso era algo a lo que Rífa ya estaba acostumbrada.
Hmph, no hay duda de que se sorprendió por el color de estos malditos
ojos y cabello. Qué risa, cuando tú prácticamente eres lo mismo, El Negro.
Rífa no pudo reprimir una sonrisa burlona al pensar esto.
Sin embargo, lo siguiente que salió de la boca de El Negro,
fue completamente en contra de sus expectativas.
―¿Mitsu…ki…? ―Lo susurró como si estuviera aturdido,
pero la palabra no era familiar para los oídos de Rífa. Buscó en
sus recuerdos, pero no podía decir que la hubiera oído antes.
―¿…Mi-tsu-ki? ¿Qué significa eso? ―Preguntó Rífa con
suspicacia, frunciendo el ceño.

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El sonido de su voz pareció devolver a El Negro a sus sentidos,
y él respondió apresuradamente: ―Ah, err, lo siento por eso.
Simplemente, uh… realmente te pareces a alguien que conozco,
así que…
―Oh, ¿alguien que se parece a mí? Debe ser alguien de
nacimiento bastante alto, entonces.
―Ahh, no, ella es solo una chica de normal de campo.
―¿Sabes? Eres bastante grosero, teniendo en cuenta que nos
acabamos de conocer.
―¿Eh? ¡…Oh! No, no quise decir que parecieras una chica de
campo o poco sofisticada, o algo así como… ¿Huh? ―De repente, El
Negro se detuvo y sus ojos se fijaron en las prendas de Rífa, como si
acabara de darse cuenta de ellas.
Esto también fue un poco grosero de su parte, pero ella lo dejó
pasar. Así era como actuaba la gente de las provincias rurales, por
lo que una señora magnánima pasaría por alto tales cosas.
―Hm-hm. ―Rífa estiró la espalda y se cepilló el cabello hacia
un lado, asegurándose de mostrar su atuendo.

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La ropa que llevaba estaba hecha principalmente del raro
“sieke” (seda) un tipo de tela importada del Este, que tenía un brillo
fino que dejaba a todas las otras telas en la inferioridad. Los
pasadores y sujetadores metálicos, así como los otros accesorios
de metal que llevaba, eran todos de oro puro, y el broche en su
pecho tenía incrustada una amatista violeta.
Este era el tipo de atuendo refinado y hermoso que en la
actualidad causaba furor entre los ricos de la clase alta en
Glaðsheimr, el centro cultural de Yggdrasil.
Supongo que ahora entiendes quién es el verdadero habitante del
campo aquí. Pensó Rífa, mientras medía la reacción de El Negro.
―Estás usando ropa de muy alta calidad. ¿Quién eres? ―Él
tenía los ojos muy abiertos, tal como ella había esperado. Esa
reacción le proporcionó cierta satisfacción, por lo que se llevó una
mano al pecho y se presentó.
―Es un placer conocerlo, patriarca del Clan Lobo. Sin duda, es
un extraño giro del destino el haberlo encontrado aquí. Soy Rífa,
nieta de Sveigðir, jefe de la casa de Jarl. ―Bueno, no he dicho ni una
sola mentira, agregó internamente. Por supuesto, también había
mucho de la verdad que ella había omitido.
Había un gran riesgo al revelarse como el Þjóðann, la divina
emperatriz reinante de Ásgarðr. Un patriarca ambicioso de
poder podría reaccionar agarrándola, para poder encarcelarla
y manipularla a su beneficio.
Pero, por otro lado, el discurso y los modales de Rífa eran
tales que no podía esperar pasar por una plebeya.
Fue el patriarca del Clan Espada, Fagrahvél, quien le dio una
respuesta a este dilema. Estaba particularmente cerca de ella porque

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era su “hermano de leche”, criado por la misma niñera desde que
eran bebés. Su propuesta fue que ella se hiciera pasar como una
pariente lejana de la familia real, ni más ni menos.
El Negro se quedó sin aliento: ―¡¿Qué?! ¡¿Una de las tres
casas de la familia imperial?!
Había muchas familias que tenían vínculos de sangre con la
familia real, pero la Casa Jarl era una de las tres familias más
poderosas ―que se dice que eran las más cercanas al trono―
conocidas colectivamente como “Las Tres Casas”.
No había ningún gobernante en las tierras de Yggdrasil que
no supiera de ellos.
Los patriarcas de clanes que gobernaban sus territorios, lo
hacían bajo la autoridad del Þjóðann y el imperio, como pretexto y
mandato para su gobierno. Por lo tanto, al usar su identidad
actual, Rífa no se arriesgaba a que un patriarca intentara alterar
las cosas al usarla para sus planes, ni tendría que lidiar con ser
tratada como alguien de baja posición.
―De hecho, es esa Casa Jarl. ―Dijo grandiosamente― Como
prueba, he aquí, mira este brazalete en mi brazo. ―Rífa levantó
su brazo derecho para mostrar el brazalete, también hecho de
oro puro. Sobre él estaba el símbolo de un pájaro en pleno vuelo
y una espada; y superpuesto― el símbolo del sagrado imperio
Ásgarðr. El detallado en el trabajo era intrincado, de modo que
se podía decir de un vistazo que esto no era falso.
Aparentemente llegando a la conclusión de que esto no era
una broma o un engaño, El Negro se llevó un brazo al pecho y le
hizo una reverencia respetuosa.

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―P-Por favor, perdone mi rudeza. P-Permítame presentarme
una vez más. Soy… er; su majestad el Þjóðann, me ha otorgado la
autoridad para gobernar el Clan Lobo. Mi nombre, uh; soy conocido
como Suoh Yuuto. Me complace el c-conocerla. ―Al menos de
acuerdo con el procedimiento formal, esta actitud de deferencia
hacia ella era perfectamente apropiada. Rífa era, después de todo,
una hija de la familia relacionada directamente con el trono, bajo
el cual él se desempeñaba como vasallo.
Por supuesto, en realidad el imperio central ya no tenía el
poder de controlar estas tierras, y no lo tenía desde hace mucho
tiempo. Pero, aun así, la autoridad tradicional de esta jerarquía
servía como justificación y respaldo del gobierno de los patriarcas
sobre sus territorios, por lo que no podían permitirse ignorarlo
por completo.
―Bueno, al final no soy nada más que una nieta que casi no
reclama nada a la sucesión imperial. ―Dijo, mintiendo― No hay
necesidad de que sea demasiado formal conmigo. ―Rífa asintió
con un aire de generosa compostura e intercambió este saludo
formal de manera práctica. Su manejo suave de estas formalidades
sociales era, sin duda, la evidencia de su alta educación.
―Entonces, Lady Rífa, ¿p-puedo preguntar qué la trae a estas
tierras remotas? ―Preguntó El Negro.
―Un viaje de placer. ¿Sabes? Dicen que uno debería ver el
mundo y ampliar sus horizontes cuando aún es joven.
―Ya veo. Sin embargo, una dama que viaja sola es
demasiado… ¿No le parece demasiado peligroso?
Desde que Rífa se presentó, el discurso de El Negro ―Yuuto―
se había vuelto un poco torpe. En lugar de ser solo nervios, era más

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como si simplemente no estuviera acostumbrado a usar un lenguaje
respetuoso con los demás.
Rífa se aseguró de ignorar esto y fingir que no se había dado
cuenta: ―Oh, traje protección adecuada. ―Respondió ella― Están
descansando en nuestra habitación en la posada, en este momento.
―¿Eso quizás no sugiere que no son los guardias más
calificados para usted? ―Yuuto miró fijamente a los hombres que
aún se encontraban postrados en la taberna, con una expresión
de preocupación en su rostro.
Era cierto que permitir que la persona de quien estabas a cargo,
estuviera expuesta al peligro mientras descansas en un lugar seguro,
no era loable para un guardaespaldas. Dicho esto, las dos chicas que
viajaban con ella como protección, estaban actualmente atadas e
incapaces de abandonar su habitación… y la única que les había
hecho eso, no era otra que Rífa.
―Haha, por favor no las culpe por eso. Me escabullí
silenciosamente por mi cuenta sin que ellas lo supieran. ―Rífa
tenía que ofrecerles al menos algo de defensa, de lo contrario ella
sentiría pena por ellas y por su reputación.
Los ojos de Yuuto se abrieron con sorpresa: ―Eso es…
¿cómo debería ponerlo…?
―¡Hee hee! Oh, puede ser franco y decir que es una
imprudencia de mi parte. No me importa.
―Ah... ahahaha. ―Yuuto se rió secamente y desvió sus ojos.
Parece que eso era lo que había estado pensando.
―Bueno, entonces, sus guardias seguramente deben estar
preocupados por usted. La acompañaré hasta su posada.

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―O-Oh, sí. ―Rífa había sido la imagen de la compostura hasta
el momento, pero por primera vez, una punzada de ansiedad pasó
por su rostro.
Había venido a investigar esta taberna porque no había podido
reprimir su curiosidad, pero no había pensado en lo que vendría
después. Si volviera ahora, sus dos guardaespaldas seguramente
estarían furiosas con ella. Por supuesto, no podrían gritarle a Rífa o
insultarla en su cara, pero sin duda, un desfile de reprimendas y
conferencias bienintencionadas la estarían esperando.
En el peor de los casos, era posible que incluso la enviaran a la
fuerza al palacio Valaskjálf. Eso, más que nada, era algo que ella no
podía soportar. Esta era su primera y última oportunidad de viajar
al mundo exterior. Ella no podía dejar que eso terminara aquí.
Rífa comenzó a lamentar, demasiado tarde, el no haber sido
más deliberada y cuidadosa con su elección de acciones.
―Otou-sama, si me lo permites… ―Una pequeña niña
apareció junto a Yuuto, aparentemente de la nada― Lady Rífa es
una dama noble de la familia imperial. Saber esto y simplemente
escoltarla de regreso a su posada, sería visto como una falta de
modales y avergonzaría al Clan Lobo. Creo que tal vez sería
mejor invitarla al palacio y darle una recepción adecuada allí.
La niña parecía tener solo doce o trece años. Tenía una
apariencia adorable, pero estaba arruinada por la luz fría en sus
ojos, extraña e impropia de una niña de su edad. Sus ojos eran
del tipo que parecían ver a través de las personas, y gracias a eso,
le daba a la niña una impresión mucho más descarada y precoz.
A juzgar por su voz, ella era la chica que había pronunciado
antes en voz alta la presencia de El Negro, y había silenciado a los

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borrachos. Posteriormente, permaneció en silencio y oculta,
probablemente juzgando que sería impropio para ella insertarse
en una conversación entre su patriarca y una noble imperial.
La niña sostenía un pequeño animal en su pecho: un cachorro
gris ceniza. Probablemente, lo mantenía quieto para evitar cualquier
posibilidad de dejar que el animal actuara de una manera que
ofendiera a una dama noble.
―Hrrm. ¿Huh, es así como son estas cosas? ―Yuuto se rascó
detrás de la oreja de una manera que lo hacía parecer poco confiable.
Parecía que este hombre ignoraba por completo la etiqueta
adecuada en estas situaciones. Esa era una cualidad particular de
su género― hombres que se levantaron al poder de la nada.
La primera impresión que había tenido de él todavía estaba
intacta. Parecía demasiado relajado para alguien de su posición.
Este era el hombre que, en un abrir y cerrar de ojos, expandió el
territorio de su clan desde las altas tierras de la Cuenca del Bifröst al
oeste, hasta el corazón de la región de Álfheimr. Ella había
imaginado que él sería alguien con más del aura de un conquistador,
con la personalidad resuelta de un hombre acostumbrado a tomar
decisiones difíciles. Y sin embargo, no lo era.
Fue un poco decepcionante...
―Haré que un miembro de mi gente envíe un mensaje a la
posada de que, Lady Rífa, recibirá toda la hospitalidad en el palacio
y, como tal, no deben preocuparse por ella. ―Dijo la joven.
Yuuto asintió: ―Bien, entonces lo dejo en tus manos, Kris.
―Sí, Otou-sama. ―La joven les dio a ambos una reverencia
respetuosa. Mientras lo hacía, los ojos de Rífa se encontraron con
los de ella. En ese instante, la chica le hizo un guiño a Rífa.

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―Hm. ―Los ojos de Rífa se estrecharon.
Ya veo… Sintió mi renuencia a regresar a la posada, y por eso
lo interrumpió para ofrecerle su sugerencia. Puede parecer un poco
impertinente, pero esta chica es muy buena prestando atención a los demás.
Rífa se encontró a sí misma decidiendo aceptar la amabilidad
que se le había ofrecido.
―Sí, eso suena bien. ―Dijo― Me pondré a su cuidado.

―Hmm, es menos lujoso de lo que esperaba… ―Murmuró


Rífa, mientras miraba hacia el palacio del Clan Lobo.
Primero, no era lo suficientemente espacioso. Podía ver casi
toda la amplitud de los terrenos del palacio mirando desde delante
de la puerta principal. Y el edificio principal del palacio se veía
muy pequeño y en mal estado.
Incluso su Hliðskjálf, la torre sagrada que era un símbolo de
las grandes ciudades, carecía de altura. Tal vez solo tenía la mitad
de la altura de la de Glaðsheimr. Rífa se encontró a sí misma
preocupándose de que las oraciones de la gente de aquí pudieran
llegar a los dioses con una torre tan corta.
―Haha, por favor, no nos compare con el palacio de
Valaskjálf. ―Respondió Yuuto con una risa irónica y encogiéndose
de hombros.
Al parecer, el comentario silencioso de Rífa para sí misma
había llegado a sus oídos. Ella no había querido que él lo
escuchara, y se puso un poco nerviosa.
―M-Mis disculpas. Se lo aseguro, no me parece un
mal palacio. No está mal, solo que, para el Clan Lobo, cuyo

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rápido progreso y prosperidad se ha hecho famosa incluso
en Glaðsheimr, destaca.
―Mmm. Bueno, han habido muchos asuntos más urgentes con
los que he estado ocupado hasta ahora. Pero tiene razón. Ahora que
tenemos mucha más gente allí, se ha vuelto un poco estrecho, así
que tarde o temprano deberíamos considerar expandir... *Huahhh...*
Eh, lo siento mucho por eso. ―A mitad de la frase, Yuuto comenzó
a romperse en un bostezo, luego rápidamente lo reprimió y se
disculpó.
Cuanto más hablaba Rífa con este joven, más parecía ser
exactamente como su primera impresión de él: una persona
tranquila y gentil… o para decirlo más críticamente, demasiado
despreocupada.
Ciertamente, podría haber alguna excusa por el hecho de que
era muy tarde en la noche, pero aun así, se preguntaba: ¿cómo podía
estar tan desenfocado frente a una noble imperial como ella?
No, tal vez esto es solo el estado actual de las cosas en el imperio,
pensó solemnemente.
Ya, en términos de territorio real bajo su control y soldados
reales bajo su mando, el Clan Lobo se había vuelto más poderoso
que la administración imperial que gobernaba desde Ásgarðr.
Aunque lo mismo podría no aplicarse al Þjóðann mismo, tal
vez ya no sentía la necesidad de salirse de su camino para ganarse
el favor de una simple pariente lejana del trono.
Los varios miembros de la guardia que manejaban la puerta
principal de la ciudadela y los terrenos del palacio, saludaron a
Yuuto al unísono, y llegaron a una atención nítida.
―¡Bienvenido de nuevo, señor patriarca!

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Así que él es real, al menos, reflexionó Rífa. Tenía que admitir que
en algún momento, había empezado a tener sospechas sobre si este
joven podría ser algún tipo de impostor. Por supuesto, ella era
consciente del hecho de que las personas a menudo no son lo que
parecen ser a primera vista...
Cuando el grupo pasó por la puerta, se encontraron con
una mujer increíblemente hermosa, de cabello dorado y ojos
azules.
―Bienvenido a casa, Onii-sama. ¿Disfrutaste tu paseo nocturno?
Rífa rara vez había visto a una mujer con este nivel de
belleza, inclusive entre los pasillos del palacio Valaskjálf. Incluso
Rífa se encontró temporalmente cautivada.
―Hola, Felicia, estoy de vu... Eh, ¿quizás estás, uh, enojada
conmigo o algo así? ―Yuuto comenzó a levantar la mano para
devolverle el saludo de manera casual, cuando su expresión se
tensó de repente.
Mirando a la hermosa mujer con más detenimiento, era cierto
que, si bien tenía una sonrisa elegante y femenina, había un
indicio un tanto molesto en la mirada que señalaba a Yuuto.
―Sí, un poco. ―Dijo ella― Cuando sales a la ciudad, no solo
no me llevas a mí, tu guardia personal, sino que parece que
últimamente prefieres estar exclusivamente con Kris.
―Bueno, es solo porque su habilidad es la más ideal para
caminar por la ciudad, eso es todo.
―Sí, soy consciente de eso. ―Dijo la belleza de cabello dorado
con un poco de mal humor en su tono, e hinchó sus mejillas de
una manera que era bastante linda.
Los ojos de Rífa se ensancharon.

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Esta mujer increíblemente hermosa... parecía que no le estaba
sirviendo a Yuuto por el bien o la riqueza que él podría otorgarle,
sino debido al hecho de que ella se había enamorado de él.
Incluso solo observando desde un margen como este, eso
quedó claro de inmediato, y lo que es más, la mujer parecía no
hacer ningún intento por ocultarlo.
La belleza de cabello dorado al notar por fin a Rífa, la miró
con una expresión preocupada:
―Um... Dejando eso de lado, Onii-sama, ¿quién es esta
persona? ¿Cómo debo poner esto...? Su apariencia es...
Rífa asumió que la mujer debía sentir curiosidad por los
colores extraños de su cabello y ojos, pero...
―Sí, se parece a Mitsuki, pero es una persona diferente.
―Respondió Yuuto con los hombros caídos. Una vez más, la habían
confundido con esta chica que supuestamente se parecía a ella.
―Esta es Lady Rífa, y viene de Ásgarðr. ―Dijo Yuuto― Es una
dama de la Casa Jarl, una de las Tres Casas.
―¡¿Jarl...?! ―La mujer de cabello dorado se quedó sin aliento,
luego agarró rápidamente los dobladillos de su falda e hizo una
reverencia― Aunque mi rudeza fue por ignorancia, por favor,
perdóneme. Soy Felicia, hermana menor jurada del patriarca
Suoh Yuuto del Clan Lobo, y soy la cabeza de sus hermanos
subordinados.
―Y yo soy Rífa, si perdonas la repetida introducción. Es un
placer. Espero que nos llevemos bien.
―Sí, mi Lady.

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Habiendo terminado las presentaciones básicas, Yuuto se
animó como si de repente hubiera recordado: ―Ah, es cierto. Felicia,
por favor haz que preparen una habitación para Lady Rífa.
―Sí, Onii-sama. Entonces, Lady Rífa, si quiere venir por aquí...
―Mm. ―Rífa asintió y comenzó a seguir a Felicia, quien hizo
un gesto hacia el camino que debían seguir.
Felicia comenzó a abrir el camino con pasos lentos y elegantes.
Cada uno de sus movimientos parecía fluir hacia el siguiente,
indicando su nivel de habilidad y práctica. Fue suficiente para hacer
que Rífa la deseara como su propia dama de compañía.
Luego, tal vez debido a la fatiga de todo lo que había sucedido,
una vez que llevaron a Rífa a su habitación de invitados, se quedó
rápidamente dormida.
Mientras lo hacía, su corazón todavía temblaba con
pensamientos del emocionante mundo exterior.

Después de ver a Yuuto, Felicia y Rífa entrar en los terrenos del


palacio, Kristina se quedó sola frente a la puerta principal. Luego
levantó ambas manos en el aire, como en un gesto de rendición.
―Gracias por tu arduo trabajo como siempre, hermana
mayor Sigrún. ―Dijo ella, dándose la vuelta para mirar hacia
atrás, hacia la oscuridad a sus espaldas.
―Oh, ¿entonces sabías que estaba aquí? ―Desde el interior de
esa oscuridad impenetrable, emergió silenciosamente la figura de
una joven solitaria. Llevaba un manto de piel hecho de la piel de un
gran lobo conocido como Garmr, y en la oscuridad de la noche,

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parecía como si fuera la madre vengativa del cachorro de lobo
acunado en los brazos de Kristina, que venía a recuperar a su hijo.
Era Sigrún, una hermosa y delgada chica que, sin embargo,
tenía el título de Mánagarmr, “El Lobo Plateado Mas Fuerte”, que
solo se le otorgaba al guerrero más grande del Clan Lobo.
―Bueno, sí. Técnicamente me especializo en este tipo de cosas.
―Kristina se encogió de hombros irónicamente en respuesta.
Aunque Kristina y su hermana eran ambas Einherjars, el
combate no era la especialidad de Kristina. Para cubrir esa
deficiencia cuando Yuuto se llevaba a Kristina a sus paseos por la
ciudad, Sigrún había asumido el papel de cuidarlos y protegerlos
desde las sombras.
Por cierto, la hermana de Kristina ―Albertina― era más
talentosa con un cuchillo, pero propensa a la distracción. Se
enredaría tanto con otras cosas durante una excursión, que olvidaría
por completo concentrarse en su trabajo, por lo que ya había sido
considerada un fracaso como candidata a guardaespaldas.
―Podrías ser más como la tía Felicia, ¿sabes? ―Dijo Kristina―
Si nos vas a acompañar, estaría bien hacerlo abiertamente.
―No puedo hacer una conversación interesante como tú.
―Respondió Sigrún― No quiero interponerme en la diversión
Chichi-ue.
―De todos modos, dudo mucho que Otou-sama piense en ti
como un obstáculo para empezar, hermana mayor Sigrún.
―Tienes razón. Chichi-ue es amable después de todo. Sin
embargo, soy la más consciente del hecho de que soy una mujer
aburrida. Vigilarlo desde las sombras se adapta mejor a mis talentos.

28
Sigrún lo manifestó sin rodeos y sin titubeos. Claramente, ella
no estaba diciendo esto por humildad o auto-deprecio, lo que
hacía difícil responder. Ella estaba hablando con naturalidad de
lo que creía que era la verdad.
Sigrún se había dedicado al papel de convertirse en la “espada”
de Yuuto. Probablemente estaba contenta de poder protegerlo,
sin importar cómo.
―¿Pero sabes que Otou-sama no se ha dado cuenta de esto?
―Kristina le soltó esa pregunta a Sigrún.
En otras palabras, lo que estaba haciendo Sigrún no le daría
recompensa alguna, ni en méritos o en promoción, ni en el favor
de su amado padre jurado.
Sigrún, sin embargo, respondió a esto alegremente: ―Eso está
bien. Si Chichi-ue supiera que lo estoy vigilando, seguramente no
podría relajarse como quiere.
Kristina, incluso con toda su perspicacia que le había valido el
apodo de “Pequeño Zorro”, no pudo detectar ningún rastro de
deshonestidad en las palabras de Sigrún. Su corazón parecía no
contener motivos egoístas, solo simpatía y consideración por su
amo. Yuuto y Felicia ocasionalmente hacían referencias que la
comparaban con un perro, y ahora Kristina sentía que entendía
por qué. Esta chica era verdaderamente un perro muy leal y fiel.
Sin embargo, Kristina pensó con una risita, no me disgusta eso de
ella en absoluto.
―Entonces, ¿qué necesitabas de mí? ―Preguntó Sigrún― Esta
no es la primera vez que los cuido a los dos. El hecho de que me
llamaras después de todo este tiempo significa que hay algo nuevo,
¿verdad?

29
―Se trata de Lady Rífa. ¿Qué piensas de ella?
―Ella es buena. Después de mirarla con rudeza, puedo decir
que es al menos tan fuerte como Felicia, si no más fuerte. ―Sigrún
habló con indiferencia, como si contara lo que había desayunado,
pero sus palabras no fueron nada claras en su implicación.
Felicia no era una luchadora tan fuerte como Sigrún, por
supuesto, pero al menos se consideraba que estaba dentro de los
cinco guerreros más fuertes del clan. Si alguien era más fuerte que
ella, eso era decir algo.
―Así que tenía razón, entonces... ―Kristina se llevó una mano
a la boca y pensó en silencio por un momento, frunciendo el ceño.
Rífa había estado rodeada por cinco hombres adultos y
grandes, y sin embargo, no había mostrado ningún signo de
miedo, solo indignación e ira.
Y luego, durante la caminata hacia las puertas del palacio,
Kristina había observado cuidadosamente los movimientos de la
chica. Se movía de una manera que parecía estar llena de aberturas
para un ataque, pero que en realidad no permitía ninguno.
Si Kristina intentara golpearla con un cuchillo o algo similar en
un momento de descuido, sus cálculos solo la llevaron a una imagen
en su mente: el ataque de Kristina sería evadido y contrarrestado
fácilmente, terminando con ella siendo forzada al suelo.
―Sin embargo, también parece que no ha pulido
completamente sus habilidades. ―Continuó Sigrún― Ella es como
un diamante en bruto en este momento.
―Hm, ya veo. ―Kristina asintió con la cabeza. Esas palabras
estaban acorde con ella.

30
Eso lo explica. Sentí que no sería capaz de derrotarla, pero también
tuve la impresión de que, de alguna manera, era vulnerable.
Debido a esas impresiones contradictorias, Kristina no había
podido juzgar adecuadamente el nivel de fuerza de la chica. Parece
que pedir la opinión de un experto sobre el tema, fue precisamente
la decisión correcta.
Esta chica claramente no era solo una dama noble. Y también
había algunos otros puntos que preocupaban a Kristina.
―Supongo que haré un poco más de investigación, entonces.
―Con ese comentario bajo, la figura de Kristina se fundió
silenciosamente en la oscuridad.

―¡¿Huh?! ¡¿Hay una chica que se parece a mí?! ―Mitsuki


dejó escapar un grito de sorpresa al escuchar las noticias.
Su cabello liso hasta el hombro, estaba un poco desordenado en
algunos lugares. Ya era pasada la medianoche, y acababa de
despertarse de su sueño por una repentina llamada, por lo que
no podía evitarse que estuviera un poco soñolienta.
Estaba sola en su propia habitación, por lo que se había
desabrochado algunos de los botones delanteros de su pijama con
dibujitos de perritos, exponiendo su suave escote de una manera
bastante atrevida.
Esta chica, Shimoya Mitsuki, era una estudiante perfectamente
normal de tercer año, en la escuela secundaria municipal de la
ciudad de Hachio.
Ordinaria, con una excepción: su amigo de la infancia había
sido misteriosamente transportado a otro mundo.

31
―Sí, correcto. ―Dijo Yuuto― Era como… exactamente como tú.
En serio me asusté. ―La emocionada voz de su amigo de la infancia
llegó a los oídos de Mitsuki a través del altavoz de su smartphone.
Ese tono emocionado mostraba lo mucho que esta otra chica debió
haberse parecido realmente a ella.
―Bueno, la verdad también es un shock para mí. ―Dijo
Mitsuki― Especialmente porque de repente me llamaste en medio
de la noche de esta manera.
―¡Urk! Uh, l-lo siento… Yo, uh, supongo que estabas dormida,
¿verdad?
―Por supuesto que lo estaba. ―Contestó Mitsuki
hoscamente― La falta de sueño es el mayor enemigo para la
belleza de una chica, después de todo.
Normalmente, Yuuto la llamaba en algún momento entre las
ocho y diez de la noche, y ya habían terminado su llamada nocturna
antes. A pesar de eso, de repente se contactó con ella en medio de
la madrugada, y casi la puso en pánico con la preocupación de
que algo terrible hubiera sucedido.
Así que después de enterarse de que la verdad era que, había
encontrado a una chica que se parecía a ella, estaba de humor
para castigarlo un poco.
―U-Um, realmente me siento mal por despertarte. ―Se disculpó
Yuuto― Eso es todo lo que necesitaba decirte, así que te dejaré dormir
ahora. ―Con clara culpa en su voz, Yuuto comenzó a terminar la
llamada, pero Mitsuki lo detuvo apresuradamente.
―¡Ah! ¡E-Espera! ―Dejando de lado el problema del tiempo y
la urgencia de la llamada, le preocupaba que hubiera una chica que
se pareciera exactamente a ella.

32
Además, ella ya estaba despierta ahora, por lo que cortar su
conversación de repente la molestaría mucho.
―¿Realmente se parecía tanto a mí?
―S-Sí, de verdad. El color de su cabello y sus ojos es diferente al
tuyo, pero aparte de eso, podrían ser gemelas.
―Eh, ¿en serio? Entonces... ¿me pregunto si tal vez esa persona
podría ser uno de mis antepasados lejanos o algo así?
―Ahaha, tal vez sea así.
―¿Cuál es el nombre de esta chica?
―Ella dijo que era Rífa.
―¡¿Huh?! ―Mitsuki de repente sintió como si su corazón se
saltara un latido.
―¿Hm? ¿Qué pasa?
―Ah, no, nada. Solo tuve la sensación de haber escuchado
ese nombre en algún lugar antes...
―¿Tal vez solías conocer a alguien con el mismo nombre o algo así?
―No conozco a ningún extranjero, Yuu-kun. Creo que debí
haberlo visto en Internet, pero... hmm... no, no puedo recordar.
―Mitsuki trató de buscar en sus recuerdos con su cerebro aún
somnoliento, pero no podía recordar a ninguna persona en
particular con ese nombre. Sin embargo, por extraño que parezca,
todavía estaba segura de haber escuchado el nombre en algún
lugar antes. Ese sentimiento le molestaba, como una picazón que
no se podía rascar.
―Oh, mierda, se agota la batería. ―Dijo Yuuto― Oye, realmente
lamento haberte despertado esta noche. Buenas noches, Mitsuki. Duerme
bien.

33
―¡Ah! Espera, Yuu-kun... ¡Mouuu! ―La llamada había
terminado antes de que Mitsuki pudiera responder, y arrojó su
smartphone contra su almohada, inflando sus mejillas con enojo.
Yuuto había llegado a decir su parte y colgar, y probablemente
iba a dormir bien esta noche. Pero ahora Mitsuki estaba lo
suficientemente angustiada como para no pensar que podría
volver a dormir. Parece que iba a tener que aceptar el hecho de
que estaría privada de sueño en la escuela mañana.
Soy una estudiante de tercer año que está tomando exámenes de
ingreso, ¿sabes? De acuerdo, mañana voy a tener que decirle una parte de
lo que pienso. Mitsuki resolvió en su corazón hacer precisamente eso.

En la sección más interior del palacio Valaskjálf, en la parte


superior de su torre sagrada, el Hliðskjálf, el santuario sagrado
desde el que la divina emperatriz gobernaba todo Yggdrasil,
ahora se encontraba en un estado de caos sin precedentes.
La causa era el hecho de que la maestra de este lugar
sagrado, la divina emperatriz, había desaparecido.
Y el que había sacado a escondidas al Þjóðann fuera del palacio,
no fue otro que el hombre amamantado en el mismo pecho que ella.
Era increíblemente impactante, ya que este hombre era también
el patriarca del Clan Espada, uno de los cuatro grandes clanes
militares que siempre habían asumido el papel de proteger al
Þjóðann, desde los días más antiguos del sagrado imperio Ásgarðr.
En medio del pánico y la confusión, hubo una persona que no
mostró signos de preocupación o agitación. Era un anciano tuerto
con una extraña sensación de compostura, con la mejilla apoyada en

34
una mano: ―Entonces, ¿tiene algo que decir en su defensa, Lord
Fagrahvél? ¿Alguna excusa para esto?
―Ninguna. ―Respondió Fagrahvél rígidamente, y le lanzó una
mirada penetrante al anciano― Aceptaré cualquier pena o castigo
que me sea dado. Solo deseaba escuchar y conceder la petición final
de Su Majestad, pasara lo que pasara. ―Todo sobre la apariencia de
Fagrahvél encajaba con la imagen de un guerrero joven y galante,
del tipo destinado a proteger a una dama noble, desde su brillante
armadura y espada, hasta su hermoso rostro.
El anciano soltó una breve y despectiva risa a través de su
nariz, antes de responder: ―Esas palabras de lealtad tan
alentadoras, todos estamos impresionados, pero, ¿qué hay de la
seguridad de Su Majestad?
―Le asigné dos guardianes, ambos Einherjars, de entre mis
propios subordinados personales. Tengo plena confianza en su
fuerza, habilidades marciales y carácter. Su Majestad también es una
Einherjar de runas gemelas. No debería haber ninguna posibilidad
de peligro real para ellas. ―La declaración de Fagrahvél fue
inequívocamente confiada.
Por supuesto, eso se debía a que Fagrahvél nunca podría haber
imaginado que, las guardaespaldas que había asignado, hubieran
sido paralizadas mágicamente por la divina emperatriz que habían
jurado proteger. Si lo hubiera sabido, difícilmente hubiera podido
pararse frente a estos hombres y afirmar tal cosa con tanta certeza.
Los otros hombres presentes, todas las figuras importantes
de la administración imperial, no tardaron en saltar sobre su
declaración con una ira casi triunfante.
―¡Le pido que se abstenga de escupir tal tontería!

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―¿No “debería haber” ninguna posibilidad de peligro? ¡Su
Majestad no debería estar expuesta ni al más mínimo riesgo de
seguridad!
―¡En efecto! ¡¿Cómo pretende asumir la responsabilidad de
esta situación?!
Al considerar su posición en todo esto, Fagrahvél comprendía
que tal vez era inevitable que actuaran de esta manera. Pero él no
se inmutó ante sus acalorados comentarios.
―Como he dicho, aceptaré cualquier pena o castigo.
Encarcélenme, mátenme, hagan conmigo lo que deseen.
―¡Hmph, habla como si eso fuera suficiente! ¡No presuma
que su vida comenzará a ser un precio adecuado por poner en
peligro a Su Majestad!
―¡Sí, eso es correcto! ¡Qué presunción tan insolente para un
mero patriarca de clan!
―¡Si algo le sucediera a Su Majestad, ni siquiera ejecutarlo
cientos de veces lo absolverían de ese pecado!
Fagrahvél resistió silenciosamente el torrente de gritos
despectivos que cayeron sobre él. Todo esto estaba dentro de lo que
había esperado.
Todo valía la pena; cualquier cosa valía la pena, si eso
significaba que había logrado ayudar a conceder el deseo de la chica
a la que le había entregado su vida y su espada. Si eso significaba
que él le había otorgado la oportunidad de disfrutar plenamente el
sabor final de la libertad.
De repente, las palabras de apoyo vinieron de un lugar
inesperado: ―Vamos, vamos, dejémoslo así por ahora. ―Un solo
comentario del anciano tuerto fue todo lo que hizo falta para

36
silenciar a los otros jefes vasallos. Haciendo una pausa por un
momento después de haberse calmado, el anciano los miró una vez,
y luego a Fagrahvél: ―Con dos Einherjars de las filas de Lord
Fagrahvél otorgando protección a Su Majestad, es cierto que no
hay posibilidad de peligro, salvo algo extraordinario. ¿Dijo que
ella absolutamente volvería en primavera?
―Sí, ella me lo prometió.
―Kehehehe, ingenuo como siempre. ¿Dónde hay alguna
evidencia de que tal promesa realmente se mantendrá? Es su
primera vez en el mundo exterior. A estas alturas, ella debe estar
muy cautivada por todas sus estimulantes maravillas. ¿Realmente
puede garantizar que después de eso ella volverá?
―Su Majestad entiende completamente el peso de su
posición en la vida.
―Kehehehehe, eso es algo muy extraño viniendo de usted. ―El
anciano se rió con ganas, con una mano en el estómago, como si esto
fuera demasiado gracioso para él― Solo mire alrededor suyo ahora
mismo. No puedo decir nada más que; es absurdo, que usted de
todas las personas venga aquí y diga que ella entiende el peso de
su posición. Ella realmente necesita aprender un poco más de
prudencia en su juicio.
―Debo decir que sus acciones y comentarios parecen carecer
del respeto adecuado hacia Su Majestad. ―Dijo Fagrahvél,
frunciendo el ceño hacia el anciano.
De hecho, siempre era así con él. El anciano nunca parecía
ocultar el hecho de que no veneraba a el Þjóðann como la persona de
mayor autoridad, sino que no la veía como algo más que una niña.

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Ni siquiera actuó realmente preocupado por su seguridad. Era
como si pensara que, si algo le ocurriera, simplemente podrían
reemplazarla por otra persona. Su actitud mostraba la magnitud
de la falta de respeto por la corona.
Y eso no era todo. Momentos atrás, los otros hombres de estado
de alto rango habían estado atacando furiosamente a Fagrahvél,
pero tan pronto como el anciano habló, todos se quedaron en
silencio. En este momento, todos estaban mirando hacia abajo,
apartando sus ojos. Era una prueba del hecho de que este anciano
los tenía ―y al palacio― completamente bajo su control.
Fagrahvél miró con desprecio al anciano tuerto. Y el anciano,
Hárbarth, patriarca del Clan Lanza y sumo sacerdote del sagrado
imperio Ásgarðr, se limitó a encogerse de hombros, como si no le
importara el mundo.
―Estoy sorprendido de que usted arroje dudas sobre mi
lealtad. Por qué, incluso ahora, estoy poniendo en marcha varios
planes, haciendo lo que puedo para preservar nuestro gran imperio.
Sí, por ejemplo... la erradicación de El Negro, que según se dice, un
día nos destruirá.

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39
Acto 2
―¿Hm? ¿Qué está pasando? ―Preguntó Yuuto.
Era el día después de la recepción de Rífa en el palacio.
Habiendo terminado su trabajo oficial del día y dirigiéndose a
la sala de recepción para su cena, Yuuto escuchó los sonidos de
alguien gritando fuertemente a la distancia.
Era fácil decir quién era. Podía reconocer fácilmente tanto su
voz, como su forma particular de hablar.
―¡Como he dicho, el patriarca mismo me ha dado permiso
expreso! ¡Puedo explorar los terrenos del palacio tan libremente
como me plazca!
―Entiendo, mi Lady, pero debo seguir insistiendo en que debe
traer un permiso físico para poder entrar aquí. ―Respondió un
hombre.
Yuuto corrió a la escena para encontrar, como se esperaba, a
Rífa discutiendo con los guardias de palacio.
―Ah, cierto... ―Yuuto frunció el ceño y se rascó la nuca con
torpeza. Esa mañana, Rífa le había dicho que quería educarse a sí
misma explorando y observando cosas dentro de los terrenos del
palacio, por lo que Yuuto le había dado permiso para hacerlo.
Sería difícil perderle el rastro dentro de los terrenos del
palacio, y la noticia de la situación ya había sido enviada a su
posada, por lo que pensó que estaría bien.

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Sin embargo, había olvidado decirle que este lugar en
particular era una excepción especial. Más allá de este punto,
había un área en la que no se podía permitir el ingreso de personas
ajenas. Ni siquiera a una dama noble de la familia imperial.
―¡Lady Rífa! ―Yuuto frenéticamente la llamó.
La alegría se extendió ampliamente por el rostro de Rífa, como
el sol detrás de las nubes: ―¡Ah, ahí está, Lord Yuuto! Llega en el
momento justo. Adelante, corrija a estos hombres. Dígales que tengo
permiso para entrar.
La repentina visión de esto hizo que Yuuto se estremeciera y se
tensara. Cuanto más la miraba, más le sorprendía su parecido con
Mitsuki. Yuuto era un chico, después de todo. Era vulnerable a esa
cara sonriente porque era la cara de la chica que amaba.
Debido a eso, las siguientes palabras que pronunció requirieron
una cantidad excesiva de fuerza mental para que salieran: ―Yo...
losiento. No puedo permitir que vea lo que está más allá, Lady Rífa.
―¡¿Qué?! ―Gritó.
―Es el secreto más altamente clasificado del Clan Lobo, así
que por favor, comprenda y perdóneme.
―¡Oírlo decir eso simplemente me da ganas de verlo aún más!
―Este es el único lugar que no puedo permitir...
―¿De verdad? ¿Aunque se lo ruegue? ―Rífa se inclinó hacia
Yuuto, mirándolo con los ojos hacia arriba como un cachorrito.
Yuuto involuntariamente dio un paso hacia atrás.
Honestamente, quería caer en la tentación, pero al final su
sentido de responsabilidad como patriarca ganó.
―N-No, no puedo.
―Mmmph... Si es así, tendré que forzar mi...

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Antes de que Rífa pudiera terminar su declaración bastante
preocupante, otra chica gritó desde detrás de los soldados
angustiados en el punto de control, y pasó a través de ellos para
entrar en escena. Ella tenía una expresión de exasperación.
―¡Oigan, ¿qué es todo este alboroto?!
A primera vista, esta chica se veía bastante normal, vestida
como una chica común que uno podría encontrar en la ciudad. Su
ropa estaba sucia en algunos lugares, por lo que era difícil verla
como el tipo de persona a la que se le permitiría mezclarse con
los altos oficiales del clan en el palacio. Pero esta chica ―Ingrid―
era de hecho la jefa del taller y la herrería que estaba más allá
del puesto de seguridad.
Tan pronto como ella vio a Rífa, sus ojos se abrieron con
sorpresa:
―¡Whoa! ¡¿Qué?! ―Exclamó― ¡¿Mitsuki?! No puede ser...
¡Señorita Mitsuki, ¿vino a este mundo también?! ―Ingrid conocía
cómo era la cara de Mitsuki. Antes de que Yuuto se convirtiera en
el patriarca, él e Ingrid habían trabajado juntos en la forja, y él
le había mostrado fotos de Mitsuki en su smartphone varias veces.
―Ah, no, no, no es eso, Ingrid. ―Dijo Yuuto, agitando las
manos con una sonrisa amarga y un poco triste― La buena dama
de aquí no es Mitsuki.
―Oh. Sí, supongo que ella no estaría... Espera, ¿“la buena
dama”? ―Justo cuando Ingrid comenzó a soltar un suspiro de
alivio, se dio cuenta de la forma educada de hablar de Yuuto.
Luego, miró a Rífa con renovada sospecha.
Rífa por su parte, también se había sorprendido: ―¡Vaya!
¡¿Entonces usted es Ingrid, la famosa herrera y artesana de renombre

42
mundial?! ¡A menudo he oído rumores de su habilidad, incluso
en Glaðsheimr!
―¡¿G-Glaðsheimr?!
―Ya veo, ya veo... Entonces, más allá de este punto, debe ser el
propio taller de la señorita Ingrid. ¡Oh, ahora quiero verlo aún más!
―U-Uh, um, ¿q-quién eres...?
―Oh, olvidé presentarme. Soy Rífa, nieta de Sveigðir, jefe de
la Casa Jarl.
―Ohh, la nieta de Lord Sveigðir. ―Dijo Ingrid.
―¿Lo conoces? ―Yuuto interrumpió.
Ciertamente, incluso Ingrid probablemente sabría de la Casa
Jarl, pero por la forma en que lo había dicho, parecía que
conocía personalmente al jefe de la familia.
―Es uno de mis clientes habituales más importantes, desde
hace mucho. ―Explicó Ingrid.
―Oh, ¿en serio? Supongo que es un mundo pequeño, después
de todo. O bien, tal vez no en este caso. ―Se corrigió Yuuto.
Como Rífa acababa de decir, Ingrid era lo suficientemente
famosa como para que se conociera su nombre en Glaðsheimr, y la
Casa Jarl también era conocida en todo el país como una de las
familias más poderosas. No era sorprendente en absoluto que
hubieran establecido una conexión o relación en algún momento.
Más bien, era completamente natural que ocurriera algo así.
―Sí. ―Dijo Rífa― Por qué, tomemos por ejemplo esta
espada de bronce que me entregó mi abuelo. Si recuerdo bien,
dijo que la señorita Ingrid fue la que lo forj―
―¡Gyaaah! ¡Para, paraaa! ¡No me muestres eso, por favor, no
me lo muestres! ―Ingrid gritó en un tono estridente y asustado que

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era muy diferente a su personalidad habitual de chica dura, y se
dio la vuelta, estremeciéndose visiblemente.
―H-Hey, ¿qué te pasa? ―Preguntó Yuuto, confundido por
este extraño arrebato.
―¿C-Cómo puedes esperar que vea algo así sin ninguna
vergüenza? ―Ingrid le respondió bruscamente. Eso fue suficiente
para que Yuuto entendiera un poco la situación.
Esta chica era un artesana seria y dedicada hasta los huesos,
por lo que cualquiera de las obras que vendió a lo largo de los
años, siempre habían sido de la más alta calidad.
Sin embargo, la Ingrid de hoy en día era alguien que podía
crear las Nihontou, espadas de acero de estilo japonés que podían
cortar incluso el hierro, espadas que incluso los ojos más exigentes
de Yuuto consideraban de una calidad incomparable.
Esto significaba que, las espadas de bronce inferiores, debían
parecer para ella armas de basura en comparación, por lo que le
resultaba difícil mirar cualquiera de sus trabajos anteriores. El hecho
de que ella hubiera estado tan orgullosa de ellos antes, era similar a
un pasado oscuro que preferiría fingir que nunca sucedió.
―Hm, parece que uno de los rasgos de un gran y famoso
artesano es que son realmente difíciles de complacer, debido a sus
altos estándares. ―Dijo Rífa, asintiendo para sí misma, como si
estuviera satisfecha con lo que había visto. Luego miró a Yuuto y
soltó una breve carcajada nasal: ―¡Heh! Sin embargo, no puedo
dejar de notar que esta es la tercera vez que me confunden con otra
persona. Como están las cosas, me siento más interesada en conocer
a esta otra chica, esta Mitsuki. ¿Dónde podría encontrarla?
―Ahh, bueno, ella... está en un lugar muy, muy lejano...

44
―Hmm... Ahora que lo pienso, la señorita Ingrid también
dijo algo que me llamó la atención. Que “vine a este mundo”,
¿verdad? ―Los ojos de Rífa se estrecharon y su fuerte mirada
pareció perforar a través de Yuuto.
Yuuto se estremeció un poco por su intensidad, pero luego se
echó a reír y se encogió de hombros con resignación: ―Sí, bueno,
puede que no me crea, Lady Rífa, pero en realidad vine aquí desde
un mundo diferente. ―El tono ligero e indiferente de Yuuto
expresaba tan claramente como sus palabras, que no esperaba que
ella le creyera, ni estaba pensando en intentar convencerla de ello.
Pero Rífa lo presionó para obtener más detalles. Su expresión
seguía siendo curiosa... y seria: ―Oho. ¿Cómo lo hiciste?
Por solo un instante, los ojos de Yuuto se abrieron sorprendidos
y él se quedó en silencio, pero se recuperó y comenzó a explicar:
―Um, bueno, había un santuario en mi mundo que contenía
un espejo sagrado, y creo que estaba hecho de ese metal mágico
que llaman Álfkipfer. Lo miré a través de un espejo opuesto, y en
ese momento fui transportado a este mundo. Al mismo tiempo,
en este mundo, al parecer Felicia estaba realizando el ritual
para el Seiðr “Gleipnir”.
―Hmm ya veo. ¿Tendría razón al suponer que hay un
espejo sagrado similar hecho de Álfkipfer, residiendo en algún
lugar aquí en Iárnviðr?
―¡Ah! ―Esta vez, la cara de Yuuto estalló en verdadera
sorpresa. Preguntó en voz alta y temblorosa, incapaz de suprimir
su esperanza y anticipación: ―¡¿C-Cómo lo supo?!
Rífa se rió y habló con un tono casual: ―¿Mm? ¡Hee hee!
Bueno, el corazón del imperio es el más avanzado en gran medida

45
cuando se trata del estudio de la magia Seiðr, y la energía
divina, Ásmegin, que la fortalece.
Ah, ahora que lo pienso… Yuuto recordó que Felicia una vez
le dijo lo mismo durante una de sus lecciones. Y durante su
intercambio del Juramento del Cáliz con Linnea, hubo algo
extraño en el comportamiento del representante imperial que
lo presidía, el Goði Alexis... Sus reacciones demostraban que
al menos sabía algo sobre el concepto de cruzar mundos.
―¡¿P-Podría por favor pedirle que hable conmigo en más
detalle sobre este tema?! ―Yuuto se acercó a Rífa y suplicó, con
voz desesperada― Cualquier cosa que tenga que ofrecer sería
apreciada. ¡Por favor, me gustaría aprender todo lo que sabe!
―Sabía que Alexis solo esquivaría sus preguntas; esta súplica
era ahora su única esperanza real de aprender más.
Al principio, Rífa se quedó parpadeando ante el abrupto
cambio de actitud de Yuuto. Entonces, una sonrisa maliciosa
se extendió por toda su cara: ―¿Es eso así? Bueno, si fueras
a mostrarme el taller de la señorita Ingrid, creo que eso no
estaría fuera de discusión.
―¡Urk...! ―Fue aquí donde Yuuto se dio cuenta de su propio
error. Él había sido demasiado directo y abierto con respecto a lo
que necesitaba, y ahora ella tenía la ventaja por completo.
―Bien, vamos, ¿qué será...?
―Ughh... ―Yuuto retrocedió un poco, apretando los dientes
con los labios fruncidos.
Yuuto era el patriarca de un clan, responsable de proteger las
vidas y los destinos de todos los miembros de su clan. Si se filtrara el
conocimiento clasificado que se encontraba más allá de ese corredor

46
protegido, podría poner en peligro la seguridad futura del Clan
Lobo. Eso era lo valioso que era. Sería inaceptable incluso
arriesgar la posibilidad de eso.
Sin embargo, la información sobre cómo cruzar mundos era
lo que Yuuto anhelaba, sobre todo, lo que había estado buscando
todo este tiempo. Hablando francamente, estaba desesperado por
cualquier cosa, incluso una pequeña pista.
―¡Urrrrrgh! ―Gimió― Yo... lo siento. ¡Eso es lo único que
no puedo hacer por usted! ―Después de un largo momento
atormentado por su conflicto interno, una vez más fue la identidad
de Yuuto como patriarca la que finalmente ganó. Incluso puesto en
este dilema extremo, fue gobernado por su propia autodisciplina.
Ese era el tipo de persona que era Yuuto.
―Tch. ―Rífa chasqueó la lengua en evidente decepción.
―Um, Lady Rífa, ¿hay algo más que pueda ofrecerle para que
esté dispuesta a llegar a un acuerdo conmigo sobre ello? ―Preguntó
Yuuto desesperadamente― Si hay algunos de nuestros artículos de
vidrio ornamentales que sean de su agrado, los ofrecería con
mucho gusto. ―Haciendo esta contraoferta, se arrodilló y agachó
la cabeza. A pesar de que había rechazado la demanda de Rífa,
no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.
Incidentalmente, los artículos de vidrio ornamentales
producidos por el Clan Lobo eran artículos de lujo de precios
tan altos en Glaðsheimr, que solo uno de ellos se vendía por
suficiente dinero como para equivaler a unos pocos meses de
ingresos para al menos varias docenas de personas.
―Hmph... Bueno, supongo que me reuniré con usted en esos
términos. ―Dijo Rífa.

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―Ah... E-Entonces...
―Sí. Después de todo, también estoy en deuda por su ayuda
de anoche. Vamos, compartiré con usted todo lo que sé.

―Es bastante vulgar tener que comer con las manos así,
pero... mmm, ¡debo decir que esto es realmente delicioso! ―En la
sala de recepción del palacio del Clan Lobo, Rífa expresó su
aprobación mientras comía con gran entusiasmo la comida
novedosa que se le había traído.

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49
La escena era un poco surrealista: un simple y pequeño kotatsu
en el centro de la habitación espaciosa, fue el resultado de priorizar
la efectividad sobre las apariencias. Debido a que las noches de
invierno en Iárnviðr eran demasiado frías para comer en una mesa
en una habitación sin calefacción, lo estaban haciendo aquí.
Sentado frente a Rífa, Yuuto se hundió en el calor del kotatsu
y clavó sus dientes en su propia porción de comida exótica:
una hamburguesa: ―¿Verdad?
Aquí en Yggdrasil, no había tomates, ni pimienta negra o
mostaza, por lo que era un sabor completamente diferente al que
había estado acostumbrado a comer en el Japón del siglo XXI.
Sin embargo, tenía ese sabor que solo se encuentra en la cocina
casera, lo suficiente como para que Yuuto se sintiera absolutamente
nostálgico, por lo que recientemente se había convertido en una
de sus cosas favoritas para comer.
―¡¿Qué tipo de carne está contenida en esto?! ―Preguntó
Rífa― Es tan tierna, suave y jugosa... En Glaðsheimr, he
probado casi todas las variedades de comida gourmet, ¡pero
esta es la primera vez que pruebo algo como esto!
―Ahh, eso es cerdo, mi Lady.
―¡¿Qué?! ¡¿Esto es carne de cerdo?! ¡No puedo creerlo!
¿Verdaderamente? Hmm... bueno, entonces, debe ser un espécimen
increíblemente raro. Después de todo, nunca he comido algo así.
―No, es carne de un cerdo normal, como uno puede
encontrar en cualquier lugar. ―Respondió Yuuto.
Por supuesto, consciente del hecho de que se trataba de una
dama noble, decidió guardar silencio sobre el hecho adicional de

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que se trataba de carne hecha de los trozos y pedazos que
quedaban después de la carnicería, la “carne chatarra”.
También omitió el hecho de que migajas de pan se
mezclaban con la carne cuando se hacían las hamburguesas,
y que originalmente provenían de pan sobrante, reciclado a
medida que comenzaba a volverse rancio y duro.
Aun así, dicho todo esto, hacer hamburguesas aún requería una
gran cantidad de tiempo y esfuerzo. Después de todo, el mundo
de Yggdrasil no estaba industrializado, por lo que sin ninguna
máquina o herramienta conveniente, uno tenía que hacer carne
molida y migas de pan manualmente desde cero, cada vez.
―¡Hrrm! No se atrevería a engañarme para reírse, ¿verdad?
―Rífa lo miró con suspicacia, claramente teniendo dificultades
para aceptar la explicación de esta comida.
Pero tal vez, eso no se podía evitar. Históricamente, se dice que
el antecesor de la hamburguesa, el “filete de Hamburgo”, tuvo sus
orígenes en el siglo XIII, cuando el pueblo nómada de Tartar,
inventó un plato hecho con carne cruda picada, conocida como
“Bistec de Tartar”. Esta receta se había extendido a Alemania, a
través del puerto de Hamburgo, y se hizo popular entre la clase
trabajadora, convirtiéndose en el filete de Hamburgo.
La mayoría de los ingredientes necesarios se podían obtener
en Yggdrasil, por lo que la receta se podía recrear, pero aún era
una receta de casi tres mil años en el futuro.
Después de devorar toda su hamburguesa, Rífa dejó escapar un
suspiro de satisfacción: ―Haa... Ese fue todo un banquete delicioso.
―El área alrededor de su boca brillaba con la grasa de la carne.

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Que ella la hubiera comido con tanto entusiasmo como para
terminar de esa manera, solo demostraba que, fiel a sus palabras,
realmente lo había encontrado como una de las cosas más
agradables que jamás había comido. Aunque, también era una
mancha en su dignidad como una noble dama imperial.
―Lady Rífa, por favor, tome esto. ―Felicia le pasó sutilmente
un pequeño pañuelo, incapaz de dejarla permanecer con esa
apariencia tan comprometedora.
―¿Mm?
―Um, para la boca de mi Lady...
―¡Ah! ―Rífa levantó su voz en un grito levemente
inmodesto, y luego le quitó la tela a Felicia y se frotó la boca.
Su cara y orejas estaban coloradas de un rojo intenso.
Como correspondía a una persona educada en los más altos
niveles de la sociedad, parece que realmente sentía un gran
sentimiento de vergüenza cuando estaba atrapada en un
lapsus de etiqueta inapropiada como esta.
La primera impresión que Yuuto había tenido de ella, era que
era una chica bastante arrogante y altiva, pero que también tenía
cierto aire de dignidad majestuosa sobre sí misma. Sin duda, el
tipo de persona que él podía imaginar como una “princesa”. Pero
parece que ella también tenía un lado descuidado y distraído.
Comparada con un noble que solo es digno y sofocante,
Yuuto sentía que esto podría hacer que fuera mucho más fácil
relacionarse con ella, pero probablemente era mejor no señalarlo
o decirlo en una conversación.
De acuerdo, ahora debería ser el momento adecuado, pensó Yuuto y
abordó el tema principal.

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―Ahora bien, Lady Rífa. ¿Cómo es posible que supiera que
también había un espejo sagrado consagrado en Iárnviðr?
―A-Ah, sí, eso. ¡Sí, ese es el tema por el que estamos aquí!
―Aun buscando recuperarse de su vergüenza, Rífa también
aprovechó la oportunidad para centrarse en otra cosa, y
respondió a su pregunta sin ninguna duda― Con toda
probabilidad, diría que el espejo en el mundo del que vienes
es un “espejo emparejado” al que está aquí en Iárnviðr.
―Un “espejo emparejado”, ¿dice?
―¿Sabes? Cómo, con los gemelos. Se dice que hay momentos
en que se pueden sentir unos a otros, incluso cuando están
separados y lejos. Es lo mismo. Si el mismo artesano crea dos
espejos con la misma forma exacta, siguiendo los mismos pasos
exactos, y utilizando Álfkipfer reunido de la misma área, esos
dos espejos se conectan mediante un curioso tipo de enlace.
―Para mí, esto es un conocimiento completamente nuevo.
―Dijo Felicia, parpadeando con asombro.
Anteriormente, había servido como sacerdotisa del Clan
Lobo, y se suponía que estaba bien versada en esta área.
Eso solo proporcionó evidencia adicional de la declaración
anterior de Rífa: que cuando se trataba del Álfkipfer y los
fenómenos asociados a él, el sagrado imperio de Ásgarðr tenía
un conocimiento mucho más avanzado.
―Entre algunos Einherjars, ―Dijo Rífa― aparentemente hay
incluso quienes pueden utilizar el vínculo entre estos espejos
emparejados y comunicarse de inmediato con alguien que está
lejos, usándolos.

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―¡Ah! ―Al escuchar esas palabras, Yuuto sintió un destello de
inspiración en su mente. Esa descripción coincidía perfectamente
con su capacidad para comunicarse con el lejano mundo del
siglo XXI en Japón.
―¿Oho? Parece que lo que acabo de decir le sonó. ―Dijo Rífa―
¿Debo asumir que ha establecido una forma de comunicarse
con el mundo del que viene?
―S-Sí, eso es correcto. ―Asintió Yuuto.
Con esto, al menos una parte del misterio de por qué podía
ponerse en contacto con el mundo moderno se había desentrañado.
Por supuesto, eso daba lugar al nuevo misterio de por qué uno
de los espejos emparejados estaba en Japón de la actualidad.
Rífa se quedó mirando a Felicia por un momento, frunciendo
el ceño y aparentemente sumida en sus pensamientos: ―Hmm,
aun así...
―Um, ¿qué pasa, mi Lady? ―Preguntó Felicia.
―No te quiero ofender, pero solo puedo sentir una cantidad
moderada de Ásmegin en ti, nada más. Yo diría que estás, en el
mejor de los casos, ligeramente por debajo del promedio en
términos de poder como usuaria de Seiðr, ¿verdad?
―...Sí. Paso mis días muy consciente de mi falta de
habilidad. ―Felicia miró hacia abajo, con una expresión casi
desconsolada al escuchar el comentario contundente de Rífa.
Poder usar la magia de Seiðr, en absoluto, era una habilidad
rara y valiosa para empezar, lo que significaba que todavía era
bastante digna, pero Yuuto sabía que decir eso en este punto
sería de poco consuelo para ella.

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Felicia era la que había convocado a Yuuto a este mundo, y al
no poder devolverlo, sentía un increíble sentido de responsabilidad
y culpa con respecto a eso. Él le había dicho muchas veces que ya no
tenía que preocuparse por el asunto, pero claramente no eran
sentimientos de los que pudiera separarse tan fácilmente.
―Hmm. Es solo que, llamar mágicamente a una persona a
nuestra ubicación, requiere una cantidad considerable de poder.
―Dijo Rífa― Ciertamente, he escuchado que uno puede usar
espejos opuestos para amplificar el poder mágico, y que pueden
tener el efecto de hacer que el límite entre los mundos
sea menos definido, pero... ―Rífa se volvió hacia Yuuto― Aun así,
con solo el poder de esa mujer, no debería haber sido posible.
―Um, si puedo, ¿es igual incluso si seguí todos los pasos
formales del Seiðr, culminando en un ritual completo en el
que reuní los pensamientos y emociones de todos en el
hechizo? ―Preguntó Felicia de forma bastante tentativa, pero
Rífa respondió agitando su cabeza.
―No sería suficiente, en absoluto. Incluso para alguien
como yo, no considero que pueda tener éxito en un acto tan
difícil, sola. Requeriría al menos dos Einherjars adicionales, con
todo su Ásmegin completamente canalizado como soporte.
―¿Incluso para alguien como usted...? ―Yuuto se encontró
a sí mismo interviniendo― Lady Rífa, ¿está diciendo que también
puede usar la magia Seiðr?
Ante esta repentina pregunta, Rífa se echó a reír y se inclinó
hacia atrás, sacando su amplio pecho con orgullo: ―¡Heh heh! ¡Si
debo decirlo yo misma, soy la mejor y más poderosa usuaria de
Seiðr en todo Yggdrasil!

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―O-Oh, ya veo. ―Tartamudeó Yuuto en respuesta.
Considerando eso, estoy seguro que no he oído tu nombre antes,
pensó él, pero por supuesto, optó por no decirlo en voz alta.
Como parte de su investigación sobre pistas de cómo
volver al mundo moderno, hace mucho le había preguntado a
Kristina sobre los usuarios de Seiðr más famosos y poderosos
de Yggdrasil, haciéndola hacer una lista para él. Obviamente,
el nombre de Rífa no estaba en ella.
―¡¿P-Por qué pones esa expresión?! ―Exclamó Rífa― ¡No
me crees, ¿verdad?!
―¡¿Eh?! Ah, no, eso no es verdad en absoluto... Yo, um, solo
pensé que quizás podría estar exagerando un poco, y, um...
―¿Oh? Con que es así... ―Las esquinas de la boca de Rífa
se convirtieron en una sonrisa torcida y ella extendió su
mano, justo sobre el pecho de Yuuto.
¿Qué está haciendo?, pensó Yuuto, pero su respuesta llegó
en el siguiente instante.
―¡Læðingr!
―¡Grh! ―Yuuto gruñó cuando de repente su cuerpo se
volvió mucho más pesado. Se sentía como una combinación
de peso físico, intenso cansancio y dolor en todo su cuerpo,
como si acabara de correr varios kilómetros a toda velocidad
y no le quedara absolutamente nada de fuerza.
―¡¿Q-Qué es esto?! ―Yuuto no pudo permanecer sentado,
y cayó sobre la mesa del kotatsu.
―¡¿O-Onii-sama?! ¡Lady Rífa, ¿qué le ha hecho?! ―Felicia
levantó la voz en pánico.

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Si Rífa hubiera estado sosteniendo una daga o alguna otra arma
clara, Felicia seguramente habría reaccionado de inmediato y
bloqueado el ataque. Pero la mano vacía de su oponente había
retrasado su reacción. También estaba el hecho de que ni ella ni
Yuuto habían pensado que una joven noble de la Casa Jarl,
repentinamente atacaría a uno de ellos.
En completo contraste con Felicia que estaba completamente
pálida, Rífa era la imagen de la compostura: ―¿Mm? ¿Qué?
Simplemente decidí mostrarle un poco de mi poder, eso es todo.
―Los miró fríamente, con ojos que tenían brillando adentro...
―N-No puede ser... ¡¿Runas gemelas?! ―Exclamó Felicia.
―¡¿Qué?! ―Yuuto luchó y apenas logró girar su cuello
para poder ver la cara de Rífa. Efectivamente, había dos runas
doradas flotando sobre sus ojos, que parecían ser en forma
de cruces, o tal vez espadas.
Un Einherjar de runas gemelas: eran los más raros de los raros,
y se decía que no había más de dos conocidos en todo Yggdrasil.
―Eso explica cómo podría hacer algo tan ridículo... ―Yuuto
hizo una mueca.
Con solo un gesto de su mano y una sola palabra, esta chica le
había robado a su cuerpo la capacidad de moverse libremente.
Era verdadera “magia”, como el sortilegio de algún mito.
Por supuesto, Yggdrasil ya tenía su parte de otros
encantamientos y hechizos sobrenaturales, como la magia de las
canciones Galldr, y los rituales de Seiðr. Pero por lo que Yuuto
sabía de ellos, sus efectos a menudo eran convenientes, pero
débiles o sutiles, e incluso ocasionales en su efectividad.

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Incluso algunos de los rituales de Seiðr más valiosos, tenían
un límite en sus efectos o tasa de éxito, que los ponían solo
como mejores que un efecto placebo. La diferencia entre esos
Seiðr y lo que acababa de suceder, era evidente y cruda.
Pero también tenía mucho sentido para Yuuto.
Incluso una sola runa dotaba a su portador con una gran
cantidad de protección y poderes divinos. Por esta razón, a lo
largo los muchos clanes de Yggdrasil, los Einherjars estaban
casi sin excepción, en posiciones de alto estatus o autoridad.
Un Einherjar de runas gemelas recibía esa bendición divina
dos veces. Les otorgaba un nivel de poder que trascendía los
límites de la razón de lo que se consideraba la capacidad
humana. Yuuto ya estaba familiarizado con otro Einherjar de
runas gemelas, un hombre que poseía tanto poder en bruto
que, era más apropiado llamarlo monstruo que humano.
En otras palabras, a pesar del aspecto delicado de esta
joven, ella tenía el mismo poder.
―¡E-Espere, por favor, espere un momento! ―La voz de Felicia
se disparó y su cara pálida pareció volverse verde. Ella estaba
temblando, y Yuuto podía escuchar sus dientes castañear. Ella
realmente estaba, completamente, sacudida en este momento― Se
dice que en todo el mundo, actualmente no hay más de dos personas
con runas gemelas. El primero es Steinþórr, “El Tigre Hambriento
de Batalla” del Clan Relámpago. Y la otra es aquella que heredó
sus runas gemelas a través de su línea de sangre. La persona
más sagrada y exaltada en todo el mundo de Yggdrasil...
―¡Oh, no― ¡Urk! ―Rífa trató de sofocar su propio grito
cubriéndose la boca.

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Sin embargo, eso más que nada sirvió para demostrar que
la especulación de Felicia era correcta.
Ya sin poder preocuparse por una posible falta de respeto en
este momento, Felicia señaló con un dedo tembloroso a Rífa, y gritó
con voz aguda: ―E-El Þjóðann... ¡¿La divina emperatriz, Sigrdrífa?!

El divino emperador del sagrado imperio Ásgarðr, también


era conocido como el “Þjóðann” en el idioma de Yggdrasil.
En aquel tiempo, esta persona también había sido el gobernante
soberano de todas las tierras conocidas del mundo. Y dentro
de todo el imperio y territorios de Yggdrasil, esta persona
tenía la única posición de autoridad que se transmitía oficial y
abiertamente, a través de la herencia de su línea de sangre.
La razón de esta autoridad heredada de forma única, era que el
par de runas que él poseía, también eran heredadas por la sangre.
Estas runas fueron vistas como una prueba viviente de que
Ymir, el dios primordial gigante, cuyo cuerpo formaba la base
debajo de la misma tierra de Yggdrasil, había confiado a la línea
de sangre imperial el derecho de reinar sobre el reino de los
hombres. A través de las generaciones, cada Þjóðann, sin excepción,
había albergado un par de runas doradas en sus ojos.
Debido a la autoridad otorgada por este misterio sagrado, el
Þjóðann era venerado por la gente de Yggdrasil. Los patriarcas de
clanes, también, con gratitud, juraron a la corona su reverencia y
respeto; después de todo, como señores vasallos, podían invocar el
mandato divino del Þjóðann como justificación del derecho de sus
clanes a gobernar sobre las personas en sus territorios.

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―Tch, supongo que no puedo decir que haya manera de
salirme de esto. ―La divina emperatriz que reinaba en este
momento, chasqueó su lengua y frunció el ceño con frustración―
Aun así, pensar que mi identidad quedaría expuesta después de
un solo día...
Por el contrario, Felicia estaba mucho más allá de poder
responder a la situación con algo parecido a la calma. De pie, justo
delante de ella, estaba la persona más sagrada y venerada de su
mundo. Ella se apresuró a sacar sus piernas de debajo del kotatsu, y
se arrodilló en una postura formal y humilde.
―¿E-Entonces, realmente es Su Majestad? ―Preguntó Felicia,
con su cuerpo aún incapaz de dejar de temblar por la gran emoción.
Al parecer, resignándose, Rífa dio una presentación formal:
―En efecto. No hablas con nadie más que con Sigrdrífa,
decimotercer Þjóðann del sagrado imperio Ásgarðr. ―Ella
permaneció sentada cómodamente con sus piernas en el kotatsu,
así que visualmente hablando, había una cierta falta de gravedad
real. En conjunto, era una escena bastante surrealista.
―Cuando escuché el nombre “Rífa” en la presentación de Su
Majestad anoche, simplemente asumí que se trataba de un caso de
una chica recibiendo un nombre basado en el nombre de la actual
emperatriz, para su buena suerte. ―Felicia suspiró y sacudió la
cabeza, lamentando su error ahora que lo veía en retrospectiva.
Nombrar a los hijos según las figuras más poderosas o
veneradas de la sociedad, era una práctica bastante universal a
través de épocas y culturas.

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―Bueno, no te equivocaste en eso; el nombre se basa en
el otro. ―Dijo el Þjóðann― Y puedes seguir refiriéndote a mí
como Rífa. Técnicamente, sigo viajando en secreto.
―Entonces, ¿qué propósito trajo a Su... *Ehem* ¿Qué
propósito la trajo aquí, L-Lady Rífa?
―Ya les he dicho a los dos que estoy viajando por placer y para
ampliar mis horizontes. ―Respondió Rífa con clara molestia.
Sin embargo, objetivamente, se podría decir que era un poco
injusto que ella criticara a Felicia por su pregunta. Aunque ambos
podrían ser técnicamente parte de la línea familiar imperial, había
una gran diferencia entre ser un “pariente lejano de la divina
emperatriz” y ser la emperatriz misma en términos de posición.
Era una diferencia demasiado importante como para ignorarla
en esta situación.
Un viaje de placer por una o dos semanas sería una cosa,
pero Rífa había manifestado su intención de permanecer con
el Clan Lobo hasta la llegada de la primavera. Eso significaría
que el Þjóðann estaría ausente de la capital imperial durante
todo ese tiempo. Llamarlo como mucho una cosa sin precedentes,
sería una subestimación.
Había varios aspectos de esto que preocupaban a Yuuto,
pero en este momento, había otro problema que era mucho
más inmediato.
―M-Más importante, p-por favor apresúrese y deshaga este
hechizo sobre mí, ¡por favor! ―El cuerpo de Yuuto ahora se
sentía tan pesado que no podía soportarlo más.

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Le resultaba increíblemente difícil incluso empujar la parte
superior de su cuerpo hacia arriba sobre la mesa del kotatsu. Todo lo
que quería en este momento era ser liberado de este horrible estado.
―¡S-Sí, eso es correcto! ¡Por favor, ayude a Yuuto Onii-sama!
―Felicia recordó repentinamente la condición de Yuuto y gritó
frenéticamente.
Era bastante raro que se hubiera olvidado momentáneamente
de Yuuto de esta manera, porque normalmente él siempre estaba en
primer lugar en su mente. La revelación de que Rífa era el Þjóðann
debió haber sacudido y obstaculizado en gran medida su conciencia.
Rífa respondió evitando sus ojos, y comenzó a apretar
tímidamente sus dos dedos índices: ―Ahh... bueno, eso es...
―¿Q-Qué pasa? ―Preguntó Yuuto. Tenía un mal
presentimiento sobre esto, y esperaba desesperadamente que
su intuición estuviera mal.
―B-Bueno, sucede que en términos generales, hay dos
categorías de la magia Seiðr. Hechizos que aplican poder
internamente, y aquellos que aplican poder externamente. El Seiðr
“Læðingr” que usé en ti, es uno que aplica el poder internamente.
―Correcto...
Todo esto era información nueva para Yuuto ―y bastante
intrigante, de hecho―, pero el hecho de que Rífa hubiera empezado
a hablar de esto en lugar de responder directamente a su
pregunta, solo hizo que su mala corazonada se hiciera más fuerte.
―Así que, para deshacer la técnica, uno necesitaría un hechizo
que aplique una potencia equivalente externamente, de modo
que las fuerzas opuestas se anulen mutuamente. Sin embargo...
bueno, las personas tienen diferentes aptitudes, como saben...

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―C-Correcto... ―Yuuto ya podía predecir las palabras
que escucharía a continuación. Sin embargo, él permaneció
pacientemente en silencio y escuchó, apostando sus últimas
esperanzas en sorprenderse.
―Aquellos que tienen aptitudes para magias enfocadas
internamente, tienden a ser pobres con las externas, y también a
la inversa. Soy, um, más adepta a la magia interna, ¿ves?
―Entonces, en otras palabras, ¿puede lanzar el hechizo,
pero no puede deshacerlo? ―Preguntó Yuuto con cansancio.
―B-Bueno, sí, supongo que si uno fuera a decirlo sin rodeos...
Sí. Ah, hahaha... ―Rífa trató de pasar por alto la gravedad de
la situación con una risita, rascándose la mejilla con un dedo.
Por supuesto, Yuuto no podía ignorar esto con una risa.
¡¿Qué demonios?! ¿Cómo puedes ser descaradamente tan
desconsiderada?!, gritó con indignación en su corazón, pero
intentó aplazar esos sentimientos para más tarde.
―F-Felicia, sí puedes deshacerlo, ¿verdad? ―Preguntó
esperanzado.
Felicia era una Einherjar con un equilibrio de poder y
habilidades para todo propósito, así que tal vez había una
oportunidad con ella. Yuuto giró sus ojos esperanzadamente en su
dirección, pero ella negó con la cabeza, con el rostro adolorido.
―Lo siento, Onii-sama. No puedo producir suficiente
poder mágico para igualar este hechizo...
―¿Qué...? ¿Qué se supone que debo hacer al respecto,
entonces?
―Bueno, afortunadamente el hechizo fue lanzado sin ningún
ritual, ni siquiera un conjuro. ―Dijo Rífa― Era una versión

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abreviada con menos poder. Naturalmente, debería deshacerse
por sí solo en aproximadamente una semana.
―¡¿Una semana entera?! ―La respuesta de Yuuto sonó casi
como un grito de dolor. Pasar una semana entera en este estado
de no poder mover su cuerpo sería un infierno. No podía
permitirse simplemente aceptar eso.
―¡¿N-No hay nada más que podamos hacer?! ―Gritó
desesperadamente.
―Bueno, supongo que si tuviéramos a Sigyn, la bruja de
Miðgarðr, ella probablemente podría romper el hechizo en el
lugar sin muchos problemas.
―Sigyn... ¡¿Dijiste Sigyn?! ―Yuuto gritó la pregunta casi con
incredulidad, sorprendido de escuchar ese nombre de nuevo.
Durante su batalla más reciente contra el Clan Pantera, ocurrió
un fenómeno en el que su cuerpo se había vuelto semitransparente.
En ese momento, su mente se había llenado con una visión extraña
de una mujer joven y hermosa. Naturalmente, después del final de
la batalla, Yuuto le explicó los detalles a Kristina y la hizo investigar.
Ya conocía los detalles de la identidad de la mujer. Por muy
amplio que fuera el mundo de Yggdrasil, había pocas mujeres
con dominio de las magias Seiðr a la par con Sigyn. Su nombre
ya era ampliamente conocido en toda la tierra.
Ella era la anterior gobernante del Clan Pantera, y la esposa
del actual patriarca del clan, Hveðrungr.
―Oh, así que has oído hablar de ella. ―Dijo Rífa― Escuché
que ella ha dominado el uso del Seiðr llamado “Fimbulvetr”. Es uno
de los más difíciles de todos, y tiene el poder de liberar todos los
enlaces, cadenas y restricciones. Podría romper fácilmente las

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restricciones mágicas creadas por un lanzamiento abreviado
de Læðingr.
―¿Liberar todos los enlaces? ―Repitió Yuuto, desconcertado―
Escuché que era un hechizo que podía convertir a las personas
en intrépidos berserkers.
―¿Hm? Ahh, parece que así es como lo usa actualmente. Pero
en esencia, es un Seiðr para liberar restricciones, para liberar lo
que está atado. Ella crea el efecto que conoces al usarlo para
liberar la mente y el cuerpo de la parálisis causada por el
miedo, y para liberar la naturaleza bestial interna del corazón,
de las cadenas de la mente racional.
―Ya veo... ―Al escuchar esto, Yuuto ahora también tenía
una explicación parcial de lo que le había sucedido a su
cuerpo en ese entonces.
Cuando Sigyn lanzó Fimbulvetr sobre un grupo de soldados
del Clan Pantera, parte de la energía residual debió haberse
impregnado en Yuuto, debilitando la “unión” mágica de Yuuto
con el hechizo original de Felicia, Gleipnir.
―Entonces, realmente voy a necesitar el poder de esa
mujer para volver a casa. ―Murmuró.
Si solo las ondas residuales del hechizo tuvieron un
efecto tan fuerte en él, entonces si pudiera hacer que lo lanzara
directamente sobre él, seguramente...
―Heh, es más fácil decirlo que hacerlo. ―Yuuto murmuró
para sí mismo en un tono de cansada rendición.
El Clan Pantera era su enemigo, y la mujer en cuestión era tanto
su ex gobernante como la esposa de su actual gobernante. Él no veía
ninguna posibilidad de que ella alguna vez aceptara cooperar con él.

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*¡Tuud, tuud―!*
El tono de llamada en la oreja de Yuuto se cortó casi antes
de que empezara, mientras Mitsuki lo levantaba.
―Hola, ¿Yuu-kun? ¡Buenas noches!
―Oye, buenas noches. Cielos, eres tan rápida en contestar
como siempre.
―¡Porque siempre llamas a la mismo hora, tonto! ―La voz de
Mitsuki por teléfono era brillante y animosa, casi infantilmente
enérgica.
En un nivel básico, se parecía mucho a la voz de Rífa, aún
fresca en la mente de Yuuto de su conversación en la sala
de recepción. Sin embargo, la chica del teléfono hablaba de
manera diferente, con suavidad, sin arrogancia ni rigidez.
Esta era la verdadera Shimoya Mitsuki. Esta era la amiga de
la infancia que no lo abandonó, incluso después de haber sido
transportado a Yggdrasil, que se había mantenido en contacto
con él y lo había apoyado de muchas maneras.
Yuuto habló lentamente en el teléfono desde una posición
acostada de lado: ―Tengo algo importante que informarte hoy.
Sin embargo, no estoy seguro de si realmente podría llamarlo
“buenas noticias”. Es un poco complicado. ―Estaba en su cama
en su dormitorio. Yuuto estaba sinceramente contento de que
fuera la noche de luna llena.
Tal como estaba ahora, paralizado por el hechizo Læðingr
de Rífa, no era capaz de subir las escaleras hasta la cima de
la torre Hliðskjálf, donde se guardaba el espejo sagrado.

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Pero con el poder de la luna en su apogeo, el poder del
espejo se amplificaba aún más, y la señal telefónica del mundo
del siglo XXI podía llegar hasta su habitación en el palacio. Y
Yuuto quería decirle a Mitsuki esta noticia lo antes posible.
―Ohh, ¿qué es? ―Preguntó.
―Ah, bueno, tengo que advertirte primero. No te hagas
demasiadas ilusiones. ¿Bueno?
―Eso no significa nada cuando no sé lo que me vas a decir.
Estás siendo dramático. Me vas a hacer preocupar. ¡Sólo dime!
―Creo que... podría haber encontrado una manera de volver
a casa.
―¡¿Quéééééééééééééééééé?!
Yuuto había predicho esta reacción, por lo que ya había
retirado el teléfono lejos de su oreja. Esperó a que pasara en
lugar de responder, y luego, finalmente volvió a colocar el
teléfono en su oído.
―¡¿Q-Q-Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿A qué te refieres?! ―Mitsuki ya
estaba sin aliento, salpicándolo con preguntas tartamudeantes.
―Voy a decirlo de nuevo solo para asegurarme de que estamos
claros, pero aún no puedes hacerte ilusiones al respecto, ¿de
acuerdo? Sigue sin ser una posibilidad real todavía. Es solo que
hasta ahora, no hemos tenido la menor idea de lo que tengo
que hacer o lo que funcionará, y ahora tengo un poco más de
una idea concreta, eso es todo.
―¡Eso está bien, sin embargo! ¡Eso significa que tus posibilidades
de volver a casa han aumentado, aunque sea un poco, ¿no?! ¡Apúrate
y cuéntame más sobre eso!

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―Bueno... Aunque, no está del todo claro si mis posibilidades
realmente han aumentado o no. ―Yuuto luego procedió a decirle
a Mitsuki exactamente lo que había oído de Rífa antes.
Mitsuki lo escuchó con seriedad todo el tiempo, solo
haciendo pequeñas exclamaciones para asegurarse que ella
estaba prestando atención y manteniéndose al día.
―Correcto, en otras palabras, si puedes hacer que te lancen este
hechizo “Fimbulvetr”, ¿puedes volver a casa? ―Preguntó al fin.
―Bueno, en realidad no puedo decir que lo sé con
seguridad, pero es probable.
―Entonces, solo tienes que darte prisa y… ah, la persona que lo
puede lanzar es uno de tus enemigos… ―La emocionada y positiva
voz de Mitsuki se desinfló como un globo, perdiendo toda su
energía. Probablemente, se había dado cuenta exactamente de
por qué Yuuto le había dicho que no debería tener esperanzas.
Esa desanimada caída en el estado de ánimo de Mitsuki
golpeó dolorosamente el corazón de Yuuto.
Yuuto comenzó a tener pensamientos de arrepentimiento.
Tal vez no debí haberle dicho nada en primer lugar; no ahora,
cuando solo aumentaría sus esperanzas y luego las rompería…
―¡Entonces, solo tienes que encontrar a alguien que no sea esa
persona Sigyn, que pueda lanzar ese mismo hechizo, ¿verdad?!
―Mitsuki pareció recuperar su espíritu de inmediato, y rechazó
esa sugerencia como si no fuera un gran problema.
―Uh, c-cierto. ―Yuuto se quedó estupefacto.
En realidad, no era como si Yuuto no hubiera considerado esa
posibilidad. Más bien, había sido lo primero que había pensado.
Ciertamente, no era imposible pensar que podría haber alguien más,

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capaz de usar el Seiðr Fimbulvetr. El problema era que, para
empezar, las personas que podían realizar la magia Seiðr
con éxito eran muy raras, y los vastos y dispares territorios
de Yggdrasil solo tenían medios primitivos y limitados para
enviar y recibir información. Yuuto comprendía lo difícil que
resultaría la tarea de buscar a esa persona.
Además de eso, incluso si tal persona fuera descubierta, ser
un maestro de Seiðr seguramente los convertiría en un tesoro
valioso de su clan. No sería una tarea fácil convencer a su clan
de prestar los servicios de alguien tan importante.
Yuuto entendía que Mitsuki había hecho la sugerencia sin
tener en cuenta tales asuntos. Pero a pesar de eso, o incluso a
causa de eso, estaba agradecido por ello.
El mundo de Yggdrasil era un desfile constante de crueles y
duras realidades. Centrarse solo en los detalles de esa realidad,
solo lo deprimiría. Si Mitsuki decía que era todo lo que tenía
que hacer, entonces tal vez podría hacerlo. Ese era el tipo
de sentimiento que tenía. Las palabras de Mitsuki parecieron
devolver la motivación al corazón de Yuuto.
―Sí, tienes razón. ―Yuuto asintió y sonrió suavemente―
Tengo que hacer mi mejor esfuerzo y buscarla, ¿no?
Si tuviera que enumerar sus inquietudes y preocupaciones,
habría demasiadas para contar. Pero aun así, era como Mitsuki
había dicho. Sin lugar a dudas, Yuuto había dado su primer
gran paso hacia su regreso a casa.

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A la mañana siguiente, Sigrún irrumpió en la habitación de
Yuuto, pálida de preocupación.
―¡C-Chichi-ue! ¡¿Estás bien?!
En el campo de batalla, esta chica podía mantenerse tranquila,
incluso si sus fuerzas estuvieran completamente rodeadas por el
doble de su número. Pero en este momento, ella estaba fuera
de sí. Su respiración era irregular, lo que indicaba que había
corrido hasta aquí a toda velocidad.
―Tómalo con calma, Rún. ―Dijo Yuuto. Estaba sentado en su
cama con la espalda apoyada contra la pared cercana― Es solo
un leve resfriado. Felicia está un poco preocupada, como
siempre, y me dijo que debería quedarme en la cama por ahora
y descansar. El momento más importante para curar una
enfermedad es cuando la atrapas por primera vez, según ella.
Rífa era el Þjóðann, y un hechizo lanzado por ella había
restringido mágicamente la capacidad de Yuuto para mover su
cuerpo. Estaba claro que si se filtraba algo de esa información,
causaría todo tipo de problemas. Entonces, Yuuto había consultado
con Felicia y había decidido que mantendrían todo en secreto.
Sin embargo, en secreto o no, el hecho era que Yuuto no
podía mover su cuerpo, así que para cubrir eso, había enviado
un anuncio público de que se había enfermado y que estaría
descansando de sus deberes oficiales por una semana.
―¿E-Es eso así...? ―Sigrún le dio una mirada cercana a Yuuto
para ver el color de su cara por sí misma, y luego soltó un suspiro de
alivio― Me siento aliviada al escuchar que no es nada serio.
―Luego se volvió para dirigirse a la mujer detrás de ella― Esa fue

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una buena decisión, Felicia. Después de todo, no podemos permitir
la más mínima posibilidad de que le pase algo peor a Chichi-ue.
―...Sí, tienes razón. ―Felicia ya tenía una expresión de dolor,
pero visiblemente se estremeció ante las palabras de Sigrún.
Ella tenía una tendencia a ser muy dura y crítica con ella
misma. Probablemente, se sentía responsable de esta situación
porque no había podido proteger a Yuuto.
Pero había sido un ataque sorpresa de un invitado en la
habitación sentado justo al lado de ellos, y se había producido sin
ningún indicio de hostilidad o intento asesino que pudiera haberla
alertado. Bajo esas circunstancias, no sería incorrecto decir que
incluso Sigrún o Skáviðr, ambos guerreros inigualables del Clan
Lobo en términos de habilidad marcial, habrían encontrado
increíblemente difícil predecirlo y protegerlo de ello.
Yuuto se lo había dicho bastante a Felicia antes para
intentar consolarla, pero parece que no podía evitar seguir
sintiendo una sensación de responsabilidad y arrepentimiento.
Felicia a menudo actuaba con un aire de elegancia juguetona
que la hacía parecer enigmática, pero en el fondo, era una chica
increíblemente seria.
―Si hay alguna planta o hierba, o algo similar que necesites
para medicina, dímelo. ―Declaró Sigrún― Iré a buscarlas para
ti de inmediato.
―Gracias, Rún. ―Dijo Felicia― Pero está bien. Ya tengo todo
lo que necesito.
―Ya veo... En momentos como estos, realmente te
envidio. Todo lo que hago bien es pelear...

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―¿Qué estás diciendo? Tus habilidades en batalla le han
servido a Onii-sama y lo han salvado muchas veces. Cada uno de
nosotros hace nuestro mejor esfuerzo en lo que somos mejores.
―Sí, supongo que eso es cierto... ―El rostro de Sigrún aún
era sombrío. Ella seguramente quería poder hacer algo para
ayudar a Yuuto, y seguramente se sentía frustrada por no haber
nada que pudiera hacer.
*¡Wuuun!*
El sonido revelador del lastimoso gemido de un cachorro,
de repente cortó el estado de ánimo en la habitación, y Yuuto
expresó una amplia sonrisa.
―¿Mm? Oh, ¿trajiste a Hildólfr contigo, Rún?
Mientras bajaba la mirada, vio al pequeño Hildólfr frotándose
cariñosamente la cara contra la pierna derecha de Sigrún,
suplicando su atención. Tal vez había sentido la depresión de
su madre sustituta, y estaba intentando animarla a su manera.
Este tipo de comportamiento hacía que Hildólfr pareciera
un cachorrito gris ordinario, pero en realidad era un bebé
Garmr, una especie de lobo gigante nativo de las cercanas
montañas de Himinbjörg.
Algunos días antes, Sigrún se había encontrado con el cachorro
mientras estaba en una misión para erradicar a algunos bandidos
de montaña, y ella había estado cuidándolo desde entonces.
Sigrún se puso nerviosa: ―¡¿Eh?! Uh, esto es... um, parece
que me siguió aquí por su cuenta, y...
―Oh, aunque Rún estuvo corriendo todo el camino, es bastante
impresionante para que alguien tan pequeño como Hildólfr pueda

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seguirle el ritmo. ―Felicia se rió y se inclinó para acariciar a
Hildólfr en la cabeza.
El cachorro cerró los ojos alegremente y dejó que lo hiciera.
La escena era tan cautivadora, que incluso Yuuto sintió
la necesidad de acariciar al pequeño.
―Oye, Hildólfr. Ven aquí pequeño. ―Yuuto chasqueó la
lengua y dijo el nombre del cachorro para llamar su atención, y
dejó caer una mano desde la cama, haciendo señas con el dedo.
Eso era todo lo que podía hacer sin dificultad mientras estaba
bajo los efectos continuos de Læðingr.
Hildólfr aguzó el oído y se dio cuenta, pero en lugar de
dirigirse hacia Yuuto, se tumbó en el suelo donde estaba.
―¡H-Hey, Hildólfr! ¡Chichi-ue te está llamando! ―Gritó
Sigrún.
―Ah, no te enojes, está bien. ―Dijo Yuuto con una sonrisa―
Todavía es pequeño, después de todo.
―No, es cuando aún es pequeño que debo enseñarle cómo
funcionan las cosas. ¡Vamos, Hildólfr! Ese es Chichi-ue, el jefe de
nuestra manada, no Felicia, ni nadie más. Necesitas hacer lo que él
ordena. Vamos. ―Con una expresión severa y disciplinaria, Sigrún
regañó al cachorro en un tono tan agudo como el golpe de una caña.
Hildólfr se sobresaltó con este severo tono de voz, se
levantó de inmediato y corrió hacia los pies de Sigrún.
―No, no a mí. Ve allí, con Chichi-ue. ―Sigrún señaló a Yuuto
mientras hablaba, pero Hildólfr no se volvió para mirar en esa
dirección. En cambio, miró a Sigrún y agitó la cola. Claramente no
entendía las órdenes impartidas por Sigrún. Pero eso era
comprensible, ya que era un cachorro de lobo.

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―¡Vamos, Hildólfr! ¡Escúchame!
―Realmente, está bien, Rún. ―Dijo Yuuto.
―No, pero debo... ¿Oh? ―Justo cuando estaba a punto de
discutir sus principios con Yuuto de nuevo, sin moverse una
pulgada, Hildólfr se levantó y trotó hacia Yuuto.
―¡Ohh! Sabía que eras inteligente, Hildólfr. ―Sigrún asintió
para sí misma varias veces, y parecía casi superada por la emoción.
Ella ya era muy conocida por su gran de corazón en lo que se
refería a Yuuto, pero aparentemente también era una gran fanática
de Hildólfr. Sigrún observó atentamente como una madre
cariñosa, viendo a su “hijo” detenerse junto a la cama de Yuuto.
Luego jadeó cuando Hildólfr se volvió y levantó la pata
trasera, orinando en la cama de Yuuto.
―¡Ah...! ―El tiempo pareció congelarse por un momento―
¡Detén eso de una vez, Hildólfr! ―Gritó en voz alta y se encargó
de disciplinar al cachorro de lobo con un golpe.
Pero Hildólfr se giró para mirarla con sus lindos y
pequeños ojos de cachorro e inclinó la cabeza hacia un lado,
dejando escapar un pequeño gemido desconcertado.
Sigrún se congeló en su lugar con un pequeño: “¡Urk!”
Sigrún era a menudo comparada con una flor gélida en
batalla, hermosa y fría. Pero parece que no podía defenderse
contra la ternura del pequeño. Su mano aún levantada tembló
por un momento, y luego se volvió para hablar con Yuuto:
―Yo... t-te ofrezco mis humildes disculpas, Chichi-ue. Hildólfr
ha hecho algo terriblemente ofensivo contra tí, y la responsabilidad
de sus acciones recae en mí como su maestra. Aceptaré
gustosamente cualquier castigo que me des, así que, por favor,

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perdónalo. ―Sigrún se arrodilló en el acto y le rogó a Yuuto de
una manera que en realidad era bastante rara para ella.
Fue tan repentino y tan extraño que Yuuto no pudo evitar
echarse a reír: ―¡Ahahaha! ¡Pensar que tienes el potencial de
hacer que la actual Mánagarmr del Clan Lobo ponga una
expresión tan pálida como esa! Eres un demasiado grande para
ser tan pequeño, Hildólfr. ―Yuuto se acercó para acariciar
suavemente a la cabeza del guerrero más pequeño de su clan,
dándole una recompensa por entregar resultados inesperados.
Sin embargo, Hildólfr esquivó la mano de Yuuto y luego
saltó hacia ella para morder con fuerza su dedo índice.
―¡¡H-H-Hildólfr...!! ―Sigrún dejó escapar un gemido agudo
que fue prácticamente un grito.
Esto era mucho más allá de “inusual” para ella; Yuuto no
pensó que alguna vez hubiera visto a Sigrún actuar tan mal,
o haberla escuchado hacer ese tipo de sonidos antes. Esto era
algo que ni siquiera el guerrero enemigo más robusto en el
campo de batalla había podido lograr.
―Ahh, está bien, está bien, Rún. ―Dijo Yuuto― Él sólo está
mordiendo en juego. No duele. ―Yuuto trató de tranquilizar a
Sigrún y no hizo ningún movimiento para apartar a Hildólfr,
quien había envuelto sus patas delanteras alrededor del dedo
de Yuuto y continuaba mordiéndolo.
De hecho, no dolía en absoluto; En todo caso, le hacía
cosquillas. No era un acto agresivo hacia Yuuto. De hecho, era
cariñoso.

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Sin embargo, la madre sustituta del cachorro ya estaba al
margen de sí misma, y Yuuto no pudo evitar simpatizar con
ella en este punto.
―Está bien, eso es suficiente. Vuelve con Rún ahora. ―Le dio
un golpecito con la mano al cachorro para espantarlo, pero
eso solo hizo que la parte posterior de la mano de Yuuto
pareciera otro juguete atractivo con el que jugar.
Hildólfr gruñó juguetonamente y volvió a atacar su mano.
―¡N-Nooo, detente ahora mismoooooo! ―Sigrún no pudo
soportar más de esto. Con su cara de un rojo brillante, corrió
y recogió a Hildólfr en sus brazos.
La pura desesperación con la que hizo esto fue demasiado
graciosa, y Yuuto no pudo evitar echarse a reír de nuevo. Gracias
a tener una madre como Sigrún, este cachorrito de lobo tenía
una habilidad especial para hacer las cosas interesantes.

―¡Pensar que fue y se enfermó! ¡Ese tipo es tan débil como


siempre! ―Se quejó Ingrid para sí misma― ¡Él siempre está
causando problemas para el resto de nosotros!
No estaba trabajando sobre una llama en su fragua, sino
de todos los lugares, en la cocina del palacio, removiendo el
contenido de una olla.
Y a pesar del tono de su voz, se había apresurado a
preparar unas gachas de trigo caliente para el joven, tan pronto
como se enteró de su estado. Como siempre, ella era una
chica cuyas acciones a menudo iban en contra de sus palabras.

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―Mm... ¡bien! ―Dándole una última prueba de sabor,
Ingrid asintió para sí misma con satisfacción.
Había resultado maravillosamente. Ella había mezclado
muchas hierbas medicinales diferentes y otros ingredientes
altamente nutritivos, pero fueron proporcionados por expertos
para que el resultado aún fuera delicioso.
Esto era solo lo que se esperaba de Ingrid, una genio cuando se
trataba de hacer cosas a mano. Ella podría llevar sus talentos
plenamente para destacarse incluso en el campo de la cocina.
―Hee hee, dicen que si quieres capturar el corazón de un
hombre, debes comenzar con su estómago. Ese tipo tendrá que
verme bajo una nueva luz después de comer esto.
Ingrid apagó el fuego y recogió el contenido de la olla en
un cuenco de madera, luego se apresuró hacia la habitación
personal del joven de cabello negro.
―¿Quién sabe? Quizás en el instante en que lo coma diga:
“¡Ingrid, casate conmigo!” ¡Heh heh! Eheheheh... Sí, claro. ―Sus
rasgos se aflojaron en una sonrisa mientras fantaseaba, pero de
repente se volvió bruscamente, y ella se desplomó tristemente
sobre sus hombros. En verdad, las agitadas emociones de esta
chica la mantenían bastante ocupada.
En poco tiempo, llegó a la puerta de la habitación de Yuuto,
pero justo cuando estaba a punto de golpear ligeramente la puerta...
―Ahora, Onii-sama... por favor, vamos y quítate la ropa~.
―Bien.
...El contenido indecente de la conversación que escuchó desde
el interior de la habitación, hizo que Ingrid se congelara en su lugar.

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―Comparado con hace dos años, ciertamente te has vuelto
muy musculoso. ―Dijo la voz de la mujer admirablemente.
―¿De verdad? Bueno, supongo que no te equivocas.
―Tee hee, y esta parte de ti ciertamente se ha vuelto más
robusta, también~.
¿Qué demonios significa “esta parte”? ¿Ella quiere decir eso? ¡¿Ella
está hablando de eso?! Parece que era Felicia, quien estaba allí en
la habitación con él.
Felicia era la guardaespaldas personal de Yuuto y además
su ayudante. No era raro que ella estuviera con él en privado.
Esa parte no era extraña, pero...
―¡Y es tan grande!
―Uhh... bueno, supongo que en comparación con la persona
promedio en Yggdrasil, eso podría ser cierto.
―Por favor, acuéstate, Onii-sama~. Me encargaré del resto.
―Mm-hm, gracias.
―Entonces, voy a empezar. Tee hee, ¿cómo es? ¿Se siente bien?
―Mm, sí, es genial~.
―¿No es demasiado suave o demasiado fuerte?
―En ese caso, ¿podrías hacerlo un poco más duro?
―Entonces, ¿así...? ¿Qué tal ahora?
―Mm, sí, eso realmente se siente bien~.
¡¿Q-Q-Qué están haciendo esos dos, haciendo eso en medio del
maldito día?! ¡¿Y qué demonios, Yuuto?! ¡¿No se suponía que te estabas
guardando para la chica que amabas?!
Pero la sorpresa de Ingrid por esto fue leve en comparación
a cuando escuchó las siguientes palabras de Felicia.
―Bueno, entonces, ¿te gustaría intentarlo también, Ephy?

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―¡B-Bien! ¡Por el bien de Goshujin-sama, haré lo mejor que
pueda!
―¡Espera, esperaaa! ¡Detente ahí mismooo! ―Gritó Ingrid―
¡¿Qué demonios estás planeando hacerle a una niña, Yuuto?!
―Incapaz de contenerse, Ingrid abrió la puerta con un fuerte
golpe y entró en la habitación.
Al principio, ella había decidido abstenerse de entrometerse
con Yuuto y Felicia, porque ambos eran adultos según los
estándares de Yggdrasil. Pero por supuesto, lo segundo sonaba
como si estuvieran incluyendo a una niña pequeña en sus
asuntos privados. Era indignante más allá de las palabras.
―¡Incluso si los dioses te perdonan, te aseguro que sacaré esa
maldita perversión tuya de inmediato... de... ¿Eh? ―Ingrid dejó
que su furia la llevara a la habitación y alimentara sus gritos, pero
su reprimenda perdió rápidamente todo su impulso a la mitad.
―¿I-Ingrid...? ―Yuuto estaba sentado allí en la cama,
parpadeando hacia ella, estupefactamente.
Se había quitado su túnica y su camisa, así que su parte
superior del cuerpo estaba desnuda. Sin embargo, la parte
inferior todavía estaba vestida.
Ephelia y Felicia también estaban bien vestidas.
Ephelia estaba mirando en dirección a Ingrid, sorprendida,
y en sus manos sostenía una toalla que había presionado contra
la espalda de Yuuto.
Ya que Yuuto estaba acostado enfermo, las dos habían estado
limpiando su cuerpo con una toalla mojada en lugar de un baño.
Ese fue el punto de partida para esta situación, al parecer.
A un lado, Felicia sonreía con deleite y sofocaba las risitas.

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Pensando esto en retrospectiva, Ingrid se dio cuenta de que no
había forma de que una guardaespaldas experta como Felicia, no
hubiera sentido su presencia fuera de la puerta. Al darse cuenta
de que había sido engañada en esta situación, Ingrid sintió que
todo el calor de su cuerpo se precipitó hacia su cara.
―¡T-T-Toma, hice papilla, así que cómetela! ¡B-Bien, adiós!
―Con solo esas palabras tartamudeadas, Ingrid huyó de la
habitación como un conejo asustado.

―...Y eso es lo esencial de lo que pasó. No puedo creerlo, esa


maldita Ingrid... ¿Qué tipo de persona cree que soy? ―Era de
noche, y Yuuto estaba contándole los eventos del día a Mitsuki por
teléfono. Personalmente, él lo consideraba tan tonto que en realidad
era una historia divertida, y esperaba que Mitsuki también se riera...
Sin embargo, su amiga de la infancia reaccionó con bastante
frialdad: ―Uh huh. ―No había ninguna inflexión en su voz en
absoluto. Era perfectamente monótona y plana.
―Er... ¿huh? ¿No crees que es gracioso?
―Yuu-kun, eres un marrano.
―¡Espera! ¡Acabo de terminar de decírtelo! ¡Esa es la razón por
la que tuve a alguien limpiándome, así que no soy un marrano!
―¡Pero esa…! ¡Esa no es razón para que Felicia-san y Ephelia-chan
hagan ese tipo de cosas…!
―¡No tenía elección! ¡He estado atrapado en la cama por
dos malditos días, ¿sabes?! ¡Mi espalda y mis hombros estaban
empezando a sentirse súper asquerosos!
―Ugh… Eso podría ser cierto, pero, ¡pero…!

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―Es exactamente lo mismo que las enfermeras te hacen en
el hospital, ¿verdad?
―Hospital… no me digas, no dejaste que se ocuparan de todas
tus necesidades, ¿verdad?
―¡Oye, por supuesto que lo rechacé! ¡Dibujé una línea!
―¡Entonces, ¿se ofrecieron?!
Bajo la luz de la luna, la conversación de Yuuto y Mitsuki se
volvió más animada y más feliz por su falta de importancia.

Al mismo tiempo, en la habitación de invitados de Rífa en


otra parte del palacio, ella estaba recibiendo una visita.
―¡Lady Rífa! ¡Está a salvo! ―En cuanto entró en la habitación,
la guerrera de cabello corto gritó y corrió llorosamente para
arrodillarse frente a Rífa. El alcance de su preocupación era evidente
por lo torcido que estaba su rostro ahora, en su abrumador alivio.
Sentada en la cama, Rífa se estremeció mientras tartamudeaba
una respuesta: ―O-Oh, eres tú, Erna. Yo... lo siento por lo de antes.
Esta guerrera, Erna, era la guardaespaldas de Rífa y la asistente
en su viaje, y unos días antes, su cuerpo había sido paralizado por
un hechizo Seiðr que Rífa le había lanzado. Ahora, a pesar de ese
acto, Erna estaba aquí regocijándose por la seguridad de Rífa.
Era suficiente para hacerla sentir muy culpable.
―F-Fagrahvél elige bien a sus subordinados directos. ―Dijo
Rífa― Aunque fue improvisado, mi hechizo era poderoso. ¿Ya
te has liberado de eso?
―Hasta cierto punto, sí. Aunque me temo que todavía estoy
lejos de mi forma habitual de pelea. ―El discurso de Erna era

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respetuoso, pero hubo un poco de agudeza en su inflexión. Parece
que aún abrigaba algunos malos sentimientos hacia lo que Rífa
le había hecho. Por supuesto, habría sido extraño para ella no
preocuparse en absoluto por ello.
―¿Qué hay de tu compañera, Thír? ―Preguntó Rífa con un
aire de culpabilidad.
―Debido a la situación en la que está, ella ha vuelto a
buscar nuevas instrucciones de nuestro maestro y patriarca.
―¡L-La situación no es tan grave! ―Gritó Rífa.
Nunca había querido que sus acciones fueran más que un
poco traviesas, por lo que el escuchar esto fue un shock y
gritó reflexivamente con voz aguda.
Ese arrebato fue demasiado repentino y estresante.
―Ughh... ―En el siguiente instante, Rífa se sintió mareada
y se desplomó contra la pared detrás de ella.
―¡¿L-Lady Rífa?! ―La voz de Erna se elevó en pánico.
Rífa extendió una mano para tranquilizarla: ―N-No te
preocupes. Es solo la reacción del uso de demasiadas magias
Seiðr en tan poco tiempo. ―Sin embargo, toda la sangre se había
drenado de la cara de Rífa, y su respiración era irregular.
Las runas gemelas que portaba Rífa, le daban acceso a un
enorme poder mágico que la diferenciaba de todas las demás
personas en el mundo. Pero su cuerpo, mucho más débil y frágil
que el de una persona normal, no podía soportar el increíble
volumen de estrés que se ejercía al usar ese poder. Cada vez
que usaba su poder imprudentemente, terminaba arruinando
su salud, tal como lo había hecho ahora.

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―Hehe, estaba tan emocionada por el mundo exterior, que
me dejé llevar un poco conmigo misma.
―Realmente lo hizo. ―Erna la regañó― Honestamente, Lady
Rífa, usted es la persona más importante de Yggdrasil. Por
favor, muestre más cuidado consigo misma.
―Haha, tienes razón. Entonces, aunque no es como una
dama, creo que me recostaré un poco.
―P-Por favor, permítame que la ayude. Con su permiso.
―Erna se apresuró para apoyar a Rífa, sosteniéndola en sus
brazos. Como se esperaba de un Einherjar, los delgados brazos
de Erna tenían una gran fuerza a pesar de su apariencia.
Erna bajó suavemente a Rífa a una posición acostada, y luego
la miró por encima de su cara, desde cerca.
―Parece que también tiene fiebre. ―Dijo con preocupación.
―Mm, parece que sí. Verdaderamente, qué débil excusa de
cuerpo tengo. ―Rífa se burló amargamente, con un poco de
desprecio. Aparentemente, ella también había contraído una
enfermedad debido al estado ya debilitado de su cuerpo. Tendría
que pasar varios días en cama descansando y recuperándose.
Por supuesto, considerando que había forzado a tres
personas diferentes a estar en el mismo estado, quizás se
podría llamar a esto como cosechar lo que había sembrado.
―Um, Lady Rífa... ―Dijo Erna vacilante― Tomando en
consideración la cuestión de su cuerpo, tal vez sea la mejor
idea, después de todo, regresar a Glaðsheimr tan pronto como
esté lo suficientemente bien como para viajar.
―¡¿Qué?! ―La cara de Rífa cambió de color. Agarró
violentamente el brazo de Erna, con una fuerza impensable para

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alguien débil con una enfermedad, y suplicó con una voz que
era prácticamente un gemido de dolor― ¡Espera! ¡Se suponía
que mi viaje duraría hasta la primavera!
―S-Sin embargo, Lady Rífa, su cuerpo esta...
―¡Estaré bien con esto en cuestión de días! ¡De todos
modos, no regresaré a Glaðsheimr hasta la primavera!
Erna fue temporalmente superada por la fuerza anormal
del espíritu de Rífa: ―E-Esta bien...
Esta era su primera y última oportunidad de ver el mundo
exterior, y no se conformaría con permitir que esto terminara aquí
y ahora. Ella era intensamente impulsada por esa motivación.
Si bien eso no sería un problema si ella pudiera escuchar los
consejos de sus protectoras, ella había nacido en la vida de una
princesa. No podía evitarse, pero mostraba su lado más egocéntrico
y egoísta a veces. Más bien, ni siquiera era realmente consciente de
que estaba siendo egoísta.
―Entonces, por lo menos, ¿no vendría conmigo al Clan
Espada? ―Suplicó Erna― En este momento, Thír no está
con nosotras, y debo protegerla sola. Es demasiado peligroso
permanecer aquí en el palacio del Clan Lobo.
―¿Hm? No hay nada peligroso en este lugar. De hecho,
la gente aquí me ha tratado muy bien.
―No debe dejarse engañar, Lady Rifa. El patriarca del Clan
Lobo, este “Suoh Yuuto”, es conocido entre sus vecinos de la
región como Hróðvitnir, “El Lobo Infame”. Como su nombre lo
sugiere, es un hombre lleno de codicia y ambición, que expande
rápidamente su territorio e influencia. Es demasiado peligroso.
―Hmm... pero no parecía nada de eso a mis ojos.

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En las interacciones de Rífa con Yuuto en los últimos días, su
impresión sincera era que, después de tantos rumores, era una
completa decepción. Era para todo el mundo, un joven tranquilo
y amante de la paz.
Incluso después de saber que Rífa era el Þjóðann, no había
mostrado ningún indicio de algún plan ambicioso, y ella se
había asegurado de prestarle mucha atención.
Incluso ahora, estaba completamente acostado en la cama
por un mero lanzamiento abreviado del hechizo Læðingr. Si se
suponía que alguien como él sería El Negro, la gran calamidad
que destruiría al imperio, entonces Rífa no tenía dudas.
―¡Es por eso que estoy diciendo que no debe permitirse
ser engañada! ―Exclamó Erna― Escuché que ese hombre
recientemente se llevó a un grupo entero de hermosas mujeres
con él, a un viaje a las aguas termales locales. Seguramente
solo está haciendo el papel de una oveja apacible ahora frente
a usted para que baje la guardia.
―Ah, es un lobo con piel de oveja, entonces. ―Rífa se
encogió de hombros y rió débilmente.
―¡Insisto en que esto no es cosa de risas!
―Lo sé, lo sé. Pero, hmm, sí. Es cierto que muchas de las
mujeres que lo rodean lo adoran de forma extraña.
Su hermano de leche, Fagrahvél, había dicho una vez que
para juzgar el verdadero carácter y potencial de una persona,
uno debe mirar a las personas que la rodean.
La chica llamada Kristina que había conocido la otra noche,
había sido muy inteligente y atenta a pesar de su corta edad.

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Felicia también era práctica y refinada en sus modales y
atención a los demás, lo suficiente para que Rífa quisiera
tenerla como su propia dama de honor.
Según algunas de las historias que había escuchado mientras
deambulaba por los pasillos del palacio, la líder de las fuerzas
especiales de élite de Yuuto, era una chica llamada Sigrún, a la
que llamaban la “Mánagarmr”, el título del Clan Lobo para su
guerrero más fuerte. Parece que ella había sido la que mató al
patriarca del Clan Pezuña, Yngvi, el hombre conocido como
Yngfróði, “El Señor de la Abundancia”, por su conquista de
vastas extensiones de territorio fértil.
La renombrada maestra artesana, Ingrid, no necesitaba más
mención.
Era difícil imaginar que estos increíbles personajes se
reunieran para servir al pie de un joven ordinario y aburrido.
Tenía que haber algo más con él. Algún otro aspecto que Rífa
aún tenía que presenciar. Y hasta que no pudiera averiguarlo
por sí misma, no podía regresar a la capital imperial,
independientemente de lo que dijeran los demás.
De hecho, fue con este propósito que Rífa había tomado
su decisión de abandonar la capital en primer lugar.

―¡M-Me rindo! ―Sentado sobre su caballo, Váli levantó


ambas manos en señal de rendición, por la punta embotada
de una lanza presionada contra su garganta.

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Váli era un Einherjar con la runa Hrímfaxi, “La Melena de
Escarcha” y un héroe entre los hombres del Clan Pantera de
Miðgarðr, alabado por su valentía y habilidad en batalla.
Y no era meramente por hablar. En la guerra anterior contra el
Clan Lobo, había ido cara a cara contra Skáviðr, el Asistente del
Segundo al Mando del Clan Lobo y el hombre que una vez había
portado el título de Mánagarmr. Váli había luchado en igualdad
de condiciones contra ese hombre, e incluso logró herirlo.
Sin embargo, un guerrero de tal habilidad y renombre ahora se
veía obligado a admitir una derrota tan absoluta y tan completa que,
no había ninguna excusa posible que le permitiera salvar su
reputación. Y para colmo, su oponente era alguien que ni siquiera
había pasado un mes entero aprendiendo a montar su caballo.
―¡Uf! ―Dijo su oponente― Contenerme contra mi oponente
para no romper su arma es realmente difícil, y también muy
agotador.
―C-Contenerse... ―Váli podía sentir su cuerpo temblando
mientras su orgullo como guerrero era herido aún más.
Hubiera sido mucho mejor si eso fuera solo el alarde de
su oponente y el insulto nacido de su vanidad. Pero no, Váli
sabía que las palabras del joven eran la verdad sin adulterar,
y estaba hablando honestamente en serio.
El joven pelirrojo sentado encima de la espalda del caballo
frente a él ―Steinþórr― era el patriarca del Clan Relámpago y
el hombre conocido como Dólgþrasir, “El Tigre Hambriento de
Batalla”. Era un Einherjar no con una, sino con dos runas.
La primera era Megingjörð, “El Cinturón de la Fuerza”, que
amplificaba y extraía el potencial físico de la fuerza y agilidad de su

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cuerpo hasta su límite. Y la segunda era Mjǫlnir, “El Destructor”,
una runa especializada en el poder de romper cosas.
Él debió haber estado suprimiendo el poder de la última
runa a lo largo de esta batalla simulada. Después de todo, si
rompiera el arma de su oponente de inmediato, la lucha
terminaría y no serviría para su propósito como entrenamiento.
―Pero hombreee, es una locura cuanto se siente como si
mi cuerpo y mis sentidos se volvieran más apagados después
de todo ese tiempo dedicado a descansar para curarme. ―Se
quejó Steinþórr― Esto se siente como, um, ¿sesenta por ciento
de mi fuerza habitual?
―¡¿E-Eso fue solo... el sesenta por ciento...?! ―Cuando el
susurro de Váli llegó a sus propios oídos, estuvo seguro haber
escuchado el sonido del orgullo acumulado durante toda su
vida como guerrero, desmoronándose como una pared rota.
El arma especial de Váli era el arco. Si hubiera luchado este
combate con un arco y una flecha, no habría manera de
que hubiera perdido así. Intentó desesperadamente forzarse a sí
mismo a creer eso, pero por más que lo intentara, todo lo
que podía imaginar en este momento era que todavía habría
sufrido una derrota a manos de este joven pelirrojo.
¡¿Qué demonios es él?! ¡Es como un maldito monstruo!
―Padre, te pido que dejes de hacer comentarios como esos
sobre la batalla, por el bien de tu oponente. ―Gritó un joven
extraordinariamente alto al margen de la pelea, con una expresión
de dolor. Sus ojos estaban claramente llenos de simpatía por Váli.

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Eso en sí mismo fue suficiente para dañar aún más la
autoestima de Váli, pero en esta situación, argumentar en voz
alta solo sería patético.
―Y Váli, por favor, no te preocupes demasiado por esto.
―Continuó Þjálfi― Si un hombre y un tigre se enfrentan en un
combate, no hay vergüenza alguna si el tigre es más fuerte
en sus golpes o más rápido en sus pies. De hecho, no hay
vergüenza en no poder ganar en una pelea directa. Incluso si,
por ejemplo, el tigre solo jugaba.
―¡Ngh...! ―Para Váli, esa última observación sonaba como si
estuvieran frotando sal en sus heridas, pero el hombre alto llamado
Þjálfi le estaba hablando con una mirada sincera y seria.
―La sensación que estás experimentando en este momento es
algo que conozco bien. Muy, muuuy bien. Hubo una vez cuando yo
también desafié a mi padre cuando él no era más que un niño de
trece años, y perdí tan espectacularmente que ni siquiera se sentía
real. ―Cuando Þjálfi dijo esto, cerró los ojos por un momento.
Luego los abrió y le dio a Váli un solo y lento asentimiento.
Þjálfi también era un Einherjar, con la runa de Tanngrísnir, “El
Gruñón”. Váli sabía que en esta región, era un guerrero respetado
conocido por el alias: Jarnglófi, “El Guantelete de Hierro”.
Un hombre así había perdido contra un mocoso de solo trece
años. Váli solo podía imaginar lo humillante que debió sentirse.
―Este hombre ante ti es especial. ―Dijo Þjálfi― En verdad,
no necesitas preocuparte por esta derrota.
―...Entiendo. ―Dijo Váli lentamente. Él eligió tomar en
serio las palabras de Þjálfi.

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Eran las palabras de un hombre que, en cierto modo, ahora
era un compañero con el que compartía el mismo destino.
Hablando francamente, era difícil pensar en Steinþórr como
un humano después de su lucha.
El patriarca del Clan Lobo finalmente lo derrotó durante una
batalla desatando una corriente de agua de inundación que lo
arrasó, una táctica increíblemente novedosa que desafiaba la
imaginación. En efecto, para Váli, ahora parecía que solo algo tan
drástico en escala podría derrotar a un monstruo como Steinþórr.
En cuanto al monstruoso joven en cuestión, gritó con una
voz alegre, sin haber pensado en los sentimientos internos de
los otros dos Einherjars, cuyo orgullo había destruido: ―¡Oye,
Þjálfi, esta cosa del estribo es realmente genial!
El estribo: era un invento que había sido compartido con ellos
por el hombre ahora conocido por el alias de Grímnir, “El Señor
Enmascarado”, el patriarca del Clan Pantera: Hveðrungr. También
fue un factor determinante en la reciente expansión y conquista
de su clan, desde las áreas del norte de Miðgarðr, hasta las
partes occidentales de la región de Álfheimr.
El diseño del estribo era bastante simple, pero al usarlo, las
personas podían estabilizar sus pies fácilmente mientras montaban
sobre un caballo. Esto les permitía mover armas cuerpo a cuerpo
mientras mantenían su equilibrio. Era tan novedoso y revolucionario
que no sería exagerado llamar a este ítem una victoria por concepto.
Era solo una de las tecnologías que el Clan Pantera le
había dado al Clan Relámpago como regalo de amistad, a un
nuevo aliado con quien su patriarca había hecho el Juramento
del Cáliz de los hermanos.

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Por supuesto, al final, las personas del Clan Relámpago eran
habitantes de la ciudad, nacidos y criados en comunidades
asentadas. Váli había estado seguro de que incluso si a los
combatientes de ese clan se les dieran estribos, seguramente
no podrían usarlos con todo su potencial.
Sin embargo...
―¿Es posible que hayamos tomado a un monstruo y lo
hayamos hecho mucho más poderoso, tanto que ahora nadie
puede derrotarlo...? ―Una gota de sudor frío corrió por la
espalda de Váli, y se estremeció.

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Acto 3
―¡Feliz año nuevo! ―Las voces de la multitud reunida, se
levantaron como una sola cuando gritaron el saludo formal.
Este era el día en que se realizaban fiestas y celebraciones
en todo Iárnviðr para celebrar la llegada del nuevo año.
El Festival de Año Nuevo también era una ocasión religiosa
dedicada a orarles a los dioses por la prosperidad y el progreso
del Clan Lobo, igualmente a la par con el Festival de Oración
por la Fertilidad en la temporada de primavera, y el Festival de
la Cosecha en el otoño.
Aquí, en los terrenos del palacio, en el santuario religioso en
la parte superior de la torre sagrada Hliðskjálf del Clan Lobo,
todos los miembros del clan de mayor rango se reunieron en
celebración, con la excepción de Skáviðr.
Incluso personas que normalmente se encontrarían asignados
en otro lugar, estaban presentes: como Olof, el gobernador de
Gimlé, y Alrekr, comandante del Fuerte Gnipahellir.
Yuuto asintió y le devolvió el saludo formal a su clan:
―Gracias y feliz año nuevo.
Debe decirse, sin embargo, que esa misma mañana, cuando
revisó su smartphone, la pantalla LCD mostraba que la fecha
era el 31 de enero. De hecho, él ya había intercambiado los
saludos de Año Nuevo con Mitsuki hace un mes.

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El calendario lunar utilizado en Yggdrasil tenía
aproximadamente un mes de descanso del calendario solar que
era estándar en el Japón del siglo XXI.
Yuuto continuó su saludo en una dirección formal: ―Gracias a
cada uno de los estimados hombres y mujeres que se encuentran
aquí, el año anterior se convirtió en un año de gran progreso para
nuestro Clan Lobo. Como señor de este clan y como patriarca,
déjenme decirles que estoy orgulloso de ustedes. El próximo año,
puede que nos esperen muchos y diversos desafíos, pero me
complacería que todos continúen prestándole su apoyo a este
joven e inexperto gobernante como lo han hecho hasta ahora. En
reconocimiento a sus esfuerzos diarios, y como una expresión
de mi aprecio por su trabajo, he preparado esta humilde
colección de alimentos y bebidas espirituales para ustedes. Por
favor, disfrútenla al máximo.
Yuuto honestamente lo pasaba mal cuando se trataba de
itinerarios ceremoniales como este. Para preservar la dignidad
de su posición como patriarca, tenía que hablar de una manera
auto-importante que le resultaba incómoda.
Sin embargo, estaba completamente bien hablando con
autoridad durante la batalla y otras situaciones desesperadas,
cuando no había tiempo para que él pudiera permitirse tales
sentimientos.
Además, debido a que se trataba de una ceremonia importante
y pública, no podía usar su habitual y ligero atuendo negro;
en cambio, vestía túnicas blancas más pesadas y ceremoniales.
Había accesorios ornamentales en su cabeza, cuello, brazos y
similares, todos hechos de oro puro, y bastante pesados.

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Era un dolor en el trasero, pero este tipo de cosas también
formaban parte de su trabajo como patriarca.
Yuuto respiró hondo, en preparación para la última línea final
de su discurso:
―Ahora, levanten sus copas! ¡Salud, por el Clan Lobo!
―¡¡Salud!!
Yuuto levantó su copa en el aire, y sus subordinados también lo
hicieron. Luego, se giraron y golpearon los bordes de sus copas de
metal contra los de sus hermanos, y el fuerte tintineo metálico llenó
el aire del santuario. Todos terminaron el brindis tomándose sus
bebidas de una vez, y en el siguiente momento, el salón del
santuario estuvo lleno de ruidos de celebración.
Yuuto escudriñó la multitud, viendo a sus hijos jurados
disfrutando de sí mismos, y con una sonrisa en su rostro...
―Mierda. Lo sabía. ―Su expresión se congeló cuando vio a
una persona en particular.
En un rincón, sentada aparte, el aire parecía caer
deprimentemente sobre ella. Para los ojos de Yuuto, casi parecía que
había un aura negra de desesperación girando a su alrededor.
―Heh… hee hee hee… hee hee hee hee… ―Felicia estaba murmurando
bajo y riendo para sí misma, si es que alguien realmente podía
llamarle a eso una risa― Y ahora, tengo por lo menos veinte años de edad...
En la cultura de Yggdrasil, todos cumplían años juntos, el
primer día del año nuevo, en lugar de cumplir en sus días
individuales de nacimiento. En otras palabras, hoy Felicia había
entrado en sus veinte.

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Las personas cercanas a ella parecieron comprender la situación
y, en silencio, dejaron sus asientos, corriendo para unirse a
conversaciones interesantes con amigos que de repente recordaron.
Por eso, la chica se veía más sola allí por sí misma.
Esto no era bueno.
―¡Felicia! ―Yuuto la saludó con la mano, llamándola.
En realidad, él hubiera preferido acudir a ella, pero durante
una ceremonia como esta, que el patriarca se retirara de su
asiento para hablar directamente con uno de sus subordinados,
era el tipo de acción que podría causar problemas.
―¿Qué pasa, Onii-sama? ―La voz de Felicia era
normalmente tan cálida como un día soleado de primavera, pero
hoy era sombría y oscura. Yuuto estaba tan familiarizado con
su voz habitual, que esto lo sacudió un poco.
Últimamente, el tipo de comentarios que había hecho sobre el
tema eran más resignados e incluso en broma. Pero al final, parece
que en realidad, tener el número de decenas de su edad
aumentando, generaba muchos sentimientos diferentes con los que
le era difícil lidiar. Dicho esto, aunque ella tenía “veinte años”,
eso se debía a la forma en que se contaba la edad en Yggdrasil.
En el Japón moderno, apenas habría cumplido dieciocho años
el día de su nacimiento una semana antes.
Para Yuuto, no parecía ser algo por lo que debería sentirse
tan mal, pero aquí en Yggdrasil, era costumbre que una mujer
estuviera casada ―y tal vez incluso tuviera su primer hijo―
antes de que terminara su adolescencia. Sabía que era imposible
simplemente decirle que ignorara esa parte de su mundo.

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―Ten, toma un trago. ―Con una sonrisa de consuelo, Yuuto
le dio a Felicia una copa y le sirvió alcohol de una jarra.
―Muchas gracias, Onii-sama. ―Ella le dio un simple
agradecimiento y bajó el contenido de la copa de un trago.
En realidad, era toda una vista, ya que era el tipo de bebida
fuerte que podría encantar a un hombre.
―T-Toma, ten otro. ―Yuuto había escuchado una vez que
había algunas noches en que los hombres solo tenían que ahogarse
en el alcohol, y al parecer, lo mismo ocurría con las mujeres también.
Cuando uno no podía liberarse de sus sentimientos y dejarlos
de lado, esos eran los momentos en que se pedía alcohol. Por eso,
la bebida había mantenido su condición de compañera constante
de la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Sigrún salió de detrás de Yuuto:
―Mm, ¿qué te pasa, Felicia? ―Reprendió Sigrún― Tienes el
honor de que Chichi-ue te haya servido un trago, pero aun
así te sigues viendo muy mal. ―El tono y la expresión de Sigrún
eran un espejo opuesto a las de Felicia. Parecía emocionada y
feliz como una almeja. Su buen humor era completamente
evidente en su lenguaje corporal, lo cual era algo raro para ella.
Entonces, Sigrún casualmente le dio unas palmaditas en el
hombro de Felicia, unas cuantas veces: ―Hahaha, no serás capaz de
servir adecuadamente como ayudante de Chichi-ue si sigues así.
Habían sido amigas desde que eran niñas, por lo que no
estaba fuera de lugar para su relación, pero esto era claramente
diferente de lo habitual, una indicación de cuán alto era el
espíritu de Sigrún en este momento. Aunque definitivamente
no estaba borracha por el alcohol.

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Sigrún podía manejar el alcohol muy bien, pero a ella no
le gustaba cómo le quitaba los sentidos, y por eso prefería no
beber. En cuanto a por qué estaba tan alegre, era porque hoy
estaba celebrando su cumpleaños.
Naturalmente, Sigrún no era el tipo de persona que se
preocuparía por los cumpleaños, y mucho menos se entusiasmaba
con uno, pero esta mañana, había recibido su regalo de cumpleaños
por parte de Yuuto, y desde entonces había estado en este estado.
―Hmph, veremos si te sigues riendo dentro de un año.
―Murmuró Felicia― Entonces estarás en la misma posición que
yo, ¿sabes?
―¿Hm? Estamos en la misma posición ahora. Recibiste ese
hermoso jarrón de cristal de parte de Chichi-ue, ¿verdad? Sé que
has estado escondiendo pequeños momentos de tu tiempo libre
para contemplarlo, sonriendo para ti misma.
―B-Bueno, por supuesto que estoy feliz de haber recibido
un regalo de Onii-sama; tan feliz que podría bailar en el aire.
Pero eso y esto son dos cosas diferentes, ¿entiendes? ―Felicia
infló sus mejillas, enfurruñada.
Yuuto, por ejemplo, preferiría que no hablaran sobre ese
tema con él sentado allí. Se alegraba de saber cuánto les habían
gustado sus regalos, pero también era más que un poco
embarazoso. No podía participar exactamente en la conversación,
así que simplemente tomó un sorbo de su taza.
―No tienes idea de cómo es. ―Se quejó Felicia― ¡Qué amargo
y triste se siente finalmente, finalmente llegar a esta edad!
―En realidad, por mi parte lo estoy esperando. Justo el otro día
me hicieron darme cuenta de lo inmadura que soy, y lo lejos que

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tengo que ir. No puedo evitar respetar la astucia de veteranos
como Jörgen y Skáviðr, que proviene de su experiencia. Les
permite lograr mucho sin depender de la simple fuerza bruta.
―Bueno, es bueno saber que incluso tu cerebro está hecho
de hierro. ―Se burló Felicia.
―Ese es el mejor cumplido que puedes darme, Felicia.
―¡¿Incluso los insultos no funcionan contigo?! ―Felicia se
quedó con los ojos muy abiertos, y por una vez, su discurso
se convirtió en algo menos educado y más franco.
Luego, las dos continuaron su conversación, en su particular
marca de intercambios argumentativos, que parecía al mismo
tiempo sincronizado y en desacuerdo. Y curiosamente, esa aura
negra que había estado alrededor de Felicia pareció disiparse.
Las dos tenían personalidades totalmente opuestas, pero
parece que para Felicia, hablar con Sigrún era mejor refrigerio
para su corazón que la bebida que tenía en la mano.
Satisfecho de poder dejar a Felicia con Sigrún y de haber
superado ese obstáculo imponente, Yuuto tomó un trago de su
copa y dejó escapar un suspiro. ―Haa...
Había un dicho en Japón, de que el día de Año Nuevo era
la clave para todo el año. Para él, era importante que hiciera
todo lo posible para evitar situaciones o decisiones que
parecieran desfavorables, y cerrar la noche de una manera
pacífica y armoniosa lo mejor que pudiera.
―¡Anii-ue, feliz año nuevo! ―Una voz interrumpió sus
pensamientos.
―Ah, Linnea. Para ti también. ¡Feliz año nuevo!

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La persona que se acercaba a Yuuto en su asiento era
Linnea, matriarca del Clan Cuerno. Yuuto reflexivamente
rompió en una amplia sonrisa al ver a su adorable y joven
hermanita por primera vez en mucho tiempo.
Recientemente, había estado ocupada con la recuperación y
reconstrucción de ciudades como Myrkviðr, Sylgr y sus tierras
circundantes, áreas del territorio del Clan Cuerno que aún tenían
grandes daños y víctimas por la invasión del Clan Pantera.
Como resultado, no la había visto cara a cara en varios meses.
Se enviaban mensajes de vez en cuando, por lo que sabía que a
ella le estaba yendo bien, pero era un asunto diferente, después de
todo, poder verla sana y feliz de esta manera con sus propios ojos.
Con una sonrisa tímida, Linnea se arrodilló frente a Yuuto y
levantó una jarra de servicio hacia él: ―Si me permites...
Era un hecho de la vida que las chicas de su tierna edad
tendían a ser más encantadoras cada día, pero al verlo con sus
propios ojos... en comparación con solo unos meses atrás, era
como si la dulzura encantadora de su sonrisa estuviera en un
nivel completamente nuevo.
Es una pena que ya me hayan tomado, pensó Yuuto con una
sonrisa irónica y le tendió la copa.
―Sí, gracias. Y permíteme también. ―Una vez que se llenó la
copa de Yuuto, tomó la jarra de Linnea.
―Por supuesto. ―Linnea permitió que Yuuto sirviera para ella.
―También cuento contigo este año.
―¡Por supuesto! Y espero confiar en ti también para este
año, Anii-ue. ―Tintinearon sus copas y cada uno tomó un
pequeño trago, lo suficiente como para mojar sus labios.

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Cada uno de ellos era plenamente consciente de cuántos
brindis estarían intercambiando antes de que terminara la noche,
con las bebidas vertidas por sus hermanos e hijos jurados. Era
importante comprender y mantener un ritmo adecuado en estas
situaciones, para evitar la embriaguez y hacer el ridículo sin querer.
―Gracias de nuevo por todo el año pasado. ―Dijo Yuuto―
Escuché que la reconstrucción en Myrkviðr y Sylgr va bien.
―Eso es todo porque, en primer lugar, pudiste recuperarlas
para nosotros, Anii-ue. ―Dijo Linnea― Y hemos estado recibiendo
mucha ayuda mientras tanto.
En el transcurso de la actual temporada de invierno, se
envió un gran volumen de comida y plata del Clan Lobo
al Clan Cuerno, como ayuda para su recuperación. Linnea
probablemente se refería a eso.
Yuuto se rió y se encogió de hombros: ―Eso es simplemente lo
normal. Un hermano que ayuda a su hermanita cuando ella
lo necesita es lo más natural que puede haber.
Linnea miró directamente a los ojos de Yuuto, y luego inclinó
su cabeza profundamente hacia él: ―Deseo expresar la gratitud de
mi gente, en su nombre. Gracias por todo. ―Como de costumbre,
esta chica siempre tenía a su gente en el centro de sus pensamientos.
Sinceramente, bajar la cabeza en agradecimiento en
nombre de alguien más, ―mucho más una nación― no era
exactamente algo que cualquiera pudiera hacer. Y por supuesto,
esto no era un gesto político, sino algo que venía de su corazón.
Era porque ella era una persona de tan maravilloso y
admirable carácter, que Yuuto se sentía obligado a ayudarla
de cualquier manera que pudiera.

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Por supuesto, también era un hecho difícil que el Clan Cuerno
bordeara los territorios de los clanes Pantera, Pezuña y Relámpago,
por lo que, desde un punto de vista geopolítico, también eran una
nación occidental increíblemente importante para el Clan Lobo.
Esa razón también se factorizó en las cosas.
Yuuto comenzó a sentirse incómodo con una expresión tan
seria y solemne de gratitud, siendo entregada a él personalmente de
esta manera, así que cambió el tema de una manera bastante sutil:
―Hablando del trabajo en el oeste, ¿cómo está Skáviðr?
¿Le está yendo bien?
Skáviðr, el Asistente del Segundo al Mando del Clan Lobo,
estaba actualmente estacionado en Myrkviðr, la ciudad amurallada
de mayor importancia estratégica en el lado occidental del Clan
Cuerno. Él estaba allí al mando de una fuerza de soldados
entrenados para usar la táctica de la “fortaleza de vagones”.
El gran ejército de caballería del Clan Pantera era la
mayor amenaza de esta era, por lo que Yuuto quería asignar
a un general experimentado y de confianza para asegurar
esa ubicación. En ese punto, el hombre que era el antiguo
Mánagarmr, era el adecuado para la tarea.
―Sí, él está bien. ―Dijo Linnea― Sus heridas de las batallas
anteriores se han curado, y está bastante sano. También se
ha estado dedicando bastante a mantener la paz dentro de la
ciudad, lo que nos ha ayudado mucho. Al principio, tuve la
impresión de que podría ser una persona muy aterradora, pero
en realidad es muy amable.
―Sí, es un buen hombre, ¿no? ―Yuuto estalló en una sonrisa.

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Skáviðr era propenso a actuar como el malo, asumiendo los
puestos y las responsabilidades que eran necesarios pero
desagradables, y eso lo ponía en una posición desfavorable.
Así que a Yuuto le hacía feliz que, incluso mientras el
hombre trabajaba en el territorio de otro clan, tuviera a alguien
como Linnea que lo entendía por lo que realmente era.
Pensando en ello, los dos, Linnea y Skáviðr, ambos tenían una
naturaleza de auto sacrificio, anteponiendo las necesidades de los
demás. Quizás eran del tipo que se llevaban inesperadamente
bien unos con otros.
―Lo es. ―Coincidió Linnea― El Clan Pantera hace
movimientos contra nosotros de vez en cuando, pero cada
vez, Skáviðr se limita a ellos y los expulsa de inmediato.
―Ya veo... Así que todavía están haciendo movimientos,
entonces... ―Asintiendo, Yuuto colocó una mano pensativamente
en su barbilla.
En la batalla al final de su última guerra, Yuuto había empleado
una táctica histórica extraña e inteligente conocida como la
“fortaleza de vagones”, haciendo uso de carros con altos vagones
que estaban reforzados con placas de hierro como una armadura.
Esos carros podrían viajar con un ejército y luego formar un
muro alrededor de los soldados en el interior, construyendo
efectivamente una improvisada fortaleza con paredes de hierro
en el lugar en el campo. Esta táctica había llevado al Clan
Lobo a la victoria.
Capaces de hacer poco contra la pared de vagones, después
de recibir ataques de un solo lado y enormes bajas, las fuerzas
del Clan Pantera se vieron obligadas a retirarse.

103
Yuuto creía que el impacto de este evento sería suficiente para
hacer que el Clan Pantera tuviera cuidado de entrar en otra guerra
contra el Clan Lobo. Pero por otro lado, también estaba
extrañamente seguro de que las cosas no terminarían simplemente
allí. Todavía podía recordar el odio y la locura mostrados por
Hveðrungr, el patriarca del Clan Pantera, durante su última batalla.
Yuuto no podía creer que ese hombre pudiera simplemente
renunciar a su búsqueda de venganza contra él.
―Eso me recuerda... ―Dijo Linnea― Rasmus también ha
estado haciendo movimientos, constantemente haciendo
comentarios sobre cómo debería aprovechar esta paz y crear
el próximo heredero de mi familia.
―Ahh, es cierto que Rasmus está bastante arriba en años, así
que puedo ver eso. ―Si Yuuto hubiera estado pensando en el
sentido común del Japón moderno, habría tomado “hacer un
heredero” como dar a luz a un hijo, pero las cosas eran diferentes en
Yggdrasil, y la herencia no era a través de la sangre, sino a través del
clasificado como más grande de los hijos jurados por el Juramento del
Cáliz. Entonces, si lo peor le sucediera a un patriarca, el sucesor
elegido (generalmente el Segundo al Mando) heredaría la posición,
pero en el caso de Linnea y el Clan Cuerno, su Segundo al
Mando, Rasmus, ya estaba bastante pasado de los cincuenta.
En un país del primer mundo como el Japón del siglo XXI,
los cincuenta años todavía eran potencialmente una parte vital
de la mediana edad, pero en Yggdrasil era bastante viejo.
No sería una buena situación política si el supuesto sucesor
del clan ya fuera tan viejo que, pudiera fallecer poco después
de asumir el cargo.

104
―Entonces está diciendo que está dispuesto a renunciar al
lugar, y quiere que elijas un nuevo Segundo al Mando, eh...
―Dijo Yuuto, asintiendo para sí mismo con los brazos cruzados―
Eso no es algo que cualquiera pueda hacer. Estoy impresionado.
El estatus y el poder eran atractivos y adictivos para la
mayoría de las personas. Es mucho más común que los antiguos
estadistas se nieguen a dar paso a la próxima generación y, en
cambio, intenten conservar el poder por el resto de sus vidas.
Sin duda, era un fenómeno que uno podía ver con bastante
frecuencia en el Japón del siglo XXI.
Asesorar a la propia remoción del poder era verdaderamente
honorable y valiente.
―No, eso no es lo que quiso decir. ―Dijo Linnea.
―¿Eh?
―Quiere que me apure y dé a luz a un niño.
―¡¿Qu...?! ¡¿Un niño?! ¡Linnea, todavía eres muy joven!
―Parecía que Yuuto se había equivocado, y sus palabras
realmente tenían su significado más literal.
Yuuto podía sentir su cara comenzando a ponerse roja. Por
supuesto, tenía la edad suficiente para saber los detalles de
cómo se hacían los bebés.
―S-Sí, bueno... ―Balbuceó Linnea― ese fue su punto, que
debo apresurarme y tener un hijo ahora, mientras todavía soy
joven y saludable, y mientras tenemos esta paz temporal.
―Oh... uhh... ―La única respuesta que Yuuto pudo
hacer fue algo ambiguo que sonó más como un gemido.
Esta era un área donde los valores que él tenía del mundo
en el que había nacido y crecido, diferían enormemente.

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En el Japón de donde venía, sería inaudito que alguien de
la edad de Linnea fuera presionada para tener un bebé, pero
en este mundo, su grupo etario era considerado el más sano
y adecuado para la maternidad, tanto para la madre como para
el bebé.
―Y-Y, bueno, así... ―Linnea había estado hablando sin
problemas hasta este punto, pero de repente, comenzó a
tartamudear y juntó sus dos dedos índices tímidamente,
mirando a Yuuto con un rojo rubor en su cara.

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Yuuto tenía un verdadero sentimiento de hundimiento acerca
de a dónde iba esto, pero no podía negarse a escucharla, por lo
que tenía que dejarla terminar.
―S-Si fuera posible, um, me gustaría tener t-tu... tu s-semilla,
Anii-ue...
Yuuto se atragantó y luchó por evitar escupir su bebida.
Había estado algo preparado para que su pregunta fuera
algo así, pero su redacción estaba por encima de lo que para
él había estado mentalmente preparado.
―E-En Yggdrasil, las habilidades de uno determinan todo.
―Continuó― A-Anii-ue, si es tu hijo, estoy segura de que
crecerá para convertirse en un espléndido patriarca.
―¡¡E-Espera, espera, espera, esperaaa!! En el sistema de
clanes, la herencia por línea de sangre no es...
―No es completamente imposible. ―Dijo― Sucedí a mi
padre, después de todo. Y además, piensa en Felicia, que es
la hija por nacimiento del que fue Segundo al Mando del Clan
Lobo de la generación anterior. Y Kristina y Albertina, hijas de
nacimiento del patriarca del Clan Garra, Botvid. Es un hecho
que las personas increíbles a menudo dan a luz y crían a niños
que también son excepcionales.
―S-Sí, pero, pero, ya ves...
Cuando Yuuto se apartó, retirándose, Linnea se inclinó
hacia él, luchando por terminar su discusión de una vez.
―P-Por supuesto, no te estoy pidiendo que te cases conmigo.
Anii-ue, sé y entiendo que eventualmente tienes que regresar
a la tierra celestial desde donde viniste. P-Pero... yo solo... si
pudiera, yo... solo quiero algo por lo cual recordarte...

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Yuuto entró en pánico: ―¡P-Pero no puedo hacer eso! ―Para la
moral de Yuuto, el hecho de simplemente embarazar a una mujer y
dejarla para que crie a un niño sola sin asumir la responsabilidad,
era por mucho lo más bajo; era un acto repugnante y bestial.
Pero Linnea no cedió: ―Este es el mejor curso de acción para el
futuro de nuestros dos clanes. Tal vez tú no lo sepas, Anii-ue, pero
ya te has convertido en una figura enorme en este mundo. De hecho,
demasiado grande. Cuando finalmente regreses a tu reino celestial,
el Clan Lobo podría muy bien perder la fuerza unificante que lo
mantiene unido, y la nación podría sufrir una rápida agitación.
―¡Ghh...! ―Las palabras de Linnea tocaron un punto
doloroso para él, ya que había sido uno de sus peores recelos
en los últimos tiempos.
Yuuto no creía que fuera especial o sobresaliente, pero el
poder de su conocimiento moderno, sus “trampas” era ciertamente
tremendo. Ese poder había transformado a una nación pequeña
y débil al borde de la destrucción, en la potencia incuestionable
que era hoy, todo en un par de escasos años.
Esa era exactamente la razón por la que estaba tratando
de introducir una educación generalizada y otros proyectos
similares, con el fin de reforzar la prosperidad del Clan Lobo
incluso después de que se fuera. Pero la verdad era que no era
suficiente para acabar con sus preocupaciones.
―Ciertamente, en Yggdrasil, hoy en día una línea de sangre
no tiene mucho valor, pero la sangre de alguien como tú,
Anii-ue, sería una excepción. ―Dijo Linnea― ¡Después de todo,
eres el Gleipsieg, “El Hijo de la Victoria” que descendió a
nuestro mundo desde la tierra más allá de los cielos!

109
No era como si Yuuto no entendiera el punto del que
Linnea estaba hablando.
Yggdrasil era el tipo de mundo en el que se podía juzgar
al sospechoso de un crimen arrojándolo a un río, declarándolo
culpable si era arrastrado por la corriente, o inocente si no lo
era. Era un mundo gobernado por supersticiones muy antiguas
y poco científicas.
Yuuto había sido transportado aquí desde otro mundo, y hacia
la gente de este mundo, lo que significaba que era de la tierra más
allá de los cielos, donde moraban los dioses. No sería extraño dado
esta situación, que su línea de sangre se viera con algún tipo de
significado especial. Sería similar a la línea de sangre sagrada que
obtuvo el Þjóðann, tal como un estatus exaltado entre la gente.
Si Yuuto tuviera un heredero de sangre, incluso si su heredero
de sangre no tuviera las riendas reales del poder, estaría bien
siempre y cuando se le asignara un papel simbólico que ayudara
a unificar a la nación políticamente. Hacer eso haría mucho
menos probable que la nación cayera en desorden después de
que Yuuto se fuera. Sin embargo, esto era ver las cosas desde un
punto de vista puramente político, como un patriarca del clan.
―Eso todavía no significa que... ―Yuuto luchó por
encontrar las palabras para explicarlo. Como individuo, le
resultaba difícil aceptar esta línea de pensamiento.
Si las necesidades de la gran mayoría requirieran el sacrificio
de unos pocos, entonces así sería. El propio hijo de uno, la carne
y la sangre de uno, no eran una excepción. Yuuto sabía que así
era como debería pensar un gobernante y un patriarca justo, pero
no era capaz de separarse completamente de cosas como esas.

110
De repente, la alegre voz de un hombre de mediana edad
interrumpió: ―Mi buena Lady Linnea, si mantiene la compañía
del Gran Hermano Yuuto toda la noche, ¿qué podríamos hacer
el resto de nosotros?
Yuuto y Linnea se dieron la vuelta para ver a un hombre
de aspecto poco impresionante en sus treinta y tantos años,
con una barriga corpulenta y una sonrisa alegre. Sin embargo,
sus ojos no sonreían, y había algo frío en ellos.
Este hombre con una sonrisa como una máscara Noh,
era Botvid, patriarca del Clan Garra y el padre biológico de
las gemelas Kristina y Albertina.
―Gran Hermano, te deseo un feliz año nuevo. ―Dijo el
hombre.
Cada vez que Yuuto veía el rostro de este hombre, lo forzaba a
un estado de tensión elevada, teniendo cuidado de no bajar la
guardia. Pero en este caso particular, Yuuto se encontró con una
sonrisa de alivio cuando le devolvió el saludo a Botvid, sonriendo.
―¡Oh, hey, Botvid! ¡Feliz año nuevo!
Esperando detrás de Botvid había dos hombres que Yuuto
reconoció, y junto a ellos había una mujer de mediana edad y
fuerte constitución. No eran sus subordinados; cada uno de
ellos tenía una cierta presencia, un aire particular de uno que
gobierna sobre los demás.
Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, cada uno de
ellos inclinó sus cabezas profundamente y ofreció sus saludos.
―¡Feliz año nuevo, hermano mayor! ―Saludó un patriarca.
―Humildemente, te deseo un feliz año nuevo, Gran Hermano.
―Entonó la matriarca― Muchas gracias por invitarme hoy aquí.

111
―¡Espero tener buenas relaciones contigo el próximo año,
hermano mayor Yuuto! ―Dijo el segundo hombre.
Estos eran los patriarcas de los Clanes Ceniza, Trigo y
Perro de Montaña, cada uno de los cuales había intercambiado
recientemente el Juramento del Cáliz con Yuuto para poner a sus
clanes bajo la protección y jurisdicción del Clan Lobo.
Hoy, Yuuto había invitado a los otros cinco patriarcas aquí
para fortalecer aún más la unión diplomática entre sus clanes al
reforzar los lazos del Cáliz de todos con una segunda Ceremonia de
Cáliz más tarde. Planeaba que cada uno de ellos intercambiara el
Juramento del Cáliz con Jörgen también durante esa ceremonia.
Para Yuuto, esta era su manera de tratar de ser minucioso, de
hacer las cosas más sólidas en preparación para su posterior
regreso a Japón. Sin embargo, para los diversos clanes de Yggdrasil,
esta Ceremonia del Cáliz se percibía en gran parte como el Clan
Lobo afirmando en voz alta su dominio sobre sus vecinos.
Independientemente de lo que Yuuto hubiera planeado
o intentado, su presencia e influencia en ese mundo solo
continuaba creciendo.

―¡Haaaah, eso fue una pesadilla! Ughhh, estoy tan


cansado... ―Yuuto dejó escapar un gran suspiro y se quejó en
el smartphone presionado contra su mejilla derecha.
La voz de Yuuto se escuchó a través del santuario en la
parte superior del Hliðskjálf. El lugar estaba vacío y silencioso
ahora, lo suficiente para que pareciera irreal lo ruidoso y festivo
que había estado el lugar durante el banquete del día anterior.

112
Sobre él, en el cielo lleno de estrellas, colgaba la luna, no
era más que una astilla delgada y frágil.
Mitsuki se rió: ―¡Ahahaha! Buen trabajo por lograrlo, Yuu-kun.
Las amables palabras de Mitsuki que llegaban a través
del auricular fueron consoladoras. Eso era todo lo que era, un
consuelo, pero sintió un calor extendiéndose por su corazón
cuando las escuchó. Eran especiales, después de todo, eran
las palabras de la chica que amaba. Y por eso se encontró
apoyándose en su amabilidad.
―En serio, estoy tan cansado que mi cerebro es como
papilla. ―Se quejó Yuuto.
El clímax al final del Festival de Año Nuevo había sido la gran
ceremonia del Juramento del Cáliz que involucraba a los seis clanes, y
había agotado hasta el último trozo de la energía mental de Yuuto.
Cada uno de los otros participantes era un gobernante
adecuado para su gente, poseía una dignidad adecuada a su
estatus y (con la excepción de Linnea), para su edad.
Y en medio de ellos, un joven aún en su adolescencia tenía que
desempeñar el papel de la figura más antigua y de mayor rango,
dirigiendo el ritual y mediando entre todos. Yuuto pudo haber
sido el que planeó el evento, pero se sintió como una tortura.
―Bueno, sea lo que sea, me siento aliviado de haber logrado
sacar todo eso del camino. ―Dijo, bostezando.
Yuuto no solo se refería a dirigir la ceremonia hasta su final.
Más que nada, estaba aliviado de que al hacerlo, había logrado
sentar las bases para que el Clan Lobo se apoyara, incluso
después de haber dejado este mundo atrás.

113
En el mundo de Yggdrasil, el Juramento del Cáliz era absoluto.
Los votos sagrados que Yuuto había intercambiado con los otros
patriarcas del clan conectaban sus clanes, pero esos se formaron
entre ellos como individuos. Así que una vez que un nuevo patriarca
llegara al poder, se perdería el poder del antiguo Juramento del Cáliz.
Pero esta vez, Yuuto había logrado que los demás también
intercambiaran el Juramento del Cáliz con su Segundo al Mando:
Jörgen, el candidato más probable para sucederlo.
En otras palabras, incluso después de que Yuuto se fuera,
los seis clanes aún estarían conectados por ese juramento en
alianza, y tendrían que resolver sus problemas juntos.
Una de sus mayores ansiedades había sido tratada, y se sentía
como si un enorme peso hubiera sido levantado de su pecho.
―Uh huh. Ahora todo lo que queda es encontrar a alguien que
pueda usar el hechizo Fimbulvetr, ¿verdad? ―Dijo Mitsuki― Aunque
parece que será la parte más difícil…
En un rápido cambio de su alivio hace un segundo, Yuuto
se encontró perdido: ―Si eso es verdad. Apesta que la única
persona de la que realmente sabemos que puede lanzarlo
sea Sigyn, del Clan Pantera. Y a pesar de llamarse a sí misma
la mejor usuaria de Seiðr de Yggdrasil o lo que sea, Rífa
también es totalmente inútil en este asunto.
A pesar de ser una muy rara portadora de dos runas, y la
(autoproclamada) mejor usuaria de Seiðr en todo Yggdrasil, la
anulación de las ataduras mágicas aparentemente estaba fuera
del área de experiencia de Rífa, por lo que no había nada
que pudiera hacer.

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―Umm, ¿no crees que hablar así es ser un poco duro con
ella? ―Preguntó Mitsuki― Todo es gracias a Rífa-san, por haber
descubierto la manera de llegar a casa, ¿sabes?
―Sí, quiero decir, supongo. Pero se supone que esa
chica es la “divina emperatriz”, y francamente hablando, ella
es básicamente un punto muerto. ―Era bastante raro escuchar
a Yuuto hablar tan críticamente de alguien.
Al conocerla por primera vez, su primera impresión fue de
que, sería alguien un poco difícil a quien acercarse, debido a
la formalidad nacida de su alto estatus, pero ahora esa imagen
se había roto por completo.
A pesar de todo lo que Rífa afirmaba, ―que había venido
viajando para ampliar sus horizontes― durante todo el mes
que había estado con ellos hasta el momento, había pasado
la mayor parte del tiempo en la habitación que le habían
proporcionado, comiendo y durmiendo los días que faltaban.
De vez en cuando, Yuuto se esforzaba y se tomaba el tiempo
de su ocupada agenda de preparaciones para el Festival de Año
Nuevo, para ir a visitarla y hablar, solo para descubrir que estaba
profundamente dormida a pesar de que era la mitad del día.
Como invitada, todos los gastos de su vida estaban a cargo
del Clan Lobo. Y como ella era el Þjóðann, se le estaban dando
todas las comodidades apropiadas para su estatus. Esos gastos
seguían acumulándose, y era todo, menos barato.
Aun así, esta era una vía de retorno potencial que podía crear
con el imperio central, por lo que probablemente no se arrepentiría
si al menos ella hubiera estado pasando sus días de manera
fructífera. Pero al verla perder su tiempo y su dinero de una manera

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tan descarda, sentía que tenía que llamarle la atención por eso.
No era más que la naturaleza humana.
Apresuradamente, Mitsuki comenzó a tratar de defender a Rífa:
―P-Pero ella es real e increíblemente fuerte, ¿no? ―Tal vez sentía
una afinidad por la chica que se suponía, se parecía a ella.
Pero el tono áspero de Yuuto no se suavizó: ―Bueno, sí,
es increíble, si quieres llamarlo así...
Entregándole una espada de madera, se había enfrentado a
Sigrún, y aunque la Mánagarmr se había estado conteniendo
para evitar el riesgo de herirla, Rífa había luchado al mismo
nivel que ella.
Desde astronomía hasta varios rituales y más, ella estaba
bien versada en una amplia variedad de temas, lo suficiente
como para asombrar incluso a Felicia.
Como alguien que se parecía mucho a la amiga de la
infancia de Yuuto, Mitsuki, por supuesto, también era muy
hermosa, y su cabello blanco como la nieve y sus ojos rubíes
la dotaban de un aire místico y seductor.
Además de eso, ella era, literalmente, la más alta de las
altas nobles. Sobre el papel, ella era superlativa en todos los
sentidos― perfecta, incluso.
―Pero ella tiene todas esas tan ridículamente altas
especificaciones, y no hace nada con eso. ―Yuuto se quejó―
Nada bueno, de todos modos...
―Er, ah, hahaha… ―Mitsuki solo pudo responder con una
risa educada.

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Las altas habilidades de combate de Rífa la habían
convertido en un exceso de confianza descuidado, que era
lo que la había llevado al incidente en la taberna.
Ella había usado su conocimiento y poder preeminente
con la magia Seiðr para deshabilitar y dejar atrás sus
guardaespaldas, y luego había forzado a Yuuto a la parálisis
por una semana, por nada más que un capricho.
Su apariencia era hermosa y llamativa, claro, pero parecía
albergar algún tipo de complejo al respecto, y tenía la tendencia
a pelearse con cualquiera que sintiera que la miraba de forma
equivocada. Todo era así con ella.
En promedio, aproximadamente una vez cada tres días,
causaba algún tipo de problema o incidente, obligando a
Yuuto a cubrirla y recoger los pedazos. Y para colmo, ya que
ella era el Þjóðann y, por lo tanto, la máxima autoridad en
Yggdrasil, sin importar los problemas que le causara, Yuuto
no tenía permitido presentar fuertes protestas.
Si se quedaba encerrada en su habitación, eso lo frustraba, y
cuando salía, solía causar problemas. En resumen, era un
verdadero dolor en el trasero tratar con ella todo como
persona.
―Bueno, todo se debe al hecho de que es una de esas princesas
ignorantes que no saben nada del mundo, del tipo que diría:
“Oh, si no tienen pan, que coman pastel”. Así que en lugar de ser su
culpa, diría que es culpa de las personas que la rodean que...
―Aquí, en una noche tan helada, es bastante impresionante
cómo se puede seguir hablando con tanta energía. ―Dijo una
voz fría.

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―¡Ah! ―Todo el cuerpo de Yuuto saltó de miedo, luego se
puso completamente rígido.
Incluso en Japón, había un dicho popular equivalente a
“las paredes tienen orejas”, y ahora le vino a la mente.
Yuuto se volvió para mirar detrás de él, lenta y rígidamente,
como si fuera una puerta con bisagras oxidadas. Cuando una cabeza
de cabello blanco puro entró en su campo de visión, supo que
no había estado imaginando cosas, y su corazón se hundió.
Junto a Rífa estaba su guardaespaldas, la guerrera conocida
como Erna, que le dio a Yuuto una breve y cortés reverencia.
Cara a cara con la persona que acababa de arrastrar a través
de las brasas, Yuuto tuvo problemas para juntar sus palabras:
―L-Lady Rífa, q-qué, eh, ¿qué la trae por aquí a esta hora?
Afortunadamente, había estado hablando en japonés con
Mitsuki, por lo que Rífa no debería haber escuchado el
contenido real de su conversación.
―Sí, bueno, si tuviera que tomar prestada una frase tuya: “Si
no estoy despierta durante el día, déjame moverme durante la noche”.
¿Tal vez eso lo cubriría?
¡Ella escuchó totalmente todo…! Yuuto se encontró con ganas
de levantar las manos en desesperación.
Lo más probable era que, Rífa había usado el Galldr
musical: Conexiones, con el que Felicia también era competente.
Como siempre, la chica parecía poner sus increíbles habilidades
en práctica en momentos inconvenientes.
―Mitsuki, lo siento, pero voy a tener que colgar. ―Dijo
Yuuto― Hablamos de nuevo mañana.
―Ah bien. Entiendo… Buena suerte.

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Mitsuki podría no haber entendido el lenguaje de Rífa, pero
pareció haber comprendido la esencia de la situación después de
escuchar el jadeo de Yuuto por teléfono. Era solo una manera más en
la que Yuuto sentía la facilidad de tratar con su amiga de la infancia.
―Hmmm, entonces esas fueron las palabras de la tierra más
allá de los cielos... ―Dijo Rífa― Y está esa extraña herramienta
que tienes. Veo que realmente has venido desde otro mundo.
Rífa miró el smartphone en la mano de Yuuto con curiosidad
y asintió para sí misma, como si estuviera impresionada.
Pasando por su expresión, ella no parecía estar enojada. Aun
así, Yuuto se sentía culpable, e inclinó la cabeza hacia ella.
―Umm... ¿cómo debería decirlo...? Lo siento mucho. ―Sus
disculpas fueron torpes e informales, en el mejor de los casos.
―Oh, no hay nada de lo que tengas que disculparte.
―Respondió Rífa, y le dirigió una sonrisa brillante y alegre...
...Al menos, al principio. Al momento siguiente, su
sonrisa cambió a una amarga, el tipo de sonrisa burlona que
Yuuto conocía muy bien.
―Es cierto que no sé nada de las cosas del mundo. ―Dijo
Rífa― Siempre te he causado problemas, y por eso debo
disculparme.
―Um... ―Ahora que estaba en el lado de recepción, Yuuto
comenzó a decir reflexivamente por cortesía, que lo que decía no
era verdad, pero las palabras se atascaron en su garganta.
Después de todo lo que le había oído decir sobre ella hace
unos momentos, tal negación simplemente sonaría hueca.
Al ver la vacilación de Yuuto, Rífa se rió y se encogió de
hombros: ―Desde el día en que nací, he pasado toda mi vida en el

119
palacio Valaskjálf. Otros me decían que era un palacio amplio y
grande, lo suficientemente grande como para que una pequeña
ciudad encajara dentro de sus muros. Pero me doy cuenta ahora
que, al final, todavía era un mundo terriblemente pequeño y
limitado para crecer. ―Hizo una pausa y cerró los ojos,
aparentemente pensando en algunos recuerdos de antaño. Cuando
volvió a hablar, Yuuto pudo escuchar una profunda emoción en su
voz: ―Que incluso pudiera ver eso por mí misma, fue suficiente
para hacer que este viaje valiera la pena. Todavía me queda un
mes hasta que se acabe mí tiempo, pero ya puedo declararlo
con confianza: el tiempo que he pasado aquí ha sido la
experiencia más espléndida y más agradable en toda mi vida.
Yuuto se sobresaltó: ―Cómo... ¿Cómo puede decir eso...?
Era exactamente el tipo incorrecto de cosas que decir en
esta situación, pero las palabras se le escaparon antes de que
Yuuto pudiera detenerlas.
No podía aceptar lo que acababa de escuchar.
No podía evitar lo mal que se sentía al escuchar a alguien
que pasaba sus días escondida en su habitación, diciéndole
que había aprendido lo ancho que era el mundo.
No podía evitar lo frustrante, incluso enojado, que lo hacía
sentir escucharla decir que un mes tan vacío, había sido la
parte más espléndida de su vida.
Aunque no dijo esos pensamientos en voz alta, sus emociones
debieron mostrarse claramente en su rostro, ya que Rífa soltó una
risita divertida: ―¡Heh heh! Podría no parecer mucho para ti o tu
gente, pero para mí, esta ha sido una gran aventura. ―Ella tenía
una expresión de satisfacción, pero había algo solitario en ello.

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Era como si no hubiera luz en sus ojos, ni esperanza.
Sólo una pesada renuncia.
Yuuto se preguntaba qué podría hacer que esta chica sintiera
ese tipo de desesperación. Tal vez su parecido con Mitsuki jugaba
un papel importante en ello, pero él no podía ignorarla ahora.
―En ese caso, debería experimentar mucho más de lo que
el mundo exterior tiene para ofrecer. ―Le dijo Yuuto― Puedo
acompañarla, siempre que tenga tiempo.
―Haces una oferta muy amable, pero mi cuerpo lo dificulta,
¿sabes? ―Rífa se pasó unos dedos por su cabello blanco como
la nieve.
―No se preocupe. ―Le aseguró Yuuto― También me
distingo por mi cabello negro, ¡pero si usamos los poderes
de Kristina, eso no será un problema!
―¿Hm? Oh. Ahora que lo pienso, nunca se lo conté a
ninguno de ustedes. Todos los que en el palacio que han tratado
conmigo personalmente, ya estaban al tanto, por lo que no tener
que explicarlo simplemente se volvió normal para mí.
―¿De qué está hablando?
―Mira mi piel más de cerca, entonces. Dime, ¿cuáles son
tus impresiones? ―Mientras decía esto, Rífa extendió su brazo
hacia Yuuto, acercándolo a sus ojos.
Yuuto hizo lo que le dijeron y examinó su piel de cerca.
―Esto es algo que he pensado durante un tiempo, pero al verlo
de cerca así, su piel realmente es de un blanco muy pálido y
hermoso. Es como si nunca hubiera salido al sol. ―Esto no era
un elogio o adulación, sino la evaluación honesta de Yuuto.

121
La gente de las tierras de Yggdrasil parecía estar relacionada,
o al menos, parecerse a los caucásicos, por lo que su piel solía ser
más rosada o más blanca que un asiático oriental como Yuuto.
Pero incluso para esa norma, la piel blanca y pura de Rífa
se destacaba ante él.
―Correcto. ―Respondió ella.
―¿Eh? ―Yuuto levantó la mirada reflexivamente para
encontrarse con los ojos de Rífa.
Ella le devolvió la mirada con una sonrisa tranquila y
distante que le resultaba imposible leer. Le recordaba la sonrisa
tallada en las estatuas de Buda en Japón.
―Gracias a una aflicción con la que nací, no puedo caminar
bajo la luz del sol. ―El tono y la entrega de Rífa eran tan
indiferentes que, por un segundo, Yuuto realmente no procesó
lo que había escuchado. Incluso una vez que comprendió lo
que ella había dicho, le fue difícil aceptarlo de inmediato.
Al principio, sospechaba que pudiera estar haciendo algún tipo
de broma, pero la expresión de Rífa le decía que tenía que ser la
verdad. Cuando Yuuto se dio cuenta, sus ojos y boca se abrieron de
sorpresa: ―¡E-Eso es...! ―El shock dejó a Yuuto sin palabras.
El recordó vagamente haber escuchado hablar acerca de
tal enfermedad congénita. Pero al mismo tiempo, cuando
escucho hablar de ella, todas las personas en su vida habían
sido saludables, por lo que fue el tipo de cosa que nunca se
preocupó por aprender. Era algo que solo había leído en Internet
o en un libro, como si existiera en un mundo lejano.
―Bueno, no es completamente imposible para mí, como sucede.
―Dijo Rífa― Los días en los meses de verano son demasiado

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severos, seguro, pero durante los días de invierno como estos,
cuando la luz del sol es más débil, puedo estar afuera un
poco, dependiendo de qué tan brillante sea. ―Rífa habló de
una manera tan tranquila y sincera que casi estaba haciendo
que Yuuto se sintiera ansioso.
Reflexionando, recordó que las veces que la había visto
afuera, había sido principalmente en la tarde o en la noche.
La había visto durante las horas del día, siempre que el
clima estaba raro, durante los días de lluvia o nieve, cuando
el cielo estaba oscurecido por las nubes.
Esa era precisamente la razón por la que, aunque sabía que no
era su problema, Yuuto se había sentido enojado con ella por perder
sus vacaciones en el mundo exterior. Ahora, sin embargo, estaba
furioso consigo mismo por haberla juzgado de esa manera. Fuera
de esos momentos, Rífa no podía aventurarse al aire libre.
―Oh, no pongas una cara tan amarga. ―Dijo Rífa con
una risita― Lo dije yo misma hace un momento. “Si no estoy
despierta durante el día, entonces déjame moverme por la noche”. El
sol me odia, pero la luna me ama. La gran luna, que es la
fuente sagrada de todo Ásmegin. ―Las runas gemelas de Rífa
aparecieron, como cruces doradas que parecían surgir de sus ojos.
Ella parecía realmente creer esto. Y prácticamente hablando,
cuando se trataba del uso del poder mágico conocido como
Ásmegin, probablemente no había nadie más poderoso que
ella en el mundo de Yggdrasil.
Pero para Yuuto, también parecía que se estaba obligando a
actuar con firmeza. Como si aferrarse a esa creencia fuera lo
que le permitía mantenerse unida.

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Por supuesto, si él fuera a resaltar eso, no era como si fuera a
hacerle ningún bien ahora. Él no podía asumir la responsabilidad
de decirle cómo seguir adelante con eso.
Esta chica era una extraña para él ―Una “Annarr” en el
lenguaje de Yggdrasil―, una forastera que solo visitaba Iárnviðr
y que regresaría a Glaðsheimr en primavera.
Una extraña coincidencia había llevado a que sus destinos
estuvieran entrelazados por este breve momento. En cuanto al
resto de su vida después de regresar a Glaðsheimr, él podría
tener esperanzas y alentarla en su corazón, pero no podría
ayudarla de ninguna manera directamente.
Había una sola cosa que Yuuto podía hacer por ella aquí
y ahora. Lo mejor que Yuuto podía esperar era ayudarla a
crear tantos buenos recuerdos como pudiera.
―Tiene razón, Lady Rífa. ―Dijo al fin― Entonces, ¿qué tal
esto? Mañana planeaba celebrar una fiesta de Año Nuevo con
algunas de las personas más cercanas a mí, como Felicia
y Sigrún. Tendrá lugar después de que el sol se ponga. ¿Le
importaría unirse a nosotros?
Rífa viajaba de incógnito y necesitaba permanecer con
un bajo perfil, por lo que no había asistido al Festival de
Año Nuevo ni a la Ceremonia del Cáliz después. Pero sería
demasiado lamentable dejar pasar la temporada de vacaciones
sin celebrarlo con nadie, ni siquiera una vez.
―Lord Yuuto... ―Los ojos de Rífa se agrandaron, y ella sonrió.
A diferencia de todas sus otras sonrisas hasta el momento, de
arrogancia o de gracia opresiva, o las tristes y profundas de su
estatus, esta era la sonrisa tímida de una chica de su edad.

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―Muy bien, una vez más: ¡Feliz año nuevo a todas!
―¡¡Feliz año nuevo!!
Todos los vasos levantados chocaron unos contra otros, y
los sonidos metálicos llenaron el aire de la sala de recepción.
Esta pequeña fiesta estaba formada por Yuuto, Felicia,
Sigrún, Linnea, Ingrid, Albertina, Kristina, Ephelia, Rífa y su
guardaespaldas, Erna. Los diez se reunieron alrededor de un
kotatsu extra grande, uno especialmente hecho por Ingrid.
―Ahh, sí, esto es mucho mejor. Fiestas acogedoras como
esta son mucho más a mi gusto. ―Yuuto echó hacia atrás su
taza, llena de jugo hecho de manzanas exprimidas, y lo tragó
de un trago. Luego exhaló con satisfacción.
El banquete formal del Festival de Año Nuevo era,
oficialmente, uno en el que las personas podían celebrar juntas y
dejar de lado el rango y el estatus. Pero con más de un centenar de
personas importantes asistiendo, y dado que era un evento político
tan importante, al final, aún se había adherido a las formalidades.
Yuuto había tenido que estar vigilante y cauteloso consigo
mismo todo el tiempo. No podía permitirse hacer el ridículo y
deshonrar su nombre como patriarca. Ese había sido aún más el
caso frente a los patriarcas de los otros clanes invitados al evento.
En ese sentido, esta fiesta era un contraste total, ya que
todas las chicas eran personas que él podía considerar como
amigas o confidentes cercanas y de confianza. Ninguna de ellas
estaba tan lejos en edad, tampoco.

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Incluso si él hiciera algo un poco tonto o vergonzoso aquí,
había una sensación de que las cosas todavía estarían bien, y
eso lo hacía sentir seguro.
―Oh, sí, entiendo perfectamente lo que quieres decir. ―Dijo
Ingrid― De vuelta a ese banquete formal, fue como una tortura
tratar con toda esa alabanza constante y aburrida. Realmente
me desgastó. ―Ingrid se llevó una mano al hombro y se
traqueó el cuello, gimiendo por la experiencia recordada.
Uno no podía esperar discutir el increíble progreso del Clan
Lobo en los últimos años, sin mencionar el papel fundamental
de Ingrid en él, y no había nadie en el Clan Lobo ahora que
no reconociera ese hecho.
Para Ingrid, había sido solo un flujo interminable de personas
con las que apenas intercambiaba saludos antes, y que ahora
saltaban a la primera oportunidad para comenzar a tratar de
engullirla y ganarse su favor.
Felicia se rió y le mostró a Ingrid una dulce y fraternal sonrisa:
―Ingrid, ya te has convertido en alguien de quien el Clan
Lobo nunca podría prescindir. De cara al futuro, necesitarás
acostumbrarte al menos a situaciones como esa. ¡Tee hee! ―Parece
que ella había vuelto a actuar como su yo normal.
―Ughh... ―Gimió Ingrid― Realmente preferiría no hacerlo.
Oh, hey, eso me recuerda. No mucha gente fue a molestarte
este año, Felicia. ¿Hiciste algo? ¿Cuál es tu secreto? ―Ante esas
palabras inocentes de Ingrid, la expresión de Felicia se congeló.
―¡Oh, mierda! ¡Idiota! ―Gritó Yuuto.
―¿Eh?

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―Heh... heh heh heh heh... tienes razón... ¿quién se molestaría en acercarse

a una mujer de unos veinte años? Heh, heh heh heh, heh heh hehehe... ―Felicia
sonrió de manera oscura y con una risita perturbadora, y
una vez más comenzó a emitir una pesada aura de tristeza,
como si el aire se estuviera arrastrando a su alrededor. Parece
que el dolor emocional de su cumpleaños no se había curado
completamente, después de todo...
Ingrid no sabía cómo manejar el repentino e inesperado
cambio de Felicia y comenzó a entrar en pánico: ―¿Qu... Yuuto,
que es, ¡¿huh?! ¡Felicia, ¿qué te pasa?! ―Ingrid era el tipo de
chica que encontraba satisfacción cuando terminaba un trabajo
con una calidad con la que podía estar satisfecha, por lo que,
generalmente hablando, pasaba la mayor parte del tiempo en
su taller. Como tal, ella también estaba un poco desinformada
cuando se trataba de los asuntos cotidianos de otros, o de los
chismes que se escuchaban en el palacio. Y así, parece que
ella no sabía nada de lo que no se debía hablar con Felicia.
Y luego, la niña idiota que no conocía el miedo, le
echó combustible al fuego.
―Oye, oye, tía Felicia, ¿qué pasa? ―Preguntó Albertina.
―¡Ghh! T-Tía... ―Gimió Felicia.
―I-Increíble, Al... ―Reflexionó Kristina― Incluso yo, que
encuentro la pasión de mi vida en jugar con los sentimientos
de los demás, dudé en cruzar esa línea esta vez. ¡Simplemente
impresionante!
―¡¿Huuuh?! ¡¿Q-Qué hice?!
―Dijiste “tía”, y eso es un tabú en este momento.

127
―¿Qué? Pero papá Yuuto es nuestro padre jurado y tía
Felicia es su hermana menor, así que eso la convierte en mi tía,
y se supone que debo llamarla tía. ¡Eso es lo que dijiste, Kris!
―¡¿Qu―?! ¡No uses tu naturaleza de cabeza hueca para
hacerme un objetivo también, Al! ¡Y estás repitiendo “tía” una
y otra vez! ¡¿Qué te acabo de decir?!
―¡Vino! ―Gritó Felicia― ¡Por favor, tráiganme una bebida!
¡No soporto estar sobria ni un minuto más! ―Frustrada y
claramente enfurruñada, Felicia golpeó su copa sobre la mesa.
Ephelia era una sirvienta y una invitada, así que se apresuró a
vertir alcohol en la copa de Felicia: ―D-De inmediato. ¡Aquí está!
Tan pronto como la copa se llenó, Felicia vació todo su
contenido de una vez y se la ofreció a Ephelia de nuevo.
Viéndose asustada y temblando un poco, Ephelia volvió a
llenar la copa.
Desde el punto de vista de las cosas, probablemente sería una
sabia decisión para Yuuto dejar ese rincón de la mesa en paz.
―Pfft... ¡Ahahahahaha! ¡Solo son los primeros minutos, y
las cosas ya se están poniendo animadas! ―La risa genuinamente
feliz y alegre de Rífa cortó la tensión y pareció animar el
ambiente que se hundía en la habitación. Ella se estaba
rompiendo por las esquinas de sus ojos. Al parecer, realmente
había recibido una patada de ese intercambio.
Una vez que su risa finalmente se calmó, Rífa dócilmente
inclinó la cabeza ante los demás: ―Deseo darles mi más
sincero agradecimiento a todos ustedes por invitarme a un
evento tan divertido y feliz.

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―¡E-Espere, por favor levante la cabeza, Lady Rífa!
―Interrumpió Linnea, un poco nerviosa― Si inclina la cabeza
y nos habla con tanta humildad, no podremos comportarnos
adecuadamente. ―Linnea había sido entrenada adecuadamente
en temas de etiqueta imperial desde sus años más jóvenes,
por su difunto padre, el anterior patriarca del Clan Cuerno.
Por cierto, los únicos presentes que conocían la verdadera
identidad de Rífa eran Yuuto y Felicia (y Erna, por supuesto).
Todos los demás todavía la estaban pasando como la nieta del
jefe de la Casa Jarl.
No era como si Yuuto no confiara en las otras chicas, ni
nada de eso. Pero era solo un hecho que al mantener un secreto,
cuantas menos personas lo supieran, menores serían las
posibilidades de que se filtrara. Si se supiera quién era
realmente Rífa, seguramente mucha gente se presentaría para
intentar usarla, o para obligar a Yuuto a usarla con fines políticos.
Y aunque uno podría ser capaz de acusarlo de simplemente
pensar de forma ingenua, Yuuto, por su parte, sentía que quería
hacer todo lo posible para evitar que una joven como ella
terminara siendo usada como un peón político.
―Hm, ¿es así? ―Rífa parecía no estar segura de su
comprensión del problema.
Linnea dio un humilde, pero asertivamente, asentimiento
de cabeza: ―Sí, mi Lady, lo es.
Aunque ambas eran princesas que ahora eran gobernantes,
criadas como damas de alto estatus, Yuuto vio una gran
diferencia entre ellas.

129
Quizás esto era el resultado de lo que más se esperaba
actualmente del Þjóðann; no las habilidades reales para la
administración y el gobierno, sino para desempeñar el papel
de unificar a la gente como símbolo y objeto de reverencia.
Yuuto intervino para seguir a Linnea: ―Bueno, es así: cuando
alguien de un estatus más alto se reduce demasiado a sí mismo,
simplemente termina haciendo que las personas que están
debajo de ellos se sientan avergonzadas y se disculpen.
―Pfft. Mira a Yuuto aquí, repitiendo lo mismo sobre lo que la gente siempre

le da conferencias... ―Ingrid se rió y murmuró para sí misma.


―¡Oye, oí eso, Ingrid! ―Gritó Yuuto.
―¡Hwah! Mierda... ―Ingrid se movió para cubrirse la boca
con la mano, pero por supuesto ya era demasiado tarde.
Yuuto alineó su mano y la golpeó (ligeramente) con un
buen toquecito de sus dedos en la frente. Luego se volvió
hacia Rífa e inclinó la cabeza hacia ella:
―Lo siento por esto. Todos estamos actuando con malos
modales en su presencia.
―Ciertamente tienes razón. ―Dijo Erna bruscamente―
¿Tiene alguna idea de quién...
Rífa agitó la mano para silenciar a la mujer que estaba
empezando a ponerse nerviosa: ―No, no, no me importa. En
realidad, esto me parece bastante reconfortante. ―Parecía que
había algo más de lo que la muchacha noble estaba mucho
más preocupada.
Los ojos de Rífa estaban prácticamente brillantes: ―Hee
hee, reunirse con otros en un grupo ruidoso alrededor de una
olla caliente como esta, es mi primera vez experimentándolo.

130
Su mirada se fijó en la gran olla de hierro negro justo en
el centro de la mesa kotatsu, descansando en un área excavada
en la parte superior de la mesa, de modo que quedara justo
encima de la fuente de calor para el kotatsu.
Dentro de la olla había una mezcla de carnes, verduras y
otros ingredientes, todo cocinado en un estofado muy caliente.
El estofado burbujeaba agradablemente, y un delicioso
aroma se esparció por toda la habitación.
Yuuto tragó audiblemente mientras su boca se humedecía.
―Bueno, ya que parece estar casi listo... ¿Comemos? Mi
subordinada Sigrún aquí, tiene la capacidad de detectar
cualquier ingrediente peligroso o venenoso en algo, y en el
lugar, así que tenga la seguridad de que no tiene nada de
qué preocuparse en ese frente. ―Yuuto le lanzó a Sigrún una
rápida mirada, y ella le devolvió el saludo.
Sigrún era la encargada de la olla, y ella la había estado
removiendo con cuidado y en silencio todo este tiempo.
―Oh, qué mujer más confiable. ―Rífa asintió encantada―
Entonces comencemos de inmediato. ―Ella extendió su pincho
de madera hacia un corte de cerdo en el corazón de la olla...
...Y hubo un *¡clack!*, cuando la gran cuchara agitadora
de Sigrún la golpeó.
―Esa pieza se acaba de colocar en la olla y no se ha
cocinado correctamente.
―¡H-Hey! ¡Tú niña imprudente...! ―Erna levantó su voz
de nuevo con reproche.
―¿Preferirías que la dejara comer carne cruda que no
es segura? ―Preguntó Sigrún con aspereza.

131
―Urgh... ―Eso cortó la protesta de Erna con una sola
respuesta, y la guardaespaldas imperial se calló a regañadientes.
Parece que a Sigrún no le importaba en absoluto con
quién estaba tratando, renunciando a toda delicadeza social,
incluso con los de la famosa Casa Jarl.
Eso sería lógico, ya que incluso con Yuuto, a quien ella
había jurado su absoluta obediencia, se mantenía agresiva y un
poco dominante en lo que respecta a la comida y las bebidas.
Según Felicia: “Incluso el perro guardián más leal aún le gruñirá a
su amo si trata de interferir con su comida”. Tal vez alguien como
Sigrún, cuya vida giraba en torno a la supervivencia en los
campos de guerra, conocía la verdadera importancia de la
alimentación adecuada a través de su experiencia personal, y por
lo tanto, era un área en la que no se comprometía con nadie.
―Estos están bien cocidos y son perfectos para comer. ―Dijo
Sigrún, y sin esperar la confirmación, recogió los ingredientes y
el caldo en un tazón pequeño de sopa― Aquí tienes. ―Dijo
ella, cortésmente entregándole el tazón...
...A Yuuto.
Al parecer, su colocación de Yuuto como la persona de
mayor prioridad no cambiaría, en ninguna situación.

132
Las cejas de Erna se torcieron visiblemente, y aunque no
dijo nada, estaba claro que el hecho de ignorar el estado de
Rífa había avivado aún más su ira.
Pensando rápidamente en esa fracción de segundo, Yuuto
le pasó el cuenco a Rífa en un movimiento fluido, como si ese
hubiera sido el plan desde el principio: ―Mm, gracias. Aquí
tiene, Lady Rífa.
Una buena jugada, si lo digo yo mismo. Por dentro, Yuuto se
dio una enorme palmadita en la espalda.
―...Aquí tienes. Chichi-ue. ―Dándole a Yuuto un segundo
tazón, Sigrún se dirigió a él directamente, con énfasis.
Aparentemente, para ella, que el tazón que había llenado
primero y que estaba destinado especialmente para su padre
jurado fuera entregado a otra persona, había herido un poco
sus sentimientos. Esa intensa lealtad de ella estaba empezando
a parecer que podría plantar las semillas para los problemas, y
Yuuto estaba empezando a asustarse un poco.
―Ohh. Así que este es el guiso de olla caliente de Iárnviðr.
―Rífa dio unos bocados y masticó pensativamente― ...Hmm,
no diría que sabe mal, exactamente, pero el sabor ciertamente
es más delgado en comparación con el de Glaðsheimr. ―Como
siempre, la divina emperatriz estaba acostumbrada a que se
atendieran sus necesidades, pero no tenía idea de cómo estar
atenta a los sentimientos de los demás.
Esta vez, fueron las cejas de Sigrún las que se crisparon de
irritación. El comentario de Rífa claramente le había golpeado
un nervio. Sigrún era, ―como Yuuto lo sabía― una mujer que

134
tomaba los asuntos relacionados con la comida muy seria y
personalmente. Parecía dispuesta a decir algo horrible, como:
“Si vas a quejarte, entonces no lo comas”.
En lugar de darle a Sigrún la oportunidad de decir algo
peligroso, Yuuto intervino y comenzó a divagar:
―Ya sabe, Lady Rífa, Iárnviðr se asienta en las tierras altas
de las montañas, y estamos bastante lejos de la costa, por lo
que la mayoría de nuestras recetas aquí usan poca o ninguna
sal. Ahora que está visitando nuestras tierras, ¿por qué no
aprovechar al máximo esta oportunidad y disfrutar el sabor
local que quizás no experimente en su hogar? Creo que ese
es uno de los secretos para un buen viaje. ―Sentía que una
chispa errante podría encender las cosas en cualquier momento,
y Yuuto ya tenía un dolor de estómago.
Las partes involucradas probablemente no tenían ninguna
intención real de comenzar nada entre sí, por supuesto.
En momentos como este, la única en quien Yuuto podía
confiar era en Felicia, su asistente de confianza y habilidad, y
que también era la otra persona en la sala que entendía cómo
la verdadera identidad de Rífa, jugaba en la situación.
Desafortunadamente...
―Tienes tanta suerte, Ephy... ―Gimió Felicia― Apenas
tienes más de diez...
―¡L-Lady Felicia, usted todavía es muy joven y hermosa!
―Exclamó Ephelia.
―”Todavía” hermosa, ¿verdad? Aun así, de hecho...
―Ah, ahhh, ¡n-no! ¡P-Por favor perdóneme!

135
―Está bien, está bien. Ya soy una “tía” de veinte años,
después de todo... ―Desafortunadamente, Felicia parecía estar
ocupada quejándose con Ephelia como si fuera una camarera,
y no sería de ninguna utilidad en este momento.
Yuuto vio esto como una mala señal desde el principio, de
lo que vendría...

A medida que sucede, un mal presentimiento sobre una


situación tiende a resultar correcto con más frecuencia de lo
que cualquiera quisiera.
Todas las chicas, especialmente Linnea y Sigrún, eran
personas con un buen autocontrol, que entendían la vieja
premisa de: “Está bien beber, pero no estar demasiado borracho”.
Pero esta vez, ese no parecía ser el caso.
Cuando una borracha Felicia abrió el camino con sus tácticas
agresivas, cada una de ellas cayó, una por una, en el pozo con ella.
―¡¿Quééé?! ¡¿Estás diciendo que no beberás cuando sirva
para tiiii?! ―Gritó Felicia.
En el mundo del Japón del siglo XXI, todos ellos serían
legalmente menores de edad y tendrían prohibido beber, pero
en el Clan Lobo no existían leyes particulares con respecto al
alcohol. Era simplemente la costumbre social general que, las
personas comenzaran a beber en algún lugar alrededor de los
quince años, cuando serían considerados adultos.
Y afortunadamente, eso significaba que Yuuto logró que las
gemelas y Ephelia salieran a salvo de toda esta situación y se

136
fueran a la cama, pero ese era el límite de lo que podía
hacer.
―¡Hee hee hee! Ohhhh, ¿Onii-samaaaaa? ―Dijo Felicia con
voz monótona― ¿Estas borrachoooo? ―Ella se inclinó sobre
Yuuto mientras sostenía una jarra de vino y la volcaba, y
Yuuto levantó su copa con cansancio para ver lo que salía.
―Sí, estoy borracho, Felicia. Gracias a ti.
A juzgar por el hecho de que ella estaba llenando su taza
hasta el borde, parece que su comentario sardónico voló sobre
su cabeza.
―Es gracioso, porque no pareces borraaaaacho en
absolutooooo~. ―Se quejó.
―Puede que tengas razón.
¿Cuán fácil sería si pudiera estar borracho como ellas ahora
mismo? Se preguntó Yuuto con amargura.
Podía decir que estaba un poco intoxicado. Sin embargo, eso
era todo. Tal vez era porque Rífa estaba aquí, y sentía la gran
responsabilidad de no permitirse perder el control de sus
facultades... o tal vez porque, para empezar, tenía una increíble
tolerancia al alcohol. De cualquier manera, por la razón que fuera,
sin importar cuánto bebiera, nunca parecía estar más que intoxicado.
Por supuesto, Yuuto se encontró a sí mismo preguntándose
si realmente era mejor retener su propia inteligencia en una
situación como esta.
―¡Hahahahahah! ¡Qué delicia, qué delicia! ―Sin embargo,
Rífa estaba riendo desde el fondo de su corazón. Ahora
mismo para Yuuto, esa era la única gracia salvadora aquí.

137
Por supuesto, si no fuera por la presencia de Rífa, Yuuto
habría podido escapar de este escenario junto con las tres
niñas...
Pero no podía dejar al Þjóðann completamente borracha y
sola en una fiesta, así que tenía que quedarse allí. Siguió
observándola nerviosamente, preocupado de que él o las
demás pudieran hacer algo para ofenderla.
Felicia se rió: ―¡Onii-sama~! ♥ ¡Por favor bebe más~! ¡Tee hee!
―Sí, sí. ―Yuuto se tragó otra copa de vino, con su corazón
al menos a medias, deseando que funcionara esta vez.
El extraño calor particular del alcohol que una vez había
encontrado desagradable, ya casi no llamaba su atención. Tal vez
se había acostumbrado a beber. Una vez que su copa estuvo
vacía, Felicia la llenó felizmente de nuevo.
Bueno, al menos Felicia también se lo está pasando bien, y parece
que por el momento ha olvidado esas cosas sobre su edad ¿Tal vez
pueda pasar por esto después de todo? Comenzando a sentir los
primeros indicios de alivio de sus nervios, Yuuto llevó la copa
a sus labios.
―Ohhh, ¡hace tanto calor en aquuuuuí~! ―Felicia de repente
comenzó a quitarse la ropa, provocando que Yuuto tosiera y
escupiera su bebida.
Por supuesto, en los meses de verano, Felicia usaba
atuendos bastante reveladores, así que no era como si Yuuto
no estuviera acostumbrado a verla mostrado mucha piel. Aun
así, el acto una mujer desvistiéndose contiene algo único que es
tentador para un hombre. Además, debido a su forma de beber,

138
la piel de Felicia tenía un ligero tinte rojo en algunas partes,
que parecía llevar su sensualidad a un nivel aún más alto.
Era tan atractiva que Yuuto deseaba no haber mirado.
―Ara~, ¿qué es lo que pasa, Onii-sama~? ♪ ―Sonrió
Felicia.
―¡¿Q-Q-Q-Que dem―!? ¡Simplemente porque hace calor,
¿eso te hace pensar que puedes quitarte la ropa de repente?!

139
―Hm, ya veo. ―Dijo Sigrún― Si hace demasiado calor, uno
puede simplemente desvestirse. Es perfectamente lógico.
―¡Vamos, entonces, Rún! ¡Tú también! ―Se rió Felicia.
―¡Uwaaagh! ¡No, detente! ¡Rún, detente! ―Yuuto gritó con
tanto pánico que su voz casi se convirtió en un falsete.
Sigrún había comenzado a quitarse la ropa con velocidad
y entusiasmo, pero ella se detuvo a sus órdenes. Al menos, en
este sentido, no importaba lo borracha que estuviera, aún era la
Sigrún que había prometido su completa obediencia a Yuuto.
―¿Qué pasa, Chichi-ue? ―Preguntó ella.
―¡Piénsalo! ¡Estoy aquí también! ¡Un hombre! ¡Entiendes el
problema, ¿verdad?!
―Ahh, ahora lo veo. Por favor, acepta mis disculpas
Chichi-ue. Me faltó consideración. ―Sigrún inclinó su cabeza
hacia Yuuto una vez, y continuó― Felicia me habló sobre esto.
En lugar de quitarse la ropa de una vez, desvestirse poco
a poco de manera provocativa es mucho más agradable para
un hombre. En otras palabras, preferirías que yo hiciera eso.
―¡No, nooo! ¡Eso no es lo que quise decir!
―Ngh, como la matriarca del Clan Cuerno, no puedo
permitirme quedarme detrás de las dos... ―Murmuró
Linnea.
―Grr, bien, si todas se quitan la ropa, ¡yo también puedo!
―Gritó Ingrid.
―¡¿Qué?!
El alcohol parecía ser el impulso detrás de todo, y ahora, por
alguna razón, la chispa se había encendido bajo la determinación

141
de Linnea y el orgullo obstinado de Ingrid. Las dos también
comenzaron a quitarse la ropa.
Ya no era posible para Yuuto controlar esta situación por
sí mismo, por lo que se volvió hacia Rífa.
Rífa, sin embargo, lo estaba mirando con una sonrisa
realmente malvada y pícara: ―Hmm, ¿crees que esto significa
que debería comenzar a desvestirme, también~? Con las cosas
fluyendo en esa dirección y todo... ¿Qué debería hacer~? ―Ella
estaba viendo completamente esta situación como nada más
que un espectáculo entretenido.
―¿Qué...? ¡No, por favor no bromees con eso y ayúdame
a detenerlas!
―Me niego. Esto parece que será el condimento perfecto
para mi vino.
―Maldición, ¡debí haber sabido que no debí pedirle ayuda
a otro borracho con esto! ¡E-Erna, por favor! ―Renunciando
a Rífa, Yuuto depositó su última esperanza en la severa
guardaespaldas de la chica, y se volvió hacia ella.
Debido a que Erna tenía la misión de proteger a Rífa,
esta noche no había bebido ni una sola gota de alcohol. Ella
debería estar completamente sobria. Y a juzgar por sus
reacciones anteriores, ella era el tipo de persona que se
sentaría y permitiría actos de impropiedad frente al Þjóðann.
No había manera de que ella mirara esto y no reprendiera a
las chic...
―Zzzz...
―¡¿E-Ella se durmió?!

142
―Ah, sí, Erna mencionó que no era nada buena con el
alcohol. ―Dijo Rífa― Sin embargo, nunca habría pensado que
se desmayaría borracha, solo por el olor del alcohol en el
aire. Pero mira por ahí, parece que tienes un asunto más
urgente en este momento...
Riéndose para sí misma, Rífa hizo un gesto hacia el
espacio detrás de Yuuto.
Lentamente, con miedo, Yuuto se dio la vuelta para
mirar y...
―¡Onii-sama! ♪
―¡Chichi-ue!
―¡Yuutoooo!
―¡Anii-ue! ♥
―¡Gahh! ―La vista de las cuatro chicas, medio desnudas
de la cintura para arriba y deslizándose hacia él, hizo que
Yuuto jadeara y retrocediera reflexivamente...
...Pero la habitación no era realmente tan grande. Yuuto
pronto encontró su espalda contra una pared.
―¡T-Todas ustedes, cálmense! ¡V-Vamos a calmarnos, ¿de
acuerdo?! ―Con su voz temblorosa, Yuuto extendió sus palmas
hacia las chicas, pero no tomaron la decisión de detenerse.
Se acercaron más.
Las miradas en sus borrachos y desenfocados ojos eran
extrañamente eróticas, y también más atemorizantes de lo que
podía soportar.

143
―Gah... *jadeo* estoy... *jadeo* demasiado... *jadeo*
cansado... ―Yuuto jadeó, luchando por recuperar el aliento―
Ughh... eso me desgastó mucho más que el Festival de Año
Nuevo... ―Yuuto prácticamente escupió su queja con
exasperación cuando se agachó para recoger algo de la nieve
acumulada, usándola para enfriar el calor de su enrojecida
cara.
Todas las chicas se habían desmayado, borrachas, por lo
que finalmente se las arregló para salir de allí en una sola
pieza.
Parte de esto era culpa suya por permitirse relajarse y bajar
la guardia ya que era una reunión de las personas más cercanas
a él, pero nunca habría pensado que las chicas se convertirían
en tan malas bebedoras.
―Es increíble que haya logrado controlarme a mí mismo
después de todo eso... ―Murmuró.
En esos momentos frenéticos, estaba seguro de que la
escena de ensueño que se desarrollaba, era cómo debía ser el
mítico paraíso del Valhalla. Y ese sentimiento era lo que lo
había convertido en un infierno para él, una dulce pesadilla.
Hubo varias veces cuando el viejo dicho: “Un hombre que no
devuelve los avances de una mujer debería avergonzarse”, se le pasó
por la mente y casi rompió su resistencia. Pero si se hubiera
permitido vacilar incluso un poco, con los efectos del alcohol
atravesándolo también, su mente racional seguramente se habría
derrumbado bajo la presión.

144
Eso era lo cerca de una batalla que había estado.
Por ahora, al menos, les había dado instrucciones a algunas
de las sirvientas para que entraran y les pusieran mantas a las
chicas que dormían, para que no se resfriaran. (Incidentalmente,
luego los rumores se propagarían por todo el palacio, sobre
el supuesto apetito y destreza sexual salvaje de Yuuto, pero
esa es una historia para otro momento).
―¿Hm? ―Yuuto sintió una presencia y miró hacia arriba,
mientras algo corría hacia él a través de la noche.
Al instante siguiente, algo pequeño y gris saltó hacia él
desde la oscuridad, chocando con su muslo.
―¡Whoa! ―Dijo Yuuto― Hola, Hildólfr.
Tan pronto como cayó al suelo, el cachorrito de lobo saltó
felizmente hacia él una y otra vez.
Yuuto sonrió y se agachó para recogerlo.
Tan pronto como Hildólfr estuvo en sus brazos, comenzó
a lamer el rostro de Yuuto. Le hizo cosquillas, y era un poco
asqueroso, pero también era extrañamente reconfortante.
―Heh, al menos contigo ni siquiera es un problema, y
aun así... ―Yuuto suspiró para sí mismo mientras acariciaba
suavemente la espalda del cachorro. Las relaciones entre hombres
y mujeres humanos, por otro lado, eran frustrantemente difíciles.
Una voz vino desde atrás de Yuuto, acompañada por un
suspiro de desaprobación: ―Y sin embargo, estaría bien si
hicieras lo que esas chicas deseaban.
Sorprendido, Yuuto se dio la vuelta para encontrar a la
chica de cabello blanco como la nieve, de pie allí, mirándolo

145
con una expresión que sugería que ella estaba completamente
estupefacta por sus acciones.
―¿Lady Rífa...? ―Dijo él― ¿Estaba despierta?
―Sí, bueno. Solo me desperté hace un momento. Al
parecer, solo estaba un poco dormida. La mayor parte del
tiempo duermo la mitad del día, después de todo. ―Rífa juntó
las manos y las levantó por encima de su cabeza, estirándose.
Tal vez aún quedaba un poco de alcohol en ella, ya que
sus mejillas estaban ligeramente rojas. Pero ella se mantuvo
firme sobre sus talones, y sus ojos estaban claros. Parece que
al menos volvía a estar sobria de nuevo.
―¡Aha! ―Ella se rió― ¡Pero aun así, realmente fue una fiesta
encantadora! ―Rífa cerró los ojos y parecía estar reproduciendo
las escenas de la fiesta en su mente, mientras hablaba.
Yuuto hizo una mueca y respondió con una voz
malhumorada: ―Sí, Lady Rífa, estoy seguro de que lo fue para
ti, ya que tenías un espectáculo muy entretenido que ver.
―Hahaha, ¿qué es esto? ¿Me guardas rencor por el hecho
de que no hice nada para ayudarte?
―Sí, un poco, de hecho. ―Yuuto asintió honestamente. En
este punto ya no le importaba realmente si estaba hablando
con una emperatriz. Estaba seguro de que habría pocas
personas que no se enojarían con alguien que se hubiera
recostado y riéndose de ellos durante un momento de terrible
lucha y necesidad.
―Oh querido. ―Dijo Rífa burlonamente― ¿Por qué razón
tendrías que estar insatisfecho con la adoración de damas tan

146
maravillosas? Negarse a responder a ellas hace que no sea
adecuado llamarse a sí mismo un hombre.
―¡Y diría que tener una actitud así con una chica borracha que
no tiene idea de lo que está haciendo, es mucho más el acto de
alguien que no es apto de ser llamado un hombre! ―Espetó Yuuto.
Este principio intransigente de Yuuto había jugado un
papel muy importante, como su amor por Mitsuki, al evitar
que cruzara esa línea antes.
Esas mujeres eran todas sus compañeras de confianza,
su familia, con quienes había intercambiado el Juramento
del Cáliz.
Nunca podría perdonar a nadie que las hubiera dañado o les
hubiera hecho mal. Eso, por supuesto, incluía al propio Yuuto.
―Tú... eres un hombre mucho más tímido de lo que
esperaba. ―Dijo Rífa― Después de conocerte, es como si
las cosas que escuché estuvieran describiendo a una persona
completamente diferente.
―¿...Y qué tipo de rumores escuchaste sobre mí, si puedo
preguntar? ―Exigió.
―Algo como que pones tus garras sobre cualquier mujer
hermosa que ves, joven o vieja. Un verdadero demonio de la
lujuria.
―¡Eso es una completa estupidez! ¡¿Por qué siquiera
obtendría ese tipo de reputación?!
―¿No es cierto que recientemente fuiste de vacaciones
a una fuente termal, con nada más que una comitiva de
hermosas doncellas?

147
―¡Oh, Dios, eso! ―Yuuto gritó y golpeó su frente con la
palma de su mano, inclinando su cabeza hacia atrás sin
esperanza.
Al ver esto, Rífa dio otro suspiro de decepción, con los
hombros caídos: ―A juzgar por esa reacción tuya, tampoco
sucedió nada en realidad.
―¡Por supuesto que no!
―¿Qué quieres decir con “por supuesto”? Cuando un
hombre y una mujer están juntos solos, una conexión romántica
es el resultado más natural. Incluso debes admitir que tienes
sentimientos propios hacia esas chicas.
―...Bueno, sí, lo admito. Son mi preciosa familia, mis hijas
y pequeñas hermanas juradas.
―No te hagas el tonto. Sabes que no es eso lo que quise
decir. Estoy diciendo qu―
Yuuto cortó a Rífa con una declaración directa: ―Hay una
chica a la que amo en el mundo del que vengo. No quiero
traicionarla. ―Una expresión triste nubló su expresión. No
quería traicionar a Mitsuki, que había pasado casi tres años
apoyándolo, esperándolo y manteniéndolo en sus sentimientos
todo el tiempo.
―Oh, ¿es tal vez esa chica “Mitsuki”, entonces? ―Preguntó
Rífa― La que se parece a mí... Hmm. Entonces, esta Mitsuki
tiene mucha suerte de tener a un hombre tan grande como
tú, dedicándole todo su corazón solo a ella. La envidio
bastante. ―Rífa asintió para sí misma mientras decía esto,
y Yuuto se sintió extrañamente incómodo, como si de alguna

148
manera lo estuvieran criticando. Por supuesto, Rífa claramente
no lo había dicho con la intención de criticarlo; de hecho,
ella prácticamente lo felicitaba.
Aun así, Yuuto sintió una dolorosa opresión en lo profundo
de su pecho... Y de repente, se dio cuenta de lo que era.
Era un sentimiento de culpa intensa.
De culpa hacia la chica que se parecía mucho con la
que hablaba ahora.
―No... no soy un gran hombre en absoluto. ―Yuuto hizo
una mueca y escupió esas palabras con tristeza, agarrando
con fuerza el cuello de su camisa.
Sus sentimientos por Mitsuki estaban allí en su corazón,
y eran ciertos. Nunca habían disminuido en los últimos tres
años y, de hecho, solo se habían fortalecido.
Había vivido todo este tiempo enfermo de los inconvenientes
de la vida en Yggdrasil. No había calentadores ni aire
acondicionado, ni ninguna de las otras bendiciones de la
civilización moderna, y él sentía su ausencia con entusiasmo
todo el tiempo.
Anhelaba constantemente el sabor de una comida adecuada
con arroz blanco.
Pero, aun así, de repente se vio obligado a llegar a una
nueva comprensión de sí mismo. Una parte de él no quería ir a
casa; una parte de él quería quedarse viviendo aquí, con todas.
Él había comido junto a ellas, compartido con ellas
momentos felices y dolorosos; había luchado con ellas en
varias batallas de vida o muerte, y había formado fuertes

149
vínculos con cada una de ellas. Y además de eso, todas lo
bañaron con un afecto puro y sincero. Habría sido casi
imposible que él no sintiera lo mismo a cambio.
―He estado aquí demasiado tiempo. ―Murmuró para sí
mismo― Tengo que regresar a casa, y rápido...
De hecho, ahora más que nunca, Yuuto sabía que tenía
que irse lo antes posible.
Antes de que llegara al punto en que ya no
pudiera más.
Sin embargo, desafiando la angustiosa conclusión de
Yuuto, las manecillas del tiempo continuaban avanzando sin
piedad.
Y así, el invierno largo y frío, pero pacífico, llegó a su fin,
y el comienzo de una fatídica primavera visitó a el Clan
Lobo...

150
Acto 4
―Entonces, ese idiota está haciendo su movimiento...
―Murmuró Yuuto, usando su apodo habitual para Steinþórr.
Acababa de llegar un informe urgente del oeste.
Sentado en su kotatsu y apoyando su barbilla en una
mano, Yuuto suspiró profundamente, lamentando el problema
que este informe seguramente iba a presagiar.
La gruesa capa de nieve que cubría Iárnviðr ahora se
había derretido y, en los campos, ya se podían ver los
capullos de flores aquí y allá. Ya no estaba seco ni frío, y
el viento soplaba el aliento de la primavera.
Dicho esto, todavía era un poco frío en promedio,
lo suficientemente frío como para que fuera perfecto el
quedarse dormido sentado en un cálido kotatsu... que era
lo que Yuuto había estado a punto de hacer, hasta que
Kristina y Albertina llegaron con el informe.
―Sí, Otou-sama, porque cierta idiota actuó sin pensar,
ahora te va a causar todo tipo de problemas... ―Mientras
Kristina hablaba, se volvió para mirar a su hermana. Fue
muy deliberada, incluso acusatoria.
Albertina inmediatamente comenzó a entrar en pánico:
―¡¿Hwah?! ¡¿Yooo?! ¡Espera, no hice nada esta vez!
―Oh, mis disculpas. Cuando escuché la palabra “idiota”,

151
mi mente simplemente asumió que estábamos hablando de
ti, Al.
―¡Eso es horrible! ¡¿Qué clase de persona me consideras?!
―Una idiota.
―¡Eso fue demasiado rápido! ¡¿Es realmente reflexivo?!
―Heh heh, naturalmente.
―¡¿Por qué te ves orgullosa de ti misma?! ―Se quejó
Albertina― ¡Al menos actúa un poco arrepentida!
―...Tch.
―¡¿Por qué estás actuando incluso más cruel en su lugar?!
―Las gemelas estaban siendo tan bulliciosas como siempre.
Últimamente, Yuuto se había acostumbrado lo suficiente a
sus cómicas travesuras de ida y vuelta como para convertirse
en una fuente de entretenimiento para él. Pero en este momento,
no podía permitirse el lujo de sentirse cómodo o distraído.
―Kristina. ―Dijo― Deja de jugar por ahora y dame los
detalles del informe.
―Sí, Otou-sama. ―Como si se hubiera apretado un
interruptor, la cara de Kristina se puso seria al instante y ella
asintió solemnemente.
La forma en que se transformó en una moneda de diez
centavos así, y de manera tan completa, fue algo con lo que
Yuuto al principio tuvo problemas, pero ahora estaba tan
acostumbrado que no le prestó atención.
―De acuerdo con el informe de nuestros espías, una
fuerza del Clan Relámpago de 8.000 hombres ha partido
hacia el este de Bilskírnir, liderada por Steinþórr.

152
―¡E-Espera, espera, ¿ya han partido?! ―Gritó Yuuto― ¡Nunca
recibimos ningún informe de que hubieran comenzado sus
preparativos de guerra, ni una sola cosa! ―Con los ojos
abiertos, Yuuto se incorporó y el puño que había estado en
su mejilla cayó sobre la mesa.
El Clan Relámpago había librado una guerra apropiada
contra el Clan Lobo una vez durante el verano anterior, y
durante el otoño, habían estado actuando durante un tiempo
como si intentaran invadir de nuevo, así que, por supuesto
que Clan Lobo los había tratado como la clase más alta de
amenaza, observándolos atentamente.
Varios agentes entrenados bajo Kristina habían sido
enviados para infiltrarse en el Clan Relámpago, y se suponía
que estarían enviando informes detallados a la primera señal
de cualquier actividad sospechosa.
Y sin embargo, las tropas enemigas ya estaban en marcha
hacia aquí. Esto era un gran shock para Yuuto.
―De hecho, lograron ocultárnoslo todo hasta el final.
―Dijo Kristina― Sospecho que este es probablemente el trabajo
de la Segunda al Mando del Clan Relámpago, Röskva.
―Röskva... Ella es una Einherjar con la runa Tanngnjóstr,
¿verdad? ―Preguntó Yuuto― He oído que a veces también
la llaman por el alias de: “Tritura Dientes”.
―Sí, y es un nombre bastante apropiado, aunque sea por
una razón muy diferente. Sus planes astutos son los que
hacen que otras personas rechinen los dientes. Incluso yo fui
completamente burlada esta vez. ―Kristina hizo una mueca

153
cuando escupió las palabras, y eran claramente sus sentimientos
reales y no un estilo dramático, una rareza para ella.
Kristina podría ser joven en términos de edad, pero en
lo que se refiere a la recopilación de inteligencia, no era nada
menos que una genio. Haber sido tan claramente burlada
por el enemigo debió haber herido su orgullo.
Por supuesto, el hecho de que todavía había empezado
la reunión metiéndose con su hermana solo mostraba que,
aun con su orgullo herido o no, seguía siendo inflexible
cuando se trataba de esa parte de su personalidad.
―Bueno, realmente tengo que concedérselos, en cualquier
caso. ―Dijo Yuuto con otro ceño fruncido― ¿De dónde diablos
sacaron soldados suficientes para formar otra fuerza de 8.000
hombres? ―Era la misma cantidad de tropas que el ejército
del Clan Relámpago había tenido hace medio año en la batalla
del río Élivágar.
Lo que era importante a tener en cuenta, era que habían
alcanzado ese número nuevamente, a pesar del hecho de que
la táctica de inundación repentina de Yuuto les había causado
varios miles de bajas. Y, además, de alguna manera habían
podido organizar, reubicar y equipar una fuerza de ese
tamaño, sin que Kristina se enterara. Era un misterio cómo
Röskva había logrado eso.
―Ella es buena... Demasiado buena para que se desperdicie
en ese idiota. ―Suspiró Yuuto― Honestamente, me encantaría
reclutarla yo mismo.
En lo que se refiere al Clan Relampago, “El Tigre

154
Hambriento de Batalla” Steinþórr, era sin duda la estrella
de su propio programa, pero sin duda, eso también era
posible porque las excepcionales habilidades políticas y
administrativas de Röskva, lo apoyaban detrás de escenas.
Sin embargo, Yuuto no podía permitirse perder demasiado
tiempo elogiando a su enemigo.
Esta situación requería una acción urgente.
―Reúnan las tropas, tan rápido como sea humanamente
posible. ¡Partiremos e interceptaremos al Clan Relámpago en
el campo!

El área justo afuera de las puertas de Iárnviðr estaba repleta


de gente. Los caballos de carga estaban alineados contra las
paredes, con soldados en líneas de una sola fila que conducían
a ellos. Cada soldado esperaba su turno para recibir paquetes
de equipos y suministros, que luego llevarían a su propio
escuadrón. Los escuadrones se reunían en varios lugares.
El estruendo general era puntuado aquí y allá por los
gritos de un escuadrón que pasaba por alto, o los gritos de
un argumento acosado sobre un tema u otro.
En un rincón de la ciudad, a cierta distancia de las
tropas amasadas, Rífa miró con asombro, girando el mango
de su sombrilla de tela: ―Oho... esto es todo un espectáculo.
Esto no era sólo una gran reunión de personas. Estas
personas estaban a punto de ir a la guerra, y había una
sensación palpable de calor ―de violencia― saliendo de ellos.

155
Incluso mirándolos desde la distancia, ese calor violento le
envió un escalofrío a Rífa, y la piel se le puso gallina en
sus brazos.
―Lo siento por esto. ―Le dijo Yuuto, e inclinó la cabeza,
pareciendo un poco culpable― A pesar de que se supone que
debe ser tu despedida, ha terminado siendo muy apresurado.
De hecho, este era el día en que Rífa partiría de Iárnviðr,
el comienzo de su viaje de vuelta a casa. Y sin embargo, a
pesar del hecho de que Yuuto estaba abrumado por todos
sus apresurados preparativos para la guerra, todavía había
tenido tiempo de venir a despedirla.
Tal vez porque se pondría en marcha poco después, Yuuto
estaba vestido de negro azabache, con un manto a juego y
su expresión parecía un poco más severa y galante de lo
normal. Rífa sintió que los latidos de su corazón aumentaban
ligeramente ante esta versión diferente del joven.
―No, eso no se puede evitar. ―Dijo ella, sacudiendo la
cabeza ligeramente― Tus enemigos han comenzado su ataque,
después de todo.
―Aprecio que digas eso.
―¿Crees que puedes ganar?
―No tengo intención de pelear una batalla que no pueda
ganar. ―Dijo Yuuto, con un indicio de una sonrisa irónica.
A pesar de que la guerra estaba tan cerca, no parecía
nervioso, pero tampoco parecía demasiado relajado.
Se veía... natural.
Esta era una persona que ya había luchado más de una

156
docena de batallas, a pesar de su corta edad. Esto era quizás
lo que parecía la cara de la experiencia militar. Cuando miró
a los soldados distantes, Rífa se encontró momentáneamente
fascinada por su rostro de perfil.
Realmente eres un hombre pecador, Yuuto, pensó ella, con una
sonrisa triste.
―Ya veo... ―Dijo Rífa― Bueno, en ese caso, te pediré
que hagas lo mejor que puedas para no morir, entonces.
―Por supuesto. Y cuando las cosas se calmen, ven a
visitarnos. Estaremos encantados de recibirte de nuevo.
―¿Está realmente bien? Estoy bastante segura de que te
he causado todo tipo de problemas mientras estuve aquí.
―Ahaha... ―Yuuto soltó una risa seca, y desvió sus ojos. El
hecho de que no lo negara significaba que estaba esencialmente
de acuerdo.
Rífa estaba un poco molesta por esto, pero al mismo
tiempo, ella lo encontraba reconfortante. En la época en que se
conocieron, como patriarca del clan, nunca se habría permitido
actuar o hablar así con ella. Era una prueba de lo mucho que
se habían acercado durante los últimos tres meses.
―Han pasado muchas cosas... ―Rífa se sintió emocional,
sintiendo el tinte de la soledad que venía con saber que las
cosas buenas debían llegar a su fin.
Mientras cerraba los ojos, las escenas de todas las cosas
que había experimentado durante estos tres meses, entraban
y salían de su mente. Todas y cada una de ellas, había sido
una primera experiencia en su vida. Todas eran preciosas para

157
ella, y los recuerdos brillaban como gemas en lo más profundo
de su corazón.
Uno de ellos, era considerablemente más brillante que
el resto.
―Yo diría que el mejor recuerdo es el de ese guiso caliente
que comimos juntos. ―Dijo― ¡Estuvo realmente delicioso!
―¿Eh? Pero, ¿no te quejaste en ese momento que el sabor
era demasiado simple?
―¡Erm...! No necesitas recordar esa parte. ―Rífa frunció
el ceño ante la innecesaria respuesta de Yuuto.
Era cierto que, cuando probó la comida por primera vez,
estaba insatisfecha. Pero luego, antes de que se diera cuenta,
se había encontrado comiendo con ganas, tan cordialmente
que, al final, había tenido acidez estomacal.
Y ahora, pensando en el pasado, por más simple y
sencillo que fuera el sabor, sentía nostalgia por ese sabor de
una manera que nunca habría sentido por todas las deliciosas
comidas que había comido hasta ahora.
Ella también era consciente de la verdadera razón de eso.
Era, simplemente, porque ella había sido feliz.
Reunirse en una mesa con personas de la misma edad
que ella, riendo y haciendo ruido juntos, fue algo que Rífa
nunca había experimentado hasta esa noche.
Tal vez era algo trivial para la gente común, algo que
daban por sentado, pero para Rífa, el recuerdo de esa noche
era un momento precioso e insustituible.
―Er, Lady Rífa... ¿e-estás llorando? ―Yuuto tartamudeó.

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―T-Tonto, ¡por supuesto que no estoy llorando! ¡El sol es
simplemente demasiado brillante para mis ojos!
―¿El sol...? Pero el cielo está nublado ahora mismo.
―Bueno, aun así, ¡todavía es demasiado brillante para mí!
―Protestó Rífa, mientras se frotaba las comisuras de los ojos
con ambas manos.
En realidad, los ojos de Rífa eran increíblemente sensibles
a la luz. Incluso con un cielo nublado como el de hoy, se
sentía demasiado brillante para su gusto. Por supuesto, no
lo suficientemente brillante como para hacerla llorar.
Sin embargo, por alguna razón, sus ojos se sentían
terriblemente calientes en este momento. Ella no podía apartar
las manos.
―Yo... no estoy llorando, ¿entiendes? ―Dijo Rífa,
sollozando un poco.
―...Por supuesto. ―Respondió Yuuto en voz baja, y luego
se quedó en silencio. Esperó pacientemente a que las lágrimas
de Rífa se detuvieran.
Esa amabilidad de él hizo sentir como si algo en el corazón
de Rífa estuviera a punto de estallar.
―Eso me recuerda... ―Dijo al fin― Has hecho mucho
por mí y, sin embargo, no te he dado ninguna recompensa.
―Rífa inclinó su sombrilla ligeramente hacia adelante para
que ocultara la parte superior de su cara y ojos.
―¿Eh? Oh, no, eso no es necesario, de verdad. ―Yuuto
casualmente agitó su mano, rechazando su oferta. Normalmente,
los gobernantes poderosos tenían fuertes ambiciones y codicia,

159
pero como siempre, este joven parecía carecer de tales
deseos.
Sin embargo, Rífa era el tipo de chica que estaba
acostumbrada a obtener lo que quería, y no le gustaba que
la rechazaran. Ella persistió obstinadamente: ―¿Crees que voy
a aceptar eso? Yo soy el Þjóðann. No me iré sin que mis
súbditos hayan sido premiados por sus logros. Es una cuestión
de honor.
―C-Cierto.
―¿Qué pasa con esa respuesta a medias? ―Preguntó ella
ofendida― Personalmente te estoy ofreciendo una recompensa.
―Oh, uh, muchas gracias, Su Majestad.
―¡No te molestes en dar un agradecimiento tan forzado!
¡No lo necesito!
―L-Lo siento.
―Hmph. Contigo siendo tan obstinado como eres, no te
sorprendas si esa chica que amas se cansa de ti.
―Ahaha, haré mi mejor esfuerzo para mejorar.
―Bien, entonces. Aquí, tómalo. ―Rífa extendió un puño
cerrado y luego lo abrió.
Yuuto miró su palma por un segundo, luego entrecerró
los ojos, desconcertado: ―Um, no veo nada allí...
―¿Disculpa? ¿Qué estás diciendo? Está justo ahí. Tu vista
ciertamente es mala.
―Bueno, sí, en comparación con una persona promedio
de aquí, mis ojos no son tan buenos, claro, pero...
―Vamos, entonces, inclínate y mira más de cerca.

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―B-Bueno. ―Yuuto se inclinó para poner su cara cerca
de la palma de Rífa, y entrecerró los ojos, tratando de ver lo
que tenía en la mano. Pero a juzgar por su tensa expresión,
todavía no veía nada.
―Bien, allí debería estar bien. Eres bastante alto, después
de todo.
―¿Eh? ―Yuuto claramente no entendió el significado detrás
de las palabras de Rífa, y su rostro se volvió para mirarla.
Rífa tiró la sombrilla a un lado y, colocando rápidamente
sus manos en las dos mejillas de Yuuto, cerró los ojos y lo
empujó suavemente...
...Presionando sus labios contra los de él.
―¡¿Mm, mmph?!
―¡¿L-Lady Rífa?! ―Gritó Felicia.
Cuando Felicia levantó la voz alarmada, Yuuto reaccionó
luchando para retirarse, pero Rífa no lo dejó ir. Se aseguró
de grabar la sensación de sus labios y ese momento, en su
memoria...
...Y en la de él.

161
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Después de cinco segundos completos, ella finalmente
lo soltó.
―¡Kh...! ―Mientras lo hacía, Yuuto prácticamente saltó
hacia atrás, mirándola con ojos llenos de sorpresa.
Rífa recogió su parasol y le dio una sonrisa triunfante:
―¡Hm-hm-hm! ¡El descuido es el peor enemigo de un guerrero!
Parece que logré engañar al invicto comandante del Clan Lobo.
―¡¿P-P-P-Por qué... ¡¿Por qué hiciste eso?! ―Yuuto ignoró
completamente su alarde y simplemente le lanzó esa pregunta.
Ni siquiera valía la pena burlarse.
―Hmph. ―Se burló― ¿No estás planeando marchar a
la guerra? El mismísimo Þjóðann acaba de concederte
personalmente lo que equivale a una bendición sagrada, con
la esperanza de que regreses victorioso.
―¡¿Q-Quéééé?! Aunque e-este es un favor que no pedí...
er... ¡Quiero decir...! ―Tal vez porque todavía estaba confundido,
los verdaderos sentimientos de Yuuto se desvanecieron primero.
Rífa soltó una risita irónica: ―Realmente nunca cambias.
Eres tan grosero como siempre.
―Lo siento... Realmente lo soy.
―Oh, está bien. ―Rífa se rió y sacudió la mano hacia la
tímida disculpa de Yuuto.
Ese lado delicado de él, era parte de lo que la había atraído
hacia él en primer lugar. Todos los que conocían a Rífa la trataban
con reverencia y admiración. Eso era, a su manera, inevitable.
Para la gente de Yggdrasil, el Þjóðann era ese tipo de figura.
Sin embargo, este joven era diferente.

163
Podría usar un lenguaje respetuoso adecuado hacia ella,
pero el respeto en ese idioma no era más que una formalidad
superficial.
Y eso era bueno.
Él era el único que la había visto como una chica normal,
que la había tratado con amabilidad como si fuera una chica
normal.
Nunca había mostrado el menor interés en absoluto en
su posición como el Þjóðann, o en tratar de usarla de alguna
manera.
Y para una chica que había crecido protegida del
mundo exterior, eso fue suficiente para encender los primeros
sentimientos fugaces de pasión dentro de su corazón.
Cuando Rífa volvió a hablar, su sonrisa era alegre y algo
solitaria: ―Se dice que incluso el amor no correspondido
sigue siendo amor, ¿no? Del tipo que una chica normal
experimenta en una vida normal. Seguramente puedo
considerarme afortunada por haberle dado mi primer beso a
un hombre al que realmente amo.
―¡¿Q-Quééé?! A-Al que realmente amas... Quieres decir,
um... ¡¿A m-mi?! ―Yuuto gritó.
―¿Por qué estás preguntando eso ahora? ―Rífa dejó caer
los hombros y ella suspiró, exasperada. Ella lo había besado,
así que, por supuesto, tal cosa debería ser evidente.
Es un hombre tan tonto que siento pena por las luchas que
deben atravesar las mujeres que están a su alrededor, pensó Rífa,
incapaz de reprimir la compasión por sus rivales en el amor.

164
―Bueno, al menos me he dado a mí misma un último
recuerdo maravilloso antes del matrimonio. ―Dijo Rífa― No
puedo hacer exactamente nada infiel una vez que sea la
esposa de un hombre, después de todo.
―¡¿Huh?! ¡¿M-Matrimonio?! ―Yuuto tartamudeó.
―¿Por qué estás tan sorprendido? Soy el Þjóðann. Llevo
la sangre del divino emperador Wotan y, junto con ella, el
deber de transmitir esa línea de sangre. Y ya estoy en edad
de casarme también. Unas pocas propuestas de matrimonio
en este punto no deberían sorprender en lo más mínimo.
―P-Pero, bueno, eso puede ser cierto, ¡pero...! ―Yuuto
parecía particularmente nervioso.
Esto hizo que Rífa se sintiera increíblemente feliz. Por
supuesto, ella entendía que, al final, fue su reacción instintiva
porque ella tenía la misma cara que la chica que amaba, y
eso lo confundía.
―U-Um, ¿qué tipo de persona es...? ―Yuuto se aventuró.
―Es el sumo sacerdote del sagrado imperio de Ásgarðr,
y patriarca del gran Clan Lanza... Y bueno, también es un
viejo repulsivo más allá de los sesenta años.
―¡¿Sesenta?! ―Yuuto se quedó boquiabierto.
Esa era, tal vez, una reacción natural. Rífa tenía dieciséis
años, por lo que tenía la edad suficiente para ser su abuelo. Sin
mencionar que en Yggdrasil, el hecho de llegar a los cincuenta ya
se consideraba una vida muy larga. Sesenta era considerado tan
viejo que podría esperarse que falleciera en cualquier momento.
De hecho, uno podría llamarlo un matrimonio muy irregular.

165
―¿Por qué alguien tan desigual sería... ¿No puedes
negarte?
―Es imposible, me temo. ―Dijo Rífa con pesar― Ese
hombre... Hárbarth, tiene el imperio central firmemente en
la palma de su mano. Ya no queda nadie en la corte imperial
que pueda desafiarlo. Él los controla a todos.
―E-Eso no puede ser... Pero... ¡Pero aun así, tú...!
―¿Qué? ¿Estás diciendo que deseas casarte conmigo,
entonces? ―Rífa se encontró con los ojos de Yuuto, con una
mirada puntiaguda y traviesa.
―Eso es... ―Yuuto no pudo decir más palabras que eso.
Rífa se dio cuenta de lo injusta que era con él. Pero este
era el hombre que había rechazado su amor, después de todo.
No había daño en un poco de reembolso.
―Ahora bien, realmente se ha vuelto demasiado doloroso
para mí permanecer a la luz del sol por más tiempo. ―Dijo
con ligereza― Soy reacia a hacerlo, pero tendré que despedirme.
―Rífa se volvió y se dirigió hacia su carruaje.
Yuuto gritó amables palabras de despedida detrás de
ella: ―Por supuesto, Lady Rífa. ¡Te deseo lo mejor, y que tengas
un viaje seguro en la carretera!
Me dejarás ir con una amable despedida, pero nunca con las
palabras que realmente quisiera oír, pensó.
Rífa levantó una mano y de despidió mientras caminaba,
pero ella no se volvió para mirarlo.
―Adiós, entonces. Pasaré mi viaje de vuelta a casa, orando
por tu victoria.

166
Después de que el carruaje de Rífa comenzara a avanzar,
la voz engreída de una niña pequeña llamó desde abajo, y
una figura sombría cayó al suelo desde lo alto de una palmera
datilera cercana.
―Kusu kusu kusu. Oh, Otou-sama, nunca me dejas de
impresionarme... Pensar que incluso harías que Su Majestad
imperial se desmaye por ti...
―¡¿Eh?! ¿¡Kris!? ―Felicia gritó sorprendida, y su expresión
estaba positivamente mortificada.
Como la guardaespaldas personal de Yuuto, el hecho
de que ella hubiera permitido que alguien se acercara tanto a él
sin darse cuenta de su presencia, debió haber sido un doloroso
fracaso para ella. Sin embargo, se podría decir que esta vez
simplemente se enfrentaba a un oponente del tipo equivocado.
Kristina era una Einherjar portadora de la runa Veðrfölnir,
“El Silenciador de Vientos”. Las habilidades que le otorgaba,
significaba que era insuperable en el arte de borrar su presencia
y por lo tanto, tenía un talento natural para el espionaje.
Por supuesto, si Kristina hubiera albergado alguna intención
asesina hacia ellos, Felicia lo habría sentido de inmediato.
―Kusu kusu, Al también está aquí. ―Kristina se rió y
señaló hacia la parte superior del árbol, donde Albertina
estaba diciendo: “¡Waaah, uwaaah!”, para sí misma y cubriéndose
los ojos tímidamente con ambas manos. Naturalmente, con
un hueco entre sus dedos para poder ver a través.
No había necesidad de preguntarlo, entonces. Al parecer,

167
ambas habían presenciado el beso. Y ambas se habían enterado
de la verdadera identidad de Rífa.
Yuuto negó con la cabeza y suspiró: ―¿Escuchando y mirando
a escondidas? Realmente tienes unos hobbies muy malos.
―Oh, no te preocupes, es mi trabajo. ―Sonrió Kristina.
―Entonces, en lugar de a mí, me encantaría que observaras
el estado de las cosas en el Clan Relámpago.
―Por supuesto. Todo a su debido tiempo. Aunque, en lugar
de preocuparte por mí, ¿estás seguro de que estás bien al dejar
ir a Lady Rifa?
―No importa lo que yo piense. Ella se comprometió a
volver. No puedo evitar que ella se vaya. ―Yuuto escupió
las palabras con amargura y apretó los puños.
Esas palabras eran en parte dirigidas a sí mismo.
Si ella regresaba, Rífa tendría que casarse con el anciano
que era patriarca del Clan Lanza. Era un matrimonio político,
y uno contra el cual Rífa claramente estaba en contra. Era
una chica de solo dieciséis años, y se veía obligada a casarse
con un hombre que no le gustaba, lo suficientemente mayor
como para ser su abuelo. No había posibilidad de que ella
no fuera miserable ante la perspectiva.
Honestamente, él quería evitar que ella se fuera. Como su
amigo, se sentía enojado por ella y le encantaría ayudarla a
romper el matrimonio arreglado.
Sin embargo, Rífa era el Þjóðann, la divina emperatriz que
gobernaba todas las tierras de Yggdrasil, y Yuuto no era más
que el patriarca del Clan Lobo, un vasallo provincial.

168
Si actuaba precipitadamente y trataba de albergarla, podría
acabar siendo pintado como un traidor por el imperio, como
un hombre horrible que había secuestrado a su emperatriz.
En una situación como esa, la verdad real no importaba.
Lo que importaba era que les daría a todos los demás una
justificación política para tomar medidas contra él.
―Si el yo de hace dos años me viera ahora, estoy seguro
de que me gritaría que no me sentara en la cerca como si
fuera un pollo, y maldeciría mis entrañas. ―Susurró Yuuto,
a nadie en particular con una sonrisa burlona en su rostro.
Él envidiaba al Yuuto de aquel entonces por poder decir
algo así... y, al mismo tiempo, lo detestaba.
Ese tipo de ingenuidad infantil podría sonar bien a
primera vista, pero visto de otra manera, sería implorarle
a Yuuto que pusiera en peligro las innumerables vidas de toda
su gente por el bien de ayudar a Rífa, una persona soltera.
Justo en este momento, estaba comenzando una guerra con el
Clan Relámpago, y el Clan Pantera todavía lo amenazaba desde
el noroeste. Crear más enemigos en este punto era demasiado
peligroso. Como patriarca de un clan, no podía perdonarse el lujo
de tomar decisiones mientras estaba borracho en su heroísmo.
Claro, esto se sentía como si estuviera abandonando a Rífa
a su suerte, y lo dejó con un dolor insoportable en su corazón.
Pero Yuuto tenía que soportarlo. Lo haría para cumplir su
deber como gobernante de su pueblo.
Tragándose sus sentimientos, Yuuto se giró para enfrentar
a sus tropas, con su manto aleteando detrás de él.

169
―¡¡Tropas del Clan Lobo, nos vamos!!

Bruno, el sumo sacerdote y el mayor anciano del Clan


Lobo, gritó su oración hacia los cielos. Sostuvo en alto una
espada dorada y luego la arrojó sobre la cabra joven que yacía
en el altar del santuario: ―!Oh, Angrboða, divina guardiana y
madre para todos nosotros! ¡Por favor, concédele tu protección
a tus hijos, que parten ahora a la batalla! ¡Danos la victoria!
La sangre fresca lo roció, manchándole la cara y la túnica.
Pero Bruno no reaccionó a esto, y siguió apuñalando a la cabra
una y otra vez.
Este ritual se ofrecía en oración por la victoria en
esta guerra.
Aunque podría parecer cruel para las mentes modernas,
tales prácticas habían sido comunes no solo en Yggdrasil,
sino en toda la Tierra desde tiempos antiguos. Incluso se
podría decir que, dado que no estaban sacrificando a otros
seres humanos, era comparativamente suave.
Bruno levantó la espada de nuevo, con su hoja ahora
teñida de rojo y gritó en voz alta: ―¡Ahora, levantemos
nuestras voces juntos! ¡Danos la victoria! ¡Victoria!
―¡¡Victoria!! ¡¡Victoria!! ―Se escuchó un coro de gritos
en respuesta a la apelación de Bruno.
En este momento, varias docenas de personas asistían al Hörgr,
la amplia cámara del santuario en la parte superior de la torre
sagrada del Clan Lobo, el Hliðskjálf. Mantenían sus manos juntas
frente a sus pechos, y sus ojos estaban cerrados fuertemente.

170
Jörgen, Ingrid y Ephelia estaban entre ellos.
Quienes no pudieran salir a pelear personalmente, rezarían
a los dioses de esta manera por la seguridad de sus amigos y
seres queridos allí, en el campo de batalla.
Había santuarios similares en la ciudad, y en este momento,
seguramente estaban llenos de personas que venían a orar.
Una vez que terminó la ceremonia, Jörgen relajó su cuello
rígido con algunos crujidos y salió del santuario, refunfuñando
para sí mismo.
―Haa... Honestamente, ese molesto mocoso del Clan
Relámpago... Simplemente tiene que venir y hacer esto durante
una época tan ocupada del año...
Era solo una parte de los hombres los que fueron reclutados
para salir a pelear. Generalmente hablando, el tercer hijo de
cada familia y menores. Así que, incluso en tiempos de guerra,
no era como si todos los hombres hubieran abandonado la
ciudad y sus alrededores, pero aun así, era inequívocamente
una gran disminución en la fuerza laboral disponible.
Sin Yuuto, Jörgen se desempeñaba como su representante y
cargaba con toda la autoridad del patriarca. Lo que significaba
que, ahora él estaría enfrentando todos los problemas y dilemas
―previstos e imprevistos― que surgieran.
Iban a ser muchos dolores de cabeza...
Una voz inesperada lo llamó cálidamente cuando terminó
de descender por la escalera exterior de la torre sagrada:
―¡Ohh! ¡Si no es Jörgen!
Dándose la vuelta, vio a un hombre bien constituido,

171
de mediana edad, con una barba elegantemente recortada,
sonriéndole y saludándolo. Estaba bien vestido, marcándolo
como un hombre de alto estatus.
No era miembro del Clan Lobo, pero tampoco era
un extraño.
Jörgen lo reconoció de inmediato: ―Ah, Lord Alexis. No me
di cuenta de que estaba aquí. Debo agradecerle humildemente
una vez más por actuar como mediador para mí durante mi
ceremonia de Juramento del Cáliz en el Festival de Año Nuevo.
―Jörgen habló con humildad, ya que se trataba de un Goði,
un sacerdote de alto rango del sagrado imperio Ásgarðr, que
también era su representante.
Durante el Festival de Año Nuevo, cuando los otros clanes
subordinados intercambiaron el Juramento del Cáliz entre sí
y con Jörgen, fue Alexis quien sirvió como intermediario oficial
durante la ceremonia.
―Oh no, no, esa también fue la primera vez que tuve la
oportunidad de administrar una ceremonia de grupo tan grande.
―Dijo Alexis, sonriendo― Me permitió tener una experiencia
de aprendizaje muy útil.
―Oh, por favor, no debe ser tan humilde. ―Dijo Jörgen―
Su equilibrio y dominio del ritual fue simplemente magistral.
―Hahaha, no se siente nada mal recibir ese tipo de
elogios.
―Por cierto, Lord Alexis, ¿qué lo trae a Iárnviðr? ―Preguntó
Jörgen.
―Ah, bueno, un pequeño rumor sobre el viento, en realidad.

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Escuché que una señora de la familia imperial se alojaba aquí
en Iárnviðr, y como estaba cerca, pensé que podría presentar
mis respetos.
―Ah, debe referirse a Lady Rífa. ―Dijo Jörgen, asintiendo.
En la cultura del imperio, tenía mucho sentido que un
sacerdote imperial pudiera tratar de hacer una visita respetuosa
a un miembro de la casa imperial, si supiera que ella estaba
cerca.
―Aun así, llega un poco tarde. Esta misma mañana, Lady
Rífa se dispuso a regresar a casa.
―Sí, eso es lo que parece. Supongo que perdí mi
oportunidad. Cuando supe eso, pensé que, en ese caso, ya
que estaba aquí, también podría visitar el Hliðskjálf y ofrecer
una oración de agradecimiento a los dioses por mi llegada
a salvo. ¿Pero acaso están en medio de algo aquí?
―Sí, el Clan Relámpago aún no ha aprendido la lección y
lanzó otra invasión, ya ve. Todos estábamos terminando nuestra
ceremonia para orar por Oyaji-dono y la victoria de todos
los demás en la batalla, y por su regreso seguro.
―Ya veo. Entonces tal vez me contenga por hoy y vuelva
más tarde.
―Oh, no se preocupe, acabamos de terminar. Por favor, use
el Hörgr como quiera.
―¡Ahahaha! No, después de escuchar las oraciones de tantos,
incluso los dioses deben estar cansados. Regresaré mañana.
Bueno, entonces cuídate. ―Alexis saludó con la mano y se dio
la vuelta, caminando por donde había venido.

173
Y una vez que hubo caminado una cierta distancia, y pudo
estar seguro de que no había nadie alrededor que pudiera
oírlo, se rió y murmuró con aire de suficiencia para sí mismo.
―Heh heh heh, por supuesto, no importa cuánto les oren
todos a los dioses, ese muchacho nunca volverá aquí de nuevo.

El sonido de los cascos resonó como un trueno a través de


la tierra. El caballo que llevaba a Steinþórr, cruzó el campo de
batalla.
Balanceó un largo martillo de guerra de hierro mientras
montaba. Un humano normal tendría dificultades incluso para
levantar un arma tan grande y pesada, pero el joven pelirrojo
la giraba con tanta facilidad como si estuviera girando un
palo de madera ligero.
Cada vez que los soldados del Clan Lobo trataban de
bloquear su camino, eran, uno por uno, tirados al alcance de
su tormenta de hierro y enviados a volar.
―¡Uwaah!
―¡Gyaah!
Por fin, Steinþórr vio a un hombre en particular.
Parecía estar en lo último de sus treinta años, con una cara
robusta y de aspecto fuerte. Con solo un vistazo a su cuerpo,
se podía ver la constitución y la fuerza que lo marcaban como
un guerrero formidable.
Pero al encontrar sus ojos con el que se dice que tiene el
corazón de un tigre, incluso ese hombre se quedó sin aliento,
y su rostro se tensó.

174
―¡Raaagh! ―Rugió Steinþórr.
―¡Gahk...!
Con un poderoso rugido, Steinþórr bajó su martillo en un
pesado arco vertical desde su posición en lo alto de su caballo.
El ataque fue tan rápido que el otro hombre no tuvo tiempo
de reaccionar, y su cabeza quedó literalmente destrozada,
dejando que el resto de él cayera como un cadáver sangriento.
Al momento siguiente, todos los soldados del Clan
Relámpago del entorno se alzaron en un grito triunfante.
―¡¡Oooooooooohhhhhhhhhhh!! ¡Lord Steinþórr ha derrotado
al comandante enemigo!
―¡Salimos victoriosos!
―¡Saludos a Dólgþrasir, “El Tigre Hambriento de Batalla”!
Con en ese último grito, todos los otros soldados comenzaron a
cantar a coro: ―¡Saluden todos a Dólgþrasir, “El Tigre Hambriento
de Batalla! ―Alzaron sus lanzas al aire y sus gritos de victoria
comenzaron a resonar. El coro se extendió hacia el exterior, y en
un abrir y cerrar de ojos, abarcó toda la fortaleza y el área a
su alrededor.
Estaban luchando por el control de una fortaleza junto a
la frontera entre los Clanes Lobo y Relámpago. Una vez había
estado bajo el control del Clan Relámpago, pero en la guerra
del verano anterior, el Clan Lobo la había tomado. Recuperar
un poco de lo que habían perdido era, sin duda, agregar alegría
a las celebraciones de los soldados del Clan Relámpago.
―Ahh, sin embargo, esto no fue tan satisfactorio. ―Murmuró
Steinþórr― Bueno, supongo que está bien para un aperitivo.

175
Un hombre delgado con un rostro elegante y agraciado
se acercó a Steinþórr y lo llamó: ―¡Bastante increíble, tío!
No debería haber esperado menos. Tomó toda la fortaleza
sin siquiera sudar. Había planeado acudir en su ayuda si
parecía tener alguna dificultad, ¡pero tal plan era completamente
innecesario, al parecer!
Este hombre llevaba el mismo equipo que un soldado
estándar del Clan Relámpago, pero el manejo de su caballo
era mucho más experimentado. El nombre del hombre era
Narfi, y era uno de los generales del Clan Pantera.
En un clan lleno en gran parte de hombres que eran en
general vulgares y groseros, este hombre parecía tener un aire
mucho más educado y amable sobre él, y esa era una de las
razones por las que fue seleccionado para ser enviado con
Steinþórr y el Clan Relámpago, para gestionar la comunicación
entre los dos ejércitos.
Steinþórr usó la empuñadura de su martillo de guerra
para golpear la armadura de su hombro: ―Oye, Narfi. No,
ustedes ya me están brindando mucha ayuda. ―Él tampoco
estaba mintiendo.
El Clan Relámpago había sido capaz de coordinar y lanzar
una invasión blitzkrieg inmediata antes de que el Clan Lobo
pudiera notarlo, y la razón principal de esto era que, el Clan
Pantera había suministrado todo el equipo y los suministros
para ambos ejércitos.
En la batalla del río Élivágar durante la guerra anterior, el
Clan Relámpago había perdido a muchos soldados y una

176
porción considerable de territorio, y la caída de su poder
militar había sido dura. El apoyo diverso que les ofreció el
Clan Pantera había llegado exactamente en el momento en
que más lo necesitaban. Por supuesto, no era gratis, y el
Clan Pantera esperaba algo a cambio.
―Oh, esa ayuda no es nada, mi tío pelirrojo. Ni siquiera lo
llamaría así. ―Con una sonrisa amistosa, Narfi extendió
sus brazos abiertos― Después de todo, nosotros, el Clan Pantera
y el Clan Relámpago, somos hermanos.
Steinþórr resopló de risa: ―Hah, claro, y dices eso mientras
nos usas a nosotros, tus “hermanos”, como escudos. Ustedes
realmente son algo, chicos.
Los puntos principales de la estrategia de los clanes ya
habían sido determinados. El ejército del Clan Relámpago debía
servir como la vanguardia.
El otoño pasado, el Clan Pantera había perdido en batalla
contra una nueva táctica del Clan Lobo que utilizaba carros
con vagones de hierro para formar un muro. Steinþórr, con
su runa Mjǫlnir, “El Destructor”, era el único capaz de atravesar
ese muro defensivo. Al menos, esa fue la razón oficial dada.
Pero dicho de otra manera, la estrategia del Clan Pantera
era empujar el trabajo más peligroso hacia el Clan Relámpago,
y luego lanzarse al final y cosechar las recompensas de la
victoria por sí mismos.
―N-N-N-N-No, e-eso es... ¡Eso no es verdad en
absoluto! ―Gritó Narfi― Es como le dije antes: ¡Nosotros solos
no podemos superar el muro defensivo del enemigo! Por

177
supuesto, me doy cuenta de que esto coloca los roles más
desfavorables para usted y para el Clan Relámpago, tío, pero mi
padre jurado, Hveðrungr, tiene la intención de reembolsarle por
eso, de buena fe. Si hay algo que quiera, por favor, dígamelo.
Narfi pareció entrar en pánico, haciendo todo lo posible
para suavizar las cosas, pero Steinþórr no estaba interesado
en sus palabras, y le hizo un gesto despectivo a Narfi para
que se detuviera, como si espantara a un perro.
―Heh, bueno, ese tipo de cosas de logística se las he dejado
a Þjálfi y a Röskva. Pregúntales sobre eso. Estoy bien siempre
y cuando tenga una oportunidad más para pelear contra
Suoh-Yuuto. ―Steinþórr apretó los puños, haciendo crujir sus
nudillos.
De hecho, para él, todo lo demás era trivial.
Como parte de su declaración de guerra, había usado la
justificación oficial de que estaba retomando las tierras que
le habían sido confiscadas anteriormente. Pero personalmente,
como él mismo había dicho en ese momento: “¿A quién le
importan los detalles?”.
Era su eterna sed de batalla, impulsada por sus instintos,
lo que lo convirtió en el gobernante conocido como: “El Señor
con el Corazón de un Tigre”.
―Pueden tratar de usarme como un peón desechable,
para lo que me importa. Está bien. ―Dijo con una sonrisa.
Después de todo, al final, esta “hermandad” no era un
vínculo de confianza, sino una alianza política delgada basada
solo en el costo y la ganancia.

178
Él mismo estaba usando al Clan Pantera para poder tener
una oportunidad más de arreglar las cosas con el único
hombre que había sido capaz de derrotarlo, y ver quién era
más fuerte. Así que no había nada de malo en dejar que el
Clan Pantera lo usara a él y al Clan Relámpago también
para sus propios fines egoístas.
Si tomar ese riesgo terminaba con él acabando muerto de
alguna manera, entonces ese era el límite de su fuerza como
hombre.
Steinþórr soltó una carcajada ruidosa, cruel, y la bestia
salvaje dentro de él se reveló en su expresión: ―Todo lo que
significa es que no debería esperar a que ustedes, idiotas,
entren y aprovechen mi oportunidad. ¡Solo necesito darme
prisa y derribarlo primero!

179
Acto 5
―Bueno, bueno. Parece que estoy atascado en el fuerte esta
vez. ―Cuando sus ojos terminaron de escanear el documento, el
hombre dio un pequeño suspiro. Era un hombre flaco y de aspecto
más bien sombrío, pero con una mirada intensamente aguda en sus
ojos que recordaban a un lobo hambriento en busca de presas.
Su nombre era Skáviðr, el Asistente del Segundo al Mando
del Clan Lobo. Pero también se le conocía por el siniestro
alias de Níðhǫggr, “La Masacre Burlona”, y era temido por
muchos dentro de su clan, así como fuera de él.
Sentada frente a la gran mesa de trabajo de Skáviðr, la
matriarca del Clan Cuerno, Linnea, se rió un poco.
―Haha, bueno, en lo que respecta a los del Clan Cuerno,
no hay nada más tranquilizador que tener al antiguo
Mánagarmr aquí con nosotros en Myrkviðr.
Jinetes armados habían sido avistados una y otra vez en
el área circundante a la ciudad de Myrkviðr, probablemente
como parte de una fuerza de exploración del Clan Pantera.
Y justo el otro día, hubo informes de una escaramuza con
unas pocas docenas de ellos, en una pequeña fortaleza cercana
que se había construido para mejorar las defensas del área.
Era una prueba clara de que el Clan Pantera no había
renunciado a recuperar a Myrkviðr.

180
―En este momento, nuestra misión es proteger Myrkviðr, para
que Anii-ue pueda luchar sin ninguna preocupación por la frontera
de aquí. ―Dijo Linnea― El hecho de que se te haya confiado esta
área, realmente sirve para demostrar cuanta fe tiene en ti, así que...
―¿Realmente me veo tan molesto por eso? ―Preguntó Skáviðr.
―Ahaha. Solo un poquito. ―Linnea mantuvo el pulgar y
el índice a menos de una pulgada de distancia.
De hecho, solo había sido una muy pequeña diferencia
en su tono. Pero solo eso fue suficiente para que alguien
como Linnea pudiera notarlo, ya que se había reunido con
él en numerosas ocasiones durante los meses de invierno.
Sin embargo, el hombre generalmente tenía una cara de piedra,
por lo que incluso una leve muestra de emoción en su expresión era
un gran problema. Esa era la razón por la que Linnea había dicho lo
que había dicho, pero ahora lo lamentaba, preguntándose si tal vez
había sido demasiado curioso de su parte para hacerlo.
―Heh, aprecio su amabilidad. Veo por qué alguien tan
joven sirve como matriarca de su clan. Se fija bien en quienes la
rodean. ―Skáviðr pronunció esas palabras de admiración con una
pequeña sonrisa. Para un hombre que a menudo era notablemente
sardónico, esto era una rara alabanza educada y no calificada.
Linnea se sintió aliviada de que al parecer, no se había
molestado con ella.
―El Dólgþrasir debe ser verdaderamente un enemigo
terrible, ―Remarcó― si la batalla con él preocupa incluso a
alguien tan fuerte como tú.

181
Linnea solo se había encontrado a Steinþórr una vez, en
Fólkvangr, la capital del Clan Cuerno, durante la celebración
de la victoria de Yuuto allí.
Incluso entonces, el joven había sido tan abrumadoramente
intimidante solo por la violenta fuerza de su presencia, que
recordarlo ahora hizo que Linnea se estremeciera.
Sin embargo, ella nunca se había enfrentado a él en el
campo de batalla. Pero Skáviðr realmente lo había enfrentado
en combate, así que Linnea estaba ansiosa por escuchar su
evaluación del “Tigre Hambriento de Batalla”.
A pesar de las palabras tranquilizadoras que le había
dicho a Skáviðr antes, Linnea estaba muy preocupada por el
hombre que amaba, y se dirigía a la batalla en algún lugar
lejos de donde ella podía alcanzarlo.
―Si soy honesto, ni yo ni Sigrún tendríamos la oportunidad
de derrotarlo en combate. ―Dijo Skáviðr sin rodeos― Él no es
humano. Es una especie de monstruo.
Skáviðr no era el tipo de hombre que escatimaba palabras
para aliviar el estado de ánimo de una situación. Fuera cual
fuera el momento o el lugar, solo hablaba de lo que creía
que eran los hechos. Aunque solo había sido por unos pocos
meses, Linnea había llegado a conocerlo bastante bien en este
momento, y ella entendía esa faceta de su personalidad.
Fue por esa razón que las siguientes palabras de él, la
abrumaron con sorpresa.
―Sin embargo, mi maestro es mucho más grande que un
monstruo. Él es un dios de la guerra reencarnado.

182
―Pft... ¡Ahahaha! ―Linnea no pudo evitar reírse― Nunca
hubiera pensado que escucharía palabras como esas saliendo
de tu boca... Eso es un poco inesperado.
Skáviðr era alguien realista que siempre hablaba solo de lo
que él creía que eran los hechos. En otras palabras, creía sin
lugar a dudas que Yuuto en realidad era la encarnación de
un dios en carne. Para Linnea, escuchar al ex Mánagarmr decir
esto sobre el joven al que veneraba como su hermano jurado,
solo renovó su sentido de lo increíble que era. Seguramente, él
también se apoderaría de la victoria esta vez y regresaría a
casa triunfante.
Justo cuando Linnea pensaba eso, hubo un pequeño
chasquido, como si algo cercano se hubiera roto. El sonido era
extrañamente fuerte en sus oídos.
―¡¿Hm?! ―Skáviðr soltó un gruñido y su rostro se nubló
con un ceño preocupado.
―¿Qué pasa? ¿Sucede algo?
―...No. Es solo que el mango de cuero que envuelve mi
espada parece haberse roto. ―La expresión de Skáviðr parecía
abiertamente amarga.
Ella siguió su mirada hacia la Nihontou en su cintura,
y vio que el cordón de cuero envuelto intrincada y
firmemente alrededor de su empuñadura, se había roto y
sus cabos estaban sueltos, colgando.
Para un guerrero, un arma era algo a lo que confías tu
vida. Esto era especialmente cierto en su agarre, donde los
cambios podrían afectar fuertemente su facilidad de uso.

183
Aunque Linnea era de un clan diferente, todavía era la
matriarca, así que para un guerrero tenía que ser vergonzoso
que algo así sucediera frente a ella. También era bastante
diferente para un veterano tan experimentado como Skáviðr.
De hecho, era tan diferente a él, que llenó a Linnea con
una terrible sensación de temor.
Ella sabía que Yuuto había sido el que forjó la espada
de Skáviðr. Para que una parte de esa espada se rompiera
de repente...
Linnea no pudo deshacerse de la horrible premonición
que ahora sentía.

La forma elíptica de la luna gibosa colgaba en el cielo


como un brillante limón blanco, y su suave luz iluminaba el
paisaje circundante.
Los crujidos de la madera quemada se mezclaron con los
alaridos lejanos de los búhos, mientras los generales de campo
del ejército del Clan Lobo se reunían en un círculo alrededor
de la fogata.
―Aughh, aunque es primavera, todavía hace bastante frío por
la noche... ―Envuelto en solo una manta, Yuuto se estremeció.
Sigrún estaba sentada junto a él y, sin dudarlo un momento,
se quitó el manto de piel y se lo tendió:
―Chichi-ue, por favor toma esto si tienes frío.
―Ese es el manto que se le entrega a cada Mánagarmr
a través de las generaciones. ―Dijo― No puedo simplemente
ponerme eso. No estoy calificado.

184
―Si eres tú, Chichi-ue, creo que todos los portadores
anteriores del título seguramente lo aprobarían.
―De ninguna manera. No puedo actuar como si fuera
alguien que no soy. ―Yuuto insistió y rechazó su oferta.
Dentro del Clan Lobo, ese manto era el símbolo de la
fuerza, y casi todos los niños que crecían en el clan soñaban
con usarlo algún día.
Cuando se trataba de su capacidad física de combate, Yuuto
estaba todavía, vergonzosamente, confiado que era más débil
que un soldado recluta promedio. Como tal, no se veía a sí
mismo como digno de ponerse un artículo tan simbólicamente
importante.
―Entonces, al menos, correré a traerte otra manta de...
¡¿Hm?! ―Con una expresión intensa, Sigrún de repente se
levantó de un salto, con la mano en su espada y empujando
las primeras pulgadas libres fuera de su vaina, con su pulgar.
Sin embargo, pronto soltó su agarre y se sentó de nuevo.
¿Qué está pasando?, se preguntó Yuuto.
Un instante después, la repentina voz desde la oscuridad
detrás de él, respondió a su pregunta: ―Hola, Otou-sama.
―¡Whoa! ―Yuuto estuvo a punto de perder el equilibrio y
cayó hacia adelante cuando dos figuras parecieron materializarse
desde las sombras detrás de él. ―¡Demonios, eso me asustó!
Eran Kristina y Albertina.
Muchos de los generales sentados en el círculo de la fogata
estaban claramente igual de sorprendidos. Su conmoción estaba
dentro de lo razonable, ya que la ubicación de esta fogata

185
estaba en un campo abierto, y había sido elegida por su clara
visión de los alrededores, para asegurarse de que nadie
innecesario pudiera fisgonear en su reunión... Y sin embargo,
dos personas habían llegado tan cerca sin que nadie se diera
cuenta.
―Aquí está mi informe. ―Kristina se dejó caer sobre una
rodilla y habló con humildad― El Fuerte Gashina ha caído.
Fue capturado por el Clan Relámpago.
―¡¿Qué?! ―Uno de los oficiales reunidos gritó, incrédulo.
―¡¿Dices que Gashina ya ha caído?!
Una ola de conmoción los barrió a todos ellos.
Yuuto también frunció el ceño, como si acabara de morder
una manzana podrida: ―¡Tch¡ ¡Maldita sea! Así que no lo
logramos a tiempo...
El Fuerte Gashina era la fortaleza más occidental en el
territorio del Clan Lobo, justo cerca de la frontera con el
Clan Relámpago, por lo que también había sido su primera
línea de defensa.
Por eso había asignado a Ansgar, sexto clasificado en
el clan y un hombre con abundante experiencia en combate,
al mando de la fortaleza y mil soldados. No había previsto
que fueran derrotados tan fácilmente.
―¿Qué pasó con Ansgar y los soldados? ―Preguntó
Yuuto.
―El Gran Hermano Ansgar murió en batalla contra
Steinþórr. ―Informó Kristina― Todos los soldados supervivientes
fueron ejecutados.

186
―Ghh... Maldito berserker. Incluso esta parte de él es
exactamente como Xiang Yu. ―Yuuto prácticamente escupió
las palabras con disgusto.
En el mundo del siglo XXI, existían ciertas reglas de guerra que
condenaban el asesinato o la tortura indiscriminados, incluso para
los prisioneros pertenecientes a una nación enemiga. Pero, por
supuesto, no existían tales reglas humanitarias aquí en Yggdrasil.
Era particularmente importante tener en cuenta que esta era
una época en la que el suministro de alimentos era extremadamente
limitado. Sólo por seguir vivos, los prisioneros de guerra agotarían
las tiendas de alimentos, y uno nunca podría estar seguro de
cuándo intentarían provocar una revuelta. El solo hecho de
matarlos de inmediato reducía la cantidad de bocas que alimentar
y, al mismo tiempo, ataba los cabos sueltos para que hubiera una
fuente de riesgo menos. No era una política rara aquí.
Yuuto reprimió las emociones violentas dentro de sí
mismo, y habló en voz baja y fría, indicándole a Kristina que
reanudara su informe: ―Procede. ¿Cuántas son las tropas del
Clan Relámpago hasta ahora? ―Como comandante, necesitaba
permanecer tranquilo y bajo control en todo momento.
Permitirse ser arrastrado por emociones temporales estaba
fuera de discusión. Había aprendido esa lección dolorosamente
bien el año pasado durante la batalla contra el Clan Pantera.
―Sí, Otou-sama. ―Dijo Kristina― Han colocado su formación
principal en un estrecho pasaje entre dos montañas, y nos están
esperando allí. ―Kristina sacó un mapa que había preparado con
anticipación, lo extendió en el suelo y señaló un lugar en particular.

187
188
Yuuto miró fijamente el mapa por un rato, luego soltó un
profundo suspiro: ―Tenía miedo de que esto pudiera suceder,
y parece que lo ha hecho. Él ha tomado una posición en un
lugar que será un verdadero problema para nosotros.
―Es como tú dices. ―Kristina asintió de acuerdo,
frunciendo el ceño.
Con montañas escarpadas cubriendo ambos flancos del
ejército del Clan Relámpago, el Clan Lobo no tenía más
remedio que atacar de frente. Sería difícil conseguir que algún
soldado se encontrara en una posición en la que pudiera
emboscar o atacar de forma ventajosa.
En otras palabras...
―Quiere que tengamos una pelea completa, cabeza a
cabeza, sin trucos. ―Dijo Yuuto.
La elección de su enemigo al usar esa formación
comunicaba que, él estaba firme en su creencia de que
nunca perdería tal confrontación.
Y no era exagerado decir que tenía razón.
La formación de infantería básica del Clan Lobo era la
falange, que era extraordinariamente buena atacando a los
enemigos directamente de frente. Pero en su guerra anterior
con el Clan Relámpago, la falange había sido destrozada por
la pura fuerza bruta de un solo hombre, una vista que había
sido grabada en la mente de Yuuto.
Las fuerzas del Clan Lobo eran doce mil en total. Debido a la
creciente prosperidad del Clan Lobo, así como a sus políticas de
protección hacia los refugiados, tenía una capacidad mucho mayor
para movilizar a un gran ejército, y por primera vez desde que

189
Yuuto se había convertido en patriarca, había reunido un
ejército más numeroso que el de su enemigo. Pero contra un
oponente como Steinþórr, incluso 1.5 veces el número de
tropas no parecía que fuera a hacer ninguna diferencia.
―Dicen que “el que nada arriesga, nada gana”, pero esto
se siente más como si estuviéramos lanzando una moneda al
aire. ―Murmuró Yuuto, pensativo.
Era alabado como un comandante invencible, pero no
podía enviar a sus tropas sin algún tipo de plan real.
Dicho de otra manera, la razón por la que Yuuto había
estado invicto hasta ahora, era porque siempre empezaba
por crear las condiciones que lo harían favorable para
poder ganar. No se involucraba en conflictos en los que no
pudiera estar seguro de salir victorioso.
Un comandante brillante no es simplemente alguien que
puede dirigir una pequeña fuerza a una victoria sobre un
ejército más grande. Un comandante verdaderamente brillante
gana porque deberían ganar, en una batalla que no es
interesante de principio a fin.
―Hmm... ―Mirando fijamente el mapa, Yuuto golpeó
su dedo contra su pierna por un rato, sumido en sus
pensamientos.
Lo primero que se le ocurrió fue el nombre de Han Xin, un
famoso general de la historia china conocido como un brillante
estratega. Yuuto siguió encontrando similitudes y paralelismos
entre Steinþórr y el señor de la guerra chino Xiang Yu.
Entonces, tuvo la sensación de que encontraría un indicio

190
para derrotar a Steinþórr en la historia de los generales que
habían podido derrotar a Xiang Yu.
Los oficiales del Clan Lobo sentados alrededor de la fogata,
permanecieron en silencio para no molestar el pensamiento de
Yuuto. Cada uno de ellos lo miraba con ojos que llevaban la
luz de la confianza absoluta en su patriarca. Uno podía ver en
sus ojos que creían plenamente que, mientras Yuuto estuviera
allí para guiarlos, nunca serían derrotados.
Y como respuesta a sus expectativas sin palabras, Yuuto
se golpeó el muslo con una mano. Parecía que había ideado
un buen plan.
―Muy bien, eso es todo. Todo se alinea perfectamente con
la estratagema número dieciséis: “Sacar al tigre de su guarida
en la montaña”. Usaremos eso. ¡Muévanse!

Tres días después, el Clan Lobo llegó a la entrada cercana al


pasaje de la montaña y rápidamente comenzó a construir sus
formaciones de “la fortaleza vagones”. No se sabía cuánto bien
haría esto contra Steinþórr y su runa Mjǫlnir, “El Destructor”,
pero aun así sería mucho mejor usar la táctica que no hacerlo.
Yuuto ya había ideado algunas estrategias para
contrarrestar a Steinþórr cuando salieron de Iárnviðr.
Yuuto esperaba que, al preparar sus tropas en la entrada
cercana, pareciera que estaba diciendo: “¡Estamos listos para ti!
¡Ahora, ven a buscarnos!” Y el Clan Relámpago pasara por
el paso de montaña para atacarlos.
Pero un día pasó, luego dos, y aún las fuerzas del Clan

191
Relámpago no mostraban signos de movimiento.
No había duda de que eran conscientes de la llegada del
Clan Lobo a este punto, pero como una tortuga en su caparazón,
permanecieron retirados, en lo profundo del otro lado del paso.
―Tch, ¿me equivoqué con ellos? ―Chasqueando su
lengua con molestia, Yuuto se volvió y reflexionó, colocando
una mano sobre su boca.
Steinþórr era un tipo simple que ansiaba la batalla, por
lo que Yuuto pensó que sería una apuesta segura que lideraría
a su ejército para atacar en el momento en que vieran aparecer
las fuerzas del Clan Lobo.
―¿Crees entonces que podría haber algún tipo de trampa
tendida aquí, después de todo? ―Preguntó Felicia, preocupada
por el pensamiento.
―Hmm, no lo sé. Eso simplemente no parece algo que
un idiota haría... ―Yuuto se rascó la cabeza.
La impresión que había tenido de Steinþórr cuando se
conocieron en persona en Fólkvangr, y nuevamente durante
su última guerra, era que, era el tipo de hombre que se
lanzaba precipitadamente hacia todo.
Sin embargo, había un viejo dicho en la patria de
Yuuto: “Si no ves a un hombre durante tres días, presta atención
la próxima vez que lo veas”. Se basaba en un dicho chino más
antiguo, y se refería al hecho de que la gente es capaz de
cambiar mientras no miras.
El mismo Yuuto era consciente de que había cambiado
mucho en los casi tres años, desde que había llegado a este

192
mundo. No podía negar la posibilidad de que Steinþórr
también hubiera cambiado, impulsado por su derrota ante
Yuuto el año anterior.
―Si me acercara a la línea del frente y lo insultara
personalmente, tendría que morder el anzuelo, ¿no? ―Se
preguntó Yuuto en voz alta, simplemente desechando la idea.
Pero Felicia reaccionó en pánico, prácticamente gritando:
―¡Por favor, Onii-sama, te suplico que no hagas eso!
¡Steinþórr también es bien conocido por su dominio del arco!
¡Es demasiado peligroso!
―Oh, genial, entonces el monstruo es un arquero
perfecto, también. ―Se quejó Yuuto hoscamente― Es como
si no hubiera nada que él no pudiera hacer.
Yuuto tenía un poco de complejo de inferioridad sobre
su debilidad física y su mediocridad en comparación con
los demás, por lo que descubrir eso, hizo que Steinþórr le
desagradara aún más.
Se podría decir que solo era él quien encontraba razones
para que no le gustara el hombre y todo lo relacionado con
él; otro caso del viejo refrán: “Si odias a un monje, incluso odiarás
sus ropas”.
―Aun así, tenemos que encontrar una manera de sacar
a ese tigre de su cueva. ―Dijo Yuuto, pensando fuertemente.
Sin embargo, incluso Yuuto no podría producir buenas
ideas de la nada cuando quería, y la reunión del consejo de
guerra de ese día iba y venía sin llegar a una conclusión
sobre qué hacer exactamente.

193
Yuuto se quedó pensando profundamente, esforzándose por
encontrar algo incluso después de irse a dormir por la noche.

A la mañana siguiente, la situación en el campo cambió


de repente. Bruscamente, el Clan Relámpago comenzó a
moverse.
―¿Se cansaron de esperarnos? ¿O terminaron algún tipo de
preparativos que estaban haciendo? Bueno, no importa. ―Yuuto
levantó su voz en alto, mientras saltaba en su carro personal―
¡Escuadrones de ballesta, prepárense para contraatacar!
Los gritos de batalla de sus hombres hicieron eco, junto con
el retumbar atronador de los pies y los cascos contra el suelo.
Fue entonces cuando Albertina corrió a su lado, pasando
hábilmente a través de los soldados en formación: ―¡Papá!
¡Toma, esto es de Kris!
―Oh, bien hecho. ―Yuuto tomó su smartphone de
Albertina, y rápidamente abrió la aplicación de la galería
de fotos. Tocó la imagen en miniatura para ampliarla y
sonrió ampliamente con satisfacción.
―Ah, esta es una buena foto. Esa Kris... Ya ha dominado
totalmente cómo usar esta cosa. ―Era una foto tomada desde
lo alto de una de las montañas, capturando el paisaje de abajo.
Mostraba completamente toda la extensión de las tropas
del Clan Relámpago que marchaban por el paso de montaña
hacia la posición del Clan Lobo. Aunque los bordes de la
imagen estaban un poco borrosos, probablemente porque ella

194
había usado mucho la función de zoom.
“Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no correrás
peligro ni en cien batallas”. En la guerra, la información precisa
sobre el enemigo tenía más valor que cualquier metal precioso.
―También hiciste un gran trabajo allí, Al. ―Dijo Yuuto―
Debes estar cansada, ¿verdad? Ve a descansar y consigue algo
de beber, ¿bien?
―¡Eheheh! ―Albertina se rió y rompió en una sonrisa
relajada y feliz, cuando Yuuto le dio una palmadita en la
cabeza y juguetonamente le revolvió el cabello un poco.
Esta táctica de usar la aplicación de la cámara de su
teléfono era tan dependiente de Albertina de pies rápidos,
como de Kris.
La única que podía correr a través de la salvaje y espesa
maleza de las montañas, donde no había senderos, y regresar
a Yuuto en tan poco tiempo, era Albertina, portadora de la
runa Hræsvelgr, “El Provocador de Vientos”, que era una
niña que se sentía en casa al estar en la naturaleza.
―Su formación de marcha parece casi como la forma de
una flecha. ―Dijo Felicia, inclinándose desde un lado para
mirar la pantalla del smartphone.
―Sí, es la ”formación en punta de flecha”, para ser
precisos.
Shimazu Yoshihiro, el general guerrero de la Era de los
Estados de Guerra en Japón, también conocido como: “El
Demonio de Shimazu”, había usado esta misma formación
para escapar de cierto destino en la batalla de Sekigahara,

195
cuando la victoria de sus enemigos se había hecho
segura.
En lugar de intentar retirarse hacia la retaguardia, había
cargado directamente hacia el ejército principal de Tokugawa
Ieyasu y los había atravesado, pasando justo en frente de
Tokugawa en el proceso. Había podido abrirse paso y salir
del campo de batalla, por lo que ahora se conocía como “la
estrategia de escape de Shimazu”.
Como lo demostraba este ejemplo histórico, la formación en
punta de flecha, era una formación especializada completamente
en atacar con una carga completa.
―Hmph, creo que eso es más como algo que un idiota
intentaría. ―Yuuto abrió la aplicación de la cámara de su
teléfono, y señaló hacia adelante al ejército del Clan Relámpago
que cargaba hacia él a través del paso, acercándose.
Vio una figura pelirroja justo al frente de su formación.
Normalmente, con la formación en punta de flecha, el
general se ubicaría cerca del centro o la retaguardia, no justo
en el frente. Pero esto, nuevamente, era más bien cómo
Steinþórr hacía las cosas.
Todas estas cosas aún estaban dentro del alcance de los
cálculos de Yuuto, en base a lo que él sabía.
―¡E-Espera, ¿un caballo?! ―Yuuto gritó en shock y sus
ojos se abrieron. Incluso se frotó los ojos y miró de nuevo
para confirmar que realmente lo estaba viendo, pero no
fue un error. Steinþórr montaba a caballo, y su brillante
cabello rojo se enredaba en el viento como un fuego vivido.

196
Hasta al menos el año pasado, el hombre solo había
sido visto usando carros. ¿Quizás había decidido aprender
a montar un caballo por sí mismo después de ver el uso
de la caballería armada por parte del Clan Lobo?
―Entonces eso de ahí... ¡¿Siquiera qué es eso?! ―Gritó
Yuuto. Steinþórr llevaba un objeto muy grande y extraño
en forma de T, sosteniéndolo frente a él. Debido al gran
zoom de la cámara, la imagen era granulada, y Yuuto no
podía distinguir lo que realmente era, pero le parecía una
especie de hélice grande.
―¿Qué? ¿Va a decir: “¡Vamos-Vamos-Steinþórrcoptero!”, y
despegar volando o algo así?
Por supuesto, tal cosa era físicamente imposible, pero este
hombre siempre parecía superar o desafiar todo sentido
común, por lo que Yuuto tuvo la extraña sensación de que
no podía descartarlo por completo, lo cual era desconcertante.
Sin embargo, no tenía tiempo para perder en esos
pensamientos absurdos en este momento.
Yuuto se concentró y le gritó a sus tropas: ―¡Su objetivo
es el pelirrojo del frente! ¡¡FUEGO!!
Por orden de Yuuto, se escuchó el silbido combinado de
innumerables puntas de flecha cortando el aire, cuando los
pernos de ballesta disparados desde las fuerzas de Yuuto
llovieron hacia Steinþórr.
Yuuto no mantuvo expectativa alguna de que esta volea
derribaría a Steinþórr, o que si quiera tendría alguna
posibilidad. Después de todo, durante su último enfrentamiento,

197
el mismo hombre había usado su martillo de guerra de
hierro para derribar todas las innumerables flechas que se
le acercaban, permaneciendo ileso. Incluso hacerle un rasguño
sería un excelente resultado.
Más importante aún, apuntaban al caballo.
Por muy sorprendente que fuera este hombre, incluso
Dólgþrasir, “El Tigre Hambriento de Batalla”, tendría que
concentrarse en proteger su propio cuerpo cuando se
enfrentara con este número de flechas, por lo que sería
incapaz de proteger completamente a su caballo. Si
pudieran bajarlo del caballo y llevarlo al suelo, su movilidad
se reduciría de golpe.
En cierto sentido, Steinþórr era el ejército del Clan
Relámpago. Cualquier cosa que redujera la capacidad de
combate de Steinþórr, también reducía directamente la fuerza
y la moral de las fuerzas del Clan Relámpago en su conjunto.
Era una táctica sólida, pero lo que hizo Steinþórr a
continuación, hizo que se derrumbara.
Steinþórr tomó la hélice como un objeto y la alzó frente
a él. En ese instante, cambió de forma, formando un muro
gris oscuro que ocultaba tanto a Steinþórr como a su caballo.
La lluvia de flechas cayó sobre él solo un instante
después, y todas fueron repelidas fácilmente.
―¡¿Qué...?! ―La mandíbula de Yuuto cayó ante esta escena
imposible. Ahora podía ver que el objeto con forma de hélice
era una varilla larga unida a una especie de pieza plana,
casi como un paraguas.

198
Sin embargo, las puntas de flecha utilizadas por el
Clan Lobo eran de hierro, y se disparaban desde pesadas
ballestas diseñadas para darles un poder de perforación
mucho mayor. Si él estaba reflejando esas puntas de flecha
de frente, entonces los materiales de ese objeto eran...
―¡No puede ser... ¿eso también es de hierro?! ―Esto
también era algo que debería haber sido imposible.
En Yggdrasil, los dos únicos clanes que conocían las
técnicas para refinar el hierro eran el Clan Lobo y el Clan
Pantera. Para todos los otros clanes, el hierro era un “regalo
de los cielos”, un metal increíblemente raro que solo podía
ser cosechado de meteoritos.
Para una placa de metal de ese ridículo tamaño, y también
porque tenía que ser muy gruesa para desviar los pernos
de ballesta de hierro disparados, necesitarían una cantidad
exorbitante de hierro, y era difícil imaginar que tuvieran
acceso a eso.
Era difícil de imaginar...
Pero Yuuto no podía negar la realidad de lo que estaba
sucediendo justo delante de él.
―¡¿Y qué tan fuertes son los malditos brazos de ese idiota,
de todos modos?! ¡Está demasiado roto! ¡Es demasiado
tramposo!
El Clan Lobo disparó una segunda, y luego una tercera
descarga de ballesta en sucesión, pero el gigantesco paraguas
de hierro las desvió a todas fácilmente.
Yuuto sabía que no tenía sentido tratar de negar la realidad,

199
pero al mismo tiempo, le resultaba más fácil dudar de sus
propios ojos que aceptar esto.
Incluso si ese paraguas gigante estuviera hecho completamente
de hierro, tendría que pesar casi cincuenta kilogramos, o varias
docenas por lo menos. Y su centro de gravedad era bastante
inclinado hacia la parte superior, lo que significaba que su
peso efectivo, mientras se mantenía derecho hacia afuera,
tendría que ser de más de cien kilos.
Sin embargo, Steinþórr pudo sujetarlo fácilmente,
apoyándolo ligeramente con un solo brazo.
Yuuto se quedó sin otra opción que reafirmar que este
hombre no era más que un monstruo vestido con piel humana.

―¡Hah haaaaa! ¡Parece que nada le gana a un paraguas


en un día lluvioso, ¿eh?! ―Steinþórr se rió a carcajadas, y
con un movimiento de su muñeca rápidamente retiró el
paraguas de hierro para llevarlo sobre su hombro.
Con ese simple movimiento, cualquiera podía ver que
en lugar de estar sujeto al peso del objeto, lo controlaba
fácilmente a su antojo. Era tan pesado que tres hombres
adultos luchaban para levantarlo del suelo, pero él lo
manejaba como si ni siquiera fuera consciente de su peso.
―¡Muy bien entonces! ¡Esa debe ser la pared de carros
de la que tanto he oído hablar! ―Enfocándose hacia adelante,
los ojos de Steinþórr brillaron con interés.
Más adelante, a la salida del pasaje de la montaña, un

200
montón de carros altos estaban estacionados apretados en
una línea, bloqueando su camino hacia adelante.
Con su aptitud divina para la batalla, una vez que lo
había visto con sus propios ojos, Steinþórr pudo decir en
un instante su eficacia como táctica defensiva.
Lo entiendo ahora, pensó, sonriendo. No parece mucho a
simple vista, pero en realidad es como la pequeña muralla de una
fortaleza.
Si defensas como esa habían aparecido repentinamente
de la nada frente al Clan Pantera, debieron haber tenido
muchos problemas intentando y no habiendo podido
superarlas.
Las esquinas de la boca de Steinþórr se levantaron, y su
rostro se torció cuando la bestia en él salió.
―¡Tal vez los jinetes armados del Clan Pantera fueron
rechazados por esto, pero es mejor que no pienses que un
pedazo de mierda como esa me va a detener, Suoh-Yuuto!
―Steinþórr gritó y los músculos de su brazo derecho se
agrandaron, con varias venas azules haciéndose visibles.
Con un poderoso movimiento de ese brazo, arrojó el
enorme paraguas de hierro delante de él como una jabalina.
―¡Uwaaghh! ―Gritó un soldado del Clan Lobo.
―¡¿Q-Qué es eso?! ―Gritó otro.
―¡Gyaaghh!
El objeto de hierro giró a medida que avanzaba con una
velocidad y fuerza increíbles, tan poderoso como una bala de
cañón de hierro, y algunos de los soldados del Clan Lobo

201
salieron apresuradamente de sus posiciones en un intento de
evadir su camino.
El paraguas era lo suficientemente grande como para que
entraran fácilmente dos adultos grandes debajo de él. Con un
objeto tan grande siendo lanzado contra ellos con toda su
fuerza, no era irrazonable que incluso algunos de los valientes
guerreros del Clan Lobo cayeran en pánico por el miedo.
.Con un *¡BOOM!* enorme y desgarrador, el paraguas de
hierro se estrelló contra uno de los vagones y lo envió a volar
hacia atrás por el impacto.
Las placas de hierro estaban arrugadas grotescamente y
llenas de grietas, y el propio armazón de madera del carro se
astilló en pedazos debido a la fuerza de la colisión.
―Bueno, eso se encarga de eso. ―Sin una pausa,
Steinþórr espoleó su caballo a través del hueco dejado por
el vagón perdido.
Los soldados del Clan Lobo se congelaron de asombro
por un momento por este repentino desarrollo, pero pronto
volvieron a sus sentidos y se dieron cuenta de lo que
estaba sucediendo.
Detrás de la línea de vagones, una estrecha formación
de soldados con largas lanzas avanzó lentamente y se
mantuvieron firmes en el camino de Steinþórr.
―¡Hahh! ―Sacando su largo martillo de hierro de la
vaina de su espalda, Steinþórr lo lanzó en un ataque rápido
y radical, y con el impulso adicional de su caballo, se estrelló
contra tres soldados como un rayo.

202
Continuó cambiando el arma a su mano izquierda y lanzó otro
ataque de barrido que hizo volar a los soldados de ese lado.
Su antiguo martillo de guerra se había perdido en las aguas de
la inundación durante la batalla del río Élivágar, por lo que el que
estaba usando ahora, era uno que había forjado el Clan Pantera.
Para seguir su nuevo estilo de combate a caballo, había
hecho que el nuevo martillo de guerra fuera al menos una
cabeza más largo que el anterior.
Normalmente, eso lo haría mucho más difícil de manejar en
un combate cuerpo a cuerpo, pero para el tipo de hombre que
acababa de girar y lanzar ese enorme paraguas de hierro, un
poco más de peso en su martillo no era nada en absoluto.
Era tan amenazador como lo había sido durante la guerra
anterior ―No, incluso más aterradoramente amenazante― y
provocó estremecimientos en las filas de los soldados del Clan Lobo.
―¡De acuerdo, ¿quién es el siguiente?! ―Se burló Steinþórr,
pero las únicas respuestas fueron gemidos aterrorizados.
―Ughh... Nghh...
―Aaah... ah...
Steinþórr agitó su martillo de hierro y gritó, y los pálidos
soldados del Clan Lobo se retiraron hacia atrás.
Obligados a enfrentarse cara a cara con este despliegue
inhumano y monstruoso de poder en bruto, habían perdido
la voluntad de luchar.
―¡¡Uuuraaaaaaaaghhhhh!! ―Siguiendo justo detrás de
Steinþórr, las filas de gritos de los soldados del Clan
Relámpago atacaron.

203
Justo enfrente de ellos, estaban presenciando la fuerza
divina de Steinþórr, y el calor y la pasión de la batalla hicieron
que su moral se elevara a un punto máximo.
Para ellos, esta batalla ya no era un concurso.

Con la pared de vagones rota, la primera línea de defensas


del Clan Lobo cayó poco después.
Ese informe llegó rápidamente a la ubicación de Yuuto.
―Técnicamente, se supone que es una táctica avanzada de
tres mil años en el futuro, pero ese bastardo es un tramposo
por derecho propio. ―Yuuto escupió las palabras con aversión.
Incluso durante su última guerra, comenzando con la
invicta falange, Steinþórr había forzado su camino a través
de cada una de las estrategias de Yuuto tomadas de la
historia futura, cada una de ellas sin precedentes en esta era.
Yuuto siempre era meticuloso y en capas con sus estrategias,
siempre trabajando de antemano para armar una “estrategia
ganadora” antes de comprometerse en la batalla. No podía soportar
ver todo lo que había construido simplemente destrozado sin
pensarlo de esta manera. Era como si el hombre estuviera luchando
sin ayuda con la sabiduría colectiva de la historia militar humana.
Dicho esto, incluso Yuuto había albergado la sospecha de que
las cosas podrían terminar así. Él se sorprendió, pero no tanto.
Lo mismo podría decirse de las tropas del Clan Lobo. Ya
habían visto a la defensa del muro de vagones una vez vencida
por el Clan Pantera, aunque solo se había debido a un esquema

204
extraordinariamente inteligente en el momento. Las tropas
sabían que el muro de vagones no era absoluto.
Y Yuuto se aseguró de anunciar con anticipación: “Existe
una gran posibilidad de que el Clan Relámpago pueda atravesar la
pared de vagones, pero no se preocupen. Tengo un plan”. Sus tropas
habían escuchado el anuncio y estaban al tanto de ello.
Gracias a eso, los soldados del Clan Lobo en general no
habían caído en confusión, y seguían moviéndose adecuadamente
de acuerdo a las órdenes de Yuuto. Los soldados en la segunda
línea de defensa parecían estar luchando valientemente
contra el Clan Relámpago en este momento. Por supuesto, se
enfrentaban al hombre conocido como Dólgþrasir, “El Tigre
Hambriento de Batalla”, así como a sus audaces guerreros del
Clan Relámpago. Y el enemigo estaba atacando usando la
formación en punta de flecha, que se enfocaba únicamente en
arar a través de las líneas enemigas sin preocuparse por nada más.
iiiiiiiEl Clan Lobo estaba siendo completamente rechazado. Y
además, no era solo por quiénes eran sus enemigos.
La abrumadora ventaja que los aliados del Clan Lobo
poseían sobre otros clanes, les había sido quitada.
―¡¿Todos... tienen armas de hierro?! ―Gritó Yuuto.
De hecho, el ejército del Clan Relámpago aparentemente
tenía un equipo completamente nuevo. Le resultaba difícil
incluso creerlo. Pero luego estaba ese enorme paraguas de
hierro que Steinþórr también había usado antes.
La frente de Yuuto se frunció: ―No podría ser... ¡¿Entonces
fue el Clan Pantera?! ―Él gimió al darse cuenta. Era la única
fffffffffff

205
posibilidad que podía pensar, realmente. También explicaría
por qué Steinþórr estaba luchando a caballo.
Si esta línea de razonamiento era correcta, entonces los
clanes Relámpago y Pantera se habían unido. Para el Clan
Lobo, no había mayor amenaza que esta.
―Pero nunca recibí ningún informe sobre eso de
Kristina... ―Murmuró.
Kristina era una espía que podía colarse con éxito dentro y
fuera de cualquier lugar. Pero... ella también era una sola
persona. Ella tenía algunos subordinados de confianza que
había recibido de su padre biológico Botvid, pero no eran
tan excepcionales como ella. Naturalmente, había un límite
en la cantidad de información útil que podían recopilar.
El grito de un mensajero del Clan Lobo sacó a Yuuto de
su tren de pensamientos:
―¡Señor, la segunda línea de defensa ha sido violada!
―¡Tch, maldita sea! ¡Ni siquiera tengo tiempo para pensar!
―En este momento, tenía que concentrarse totalmente en lidiar
con el problema frente a él. Y ese problema era Steinþórr.
Contra un enemigo como él, incluso un solo momento de
descuido podría ser fatal.
―Bien. ¡Felicia! ―Gritó― ¡Vamos con ese plan del que
hablamos! ¡Cuento contigo!
―¡Sí, Onii-sama! Al, cuento contigo para protegerlo, ¿de
acuerdo?
―¡Bieeen! ―Gritó Albertina.
Felicia asintió ante la enérgica respuesta, y con el secreto
del plan en sus manos, corrió a caballo.

206
―¡¡Rraaaaagh!! ―Rugiendo salvajemente, Steinþórr giró su
martillo junto con el impulso de su caballo, y lo hundió
profundamente en las entrañas del soldado del Clan Lobo que
se arrojó tontamente sobre él.
El hombre al que golpeó fue enviado a volar hacia atrás,
golpeando a cuatro o cinco hombres detrás de él y haciéndolos
a caer al suelo.
Steinþórr entonces agarró a una lanza que fue empujada
desde la dirección opuesta, y la levantó en el aire.
―¿¡Uwaa!? ―Gritó sorprendido el soldado que sostenía
la lanza.
En el campo de batalla, perder el arma era lo mismo que
una sentencia de muerte. El lancero se aferró a ese sentido
común y mantuvo un agarre firme en la empuñadura de su
lanza larga, pero ese fue el principio del fin para él.
Estaba agarrando una lanza que era tan larga como la
altura de tres hombres adultos, pero fue levantado en el aire
por el hombre que sujetaba el otro extremo de la misma. Por
un momento, sintió que su columna vertebral se congeló.
―¡Hragh! ―Con un gruñido de esfuerzo, Steinþórr giró
la lanza y golpeó al soldado con fuerza contra un grupo de
sus compañeros.
Lo último que sintió fue la sensación de su cuerpo
aplastando a sus aliados hasta la muerte, antes de que él
también respirara por última vez.

207
―¡Me estoy cansando seriamente de jugar con estos
debiluchos! ¡¿Dónde está ese viejo y desaliñado lobo?!
―Empapado en la sangre de sus enemigos de pies a cabeza,
“El Tigre Hambriento de la Batalla” rugió sus demandas― ¡Si
no está aquí, me conformaré con esa loba plateada! ―Se había
visto obligado a esperar esta revancha durante medio año. No
había podido hacer nada más que sentarse y guardar sus
fuerzas, esperando su momento hasta ahora. Y sin embargo,
ahora se sentía completamente insatisfecho por este resultado.
Entonces Steinþórr se detuvo cuando captó un breve
destello de cabello dorado por el rabillo del ojo.
―¡Hm! ―Volviéndose, miró a una chica hermosa con una
apariencia que parecía fuera de lugar en el campo de batalla.
Había algo vagamente familiar en su cara.
Ohh, eso es, pensó, ella debe ser una de ellos.
Esta chica era una del grupo de siete Einherjars que
lo habían rodeado durante la batalla del río Élivágar. Por
supuesto, eso era todo lo que recordaba de ella. Ella no
había dejado ninguna impresión real en él. En otras palabras,
ese había sido el alcance de su fuerza como oponente.
Aun así, ella era una Einherjar, no había ningún error al
respecto. Ella debería ser al menos un poco más divertida que
los otros debiluchos.
―Heh heh heh... En ese caso, tengamos una buena
pele… ―Cuando Steinþórr giró su caballo para correr hacia
la chica de cabello dorado, eso sucedió.
Algo brilló en la mano de la chica.
¿Qué es eso? pensó, y lo miró con los ojos entrecerrados.

208
―¡¿Gah?! ―Steinþórr gritó cuando una luz intensamente
brillante se disparó directamente a sus ojos, volviendo su
visión completamente blanca.
Él supo de inmediato lo que había sucedido.
Esa cosa que la chica sostenía tenía que ser un espejo.
Lo estaba usando para reflejar la luz del sol, ajustando
hábilmente el ángulo de manera precisa para que se
introdujera directamente en sus ojos.
Steinþórr giró rápidamente el cuello hacia un lado y volvió
a abrir los ojos, pero la luz brillante lo estaba esperando.
―¡Prepárate, Steinþórr! ―Gritó la chica.
―¡¡MUERE!!
Steinþórr escuchó el enojado grito de un soldado del
Clan Lobo cuando todos lo atacaron en masa.
Cuando llegaron los ataques, trató de defenderse normalmente,
pero la chica de cabello dorado continuó manipulando el espejo para
que la luz siempre lo golpeara en los ojos en el peor momento.
iiiiiiii―¡Maldita sea! ¡¿Crees que eres inteligente con tus pequeños
y estúpidos trucos?! ¡¿Qu... ¡¿Whoa?! ―Steinþórr
se retiró violentamente tratando de escapar de la luz, y
también tiró de las riendas de su caballo. Por supuesto, lo
hizo sin controlar la abrumadora fuerza de su brazo.
Las patas delanteras del caballo se levantaron en el aire,
y se paró casi verticalmente en sus patas traseras. En el
siguiente instante, la punta de una lanza se introdujo en el
espacio donde acababa de estar el cuerpo de Steinþórr.

209
―Fiuu, eso estuvo muy cerca. ―Incluso para Steinþórr, eso
lo había asustado por un segundo. Era una amenaza tangible
y real que le robaran la vista justo en medio de estos ataques.
Una vez más, la luz brillante y una lanza enemiga lo
golpearon. Sin embargo, esta vez Steinþórr no intentó apartar
la cabeza, y simplemente aplastó con calma su martillo en el
cráneo del soldado atacante del Clan Lobo.
Extendió su otra mano en dirección a la luz, ―es decir, en
dirección a su punto ciego― y fácilmente agarró la siguiente
lanza atacante, girándola con toda su fuerza.
―¡Raaauugh! ―Con un grito, hizo girar su largo martillo
de guerra, lanzando un ataque de empuje con el punto
afilado en la parte inferior de su mango.
Volvió a golpear, de nuevo, uno tras otro.
Ni uno solo de ellos perdió su objetivo.
Cada empuje golpeó con extrema precisión, derribando a
un enemigo. En solo unos instantes, fue rodeado por una
pila de cadáveres del Clan Lobo.
―No... imposible... ¡¿Cómo...?! ―Aunque su visión era
oscura, la débil voz de la chica llegó a sus afiladas orejas con
facilidad. Sonaba como si no pudiera creer lo que acababa
de pasar delante de ella. Eso era natural. Steinþórr había
estado luchando con los ojos cerrados, después de todo.
Mostrando sus dientes en una sonrisa viciosa, Steinþórr golpeó
la empuñadura de su martillo contra la placa de metal en su
hombro: ―¡Hah! Contra pequeños debiluchos como esos, pelear a
ciegas ni siquiera es una desventaja. ―Steinþórr se había visto
obligado a retroceder ante la luz brillante porque sus ojos estaban

210
abiertos. Por lo tanto, todo lo que necesitaba hacer era pelear
con ellos cerrados. La pequeña punzada que corría por su
espina dorsal, le haría saber cuándo iba a ocurrir un ataque.
El sonido del arma cortando el aire le mostraría exactamente
qué tipo de ataque se estaba produciendo y desde qué
distancia.
Su sentido del olfato podría decirle si estaba al lado de
un aliado o enemigo, y también su rango.
Con toda esa información a su disposición, podía prescindir
completamente de la vista.
Normalmente, por supuesto, ese no sería el caso para un
humano normal, pero para Steinþórr, ciertamente lo era.
―Está bien, ahora, dejemos de jugar y hagamos esto.
―Steinþórr le lanzó una mirada amplia a la chica de cabello
dorado, y él apuntó su martillo hacia ella.
―¡Ghh...! ―La chica apretó los dientes con frustración y
dio la vuelta a su caballo, cabalgando. Aparentemente, ella se
dio cuenta de que su plan había fallado y estaba huyendo.
¡Como si fuera a dejarte escapar!, pensó Steinþórr, y
comenzó a patear su caballo al galope para perseguirla, pero
luego se detuvo.
Había algo en la imagen de su huida, algo que le
recordaba al viejo y escuálido lobo con el que había luchado
durante la última batalla.
Tenía un mal presentimiento sobre esto.

211
―Lo siento mucho, Onii-sama. ―Se lamentó Felicia― No he
podido derrotar a Steinþórr. Esperaba infligirle al menos una
herida, pero...
―No, está bien, Felicia. Hiciste un buen trabajo ahí fuera.
―Incluso cuando Yuuto la tranquilizó, sus hombros se
desplomaron y suspiró para sí mismo― Aun así, incluso
el ataque del “puntero laser” no funcionó en él, eh...
En el mundo del siglo XXI, el acto de hacer brillar
una luz brillante en los ojos de un oponente, a veces surgía
como un problema en el mundo de los deportes, donde
se consideraba un acto despreciable de trampa y estaba
estrictamente prohibido.
Este, sin embargo, era un verdadero campo de batalla
donde la muerte estaba en juego, no una competencia justa
y cuadrada.
La fuerza del ejército del Clan Relámpago dependía
particularmente de la fuerza de un individuo, ―Steinþórr― y
por lo tanto, si algo reducía u obstaculizaba su capacidad de
combate, obstaculizaría el potencial de su ejército en conjunto.
Felicia tenía razón.
Incluso si derrotar al hombre por completo era imposible,
solo hacerle una herida o dos hubiera sido deseable, pero...
―Ese idiota es demasiado para que cualquiera de
nosotros lo maneje. ―Yuuto levantó ambas manos y se
encogió de hombros, como diciendo: “Me rindo”.
Rodearlo y atacarlo con siete Einherjars no había funcionado.
Lo había golpeado con el agua de una gran represa y fue
arrastrado, solo para volver de nuevo en plena

212
forma.
Sabiendo que atacarlo de frente solo aumentaría sus
propias bajas, Yuuto había enviado a Felicia a usar un
truco más deshonesto, solo para que todo su esfuerzo fuera
lanzado devuelta a sus caras.
En este punto, incluso Yuuto honestamente no podía
pensar en una forma de deshacerse de ese hombre.
―Por supuesto, si no podemos luchar contra él y
ganar... tendremos que ganar sin luchar contra él. ―Las
esquinas de la boca de Yuuto se curvaron hacia arriba en
una sonrisa pícara.
De hecho, desde el principio, no había pensado que algo
tan simple como la táctica del puntero láser fuera suficiente
para derrotar a Steinþórr.

213
214
A lo sumo, solo había sido una prueba de su efectividad,
con la esperanza de que quizás tuvieran suerte.
Y también había sido un señuelo.
Un ataque de mala calidad como ese era muy irritante
para su víctima. Yuuto estaba un poco sorprendido de que
Steinþórr no hubiera llevado personalmente a sus hombres
a perseguir a Felicia, pero eso no era un problema.
Todos ellos ya estaban bien adentro de las fauces del lobo.
Todo lo que quedaba era morder.
El manto de Yuuto atrapó el aire dramáticamente mientras
se daba la vuelta para subir al borde de su carro. Extendió un
brazo y gritó, con su voz resonando ruidosamente en el aire:
―¡Notifiquen a todas las unidades! ¡El tiempo ha llegado!
¡Desplieguen la formación “Yugo de Buey” ahora!

Después de que Steinþórr se convirtió en el patriarca


del Clan Relámpago, las tácticas del ejército del clan también
pasaron por cambios. Después de un período de ensayo y
error, la disposición en forma de punta de flecha de las
tropas, se convirtió en una de sus estrategias de acceso.
Esto se debía a que la estructura aprovechaba al máximo
la increíble fuerza de su comandante, el propio Steinþórr.
Atrás en el eje de la cuña, hasta el fondo, estaba Þjálfi,
el Asistente del Segundo al Mando del Clan Relámpago. Ya
que Steinþórr se estaba cargando al frente de la formación,
Þjálfi tomaba esta posición en su lugar, monitoreando y

215
enviando comandos a todas las tropas.
Precisamente porque Þjálfi controlaba a las tropas desde
atrás así, Steinþórr no tenía que preocuparse por ninguno de
los detalles, y podía centrarse en luchar tan salvajemente
como deseara.
Steinþórr era un hombre de acción dinámica. Þjálfi era,
por el contrario, más firme y estoico. Siempre pensando con
la cabeza tranquila y relajada, no era un hombre llamativo
o interesante, pero su afición por las tácticas fiables y sólidas
le valió su alias de Járnglófi, ”El Guantelete de Hierro”.
―¡Maldita sea! ¡¿Qué demonios está pasando?! ―Þjálfi
escupió sus palabras con una agitación visible.
Esto era ridículo.
Justo hasta ahora, las fuerzas del Clan Relámpago habían
dominado por completo al Clan Lobo. Habían roto la primera y
la segunda línea defensiva del Clan Lobo, y habían aprovechado
totalmente el impulso de la batalla por sí mismos.
Justo cuando estaban abriéndose camino hacia la tercera
línea, Þjálfi se había sentido seguro de su victoria, ya que
ahora era solo una cuestión de tiempo hasta que las fuerzas
del Clan Lobo se derrumbaran.
Por eso no tenía sentido.
De repente, ese estado de ventaja se había volcado por
completo sobre su cabeza.
Sin previo aviso, los gritos de guerra se alzaron desde
la izquierda, la derecha y la retaguardia, y la tierra tembló

216
cuando los pies golpeando de los soldados del Clan Lobo,
los empujaron en masa desde las tres direcciones.
Esto debería haber sido imposible.
Los soldados del Clan Lobo habían sido divididos y
dispersados por la feroz carga del Clan Relámpago, y habían
sido reducidos a nada más que una desordenada turba y,
sin embargo, de repente, todos habían cambiado de rumbo y
estaban atacando de nuevo sin ninguna señal de vacilación.
―Entonces, lo que Padre dijo era correcto... ―Þjálfi exhaló
profundamente y se limpió el sudor que goteaba de su frente.
Un poco antes, había recibido un mensaje de Steinþórr:
“El enemigo se siente demasiado débil. Algo está pasando. Creo
que van a intentar algo, así que avisa a las tropas y asegúrate de
que no bajen sus guardias”.
En ese momento, había parecido una precaución
innecesaria.
El enemigo había empleado la muralla de vagones de hierro
que una vez había repelido fácilmente la fuerza de más de
diez mil jinetes del Clan Pantera, e incluso utilizó una técnica
novedosa que involucraba el reflejo de la luz con un espejo,
todo en un intento desesperado por detener a Steinþórr. Y
todas esas tácticas aún no habían sido suficientes para hacerlo.
En lugar de ser demasiado débiles, simplemente no eran
lo suficientemente fuertes, aunque eran más de lo que Þjálfi
había considerado.
Pero al final, la intuición de Steinþórr había sido correcta.

217
―Si no les hubiera dado las órdenes a los hombres cuando
lo hice, en este momento toda la fuerza habría estado a punto
de colapsarse. ―Murmuró Þjálfi para sí mismo.
Si los soldados que se lanzaron hacia adelante, se hubieran
dado cuenta repentinamente de que habían sido atrapados por
completo en un ataque de pinzas sin previo aviso, habrían
terminado mucho más agitados de lo que lo había estado
Þjálfi.
Su confusión y temor se habrían propagado a través de
las filas en un abrir y cerrar de ojos, y las fuerzas del
Clan Relámpago habrían perdido inequívocamente su
capacidad de actuar como un ejército unificado.
―¡Pero aun así... ¿qué se supone que hagamos?! ―Una
mirada de dolor apareció en el rostro de Þjálfi, frunciendo
el ceño.
Gracias a su advertencia anticipada y al carisma de su
líder, Steinþórr, se impidió que las tropas cayeran en pánico,
pero eso no hizo nada para cambiar la realidad de que el Clan
Lobo se estaba amontonando sobre ellos desde sus flancos.
Las formaciones del campo de batalla eran, en general,
diseñadas con el propósito de atacar a los enemigos delante
de ellos. Eran vulnerables a los ataques laterales y posteriores.
Eso era especialmente cierto en el caso de la formación en
punta de flecha que el Clan Relámpago estaba usando ahora.
Apenas podían contener el asalto repentino gracias a la
alta moral que habían acumulado hasta el momento, pero no

218
podían escapar de la increíble desventaja de esta situación, y
era obvio que tarde o temprano se romperían bajo la presión
y se doblarían sobre sí mismos.

Mientras tanto, los diversos generales de las unidades del


Clan Lobo gritaban salvajemente, como si estuvieran liberando
la frustración acumulada que habían soportado hasta ahora:
―¡Ahí está la orden que estábamos esperando! ¡¡Unidad
Claes, cargueeeeeeeen!! ―Desde el ala derecha de la línea
frontal del Clan Lobo, Claes gritó y espoleó a sus hombres
hacia adelante. Era el Segundo al Mando de la Familia Jörgen,
la facción subsidiaria más grande dentro del Clan Lobo.
En el ala opuesta, David, el Asistente del Segundo de la
facción de Jörgen, también alentó a sus tropas: ―¡De acuerdo,
Unidad David! ¡¡Muevaaanseee!! ¡¡No dejen que el Gran
Hermano Claes nos opaque aquí!!
Desde dentro de la segunda línea, sonó la voz de
Alrekr, el joven comandante del Fuerte Gnipahellir. Levantó
su lanza en el aire y corrió hacia adelante: ―¡Unidad de
Alrekr! ¡¡Ahora es la oportunidad perfecta para distinguirnos!!
Desde la tercera línea, Olof gritó y su unidad comenzó a
converger también: ―¡Unidad Olof! ¡¡Dirección inversa y a la
cargaaaa!! ¡¡Mostrémosles que el Clan Lobo está lleno de más
grandes guerreros que solo Sigrún y el Gran Hermano Skáviðr!!
Olof era actualmente el cuarto clasificado dentro del Clan
Lobo, y el gobernador de la ciudad de Gimlé, que últimamente

219
se había convertido en la cesta de pan del Clan Lobo.
―¡Muy bien... muy bien! ―Al ver que las cosas iban de
acuerdo con el plan, Yuuto inconscientemente comenzó a
apretar sus puños con emoción.
La principal formación defensiva que rodeaba a Yuuto
estaba situada alrededor de la cima de una colina cercana,
y desde su posición allí, podía ver claramente el desarrollo de
la batalla. Poco a poco, las tropas del Clan Lobo comenzaban a
envolver al Clan Relámpago.
Examinando la misma escena a continuación, Felicia no pudo
contener un grito de asombro y murmuró sus pensamientos en
voz alta: ―Increíble... casi parece el flujo de arenas movedizas...
De hecho, la analogía de Felicia parecía bastante adecuada para
los oídos de Yuuto. Una vez que una persona ponía un pie en arenas
movedizas, y mientras luchara tanto como podía, el suelo fangoso lo
seguiría arrastrando siempre hacia adentro, abrumando a la víctima.
―Sí, parece que nuestra formación encaja perfectamente
con la situación. ―Respondió Yuuto.
La formación “Yugo de Buey”: Era una de las formaciones del
campo de batalla utilizadas tradicionalmente durante la Era
Sengoku de Japón, conocida como las “Ocho Formaciones” o
Hachijin, que se dice que se inspiró en escritos anteriores sobre
tácticas militares de China. Los escuadrones de uno serían
divididos de una forma que formaran dos grandes columnas
verticales, que luego podrían converger sobre el enemigo,
restringir sus movimientos y borrarlo.

220
El objetivo de la estrategia era atraer al enemigo hacia
la brecha entre las dos grandes columnas, luego hacer que las
columnas giren hacia adentro e instigar un ataque de pinzas.
Era especialmente efectiva contra las estrechas formaciones
enemigas ofensivas enfocadas en el movimiento hacia adelante,
como la formación en punta de flecha que estaba usando el
Clan Relámpago. De hecho, la “punta de flecha” o formación
en punta de flecha, era otra de las Ocho Formaciones, por lo
que había mucha evidencia histórica.
Yuuto había predicho que, considerando las habilidades
y el temperamento de Steinþórr, estaría usando ese tipo de
formación centrada en el asalto en la batalla.
Era cierto que nada podía detener la carga hacia adelante
de Steinþórr. Sin embargo, era una batalla de ejércitos. No era
una pelea uno a uno, sino un choque entre grupos masivos.
Si el Clan Lobo pudiera evitar un enfrentamiento total con
el propio Steinþórr y destruir a todos los escuadrones detrás
de él, sería su victoria.
Las tropas del Clan Lobo se presionaron cada vez más contra el
Clan Relámpago desde los flancos, como si apretaran una soga.

―Heh, realmente me hiciste un gran número allí. ―Steinþórr


se rió cuando recibió información sobre la situación crítica
de su ejército, a través de un mensajero de Þjálfi.
Por supuesto, él era plenamente consciente de que esta
no era la clase de situación en la que uno debería reírse. Sus

221
fuerzas ahora estaban acorraladas sin escape, y las cosas
eran desesperadas.
Eso era exactamente por lo que estaba disfrutando tanto esto.
Algunos podrían simplemente llamarlo un tipo de arrogancia,
pero Steinþórr estaba preocupado por el hecho de que era
demasiado fuerte. Las cosas siempre llegarían a su fin antes de
que él tuviera la oportunidad de liberar toda su fuerza. Él
ganaba demasiado fácilmente. Siempre lo hacía sentirse
insatisfecho.
Siempre había estado buscando un rival contra el que
pudiera soltar todo su poder.
―Realmente eres el mejor, Suoh-Yuuto. ―Dijo en voz alta
con una sonrisa.
Durante la batalla del río Élivágar, Steinþórr se había estado
conteniendo, midiendo a su oponente. No era porque hubiera
estado subestimando a Yuuto. Era solo que, hasta entonces,
todas sus batallas habían terminado demasiado rápido y sin
esfuerzo, y él había querido disfrutarlas más. Sin darse cuenta,
había adquirido el hábito de contener toda su fuerza.
Pero esta vez, él estaba entrando con todo su poder desde
el principio. Había lanzado su asalto frontal de verdad, y se
había vuelto contra él. En otras palabras, toda la fuerza de
Steinþórr había sido contrarrestada con éxito.
¿Qué podría ser más entretenido que eso?
Para Steinþórr, un concurso era solo un concurso si las dos
partes estaban en una verdadera lucha. Eso era lo que realmente

222
hacía que la sangre de Steinþórr se volviera caliente y sus
músculos bailaran.
―¡Este no es el momento para felicitar al enemigo! ―Gritó
Narfi― ¡Rápido, debe emitir una orden para retirarnos! ¡El
Clan Relámpago ya ha hecho más que suficiente cumpliendo
su función de fuerza de distracción! ¡Por favor, déjele todo
lo demás a Padre! ¡El patriarca Hveðrungr se encargará del
resto! ―El general del Clan Pantera, Narfi, le suplicaba
fervientemente, un gran cambio respecto a la actitud fresca
y usual del hombre.
En circunstancias normales, un hombre como Narfi nunca
habría sido usado como el mensajero de Steinþórr. Era de un
rango demasiado alto, por un lado, y hermandad o no, era
un miembro de otro clan.
Sin embargo, dentro del Clan Relámpago, solo Steinþórr
y un pequeño número de otros se las habían arreglado para
dominar completamente la equitación en combate, y como la
situación de guerra era tan desesperada y sensible como el
tiempo, no había nadie más adecuado para la tarea que un
jinete nómada como él.
―¿Ha? ¿Retroceder? ―Steinþórr se rió― No seas estúpido.
Aquí es donde comienza la verdadera lucha. ―Steinþórr
lamió sus labios, y su rostro se torció cuando la bestia salvaje
dentro de él se reveló.
De hecho, para él era suficiente competencia, una lucha real
para hacer que su sangre se volviera caliente, y los músculos de

223
todo su cuerpo bailaran de alegría. Y necesitaba ser una
lucha entre iguales. Después de perder su última batalla
contra Yuuto, si se retirara aquí, ¿cómo podría decir que las
cosas eran iguales?
Solo superando esta situación crítica con su fuerza y
cambiando las cosas, podría finalmente afirmar que él y
ese hombre eran verdaderos rivales.
El orgullo de Steinþórr era digno de su renombrado nombre
de Dólgþrasir, “El Tigre Hambriento de Batalla”, pero no era
algo que un extraño como Narfi pudiera comprender.
―¡¿Q-Qué está diciendo?! ¡Señor, le pido que no haga una
sugerencia tan tonta! ¡Debemos retirarnos ahora, o toda la
fuerza podría ser eliminada!
―Te equivocas. Esa sería una elección que lleva a la
muerte. ―Dijo Steinþórr sin rodeos, con total confianza.
La formación en punta de flecha de su ejército estaba
enfocada en cargar hacia adelante, y no era adecuada para
moverse hacia atrás. Más que nada, si diera la orden de
retirarse ahora, los soldados se darían cuenta de que habían
perdido la batalla.
Si eso sucediera, su fortaleza mental ―que hasta el momento
solo se había mantenido unida bajo estas circunstancias― se
rompería. Podía decir que caerían bajo el miedo y el pánico.
Y una vez que eso sucediera, eso sería todo. No serían nada
más que una presa deliciosa para el Clan Lobo.
―E-Entonces, ¿qué pretende hacer? ―Preguntó Narfi.

224
―¡Heh! La única cosa que siempre hago, sin importar la hora o
el lugar. ―Steinþórr apretó las riendas de su caballo con fuerza, y
una sonrisa aterradora y risueña se dibujó en su rostro.
Con el ejército del Clan Relámpago de Steinþórr, solo
había un camino a tomar. Como lo había sido hasta ahora,
así sería de ahora en adelante...
―Dile esto todas las tropas: “¡La retirada es la muerte! ¡Si
quieren vivir, entonces miren hacia adelante y avancen a
toda velocidad! ¡No tengan miedo! ¡¡Abriré el camino yo
mismo!!”

―¡¡Haaaaaaaaah!! ¡¡Fuera de mi camino!! ―Gritando,


Steinþórr giró su martillo de guerra libremente hacia la
izquierda y hacia la derecha, en grandes círculos.
Una y otra vez, el arma giró alrededor de él.
Una y otra vez, golpeó nuevos objetivos.
A pesar de que los soldados del Clan Lobo seguían
intentando presionarlo, todo lo que se interponía en el
camino del joven conseguía el mismo final espeluznante.
Ningún número de ellos podía siquiera disminuir la
velocidad de su avance.
―¡¡Uraaaghhh!! ¡¡Adelante, adelante, adelante!! ―Gritó un
soldado del Clan Relámpago.
―¡El Clan Lobo no puede hacer nada contra nosotros!
―¡Tenemos a Lord Steinþórr! ¡Nadie puede detenerlo!
Los soldados del Clan Relámpago detrás de Steinþórr

225
reavivaron el fuego de sus espíritus y corrieron hacia
adelante.
Mientras tanto, los soldados del Clan Lobo que deberían
haber estado en una posición decididamente ventajosa, de
alguna manera se vieron intimidados por la absoluta
intensidad antinatural de sus enemigos.
―¿Q-Qué pasa con estos tipos...?
―E-Es tan fuerte... ¡Esto es ridículo!
―M-Mira su cara. ¡Es un demonio! ¡Tienen a un demonio
guiándolos!
Los guerreros del Clan Relámpago se caracterizaban por
su alta moral en batalla, pero esto era diferente. En este
momento, era como si la naturaleza salvaje y el espíritu de
lucha inhumano de Steinþórr se hubieran extendido sobre todos
los soldados del Clan Relámpago, hasta el último hombre.
Con un impulso aún mayor que el anterior, atravesaron
las filas de las fuerzas del Clan Lobo, como si realmente se
hubieran convertido en una flecha.
Un informe sobre esto rápidamente se dirigió a Yuuto en
su formación de mando, en la retaguardia de las líneas del
Clan Lobo.
―Sabe que estaba rodeado, y aun así carga hacía
adelante... ―Yuuto escupió las palabras con disgusto.
Retirarse era exactamente lo que Yuuto había querido
que el hombre hiciera. Lo aterrador del ejercito del Clan
Relámpago era su abrumador poder destructivo en asalto,
nacido de un guerrero carismático como Steinþórr, que los
conducía desde las líneas del frente.

226
Dicho de otra manera, si el ejército del Clan Relámpago
se viera obligado a renunciar a avanzar, el hechizo de
Steinþórr se rompería y serían reducidos a una turba
desorganizada, sin saber a dónde ir. En ese momento, ya no
serían una amenaza para las fuerzas del Clan Lobo.
Así es como deberían haber ido las cosas, pero...
―¿Qué? ¿Simplemente está avanzando porque es estúpido
y eso es todo lo que sabe hacer? ¿O tiene algún tipo de instinto
de animal salvaje? ―Yuuto dijo con frustración.
Cargando hacia adelante, era el único medio de escape
de la trampa que Yuuto había puesto.
Steinþórr era un héroe guerrero invencible en el campo
de batalla. No había nadie vivo que pudiera interponerse en
su camino.
Ya sea Sigrún, la actual Mánagarmr, o su predecesor
Skáviðr, el hombre conocido como Níðhǫggr, “La Masacre
Burlona”, el resultado sería el mismo.
Nadie podía bloquear el avance de Steinþórr.
Yuuto había sido reacio a sacrificar innecesariamente a
más de sus hombres, y así, había hecho a propósito las líneas
defensivas directamente delante de Steinþórr, más delgadas.
―¡Onii-sama, a este ritmo, escaparán de las fuerzas que los
rodean! ―Exclamó Felicia― ¡Debes enviar un mensaje a todas
las unidades para que se preparen y presionen más fuerte!
¡Debemos eliminar al Clan Relámpago aquí, cueste lo que
cueste!
El consejo de Felicia a Yuuto era bastante sangriento en su

227
naturaleza, muy en desacuerdo con la belleza elegante de su
apariencia. Después de todo, ella era una general que había
crecido viviendo en las tierras devastadas por la guerra de
Yggdrasil. En este momento en particular, veía a su clan a
punto de tomar la cabeza de Steinþórr, uno de sus mayores
enemigos.
No era una sorpresa que la agitación y la adrenalina de
este momento se agotaran y permanecieran allí.
Sin embargo, después de un breve momento de pensamiento
silencioso, Yuuto negó con la cabeza: ―...No, será mejor que
no. En realidad, envía un mensaje a todas las unidades
ordenándoles estrictamente que no presionen el ataque
demasiado.
Hablando fundamentalmente, Felicia siempre era leal a
Yuuto en sus órdenes y decisiones, pero esta era una que
aparentemente no podía aceptar: ―¡¿Por qué?! ¡Esta es una
oportunidad que no volveremos a tener!
―Porque uno no debe luchar contra un enemigo que
está atrapado en un frenesí suicida. ―Dijo Yuuto, con una
expresión intensamente amarga.
Sabía que los buenos resultados en una batalla como
está, siempre venían, en su mayor parte, de perseguir y
atacar al enemigo mientras intentaba retirarse. Al igual
que Felicia, quería aprovechar al máximo esta oportunidad
mientras la tenía. Pero también sabía de una situación
histórica que se parecía extrañamente a esta, y estaba
brillando en su mente.

228
Era la “estrategia de escape de Shimazu”, de la Batalla
de Sekigahara.
Shimazu Yoshihiro había mantenido a solo 1.500 hombres
bajo su mando, mientras que su enemigo, Tokugawa Ieyasu,
había tenido cerca de 100.000. A pesar de eso, cuando el
ejército de Tokugawa intentó atacar a Shimazu mientras huía,
sufrieron severos contraataques. Incluso el gran general Ii
Naomasa, conocido como uno de los Cuatro Guardianes de
los Tokugawa, resultó gravemente herido, así como el cuarto
hijo de Tokugawa, Matsudaira Tadayoshi.
Y en el querido Arte de la Guerra de Yuuto escrito por Sun
Tzu, había una frase que decía aproximadamente: ”...arrojalos
(a tus soldados) a la desesperación, y mostrarán el valor de Chu
o Kuei”.
El significado era que, si los soldados se lanzaban en una
situación desesperada en la que no había opción para retirarse,
entonces incluso los soldados normales pelearían con una
intensidad igual a la de Chuan Chu y Ts'ao Kuei, famosas
figuras históricas en el momento en que el pasaje fue escrito.
En este momento, el Clan Relámpago estaba de hecho en
ese tipo de situación desesperada, en la que no tenían más
remedio que luchar para avanzar, y la ferocidad que les
otorgaba era suficiente para que la sangre de un hombre
se helara.
Si el Clan Lobo presionara su suerte aquí, podrían terminar
siendo rechazados por una desesperada represalia de sus
enemigos, reviviendo las bajas de las fuerzas de Tokugawa

229
en Sekigahara.
Yuuto suspiró: ―Bueno, aun así, al menos esta primera
batalla va a terminar con nuest…
―¡O-Otou-sama, d-debes escuchar esto! ―Fue interrumpido
por Kristina, quien corrió hacia él gritando.
Esta chica nunca dejaba de ser fría e incluso suficientemente
compuesta, fuera cual fuera la situación. Pero ahora parecía
extrañamente desesperada. Estaba jadeando y sin aliento.
Ella debió haber corrido a toda velocidad todo el camino
para entregar su informe.
―Haah... haah... ¡D-Desde el sur! ¡Se acerca una gran
banda de jinetes! ¡Ya casi están sobre nosotros! ¡¡Son más de
diez mil!!
―¡¿Qué?! ―Gritó Yuuto.
―¡¿Qué dijiste?! ―Felicia gritó simultáneamente con
incredulidad ya que esto era imposible.
La única nación en Yggdrasil capaz de desplegar diez
mil soldados de caballería armados, era el Clan Pantera, con
su acceso a la tecnología de los estribos.
Y el territorio del Clan Pantera se extendía desde las
estepas del norte de Miðgarðr, hasta las partes del norte de
Álfheimr. Pero esto estaba al sur del río Tanais, totalmente
en la región de Vanaheimr.
Entre este lugar y el territorio del Clan Pantera se
encontraba el Clan Pezuña, y aunque habían perdido una
gran cantidad de influencia en los últimos tiempos, alguna vez
habían sido uno de los diez clanes más grandes de Yggdrasil.

230
¿Cómo pudo el Clan Pantera haber cruzado esas
tierras?
En este momento, el Clan Lobo estaba finalmente a punto
de tener éxito en hacer a un lado el ataque de su poderoso
enemigo, Steinþórr. Para que diez mil jinetes armados se
presenten ahora... “inesperado” ni siquiera comenzaba a
describirlo.
Y para empeorar las cosas, el Clan Lobo había colocado
sus formaciones en el campo de batalla orientadas hacia el
oeste, hacia el Clan Relámpago que avanzaba. Un ejército de
jinetes desde el sur los golpearía directamente en el costado.
Esta situación repentina, era lo peor que podía conseguir.

231
Acto 6
Desde su posición ventajosa, un hombre miró con desdén
a las fuerzas del Clan Relámpago cuando escaparon del
ataque de pinzas y comenzaron a salir del campo de batalla.
Él aulló con una risa estridente: ―Te jactaste con tanta
confianza con Narfi de que lo derrotarías primero, y aun
así, parece que al final no pudiste hacerlo, ¿eh? Mi “hermano”
pelirrojo. Kehehehe... ¡HAHAHAHAHA!
En una palabra, era inquietante de mirar.
La mitad superior de su rostro estaba cubierta por una
máscara de color negro azabache, excepto por sus ojos
penetrantes, que parecían surgir con una siniestra aura de locura.
El resto de él era bastante diferente: su cara inferior era
limpia y bonita, y tenía una constitución alta y esbelta, con un
fino cabello dorado. Esta apariencia de aspecto noble solo servía
para acentuar la sensación de extravagancia extraña sobre él.
Este hombre era Hveðrungr, patriarca del Clan Pantera.
―Sabía que había tendido una trampa. ―Dijo Hveðrungr―
Eso estuvo cerca.
Originalmente, el plan de Hveðrungr había sido hacer que
Steinþórr rompiera las defensas del “muro de vagones” del Clan
Lobo, y en ese punto también llevaría a sus fuerzas a la escena.

232
Combinarían la fuerza de ambos ejércitos y la concentrarían
en el frente, cargando hacia adelante para derrotar al enemigo
de un solo golpe.
Pero mientras él había estado haciendo esos planes, un
repentino pensamiento había entrado en su mente.
Hveðrungr estaba absolutamente seguro de que Steinþórr
podría atravesar la pared de vagones. Así que, ¿no podría
Yuuto, que en realidad había luchado contra el Einherjar
monstruosamente poderoso antes, anticipar lo mismo y
formular algún tipo de estrategia en respuesta?
Esa predicción se había hecho realidad.
Si el Clan Pantera hubiera seguido el guión y hubiera
entrado justo después del Clan Relámpago, también se habrían
visto atraídos y rodeados por la formación del enemigo. Hubieran
sido aplastados entre las fauces del lobo, por así decirlo.
Pero porque no lo habían hecho...
―Ahora te pido que uses tu movimiento característico,
Yuuto. Kehehehehe. ―La risa de Hveðrungr se negó a calmarse
y se llevó una mano a la boca.
Durante los meses de invierno, había usado algunas de las
conexiones personales que formó durante su etapa como Segundo
al Mando del Clan Lobo, y estudió a fondo los datos de cada
batalla que el Clan Lobo había luchado durante los últimos dos años.
Así fue como se enteró de su estrategia de: “El Martillo y el
Yunque”, donde las unidades que atacan desde el frente atraen
la atención del enemigo, y otra fuerza altamente móvil los
asalta rápidamente desde el flanco o la retaguardia.

233
Seguramente el Clan Lobo no esperaría que la misma
estrategia se empleará contra ellos. Esto no solo los tomaría
por sorpresa, sino que también era una gran estrategia que
encajaba bastante bien con la actitud y el temperamento de
los respectivos ejércitos del Clan Pantera y Relámpago.
Por lo tanto, habiendo decidido el plan, Hveðrungr había
hecho todo lo posible para aumentar sus posibilidades de éxito.
Ya se había enterado del hecho de que las hijas del
patriarca del Clan Garra, ―Botvid, ese viejo y astuto zorro
que había atormentado al Clan Lobo tan a menudo en el
pasado― habían caído por Yuuto. Y así, se había cuidado
meticulosamente para preservar el secreto de esta operación.
Ocultando a fondo la relación entre los Clanes Pantera y
Relámpago, y utilizando escaramuzas para fingir un interés
continuo hacia la ciudad de Myrkviðr, había desviado parte
de la atención del Clan Lobo en esa dirección.
En cuanto al movimiento de su ejército principal, los
había enviado a la región de Vanaheimr en pequeños grupos
a lo largo del tiempo, disfrazándolos de caravanas mercantes o
transportándolos por barco para que el enemigo no los descubriera.
Una vez en Vanaheimr, los había llevado deliberadamente a
través de senderos y peligrosas rutas alejadas de las carreteras
principales, para evitar los ojos de los espías.
De hecho, todo eso había sido por el bien de este momento.
En este momento, el flanco ligeramente defendido del
ejército del Clan Lobo yacía expuesto justo enfrente al Clan
Pantera. Las defensas del muro de vagones que impedían que
la caballería atacara, se habían instalado en las líneas del frente

234
del Clan Lobo enfocadas hacia adelante. Además, el Clan
Lobo acababa de terminar una dura batalla contra el Clan
Relámpago y debería estar bajando la guardia por eso.
Había pasado años trabajando en venganza por su
humillación, y ahora las condiciones no podían ser más ideales.
Hveðrungr lanzó su brazo hacia afuera, haciendo que su
manto atrapara el aire dramáticamente, y en voz alta, dio su
orden: ―¡Todo el mundo! ¡Ha llegado el momento de vengar
la desgracia que sufrimos! ¡Maten y maten y maten hasta
que no quede nadie! ¡Todas las tropas...! ¡¡Cargueeen!!

―¡¿Otro ataque enemigo?! ¡¿De dónde vinieron?! ―David


hizo una mueca mientras miraba a la legión de jinetes
armados que habían aparecido de repente.
Por su apariencia, tenían que ser el Clan Pantera.
Eran el enemigo contra el que el Clan Lobo luchó la última vez
en tierras lejanas al norte, en Náströnd, al norte del río Örmt.
Eran un enemigo que no debería estar aquí ahora.
―¡¿Qué está pasando aquí?! ―Gritó David.
David estaba lejos de ser incompetente como oficial; era
un hombre de talento sobresaliente, habiendo sido ascendido
a Asistente del Segundo de la Familia Jörgen a la edad
relativamente joven de veintiocho años.
Ya estaba decidido que un día intercambiaría el Juramento
del Cáliz directamente con el patriarca Yuuto, por lo que el
clan también tenía grandes esperanzas para su futura carrera.

235
Pero este hombre competente, ahora estaba en medio de una
confusión extrema. La Unidad David había estado ocupada
hasta hace un momento, atacando a las fuerzas del Clan
Relámpago que se abrían paso hacia el centro de la formación
del “Yugo de Buey” del Clan Lobo. Este nuevo ataque enemigo
casi los había atrapado por completo desde atrás.
―¡T-Tenemos que dar la vuelta! ―Gritó David
apresuradamente― ¡Todas las tropas! ¡Regresen!
A pesar del rápido comando, su formación reaccionó con
movimientos tan lentos como la melaza.
La Unidad David era un regimiento de infantería de
quinientos hombres. Con ese tamaño, incluso simplemente
girar la unidad para mirar hacia el otro lado no era fácil.
Más que nada, sus soldados estaban confundidos. Acababan de
“ganar”, y habían elegido imprudentemente hacer una pausa para
un momento de descanso. Al igual que volver a atar una cuerda
completamente tensa que se ha roto, no es tarea fácil restablecer la
tensión y el enfoque del combate una vez que se ha liberado.
Y mientras luchaban por recuperarse, el Clan Pantera cerró
la distancia y comenzó su ataque.

―¡Toma eso, y eso, y eso! ―Váli disparó flecha tras flecha


en continua sucesión, incluso cuando espoleó a su caballo.
Puede que no fuera mucho comparado con un monstruo
como Steinþórr, pero aún era un maestro del arco, y el mayor
arquero montado en el Clan Pantera.

236
Cada una de sus flechas golpeó con precisión en el blanco,
justo entre los ojos de los soldados del Clan Lobo y no
recibió contraataques. Los soldados del Clan Lobo simplemente
continuaron cayendo en pánico mientras sufrían sus ataques.
―¡Ah! ¡Son tan lentos como babosas! ―Váli se regocijó.
En la última guerra, el Clan Lobo y su fuego de volea de tres
rangos de ballestas habían logrado repeler a la banda de jinetes
de élite bajo el mando de Váli. Este grupo de soldados estaba
tan asustados que ni siquiera le parecían el mismo ejército.
―Bueno, eso funciona bien para mí. ¡Haré que me paguen
por lo que les pasó a mis hombres antes! ―Váli levantó la voz y
llamó a sus jinetes― ¡De acuerdo, bastardos, vamos por ellos!
Los soldados del Clan Pantera respondieron rugiendo al
unísono: ―¡¡Uoooooohhhhhh!!
Dejando a un lado sus arcos, prepararon lanzas y se
lanzaron directamente a las filas del Clan Lobo.
Uno de ellos utilizó el impulso de la carga de su caballo
para pasar su lanza a través de un soldado del Clan Lobo
tras otro como un pincho. Otro desató un barrido horizontal
con la punta de su lanza que atravesó el cuello de su
enemigo. Otro más utilizó su caballo directamente como un
arma, embistiendo soldados y mandándolos a volar.
Frente a este rápido y furioso asalto, la formación del
Clan Lobo podía ofrecer poca resistencia real, y comenzaron
a caer como moscas.
Era total, completa e indiscutiblemente, unilateral.
El caos y la confusión solo generaron más pánico, devorando
los corazones de los soldados restantes.

237
Y al final...
―¡Aaaauughh! ¡No quiero morir, no quiero moriiiiir!
―¡No puedo soportar esto! ¡¡No puedo soportarlo más!!
Algunos soldados arrojaron sus armas y trataron de correr
por sus vidas. La visión de una persona huyendo sirvió de
catalizador para otra, y así sucesivamente con otra.
En unos momentos, el pánico había barrido a lo largo de
toda la unidad, y hubo una verdadera corriente de soldados
que intentaban huir.
―¡Maldita sea, no corran! ―Gritaba su general― ¡Luchen!
¡¿Por qué no pelearían, idiotas?!
Pero en este punto, por mucho que su comandante pudiera
ladrarles, no iba a hacer ningún bien. Sus órdenes no iban
a influir en los guerreros que habían caído en un estado tan
frenético de miedo y confusión. Simplemente siguieron corriendo,
tratando de encontrar un medio para escapar de la batalla.
―Hmph, ese debe ser la cabeza de este grupo. ―Al ver a su
objetivo con sus afilados ojos, Váli sonrió cruelmente y se lamió
los labios. Pateó su caballo y rápidamente cerró la distancia.
―¡¿Qué?! ―El general enemigo gritó sorprendido cuando
notó que Váli se acercaba, pero ya era demasiado tarde.
―¡Hasta luego! ―La lanza de Váli atravesó el pecho
del hombre.

―¡Señor, L-Lord David ha sido asesinado en batalla! ―Gritó


un mensajero.

238
―¡El enemigo está cortando más profundamente en la
formación! ―Otro se unió.
―¡Señor, un mensaje de la Unidad Alrekr! ¡S-Solicitan
refuerzos urgentes!
Uno tras otro, los mensajeros de las unidades en el campo
llegaron para traerle informes a Yuuto, todos ellos malos.
―¡Urgh! A este ritmo... ―Yuuto apretó los dientes.
La situación solo seguía empeorando. Yuuto fue superado
por un sentimiento de terrible aprensión. ¿Era su ejército en
el campo realmente tan frágil como para que una vez
que comenzara a desmoronarse en algunos lugares, pudiera
desmoronarse tan fácilmente en una reacción en cadena?
Yuuto apretó los dientes aún más fuerte. Esta experiencia
era la primera vez para él.
―Si solo Skaviðr estuviera aquí, entonces... ―En un
momento de debilidad, esas palabras salieron de los labios
de Yuuto.
Seguramente el hombre que una vez tuvo el título de
Mánagarmr, el veterano experimentado que siempre era tan
amable, podría haberle dado consejos precisos, incluso en
esta situación desesperada.
O tal vez Skáviðr hubiera podido viajar a las líneas del
frente él mismo, comprando solo un poco más de tiempo
para que Yuuto pensara en una solución por sí mismo.
Pero él no estaba aquí ahora. Skáviðr estaba lejos, encargado
de custodiar la ciudad de Myrkviðr. Incluso si montara a toda
velocidad en caballos rápidos, tardaría tres días en llegar

239
desde allí.
―Onii-sama, deberíamos retirarnos. ―Dijo Felicia― El
resultado de la guerra es influido por el tiempo y la
fortuna. Incluso para alguien tan grande como tú, no todas
las batallas pueden terminar en victoria. Retiremos nuestras
fuerzas de este lugar para que podamos reorganizarnos.
―¡Ngh! ―Yuuto hizo una mueca de dolor ante las
palabras de Felicia, y se mordió el labio inferior. En su
cabeza, él ya lo sabía. Pero aún era difícil escuchar
esa dolorosa realidad a través de las palabras de otra
persona― ¿Es eso... realmente todo lo que podemos
hacer...? ―Murmuró Yuuto, como si luchara por
pronunciar las palabras.
Su mente racional le gritaba que debía comenzar la
retirada. Pero en este momento, era una sensación de
peligro diferente y más absurdamente poderosa la que
dominaba su corazón.
Esto sería completamente diferente de la falsa retirada
que una vez había usado para atraer al Clan Relámpago.
Estarían efectivamente huyendo, derrotados.
El enemigo seguramente los perseguirá y continuará
atacándolos mientras huían. Teniendo en cuenta esto, las
fuerzas del Clan Lobo sufrirían demasiadas bajas, a diferencia
de todo lo que habían sufrido hasta ahora.
Del mismo modo, el desastre caería sobre los residentes
locales de este territorio. Todos los hombres serían asesinados,
las mujeres violadas y los niños vendidos como esclavos. Incluso

240
para aquellos que lograran escapar a un destino así, con
todas las tiendas de comida en el área saqueadas o destruidas,
solo la muerte por inanición les esperaba.
Sun Tzu y Maquiavelo argumentaron lo mismo en sus
trabajos: Cuando la situación lo requiere, uno debe ser lógico,
incluso frío y despiadado.
Uno debe descartar rápidamente la preocupación por lo
que no tiene esperanza, para poder seguir protegiendo las
cosas que se podían proteger. Eso era lo que tenía que hacer,
y Yuuto lo entendía.
Pero, aun así, él simplemente no podía elegir esa opción.
No podía permitirse ser tan despiadado.
Desafortunadamente, independientemente de lo que su
corazón permitiera, la realidad desesperada en el campo
de batalla no había cambiado.
¿Qué se suponía que debía hacer?
¿Cómo podía salir de esta crisis y cambiar las cosas?
¿No hay nada que pueda hacer? ¡Tiene que haber algo! Yuuto
se encontró amargamente resentido por su propia falta de
poder. En un momento como este, si solo tuviera la fuerza
abrumadora de Steinþórr en batalla, podría haber salvado
a todos.
―¡...Oh! ―De repente, la inspiración pasó por su mente
como una revelación desde lo alto.
Era una idea terriblemente llena de peligros. Sin embargo,
parecía que lo único que podía hacer era intentarlo.

241
La línea del frente del Clan Lobo era como una escena
salida del infierno, llena de soldados locos, gritando.
―¡¡Waaaughhh!!
―¡Eeeek!
―¡D-Diosa, por favor...!
―¡Madre!
Ya no eran guerreros orgullosos del Clan Lobo; habían
sido reducidos a un lamentable rebaño de ovejas, incapaces
de hacer otra cosa que llorar de terror ante los jinetes del
Clan Pantera que los atacaban y los perseguían.
El miedo controlaba completamente sus corazones.
Incluso el concepto de contraatacar, hace tiempo que
había desaparecido de sus mentes. Cada uno de ellos
estaba consumido solo por no querer morir, luchando por
encontrar un método de escape y sobrevivir a esta pesadilla.
En este punto, era solo una cuestión de tiempo antes de
que todo el ejército del Clan Lobo siguiera su ejemplo.
Fue entonces cuando sucedió.
El fuerte y penetrante sonido de los gongs de guerra
de bronce resonó en el campo de batalla. Tanto aliados
como enemigos giraron reflexivamente para mirar en la
dirección del sonido.
Vieron a una gran cantidad de guerreros del Clan
Lobo cargando en su dirección, e incontables banderas de
su clan revoloteando.

242
Vieron el carro a la cabeza de la multitud de tropas,
liderando el camino.
¡Vieron al joven vestido completamente de negro, de pie,
encima de ese carro!
―¡¡Orgullosos guerreros del Clan Lobo, no vacilen!! ―Gritó
el joven a todo pulmón.
A pesar de estar en medio del campo de batalla, su voz
llegó a los oídos y corazones de los soldados.
El propio Yuuto era ciertamente bendecido con una voz
que sonaba galante, pero había un factor más importante
en juego: en el momento en que vieron la figura de su
invicto comandante en jefe, los soldados del Clan Lobo
recuperaron un poco de su compostura y se calmaron, lo
que ayudó a su voz a llegar más lejos.
Yuuto extendió su mano, y continuó gritando: ―¡¡No
se rindan!! ¡¡Agarren sus lanzas y reanuden la formación!!
¡¡Armen el bloqueo de carros de nuevo!! ¡¡No hemos perdido
esto todavía!! ―Gritó con todas sus fuerzas.

243
244
Esta era la solución que Yuuto había encontrado, el único
acto que podría rescatar a su ejército del borde de la muerte.
Uno podría llamarlo imprudente, y eso podría ser cierto.
Sin embargo, esto también era lo único que podía hacer para
revivir el espíritu de los soldados que, ante una derrota segura,
habían perdido por completo la voluntad de contraatacar.
Solo había que considerar por qué los guerreros del Clan
Relámpago mantenían una moral tan anormalmente alta.
La fuerza individual de Steinþórr jugaba un papel, seguro,
pero era porque su comandante supremo siempre luchaba
con ellos, liderando en las líneas del frente.
El ex conquistador del Periodo de los Estados en Guerra
de Japón, Oda Nobunaga, había colocado a increíbles generales
como Shibata Katsuie y Mori Yoshinari a la cabeza de su
ejército, pero se decía que él también había salido de su
formación de mando en la retaguardia hasta las líneas del frente
para animarlos y luchar junto a ellos, fortaleciendo su moral.
Otro de los generales de Nobunaga, Maeda Toshiie, había
pasado a controlar el dominio feudal más grande y más próspero de
Japón después del final de las guerras del período Sengoku, e
incluso en sus últimos años, recordó cómo se inspiró personalmente
al presenciar cómo su líder luchaba de cerca: “Si el comandante
solo pasa la batalla en su campamento, entonces, una vez que se hayan
violado la primera y la segunda línea, el enemigo seguramente se
abrirá paso cada vez más, y enfrentaras derrotas que no esperabas”.
También estaba Alejandro Magno, quien, incluso después de
establecer su gran imperio, había viajado a las líneas del frente

245
en tiempos de guerra para alentar a sus tropas, incluso a
veces sufriendo heridas debido a esto.
¿Por qué los soldados serían atraídos a seguir a alguien que
se mantiene a salvo y les da órdenes desde la seguridad?
De hecho, no lo serían. Solo se sentirían inspirados a seguir
a alguien que tomara medidas y los dirigiera personalmente,
sin tener en cuenta el peligro.
Se escuchó el zumbido de una flecha mientras rozaba la
mejilla de Yuuto. Pero no vaciló. Golpeó su pecho con un
puño, y lanzó un rugido de corazón de león con la parte
superior de sus pulmones.
―¡¡Todos, crean en mí!!
―¡¡UOOOOOOOOHHHHHH!! ―Los soldados del Clan
Lobo gritaron de nuevo a coro. En sus ojos, la luz se había
reavivado, y la llama de la batalla ardió dentro de sus corazones
una vez más.

―¡Muahaha! ¡Sí, ataqueeen! ¡Ataquen, ataquen con todo


lo que tieneeen! ―Hveðrungr estaba de muy buen humor y
se echó a reír mientras llamaba a sus hombres, instándolos.
La legión de jinetes barrió el campo de batalla con un
impulso increíble, como la fuerza de una ola rompiendo,
dispersando a los soldados de sus formaciones, derribándolos,
y pisoteándolos bajo sus pies.
Cuando mataban a su enemigo, los guerreros del Clan
Pantera despertaban más su naturaleza bestial, lanzándose

246
contra los soldados del Clan Lobo con una ferocidad cada
vez mayor. Eran impulsados hacia adelante como si montaran
la cresta de una gran ola.
En contraste, frente a estos intensos asaltos, las fuerzas
del Clan Lobo parecían carecer incluso de la fuerza para
contraatacar adecuadamente o lanzar un contraataque.
Pero entonces, un grupo inesperado de pancartas del
Clan Lobo llamó la atención de Hveðrungr:
―¿Hm? Eso es...
Era el estandarte que Hveðrungr había aspirado a hacer
suyo, en los días en que fue el hombre conocido como Loptr.
Era el estandarte del que ahora era el hombre que más
deseaba pisotear y matar con sus propias manos.
―¡Esa es la formación principal del Clan Lobo, la que
alberga al comandante! ―Gritó rápidamente a sus tropas―
¡Todos, apunten a la formación principal ahora! ¡Sin embargo,
no maten a ese mocoso comandante suyo! ¡¡A quien quiera
que lo capture y lo traiga vivo, les otorgaré todo lo que
deseen como recompensa!!
―¡¡Uoooooohhhh!! ―La orden de Hveðrungr envió una ola
de emoción a través de sus tropas y gritaron como uno solo.
Hveðrungr no era un hombre tacaño de ninguna manera.
A lo largo de su gobierno hasta el momento, siempre
había recompensado generosamente a sus subordinados por
su desempeño. Para él, la venganza contra Yuuto lo era todo,
y la acumulación de riquezas ni siquiera tenía importancia.
Así que todos los miembros del Clan Pantera sabían que

247
su patriarca era un hombre con un temperamento espantoso,
pero también increíblemente generoso. Si decía que les
concedería lo que quisieran, eso significaba que podían
esperar que cumpliera con su palabra.
Repentinamente, abrumados por una nueva y mayor
motivación, los jinetes del Clan Pantera se lanzaron como
uno, como una avalancha hacia la formación principal del
Clan Lobo.
Por fin, la victoria de Hveðrungr estaba a la vista.
Observó, lamiendo sus labios, esperando a que su
caballería de élite se abriera paso a través de la formación
del Clan Lobo y arrastrara a ese odioso mocoso de cabello
negro de comandante.
...Siguió esperando.
―¡Ustedes, idiotas, ¿qué están esperando?! ―Hveðrungr
arremetió con frustración, porque ni un solo informe de
éxito había regresado a él.
Por lo que podía distinguir visualmente, las líneas
protectoras de infantería que rodeaban al comandante estaban
agrupadas muy juntas, con sus lanzas extendidas, luchando
desesperadamente y apenas logrando contener a la masa de
jinetes armados que los presionaban.
Eso era impresionante, tal era vez solo lo que se esperaba
de los lanceros encargados de vigilar la formación principal
y proteger a su patriarca. El patriarca seguramente debió
haber concentrado a sus soldados de elite en su formación.
Sin embargo, sus esfuerzos sólo podrían ser temporales.

248
Con solo esa cantidad de soldados, nunca podrían esperar
resistir indefinidamente el feroz asalto del Clan Pantera.
Al menos, esa era la suposición que Hveðrungr había
hecho, pero lejos de forzar su camino, sus hombres fueron
obligados a retroceder, y su rostro se contrajo de rabia.
―¡¿Qué?! ¡¿Por qué están perdiendo?! ―Gritó.
Esto era claramente extraño.
En términos de habilidad marcial, los guerreros del Clan
Pantera eran definitivamente superiores. Sus fuerzas tenían la
ventaja abrumadora en el posicionamiento, también pudiendo
atacar desde los lados.
A pesar de eso, este era el resultado.
Las líneas del Clan Lobo se movían ligeramente.
En pequeñas cantidades, pero de manera sólida y constante,
comenzaban a avanzar. Hveðrungr estaba confundido.
―¿Cómo es esto posible? ¡¿Qué es esta extraña fuerza
de ellos?!
El aire detrás de los soldados del Clan Lobo parecía
vacilar, como una bruma de calor o un espejismo. Incluso
desde la distancia, podía ver que tenían rostros de
determinación de vida o muerte.
Sus mandíbulas apretadas, sus ojos entrecerrados y fieros,
se lanzaron sobre los guerreros del Clan Pantera delante de
ellos con pasión y frenesí, gritándose unos a otros mientras
lo hacían.
―¡Es justo como dice Lord Yuuto! ¡No hemos perdido
todavía!
―¡Correcto! ¡Mientras Lord Yuuto esté aquí, el Clan Lobo

249
dd
no perderá!
―¡Protejan a Lord Yuuto a toda costa! ¡Lord Yuuto es la
esperanza del Clan Lobo!
―¡Mantengan sus armas firmes! ¡No permitan que el
enemigo se acerque a Lord Yuuto!
¿Qué podría conducirlos en esta medida?
Hveðrungr no era un dios clarividente, por lo que no
pudo responder a esa pregunta solo desde la escena frente
a él. Sin embargo, incluso si se diera cuenta de la respuesta,
probablemente no lo admitiría.
Este milagro fue creado por la habilidad y reputación de
Yuuto como líder.
“El comandante del ejército estaba en las líneas del frente”.
Esa era una forma simple de describir la elección que
había tomado Yuuto, pero simplemente, solo eso no hubiera
tenido un efecto tan dramático.
Últimamente, el ejército del Clan Lobo había crecido
mucho, y muchos de sus miembros eran personas que no eran
originarios de la patria del Clan Lobo. Pero la mayoría de sus
soldados seguían siendo personas que habían nacido y crecido
dentro del Clan.
Y así, esos soldados recordaron.
Recordaron cómo había sido antes de que Yuuto se
convirtiera en patriarca, los días de pobreza y humillación
que su clan había sufrido.
Recordaron cuán diferentes eran las cosas ahora después de
que él se había hecho cargo, y estos nuevos días de prosperidad

250
y gloria. Mientras Yuuto sobreviviera, incluso si murieran en
batalla, sus familias, sus esposas e hijos, todavía conocerían un
futuro mejor y más seguro. Si, en cambio, sobrevivieran a la
batalla y, sin embargo, permitieran que Yuuto muriera, sus
familias seguramente serían arrojadas a la deriva en un mundo
peligroso e incierto. Eso era lo que todos los soldados creían,
puramente, y sin duda alguna.
Podían creer esas cosas porque, durante los últimos tres
años, Yuuto había acumulado logros que les daba la certeza
para creerlo.
¡Como miembro del Clan Lobo, al menos debo proteger al patriarca
Yuuto, pase lo que pase!
¡No debo permitir que el enemigo se acerque ni un paso más
a él!
Esos eran los sentimientos que conformaban la resolución
férrea de los soldados de Yuuto. Esos sentimientos los
impulsaban a luchar como si sus espaldas estuvieran en un
acantilado, a pesar de que el propio Yuuto no los había puesto
en esa posición literalmente.
Tal como se describe en los escritos de Sun Tzu, y tal como
se había ejemplificado por la increíble demostración anterior de
las fuerzas del Clan Relámpago, la clave era la desesperación.
Una situación en la que era imposible retirarse tenía el potencial
de convertir incluso a un soldado común, en un poderoso
guerrero.
El Clan Pantera estaba siendo dominado por la increíble
intensidad y el espíritu que ahora mostraba el Clan Lobo.

251
Ellos vacilaron, y tal vez eso era natural.
El Clan Pantera, al igual que los otros clanes nómadas
que se ganaban la vida sobreviviendo en las zonas salvajes e
implacables del norte, tenía una población general mucho más
pequeña que las naciones asentadas en la ciudad. Como tal, la
vida de una sola persona tenía mucho más valor para el clan,
y así evitaban batallas que no estuvieran seguros de ganar.
Su principio primordial no era eliminar a sus enemigos,
sino protegerse de las pérdidas.
El “Tiro Pathiano”, donde se retiraban a salvo mientras
disparaban flechas, era un ejemplo de las tácticas nacidas de
la cultura de su clan.
Su objetivo era quitarles la vida a sus enemigos, pero no
tenían la intención de arriesgar sus propias vidas.
Esta diferencia esencial en la resolución entre estas dos
fuerzas, ahora era lo que estaba superando la diferencia inicial
de habilidad y ventaja táctica.
Los soldados del Clan Lobo ahora ardían con un increíble
frenesí y espíritu de lucha, sin temor a morir. Ante esto, los
soldados del Clan Pantera retrocedieron, incapaces de volver
a atacar.
Esa pequeña abertura fue suficiente; y en un instante,
la pared de carros se había formado entre ellos. Ahora, el Clan
Pantera ya no podría romper la línea en absoluto.
―¡¿Cómo?! ―Hveðrungr gimió― ¡¿He llegado hasta aquí
y todavía no puedo ganar contra él?! ¡¿Soy inferior a él como
comandante?!
No le quedaba nada.

252
Todo lo que podía hacer ahora era ordenar la retirada...
Pero fue en ese momento cuando alguien vino corriendo a
gran velocidad por el campo de batalla, como una ráfaga de
rayos en forma humana.
Aprovechando el impulso de su caballo galopante, ese
hombre hizo girar su martillo de guerra de hierro y destrozó
uno de los vagones de carros que le bloqueaban el paso.
Con su cabello rojo fluyendo en el viento como fuego,
Steinþórr gritó con una voz que resonó como el aullido de una
bestia salvaje:
―¡Ahora bien, ¿qué tal si continuamos donde lo dejamos?!

Riéndose alegremente, Steinþórr sacó el mango largo de su


martillo hacia afuera y usó un solo golpe de barrido para golpear
a varios soldados atacantes del Clan Lobo, todos a la vez.
―¡Hahaha, eso fue realmente algo, Suoh-Yuuto! ¡Pensar qué
voltearías esta situación desesperada de esta manera!
Estaba tan feliz que apenas podía soportarlo.
Este era el hombre que había, no una vez, sino dos,
logrado engañarlo y sacar el mayor provecho de ello.
Steinþórr había creído que Yuuto de alguna manera
encontraría una manera de salir de la crisis desesperada
en la que el Clan Pantera lo había puesto. Por eso, en
preparación para ese momento, había hecho que sus soldados
retrocedieran y regresaran a la batalla. Aun así, a pesar de
que había confiado que sucedería, presenciar el giro en sí
mismo todavía le aceleraba el corazón de emoción.

253
―¡No puedo creer que alguien como tú realmente exista!
―Se lamió los labios, y la bestia dentro de él se mostró en
su rostro.
Aunque vivía su vida buscando la batalla con una devoción
loca, Steinþórr se había cansado de la victoria. Cada vez
que luchaba, seguía ganando antes de tener la oportunidad
de liberar todo su potencial.
Había peleado muchas veces con otros Einherjars, otros
guerreros con fuerza sobrenatural, pero nunca había estado
satisfecho.
Y aun así...
Ahora había un oponente que no había podido vencer,
incluso después de pelear en serio.
Aquí había alguien que podía soportar toda su fuerza.
Este era, sin lugar a dudas, alguien más grande que él.
Quería luchar y aprender las profundidades de la fuerza
de este hombre.
No era que él solo quisiera tener una batalla emocionante,
como antes. Él simple y puramente anhelaba descubrir de qué
era capaz este hombre de verdad.
Atacar a un enemigo que estaba agotado y debilitado
después de múltiples batallas era algo que iba en contra de
los principios de Steinþórr. Pero esto era diferente.
Él tenía el grupo más débil, y la idea de mantenerse contra
un oponente más grande que él, era aún más escandalosa.
Solo necesitaba luchar para ganar, y poner todo su esfuerzo
en ello.

254
Con todos los demás pensamientos fuera de su mente,
Steinþórr continuó balanceando su martillo con un poder
increíble a su alrededor.

Había un tornado humano en el campo de batalla.


Todo y todos en su radio de destrucción fueron barridos,
derribados y arrastrados. Ya fueran soldados de élite, o incluso
soldados que habían encontrado la resolución de hierro de
enfrentarse a la muerte, todos eran iguales ante él. Todos los
que se interponían en su camino se enfrentaban a un final
igualmente fatal.
―Ese tipo no es un genio de la batalla... es como una
calamidad viviente. ―Gimió Yuuto, con una cara como si
acabara de tragarse un insecto.
De alguna manera, apenas había logrado contener el feroz
asalto del Clan Pantera, y ahora esto.
Steinþórr era un alborotador hasta el final.
Para empezar, el joven había estado luchando sin parar
desde el comienzo de la batalla. ¿Cómo tenía la energía para
hacer eso?
Parecía categóricamente inhumano.
―Pero... llegaste un poco tarde al volver aquí, ¿sabes? Lo
siento, pero no tengo ninguna intención de luchar contra ti
de frente. ―Las esquinas de la boca de Yuuto se levantaron
ligeramente cuando finalmente se aseguró de su victoria.
Sus orejas habían captado un débil sonido procedente del

255
oeste, en dirección al paso de la montaña. Era el sonido lejano
de soldados vitoreando.
Los vítores se hicieron cada vez más fuertes y más
cercanos, y un breve momento después, también se extendieron
por el campo de batalla.
―¡Hemos tomado el Fuerte Gashina!
―¡Hemos ganado! ¡El Clan Lobo ha ganado!
―¡Refuerzos! ¡Han llegado refuerzos!
Por fin, las voces eran lo suficientemente cercanas para que
Yuuto pudiera escuchar claramente lo que estaban diciendo.
―¡Finalmente lo lograron! ―Dijo, apretando su puño con
fuerza.
Por supuesto, cuando Yuuto partió con su formación
principal al combate y se puso en peligro, no lo hizo sin
un plan.
La imprudencia y el simple coraje se parecen, pero son
cosas muy diferentes. Su acto había sido peligroso y un poco
imprudente, pero había sido un riesgo calculado respaldado
por la perspectiva de la victoria. Sabía que si podía mantener
a las tropas unidas un poco más, sus confiables refuerzos
vendrían a su rescate.
“Sacar al tigre de su guarida en la montaña”. Era el título de la
decimoquinta entrada de Las Treinta y Seis Estratagemas, el
ensayo clásico chino sobre la astucia y el engaño en la guerra
y la política.
Un ejemplo de esto era la histórica batalla de Jingxing, que
tuvo lugar en las montañas de China en un paso de montaña

256
cerca de un gran río. A menudo, se decía que Han Xin había
sido capaz de derrotar a una fuerza enemiga diez veces más
grande que la suya al hacer que sus hombres lucharan de
espaldas al río, cortando su ruta de escape. Si bien esta cuenta
era probablemente objetiva, se podría decir que no se entendía
el punto.
Para empezar, cortar el escape de uno para despertar el
espíritu de los soldados podría sonar conveniente, en teoría,
pero los resultados no durarían mucho y podrían llevar a
que todos fueran eliminados. Era un método que se oponía
al sentido común táctico, y normalmente era algo que un
comandante nunca debería hacer.
Han Xin no había ganado su batalla solo con esa táctica.
Más bien, el verdadero corazón de su estrategia era utilizar
esto un como cebo.
Con números tan pequeños, y al usar la táctica que desafía
el sentido común de colocarlos en formación con el río a sus
espaldas, había engañado a su enemigo para que lo tomara a
la ligera, atrayéndolos a atacarlo en su posición.
Mientras tanto, una fuerza separada estaba capturando
la fortaleza que el enemigo había dejado atrás para acabar
con él.
Con la base enemiga capturada y la segunda fuerza
llegando como refuerzos, Han Xin pudo ganar.
Yuuto había usado ese evento histórico como referencia,
convirtiendo a su formación principal, y a él mismo, en el cebo
esta vez.

257
Y así el “Tigre”, Steinþórr, había llevado a su ejército a
través del estrecho paso de montaña para atacarlo, y en esa
apertura, Yuuto envió una segunda fuerza altamente móvil,
con la Unidad Múspell en su centro, para desviarse alrededor
de las montañas a través de otra ruta y capturar la fortaleza
vacía en el otro lado.
Por supuesto, él nunca habría considerado que su cebo
podría atraer no solo un tigre salvaje, sino también a una
astuta pantera.
―En serio... Sin embargo, desde un principio nunca tuve
la intención de imitar a los que, o lo hacían o morían, la
parte del combate desesperadamente acorralada... ―Yuuto se
rió con amargura y negó con la cabeza.
Había tomado tantas medidas cuidadosas para asegurar
una victoria sólida, y había resultado así en su lugar.
Realmente no había manera de predecir con seguridad lo
que podría suceder en la guerra. Pero como habían ido las
cosas hasta ahora, su plan ahora estaba completo.
Una vez más, el secreto de la increíble fuerza del ejército
del Clan Relámpago no solo era la fuerza de Steinþórr como
individuo, sino también la moral que tenían sus tropas porque
él estaba luchando en la línea del frente y destruyendo a los
enemigos.
Por lo tanto, todo lo que se necesitaba era robarles esa
fuente de fuerza. Era solo porque los soldados creían
que tenían una posibilidad de victoria, que podían lanzarse
valientemente al combate contra los enemigos frente a ellos.

258
Solo hay que preguntar qué pasaría entonces, si estuvieran
seguros de haber perdido.
Mientras tanto, los soldados del Clan Lobo habían obtenido
tanto la victoria de la captura del Fuerte Gashina, como la
llegada de refuerzos altamente capaces.
Estaban llenos de espíritus elevados.
La moral del Clan Lobo era ahora la más alta desde el inicio
de esta campaña.
Las batallas se ganan y se pierden por la moral de los
soldados.
Ahora, la ofensiva de regreso del Clan Lobo, podría
comenzar en serio.

Sigrún gritó órdenes a todo pulmón cuando ella espoleó


a su propio caballo, hundiéndose en las filas enemigas:
―¡¡Todas las tropas, avancen!! ¡¡A toda velocidad! ¡¡Carguen a
través de ellos como una tormenta y acaben con tantos como
puedan!!
Ella rápidamente cerró la distancia con un jinete enemigo que
se cruzó en su camino, y cuando él se volvió para mirarla
con una expresión de sorpresa, la punta de su lanza cortó
una línea horizontal rápidamente como un destello, separando
la cabeza del hombre de su cuerpo.
Ella siguió arrastrando la lanza de vuelta con un golpe de
retorno, golpeando a un jinete adyacente directamente en las
entrañas y tirándolo de su caballo.

259
―Estas personas... están en el Clan Pantera. ―Sigrún se
tomó un momento para preguntarse por qué el Clan Pantera
estaría aquí ahora.
Ella no tenía ni idea.
Ella no tenía ni idea, pero en este momento, eso no era
importante. Había enemigos delante de ella. Y su papel como
la Mánagarmr del Clan Lobo, “El Lobo Plateado Más Fuerte”,
era simple: ella debía acabar con la mayor cantidad posible
de ellos.
Montando detrás de ella había un regimiento de talentosa
caballería que sumaba dos mil, encabezada por sus subordinados
directos, las fuerzas especiales de élite conocidas como la
Unidad Múspell.
Habían capturado el Fuerte Gashina ahorrando tanta
energía, que pudieron volver a desplegarse rápidamente a través
del paso de montaña, y su moral era extremadamente alta.
Y en cuanto a la batalla en el Fuerte Gashina, el Clan
Relámpago había enviado toda su fuerza de tropas para atacar
a Yuuto en la entrada del paso de montaña, por lo que la
fortaleza estaba prácticamente sin vigilancia. Lo habían
capturado casi sin bajas. La mayoría de los jinetes estaban
ilesos, y tenían mucha resistencia para luchar.
Mientras tanto, la caballería del Clan Pantera acababa de
salir de un intercambio agotador con la formación principal
del Clan Lobo, y estaban debilitados.
El ganador de este concurso ya estaba claramente a
la vista.

260
La fuerza de caballería de Sigrún se movió como un
incendio forestal, cruzando el campo de batalla contra las
fuerzas del Clan Pantera, dispersándolas y arrancándolas.
―¡Hm! ―La atención de Sigrún fue captada por uno de los
jinetes enemigos que estaba luchando a través de esta situación
caótica y desventajosa, como un ejército de un solo hombre.
Su cabeza estaba cubierta por un casco simple y sin refinar,
y sus ojos brillaban como los de un halcón. Controlaba su
caballo como si fuera una extensión de su propio cuerpo,
golpeando con su lanza a los soldados del Clan Lobo que lo
atacaban uno tras otro.
Ella también reconoció su rostro.
Durante la guerra del año pasado, había sido el jefe de la
fuerza de invasión de vanguardia del Clan Pantera.
Según la investigación de Kristina, el nombre del hombre
era Váli, uno de los grandes generales del Clan Pantera, y
supuestamente nadie podría superarlo cuando se trataba del
tiro con arco a caballo.
―¡Un oponente digno! ¡Por este medio te desafío a luchar!
―Sigrún llamó a Váli y preparó su lanza, inclinando su cuerpo
hacia adelante e incitando a su caballo a correr directamente
hacia él. Cuando entró en el rango de ataque, comenzó con
un asalto de barrido diagonal hacia abajo.
―¡¿Cabello plateado?! ¡Entonces eres la Mánagarmr! ―Váli
gritó su respuesta mientras giraba su lanza y desviaba
su ataque.
Parece que ninguno de ellos necesitaba presentarse ante
el otro.

261
―¡Así es! ¡Y ahora te quitaré la vida!
―¡Niña estúpida! ¡Nunca perdería ante alguien
como tú!
Comenzaron a intercambiar golpes, con sus lanzas chocando.
Fue un intercambio entre los dos mejores guerreros, los más
fuertes en sus respectivos clanes.
Cinco choques... diez... su intercambio de golpes y empujes
fue tan extremadamente rápido y violento, que se creó como
una pared de muerte a su alrededor, y nadie pudo acercarse
lo suficiente como para interferir.
Pero incluso dentro de esa acalorada batalla, Sigrún sonrió:
―¿Esto es todo lo que tienes? El Garmr con el que luche era
mucho más rápido. ¡¡Haaaah!!
―¡¿W-Whoa?!
Los ataques de Sigrún se volvieron aún más rápidos, y en
un abrir y cerrar de ojos, Váli se encontró completamente a la
defensiva.
Y fue debido a la intensa batalla que Sigrún había luchado
con el lobo gigante varios meses atrás.
Acorralada y empujada al borde de la pérdida que
significaba la muerte segura, la habilidad latente que dormía
dentro de ella se había despertado y florecido.
―¡Tch! ¡Mierda! ―Váli se retiró de inmediato, girando su
caballo y corriendo. La gente nómada del Clan Pantera no
luchaba para perder batallas.
―¡No te dejaré escapar! ―Sigrún pateó apresuradamente
a su propio caballo, impulsándolo a una carrera completa
iiiiiiiiiiiiiiiii

262
para perseguir a Váli. Si pudiera matar al general enemigo,
la moral de sus aliados se dispararía hacia el cielo, y la de
sus enemigos caería hasta el infierno. Llegar tan lejos solo
para dejar escapar a uno de sus principales generales, estaba
fuera de discusión.
Sin embargo, por más fuerte en combate que Sigrún
pudiera ser, Váli era el mejor de ellos cuando se trataba de
caballos. Rápidamente puso distancia entre los dos…
O eso pareció al principio.
―¡Hah! ―En lo que pareció un instante, Váli se giró y
preparó su arco, lanzándole flechas en una rápida sucesión.
―¡Tch! ¡Maldita sea! ―Sigrún chasqueó su lengua con
frustración, con sus ojos fijos en el grupo de flechas volando
hacia ella. Ahora se daba cuenta de que había sido provocada
a perseguirlo, pero ya era demasiado tarde.
Como correspondía al mejor arquero montado del Clan
Pantera, la increíble habilidad de Váli con el arco era incluso
mejor que el gran arquero Einherjar del Clan Cuerno,
Haugspori.
Y como Sigrún le pedía a su caballo que persiguiera a Váli
a toda velocidad, sus flechas la atacaron con una velocidad
relativa aún mayor.
La lluvia de flechas voló hacia ella con una velocidad
aterradora, pero justo cuando estaban a punto de alcanzarla,
algo profundo dentro de ella se quebró.
En ese instante, el mundo a su alrededor perdió su color

263
y se volvió blanco y negro.
Todo en el mundo se ralentizó hasta arrastrarse.
El aire se sentía tan espeso como el agua.
Sigrún inclinó el cuello y movió la cabeza ligeramente de
lado a lado, esquivando las flechas.
Una de las puntas de flecha rozó su mejilla, dejando
una delgada línea carmesí a través de ella, pero no le prestó
atención. Con movimientos fluidos, usó su lanza y su guante
para desviar algunas de ellas, esquivó otras inclinando su
cuerpo, y siguió corriendo en línea recta a través de la barrera.
Lo hizo sin dejar caer nunca el impulso de su caballo a
toda velocidad. Este estado mental, donde su mente y sus
sentidos alcanzaron un estado de concentración y rapidez
superiores, fue otro producto de su lucha a muerte contra
el Garmr.

264
266
―¡¿Qu...?! ―Váli había estado seguro de su victoria, por lo
que su sorpresa fue aún mayor.
A diferencia de Sigrún, había bajado un poco la velocidad
de su caballo para concentrarse en disparar sus flechas, y la
distancia entre ellos se cerró en un instante.
―¡¡Haaaah!! ―Sigrún desató un lanzamiento de lanza
con todo el impulso de la velocidad de su caballo detrás de él.
Todo sobre el ataque estuvo cerca de su perfecta forma ideal
como en el entrenamiento de Sigrún, desde la aplicación y la
liberación de la fuerza muscular, hasta la trayectoria de la
punta de lanza hacia adelante en su posición preparada. Fue
un golpe mortal definitivo, hecho posible por su acceso a un
estado centrado de rapidez mental.
Incluso Váli no pudo reaccionar a tiempo a ese ataque, y
le perforó el pecho, tumbándolo de su caballo.
―¡Guggh...!
―¡¡Uoooohhhhh!! ¡¡Lady Sigrún ha derrotado al general
enemigo!! ―Gritó un soldado.
―¡¡Esa es nuestra Mánagarmr!!
―¡¡Lady Sigrún y su Unidad Múspell han venido a
ayudarnos!! ¡¡Con esto podemos luchar con mil... No, diez mil
veces más fuerza!!
―¡¡Podemos ganar esta batalla!! ¡¡Vamos a ganar!!
Como testigos de los logros heroicos de Sigrún, los soldados
del Clan Lobo en la formación principal de Yuuto también
recuperaron su vigor bruscamente.
No hace falta decir que el título de Mánagarmr era el

266
mayor significado de fuerza dentro del Clan Lobo.
La titular actual tenía una apariencia delicada y parecida
a un elfo a primera vista, pero en combate, Sigrún luchaba
con el poder y la ferocidad de un ogro. Y con el hecho
de que recientemente había derribado a un Garmr sola en
un combate uno a uno, ya había alcanzado una especie de
reputación divina dentro del clan, superada solo por Yuuto.
Y ahora, justo después de llegar al campo de batalla, ella
había matado al general del Clan Pantera que había engañado
y atormentado al Clan Lobo durante tanto tiempo, con solo su
pequeña fuerza de unos pocos cientos. Era otro logro increíble.
La Unidad de Fuerzas Especiales Múspell que ella
personalmente lideraba, también era exaltada como un grupo
de guerreros veteranos increíblemente elitistas, la caballería
que había acumulado una montaña de logros en las muchas
batallas que habían luchado.
Para las fuerzas del Clan Lobo que habían luchado en esta
batalla hasta el momento, no había ningún grupo más
poderoso o confiable para ayudarlos. Eran solo dos mil, pero
psicológicamente, era como si diez veces ese número hubiera
acudido al rescate.
―¡¡Vamos, sigamos su ejemplo!! ―Gritó un soldado.
―¡¡Derroten al enemigo!!
El ejército principal del Clan Lobo se precipitó hacia el
Clan Pantera como las aguas de una presa rota.
Era un ataque de pinzas desde el frente y a los lados.
El ejército del Clan Pantera era una legión de caballería

267
muy hábil, pero contra el feroz asalto del ejército del Clan Lobo
con su moral en su apogeo, no tenían ninguna posibilidad.
Pareció por un momento que serían invadidos... pero antes
de que el Clan Lobo pudiera acercarse más, los jinetes del
Clan Pantera se retiraron aún más rápido, giraron sus caballos
y comenzaron una rápida y ordenada retirada.
―¡Ah! ¡No es bueno! ¡Deténganse, todos ustedes! ¡Deténganse!
¡No los persigan descuidadamente! ¡Se convertirán en forraje
para sus flechas! ―Sigrún agitó sus brazos apresuradamente,
intentando detener a las tropas perseguidoras. Se había dado
cuenta del objetivo del enemigo más rápido que nadie gracias
a cómo Váli la había engañado hace solo unos momentos.
Sin embargo, una vez que un grupo de soldados ha
ganado impulso en su avance, no es una hazaña fácil hacer
que se detengan.
Aprovechando eso, los guerreros del Clan Pantera giraron
sus cuerpos incluso cuando sus caballos huían, y desataron la
especialidad de su clan, el “Tiro Parthano”.
―¡Guagh!
―¡Gyaargh!
Los soldados que primero se lanzaron hacia el enemigo en
persecución recibieron esos ataques. Los otros soldados, al ver
a sus aliados derribados, se pusieron aún más enojados.
Hasta el momento, habían rechazado el asalto del Clan
Pantera, el Fuerte Gashina había sido capturado y ahora
habían recibido refuerzos de la Unidad Múspell. Con la moral
y la confianza de esto, no pudieron evitar seguir avanzando.

268
―¡Maldita sea! ¡¡Les dije que pararan!! ¡¡Cualquiera que
intente perseguirlos más, los cortaré con mis propias manos!!
―Sigrún espoleó a su caballo y corrió por delante de las tropas
del Clan Lobo que se lanzaban gritándoles.
También usó el extremo de su lanza para golpear al
soldado más cercano a ella... sin retener nada de su fuerza.
Con eso, las tropas del Clan Lobo que se habían olvidado
temporalmente de ella, finalmente llegaron a sus sentidos y se
detuvieron. Ciertamente, ninguno de ellos estaría dispuesto a
intentar forzar su camino más allá de la Mánagarmr.
―Buen trabajo, señora. ―El vice capitán de la Unidad
Múspell, Bömburr, se acercó a ella y le dio una sonrisa
irónica― Aun así, fue un poco extrema, ¿no?
Sigrún acababa de precipitarse hacia el espacio donde las
flechas enemigas volaban, e incluso se arriesgó a atropellar a
algunos de sus aliados.
―Es porque Chichi-ue nos advirtió que no arriesgáramos
a perseguir a los jinetes del Clan Pantera. ―Le dijo Sigrún.
―Así que fue él quien lo hizo... Realmente son un enemigo
problemático, ¿no es así? Ni siquiera podemos atacarlos
mientras se retiran... ―Bömburr se detuvo.
La mayoría de las muertes y capturas de un ejército
en una batalla, se realizan en ataques de persecución a un
enemigo en retirada. Si no lanzaban ataques de persecución
contra las fuerzas enemigas, entonces no podrían infligirles
un daño decisivo.
Sin embargo, como se acaba de demostrar, si intentaran
atacar a los jinetes del Clan Pantera en retirada, se encontrarían

269
iiiiiiii
con un contraataque dolorosamente eficaz.
―Maldita sea, realmente son molestos. ―Sigrún dejó
escapar un profundo suspiro. También se vio obligada a admitir
que el juicio del comandante enemigo en este caso había sido
acertado.
Al darse cuenta de que su lado tenía una moral alta y estaba
ansioso por luchar, inmediatamente cambiaron de táctica para
utilizar eso en su beneficio. El Clan Pantera había minimizado
las bajas de su propio lado y entregado más al Clan Lobo.
Si Sigrún no hubiera detenido a sus aliados, su mayor
voluntad de luchar se habría gastado en vano y a un
gran costo.
Probablemente, Yuuto se hubiera dado cuenta de esto con la
misma rapidez y les hubiera ordenado que se detuvieran, pero
con la demora en la transmisión de órdenes, más víctimas habrían
sido inevitables. Realmente, se enfrentaban al peor enemigo.
El más desconcertante...

―Heh heh heh heh. ¡Ahahaha! ¡Ah, me has vuelto a atrapar!


―Riendo de alegría, Steinþórr echó la cabeza hacia atrás y se
dio una palmada en la frente.
Un soldado del Clan Lobo cercano no perdió esa apertura y
atacó, pero Steinþórr agarró la lanza del hombre con la otra
mano y lo giró un poco antes de arrojarlo sin rumbo.
―Caray, es solo un truco tras otro contigo. Ni siquiera sé
cómo se te ocurren todas estas cosas. ¡Eres un mago o algo así,

270
en serio!
A juzgar por la naturaleza de los vítores y otros ruidos
que resonaban a su alrededor en el campo de batalla, podía
comprender el progreso general de la batalla hasta cierto
punto.
La fuerza total de las tropas del Clan Relámpago era
inferior a las de la Clan Lobo, en una buena cantidad. Esa
era la razón por la que había enfocado la mayor parte de la
fuerza de su ejército en atacar lo que podía, pero parece que
había fracasado.
Solo podía sentarse y maravillarse con las habilidades de
planificación del patriarca del Clan Lobo, por ver todo esto
de antemano y explicarlo.
Al igual que en la batalla del rio Élivágar, y al comienzo
de la batalla de hoy con la formación que lo rodeaba, había
estado constantemente bailando en la palma de la mano de su
oponente.
Los ataques y agresiones de Steinþórr siguieron siendo
evadidos con agilidad, y cada vez, antes de que se diera
cuenta, se encontraba atrapado en una situación desventajosa.
Era como las historias que la gente contaba sobre personas
que se dejaron engañar por la magia de los estafadores
inhumanos, como brujas y hadas.
Pero para Steinþórr, eso se sentía maravilloso. Había
otro hombre ahí fuera que era claramente más fuerte que él.
¡Nada podría hacer que su corazón danzara de alegría más
que eso!

271
―Tch, es una maldita vergüenza, pero supongo que
tengo que retirarme por ahora. ―Chasqueando su lengua
con frustración, Steinþórr negó con la cabeza y se encogió
de hombros.
Las tropas del Clan Relámpago ya estaban en su límite
en términos de moral y resistencia. Habían estado luchando
sin parar desde la mañana, y luego se habían visto inmersos
en una situación verdaderamente desesperada cuando la
formación del enemigo los atrapó desde ambos lados.
Ya habían gastado toda su energía en la lucha de vida o
muerte para salir de esa trampa.
Él les había dado un breve descanso antes de revertir el
curso y volver a correr al campo de batalla, pero eso no era
suficiente para curar su fatiga. Por supuesto, sus heridas tampoco
se habían curados.
Solo había logrado animarlos a entrar en acción por
última vez, con la promesa del premio llamado victoria. Y la
situación de ahora, era lo que habían conseguido en
su lugar.
Habían intentado empujarse hacia adelante con un gran
impulso, pero con la misma rapidez, el viento había caído
de sus velas. Así de duro se había despedazado su moral al
escuchar que el Fuerte Gashina había sido capturado por el
enemigo. Significaba que su principal ruta de suministros,
y la ruta de regreso a casa, estaban cortadas, y eso era un
gran problema.
Esto significaba que, justo cuando estaban más drenados
física y mentalmente, el enemigo les había robado una de
iiiiiiiiiiiiiiiiiii
272
las fuentes de su moral. La tensión de la batalla que los había
mantenido unidos se rompió como un alambre, y ahora incluso
el propio Steinþórr no podía alentarlos más.
Las batallas en la guerra no se pelean entre individuos.
Steinþórr era un guerrero sin igual que podía luchar
contra cien enemigos solo, pero sin un ejército de soldados
luchando a su lado, no había mucho que pudiera hacer
para ganar.
―¡De acuerdo, chicos, nos retiramos por ahora! ―Gritó
Steinþórr― ¡Me encargaré de cubrir la retaguardia!
―¡¡...!! ―Un escalofrío recorrió las tropas del Clan
Relámpago, y varios de ellos se quedaron sin aliento.
El comandante en jefe era la única persona por encima
de todas las demás que necesitaba escapar con seguridad
primero, y que él sirviera como líder de la retaguardia, no
tenía precedentes.
―¡No puedes hablar en serio, padre!― Gritó uno de sus
subordinados.
―¡Tiene razón, padre! ―Gritó otro― ¡Retendremos al enemigo
por ti, así que por favor, escapa primero! ―Naturalmente, como
sus subordinados directos, podrían suplicarle directamente. Sin
embargo, su patriarca era un joven testarudo, y una vez que
se proponía algo no lo cambiaba por nada.
Steinþórr se echó a reír y les hizo un gesto con la mano:
―¿Creen que yo sería el primero en huir de una pelea? Bueno,
¿a quién le importan los detalles? Solo relájense y no se
preocupen. No voy a morir aquí. Después de todo, debo
sobrevivir para poder enfrentarme a ese tipo una vez más.

273
Después de confirmar que tanto el Clan Pantera como el
Clan Relámpago estaban retirando sus ejércitos, Yuuto se
hundió en el fondo de su carro.
―Diablos... Nos las arreglamos para salir delante de
alguna manera. ―Sin darse cuenta, el sol ya se estaba
hundiendo en el oeste, y el cielo del este era azul oscuro,
con el disco de la luna llena apenas saliendo― Mi cuerpo se
siente aún más pesado que cuando me golpeó ese hechizo
Læðingr... ―Gimió.
Probablemente era por la tensión constante del campo de
batalla que había soportado desde la mañana. Su cuerpo
probablemente estaba más allá del límite de lo que normalmente
podía manejar, en términos de fatiga.
Intentó lanzar un ataque contra los dos ejércitos que huían,
pero los dos habían demostrado un juicio y momento notables
en su retirada, y por lo tanto, habían sufrido pocas bajas.
De hecho, según los informes de los exploradores del
área, se habían trasladado a un área a dos horas de marcha
hacia el sur, y estaban descansando mientras observaban
posibles aberturas en su guardia.
Había sido difícil, pero esta batalla podría ser juzgada
como una victoria para el Clan Lobo. Pero parecía que el
enfrentamiento real podría haber sido pospuesto para unos
días más tarde.
―Aun así, no puedo creer que los Clanes Relámpago y

274
Pantera hayan unido fuerzas. ―Se quejó― Eso fue realmente
horrible.
―Tee hee, pero, aun así, luchaste brillantemente contra
ellos. Impresionante como siempre, Onii-sama. Aquí tienes.
―Felicia le dio a Yuuto una taza de té.
―Oh, gracias. ―Yuuto tomó un sorbo y exhaló un largo
suspiro― Ahh, eso realmente da justo en el blanco. ―Su
garganta estaba seca por los nervios y el té era increíblemente
delicioso.
―Realmente estaremos seguros mientras estés aquí con
nosotros, Onii-sama. ―Le aseguró Felicia.
―Oye, vamos, sabes, un día tendré que irme a ca…
«Ha llegado el momento de que la oscuridad reemplace la luz
del sol.»
De repente, una voz que Yuuto reconoció hizo eco en su
cabeza, y como respuesta a las palabras que ella recitó, sintió
que su corazón latía más fuerte.
*¡Latido!*
En su mente, podía ver la bella figura de piel morena de
la misma chica que antes. La última vez había sido un poco
confusa, pero ahora la visión de ella y el sonido de su voz,
eran claros como el cristal.
«Permite que las cadenas del pacto sagrado se aflojen ahora, para
que el lobo hambriento encarcelado pueda ser liberado.»
―¡¿Tú otra vez?! ―Gritó Yuuto.
―¡¿O-Onii-sama?! ¡¿Qué pasa?! ―Alarmada por el arrebato
de Yuuto, Felicia se volvió hacia él. Naturalmente, Felicia no

275
podía ver ni oír a la otra mujer. Sin embargo, ella fue capaz de
sentir algo.
―¡¿Q-Qué est... ―Comenzó Felicia― ¡¿Esto es magia?!
―¡Es Sigyn! ¡Sigyn está activando su Seiðr de nuevo!
―Exclamó Yuuto.
―¡Ah! ¡¿Te refieres la usuaria de Seiðr que se casó con
mi hermano?!
―¡Sí! ―Asintiendo, Yuuto enfocó su atención en la figura
danzante de Sigyn.
Como antes, estaba vestida con un atuendo provocativo y
sensual, y tenía una figura que hacía juego con él. Pero en este
momento, no estaba de humor para tener ningún pensamiento
lascivo. En cambio, era una ansiedad inexplicable lo que se
apoderaba de él.
Cuando pasaron unos segundos, la Sigyn en su mente
terminó su hechizo.
«¡¡Fimbulvetr!!»
Con esa última palabra de poder dicha, Yuuto pudo
sentir algo, como si una fuerza invisible que lo había estado
atando, fuera arrancada.
No era que se debilitara o adelgazara, se había roto y
disperso, desapareciendo por completo. Estaba seguro que
podía sentir eso.
―¡¿O-Onii-sama?! ¡T-Tu cuerpo esta...! ―Felicia gritó
cuando el cuerpo de Yuuto se volvió translúcido otra vez.
Esta vez, no terminó ahí.
De repente, Yuuto sintió una sensación de flotar, como si

276
el suelo debajo de él hubiera desaparecido repentinamente,
y el mundo a su alrededor pareció desvanecerse.
―¡Whoa! ―Reconoció ese sentimiento.
Era exactamente lo que había sentido la noche que había
llegado por primera vez a Yggdrasil, la sensación de cruzar
entre mundos.
―¡O-Onii-sama! ―Los gritos de Felicia parecían venir de
muy lejos. No solo eso, sino que su apariencia en su visión se
estaba volviendo borrosa y ondulada.

277
278
Parecía que ni siquiera tendría tiempo para darle ninguna
palabra de despedida.
―¡T-Toma! ¡Toma esto...! ―Reflexivamente Yuuto buscó
en su bolsillo y le lanzó algo a Felicia.
Se acabó en el siguiente instante.
Felicia y el mundo se borraron de su vista, dejando solo
el negro y oscuro vacío... y luego el mundo volvió de nuevo.
Y lo siguiente que vio...
―¡¿Qué?! ¡¿Y-Yuu-kun?!
...Fue el rostro de su amiga de la infancia, la chica a la
que había pasado tres largos años esperando ver de nuevo.

279
Interludio
―...Se acabó.
Sigyn dejó escapar un largo y cansado suspiro y contuvo el
aliento. Se encontraba en un lugar cerca del campamento del ejército
del Clan Pantera, en el simple santuario improvisado que se había
construido para realizar oraciones por su victoria.
Había un fuego ardiente sobre el que unas pocas personas
estaban horneando ladrillos de arcilla.
El hombre que estaba cerca había estado esperando con gran
expectación, y ahora él la interrogó en un tono febril:
―¿Y? ¡¿Cómo fueron las cosas?! ―Era Alexis, el sacerdote
imperial y representante del sagrado imperio de Ásgarðr.
Él era el hombre que había dirigido la Ceremonia del Cáliz que
establecía la alianza entre del Clan Pantera y el Clan Relámpago. Le
había informado del hecho de que el Seiðr Gleipnir, había
convocado al patriarca del Clan Lobo a Yggdrasil desde otro mundo,
y le dio instrucciones sobre cómo podría devolverlo por la fuerza.
―Ha desaparecido... sin dejar rastro. ―Dijo Sigyn― Estoy
segura de que no podrá volver a este mundo de nuevo.
Se había dicho a sí misma que esto era por el bien de su marido,
por el bien de su clan, pero en verdad, este método seguramente
dañaría el orgullo de su marido, y ese pensamiento le dejó un mal
sabor de boca.

280
De ser posible, le hubiera gustado que su esposo usara su poder
y sabiduría para obtener una victoria adecuada mediante la fuerza,
pero tenía que admitir que su oponente era demasiado bueno.
No podía creer que en realidad hubiera repelido un ataque
conjunto de los ejércitos de los Clanes Relámpago y Pantera al
mismo tiempo...
Tenía habilidades que estaban más allá de este mundo.
Teniendo en cuenta el futuro del Clan Pantera, esta era una
situación en la que no podía darse el lujo de ser selectiva con sus
acciones.
―Oh, qué maravilloso. ―Se entusiasmó Alexis― Con esto,
nuestro gran imperio seguramente permanecerá seguro.
―Hmph. ―Sigyn se burló fríamente de las palabras encantadas
de Alexis, y jaló su capa en irritación mientras se disponía a irse.
Él preguntó: ―Oh, ¿a dónde vas?
―Voy a decirle a mi marido. Sin su patriarca y comandante en
jefe, el ejército del Clan Lobo no es nada a lo que debamos temer.

281
Afterword
¡The Master of Ragnarok ha obtenido una versión manga!
¡¡Felicidades!!
Chany-san será el artista principal y debería comenzar a
lanzarlo en el sitio web de Comic HJ Bunko este invierno. Pueden
consultar el sitio web oficial de HJ Bunko para más información.
¡Estoy muy emocionado ante la perspectiva de ver a Yuuto y la
pandilla hacer sus cosas en las páginas de un manga!

Y en esa nota, hola de nuevo, soy Takayama Seiichi.


No estaba fuera de la celebración de la versión manga o algo
así, pero este volumen se publicó en un calendario de dos meses.
Mi ritmo al escribir desde el comienzo hasta la mitad fue más
rápido que nunca, y pensé: “Oye, a este ritmo, puedo hacerlo
bimestralmente. ¡Hahaha!” Y cuando dije eso, en realidad sucedió.
...Eso me mató.
Nunca hagan promesas que no puedan cumplir, amigos.
Trabajé muy duro, por supuesto, pero esta vez, el gran
Yukisan-sensei también trabajó duro. En verdad, muchas gracias.
Sin embargo, la próxima vez volveré a lanzar el nuevo volumen
en tres o cuatro meses. Sí.
...Y esos son todos los temas que tengo para hablar en
un afterword.

282
De vuelta durante mi serie anterior, Ore to Kanojo no Zettai
Ryouiki, escribir afterwords no era ningún problema en absoluto,
pero ahora que estoy en mi decimotercer libro publicado, no
tengo nada más sobre lo que escribir aquí, así que ahí esta...
Y todavía me dicen que tengo que hacer cuatro páginas enteras.
Hmm, esto es un problema...
Bueno, realmente no tengo nada adecuado para hablar, así que
simplemente llenaré el espacio con algo de mi vida personal.
Como se mencionó brevemente en el volumen 5, el buen y viejo
Takayama tiene una hija.
Cuando ella tenía dos años, esto y eso sucedió, y me divorcié, y
he sido padre soltero durante los últimos ocho años. Este noviembre,
cuando este volumen se imprima, cumplirá diez.
Ella no ha tenido ninguna enfermedad grave, y estoy realmente
aliviado de haberla visto crecer con seguridad en este gran hito de
su vida.
Ahh, pero aun así, Japón es realmente duro con los padres
solteros. Francamente, creo que es aún más difícil para nosotros que
para las madres solteras.
Quiero decir, para empezar, ahí está: “Si eres un hombre, tienes
que trabajar muchas horas extra” ¡¡Cultura de oficina!! Es un
problema del mundo real cuando las guarderías locales solo llegan
hasta las seis o siete de la noche, y el cuidado de los niños durante
las horas de la noche es realmente caro.
Sin embargo, en el entorno estándar de administración de
empresas, hay muchos más hombres que mujeres, ―sobretodo
hombres de una generación más vieja, donde la cultura es que los

283
hombres deben trabajar largas horas fuera del hogar y las mujeres
deben cuidar a los niños― y son bastante ignorantes de lo que es
realmente tratar de criar a un niño.
Cuando estaba buscando anuncios de ofertas de trabajo en
Hello Work (el Centro de Servicios de Empleo del gobierno japonés),
tratando de encontrar trabajos que me permitieran llegar a casa a
una hora razonable, todos eran anuncios que reclutaban mujeres, y
no había realmente ninguno que fuera para hombres.
Así que, de todos modos, ahora hay una cosa para la asistencia
financiera de familias monoparentales masculinas, pero cuando la
necesité, solo había asistencia para las familias monoparentales
femeninas. (El primero se adoptó finalmente en la práctica después
de que empecé a obtener ingresos de la publicación de novelas
ligeras, ¡así que nunca pude apreciar esos beneficios!)
Bueno, estaba realmente en un aprieto en ese entonces, y me
sentí en una esquina, y pensé: “Bueno, en este punto, todo lo que puedo
hacer es convertirme en un autor de novelas ligeras”. Y así fue como
terminé ganando el quinto Novel Japan Award.
Y cuando le conté esa historia a un conocido, me dijo que era
raro. Que la idea de que el convertirme en un autor, llegara a mi
mente en primer lugar, era extraña.
Sí, bueno, pero significa que puedo trabajar desde casa y
administrar mejor mi agenda. Para los padres solteros que tienen un
presupuesto de tiempo limitado, realmente no hay tantas opciones,
¿no les parece? Y gracias a esa elección, ahora mi estilo de vida es
mucho más seguro.
Todo lo que quiero hacer es seguir trabajando duro en este

284
trabajo hasta que mi hija cumpla veinte años y llegue a la edad
adulta.
De acuerdo, eso ya llenó el número de páginas, así que ahora
me gustaría continuar con los agradecimientos especiales.
¡A mi editor, gracias como siempre! Esta vez, no tengo que
disculparme por nada, ¿verdad?
Al gran Yukisan-sensei-sama, por favor acepta mis humildes
disculpas por obligarte a seguir este ridículo programa. ¡Y una vez
más, muchas gracias por todo!
Mi sincero agradecimiento se dirige a todas las muchas otras
personas involucradas en la producción de este volumen, quienes
dieron todo lo que tienen para hacer que suceda.
Y sobre todo, a los lectores que tienen este libro en sus manos
en este momento, gracias de todo corazón.
Comenzar el siguiente volumen es uno de los mayores puntos
de inflexión de la historia, el arco xxxxxx xxx.
Ahora, les deseo lo mejor y espero volver a verlos pronto.

— Takayama Seiichi.

285
Glosario Bonus
Aquí hay una lista de los títulos y términos del nórdico antiguo
que aparecen en el volumen 6 de The Master of Ragnarok.
En el texto original en japonés, a veces aparecen como un
término o frase descriptiva en japonés, con el nombre
correspondiente en nórdico antiguo en superíndice o furigana.
Por ejemplo, el título de Sigrún aparece como la frase japonesa
“Lobo Plateado Más Fuerte”, y el furigana señala que esto debe
leerse como “Mánagarmr”.
En los casos en que el término tiene una ortografía de uso
alternativa común, sin letras nórdicas, se ha incluido. Por ejemplo:
Þórr (Thor).

Álfheimr (Alfheim): Es una región occidental de Yggdrasil y


hogar del Clan Pezuña. En la mitología nórdica, Álfheimr es uno de
los Nueve Mundos y significa “Hogar de los Elfos”.
Álfkipfer: También conocido como “Cobre Feérico”. El
Álfkipfer es el material misterioso y posiblemente mágico que se
utiliza en objetos como el espejo sagrado que invocó a Yuuto al
mundo de Yggdrasil. Este parece ser un término completamente
original, que combina el nórdico “Álf” con el alemán “kupfer”
(cobre).

286
Alþiófr (Althjof): “El Bufón de las Mil Ilusiones”, la runa de
Loptr. Al igual que la runa Skírnir de Felicia, otorga una mejora
completa y una amplia variedad de habilidades, pero más fuertes
que la original (Un poder totalmente tramposo y roto si me lo
preguntan). En la mitología nórdica, Alþiófr es el nombre de un
enano, y el nombre tiene el significado de “Gran ladrón”.
Ásgarðr (Asgard): El sagrado imperio de Ásgarðr es
oficialmente el poder gobernante sobre todo Yggdrasil, y Ásgarðr
también se refiere a la región en el centro del continente bajo su
control directo y gobierno. En la mitología nórdica, es el reino de
Odín y la facción de los dioses conocida como los Æsir (Aesir).
Ásmegin (Asmegin): Un término que se refiere a la energía o
poder divino que fluye a través de un Einherjar cuando usa sus
habilidades rúnicas. En la mitología nórdica, se refiere más
directamente a la fuerza sobrehumana o divina de un dios.
Angrboða (Angrboda): La diosa adorada en Iárnviðr, y se dice
que es la deidad guardiana del Clan Lobo. En la mitología nórdica,
es una de las gigantas conocidas como Jötnar (femenino de Jötunn),
y es la madre del monstruoso lobo Fenrir.
Annarr: Un apodo insultante que le fue dado a Yuuto durante
su primer mes en Yggdrasil. En el lenguaje de Yggdrasil, significa
“extranjero” o “forastero”. En la mitología nórdica, Annarr es el
segundo marido de la diosa de la noche Nótt, y el abuelo del dios
del trueno Thor. Se cree que el nombre en nórdico antiguo real lleva
el significado “El otro” u “Otro”.
Cuenca del Bifröst (Bifrost, Bivrost): Es el área fértil de tierra
entre dos de las tres cadenas montañosas de Yggdrasil, que contiene

287
los territorios de los clanes Garra, Lobo, Cuerno, Pezuña y
Relámpago. Es una importante ruta comercial. En la mitología
nórdica, Bifröst es el nombre del puente arco iris que conecta el reino
humano con el reino de los dioses.
Bilskírnir (Bilskirnir): Es la ciudad capital del Clan
Relámpago. En la mitología nórdica, Bilskírnir es el nombre del gran
salón donde reside el dios Þórr (Thor), en el reino de Ásgarðr.
Dólgþrasir (Dolgthrasir): “El Tigre Hambriento de Batalla”,
alias del patriarca del Clan Relámpago Steinþórr. En la mitología
nórdica, Dólgþrasir es el nombre de un enano que aproximadamente
significa “resoplar de rabia al enemigo” o “ansioso por la batalla”.
Einherjar: Se dice que son seres humanos elegidos por los
dioses. Son personas que poseen una runa mágica en algún lugar de
su cuerpo que les otorga habilidades mejoradas o poderes
místicos. En la mitología nórdica, los Einherjar son las almas
elegidas de los valientes guerreros, llevadas al Valhalla después de
la muerte, donde festejan y esperan la lucha del final de los días, el
Ragnarök.
Fimbulvetr (Fimbulwinter): Una de las magias Seiðr de Sigyn.
Es un hechizo que puede liberar a sus objetivos de todo miedo,
convirtiéndolos en terroríficos berserkers. En la mitología nórdica, el
Fimbulvetr es un invierno terriblemente largo y duro que precede a
los acontecimientos de Ragnarök.
Fólkvangr (Folkvang): La capital del Clan Cuerno. Al igual que
Iárnviðr, la capital del Clan Lobo, está situada junto al río Körmt. En
la mitología nórdica, Fólkvangr es un palacio o salón para las almas
similar al Valhalla, gobernado por la diosa Freyja.

288
Río Élivágar (Elivagar): Un río que, en el volumen 2, forma la
frontera entre los territorios del Clan Lobo y el Clan Relámpago, y es
el sitio de la batalla decisiva de su guerra: la batalla del Río Élivágar.
Es un río tributario que fluye desde las montañas Þrúðvangr hacia el
río Körmt más grande. En la mitología nórdica, Élivágar (que
significa “olas de hielo”) se refiere a una serie de ríos congelados que
fluyen a través del vacío primordial antes del comienzo del mundo.
Galldr: Un tipo de hechizo mágico practicado en Yggdrasil,
donde el poder se teje en la música para crear varios efectos
mágicos. También escrito Galdr (plural galdrar), es un rito pagano
con raíces históricas que se remontan al menos tan temprano como
la Edad del Hierro.
Garmr: Una especie de lobo gigante nativo de las montañas
Himinbjörg, y uno de los depredadores del mundo de Yggdrasil. En
la mitología nórdica, Garmr es el nombre de un enorme perro (a
veces representado como un lobo) que custodia las puertas de Hel,
el reino de los muertos.
Gimlé (Gimle, Gimli): una ciudad y una región circundante en
el suroeste del territorio del Clan Lobo. Solía pertenecer al Clan
Cuerno, pero las fuerzas de Yuuto se lo robaron durante su última
guerra. En la mitología nórdica, Gimlé es un lugar celestial donde se
dice que viven los sobrevivientes de Ragnarök. Se describe como un
hermoso salón o palacio en una montaña.
Glaðsheimr (Gladsheim): La capital del Sagrado Imperio de
Ásgarðr. Es parte del reino de los dioses en la mitología nórdica, se
dice que es donde se encuentra el salón del Valhalla.
Gleipnir: Una de las habilidades de Felicia otorgada por su

289
runa Skírnir, Gleipnir es un hechizo con el poder de capturar y atar
aquello que tiene cualidades “extrañas”. Gleipnir aparece en la
mitología nórdica como una cadena mágica forjada por los enanos
para atar y sellar al lobo Fenrir.
Gnipahellir: El Fuerte Gnipahellir es el bastión fortaleza a unos
dos días de marcha al este de Iárnviðr. Vigila la región de
Gnipahellir, en el extremo este del territorio del Clan Lobo que
bordea el Clan Garra. En la mitología nórdica, es el nombre de una
cueva donde un sabueso llamado Garmr, resguarda las puertas de
Hel, el reino de los muertos.
Goði (Gothi): Un sacerdote imperial oficial que imparte
rituales sagrados, como la Ceremonia del Cáliz, y un representante de
la autoridad del divino emperador en los territorios de los
clanes. Históricamente, un Goði (también escrito Gothi) era un
sacerdote y cacique durante la era vikinga.
Grímnir (Grimnir): “El Señor Enmascarado”, un alias del
patriarca del Clan Pantera, Hveðrungr. En la mitología nórdica,
Grímnir es uno de los nombres que el dios Odín usa para disfrazarse
en el poema homónimo Grímnismál. El nombre en nórdico antiguo
significa “enmascarado” o “disfrazado”.
Hati: “El Devorador de la Luna”, la runa que le otorga a Sigrún
la ferocidad y los sentidos de un lobo, así como una extraordinaria
habilidad en combate. Hati también aparece en la mitología nórdica
como el lobo Hati Hróðvitnisson, el hijo de Hróðvitnir (Fenrir). Hati
está destinado a devorar la luna durante Ragnarök, y es conocido
por el nombre alternativo de Mánagarmr.
Las Montañas de Himinbjörg (Himinbjorg): Una de las dos

290
cadenas montañosas que bordean la Cuenca del Bifröst. Conocido en
la mitología nórdica como el lugar donde el dios Heimdallr vigila.
Hliðskjálf (Hlidskjalf): El nombre de la torre sagrada en
Iárnviðr que alberga el espejo divino, donde Yuuto llegó por
primera vez a Yggdrasil. Varias otras ciudades importantes en
Yggdrasil también tienen torres sagradas conocidas como
Hliðskjálf. En la mitología nórdica, es el nombre del gran asiento
Odín, un lugar desde el cual se pueden ver todos los reinos.
Hörgr (horgr): Un santuario o un altar, como el que está en la
parte superior de la torre sagrada Hliðskjálf.
Hræsvelgr (Hraesvelgr): “El Provocador de Vientos”, la runa
de Albertina. Le otorga varias habilidades relacionadas con el
control del viento en un área localizada. En la mitología nórdica,
Hræsvelgr es un gigante que, habiendo tomado la forma de una
gran águila, se sienta en el extremo norte del mundo y agita sus alas
para producir fuertes vientos.
Hrímfaxi (Hrimfaxi): “La Melena de Escarcha”, la runa de
Váli. En la mitología nórdica, Hrímfaxi es el caballo que pertenece a
Nótt, la diosa de la noche, y su nombre también significa “Melena de
Escarcha” en este caso.
Hróðvitnir (Hrothvitnir): “El Lobo Infame”, un segundo
nombre otorgado a Yuuto después de los rumores de la tragedia de
Van (ver Vánagandr a continuación). En la mitología nórdica, este es
uno de los nombres del monstruoso lobo Fenrir. Fenrir está
destinado a jugar un gran papel en el Ragnarök.
Iárnviðr (Iarnvid, Jarnvid): La capital del Clan Lobo, ubicada
en el lado este de la Cuenca del Bifröst. También a menudo se

291
deletrea como Járnviðr y aproximadamente significa “Bosque de
Hierro”. Aparece en la mitología nórdica como un bosque al este de
Miðgarðr que alberga trolls y lobos gigantes.
Yngfróði: “El Señor de la Abundancia”, el alias del fallecido
patriarca del Clan Pezuña, Yngvi, basado en su conquista de vastas
extensiones de tierra fértil. Parece ser un término original, formado
por la combinación de “Yng” y “Fróði”. Yng se deriva del nombre
Yngvi. A muchos reyes de los mitos y leyendas daneses se les llama
Fróði, que significa “sabio”. Se cree que ambos nombres son
referencias al dios Freyr.
Ívaldi (Ivaldi): “El Creador de Espadas”, la runa de herrería de
Ingrid. Ívaldi también es el nombre de un herrero enano en la
mitología nórdica cuyos hijos forjaron varios artículos legendarios
para los dioses.
Jarl: La Casa Jarl es una de las “Tres Grandes Casas” de
Yggdrasil, las familias más poderosas del imperio que están
estrechamente relacionadas con la línea real. Rífa se identifica
primero con Yuuto como miembro de la Casa Jarl. En la mitología
nórdica, Jarl es uno de los tres hijos de un dios llamado Ríg, y él es el
que se convierte en el progenitor de las familias nobles de
Escandinavia.
Járnglófi (Jarnglofi): “El Guantelete de Hierro”, el alias de
Þjálfi, el tercero clasificado en jerarquía del Clan Relámpago y la
mano derecha a Steinþórr. En la mitología nórdica, los Járnglófi
(también llamados Járngreipr) son guantes de hierro usados por el
dios Thor, que le permiten manejar su poderoso martillo Mjǫlnir.
Jörmungandr (Jormungand): El nombre dado al torrente

292
abrumador de agua de inundación usado por Yuuto y el Clan Lobo
para derrotar a Steinþórr y al Clan Relámpago durante su batalla
decisiva en el Volumen 2. En la mitología nórdica, Jörmungandr es
una serpiente que creció tan increíblemente grande, que podía
rodear el mundo de Miðgarðr, lo que la llevó a que la llamaran la
“Serpiente del mundo”.
Río Körmt (Kormt): Uno de los dos ríos que atraviesan la
Cuenca del Bifröst y la mayoría de los territorios de los clanes dentro
de ella. Es el río del sur, y el del norte es el río Örmt. En la mitología
nórdica, son los nombres de dos ríos que el dios Thor cruza todos los
días para visitar al árbol del mundo, Yggdrasil.
Læðingr (Leyding): una de las magias Seiðr que usa Rífa, tiene
la capacidad de restringir los movimientos corporales de sus
objetivos. En la mitología nórdica, es una de las tres cadenas
utilizadas para atar al gran lobo Fenrir, y su nombre significa
aproximadamente “atadura de cuero”. Por cierto, la segunda
atadura mítica es Drómi (Dromi) y la tercera es Gleipnir.
Mánagarmr (Managarm): “El Lobo Plateado Más Fuerte”, el
título de Sigrún, otorgado solo al guerrero más feroz y más hábil del
Clan Lobo. En la mitología nórdica, este es también otro nombre
para el lobo, Hati el cual significa “el perro que persigue la luna”.
Megingjörð (Megingjord, Megin-gjord): “El Cinturón de la
Fuerza”, una de las dos runas que porta el patriarca del Clan
Relámpago, Steinþórr. Le otorga fuerza y agilidad sobrehumana. En
la mitología nórdica, el Megingjörð es, de hecho, “El Cinturón de la
Fuerza”, propiedad del dios Thor, que duplica su poder divino
cuando se usa.

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Miðgarðr (Midgard): Una región del norte de Yggdrasil más
allá de las montañas Himinbjörg. Es el reino de los humanos en la
mitología nórdica, comúnmente conocido como Midgard.
Mjǫlnir (Mjolnir): “El Destructor”, una de las dos runas que
porta el patriarca del Clan Relámpago, Steinþórr. Solo otorga una
habilidad, la cual concentra toda la energía divina de la runa en
fuerza destructiva cuando Steinþórr ataca, suficiente para destruir
casi cualquier cosa que golpee. En la mitología nórdica, Mjǫlnir es el
legendario martillo forjado por los enanos, que pertenece al dios
Thor.
Unidad de Fuerzas Especiales Múspell (Muspell): Unidad
Múspell para abreviar. El nombre dado a una fuerza de soldados de
élite liderados por Sigrún. Se despliegan como una fuerza de
caballería armada bajo su mando en épocas de guerra, y también
funcionan como guardias de élite del palacio en la capital del Clan
Lobo. El nombre es una forma abreviada de Múspellheimr
(comúnmente escrito Muspelheim), uno de los Nueve Mundos en la
mitología nórdica.
Myrkviðr (Myrkvid, Myrkwood): Una ciudad amurallada del
Clan Cuerno en el borde occidental de su territorio. En nórdico
antiguo, el nombre significa aproximadamente “Bosques oscuros”, y
los derivados de este nombre se encuentran a lo largo de la
mitología y la historia, como la convención de nomenclatura para
una región de bosques oscuros y densos.
Náströnd (Nastrond): una región del noroeste del territorio de
Clan Cuerno, son pantanos húmedos que se extienden a lo largo de
la ruta entre las ciudades de Sylgr y Myrkviðr. En la mitología, es un

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lugar en las profundidades de Helheim donde vive el dragón oscuro
Níðhǫggr, masticando cadáveres. El nombre significa: “Playa de los
Cadaveres” en Nórdico Antiguo.
Níðhǫggr (Nidhogg): “La Masacre Burlona”, el alias de Skáviðr
del Clan Lobo. En la mitología nórdica, Níðhǫggr es un dragón o
serpiente malvado que roe las raíces del Árbol del Mundo,
Yggdrasil.
Río Örmt (Ormt): Uno de los dos grandes ríos que atraviesan la
Cuenca del Bifröst. Es el río del norte. (Ver el río Körmt arriba)
Ragnarök (Ragnarok): Utilizado en el texto original en japonés
como la frase “El fin de los tiempos”, es un gran desastre del que se
habla en una profecía que se ha transmitido en secreto desde la
época del primer emperador divino. En la mitología nórdica, el
Ragnarök es una serie de eventos fatídicos que culminan en una
gran guerra y la destrucción y el renacimiento del mundo.
Seiðr (Seidr): Un subconjunto de habilidades rúnicas conocidas
como “artes secretas”, un Seiðr es un tipo de magia mucho más
difícil y más complicada de realizar, pero capaz de obtener
resultados poderosos. El Gleipnir de Felicia es un ejemplo.
Históricamente, el Seiðr era un tipo de hechicería practicada
en la sociedad nórdica antigua durante la Edad de Hierro
escandinava tardía, y aparece frecuentemente en la mitología.
Skírnir (Skirnir): “El Siervo Inexpresivo”, Skírnir es la runa de
Felicia que le otorga una amplia variedad de habilidades, desde
reflejos mejorados y habilidades con las armas, hasta la habilidad de
tejer hechizos mágicos, pero nunca llegando a especializarse en
ninguno. En la mitología, Skírnir es el sirviente del dios Freyr.

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Sylgr: Una ciudad amurallada de Clan de Cuerno al este de
Myrkviðr. En la mitología, es el nombre de uno de los ríos que
emergen de una fuente llamada Hvergelmir, en el reino helado de
Niflheimr.
Río Tanais: Un río mencionado como un hito en el volumen 6.
Este río también se menciona en la saga de Ynglinga de Snorri
Sturluson; al este se encuentra el reino conocido como “Asaland” o
Ásgarðr.
Tanngnjóstr (Tanngiost): “El Tritura Dientes”, la runa que
pertenece a Röskva. En la mitología nórdica, es el nombre de una de
las dos cabras mágicas que pertenecen al dios Thor, y aparece en la
misma historia que dos hermanos llamados Þjálfi y Röskva, que se
convierten en sirvientes de Thor. La otra cabra es Tanngrísnir.
Tanngrísnir (Tanngrisnir): “El Gruñon”, la runa que pertenece
a Þjálfi. En la mitología nórdica, Tanngrísnir es uno de un par de
cabras que tiran del carro del dios Thor. Las cabras son
regularmente cocinadas y comidas por el dios, solo para ser
resucitadas al día siguiente por su martillo mágico.
Palacio Valaskjálf (Valaskjalf): El palacio del divino
emperador, ubicado en la capital imperial, Glaðsheimr. En la
mitología nórdica, es uno de los grandes salones del dios Odín.
Valhalla: Un plano de la vida futura, es el destino de las almas
valientes que caen en la batalla. En la mitología nórdica, Valhalla es
un salón donde descansan y beben hidromiel los Einherjars,
preparándose para el Ragnarök.
Vanaheimr (Vanaheim): una región de Yggdrasil al sur de la
Cuenca del Bifröst, a lo largo de la costa occidental del continente,

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que comienza al sur del río Körmt. En la mitología, es uno de los
Nueve Mundos y es el hogar de un grupo de dioses conocidos como
los Vanir.
Veðrfölnir (Vedrfolnir): “El Silenciador de Vientos”, la runa de
Kristina. Le otorga poderes relacionados con el viento, como borrar
su presencia y cancelar las corrientes de viento. En la mitología
nórdica, Veðrfölnir es el nombre de un halcón que reside en la parte
superior del Árbol del Mundo, posado en la cabeza de un águila
gigante.
Þjóðann (theodann, thiudans): En el mundo de Yggdrasil, este
es el título del gobernante del Sagrado Imperio de Ásgarðr, que
significa “emperador/divino emperador”. Históricamente, es una
traducción nórdica de la palabra visigoda Þiudans, que significa
ásperamente “gobernante/rey”.
Montañas de Þrúðvangr (Thrudvang): Una de las tres grandes
cadenas montañosas que forman lo que se conoce como el “Techo de
Yggdrasil”, las montañas Þrúðvangr forman el borde sur de la
Cuenca del Bifröst, y el borde oriental de la región de Vanaheimr. En
la mitología nórdica, Þrúðvangr es el nombre del área de Ásgarðr
donde reside el dios Thor en su gran salón, Bilskírnir.

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Copyright
The Master of Ragnarok & Blesser of Einherjar: Volumen 6
Autor: Takayama Seiichi
Traducción: Curtis Teal
Edición: Emily Sorensen

Este libro es una obra de ficción. Nombres, personajes, lugares e


incidentes, son productos de la imaginación del autor, o son usados
de forma ficticia. Cualquier similitud con eventos actuales,
locaciones o personas vivas o muertas, es pura coincidencia.

Copyright © 2013 Seiichi Takayama


Illustrations Copyright © 2013 Yukisan
Cover illustration por Yukisan
Todos los derechos reservados.

Versión japonesa original publicada en el 2014 por Hobby Japan


La versión oficial en ingles fue publicada en acuerdo con Hobby
Japan, Tokyo

Traducción al inglés © 2018 J-Novel Club LLC


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Edición del libro electrónico 1.0: Marzo 2019

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