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Democracia en Colombia

La democracia se define, en términos generales, como un sistema que defiende la soberanía


del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. En Colombia, como
en la mayoría de los países de dicho sistema, sus autoridades se dividen en presidencia,
congreso, gobernadores, asambleas departamentales y alcaldes municipales, todas elegidas
por el voto popular. No entremos aquí a tocar más temas sobre democracias a medias, que las
hay, en diferentes países con diferente reparto del poder y que en el momento no nos
conciernen. Se supone que esta decisión de democracia es la mejor y más efectiva. Por esta
razón fue escogida por Colombia desde sus primeros años, a partir de su llamada
independencia. Y también por otros países de este continente, los cuales la practican de
acuerdo con la personalidad del presidente. Mirando sin pasión los resultados de la
democracia colombiana, no es mucho lo que tenemos que celebrar. Colombia desde que se
instituyó como república, implantó esta democracia, revisada varias veces a lo largo de su vida.
El país, con algunas excepciones, sigue al mismo nivel que tenía cuando su fundación. La
riqueza sigue muy concentrada y creciendo. La nueva riqueza generalmente es producto del
robo de las arcas oficiales, por parte de extraños, y de funcionarios internos. La nueva riqueza
proviene de la coca y el narcotráfico. Están entrando como Pedro a su casa, con curules
regaladas en los acuerdos del Presidente de Colombia y el personero de los terroristas,
Timochenko. Si la democracia escogida por Colombia desde su nacimiento con una
interpretación estricta en la selección de sus funcionarios, así fueran estos excesivos, otra sería
nuestra suerte. Por esta situación que compromete también a presidentes y ministros, las
gentes adineradas recurren a ponerse a salvo fuera de su país. Son dineros y bienes que el país
necesita y cuya evasión le produce mucho daño. Por estas razones y muchas otras más, nos
hacen decir que esta democracia nuestra, es una democracia de mentiras. Uno se pregunta
cuántos miles de años existen para que Colombia tenga un pueblo de esta naturaleza, es decir,
como el pueblo suizo. La democracia se define, en términos generales, como un sistema que
defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus
gobernantes. En Colombia, como en la mayoría de los países de dicho sistema, sus autoridades
se dividen en presidencia, congreso, gobernadores, asambleas departamentales y alcaldes
municipales, todas elegidas por el voto popular. No entremos aquí a tocar más temas sobre
democracias a medias, que las hay, en diferentes países con diferente reparto del poder y que
en el momento no nos conciernen. Se supone que esta decisión de democracia es la mejor y
más efectiva. Por esta razón fue escogida por Colombia desde sus primeros años, a partir de su
llamada independencia. Y también por otros países de este continente, los cuales la practican
de acuerdo con la personalidad del presidente. Mirando sin pasión los resultados de la
democracia colombiana, no es mucho lo que tenemos que celebrar. Colombia desde que se
instituyó como república, implantó esta democracia, revisada varias veces a lo largo de su vida.
El país, con algunas excepciones, sigue al mismo nivel que tenía cuando su fundación. La
riqueza sigue muy concentrada y creciendo. La nueva riqueza generalmente es producto del
robo de las arcas oficiales, por parte de extraños, y de funcionarios internos. La nueva riqueza
proviene de la coca y el narcotráfico. Están entrando como Pedro a su casa, con curules
regaladas en los acuerdos del Presidente de Colombia y el personero de los terroristas,
Timochenko. Si la democracia escogida por Colombia desde su nacimiento con una
interpretación estricta en la selección de sus funcionarios, así fueran estos excesivos, otra sería
nuestra suerte. Por esta situación que compromete también a presidentes y ministros, las
gentes adineradas recurren a ponerse a salvo fuera de su país. Son dineros y bienes que el país
necesita y cuya evasión le produce mucho daño. Por estas razones y muchas otras más, nos
hacen decir que esta democracia nuestra, es una democracia de mentiras. Uno se pregunta
cuántos miles de años existen para que Colombia tenga un pueblo de esta naturaleza, es decir,
como el pueblo suizo. Hablar de democracia en el Estado colombiano es hacer una apología al
paraíso por su realidad material. Esto no sucedía en la Constitución de 1886, en esta solo se
encontraba consolidada la democracia representativa. Sin embargo, la Constitución de 1991
trajo esa ampliación de democracia o mejor dicho fue más garante, ya que en esta no
solamente se habla de democracia representativa, sino de la participativa. Este nuevo
esquema de democracia tiene como objetivo la participación activa de los ciudadanos para
ejercer control y vigilancia en los diferentes niveles del poder estatal en aras de tener un
Estado más transparente. No obstante, en Colombia la democracia es frágil, no por la falta de
garantías, porque de hecho nuestro sistema constitucional es sólido, sino en razón del
desconocimiento que tiene el ciudadano, ya que no utiliza las herramientas brindadas por la
constitución y la ley para ejercer este tipo de democracia. También quiero resaltar que la
utilización de estos mecanismos es tediosa, ya que deben cumplirse con una serie de requisitos
exigidos por la ley. Cabe resaltar que la Registraduría Nacional del Estado Civil es la entidad en
donde se inscriben los comités promotores de estos mecanismos, es decir, es la entidad a la
cual nosotros los colombianos acudimos para accionar estos mecanismos que encontramos en
nuestro ordenamiento normativo. Es justo este escenario el propicio para que nuestros futuros
representantes y senadores presenten una reforma de fondo que permita un mejor acceso a
estos mecanismos de participación ciudadana. Mi mensaje es claro, las herramientas jurídicas
están a la disposición de la ciudadanía, pero se hace necesario una serie de reformas para que
el acceso a estos mecanismos sea más eficaz.

Bibliografías:

https://elpilon.com.co/hablemos-de-democracia-en-colombia/

https://www.lapatria.com/opinion/columnas/luis-prieto/la-democracia-en-colombia

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