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ORIENTACIONES PARA LA ELABORACIÓN DE UN COMENTARIO DE TEXTO HISTÓRICO-EDUCATIVO

Es preciso evitar imponer comentarios de texto modelo y únicos, que llevaría aparejado la reducción
del análisis de contenidos a una única interpretación y la negación de aquello que se pretende sea una
virtud del comentario de texto: facilitar la diversificación creativa, el enfoque múltiple diverso y la
motivación del estudio. No obstante, especialmente para personas que tengan poca experiencia en realizar
comentarios de textos, sugerimos a continuación una serie de apartados orientativos.
Cada persona puede entender el texto desde múltiples perspectivas. Se trata, en definitiva, que el
texto ayude a entender los temas, a profundizar en ellos y a sintetizarlos. Con todo, a continuación se
muestra, a título orientativo, una serie de pasos sobre cómo desarrollar un comentario de texto.

1. Introducción al comentario de texto


La introducción sirve para preparar el comentario de texto. No se tratará tanto de iniciar un amplio
desarrollo escrito, como de un proceso de lectura y reflexión en torno al texto. En esta fase preparatoria el
comentarista deberá hacer ese primer análisis en pocas líneas escritas, en las que será suficiente referirse a
tres aspectos básicos: naturaleza del texto, autor, época en que fue escrito.
La introducción trata de ser una localización inicial del texto tanto dentro del área específica en la
que se inscribe, como desde el punto de vista de la intencionalidad del autor. Cuando no se trate de un
autor concreto sino de las ideas de un tema, la introducción deberá presentar, contextualizar o situar lo que
se va a decir después. Este caso cobra especial relevancia en la segunda parte de la antología, donde no se
trata tanto de textos de autores como de teorías e instituciones.
a) Naturaleza del texto
Podrá tratarse de un texto meramente narrativo o descriptivo; podrá tener carácter normativo
(legislativo o jurídico, como por ejemplo una ley de educación); igualmente pueden presentarse textos
teóricos basados en una sólida argumentación lógica o empírica (una teoría de aprendizaje, por ejemplo), o
textos de perspectiva filosófica que respondan a distintas valoraciones, convicciones o razonamientos.
b) Autor
Podrá tratarse de un autor individual, o de un colectivo de autores, o una institución impersonal.
Piénsese, por ejemplo, en un texto legislativo o normativo, que suele adscribirse a una institución, un
equipo de gobierno, una dependencia del Estado. Al presentarse un texto para ser comentado suele
indicarse a la vez claramente su autor. En ese caso, en la introducción al comentario no se precisa más que
una mención del mismo, pudiendo incluirse algunos datos muy breves sobre su personalidad, su
nacionalidad, su relevancia o las circunstancias en que escribe, pero sin entrar en detalles minuciosos de su
vida o en extensas listas de sus obras o actuaciones. Si se trata de un autor colectivo o impersonal, habrá
también que caracterizarlo de forma escueta. Recuérdese, en cualquier caso, la necesaria brevedad de
esta introducción al comentario.
c) Época
La identificación de la época en que un texto fue escrito es una parte que va estrechamente unida a
la localización de su autor. Por ello puede aplicarse aquí de forma idéntica lo que hemos apuntado
anteriormente. Si bien es preciso encuadrar correctamente a cada texto en su tiempo, para evitar la
excesiva preocupación por retener y memorizar fechas, en muchos casos es suficiente con indicar épocas
aproximadas o referencias a décadas, cuartos o mitades de siglo.

2. Análisis
La fase más propiamente analítica consiste en señalar cuáles son las ideas que el texto contiene,
descubriendo su estructura interna. Para este fin podrán señalarse una a una las ideas según éstas vayan
apareciendo en el texto, es decir, siguiendo un orden literal. No obstante, podrá hacerse también
reagrupación lógica de dichas ideas cambiando el orden literal. De esta forma será posible unir diversas
partes de una misma idea o destacar en primer lugar ideas que parezcan más importantes antes que otras
de carácter secundario. Sin embargo, es útil seguir ambos procedimientos haciendo una primera
identificación según el orden literal del texto, para pasar a continuación a la reagrupación lógica a la que
antes aludíamos. Con ello se obtendrá al final lo que podríamos denominar un plan ideológico del texto,
que será la estructura fundamental que servirá de base para el comentario de texto propiamente dicho.
El error más frecuente en esta fase de análisis consiste en parafrasear el texto mismo, copiando
frases y párrafos enteros literalmente, con lo cual no se aporta nada y, por tanto, se pierde el sentido que le
hemos dado a esta parte de preparación para el comentario. A veces ocurre lo contrario, el comentarista se
sale del texto en cuestión y se opere en esta fase analítica con aspectos que corresponden más bien al
comentario.
3. Comentario
Para realizar el comentario de texto es necesario tener presente la estructura de ideas que hemos
extraído del análisis del texto, sin que ello signifique que no sea posible alejarse en cierta medida del texto
mismo, como veremos a continuación. Pero, además del marco significativo constituido por las ideas
principales y secundarias del texto, es necesario utilizar los medios bibliográficos precisos para el
conocimiento del autor y de su obra, del movimiento ideológico y del grupo generacional al que pertenezca
y, especialmente, para obtener la información adecuada acerca de la situación histórica que constituye el
entorno de la obra (variables social, económica, política, cultural), y de su autor o autores. Una vez que se
haya elaborado el sistema de apoyo que hemos descrito, ya será posible pasar a desarrollar el tema de se
trate, verdadero núcleo de actividad que responde al clásico término de comentario de texto.
Para una mayor clarificación de esta fase del comentario de texto, a continuación enumeramos y
analizamos los apartados que, a nuestro entender, son los más importantes y significativos: estudio del
problema planteado, las ideas del texto en su contexto, influencias detectadas.
a) Estudio del problema planteado
En un texto que se propone para ser comentado suele existir una o más ideas fundamentales y
varias secundarias. Sin embargo, el tema o problema sobre el que versa el texto es genéricamente uno sólo
aunque sea susceptible de diversos enfoques o interpretaciones, según la perspectiva de la persona que
realiza el comentario.
Pues bien, en un primer momento se pide el estudio no de todas y cada una de las ideas, esenciales
o secundarias, aisladas y estructuradas en el análisis interno inicial, sino del problema central o tema que
plantea el texto a comentar, que, lógicamente, abarcará el conjunto de aquéllas. O dicho de otra manera,
es preciso redactar el tema de que se trate utilizando como vías de desarrollo y perspectiva referencial a las
ideas fundamentales encontradas en la realización del análisis interno del texto.
Una vez expuesto y analizado el problema central del texto, estaremos en las mejores condiciones
para estudiar las ideas del texto en el conjunto del pensamiento del autor. Nos referimos aquí al "autor" en
un sentido muy amplio, no sólo cuando se trata de un autor o de un grupo de ellos, sino también al autor
"institucionalizado" que firma un decreto o un ideario de una corriente determinada. En otros términos, se
podría hablar del contexto ideológico en el que queda inmerso un texto dado.
Se trata, en definitiva, de analizar las influencias determinantes del entorno sin cuyo conocimiento
no es fácil estudiar en toda su extensión el alcance de las ideas que se exponen. Aquí es preciso dedicar
algún tiempo a los aspectos biográficos del autor, formación personal, influencias recibidas, cuál es su
ideología o adscripción política. Una vez que se posean todos los datos mencionados se podrá deducir en
buena medida el tipo, la modalidad y la intensidad de las influencias recibidas por el autor del texto a
comentar. Hay que tener en cuenta que tales datos no es posible analizarlos en todo su detalle, sino en sus
grandes líneas; normalmente pueden valer las biografías bien hechas, que no se quedan en la mera
anécdota y en los detalles, sino que resaltan los aspectos más significativos en la trayectoria vital del autor
de que se trate.
En el comentario de texto interesa también detectar las influencias recibidas por el autor desde
otros estudiosos de temas semejantes a los suyos y, lo que es más importante, la posible incidencia en su
obra de ideas provenientes de otros campos del saber, con una mayor o menor lejanía de los temas
educativos. Es también importante encontrar las influencias ejercidas por el autor en el resto de los
componentes del movimiento o escuela a la que pertenece.
Ahora se trata de partir del texto como fundamento, relacionando lo tratado en el análisis con la
situación histórica a la que el texto corresponde, dando una visión general del proceso y circunstancias
históricas en que el texto se inscribe. Hay que tratar de responder a las cuestiones siguientes: ¿Qué significa
el texto para el conocimiento de la época?; ¿qué significa el texto para el conocimiento de la educación de
la época?
Hay que evitar la paráfrasis, que consiste en repetir más o menos bien y en términos distintos lo que
expresa el texto, sin pasar pronto a una explicación de conjunto que aumente en algún grado la capacidad
de interpretación del texto. En realidad la paráfrasis no aumenta la profundidad del análisis, sino que se
convierte en una repetición exacta, aunque sea utilizando otras palabras, de lo que aparece en el texto.
Tampoco se debe vulgarizar el comentario recurriendo a análisis subjetivos o del propio medio. En
lo posible es necesario evitar un estilo excesivamente personal, tendiendo a la máxima objetividad no sólo
en el desarrollo de las ideas, sino también en la expresión escrita del tema de que se trate. Se espera del
comentarista de un texto un estilo y un tono de análisis que reúna, respecto a las opiniones contrarias,
capacidad crítica y elaboración de conclusiones positivas y superadoras de antagonismos sin salida.
b) Conclusiones
En realidad el apartado de balance y conclusiones del comentario de texto debería ser considerado
como uno de los pasos más importantes dentro del análisis y comentario de textos educativos, porque
revela la capacidad del comentarista para valorar globalmente el contenido y deducir su alcance y sus
limitaciones en el marco espacio-temporal al que se puede circunscribir.
Puede ser bastante eficaz elaborar este apartado del comentario con la realización, a modo de
balance, de un resumen general de las principales ideas encontradas en el texto. En un primer momento
nos servirá para resumir las ideas principales para, con posterioridad, exponer más concretamente las
influencias ejercidas por el autor y su obra, pero específicamente en el ámbito al que hace referencia el
texto. 0 dicho de otra manera, llegado este momento nos interesa plantearnos la pregunta, ¿qué aporta el
autor, o autores, del texto y su obra? No decimos únicamente ¿qué aporta el texto? porque entendemos
que su elección ha sido acertada y es representativo del pensamiento total del autor, o autores, de que se
trate.
Una vez realizado el resumen general y señalado las principales influencias del texto y del autor, no
sólo se deben resaltar los flancos que presenta el texto a la crítica, sino también se debe efectuar una
valoración global de los contenidos, deduciendo cuál sea su importancia para el conocimiento y la
comprensión de la parcela de saber de que se trate. No se trata de hacer una crítica superficial, positiva o
negativa, de un autor y texto determinados, sino de realizar una valoración global del conjunto del
comentario realizado, que sea como el resumen y balance definitivo de la actividad que se ha llevado a
cabo.

Prof. Javier Vergara Ciordia


Coordinador de Equipo docente

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