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LA MIRADA ROJA
Estética y arte del anarquismo español (1880-1913)
Lily Litvak
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F IL O S O F IA
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Impreso en España
Depósito legal: B. 13 135/88
Impresión: Gratos S.A.
ISBN 84-7628-043-2
A la memoria de dos anarquistas:
Hermoso Plaja y Diego Abad de Santillán
Sumario
Introducción .........................................................................................9
Arte s o c ia l......................................................................................... 11
Arte y v id a ....................................................................................... 24
R ealism o............................................................................................ 26
Arte y tra b a jo ...................................................................................30
Arte y progreso tecnológico...........................................................37
El arte del p u e b lo ............................................................................. 45
El arte como medio de m a s a s ......................................................50
Periódicos anarquistas.....................................................................55
Estilo y temática del arte anarquista............................................. 62
Conclusiones .................................................................................... 76
Ilustraciones ...................................................................................... 81
N o ta s .................................................................................................129
Bibliografía .......................................................................................141
índice alfabético..............................................................................148
/V
J
Introducción
Arte social
«Bendito sea el arte que nos hace correr detrás del ideal con
los afanes con que corre el niño detrás de la mariposa. ¿Y quién
es el artista? Es artista el filósofo de ideas generosas; el soció
logo de sociedades dichosas, el pedagogo de humanidades sa
nas; el higienista de hombres fuertes; el artista de concepcio-
ARTE SOCIAL 17
Arte y vida
Realismo
No se trata de una estética que sólo busca la realidad, sino que bus
ca, a su vez, producir o crear una nueva realidad. Evidentemente,
ese arte no permite considerar el reflejo artístico como rasgo esen
cial, y es claro también que en ciertos aspectos se trata nuevamente
con postulados de una estética cerrada, por ser normativa. Las pres
cripciones se ponen en evidencia sobre todo en las críticas artísti
cas, cuando se alude a la estética no para explicar lo que el arte es,
sino para contribuir a que éste responda a urgencias sociales o ideo
lógicas determinadas.
Por otra parte, al aceptar los ácratas la función cognoscitiva del
arte, le adjudican a éste un papel que no consiste en reflejar pasiva
mente la realidad, sino en tomar cierta distancia frente a los hechos
o cosas reales, no dejándose absorber por ellos, para que lo habi
tual, lo cotidiano, se presente como algo insólito y extraño. Así la rea
lidad aparece bajo una nueva luz, y puede ser captada más plena
y profundamente en el contenido social que guarda.
Se diría en general que hay una diferencia de términos, y que
los anarquistas deberían referirse no a «realidad», sino a «verdad».
«Realidad» y «verdad», que en el sentido hegeliano coinciden. Erra
ron posiblemente en la selección de palabras, pues «realidad», en
el sentido en que es utilizada, conduce a confusiones por su vincu
lación con la estructura externa de las cosas, como se deduce de
las frecuentes comparaciones que los anarquistas hacen con la má
quina fotográfica. «Verdad», en cambio, sería una connotación más
adecuada para lo que ellos pensaban; sería un modo de represen
tación, interpuesto entre lo social y lo objetivo del mundo y sus
fenómenos.
Arte y trabajo
monía con el trabajo geológico de los siglos. Reclús toma como ejem
plo un templo griego que desarrolla y adorna los contornos del pe
ñasco, transformándose en parte integrante de él, y coronándolo de
su sentido humano. En cambio hay cumbres que profanaría cualquier
arquitecto pagado por hoteleros sin pudor, que diseñan grandes blo
ques rectangulares cuajados de simétricas ventanas. La tierra es in
finitamente bella —concluye—, y, para asociarnos a su belleza, no
hay otro modo sino el rebelarse contra el dinero, y abolir la lucha de
clases suprimiéndolas.
Periódicos anarquistas
Este medio era de una eficacia ni siquiera igualada por los viajes de
propaganda. El periódico servía para encerder la mecha. Algún obre
ro o campesino se ponía en contacto con compañeros anarquistas
que hacían apasionados elogios de las nuevas doctrinas, y le daban
algunos ejemplares de la prensa libertaria. Él pasaba el periódico
a sus íntimos que, convencidos en ei acto, divulgaban fervientemen
te el nuevo credo. A las pocas semanas, nos dice Díaz del Moral,
el primitivo núcleo de diez o doce adeptos se había convertido en
una o dos centenas; a los pocos meses, la casi totalidad de la pobla
ción obrera o campesina del pueblo, presa de ardiente proselitismo,
propagaba el ideario.156
Llama la atención la gran cantidad de periódicos libertarios que
26-44 aparecieron por aquella época. Hacia fines del siglo xix y principios
del xx sitúa Díaz del Moral el auge de la propaganda periodística
ácrata. Se editaban entonces importantes revistas. La Revista Blan
ca, dirigida por Soledad Gustavo y Federico Urales en Madrid, y en
Barcelona Acracia y Natura.'57 Salían también entonces los grandes
periódicos de larga duración: El Productor de Barcelona, El Corsario
de La Coruña, El Rebelde de Zaragoza, y otros igualmente importan
tes: Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera, Acción Libertaria, La Anar
quía, La Huelga General, El Porvenir Obrero.'58 Pero tan interesan
tes como éstos son los pequeños diarios de provincia, algunos de
los cuales alcanzaban a salir tan sólo uno o dos números. Humani
dad de Toledo, El Oprimido de Algeciras, Tribuna Libre de Gijón, El
Obrero de Tenerife, y cientos otros más, cuya publicacióñ muestra
bien hasta qué punto la efervescencia libertaria llegó a los más ale
jados rincones de la península.159
Las posibilidades tipográficas que se podían emplear fueron
apreciadas de inmediato por los libertarios. Felipe Cortiella se da
cuenta de las posibilidades de este medio y habla en Irradiacions'60
de la tipografía como de la abeja reina de las artes. Este libro, salido
de una conferencia de Cortiella en el Ateneo Enciclopédico Popular
de Barcelona en 1910, y subtitulada «De la simplicitat de cor i eleva
do moral e intel-lectual com a condició essencial per a la més alta
PERIÓDICOS ANARQUISTAS 57
del presente; el militar que sin oler la pólvora llega a los más altos
empleos de su profesión; el bolsista que sin otra ley que la del oro
todo lo compra o vende sin perder en nada; el candidato que hace
distinta profesión de fe con cada nuevo ministerio; el gobernante sin
merecimientos y el gobernado sin dignidad. ¿Hay mejores motivos
para inspirar a la caricatura?173
Pero no son exactamente caricaturas los dibujos anarquistas,
aunque hay algo de ello. Son un intento de expresar que lo que acon
tece en las almas se reproduce en los rostros. Esos retratos difama
torios tienen como rasgo básico matices Imbuidos de crueldad; más
que un ataque gráfico a los físicos de esos individuos, tratan de ex
presar ciertos atributos mentales y morales, productos de una clase.
Al estereotipar los rasgos de sus enemigos recurriendo a esa distor
sión o exageración, el artista libertario lleva a cabo un proceso de
desenmascaramiento.
Muchas veces, también suelen los anarquistas reducir la repre
sentación de su enemigo al diseño de unos cuantos objetos que se
convierten en símbolos al asociarse a él. Pilas de dinero, tiaras sa
cerdotales, espadas. Véase, por ejemplo, «Galería fúnebre» y «La sa-
9 5 , 96 bateta al baleó» en La Tramontana.™ Tales «jeroglíficos» pueden re
presentar al Individuo mismo y asegurar un reconocimiento inmediato.
Es importante que conjuren en ellos toda una serie de atributos co
múnmente asociados con el tipo. Actúan como etiquetas de identi
dad, símbolos aforísticos que encapsulan una gama de significados
sociales.
En la parte opuesta, otro de los temas tocados por los anarquis
tas en su obra artística son los desheredados. Es un motivo impor
tante. Recordemos que es en esta gente donde finalmente enraiza
ba la fuerza moral del anarquismo. Los libertarios españoles reco
gieron del bakuninismo un concepto de proletariado bastante fluido,
y su energía política dependía en gran parte de colocar al movimiento
no en una base de clase, sino en una base de masa. En este aspec
to, se estableció claramente la diferencia que había entre marxistas
y anarquistas. Para los libertarlos, la fuerza de la revolución social
vendría precisamente de esa masa de desposeídos, que algunos
otros llamaban la «luz».176
Indudablemente, los anarquistas participaban de la temática de
los bajos fondos cara al siglo xix. Apreciaron a los neo-impresionistas
ácratas: Seurat, Signac, Luce, Luden Pissarro, y sobre todo a Stein-
len que, además de sus dibujos de artesanos y trabajadores, capta
ba escenas de las clases bajas.176 En las creaciones españolas, es
cogen el aspecto más visible, la realidad física de la miseria. Su pin
tura de los desheredados es patética, tajante en su denuncia.
ESTILO Y TEMÁTICA DEL ARTE ANARQUISTA 65
— ¿Me quieres?
— Te quiero.
— ¿Me querrás siempre?
— Siempre.
— Pues, ¿por qué no nos casamos?
— Porque temo dejar de quererte si te hubiera de querer por
fuerza.
to entre los lectores, pues adquirían contacto con esos casos de in
justicia social, los familiarizaba con el protagonista y los incorpora
ba a la realidad y peligros de la lucha. Acentuaba además lo concre
to y creíble del ideario. La experiencia individual era, en efecto, siem
pre más viva y real que la abstracción ideológica.
Son muy interesantes los dibujos que mostraban la masa de
obreros como ejército popular luchando por la justicia. Estos dibujos
no carecen de una belleza apasionada que queda bien expresada
en este medio. El contraste del blanco y negro acentúa el mensaje
que perdería dramatismo si fuese en color. La masa oscura de la plan
cha aumenta el ambiente sombrío, y la delgada y aguda línea negra
del dibujo aguza lo mordiente del mensaje. Ben Shahn dijo sobre las
artes gráficas que «eran al arte como el ensayo es a la literatura, com
pactos, agudos, intensivos».204 Y lo son, en efecto, son el medio pro
pio de una reacción espontánea a la circunstancia, y como tratan so
bre la injusticia social, poseen una calidad de indignación que una
técnica más detenida y estudiada podría no duplicar ni retener. Un
ejemplo lo tenemos en el dramático dibujo «¡Abajo la tiranía!» de La
Idea Libre.206 Al fondo, una fábrica en llamas, al frente, convulsivas
figuras esgrimiendo cuchillos y levantando flameantes antorchas do
minan la escena. Por el suelo, cadenas rotas, cruces, un cadáver,
una toca eclesiástica.
También es ilustrativo uno aparecido en Solidaridad Obrera.206
58 Una masa proletaria lleva un cañón donde se lee la palabra Solidari
dad, sobre él y presidiendo la escena, una figura alegórica: La Anar
quía. Este dibujo es característico, porque a menudo se representa
ba a ese ejército popular siguiendo a una alegoría: Anarquía, Liber
tad, Revolución Social, Solidaridad Obrera.
De hecho, una de las técnicas más importantes en el dibujo anar
quista es el uso de las alegorías. Éstas se forman generalmente con
conceptos ideológicos abstractos encarnados en figuras humanas.
Las que se representan más abundantemente son la Anarquía, o la
Revolución Social, casi siempre con figura de mujer, vestida con una
túnica, llevando en la mano una antorcha, y al frente de una masa
de obreros o luchando contra los enemigos del pueblo.
Encontramos un ejemplo interesante en «Una Resurecció que
85 s’acosta» en La Tramontana.207 Allí, una figura alegórica, la Revolu
ción Social, recortada contra un sol naciente, hace huir a políticos,
burgueses y militares. En el punto de perspectiva, intencionadamente
adoptado, el ojo del observador se encuentra al mismo nivel que el
plano inferior del cuadro, y provoca la reducción óptica de la parte
superior de los cuerpos y un alargamiento de los miembros inferio
res. Gracias a ello, el dibujo adquiere una cierta fuerza dinámica que
ESTILO Y TEMÁTICA DEL ARTE ANARQUISTA 73
Conclusiones
Ol-h
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Ilustraciones
------------ --------------
ILUSTRACIONES 81
C o rté*
G o m P A IÑ ÍÍA Ü IB P E DE D E C I i A m A C IÓ N
6
84 LA MIRADA ROJA
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86 LA MIRADA ROJA
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Hióximameme la HiMiotoca Editorial
nuestros
S a i . i i > v I m » -« /A . r ih s c q u ia r 'i á
Miscripiores l Anun fjcniplar de esianue*
D r. Ituegers
SERIE I. H.° 1. !
LA HUELGA RUOLUCIO,VARIA.
SERIEL N. 2.
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ILUSTRACIONES 89
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El domingo iO do Novlembro, A loo a cambio do un »ui-ldn uj .zquir.o qur no remunera ... -, <M o.-dvii de In explotación di-1 inKiin, 1*
nuovo do la mafiana, on al Circo Ecuoa* los sacrificio«, vigilancia y cxj»ivión tic L*i vida ; capí xplntación v autoriilnd iWJtiro jurídica <i,l h<nn-
que exige su orguniuciün vilipendios. l>rc K>i>n. id hombro y e<intra el hombre, mintii-r.-
tro Barcelonés, alto on la P lasa do Ca» El pueblo rcepundió, dignamente, n esta marca do derecho« y libertado«, que nadie puede dorio«
talufia, te n d rá lugar un da provocación, con una lluvia dv piedra» y cun al r.j quitarle*, pues *0 u inherente* A la esperii hu
guna descarga de rcwolví-r. mana. no ba v.vilvio. ni viK-íla, ni vm-iian juma«
GRAN MEETING
«n conm em oración de los anargulctaa
Renuévase 3a lucha i-l -1 <!■• moyo, de In que re i n producir heciitoinbi'» cuando d purlilo, i n u«i
sultan un polizonte y do* obrero* muerto« v vario* di- sn K-.rnilixinio d- rccho de ¡ns.irwtcloii, v>mtra
herido» ds una y otra parte. In» »«pimene« y nrhitrarh-dndc» de que «« <-i<ma-
El mismo día, un periódico de la clase obrera de mente victima, vaya a reivindicar algo, por |K>cn
ahoroadooen Chicago el 11 de Novlom- Chicago, publicó este notable llamnniieuto ó un que »oa, de lo ipir le pertenece.
bro de 1887 por la burguesía republl- mccting, pem el día siguiente:
................. „ -------- Todas In» formas Jo gobierno, ronnridru« v por
cano. lUcuern^e-MeiAwt^ru.uA*-.. cr,aocfr' íí’n >'f p « « ‘ntan>i.»l.masMn*rvnik>fc*
tnbijsu'
A n ¿ n }k|»
XM¿rita »rnjnii«*:
»S «r : y M ^iiurioK del orden eu'imniiro.
i' per[*tuar por bt furraa, I.th htii|indudi* r lojuati-
iMlade
•¿Qnl**i f-d’* ondar co« lo*l'gre*«u» c-.ii piFlen-in, MijUnr , . ......
i-ina social«-« quo i l dominio de! CA|àtaìy déla pro-
* li DENOVIEMBREDE 1887° Uo ivlóv* ós isamó* U tnVdAÓJmt
►P*h) le* lfAW*i-rw tw><inc«ni«ro«. Al terror bferco. I'* liuti* |«nnt mantciirtlns rn el di«|Kije contra
—■»or.dfrift por el terror roja i
uú-ilad individual «b- !<« im-nns, pnJucv
IjOlorla a loa M ártires de Chlcagoll .Uá* vsl«Isir.utnono* UmUerii' > l ’oro esto w r afirma cado ves mas en nih-atna
MiOdlo á m uerte ó eua asesinos y ver« >91 m fuiiU i lo* mpendimc* idees y nrop>V¡|o«. <-n h guerra que drclaniik» ha
dugoalll quo «He* *e AraerdeA p>r Urga bernos 0Ì capilaüi-m-i
La tiAAMiSA— Ónra
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KiiHi iilManRM'
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Ifíiy tonmemoran loe trabajadores del mundo AyA?;u r"'—
_ tid«M* y la« n!Ov«ik-i*taiA»i!A uuirMe«;« que Mtí-n i nueMm alir.r.ic: en nuwtm v-nidimrti
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entero Ion cuatro r-jecutados: Enge!, Fi<- jui ÀAÓH« «a uateqiiA «o l# •* ’iiM!« 1 y eone:«nch de cprimid*»«. m*lw li'gltinuM. iIcnIc
cher y Spio»; el hnrrihl« suicidio, va su propio ce* eiKOtó‘-í, , i a u ttk l ÓAtrt : „u,. t.j pKdetaria«t> entero, alrcctonad" pur lo» <*«>«•
Uboto, aclhcróioo T/.ngg, qtio prefirió quiteño le j tlnuoA deseugafi»« «lo te» prohocihro« «b; !■»> |
ride, A que sus verdure« so dieran el placer de 1 des Avanmdn». prodige? hi»tòriconicnlc cu j-r-nnr-
ahorcarle, y trrauenadoa a trabajo« fornido«, por • toa, quo r,n rcnlwnn ni han de realizaren el | m I(í ,
«inmutación de (a sentenria do muerte: 8ehwrab, Fielden y Neebe. tomó la detenuinación enérgica y ic v iM m u iú de M-ptnriv <le !•«*
No hemos de hacer la hUtorin. pues ya es sabida, ile) Inietto pwean ]ñutido* politico, declarando, qnc In emnnrlpvàófi ile la da^v nl-ri-ra
-que motivó la »enlerda de muerte d* celos niele héroe*, per» «temo <M>ía aer obra de ka trahojadorc« m:.«niw
baldón de los infamas juccce Dim Io f-ntOitcc», la» frac
que le decretaron oon o oto cione* raputilicáivas pc-rdsc*
ña Tonalidad é injusticia: pe roo, afortunadamentr par*
ra eterno baldón, asimismo, Il Rçvoîor-SAn verdad, consi-
pues r.ada pudo probarse <.-n dcraldcs fuenoiv |»q,u)Arce,
contra de ellos, de vea repug- y en v it de sumar, m iai.
nani*; y Asquerosa burguesía nóan ñrm pre s-Maiet»; V>*,o
americana de los Estadca loe innoimcicno« p>nn»r«-
li nido*, y <1« su asquerosa y ren ñelov á nM b.*lli-lcIA do
repugnante República; por forte.
que la República ce el od lOM Aquella determinar»!», >
reinado de la burguesía es quii acuerdo Viglr.i y natu
túpida y malvada, reinado ral que penetró roa la im]te-
bus odioso, cicrwment*, que tcesldaqdr la i-)ii>pi «4»ctri*
•I de un monarca, pues ¿ele ca en la amcirmij d» la
r.o engaña al pueblo con loe cíase obrera de toda« loa re-
earcAeiicoe y roentirosoa le gionesdei mnniVi.i'.umii.añ
mas do Libertad, Igualdad ile su intcligrr.cb y dando
y Fraternidad; lemas eocogi- color y vida pmpb à »u or-
do« y rebuscados con cinis gonizarión, vcrüadcniminte
mo. por la grao bestia meeo- revMurionsria. fui producto
erAticn, para embrutecer a del detcrrainiaino de Innitu.n-
loe pooblo» y hurlare* de «u ción Antagónica do la v*-ii¡.
candido, después dchalrer- jad actual, en que vxbti-n
le« hecho creer que son sobe mezclados y confundidm in-
rano»; pero, et, es nuestro da tcrcecs en pugni, ocupado*
ber reoordor «n este día, los suceaoe memorables Esta sentida y lógica proclama, surtió eu debido y ocupantes, explotad» y explotador», trabajado
de la huelga de los trabajadores de Chicago y Mil- efecto. res y hurgúese«, pobres y ricos, y que tro un ab
obrera y" que ' Ya sabsmos cómo en el meeting, hablaron aúcc- surdo y contrasentido funesto, purmanccicsea
«anime, para enseñanza de la claeo obrera
tanga presente lo que puede «aperar de la Repú- : eivaraent«, cumpliendo con «U deber y su concicn- compactos y ligados per aspiración** comunsa,
bliw, por avanzada’que es Uomo. | eia, Spie«. PnreonA y Fioldeu. Durante el discurto imporiliilitand'i u«í U*io proee-liaiento, toda con-
E s abril de 1886, loa llsmado« ChbnUer&t M t r o ; de este último, llegó la noche; entones« 123 poli- eocucociu positiva qu* mullera venir va beneficio
baje decidieron organizar usa huelga nara recla acotes, armado« ac fusiles, so adelantaron en co de loa debile« y sometidos, «tarnomentc burlados
mar las ocho boma por jomada de traoajo, y au- lumna de 10 de fondo, muy esparcido«, ocupando i sus justas esperanza».
meuto en «1 «alario. todo ci cerncio que pudieron, seguidos do otra co Era necesario, en electo, deslindar los campos,
Acordóse la huelga por loa secciones de esta aso- luro« de 260 hombres. distinguir estas diferencias, formar y desenvolver
dación, ¡apuesta por la daña obrera Americana. En este momento una bomba lanuda por In las verdaderas y genuioM huestes rSTcludonorias,
El trabajo fpé suspendido en muchos fábricas, y multitud entre Itv segunda y tercera fita, hizo caer y presentar la linea de batalla do )<m oprimidos
aceptados tai oónulclonci do loe huelguietu por de 21 á 24 hombre*, mordicado «I polvo ocho. La : contra los opreíorea; el combate franco, decidido y
algunos industríale*, Sólo la fábrica de Mac-Cor- columna se desbandó; pero sucediéronse otras nue- . tonas ds cIoma, es decir, de los esclavo* rebeldes
nick siguió trabajando. vm .haciendo un fuego graneado sobro 1a multitud, contra su» soberbios señores, sin que los primeros
Eo uí tarde del 3 de mayo, una multitud de y cuando eo retiraba, dejaron 80 muertes sobre la i se dejaran sorprender por «1 dishoz ó colorido po
siete á 10,000 hombree«« dirigió i la fábrica pora plaza que fui teatro de esta matanza. lítico con que los segundo», i cauaa de la desigual-
locítar ¿ ios obreros á Abandonar!«. Talca son ios hechos que io motivazon
mntiváion la condena-
condena : rlad de clase» y condiciones, tratan eo todo tiempo
En la fábrica, In policía estúpidu, al servicio ción de nuestros inolvidable iblrA compañero«, y qu* ' y cm'únfctancia, <lu so1>rer>oneTse y dominar,»ebol
siempre de intereses contrario« á loe tuyos, había claman venganza contra lalì inir---------r inicua á hipócrita
— bur-
. . . i .tcrnlsuodo
. — —. . siempre nì tranajo------ ^ y Aluá trabiijinlnras.
--------
levantado barricada», mostrandiuc «ai agresiva y guesía de aquella falaz República. [ para sus medros y explotaciones, y e=to a todo
dispuesta i atacar á su propia familia loe trabaja La infame y criminal burguesía y sus crimina- trance, desconociendo el progreso, i peaor de sus
dores, por deíeoder loa Interese« de loeeapiulietas, les estadistas y hombres de gobierno, como todos ; decantada derechos individuales que, al peraistlr
enemigo«, puc» ellos son también explotado«, j íes representantes, nqui y sili y en todo« los poi- : las iniquidades l injusticias sociales, resultan, evi*
92 LA MIRADA ROJA
S O L U C IÓ N A L P R O B L K M R S O C IA L
La salut del poblc^^p»l..A T ramontana és el pcriò d ic qu'cs publica en idioma catalA^^g^EI Treball és la
é$ la suprema ll c y ^ ^ mé$ avansat en idcas pollticas, reiigiosas y d’economia social primera nécessitât
pneus DK SUSCMPCIÔ I ADM1MSTRACIÔ: r.at«r de Porer.t. n-* r. • BARCELONA PR EUS DE VENDA
Elpanya, r pesaeta irimeilre. — Etranger. > { Pe'i f * ro* a’a .lrrtun l.b ra rw dtl (Jiro M irto .Ileira»de Acileobro K iin tra soit, j c i n i l m - p exemplm. 1 pu.
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38
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PERIÓDICO DE ESTUDIOS SOCIALES
40
ILUSTRACIONES 97
LA NUEVA IDEA
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S a ld r á c u a n d o p u e d a J Dirección: Calle de flUndaz-Hunez, 9, 2 °, 2.*; GRACIA 2 Cada cual según sus fuerzas
41
EL CHORNALER
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42
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LA REVANCHA *5
P E R I0D I00 O O M D H IS TA -A N Á R Q D IC O
Mito
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éltelut« del hombre, t%i %.<»*ewpoti*
bit: «Ut rteXot* ewt *u Akawjvía. {W*9>H
C'y%ift%tnód{«declinable. Semita U l.-fiet, tomo
leadem-t partido«, a*'* k* ¡»iereui de! manente,
«.’ etmñdera legítima Urctt/imiii. por
normp-nt’tr 1«r<¡wHfT*ri » <lr U rdiedad titt u
poder q*e la fobitme. Ette heeboa nmamenu de-
far««». /üt revecera, poet, «tempremi «obert%¡*
t‘ h par« ittUrosU ¡fretUutblef ¿Xo tere meara
uAtir«tino 4euoubrel /€•>* if«¿dtrtebotornirti,
" “ s r^ reniente« «/«*fetomUtem mi «itlemaf
To. fieMretrocedea»te ninpsu eemtennci«.
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pie; tt PODI! »■UtJCfM CIÓ» MVi 60MIAFM.
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44
98 LA MIRADA ROJA
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100 LA MIRADA ROJA
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LA REDACCIÓN
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II I m a<|-x. 1 . 1 » ; l i m l n a
i ( Joid Romero L oan, eid » u p tr p jiu t.s i. B'ai J'drei y Pdrti. »h»j«lio » j , Aadtd» Alaapro y Moreno, ( q o Unemoi dete«),»!. Anteo)*
(tampoco Itoetnoi detot) » s , Joiqula Stnebu S iilo , «esdondo e t«elmida peipeUii. 6 , Frecdioo Kimot Soto, ebiaelto. » 7 , Joié Rejtoere. l) | 1 m
do prltlóa.ttS, Felipe de U Roí», n »Do», » y , P.'íc ío J o G i k í i . ibiuo'to.=:io, Juia Moroco, »b»c*li©.=is 1 Jeté Perniaidri, ib tD «lt*.~ii, tow etiee
Birroio, tb iu lU o .» )), Nicoli» Velano, abitiamo. 1 4 , A d ii« Üamiogati. r<e5a»i¿u perpetua. ij /¿»(TDt>'OÍaguir, re«la»J6 fi p erp etua.sit, D4«fO
Moraoo, reclutilo piip etoi.jsi?. Gttpcr Dotslopu*», i> idctaaib, Actooh Miei», recluitan perpetua = 19 , Meioal Dlea, rtrfoiHn pm>Hia_ 1 io. irte*
«lico Birrete, itiu e llo .- s s i, fu » G»-'el», ibimUe. : i, 8 1»» Á!v«r»t, »bigello.=:»>, AclooJo Pulido, »bigello.trae, O üld bil Mieto, 19 t i r i . »
as, lo ia Bice», reelui'de perpetui. -->6 , feti Sinché», rec’utláo pupitu». ij.JgiaG dm ra, rectaiido perp»ma.ssa8 ,Jei« Oe>po, rre'oróo peipel«».=
19 , Lali Jsdn, y e fto i.sio , M iouil G daei, sb »geh o.=)i, Joid Birrere, reeltulio perpiiue. •>*, Genetta Pire«, ib«a»Uo.-= Ha eüe «i*pe ro G |«na
L ia d a , Bulqtu, ZuiM le y Labrtjaao, aqqalloi«astro mirtirt» que en ei patibolo dieres 10 landre porla Libertad, al oteotua Mtì|«P«raua SaltMbM
102 LA MIRADA ROJA
58-69 Algunos ejemplos de dibujos a base de alegorías. 58: S o lid a r id a d O b re ra , 4 ,2a épo
ca, n° 39, Barcelona, 4 de noviembre de 1910. 59: T ierra y L ib e rta d , 6 , n° 361, Madrid, 1 de
enero de 1904, pág. 1. 60: L a H u e lg a G e n e ra l, I, n° 2, Barcelona, 25 de noviembre de 1901.
61: S o lid a r id a d O b re ra , I, n° 1, Barcelona, 19 de octubre de 1907. 62: L a T ra m o n ta n a , 13, n°
625, Barcelona, 21 de julio de 1893. 63: L a A n a rq u ía , 2, n° 62, Madrid. 11 de noviembre de
1891, pág. 1. 64: L a H u e lg a G e n e ra l, 2, n° 11, 25 de enero de 1903. 65: S o lid a r id a d O b re ra ,
2, n° 8 , Barcelona, 13 de febrero de 1908, pág. 1. 6 6 : E l P ro d u c to r, 2, n° 58, Barcelona, 2
de enero de 1904, pág. 4. 67: Id e m . pág. 3. 6 8 : Id e m , pág. 1. 69: L a R e v is ta B la n c a , 6 , n°
103. Madrid, 1 de octubre de 1902, pág. 219.
ILUSTRACIONES 103
62
104 LA MIRADA ROJA
64
65
ILUSTRACIONES 105
106 LA MIRADA ROJA
C O N T K A S T IÍ
73
108 LA MIRADA ROJA
74
76
ILUSTRACIONES 109
LA CALOR ii.
EL D E C A D E N T E
1 ,3 de un j. iíc |- .id.*.
96
LOS H U M A N IT A R IO S LA S O C IE D A D y LA NATURALEZA
99
100
ILUSTRACIONES 117
L.A P A T R IA A G R A D E C ID A !
NO TA A U T ÌS T IC A
N O T A A R T ÍS T IC A
—¿ M e q u i e r e s ?
—T e q u i e r o .
—¿ M e q u e r r á s s i e m p r e ?
ftm ó á un m o ra lis ta q u e q u iso c a s a rs e com ol> ioa —S i e m p r e .
m a n d a .y la n b n n d o n ú á lo S t r c s r n c s c s d c c a H a d o s . —P u e s ¿ p o r q u é n o n o s c a s a m o s ?
¡P n b re c ita J —P o r q u e ,t e m o d e f a r d e q u e r e r t e s i t e h u b i e r a d e
q u e r e r p o r fu e r x a . 103
102
E L C A P IT A L Y E L T R A B A JO
—G a n a r é * «1 p * n e o n «1 » a d o r d « t u fr e n « « .
T # 1 B O O p o r 10O d o i n t o r é d «1 m — .
106
120 LA MIRADA ROJA
C A N C IO N BLANCA
buce* brillante», T risca el cordero H erm osa infancia
lino» annnan, en la pradera, ht de la vida
llores, gorjeos, muge contento en la que blanco
risas, suimr, el recental, todo «e ve,
Mamln* susurros, la abeja Ii1>a edad sublim e
tiernos balidos, «te (lor en flor, llena de aullidos,
col hirte hermosa tra» el rebaño que al hom bro brinda
del sil1»a >nn, corre el zagal. #dicha y placer.
Minino su;ive
canta el arroyo,
tas mariposas
vuelan dmpiíer,
tras de la y lima
rnarclui el Ishriegn
y la simieiilu
«teja caer.
iinum».
♦ J*»*' >Iilji> J«>m » l:li ;irl.
«1.- I.A-ri.l.i A ceu-ln, M jiiflc J.u ls M iirlrM
y .Ins.-fu S tu u n i, di* J.u
Concierto hernioso
N atura entona
cuando su« W hoh
el no | le «la,
abre hu seno
y otorga pródiga
prem io al trabajo,
colmo al afán. iHimoJllo, litjo do Autoiit«» Pe'*«*
A lfjitndru, lilj» de Krntif'Ncn hirdi»
y M ari» Alve»lri>,d« J.u roruAa. «In Málaga
w fB L
M lífo í
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i . [ . . 'A '
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■ nii'i.i'i; ft JrK'u&f&r Or iiw fe(i$a del iiivieroo.
110 —¡Ali UiiAi ...
V i- .' -- - **
112
110 «El veraneo». L a R e v is ta B la n c a , 6 , n° 102, 25 de agosto de 1902, pág. 190.
111 «El castillo maldito» (Montjulch)./_a H u e lg a G e n e ra l, I, n° 10,15 de febrero de1902, pág. 1.
112 Campaña de solidaridad con Pedro Jaén, muerto en el choque de Quintanllleja (Bur
gos). L a A n a rq u ía , 2, n° 59, Madrid, 23 de octubre de 1891, pág. 1.
TSBE3A OíANS (ßolodad Gustavo).
113 lufa-i ¥m & IV!liw. 114
ARMONÍAS ECONOMICAS
NOTAS 129
Notas
esta obra fue hecha por G. Jover y J. te en su contexto social es Arnold Hau-
Ayuso, y se estrenó en noviembre de ser, The S ocial H istory o fA rt, 4 vols. (Nue
1903 en el Teatro de la Princesa de Ma va York, 1955). También son útiles, Ber-
drid y fue publicada el mismo año en nard S. Myers, A r t a n d C iviliza tio n (Nue
Barcelona. Fue comentada por Ángel va York, 1957); Herbert Read, The G rass
Cunlllera en La R evista B la n c a , «Cróni R o o ts o f A r t (Cleveland, 1961); D. W.
ca teatral», 131 (1 diciembre, 1903), 351-2. Golshalk, A r t a n d th e S o c ia l O rd e r (Nue
Aparecieron muchos fragmentos de va York, 1962). Para su acercamiento
obras de Tolstoi en publicaciones ácra marxista al arte véase Harp Louis, S o cia l
tas, por ejemplo, en La Idea U bre, «La la R oots o f the A rts (Nueva York, 1949). Véa
vandera», 5 (3 junio, 1894); «El consejo se también sobre el arte proletario, de E.
de revisión», 16 (19 agosto, 1894); «Los Olive, La p e d a g o g ía o b re rista d e la im a
hambrientos», 53, 54, 55 (1-18 mayo, g e n (Barcelona, 1978). Sobre estética
1895); «La huelga de los conscriptos», 42 anarquista en la obra literaria, veánse
(15 marzo, 1900); «La guerra del Trans- nuestros libros M u s a lib e rta ria , Barcelo
vaal», 42 (15 marzo, 1900); M a rid o y m u na 1981 y E l c u e n to a n a rq u ista , Madrid
je r desde 43 (1 abril, 1900) al 54 (15 sep 1982.
tiembre, 1900); «Objeto de ia vida», 72 (15 4. Gustave Geffroy, «La vida artística»,
junio, 1901); «Las dos fuerzas», A lm a n a N atu ra , 2, No. 38 (1/ abril, 1905), 221-4.
q u e d e la Revista B la n c a y Tierra y L ib e r Véase la declaración de principios de es
ta d p a ra 1903 (Madrid, 1902); en Tierra ta revista: «No hay aristocracia para la
y Lib e rta d , «Placeres viciosos», 146 (1 ciencia, no la hay para el arte». N atura,
marzo, 1902). Sobre tolstoísmo y anar 1 (1 octubre, 1903), 3.
quismo véase Gustavo La Iglesia, Tois- 5. P. J. Proudhon, E l p rin c ip io d e l arte
to ism o y a n a rq u is m o (Barcelona, 1905), y d e s u d e s tin o s o c ia l (Buenos Aires,
con prólogo de Sanz y Escartin, y el pró 1894), tr. y ed. E. G. de Quintanilla, 2
logo de Rafael Pérez de la Dehesa a La vols.; también de Proudhon, La J u s tic ia
evolución de la filo so fía en E s p a ñ a (Bar (Madrid, 1873). P. Kropotkin, P alabras de
celona, 1968), 47-63. u n reb e ld e (Valencia, 1901), tr. López Ro
2. J. Álvarez Junco, La id e o lo g ía p o lí drigo; L. Tolstoi, ¿ Q ué e s e l arte?: más
tic a d e l a n a rq u is m o e s p a ñ o l (1868-1910) tarde, Rudolf Rocker se extendería so
(Madrid, 1976). bre el tema en N a tio n a lism a n d C ulture
3. Andró Reszler, La e stética anarquis (Nueva York, 1937).
ta (México, 1974). Sobre las ¡deas de los 6 . Es interesante comparar estas
neo-impresionistas franceses y el anar ideas con las expresadas por Azorín en
quismo, véase Eugenia W. Herbert, The el prólogo de L a Voluntad. En esta nove
A rlis t a n d S o c ia l R eform : F rance a n d Bel- la, publicada en 1902, aún quedan hue
g iu m (1885-1898) (New Haven, 1961); llas del pensamiento anarquista que ha
también Robert L. y Eugenia W Herbert, bía adoptado en años más tempranos.
«Artistsand Anarchism: Unpublished let- 7. Julio Camba, cit. por J. Álvarez Jun
ters of Pissarro, Signac and Others», B u r co, op. c it., 81.
lin g to n M a g a z in e , No. 102 (noviembre, 8 . «Bellas Artes», E l P roductor, 1, No.
1960 y diciembre, 1960). También Donald 26 (marzo 2, 1887), 3.
Drew Egbert, S o c ia l R a d ic a iis m a n d the 9. Teobaldo Nieva, La q u ím ic a d e la
Arts. Vtestern Europe (Nueva York, 1970); c u e s tió n so c ia l, o sea O rga n ism o cientí
Ralph E. Shikes, The In d ig n a n t Eye. The fic o d e la revolución, 2 vols. (Barcelona,
A rtis t a s S o c ia l C ritic in P rin ts a n d Dra- 1906), I, 132, (editada originalmente en
w ings from the Fifteenth C entury to P icas Madrid en 1886).
s o (Boston, 1969); y las interesantes car 10. Federico Urales, «El ideal en la Ex
tas de Pissarro editadas por John Ru- posición de Bellas Artes», La R evista
vald, C a m illa P issarro: Letters to H is S on B la n c a , 7, No. 145 (1 julio, 1905), 12.
L u d e n (Nueva York, 1943), p. 163. El li 11. J. Pérez Jorba, «La Exposición
bro básico para la consideración del ar Steinlen», A lm a n a q ue de la Revista B lan
1
NOTAS 131
nes de cuadros de Graner, Opisso y Ra 43. J. Comas Costa, «Los superfluos
món Casas o fotografías de actualidad del arte», 77.
proletaria. 44. Véase la crítica a esta obra, C.,
24. Véase el comentarlo de Federi «Spoliarium. Cuadro del artista Luna y
co Urales a este cuadro en «El ideal en Novicio», Acracia. 1. No. 2 (febrero, 1886).
la Exposición de Bellas Artes», 10. 15-16.
25. Ibíd. 45. «Exposición de Bellas Artes. Una
26. Ib id ., 12. huelga de obreros en Vizcaya», 3.
27. Ibíd ., 11. 46. Ángel Cunillera, «¿Qué es el ar
28. Helenio, «En casa de Fillol», J u te?» 162.
ventud, 1, No. 13 (número extraordinario) 47. C. «Los monumentos y la clase
(27 marzo, 1903), 4. media en Barcelona», A cra cia , 2, No. 14
29. Julio Camba, «Sobre arte, II», (febrero, 1887), 173-77.
A c ra c ia , 1, No. 4 (abril, 1886), 30. 48. Ibíd ., 176.
30. Teobaldo Nieva, La quím ica..., II, 49. Alberto Ghiraldo, «El Ideal del ar
135. te», Los n ue vos c a m in o s (Madrid, 1918),
31. J. Comas Costa, «l os superfluos 205-11. La compleja relación entre anar
del arle», N atura, 2, No. 29 (1 diciembre, quismo y nletzscheanismo ha sido bas
1904), 75-8. tante discutida; véase J. Álvarez Junco,
32. Ángel Cunlllera, «Arte y liber op. c it., 146-163. Fue planteada la cues
tad», La R evista B la n c a , 5, No. 93 (1 ma tión desde temprano. Véase E. Sanz Es-
yo, 1902), 656-7. cartín, F ed e rico N ie tzsch e y e l a n a rq u is
33. F. P¡ y Margall, «Variedades. Un m o in te le c tu a l (Madrid, 1898). El nietz-
discurso de Pi y Margall. Sobre el carác scheanismo en las filas libertarias está
ter y el fin del arte», E l P roductor, 7, No. representado por figuras como Julio
361 (27 julio, 1893), 3-4. Este cuadro de Camba (1884-1962), quien entre 1903-6,
Cutanda gustó mucho a los anarquistas; fue devoto del filósofo alemán. En 1904
véase también «Exposición de Bellas Ar redactó junto con Antonio Apolo E l Re
tes. Una huelga de obreros en Vizcaya», b e ld e , donde Camba escribió gran can
La A n a rq uía , 2, No. 117 (9 diciembre, tidad de artículos. Otros órganos liber
1892), 3. tarios de tendencia nietzscheana eran
34. Federico Urales, «El ideal en la J u v e n tu d (Valencia, 1903); 23 números);
Exposición de Bellas Artes», 13. E l P ro d u cto r Literario (Barcelona, 1905-6,
35. «Excursiones literarias, III», A cra 45 números); B u e n a S em illa (Barcelona,
cia , 1, No. 11 (noviembre, 1886), 123-28. 1906, 3 números); A n tic ris to (Algeciras,
36. Azorín, A n a rq u is ta s lite rario s, 1906,2 números); L ib e ra c ió n (Madrid, 1
(Madrid, 1895), 9. número). Según Gonzalo Sobejano, La
37. J. E. Marti, «Cuadros notables. R evista B la n c a simpatizó con las ideas
El arte libre», C iencia S o c ia l (Buenos de Nietzsche durante su primera época.
Aires), 1, No. 4 (julio, 1897), 90. Véase G. Sobejano, N ie tzsch e en E sp a
38. Cit. por A. Reszler, op. c it., 17. ñ a (Madrid, 1967), 90-91.
39. Ibíd ., 16 50. J. Pérez Jorba, «Crónicas de ar
40. José Verdes Montenegro, «El te y sociología. El salón de otoño de
anarquismo en el arte», C iencia S o c ia l 1904, París», La Revista B la n c a , 7, No.
(Barcelona), 2, No. 8 (mayo, 1896), 156 (noviembre, 1904), 258-62.
245-51. 51. «Inmortalidad del arte, I», 53-9.
41. E. V. «Inmortalidad del arte, I», 52. La Revista B la n ca , 7, No. 156 (1
C iencia S o c ia l (Barcelona), 1, No. 2, (no noviembre, 1904), 258.
viembre, 1895), 53-9, «Inmortalidad del 53. J. Pérez Jorba, «Crónicas de ar
arte, II», Ib íd ., 2, No. 4 (enero, 1896), te. Feliciano Rops y el grabado acuare
114-18. lista», La Revista B lanca, 7, No. 149 (1 no
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NOTAS 133
1, No. 11 (1 marzo, 1904), 176. (16 abril, 1885). 3; Ib id ., No. 16(30 abril,
55. La R evista B la n c a , 7, No. 156 (1 1885), 3. Sobre el realismo en el arte véa
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57. Véase Raymond Bayer, H istoria (Barcelona, 1968); Georg Luckacs, P ro
d e la e sté tica (México, 1965), 286-95. b le m a s d e l re a lis m o (México, 1966); Me
58. Citamos de L’A rt a u p o in t d e vue yer Schapiro, «The Patrons of Revolutio-
s o c io lo g iq tie (París, 1930), cap. I, 25-42. nary Art», M a rxist Q uarterly (Nueva York),
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61. Cit. por Álvarez Junco, op. cit., York, 1971).
81. Véase también Ricardo Barón, «Es 70. La R evista S o cia l, segunda épo
cultores y pintores», La R evista B la n c a , ca, 1, No. 14 (16 abril, 1885), 3.
6 , No. 115 (1 abril, 1903). 71. Leopoldo Bonafulla, H a cia e l p o r
62. Ángel Cunillera, «¿Qué es el ar v e n ir (Barcelona, 1905), 5.
te?», 163. 72. Teobaldo Nieva, La q u ím ic a ...,
63. Marcelo, «La Exposición de Ar Cap. «Del arte, II», 137.
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Exposición de Bellas Artes», 13. 74. J. Camba, «Sobre arte, I», A cra
65. Helenio, «Albores. En casa de Fi- c ia , 1, No. 3 (marzo, 1886), 21-22.
llol». Juventud, 1, No. 13(27 marzo, 1903), 75. José Verdes Montenegro, «El
4. anarquismo en el arte», 248.
6 6 . Recordemos que Proudhon en 76. «Variedades. Un discurso de Pi
su E l p rin c ip io d e l a rte y su d e s tin o s o y Margall», 3.
cia l, publicado ¡nicialmente en Paris en 77. «Arte y ciencia», La R evista S o
1865, consideraba la sala de conciertos cia l, 2a época, 1, No. 16 (30 abril, 1885),
como la muerte de la música. 3.
67. Marcelo, «La Exposición de Arte 78. Saint Simón quería utilizar la
Nuevo», J u v e n tu d , 1, No. 22 (29 mayo, fuerza del arte para su filosofía industria
1903), 3. lista y con ello determinar en el mundo
6 8 . Cit. por Álvarez Junco, op. c it., un crecimiento del bienestar. En esta li
88. nea maquinística están en cierta forma
69. La R evista S o c ia l, 2a época, 1, los ácratas. Sobre las estéticas socioló
No. 10 (19 marzo, 1885). 3; Ib id ., No. 14 gicas, véase, H. S. Needham, D evelop-
134 LA MIRADA ROJA
(Pa
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rís, 1926), y también Margaret Thibert, Le P ro b le m a s tra s c e n d e n ta le s (Barcelona,
R ôle s o c ia l d e l'a rt d 'a p rè s le s saint- s.f. pero 1908), 94.
s im o n ie n s (París, 1972). 8 6 . Eduardo Marquina, «El trabajo»,
79. «Sobre arte, II», A c ra c ia , 1, No. 4.
4 (abril, 1886), 30-31. 87. S e g u n d o C e rta m e n S o cia lista .
80. Se publicaron en castellano las ¡H o n o r a lo s M á rtire s d e C h ic a g o ! Gru
siguientes obras de Ruskin; La b e lle za po Once de Noviembre, Barcelona,
q u e vive (Barcelona, 1897), tr. A. Fillier; 1890), 295-8.
Las siete lá m pa ra s d e la arquitectura (Ma 8 8 . «Crónica del sábado», La Ilustra
drid, 1900); Los ja rd in e s d e la reina (Ma c ió n Obrera, 1, No. 5 (19 marzo, 1904), 66 .
drid, 1901), prólogo de Pedro Coraminas; 89. José Famades, C a te cism o d e la
J o h n R u s k in : F ra g m e n ts (Barcelona, d o c trin a h u m a n a (Barcelona, 1909).
1901), ed. Cebriá Montoliu; In s titu c io n s Véanse también los lemas de ciertos pe
d e c u ltu ra s o c ia l. C o n fé re n ce s d o n a d e s riódicos ácratas, La A s o c ia c ió n (1883-9):
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ed. C. Montoliu; N a tu ra : A p le c h d 'es tu - A la rm a (Reus) (1889-90). Lema desde el
d is y d e s c rip c io n s d e s a s b e lle s s a s (Bar número 12: «La constancia en el trabajo
celona, 1903); S ésam o y a z u c e n a s (Bar es la fuente de todas las virtudes; la ocio
celona, 1905), tr. Manuel de Montoliu; sidad, el germen de todos los vicios».
O bras e s c o g id a s (Madrid, 1905); P in to 90. Teobaldo Nieva, La q u ím ic a ..., I,
re s m o d e rn o s (Valencia, 1905), tr. Car 140.
men de Burgos; La B iblia de A m ie n s (Ma 91. Este periódico duró de 1898 a
drid, 1907), tr. Manuel Ciges Aparicio; 1908. Salía dos veces por semana.
M u ñ e ra P u lve ris (Madrid, 1907), tr. Ma 92. Trabajo fue señalizada por La Re
nuel Ciges Aparicio; S ésam o y azu ce na s vista B la n ca (1900 a 1901). Se publicó en
(Madrid, 1907), tr. Julián Besteiro; E s tu un volumen (Madrid, 1901). En ese libro,
d io s s o c ia le s (U nto This Last) (Madrid, Zola expone ciertas ideas fourieristas
1907), tr. Ciges Aparicio. Algunos de los completadas con otras de Grave y Kro
artículos aparecidos en las revistas liber potkin. De acuerdo con los manuscritos
tarias son P. Coraminas, «Crónica artís de Zola, parece que no leyó directamente
tica», La Revista B lanca (agosto 15,1900), a Fourier, sino que lo conoció a través
16, N atura (1903), 303-4. De William Mo de Hippolyte Renaud, S o lid a rité : vue
rris se tradujo N o tic ia s d e n in g u n a p a rte s y n th é tiq u e s u r la d o c trin e d e C harles
(Barcelona, 1903), tr. Juan José Morato. Fourier. De Grave tiene una lectura pro
Sobre Morris en publicaciones libertarias funda de La S ociété fu tu re e t Tanarchie
véase «Revista de revistas», La R evista y de Kropotkin, de La c o n q u is ta d e l p a n .
B la n c a (junio 1, 1899). Sobre la influen La novela plantea como evangelio el nue
cia de Ruskin y Morris en el fin de siglo vo concepto del trabajo. «El mundo será
español, véase nuestro libro Transforma un día lo que el trabajo haga de él», ex
ció n in d u s tria l y literatura (Madrid, 1980). clama Jordan, así pues, en esa obra, el
81. J u v e n tu d , 1, No. 4 (25 enero, trabajo desarrolla su propia mística co
1903), 4. mo fuerza sociológica.
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bre pintores de antaño y hogaño», La R e tima novela de Zola», La Revista B la n ca ,
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