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Instituto Politécnico Nacional

Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura


Unidad Ticomán “Ciencias de la Tierra”

DISTRIBUCIÓN Y COMUNICACIÓN DE LA
KARSTICIDAD EN LA PORCIÓN NORTE DE
LA PENÍNSULA DE YUCATÁN,
IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU
RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

TESIS

Que para obtener el título de


Ingeniero Geólogo

Presenta:
Paola Ebanery García Chi

Directores:
Asesor interno M. en C. Pedro Vera Sánchez
Asesor externo Dr. Rafael Antonio López Martínez

Ciudad de México, noviembre del 2020

1
Autorización de uso de obra

INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

Presente

Bajo protesta de decir verdad la que suscribe PAOLA EBANERY GARCÍA CHI manifiesto
ser autora y titular de los derechos morales y patrimoniales de la obra titulada
“DISTRIBUCIÓN Y COMUNICACIÓN DE LA KARSTICIDAD EN LA PORCIÓN NORTE
DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN
CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO”, en adelante “LA TESIS” y de la cual se adjunta copia,
por lo que por medio del presente y con fundamento en el artículo 27 fracción II, inciso b)
la Ley Federal del Derecho de Autor, otorgo a el Instituto Politécnico Nacional, en
adelante “El IPN”, autorización no exclusiva para comunicar y exhibir públicamente total o
parcialmente en medios digitales (Publicación en Línea) “La Tesis” por un periodo de un
año contando a partir de la fecha de la presente autorización, dicho periodo se renovará
automáticamente en caso de no dar aviso expreso a “El IPN” de su terminación.

En virtud de lo anterior, “El IPN” deberá reconocer en todo momento mi calidad de autor
de “La Tesis”.

Adicionalmente, y en mi calidad de autor y titular de los derechos morales y patrimoniales


de “La Tesis”, manifiesto que la misma es original y que la presente autorización no
contraviene ninguna otorgada por el suscrito respecto de “La Tesis”, por lo que deslindo
de toda responsabilidad a “El IPN” en caso de que el contenido de “La Tesis” o la
autorización concedida afecte o viole derechos autorales, industriales, secretos
industriales convenios o contratos de confidencialidad o en general cualquier derecho de
propiedad intelectual de terceros y asumo las consecuencias legales y económicas de
cualquier demanda o reclamación que puedan derivarse del caso.

Ciudad de México, noviembre del 2020.

Atentamente

Paola Ebanery García Chi

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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer al SIAP (Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera) por la


donación de las 99 imágenes satelitales SPOT sin las cuales la realización de este trabajo
no hubiera sido posible. Expreso mi profundo agradecimiento y admiración a mi
compañero y amigo el Ing. Eliot Ángeles, gracias a su paciencia y enseñanzas se logró
recabar el material y conocimientos necesarios para llevar acabo el presente trabajo.

Al Dr. Pedro Vera mi más sincero agradecimiento mi más sincero agradecimiento por su
apoyo, enseñanzas y paciencia, no solo en la realización del presente trabajo, sino
también en mi estancia universitaria y campo laboral. Al Dr. Rafael López agradezco por
todas las observaciones, correcciones e información teórica que hicieron posible llevar a
buen termino el presente documento.

Agradezco a mis sinodales, el Ing. Regino Trinidad por sus correcciones y aportaciones,
pero sobre todo por sus enseñanzas en el salón de clases y en campo, las cuales me han
permitido crecer profesional y personalmente; A el M. en C. Eduardo Benavides por los
consejos proporcionados en la elaboración del presente y por su paciencia y dedicación
en que sus alumnos aprendan software; A el Ing. Saúl Milán por el tiempo dedicado a
observaciones y dudas, permitiendo mejorar lo aquí expuesto; A el Ing. Fernando
Rodríguez por su apoyo en la revisión del presente.

A mi familia por todo el amor, cariño, regalos, regaños y castigos proporcionados a lo


largo de mi vida, tengan por seguro que no se equivocaron. Agradezco a mi papá y a mi
mamá por apoyar todas mis ocurrencias sin condiciones, la mayoría de estas se
convirtieron en buenas ideas. A mis hermanos de dos y cuatro patas por todas las risas,
chistes, travesuras y buenos momentos regalados a lo largo de mi vida, estoy segura de
que siempre los tendré apoyándome.

A las familias Chi-Manzano, Rodríguez-Chi y García-García por estar presentes a lo largo


de mi vida, por los cumpleaños, los viajes, pero sobre todo por su apoyo en mi
crecimiento académico y personal.

A Guillermo Rodríguez agradezco por su apoyo y ayuda en temas escolares, laborales y


personales, pero sobre todo por los regaños y amenazas que me han permito terminar
este documento.

I
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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

A mis amigos Manuel Castillo, Daniel Alejandro, Mariana Aguilar, Daniel Mendoza, Rocío
Almaguer, Elizabeth Alvarado, Samantha González y Vaitiare Diaz, por estar conmigo en
los buenos momentos, pero sobre todo por su apoyo en los no tan buenos.

Finalmente quiero agradecer a mi escuela por el conocimiento y las oportunidades de


crecimiento que me brindaron.

“Este dibujo está bien, pero mira… aquí hay un detalle. Vuelve a intentar el trazo,
apuesto a que la próxima vez te saldrá mejor”

Faustino Chi Estévez, 1999.

II
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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

ÍNDICE

Resumen……………………………………………………………………………………….… 1

Abstract ……………………………………………………………………………………….…. 2

Introducción…………………………………………………………………………………….... 3

Objetivos……………………………………………………………………………………….…. 4

Hipótesis………………………………………………………………………………………….. 5

Justificación……………………………………………………………………………………..... 6

I. MARCO TEÓRICO
1.1 Geomorfología Kárstica e historia del estudio de la karsticidad …………………….…. 7
1.1.1 Mecanismos de formación y fenómenos kársticos……………………………..….… 8
1.1.2 Formas kársticas…………………………………………………………………….…. 13
1.1.3 Flujo subterráneo…………………………………………………………………….…. 17
1.2 Teledetección……………………………………………………………………..…………. 19
1.2.1 Principios de la teledetección……………………………………………………....…. 20
1.2.2 Aplicaciones de la teledetección…………………………………………………....... 26

II. GENERALIDADES
2.1 Ubicación del área de estudio ……………………………………………...………..…… 29
2.2 Descripción geográfica y fisiográfica…………………………………………………..…. 29
2.3 Marco geológico…………………………………………………………………..………... 32
2.4 Lineamientos mayores…………………………………………………………..……….... 36

III. ANTECEDENTES
3.1 La península de Yucatán ………………………………………………………………...…38
3.1.1 Zonificación del Karst ……………………………………………………………….… 43
3.1.2 Provincias fisiográficas asociadas a las formas kársticas (Anillo de cenotes, Terreno
Pockmarked, Zona Holbox - Xel Ha)………………………………………………………….. 44
3.1.3 Tipología de depresiones y sistemas profundos………………………………….… 46
3.1.4 Origen de las formas kársticas ………………………………………………….…... 49
3.2 Hidrología subterránea …………………………………………………………………..... 51

III
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3.2.1 Composición química general y propiedades geofísicas…………………………... 52


3.2.2 Regiones geohidrológicas ……………………..…………………………………..…. 55
3.2.3 Direcciones de flujo de las aguas subterráneas……………………………….….… 56

IV. USO DE INFORMACIÓN SATELITAL PARA LA IDENTIFICACIÓN DE CENOTES EN


LA PORCION NORTE DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN
4.1 Identificación de cenotes en la porción norte con imágenes satelitales……………... 64
4.1.1 Cenotes inundados, metodología y calibración del modelo..................................... 66
4.1.2 Cenotes con vegetación, metodología y calibración del modelo………………….… 68
4.2 Densidad de formas kársticas y patrones de distribución …………………………...… 70

V. AGUAS SUBTERRÁNEAS Y SISTEMAS DE CAVERNAS DE LOS CUADRANTES


NORESTE Y NOROESTE DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN
5.1 Metodología de la identificación de potenciales áreas de flujo subterráneo y su
comparación con sistemas de cavernas inundadas ………………………………………… 72
5.2 Calibración del modelo con sistemas de cavernas ……………………………….… 75
5.3 Extrapolación del modelo a la porción Norte de la península de Yucatán..……….. 76

VI. Resultados y discusión ………………………………..…………………………………... 77


VII. Conclusiones y recomendaciones………………………………………………………… 86

ANEXO “A”: MAPAS………………………………………………………………………….… 88


Bibliografía……………………………………………………………………………………..… 95

IV
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ÍNDICE DE FIGURAS
FIGURA 1 Formas de erosión elementales……………………………………………………12
FIGURA 2 Génesis de dolinas ………………....………………………….………………….. 15
FIGURA 3 Relaciones entre lapiaz y otras formas de absorción……………………………16
FIGURA 4 Mecanismos de interacción entre la energía electromagnética y la
materia…………………………………………………………………………………………..... 21
FIGURA 5 Rangos del espectro electromagnético………………………………………..… 22
FIGURA 6 Diagrama de un ángulo sólido…………………………………………………..…26
FIGURA 7 Mapa esquemático sobre la ubicación del área de estudio………………….... 29
FIGURA 8 Mapa de provincias fisiográficas de México…………………………………..… 31
FIGURA 9 Mapa de subprovincias fisiográficas de la provincia “Península de
Yucatán”………………………………………………………………………………………….. 31
FIGURA 10 Mapa Geológico del área de estudio ………………………………………...… 33
FIGURA 11 Columna estratigráfica del área de estudio………………………..………..… 35
FIGURA 12 Geomorfología del norte de la península de Yucatán……..………………..… 39
FIGURA 13 Mapa de densidad de cenotes 2011…………………………………………..…40
FIGURA 14 Distribución geográfica de los tipos de depresiones kársticas identificadas en
el estado de Yucatán…………………………………………………………………………..…41
FIGURA 15 Distribución geográfica sobre el estado de Yucatán de los objetos asociados a
cada una de las tipologías geomorfológicas………………………………………….…….…42
FIGURA 16 Número de depresiones y porcentaje del área que ocupan ……………….... 47
FIGURA 17 Número de dolinas y porcentaje del área que ocupan ……………………..…47
FIGURA 18 Distribución geográfica sobre el estado de Yucatán de los objetos asociados a
cada una de las diferentes tipologías geomorfológicas II……………………..…...……..…48
FIGURA 19 Modelo conceptual de un acuífero costero con circulación de agua salina y
fresca……………………………………………………………………………………………... 53
FIGURA 20 Mapa de los terrenos hidrogeoquímicos, fallas, direcciones generales de flujo
de aguas subterráneas y poblados. ………………………………………………………..… 57
FIGURA 21 Mapa de consenso del flujo de agua subterránea a escala regional
……………………………………………………………………………………………………. 58
FIGURA 22 Mapa del sistema de cavernas Ox Bel Ha. …..……………………………..… 61
FIGURA 23 Mapa de los sistemas de cavernas Sac Actun y Dos Ojos ………………..…62
FIGURA 24 Mapa esquemático de la cobertura correspondiente a las 33 imágenes SPOT
6 Y SPOT 7 …………………………………………………………………………………..…..65

V
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FIGURA 25 Mapa esquemático de la cobertura correspondiente a las 24 imágenes Alos-


PALSAR …………………………………………………………………………………….…..…73

FIGURA 26 Imágenes esquemáticas de los mapas 1 y 2 ………………………….….….. 78

FIGURA 27 Mapa del sistema de cavernas Ox Bel Ha …………………………….…..…..79

FIGURA 28 Imágenes esquemáticas de los mapas 3 y 4 ……………………………........80

FIGURA 29 Imágenes esquemáticas de los mapas 5 y 6 ………………………….………82

FIGURA 30 Imagen esquemática del mapa 7 …………………………………….….……..83

FIGURA 31 Análisis de los mapas de cenotes (5 y 6) y de densidad (7).…………………84

FIGURA 32 Imagen esquemática del mapa 8 …………………….…………………..…….. 85

FIGURA 33 Análisis del mapa 8 ………………………………………………………...….….85

ÍNDICE DE TABLAS
TABLA 1 Capacidad del agua para disolver el CO2…………………................................. 10
TABLA 2 Clasificación del karst de acuerdo a su origen y desarrollo…………………..… 11
TABLA 3 Jerarquía de elementos hidrológicos …………………………………………..…..13
TABLA 4 Principales formas de absorción abiertas y cerradas……………...………...……14
TABLA 5 Especificaciones de los satélites SPOT-6 Y SPOT-7. ………………............…..64
TABLA 6 Especificaciones de las bandas Pancromática y Multiespectral de los satélites
SPOT-6 Y SPOT-7 ………………………………………………………………………..……..66
TABLA 7 Clases y variación en el número de muestras ……………………………..…….. 67
TABLA 8 Comportamiento espectral de cenotes inundados…………………………..…… 67
TABLA 9 Clases y variación en el número de muestras II……………………………..…... 68
TABLA 10 Comportamiento espectral de cenotes inundados II…………………………… 69
TABLA 11 Características del satélite ALOS……………………………………………..…. 74
TABLA 12 Características de los 24 DEM utilizados en el presente trabajo…………..… 74
TABLA 13 Características de los sistemas de cavernas Ox Bel Ha, Sac Actun y Dos Ojos
…………………………………………………………………………………………………..... 76

ANEXO “A”: MAPAS


MAPA 1 Calibración con el sistema “Sac Actun” en Quintana Roo, México …………..…89
MAPA 2 Calibración con el sistema “Dos Ojos” en Quintana Roo, México ………………89

VI
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MAPA 3 Áreas potenciales de flujo subterráneo en el sistema “Sac Actun” en Quintana


Roo, México …………………………………………………………………………………...….90
MAPA 4 Áreas potenciales de flujo subterráneo en el sistema “Dos Ojos” en Quintana
Roo, México …………………………………………………………………………………...….90
MAPA 5 Cenotes en la porción norte de la península de Yucatán………..……….…….… 91
MAPA 6 Cenotes en la porción norte de la península de Yucatán II…………………..……92
MAPA 7 Densidad de cenotes en la porción norte de la península de Yucatán…………..93
MAPA 8 Potenciales áreas de flujo subterráneo en la porción norte de la península de
Yucatán …………………………………………………………………………………………....94

VII
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RESUMEN

La península de Yucatán es una de las áreas kársticas más grandes del mundo, sin
embargo, la información acerca del desarrollo de los sistemas de cavernas que en ella se
encuentran es limitada aun hoy en día. El presente trabajo propone el desarrollo de una
metodología para el análisis del karst, misma que permitió (1) observar mapas detallados
de densidad de cenotes para la porción norte de la península, (2) analizar la influencia de
la karsticidad en el comportamiento de las aguas subterráneas, y (3) proponer potenciales
áreas de flujo subterráneo en la península.

Utilizando 99 imágenes satelitales de alta resolución (SPOT 6 Y SPOT 7) para elaborar


una cartografía de cenotes detallada, se contabilizaron 87,184 cenotes, los cuales dieron
paso a la identificación de patrones concéntricos a la estructura conocida como “anillo de
cenotes”; además de visualizar las áreas con mayor densidad kárstica en la región.

Tomando como base la cartografía detallada y la distribución de los cenotes, fueron


usados 24 Modelos Digitales de Elevación de alta resolución, provenientes de la base de
datos Alos-PALSAR en el portal de la Alaska Satellite Facility (ASF), utilizados para
generar nuevos mapas donde se muestran las áreas potenciales de flujo subterráneo para
la porción norte de la península. La tendencia en dirección de dichas áreas coincide con el
comportamiento de dos sistemas de cavernas cartografiados por espeleólogos y
espeleobuzos en el estado de Quintana Roo, el sistema Dos Ojos y Sac Actun.

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ABSTRACT

The Yucatan Peninsula is one of the largest karst areas in the world, however, information
about the development of the cave systems that are found in the peninsula is limited
today. This thesis proposes the development of a methodology for karst analysis, which
allowed (1) to observe detailed maps of density of sinkholes or dolines (called “cenotes” in
Spanish literature) for the northern portion of the peninsula, (2) to analyze the influence of
karst on the flow direction of the groundwater, and (3) propose potential areas of
groundwater flow in the peninsula.

Using 99 high-resolution satellite images (SPOT 6 and SPOT 7) to develop a detailed


sinkholes mapping, 87,184 sinkholes were counted, those can give a way to identify
concentric patterns to the structure known as “the cenote ring"; In addition to show the
areas with highest karst density in the region.

Based on the detailed mapping of sinkholes designed, we used the distribution of the
sinkholes and 24 High Resolution Digital Elevation Models, from the Alos-PALSAR
database on the Alaska Satellite Facility (ASF) portal, to develop new maps where the
potential areas of groundwater flow for the northern portion of the peninsula are shown.
The trend in the direction of these areas coincides with the behavior of two cave systems
mapped by speleologists and scuba divers in the state of Quintana Roo, these systems
are Dos Ojos and Sac Actun.

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INTRODUCCIÓN

A finales de los años 70 en la plataforma carbonatada de Yucatán, se descubrió un


astroblema o cráter de impacto. El meteorito que impactó el noroeste de la península hace
65 millones de años, creó el cráter Chicxulub (“cola del diablo”), dicha estructura cuenta
con 200 Km de diámetro y 25 Km de profundidad. Se calcula que el meteorito constaba de
un cuerpo pétreo de entre 10 y 14 km de diámetro, provocando la extinción del 75% de las
especies vivientes para este tiempo. El borde del cráter Chicxulub es visible gracias a una
estructura conocida como “anillo de cenotes”, misma que define las periferias del cráter en
la plataforma carbonatada (Pope, Ocampo, & Duller, 1991; Hildebrand et al., 1995;
Álvarez W. , 1996; Grajales et al., 2009).

Las formas kársticas conocidas como “cenotes”, son depresiones formadas por la
disolución y ensanchamiento de fracturas o fisuras presentes de la roca a través del
tiempo, resultan comunes y abundantes en todo el norte de la península; numerosos
mapas relacionados con la comunicación y distribución de los cenotes han sido
generados con el paso de los años (Pope K. O. et al., 1996; Gottwein et al., 2011; Aguilar
et al., 2016; Paredes, Matos, Vega, & Pardo, 2019; Moreno, Liedl, & Stefan, 2019). Dado
que en los primeros trabajos de cartografía la resolución espacial de las imágenes y
fotografías aéreas utilizadas tuvieron una escala regional, para el reconocimiento del
terreno y la elaboración de mapas, muchos cenotes fueron excluidos; mismos que
permitirán (en primera instancia): (1) Obtener patrones en superficie más detallados de la
estructura del cráter Chicxulub y (2) Comprender la influencia que tuvo el impacto en la
morfología de la península y el desarrollo del relieve kárstico. Además de obtener datos
como: (1) La posible comunicación entre sistemas de cavernas y (2) una mejor
comprensión de las direcciones de flujo del agua subterránea.

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OBJETIVO GENERAL

Detectar potenciales áreas de flujos de aguas subterráneas en la porción norte de la


península de Yucatán México, usando mapas detallados de cenotes creados con
imágenes satelitales de alta resolución.

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HIPÓTESIS

El flujo subterráneo de agua en la zona norte de la península de Yucatán se encuentra


influenciada por la naturaleza del cráter de impacto “Chicxulub” y morfolineamientos
regionales de la península, que tienen expresión en la distribución de los cenotes y sus
conexiones.

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JUSTIFICACIÓN

El presente trabajo tiene como objetivo mejorar la comprensión del comportamiento


hidrológico y geomorfológico de la porción norte de la península de Yucatán. Los mapas
generados resultarán de particular ayuda en el ámbito de planificación urbana,
particularmente en materia de riesgo geológico por colapso del techo de cavernas y en el
diseño de futuros modelos hidrológicos; beneficiando a Ingenieros civiles e Ingenieros
geólogos interesados en el tema kárstico de la región, puesto que se desarrolla una nueva
cartografía de cenotes; mediante el empleo de imágenes satelitales de alta resolución, se
obtienen resultados que de otra forma resultarían imposibles por las dificultades naturales
del terreno.

En el caso del basamento Chicxulub, el contenido de los mapas aquí presentes aportará
mayor detalle, al identificar y definir la estructura de impacto del meteorito en superficie;
gracias al uso de técnicas en el campo de la teledetección, las cuales fueron adecuadas
al ámbito geomorfológico de la península, para un manejo eficiente y rápido de la
información general.

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I. MARCO TEÓRICO

1.1 Geomorfología Kárstica e historia del estudio de la karsticidad

Platón y Aristóteles incorporaron la idea de las cuevas como canales que transportan
agua desde el mar hasta las montañas de las que emergen manantiales para formar ríos.
La primera región del mundo objeto de investigación científica sobre la circulación del
agua en la caliza, fue el karst que se encuentra al norte del Adriático, en la península de
Istria. El vocablo Karst=Kras significa en Servocroata “campo de piedras calizas”, siendo
esta su aceptación principal, en dicha zona del Adriático (parte de los Alpes Dinarios) las
rocas están intensamente fracturadas y plegadas. William Morris Davis (Estados Unidos)
y Albrecht Penck (Viena, Austria), sentaron las bases de la geomorfología actual y ambos
tenían al menos un interés pasajero en el karst, participando en una excursión conjunta
por el karst del Adriático en 1899. El término karst es muy antiguo, seguramente de origen
preindoeuropeo, en italiano existe el término “Carso”, en alemán “Karr” y en francés
“Causse”; todos son equivalentes al Karst Servocroata (Lobeck, 1934; Gilluly et al., 1964;
Moreno, 1992;; Longwell et al., 1981; Gunn, 2004; Ford & Williams, 2007; White, 2007).

El karst corresponde a una forma de relieve creado por la interacción del agua con las
rocas altamente solubles y su porosidad secundaria (fracturas, fisuras y espacios vacíos),
dando como resultado condiciones hidrológicas únicas que pueden o no ser modificadas a
través del tiempo, tanto en superficie como de forma subterránea éstas van
transformando el terreno; actualmente el término Karst esta internacionalizado y aparece
en lenguaje científico de todos los idiomas para referirse al relieve ya descrito. Más del
90% del karst de América del Norte se encuentra en México, particularmente en los
estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Puebla, Tamaulipas y en la península de
Yucatán. (Llopis N., 1970; Dreybrodt, 1988; Moreno, 1992; Gunn, 2004; Walthman, 2005;
Ford & Williams, 2007; Van Beynen, 2011; Benson & Yuhr, 2016).

La Geomorfología se encarga de entender las formas de la superficie, los procesos que


las moldean y la historia de su desarrollo; La topografía kárstica es la más característica
dentro de todos los tipos de relieve, la disolución en la roca gracias al flujo de agua
subterránea es de primordial importancia en el desarrollo del karst, se caracteriza por ser

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un terreno lleno de depresiones, cavernas y túneles de dimensiones variadas. Sin


embargo, no todo relieve calcáreo es kárstico, el relieve no kárstico es aquel donde las
estructuras de disolución no se hacen presentes. Puede darse el caso de relieve kárstico
no calcáreo (como el caso del yeso y la sal), pero estos ocupan una extensión mínima en
la corteza terrestre (Lobeck, 1934; Gilluly, 1964; Longwell et al., 1981; Moreno, 1992;
Walthman et al., 2005; Ford & Williams, 2007).

A lo largo de la historia las cavernas han sido usadas por el hombre de distintas maneras,
en México la historia de la exploración de cavernas se remonta a los mayas, quienes
penetraron algunas cuevas como parte de las prácticas ceremoniales por considerarlas
entradas sagradas al inframundo. La investigación mexicana moderna de las cuevas
comenzó en el siglo XIX con la exploración de la Gruta de Palmito en Nuevo León, entre
1835 y 1875; la exploración de las cuevas de Guerrero comenzó en la década de 1930
con las travesías de los ríos subterráneos de Chontalcoatlán y San Jerónimo. Más
recientemente, el Grupo Espeleológico Mexicano, que se formó alrededor de 1960, y la
Asociación de Estudios de Cuevas de México, formada en 1962, han promovido la
investigación de cuevas y karst en todo el país. El karst de Yucatán ha recibido
considerable atención por sus largos sistemas de cavernas sumergidas. Actualmente, en
México las cavernas tienen un contexto turístico, recreativo e incluso influyente dentro de
la industria, por ejemplo, los acuíferos kársticos suministran cerca del 25% del agua
potable y de riego del país, además de las cavernas se da la extracción de guano como
fertilizante (Gunn, 2004; Van Beynen, 2011; Benson & Yuhr, 2016)

1.1.1 Mecanismos de formación y fenómenos kársticos

Las zonas kársticas se caracterizan por no presentar evidencias de erosión fluvial ya que
la existencia de una circulación superficial de agua, en la mayoría de los casos es mínima;
en su lugar, el agua fluye de manera subterránea disolviendo con mayor facilidad la roca
fracturada, ensanchando las fisuras y formando las cavernas en el nivel freático o
inmediatamente debajo de él (Gilluly et al., 1964; Llopis N., 1970; Ford & Williams, 2007).
Por lo tanto, esta topografía no solo se encuentra en superficie, sino que también puede
encontrarse oculta en el subsuelo (Llopis N., 1970). De acuerdo con Lobeck (1934), Leet
et al., (1990), Moreno (1992), Walthman et al., (2005) y las condiciones básicas para el
desarrollo de una morfología kárstica son:

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1. Presencia de una roca soluble.


2. La roca soluble debe estar fracturada, puesto que es en los planos de debilidad
donde el agua hará el trabajo de disolución.
3. La topografía debe ser apta para que el agua subterránea tenga la oportunidad de
disolver los materiales rocosos.
4. En la región tuvo que haber existido o existir un flujo hídrico.
5. Presencia de CO2 disuelto en el agua.

La hidrogeología kárstica, es el estudio de la circulación del agua en rocas solubles, forma


parte de la hidrogeología convencional. Dicha circulación está acompañada de una serie
de fenómenos físico-químicos únicos, tiene inicio en la superficie antes de que el agua
sea infiltrada, con el comportamiento de las aguas de escurrimiento (Llopis, 1970;
Walthman et al., 2005). De acuerdo con Llopis (1970), La morfología kárstica, al estudiar
las formas del modelo kárstico y su evolución; estudia en realidad las formas de absorción
del agua en la caliza, por lo que aquí comienza en realidad la hidrogeología kárstica.

La caliza se encuentra compuesta por carbonatos cálcicos y magnésicos más o menos


impuros, los carbonatos son solubles en soluciones que contienen ácido sulfúrico, ácido
nítrico y ácido carbónico. Para que la caliza pueda disolverse hace falta que el agua
posea una determinada acidez, misma que en la mayoría de los casos es proporcionada
por el Dióxido de Carbono (CO2) (Lobeck, 1934; Llopis N., 1970; Longwell et al., 1981;
Dreybrodt, 1988; Leet et al., 1990; Moreno, 1992; Gunn, 2004; Walthman et al., 2005;
Tarbuck et al., 2013; Chariguin, 1964; Benson & Yuhr, 2016).

El CO2 puede ser arrastrado en su fase gaseosa, en cuyo caso se tendría como resultado
un holokarst sobre una capa uniforme de caliza, pero el CO2 también tiene un origen
biológico: la descomposición de material orgánico en los suelos, para dar paso a un
merokarst en una superficie de caliza intercalada con otro tipo de roca. Como resultado de
la reacción del CO2 contenido en los suelos y el agua de lluvia, se produce ácido
carbónico; Dicha reacción se ejemplifica a continuación (Lobeck, 1934; Chariguin, 1964;
Llopis N., 1970; Longwell et al., 1981; Dreybrodt, 1988; Leet et al., 1990; Moreno, 1992;
Espinasa, 1994; Gunn, 2004; Walthman et al., 2005; Ford & Williams, 2007; Tarbuck et
al., 2013; White, W., 2015; Veress, 2016).

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CO2 + H2O H2CO3


Dióxido de Carbono Agua Ácido Carbónico

A su vez el ácido carbónico ataca los minerales y reacciona con ellos formando
principalmente cloruros, sulfatos, magnesio, sodio, potasio, hierro y bicarbonato de calcio.
Al actuar el ácido carbónico sobre la caliza, la transforma en bicarbonato de calcio
(Lobeck, 1934; Llopis N., 1970; Longwell et al., 1981; Dreybrodt, 1988; Leet et al., 1990;
Moreno, 1992; Gunn, 2004; Ford & Williams, 2007; White, W., 2015):

H2CO3 + CaCO3 HCO3 - + HCO3- + Ca++

Ácido Carbonato Ión bicarbonato de


Carbónico de calcio calcio

El bicarbonato de calcio formado es inestable y soluble en agua, por lo que el agua se


verá enriquecida en Ca(HCO3)2. Posterior a todo el proceso de disolución, tienen lugar las
precipitaciones de calcita y solo queda un residuo de impureza no soluble insitu, el karst
formado bajo las reacciones químicas mostradas con anterioridad se conoce como karst
epigénico. (Lobeck, 1934; Llopis N., 1970; Dreybrodt, 1988; Leet et al., 1990; Moreno,
1992; Gunn, 2004; Ford & Williams, 2007; Benson & Yuhr, 2016).

Solo una parte del dióxido de carbono cuenta con la capacidad de ser mezclado en el
agua (ver tabla 1), esto para dar paso al ácido carbónico, el resto permanece en equilibrio
con el aire y con el bicarbonato (Lobeck, 1934; Moreno, 1992; Walthman et al., 2005; Ford
& Williams, 2007).

TABLA 1: Capacidad del agua para disolver el CO2 contenido en el ambiente (A 1 Atm de presión). Tomado
de: (Llopis, N. 1970).

A 1 atmosfera de presión y con la temperatura indicada, 1 litro de agua


disuelve:
A 0°C 2.15 litros de CO2
A 15°C 1 litro de CO2
A 25°C 0.8 litros de CO2

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El agua subterránea disuelve las rocas a temperaturas y presiones específicas, así pues,
el agua desprovista de CO2 tendrá poco poder disolvente sobre la caliza, la “agresividad”
del agua sobre la roca fracturada está finalmente determinada por las cantidades de CO2
que el agua pueda contener (ver figura 1 para conocer los patrones de erosión de la
caliza). Toda disminución en la cantidad de CO2 en el agua está dictada por la
temperatura (a menor temperatura aumenta la cantidad de CO 2 en el agua). No obstante,
el agua templada tiene mayor poder disolvente para el bicarbonato de calcio debido a que
con el aumento de temperatura crece la actividad biológica en los suelos (esto implicaría
mayor ácido carbónico), de tal manera que se produce una compensación en las
cantidades totales de bicarbonato de calcio, capaces de ser disueltas tanto en aguas frías
como templadas (Llopis, N., 1970; Walthman et al., 2005).

Se tiene, además, un modelo alternativo de desarrollo de karst. Este contempla una


disolución dominada por el flujo ascendente de fluidos a altas temperaturas, que
transportan ácido sulfúrico proveniente de la actividad bacteriana en depósitos de aceite
desde capas de roca inferiores; el ácido sulfúrico disuelve la roca ocho veces más rápido
que el ácido carbónico. El karst desarrollado de esta forma se conoce como hipogénico
(Ford & Williams, 2007; Benson & Yuhr, 2016).

TABLA 2: Clasificación del karst de acuerdo a su origen y desarrollo. Concentrado de: (Veress, 2016;
Dreybrodt, 1988; Ford & Williams, 2007; Van Beynen, 2011).
Tipos de karst
Nombre Descripción
Originado por ácido carbónico proveniente del CO2 atmosférico, en
Holokarst
combinación con agua de lluvia.
Originado por ácido carbónico proveniente del CO 2 de los suelos, en
Merokarst
combinación con agua de escorrentía.
Karst que se desarrolla con el modelo tradicional de disolución por
Karst epigénico
ácido carbónico.
Karst hipogénico Karst que se desarrolla por un flujo ascendente de ácido sulfúrico.

Cuando el flujo de agua ácida se concentra a través de las zonas de porosidad


secundaria, es decir los planos de debilidad en la roca, se conduce a un aumento de la
porosidad a través de la disolución. Las fracturas y las fallas son de suma importancia
porque albergan y guían a casi todos los conductos y redes por donde viajarán las

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soluciones subterráneas. La disolución comienza con un flujo laminar de agua a través de


pequeñas grietas, posteriormente, la grieta se ensancha (diámetros mayores a 1 Cm) y el
flujo se vuelve más turbulento y el proceso de disolución se acelera, puesto que se
combina la disolución, erosión mecánica y transporte de roca, finalmente se tendrá una
evolución más rápida del sistema kárstico con una red de conductos conectados
(Dreybrodt, 1988; Espinasa, 1994; Ford & Williams, 2007; Benson & Yuhr, 2016; Veress,
2016;). La red de conductos kársticos brinda información sobre el tipo de acuífero que
comprende el sistema, es decir, da a conocer un sistema de drenaje; el primero que
puede ser desarrollado es un acuífero de conducto, que es más efectivo para drenar,
mientras que el segundo corresponde a un acuífero difuso, mismo que representa un
depósito de almacenamiento por una larga retención del agua en la roca (Dreybrodt,
1988).

FIGURA 1: Formas de erosión kárstica elementales. Tomado de: Llopis, N. (1970).

Una vez establecido lo anterior, podemos decir que los fenómenos kársticos no pueden
estudiarse de manera aislada, deben ser analizados relacionándolos con la geología
histórica local. De acuerdo con Llopis N., (1970) se pueden considerar conjuntos de
fenómenos kársticos agrupados en las siguientes jerarquías:
1. Regiones kársticas: Son el equivalente a las regiones hidrogeológicas, mismas
que están caracterizadas por: a) Clima común, b) Megaestructura, y c) Balance
hídrico.
2. Sistemas kársticos: Conjunto de aguas kársticas dependientes de una
megaestructura común.

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3. Aparatos kársticos: Conjunto de aguas kársticas con zonas de absorción y


surgencias comunes.

De esta manera podemos establecer las siguientes jerarquías de elementos


hidrogeológicos:

TABLA 3: Jerarquías de elementos hidrogeológicos y sus principales caracteres de identificación. Tomado


de: Llopis, N. (1970).

UNIDADES HIDROGELÓGICAS CARÁCTER SISTEMÁTICO


Región Megaestructura, clima, permeabilidad.
Zona o Sistema Estructura tectónica y/o estratigráfica.
Aparato Manantial o emergencia común.

1.1.2 Formas kársticas

Para conocer un aparato kárstico se requiere del análisis detenido de cada uno de sus
componentes, en el caso de los espeleotemas, es importante recordar que estas no
son formas de erosión, sino más bien deposicionales por goteo de travertino (Leet
et.al., 1990; Tarbuck & Frederick, 2013). El aparato se encuentra estructurado
esencialmente de tres grupos que podemos denominar formas kársticas de acuerdo
con Llopis, N. (1970):
1. Formas de absorción: Corresponden a formas epigeas (superficiales) por
las cuales se produce la infiltración de las aguas que han de generar las formas
kársticas. Estas pueden ser de dos tipos:
• Formas abiertas: En las que el agua puede penetrar en masa (ver Tabla 3).
• Formas cerradas: La absorción se da lentamente (ver Tabla 3).

TABLA 4: Principales formas de absorción abiertas y cerradas. Modificado de: (Llopis, N. 1970; Moreno C.
, 1992).

FORMAS DE ABSORCIÓN O EXOKÁRSTICAS


Formas cerradas Formas abiertas
Dolinas Simas
Uvalas Sumideros o cenotes
Poljes Cavernas

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Valles ciegos Cañones


Lenares o lapiaz
Valles kársticos

2. Formas de conducción: Son el conjunto de formas por medio de las


cuales tiene lugar la circulación del agua.
3. Formas de emisión: Son el conjunto de formas kársticas por medio de las
cuales se reintegra el agua, es decir, las surgencias.

Dentro de los grupos ya mencionados, podemos encontrar las siguientes formas


específicas:
• Cañones: Valle de flancos recto, corresponde al corte entre dos
plataformas calcáreas. Los ríos que atraviesan regiones kársticas suelen formar
cañones y tienen sus manantiales alejados de los mismos, en rocas impermeables
(Moreno, 1992).
• Lenares o Lapiaz: Son cizalladuras o rugosidades en la superficie de las
rocas calcáreas. Pueden estar cubiertas por tierra o aparecer en la superficie. En
el primer caso el ataque a la roca se dará principalmente por ácidos húmicos en
los suelos; en el segundo caso, el agua al minar la roca permite la aparición de un
conjunto de formas como campos de piedras, canales profundos, etc. Las
dimensiones son variadas, desde decímetros hasta metros, las formas y tamaños
de los huecos se explican mediante mecanismos de disolución y estructura misma
de las rocas (Lobeck, 1934; Moreno, 1992).
• Dolinas, Sumideros o Cenotes: Los términos dolina y sumidero
generalmente son usados en la literatura indistintamente para hacer alusión a
depresiones, sin embargo, los sumideros o cenotes como se les conoce en México
cuentan con formas casi circulares, con contornos a veces sinuosos, con
profundidades y diámetros variables (ver figura 2), mientras que las dolinas
corresponden a formas del relieve donde existe una concentración de un número
variado de sumideros (lo cual provoca un hundimiento suavizado del terreno
alrededor de los sumideros) (Ford & Williams, 2007; Veress, 2016; Benson &
Yuhr, 2016). Su área puede ir desde metros hasta media hectárea o más. Cuentan
con patrones de drenaje centrípetos y pueden llegar a formar “lagos calcáreos” al
obstruirse (Lobeck, 1934; Leet et.al., 1990; Moreno, 1992).

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Existen tres mecanismos principales en la formación de cenotes: colapso,


subsidencia y disolución de la roca. Para el caso de los colapsos, los cambios en
el nivel freático producen la caída gradual o súbita del techo de las cavernas al
eliminar el soporte boyante ejercido por el agua (se trata de un proceso destructivo
por la ruptura de la roca y el suelo), dicha caída de material crea comunicación con
el subsuelo. En el caso de la subsidencia es un proceso más gradual que implica
hundimiento o asentamiento de la superficie sin ninguna rotura evidente del suelo,
cuando el sedimento de cobertura es roca permeable y no consolidado, las dolinas
y cenotes serán típicas formas de karst (Dreybrodt, 1988; Ford & Williams, 2007;
Beddows, 2009; Benson & Yuhr, 2016; Veress, 2016). Su desarrollo requiere una
circulación del agua de forma localizada (Lobeck, 1934).

FIGURA 2: Génesis de dolinas desde la fisura. 1. Sistema de diaclasas en corte ortogonal, los fenómenos de
disolución son máximos en el punto de intersección; 2. Depresión circular embudiforme, con depósitos de
“terra rosa” (dolina); 3, 4, y 5 desarrollo de la dolina en profundidad; 6. Sima sumidero partiendo de una
dolina. Tomado de: (Llopis, N. 1970).

• Uvalas o Sumideros compuestos: Formados gracias a la unión de varias


dolinas o con el desplome del techo de enormes secciones de cursos de agua
subterránea. Pueden tener tamaños de 1 o más hectáreas (Lobeck, 1934; Moreno,
1992).
• Poljes: Son llanuras kársticas que cubren grandes extensiones con posible
control estructural. Los bordes son empinados y el fondo es llano. Por lo general
un riachuelo recorre el polje y se pierde en un sumidero, pueden asemejarse a una

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uvala, pero el polje recorre varios kilómetros cuadrados (ver figura 3) (Moreno,
1992; Lobeck, 1934).

FIGURA 3: Relaciones entre lapiaz y otras formas de absorción. Tomado de: (Llopis, N. 1970).

• Valles ciegos: Donde los ríos desaparecen por absorción, al entrar en un


pozo kárstico (Moreno, 1992).
• Valles kársticos: Valles con presencia de relieve kárstico, a diferencia del
valle ciego, estos están circundados por rocas de tipo clástico. Representan la
etapa de transición entre un drenaje superficial y uno subterráneo (Moreno, 1992).
• Simas: Existe la posibilidad de que una dolina se transforme en una sima
por medio de un proceso de hundimiento, erosión o por la disolución a
profundidad. Su principal función es el descenso de agua hacia zonas profundas,
no obstante, también puede darse el ascenso (Moreno, 1992).
• Cavernas: También llamados cuevas o grutas (cuando cuentan con mucha
ornamentación en espeleotemas), son cauces subterráneos naturales y vacíos en
sentido horizontal. Con diseños simples o complejos pueden o no albergar un rio.
Las cavernas secas, generalmente tienen 2 o más niveles y se les conoce como
cavernas en galerías además cuentan con notables precipitaciones de carbonato
de calcio llamados espeleotemas (Lobeck, 1934; Chariguin, 1964; Leet et.al.,
1990; Moreno, 1992; Tarbuck et.al., 2013).

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• Espeleotemas: Diversidad de rocas que se muestran dentro de las grutas


(spelaion=cueva y them=colocar), también conocidos como depósitos
carbonatados secundarios, su formación se da en periodos donde la caverna
drena o comienza a secarse, es decir, se necesita un espacio aéreo para que el
CO2 disuelto sea precipitado en el mismo aire, dejando vetas de carbonato de
calcio reprecipitado en el punto de goteo, donde posteriormente este goteo caerá
al piso o se desplazará por las paredes, dando como resultado una multitud de
formas (Llopis N., 1970).
Los espeleotemas encontrados por debajo de las aguas son comunes en cavernas
costeras y muchos de los estudios del agua subterránea en cavernas no incluyen
estudios de formación de paredes, pisos y espeleotemas (Tarbuck et.al., 2013). Es
importante mencionar que los espeleotemas más comunes son las estalactitas, las
estalagmitas y las columnas, sin embargo existen numerosas variaciones
morfológicas de los mismos y cada uno implica una génesis distinta (Lobeck,
1934).
• Estalactitas: Son concreciones de aspecto cónico que penden del
techo de las cavernas (stalaktos=escurrimiento), se forman cuando las
gotas de agua caen del techo experimentando cierto grado de evaporación,
el cual permite la acumulación de la calcita, el depósito ocurre en forma
anillada al borde de la gota de agua que escurre del techo. (Moreno, 1992;
Chariguin, 1964; Leet et.al., 1990; Espinasa, 1994).
• Estalagmitas: Son aquellas formadas cuando parte de la solución
de las estalactitas se acumula en el suelo (stalagmos=goteo) formando un
cono ascendente, estas no cuentan con un tubo central y suelen ser de un
aspecto más masivo en comparación con las estalactitas (Chariguin, 1964;
Leet et al., 1990; Moreno, 1992; Espinasa, 1994).
• Columnas: Son el resultado de la unión de una estalagmita con una
estalactita (Chariguin, 1964; Leet et al., 1990; Moreno, 1992).

1.1.3 Flujo subterráneo

El trazado correspondiente al flujo del agua subterránea es ahora una herramienta bien
desarrollada dentro de la hidrología kárstica que nos permite crear modelos. Este trazado
hace posible delimitar las áreas hidrográficas, estimar las velocidades de flujo de las
aguas subterráneas, determinar las áreas de recarga en el sistema, determinar las

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fuentes de contaminación, caracterizar y comprender el sistema (generalmente para


mejorar la gestión de los recursos de aguas subterráneas) e intentar reproducir la
evolución del mismo (Ford & Williams, 2007; Benson & Yuhr, 2016; Veress, 2016).

De acuerdo con Ford & Williams (2007), White (2007) y Benson & Yuhr (2016), existen
cuatro clases de agentes de rastreo de agua disponibles, las cuales serán abordadas de
manera muy general y con fines ilustrativos a continuacion:
1. Etiquetas artificiales : Para que un rastreador artificial tenga un
comportamiento adecuado en el agua, este debe de cumplir con ciertas
caracteristicas, entre ellas se encuentran el no ser un material tóxico, ser
soluble en el agua, tener una flotabilidad neutra, ser detectable a pesar de
encontrarse en pequeñas concentraciones, ser estable ante las
condiciones medioambientales, etc. Las etiquetas más comunes que
podemos encontrar en esta categoría son:
• Colorantes
• Sales
2. Partículas: Deben contar con una flotabilidad ligeramente mayor que el
agua, para que puedan viajar a través de conductos kársticos sin pérdidas
excesivas por filtración. Con tamaños variables se pueden teñir de
diferentes colores. A continuacion se enlistan las partículas más usadas en
el trazo de aguas subterráneas:
• Esporas
• Microesferas fluorescentes plásticas
• Bacteriófagos cultivados en laboratorio
3. Etiquetas naturales: Como su nombre lo indica, al ser etiquetas inherentes
al movimiento de aguas subterráneas, su uso no representa un riesgo para
los acuíferos. Las etiquetas naturales son útiles al rastrear posibles fuentes
de contaminación, determinar intrusiones de agua de mar en los acuíferos
costeros, proporcionar una firma de un tipo particular de agua subterránea
que pueda relacionarse con su área de origen, mezcla de agua con
procedencias distintas, tiempo de residencia del agua, etc. Dichas
etiquetas son:
• Microorganismos
• Iones en solución

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• Isótopos ambientales
4. Pulsos: Un pulso es una variación significativa en la cantidad o calidad del
agua. Nos muestran señales de salida complejas que pueden ser
interpretadas para obtener un medio de rastreo del agua , mismo que ha
demostrado ser eficiente en un sistema demasiado difícil para el trazado de
tinte convencional. Los pulsos más usados son:
• Pulsos naturales de descarga
• Solutos y sedimentos
• Pulsos generados artificialmente

1.2 Teledetección

La teledetección es una técnica que permite detectar a distancia en forma de fotografías,


imágenes o perfiles las variaciones de absorción, reflexión y emisión de las ondas
electromagnéticas, como consecuencia tiene su fundamento en el espectro
electromagnético; englobando además el posterior tratamiento e interpretación de las
mismas. (Scanvic, 1989; Gupta, 1991; Chuvieco, 1995; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, &
Potts, 1995; Chuvieco, 2008)

Inicialmente la fotografía área era la forma más común de obtener información, la primera
fotografía del inventor francés Joseph Niépce se dio en 1827 posteriormente la técnica
nació en 1839 con el daguerrotipo de Niépce y Daguerre, en 1840 François Arago,
director de la Academia Francesa de Ciencias abogó por el uso de fotografías para
producir mapas topográficos. Sin embargo, la primera patente de fotografía área desde un
globo cautivo es de Gaspard Félix Tournachon en 1844. Un año después (1845) la
compañía petrolera “SHELL” dio paso al nacimiento de la fotogeología, esta fue la primera
técnica de teledetección, pero fue a partir de la segunda guerra mundial cuando la
fotointerpretación se convirtió en la técnica de exploración que se conoce actualmente,
con un gran desarrollo de la misma para fines de reconocimiento del terreno. La fotografía
aérea más antigua existente es una vista de Boston, tomada desde un globo por James
Wallace Black en 1860, de las fotografías tomadas por Gaspard Félix Tournachon en
1844 no se conservan las tomas. (Scanvic, 1989; Gupta, 1991; Chuvieco, 1995; Khorram,
Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995; Chuvieco, 2008).

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La teledetección inicia a partir de 1960 con el lanzamiento del primer satélite para
observación de la Tierra (ERTS-1), con la fotogeología como precursora, sin embargo es
hasta 1972 cuando Landsat y Skylab despertaron interés en el desarrollo de la
información espacial (Scanvic, 1989; Gupta, 1991; Gutiérrez, 1993; Chuvieco,
2008).Actualmente existen numerosos centros universitarios, organizaciones y
profesionales alrededor del mundo comprometidos con el desarrollo y uso de las técnicas
de teledetección (Chuvieco, 1995; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995;
Chuvieco, 2008).

1.2.1 Principios de la teledetección

La adquisición de datos depende de los vectores (aviones, globos, sondas, estaciones


espaciales o satélites) y sensores (cámaras fotográficas, radiómetros, radar, etc.)
utilizados. Además, la calidad de la adquisición de los datos se verá afectada por la época
de la toma de datos, el tipo de roca y la zona climática a estudiar (es más fácil hacer
interpretaciones en climas desérticos o semidesérticos que en zonas de bosque tropical)
(Rudd, 1974; Suegal & Guillespie, 1980; Scanvic, 1989).

Los sensores remotos son aparatos capaces de captar la radiación que refleja el suelo en
una determinada gama de longitudes de onda para posteriormente transformarla a una
señal que permite la codificación de la información en una imagen. Estos sensores se
clasifican en pasivos o activos, los primeros captan la radiación emitida naturalmente por
el terreno (método fotográfico, infrarrojo, etc.) y los segundos captan la radiación inducida
por el propio sensor hacia el terreno (radar) (Scanvic, 1989; Gupta, 1991; Gutiérrez, 1993;
Chuvieco, 1995; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995; Chuvieco, 2008).

Como ya se mencionó, la teledetección tiene su base en el espectro electromagnético,


para abordar dicha teoría es importante comprender que la materia es capaz de absorber,
emitir, transmitir y reflejar radiación. Al devolver o reflejar (reflexión) la radiación incidente
que choca con la superficie del objeto, generando un ángulo de flexión, este ángulo de
reflexión es el mecanismo más importante dentro de la teledetección (Drury, 1987;
Gutiérrez, 1993; Chuvieco, 1995; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995; Gupta,
1991; Chuvieco, 2008).

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FIGURA 4: Mecanismos de interacción entre


la energía electromagnética y la materia.
Tomado de: (Gutiérrez, M. 1993).

A su vez la materia también dispersa la radiación, es decir la difunde sin una trayectoria
específica. Tanto la reflexión como la emisión y dispersión son fenómenos superficiales.
La transmisión y absorción son fenómenos volumétricos porque dependen de las
características internas de la materia, por ejemplo la densidad (Gutiérrez, 1993). Bajo este
esquema cada material en la superficie terrestre presenta una interacción diferente con la
radiación y por ello se reflejan o se emiten niveles variados de energía, los cuales son
detectados por el sensor, el cual transmite la información a estaciones receptoras. Sin
embargo, entre la superficie y el sensor se tiene la atmósfera, que dispersa y absorbe
parte de la señal original (Gupta, 1991; Gutiérrez, 1993; Chuvieco, 1995; Khorram, Wiele,
Koch, Nelson, & Potts, 1995; Chuvieco, 2008).

El espectro electromagnético se define como la organización de los valores


pertenecientes a la longitud de onda, en una serie de bandas continuas, se caracteriza
por tener un comportamiento similar, el espectro electromagnético incluye luz en forma de
ondas y partículas; este espectro tiene su origen durante la fluctuación de un campo
eléctrico y magnético a través del tiempo con una determinada dirección, amplitud y
dirección (Rudd, 1974; Suegal & Guillespie, 1980; Drury, 1987; Gupta, 1991; Chuvieco, E.
2008). De acuerdo con Gupta, (1991) Gutiérrez, M. (1993), Chuvieco, E. (1995), Khorram,
Wiele, Koch, Nelson, & Potts, (1995), y Chuvieco, E. (2008) dentro del espectro
electromagnético tenemos las siguientes divisiones (figura 5):

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FIGURA 5: Rangos del espectro electromagnético. Tomado de: (Chuvieco, E. 2008).

1. Microondas: Son ondas usadas en telecomunicaciones, se les denomina también


por valores de frecuencia en Giga Hertz.
2. Infrarrojo: Dividido en infrarrojo cercano, medio y térmico, son ondas producidas
por cuerpos calientes y moléculas, son absorbidas por la atmósfera en su mayoría,
únicamente se trabaja con los intervalos 0,7-3 µm (corresponde al intervalo de
energía solar reflejada por la superficie terrestre), 3-5 µ y 8-14µ (Ondas térmicas
emitidas por la Tierra).
3. Visible: Pertenece a la parte del espectro electromagnético que el ojo humano
puede percibir, se suelen distinguir tres bandas elementales (azul de 0,4-0,5µ,
verde de 0,5-0,6µ y rojo de 0,6-0,7µ).
4. Ultravioleta: Producido por átomos y moléculas en descargas eléctricas, la energía
proviene de procesos químicos. El sol es una fuente importante de radiación
ultravioleta, su energía es absorbida en su mayoría por la atmósfera terrestre
donde sufre dispersión, por esta razón su importancia en teledetección es limitada.
5. Rayos X: Cuentan con una enorme energía y producen disociación y ionización en
los átomos y moléculas que atraviesan.
6. Rayos ϒ: Con un origen nuclear, son producidos por sustancias radioactivas. En
prospección son utilizados para localizar minerales radioactivos por su emisión
natural de rayos ϒ, sin embargo, no son considerados como un método de
teledetección.

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La radiación infrarroja y el espectro visible tienen una interacción más activa con la
materia, es decir, son absorbidos, reflejados o dispersados con mayor intensidad y por
esta razón son utilizados en el campo de la teledetección, mientras que la radiación de
mayor longitud de onda presenta una débil interacción con la materia (esto se debe a la
baja capacidad de la materia para absorberla, en general son transmitidos) como es el
caso de los rayos X y ϒ (Gutiérrez, 1993).

Una vez que se obtiene una imagen satelital o una foto aérea del terreno, esta tendrá que
ser interpretada según el enfoque deseado, utilizando las bases de la fotointerpretación.
Para Suegal & Guillespie (1980), Drury (1987), Scanvic (1989), Gupta (1991), Chuvieco,
E. (1995) y Benson & Yuhr (2016) dentro de la fotointerpretación, el análisis de las
imágenes aéreas con estereoscopio tiene su base en las distintas propiedades que la
misma imagen posee, estas propiedades son:
1. Tonalidades y variaciones en el espectro visible: Las tonalidades y rangos en el
espectro visible están en función de la cantidad de luz reflejada por el objeto, esta
cantidad de luz reflejada depende a su vez de variaciones en la humedad, cambio
en las texturas, diferencias de iluminación y el tiempo que tarda la onda en viajar
desde la fuente hacia el objeto.
2. Texturas y estructuras: se aprecian gracias a cambios en las tonalidades, formas
y dimensiones dependiendo de la escala a la cual se esté trabajando; Sin
embargo, lo más común es que las texturas y estructuras sean definidas por los
objetos que recubren el terreno.
3. Geometría y distribución espacial: Las formas ayudarán a comprender la
estructura del terreno, por lo cual, para la identificación de las mismas se requiere
un conocimiento previo de los fenómenos geológicos. En el caso de la distribución
espacial, esta se refiere a la localización de las cubiertas de interés, así como su
relación con elementos vecinos.
4. Periodo de adquisición: Los análisis multitemporales permiten detectar cambios
entre dos fechas de referencia y perfeccionar la interpretación de la imagen
dependiendo de la estación del año o condiciones climáticas a las cuales estuvo
sometida la imagen.

En el caso de la teledeteccion multiespectral, la información de distintas bandas del


espectro electromagnético es colectada por sensores que van haciendo un barrido del

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terreno, de tal manera que la radiación procedente del suelo es codificada


simultáneamente, esta información se ve registrada en un pixel (Gutiérrez, M, 1993;
Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995). De acuerdo con Gutiérrez, M, (1993), “Un
pixel corresponde al área de terreno más pequeña que se encuentra en una imagen de
teledeteccion capaz de ser procesada digitalmente”.

Las imágenes multiespectrales del espectro visible obtenidas por los sensores pueden ser
analizadas de forma “automática” por softwares específicos, esto gracias a que los datos
multiespectrales de distintas bandas (comprendidas entre el azul y el infrarrojo cercano)
proporcionados por el sensor son de carácter numérico. Este carácter numérico se
expresa en términos de profundidad de bits, es decir que la información es binaria y así se
registran los datos de una banda espectral dada. Cuando las imágenes digitales
almacenan como bits (es decir, 0 y 1), la profundidad de bits de un sensor define el
número de valores únicos, en los que se pueden almacenar los datos entrantes. Por
ejemplo, una profundidad de 3 bits significa que los datos entrantes se pueden almacenar
como uno de los ocho valores únicos: 000, 001, 010, 011, 100, 101, 110 o 111. La
profundidad de bits binaria de la mayoría de los sensores contemporáneos es de al
menos 8 bits, lo que significa que los píxeles de la imagen tienen al menos 256 (0–255)
valores posibles. Lo anterior nos permite mejorar la calidad de productos fotográficos,
clasificar la información, manipular y combinar imágenes espectrales variadas de
sensores distintos (Scanvic, 1989; Gutiérrez, 1993; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, &
Potts, 1995; Alpharone, Aiazzi, Baronti, & Garzelli, 2015).

Los tratamientos base para la mejora de datos en la teledetección son el filtrado


atmosférico y las correcciones geométricas, posteriormente se pueden hacer numerosos
procedimientos dependiendo de la característica que se busque resaltar en las imágenes
(sobreposición de escenarios, equidensidades, clasificaciones supervisadas, etc.) (Drury,
1987; Scanvic, 1989). Mientras que la interpretación puede darse con tres tipos de
material:
1. Imágenes estándar de tipo fotográfico.
2. Imágenes mejoradas, obtenidas por el tratamiento de bandas, también de tipo
fotográfico (las cuales serán usadas en el presente trabajo).
3. Salidas gráficas, más adaptadas a la cartografía automática que la
fotointerpretación.

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Lo anterior no significa que la interpretación de imágenes espaciales difiera de la


interpretación en fotografías áreas, en realidad se hace uso de las mismas propiedades
que la fotointerpretación para su análisis; La clave está en hacer una comparación de
resultados entre bandas espectrales (Scanvic, 1989; Chuvieco, 2008).

Para Gutiérrez, M. (1993), Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, (1995), Chuvieco, E.
(1995) y Alpharone, Aiazzi, Baronti, & Garzelli, (2015), todas las imágenes
multiespectrales cuentan con las mismas características fundamentales,
independientemente de las longitudes de onda con las cuales fueron registradas, estas
características son:
1. Escala: Relación entre la distancia medida entre dos puntos en la imagen y la
distancia de esos mismos puntos sobre el terreno.
2. Brillo: Va en función de los distintos objetos observados en las imágenes, depende
de la intensidad de la radiación emitida por los mismos.
3. Contraste: Determinado por la relación de luminosidad, puede estar determinado
por la sensibilidad del sensor, la difusión de energía en la atmosfera, etc. El
contraste en las imágenes puede ser manipulado artificialmente durante el
procesamiento de las mismas.
4. Resolución espacial: Es una propiedad de la imagen definida como la mínima
separación entre dos objetos, para la cual estos son visibles de forma aislada en la
imagen.
5. Resolución temporal: Se refiere al tiempo que tarda el satélite en pasar o hacer un
barrido por el mismo punto en la superficie terrestre, es decir, su frecuencia de
cobertura.
6. Resolución espectral: Indica la cantidad y rango de bandas espectrales que
pueden ser “discriminadas” por el sensor. A mayor número de bandas y mientras
más restringidas sean estas más eficiente será el sensor, si se tiene una amplitud
en las bandas muy grande se están registrando valores promedio y la precisión
disminuirá. Los sensores son divididos en tres tipos de acuerdo a su resolución
espectral: pancromático (una banda espectral), multiespectral (múltiples bandas
espectrales) e hiperespectral (muchas, posiblemente cientos, de bandas
espectrales).
7. Resolución Radiométrica: Se refiere a la capacidad del sensor para detectar
variaciones en la radiancia espectral que recibe, la radiancia es el total de energía

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radiada por unidad de área y por ángulo sólido de medida generalmente


expresada en términos de profundidad de bits.

FIGURA 6: Diagrama de un ángulo sólido. Tomado de: (Chuvieco, E. 1995).

1.2.2 Aplicaciones de la teledetección

En el caso de la cartografía geológica, resulta particularmente útil y rentable cuando las


superficies implicadas sean muy grandes y las interpretaciones fotogeológicas ayudarán
cuando el trabajo requiera mayor precisión, es decir, geología de detalle. Si bien los
mapas topográficos y geológicos son una de las principales fuentes de este tipo de
información, no todos los detalles se pueden presentar en un solo mapa, además, dichos
mapas no son actualizados con frecuencia. La teledetección cuenta con aplicaciones en
áreas como la exploración minera, hidrogeología, geología de riesgo, planificación urbana,
forestal, monitoreo de costas, arqueología, cuidado del patrimonio cultural, previsión de
cosechas y enfermedades en las mismas, etc. (Rudd, 1974; Suegal & Guillespie, 1980;
Scanvic, 1989; Gupta, 1991; Gutiérrez, 1993; Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts,
1995; Chuvieco, 2008).

Uno de los usos más comunes de la teledetección y las fotos aéreas para los estudios de
karst es localizar sumideros para determinar tamaño, distribución y densidad; es decir,
propiedades de la cubierta kárstica. El estudio de las áreas kársticas utilizando fotografías
aéreas se inició formalmente en 1971. Mientras que para la geohidrología el uso de
técnicas de teledetección permite analizar el suministro de agua superficial, cartografía,
modelado y monitoreo de reservorios, así como de la calidad del agua, modelado de

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pronóstico de escorrentía, mapeo de redes de drenaje, investigación hidrológica,


caracterización de cuencas hidrográficas y deterioro del agua superficial, son todos
candidatos relacionados con los recursos hídricos para aplicaciones de datos con
sensores remotos. (Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts, 1995; Benson & Yuhr, 2016;
Veress, 2016).

De acuerdo con Rudd (1974) y Scanvic (1989), la información obtenida mediante la


teledetección servirá como soporte con o sin tratamiento previo al análisis y es él quien
plantea cuatro etapas para su interpretación:
1. Limitar y diferenciar.
2. Correlacionar y clasificar.
3. Identificar.
4. Tratar las anomalías encontradas.

Para Suegal & Guillespie (1980), Rudd (1974), Gupta, (1991), Gutiérrez, M. (1993) y
Chuvieco, (2008), el uso de imágenes multiespectrales ofrece múltiples ventajas
independientemente del campo de aplicación, entre las cuales se encuentran:
1. Una cobertura de áreas con diferentes amplitudes para reconocimientos rápidos
con perspectiva panorámica.
2. Variedad en resolución espacial y escala dependiendo del nivel de detalle que
requiera el trabajo.
3. Ver la misma área en periodos distintos, puesto que los satélites sobrevuelan la
misma zona cada cierto tiempo.
4. El formato digital permite realizar múltiples análisis con la misma imagen.
5. Se obtiene informacion sobre regiones del espectro electromagnético que no son
visibles para el ser humano.
6. Transmisión inmediata de la información.

Sin embargo, “Las técnicas de interpretación automáticas se utilizan poco en


teledetección aplicada a la geología, ya que por lo general los afloramientos de rocas son
la mayoría de las veces discontinuos y están parcialmente ocultos por los suelos y
vegetación. Estas técnicas se utilizan para la delimitación de clases y anomalías”.
(Scanvic, 1989).

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Mientras que para Chuvieco, E. (1995) el análisis visual puede garantizar un nivel de
precisión suficiente, puesto que emplea los criterios de la fotointerpretación clásica,
además este tipo de análisis cuenta con buena precisión en clases heterogéneas. Por el
contrario el tratamiento “automático” con ordenadores es más factible si las clases en
cuestión resultan homogéneas.

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II. GENERALIDADES

2.1 Ubicación del área de estudio

El área de estudio comprende 56,158.977518 Km2 de la porción norte de la península de


Yucatán, México; y está limitada por las coordenadas UTM 2223345.00 m, 2419783.00 m
Norte y 728107.00 m, 539718.00 m Este, dentro de la zona 16Q (ver figura 7).

FIGURA 7: Mapa esquemático sobre la ubicación del área de estudio.

2.2 Descripción geográfica y fisiográfica

Las provincias fisiográficas son regiones en las cuales el relieve es resultado de la acción
de un mismo conjunto de agentes modeladores del terreno, así mismo, comparten un
origen geológico y un tipo de suelo y vegetación semejantes (INEGI, 2008). La península
de Yucatán resulta ser la provincia fisiográfica más joven de las 15 que comprenden los

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Estados Unidos Mexicanos (ver figura 8 y 9). Conocida como una plataforma
carbonatada, se trata de una llanura costera que se extiende a lo largo de 75, 000 Km2,
limitada al Oeste y Norte por el Golfo de México, al este por el Mar Caribe y en su porción
sur por la Sierra Madre del Sur (Álvarez, 1958; Lesser & Weidie, 1988; Beddows, 2009).

Corresponde a una plataforma compuesta por una masa de tierra compacta, potentes
estratos de rocas calcáreas marinas de edad Mioceno y Eoceno, abarca la totalidad del
estado de Yucatán, Quintana Roo y gran extensión de Campeche, en general se plantean
dos unidades morfológicas principales: en la porción norte predominan las planicies y la
porción sur con alternancia de planicies con lomeríos (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Álvarez, 1958; Lugo-Hubp et al., 1992; Castro, 2002; INEGI, 2008). La
topografía kárstica con poco contraste en altitud es caracteristica de la península, con una
altitud promedio menor a los 50 m s.n.m. y sólo en algunas porciones pueden encontrarse
elevaciones de entre 300 m y 350 m s.n.m. (Lugo-Hubp et al., 1992; INEGI, 2008). al
igual que la ausencia de una red fluvial (Excepto en el SE de la península), abundan los
sumideros o cenotes como resultado de una red fluvial subterránea (Álvarez, 1958; Lugo-
Hubp et al., 1992).

En la península de Yucatán se reportan climas de tipo cálido subhúmedo, en la mayor


parte de la región sureste del país el regimen de lluvias es de verano, a excepción de
algunas zonas de la llanura Costera del Golfo donde hay depresiones durante todo el año
(Morán, 1984).

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FIGURA 8: Mapa de provincias fisiográficas de México, en él se destaca la provincia “Península de


Yucatán” como aquella en la cual se encuentra el área de estudio. Modificado de: INEGI, Conjunto de datos
vectoriales fisiográficos. Continuo Nacional escala 1: 1 000 000. Provincias fisiográficas., 2001.

FIGURA 9: Mapa de subprovincias fisiográficas de la provincia “Península de Yucatán”, en la parte superior


se observan las subprovincias que componen al área de estudio. Modificado de: INEGI, Conjunto de datos
vectoriales fisiográficos. Continuo Nacional escala 1: 1 000 000. Subprovincias fisiográficas., 2001.

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2.3 Marco Geológico

El área de estudio al sureste de la República Mexicana, consiste en una plataforma con


potentes estratos de rocas carbonatadas, evaporíticas y clásticas terrígenas en menor
cantidad (Es decir: caliza, yeso y arenisca), en superficie estas son reconocidas con una
secuencia marina que va desde el Paleógeno hasta el Cuaternario (López Ramos, 1975;
Weidie et al., 1978; Lugo-Hubp et al., 1992; Castro, 2002). En general, la superficie
rocosa de la península resulta ser de edades más jóvenes en las costas y más viejas
hacia el centro y sur de la misma (Lesser, 1988; Richards D. &., 2009) (ver figura 10).

La plataforma presenta un espesor de más de 3,500 m de rocas sedimentarias


descansando sobre un basamento paleozoico. Encima de este, inicia la columna de rocas
pertenecientes al Jurásico y que están reconocidas en el subsuelo con una transición al
Cretácico, compuesta de limolitas y areniscas, con intercalaciones de arenas y gravas de
cuarzo, así como de caliza dolomítica y bentonita (López Ramos, 1975; Morán D., 1994;
Castro, 2002). Hasta el momento no se han documentado rocas precámbricas en
superficie, estas únicamente han sido encontradas en pocos pozos y usualmente
corresponden a sedimentos o metasedimentos (Weidie et.al., 1978).

El Cretácico está presente en toda la plataforma, especialmente con la formación


conocida como “Evaporitas Yucatán” (López Ramos, 1973), se trata de una secuencia
reconocida por Petróleos Mexicanos en donde de acuerdo con Morán, D. (1984), se
reporta la presencia de “anhidrita, caliza, dolomita e intercalaciones de bentonitas y
algunas brechas, sobre todo hacia la base que está formada por las Evaporitas Yucatán”
y no presenta mayores perturbaciones estructurales. Ward, Keller, Stinnesbeck, y Adatte,
(1995) realizaron la revisión de varios pozos perforados por PEMEX en las décadas de
1950 y 1960, sugiriendo un impacto de meteorito cerca de Chicxulub, en el noroeste de
Yucatán, como el origen más probable de la brecha. Para este tiempo se refleja un
prolongado hundimiento que se va reduciendo hacia la porción Norte y se encuentra a
menor profundidad en las zonas de relieve más alto, al igual que en la porción nororiental
(Weidie et al., 1978; Lugo-Hubp et al., 1992), para INEGI (1984) “durante este tiempo
permaneció como un área estable, pero sumergida y con sedimentación de aguas
someras”. Mientras que, para Viniegra, F. (1992), en la zona se efectuó un ambiente de
aguas profundas, es decir los mares del Pacifico cubrían casi la mitad occidental de la

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península, sepultando las rocas mesozoicas con clastos de origen marino y continental
durante la era Cenozoica.

Rocas del Paleoceno

La secuencia se encuentra en todo el subsuelo y consiste principalmente en calizas


dolomitizadas, areniscas, evaporitas y una ligera silicificación; estas rocas están
fracturadas, lo que permite la infiltración y buen flujo del agua subterránea (López Ramos,
1973; Lesser, 1988) (ver figura 10 y 11).

FIGURA 10: Mapa Geológico del área de estudio. Modificado de: (Servicio Geológico Mexicano (SGM),
2007).

Rocas del Eoceno (Fm. Chichen Itzá)

En rangos de elevación entre los 30 m y 40 m, se trata de un área distinta


geológicamente, la litología aquí presente, pertenece a la Formación “Chichen-Itzá” la cual
se compone de calizas cristalinas, calizas fosilíferas, calizas dolomíticas, lutitas calcáreas,
yeso, anhidrita y margas (López Ramos, 1973; Lesser, 1988; Lugo-Hubp, 1999). Esta

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formación ha estado más expuesta a procesos de disolución puesto que aquí se


encuentran gran parte de los acuíferos (Lesser, 1988; Aguilar, 2016) (ver figura 10 y 11).

Rocas del Oligoceno

El Oligoceno, consiste en margas, lutitas y calcarenitas; este está ausente en la


plataforma a excepción de la parte nororiental donde si se hace presente (Lugo-Hubp
et.al., 1992). A partir de este momento las rocas terciarias comienzan a registrar cambios
en el nivel del mar (Lugo-Hubp et al., 1992) (ver figura 10 y 11).

Rocas del Mioceno- Plioceno (Fm. Carillo Puerto)

Los rangos de elevación de 10 m a 20 m y de 20 m a 30 m son muy similares en cuanto a


composición litológica respecta, estas altitudes corresponden a coquinas, packstones
fosilíferos, grainstones y ocasionalmente margas con lutitas calcáreas del Terciario como
parte de la Formación “Carrillo Puerto” (López Ramos, 1973; Lesser, 1988; Lugo-Hubp,
1999). En la parte oriente del estado de Quintana Roo, fueron depositados los sedimentos
calcáreos de la Formación “Río Dulce” durante el Mioceno (Lugo-Hubp et al., 1992) (ver
figura 10 y 11).

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FIGURA 11: Columna estratigráfica del área de estudio. Modificado de: (Servicio Geológico Mexicano
SGM, Carta geológico-minera estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán escala 1:500,000, 2007).

Rocas del Pleistoceno

El Pleistoceno fue un periodo con múltiples variaciones en los niveles marinos (5-6 m más
alto que el presente) debido a diversas glaciaciones, en consecuencia, depósitos
horizontales de caliza con caliche fueron creados bajo condiciones variables, dando como
resultado rocas con distintas características; de igual forma para este tiempo, depósitos
eólicos (dunas) son encontrados (Ward,1991; Richards, 2009; Ward, 2009), la mayor
parte de las rocas pleistocénicas se encuentra dentro del “anillo de cenotes” y a las
periferias de la plataforma (Pope K. O., 1996; Ward, 2009). Las calizas marinas del
Pleistoceno están compuestas por granos, arena, rastros de algas, conchas, corales y
sedimentos de laguna (wackestones, packstones y grainstones) (INEGI, 1984; Richards,
2009; Ward, 2009); Mientras que grainstones de origen eólico, mudstones de lago y
caliche conforman las calizas continentales (Ward, 2009) (ver figura 10 y 11).

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Rocas del Holoceno

Las encontramos en los márgenes de la península, corresponden a dunas y depósitos de


playa, encontramos el aumento del nivel del mar y la consolidación de los depósitos
eólicos erosionados e inundados (Weidie et al., 1978; Ward, 2009). Durante este tiempo el
área entre la zona de fractura Holbox y la costa sufrió un colapso, y rocas más jóvenes
fueron depositadas (Richards D., 2009) (ver figura 10 y 11).

2.4 Lineamientos Mayores

La plataforma carbonatada de Yucatán no presenta deformaciones significativas y están


formadas por capas que conservan una actitud horizontal (Gaona, Gordillo, & Villasuso,
1980; Morán D., 1984), sin embargo, existen cuatro principales rasgos estructurales en el
área suavemente inclinada hacia el Golfo de México en el norte y delimitada por una zona
de fracturas y fallas normales en el Este. Este fallamiento aparentemente comenzó
durante el Cretácico Tardío y continuó durante gran parte del Cenozoico (Ward,1991;
Gottwein, P., Gondwe, B., Charvert, G., Marin, L., Rebolledo, M. y Merediz, G., 2011).

El primer rasgo corresponde a la sierra de Ticul o falla Ticul (En la porción NW de la


península), su expresión en superficie se muestra con un escarpe, una elevación de 20 a
200m s.n.m., orientación NW – SE y una extensión cercana a los 100 Km. Estudios han
confirmado que la zona de la falla Ticul es la encargada de transportar aguas ricas en SO4
procedentes de los lagos Chichancanab y Esmeralda, éstos descargan en la parte oeste
del anillo de cenotes cerca de Kapoma (Álvarez, 1958; Velázquez-Oliman & Perry, 1996;
Perry et al., 2002).

El segundo corresponde a la zona de fracturas Holbox, es un complejo regional


caracterizado por tener una zona kárstica plana al NE de la península, el cual consiste en
una serie de depresiones con soluciones alargadas de mas de 100 Km de longitud. Fue
el primer lineamiento que se describió en el area por Weidie en 1982. La alineación de las
sabanas o corredores de disolución siguen estructuras tectónicas relacionadas con los
límites de placa y surgen durante el Paleoceno temprano (Weidie et al., 1978; Perry et al.,
2002; Gottwein, P. et al., 2011). Finalmente en los trabajos de Perry, Velázquez, y Marín,
(2002) se encontraron evidencias de contacto entre aguas subterráneas e intrusiones
salinas para esta zona.

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Finalmente otras dos características estructurales notables del área son el anillo de
cenotes (Lugo-Hubp et al., 1992; Perry, 2002; Castro, 2002) y el área que Perry,
Velázquez, y Marín, (2002) refieren como Pockmarked terrain en su trabajo, estos serán
descritos a detalle más adelante en el presente trabajo por su estrecha relación con el
mismo.

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III. ANTECEDENTES

3.1 La península de Yucatán

La costa noreste de la península de Yucatán en México, fue una de las primeras partes de
América del Norte exploradas por los españoles a principios del siglo XVI; los países de
América y el Caribe cuentan con extensas áreas kársticas, estimadas en alrededor de
300,000 Km2, de los cuales, la Península de Yucatán cuenta con una gran parte del área
(kueny & Day, 2002; Ward,1991). De acuerdo con Gunn (2004), “En Yucatán, más de
115,000 Km2 de carbonatos terciarios y cuaternarios dan lugar a un paisaje kárstico
caracterizado por dolinas poco profundas, colinas bajas, cenotes y sistemas de cuevas
inundadas”.

La plataforma de Yucatán ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo del tiempo,


dichos estudios van desde el reconocimiento de la diversidad de formas kársticas
exploración del cráter Chicxulub originado por el impacto de un meteorito, geoquímica de
aguas, entre otros. A continuación, serán mencionados algunos de ellos:

El primer mapa geológico de la península de Yucatán (anónimo) es creado en 1891,


mientras que la primera publicación acerca de la importancia del karst en la península de
Yucatán fue la de Cole (1910). Las dos primeras publicaciones generales del relieve en la
península de Yucatán pertenecen a Robles- Ramos: a) estudio de 1950 en donde se
plantean tres sectores morfológicas y B) estudio de 1958 donde se reconocen nueve
sectores morfológicos. En la década de los 50’s y principios de los 60’s, interpretaciones
de perforaciones hechas por Petróleos Mexicanos (PEMEX) en la península, dieron paso
a la creación de información geofísica y resúmenes geológicos en la zona.

Los estudios morfométricos de las formas terrestres en sistemas kársticos se convirtieron


en una ciencia muy popular en los años 70’s para áreas relativamente pequeñas, en
áreas grandes se prefiere el uso de estudios geomorfológicos que permitan obtener datos
más generales (Lugo-Hubp, Aceves, & Espinasa, 1992). Gerstenhawer (1969) llevó a
cabo un estudio de regionalización geomorfológica e interpretación sobre la evolución del
karst en la zona, mismo que es parte del sistema hidrológico y en gran parte subterráneo.
Los conductos kársticos de la Riviera Maya han sido investigados y cartografiados
utilizando el espeleobuceo, trazado de tintes y técnicas geofísicas a partir de 1970.

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Comienzan a surgir nuevos trabajos relacionados a la geología de la península de


Yucatán (destacan López Ramos 1973,1975), los cuales tuvieron sus bases en la
información geofísica y reportes elaborados por PEMEX en los 60´s. El primer estudio
acerca de los cenotes en la península pertenece a Mercer (1975). Wilson (1980), realizó
una zonificación geomorfológica con base en las formas dominantes del relieve,
reconociendo 14 sectores morfológicos. En 1985, Weidie analizó la geología de la
península creando uno de los estudios más completos para el área, Por su parte Duch
(1988) elaboró un amplio y detallado estudio fisiográfico en Yucatán.

En 1992 Lugo-Hubp, Aceves, & Espinasa, presentan un trabajo donde se plantea la


división geomorfológica de la península en 8 sectores morfológicos. En el año de 1996
Steinich cartografió más de 7,000 cenotes utilizando mapas topográficos escala 1:50,000
del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sin embargo, para el mismo año
(1996) Pope, K.O., Ocampo, A, Kinsland, G. y Smith, R. realizaron la cartografía de las
formas kársticas dentro del área de estudio más completa y detallada hasta el momento
(ver figura 12). Los primeros trabajos de hidrogeoquímica y comportamiento del agua
subterránea para los acuíferos kársticos de Yucatán y noreste de la península pertenecen
a Steinich, Velázquez Oliman, Perry y Marín (1996 y 1997).

FIGURA 12: Geomorfología del norte de la península de Yucatán. Distribución de las líneas de costa y
surgencias (zona de fracturas de Holbox) con base en fotointerpretación de imágenes LANDSAT TM y SIR-
C/X SAR. Distribución de cenotes y depresiones kársticas de Hildebrand et.al. (1994) con ligeras
modificaciones a partir de imágenes SIR-C/X SAR. Fracturas lineales entre los escarpes de la falla Ticul de
origen desconocido. La cruz en el centro del anillo de cenotes infiere el centro del cráter (Pope. et.al., 1993).
Tomado de: (Pope, K.O., Ocampo, A.,Kinsland, G. &Smith, R., 1996).

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Eugene Perry, Velázquez Oliman y Luis Marín en el año 2002 estudiaron la


hidrogeoquímica y comportamiento del agua subterránea para los acuíferos del noreste
de la península; mientras que Beddows (2004) y Smart et al. (2006) brindan una
descripción completa de los sistemas de cuevas cartografiadas en la Riviera Maya. Se
han realizado trabajos específicos relacionados con la densidad de depresiones kársticas
y su distribución en la península: Uno de ellos pertenece a Gottwein, P., Gondwe, B.,
Charvert, G., Marin, L., Rebolledo, M. y Merediz, G. quienes en 2011 mostraron la
distribución de cenotes que podrían identificarse visualmente en imágenes satelitales de
alta resolución (figura 13). En el estado de Yucatán, Yameli Aguilar, Francisco Bautista,
Manuel E. Mendoza, Oscar Frausto y Thomas Ihl, publicaron su trabajo en el 2016 (figura
14), para el mismo estado encontramos a Paredes, Matos, Vega, & Pardo con su trabajo
del 2019 (figura 15).

FIGURA 13: Mapa de densidad de cenotes elaborado por Gottwein, P., Gondwe, B., Charvert, G., Marin, L.,
Rebolledo, M. y Merediz, G. (2011). Rutas de flujo preferenciales a escala regional (líneas rojas) y
ubicaciones de cenotes (puntos rojos). Los cenotes se identificaron visualmente en imágenes satelitales de alta
resolución (CNES-SPOT y Quickbird, accedidas a través de Google Earth). Tomado de: (Gottwein, P. et al.,
2011).

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FIGURA 14: (A) Distribución geográfica de los tipos de depresiones kársticas identificadas en el estado de
Yucatán. (B) Cálculo de la densidad relativa de depresiones kársticas, calculado con la primera imagen (A).
Tomado de: (Aguilar, Y. et al., 2016).

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FIGURA 15: Distribución geográfica sobre el estado de Yucatán de los objetos asociados a cada una de las
diferentes tipologías geomorfológicas tras la unificación y síntesis: a) dolinas y cenotes. Tomado de: (Paredes,
Matos, Vega, & Pardo, 2019).

Por otra parte, en torno a la naturaleza, características y consecuencias de la caída del


meteorito que originó el cráter “Chicxulub”, los estudios comenzaron al menos 10 años
después de que Penfield y Camargo (1981) interpretaran anomalías geofísicas
regionales con la probable firma de un enorme cráter de impacto, se realizaron
numerosas exploraciones y perforaciones por parte de PEMEX, al igual que secciones
sísmicas con dirección al mar encargadas de cruzar el “anillo de cenotes” y que fueron
interpretadas por Camargo Zanoguera y Suárez (1994), con lo cual se dio a conocer el tan
ya mencionado cráter, mientas que trabajos como los que elaboraron Hildebrand,
Pilkington, Connors, Ortiz, Chávez, Kinsland, Hurtado, y Pope, (1995 y 2000) muestran
las estructuras multi-anillo que componen al cráter en el subsuelo.

Se han realizado levantamientos y secciones de exploración magnetotelúrica de la


estructura de impacto del cráter Chicxulub por parte de Martyn Unswort, Oscar Campos,
Salvador Belmonte, Jorge Arzate y Paul Bedrosian (2002); mientras que investigadores
como Urrutia Fucugauchi, continúan realizando trabajos acerca de los depósitos
originados por la caída del meteorito en las periferias del cráter Chicxulub.

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3.1.1 Zonificación del karst

En el área de estudio se hace presente una “kastificación de plataforma”, debido a la falta


de compresión, el lecho es casi horizontal y como resultado la velocidad de flujo en el
agua es lenta porque la altura del nivel base es baja en comparación con las cavidades;
en consecuencia, las superficies kársticas se desarrollan horizontalmente (Gaona,
Gordillo, & Villasuso, 1980; Dreybrodt, 1988; Steinich & Marín, 1997; Sánchez, González,
& Perry, 2005; Veress, 2016).

Los avances tecnológicos, como sistemas de información geográfica (SIG), sistemas de


posición global (GPS), al igual que imágenes satelitales de alta resolución y modelos
digitales de elevación (DEM) hacen posible un análisis morfométrico más rápido de las
formas terrestres, aumentando la información y nuestro conocimiento sobre el origen y
naturaleza de todos los terrenos kársticos y sus respectivos factores influyentes. Sin
embargo, el uso exclusivo de las imágenes de satélite y modelos de elevación resulta
precario cuando la resolución espacial no es lo suficientemente detallada para
caracterizar y detectar automáticamente depresiones kársticas y otras pequeñas
fracturas, por lo que en estos casos se vuelve necesario el apoyo de otro tipo de fuentes
de información.

Sólo el sur de Yucatán, ha sido descrito con detalle en una escala 1:50 000, usando
Modelos Digitales de Elevación (DEM) e imágenes LANDSAT (Ihl, T. 2007). Por medio de
técnicas de teledetección y fotointerpretación se han reconocido depresiones conocidas
como “cenotes” (del maya” dzoonot” significa “hoyo en el suelo”), también llamados por
los locales aguadas (cuando tienen agua en el fondo) y hoyas (cuando su fondo es plano
gracias al relleno con suelos), estos abundan en el Norte y Este de la península de
Yucatán. El enfoque en el análisis de la distribución espacial de depresiones kársticas o
cenotes ha dado como resultado mapas con la cantidad y ubicación de los mismos
(Aguilar et.al. 2016; Pope et.al. 1996; Gaona, Gordillo, & Villasuso, 1980; Paredes, Matos,
Vega, & Pardo, 2019), sin embargo, la cantidad, distribución espacial y caracterización de
las depresiones en Yucatán no están lo suficientemente analizadas en mapas
geomorfológicos, a pesar de la gran importancia que este tipo de formas representan para
la gestión adecuada de las tierras y protección de las aguas subterráneas regionales (;
Lugo-Hubp et al., 1992; Marín- Stillman, 2004).

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“El noroeste de la península de Yucatán presenta pocas evidencias de un relieve kárstico,


reducido a lapiaz, del tipo de las tinajas y algunos cenotes de boca ancha” (Lugo-Hubp
et.al. 1992). En la planicie nororiental el relieve kárstico tiene un desarrollo amplio, sobre
todo con cenotes, que alcanzan hasta 100 m de diámetro. La caverna más grande
explorada en la zona es la de Nohoch nah chich, ubicada en las cercanías de Tulum,
Quintana Roo, con más de 10 Km de túneles totalmente inundados (Gaona, Gordillo, &
Villasuso, 1980; Lugo-Hubp et al. 1992). Para Perry, Marin, McClain, & Velázquez, (1995)
estos sistemas de cavernas fueron ampliamente desarrollados a través del tiempo. “Los
lomeríos de la porción meridional de la península corresponden a la sierra de Bolonchin,
es el más antiguo y se ha propuesto como resultado de levantamiento, simultáneamente
es erosionado en superficie al igual que en el subsuelo gracias a las aguas en
movimiento” (Lugo-Hubp et.al. 1992).

3.1.2 Provincias asociadas a las formas kársticas (Anillo de cenotes, Terreno


“Pockmarked”, Zona Holbox - Xel Ha)

Para Perry, Velázquez - Oliman, G, & Marín, (2002), la península de Yucatán está
compuesta por cinco provincias geohidrológicas 1) El anillo de cenotes, 2) El terreno
“Pockmarked”, 3) La región de Evaporitas 4) La zona de la falla Ticul y 5) La zona Holbox-
Xel Ha 6) El Basamento sedimentario Chicxulub. A continuación, se mencionarán
aquellas regiones o provincias de importancia especial para el área de estudio, puesto
que se distinguen por el gran número de depresiones kársticas que en ellas se presentan.

1. Anillo de cenotes: Es una manifestación superficial que rodea al basamento del


Chicxulub, corresponde a una alineación circular de cenotes o “sinkholes” como se les
conoce en la literatura inglesa y americana, atribuida a la reactivación de fallas alrededor
del cráter (Velázquez-Oliman, G., & Perry, E., 1996; Sharpton, 1997). Esta estructura es
considerada como la evidencia geomorfológica indirecta que marca el borde del cráter de
impacto. Más adelante en el subtema 3.1.4. “Origen de las formas kársticas en la
plataforma”, se profundizará acerca del Chicxulub. El anillo cuenta con una importante
característica hidrogeológica, puesto que este es una zona de alta permeabilidad
desarrollada sobre la roca carbonatada (Perry, E., Velázquez, G. & Marín, L., 2002), esta
estructura “es asociado con valles superficiales, un nivel freático y evidencias de canales
de alta permeabilidad, los cuales permiten a las aguas subterráneas fluir hacia la costa”

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(Marín, 1990, 1997). De acuerdo con Velázquez-Oliman, G., & Perry, E., 1996, el anillo
hace su descarga hacia el Golfo de México a través de dunas costeras con movimientos
este-oeste de la corriente litoral en:
• Boca de Dizilam.
• Estuario Celestum.

La porción Este del anillo está caracterizada por una ausencia de cenotes hacia el centro
del cráter y una alta densidad de ellos hacia su periferia. Esta diferencia en las
densidades de cenotes ha sido observada y mencionada por múltiples autores, al
respecto tenemos que: “El área circunscrita al anillo es caracterizada por densidades
considerablemente bajas o inferiores para los cenotes en comparación con el área fuera
del anillo”. Buffer et al., 1995. Y “La exposición a la intemperie y exposición subaérea
sugieren ser la principal razón para la diferencia en permeabilidades y densidad de
cenotes dentro y fuera del anillo”. Perry, E. et al., 2002.

Por otra parte Steinich & Marín (1997),plantean la posibilidad de que el anillo de cenotes
sea un subsistema hidrológico independiente al resto de la peninsula, con fracturas
interconectadas que guian la direccion del gradiente hidraulico, observaron (por medio de
pozos y cenotes) variaciones significativas en el nivel freatico entre el anillo de cenotes y
las localidades al sureste del mismo, concluyendo que “estas variaciones implican la
existencia de diferentes e independientes sistemas de fracturas, los cuales tienen nula o
minima conexión entre ellos”.

2. Terreno Pockmarked: Perry, Velázquez -Oliman, G, & Marín, (2002) nombraron una
región ubicada al noreste de la peninsula como “terreno Pockmarked”, en ella los cenotes
aparecen con excepcional abundancia. Perry, Velázquez -Oliman, & Marín, (2002)
hicieron una distinción de provincias y nombraron este lugar gracias al aumento en la
cantidad de cenotes, esto en comparación con el anillo. Otros autores se han referido a
esta región de la península sin nombrarla de una forma en particular, por ejemplo, Gracia-
Prieto, (1991) habló de la gran cantidad de depresiones kársticas que se hacen presentes
a lo largo de un gradiente sureste y Este, formando un campo.

3. Zona Holbox - Xel Ha: La zona de fracturas Holbox – Xel Ha, es un complejo regional
que se caracteriza por tener una zona kárstica plana en el noreste de Yucatán. “Consiste

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en una serie de cadenas de depresiones con formas alargadas localmente conocidas


como sabanas, con más de 100 Km de longitud. El alineamiento de las sabanas sigue
estructuras tectónicas relacionadas con los límites de placa presuntamente inactivos
desde el Eoceno tardío” (Perry, E. et. al. 2002). Dichas sabanas definen patrones en la
presencia de depresiones kársticas o cenotes en menor cantidad que el Anillo de Cenotes
y el Terreno Pockmarked.

3.1.3 Tipología de depresiones y sistemas profundos

Existen diversas tipologías diseñadas para clasificar y referirse al karst que se desarrolla
en la península de Yucatán, a continuación se mencionarán las más comunes: Bozák
(2008), propuso el modelo caribeño, señalando ciertas características para el karst de
América y el Caribe que los hacen diferenciarse del resto del mundo, estas características
para el área de estudio incluyen: tiempo corto de exposición, mineralogía inestable en los
bordes carbonatados, procesos tectónicos menores, ambientes tropicales y procesos de
mezcla de las aguas en las zonas marinas. Para Beddows (2009), “Las calizas presentes
en las penínsulas e islas son generalmente jóvenes y en raras ocasiones se encuentran
rodeadas por otro tipo de roca, son diagenéticanemte inmaduras, no están compactadas,
contienen minerales altamente solubles, la mezcla de aguas dulces con aguas marinas se
hace presente, en posición horizontal puesto que no se encuentran fuertemente
influenciadas por tectonismo”; la combinación de estos factores crea una matriz altamente
porosa, incrementando asi la permeabilidad.

Otra forma de clasificar los fenómenos kársticos en la península es a través del


coeficiente de circularidad, este puede definirse como un indicador del nivel de
karstificación o desarrollo de las estructuras kársticas (Aguilar, Y., Bautista, F., Mendoza,
M., Frausto, O., & Ihl, T. 2016).

Los patrones encontrados en las planicies kársticas de Yucatán por Aguilar et al., (2016)
indican que: “Las dolinas son más circulares en sitios con una elevación menor a 30 y se
van haciendo más complejas y menos circulares a mayores elevaciones, las dolinas
dominan a bajas elevaciones incluidas en áreas geológicas jóvenes del Pleistoceno. El
80% de los cenotes son circulares y en áreas con altitud mayor a 30 metros dominan las
depresiones irregulares, uvalas y poljes”.

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De acuerdo con Aguilar et al., (2016), “un método cuantitativo puede proveer una forma
semiautomática de clasificar las depresiones diferenciando entre dolinas, uvalas y poljes”.
Para conocer los porcentajes de depresiones kársticas (DK) reportados en el estado de
Yucatán, analizar a continuación las figuras 16 y 17.

FIGURA 16: Número de depresiones (A) y porcentaje del área que ocupan (B) en el estado de Yucatán y su
tipo de depresión correspondiente. Tomado de: Aguilar, Y., Bautista, F., Mendoza, M., Frausto, O., & Ihl, T.,
(2016).

FIGURA 17: Número de dolinas (A) y porcentaje del área que ocupan (B) en el estado de Yucatán, también
se muestran los tipos de dolinas encontradas. Tomado de: Aguilar, Y. et. al., (2016).

En el caso del estado de Quintana Roo, Fragoso-Servón, P., Bautista, F., Frausto, O. y
Pereira, A. (2014) lograron identificar “2,890 depresiones kársticas que ocupan un área de
1147.04 km2. El 58.8% son uvalas. el 35.1% son dolinas y sólo el 5.9% son poljes. Las
uvalas son las depresiones kársticas que se encuentran en mayor número (1,700) ocupan
un área de 223.3 km2, las dolinas son las que ocupan el segundo lugar en número (1,017)
pero ocupan la menor área (20.3 Km2); los poljes se encuentran en un número muy
reducido (173), pero abarcan la mayor superficie (903 Km2)”. Las zonas de alta densidad
de depresiones kársticas se encuentran distribuidas en diferentes regiones, se ubican
“principalmente en el centro, entre Carrillo Puerto, José María Morelos … también en las
áreas cercanas a la costa frente a Cozumel en el norte y frente al Banco Chinchorro en el
sur, mientras que las zonas de densidad media en su mayoría se encuentran rodeando a
las zonas de densidad alta” (Fragoso-Servón, et al., 2014).

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Por otro lado, en el 2007 Beddows, Hendrickson, Webster, y Kras elaboraron un


inventario de karst de superficie georreferenciado, este contiene formas kársticas de
diversas dimensiones situadas principalmente dentro de las huellas urbanas, puesto que
para este trabajo fueron necesarios un gran numero de voluntarios.

Finalmente Paredes, Matos, Vega, & Pardo (2019), realizaron una tipología de formas
kársticas para el estado de Yucatán donde encontraron cerca de 7,000 cenotes,
recolectados de diversos catálogos (Catálogo de cenotes del 2015, tomado de la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Gobierno de Yucatán (SEDUMA),
Catálogo de cuerpos de agua del 2016, descargado del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), entre otros); además lograron ubicar dolinas, uvalas, poljes y grandes
depresiones en el estado (ver figura 18)

FIGURA 18: Distribución geográfica para el estado de Yucatán de los objetos asociados a cada una de las
tipologías geomorfológicas tras la unificación y síntesis: a) dolinas y cenotes, b) depresiones tipo cockpit, c)
uvalas y d) poljes y depresiones de gran extensión. Tomado de: (Paredes, Matos, Vega, & Pardo, 2019).

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3.1.4 Origen de las formas kársticas en la plataforma

“Es probable que el karst en la península se haya iniciado con dolinas, a medida que se
produce el ascenso continental del relieve pasa a planicies onduladas y finalmente a
lomeríos” (Lugo-Hubp, J., Aceves, J. F., & Espinasa, R. 1992). Las fracturas, fisuras, fallas
y diaclasas son elementos que controlan la posición de las formas kársticas sobre todo las
subterráneas, ya que en ellas se produce la disolución con mayor intensidad. El tipo de
karst que se desarrolle dependerá fundamentalmente de otros factores litológico-
estructurales como son el “espesor de las capas, la inclinación y la composición
mineralógica, además de las condiciones hidrogeológicas y climáticas” (Lugo-Hubp, J.,
Aceves, J. F., & Espinasa, R. 1992). En el área de estudio “el clima es un factor
secundario que contribuye a la alta densidad de depresiones kársticas, coincidente con
áreas que tienen temporadas de lluvia de 5 o más de 6 meses” (Aguilar, Y. et al., 2016).

En la península de Yucatán “el proceso más importante en la construcción de cavernas,


es la disolución de la piedra caliza, disolución controlada por fracturas mayores”
(Beddows, P., 2009). Ford y Williams (2007) consideran que los cambios en el nivel
freático producen el colapso del techo de las cavernas, al eliminar el soporte ejercido por
el agua, se forma un cenote típico. Debajo del nivel freático las cavernas se forman casi
exclusivamente por disolución y dependiendo de la densidad de las fracturas, (Ford, 1971;
Ford & Ewers, 1978; Ford & Williams, 1989). Para Beddows (2009), “la mayoría de las
formas kársticas de la península se han formado en el nivel freático, con excepción de
algunos cenotes que se han desarrollado en sentido horizontal, muy cerca del nivel
freático, se trata de cavidades que aprovechan los planos de estratificación de las rocas”.
Los sistemas de cuevas profundas corresponden al desarrollo kárstico más antiguo,
mientras que “la alta densidad de cenotes en las llanuras costeras se atribuye a la
interacción dinámica con el agua de mar intrusa y, por lo tanto, tasas más rápidas de
disolución de la piedra caliza”. (Gottwein et. al., 2011).

Por otro lado, se plantea la posibilidad de que el impacto de un meteorito a finales del
período Cretácico, ampliamente reconocido por causar extinciones masivas en el límite
del Cretácico-Terciario (K-T), tenga influencia en el origen y desarrollo del karst en la
península de Yucatán (Pope, Ocampo, & Duller, 1991; Ward, Keller, Stinnesbeck, &
Adatte, 1995; Perry, Marin, McClain, & Velázquez, 1995; Pope K. O., 1996; Hildebrand,

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Pilkington, Connors, Ortiz, & Chavez, 1995; Sharpton, 1997; Sánchez, González, & Perry,
2005; Gottwein, Gondwe, Charvert, Marin, Rebolledo, Merediz, 2011;).

El cráter de impacto de Chicxulub ubicado en la porción norte (puerto Chicxulub) de la


península de Yucatán en México, es vinculado a la caída de un meteorito hace 65
millones de años este objeto de más de 18 Km de ancho creo un cráter de 100 Km de
ancho por 30 km de profundidad. Este orificio colapsó en sí mismo, dejando un cráter de
entre 170 Km y 300 Km de diámetro y varios kilómetros de profundidad, la zona central
del cráter se elevó y colapsó nuevamente, dejando al interior una estructura conocida
como “anillo pico” de al menos seis estructuras concéntricas. Hoy en día, la mayor parte
del cráter Chicxulub está sepultado en el litoral del Golfo de México, bajo 600 m de
sedimento; en tierra firme el cráter está cubierto de depósitos de caliza, pero la primera
expresión (en superficie) del cráter es el anillo de cenotes, puesto que coincide con el
borde del cráter se piensa que este último dio origen a la porosidad en la zona mediante
fracturas (Perry et. al., 1995; Ward, Keller, Stinnesbeck, & Adatte, 1995; Gottwein et. al.,
2011; Hildebrand, Pilkington, Connors, Ortiz, & Chávez, 1995; Kinsland, Hurtado, & Pope,
2000; Pope, Ocampo, & Duller, 1991; Paredes, Matos, Vega, & Pardo, 2019; Salguero,
Urrutia, & Ramírez, 2010; Rebolledo, Urrutia, & López, 2010; Sharpton, 1997).

Después del impacto de un cuerpo planetario, cuando la energía disminuye, las rocas
quedan intensamente fracturadas, la roca fundida y fracturada será desplazada por la
deformación del impacto, lanzada por detrás del frente de choque iniciando el flujo de
masa que se propaga durante la excavación, es decir, material expulsado (Ward, Keller,
Stinnesbeck, & Adatte, 1995; Grajales, J.; Murillo, C.; Rosales, J.; Bermúdez, L.;
Velasquillo, J.; García, J.; Artz, J.& Arenillas, I., 2009; Salguero, Urrutia, & Ramírez,
2010). A medida que la presión del suelo disminuye, este se relaja causando un rebote, el
resultado son elevaciones centrales y sistemas de anillos (Kinsland, Hurtado, & Pope,
2000; Grajales et.al., 2009; Salguero, Urrutia, & Ramírez, 2010; Sharpton, 1997).

La alta densidad de dolinas es explicada por la presencia de estructuras subterráneas


anómalas (sistemas de anillos), así como por el efecto disolvente del agua. En el caso del
anillo de cenotes “el factor estructural está definido por un patrón de densidad, ya que el
anillo es expresado en superficie por el borde de un cráter y marca el borde entre las

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rocas no fracturadas dentro del anillo y las rocas fracturadas fuera de este” (Pope, et al.,
1996; Pope, Rejmankova, & Paris, 2001).
Datos de campo (magnéticos, sísmicos y gravimétricos) fueron inicialmente usados para
cartografiar la estructura dejada por el meteorito y se revelaron características de
múltiples anomalías concéntricas, además, se encontró que la zona del terreno
pockmarked está compuesto por brechas, rocas de fusión y bloques concéntricos (Ward
et al., 1995; Hildebrand, Pilkington, Connors, Ortiz, & Chavez, 1995; Unsworth, Campos,
Belmonte, & Berdosian, 2002; Salguero, Urrutia, & Ramírez, 2010; Rebolledo, Urrutia, &
López, 2010). Para Unsworth et al. (2002), también fue posible medir la resistividad
eléctrica de la estructura, encontrando que gracias al Chicxulub, “una red de fracturas
interconectadas se pudo haber mantenido desde hace 65 millones de años, en
consecuencia, los fluidos podrán estar conectados en el subsuelo grandes distancias”.

La proximidad coincidente entre el cráter de impacto de Chicxulub y el anillo de cenotes


está marcado por una zona de fracturas, lo que provoca una alta densidad de cenotes
(Pope et al., 1993-1996; Hildebrand, et. al. 1995; Perry, et. al. 1995; Gottwein et. al.,
2011). “El terreno pockmarked en la parte central del Norte de Yucatán, directamente al
Este de la base de impacto de Chicxulub, cuenta con la mejor densidad de cenotes en la
península” (Hildebrand et al., 1995), el terreno estaba expuesto a una extensiva erosión
durante el Paleoceno y particularmente el Oligoceno (Pope et al., 1996; McClain, 1997);
mientras que el borde Oeste del terreno coincide con el anillo de cenotes y marca la
frontera entre el área perteneciente a evaporitas y la brecha de impacto de finales del
Cretácico (Ward et al., 1995; Urrutia Fucugauchi et al., 1996).Se pueden encontrar
depósitos de material expulsado del Chicxulub en varias partes del mundo, sin embargo,
para la península de Yucatán solo hay datos estratigráficos y bioestratigráficos del límite
K-T en la porción norte (Ward, Keller, Stinnesbeck, & Adatte, 1995).

3.2 Hidrología subterránea

Las calizas encontradas en islas costeras, penínsulas y algunos continentes son


generalmente jóvenes (menos de 65 millones de años de edad), rara vez se encuentran
rodeadas por otro tipo de roca y no se encuentran compactadas, generalmente en
posición horizontal y en contacto directo con el agua marina; Las fracturas dependen del
tectonismo presente en la zona (en el caso de Yucatán encontramos los movimientos de

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la Placa del Caribe y la relajación posterior al impacto del meteorito). La combinación de


estos factores crea una matriz muy porosa en la caliza con distintos grados de infiltración.
La infiltración distribuida da como resultado el incremento de la permeabilidad, por la
formación de canales y pasajes que crecen a medida que el flujo se vuelve turbulento
(Perry, Velázquez, & Socki, 2003; Sánchez, I.; Canul, C.; Salazar, R.; Baldazo, G.; Souza,
J.; Poot, P. & Pech, C., 2011; Gottwein et. al., 2011).

Para Gunn (2004), “la composición química del agua subterránea en sistemas kársticos
está controlada fundamentalmente por el clima, el tipo de roca que se disuelve y el tiempo
de residencia de las aguas en la misma”. El tiempo de residencia está controlado por la
hidrología, que determina la naturaleza y el grado de interacción agua / sólido.
Principalmente, “el tiempo de residencia es una función de la capacidad de
almacenamiento y la distribución de la matriz y las rutas de flujo preferenciales en el
suelo” (Gunn, 2004). “Las posibles causas de alta permeabilidad para el flujo de agua
subterránea son las fallas asociadas con la compactación litológica diferencial dentro de la
cuenca sedimentaria, un complejo de arrecifes enterrados o el colapso de brecha de
impacto” (Perry et al., 1995), teniendo presentes como valores de alta permeabilidad los
comprendidos entre 10+2 cm/s y 10-3 cm/s en coeficiente de permeabilidad (Juárez, E. &
Rico, A., 2014). El modelado numérico del agua subterránea del acuífero kárstico del
noroeste de Yucatán “proporcionó pruebas limitadas de una permeabilidad
significativamente mayor a lo largo del Anillo de Cenotes” (Gottwein et al., 2011), además
se tiene evidencia amplia de que en este lugar el karst desarrollado es en parte “resultado
de un proceso de disolución por CaSO4 de evaporitas del terreno y/o brecha de impacto
anhidrita /yeso del límite KT” (Perry et al., 1996).

3.2.1 Composición química general y propiedades geofísicas

En casi toda la región norte de la península, se encuentra una delgada lente de agua
dulce subyacida por una intrusión de agua marina, cuando el agua dulce y las aguas
salinas entran en la interfaz de agua dulce / agua salada, puede ocurrir una mayor
disolución de la roca incluso cuando el agua dulce se ha saturado; Este fenómeno se
conoce como disolución de mezcla (Sánchez, González, & Perry, 2005; Beddows,
Hendrickson, Webster, & Kras, 2007; Ford & Williams, 2007; Perry, Velazquez, & Socki,
2003; Beddows, 2009; Villasuso et.al., 2011; White, W., 2015; Benson & Yuhr, 2016).

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El agua marina se infiltra a todos los acuíferos costeros a través de todos los tipos de
caliza (figura 19), la baja densidad del agua de lluvia, hace que se formen lentes de agua
dulce flotando sobre los niveles de agua salina, misma que cuenta con una densidad más
alta, formando en la zona del acuífero el fenómeno conocido como “lentes de agua dulce”.
La zona de mezcla, es el lugar donde se da la separación con una haloclina entre el agua
fresca y el agua salada, la relación existente entre ambos tipos de agua es conocida como
“relación de Ghyben-Herzberg” (Llopis, 1970; Dreybrodt, 1988; Perry, Velázquez, & Socki,
2003; Beddows, 2009). De acuerdo con Perry et al., (1995; 2003): “dentro de los 40 Km a
partir de la costa, los fluidos salinos son derivados de una mezcla de agua de mar y agua
dulce”, esto para el caso de la península de Yucatán, además “el contenido de iones del
agua subterránea proviene principalmente de la mezcla con la intrusión de agua de mar y
de la disolución de minerales”.

FIGURA 19: Modelo conceptual de un acuífero costero con circulación de agua salina y dulce, observamos
la difusión de la “zona de mezcla” y la descarga. (Cooper, 1964; Fetter, 1988). Tomado de: Beddows, P.
(2009).

En realidad, un gran número de procesos de disolución se encuentran presentes en islas


y costas kársticas y estas características se encuentran asociadas con bordes geológicos
o hidrológicos, por ejemplo, en el caso de la península de Yucatán, “más hacia el interior
del continente una salinidad con valores elevados quizá se deba a la disolución de
evaporitas y/o brecha de impacto del Chicxulub” (Perry, E. et al., 1995).

Casi todas las aguas subterráneas del Norte de Yucatán están cerca de la saturación de
calcita y dolomita, en contraste casi todas las aguas subterráneas están poco saturadas

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de yeso y anhidrita, minerales que son abundantes en las brechas de impacto del cráter
Chicxulub (Perry, E. et al., 2002; Perry, Velazquez & Socki, 2003). “La parte superior de
los acuíferos de Yucatán, se desarrolla en forma horizontal sobre calizas y dolomías del
Terciario con la presencia de cavernas y permeabilidad de tipo intergranular. Existen
zonas excepcionalmente permeables a lo largo de las fallas, quizá formadas durante el
Eoceno con el movimiento de la placa del Caribe en el Este y por la relajación y/o impacto
del meteorito K/T en el Noreste” (Perry, E. et al., 2002).

“En las aguas subterráneas de la costa Norte el cloro (Cl) es derivado de las intrusiones
salinas, los sulfatos provienen de intrusiones salinas y/o de una o más fuentes
evaporíticas” (Perry, E. et al., 2002). Stosell et al., 1989; Moore et al., 1992 y Perry et al.,
1995 nos dicen que el Cl es un trazador conservador para la contribución de intrusiones
salinas del norte de la península de Yucatán, los iones de las aguas subterráneas
encuentran presentes en lentes de agua dulce sobre un área extensiva. La presencia
Sr/Cl en el agua subterránea cuenta con valores más altos que en el agua de mar, esto
indica disolución de celestita proveniente de evaporitas y/o aragonito, las variaciones en el
87
SrSO4 y Sr/86Sr se distinguen por fuentes de Sr en las aguas subterráneas (Perry et al.,
1995; Steinich, Velázquez Oliman, Marín L, & Perry, 1996; Perry, E., Velázquez, G. &
Marín, L. 2002).

De acuerdo con Perry, Velázquez, y Marín, 2002, los procesos naturales que afectan las
aguas subterráneas en el norte de Yucatán son:
1. Mezcla con agua de mar.
2. Disolución y precipitación por fases de CaCO3 y CaMg(CO3)2.
3. Disolución y precipitación de fases que no sean CaCO3 y CaMg(CO3)2 como por
ejemplo CaSO4/CaSO4 . 2H2O, SrSO4 y tal vez NaCl.
4. Evapotranspiración/precipitaciones.
5. Reacciones redox locales, particularmente reducción de sulfatos.
Estos procesos pueden ser modificados por actividad humana de acuerdo a:
1. Bombeo de agua para agricultura, industria, etc.
2. Contaminantes orgánicos e inorgánicos inyectados.
3. Alteraciones al terreno por construcción o remplazo de un tipo de vegetación.

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“Mucha del agua subterránea de la península está fuertemente saturada de yeso y


celestita SrSO4 ” (Perry, E. et al., 2002). Perry, Velázquez, & Marín, 2002 indican que el
material expulsado proveniente del impacto del meteorito, está presente en el pozo
perforado por la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) la brecha se
encuentra en las periferias del anillo de cenotes a profundidades mayores a los 170 m,
contiene en abundancia yeso y anhidrita (Urrutia Fucugauchi et al., 1996; Rebolledo-
Vieryra et al., 2000; Ward, Mihai; Lefticariu & Perry, 2001) y es una posible fuente de SO4
y Ca.

Las aguas subterráneas con mayor cantidad de sales dan como resultado bajas
resistividades. Datos magnetotelúricos de la estructura del Chicxulub fueron colectados
por primera vez gracias a la UNAM, detectando “una capa con un grosor de 1-2 km de
baja resistividad que llena el cráter”. (Unsworth, M., Campos, O., Belmonte, S., &
Berdosian, P., 2002).

3.2.2 Regiones geohidrológicas

Como ya se mencionó en el capítulo 3.1.2 “Provincias asociadas a las formas kársticas


(Anillo de cenotes, Terreno Pockmarked, Zona Holbox - Xel Ha)”, Perry, Velázquez -
Oliman, G, & Marin, (2002), se vieron en la necesidad de dividir la Península de Yucatán
en diferentes provincias geohidrológicas para un mejor entendimiento del agua
subterránea en la misma, basándose en trabajos e investigaciones presentadas por
Tulaczyk et al. (1993); Velázquez Oliman (1995), Perry et al. (1995) y McClain, 1997; cada
una de las regiones cuenta con un comportamiento y composición química del agua que
le distingue del resto de las provincias.

Características distintivas de estas regiones resultan de la tectónica, sedimentación,


erosión y tipo de roca (Perry et al., 1995; Poppe et al., 1996). A continuación, se hará
mención de dichas características para las provincias que cuentan con formas kársticas
asociadas.

En el caso del anillo de cenotes, este ha influido en la hidrogeología al producir una


cuenca de hundimiento, sus aguas presentan salinidad intermedia entre el agua dulce del
subsuelo y el agua de mar, notado en los trabajos de Perry, E. et al., 2002 y Poope et al.,
2001, esto corresponde a una variación estacional en las zonas de recarga costeras. En

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el oeste del anillo, de acuerdo con Velázquez-Oliman, G., & Perry, E., (1996) y Tulaczyk
et al. (1993), los reservorios de agua subterránea en el anillo se encuentran enriquecidos
con el ion SO4, cerca de la zona de la falla de Ticul. Las aguas en el norte y noreste de la
costa que comprende al anillo, son distintas debido a procesos de disolución diferentes,
en el noreste los materiales de disolución corresponden a sedimentos no consolidados,
mientras que en el Este de la costa, localidades como Xel-Ha se componen de roca
consolidada (Perry, E. et al., 2002; Perry, Velázquez, & Socki, 2003).

De acuerdo con Perry, E. et al., (2002), en el caso del terreno Pockmarked “las aguas
subterráneas son diluidas con agua de mar, por lo que existe la presencia de los iones
SO4Cl, pero con altas cantidades de Sr encontradas por Velázquez-Oliman, G., & Perry,
E. (1996)”, Para ellos esto es evidencia de la disolución de la brecha de impacto K/T
presente en el paleorelieve, puesto que dentro del área los horizontes evaporíticos se
encuentran ausentes o demasiado profundos como para interactuar con el agua
subterránea. La información estratigráfica necesaria para evaluar esta hipótesis fue
obtenida de la exploración de núcleos en los pozos 2, 5, 6 y 7 (cerca de la parte sur del
cráter de impacto) del proyecto de perforación UNAM, dirigido por Urrutia Fucugauchi
(1996).
Mientras que para la porción de la zona de fracturas Holbox – Xel Ha, fueron encontradas
“determinaciones de SO4- / Cl- en ciertas muestras de agua, datos que son consistentes
con un contacto entre aguas subterráneas e intrusiones salinas” (Perry, E. et al., 2002). El
agua para uso humano es accesible en los cenotes que se desarrollan a lo largo de las
estructuras geológicas mencionadas con anterioridad (Anillo Cenote, Zona de fractura
Holbox) (Perry, Velázquez, & Socki, 2003).

3.2.3 Direcciones de flujo de las aguas subterráneas

El acuífero kárstico de la península de Yucatán es uno de los sistemas kársticos más


extensos del planeta, “este sistema se extiende sobre un área de aproximadamente
165,000 km2 en México, Guatemala y Belice” (Gottwein et al., 2011). Para Sánchez,
González, y Perry, 2005 “ La presencia o ausencia de fracturas, cavidades y su densidad,
determinan el tipo de movimiento que tendrá el agua a través del medio poroso” y que
“Los sistemas de fracturas asociados al desarrollo del karst probablemente son el
mecanismo que controla al sistema de flujo subterráneo” en la península de Yucatán. La

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geoquímica del agua, incluyendo los trazos geoquímicos naturales, permiten evaluar el
movimiento de las aguas subterráneas y la interacción roca-agua en la plataforma de la
península, por ejemplo: Perry, E. et al., (2002), Back y Lesser, (1981) reportan un tiempo
corto de residencia de las aguas subterráneas en la parte norte de Yucatán y al respecto
se ha logrado elaborar mapas con una idea generalizada de la dirección de flujo de las
aguas (figura 20). Por otro lado, Gottwein, P. et al., (2011) realizó una recopilacion de la
información relacionada con las direcciones de flujo existentes al 2011 para la península
de Yucatán (ver figura 21).

FIGURA 20: Mapa de los terrenos hidrogeoquímicos, fallas, direcciones generales de flujo de aguas
subterráneas y poblados. Tomado de: (Perry, E., et al., 2002).

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FIGURA 21: Mapa de consenso del flujo de agua subterránea a escala regional (ASK 2003, con permiso de
Amigos de Sian Ka’an). Las flechas indican las direcciones del flujo de agua subterránea de acuerdo con la
referencia respectiva. Detalles de referencias: CNA Comisión Nacional del Agua, comunicación personal,
2003; UNAM Universidad Nacional Autónoma de México, comunicación personal, 2003; Eugene Perry 2002
se refiere a Perry et al. (2002) FIUADY Universidad Autónoma de Yucatán, comunicación personal, 2003;
J.M. Lesser 1976 se refiere a Lesser (1976); Adina Stanford y CINVESTAV se refieren al Centro de
Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, comunicación personal, 2003;
Sinopsis geohidrológica, 1989, CNA se refiere a la Comisión Nacional del Agua, comunicación personal,
2003. Tomado de: (Gottwein, P. et al., 2011).

Los mapas son representaciones conceptuales del mundo real y bajo este concepto los
mapas hidrogeológicos se presentan en varios tipos y se pueden diseñar a varias escalas.
Para el presente trabajo resulta de particular interés el enfoque hidrogeodinámico
(explicado por Ford & Williams, 2007), puesto que los objetivos engloban información
sobre la dirección del flujo de agua. Los trazadores químicos que han demostrado ser
útiles para comprender el movimiento del agua subterránea y su interacción con la roca
en el caso del acuífero de Yucatán son: iones de calcio (Ca 2 +), magnesio (Mg2 +), sulfato
(SO4 -), bicarbonato (HCO3 -) y cloruro (Cl -), así como el ion menor estroncio (Sr2 +)

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(Perry, Velázquez, & Socki, 2003). Por otra parte Beddows y Hendrickson (2008) utilizaron
el trazado de tinte múltiple para inferir las características del flujo en la peninsula.

Los mecanismos de disolución e intensidad de la misma, resultan cada vez más


importantes en la comprensión del origen y desarrollo de los sistemas cavernosos para la
península de Yucatán, dado que la mayoría de estos sistemas se encuentran aún en
etapas de desarrollo, formando auténticos ríos subterráneos, resultan de gran interés para
buzos (Gaona, Gordillo, & Villasuso, 1980; Gunn, 2004; Beddows, 2009). La interfaz más
directa entre la exploración de cuevas y las Ciencias de la Tierra es la Hidrología de los
acuíferos kársticos, en ese sentido quizás la mayor contribución del espeleólogo a la
hidrología kárstica es la elaboración de mapas (White, A., 2007); es decir que, la
cartografía generada por el espeleobuceo representan otra opción para conocer con más
detalle las direcciones de flujo de aguas subterráneas en la península de Yucatán.

El espeleobuceo es una especialización que podemos encontrar dentro de las ramas del
buceo o de la espeleología (etimológicamente significa tratado de cavernas, del griego
speleon=caverna y logos=tratado), esta disciplina se encarga de la exploración y
cartografía de cuevas inundadas ya sea con fines científicos o meramente recreativos. En
cuanto a geohidrología, la espeleología está estrechamente relacionada cuando se intenta
comprender el relieve, la geoquímica interviene cuando se intenta comprender el origen
de las sales disueltas en el agua. El espeleobuceo suele ser confundida con la
geohidrología kárstica, sin embargo, estas son ciencias completamente distintas con
conceptos diferentes que suelen perseguir un fin común.

El primer intento documentado de inmersión en un sumidero tuvo lugar en 1773, en “Peak


Cavern” Inglaterra; posteriormente, aquellos involucrados en las primeras exploraciones
en el Reino Unido luego formaron el “Cave Diving Group” en 1946, la cual fue una de las
primeras organizaciones de buceo no militares en el mundo (Gunn, 2004). La evolución
de las técnicas de buceo en cuevas depende en gran medida del desarrollo tecnológico
de equipos de buceo en general. En 1934, Jack Sheppard usó un respirador casero en el
sumidero “Swildon’s Hole”, este fue posiblemente el primer uso exitoso del equipo "Self
Contained Underwater Breathig Apparatus" (SCUBA). La ventaja de dicho equipo es que
el buzo ya no depende de un enlace con la superficie para obtener un suministro de aire,
puede moverse de forma libre, dado que las reservas de aire las lleva consigo.

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Posteriormente se tiene la invención del "Aqualung" en 1943, por Emile Gagnan y


Jacques Cousteau. Este fue el primer SCUBA confiable de "circuito abierto" y para
muchas inmersiones en cuevas, sigue siendo el equipo más apropiado por ser liviano y
compacto y fácil de transportar, con él se logró alcanzar 60 m de profundidad en el
sumidero “Vaucluse” (Gunn, 2004; González, 2014; Benson & Yuhr, 2016).

El Aqualung ayudó a muchos otros países a desarrollar sus habilidades de buceo en


cuevas en los años 1960, 1970, y 1980; dejando a los exploradores únicamente tres
barreras: la psicológica, las condiciones del medio (bajas temperaturas y poca visibilidad)
y la profundidad (lesiones por barotraumas, descompresión e intoxicaciones). Para
superarlas, se adoptaron mezclas de respiración sintéticas (mayor porcentaje de gas
helio) y softwares avanzados de descompresión en pequeños relojes, dejando
únicamente la barrera psicológica y las capacidades del buzo para adaptarse al medio.
Actualmente se espera un mayor uso de dispositivos electrónicos operados de forma
remota, que recopilarán datos sobre la cueva submarina automáticamente, por ejemplo, el
mapeo sonar tridimensional de alta velocidad (el cual se comenzó a utilizar en 1999)
(Gunn, 2004; González, 2014; Benson & Yuhr, 2016).

Las primeras bases de datos y mapas de cuevas eran documentos públicos, sin embargo,
con el paso del tiempo los mapas de sistemas de cavernas y las bases de datos se han
convertido en información patentada, a menudo altamente restringida. Los mapas
(bosquejos) que los buzos elaboran de los sistemas de cavernas, además de reflejar la
distribución y dirección de los túneles cavernosos, en realidad son la representación de
un sistema de drenaje profundo actual (White, A., 2007).

Para la península de Yucatán la exploración de sistemas inundados se limita a las costas


del estado de Quintana Roo. En los años de 1970 y 1980 los sistemas de cavernas Sac
Actun y Ox Bel Ha eran cartografiados con dibujos a mano en secciones (utilizando el
método de brújula y cinta), permitiendo a los buzos explorar no más de 10 km por los
peligros que representaban los pasajes; fue hasta 1990 cuando se introdujeron los
computadores personales y sofisticados mapas de cavernas fueron creados para
eventualmente unir las secciones en sistemas, alrededor de 60 km de pasajes bajo el
agua fueron explorados en el área de Tulum, sin embargo no había dudas de la existencia
de un mayor número de cavernas inundadas. En 1995 el Quintana Roo Speleological

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Survey (QRSS) comenzó a archivar todos los mapas hechos a mano, los cuales incluían
alrededor de 180 km de cavernas exploradas. Para el 2006 el QRSS contaba con una
base de datos de 636 km en cavernas exploradas (Espinasa, 1994; Beddows,
Hendrickson, Webster, & Kras, 2007; Richards & Richards, 2009; Kambesis & Coke,
2016).

“Las cuevas cartografiadas se encuentran principalmente en la Riviera Maya” (Gottwein et


al., 2011). De acuerdo con el Quintana Roo Speleological Survey (2009), Beddows
(2009), Richards, R. & Richards, D. (2009) y Kambesis & Coke (2016) los 5 sistemas de
cavernas inundados más grandes explorados en la península son:
1. Sistema “Ox Bel Ha” con 180 km explorados, es el segundo sistema inundado más
largo del mundo (figura 22).
2. Sistema “Sac Actun” con 168.9 km explorados (figura 23).
3. Sistema “Dos Ojos” con 62.2 km explorados (figura 23).
4. Sistema “Toh Ha” con 27.7 km explorados
5. Sistema “Aktun Hu” con 24.9 km explorados.

FIGURA 22: Mapa del sistema de cavernas Ox Bel Ha. Tomado de: (Richards D. & Richards, S., 2009).

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FIGURA 23: Mapa de los sistemas de cavernas Sac Actun y Dos Ojos. Tomado de: (Kambesis & Coke,
2016).

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RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

IV. USO DE INFORMACIÓN SATELITAL PARA LA IDENTIFICACIÓN DE CENOTES EN LA PORCION NORTE DE LA


PENÍNSULA DE YUCATÁN
IDENTIFICACIÓN DE CENOTES CON
IMÁGENES SATELITALES

CENOTES INUNDADOS CENOTES CON VEGETACIÓN

Identificación de cenotes inundados en cartografía del Identificación de cenotes con vegetación en


INEGI, escala 1:250 000 y 1:50 000 cartografía del INEGI, escala 1:250 000 y
1:50 000

Uso de 33 imágenes Uso de 33 imágenes


fusionadas SPOT-6 y fusionadas SPOT-6 y
Selección de zonas de Selección de zonas de
SPOT-7 SPOT-7
entrenamiento entrenamiento

Clasificación supervisada en el programa Clasificación supervisada en el programa


ERDAS IMAGINE ERDAS IMAGINE

14 a 35 zonas de entrenamiento para la Uso de 33 imágenes Uso de 33 imágenes 64 a 112 zonas de entrenamiento para
clasificacion supervisada multiespectrales multiespectrales la clasificación supervisada
SPOT-6 y SPOT-7 SPOT-6 y SPOT-7

Combinación de bandas Combinacion de


infrarrojo cercano bandas en falso
color

Limpieza manual de los polígonos obtenidos Limpieza manual de los polígonos obtenidos

Uso de 33 imágenes
Uso de 33 imágenes Mapa de cenotes (integrado de cenotes fusionadas SPOT-6 y
fusionadas SPOT-6 y
inundados y cenotes con vegetación) SPOT-7 en ArcGIS 10.3
SPOT-7 en Arc MAP 10.3

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4.1 Identificación de cenotes en la porción norte con imágenes satelitales

De acuerdo con Benson & Yuhr (2016), “Las tecnologías de fotografía e imágenes aéreas
proporcionan datos espaciales y temporales para desarrollar un inventario, planificación,
desarrollo y zonificación de karst”, por lo cual se utilizaron 99 imágenes (33
pancromáticas, 33 multiespectrales y 33 fusionadas) (ver figura 24), todas provenientes
del satélite SPOT (Satellites Pour l’Observation de la Terre), el cual ha proporcionado
datos a todo el mundo desde 1986; es el primer programa satelital de recursos terrestres
europeos de vuelo libre, y ha sido operado bajo el Centro Nacional de Estudios
Espaciales (CNES) francés y SPOT-IMAGE Inc. (Khorram, Wiele, Koch, Nelson, & Potts,
1995; Gupta, 1991; Gutiérrez, 1993).

Las imágenes fueron donadas por la antena ERMEX, misma que a su vez es
administrada por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la
dependencia gubernamental SAGARPA, con un periodo de toma de diciembre de 2017 a
marzo de 2018, un nivel de procesamiento 3 A (ortorrectificadas).

La razón por la cual se decidió trabajar con este satélite es que las imágenes
proporcionadas por SPOT son estereoscópicas (Gutiérrez, 1993), lo cual es de suma
importancia puesto que la visión estereoscópica es fundamental para el reconocimiento
geomorfológico por aportar una visión tridimensional del terreno (Chuvieco, E. 1995). A
continuación, se muestra la ficha técnica de las imágenes proporcionadas por SPOT 6 y 7
(tabla 4 y 5).
TABLA 5: Especificaciones de los satélites SPOT-6 Y SPOT-7. Modificado de: (Gupta, 1991).

ALTITUD DE INCLINACIÓN PERÍODO


LANZAMIENTO DE LA
SATÉLITE LA ÓRBITA ORBITAL SENSORES
(año) ÓRBITA
(km) (grados) (min)
SPOT-6 2012 694 98.2º 99 Pan; Multi
SPOT-7 2014 694 98.2º 99 Pan; Multi

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FIGURA 24: Mapa esquemático de la cobertura correspondiente a las 33 imágenes SPOT 6 y SPOT 7, utilizadas para la identificación de cenotes en el área de estudio.

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TABLA 6: Especificaciones de las bandas Pancromática y Multiespectral de los satélites SPOT-6 y SPOT-7.
Modificado de: (Gupta, 1991; Oscar, 2018).

SPOT-6 Y SPOT-7 – PAN & MULTI


Banda Pan Multi
Rango
0.45-0.75 0.45-0.52 0.53-0.59 0.62-0.69 0.76-0.89
espectral (µm)
Infrarrojo
Nombre Pancromática Azul Verde Rojo
cercano
Resolución
1.5 6 6 6 6
espacial (m)
Resolución
12 llevado a 12 llevado a 12 llevado a 12 llevado a
radiométrica 12 llevado a 16
16 16 16 16
(bit)
Ancho de la
60 60 60 60 60
franja (km)
Nivel de • 1A: primario (imagen sin ortorectificar)
procesamiento • 3A: Ortorectificada
Sistema de
Datum WGS84, sistema de proyección UTM
coordenadas
Formato de la
JGP2000 Regular / JPG 2000 Optimizado / Geo TIFF
imagen
Formato de
salida del DIMAP V2. El producto contiene los metadatos, una vista JPG y un archivo .kmz
producto

4.1.1 Cenotes inundados, metodología y calibración del modelo

Los cuerpos de agua y porciones húmedas de suelo se perciben con facilidad en las
combinaciones de bandas donde interviene el infrarrojo cercano (Bullón, T. 2004). Dado
que numerosos cenotes albergan agua en su interior, se inició con dicha combinacion de
bandas en las imágenes multiespectrales para identificar los cuerpos de agua, utilizando
el programa ERDAS IMAGINE 2015; para obtener una nueva base de datos con los
cuerpos de agua en el área de estudio de una forma rápida, se optó por realizar una
clasificación supervisada en el programa ya mencionado.

Las 33 imágenes del SPOT-6 y SPOT-7 utilizadas para el presente trabajo fueron
seleccionadas con un porcentaje de nubosidad menor al 10%, con la finalidad de dar la
menor corrección atmosférica posible a las imágenes satelitales, para no alterar
demasiado las firmas espectrales del pixel. En consecuencia, cada imagen cuenta con
una fecha de adquisición distinta, por lo que fue necesario realizar 33 clasificaciones
supervisadas (una para cada imagen). Una clasificación define las clases que estamos
analizando, agrupando el pixel en “n” clases, según el tipo de clasificación que se quiere
realizar. En este tipo de clasificación, seleccionamos un conjunto de pixeles (muestras)

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que se asignarán por el usuario a una clase concreta, basándose en el conocimiento


previo que se tiene sobre la imagen. El número de zonas de entrenamiento para la
clasificación supervisada tuvo variaciones (ver tabla 6) de acuerdo a la calidad en la
adquisición de la imagen, es decir el ruido causado por la nubosidad.

TABLA 7: Clases y variación en el número de muestras (zonas de entrenamiento) utilizadas para la


clasificación supervisada en la identificación de cenotes inundados.

Zonas de entrenamiento para la identificación de cenotes inundados


Cenotes inundados Cultivos y Selva Sombras Nubes Caminos y Ciudades
5-15 3-5 4 1-3 1-3

Las áreas que se tomaron como referencia para el muestreo de zonas de entrenamiento,
fueron adquiridas de porciones donde se tienen plenamente cartografiados cenotes
inundados en los mapas topográficos digitales realizados por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI), escala 1:250 000 y 1:50 000 para los estados de
Yucatán, Campeche y Quintana Roo. A continuación se muestran algunos ejemplos de
los cenotes utilizados como muestreo (tabla 7).
TABLA 8: Comportamiento espectral de cenotes inundados cartografiados por el Instituto Nacional de
Estadistica y Geografia (INEGI) en mapas topograficos, imágenes fusionadas en color natural y RGB.

Cenotes Inundados
Cenote Sagrado, Chichen Itzá Cenote Sagrado, Chichen Itzá Cenote Sagrado, Chichen Itzá
(Google Earth) (Fusionada SPOT) (RGB SPOT)

Cenote Chun Copo y Choltunha Cenote Chun Copo y Choltunha Cenote Chun Copo Y Choltunha
(Google Earth) (Fusionada SPOT) (RGB SPOT)

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Una vez finalizada la clasificación supervisada, se pudo notar que además de obtener
cenotes inundados, también se obtuvieron cuerpos de agua artificiales, porciones de mar
y un número menor de sombras en un archivo raster. En consecuencia, se exportó dicha
clasificación a un formato Shapefile para continuar con una limpieza visual en el programa
Arc MAP 10.3 de Arc GIS.

4.1.2 Cenotes con vegetación, metodología y calibración del modelo

En el caso de cenotes los cuales albergan vegetación en su interior, de acuerdo con


Bullón, T. (2004) “los contrastes topográficos, la humedad y la variedad de las
formaciones vegetales son las tres claves para profundizar en el conocimiento de este
espacio geográfico”, puesto que las coberturas vegetales para el caso de la península de
Yucatán son un reflejo de las variaciones en el relieve. Utilizando el programa ERDAS
IMAGINE 2015 y las 33 imágenes multiespectrales, se realizó una combinación de falso
color para cada imagen, nuevamente una clasificación supervisada con un mayor número
de clases (ver tabla 8), nuevamente las áreas de muestreo fueron adquiridas de porciones
en los mapas topográficos realizados por el Instituto Nacional de Estadistica y Geografia
(INEGI), escala 1:250 000 y 1:50 000 para los estados de Yucatán, Campeche y Quintana
Roo. Este procedimiento permitió obtener los polígonos que delimitarían los cenotes
cubiertos por vegetación, a continuación, se muestran algunos ejemplos de cenotes
muestra para la toma de zonas de entrenamiento (ver tabla 9).

TABLA 9: Clases y variación en el número de muestras (zonas de entrenamiento) utilizadas para la


clasificación supervisada en la identificación de cenotes con vegetación.

Zonas de entrenamiento para la identificación de cenotes con vegetación


Cenotes con Cuerpos de Cultivos y Caminos y
Nubes Sombras
vegetación agua selva ciudades
24-60 4-10 21-22 14 3 3

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TABLA 10: Comportamiento espectral de cenotes con vegetación cartografiados por el Instituto Nacional de
Estadistica y Geografia (INEGI) en mapas topográficos, imágenes fusionadas en color natural y en falso
color.

Cenotes con Vegetación


Cenote Xcajum Cenote Xcajum Cenote Xcajum
(Google Earth) (Fusionada SPOT) (Falso Color SPOT)

Cenotes Temozón Cenotes Temozón Cenotes Temozón


(Google Earth) (Fusionada SPOT) (Falso Color SPOT)

Debido a las diferentes características que presentan los cenotes, los resultados raster
mediante clasificación supervisada dieron una mayor confusión con la cobertura del suelo,
por lo cual se exportó la clasificación supervisada a un archivo shapefile y con ayuda de
las imágenes fusionadas de mayor resolución espacial, se realizó una limpieza manual de
los cenotes o fotointerpretación en Arc MAP 10.3. La elaboración de mapas en el campo
de las depresiones kársticas implica una gran cantidad de trabajo manual, puesto que una
gran cantidad de estas quedan por debajo del área mínima representable (Fragoso-
Servón, 2014). De acuerdo con Bullón, T. (2004), “Con el uso de la fotointerpretación y la
digitalización se pueden obtener capas vectoriales para la mejor comprensión del medio
kárstico”.

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4.2 Densidad de formas kársticas y patrones de distribución


Una vez que ambos archivos shapefile (tanto el archivo de cenotes inundados como el
archivo de cenotes con vegetación) estuvieron terminados, es decir fotointerpretados, se
unieron en un nuevo archivo shapefile con ayuda del programa Arc Map 10.3. Este nuevo
archivo permitió, además de observar la distribución y número de cenotes, realizar un
análisis de número de cenotes por unidad de área, es decir, un mapa de densidad.

El mapa fue elaborado utilizando la herramienta de densidad Kernel, con un tamaño de


celda de 100,000 y un radio de análisis de 564.19 m. Es importante recordar que el
programa Arc Map 10.3 realiza los análisis de densidad trazando una circunferencia
desde el centro de las celdas en los archivos raster, el radio de esta circunferencia será
consistente con el valor ingresado; La razón para requerir al programa 564.19 m como
valor para el radio resulta de querer el análisis de densidad por km2. Es decir:

A= π*r2 Donde:

Por lo tanto: A= área de un círculo 564.19 m

1km2 = π*r2 r= Radio del círculo

 (1km2 / π) = r

r= 0.5641895 km

De esta forma se obtiene el número de cenotes por km2 dentro del área de estudio, los
patrones de densidad obtenidos nos permiten distinguir alineamientos trazados por la
alineación de los cenotes. Los alineamientos son características lineales naturales que
consisten en alineaciones topográficas, de vegetación o del suelo, visibles en imágenes
satelitales y mapas topográficos; En este caso es correcto llamarlos “fotoalineamientos”
puesto que la característica se interpretó a partir de imágenes satelitales en lugar de otros
medios, como el mapeo en campo, el desarrollo de cenotes es más factible a lo largo de
los fotoalineamientos más grandes (Benson & Yuhr, 2016). El papel hidrogeológico y
espeleogenético de las fallas y fracturas varía con su tipo, tamaño y el registro
diagenético. Estas pueden dirigir el flujo predominante en una cuenca de agua
subterránea, como un río lo hace en la superficie, o tener sumideros alineados a lo largo
de ellas. Muchas de las principales depresiones kársticas en el mundo están guiadas por
fallas y fracturas y pueden concentrarse donde se cruzan dos trazas (Ford & Williams,

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2007). De acuerdo con Dreybrodt (1988), “la karstificación está controlada por la densidad
de fisuras penetrables por el agua”, mientras que para Veress (2016), en los terrenos que
cuentan con la presencia de evaporitas, la evolución de la superficie kárstica está
controlada por los conductos que dejan las brechas desde grandes profundidades.

V. AGUAS SUBTERRÁNEAS Y SISTEMAS DE CAVERNAS DE LOS


CUADRANTES NORESTE Y NOROESTE DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN

IDENTIFICACIÓN DE POTENCIALES ÁREAS


DE FLUJO SUBTERRÁNEO EN ArcGIS 10.3

Búsqueda de DEM´s alos-PALSAR

Unión de 24 DEM´s en un único DEM, se crea


un duplicado del DEM (DEM_1 y DEM_2)

DEM_2 no recibe ningún


Limpieza del DEM_1 tratamiento o limpieza

Resta de archivos raster: (DEM_1) - (DEM_2) = DEM de


“Profundidades tentativas” (Moreno, Liedl, & Stefan, 2019)

Mapa de cenotes Profundidad tentativa de los cenotes

Comparación del Uso de las herramientas


modelo con los hidrology de Arc MAP 10.3
sistemas de cavernas para visualizar las líneas de
cartografiados flujo subterráneo

Direcciones de flujo suavizadas


(tolerancia de 250 m)

Se determinaron 5 potenciales áreas de flujo


subterráneo (a cada 100 m)

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5.1 Metodología de la identificación de potenciales áreas de flujo subterráneo y su


comparación con sistemas de cavernas inundadas

Ford y Williams (2007) hacen mención de una de las características en común para los
acuíferos kársticos: la existencia de canales subterráneos o conductos. Para ellos el
sistema kárstico se define por su estructura (organización de rutas de flujo),
comportamiento hidráulico (respuesta a la recarga) y su evolución (etapa de desarrollo)
por lo que el flujo subterráneo rara vez se comporta de forma laminar. Cuando no se
piensa en un flujo turbulento, es importante tener claro el objetivo: si se trata de modelar
el flujo como tal (cabezales hidráulicos, flujos de agua subterránea y descarga de
manantiales) o modelar el transporte (dirección del flujo, velocidad y destino). Bajo tal
descripción, el presente trabajo tratará de modelar la dirección de flujo del acuifero en el
área de estudio; más especificamente se pretende identificar potenciales áreas de flujo
subterráneo.

Steinich y Marín, (1997) afirman que “el movimiento real del agua subterránea en el norte
de la península se da a través de fracturas, canales y cavernas; muchos de los sitios
mantienen una relación directa con el gradiente hidráulico y la orientación de las
fracturas”, sin embargo, de acuerdo con Ford y Williams (2007) “se debe reconocer que
los modelos de transporte a menudo son inadecuados en el karst debido al fuerte control
ejercido por los sistemas de fracturas y conductos de ubicación desconocida”, por otra
parte Benson y Yuhr (2016), mencionan que “El número de cenotes presentes y sus
densidades están vinculados a condiciones geológicas específicas del sitio… cuando los
cenotes tienden a alinearse o cuentan con otros patrones geométricos, estas tendencias
a menudo siguen las uniones principales que controlan el flujo de agua subterránea, lo
que resulta en una disolución preferencial”. Tomando en cuenta lo dicho por Benson y
Yuhr (2016), para el presente trabajo se hace uso de la cartografía de cenotes realizada
en la sección “4.1.1 Cenotes inundados, metodología y calibración del modelo” y “4.1.2
Cenotes con vegetación, metodología y calibración del modelo” para los fines ya
mencionados.

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FIGURA 25: Mapa esquemático de la cobertura correspondiente a las 24 imágenes Alos-PALSAR, utilizadas para la identificación de potenciales áreas de flujo subterráneo.

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Se comenzó con la descarga de 24 Modelos Digitales de Elevación (DEM) (figura 25) de


la base de datos de Alos-PALSAR (tablas 10 y 11) pertenecientes al área de estudio, en
el portal de la Alaska Satellite Facility (ASF) cuyas características se muestran a
continuación en la tabla 12.
TABLA 11: Características del satélite ALOS. Tomado de: (Alaska Satellite Facility, 2019).

PERÍODO
LANZAMIENTO
SATÉLITE ORBITAL SENSOR OPERADOR DEL SATÉLITE
(año)
(días)
ALOS 2006-2011 45 PALSAR JAXA – Cross Restec

TABLA 12: Características de los 24 DEM utilizados en el presente trabajo. Tomado de: (Alaska Satellite
Facility, 2019).

Alos-PALSAR
Sensor PALSAR
Polarización HH
Resolución espacial (m) 12.5
Resolución radiométrica (bit) 16
Escena (km) 50 x 70
Descarga Alta resolución
Sistema de coordenadas Datum WGS84, sistema de proyección UTM
Formato de la imagen Geo TIFF

Se realizó un mosaico con los 24 modelos DEM en el programa ERDAS IMAGINE 2015
para obtener un DEM de toda el área de estudio, se duplicó el archivo para trabajar en la
limpieza de huecos (cenotes) en uno de los modelos con las herramientas de la sección
hidrology del programa Arc MAP 10.3 de Arc GIS. Una vez que se terminó el proceso de
limpieza con la herramienta Fill, se realizó una resta de elevaciones entre ambos DEM`s
(el DEM “limpio” menos el DEM original sin modificaciones) con la calculadora raster del
programa ya mencionado; esto con la finalidad de obtener profundidades tentativas del
terreno (Moreno, Liedl, & Stefan, 2019).

Posteriormente se tomó el archivo .shp de cenotes generado en los subtemas 4.1.1 y


4.1.2 y se convirtió de un archivo de polígonos a un archivo de puntos, para pedir
información del nuevo DEM (en el cual se representó la profundidad en metros del
terreno) en un campo de la tabla de atributos. Las tomas puntuales pertenecen a la
ubicación de los cenotes, para de esta manera tener una referencia de la profundidad de
los mismos.

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Una vez que el archivo .shp del total de cenotes encontrados en el área de estudio
contenía información acerca de la profundidad de los mismos, se realizó una interpolación
IDW para obtener las “zonas de igual profundidad” en metros con formato raster, es decir,
zonas kársticas con cenotes de igual madurez y de igual carga hidráulica. Posteriormente
esta interpolación se transformó en un archivo .shp de polilínea, después archivo. tin, para
finalmente pasar a un archivo DEM de formato raster, con el cual se trabajaron las
herramientas de la sección hidrology, con la finalidad de visualizar las líneas de flujo
subterráneo suavizadas con el algoritmo peak a una tolerancia de 250 m.

Finalmente, a partir del archivo .shp con las líneas de flujo se generó un buffer de
múltiples anillos en el programa Arc MAP 10.3; el objetivo fue obtener potenciales áreas
de flujo subterráneo. Con 5 áreas concéntricas a la dirección señalada por los modelos
obtenidos con anterioridad, cada área cuenta con una distancia de 100 m respecto al
anillo que lo precede, siendo la mayor área la representativa a los 500 m a partir de la
línea que representa la dirección de flujo.

5.2 Calibración del modelo con sistemas de cavernas

Como ya se mencionó en el capítulo “III. Antecedentes” el área de estudio cuenta con


numerosos sistemas de cavernas inundados, los cuales nos indican la dirección del flujo
subterráneo a través de sus pasajes, que de acuerdo con Gottwein et.al. (2011) es en
estos sistemas donde “las rutas de flujo preferenciales siguen zonas de fractura a escala
regional”. Para la calibración de los modelos obtenidos en el subtema 5.1 se usaron 3
sistemas de cavernas: 1. Ox Bel Ha, 2. Sac Actun y 3. Dos Ojos. La razón por la cual
fueron seleccionados estos sistemas, es que cuentan con el mayor número de cenotes
reportados en comparación con otros sistemas explorados. Recordar que la cantidad,
ubicación y profundidad de los cenotes son características fundamentales para la
identificación de áreas potencial en flujo subterráneo dentro del subtema anterior. A
continuación, se muestran las características de los sistemas seleccionados para la
calibración del modelo (tabla 12).

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TABLA 13: Características de los sistemas de cavernas Ox Bel Ha, Sac Actun y Dos Ojos. Tomado de:
(Quintana Roo Speleological Survey, 2009).

Nombre Mayor No. de


Longitud Fecha de
del Profundidad cenotes en Reportado por
(m) reporte
sistema (m) el sistema
Ox Bel Ha 180039 -33.5 130 CINDAQ/MCEP 05/2009
Sac Actun 168959 -71.6 126 (?) Bogaerts/Schmittner 05/2009
Dos Ojos 62209 -119.1 25 Bogaerts/Schmittner 12/2008

Con ayuda de las herramientas de georreferenciado del programa Arc MAP 10.3 del Arc
GIS, fueron asignadas coordenadas (Datum WGS84, sistema de proyección UTM) a los
mapas de los tres sistemas de cavernas dibujados por Richards D., Richards, S., (2009) ,
Kambesis y Coke, (2016) en formato digital; lo anterior para cotejar el correcto
comportamiento de los modelos de direcciones de flujo subterráneo obtenidos con los
mapeos reportados por los buzos en las costas de Quintana Roo (figura 26 y 27 del
capítulo VI) y sus respectivas áreas con potencial flujo subterráneo (figura 28 y 29 del
capítulo VI).

5.3 Extrapolación del modelo a la porción Norte de la península de Yucatán

Una vez que se logró calibrar y verificar la coincidencia de los modelos de potenciales
áreas de flujo subterráneo con los mapeos de sistemas de cavernas, se extrapoló la
metodología descrita en el subtema 5.1 a toda el área de estudio.

Lo anterior fue posible gracias a la base de datos de cenotes generada con imágenes
satelitales del SPOT-6 y el SPOT-7 en los subtemas 4.1.1 y 4.1.2 del capítulo “IV. Uso de
información satelital para la identificación de cenotes en la porción norte de la península
de Yucatán”. A continuación (en el capítulo VI) se muestra la cartografía resultante.

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VI Resultados y discusión

Los mapas 1 y 2 (figura 26) incluidos en el Anexo “A”: Mapas (a partir de la página 86),
muestran el resultado de la calibración del modelo de direcciones de flujo con los
sistemas de cavernas “Sac Actun” y “Dos Ojos”, con un error de coincidencia de entre 100
m y 1,600 m para las direcciones “maestras”. En el subtema 5.2 (página 75), se mencionó
que el modelo de direcciones de flujo subterráneo sería calibrado con tres sistemas de
cavernas; sin embargo, no fue posible comparar los resultados con el sistema de
cavernas “Ox Bel Ha”, puesto que el tratamiento que recibieron los DEM por parte de
Alos-PALSAR, reflejaba una elevación de 0 m para toda el área que alberga a dicho
sistema de cavernas (los DEM del área Ox Bel Ha se encuentran disponibles en el portal
de datos del Alaska Satellite Facility). Al no tener una diferencia en las elevaciones del
terreno (debido a la resolución de los DEM), la metodología aquí descrita resulta inútil al
reproducir áreas potenciales de flujo subterráneo en este sistema.

La propuesta de áreas potenciales con flujo subterráneo (figura 28) para las regiones que
albergan a los sistemas de cavernas “Sac Actun” y “Dos Ojos”, se ve representada por los
mapas 3 y 4 presentes en el Anexo “A”: Mapas (página 87), con extensiones de 100 m,
200 m, 300 m, 400 m y 500 m de radio alrededor de la línea de flujo subterráneo indicada
por el modelo. Se tomó la decisión de zonificar las áreas potenciales con flujo subterráneo
debido al grado de error encontrado en la coincidencia con los sistemas de cavernas (de
100 a 1,600 m), siendo la zona de mayor probabilidad la de 100 m alrededor de la línea
de flujo y la de menor probabilidad la de 500 m alrededor de la zona de flujo. Es posible
que el grado de error mencionado con anterioridad se deba a una deficiencia en la calidad
de los DEM usados en la zona o en la georreferenciación de la cartografía de los sistemas
de cavernas; recordar que los espeleobuzos solían cartografiar con el método de brújula y
cinta, dejando pocos puntos certeros de referencia en sus mapas, como no sean las
ciudades o bordes de costa.

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Sistema de cavernas “Sac Actun”

FIGURA 26: Imágenes esquemáticas de los mapas 1 y 2 presentes en el Anexo “A”: Mapas. Para ver la
cartografía en detalle pasar a la página 86.

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FIGURA 27: Mapa del sistema de cavernas Ox Bel Ha, dicho sistema de cavernas no pudo ser utilizado para
la calibración de los modelos de direcciones de flujo subterráneo desarrollados es el presente trabajo, puesto
que los modelos digitales de elevación (DEM) disponibles para el área no mostraban diferencias de elevación
en el terreno, es decir que, el área es representado como un terreno completamente plano. Tomado de:
(Richards D. & Richards, S., 2009).

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FIGURA 28: Imágenes esquemáticas de los mapas 3 y 4 presentes en el Anexo “A”: Mapas. Para ver la
cartografía en detalle pasar a la página 87.

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Los mapas 5 y 6 (figura 29) presentes en el Anexo “A”: Mapas (páginas 88 y 89) se
muestra el mapa integrado de cenotes como resultado de la metodología mencionada en
el capítulo IV (página 63) del presente trabajo. Se contabilizó un total de 87,184 cenotes
en el área de estudio, de los cuales 68,595 pertenecen a cenotes con vegetación en su
interior y 18,589 a cenotes inundados. Es importante señalar que en las imágenes
satelitales enlistadas a continuación (ver figura 24 en el capítulo IV), se encontró una
disminución de cenotes comparado con las tendencias que se venían observando en el
trabajo; como consecuencia de la densa vegetación, mancha urbana, tierras destinadas a
la agricultura o la presencia de la zona de fracturas Holbox – Xel Ha:

1. E7610310180110_1603451K3A0U16N13L1082001
2. E7610310180110_1603291K3A0U16N17L1012001
3. E6606310171118_1611321K3A0U16N17L1153001
4. E6606310171118_1611321K3A0U16N17L1153001
5. E7610309171229_1555331K3A0U16N32L1447002
6. E7613308180110_1602511K3A0U16N25L1310001
7. E6609309180323_1600351K3A0U16N23L1152002

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FIGURA 29: Imágenes esquemáticas de los mapas 5 y 6 presentes en el Anexo “A”: Mapas. Para ver la
cartografía en detalle pasar a las páginas 88 y 89.

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El mapa 7 del Anexo “A”: Mapas (página 90) pertenece a un análisis de densidad descrito
en el subtema 4.2 (página 69) para el total de cenotes presentes en el área de estudio
(figura 30), se puede notar una mayor concentración de los mismos en la porción sureste
de la estructura conocida como anillo de cenotes, además de la presencia de
concentraciones al este, fuera de la estructura del anillo en lo que Perry, Velázquez
Oliman, y Marín, (2002) llaman terreno Pockmarked. Estas concentraciones permiten
observar patrones de al menos dos anillos concéntricos de gran tamaño (igualmente
marcados por cenotes) a la estructura principal conocida como anillo de cenotes (figura
31); además de anillos menores dispersos entre la zona de fracturas de Holbox- Xel Ha y
el anillo de cenotes. La alta densidad de cenotes va disminuyendo gradualmente
conforme se avanza hacia la porción suroeste del área de estudio, hasta llegar a una
presencia prácticamente nula en los alrededores de la Sierra de Ticul.

FIGURA 30: Imagen esquemática del mapa 7 presente en el Anexo “A”: Mapas. Para ver la cartografía en
detalle pasar a la página 90.

En el mapa 8 del Anexo “A”: Mapas (página 91) se puede apreciar la propuesta en el
comportamiento de las direcciones de flujo en el norte de la península de Yucatán (figura
31), desarrollada en el subtema 5.3 (página 76).

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FIGURA 31: Análisis de los mapas de cenotes (5 y 6) y de densidad (7). Se muestra la estructura del anillo
de cenotes en línea punteada roja, mientras que los cuatro anillos secundarios (inferidos a través del
comportamiento, distribución y densidad de cenotes) se muestran en línea punteada azul.

También se aprecian las potenciales áreas con flujo subterráneo, 500 m alrededor de las
direcciones de flujo propuestas. Resulta evidente que los patrones de comportamiento del
flujo subterráneo son distintos en las áreas dentro y fuera del anillo, lo que implica
condiciones geológico-estructurales en el subsuelo distintas para estas dos áreas.
Además, es posible observar que las aguas subterráneas de estas dos áreas no tienen
contacto entre ellas, es decir, que la estructura conocida como anillo de cenotes realiza la
función de “parteaguas” en el subsuelo para dos sistemas hidrológicos distintos.

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FIGURA 32: Imagen esquemática del mapa 8 presente en el Anexo “A”: Mapas. Para ver la cartografía en
detalle pasar a la página 91.

FIGURA 33: Análisis del mapa 8. La línea punteada roja muestra la estructura conocida como anillo de
cenotes, dentro de esta se puede observar un comportamiento de las líneas de flujo subterráneo
completamente distinto al comportamiento que estas muestran fuera del anillo. Lo anterior permite identificar
al menos dos sistemas hídricos diferentes para el norte de la península. Las líneas punteadas azules
representan los cuatro anillos concéntricos inferidos del análisis de la figura 32; una coincidencia entre las
direcciones que siguen las líneas de flujo subterráneo propuestas por el modelo y la dirección de los anillos
secundarios se hace presente.

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VII CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

1. Tanto el mapa de cenotes como el análisis de densidad, muestran dos áreas con
gran cantidad de cenotes, la primera es el anillo de cenotes, la segunda es el
campo de cenotes ubicado al este del anillo.
2. El campo de cenotes está asociado a una estructura geológica sepultada, misma
que dio paso a un mayor fracturamiento por asentamiento diferencial, originando
tal densidad de estructuras kársticas.
3. Es posible observar patrones en la distribución de los cenotes, son estas formas
kársticas las que definen al menos 4 estructuras concéntricas (o anillos
secundarios) al anillo de cenotes principal.
4. Las direcciones de flujo subterráneo coinciden con los sistemas de cavernas
cartografiados en la península.
5. La metodología propuesta para la identificación de áreas potenciales de flujo
subterráneo es viable, puesto que es posible predecir las direcciones de flujo
preferenciales del agua subterránea en la península.
6. El agua subterránea que se encuentra dentro del cráter presenta mínimo contacto
con el agua que se encuentra fuera del cráter, es decir, que el anillo de cenotes
actúa como “parte aguas” subterráneo para dos sistemas hídricos distintos.
7. El comportamiento en los patrones de drenaje arrojados por el modelo sugiere al
menos tres sistemas hídricos distintos presentes en la península.
8. Diferentes patrones de comportamiento en el flujo subterráneo, implican distintas
condiciones geológicas del subsuelo y paleorrelieves en la península.

Recomendaciones

1. Utilizar imágenes satelitales con resoluciones mayores a 1.5 m de resolución


espacial, puesto que existe un mayor número de cenotes a los cartografiados en el
presente trabajo, los cuales fueron excluidos al no ser tan claros en las imágenes
trabajadas.
2. Utilizar Modelos digitales de elevación (DEM) con la mayor precisión y calidad
posibles, esto disminuirá el grado de error en la identificación de áreas potenciales
de flujo subterráneo.
3. La metodología arroja modelos de áreas poteciales de flujo más detallados
mientras menor es el área de análisis; igualmente mientras se tenga un mayor
número de cenotes, por lo cual es recomendable trabajar la península en
secciones, dependiendo del área de interés.
4. Utilizar mapas de sistemas de cavernas más recientes (siempre y cuando resulte
factible adquirirlos y estos cuenten con cenotes en el área), posiblemente estos
mapas ya se encuentren con elementos referenciados por GPS o coordenadas
que se puedan utilizar para calibrar los futuros modelos.

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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

5. Utilizar sistemas neuronales y fractales para reproducir la conexión entre cenotes


(sistemas de cavernas) ademas de las direcciones de flujo del agua subterránea
de una forma más precisa.

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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

ANEXO “A”:
MAPAS

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Sistema de cavernas “Sac Actun”

MAPA 2: Imagen del sistema “Dos Ojos” en Quintana Roo, México (líneas grises).
En rojo se muestran las direcciones de flujo obtenidas en el modelo, mientras que en
color azul se resaltan las secciones del sistema de cavernas con las cuales el modelo
tuvo coincidencia.
MAPA1: Imagen del sistema “Sac Actun” en Quintana Roo, México (líneas grises).
En rojo se muestran las direcciones de flujo obtenidas en el modelo, mientras que en
color azul se resaltan las secciones del sistema de cavernas con las cuales el modelo
tuvo coincidencia.

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MAPA 4: Imagen del sistema “Dos Ojos” en Quintana Roo, México (líneas grises).
MAPA 3: Imagen del sistema “Sac Actun” en Quintana Roo, México (líneas grises). En
En color negro se muestran las direcciones de flujo obtenidas en el modelo, alrededor
color negro se muestran las direcciones de flujo obtenidas en el modelo, alrededor de
de estas (100 m, 200 m, 300 m, 400 m y 500 m) se muestran las potenciales áreas con
estas (100 m, 200 m, 300 m, 400 m y 500 m) se muestran las potenciales áreas con flujo
flujo subterráneo.
subterráneo.

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MAPA 5: Mapa
integrado de cenotes
inundados y cenotes con
vegetación presentes en
el área de estudio.

Dado que los cenotes


están representados por
polígonos en el presente
mapa, se observa una
inconsistencia en el área
que abarca la imagen
SPOT”E6609309180323_160
0351K3A0U16N23L1152002”.

Dicha inconsistencia se
debe al mayor número
de cenotes y mayor
tamaño en el diámetro
de los mismos para esta
zona.

Para corregir dicho error


en la presentación y
visualización de la
información, se elaboró
un segundo mapa (el
cual se muestra a
continuación), en el cual
se representan los
cenotes por medio de
puntos.

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MAPA 6: Mapa
integrado de cenotes en
el área de estudio. En
este mapa los cenotes
son representados por
puntos y no por
polígonos, lo cual nos
permite visualizar la
información de una
manera más limpia en
comparación a la figura
30.

En este mapa se pueden


observar con mayor
claridad los bordes de
las imágenes (enlistadas
en la página 81) que
presentaron problemas
en su análisis para la
elaboración del mapa de
cenotes integrado

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MAPA 7: Cartografía de
cenotes/km2 presentes en el área
de estudio. Para este mapa se
tomó como base el mapa de
cenotes en la porción norte de la
península de Yucatán II (mapa
6). Los colores cálidos (más
cerca del rojo) representan una
mayor densidad de cenotes,
mientras que los colores fríos
(más cercanos al verde)
representan las áreas con menor
densidad de cenotes.

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MAPA 8: Cartografía
de potenciales áreas
con flujo subterráneo
en el área de estudio.
Las áreas son
representadas con un
radio de 500 m (zonas
grises) a partir de las
direcciones de flujo
arrojadas por el
modelo generado
(líneas negras).

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DISTRIBUCIÓN Y COMUNICACIÓN DE LA KARSTICIDAD EN LA PORCIÓN NORTE DE LA PENÍNSULA DE
YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

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ALOS PALSAR Global Radar Imagery, A. S. (05 de marzo de 2011). DEM


AP_27221_FBS_F0390_RT1. Península de Yucatán, México.

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YUCATÁN, IMPLICACIONES GENÉTICAS Y SU RELACIÓN CON EL FLUJO SUBTERRÁNEO

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AP_27396_FBS_F0410_RT1. Península de Yucatán, México.

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