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¡NO SABEN CONTAR Y PRETENDEN

GOBERNAR!!!
Notas al Censo de Población 2022
Hugo Oscar Ambrosi
Doctor en Estadística
Autor de “LA REPUBLICA DE LOS DATOS”

¡El censo 2022 ha fracasado!


La gigantesca operación mediante la cual la sociedad se observa y reconoce, no ha
sido ejecutada con el debido rigor y en lugar de darnos algunas certezas ha destruido la
confianza pública. La confianza es el valor esencial de la información ya que sin ella es
imposible fijar las bases para un sendero basado en la evidencia.

Es necesario controlar los daños. Para ello debemos encontrar las razones por las
cuales se produjo el fracaso. Claramente el Gobierno, a través del Ejecutivo y del
Congreso, es el gran responsable del fracaso. Es necesario señalar los causantes del
desastre..

Los políticos
Los políticos se han caracterizado, durante décadas, por una actitud que, en forma
benevolente, se podría calificar como indiferente pero, si nos ponemos realmente más
estrictos, deberíamos reconocer que son enemigos de la buena información estadística.

Después del 3er. Censo, entre los años 1914 y1947 se despliega una “época
adversa”: los legisladores, se empeñaron en impedir la realización de un censo que fue
propuesto varias veces a los largo de los años, porque no querían modificar sus
representaciones provinciales

En los 33 años siguientes transcurre un “periodo confuso”, durante el cual se llevan a


cabo los censos de 1960 y 1970. El primero, tuvo dudosa cobertura y tardío
procesamiento. El segundo, fue una muestra de improvisación e imprudencia al
seleccionar los recursos técnicos. Podemos llamarlo el tiempo de “la penuria y el salto al
vacío”

Llegado 1980 el censo se aborda, por primera vez, con fuerte impronta estadística,
que pondera todos los errores, no solo el error del censo por muestreo (que se aplica por
primer vez), sino empezando por el cuestionario cuyas preguntas se sometieron a una
exigente selección, tanto en el cuestionario básico estrictamente mínimo, como en el
ampliado, sobre temas de claro interés general.

Una cuidadosa capacitación y un prolijo control del trabajo de relevamiento, fueron la


base del éxito y de un procesamiento rápido de los resultados.

La ley 22847 aprueba los resultados del Censo para su aplicación en la conformación
de la Cámara de Diputados. Pero por fuera del mandato constitucional se crearon cargos
que vulneraban la igual representación ciudadana. Esa aberración no ha merecido
ninguna reacción de la clase política, en el sentido de volver al orden constitucional desde
el retorno a la democracia.

Los censos se han hecho como un ritual sin consecuencia a los efectos
constitucionales. Es decir que, durante más de un siglo, ha sido constante la
desatención política sobre la cuenta mayor de la República.

La ley de Estadística
Con la sanción de la ley 17622, a partir de 1970 la situación se ve agravada por el
surgimiento de una burocracia técnico administrativa autónoma en el sistema estadístico,
especialmente en el INDEC que, además de llevar al fracaso absoluto el Censo de 1970 ,
se mostró incapaz de organizar y de proponer un Plan estadístico a los políticos para,
atender las necesidades del país, en los distintos aspectos de la vida social.

La ley bajo la cual se realizan los censo es la 17622 . Fue dictada durante el gobierno
militar de entonces, estrictamente autoritario y centralista, lo que se refleja en una ley
netamente tecnocrática que aleja la información del debate político (interrumpido
entonces) y no considera la inserción del sistema estadístico en el sistema político.

La ley 17622 es una parte residual de un sistema obsoleto que no han sido capaces
de cambiar ninguna de las fuerzas políticas en el poder desde la vuelta de la democracia.

Existió una gran oportunidad en el 2016, pero simplemente por inercia, por comodidad
o por alguna otra razón, se prefirió conservar el régimen de la 17622, que precisamente
no se caracteriza ni por su transparencia ni por su eficiencia, ni por su profesionalidad.

No existió capacidad para sancionar una ley que pusiera Argentina al día en ese
terreno y que la sacara del rincón oscuro en que están las estadísticas hoy en día,
conducidas desde un organismo de tercer nivel dentro del Ministerio de Economía.

Los medios de prensa


Los medios de prensa han demostrado una supina ignorancia de las cuestiones
básicas de estadística. Eso se hizo especialmente notorio durante la pandemia, cuando
se notaba la confusión y la falta de espíritu crítico y de criterios. Alejados de un análisis
inteligente, aceptaron y toleraron una corriente de información plagada de defectos, sobre
cuya base se hicieron análisis y se sacaron conclusiones erróneas de lo que pasó durante
esas lamentable jornadas.

Ahora, cuando escuchamos a esos mismos “analistas” hacer comentarios sobre el


censo, produce una enorme tristeza la superficialidad del análisis y la ligereza de las
opiniones.

Tampoco levantan el pobre nivel de los comentarios, mediante la participación de


expertos reales en el tema, gente con experiencia y conocimientos. Es lamentable que
olviden la función didáctica de los medios de comunicación

La sociedad
Finalmente, la profunda razón para que todo lo anterior ocurra es la tremenda
incultura estadística que atraviesa nuestra sociedad.

Una escuela fallida que no proporciona los elementos básicos, los medios más
rudimentarios, más elementales del razonamiento estadístico, tan necesario en la vida
corriente, en las actividades profesionales y, especialmente, para entender lo que pasa en
la esfera pública.

Esa ignorancia, esa forma actual de analfabetismo, es la causa de la incapacidad para


defender su propia intimidad. Incapacidad que llevó a la mitad de la población argentina a
aceptar la exigencia impuesta, para llenar el cuestionario digital, de proporcionar sus
datos más personales como el DNI, clave para ingresar a cualquier base de datos, y el
correo electrónico, canal de acceso a su privacidad.

Nadie parece haber pensado en los efectos de ligar su identidad con los datos del
censo y las consecuencias que eso pudiera tener.
Los censistas.
En los días previos a la tremenda crisis del 2001 se desarrolló un fuerte conflicto
docente que hizo que estos gremios quitaran su colaboración al censo de población
programado para el 17 y 18 de noviembre de 2000, lo que hizo que se los reemplazara
por personal contratado. Eso significó una brusca y violenta degradación de la capacidad
de operativa para relevar el censo porque la estructura docente proporciona una red
jerárquica organizada con nodos de distintos niveles que cubren todo el territorio del país.

Debilitada a trama de control, ocurrió lo previsible. Algunos censistas tomaron la tarea


tan ligeramente como si fuera una changa, como la ocasión de ganarse unos pesos, en
un momento de necesidad laboral y eso los empujaba a aliviar su tarea como fuera. Así,
redujeron su carga de trabajo, por ejemplo recogiendo solamente los códigos del censo
digital que les entregaban, pero omitieron relevar los cuestionarios presenciales que
fueran necesarios para completar su segmento.

Conclusión
Argentina atraviesas una de las etapas más difíciles de su historia. La conducción
política y la administración del estado requieren de información relevante, oportuna,
confiable y accesible.

Lamentablemente el censo fallido es un despilfarro de recursos escasísimos. La


primera etapa implico un costo de 14.000 millones de pesos, que puede ascender a más
de 20.000 millones al final del proceso y publicación de los resultados. Esos números son
concretos. Los beneficios son muy inciertos y difíciles de alcanzar.

Es imprescindible abandonar este camino de tropiezos y fracasos, y emprender


la construcción de un sistema estadístico moderno, dinámico y participativo, que
enerve todo el cuerpo social y mejore el debate público, reemplazando los dogmas
y las razones infundadas, por datos y razonamientos basados en la evidencia.

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