Unidad 12
LAS RELACIONES SOCIALES
A LA LUZ DE LA ALTERIDAD
Las actitudes comentadas anteriormente, al transformar la orienta-
cién de muchas conductas, cambiardn sin duda las formas habituales de
relacionarnos con los dems, en las que prevalece el egoismo. Indiquemos
prevemente algunas caracteristicas de las nuevas formas de relacién inter-
personal, segtin los diferentes ambitos de la vida humana.
12.1. Alteridad econémica
Comenzamos por la actividad econémica debido a que ella se ha con-
yertido en el principal motor de la vida social. No es exagerado afirmar
que en nuestra sociedad el eje en torno al cual gira la actividad de las
personas es el dinero. El dinero es el medio para obtener poder, comodi-
dad y seguridad. Quienes poseen mucho dinero viven dedicados a conser-
varlo y acrecentarlo. Quienes poseen poco luchan para conseguir mas.
El dinero, que originalmente pretende ser sélo mediador en el inter-
cambio de bienes y servicios entre lag personas, se ha convertido en el fin
de dicho intereambio. Hemos vuelto mercado de dinero todas nuestras re-
laciones sociales. Orientamos la produccién hacia el maximo beneficio eco-
némico; y lo mismo hacemos con los distintos trabajos profesionales, con
élarte, le ensefianza, la comunicacion y hasta con la ona a eee
inconveniente en traicionar los valores por Un Pore de pla eae abode
Sueldo, mantenimiento en el puesto de trabajo, mayor gan: ,
*bropiacion de bienes de otros, ete.
205
Scanned with CamScannerLa economia dice relacién a la obtencién y 7
nes necesarios para llevar una vida agradable, indie de é
Se dirige, por tanto, hacia la produccién, posesién, uso ¥. Cet y he
La economfa se mueve en el dmbito del tener. Ahora bie SUMO de bier
servicio del ser. Esta relacién mediadora del tener hacia pa eSt4 a}
do, de modo que hoy nosotros pensamos qué vamos a ser i T se ha inven,
Valoramos a las personas por lo que tienen, no por lo que ane Poder tener
Jerarquizamos los oficios y las profesiones de acuerdo a sy en sf mismas
monetaria, Cada uno vale por lo que tiene. Al que tiene, todo mentite
rota euestionar por qué, e6mo o para qué lo tiene, Al que no tage ae
mando lo desprecia. No cuentan los valores, los proyectos, las eNe, todo
s6lo los titulos de propiedad, sean honorificos, econémicos o académi nes;
La alteridad ha sido negada por la mismidad; en este caso, el
dinero, Con este patr6n el sistema totalizante ha fortalecido la eae
la sociedad en clases antagénicas: los ricos y los pobres, unos erat
res y otros explotados, unos dotados de poder, salud y confort, otros some.
tidos a la miseria y enfermedad, unos cultos y otros ignorantes, La verda-
dera alteridad del ser ha sido suplantada por la alteridad del tener. A nivel
internacional los paises industrializados se aprovechan de los paises sub-
desarrollados. A nivel nacional el sector hegeménico vive a expensas del
sector marginado.
“B] otro” no cuenta en nuestra sociedad como persona con dignidad,
sino en cuanto se ajusta al sistema econémico vigente, es decir, en cuanto se
adapta y deja de ser otro. En nuestra sociedad vale el que produce y gana, el
que vende y gana, el que roba y gana, el que juega y gana, En una palabra,
vale el que gana, sin importar cémo gana. Porque el que gana puede consu-
mir, es decir, se ajusta al modelo de la sociedad de consumo, al cual aspiran
también nuestros paises subdesarrollados: el hombre consumidor.
Nuestras relaciones econdmicas son egocéntricas, no de solidaridad.
No estén orientadas por la basqueda del desarrollo integral de las pers0-
nas y los pueblos, sino por el deseo de enriquecimiento para tener poder.
El movimiento del capital esta organizado al servicio del mismo capital.
Quien desee beneficiarse debe engancharse de algiin modo a la monstrud-
sa méquina del capital. Tanto el poder gigantesco de las companias mull-
nacionales como el diminuto pero efectivo poder del pequefio comerel
obedecen al mismo principio: la maxima ganancia. El “yo” de |
del comerciante, del politico, del profesional, etc., busca fortal
paulande riqueza para convertirse en un yo poderoso, capaz di
‘@ mayor autonomfa. Los estragos que su enriquecimiento pro!
economia de los otros no cuentan.
206
Scanned with CamScanneril; pero no imposible.
i Tint
ae Nosotros nos limitamos aqut paar formulas operativas mas
an 6ri Como ejemplo al; i
¥ igunos cri-
terios
micos
* Tespeto absol
1 YOrH 56 oa. luto a |
del otro; orientacién de las actividades €condmicas hacia |; 1
ia la realiza-
gn de todas y cada una de las Personas; primacs: L
sonia, es decir, de los derechos de log ines del trabajo sobre el
jgualdad de oportunidades para todos, Pate ges ea
mujeres y hombres; respeto a la libre asociacion de Tastes baja om
jos pueblos; eliminacién de cualquier forma de explotacién hy eee a
pucién equitativa de los beneficios en la Sociedad; ayuda afe ani) See
inados tanto individuos como pueblos-, que les brinde ostbuidades at
cambiar la situacion; control del Estado sobre los Sao eee ee
sidad, como los alimentos y los servicios de salud y Plo aoa atae
oportunidades parala capacitacion técnica y cientffica de otceetnc :
dencia de los medios de comunicacién social respecto a la fublicidedsy
Jos grandes capitales; reduccién de las Foal
s uci ‘eadenas de intermediarios; control
riguroso de los precios; distribucién equitativa de los impuestos; fomento
de la produccin nacional; primacfa del bien comin y de los derechos pri-
marios sobre la propiedad privada, ete.
los derechos econé-
12.2. Alteridad politica
La politica tiene como objetivo la organizacién y el gobierno de la
sociedad en orden a la obtencién del bien comun. La actividad politica cum-
ple una funci6n de primer orden en toda sociedad. Es la reguladora de las
relaciones interpersonales que desbordan la esfera de lo familiar. El hom-
bre cuando se retine en sociedad pretende un objetivo: la obtencién del
maximo bien para todos, mediante la ayuda mutua y el intercambio de ser-
vicios. A esto se denomina bien comin, y de su consecucién debe preocu-
parse la politica.
Sin embargo, la historia de la actividad politica esta muy lejos de
acomodarse a lo que deberfa ser. El Estado, organizacién donde se con-
centra el poder necesario para ejercer el gobierno de la sociedad, deja de
servir al pueblo para ponerse al servicio de los poderosos. Bl Estado se
convierte en el medio de adquirir poder o de conservarlo. Y la politica, en
la estrategia para llegar al poder, entendido éste como el triple poder (le-
Sislativo, judicial y ejecutivo) del Estado. La politica democratica es el
ihego para organizar una mayorfa de votantes que se aduefie del poder. La
bolitica dictatorial es el juego de unos pocos para mantener en sus manos
¢lpoder. Y como el poder, logicamente, se ejerce en beneficio de quienes lo
207
Scanned with CamScannerdetentan, no queda
mucho espacio en la
actividad politica para (es
la verdadera alte- piedo? /fa
ridad. —
Bg*
La auténtica de-
mocracia sélo existe
cuando en el gobierno
estan representados
los intereses de todos
los ciudadanos. Pero
en la practica no es
asi. Quienes poseen
mayor poder econémi-
co, compran directa 0
indirectamente, la vo-
luntad de los mas po-
bres y se hacen elegir.
Las tacticas politica
para ganar votos ya
las conocemos: publi-
cidad pagada, defor-
maci6n de la informa-
cién, promesas ilu-
sorias, compromisos :
de gratificacion, etc. Al final terminan representados los intereses de los
mas ricos y los mas astutos. La mismidad del sistema totalizante aparece
de nuevo en la politica. Los intereses del sistema son los de un grupo: no
importa que sea una mayoria o una minorfa. Los demas no cuentan. La
alteridad se niega.
Ante esta situacién es necesario replantear el verdadero sentido de
la actividad politica en nuestro medio. Como punto de partida hemos de
dejar bien sentado que la politica se debe orientar al bien comtn, es decir,
de todos. Y que, por tanto, debe comenzar por ocuparse de la situacién de
injusticia manifiesta y grave en que vive la poblacién marginada. La efi-
cacia del poder utilizado en favor de la causa de los empobrecidos se
comprobaré cuando asegure una verdadera igualdad de oportunidades y
verdadera justicia para todos.
4Cémo llegar a esto? A través de la participacién de todos los ciuda-
danos, organizados en partidos politicos, asociaciones y movimientos que
208
Scanned with CamScanneral objetivo de la alteridad: que
os tenga cabida la alteridad
tic
123. Alteridad erética
a vida soci
La vie Cee cuanto el ser humano es un ser sexuado, cuenta
con otro camp' aciones, que podemos denominar eréti
diendo el eros como Ja tendencia afectiva basada en el fnstinthiee Site
yarén y la mujer se atraen desde la pubertad por una fuerza que nde a
pipolaridad sexual. Esta atraccién se manifiesta en aivereks fe enn
relacion. La alteridad se encuentra aqui afirmada desde la lect e
Jeza por dos razones. Primeramente por la distincién de los sexos. El fe:
menino es “otro” que al masculino y viceversa. En segundo lugar, por ue,
me rerencia de losianimnaleay Slew) @ul en oraitela sien te teenie
esté esencialmente especificado por un psiquismo, fuente de racionalidad
y espiritualidad. Si entre los animales la relacién sexual es individualmen-
te indiferenciada (de un macho con cualquier hembra), entre nosotros se
personaliza sobre la singularidad de cada varén y cada mujer.
Sin embargo, también en este terreno se niega la alteridad. Nuestra
sociedad, machista por tradicién, desconoce con mucha frecuencia la igual-
dad de la mujer, como otridad sexuada, con relaci6n al var6n, al “macho”.
Lamujer es considerada al servicio del -varén para procurarle placer sexual,
para darle hijos, para cuidar de su casa. De este modo la mujer deja de
ser “otra” como persona, para convertirse en objeto, en cosa apetecible.
El varén es “conquistador”. En nuestro pueblo la costumbre intro-
dueida por los conquistadores de apoderarse de las mujeres aborigenes
que les gustaban para su Serv! io sexual, ha perdurado a lo largo de la
historia. E] machismo es el resultado en parte de esa costumbre: el varén
es mas “macho” cuantas més mujeres seduce, si son virgenes mejor, cuan-
tos mds hijos tiene y cuantos mas machos vence con su fuerza fisica (el
parecido con el comportamiento de muchas especies animales no es fortui-
to: el instinto sin control nos hunde en la pura animalidad, de donde
emergimos), El varén prefiere acostarse con mujeres virgenes. Pero, eso
si, exige que su futura esposa llegue virgen al matrimonio. Se divierte
conquistando el “amor” (entrega fisica) de otras mujeres: cuanto mas difi-
209
Scanned with CamScannero si es esposa de otro, mejor,
ciles, 0 de mayor posicién social Je i
Pe su esposa 0 su hija sean conqui
acepta que su madre, su hermana,
tengan relaciones con otro que no sea el esposo.
conquistador, se vuelve c
acion del héroe conquist
| deseo de tener. Erética
er compra los servicios d
“hace” el amor, se paga
Cuando se siente incapaz como
El comerciante astuto es una degener:
obedece al mismo interés: el dominio, el ¢
varén que no puede conquistar a una muj
Esto es mas facil: se conviene el precio, se or, s¢
se acabé: no hay vencedores ni vencidos. Por eso la prostitucién
nuestra sociedad mercantilista, donde pululan, por una parte, los indi
medioeres y, por otra, la miseria. Los adinerados practican la pros
elegante, ms refinada y disimulada. E incluso compran los sel
manentes de una mujer, que pasa a ser la “amante”. warn
Je al
Para el machismo la procreacién es problema de la muj
que realiza el acto sexual no quiere complicaciones. La mujer yer
anticonceptivos o se hace ligar. Y si, por casualidad o por ignol
da embarazada, ella tendra que “desembarazarse” del feto 0
las consecuencias del embarazo y el parto. En este caso el.
salida facil; o también el abandono 0 la “donaci on” del hijo. Al
para el hombre “civilizado” del siglo XX, tanto el feto como el re
do son amasijos de carne, cuya alteridad personal es negad:
mente.
La alteridad de la mujer es negada siempre que ella debe “som
se” a los deseos del varén: cuando se prostituye; cuando se: entrega ¢
nalmente para asegurar el “amor” de su conquistador; cuando coque'
embadurna de pinturas y perfumes y se ve obligada a airear sus
mento de sueldo o un ascenso; cuando renuncia a sus estudios 0
sién para atender la casa; cuando se vuelve machista para compe
macho; cuando renuncia a sus instintos maternales y aborta pa
problemas sociales 0 agradar al varé6n. La alteridad del hijo es ne;
pudiéndolo engendrar se evita; cuando habiéndolo engendrado
cuando habiéndolo dado a luz se abandona 0 se rechaza como un |
La liberacién de la mujer no puede entenderse como una’
cia con el macho para llegar a ser como él. Se trata mas bien de ur
cimiento de su propia alteridad como mujer, basada en la perso
feminidad y la posibilidad de ser madre. Desde esa conciencia
podra lograr la transformacién del varén, de forma que deje d
macho para asentar su ser sobre la personeidad, la virilidad y
210
Scanned with CamScanner> ser padre.
dad de ser padre. El hombre debe respetar a | i
con los mismos valores, la misma qj @ mujer como “otra” que él
; . igniday ;
qebe respetar tanto fuera del matrimonio cymes @namoe derechos, Y la
ntro de él. La mujer
debe valorarse a si misma en sy “hetlstaay
gacion soa del var6n. Desde sy altahigaawe Pero no prolon-
yaron que él mismo es algo més que un Ries la haré comprender al
bos, finalmente, mujer y varén, vivir: ‘frente a una hembra, Am-
carino mutuos (amor de justicia ero}
“e] otro-hijo” y mediante la apertur:
promiso social.
coe mediante la fructificacion en
8 ‘los otros-ciudadanos” en el com-
424. Alteridad pedagégica
EL nifio eens ace carece de cultura; mas atin, es incapaz de valer-
se por si mismo, Ce oly, ver, pensar 0 expresarse. Su vida, sobre tod I
infancia, se desarrolla en un lento proceso de aprendizaje. Detiottth Las
“pedagégica” al Ambito de la vida humana donde prima la actividad de aaa
dizaje 0 adquisici6n de conocimiento, costumbres y valores a part le
instituciones y personas que ya los poseen. Se trata de un nuevo tipo de
relaciones interpersonales. Para simplificar podemos agruparlas en tres
campos: relaciones padres-hijos, educador-educando, Estado-pueblo. En
todas ellas es necesario romper con el modelo totalizante del sistema para
crear nuevas relaciones de alteridad.
Los padres ven en el hijo una prolongacién de su propio ser y tien-
den espontaneamente a que sea “lo mismo” que ellos. Le imponen sus ha-
bitos, su forma de pensar, sus gustos, sus proyectos, sus amistades. Los
padres no quieren que el hijo -y sobre todo la hija— se aparten de ellos;
porque es “su” hijo. El hijo se convierte asi en un producto de los padres,
carente de singularidad cultural y vocacional.
Lo mismo sucede con el educando. Este es tratado como un objeto,
un ente, en el que el educador debe depositar durante varios afos un ct-
mulo de conocimientos, como quien deposita sumas de dinero en un banco.
El alumno no tiene exterioridad frente al sistema educativo, como no la
tenfa el hijo frente alos padres. La escuela, el colegio, la universidad cuentan
identifican numéricamente a los alumnos, los someten a un proceso in
discriminado de aprendizaje y les entregan al final un titulo que fee
suadaptacion al saber del sistema mediante los conocimientos accu los.
La palabra del alumno en cuanto otro no cuenta: més atin, perturba el or-
den de la mismidad repetidora y, por tanto, hay que callarla,
211
Scanned with CamScannerEn tercer lugar, el pueblo, en la
situacién latinoamericana, es conside-
rado un ser “carente” de cultura al que
el Estado educa para asimilarlo al sis-
tema. Se dan en nuestro medio dos ti-
pos de cultura: la cultura elitista y la
cultura popular. La primera es reflejo
y prolongaci6n de la cultura europea.
La segunda es propia del pueblo “in-
culto”, subcultura o cultura del silen-
cio. Una pertenece al sector hegeméni-
co de la sociedad, a los que pueden es-
tudiar en el colegio y en la universidad.
La otra es la de los que no saben, por-
que no pudieron ir al colegio, porque son
analfabetas, porque desde la miseria en
que viven no tienen acceso al ambiente
cultural de la sociedad. El Estado pro-
cura darle cultura al pueblo para unifi-
car la sociedad dentro de “lo mismo”. Légicamente le proporciona la eul-
tura elitista, que es la “tnica” cultura valida para el sistema. ey
eS;
La alteridad pedagégica se fundamenta en la palabra de “el otro”. El
nino, el joven, el pueblo tienen su palabra propia que deben expresar, Es
distinta de la palabra del padre, del educador y del Estado, pero es pala-
bra. E] sistema la niega diciendo que son balbuceos, caprichos, falta de
cultura, rebeldia, desobediencia, inconformismo, inmadurez, ete, Quienes
educan desde el sistema sienten que la palabra de “el otro” como. educando
es un peligro y la silencian, la transforman o la reprimen. El educador
vuelve al alumno un repetidor de su misma palabra. No le ensefia a eues-
tionar, a comprender, a utilizar lo que aprende para crear, El padre yuelye
al hijo un ser obediente y sumiso, dotado de buenos modales y elevadas
aspiraciones. El Estado vuelve al pueblo un rebafo masificado, confor-
mista; le proporciona diversién y juegos, lo tranquiliza con informaciones
deformadas, introduce una tecnologia educativa muy eficaz para la domes-
ticacién tecnolégica, retira del pénsum o infravalora las materias que ayu-
dan a pensar, desestimula las carreras humanisticas, fis
El educador-padre-Estado no sélo debe respetar la yoz de “al ro
(educando-hijo-pueblo), sino que debe estimularla, ayudarle a pron
la. Es necesario fomentar el sentido critico, la creatividad, la respo
lidad en el educando. Es necesario impulsar el desarrollo de la
popular, estudiarla, proporcionarle medios econdémicos para su de
910
Scanned with CamScannerycanales para su expresion. El proceso edueat
la exterioridad al sistema dominante Sélo A
de una alteridad frente a la mismidad cultural dominador: d
‘a, y cuando se
ran los ¢:
estructural “auces reales para la expresién di