Está en la página 1de 1

LA PALABRA DE DIOS Y LA FAMILIA

- Gracias a Dios por las familias que se congregan el día de hoy, y por las que aún faltan de venir completas a
la casa de Dios.

- Yo sé que tuvo que a ver un parteaguas de parte de Dios para hubiera un primer miembro que se rindiera a
Cristo para después toda esa generación, así como pasadas y venideras.

- Desafortunadamente cuando volteamos a nuestro rededor nos damos cuenta que aún faltan por llegar.
- Anteriormente se tocó un tema relacionado de cuando llegamos a los pies del Señor sentimos hacer todo lo
posible para que Dios nos note, pero pasado un tiempo, nos perdemos en la ociosidad y dejamos de trabajar.

Para ellos hay que revisar el siguiente versículo:


1 corintios 9:16 (NTI): Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que
estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!

- muy personalmente la primera vez que leí este versículo me dio mucho temor , por desafortunadamente
pasamos por alto este mandamiento

- y uno de los errores es que pensamos que las naciones y las grandes tarimas deben ser nuestro lugar para poder
compartir el evangelio, cuando realmente debemos comenzar por nuestro núcleo familiar.

¿Entonces, de qué manera práctica y efectiva pueden los cristianos compartir su fe con familiares y amigos?

2da Timoteo 1:6-7 (NVI):  6 Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te
impuse las manos. 7 pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

También podría gustarte