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LA MERITOCRACIA ES EFECTIVA PARA JUSTIFICAR LA DESIGUALDAD.

MARIO ALBERTO VELASCO CONTRERAS

La meritocracia es el Sistema de gobierno en el que el poder lo ejercen las personas que están
más capacitadas según sus méritos. (OXFORD DEFINICIONES). Con lo anterior podemos
entender que cualquier persona puede llegar a tener éxito o no sufrir ninguna
carencia social y lograr cualquier cosa que se proponga si trabaja arduamente
para conseguirlo.

La meritocracia trata de esconder los verdaderos problemas de desigualdad que


desencadenan en pobreza, justificando se en frases como “No es vergonzoso nacer
pobre, lo es el llegar a serlo por acciones torpes.”

Situándonos en la actualidad, hemos visto innumerables ejemplos de personas,


artistas, famosos, deportistas que han logrado ser un ejemplo de superación
personal por lograr vencer la pobreza moderada o extrema, demostrándonos que
efectivamente puede ser posible mediante constantes esfuerzos. Sin embargo,
esto no quiere decir que el mismo ejemplo pueda aplicar para todo ente que así lo
desee, pues es importante revisar las estadísticas e índices de pobreza que
aquejan; por ejemplo según datos del CONEVAL, en México solamente el 22% de
la población es considerada como no pobre y no vulnerable, es decir que el 78%
restante sufre de pobreza extrema (sufren tres o más carencias y se encuentra por
debajo de la línea de bienestar mínimo), o pobreza moderada (es aquella persona
que siendo pobre, no es pobre en extrema).

Tomando en cuenta que la línea de bienestar que establece el mismo CONEVAL


es la siguiente:

Económico: especifica el ingreso necesario para adquirir las canastas alimentaria y no alimentaria
de bienes y servicios ($3,195.43 pesos mensuales).

Mínimo: especifica el ingreso mínimo para subsistir ($1,637.07 pesos mensuales).

Y las carencias sociales las clasifica en:


1. educativo, 2. acceso a servicios de salud, 3. acceso a la seguridad social, 4. calidad y
espacios de la vivienda, 5. servicios básicos en la vivienda, y 6. acceso a la alimentación.

Inclusive la meritocracia nos hace pensar que es absurdo no alcanzar nuestras


metas, si todos “Tenemos las mismas oportunidades” y “Los mismos derechos”,
pero realmente se olvida que no todos tenemos esta misma igualdad en los
resultados, un hijo de un millonario tiene más oportunidad de luchar por sus
sueños y una profesión que realmente le apasione, a comparación del hijo de
pobres que día a día trabaja para conseguir alimento y carece de oportunidades
para conseguir educación.

La meritocracia propone que midamos el esfuerzo e inteligencia de las personas, y


con base en ello otorgar más beneficios, sin embargo, es difícil establecer una
medida de que tanto valor y empeño pone cada persona. Lo más indicado en este
caso es medir la “Desigualdad” y “Pobreza”, estableciendo estándares mínimos, y
atacar este problema de una forma humana porque no basta solamente con saber
qué y cuantos pobres existen, sino también entender las causas que lo originan.
Podemos poner sobre la mesa que, una de las causas la originan los mismos
pobres mediante una tendencia de conformismo, y placeres que no ayudan a
invertir en algo que pueda mejorar sus vidas, como por ejemplo el típico caso de la
familia con TV de paga, celulares de ultimo modelo, pero con casas en
deplorables condiciones, o inclusive sin servicios básicos. Pero si un pobre decide
invertir en cosas que realmente mejoren sus vidas, ¿Podrá ver el resultado
fácilmente?, ¿Una madre en situación de pobreza y embarazada tendrá todos los
cuidados necesarios para que su hijo nazca completamente sano? Y al no tener
una buena alimentación y educación se podrá alcanzar un óptimo desarrollo físico
y cognitivo, la respuesta es un rotundo NO, para que estos cambios se produzcan
se necesita un gran impulso, “The Big Push” y esto podría explicar por qué se
centran en el aquí y ahora, en vivir sus vidas de la manera más placentera posible,
pues un gran cambio avoca un gran sacrificio que para la corta vida es
prácticamente imposible de alcanzar.

El The Big Push es es una estrategia económica y social para inyectar una cantidad considerable
de recursos a los individuos que se encuentran dentro de la trampa de la pobreza y puedan salir de
esta mediante la generación de recursos constantes. Como por ejemplo “El agricultor que requiere
fertilizante para producir cantidades aceptables de cosecha”.

Para poder implementar este “Gran Impulso”, no basta solamente con destinar
recursos económicos, sino aceptar que este problema es el resultado de una
inequitativa distribución de la riqueza, que se necesitan verdaderas evaluaciones
de impacto para poder incrementar adecuadas políticas públicas y programas de
asistencia social que beneficien a estos grupos más desaventajados. Lo anterior
de la mano con la intervención del Estado. Primeramente, identificando,
garantizando que los costos administrativos de estos programas sean lo más
económico y efectivo posible, y sobre todo que mediante estos apoyos no se
genere un conformismo, sino que implanten un sentido de ahorro y trabajo. Puesto
que podríamos decir que verdaderamente los apoyos existen, que es la gente la
que decide no aceptarlos, pero de nada servirá un programa de asistencia social
que no tenga resultados en la práctica, en la vida real en el que no exista una
evaluación de impacto.

El aceptar que la pobreza es un simple problema de mentalidad, solamente


ayudara a fortalecer la idea de que el Estado no tiene responsabilidad en este
problema, y por ende seguiría generando más desigualdad.

El combate a la desigualdad requiere hechos, acciones contundentes, y no


justificaciones. Es comprensible que esta problemática no sea fácil de resolver,
pero las justificaciones solo van a empeorar las cosas, si realmente no ser pobre
dependiera solamente del esfuerzo, muchas personas que realmente se esfuerzan
en la vida y en el trabajo ya hubieran dejado atrás este problema.

Se requiere de una intervención Estatal que distribuya de una forma adecuada la


riqueza, que invierta en educación, salud, alimentación y sobre todo que se
avoque a las realidades y sea objetivo.
Bibliografía
CONEVAL. (s.f.). MEDICIÓN MULTIDIMENSIONAL DE LA POBEZA EN MÉXICO UN ENFOQUE DE
BIENESTAR ECONÓMICO Y DE DERECHOS SOCIALES. CONEVAL.

DIAZ, F. J. (2011). REPENSAR LA POBREZA. BOGOTA, COLOMBIA: PRISA EDICIONES.

VILLAVICENCIO, G. (2021). HABLEMOS SOBRE MERITOCRACIA: ¿QUE ES Y POR QUE NO


FUNCIONA? NEXOS, 9.

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