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PLATON VIRTUD Y VICIO

La virtud es el hábito adquirido de ejercer el bien, una disposición estable a obrar lo bueno. Por el contrario, el
vicio es el hábito de ejercer el mal. Clasificación: las virtudes se pueden clasificar según distintos puntos de
vista. Distinguiremos las virtudes naturales de las morales, y entre éstas últimas las virtudes cardinales de las
accesorias.
a) Virtudes naturales y virtudes morales. Existen virtudes cuyo ejercicio puede tener o no connotación moral
(por ejemplo, la prudencia, la fortaleza, el pudor). Las virtudes propiamente morales suponen un esfuerzo
constante por alcanzar una perfección moral. Sin embargo, todas las virtudes (aún las intelectuales, como lo
son la prudencia o la claridad) pueden ser moralizadas, al tratar de alcanzar con ellas una perfección o un bien
moral.
b) Virtudes cardinales y virtudes accesorias. Las cardinales reciben ese nombre (del latín "cardo", que
significa "quicio") porque toda la vida moral gira en torno a ellas como la puerta alrededor de su quicio. Se
llaman "virtudes fundamentales" por constituir las bases de las demás virtudes. También se las denomina
"capitales" o principales, y a las restantes "accesorias" por estar subordinadas a ellas. Desde la antigüedad,
con Platón, se enumeran cuatro virtudes cardinales: templanza, fortaleza, prudencia y justicia. La justicia es la
firme disposición a reconocer a cada cual lo que le corresponde. Otras virtudes afines son la adoración (a
Dios), la piedad, el respeto, la obediencia y la gratitud
La prudencia consiste en elegir correctamente los medios hacia el fin último y obrar correctamente en cada
caso particular. Afines a la prudencia son la reflexión, la claridad y la seguridad.
La fortaleza o valentía es la disposición a sobrellevar males y no retroceder ni ante la muerte en atención a
fines elevados. Virtudes afines son la paciencia, la confianza en uno mismo, la tenacidad y la constancia.
La templanza es la disposición a contener el placer sensitivo dentro de los límites de la razón. Especies de la
templanza son: la moderación en el comer, la sobriedad en la bebida y la castidad en el plano sexual. También
emparentadas con la templanza están el dominio de sí mismo, la humildad, la mansedumbre que refrena la ira,
la clemencia en el castigar y la modestia en el aparecer exterior.
Platón, para quien el mundo sensible, es decir, éste que nos muestran los sentidos, no es más que un reflejo
del mundo ideal y, por tanto, una mera apariencia de él, que constituye la verdadera realidad.

HOMBRE SER SOCIAL


Esta combinación es inseparable; el hombre necesita de la Sociedad. Al respecto, existen dos (2) ideas
fundamentales de la teoría de la evolución de Darwin, que ayudan a comprender mejor el papel social del
hombre. Por una parte, la idea de equilibrio ser vivo-naturaleza, que supone un equilibrio ecológico y una
adaptación al medio que le rodea. Por otra parte el pensamiento de que el proceso de evolución se ha
producido en virtud de una dinámica de constantes adaptaciones y desadaptaciones. El hombre puede ser
considerado como fruto de un doble proceso de evolución biológica y de evolución social. La adopción de
una posición erguida corrió pareja a un mayor desarrollo de las capacidades manipuladoras y hacedoras de las
manos dando lugar a su vez, al empleo de útiles cada vez más idóneos para la obtención de alimentos y
especialmente para la caza.
San Alberto Magno (Lauingen, Baviera, 1193/1206-Colonia, 15 de noviembre de 1280) fue un sacerdote,
obispo doctor de la Iglesia, destacado teólogo, geógrafo, filósofo y figura representativa de la química y en
general, un polímata de la ciencia medieval. Su humildad y pobreza fueron notables.
En la universidad de París tradujo, comentó y clasificó textos antiguos, especialmente de Aristóteles. Añadió
a estos sus propios comentarios y [experimento], aunque Magno no veía los experimentos como lo verían
luego los fundadores de la ciencia moderna y en especial Galileo Galilei, sino que en su opinión la
experimentación consistía en observar, describir y clasificar. 

ARISTOTELES
La ética de Aristóteles, es, en primer lugar, una ética de la felicidad... pero también es una ética de la virtud ya
que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad.
Aristótles se aleja del intelectualismo socrático que vincula a la virtud con el conocimiento. Para él, la virtud
será la disposición del alma, es decir, la capacidad y la aptitud de esta para comportarse de un modo
determinado:

SAN AGUSTIN
ara Agustín existen tres tipos de conocimientos: el sensible, el racional inferior y el racional superior.
El conocimiento sensible es el grado más bajo de conocimiento ya que necesita de lo corporal para realizarse,
como trata del ámbito material y mudable no genera ciencia sino solo opinión. El conocimiento racional, en
su vertiente inferior, capta la universalidad de la realidad sensible, percibiendo patrones y regularidades en el
mundo; este tipo de conocimiento sí puede generar ciencia como las matemáticas pero aún depende del
mundo mutable para actualizarse.
Por último el conocimiento racional superior, también llamado por el de Hipona sabiduría, es el conocimiento
de las verdades inmutables y eternas, en lenguaje platónico, es el conocimiento de las ideas. Sin embargo,
mientras que las ideas platónicas son autónomas, las verdades necesarias y eternas de las que habla Agustín
están en la mente de Dios. ¿Cómo se alcanza, pues, la visión de estas verdades en la mente divina? Solo si
Dios concede al alma mortal del hombre la iluminación, ya que la razón por si misma no se basta para
conocer la realidad última, sino que necesita del concurso de Dios.

Para Agustín no existe una distinción precisa entre fe y razón, toda vez que existe una sola verdad que nos es
revelada por la religión cristiana. La razón solo es útil para conocer mejor esa verdad y penetrar en ella, pero
Agustín siempre subraya que sin la creencia en los dogmas de la fe no podríamos adquirir verdadera
sabiduría. De aquí su famosa frase  “Cree para comprender”.

Karl Philipp Moritz ( Hamelin 15 de Septiembre de 1756 - Berlín , 26 de Junio de 1793) fue


un alemán autor, editor y ensayista del Sturm und Drang , a finales de la iluminación , y los períodos
clasicistas, influyendo temprano romanticismo alemán también. Dirigió una vida como aprendiz de
sombrerero, profesor, periodista, crítico literario, profesor de arte y lingüística y miembro de las dos
academias de Berlín.

LEIBNIZ
(Leipzig, 1 de julio de 1646-Hannover, 14 de noviembre de 1716), fue un filósofo, matemático, lógico,
teólogo, jurista, bibliotecario y político alemán. Fue uno de los grandes pensadores de los siglos XVII y
XVIII, y se le reconoce como el «último genio universal». Realizó profundas e importantes
contribuciones en las áreas de metafísica, epistemología, lógica, filosofía de la religión, así como en la
matemática, física, geología, jurisprudencia e historia.
La composibilidad es un concepto filosófico de Gottfried Wilhelm Leibniz . Según Leibniz, una cosa
individual completa (por ejemplo, una persona) se caracteriza por todas sus propiedades, y éstas determinan
sus relaciones con otros individuos. La existencia de un individuo puede contradecir la existencia de otro. Un
mundo posible está formado por individuos que son compostables , es decir, individuos que pueden existir
juntos. Leibniz indica que un mundo es un conjunto de cosas compostables, sin embargo, que un mundo es
una especie de colección de cosas que Dios podría traer a la existencia. Porque ni siquiera Dios puede crear
un mundo en el que haya alguna contradicción entre sus miembros o sus propiedades. [1]
Cuando Leibniz habla de un mundo posible, se refiere a un conjunto de cosas finitas y compostables que Dios
podría haber llevado a la existencia si no estuviera limitado por la bondad que es parte de su naturaleza. El
mundo real, por otro lado, es simplemente ese conjunto de cosas finitas instanciadas por Dios, porque es más
grande en bondad, realidad y perfección. Naturalmente, el hecho de que estemos aquí experimentando este
mundo, el mundo real, significa que hay al menos un mundo posible. Leibniz piensa, en su opinión, que hay
un número infinito de mundos posibles. [2]

Karl Raimund Popper (Viena, 28 de julio de 1902-Londres, 17 de septiembre de 1994) fue un filósofo y
profesor, nacido en Austria, aunque más tarde se convirtió en ciudadano británico.

Lo cierto es que Popper era consciente del enorme progreso en el conocimiento científico que se experimentó
en los siglos que le precedieron, en tanto que problemas como la existencia de Dios o el origen de la ley moral
parecían resistirse sin remedio, puesto que no mostraban grandes avances desde la Grecia clásica. Por ello, la
búsqueda de un criterio de demarcación aparece ligada a la pregunta de ¿qué propiedad distintiva del
conocimiento científico ha hecho posible el avance en nuestro entendimiento de la naturaleza?

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